07.05.2013 Views

El diario rojo de Carlota - Gemma Lienas

El diario rojo de Carlota - Gemma Lienas

El diario rojo de Carlota - Gemma Lienas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Ay, sí, guapa. Qué cabeza tengo —dijo ella, volvién-<br />

dose hacia la estantería.<br />

—La necesito roja porque la quiero para escribir un dia-<br />

rio sobre sexo: <strong>El</strong> <strong>diario</strong> <strong>rojo</strong> <strong>de</strong> <strong>Carlota</strong>.<br />

Me pareció que Flanagan y la señora se quedaban <strong>de</strong><br />

piedra. Tengo que <strong>de</strong>cir que más la señora que Flanagan.<br />

—Escribiré todo lo que <strong>de</strong>scubra sobre el sexo y todo lo<br />

que se me ocurra —insistí, sin hacerme la estrecha.<br />

—Ah, buena i<strong>de</strong>a —dijo Flanagan, con un tono que pa-<br />

recía más a<strong>de</strong>cuado para dar el pésame.<br />

La señora aún rebuscaba entre las libretas. A ver si re-<br />

sultaba que no le quedaba ninguna <strong>de</strong> color <strong>rojo</strong>.<br />

—Y escribiré lo que he aprendido hasta ahora, lo que<br />

pueda apren<strong>de</strong>r en el futuro, lo que pienso, lo que hago...<br />

—Tus experiencias —dijo Flanagan, que parecía más<br />

recuperado.<br />

—Mis experiencias —admití, aunque no estaba segura<br />

<strong>de</strong> hasta dón<strong>de</strong> me podían llevar, porque, <strong>de</strong> momento,<br />

mis experiencias eran más bien pocas.<br />

—Mujer —respondió Flanagan—, si se trata <strong>de</strong> escribir<br />

lo que pienso, lo que imagino, lo que me gustaría, necesi-<br />

taría diez o doce libretas como ésta: una enciclopedia.<br />

Lo miré, interesada. Prosiguió.<br />

—Pero si tuviera que escribir mis experiencias, con me-<br />

dia hoja tendría más que suficiente.<br />

¡Empatados!, pensé.<br />

Como si nos hubiéramos dado una señal, miramos los<br />

dos a la señora, que nos contemplaba con expresión atóni-<br />

ta por encima <strong>de</strong> las gafas y <strong>de</strong> unas cuantas libretas con<br />

las tapas rojas en las manos.<br />

Flanagan saltó:<br />

25

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!