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TRIBUNA
DE OPINIÓN
Por un festival sin n
EN Andalucía se celebran cada año más
de una veintena de festivales de cine,
sin embargo, el de Málaga se ha ganado
a pulso un lugar de privilegio dentro
de esta relación. Cuando irrumpió
en este panorama a finales de los 90, el
cine español no sólo sufría en las salas la
consabida presión de los productos de
la industria estadounidense, sino que
también cargaba con el sambenito de ser
un cine tópico y previsible, un celuloide
siempre bajo sospecha que se despachaba
con la etiqueta de españolada sin
contemplaciones.
España cambió con el nuevo milenio
y también lo hizo la visión que tenemos
del cine hecho en este país, y el Festival
del Málaga ha contribuido sin duda a esa
nueva perspectiva, a esa nueva consideración
del producto nacional. Se convirtió
en una ventana en la que mostrar lo
mejor de cada cosecha y, año tras año,
nos convencimos –por si alguien no recordaba
a Buñuel, Saura, Bardem, Berlanga,
Erice…- de que podíamos hacer
tan buen cine como el que más, incluso
con un plus: creado a nuestra imagen
y semejanza.
Emelina Fernández
Soriano
PRESIDENTA
DEL CONSEJO
AUDIOVISUAL DE
ANDALUCÍA
www.consejoaudiovisualdeandalucia.es
« EL FESTIVAL DE CINE ESPAÑOL
DE MÁLAGA DEBE SERVIR PARA
REAFIRMAR NUESTRA INDUS-
TRIA Y CAPACIDAD CREATIVA »
La alfombra del certamen malagueño
sirvió para que nuestras estrellas
sintieran el calor del público y los foros
del sector propiciaran nuevos contactos
empresariales, todo en beneficio
de una industria frágil, sí, pero necesaria.
No sólo para la creación de riqueza
y empleo, sino para la supervivencia de
nuestra identidad. La globalidad económica
trae bajo el brazo una globalidad
cultural que nos estandariza, que nos
iguala en detrimento de la diversidad. Si
no podemos producir nuestros sueños y
nuestras pesadillas, tendremos que lidiar
con los sueños y las pesadillas de
otros hasta que, al final, todos soñemos
lo mismo. Al fin y al cabo, tal como nos
recuerda un intelectual cinematográfico
de la talla del granadino Francisco Ayala,
« LA TELEVISIÓN SIGUE SIENDO EL MEDIO PREFERIDO
PARA ENTRETENERSE Y, EN CONCRETO, LA FICCIÓN -CINE,
TV MOVIES O SERIES- CONSTITUYE EL TIPO DE PROGRA-
MAS ELEGIDO POR EL 61,9 % DE LOS ANDALUCES »
el cine es un factor de primer orden para
la actualización de nuestra realidad social,
por lo que resulta “ineludible”.
Este Festival es el colofón a una serie
de iniciativas encomiables desarrolladas
en la provincia de Málaga durante
décadas, como la Semana Internacional
de Cine de Autor de Benalmádena, que
logró abrirse un hueco en la gris pantalla
del tardofranquismo pese a la escasez
de ayudas y los coletazos de la censura,
sorteada con habilidad por su director,
Julio Diamante. De alguna forma, el Festival
Internacional de Cortometrajes y
Cine Alternativo de Benalmádena (Ficcab),
nacido en el 98, es hijo de aquella
semana. Y también pertenecen a esta
familia, algo dispersa pero entusiasta,
el Festival de Cine Fantástico de la Universidad
de Málaga -bautizado originalmente
en 1990 como Semana Internacional-
y este Festival de Cine Español.
Se calcula que más de 600.000 espectadores
pasaron el año pasado por
alguno de los festivales celebrados en
Andalucía. Constituyen el canal imprescindible
para que las películas se
puedan comercializar, el punto de encuentro
donde los realizadores y realizadoras
pueden presentar sus trabajos
al público, contactar con otros directores
y productores, con distribuidores y
cadenas de televisión. Son el espacio físico
donde concurren todos los eslabones
que conforman la industria cinematográfica
y de creación audiovisual.
Con el precio de las entradas de cine al
alza y la competencia desleal de las descargas
ilegales, el rol de la televisión en
la difusión de esa creación audiovisual
gana aún mayor protagonismo. Sigue
siendo el medio preferido para entretenerse
(81,9% de la población andaluza)
y, en concreto, la ficción -cine, tv movies
o series- constituye el tipo de programas
elegido por el 61,9% de la ciudadanía,
según nos revela el Barómetro
Audiovisual de Andalucía 2012. Además,
las televisiones tienen la obligación legal
de invertir una parte de su facturación
en producción audiovisual y de incluir
un porcentaje mínimo de obras europeas
en su programación. Por si esto
fuera poco, dentro del progresivo avance
de la televisión conectada, el cine
ocupa ya un lugar destacado en la oferta
de vídeos a demanda, contenidos a la
carta o servicios OTT.
El Festival de Cine Español de Málaga
nos ha de servir, ahora y mañana, para
reafirmar nuestra capacidad individual
y colectiva a la hora de crear, de generar
una industria que sirva de cauce a ese
impulso artístico. Citas como ésta eran
ya imprescindibles antes de su nacimiento.
Como a José Val del Omar, otro
de nuestros grandes cineastas, le gustaba
poner al final de sus películas, le deseo
a este certamen un futuro “sin fin”.w
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