Tradiciones de mi pueblo - Gobierno de Jalisco - Gobierno del ...
Tradiciones de mi pueblo - Gobierno de Jalisco - Gobierno del ...
Tradiciones de mi pueblo - Gobierno de Jalisco - Gobierno del ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
42 TRADICIONES DE MI PUEBLO<br />
ban el terreno preparándolo para la siembra. Entonces, <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l sembrador,<br />
un colaborador con un recipiente metálico y usando guantes esparcía el<br />
fertilizante <strong>de</strong> manera uniforme sobre la hendidura hecha, disponiendo la tierra<br />
para recibir la se<strong>mi</strong>lla que colocaba el sembrador con cierto ritmo en la<br />
húmeda y removida tierra. Después <strong>de</strong> observar unos <strong>mi</strong>nutos la manera <strong>de</strong><br />
sembrar, me dispuse a pedirle al sembrador me enseñara su labor; él era un<br />
hombre <strong>de</strong> experiencia; se <strong>de</strong>sprendió el morral que traía colgando con la<br />
se<strong>mi</strong>lla, me lo dio indicándome que <strong>de</strong>bía ponérmelo cruzado y cargado a la<br />
izquierda, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> hacerlo nos dirigimos al surco don<strong>de</strong> paso a paso la<br />
tierra iba penetrando en <strong>mi</strong>s zapatos <strong>de</strong> trabajo, sintiendo así la humedad característica<br />
<strong>de</strong>l terreno. Una vez estando en el sitio me dijo: «Con tu mano<br />
izquierda vas a tomar la se<strong>mi</strong>lla <strong>de</strong>l morral y siempre <strong>de</strong>berás mantenerla llena,<br />
apuñando en ella las se<strong>mi</strong>llas, con esta <strong>mi</strong>sma vas a llenar la mano <strong>de</strong>recha<br />
con pocos granos, los que sientas po<strong>de</strong>r manejar, ya que con tu <strong>de</strong>do pulgar<br />
vas a <strong>de</strong>jar caer la se<strong>mi</strong>lla una a una a cada paso, a una distancia <strong>de</strong> treinta<br />
centímetros aproximadamente». Al empezar me sentí torpe, ya que quería hacerlo<br />
como el sembrador, pero poco a poco y surco a surco <strong>mi</strong>s manos fueron<br />
habilitándose en la práctica hasta recibir un comentario <strong>de</strong>l señor, preguntándome<br />
si antes había sembrado, lo que para mí fue halagador.<br />
No tardó mucho tiempo en llegar ca<strong>mi</strong>nando una mujer, era la esposa<br />
<strong>de</strong>l señor, trayendo consigo un sartén repleto con jugosas y rojas ciruelas y<br />
una jarra con agua, a lo cual todos agra<strong>de</strong>cimos. Ya sembrado un tramo <strong>de</strong>l<br />
terreno entró en acción la otra yunta <strong>de</strong> bueyes comandada por el último compañero,<br />
el cual al iniciar la tarea tuvo complicaciones con las bestias, pues al<br />
parecer no estaban acostumbradas en su totalidad a ese trabajo, por lo cual le<br />
ayudó el señor <strong>de</strong> la primera yunta guiando enfrente a los animales. El arado<br />
usado en esta yunta era el más viejo, elaborado con ma<strong>de</strong>ra dura como<br />
tepehuaje o enebro <strong>de</strong> corazón, que aparentaba tener la experiencia <strong>de</strong> varias<br />
generaciones. Algo que me sorprendió <strong>de</strong> este arado fue el manubrio, que estaba<br />
lustroso <strong>de</strong>l uso brindado.<br />
El trabajo que hizo esta segunda yunta fue tapar la se<strong>mi</strong>lla sembrada, ya<br />
que la punta <strong>de</strong>l añejo arado era dirigida hacia un lado <strong>de</strong>l montículo formado<br />
por la primer pasada <strong>de</strong>l arado; al correr el arado a un lado <strong>de</strong> la se<strong>mi</strong>lla la<br />
tierra era arrojada para cubrir lo sembrado y fertilizado. Pronto pasó el tiem-