ESPECIES AMENAZADAS - Fundació Catalunya - La Pedrera

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Raya común (Raja clavata), elasmobranquio de vida principalmente
bentónica, en situación de amaenaza en el Altántico Norte
(Región II OSPAR), principalmente por sobrepesca. España.
© OCEANA/ Silvia García
REORDENACIÓN DE LOS ANEXOS DE LA DIRECTIVA HáBITATS
Los numerosos avances que se han desarrollado
en los últimos años en el medio marino,
sus hábitats y las especies que viven en él, han
motivado la propuesta que se presenta en este
informe para la inclusión de especies marinas
adicionales en la Directiva Hábitats y la unificación
de listados en los convenios regionales y
en los catálogos nacionales. Ante estos nuevos
descubrimientos, algunos países han adaptado
sus legislaciones y algunos tratados internacionales
han ampliado sus listados y mejorado
sus condiciones a estas nuevas realidades con
tímidos avances. Sin embargo, la Unión Europea,
cuya máxima herramienta legislativa para
la protección de las especies marinas es esta
Directiva, no ha incorporado estos avances. La
falta de un instrumento que establezca una revisión
periódica de los anexos y articulado de
la Directiva impide que se apliquen los conocimientos
derivados de los avances científicos,
pese a que en su Artículo 19 así lo cita: “Las
modificaciones necesarias para adaptar al progreso
técnico y científico los Anexos I, II, III, V y
VI serán adoptadas por el Consejo”.
Si nos ceñimos a las especies marinas, la
importancia de la Directiva Hábitats para la
protección de especies no se refleja en sus
anexos. Pese a que 22 de los 27 países miembros
de la Unión Europea son costeros o islas
Estado, y a pesar de que Europa esté rodeada
por cuatro mares u océanos, esta Directiva tan
solo recoge nueve especies marinas bajo su
anexo IV, aquel que le confiere una protección
estricta. De estas especies, cinco son tortugas
marinas, y el resto pertenecen al orden Cetacea.
El Anexo II, que especifica la necesidad de
crear zonas especiales para la protección las
especies, contempla únicamente tres especies
y un género (Alosas spp.); mientras que en su
Anexo V, que sugiere la gestión de las especies
sometidas a algún tipo de explotación, además
de este mismo género, se añaden otras cuatro
especies (ver Cuadro 5).
Esto hace un total de 14 especies y dos grupos
de especies marinas contenidas en los anexos
de esta Directiva, lo que es claramente insuficiente
y sitúa a esta normativa europea a la cola
de los acuerdos en protección de especies marinas.
No obstante, hay que remarcar que una de las
principales razones por la que esta directiva ha
sido tan poco ágil es la falta de cumplimiento y
aplicación por parte de los Estados miembros