Navidad 09 pxp - Misioneros Siervos de los Pobres del Tercer Mundo

Tal vez mi mamá pensaba
mantener la familia con ese tipo de
trabajo, pero casi no pudo trabajar
en eso. Todos los días se dedicaba a
tomar, hasta emborracharse gravemente.
¡Cuántas veces la he visto
tirada en el suelo de la cabaña
donde vivíamos con ella, sin ser
capaz de hacer nada!
Precisamente vivíamos en
esta casita, que sería mejor llamar
cabaña, pues es un cuarto chiquitito
hecho de adobe. Allí guardan sus
palas los hombres del pueblo que
sacan arena del río. Por eso dan una
propinita a mi mamá, y nos
sosteníamos con eso. Bueno…,
sostener es mucho decir…. La verdad
es que los tres que somos, contando
a mi hermanito Paúl, que ha
nacido aquí en Piñipampa y que
tiene 4 años (su papá es otro señor,
diferente de mi papá, pero también
ha fallecido ya), no podíamos decir
que comíamos hasta calmar nuestra
hambre.
Me acuerdo de la cara que
pusieron el señor Pascal y la señora
Carola, Misioneros Siervos de los
Pobres, cuando visitaron mi casa y
me vieron comer algo en una lata
que se había quedado de los días
anteriores. Me preguntaron: “¿Estás
comiendo eso? ¡Pero está podrido!”…
Bueno, tenía hambre, y no
había nada de comer…
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Ellos hablaron con mi mamá.
Le dijeron que tenía que cuidarnos
mejor y que fuera a ver al psicólogo
para intentar curarse del alcoholismo.
Mi mamá les dijo que no tomaba,
que sólo estaba agripada…
A partir de ese momento,
Paúl y yo nos fuimos a estudiar en el
Colegio “Francisco y Jacinta Marto”,
en la Ciudad de los Muchachos. Yo
nunca había ido a la escuela. Me
pusieron en inicial.
El profesor es bueno y
bien gracioso. A veces hace trucos
y se disfraza de payaso.
Estoy aprendiendo el alfabeto.
En la escuela, todos hablan
castellano. Yo no conocía el
castellano, hablaba sólo
quechua. He tenido que aprenderlo
poco a poco. Ahora lo
entiendo, pero no lo hablo
todavía. También el profesor
habla quechua, así que siempre
me explica bien las cosas.
La escuela es algo difícil.
Todos son buenos y estudian bien.
Lo mejor es que tenemos mucho
tiempo para jugar: hay una cancha
grande donde podemos jugar fútbol.
Nos divertimos bastante.
Ahora sí puedo comer hasta saciar
mi hambre. También a los alumnos
externos del Colegio se les sirve
desayuno y almuerzo todos los
días de clases.