VAZQUEZ LORDA, Lilia - Facultad de Ciencias Sociales - UBA

convierte en objeto de intervención pública fundamentalmente a través de la figura del niño:
en la Francia de Antiguo Régimen funcionaba un esquema de colaboración entre el
Estado y la Familia, mediante el cual el jefe de familia respondía por el comportamiento de
sus integrantes, es decir, era el responsable de garantizar el respeto del orden público a
cambio del reconocimiento de su condición. De esta manera, el Estado se apoya directamente
sobre la familia, utilizando su temor hacia el descrédito público; de ahí que la no pertenencia
de un individuo a una familia indicase un potencial perturbador del orden social, ante la
ausencia de un responsable sociopolítico. Hacia fines del siglo XIX, se reactualiza este pacto
entre Familia y Estado a través de la intervención filantrópica sobre la figura del niño; la
norma estatal y la moralización filantrópica exigen a la familia ocuparse de sus hijos si no
quiere convertirse ella misma en objeto de vigilancia. Se configuró así un sistema de tres
momentos, en el que primero el menor vagabundo es condenado y pasa a depender de la
administración penitenciaria; segundo, ésta lo envía a una sociedad de patronato que se
responsabiliza de él; finalmente, ésta lo devuelve a su familia, pero comenzará a ejercer un
control de vigilancia sobre la misma. 5
En la Argentina, en 1919 se modifica el régimen de patria potestad en el Código Civil,
sumando al conjunto de los derechos que los padres poseen sobre las personas y los bienes de
sus hijos menores, las obligaciones que los mismos deben guardar para con ellos (art.264).
Ello faculta al Estado a intervenir en la familia, sustrayendo el menor a sus padres de
considerarse que éstos no cumplen con ésas obligaciones. En este sentido, el ejercicio de la
patria potestad puede ser suspendido en el caso de que cualquiera de los progenitores
“tratasen a sus hijos, sin motivo, con excesiva dureza; o si por consecuencia de su ebriedad
consuetudinaria, inconducta notoria o negligencia grave, comprometiesen la salud, seguridad
o moralidad de los hijos” (art.309). La Ley Nº 10.903 del Patronato de Menores, dictada el 21
de Octubre de ese mismo año, “tendía a quitar de la autoridad familiar a los niños
considerados un peligro público y que no serían buenos ciudadanos y buenos trabajadores. De
este modo se tendía al disciplinamiento del niño peligroso a través de distintas instituciones
como los asilos de huérfanos de la Sociedad de Beneficencia, el Patronato de la Infancia
(...).” 6
Una vez en los asilos los niños recibían una educación cristiana, y adecuada a cada sexo.
Mediante la misma adquirían un sentido del orden social, puesto que, al establecerse una
5 Jacques Donzelot: La policía de las familias. Valencia, PreTextos, 1998 (1977). Capítulo III: Gobernar a
través de la familia, pp.51 a 98.
6 José Luis Moreno: Historia de la Familia en el Río de la Plata. Buenos Aires, Sudamericana, 2004. Capítulo
II: La niñez y la adolescencia en la sociedad colonial y poscolonial, pp. 251 y 252.
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