Vandenberg - El secreto de los oráculos [pdf] - UHP
Vandenberg - El secreto de los oráculos [pdf] - UHP
Vandenberg - El secreto de los oráculos [pdf] - UHP
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Philip <strong>Van<strong>de</strong>nberg</strong> E l s e c r e t o d e l o s o r á c u l o s<br />
17<br />
Los engranajes <strong>de</strong> la máquina<br />
elevadora con la que las apariciones<br />
bajaban <strong>de</strong>l techo.<br />
En la sala central <strong>de</strong>l oráculo <strong>de</strong><br />
Efira, <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong>l<br />
monasterio, Sotiris Dakaris<br />
encontró un gigantesco cal<strong>de</strong>rón <strong>de</strong><br />
bronce. Bajo enormes masas <strong>de</strong><br />
piedra, sobre las que habían<br />
<strong>de</strong>scansado <strong>los</strong> cimientos <strong>de</strong> una<br />
iglesia, estaba chafado como una<br />
lata, pero se podían reconocer<br />
perfectamente el diámetro y la<br />
forma que había tenido. Sin<br />
embargo, el hallazgo más<br />
interesante lo constituyó una serie<br />
<strong>de</strong> ruedas <strong>de</strong>ntadas en forma <strong>de</strong> sol<br />
que se encontraron esparcidas alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l cal<strong>de</strong>rón. Su presencia, según el profesor Dakaris, sólo<br />
se explica porque formaban parte <strong>de</strong> una maquinaria técnicamente perfecta con la que se podía bajar<br />
y subir la aparición que se encontraba en el cal<strong>de</strong>rón <strong>de</strong> bronce.<br />
Al parecer, esta maquinaria era más pesada e importante que el alma <strong>de</strong>l muerto. Es probable que<br />
<strong>los</strong> mismos sacerdotes interpretaran el papel <strong>de</strong> estas almas, pues contratar a actores implicaba el<br />
peligro <strong>de</strong> que les <strong>de</strong>lataran. Bastante tiempo tenían <strong>los</strong> sacerdotes para prepararse para la macabra<br />
interpretación. Para <strong>de</strong>scubrir qué aspecto había tenido en vida la aparición <strong>de</strong>seada, no<br />
encontrarían dificulta<strong>de</strong>s en sonsacar con disimulo a <strong>los</strong> consultantes mientras éstos esperaban en<br />
<strong>los</strong> alojamientos dispuestos para el<strong>los</strong>. Posiblemente, la respuesta a la pregunta planteada no tenía<br />
ninguna importancia ni trascen<strong>de</strong>ncia. Sin embargo, si se trataba <strong>de</strong> una persona importante, <strong>los</strong><br />
veintinueve días <strong>de</strong> espera en el interior <strong>de</strong>l oráculo también podían servir para hacer las<br />
indagaciones precisas.<br />
Un lugar <strong>de</strong> pasado turbio<br />
<strong>El</strong> oráculo <strong>de</strong> Efira <strong>de</strong>scubierto por Sotiris Dakaris parece no ser el primero que existió en este<br />
lugar. Data <strong>de</strong> la era helenística y se supone que fue construido hacia finales <strong>de</strong>l siglo III a. <strong>de</strong> C., en<br />
el mismo lugar don<strong>de</strong> se erigía un oráculo más antiguo. Los hallazgos <strong>de</strong> vasijas y herramientas <strong>de</strong><br />
hierro indican que fue así. Una estatua <strong>de</strong> Perséfone con el po<strong>los</strong>, el tocado propio <strong>de</strong> ella, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> diversos símbo<strong>los</strong> <strong>de</strong> fertilidad, también son característicos <strong>de</strong> aquella época.<br />
Sin embargo, a unos cien metros, <strong>los</strong> arqueólogos han encontrado una escombrera con figuras <strong>de</strong><br />
terracota <strong>de</strong> una diosa ctónica, tal como se mo<strong>de</strong>laron entre el tercer cuarto <strong>de</strong>l siglo VI y finales <strong>de</strong>l<br />
V. Los escombros se iban amontonando durante la construcción <strong>de</strong>l oráculo nuevo, para el que se<br />
había <strong>de</strong>smontado el pico que se alzaba en la rocosa llanura.<br />
Que por aquel entonces ya funcionaba el oráculo lo confirma el historiador Tucídi<strong>de</strong>s, que nació<br />
hacia el 460 a. <strong>de</strong> C. en Atenas y que en su obra también resumió <strong>los</strong> comienzos <strong>de</strong> la historia<br />
griega. A diferencia <strong>de</strong> Heródoto, a él sí se le pue<strong>de</strong> llamar un auténtico historiador, pues narra <strong>los</strong><br />
acontecimientos con brevedad y precisión y según su or<strong>de</strong>n cronológico; también proporciona datos<br />
y nombres, cita documentos e informes <strong>de</strong> testigos oculares, e incluso habla sobre hallazgos<br />
arqueológicos. Es posible que se eche <strong>de</strong> menos la dimensión global <strong>de</strong> su noción <strong>de</strong> la historia, tal<br />
como se reflejaba en Heródoto, pero en el caso concreto <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>scripciones <strong>de</strong>l paisaje <strong>de</strong> Efira,<br />
eso carece <strong>de</strong> importancia. Tucídi<strong>de</strong>s localiza con precisión tanto la antigua ciudad como el río