Ministerio de las Familias - RCC-Argentina

Necesitamos alimentar nuestra fe en familia, principalmente adquiriendo el hábito de
que en nuestra casa conversemos sobre las cosas de Dios.
La Iglesia nos enseña que, los padres son llamados a ser los primeros educadores de
sus hijos. No existen mejores catequista que los padres, cuando éstos están instruidos
en la Palabra de Dios y en la doctrina de la Iglesia.
2) Implorar al Señor que la aumente: Oración
Este es uno de los aspectos más importantes de la conservación de nuestra fe. La fe
nace de la moción del Espíritu Santo, Dios es espíritu y para relacionarnos con el
Espirite solo en espíritu; por lo tanto la oración es indispensable en la vivencia de la fe.
San Alfonso María de Ligorio decía: “Quien no reza se condena”. Esto puede
parecernos una exageración, pero la única forma de relacionarnos con Dios es a través
de la expresión vocal e interior de la oración. Sin ella nuestro matrimonio, nuestra vida,
nuestra fe, se vuelven fríos y sin vida.
3) La acción: Fe con obras (trabajo)
Cuando ponemos nuestra vida a disposición de Dios, cuando salimos de nuestra propia
comodidad para ayudar a otros y a la obra de Dios, nuestra fe pasa de la fe que a
penas cree a la fe que confía. Por lo tanto es indispensable para nuestra vida espirirual
que digamos a Dios: “heme aquí usa mi vida para tu reino”.
4) Cargarla de esperanza:
La fe es el fundamento de la esperanza y sin la esperanza de que un dia estaremos en
la presencia viva de nuestro Dios, de nada nos serviría creer en Dios o seguir sus
mandamientos. La esperanza es el alimento de nuestra fe.
Cuando tuviéremos dudas con relación a nuestra fe y nuestra vida, pensemos que Dios
tiene para nosotros una morada en los cielos, venimos de Dios y a El volveremos, que
todo lo que hoy tenemos aquí no se puede comparar con la alegría que viviremos en el
cielo en presencia de nuestro Dios.
5) Mantenerse unido a la iglesia: comunidad
Dios nos creo para que seamos su pueblo y El nuestro Dios. No nos creo para que
viviéramos aislados sino para que seamos seres sociales. El lugar de alimentar y
manifestar nuestra fe es primero en nuestra familia, pero también con nuestra familia
mayor que es la iglesia, que es el pueblo de Dios que se reúne para celebrar, para
compartir la mesa, para crecer juntos en dirección a Dios.
Busquemos crecer en la fe para poder vencer todas las tentaciones que muchas veces
han debilitado nuestra confianza y nuestra intimidad con Dios.
“todo es posible para el que cree”.
PARA COMPARTIR
1) ¿Ya tuvimos una experiencia de fe que obró una sanción o un milagro en
nuestras vidas? Coméntelo…
2) ¿Cómo nos hemos conducido en nuestra vida espiritual? ¿Hemos seguido
algunos de estos pasos mencionados para mantener viva y creciente nuestra fe?
3) ¿Hemos practicado en nuestras familias el conversar de las cosas del Reino de
Dios?
ESFUERZO PARA LA SANTIFICACILON DE LA FAMILIA
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