COMPAÑÍA DE SANTA TERESA DE JESÚS

Su mayor dedicación la ejerció en Zaragoza, como enfermera, y en su trabajo
asiduo en la parroquia de San Francisco Javier.
Entró en la Compañía un 5 de enero de 1936, en Tortosa, y es aquí también
donde profesó sus votos perpetuos un 26 de septiembre de 1943.
Partió “tan en silencio y sosiego” como vivió. Con la PAZ reflejada en su cara,
con la sonrisa de la acogida que nos daba cada vez que estábamos a su lado.
La devoción a la Virgen del Pilar siempre fue con ella, desde su estancia tan
prolongada en la tierra zaragozana, pero no por ello, como buena asturiana y entrañable
con su tierra, se olvidó de La Santina de Covadonga a quien amó y veneró.
Tuvimos la gran suerte de celebrar con ella en Enero sus bodas de diamante. Y
desde entonces, permaneció estos últimos meses, cual diamante que brilla sin más, de
gran calidad de vida interior, no necesitaba decir nada, lo expresaban todo con su
mirada, de ojos azules llenos de vida. Toda su persona reflejó estar viviendo en la
presencia de quien la habitaba, el mismo Jesús, y hoy hizo realidad este encuentro sin
mediaciones, sin ruido, calladamente.
Cantamos con ella y en su nombre “¿Cómo podré pagarte, mi Señor, …
Cómo podré expresarte mi agradecimiento …
si todo lo tengo por Ti ? ”
Queremos elevar nuestra acción de gracias por ella, pues somos las más
agraciadas por haberla podido disfrutar y recibir su presencia, entrega generosa y PAZ
llena de TERNURA. Este es el mejor obsequio que nos ha dejado .
Todo lo que le rodeaba, suma pobreza, porque la riqueza la poseía en su
interior. Vivió su vida, de paso, sin protagonismos, sin alardes…, para los demás,
centrada en lo esencial, haciendo todo por amor y DESDE EL AMOR.
Supo descubrir los auténticos DONES como donación absoluta, de ellos nunca
se apropió, ni cuando la tentábamos, aún de forma medio inconsciente, consentía; esta
fue su gran claridad y coherencia de vida.
Gracias Sole, por tu ser de religiosa, por tu persona, por tu sonrisa agradecida,
por tu alegría. Ante Dios Padre que es bueno para los LIMPIOS DE CORAZÓN, nos
miras y dejamos que seas intercesora de todos los que aquí te hemos querido. ¡Gracias
ahora ya, desde el cielo!
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