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Epilepsia occipital infantil benigna: evolución del grafoelemento ...

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ORIGINALES 47.889<br />

<strong>Epilepsia</strong> <strong>occipital</strong> <strong>infantil</strong> <strong>benigna</strong>:<br />

<strong>evolución</strong> <strong>del</strong> <strong>grafoelemento</strong> característico<br />

M.A. Martín Santidrián, M.T. Sousa Vicente, C. Ruiz Espinoza, C. Garaizar Axpe y J.M. Prats Viñas<br />

Unidad de Neuropediatría. Hospital de Cruces. Barakaldo. Vizcaya. España.<br />

OBJETIVO: Estudiar la <strong>evolución</strong> <strong>del</strong> <strong>grafoelemento</strong><br />

EEG característico de la epilepsia <strong>occipital</strong> <strong>benigna</strong><br />

<strong>infantil</strong> y la influencia que sobre ésta tiene la edad,<br />

el sexo, el curso de la epilepsia y su tratamiento.<br />

MÉTODOS: Estudio longitudinal retrospectivo de<br />

una serie de 30 pacientes diagnosticados de epilepsia<br />

parcial <strong>benigna</strong> <strong>occipital</strong> según criterios de la ILAE.<br />

Analizamos la secuencia temporal de aparición,<br />

migración y desaparición <strong>del</strong> foco EEG mediante<br />

el coeficiente de correlación de Pearson y pruebas<br />

no paramétricas.<br />

RESULTADOS: El primer paroxismo <strong>occipital</strong> aparece<br />

precozmente cuando los vómitos forman parte de las<br />

crisis (p < 0,01) y cuando éstas son prolongadas<br />

(p = 0,05). Su aparición es más tardía cuando hay<br />

antecedente de crisis febriles o aura visual (p < 0,05).<br />

Los vómitos críticos se asocian a una duración<br />

mayor de la punta <strong>occipital</strong> a lo largo de los años<br />

(p < 0,05). La migración anterior <strong>del</strong> foco EEG<br />

ocurre en las epilepsias de inicio precoz y predice<br />

una remisión tardía de las crisis (p < 0,05). Otros<br />

paroxismos asociados a los <strong>occipital</strong>es aparecen<br />

sobre todo en los casos con mayor duración de las<br />

crisis y de la punta <strong>occipital</strong>.<br />

CONCLUSIONES: La punta <strong>occipital</strong> permanece más<br />

en el tiempo que las crisis. La presencia de vómitos<br />

es el único síntoma que se relaciona con<br />

características electroencefalográficas concretas:<br />

aparición temprana <strong>del</strong> <strong>grafoelemento</strong> <strong>occipital</strong>,<br />

mayor duración <strong>del</strong> mismo y edad de finalización<br />

más tardía.<br />

Palabras clave:<br />

<strong>Epilepsia</strong> parcial idiopática. <strong>Epilepsia</strong> <strong>occipital</strong>. Paroxismos<br />

<strong>occipital</strong>es. Foco EEG migratorio. <strong>Epilepsia</strong> parcial atípica.<br />

Los resultados preliminares de este trabajo fueron presentados, de<br />

forma resumida, en la XXVIII Reunión Anual de la Sociedad Española<br />

de Neurología Pediátrica. Palma de Mallorca, 2-3 de junio de 2001.<br />

Correspondencia: Dra. C. Garaizar Axpe.<br />

Unidad de Neuropediatría. Hospital de Cruces.<br />

Plaza de Cruces, s/n. 48903 Barakaldo. Vizcaya. España.<br />

Correo electrónico: cgaraizar@hcru.osakidetza.net.<br />

Recibido el 19-11-01.<br />

Aceptado para su publicación el 14-1-02.<br />

31<br />

Benign childhood <strong>occipital</strong> epilepsy:<br />

evolution of the <strong>occipital</strong> spikes<br />

PURPOSE: We studied the electro-clinical evolution<br />

of the <strong>occipital</strong> EEG discharges characteristic of<br />

partial benign epilepsy of childhood with <strong>occipital</strong><br />

paroxysms. The influence of age, sex, epilepsy course<br />

and treatment on the evolution of this electrical<br />

event were analyzed.<br />

METHODS: A longitudinal retrospective study that<br />

included 30 patients who fullfilled the diagnostic<br />

criteria of benign <strong>occipital</strong> epilepsy proposed by the<br />

ILAE. The onset, migration and disappearance of<br />

EEG foci were analyzed using the Pearson coeficient<br />

and non-parametric tests.<br />

RESULTS: Occipital spikes are found earlier when<br />

vomiting is an ictal symptom (p < 0.01) or longer<br />

seizures (p = 0.05). Patients with and antecedent of<br />

febrile seizures or with an visual aura show a later<br />

onset of <strong>occipital</strong> spikes (p < 0.05). Ictal vomiting is<br />

associated with a longer persistence of <strong>occipital</strong><br />

spikes along the years. Migration of EEG foci to<br />

anterior regions is characteristic of early onset<br />

seizures and predicts a later remission (p < 0.05).<br />

Extra<strong>occipital</strong> foci are associated with a high seizure<br />

and <strong>occipital</strong> spike recurrence rate.<br />

CONCLUSIONS: Occipital spikes persist longer than<br />

seizures. Ictal vomiting is the only symptom related<br />

to specific EEG features: early onset, longer<br />

evolution and late remission of EEG discharges.<br />

Key words:<br />

Idiopathic partial epilepsy. Occipital epilepsy. Occipital paroxysms.<br />

Migrating EEG foci. Atypical partial epilepsy.<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La epilepsia parcial <strong>benigna</strong> con puntas <strong>occipital</strong>es<br />

(EPBI-O) es una de las tres clases de epilepsia parcial<br />

idiopática aceptadas por la International League Against<br />

Epilepsy (ILAE) 1 . Es dependiente de la edad, sin lesión<br />

anatómica demostrable y tiende a la remisión espontánea.<br />

Descrita inicialmente por Gastaut en 1982 2, y pos-<br />

Neurología 2002;17(7):361-5 361


MARTÍN SANTIDRIÁN MA, ET AL. EPILEPSIA OCCIPITAL INFANTIL BENIGNA: EVOLUCIÓN DEL GRAFOELEMENTO CARACTERÍSTICO<br />

teriormente por otros autores 3, en la actualidad se estima<br />

que constituye el 28% de las epilepsias <strong>benigna</strong>s de<br />

la infancia 4 . No se asocia a déficit neurológico o cognitivo,<br />

aunque con frecuencia se refiere una historia<br />

familiar de convulsiones autolimitadas en el tiempo.<br />

Las crisis son escasas, con semiología variable, pero<br />

no polimorfas en el mismo paciente. Tienen semiología<br />

visual (amaurosis transitoria, alucinaciones e ilusiones)<br />

aislada o seguida de clonias en un hemicuerpo.<br />

El EEG se caracteriza por puntas de alto voltaje en las<br />

áreas posteriores. Pueden detectarse de forma asociada<br />

breves salvas de paroxismos generalizados. Las<br />

anomalías focales se incrementan durante el sueño,<br />

sin cambios en su morfología. La edad de comienzo es<br />

variable, con 2 picos: a los 3 y a los 9 años. Pese a su<br />

elevada prevalencia, pasa a menudo inadvertida, y origina<br />

confusiones diagnósticas con graves enfermedades<br />

cerebrales 5 o trastornos más benignos propios de<br />

la infancia.<br />

El número de estudios es limitado y su interés se ha<br />

centrado en describir y diferenciar sus características<br />

clínicas esenciales, más que en definir los cambios<br />

evolutivos electroencefalográficos. Se han tipificado<br />

adecuadamente los fenómenos críticos y las edades en<br />

que se inician, pero no está claro en qué momento<br />

aparece el <strong>grafoelemento</strong> característico <strong>del</strong> síndrome,<br />

ni cómo evoluciona con el tiempo. El objetivo <strong>del</strong> presente<br />

estudio es situar esta característica, así como la<br />

influencia que pudieran tener sobre él otros factores<br />

clínicos.<br />

PACIENTES Y MÉTODO<br />

Estudio longitudinal retrospectivo de una serie de 30<br />

pacientes consecutivos con diagnóstico de epilepsia <strong>occipital</strong><br />

<strong>benigna</strong>, según los criterios de la ILAE, atendidos en la consulta<br />

externa de neuropediatría. Partimos de un estudio piloto,<br />

clínico y electroencefalográfico, realizado en 1994 6 .<br />

El diagnóstico se basó en las características clínicas de las<br />

crisis, según la información aportada por el propio paciente o<br />

por testigos presenciales. Se registraron los paroxismos <strong>occipital</strong>es,<br />

habitualmente en más de un EEG, sobre electrodos<br />

<strong>occipital</strong>es o temporales posteriores, en vigilia o de sueño,<br />

según fuera necesario. Consideramos como <strong>grafoelemento</strong><br />

característico el descrito por otros autores 7 , consistente en<br />

complejos aislados que revelan un componente bifásico, con<br />

un pico máximo negativo en los electrodos <strong>occipital</strong>es o temporales<br />

posteriores seguido por una pequeña punta positiva y<br />

una onda lenta negativa. La punta es de mayor amplitud que<br />

la onda lenta negativa, excediendo los 100 µV. Son repetitivos<br />

y rítmicos. Pueden ser unilaterales o bilaterales y suelen ser<br />

asimétricos. Se atenúan característicamente con la apertura<br />

ocular, en ocasiones llegan a desaparecer, y reaparecen con<br />

los ojos cerrados tras una latencia de 1-20 ms. La actividad de<br />

fondo es normal. La fotoestimulación no facilita la descarga,<br />

pero el sueño o la hiperventilación sí la activan.<br />

En el presente estudio, se denomina cambio de lateralización<br />

de la punta <strong>occipital</strong> cuando cambia de hemisferio, pasa<br />

de ser unilateral a bilateral, o viceversa. Se entiende por<br />

migración anterior <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> la aparición de puntas<br />

en la localización anterior con desaparición <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong><br />

inicial. La presencia de paroxismos focales en otras localizaciones<br />

y de paroxismos generalizados asociados ha sido otra<br />

de las variables analizadas.<br />

Se han tenido en cuenta las dos formas de presentación de<br />

la epilepsia <strong>benigna</strong> <strong>occipital</strong> en la infancia: la forma<br />

de comienzo temprano tipo Panayiotopoulos, y la de comienzo<br />

tardío tipo Gastaut, según criterios de la ILAE <strong>del</strong> año<br />

2000 4 . Valoramos la secuencia temporal de aparición, los<br />

cambios de localización y la desaparición <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong>,<br />

así como su relación con la edad, el sexo y la semiología de la<br />

epilepsia. No incluimos las diferencias evolutivas entre los<br />

pacientes tratados y no tratados, dado que el diseño <strong>del</strong> estudio<br />

no estuvo dirigido a valorar la eficacia medicamentosa. El<br />

análisis de la relación entre las características EEG y las<br />

características clinicoterapéuticas se llevó a cabo con la totalidad<br />

de los pacientes y con cada una de las dos formas clínicas<br />

<strong>del</strong> síndrome. El estudio estadístico se basó en el coeficiente<br />

de correlación de Pearson y pruebas no paramétricas,<br />

debido al tamaño de la muestra.<br />

RESULTADOS<br />

Estudiamos a 30 pacientes, con inicio de la epilepsia<br />

a los 2,2-12 años de edad, 21 de los cuales (70%) eran<br />

de sexo femenino. Un total de 14 pacientes (46%) tenía<br />

algún antecedente familiar de epilepsia y 5 (16%) referían<br />

el antecedente de convulsiones febriles. Las características<br />

clínicas de la epilepsia se describen en la<br />

tabla 1, y las características electroencefalográficas en<br />

la tabla 2.<br />

Utilizando los criterios antes mencionados 4 , distribuimos<br />

inicialmente a los pacientes en la forma de inicio<br />

precoz (19 casos, 63%) y en la de inicio tardío (11<br />

casos, 36%). Ambos grupos de pacientes se diferenciaban,<br />

además de en la edad de comienzo y final, tanto<br />

de las crisis como <strong>del</strong> <strong>grafoelemento</strong> característico de<br />

esta epilepsia, en la edad de normalización definitiva<br />

<strong>del</strong> EEG y en la mayor frecuencia de vómitos (p =<br />

TABLA 1. Características clínicas de la epilepsia en<br />

nuestra serie (n = 30 casos)<br />

Semiología crítica n (%)<br />

Versión oculocefálica 22 (73)<br />

Vómitos 16 (53)<br />

Pérdida de conciencia 16 (53)<br />

Estado convulsivo 11 (36)<br />

Aura visual 10 (33)<br />

Clonias 10 (33)<br />

Cefalea migrañosa 10 (33)<br />

N.º total de crisis 6,6 ± 1,5<br />

Edad primera crisis (años) 6,1 ± 2,7<br />

Edad última crisis (años) 7,5 ± 2,6<br />

Duración período con crisis (años) 1,4 ± 1,7<br />

Horario, n (%)<br />

Nocturnas 18 (60)<br />

Diurnas 3 (10)<br />

Ambas 9 (30)<br />

Recibieron tratamiento 13 (43)<br />

Duración tratamiento (años) 3,5 ± 2,5<br />

Monoterapia 25 (84)<br />

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MARTÍN SANTIDRIÁN MA, ET AL. EPILEPSIA OCCIPITAL INFANTIL BENIGNA: EVOLUCIÓN DEL GRAFOELEMENTO CARACTERÍSTICO<br />

TABLA 2. Características EEG de nuestros<br />

pacientes (n= 30 casos)<br />

Foco <strong>occipital</strong> inicial:<br />

Unilateral/bilateral 22/8<br />

Si unilateral, izquierdo/derecho 12/10<br />

Si bilateral, independiente/síncrono 4/4<br />

Edad primera punta <strong>occipital</strong> 6,3 ± 2, 7 años<br />

Edad última punta <strong>occipital</strong> 8,5 ± 2, 9 años<br />

Recurrencia de la punta <strong>occipital</strong> 2,1 ± 2,4 años<br />

Migración anterior <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> 6 (20%)<br />

Edad migración anterior <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> 9,3 ± 3,16 años<br />

Cambio de lateralidad <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> 13 (43%)<br />

Otros paroxismos EEG asociados 16 (53%)<br />

EEG normales intercalados entre<br />

patológicos 18 (60%)<br />

Edad normalización EEG definitiva 9,6 ± 3,6 años<br />

0,056) y estado convulsivo (p = 0,023) en las formas<br />

tempranas de la epilepsia.<br />

El número de EEG practicados a cada paciente fue<br />

de 9 (rango, 1-27), apareciendo la punta <strong>occipital</strong> en<br />

4,6 de los trazados (rango, 1-21). La cantidad de EEG<br />

realizados a cada paciente se relaciona con la duración<br />

de la epilepsia (r = 0,43; IC <strong>del</strong> 95%, 0,08-0,68), pero no<br />

con el número total de crisis sufridas por el paciente.<br />

Los factores relacionados significativamente, o casi<br />

significativamente (p < 0,1), con la <strong>evolución</strong> temporal<br />

<strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> típico se describen en la tabla 3. La<br />

edad de detección de la primera punta <strong>occipital</strong> está<br />

estrechamente relacionada con la edad de la primera<br />

crisis, y prácticamente se superponen. La edad a la<br />

que se detecta por última vez es, sin embargo, ligera<br />

pero significativamente mayor (p < 0,01) que la edad<br />

de la última crisis, lo cual se ve corroborado por el<br />

hecho de que la normalización EEG definitiva ocurra,<br />

así mismo, un año más tarde que la última crisis (p <<br />

0,01). Hay una tendencia a que la duración a lo largo<br />

de los años <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> sea mayor que la duración<br />

<strong>del</strong> período con crisis (p = 0,080).<br />

DISCUSIÓN<br />

En 1999 se describieron 2 formas de presentación de<br />

la EPBI-O: una de comienzo temprano (tipo Panayiotopoulos),<br />

habitualmente a los 3 años, con semiología<br />

ictal característica y consistente en manifestaciones<br />

vegetativas, en especial vómitos prolongados, que<br />

plantean el diagnóstico diferencial con problemas gastrointestinales<br />

de la infancia. Por fortuna, la incidencia<br />

nocturna y la desviación ocular forzada que los<br />

acompañan orientan el diagnóstico 8 . En ella es frecuente<br />

que tenga lugar un estado convulsivo pero, en<br />

contrapartida, hasta un 30% de los casos sufren una<br />

crisis única a lo largo de toda su <strong>evolución</strong> 9 . La segunda<br />

forma de presentación es la de comienzo tardío<br />

(tipo Gastaut), cuyo inicio se corresponde con el<br />

segundo pico de incidencia: 9 años. En ella predomi-<br />

TABLA 3. Factores relacionados con la <strong>evolución</strong> <strong>del</strong> <strong>grafoelemento</strong> característico de la EPBI-O<br />

Edad primera punta <strong>occipital</strong><br />

Pacientes con vómitos ictales 4,9 ± 2,2 años; sin vómitos: 8 ± 2,4 años, p < 0,01<br />

Pacientes con estado convulsivo 5,1 ± 2 años; sin estado convulsivo: 7,1 ± 2,9 años, p = 0,05<br />

Pacientes con aura visual 7,8 ± 2,1 años; sin aura visual: 5,6 ± 2,8 años, p < 0,05<br />

Pacientes con crisis febriles 9 ± 3 años; sin crisis febriles: 5,8 ± 2,4 años, p < 0,05<br />

Recurrencia de la punta <strong>occipital</strong> a lo largo de los años<br />

Pacientes con vómitos ictales 2,9 ± 3 años; sin vómitos: 1,1 ± 0,8 años, p < 0,05<br />

Pacientes con estado convulsivo 3,2 ± 3,3 años; sin estado convulsivo: 1,4 ± 1,5 años, p < 0,1<br />

Pacientes con tratamiento 3,1 ± 3 años; sin tratamiento: 1,3 ± 1,6 años, p = 0,085<br />

Migración anterior <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> inicial<br />

Edad migración y edad primera crisis r = 0,42, IC <strong>del</strong> 95%: 0,07-0,68<br />

Edad última crisis si hay migración 9,6 ± 3,5 años<br />

Edad última crisis si no hay migración 6,9 ± 2,2 años, p < 0,05<br />

Lateralidad inicial <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong><br />

N.º total de crisis con foco derecho 2,1 ± 1,1<br />

N.º total de crisis con foco izquierdo 9,2 ± 12,5 crisis<br />

N.º total de crisis con foco bilateral 8,1 ± 9,1 crisis, p = 0,08<br />

Presencia de otros paroxismos EEG asociados<br />

Duración <strong>del</strong> período con crisis cuando el fenómeno está presente: 1,9 ± 2,1 años; cuando no está presente: 0,8 ± 0,8 años,<br />

p = 0,068<br />

Recurrencia de la punta <strong>occipital</strong> cuando el fenómeno está presente: 2,9 ± 2,9 años; cuando no está presente: 1,1 ± 1,2 años,<br />

p < 0,05<br />

Presente en 8 de 10 pacientes con cefalea migrañosa, y en 8 de 20 sin cefalea, p = 0,057<br />

EEG normales intercalados, a lo largo de los años, entre otros patológicos:<br />

Edad primera crisis cuando el fenómeno está presente: 5,3 ± 2,3 años; cuando no está presente: 7,2 ± 2,9 años, p = 0,062<br />

Presente en 10 de 20 casos (75%) con aura visual, y en 3 de 10 (30%) sin aura visual, p < 0,05<br />

Edad de la normalización EEG definitiva<br />

Pacientes con vómitos ictales: 10,4 ± 3,5 años; sin vómitos: 7,3 ± 4,9 años, p = 0,054<br />

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MARTÍN SANTIDRIÁN MA, ET AL. EPILEPSIA OCCIPITAL INFANTIL BENIGNA: EVOLUCIÓN DEL GRAFOELEMENTO CARACTERÍSTICO<br />

nan las crisis con alucinaciones visuales seguidas de<br />

cefalea, planteando un diagnóstico diferencial con la<br />

migraña 10 . Las crisis son breves, frecuentes y diurnas<br />

11 . En nuestra experiencia, la forma temprana es<br />

2 veces más frecuente que la tardía, pero son sobre<br />

todo las edades de comienzo y final <strong>del</strong> síndrome las<br />

que <strong>del</strong>imitan la subclasificación, ya que el resto de los<br />

síntomas ictales, por sí solos, no son patognomónicos<br />

de una u otra forma.<br />

El diagnóstico de la EPBI-O se basa, sin embargo, en<br />

esta semiología crítica, en la ausencia de otra etiología<br />

que la idiopática y en el característico foco <strong>occipital</strong>.<br />

Tampoco el foco por sí solo es patognomónico, ya que<br />

está presente en el 0,5-1% de niños normales con un<br />

pico de edad a los 3-4 años 12 , así como en los niños<br />

ciegos o con deterioro visual pero no epilépticos 13 . Dos<br />

de nuestros pacientes tenían problemas visuales, miopía<br />

severa y amaurosis monocular, respectivamente, y<br />

no diferían las características de sus paroxismos. El<br />

síndrome de Lennox-Gastaut, las lesiones <strong>occipital</strong>es,<br />

la migraña basilar, las epilepsias mioclónicas, el petit<br />

mal y las epilepsias fotosensitivas pueden cursar con<br />

paroxismos <strong>occipital</strong>es, asociados o no a sus respectivos<br />

patrones EEG característicos 14 . Maher et al reseñan<br />

que sólo un 19% de los niños con paroxismos<br />

<strong>occipital</strong>es típicos presenta una epilepsia <strong>benigna</strong> <strong>occipital</strong><br />

15 . Sin embargo, otros autores encuentran diferencias<br />

electroclínicas entre los casos idiopáticos respecto<br />

a los sintomáticos 16 . Un caso particular es el síndrome<br />

de epilepsia <strong>occipital</strong> con calcificaciones <strong>occipital</strong>es,<br />

que guarda una estrecha relación con la enfermedad<br />

celíaca 17 .<br />

Una de nuestras pacientes merece una mención<br />

especial al ser portadora de una hemiatrofia cerebral<br />

derecha. Actualmente cuenta 17 años y tiene una hermana<br />

con EPBI-O, incluida también en esta serie. Presentó<br />

sólo 2 crisis a lo largo de un mes, a los 6 años de<br />

edad, con vómitos, desviación oculocefálica y disminución<br />

de conciencia. El EEG revelaba un foco <strong>occipital</strong><br />

izquierdo típico mantenido hasta los 17 años, sin que<br />

volviese a presentar crisis nunca más. Los casos de<br />

epilepsia familiar <strong>benigna</strong> <strong>occipital</strong> son conocidos 18.<br />

El 10% de los pacientes con EPBI-O publicados por<br />

Gastaut tenía retraso mental, y dos, hemiparesia.<br />

Según algunos autores, el daño cerebral coincidente<br />

facilitaría la expresión de estas epilepsias, agravándolas<br />

respecto a frecuencia de crisis y control clínico 19 , lo<br />

cual no fue el caso de nuestra paciente.<br />

Nuestros hallazgos confirman que la detección por<br />

primera vez <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong> típico, en esta forma de<br />

epilepsia, está íntimamente relacionada con la edad<br />

de comienzo de las crisis. Por ello, no es de extrañar<br />

que lo hayamos registrado más precozmente en los<br />

pacientes con la semiología ictal, que aparece con más<br />

frecuencia en la forma temprana de la epilepsia (vómitos<br />

y estado convulsivo), ni que se detecte mas tardíamente<br />

en aquellos con aura visual y antecedente de<br />

convulsiones febriles, más frecuentes en la forma tardía<br />

de la EPBI-O.<br />

Las demás características EEG, sin embargo, no se<br />

ajustan a la subclasificación clínica, como lo hace la<br />

edad de aparición <strong>del</strong> primer foco <strong>occipital</strong>. Más bien<br />

sugieren que los pacientes con vómitos ictales presentan<br />

un comportamiento que los diferencia de las otras<br />

formas de EPBI-O, no sólo con una aparición más<br />

temprana <strong>del</strong> foco <strong>occipital</strong>, sino con una duración<br />

mayor <strong>del</strong> mismo a lo largo de los años y una normalización<br />

definitiva <strong>del</strong> EEG más tardía. También los<br />

pacientes de nuestra serie con estado convulsivo presentan<br />

un comienzo más precoz y mayor recurrencia a<br />

largo plazo de la punta <strong>occipital</strong>. En la bibliografía se<br />

describe la mayor incidencia de estado convulsivo en<br />

pacientes que presentan vómitos 20 . De todas las epilepsias<br />

parciales <strong>benigna</strong>s, la <strong>occipital</strong> es la que presenta<br />

una tasa de estados convulsivos más elevada, con<br />

cifras de hasta el 40% 21,5 . Nosotros lo hemos encontrado<br />

en el 36% de los pacientes, ninguno con déficit residual,<br />

como es habitual en la EPBI-O.<br />

La tendencia a que exista un menor número total de<br />

crisis cuando el foco <strong>occipital</strong> inicial se localiza en el<br />

hemisferio derecho no se confirma en la bibliografía, y<br />

se ha descrito incluso lo contrario 22,23 . El posterior<br />

cambio de lateralidad no tiene ninguna repercusión<br />

clínica. Sin embargo, la migración anterior <strong>del</strong> foco<br />

<strong>occipital</strong> inicial y la aparición asociada de otros paroxismos<br />

parecen estar relacionadas, en nuestra serie,<br />

con una mayor duración de la epilepsia y de la punta<br />

<strong>occipital</strong>, sin que retrasen la normalización EEG definitiva<br />

ni ocasionen un mayor número total de crisis.<br />

Nuestro porcentaje de pacientes con otros paroxismos<br />

EEG asociados es similar al descrito en la bibliografía<br />

21 y comporta el mismo carácter de benignidad 24 , al<br />

igual que la migración anterior <strong>del</strong> foco inicial 25 . Esta<br />

última es un fenómeno que depende de la edad y está<br />

relacionada con la maduración cerebral 26 . Se postula<br />

que su asociación se debe a la producción de diferentes<br />

tipos de crisis a distintas edades según se localice<br />

en un eje anteroposterior cerebral 27,28 .<br />

La presencia de registros EEG normales intercalados<br />

a lo largo de los años, entre otros patológicos (60%<br />

de nuestros pacientes), también ha sido descrita en la<br />

bibliografía 29. En nuestra experiencia, el hallazgo predomina<br />

en los pacientes con aura visual crítica, aunque<br />

no sea exclusivo de ellos. La normalización EEG<br />

definitiva ocurre en nuestra serie a la misma edad que<br />

la señalada por otros autores 8 .<br />

El porcentaje de pacientes que recibieron tratamiento<br />

(tabla 1) refleja la precaución necesaria al tratar las<br />

epilepsias <strong>infantil</strong>es <strong>benigna</strong>s, como ya hemos expuesto<br />

30 . La <strong>evolución</strong> posterior de los pacientes tratados<br />

fue, en esta serie, menos favorable que la de los no tratados,<br />

lo que confirma la presunción clínica inicial,<br />

pero nos impide llegar a conclusiones válidas sobre la<br />

influencia terapéutica en la <strong>evolución</strong> temporal de<br />

la epilepsia, dado el diseño <strong>del</strong> estudio. Panayiotopoulos<br />

31 duda de la necesidad de un tratamiento farmacológico<br />

en la mayoría de las formas precoces de la<br />

EPBI-O, síndrome que lleva su nombre. Considera, sin<br />

364 Neurología 2002;17(7):361-5 34


MARTÍN SANTIDRIÁN MA, ET AL. EPILEPSIA OCCIPITAL INFANTIL BENIGNA: EVOLUCIÓN DEL GRAFOELEMENTO CARACTERÍSTICO<br />

embargo, que el tratamiento está indicado en casi<br />

todas las formas tardías con sintomatología visual.<br />

CONCLUSIONES<br />

La EPBI-O, a pesar de la complejidad de su sintomatología<br />

ictal, es un síndrome de curso benigno. La división<br />

en 2 grupos es muy orientativa. Aunque ningún<br />

síntoma es específico de una u otra forma, los vómitos<br />

y el estado convulsivo parecen ser características diferenciales<br />

de la forma de comienzo precoz. El <strong>grafoelemento</strong><br />

EEG no es específico de ninguno de los 2 grupos<br />

y persiste en el tiempo algo más que las crisis.<br />

Éstas remiten antes cuando no se registran otros paroxismos<br />

asociados y no hay migración anterior <strong>del</strong> foco<br />

<strong>occipital</strong> inicial. La presencia de vómitos ictales es el<br />

único síntoma que se relaciona con características<br />

electroencefalográficas concretas: aparición precoz <strong>del</strong><br />

<strong>grafoelemento</strong> <strong>occipital</strong>, mayor persistencia <strong>del</strong> mismo<br />

y edad de finalización más tardía. La baja frecuencia<br />

de crisis, su predominio nocturno y el buen pronóstico<br />

a priori de este síndrome justifican la cautela a la hora<br />

de instaurar tratamiento en estos pacientes.<br />

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