Descarga pdf - LEISA
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evista de<br />
agroecología<br />
julio 2010 - volumen 26 número 2<br />
Servicios<br />
financieros<br />
y agricultura<br />
campesina
L E I S A revista de agroecología<br />
julio 2010 - volumen 26 no. 2<br />
Una publicación trimestral de la Asociación Ecología,<br />
Tecnología y Cultura en los Andes, en convenio con la<br />
Fundación ILEIA<br />
Direcciones<br />
Asociación ETC Andes<br />
Apartado Postal 18-0745. Lima 18, Perú<br />
Teléfono: +51 1 4415541, Fax: +51 1 4225769<br />
www.etcandes.com.pe<br />
Fundación ILEIA<br />
PO Box 2067, 3800 CB Amersfoort, Países Bajos<br />
Teléfono: +31 33 4673870, Fax: +31 33 4632410<br />
www.leisa.info<br />
Suscripciones a <strong>LEISA</strong> revista de agroecología<br />
• por correo postal: A.P. 18-0745, Lima 18, Perú<br />
• por internet: www.latinoamerica.leisa.info<br />
Equipo editorial de <strong>LEISA</strong>-América Latina<br />
Teresa Gianella, Teobaldo Pinzás, Roberto Ugás<br />
Página web de <strong>LEISA</strong>-América Latina<br />
Rafael Nova<br />
Apoyo documental<br />
Doris Romero<br />
Diseño y diagramación<br />
Gaby Matsumoto<br />
Suscripciones<br />
Cecilia Jurado<br />
Fotos de portada<br />
Grupo ASPRO-Agua Azul, Cajamarca<br />
Fundación CAFÉ FEMENINO<br />
‘Campesina en la cosecha de café’<br />
Impresión<br />
Amauta Impresiones Comerciales<br />
Empresa Editora El Comercio S.A.<br />
Jr. Juan del Mar y Bernedo 1298, Chacra Ríos Sur<br />
Lima 1, Perú<br />
Financiamiento<br />
La edición de <strong>LEISA</strong> revista de agroecología 26-2 ha<br />
sido posible gracias al apoyo de DGIS, Países Bajos<br />
Los editores han sido muy cuidadosos en editar rigurosamente<br />
los artículos incluidos en la revista. Sin embargo, las ideas<br />
y opiniones contenidas en dichos artículos son de entera<br />
responsabilidad de los autores.<br />
Invitamos a los lectores a que hagan circular los artículos de la<br />
revista. Si es necesaria la reproducción total o parcial de algunos<br />
de estos artículos, no olviden mencionar como fuente a <strong>LEISA</strong><br />
revista de agroecología y enviarnos una copia de la publicación<br />
en la que han sido reproducidos.<br />
ISSN: 1729-7419<br />
Biblioteca Nacional del Perú<br />
Depósito Legal: 2000-2944<br />
Tiraje: 12.500 ejemplares<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología trata de las opciones técnicas que se abren para<br />
los agricultores que buscan mejorar su productividad e ingresos. La agricultura<br />
sostenible y de bajos insumos externos o agricultura ecológica propicia el uso<br />
óptimo de los recursos locales y de los procesos naturales, y si fuere necesario,<br />
el uso eficiente de insumos externos.<br />
En uno de sus artículos publicados en <strong>LEISA</strong>, Bernardo nos<br />
decía: “Las razas locales tienen un mejor comportamiento que<br />
las llamadas ‘razas mejoradas’, debido a su mayor capacidad de<br />
adaptación a las condiciones naturales específicas de los Andes…”.<br />
Como investigador, opinaba que existe un gran potencial, aún por<br />
explorar, para el mejoramiento genético de los ovinos criollos en<br />
las montañas andinas.<br />
Bernardo Fulcrand Terrisse estaba en este camino, pero el 9 de<br />
junio de 2010 se alejó para siempre. Esperamos que su obra de<br />
investigación pueda ser difundida y continuada como fuente<br />
rigurosa de conocimiento para la sostenibilidad de la producción<br />
campesina en los Andes.<br />
4 Editorial<br />
<strong>LEISA</strong> 26-2<br />
6 Sobre el crédito a los agricultores de pequeña escala y la necesidad de una<br />
base autónoma de recursos<br />
Jan Douwe van der Ploeg<br />
10 Crédito agroecológico y solidario en apoyo a la transición agroecológica<br />
Burguivol Alves de Souza, Giovanne Henrique Sátiro Xenofonte<br />
14 Las mutuas ganaderas de los pequeños ganaderos de Galicia<br />
José Manuel Vázquez Varela<br />
15 Fondos rotativos solidarios y la agroecología: la experiencia de Paraíba<br />
Ghislaine Duque, José Camelo da Rocha, José Waldir de Sousa Costa<br />
18 La experiencia de Credivida en el crédito rural<br />
Luisa Santur<br />
20 La Cabrita: una experiencia productiva autónoma<br />
<strong>LEISA</strong>-AL<br />
22 El Ceibo, Bolivia. Termina sociedad de 21 años con cooperativa boliviana<br />
Oikocredit<br />
23 Préstamos basados en las cadenas de valor. Superando las limitaciones del<br />
flujo de caja a través del Financiamiento Sostenible de la Cadena de Valor<br />
Koert Jansen<br />
26 Programa de Apoyo a Micro, Pequeñas y Medianas Empresas Amigables con<br />
la Biodiversidad en Centro América<br />
Óscar Murga<br />
28 Cooperando en las alturas andinas. La experiencia del IAA y la Caja<br />
Nuestra Gente<br />
IAA, Caja Nuestra Gente<br />
31 Monedas complementarias para economías locales sostenibles en<br />
Centro América<br />
Erick Brenes<br />
35 Las canastas comunitarias en Ecuador: una iniciativa por la salud, la economía<br />
y la solidaridad<br />
<strong>LEISA</strong>-AL<br />
36 El valor económico de la (agro)biodiversidad y los servicios del ecosistema<br />
Dora Velásquez<br />
41 Trabajando en red<br />
42 Fuentes<br />
contenido<br />
44 La Esquina Verde. Una experiencia de comercio justo y ecológico<br />
Adriana León, Bensi Levi
estimados lectores<br />
<strong>LEISA</strong> 26-2 debería haber sido publicada en el pasado mes de junio, pero esta vez se ha retrasado por una razón principal:<br />
asegurar que la versión impresa de <strong>LEISA</strong> revista de agroecología llegue a sus suscriptores.<br />
Muchas veces les hemos manifestado este interés nuestro, especialmente al solicitarles la renovación de sus suscripciones<br />
o también cuando hemos resaltado la importancia de que confirmen la recepción de la revista. En esta ocasión, nuestra<br />
preocupación ha sido motivada por varios de ustedes mismos, quienes nos han escrito como suscriptores informando que<br />
algunos números de la revista publicados durante 2009 no han sido recibidos, así como tampoco <strong>LEISA</strong> 26-1 “Producción<br />
de ganado en la agricultura campesina” (marzo 2010), a pesar de tener sus direcciones actualizadas.<br />
Ante esta situación, antes de imprimir <strong>LEISA</strong> 26-2, decidimos consultar a todos los suscriptores que tienen dirección<br />
de correo electrónico. En este momento los resultados de la consulta se están procesando, pero ya podemos informarles<br />
que tras la observación rápida de los primeros datos obtenido, estos nos indican que el porcentaje de suscriptores que no<br />
ha recibido la revista es alto, por lo que nos hemos visto obligados a cambiar de proveedor de servicios de correo postal.<br />
Agradecemos a todos los suscriptores que han respondido a la consulta sobre la recepción de <strong>LEISA</strong> y pedimos disculpas<br />
por el retraso de esta edición. Sin embargo, ante la necesidad de averiguar sobre la recepción de la revista, no hemos<br />
podido dejar de preguntarnos ¿cuál habría sido la reacción de todos ustedes si la suscripción fuese pagada? Probablemente,<br />
no tendríamos que vernos obligados a realizar este tipo de consultas.<br />
Los editores<br />
6<br />
Sobre el crédito a los agricultores de pequeña escala y la necesidad de una<br />
base autónoma de recursos<br />
Jan Douwe van der Ploeg<br />
El crédito es visto con frecuencia como un vehículo indispensable para que los pobres puedan superar su situación<br />
de pobreza, porque permite que los agricultores tengan acceso a nuevas tecnologías para incrementar su productividad<br />
y sus ingresos. Sin embargo, muchos de los programas de crédito existentes con frecuencia minan la independencia<br />
de los agricultores, los atan a relaciones de dependencia y los obligan a asumir todos los riesgos. Hay<br />
mejores maneras de ayudar a los agricultores a construir su propia base de recursos y su independencia.<br />
15<br />
Fondos rotativos solidarios y la agroecología: la experiencia de Paraíba<br />
Ghislaine Duque, José Camelo da Rocha, José Waldir de Sousa Costa<br />
Para avanzar en la transición hacia la agroecología, las familias necesitan las condiciones necesarias para la estructuración<br />
de sus pequeñas propiedades. Los Fondos Rotativos Solidarios (FRS) son formas de organización que<br />
permiten a las comunidades realizar ahorros colectivos a partir de recursos de cooperación externa o de recursos<br />
obtenidos localmente. Estas prácticas colectivas ofrecen una mejor calidad de vida a las familias campesinas en la<br />
región semiárida de Paraíba, Brasil. Los FRS se muestran como un fuerte instrumento de economía comunitaria al<br />
servicio del desarrollo autocentralizado basado en la agroecología.<br />
18<br />
La experiencia de Credivida en el crédito rural<br />
Luisa Santur<br />
El proceso de dinamización productiva y estabilización económica que vive el Perú en los últimos años ha supuesto<br />
para el segmento moderno del sector rural oportunidades interesantes de mercado. Esto ha generado también<br />
oportunidades para un segmento de pequeños productores agrícolas; sin embargo, no han ido de la mano con una<br />
oferta crediticia suficiente y oportuna que les permita a los pequeños productores aprovechar estas condiciones. Es<br />
esta la razón por la que Credivida –un Programa de Crédito de la ONG Fomento de la Vida– interviene como una<br />
alternativa de financiamiento rural que permite a los agricultores aprovechar estas oportunidades.<br />
31<br />
Monedas complementarias para economías locales sostenibles en Centro América<br />
Erick Brenes<br />
El artículo presenta una visión general de las estrategias y metodologías de la fundación STRO en Centro América<br />
(STRO-CA). A través del desarrollo de proyectos con monedas complementarias, esta propuesta innovadora de<br />
desarrollo económico tiene como meta crear economías locales fuertes y diversificadas que absorban más fácilmente<br />
los shocks externos de la economía global. La propuesta es perfeccionada constantemente a partir de la<br />
retroalimentacion tanto teórica como la obtenida a partir de las experiencias de campo.
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
4<br />
editorial<br />
Servicios financieros adecuados<br />
Todo sistema de producción agrícola requiere acceder<br />
a ciertos bienes y servicios para poder reproducirse y<br />
continuar atendiendo el autoconsumo de las familias rurales<br />
y las demandas de los mercados. En el caso de la agricultura<br />
familiar campesina, estos requerimientos se han atendido<br />
de diversas formas a lo largo del tiempo. Los productores<br />
seleccionan e intercambian semillas y acumulan y manejan<br />
el estiércol de sus animales, mientras que para tareas<br />
pesadas y para la construcción de obras de infraestructura<br />
que sirvan a varios productores –como canales de riego o<br />
represas– las familias campesinas han desarrollado distintas<br />
maneras de cooperar entre ellas. Otras necesidades de la<br />
reproducción se satisfacen mediante intercambios entre los<br />
mismos productores y ventas de productos en los mercados,<br />
pero también se hace necesario contar con ciertos servicios<br />
para completar la adquisición de insumos y herramientas y<br />
para atender las necesidades de reproducción de las familias.<br />
Desde hace mucho tiempo, pero especialmente en el mundo<br />
de la economía actual, la reproducción y la expansión de la<br />
agricultura familiar requieren servicios financieros.<br />
La presente edición de <strong>LEISA</strong> se dedica a este tema,<br />
utilizando para ello un conjunto de contribuciones basadas<br />
en experiencias que tratan de atender distintas necesidades<br />
específicas de las familias campesinas. La selección se inicia<br />
con el artículo de Jan Douwe van der Ploeg, profesor de<br />
sociología rural en la Universidad de Wageningen, Holanda,<br />
que alerta sobre las inconveniencias y los riesgos del crédito<br />
y enfatiza la importancia de mantener cierto nivel de<br />
autonomía para las familias campesinas. Van der Ploeg usa<br />
para sustentar su argumento la experiencia de los pequeños<br />
agricultores peruanos con el Banco Agrario de Perú, el cual<br />
otorgaba créditos en condiciones adversas para los prestatarios<br />
quienes en no pocas ocasiones terminaron perdiendo<br />
sus tierras. Pero existen también experiencias exitosas de<br />
crédito a organizaciones de agricultores familiares, especialmente<br />
para el financiamiento de la comercialización de<br />
productos de exportación, como el café y el cacao, y también<br />
de créditos para el equipamiento de los procesos de transformación<br />
de estos productos. Dos experiencias valiosas se<br />
presentan en esta edición: el financiamiento a la cadena de<br />
valor del algodón para pequeños agricultores de Tanzania,<br />
hecho por Triodos Bank, y la experiencia de la cooperativa<br />
para la agricultura familiar campesina<br />
de productores de cacao El Ceibo en Bolivia y la organización<br />
ecuménica de financiamiento al desarrollo Oikocredit;<br />
ambas experiencias son muestras de lo que se puede lograr<br />
con este tipo de alianzas.<br />
En América Latina, las microfinanzas (microcréditos y<br />
otros servicios de pequeña escala) han tenido un crecimiento<br />
muy elevado; sin embargo, esta expansión se ha dado<br />
sobre todo entre los sectores pobres y las microempresas<br />
urbanas, y allí se ha canalizado mayormente al comercio.<br />
La penetración de las microfinanzas en el sector rural y especialmente<br />
para la producción agropecuaria es mínima y<br />
en las condiciones actuales de su funcionamiento y de las<br />
políticas estatales no podría ser de otra manera. Como lo explicó<br />
el expositor Marcel Mazoyer el 2007 en el Seminario<br />
Internacional Economías Campesinas y Servicios Financieros<br />
Rurales, organizado por el Foro Latinoamericano y del<br />
Caribe de Finanzas Rurales en La Paz, Bolivia,<br />
“Actualmente, el microcrédito crece más que todo en<br />
zonas urbana y peri urbanas, los bancos concentran sus<br />
actividades en los grandes agricultores o en estos sectores<br />
y las microfinancieras responden a la demanda de<br />
las actividades informales no rurales, por lo que los pequeños<br />
productores agrícolas no tienen acceso al crédito.<br />
Por más que se tenga una buena política de apoyo al<br />
desarrollo sostenible de la agricultura campesina, existe<br />
la dificultad del financiamiento, los campesinos cuentan<br />
con muy baja capacidad de autofinanciamiento y de<br />
brindar garantías, precisamente porque su rentabilidad<br />
también es baja… El financiamiento para la agricultura<br />
es muy diferente a las prácticas acostumbradas en microfinanzas,<br />
donde la rentabilidad es casi inmediata; en<br />
agricultura el tiempo de recuperación del crédito es más<br />
largo”(Memoria del Seminario, p. 35).<br />
Pese a estas constataciones, en un contexto de globalización<br />
y concentración empresarial, hay actualmente en varios<br />
países de nuestra región un renovado interés de instituciones<br />
microfinancieras por expandir sus actividades al sector<br />
rural. Una muestra de esta tendencia es el caso de la Caja<br />
Nuestra Gente, de propiedad de la Fundación BBVA, que en<br />
alianza con la ONG Instituto por una Alternativa Agraria
(IAA) está llevando a cabo una experiencia de microcrédito<br />
a familias campesinas beneficiarias del programa estatal<br />
Juntos en comunidades altoandinas de Perú. Y hay también<br />
experiencias en pequeña escala, como aquella, incluida en<br />
esta edición, en la que un préstamo de la ONG peruana<br />
Fovida-Programa Credivida permitió a la pequeña empresa<br />
La Cabrita equipar de nuevo su planta de procesamiento de<br />
derivados lácteos luego de un siniestro.<br />
Un estudio de impacto llevado a cabo por el equipo<br />
editorial de <strong>LEISA</strong> en 2009 señaló la importancia para la<br />
agricultura familiar de inversiones en sus predios, las que<br />
permitirían asegurar la producción y mejorar los rendimientos,<br />
así como el establecimiento en sus parcelas de pequeños<br />
sistemas de riego por goteo, que requieren un período de<br />
reembolso a mediano plazo y tasas de interés adecuadas.<br />
En nuestros países existe una gran necesidad de este tipo<br />
de créditos y aún está muy lejos de ser satisfecha; dichos<br />
créditos harían posible que la agricultura familiar mejore<br />
su competitividad y enfrente de mejor manera los eventos<br />
climáticos adversos. También tomamos en cuenta el apoyo<br />
crediticio para lograr la transición a la agricultura orgánica<br />
o ecológica, apoyo muy requerido y sobre el cual trata la<br />
experiencia del fondo de Crédito Agroecológico y Solidario,<br />
destinado a pequeños agricultores del nordeste brasileño e<br />
impulsado por la organización Caatinga.<br />
El elemento común a prácticamente todas estas experiencias<br />
es que la intervención estatal es inexistente o, en<br />
todo caso, insignificante. El gran sector de la agricultura familiar<br />
campesina, donde laboran millones de personas utilizando<br />
sistemas de producción sostenibles que no generan<br />
gases invernadero, que contribuyen a la conservación de la<br />
biodiversidad y que aportan la mayor parte de los alimentos<br />
que consumimos, sigue esperando aquellas políticas estatales<br />
que apoyen su fortalecimiento y creen las condiciones<br />
para mejorar su competitividad. Recae sobre las organizaciones<br />
de pequeños agricultores y sobre quienes tratamos de<br />
colaborar con ellas la gran tarea de hacer que esta situación<br />
de descuido y abandono llegue a su fin.<br />
convocatoria<br />
diciembre 2010, volumen 26 número 4<br />
Interactuar para aprender / Aprender para innovar<br />
El último número de este año presentará experiencias y reflexiones sobre la interacción de los diversos actores que intervienen<br />
en los procesos de aprendizaje e innovación en la agricultura campesina. Esta interacción es propicia para la generación de<br />
aprendizajes y conocimientos que se producen por el interés de los agricultores en mejorar o innovar sus procesos productivos.<br />
Sin embargo, el agricultor o toda la familia agricultora no están solos en esta acción, sino que actúan y establecen relaciones con<br />
múltiples actores para alcanzar resultados. Por ejemplo, comparten experiencias y conocimientos entre los mismos agricultores,<br />
también con los técnicos de los proyectos auspiciados por gobiernos locales o el Estado, organizaciones no gubernamentales<br />
(ONGs), empresa privada, universidades, etc. Estas experiencias de aprendizaje conjunto van definiendo las decisiones que<br />
toman el agricultor y los otros actores comprometidos con el proceso.<br />
La actual situación del mundo ante los retos del cambio climático, el deterioro de los recursos naturales y, sobre todo, la<br />
pobreza y desnutrición de la población de las áreas rurales de nuestra región –problemas que no se logran superar a pesar de<br />
lo que muestran los actuales indicadores de crecimiento económico–, nos obligan a enfocar con cierta urgencia la mejora de<br />
la producción agraria campesina. En este número difundiremos aquellas experiencias de aprendizaje que ayuden a responder<br />
a preguntas como: ¿Qué experiencias de colaboración entre múltiples actores existen en América Latina para promover el<br />
aprendizaje? ¿Cuáles son algunos ejemplos en los que este aprendizaje ha aportado a la innovación de la producción de una<br />
familia agricultora o en una asociación de productores campesinos? ¿Cuáles han sido las metodologías e instrumentos que han<br />
permitido obtener los resultados esperados y cuáles han sido los mayores obstáculos? ¿Cuáles son las oportunidades y retos<br />
que enfrentamos para consolidar lo aprendido y reforzar el proceso de innovación?<br />
Fecha para enviar el resumen de un artículo que se propone contribución o su versión no definitiva: 10 de octubre 2010<br />
Escribir a: Teresa Gianella-Estrems, editora. Correo electrónico: leisa-al@etcandes.com.pe
Experiencias vinculadas a problemas globales<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
6<br />
Sobre el crédito a los agricultores<br />
de pequeña escala<br />
y la necesidad de una base autónoma de recursos<br />
JAN DOUWE VAN DER PLOEG<br />
La necesidad de crédito juega un rol<br />
clave en muchas realidades penosas.<br />
Tomemos como ejemplo al Perú,<br />
donde muchas familias de pequeños<br />
agricultores se encuentran siempre a<br />
un paso de sentir hambre a pesar de<br />
tener tierras no trabajadas que podrían<br />
utilizar para producir alimentos<br />
y obtener ingresos adicionales para la<br />
familia. Lo que les falta es el dinero<br />
para comprar semillas y fertilizantes,<br />
alquilar una yunta o un tractor para<br />
preparar la tierra y pagar por el agua<br />
de riego. No hay medios, es lo que se<br />
dice en el Perú. El crédito realmente<br />
parece ser la solución para esa situación,<br />
aun cuando la combinación de<br />
crédito, mercados muy volátiles y un<br />
clima que siempre presenta riesgos ha<br />
arruinado a muchos agricultores en el<br />
pasado. Muchos de ellos han tenido<br />
que vender sus recursos para pagar<br />
préstamos anteriores y tienen deudas<br />
pendientes que no pueden solventar.<br />
Para ellos es imposible obtener crédito<br />
debido a que los bancos los consideran<br />
malos pagadores.<br />
Este es, en pocas palabras, uno de<br />
los dramas del desarrollo rural: el crédito<br />
llevó a las personas a tener problemas,<br />
sin embargo, es lo que necesitan<br />
para resolver esos problemas aunque<br />
ya no pueden obtenerlo.<br />
Autonomía y la libertad de los<br />
agricultores<br />
La agricultura siempre requiere una<br />
base de recursos multifacética. Ade-<br />
Las fincas autónomas están mucho<br />
mejor preparadas para afrontar<br />
momentos difíciles<br />
Foto: Autor<br />
más de tierras, agua, animales, semillas,<br />
fertilizantes, mano de obra, conocimientos,<br />
edificios, instrumentos y<br />
redes sociales, los agricultores necesitan<br />
un capital de trabajo. Con frecuencia<br />
este capital de trabajo proviene de<br />
los ahorros generados durante ciclos<br />
de producción anteriores. De hecho, la<br />
agricultura no solo consiste en utilizar<br />
estos recursos para producir, se basa<br />
en igual medida en la reproducción y<br />
el desarrollo de esta base de recursos.<br />
Durante el proceso de producción los<br />
recursos se reproducen: las vaquillonas<br />
son criadas para que sean por lo<br />
menos tan productivas como las vacas<br />
a las que remplazarán; la fertilidad de<br />
los suelos debe ser mantenida y de preferencia<br />
mejorada; al cosechar papas,
las semillas para el próximo año deben<br />
ser seleccionadas y guardadas. Todos<br />
estos recursos prometen buenas, y con<br />
un poco de suerte, mejores cosechas<br />
en el futuro. Este proceso de reproducción<br />
no solo se aplica a los recursos<br />
materiales, sino también a los recursos<br />
sociales, desde la mano de obra al interior<br />
de la familia (y/o la comunidad),<br />
hasta las redes sociales y el conocimiento.<br />
También se aplica al capital de<br />
trabajo.<br />
La base de recursos disponible para<br />
los agricultores es el resultado de ciclos<br />
anteriores, ha sido creada en base<br />
al trabajo duro y la dedicación de la<br />
familia de agricultores. Como resultado,<br />
su trabajo representa autonomía (o<br />
‘independencia’ como frecuentemente<br />
dicen los mismos agricultores), evita la<br />
necesidad de establecer relaciones de<br />
dependencia con otros. Los medios necesarios<br />
para producir están a la mano.<br />
Slicher van Bath, el gran historiador de<br />
la agricultura, se refería a esto como<br />
“la libertad de los agricultores”. Mantenía<br />
que esta era una libertad por partida<br />
doble. Primero, es una “libertad<br />
de” la dependencia y la explotación<br />
que se asocia a ella. No hay necesidad<br />
de alquilar tierras de grandes terratenientes<br />
ni de obtener un préstamo de<br />
un prestamista local, lo que conllevaría<br />
al pago de intereses muy altos. Pero<br />
también es “libertad para” dedicarse a<br />
la agricultura de una manera que corresponda<br />
a los intereses y perspectivas<br />
de la familia de agricultores. Los<br />
demás no pueden determinar cómo<br />
debería operar el agricultor, son los<br />
mismos agricultores quienes diseñan<br />
la manera en que quieren practicar la<br />
agricultura y desarrollar sus predios.<br />
La libertad de y la libertad para son<br />
ingredientes indispensables para un<br />
sector agrícola próspero.<br />
La historia de la agricultura puede<br />
ser interpretada como una lucha por la<br />
autonomía, lucha que se da en predios<br />
individuales, pero también a nivel de<br />
comunidades agrícolas y movimientos<br />
de agricultores. Estos movimientos<br />
han sido la fuente de muchas coopera-<br />
tivas, incluidas cooperativas de crédito<br />
y ahorro para abordar el problema de<br />
los créditos.<br />
Dependencia y supervivencia<br />
La base de recursos autónoma, creada<br />
históricamente, está siendo amenazada<br />
en muchos lugares del mundo. La<br />
presión ejercida sobre la agricultura<br />
(el aumento de los costos de producción<br />
junto con el estancamiento o incluso<br />
la disminución de los precios de<br />
los productos), el sesgo urbano de las<br />
políticas de estado y los modelos tecnológicos<br />
que suponen gran cantidad<br />
de insumos externos, han contribuido<br />
a la erosión de la base de recursos<br />
autorregulada. La autonomía como<br />
base ha sido reemplazada por una amplia<br />
y densa red de relaciones de dependencia<br />
por el lado de los insumos<br />
para la agricultura. Estas relaciones<br />
de dependencia se suman a las que<br />
se establecen por el lado de los productos<br />
de la agricultura. Las primeras<br />
resultan con frecuencia en que las segundas<br />
sean considerablemente más<br />
severas. La dependencia del mercado<br />
de capitales es un ejemplo típico, en<br />
tanto el crédito obtenido de los bancos<br />
con frecuencia liga estrechamente<br />
El crédito liga con<br />
frecuencia las prácticas<br />
agrícolas a la lógica agroindustrial<br />
y las necesidades<br />
de la agroindustria<br />
a los pequeños agricultores a los grupos<br />
agroindustriales. Las cooperativas<br />
agrícolas y los pequeños agricultores<br />
en el Perú, por ejemplo, recibieron<br />
préstamos del ex Banco Agrario que<br />
consistían en ‘permisos para retiros’<br />
que solo podían utilizar en grandes<br />
empresas agrocomerciales para ac-<br />
Hombre y mujer chinos arando la tierra<br />
Foto: Autor<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
7
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
8<br />
ceder a ciertas semillas y productos<br />
agroquímicos. No existía la posibilidad<br />
de utilizar el crédito de manera<br />
alternativa para comprar, por ejemplo,<br />
ganado o árboles frutales. Estos préstamos<br />
traían condiciones que especificaban<br />
qué productos debían cultivarse,<br />
de qué manera y, especialmente, a<br />
quién deberían ser vendidos. De esta<br />
manera, el mecanismo de crédito ligaba<br />
a los agricultores estrechamente<br />
a la lógica y las necesidades de la<br />
agroindustria. A través de estos ‘créditos<br />
condicionados’ la libertad para<br />
se pierde casi completamente.<br />
Al hacer un balance entre autonomía<br />
y dependencia se pueden notar diferencias<br />
importantes entre los agricultores<br />
de pequeña escala, las regiones y<br />
países. En algunos países, los agricultores<br />
y sus instituciones tienen mucha<br />
más autonomía sobre sus recursos; en<br />
muchos otros, las malas condiciones<br />
del mercado, unidas a políticas rurales<br />
y agrarias adversas, han empobrecido<br />
a los agricultores y erosionado su base<br />
de recursos. A pesar de ello, algunos<br />
agricultores de pequeña escala han logrado<br />
mantener o reconstruir una fuerte<br />
base de recursos, minimizando con<br />
frecuencia el uso de insumos externos<br />
y evitando elevadas cargas financieras.<br />
La relevancia de esta estrategia, que<br />
consiste en la práctica de una ‘agricultura<br />
económica’, se torna más evidente<br />
en tiempos de crisis cuando estos agricultores,<br />
relativamente autónomos, están<br />
mejor preparados para sobrevivir<br />
en tiempos difíciles.<br />
Mecanismos alternativos<br />
¿Pero qué se puede hacer cuando, por<br />
el motivo que fuere, los pequeños agricultores<br />
se meten en problemas? Hagamos<br />
primero un escrutinio de los<br />
diferentes mecanismos que podrían ser<br />
empleados. A nivel de agricultores individuales<br />
existe una amplia gama de<br />
soluciones potenciales. Los créditos<br />
informales (con frecuencia entre diferentes<br />
agricultores sobre la base de que<br />
uno contribuye con tierras y mano de<br />
obra y el otro con el capital requeri-<br />
do), los grupos de ahorro (tales como<br />
los tontines en diversos países africanos)<br />
y las redes sociales (para la ayuda<br />
mutua) constituyen la primera categoría.<br />
La cooperación y una distribución<br />
equitativa de los riesgos son rasgos<br />
importantes de estas estrategias y<br />
constituyen un marcado contraste con<br />
la distribución desigual de riesgos que<br />
conlleva el crédito formal. En segundo<br />
lugar, hay mecanismos como el tener<br />
diversos trabajos (muy importante en<br />
la agricultura china) y la migración<br />
transnacional temporal (muy importante<br />
en muchos lugares de América<br />
Latina y Europa del Este, pero también<br />
hace no tanto tiempo en países como<br />
Portugal). Estos mecanismos permiten<br />
a los agricultores obtener ingresos de<br />
otras fuentes que luego pueden invertir<br />
en sus actividades agrícolas y, de esa<br />
manera, los agricultores construyen<br />
su propio capital de trabajo. En tercer<br />
lugar, existen nuevos mecanismos basados<br />
en la creación de nuevas actividades<br />
económicas en el predio mismo<br />
(tales como el procesamiento de productos,<br />
la comercialización directa, el<br />
agroturismo, la producción de energía,<br />
Foto:<br />
etc.) que pueden generar un flujo de<br />
caja considerable y reducir la necesidad<br />
de créditos. El problema, sin embargo,<br />
es que con frecuencia se necesita una<br />
suma importante de capital de trabajo<br />
para iniciar estas nuevas actividades,<br />
aunque a veces es posible un desarrollo<br />
paso a paso.<br />
A nivel regional, los movimientos<br />
sociales pueden prestar una ayuda<br />
considerable. El movimiento agroecológico<br />
en América Latina, por ejemplo,<br />
asesora a los agricultores para el cambio<br />
de sus prácticas agrícolas por otras<br />
que requieran una cantidad mucho menor<br />
de insumos externos, lo que puede<br />
contribuir a reducir su dependencia de<br />
los mercados de capital. Es posible que<br />
estos mismos movimientos ayuden<br />
también a cambiar las políticas agrarias<br />
y rurales. La entrega de microcréditos<br />
es otro ejemplo, especialmente<br />
relevante para las mujeres rurales y los<br />
agricultores muy pobres.<br />
Las políticas nacionales que favorecen<br />
a la agricultura también pueden<br />
ayudar de manera considerable a fortalecer<br />
la base autónoma de recursos<br />
de los agricultores de pequeña escala.
Estas políticas son con frecuencia mucho<br />
más efectivas. Las recientes experiencias<br />
en Brasil son ejemplares; entre<br />
ellas, los programas de contratación<br />
pública (que incluyen la distribución<br />
de raciones de comida para los escolares)<br />
están cada vez más vinculados a la<br />
producción local. Por lo menos el 30%<br />
de los alimentos comprados para estos<br />
programas debe ser adquirido localmente<br />
de los agricultores de pequeña<br />
escala. Esto brinda un enorme estímu-<br />
En todo el mundo los campesinos están mostrando que hay<br />
mecanismos alternativos para vincularse a un crédito<br />
lo a los campesinos. El acceso a este<br />
‘mercado’, recientemente creado, significa<br />
que pueden incrementar considerablemente<br />
sus medios de subsistencia<br />
y acumular ahorros que en el futuro los<br />
ayudarán a mejorar sus labores agrícolas.<br />
En vez de depender de supermercados<br />
o de grandes empresas agrícolas, el<br />
suministro de comidas escolares se ha<br />
ligado a un programa atractivo y sumamente<br />
eficaz para fortalecer la base de<br />
recursos de los pequeños agricultores.<br />
www.latinoamerica.leisa.info (edición latinoamericana)<br />
http://ileia.leisa.info (edición internacional)<br />
www.agriculturas.leisa.info (edición brasileña)<br />
www.agridape.leisa.info (edición africana occidental)<br />
www.india.leisa.info (edición india)<br />
www.salam.leisa.info (edición indonesia)<br />
www.china.leisa.info (edición china)<br />
Foto: Autor<br />
La agenda<br />
Una base autónoma de recursos autocontrolados<br />
es esencial para el crecimiento<br />
de la agricultura y la emancipación<br />
del campesinado. Sin embargo,<br />
la creación o recuperación de tal base<br />
autónoma de recursos es casi imposible<br />
a través de los mecanismos formales<br />
de crédito existentes. Por supuesto que<br />
el crédito puede ser útil, pero solo bajo<br />
ciertas condiciones. Primero, necesita<br />
ser parte de un programa más amplio<br />
que busque fortalecer las bases de recursos<br />
de los campesinos. En segundo<br />
lugar, debe entregarse ‘sin condiciones’<br />
para permitir que los agricultores<br />
lo utilicen como lo crean más conveniente.<br />
Tercero, los riesgos incluidos<br />
deben ser compartidos equitativamente.<br />
Un examen de experimentos<br />
exitosos bien podría revelar criterios<br />
adicionales. De la misma manera que<br />
los agricultores diseñan maneras de<br />
practicar la agricultura que implican<br />
la promesa del progreso, se necesitan<br />
nuevos mecanismos de crédito que los<br />
ayuden a cumplir esa meta.<br />
Jan Douwe van der Ploeg<br />
Profesor de sociología rural en la Universidad<br />
de Wageningen, Países Bajos<br />
Correo electrónico:<br />
jandouwe.vanderploeg@wur.nl<br />
www.jandouwevanderploeg.com<br />
visite la red<br />
agriculturas<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
9
Experiencia de fondos solidarios<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
10<br />
Crédito agroecológico y solidario<br />
en apoyo a la<br />
transición agroecológica<br />
BURGUIVOL ALVES DE SOUZA, GIOVANNE HENRIQUE SÁTIRO XENOFONTE<br />
El Nordeste de Brasil posee una<br />
extensión territorial de 1.808.077<br />
km cuadrados, que representa el 18,7%<br />
del territorio brasileño, y una población<br />
de 42.470.255, es decir, el 27% de<br />
la población del país. De la totalidad<br />
de su territorio, el 60% se considera<br />
área semiárida, la cual presenta sin<br />
embargo microclimas diferenciados,<br />
por ejemplo, los pantanos de altitud<br />
en lugares como Triunfo (Estado de<br />
Pernambuco), Crato (Estado de Ceará)<br />
y Campina Grande (Estado de<br />
Paraíba), los cuales poseen áreas húmedas<br />
y lluviosas. El Sertão de Araripe<br />
es “Territorio de la Ciudadanía”<br />
desde el año 2009 (nombre del plan<br />
que el ejecutivo brasileño ha emprendido<br />
para enfrentar la pobreza en el<br />
país), y está situado en el extremo<br />
oeste de Pernambuco. Tiene una población<br />
de 277.362 habitantes, de los<br />
cuales 152.907 (55,1%) viven en áreas<br />
rurales, y es uno de los territorios más<br />
secos de Pernambuco, con precipitaciones<br />
promedio que varían de 540<br />
hasta 650 mm de lluvia al año.<br />
La región presenta una estación<br />
seca que se extiende de seis a ocho<br />
meses del año, lo que confirma la característica<br />
de semiaridez, agravada<br />
por las constantes sequías periódicas<br />
que se producen cada dos años y<br />
que adquieren mayor intensidad cada<br />
10 años, lo que ha ocasionado graves<br />
problemas económicos y sociales. La<br />
poca infraestructura productiva, principalmente<br />
la hidraúlica para el almacenamiento<br />
de agua, o en algunos<br />
casos su ausencia total, está asociada<br />
a la imprevisibilidad de la frecuencia,<br />
cantidad y distribución espacial de las<br />
precipitaciones; son factores cada vez<br />
más presentes que agravan aún más<br />
las condiciones de producción agrícola<br />
y ganadera, debilitando los sistemas<br />
productivos, especialmente los sistemas<br />
familiares.<br />
Sin embargo, la sequía en la zona<br />
semiárida no afecta a todos los productores<br />
por igual, pues los mayores<br />
productores –que pertenecen a las<br />
familias ricas– se han beneficiado<br />
siempre de las políticas y acciones<br />
públicas, como el crédito rural para<br />
su fortalecimiento político y la mejo-<br />
Mujeres firman contratos<br />
Foto: Archivos de Caatinga<br />
ra de la infraestructura productiva de<br />
sus propiedades. Mientras tanto, la<br />
carencia de políticas públicas estructuradas<br />
y, sobre todo, sostenibles, dejó<br />
a las familias campesinas vulnerables<br />
a los fenómenos naturales y a merced<br />
de los poderes políticos y económicos,<br />
habiéndose generado una dependencia<br />
casi absoluta de la ayuda externa para<br />
superar las dificultades de la sequía.<br />
Los agroecosistemas de las familias<br />
campesinas de la región presentan<br />
dos características notables: primero,<br />
la escasez de tierras disponibles debido<br />
a siglos de concentración de la<br />
propiedad de las tierras, producto de<br />
la casi siempre expropiación violenta;
segundo, la poca capacidad de inversión<br />
debido a la pobreza de estas familias<br />
y a la carencia de infraestructura<br />
productiva, de agua, semillas y forraje.<br />
Estos factores, en forma asociada,<br />
exacerban aún más las dificultades de<br />
la producción agrícola y ganadera, debilitando<br />
a los agroecosistemas y a las<br />
familias de agricultores.<br />
Ante esta situación, reforzada por la<br />
idea de combatir a la sequía con obras<br />
de irrigación faraónicas –como grandes<br />
represas, embalses y trasvases–,<br />
y por la dificultad de acceso al crédito<br />
oficial para las familias agricultoras de<br />
la región, se creó un sistema de crédito<br />
orientado a la compra de animales, en<br />
especial ovinos y bovinos, cuya crianza<br />
requiere de nuevas áreas en la región<br />
de la Caatinga (sabana) para la producción<br />
de pastos. Por otro lado, hubo una<br />
disminución de las superficies para el<br />
cultivo de alimentos como el maíz, frijol,<br />
sandía, calabaza, etc.<br />
En 1987, ante esta situación, la<br />
ONG Caatinga inició un proceso de<br />
financiación de un Fondo Rotatorio<br />
junto con un grupo de campesinos y<br />
agricultores familiares, para lo cual<br />
tuvo el apoyo de Oxfam Novib. La idea<br />
consistió en multiplicar experiencias<br />
agroecológicas de convivencia con el<br />
semiárido. Por ejemplo, el despliegue<br />
de tecnologías alternativas que las<br />
familias fueron desarrollando y probando:<br />
barreras de protección, presas<br />
subterráneas, cisternas de placas, etc.,<br />
y otras actividades como la cría de<br />
animales menores (gallinas, cerdos y<br />
cabras) y la apicultura. Estas acciones<br />
se realizaban mediante fondos obtenidos<br />
de la cooperación internacional,<br />
los cuales se transferían a las familias<br />
como financiamiento que debería ser<br />
devuelto al Fondo Rotatorio en productos,<br />
cuando el crédito era para las<br />
actividades productivas, y en dinero en<br />
efectivo, cuando los trabajos eran de<br />
infraestructura. El dinero devuelto al<br />
Fondo se transfería, a su vez, a otras<br />
familias de agricultores.<br />
Los recursos invertidos fueron<br />
multiplicándose poco a poco mediante<br />
la devolución de los préstamos y por el<br />
apoyo de las agencias de cooperación.<br />
Actualmente, este sistema de financiamiento<br />
es conocido por las familias de<br />
agricultores por el nombre de Crédito<br />
Cuadro 1. Número de propuestas y valores otorgados en reales por la cartera de<br />
microcrédito de la Caatinga<br />
Año Cantidad de<br />
propuestas<br />
otorgadas<br />
Valor otorgado<br />
(R$)<br />
2004 162 156.760,00<br />
2005 23 19.600,00<br />
2006 265 344.500,00<br />
2007 174 241.900,00<br />
2008 233 334.150,00<br />
2009 147 206.300,00<br />
Grupo de mujeres en plena firma de contratos<br />
Agroecológico y Solidario, formando<br />
parte de la cartera de microcrédito de<br />
la Caatinga.<br />
Los intercambios entre las experiencias<br />
existentes fueron fundamentales<br />
para este aprendizaje, la Caatinga<br />
dejó de trabajar directamente con<br />
las familias agricultoras para hacerlo<br />
a través de las asociaciones comunitarias<br />
de la cual cada familia era socia.<br />
Actualmente, la cartera está formada<br />
por 39 asociaciones de los municipios<br />
rurales de Ouricuri, Bodocó, Santa<br />
Cruz y Santa Filomena, las cuales<br />
gerencian los tipos de interés, plazos,<br />
períodos de gracia y la aprobación o<br />
no de las propuestas de crédito presentadas.<br />
El proceso comienza de la siguiente<br />
manera: el agricultor o agricultora<br />
se dirige a su asociación para solicitar<br />
un financiamiento; la asociación,<br />
por su parte, analiza si la propuesta<br />
contribuirá a la transición agroecológica<br />
y determina los tipos de interés<br />
y períodos de gracia. Después, la asociación<br />
remite la solicitud a la cartera<br />
de microcrédito de la Caatinga quien,<br />
cumpliendo su rol como operadora,<br />
realiza visitas a las familias beneficiarias<br />
y elabora junto con ellas las propuestas<br />
de financiamiento, analizando<br />
en ese momento el impacto del crédito<br />
sobre los cambios en los agroecosistemas<br />
familiares.<br />
Foto: Archivos de Caatinga<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
11
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
12<br />
La experiencia de Iranildo y Antonia<br />
Estos dos agricultores que son dueños de una propiedad de 21 hectáreas en la zona de<br />
Cal, a 25 km de Ouricuri, obtuvieron dos financiamientos de la cartera de microcrédito<br />
agroecológico y solidario de la Caatinga para mejorar la infraestructura y aumentar las<br />
actividades productivas de su sistema. “En la propiedad ahora tenemos barreiro (pequeño<br />
reservorio cavado en el suelo, cerca de los domicilios), cerca eléctrica, silo y mejoré mi<br />
rebaño”, dice Iranildo. El cultivo de maíz, frijol, sorgo, pastos de corte, del campo de forraje<br />
y la crianza de bovinos, porcinos, caprinos, ovinos y aves, tienen un impacto directo<br />
en la seguridad alimentaria y nutricional, así como en el ingreso familiar, ya que aproximadamente<br />
el 80% de los alimentos que consumen son producidos en el propio sistema.<br />
Iranildo dice: “Después que comencé a tener acceso al crédito, nuestras vidas mejoraron.<br />
Antes criábamos algunos animales, ahora crío un poco de todo, mi producción y<br />
mis ingresos han aumentado también. Yo tenía que trabajar a cambio de un pago por<br />
jornada para ganar a fin de mes 100,00 BRL (54 dólares aproximadamente). Hoy en día<br />
no trabajo para alguien más, uso todo el tiempo para trabajar en mi propiedad, dándome<br />
una renta de 450.00 BRL mensuales (244 dólares), pero trabajando para mí mismo. “<br />
Para ellos, el gran sueño es ver que otras familias de la asociación, de la cual forman<br />
parte desde 1995, adopten prácticas agroecológicas que respeten el medio ambiente y<br />
que logren en sus sistemas de producción alimentos de calidad en las cantidades que les<br />
permitan alimentarse bien y tener un ingreso suficiente para garantizar una vida mejor<br />
en la región semiárida.<br />
Después la propuesta se remite al<br />
Comité Gestor del Crédito –el cual<br />
está compuesto por representantes de<br />
las 39 asociaciones que conforman el<br />
Consejo Asesor de Crédito y tres representantes<br />
de la Caatinga– para su<br />
respectivo análisis. Después de aprobada<br />
la propuesta los recursos se liberan<br />
y la familia agricultora recibe una<br />
visita de implementación; posterior-<br />
Iranildo y parte de su familia<br />
acompañados de ganado caprino<br />
mente se realizan aún dos visitas de<br />
seguimiento por técnicos de la cartera<br />
de microcrédito y otras visitas de supervisión<br />
de los representantes del comité<br />
gestor y de la asociación a la cual<br />
la familia está asociada.<br />
El volumen de los fondos manejados<br />
bajo este sistema ya supera los<br />
700.000 reales (378.400 USD aproximadamente),<br />
de los cuales el 90% está<br />
en manos de las familias y, a medida<br />
que los mismos se van devolviendo, se<br />
usan para financiar nuevos proyectos.<br />
En el año 2009, el 31% de los financiamientos<br />
fueron para actividades productivas<br />
(crianza de ovinos y bovinos)<br />
y el 48% para mejoras en la infraestructura,<br />
principalmente la relacionada<br />
al almacenamiento de agua (cisternas)<br />
y forrajes para los animales (silos). Del<br />
total del monto otorgado, el 48% fue<br />
obtenido por mujeres agricultoras.<br />
El Crédito Agroecológico y Solidario<br />
representa en la actualidad un<br />
importante referencial metodológico<br />
de crédito de financiamiento para la<br />
transición agroecológica, con ejemplos<br />
evidentes de financiamientos que<br />
han provocado mejoras en la calidad<br />
de vida de las familias agricultoras y<br />
en la sostenibilidad de los agroecosistemas.<br />
Los tipos de financiamiento trajeron<br />
como enseñanza que para fortalecer<br />
a la agricultura familiar de la<br />
región es necesario invertir en tecnologías<br />
y prácticas adaptadas a las<br />
condiciones de estos agroecosistemas,<br />
dentro de una lógica de inversiones<br />
graduales. Es cierto que las familias<br />
que más evolucionaron en sus sistemas<br />
necesitaron acceder a la cartera<br />
de crédito por más de una vez, algo<br />
Foto: Archivos de Caatinga
que siempre se ha hecho en forma<br />
gradual y coordinada.<br />
También es importante hacer hincapié<br />
en que los financiamientos han<br />
permitido que las familias mejoren<br />
sus prácticas y que experimenten con<br />
nuevas tecnologías y formas de convivencia<br />
con la región semiárida. Sin<br />
embargo, es todavía necesario promover<br />
a mayor escala la organización<br />
de grupos y valorizar las iniciativas<br />
colectivas, fomentando la solidaridad<br />
en lugar de las acciones individuales<br />
y competitivas, porque de esa manera<br />
contribuimos a construir una sociedad<br />
más justa y solidaria.<br />
Esta reflexión, combinada con la<br />
práctica, ha traído resultados significativos<br />
en el proceso de transición<br />
agroecológica de las familias campesinas,<br />
como por ejemplo en la familia<br />
de Iranildo y Antonia.<br />
Otros recultados que se muestran<br />
son la capacidad de gestión, planificación,<br />
control y seguimiento, así como<br />
la evaluación de los agricultores familiares,<br />
sus organizaciones, y de los<br />
recursos financieros del sistema de<br />
microcréditos para la agroecología y<br />
la solidaridad. La expansión del volumen<br />
de fondos y el bajo nivel de morosidad<br />
de la cartera se debe en parte<br />
a este trabajo cuidadoso.<br />
En los debates sobre el territorio<br />
se observó el desarrollo del sentido<br />
crítico de las familias campesinas<br />
sobre la política oficial de crédito<br />
rural, especialmente del Programa<br />
Nacional de Fortalecimiento de la<br />
Agricultura Familiar (PRONAF),<br />
por lo difícil que resulta el acceso<br />
al adecuado financiamiento. Sin embargo,<br />
se avanzó poco en vincular al<br />
crédito con una dinámica local/regional,<br />
donde las personas involucradas<br />
discutan y tomen decisiones de forma<br />
participativa.<br />
En los espacios donde se debaten<br />
las políticas públicas locales y territoriales<br />
es aún más difícil conducir una<br />
discusión no solo sobre el crédito, sino<br />
sobre economía solidaria, en la cual la<br />
acción del crédito esté comprendida.<br />
También es difícil establecer una conexión<br />
entre estas discusiones con lo<br />
que está sucediendo en otros territorios<br />
del Brasil y en otros países, como<br />
por ejemplo la acción de microcrédito<br />
en Bangladesh.<br />
Este trabajo desarrollado con<br />
familias campesinas refuerza el entendimiento<br />
de que el crédito tiene<br />
que estar vinculado a: i) la gestión<br />
participativa, con la participación de<br />
los beneficiarios, las instituciones de<br />
asesoría técnica y educación rural, así<br />
como de las instituciones financieras;<br />
ii) el asesoramiento técnico adecuado<br />
y sistemático; iii) el proceso continuo<br />
de formación e información; iv) el<br />
acceso a la tierra y la regularización<br />
de su tenencia; y v) las políticas de<br />
comercialización y abastecimiento.<br />
Estas acciones están disociadas en la<br />
práctica, especialmente en aspectos<br />
de crédito oficial y, lamentablemente,<br />
a pesar de todo este trabajo, no han<br />
sufrido cambios significativos.<br />
El hecho es que, en los últimos<br />
años, el microcrédito se ha convertido<br />
en una alternativa importante<br />
junto a otras políticas para el desarrollo<br />
socioeconómico a través de la<br />
integración de las personas que antes<br />
estaban marginadas de la economía<br />
y que de esta forma han logrado desarrollar<br />
sus actividades productivas.<br />
Esta alternativa de microcrédito ha<br />
logrado resaltar la preocupación por<br />
el poco estímulo y apoyo del mercado<br />
capitalista financiero para el desarrollo<br />
de una economía en la que el aspecto<br />
social prime sobre el monetario.<br />
En 2007, la experiencia de la Cartera<br />
de Microcrédito Agroecológico y<br />
Solidario de la Caatinga, reconocida<br />
como una tecnología social, fue finalista<br />
del Premio de la Fundación del<br />
Banco do Brasil en Tecnología Social,<br />
lo que permitió una mayor visibilidad<br />
en la región y despertó el interés de los<br />
organismos oficiales de crédito. Este<br />
proceso de aprendizaje y enseñanzas<br />
sigue firme y vigente, otorgando más<br />
crédito a quien respeta el medio ambiente.<br />
Burguivol Alves de Souza<br />
Correo electrónico:<br />
burguivol@caatinga.org.br<br />
Giovanne Henrique Sátiro Xenofonte<br />
Correo electrónico:<br />
giovanne@caatinga.org.br<br />
Iranildo y Antonia en su chacra<br />
Foto: Archivos de Caatinga<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
13
Experiencia de fondos solidarios<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
14<br />
JOSÉ MANUEL VÁZQUEZ VARELA<br />
Al noroeste de España, en Galicia, se ha mantenido en<br />
uso casi hasta el presente un sistema que permitió a<br />
los pequeños agricultores y ganaderos disponer de un seguro<br />
de ayuda mutua, sin ánimo de lucro, para defenderse de<br />
las posibles pérdidas en su limitada cabaña ganadera. Se<br />
aseguraban vacas, cabras, ovejas, cerdos y en algún caso<br />
hasta gallinas. Los campesinos formaban por cuenta propia<br />
unas asociaciones o mutuas ganaderas integradas por los<br />
miembros de un pequeño número de aldeas que formaban<br />
parte de la unidad administrativa eclesial: la parroquia.<br />
Cada tres meses, un grupo conformado por personas de<br />
reconocida honestidad y profesionalidad elegidas por los<br />
vecinos, recorrían las cuadras o visitaban al ganado reunido<br />
los domingos en puntos estratégicos para darle un hipotético<br />
valor económico, siempre por debajo del valor real. La<br />
existencia de estas asociaciones de campesinos de minifundio<br />
con escasos recursos para asegurar su ganado se documenta<br />
desde el siglo XVIII y ha llegado casi hasta nuestros días.<br />
Cuando un animal de los asegurados sufría un daño,<br />
como la pérdida de un ojo o de un cuerno, que dificultaba su<br />
uso para los trabajos del campo, o bien enfermaba o moría,<br />
se le abonaba a su dueño la compensación acordada y el<br />
coste de la misma era sufragado por todos los miembros del<br />
seguro en proporción al valor de lo que tenían asegurado.<br />
Cada cierto tiempo se revisaba el ganado para actualizar su<br />
valor y también se renovaban los cargos de quienes presidían<br />
o prestaban el servicio de peritos en el control del valor del<br />
ganado. De este modo, y como nadie cobraba por esta labor<br />
de tipo cooperativo vecinal, se podían compensar al menos<br />
parcialmente las pérdidas, salvo en un caso catastrófico como<br />
una epidemia, pues si morían casi todos los animales nadie<br />
podía hacer frente a esta tragedia. Este tipo de seguros basados<br />
en el control y la autogestión de los pequeños campesinos<br />
autónomos rindió buenos frutos hasta fines del siglo pasado,<br />
cuando el proceso de la industrialización y globalización de<br />
las producciones agrarias y ganaderas lo hizo inviable.<br />
Entre las causas de su desaparición se pueden señalar:<br />
el desarrollo de las industrias agroalimentarias vinculadas<br />
con el vacuno y el porcino, que en la inmensa mayoría de<br />
los casos eran los animales asegurados, la desaparición del<br />
Las mutuas ganaderas<br />
de los pequeños ganaderos de Galicia<br />
En Galicia la parroquia es una unidad<br />
de tipo eclesiástico de reducidas<br />
dimensiones –la menor–, que<br />
comprende un conjunto de pequeñas<br />
aldeas. Ni estas, ni aquella tienen<br />
personalidad administrativa civil de<br />
acuerdo con la ley, pero en la vida<br />
cotidiana funcionan como unidades<br />
sociales. Una mutua ganadera puede<br />
estar formada por las personas de una<br />
o varias aldeas, de toda la parroquia, o<br />
de personas de distintas parroquias<br />
pequeño campesinado, la crisis del campo y la emigración a<br />
las ciudades, la valoración a la baja del ganado con relación al<br />
precio real de mercado debido a la mayor calidad de las reses<br />
y el trabajo que suponía para los encargados de hacer las<br />
revisiones el tener que visitar casa por casa, porque ya había<br />
poco ganado en las asociaciones. La aparición de los seguros<br />
agrarios fue otro motivo, aunque no el más importante, ya que<br />
estos, a pesar de proporcionar unas compensaciones mayores<br />
por la pérdida del ganado, requerían una serie de trámites<br />
mucho más complejos que el de los seguros tradicionales,<br />
especialmente en los aspectos sanitarios y burocráticos.<br />
Actualmente, el agroseguro que ha reemplazado al sistema<br />
anterior, al menos bicentenario, lo forman una serie de<br />
compañías a las que se afilia el ganadero, el cual paga una<br />
pequeña cuota y recibe una indemnización mayor que con<br />
el sistema tradicional, porque las aseguradoras tienen una<br />
subvención del Estado español que varía de acuerdo con las<br />
necesidades y los riesgos de cada año.<br />
José Manuel Vázquez Varela<br />
Universidad de Santiago de Compostela, España<br />
Correo electrónico: josemanuel.vazquez@usc.es
Fondos rotativos solidarios y la agroecología:<br />
la experiencia de Paraíba<br />
Los Fondos Rotativos Solidarios<br />
(FRS) son formas de organización<br />
que permiten que las comunidades<br />
realicen ahorros colectivos a<br />
partir de recursos de cooperación externa<br />
o de recursos obtenidos localmente.<br />
La aplicación de los recursos y<br />
su reposición progresiva por las nuevas<br />
inversiones se rigen por normas y<br />
ritmos determinados por la propia comunidad<br />
y se reflejan en las palabras<br />
de un agricultor: “Me voy a esforzar<br />
para que los otros también reciban<br />
el beneficio que yo recibí”. Este movimiento<br />
de aplicación, reposición y<br />
reinversión obedece a una lógica de<br />
solidaridad particular de las comunidades<br />
tradicionales.<br />
De hecho, los FRS nacieron de<br />
las experiencias tradicionales de reciprocidad<br />
que, por ejemplo, llevan<br />
a cualquier agricultor o agricultora a<br />
compartir el agua potable, porque “en<br />
el sertão, el agua no se niega” (sertão:<br />
región semiárida del Nordeste del Brasil),<br />
o incluso a criar a sus animales en<br />
áreas de pastos comunales, de reservas<br />
de pastos, o a ayudar a una familia<br />
necesitada a comprar una cabra para<br />
leche e iniciar su crianza. Existen,<br />
desde siglos, los llamados esfuerzos<br />
GHISLAINE DUQUE, JOSÉ CAMELO DA ROCHA, JOSÉ WALDIR DE SOUSA COSTA<br />
colectivos para la construcción o mantenimiento<br />
de los bienes comunes (carreteras,<br />
presas, pozos) o en beneficio<br />
de las familias que necesitan de ayuda<br />
para cosechar los campos o remodelar<br />
sus casas. Estas prácticas colectivas<br />
permiten dignidad y una mejor calidad<br />
de vida a miles de familias campesinas<br />
en las regiones semiáridas brasileñas.<br />
Los FRS se muestran como un fuerte<br />
instrumento de economía comunitaria<br />
al servicio del desarrollo autocentralizado,<br />
basado en la agroecología.<br />
Las primeras experiencias de los<br />
Fondos Solidarios<br />
La dinámica de la formación de los<br />
Fondos Solidarios (FS) posee una larga<br />
historia en Brasil, pero es a partir<br />
de la década de 1980 que gana impulso<br />
con los movimientos sociales y actividades<br />
comunitarias relacionadas con<br />
las distintas iglesias.<br />
El primer FS en Paraíba surgió en<br />
1993 en la Comunidad Campesina de<br />
Caiçara, municipio de Soledade. Este<br />
primer proyecto fue financiado por la<br />
Catholic Relief Service (CRS) en colaboración<br />
con el Programa Mundial<br />
de Alimentos. El trabajo fue realizado<br />
por el PATAC (Programa de Aplica-<br />
Esfuerzo grupal para limpiar la siega, una práctica tradicional de solidaridad<br />
Foto: Adriana Galvão Freire<br />
Foto: Adriana Galvão Freire<br />
Pareja de agricultores beneficiada por los<br />
fondos rotativos solidarios<br />
ción de Tecnologías Apropiadas para<br />
las Comunidades) en asociación con el<br />
Sindicato de Trabajadores Rurales de<br />
Soledade (STR) y la parroquia local.<br />
El objetivo era crear una manera de<br />
proporcionar fondos para la construcción<br />
de tanques cisternas de placas.<br />
Esta comunidad fue elegida porque<br />
tenía una gran deficiencia en recursos<br />
hídricos y el agua que obtenían mediante<br />
camiones cisternas no la podían<br />
almacenar con la seguridad necesaria<br />
para garantizar su calidad potable.<br />
Inicialmente, los ‘promotores’<br />
de los primeros FRS pretendían solo<br />
multiplicar los escasos recursos que<br />
tenían para satisfacer la demanda de<br />
los tanques cisterna de la comunidad.<br />
Waldir, entonces miembro de la Unión<br />
de Trabajadores Rurales de Soledade,<br />
cuenta así la historia del primer Fondo<br />
Rotativo: “Era un momento de crisis<br />
en el suministro de agua, una gran<br />
sequía que había durado varios años.<br />
No había más agua en la represa de<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
15
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
Articulación de la Región Semiárida (ASA)<br />
La ASA es una red que reúne en Paraíba, desde 1993, a comunidades, parroquias,<br />
ONGs y otras organizaciones de la población, para discutir y proponer acciones<br />
para la convivencia en la región semiárida. Los temas abordados por la ASA son:<br />
captura, almacenamiento y tratamiento de agua potable y agua para los animales<br />
y producción; transición agroecológica, los pesticidas agrícolas y los OGM<br />
(organismos genéticamente modificados); el rescate y la recuperación de semillas<br />
autóctonas y los bancos familiares y comunitarios de semillas; las políticas públicas<br />
y el desarrollo sostenible. Los encuentros e intercambios de experiencias<br />
a nivel de comunidad, región y Estado, favorecen la organización, iniciativas,<br />
autonomía de las familias y el rescate de su autoestima.<br />
En 1999 se creó la ASA-Brasil, que reúne a más de mil entidades de todo el<br />
noreste y el norte de Minas Gerais y Espirito Santo. Con las experiencias desarrolladas<br />
en varios estados se elaboró el programa de Formación y Movilización<br />
Social para la Convivencia con la Región Semiárida, también conocido como el<br />
programa "Un Millón de Cisternas” (P1MC). Como su nombre lo indica, el P1MC<br />
no tiene como objetivo simplemente la construcción de cisternas, sino que implica<br />
todo un proceso de capacitación y organización.<br />
El P1MC, después de varias etapas de pruebas y ajustes, se estableció y convirtió<br />
en una política pública adoptada por el gobierno. Fue seguido por otro<br />
programa: el P1+2 (una tierra y dos aguas); es decir, una tierra suficiente para<br />
producir reforma agraria y una bien conducida transición agroecológica, mientras<br />
que dos aguas significa: cisterna para beber y cocinar, y otra para producir.<br />
16<br />
Soledade ni en los pequeños estanques<br />
y represas de las zonas rurales.<br />
Los camiones cisterna venían de otras<br />
ciudades para abastecer a las zonas<br />
urbanas y rurales, donde la situación<br />
era más crítica. Era una situación de<br />
emergencia. No se trataba de salvar a<br />
los rebaños sino de salvar a la gente.<br />
El problema era que en las comunidades<br />
rurales no habían reservorios para<br />
depositar el agua. Por lo general, los<br />
camiones cisterna vertían el agua en<br />
pozos de piedra o incluso en zonas<br />
barrosas. Era más barro que agua. La<br />
gente y los animales se amontonaban<br />
esperando por el agua que llegaba dos<br />
o incluso una vez a la semana ‘¿Qué<br />
hacer?’, le pregunté a mi compañero<br />
(el padre de la parroquia), ‘esto no<br />
puede continuar así’. Nos enteramos<br />
después de la existencia de unas cisternas<br />
redondas, que no eran construidas<br />
con ladrillos sino con placas<br />
de cemento armado, que eran muy<br />
baratas en comparación con las cisternas<br />
tradicionales cuadradas. El padre<br />
y yo buscamos información sobre estas<br />
nuevas cisternas. En realidad, resultaban<br />
económicas. El problema de<br />
la falta de depósitos se podía reducir<br />
con la construcción de estas cisternas.<br />
Pero el problema era cómo construirlas,<br />
no era suficiente hacer una o dos<br />
¿Cómo construir cisternas para todos<br />
si no teníamos suficientes recursos?<br />
Después de mucho pensar, decidimos<br />
hacer una especie de consorcio. La<br />
primera se hizo como un esfuerzo conjunto<br />
de la sala comunitaria de Caiçara.<br />
Luego tuvimos apoyo para seis más<br />
(...) La comunidad apoyó y ante la evidencia<br />
del éxito de estas seis cisternas,<br />
se formaron otros seis grupos de cinco<br />
familias cada uno. Cuando estas 30 familias<br />
habían construido sus cisternas,<br />
cada grupo dio origen a un nuevo grupo,<br />
hasta que todas las familias fueron<br />
atendidas. Cuando todas las cisternas<br />
se completaron, empezamos a darnos<br />
cuenta de la necesidad de continuar. Y<br />
continuamos...”.<br />
Cómo funcionaron los primeros<br />
Fondos Rotativos en Paraíba<br />
(En base a lo relatado por María do Socorro<br />
de L. Oliveira en su tesis de Maestría:<br />
“Cooperación entre Campesinos: Un estudio<br />
de los Fondos Rotativos Solidarios”.<br />
Universidade Federal de Campina Grande,<br />
Brasil - UFCG, 2006).<br />
Cierta cantidad de dinero, correspondiente<br />
al material de una o dos<br />
cisternas, fue prestado a un grupo de<br />
familias después de llegar a un entendimiento<br />
con la comunidad. Estas<br />
familias se comprometieron solidariamente<br />
a devolver el préstamo bajo la<br />
modalidad y ritmo decididos por todo<br />
el grupo en conjunto. Se seleccionó a<br />
la primera familia en ser beneficiada,<br />
y el trabajo se desarrolló por el sistema<br />
de trabajo en comunidad. A medida<br />
que el volumen de las devoluciones lo<br />
permitía, las siguientes familias fueron<br />
seleccionadas por sorteo y se fueron<br />
construyendo más cisternas. Cuando<br />
todas las familias del grupo tuvieron<br />
sus cisternas, las últimas devoluciones<br />
del préstamo posibilitaron la creación<br />
de un nuevo fondo rotativo en la comunidad,<br />
y también la adquisición de<br />
otros bienes para el grupo. Después de<br />
haberse construido las últimas cisternas<br />
de cada grupo, las últimas cuotas<br />
eran devueltas al PATAC que, si existía<br />
la necesidad, reiniciaba la construcción<br />
para otro grupo en la misma<br />
comunidad, o sino en otra comunidad<br />
cuyas familias tuviesen necesidad de<br />
cisternas.<br />
Hoy en día, cada una de las 90<br />
familias de la comunidad de Caiçara<br />
posee al menos una cisterna y varios<br />
otros bienes y mejoras adquiridos con<br />
el FRS, como alambrados para cercas,<br />
reservorios subterráneos, palma forrajera,<br />
animales, etc., cuando en un principio<br />
solamente tenían un agujero en el<br />
Materiales para una<br />
cisterna de placas<br />
Una cisterna de 3 metros de<br />
diámetro y 2,40 de altura requiere<br />
20 sacos de cemento, 34<br />
kg de fierro y 8 kg de alambre,<br />
33 kg de zinc, 200 latas de arena<br />
(por lo general se encuentra<br />
en la zona), 50 latas de cascajo,<br />
5 kg de cal y 12 metros de tuberías<br />
de PVC.
Fotos: Adriana Galvão Freire<br />
suelo para almacenar el agua que les<br />
traían los camiones. ¡Pensar que iniciaron<br />
su camino con apoyo financiero<br />
para solo seis cisternas de placas!<br />
El sistema del FRS se difundió por<br />
todo Paraíba mediante la asociación<br />
con diversas entidades que componen<br />
la Articulación de la Región Semiárida<br />
de Paraíba (ASA-PB).<br />
¿Cuál es la relación de los FRS con<br />
la transición agroecológica?<br />
Para avanzar en la transición hacia<br />
la agroecología, las familias necesitan<br />
las condiciones necesarias para la estructuración<br />
de sus pequeñas propiedades.<br />
Esto podría darse a través de<br />
las líneas de crédito ofrecidas por las<br />
políticas públicas. Pero estas familias<br />
no siempre son capaces de responder<br />
satisfactoriamente a los requisitos exigidos<br />
por los bancos. Los FRS, por<br />
otro lado, sí permiten acceder a los recursos<br />
sin mucha burocracia.<br />
En un primer nivel, podemos identificar<br />
una serie de actividades que promueven<br />
la transición agroecológica y<br />
Encuentro de FRS, Juazeirinho, Paraíba (2010)<br />
que fueron realizadas gracias al apoyo<br />
de los FRS: diversas formas de almacenamiento<br />
de agua (cisternas, tanques<br />
de piedra, lagunas, embalses, aguas<br />
subterráneas, etc.) y de forraje (ensilaje,<br />
heno, harinas y salvados); preservación<br />
de semillas nativas (bancos de ‘Semillas<br />
de la Pasión’, como se les llama en<br />
Paraíba); y la formación de los grupos<br />
de trabajo para tareas específicas (cercas<br />
de alambres, cultivo de la palma<br />
forrajera, huertas colectivas, crianza de<br />
animales).<br />
Con agua cerca de sus hogares, las<br />
familias despiertan a una nueva forma<br />
de relacionarse con la naturaleza para<br />
mejorar el sistema productivo. La diversificación<br />
de su producción por el cultivo<br />
de especies frutales, medicinales y<br />
forrajeras, así como por el procesamiento<br />
de frutas y su comercialización, el<br />
almacenamiento de forrajes y la mejora<br />
de los sistemas de crianza de animales,<br />
ha contribuido a la seguridad alimentaria<br />
de los hogares y a la sostenibilidad<br />
de sus sistemas desde la perspectiva de<br />
la convivencia con la región semiárida<br />
Foto: Adriana Galvão Freire<br />
Joven beneficiaria del FRS de animales, comunidad de<br />
Caiçara, Soledade, Parabaíba<br />
y la transición agroecológica. Estos<br />
resultados económicos son incorporados<br />
por las familias en el proceso de<br />
discusión y se añaden a la conquista<br />
de la ciudadanía y a la producción de<br />
los conocimientos logrados.<br />
La experiencia de autogestión de<br />
fondos por la comunidad fortalece la<br />
autonomía y la autoestima. Por lo tanto,<br />
nace una nueva relación –que ya no<br />
es de subordinación, sino de intercambio<br />
de conocimientos entre iguales–<br />
Palabras testimoniales<br />
“Cuando hay una reunión, la gente de los FRS es la primera en llegar. Los FRS cambian el espíritu de<br />
las personas. Ellas comienzan a comprometerse”.<br />
Desde nuestra organización hemos creado una asociación de pequeños productores y cada 15 días, los<br />
domingos, tenemos reuniones. Esto surgió del trabajo con los Fondos Rotativos y facilitó el acercamiento<br />
entre los miembros de la comunidad y los miembros de las comunidades vecinas.<br />
“Lo que llamó la atención fue la discusión del pago. La gente parecía tener los pies en la tierra: vamos a<br />
recibir la cisterna, pero vamos a pagar por ella. Eso para nosotros fue una de las novedades del proyecto:<br />
discutir de economía con los que no tienen buenas condiciones económicas”.<br />
“Nos reunimos. Invitamos a los agricultores que son jornaleros, quienes trabajan a diario para sobrevivir<br />
de sus campos y parcelas. Tuvimos una reunión con ellos y discutimos: ¿ustedes tienen el interés de<br />
hacer las cisternas? Todos ellos respondieron: ¡Sí tengo, pero no estoy en condiciones de pagar!”.<br />
Así empezamos a darnos cuenta de que existían situaciones diferentes dentro de la comunidad. Es así<br />
que algunos pagan 10 reales o 5 reales por mes.<br />
“En mi comunidad, el techo de la casa de una persona pobre cayó en un fuerte invierno. Esta persona<br />
tenía muchos hijos pequeños que se quedaron al aire libre. Así que nosotros, los del grupo de los FR,<br />
nos reunimos y decidimos que deberíamos usar el dinero de la caja para ayudar a esa persona a construir<br />
su techo”.<br />
Además, cambió la manera de pensar de las personas. Dejaron de ser individualistas, son más organizadas<br />
ahora.<br />
“En mi grupo primero se exigió que se hiciese una cisterna para una persona que tuvo grandes dificultades”.<br />
Lo que cambió fue el compromiso. Es como el embrión de la organización en la comunidad.<br />
(Testimonios recogidos en las reuniones de evaluación de los FRS)<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
17
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
18<br />
que relaciona tanto a los productores<br />
entre sí como a los productores con los<br />
mediadores. El rescate de los conocimientos<br />
tradicionales permite a los<br />
productores experimentadores adaptar<br />
normas técnicas a sus propios ecosistemas,<br />
respetando sus tradiciones. Se<br />
crea un clima de reflexión, impulsado<br />
por las reuniones en las comunidades,<br />
y un movimiento de ida y vuelta (reuniones,<br />
debates, boletines, informes)<br />
que va desde el nivel local, regional y<br />
estatal hacia el nacional, y regresa del<br />
nacional a la comunidad. Es una organización<br />
que permite que las experiencias<br />
felices sean valorizadas y se conviertan<br />
en referencias que finalmente<br />
sean propuestas al gobierno para su<br />
adopción como políticas públicas.<br />
A raíz de la primera experiencia<br />
realizada con los FRS en 1993, el proceso<br />
se irradió a las miles de familias<br />
involucradas y distribuidas en más de<br />
1.800 comunidades de 140 municipios<br />
en todo el Estado. Ahora, los FRS han<br />
crecido en número de grupos, en diversidad<br />
de acciones y en las formas<br />
y modalidades de gestión, tal como lo<br />
define José Maciel, de la Comunidad<br />
de Caiçara: “Esta es la forma en que<br />
crecemos en comunidad”.<br />
Ghislaine Duque<br />
Socióloga, investigadora del Conselho<br />
Nacional de Desenvolvimento Científico<br />
e Tecnológico – CNPq. Universidad<br />
Federal de Campina Grande (UFCG/<br />
PPGCS)<br />
Correo electrónico: ghduque@uol.com.br<br />
José Camelo da Rocha<br />
Miembro del equipo de la AS-PTA.<br />
Correo electrónico: camelo@aspta.org.br<br />
José Waldir de Sousa Costa<br />
Miembro del equipo del PATAC (Programa<br />
de Aplicación de Tecnologías<br />
Apropiadas para las Comunidades).<br />
Correo electrónico:<br />
waldirpatac@veloxmailcom.br<br />
La experiencia de Credivida<br />
en el crédito rural<br />
LUISA SANTUR<br />
El proceso de dinamización productiva y estabilización económica que<br />
vive el Perú en los últimos años ha supuesto para el segmento moderno<br />
del sector rural oportunidades interesantes de mercado, las cuales tienen su<br />
mejor expresión en las crecientes tasas de crecimiento de la agroexportación<br />
en diversos productos, buena parte de ellos no tradicionales.<br />
Este comportamiento ha generado también, directa o indirectamente,<br />
oportunidades para un segmento de pequeños productores agrícolas, sea<br />
porque pueden incorporarse a una cadena de aprovisionamiento al exterior<br />
–dado que vienen registrando demandas específicas de un activo sector<br />
agroindustrial–, o simplemente para la siembra de sus productos de panllevar,<br />
algunos de los cuales han logrado una relativa revalorización como<br />
resultado de la reducción de las áreas que se dedican a producir para el<br />
mercado interno.<br />
Estos procesos, sin embargo, no han ido de la mano con una oferta crediticia<br />
suficiente y oportuna que les permita a los pequeños productores un<br />
mayor aprovechamiento de estas oportunidades. Es esta la razón por la que<br />
Credivida, que ya tenía algunos años de experiencia en el financiamiento<br />
a MYPES urbanas, se involucra en el financiamiento agrícola. Al hacerlo<br />
partía ya de ciertos aprendizajes:<br />
• que la lógica de operación de una entidad financiera –aun cuando pudiera<br />
ser no regulada como lo es una ONG– debe ser la de sinceramiento y<br />
cobertura de costos, si es que aspira a ser sostenible en el tiempo<br />
• que la actividad crediticia es fundamentalmente evaluación de riesgos,<br />
por lo que requiere rigurosidad por parte de quien lo opera<br />
• que el crédito no tiene beneficiarios sino clientes<br />
Con estas premisas Fovida se involucró progresivamente en el financiamiento<br />
de diversas cadenas productivas:<br />
• de producción de papa –variedad capiro– para la agroindustria<br />
• de producción de papas nativas para la agroindustria<br />
• de producción de alcachofa con fines de exportación<br />
• de producción de café para el mercado externo<br />
La estrategia de intervención partió de modelar, para cada caso, productos<br />
financieros lo más ajustados posible a las necesidades de los diversos cultivos,<br />
así como esquemas de amortización en función a los flujos de ingresos<br />
que estos generaban. El monto promedio de los préstamos se estableció en<br />
función del costo de producción del cultivo, y la modalidad de desembolso,<br />
de acuerdo al ciclo productivo del mismo (se ofrecen líneas de crédito, desembolsos<br />
en una sola armada, así como créditos de cortísimo plazo). Las<br />
garantías están en función del monto solicitado. El plan de pagos también<br />
se ajustó a la particularidad del producto financiado, y es que mientras hay<br />
productos que se cosechan y pueden ser amortizados en un solo momento<br />
(caso de la papa y algunas hortalizas), hay otros, como la alcachofa y<br />
los frutales, que lo hacen por ‘pañas’ o durante un lapso determinado. Los
Credivida es el Programa de Crédito de la ONG peruana<br />
Fomento de la Vida –Fovida–. Este programa<br />
opera en base a su propio autosostenimiento y sus<br />
resultados son de público conocimiento a través de<br />
la pagina web www.copeme.org.pe y del mix market.<br />
productores de leche pueden pagar su<br />
crédito semanalmente, mientras que<br />
los que se dedican al engorde de ganado<br />
necesitan un período entre cuatro y<br />
seis meses.<br />
Distinto es también financiar cadenas<br />
productivas, cuyo precio está previamente<br />
establecido entre el productor<br />
y el comprador, que cadenas como<br />
la del café, cuyo referente –al ser un<br />
commodity– es fijado por el mercado<br />
internacional y por lo tanto es variable<br />
en el tiempo. Esto sin contar las variaciones<br />
que se presentan dependiendo<br />
de que el producto sea objeto de algún<br />
tipo de certificación o no.<br />
Los procesos operativos de Credivida<br />
también tuvieron que adecuarse a<br />
las posibilidades de cada zona, siendo<br />
así que los desembolsos de los créditos<br />
se pueden hacer con cheques, giros<br />
bancarios o transferencia a cuenta. Los<br />
pagos por parte del agricultor se pueden<br />
hacer a través de entrega de mercadería<br />
–para que Credivida la facture a<br />
la empresa (en el caso de las cadenas)–<br />
o en efectivo.<br />
El conocimiento y reconocimiento<br />
mutuo que se ha ido logrando en el<br />
tiempo entre Credivida y los agricultores,<br />
del primero como proveedor sostenido<br />
de crédito, y del segundo como<br />
buen pagador del mismo, han permitido<br />
transitar del crédito –con fines exclusivamente<br />
agrícolas– a créditos para<br />
mejora o compra de maquinaria agrícola,<br />
compra de terrenos y mejoras de<br />
vivienda, lo que ha llevado a Credivida<br />
a trabajar créditos en distintas monedas<br />
y con plazos de pago diferenciados.<br />
La masificación del servicio, aun<br />
en la pequeña escala en la que opera la<br />
ONG, le viene permitiendo a Credivida<br />
ofrecer tasas de interés activas muy<br />
competitivas, de forma tal que en algu-<br />
nas zonas ya se viene ofreciendo crédito<br />
a tasas menores que el promedio<br />
del sistema financiero. Esto se da aun<br />
cuando Credivida solo se sostiene en<br />
base a su propia actividad y su gestión<br />
se hace en los estándares más próximos<br />
a los de una entidad financiera (lleva<br />
contabilidad financiera y aplica provisiones<br />
sobre cartera, según lo indica la<br />
Superintendencia de Banca y Seguros).<br />
Adicionalmente, paga el Impuesto General<br />
a las Ventas (IGV) por los intereses<br />
devengados –aun cuando estos no<br />
hayan sido efectivamente percibidos–,<br />
según la norma de comprobantes de<br />
pago vigentes en el país.<br />
A Credivida, no obstante la discreta<br />
escala que le permiten sus recursos, el<br />
proceso seguido le ha servido para:<br />
• validar que la pequeña agricultura,<br />
aun la de panllevar, puede responder<br />
bien a un crédito otorgado en la<br />
medida y oportunidad adecuada<br />
• confirmar que el financiamiento de<br />
la actividad agrícola conlleva un<br />
endeudamiento promedio por prestatario<br />
superior al promedio de las<br />
microfinanzas urbanas (pocas veces<br />
menos de 1.000 USD) que obliga a<br />
un proceso cuidadoso y detallado<br />
de evaluación crediticia<br />
• comprobar que el financiamiento<br />
de la agricultura bajo contrato permite<br />
contrapesar los riesgos que<br />
conlleva el financiamiento de actividades<br />
agropecuarias orientadas al<br />
mercado masivo<br />
• constatar que el crédito agrícola,<br />
por la concentración estacional que<br />
En el valle del Río Chillón, Lima, Perú, el agricultor Sr. Diógenes<br />
Gómez suscribe un contrato de crédito agrícola en presencia del Ing.<br />
Rolando Molina de la ONG FOVIDA<br />
conlleva, impacta sensiblemente<br />
en la caja o liquidez de la entidad<br />
prestamista, básicamente si es una<br />
entidad pequeña, no solo por los<br />
montos promedio (superiores a los<br />
de las microfinanzas urbanas), sino<br />
porque los plazos de pago dependen<br />
del período vegetativo del producto<br />
a financiar. Esto genera períodos<br />
de mucha liquidez en el año<br />
en contraste con otros en los que se<br />
presenta una fuerte restricción de la<br />
misma<br />
• plantear –en función de lo anterior–<br />
la necesidad de contar con instrumentos<br />
financieros de segundo piso<br />
acordes a la dinámica de las entidades<br />
microfinancieras rurales. Por<br />
ejemplo, son casi inexistentes las<br />
‘líneas de crédito’ para las entidades<br />
microfinancieras a tasas razonables<br />
por parte de los organismos de cooperación<br />
o de las financieras. Lo<br />
que existe en relativa abundancia<br />
es el crédito estándar, no siempre<br />
adecuado a la dinámica de las Instituciones<br />
Micro Financieras (IMFs)<br />
que brindan crédito agropecuario<br />
• desarrollar productos financieros<br />
de largo plazo debido a los requerimientos<br />
específicos de algunas<br />
actividades agrícolas, como por<br />
ejemplo: la renovación de plantas<br />
de café, cuyo período de maduración<br />
es cercano a los cinco años<br />
• tener en cuenta que el retraso en el<br />
pago de los créditos como resultado<br />
de una mala campaña agrícola suele<br />
tener un tiempo promedio mayor<br />
Foto: J.Guinet Cabral<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
Servicios financieros adaptados<br />
19
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
20<br />
de normalización que en el caso de los créditos urbanos. Es más,<br />
requiere una gestión de cobranza particular, pues muchas veces el<br />
deudor necesita de un nuevo préstamo para reiniciar su campaña<br />
productiva y así honrar el préstamo atrasado<br />
• que la ampliación y profundización del crédito agrícola hacia zonas<br />
altas y de secano debe ir acompañado del desarrollo de fondos de<br />
garantía y seguros que cubran en alguna medida las eventuales pérdidas<br />
por factores climáticos, recurrentes en estas zonas<br />
• constatar la conveniencia de articular intervenciones de asistencia<br />
técnica con crédito, pues le da viabilidad a la primera y reduce los<br />
riesgos de la entidad crediticia<br />
En el caso de nuestros clientes, consideramos que el acceso al crédito<br />
les ha permitido:<br />
• incorporarse a cadenas productivas y suscribir contratos de abastecimiento<br />
de materias primas con la seguridad de que contarán con<br />
el financiamiento necesario para llevarlas adelante<br />
• acometer el sembrío de productos que requieren mayor inversión y<br />
que suelen tener un mayor precio de realización en el mercado<br />
• independizarse de las empresas que comercializan agroquímicos,<br />
así como de los acopiadores rurales. En ambos casos, esto les permite<br />
un mayor margen de selección, a la vez que la posibilidad de<br />
negociar mejores precios para los productos que compran y venden<br />
respectivamente<br />
• demostrar el cumplimiento de sus créditos con fines agrícolas, lo<br />
que les permite el acceso a préstamos de mediano plazo para la adquisición<br />
o mejora de equipos y tractores, así como para la compra<br />
de terrenos y mejora de vivienda. La participación de este tipo de<br />
créditos en la cartera de Credivida viene siendo tendencialmente<br />
creciente y sostenido<br />
• construir un historial crediticio en la medida en que los créditos<br />
otorgados por Credivida se encuentran registrados y publicados en<br />
las principales centrales de riesgo del país y, por ende, son de público<br />
conocimiento. Son ya numerosos los agricultores que empiezan<br />
a recibir ofertas de crédito de parte de las entidades financieras<br />
formales<br />
En conclusión, la intervención de Credivida –y la de cualquier otra<br />
entidad involucrada en el financiamiento rural– cubre una carencia<br />
muy sentida en este medio y es central para que el pequeño agricultor<br />
aproveche las oportunidades del mercado. No obstante, demanda de la<br />
entidad prestataria una gestión fina de los recursos, un conocimiento<br />
apropiado de la actividad a financiar, agilidad en el proceso de evaluación,<br />
mucha creatividad tanto en el diseño de productos financieros<br />
como en los procesos operativos que viabilicen la actividad sin encarecerla,<br />
así como mucha responsabilidad social y ética para no abusar de<br />
una posición de dominio en un contexto de amplia necesidad por este<br />
tipo de recursos.<br />
Luisa Santur<br />
Credivida – Fovida<br />
Correo electrónico: luisa@fovida.org.pe<br />
www.copeme.org.pe<br />
La Cabrita:<br />
una experiencia<br />
productiva<br />
autónoma<br />
En <strong>LEISA</strong> 21-3 (diciembre de 2005)<br />
se publicó el artículo de La Cabrita,<br />
“Una experiencia familiar de Producción<br />
Ecológica”. Este número de la<br />
revista se centró en el tema de la crianza<br />
de animales menores y su importancia<br />
para la pequeña producción agrícola<br />
sostenible. Ahora, dado el tema de LEI-<br />
SA 26-2 (julio 2010), “Los servicios financieros<br />
y la agricultura sostenible a<br />
pequeña escala”, consideramos de interés<br />
informar sobre cómo el éxito de La<br />
Cabrita ha sido sostenible desde sus inicios<br />
en 1998, fecha en la cual Don Manuel<br />
y Doña Virginia decidieron trasladarse<br />
a Cerro Puquio para comenzar la<br />
empresa familiar con el apoyo de sus<br />
cuatro hijos, en ese tiempo estudiantes.<br />
Año tras año, la innovación y mejora<br />
continua ha sido una característica de<br />
la producción de esta pequeña empresa,<br />
a pesar de los muchos problemas<br />
que ha tenido que afrontar la familia,<br />
tales como el robo de sus animales y el<br />
incendio de la planta de procesamiento<br />
de leche y fabricación de queso y otros<br />
derivados lácteos.<br />
Don Manuel, el padre (80), y Guicella<br />
(40), son los responsables de la crianza<br />
de las cabras y el cultivo de forraje;<br />
Milagros (35, dos hijos), es responsable<br />
de la planta de producción de leche y<br />
queso; Carlos (38), maneja la cría de<br />
cerdos junto con su madre, Doña Virginia<br />
(73); y Aracelli (32, dos hijos),<br />
quien junto con su esposo se dedica a<br />
la avicultura ecológica (gallinas, pollos<br />
y huevos). Toda la familia participa en<br />
las actividades de comercialización, las<br />
hijas mujeres y el padre en las Ferias<br />
Ecológicas semanales en la ciudad, y
Foto: Archivos <strong>LEISA</strong>-AL<br />
La Cabrita es una experiencia exitosa de cría ecológica de cabras<br />
para la producción de leche desarrollada por la familia Igreda Lix<br />
en un lugar árido y rocoso, sin acceso al agua para riego y sin lluvia<br />
(característica de la zona costera en la región central del Perú). Con<br />
2,5 hectáreas, la granja está situada en las laderas de la parte baja<br />
Valle del Río Chillón, en un lugar llamado Cerro Puquio, 28 km al<br />
Carlos –el hijo varón– se encarga de<br />
la comercialización de los productos<br />
en restaurantes y supermercados. Los<br />
productos de La Cabrita cuentan con<br />
certificación orgánica reconocida a nivel<br />
internacional.<br />
Cuando le preguntamos a Guicella<br />
(que aparece en las fotos de la granja<br />
junto a Don Manuel su padre): ¿cómo<br />
se las arreglan para financiar la producción?,<br />
ella nos respondió que no<br />
querían tener ninguna deuda con bancos<br />
u otros organismos financieros<br />
privados y que, al comienzo, contaban<br />
con un pequeño capital proveniente de<br />
la venta de la casa donde vivían antes<br />
de venir a Cerro Puquio: “Antes solíamos<br />
usar el monto de nuestros sueldos<br />
para la reinversión. No teníamos plata,<br />
pero nuestra comida, ropa y educación<br />
noreste de Lima.<br />
(N. Machuca y familia Igreda Lix en <strong>LEISA</strong> 21-3, página 29)<br />
En la planta, Milagros muestra el queso<br />
estaban garantizadas. Tras las dificultades<br />
que surgieron, luego de que<br />
nos asaltaron y se llevaron algo en lo<br />
que teníamos grandes esperanzas –las<br />
cerdas, que ya estaban para brindarnos<br />
los lechones para Navidad–, nos<br />
quedamos sin capital de trabajo, pero<br />
poco a poco, y gracias a la reinversión,<br />
pudimos levantarnos. Pero dos años<br />
después se produjo el incendio de la<br />
planta lechera y, entonces, nos vimos<br />
obligados a recurrir a entidades financieras.<br />
Nunca nos ha gustado trabajar<br />
con préstamos, no nos es muy agradable<br />
estar con la preocupación de que<br />
al final del mes llegará la cuenta del<br />
banco. Pero, después del incendio, nos<br />
vimos obligados a pedir un préstamo<br />
de dinero para equipar nuevamente la<br />
planta”.<br />
Hace dos años que pasó lo del incendio<br />
y ahora el préstamo está casi<br />
cancelado, pues una de las condiciones<br />
del crédito conseguido por la familia<br />
Igreda era que este fuese cancelado en<br />
dos años. El préstamo no se obtuvo en<br />
un banco comercial, sino de una ONG<br />
local que tiene un programa de microcréditos<br />
para pequeños empresarios:<br />
“Este es un programa de crédito con<br />
intereses similares a los de los bancos,<br />
pero no con los requisitos bancarios; es<br />
decir, con los bancos comerciales uno<br />
puede pasarse 10 o 15 días explicando<br />
por teléfono al funcionario del banco:<br />
‘tengo ahora algunas dificultades para<br />
el pago, espérenme’. Pero, los bancos<br />
no esperan y siempre están listos para<br />
hacer llamadas telefónicas o enviar<br />
cartas reclamándonos el pago y quejándose<br />
de nuestro retraso. En cambio,<br />
Guicella y su padre Don Manuel en el establo<br />
la ONG que nos otorgó el crédito tiene<br />
una relación amigable y, como conocen<br />
cómo trabajamos, no hubo dudas sobre<br />
nuestra capacidad para reembolsar<br />
el préstamo. Esta es una ONG que se<br />
dedica a proporcionar préstamos a los<br />
pequeños agricultores en el valle del<br />
Chillón y también a pequeños empresarios<br />
y comerciantes, porque a veces<br />
el incumplimiento de muchos de los<br />
procedimientos no te permite el acceso<br />
a las entidades financieras o ser elegible<br />
como sujeto de crédito. Por el contrario,<br />
la ONG cree en la palabra de las<br />
personas que solicitan un crédito, tiene<br />
confianza en el compromiso que asumes<br />
y basados en esta confianza es que<br />
te dan el préstamo”.<br />
La Cabrita no pide préstamos para<br />
capital de trabajo, lo hace con su propio<br />
flujo de caja. Les preguntamos si<br />
esto significaba limitaciones para su<br />
trabajo: “Nos gustaría decir que sí,<br />
pero creemos que ‘dada la sábana,<br />
esta debe extenderse tanto como lo<br />
permita su tamaño’, y pensamos que<br />
nuestro desarrollo va en este sentido.<br />
Si nos embarcamos en un préstamo<br />
mucho más grande, el esfuerzo por<br />
cumplir con los pagos nos hará olvidar<br />
las cosas pequeñas. Por lo tanto, al no<br />
hacer las cosas con el debido cuidado,<br />
lo que puede pasar es que, al final, en<br />
total, perdamos más. De pronto, esta<br />
es una filosofía de un crecimiento muy<br />
lento, pero creemos que es el punto<br />
crucial para nuestra sostenibilidad”.<br />
Lima, 17 de mayo 2010<br />
<strong>LEISA</strong>-AL<br />
Foto: Archivos <strong>LEISA</strong>-AL<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
21<br />
Servicios financieros adaptados
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
22<br />
Termina sociedad<br />
de 21 años con<br />
cooperativa boliviana<br />
Durante los últimos 32 años la cooperativa boliviana<br />
productora de cacao El Ceibo ha proporcionado a los<br />
pequeños agricultores locales una opción económicamente<br />
justa para sus productos. Oikocredit los acompañó durante<br />
21 de esos años.<br />
Cuando en 2009, después de 21 años, llegó a su termino<br />
la asociación entre Oikocredit (entidad crediticia) y la Cooperativa<br />
El Ceibo, celebramos este acontecimiento como<br />
una de nuestras experiencias asociativas de mayor éxito y<br />
la que más nos enorgullece. En octubre, esta organización<br />
de segundo piso, cumplió 32 años de continua actividad y<br />
decidió cancelar los préstamos obtenidos de Oikocredit,<br />
por lo que solicitó la liberación de las garantías que había<br />
proporcionado para ello. Esto fue posible gracias al préstamo<br />
que recibió del gobierno boliviano. También, en esta<br />
oportunidad,Oikocredit condonó el 50% de la deuda contraída<br />
por la tasa de cambio y se satisface de haber visto a El<br />
Ceibo crecer hasta convertirse en lo que es hoy.<br />
“El Ceibo es un ejemplo fantástico de una cooperativa<br />
de organizaciones de base que ha luchado para alcanzar el<br />
éxito”, declaró el Director de Préstamos e Inversiones de<br />
Oikocredit, Erik Heinen: “Oikocredit trabaja proporcionando<br />
préstamos a largo plazo a cooperativas cuyo nivel de<br />
riesgo es alto y que recién se inician y tienen una mínima<br />
experiencia, y El Ceibo<br />
era justamente eso. Estamos<br />
contentos de verlos<br />
acercarse hacia su siguiente<br />
nivel de crecimiento y<br />
que ahora sean apreciados<br />
como prestatarios serios y<br />
confiables por el gobierno<br />
boliviano”.<br />
Era 1977 cuando se for-<br />
Productos de El Ceibo<br />
mó El Ceibo como organi-<br />
Foto: sitio Internet de El Ceibo<br />
zación con 11 cooperativas<br />
como miembros. 1.400<br />
agricultores integraron el<br />
nuevo grupo, el que se inició con la intención de comercializar<br />
cacao orgánico y proteger a los productores locales<br />
de los precios injustos. Recibieron su primer préstamo de<br />
Oikocredit, por 80.000 USD; 11 años más tarde, en 1987, El<br />
Ceibo fue acreditada con certificación de Comercio Justo, y<br />
Servicios financieros adaptados<br />
B O L I V I A<br />
una década más tarde recibió su segundo préstamo de Oikocredit,<br />
por 250.000 USD.<br />
La cooperativa opera en las provincias de Suyungas,<br />
Caravani y Laricaja, en la región del Alto Beni de la Amazonía.<br />
El Ceibo también administra un centro de investigación,<br />
provee asistencia técnica y promueve la producción<br />
orgánica. En 2001, El Ceibo recibió un tercer préstamo de<br />
Oikocredit, por 682.000 EUR, el que fue posteriormente<br />
convertido a dólares americanos debido a los riesgos cambiarios.<br />
Ese mismo año creó una fábrica de chocolate en El<br />
Alto, el cinturón de pobreza que rodea la capital boliviana<br />
de La Paz. La fábrica producía inicialmente productos de<br />
cacao como biscochos, licor y mantequilla, para mercados<br />
locales e internacionales.<br />
Cuando Oikocredit aprobó otro préstamo por 800.000<br />
USD hace dos años, El Ceibo compró la maquinaria necesaria<br />
para producir chocolate. La cooperativa comenzó a producir<br />
bajo su propia marca. Sus productos no solo son vendidos<br />
en el mercado local, también son exportados a Francia,<br />
Italia, Suiza, Alemania, Japón y los Estados Unidos.<br />
El Ceibo contrata a su propia gente para todas las tareas<br />
administrativas y financieras, rotando cada cuatro años para<br />
compartir las oportunidades que brinda el puesto. Además<br />
de ello, El Ceibo también proporciona subvenciones para la<br />
educación de los hijos de los agricultores. Iniciándose con<br />
solo 11 cooperativas, El Ceibo está constituido en la actualidad<br />
por 49 grupos de agricultores y proporciona 100 puestos<br />
de trabajo que benefician a cerca de 600 personas.<br />
En 2008, el primer Premio Oikocredit fue ganado por<br />
El Ceibo. La cooperativa utilizó el dinero del premio en un<br />
proyecto de capacitación que permitió otorgar certificación<br />
orgánica a más de 5.000 hectáreas cultivadas por pequeños<br />
agricultores.<br />
“Para nosotros Oikocredit es una organización que nos<br />
ha ayudado a desarrollarnos y crecer”, ha dicho uno de los<br />
miembros del directorio de El Ceibo, Francisco Pinto Antezana.<br />
“En Bolivia los bancos no confían, no creen en las<br />
cooperativas. Oikocredit tiene una relación especial con las<br />
cooperativas. Oikocredit es una institución aliada para el<br />
desarrollo de las cooperativas en Bolivia”.<br />
Oikocredit<br />
2010
Préstamos basados en las cadenas de valor<br />
Superando las limitaciones del flujo de caja a través del<br />
Financiamiento Sostenible de la Cadena de Valor<br />
KOERT JANSEN<br />
El financiamiento es esencial para<br />
mantener relaciones comerciales<br />
comprometidas. El Financiamiento<br />
de las Cadenas de Valor ayuda a las<br />
organizaciones de agricultores a<br />
franquear el ‘intervalo de pago’ entre<br />
la cosecha y la exportación.<br />
Las tasas recientes de crecimiento<br />
para los mercados orgánicos y de<br />
comercio justo, proyectadas a futuro,<br />
reflejan la creciente toma de conciencia<br />
de los consumidores con respecto<br />
a los asuntos relacionados al comercio<br />
global y el deseo de consumir sosteniblemente,<br />
siguiendo lineamentos<br />
éticos y medioambientales. Tanto en<br />
Europa como en los Estados Unidos,<br />
la demanda excede la oferta de muchos<br />
productos como azúcar, café y cacao, y<br />
hay una creciente demanda de importación<br />
de esos productos desde América<br />
Latina, Asia y África. Sin embargo, no<br />
todos los proveedores de estas regiones<br />
pueden aprovechar plenamente estas<br />
oportunidades que brinda el mercado,<br />
particularmente debido a la falta de acceso<br />
al financiamiento comercial.<br />
Sociedades comerciales sostenibles<br />
y a largo plazo<br />
Para enfrentar estos retos, los agricultores<br />
necesitan el apoyo de compradores<br />
comprometidos. Por lo general, en<br />
los mercados orgánicos y de comercio<br />
justo los compradores se comprometen<br />
a establecer con las empresas locales<br />
asociaciones comerciales sostenibles.<br />
La condición previa más importante<br />
para establecer estas sociedades<br />
es el pago oportuno a los agricultores<br />
cuando entregan sus productos. Esto<br />
Recolección de algodón en Meatu, Tanzania<br />
significa que los agricultores no se<br />
verán afectados por las demoras –con<br />
frecuencia largas– para recibir sus pagos.<br />
A pesar de que los sistemas de<br />
comercio justo y los orgánicos pagan,<br />
por lo general, precios altos a los productores,<br />
las cooperativas agrícolas<br />
casi siempre están faltas de dinero para<br />
franquear el período entre la fecha en<br />
que entregan los productos cosechados<br />
y aquella en la que reciben el pago de<br />
sus compradores, y no tienen la capacidad<br />
de pagar inmediatamente a los<br />
agricultores con recursos propios. Este<br />
es el momento en el que surge la necesidad<br />
de prefinanciamiento, un instrumento<br />
clave para establecer sociedades<br />
comerciales sostenibles.<br />
En la mayoría de los países en desarrollo,<br />
los préstamos agrícolas son<br />
percibidos como de alto riesgo y el<br />
sistema bancario tiende a evitarlos.<br />
Foto: Archivos ILEIA<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
23<br />
Programas bancarios de crédito
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
24<br />
Donde sí existe el crédito agrícola,<br />
los bancos acostumbran exigir garantías<br />
que por lo general son excesivas<br />
e incluyen tierras o edificaciones. Las<br />
cooperativas agrícolas no tienen, por<br />
lo general, suficientes activos como<br />
para recaudar el financiamiento que<br />
necesitan, especialmente durante la<br />
temporada de cosecha que es cuando<br />
se requiere una gran inversión de dinero.<br />
El Financiamiento de la Cadena<br />
de Valor se diferencia de los préstamos<br />
agrícolas convencionales porque<br />
en vez de depender de garantías colaterales<br />
duras en forma de propiedades,<br />
se basa en cadenas de valor fuertes y<br />
comprometidas. Los contratos de venta<br />
con compradores sólidos y acre-<br />
Agricultor productor de algodón<br />
Foto: Mans Lanting<br />
ditados son en realidad más valiosos<br />
que el supuesto valor de venta de una<br />
edificación. Cuando los ingresos por<br />
las ventas de dichos contratos van llegando<br />
a las cuentas de los bancos que<br />
financian las cooperativas, se agrega<br />
un nuevo nivel de seguridad. A lo<br />
largo de los últimos 10 años, este tipo<br />
de préstamo ha sido promovido exitosamente<br />
por unas pocas instituciones<br />
financieras nacionales e internacionales.<br />
Triodos Bank, junto con Root Capita<br />
y Shared Interest, se cuentan entre<br />
los pioneros líderes en este campo. Las<br />
evidencias muestran que el Financiamiento<br />
de la Cadena de Valor puede<br />
hacerse a un nivel de riesgo aceptable.<br />
La tasa promedio de pérdida anual de<br />
la cartera de financiamiento comercial<br />
de Triodos durante los últimos cinco<br />
años fue menor de 1%. Algunos otros<br />
‘jugadores’ en este campo han tenido<br />
experiencias similares.<br />
Financiamiento comercial:<br />
cómo funciona<br />
Para ilustrar cómo funciona el financiamiento<br />
comercial vayamos al distrito<br />
de Meatu, en el noroeste de Tanzania,<br />
la principal región productora<br />
de algodón del país. En este distrito<br />
2.000 agricultores cultivan<br />
11.000 hectáreas<br />
de algodón orgánico<br />
certificado, y producen<br />
alrededor de 8.000 toneladas<br />
de semilla de<br />
algodón anualmente<br />
para BioRe Tanzania,<br />
el principal exportador<br />
africano de fibra de algodón<br />
orgánico certificado.<br />
Esta cadena es<br />
coordinada por Remei<br />
AG, una empresa suiza<br />
que produce y comercializa<br />
textiles con<br />
garantía de proceder<br />
de cultivos orgánicos.<br />
Las prendas son vendidas<br />
en supermercados<br />
y tiendas de modas en<br />
Suiza y otros países europeos.<br />
Los productores de algodón<br />
tienen muy poco capital. El algodón es<br />
su único cultivo comercial, de manera<br />
que cuando lo cosechan necesitan dinero<br />
con urgencia. Si BioRe no paga<br />
en efectivo, los agricultores podrían<br />
vender sus productos a otros compradores<br />
–aunque fuese a un precio más<br />
bajo. En 2008, BioRe Tanzania necesitaba<br />
3.5 millones de dólares americanos<br />
en efectivo y para pagar a sus<br />
agricultores contratados; solicitó préstamos<br />
a varios bancos de Tanzania,<br />
pero estos les pedían cerros de documentos<br />
y como garantía activos como<br />
la oficina de la empresa y su centro de<br />
capacitación y, además, el aval personal<br />
de los administradores de BioRe<br />
Tanzania y Remei AG.<br />
Muchos bancos consideran la exportación<br />
de algodón como un negocio<br />
riesgoso debido a varios factores<br />
que pueden afectar la capacidad de los<br />
exportadores para pagar un préstamo<br />
bancario, entre ellos el clima (riesgo<br />
de sequía), las fluctuaciones de los precios<br />
en los mercados mundiales y los<br />
riesgos cambiarios (BioRe Tanzania<br />
compra semilla de algodón en chelines<br />
tanzanos y vende la hebra en dólares<br />
americanos). Estos factores determinan<br />
el que muchos bancos sean reacios<br />
a otorgar préstamos a los exportadores<br />
de algodón. Swiss Remei AG estableció<br />
contacto con el Fondo para el Comercio<br />
Sostenible de Triodos, uno de los fondos<br />
especiales de Triodos Bank, el principal<br />
banco europeo orientado hacia la<br />
creación de valor. Este fondo ofrece<br />
préstamos para financiar el comercio<br />
que son simples y sin complicaciones.<br />
El Fondo para Comercio Sostenible<br />
Triodos aceptó prefinanciar hasta el<br />
60% del contrato entre BioRe Tanzania<br />
y Remei AG. El inicio del período de<br />
préstamo comienza con el inicio de la<br />
temporada de cosecha y puede prolongarse<br />
hasta que el último envío de algodón<br />
salga del puerto de Dar-es-Salam.<br />
Un elemento fundamental del préstamo<br />
es que todos los pagos se hacen a través<br />
de una cuenta de Triodos Bank en<br />
Holanda y que el Fondo para Comercio<br />
Sostenible Triodos retiene una parte de<br />
cada pago hasta que el préstamo haya<br />
sido cancelado. Esto continúa a lo largo<br />
del período de venta, de manera que<br />
cuando todo el algodón ha sido vendido<br />
el préstamo ha sido cancelado en<br />
su totalidad. La buena disposición de<br />
Triodos para financiar esta cadena de<br />
algodón orgánico se basa en la sólida<br />
relación existente entre Remei AG y<br />
BioRe Tanzania. Esta a su vez está basada<br />
en las buenas relaciones entre los<br />
demás participantes de la cadena, en
ambas direcciones: entre BioRe Tanzania,<br />
la fábrica despepitadora de algodón<br />
y los agricultores del distrito de Meatu,<br />
y entre Remei AG, las empresas que hilan<br />
la fibra y la convierten en telas, y<br />
los vendedores al por menor. El único<br />
documento que avala el préstamo es el<br />
contrato de venta entre BioRe Tanzania<br />
y Remei AG, especificando la cantidad<br />
y el precio de la hebra a venderse. El<br />
préstamo otorgado por Triodos no está<br />
basado en valores, sino en la confianza<br />
en que se producirá la fibra de algodón<br />
y que esto generará suficientes ganancias<br />
para pagar el préstamo. En lenguaje<br />
financiero, el préstamo está basado<br />
en proyecciones de flujo de caja, en<br />
vez de garantías basadas en activos. El<br />
acuerdo de pago confirma la asociación<br />
de tres organizaciones relacionadas<br />
mutuamente, lo que proporciona la base<br />
para el financiamiento exitoso de las<br />
exportaciones.<br />
Innovadores pioneros e innovación<br />
de las instituciones convencionales<br />
Al preguntarnos: ¿por qué solo algunos<br />
actores internacionales están dispuestos<br />
a jugar el papel de financiadores?,<br />
y ¿qué hay de los bancos locales?, es<br />
posible darnos cuenta de que en el<br />
desarrollo del sector de las microfinanzas<br />
la situación ha sido similar. En<br />
1994, Triodos comenzó a trabajar con<br />
instituciones de microfinanzas en los<br />
países en desarrollo y lanzó dos fondos<br />
especializados. En ese momento,<br />
Triodos era uno de los pocos actores a<br />
nivel mundial que ofrecía este tipo de<br />
inversiones. Desde entonces, a medida<br />
que más instituciones microfinancieras<br />
iban siendo sostenibles, el número de<br />
inversionistas internacionales aumentó<br />
rápidamente, especialmente durante los<br />
últimos años. Sin embargo, el que los<br />
bancos locales convencionales hayan<br />
aprendido a considerar al sector de las<br />
microfinanzas como un mercado prometedor,<br />
con gran potencial para hacer<br />
negocios con niveles aceptables de<br />
riesgo, es el avance más importante. En<br />
la mayoría de los países en desarrollo<br />
se reconoce en la actualidad que este<br />
sector tiene el potencial para elevar el<br />
desarrollo socioeconómico de cientos<br />
de miles o millones de individuos. Algunas<br />
de las instituciones microfinancieras<br />
realizan una parte importante de<br />
sus actividades en áreas rurales, lo que<br />
significa que los agricultores pueden<br />
beneficiarse con servicios financieros<br />
que van desde facilidades para obtener<br />
créditos y cuentas de ahorro, hasta el<br />
pago de servicios y microseguros. En<br />
muchos países las instituciones microfinancieras<br />
gozan de un estatus especial<br />
y son supervisadas por el banco<br />
central.<br />
Triodos está convencido de que el<br />
Financiamiento de la Cadena de Valor<br />
puede pasar por las mismas etapas de<br />
desarrollo que el sector de las microfinanzas.<br />
Un factor clave muy importante<br />
es la mayor profesionalización<br />
de los proveedores (incluyendo las<br />
cooperativas agrarias) en los países en<br />
Fondo para el Comercio<br />
Sostenible de Triodos -<br />
¿Para quién es?<br />
El Fondo para Comercio Sostenible<br />
de Triodos proporciona<br />
préstamos a organizaciones<br />
exportadoras que trabajan<br />
con pequeños agricultores<br />
en África, América Latina<br />
o Asia (central). Estas organizaciones<br />
deben dedicarse a la<br />
producción orgánica o regirse<br />
por los principios del Comercio<br />
Justo. También deben ser<br />
económica y comercialmente<br />
sostenibles, tener acceso<br />
a mercados de exportación<br />
para productos comerciales<br />
(commodities) u otros relacionados<br />
y una facturación<br />
mínima anual de EUR 400.000<br />
(o su equivalente en dólares<br />
americanos). Para mayor información<br />
visitar: www.triodos.com/sustainabletrade,<br />
o<br />
escribir al correo electrónico:<br />
sustainabletrade@triodos.nl.<br />
desarrollo. En la actualidad, no todos<br />
los proveedores llegan a comprender<br />
realmente la oportunidad que les brinda<br />
el mercado debido a una falta de<br />
capacidad administrativa, aptitudes<br />
comerciales y la habilidad para cumplir<br />
con los requerimientos de calidad<br />
de los compradores finales. Por lo general,<br />
carecen de un sistema confiable<br />
de información financiera.<br />
A partir de una mayor y rigurosa<br />
profesionalización de la parte inicial<br />
de las cadenas agrícolas de valor,<br />
Triodos espera que un mayor número<br />
de instituciones financieras empezará<br />
a financiar las Cadenas de Valor, especialmente<br />
a aquellas de productos<br />
comerciales (commodities) tales como<br />
el café y el algodón. La percepción de<br />
riesgo cambiará conforme se vayan<br />
dando cuenta de que proporcionar<br />
financiamiento a organizaciones sin<br />
activos fijos también puede ser una<br />
manera de hacer buenos negocios.<br />
En los últimos siete u ocho años,<br />
las pérdidas por incumpliento en la<br />
devolución de los préstamos sufridas<br />
por Triodos ha sido menor al 1%,<br />
calculado en base a los desembolsos<br />
anuales. Esto es muchísimo menos de<br />
lo que varios esperarían. Creemos y<br />
esperamos que esto animará a otros<br />
actores del sector financiero a seguir<br />
su ejemplo.<br />
Koert Jansen<br />
Gerente del Fondo para Comercio<br />
Sostenible Triodos<br />
Correo electrónico:<br />
koert.jansen@triodos.nl<br />
Referencias<br />
- Value Chain Finance. Beyond microfinance<br />
for rural entrepreneurs<br />
(Financiamiento de las Cadenas de<br />
Valor. Más allá de la microfinanciación<br />
para los emprendedores<br />
rurales), una publicación del Royal<br />
Tropical Institute, los Países Bajos<br />
(www.kit.nl) y el International Institute<br />
of Rural Reconstruction, Kenia<br />
(www.iirr.org).<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
25
Programas bancarios de crédito<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
26<br />
ÓSCAR MURGA<br />
Con el objetivo de proveer un esquema<br />
de financiamiento integral<br />
para negocios efectuados por las<br />
micro, pequeñas y medianas empresas<br />
que orienten sus sistemas de producción<br />
a favorecer la conservación de la<br />
biodiversidad o a eliminar o reducir<br />
sus impactos negativos sobre ella, en<br />
Guatemala, El Salvador, Honduras,<br />
Nicaragua y Costa Rica, el Banco<br />
Centroamericano de Integración Económica<br />
(BCIE) creó el Programa de<br />
Apoyo a la MIPYME-Amigable con<br />
la Biodiversidad (MIPYME-AB). Este<br />
programa se estableció con base en<br />
el hecho de que casi todas las empresas<br />
de la región centroamericana son<br />
MIPYME que desarrollan actividades<br />
tanto en áreas urbanas como rurales,<br />
propiciando la generación y mantenimiento<br />
de empleos productivos y de<br />
prestación de servicios potencialmente<br />
sostenibles en los aspectos sociales,<br />
económicos y ecológicos.<br />
El Programa de Apoyo a MIPYME-<br />
AB cuenta con un aporte inicial del<br />
BCIE para créditos de 17 millones<br />
USD –que están siendo proporcionados<br />
a través de la red de intermediarias financieras<br />
(IFI) de este banco regional–<br />
para los cinco países mencionados y se<br />
complementa con incentivos financieros<br />
y no financieros que se generaron<br />
por medio de la creación del proyecto<br />
Mercados Centroamericanos para la<br />
Biodiversidad (CAMBIO por sus siglas<br />
en inglés). CAMBIO es una iniciativa<br />
tripartita del Fondo para el Medio Ambiente<br />
Mundial (FMAM), el Programa<br />
de Naciones Unidas para el Desarrollo<br />
(PNUD) y el BCIE. El FMAM aporta a<br />
Programa de Apoyo a<br />
Micro, Pequeñas y Medianas<br />
Empresas Amigables con la Biodiversidad<br />
esta iniciativa un total de 10.225 millones<br />
USD, lo que permite complementar<br />
los créditos a la MIPYME-AB con un<br />
Programa de Garantías Parciales, un<br />
Fondo de Asistencia Técnica y Desarrollo<br />
de Capacidades Empresariales y<br />
un Premio por Generación de Beneficios<br />
a la Biodiversidad para micro y pequeñas<br />
empresas atendidas con créditos<br />
por medio de instituciones financieras<br />
no bancarias (IFNB).<br />
Las características o condiciones<br />
estructurales de los créditos otorgados<br />
por este programa, se adaptan a las necesidades<br />
de ejecución de las actividades<br />
de las MIPYME en ocho sectores<br />
productivos identificados como prioritarios<br />
por su potencial impacto positivo<br />
en la conservación de la biodiversidad<br />
de esta región del planeta, la cual en<br />
apenas 0.5% de territorio de la Tierra<br />
alberga entre el 7 y el 10% de toda la<br />
diversidad de formas de vida que existen.<br />
Los sectores productivos prioritarios<br />
de atención son los sistemas agroforestales<br />
de café y cacao, los sistemas<br />
Destino Plazo<br />
máximo<br />
Preinversión y<br />
asistencia técnica<br />
Hasta 2<br />
años<br />
Capital de trabajo Hasta 3<br />
años<br />
Inversión en activo fijo<br />
(infraestructura productiva,<br />
establecimiento de<br />
plantaciones, etc.)<br />
Hasta 10<br />
años<br />
silvopastoriles, el manejo forestal sostenible,<br />
la acuicultura certificada, las<br />
pesquerías sostenibles, la agricultura<br />
orgánica –incluyendo las plantaciones<br />
que respeten sus normas– y el turismo<br />
sostenible.<br />
Los montos a proporcionar en crédito<br />
para la micro empresa pueden ser<br />
de hasta un máximo de 10.000 USD,<br />
y para la pequeña y mediana empresa<br />
pueden ser de hasta un millón.<br />
El Programa de Garantías Parciales<br />
de Crédito permite que las intermediarias<br />
financieras flexibilicen el acceso al<br />
crédito a la MIPYME-AB que tenga dificultades<br />
para completar el porcentaje<br />
de garantías que demandan las IFI para<br />
ser sujeto de financiamiento formal;<br />
dicho programa proporciona hasta un<br />
40% del monto del capital de crédito<br />
a otorgar como una garantía en efectivo<br />
para que la intermediaria financiera<br />
tenga un riesgo compartido al brindar<br />
el financiamiento.<br />
En complemento al crédito y la opción<br />
de contar con garantía parcial para<br />
Período<br />
de gracia<br />
No Aplica<br />
Hasta 6 meses<br />
Hasta 24 meses<br />
Periodicidad<br />
de pagos<br />
Mensual,<br />
trimestral o<br />
semestral
el mismo, el Fondo de Asistencia Técnica<br />
y Desarrollo Empresarial puede<br />
proporcionar un equivalente de hasta<br />
el 10% del monto del crédito en asistencia<br />
técnica, no reembolsable, que la<br />
MIPYME-AB requiera para mejorar<br />
su competitividad y métodos de producción<br />
o prestación de servicios. Por<br />
ejemplo, puede servir para complementar<br />
los recursos requeridos para lograr y<br />
mantener su certificación orgánica o un<br />
esquema similar que garantice la sostenibilidad<br />
de su producción, mejore sus<br />
opciones de comercialización y, al mismo<br />
tiempo, mejore sus oportunidades<br />
de crecimiento sostenido y capacidad<br />
de pago del financiamiento.<br />
Debido a que las micro y pequeñas<br />
empresas suelen ser las que tienen<br />
mayores dificultades de acceso<br />
Aviso en zona de protección La Chulada Siglo XXI<br />
Foto: Autor<br />
Una historia de éxito<br />
La Sociedad Cooperativa de Caficultores Siglo XXI de Responsabilidad Limitada (R.L.) surgió en<br />
el año 2000 como iniciativa de un grupo de caficultores visionarios apoyados por la Fundación<br />
Sistemas Empresariales de Mesoamérica (SEM), la cual apoya el crecimiento empresarial de los<br />
pequeños y medianos agricultores de la región y de sus organizaciones.<br />
Actualmente, Siglo XXI reúne en su estructura a grupos de caficultores distribuidos dentro de<br />
todo el territorio de las regiones central y occidental de El Salvador, donde la mayor parte de<br />
los caficultores que los conforman son medianos y pequeños productores que cultivan y trabajan<br />
sus propias parcelas. Estos grupos constituyen una fuerza de trabajo importante y Siglo XXI<br />
aglutina a más de 500 productores.<br />
Esta empresa cooperativa es la única que en El Salvador exporta al mercado de café de especialidad.<br />
En la actualidad, el 100% de sus exportaciones se realizan como Café Diferenciado, para<br />
varios países de Europa.<br />
Siglo XX1, es ahora una organización modelo en la región. Esto se debe al haber adoptado<br />
como estrategia principal de su plan de desarrollo la incorporación de los diferentes grupos<br />
de caficultores asociados en los Programas de Certificación, de acuerdo con las características<br />
particulares de cada uno de ellos. Es así como en la actualidad Siglo XXI y sus socios están certificadas<br />
con los sellos de Café FairTrade (Comercio Justo), Café Rainforest Alliance y C.A.F.E.<br />
Practices de Starbucks.<br />
Cooperativa Siglo XXI cuenta con una infraestructura y tecnología de procesamiento que cumple<br />
con los altos estándares de calidad establecidos por sus clientes y el mercado. Así también<br />
posee ahora un moderno laboratorio de control de calidad, que garantiza la excelencia del<br />
café que exporta.<br />
Siglo XXI, empresa cooperativa moderna, ágil, eficiente y claramente definida en su estrategia<br />
comercial, ha incorporado los componentes de calidad, resposabilidad social y medio ambiente<br />
bajo el concepto de sostenibilidad.<br />
Durante la cosecha 2009/2010, Siglo XXI fue apoyada por el proyecto CAMBIO de BCIE, el cual a<br />
través del Banco Hipotecario de El Salvador proporcionó un fondo de crédito de capital de trabajo<br />
que sirvió para financiar a los pequeños productores de café. Ahora, en junio de 2010, el<br />
crédito ha sido cancelado y nuevamente se está gestionando dicho apoyo, pero incorporando<br />
a esta iniciativa la asistencia técnica.<br />
Somos…¡LA MEZCLA DE LA SOSTENIBILIDAD!<br />
www.cooperativasigloxxi.com<br />
www.sem.org.sv<br />
al financiamiento formal y, al mismo<br />
tiempo, son la mayor cantidad de las<br />
empresas en el área rural –en donde su<br />
impacto en la biodiversidad puede ser<br />
más evidente y fácilmente mejorable–,<br />
se determinó que necesitan un incentivo<br />
temporal adicional y para ello se creó el<br />
Premio por Generación de Beneficios a<br />
la Biodiversidad, o Bio-Premio, el cual<br />
se proporciona únicamente por medio<br />
de las instituciones financieras no bancarias<br />
de la red de IFI del BCIE.<br />
El Bio-Premio funciona por medio<br />
del seguimiento de las inversiones que<br />
se otorgan con fondos del Programa<br />
de Apoyo a MIPYME-AB y para las<br />
cuales se debe seleccionar en consenso<br />
–entre el productor y la IFNB que<br />
le atienda– uno o varios indicadores de<br />
impacto positivo en la biodiversidad;<br />
por ejemplo, una determinada cantidad<br />
de árboles nativos incorporados a un<br />
sistema silvopastoril como sombra en<br />
potreros o cercas vivas. Al verificarse<br />
en campo el cumplimiento de dicho<br />
indicador se premia al productor con<br />
la devolución en efectivo de un 14%<br />
del capital del crédito y a la institución<br />
financiera no bancaria con un 6% del<br />
mismo monto, haciendo de esta manera<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
27
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
28<br />
que los beneficios a la biodiversidad se<br />
transformen en beneficios económicos<br />
para los micro y pequeños productores<br />
en el área rural.<br />
A partir de 2008, el Programa de<br />
Apoyo a la MIPYME-AB ha proporcionado<br />
cerca de 2.58 millones de<br />
dólares de créditos por medio de 18<br />
instituciones financieras intermediarias<br />
en los cinco países participantes,<br />
en proyectos de agroforestería de café,<br />
cacao y cardamomo, sistemas silvopastoriles,<br />
agricultura orgánica y turismo<br />
sostenible.<br />
Sobre los efectos de este financiamiento<br />
en mejores condiciones –proporcionado<br />
en este caso por medio del<br />
Banco Hipotecario de El Salvador–,<br />
el gerente de la Asociación Cooperativa<br />
de Producción Agropecuaria<br />
Las Lajas de El Salvador compartió<br />
sus impresiones en una visita de seguimiento<br />
efectuada en el 2009: “El<br />
crédito fue oportuno para ayudarnos a<br />
tener solvencia para continuar con la<br />
producción orgánica de café, mejorar<br />
nuestra productividad y garantizar la<br />
comercialización de nuestra cosecha<br />
a precios superiores a los del mercado<br />
tradicional. También nos ha ayudado<br />
a mantener la sombra natural en nuestros<br />
cafetales y la vida silvestre que<br />
allí habita”.<br />
Se considera que se estará ampliando<br />
la cobertura en créditos a otros sectores<br />
productivos sostenibles, pues las<br />
MIPYME-AB tienen la característica<br />
adicional de contar con personas emprendedoras,<br />
innovadoras y creativas.<br />
Óscar Murga<br />
Programa de Apoyo a Micro, Pequeñas<br />
y Medianas Empresas-Amigables con<br />
la Biodiversidad (MIPYME-AB) del<br />
Banco Centroamericano de Integración<br />
Económica (BCIE)<br />
Correo electrónico:<br />
info@proyectocambio.org<br />
www.proyectocambio.org<br />
Cooperando en las alturas<br />
El Instituto para una Alternativa<br />
Agraria (IAA) es una organización<br />
no gubernamental basada en el departamento<br />
del Cusco, en la zona surandina<br />
del Perú, con varios años de experiencia<br />
de trabajo en las denominadas<br />
Provincias Altas de dicho departamento,<br />
formulando, aplicando y validando<br />
propuestas para mejorar de manera<br />
sostenible la economía de las familias<br />
campesinas. Con base en esa experiencia<br />
han desarrollado un conjunto de tecnologías<br />
de pequeña escala apropiadas<br />
para su uso por las familias campesinas,<br />
que pueden ampliar de manera significativa<br />
su capacidad productiva y sus<br />
ingresos. La demostración de estas tecnologías<br />
y la capacitación a las familias<br />
está a cargo de los yachachiq (vocablo<br />
quechua que significa “el que enseña”;<br />
ver <strong>LEISA</strong> 24-3, diciembre 2008, pág.<br />
39), grupo de campesinos con amplio<br />
conocimiento de dichas tecnologías,<br />
cuya aplicación practican con muy<br />
buenos resultados. Cabe resaltar que la<br />
Recolectando material de rastrojo para preparar abono orgánico<br />
Foto: Archivos Caja Nuestra Gente<br />
capacitación de las tecnologías se hace<br />
de manera práctica, es decir, se enseña<br />
con el ejemplo. Uno de los aspectos<br />
más importantes es que el objetivo de<br />
los yachachiq no es solamente enseñar,<br />
sino que compromete a su alumno a<br />
que él se convierta en un nuevo yachachiq,<br />
así la red va creciendo y cuando<br />
llegue el momento este agricultor enseñará<br />
a otros.<br />
Pese al costo reducido de implementar<br />
estas tecnologías, las familias<br />
tienen que realizar pequeñas inversiones<br />
para llevarlas a cabo. Difundir de<br />
manera ampliada la experiencia, a fin<br />
de que sean muchas las familias que incorporan<br />
las tecnologías, demanda una<br />
mayor escala de financiamiento. IAA<br />
tomó la iniciativa de presentar sus propuestas<br />
a la población y las autoridades<br />
y logró captar la atención de medios<br />
de comunicación y autoridades públicas,<br />
quienes se interesaron por conocer<br />
y visitar la experiencia. En varios<br />
distritos de Cusco, IAA había logrado
Monedas complementarias<br />
ERICK BRENES<br />
Luego de más de una década de investigar,<br />
implementar y supervisar<br />
proyectos de monedas complementarias<br />
en la región, la fundación STRO<br />
en Centro América (STRO-CA) ha<br />
acumulado muchas lecciones y desarrollado<br />
métodos de monedas complementarias,<br />
además de estrategias para<br />
estimular su circulación, pero principalmente<br />
para crear economías locales<br />
estables, diversificadas y resistentes en<br />
las localidades donde se ejecutan y supervisan<br />
estos proyectos. Este artículo<br />
introduce la propuesta de STRO-CA<br />
para el desarrollo de proyectos en monedas<br />
complementarias.<br />
Es importante mencionar que en<br />
esta larga búsqueda para crear economías<br />
locales estables, diversificadas<br />
y resistentes, STRO-CA ha recibido<br />
apoyo metodológico de muchas otras<br />
organizaciones, tales como la Fundación<br />
New Economics y el movimiento<br />
Transition Towns, entre otros.<br />
La intervención de STRO en Centro<br />
América se inició en 2003 a través de<br />
su oficina en Honduras y un solo proyecto<br />
de moneda complementaria con<br />
COMAL (Red de Comercialización<br />
Comunitaria Alternativa) como socio<br />
local. A pesar de que este proyecto ya<br />
no es supervisado por STRO, el sistema<br />
aún funciona administrado por CO-<br />
MAL, lo que hace a su moneda complementaria<br />
una de las más antiguas<br />
en circulación en la región de Centro<br />
América. Esta moneda complementaria<br />
se llama UDIS, acrónimo de Unidades<br />
de Intercambio Solidario.<br />
Las estrategias de STRO-CA para<br />
crear economías locales estables, diversificadas<br />
y resistentes deben ser<br />
examinadas desde la perspectiva de un<br />
concepto de desarrollo local sostenible<br />
para economías locales sostenibles<br />
en Centro América<br />
Billete de moneda complementaria: billete de 1.000 unidades de intercambio solidario<br />
Foto: Autor<br />
más amplio. En este artículo no se pretende<br />
sustentar lo apropiado del concepto<br />
ni su potencial de reproducción,<br />
la intención es presentar una visión general<br />
de las estrategias y metodologías<br />
de STRO-CA en la región y, con un<br />
poco de suerte, generar debate y enriquecer<br />
el proceso de aprendizaje.<br />
La propuesta de STRO-CA<br />
STRO-CA ha desarrollado una propuesta<br />
innovadora de desarrollo económico<br />
cuya meta es crear economías locales<br />
fuertes y diversificadas que absorban<br />
más facilmente los shocks externos de<br />
la economía global. Esta propuesta es<br />
perfeccionada constantemente a partir<br />
de la retroalimentacion tanto teórica<br />
como de la obtenida a partir de las experiencias<br />
de campo. Esto debe apreciarse<br />
en el contexto de una economía<br />
global que cada día da mayores señales<br />
de sobreexplotación, especialmente de<br />
los recursos naturales (precios en aumento<br />
de las materias primas en general<br />
y del petróleo en particular, precios<br />
en aumento de los alimentos, escasez<br />
de agua, cambio climático, megaciudades<br />
imposibles de habitar, etc.).<br />
En Centro América STRO-CA trabaja<br />
principalmente, pero no de forma<br />
exclusiva, con organizaciones de<br />
la Economía Solidaria, tales como las<br />
asociaciones campesinas o cooperativas.<br />
Debido al limitado número de asesores<br />
disponibles, STRO-CA trabaja<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
31<br />
Finanzas alternativas
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
32<br />
según la demanda, lo que implica responder<br />
a solicitudes específicas de las<br />
organizaciones locales para ayudarlas<br />
a diseñar, introducir y administrar su<br />
propia moneda local.<br />
En una primera etapa, el asesor local<br />
de STRO-CA en el país, luego de<br />
examinar el marco legal, evalúa la capacidad<br />
de la organización implementadora<br />
para administrar y respaldar la<br />
moneda complementaria. Luego, el<br />
asesor local, considerando el ‘modelo<br />
tridimensional’ desarrollado por<br />
el Consejo Internacional para las Iniciativas<br />
Ambientales (ICLEI) para la<br />
Agenda 21, realiza un estudio de factibilidad<br />
siguiendo un típico enfoque<br />
heurístico.<br />
Con base en la información recopilada<br />
a partir del estudio de factibilidad<br />
se toma la decisión de escribir una<br />
propuesta de proyecto y presentarla a<br />
potenciales donantes. En ese momento,<br />
es de crucial importancia redactar<br />
la propuesta de proyecto tomando en<br />
consideración el conocimiento local<br />
Sistemas<br />
de moneda<br />
complementaria<br />
Tecnologías<br />
apropiadas<br />
Apreciando<br />
lo nuestro<br />
sobre los factores económicos, sociales<br />
y ambientales del futuro proyecto.<br />
Esto se hace de manera participativa<br />
con el socio local, garantizando así el<br />
completo conocimiento del alcance y<br />
limitaciones del futuro proyecto. Las<br />
áreas rurales y semirurales comparten<br />
ciertas características y problemas,<br />
pero también tienen potenciales<br />
y problemas específicos y sufren, por<br />
lo tanto, formas también específicas de<br />
transformación que deben ser tomadas<br />
en consideración en todo momento.<br />
El enfoque consiste en la aplicación<br />
y combinación locales de los tres<br />
métodos detallados en el cuadro 1. Una<br />
característica principal de casi todos<br />
los proyectos es la utilización transversal<br />
de la moneda complementaria<br />
para rediseñar relaciones sociales, económicas<br />
y ambientales a nivel local,<br />
siempre que sea posible, de una manera<br />
más sostenible. Al intentar lograr este<br />
objetivo la economía local se hará más<br />
estable y tendrá la capacidad de reaccionar<br />
(resiliente) frente a los cambios<br />
Cuadro 1. Propuestas de STRO-CA para un desarrollo económico local sostenible<br />
cada vez más rápidos de la economía<br />
nacional y, sobre todo, global.<br />
La propuesta es integral en el sentido<br />
en que los métodos se refuerzan<br />
unos a otros y estimulan en conjunto<br />
la circulación de la moneda local, incrementando<br />
de esta manera el impacto<br />
del modelo para que sea más<br />
fuerte que si cada método fuese implementado<br />
de manera aislada. Es<br />
importante recordar que este enfoque<br />
es el resultado de investigaciones y<br />
perfeccionamiento constantes a partir<br />
de conclusiones teóricas y lecciones<br />
aprendidas en la práctica. La racionalidad<br />
en la que se basa esta propuesta de<br />
método integrado es transgredir, o por<br />
lo menos intentar transgredir, el orden<br />
socioeconómico y ambiental dominante<br />
para incorporar los principios de un<br />
desorden organizado o negentropía. El<br />
Cuadro 2, ofrece una visión general de<br />
todos los proyectos de moneda complementaria<br />
en Centro América según<br />
el método de respaldo especificado en<br />
el Cuadro 1.<br />
Durante la última década se han investigado y desarrollado tres métodos para respaldar<br />
responsablemente una moneda local complementaria que dependen de la principal actividad<br />
económica de la contraparte local que respalda la moneda. Primero, una Moneda Respaldada por<br />
Materias Primas o CBC (por sus siglas en inglés) para organizaciones productoras; segundo, una<br />
Moneda Respaldada por Préstamos o LBC para instituciones financieras; y, finalmente, un sistema<br />
Barter-C3 (Trueque-C3). Para mayor información sobre este tema, por favor ver: www.stro-ca.org/<br />
servicios/metodosmonetarios<br />
La idea central es estimular la circulación de la moneda local desarrollando bioenergía local (biodiesel,<br />
bioetanol, biogás) y también ‘ecocasas’ (viviendas ecológicas). También existen algunas alianzas<br />
estratégicas con organizaciones especializadas en agricultura orgánica. En todos los casos el objetivo es<br />
sustituir productos ‘importados’ –es decir, de fuera de la región– por productos producidos localmente<br />
utilizando recursos locales en la medida de lo posible. De preferencia estos productos también deben<br />
ser consumidos localmente para reducir los costos de transporte y distribución. Para mayor información<br />
sobre este tema, por favor ver: www.gotaverde.org, www.ecocasas.org<br />
Este método ha sido adaptado de llamado “Local Alchemy” (Alquimia Local) de la Fundación New<br />
Economics (NEF). Se inicia con un taller para crear conciencia entre los actores locales del impacto<br />
de sus patrones de consumo e inversión sobre la economía local. En Centro América, alrededor del<br />
5% de los participantes, la mayoría de ellos futuros empresarios, sigue participando en un proceso<br />
de coaching, el que contribuirá a llevar a la práctica su proyecto de empresa y consecuentemente<br />
estimulará la circulación de la moneda local. El coaching ha probado ser muy eficaz entre el sector de<br />
empresarios informales, quienes –por lo general– son demasiado pequeños para poder ser calificados<br />
como sujetos de servicios tradicionales de crédito.
HONDURAS Gota Verde<br />
Sistemas de Moneda Complementaria<br />
STRO en Centro América<br />
Coopevictoria, un caso de estudio<br />
Ubicada en el cantón de Grecia de la<br />
provincia de Alajuela en Costa Rica,<br />
Coopevictoria es la cooperativa agraria<br />
más antigua del país. Fundada en 1943,<br />
producía solo café tostado y azúcar de<br />
caña. En la actualidad cuenta con más<br />
de tres mil socios, da empleo a casi mil<br />
trabajadores estacionales y, aunque el<br />
café y el azúcar siguen siendo sus principales<br />
productos, también tienen una<br />
amplia gama de productos y servicios<br />
agrícolas.<br />
(Más información sobre la contraparte<br />
local en: www.coopevictoria.com).<br />
En Julio de 2006, representantes<br />
de STRO-CA tuvieron una primera<br />
reunión con la Junta Directiva de la<br />
Cooperativa para presentar información<br />
sobre las metodologías y estrategias<br />
de STRO-CA para el desarrollo<br />
de una economía local sostenible. Casi<br />
inmediatamente, un experto de la oficina<br />
de STRO-CA en Honduras realizó<br />
un estudio de viabilidad y diseñó un<br />
proyecto. La etapa de implementación<br />
se inició durante los primeros meses<br />
de 2007.<br />
En ese momento la Junta Directiva<br />
de la Cooperativa enfrentaba problemas<br />
para conseguir financiamiento del<br />
sistema bancario nacional para pagar<br />
los salarios de los trabajadores estacionales.<br />
Por ello, una moneda complementaria,<br />
a pesar de parecer una medi-<br />
CBC LBC C3<br />
EL SALVADOR Cooperativa<br />
Suchitoto<br />
COSTA RICA Coopevictoria<br />
Coopebrisas<br />
Coopesilencio<br />
Punto<br />
Transacciones<br />
Cuadro 2. Proyectos de moneda complementaria STRO-CA en Centro América<br />
da un tanto sui generis, parecía una posible<br />
solución. A pesar de lo anterior,<br />
la moneda comenzó a circular en 2007,<br />
como sistema de recompensa para<br />
aquellos socios que gastaran su moneda<br />
nacional en las diferentes empresas<br />
de la cooperativa. Al inicio, funcionó<br />
casi como un programa de recompensa<br />
por lealtad. En ese momento, por cada<br />
100 USD gastados en las empresas de<br />
la cooperativa, los socios recibían 2%<br />
de ese valor en UDIS en efectivo de<br />
Coopevictoria (UDI, son las siglas de<br />
las Unidades de Intercambio Solidario,<br />
que son vales emitidos y respaldados<br />
por Coopevictoria para su uso como<br />
medio de pago o intercambio local; un<br />
UDIS equivale a un colón, moneda nacional<br />
de Costa Rica).<br />
En el estudio de factibilidad de cada<br />
proyecto se identifican varias estrategias<br />
para implementar la circulación<br />
y recuperación de la moneda local, las<br />
mismas que son discutidas con más detalle<br />
durante la etapa de investigación,<br />
y están basadas en las relaciones económicas,<br />
sociales y ambientales locales.<br />
La circulación se inicia aplicando<br />
aquellas estrategias identificadas como<br />
las mejores y, al final, la moneda local<br />
regresa a la organización a través de las<br />
estrategias de recuperación propuestas.<br />
Una vez que la moneda local ha circulado<br />
por más de medio año, gracias a<br />
la aplicación de este sistema, se puede<br />
decir que los UDIS “alcanzan la madurez”<br />
y pueden aplicarse otras metodologías.<br />
En el caso de Coopevictoria,<br />
luego de dos visitas informativas a las<br />
49 escuelas del cantón, la cooperativa<br />
comenzó a comprar el aceite de cocina<br />
que estas desechan para transformarlo<br />
en biodiesel para la maquinaria agrícola.<br />
Para diciembre de 2009, Coopevictoria<br />
recolectaba por lo menos 24.000<br />
litros de aceite de desecho al mes y<br />
más de 700 niños participaban en los<br />
procesos de recolección y producción.<br />
En dos visitas anuales a la fábrica de<br />
biodiesel los niños lograban entender<br />
el proceso de producción y, más importante,<br />
lograban entender también los<br />
beneficios de no contaminar los mantos<br />
acuíferos subterráneos y los efectos<br />
positivos de quemar biodiesel en vez<br />
de diesel comercial.<br />
En la región de Grecia, los UDIS de<br />
Coopevictoria, luego de circular durante<br />
un año, e incluso sin haber sido promocionados,<br />
comenzaron a ser aceptados<br />
en las operaciones habituales por<br />
varias empresas locales. Como parte de<br />
una campaña de promoción más intensiva,<br />
se está creando una red local de<br />
empresas para que los UDIS sean aceptados.<br />
En diciembre de 2009, más de<br />
30 empresas locales aceptaban UDIS e<br />
inclusive algunas de ellas ofrecían descuentos<br />
si el cliente pagaba con UDIS.<br />
En la actualidad, Coopevictoria estudia<br />
la posibilidad de introducir opciones<br />
de pago digital a la red local de empresas<br />
para estimular aun más la circulación<br />
de UDIS virtuales; por ejemplo,<br />
a través de SMS (acrónimo de Short<br />
Message Service o Servicio de Mensaje<br />
Corto, es el servicio de comunicación<br />
de texto componente del sistema de<br />
comunicación móvil) o con tarjetas de<br />
débito utilizando Cyclos, el software de<br />
código abierto de STRO. Además, Coopevictoria<br />
está considerando comprar<br />
desechos biodegradables a los colegios<br />
y empresas locales para producir biogás<br />
como fuente de energía. Finalmente,<br />
Coopevictoria ha construido una destilería<br />
experimental que produce etanol<br />
de gran calidad a partir del flujo<br />
de residuos producidos por el proceso<br />
de transformación del café y el azúcar.<br />
Este etanol puede utilizarse como<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
33
Preparando biodiesel a partir de desecho de aceite de cocina para uso en maquinaria agrícola<br />
Foto: Dagoberto Rodríguez<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
34<br />
sustituto o como aditivo para la gasolina.<br />
Todas estas estrategias para el uso<br />
de energías menos contaminantes estimulan<br />
el uso de UDIS y contribuyen a<br />
que la organización obtenga cierto nivel<br />
de independencia energética.<br />
Conclusión<br />
Este informe es una introducción al<br />
trabajo con monedas complementarias<br />
que realiza STRO en Centro América.<br />
Podemos resumir las fortalezas y debilidades<br />
de la propuesta de la siguiente<br />
manera:<br />
• cuando ha sido diseñada adecuadamente,<br />
es una solución local fuerte<br />
que empodera a las personas para<br />
enfrentar los problemas y necesidades<br />
locales con recursos locales<br />
• la moneda local puede y debe ser<br />
diseñada para integrar transversalmente<br />
las tres dimensiones de la<br />
política global de la Agenda 21<br />
• la propuesta es fácilmente regulable<br />
y ajustable a las realidades locales,<br />
lo que la hace una herramienta<br />
de planificación importante para el<br />
desarrollo sostenible a mediano y<br />
largo plazo<br />
Por otro lado:<br />
• la propuesta, como cualquier otra<br />
cuyo objetivo sea cambiar comportamientos,<br />
requiere de cierto tiempo<br />
para tener un impacto significativo.<br />
La mayoría de los resultados<br />
a corto plazo son cualitativos, más<br />
que cuantitativos. Cuando esto no<br />
se explica o se comprende claramente,<br />
las personas o las organizaciones<br />
que financian la propuesta se<br />
pueden desanimar<br />
• como otros investigadores han señalado<br />
(Gómez, 2008), existe una<br />
falta total de apoyo institucional<br />
para proyectos sobre monedas<br />
complementarias<br />
• esta propuesta no siempre es la más<br />
adecuada para todas las economías<br />
locales. Cada caso y sus particularidades<br />
deben ser considerados<br />
y estudiados por separado, especialmente<br />
en el caso de economías<br />
basadas exclusivamente en las importaciones<br />
y exportaciones (que<br />
exportan casi toda su producción e<br />
importan la mayor parte de lo que<br />
consumen), con poca diversificación<br />
económica (por ejemplo, las<br />
regiones donde se cultiva café)<br />
Finalmente, es importante recordar<br />
que este enfoque capitaliza más de<br />
10 años de experiencia en el campo<br />
y se encuentra todavía en una etapa<br />
de aprendizaje y perfeccionamiento.<br />
En tanto que “la imperfección no significa<br />
irrelevancia”, es crucial que se<br />
continúe investigando otras soluciones<br />
económicas locales, tales como la productividad<br />
cultural (Leff, 1975, 1978,<br />
1994a), las Redes Solidaridad, y/o los<br />
Caracoles en Chiapas, México, para integrarlas<br />
y sacar adecuadas conclusiones.<br />
Eso al menos se lo debemos a las<br />
generaciones futuras.<br />
Erick Brenes M.<br />
Asesor Región Andina - STRO<br />
Casilla Postal 492-1000 San José –<br />
Costa Rica<br />
Correo electrónico:<br />
brenes@socialtrade.org<br />
Referencias<br />
- Gómez, G. (2008). Making Markets:<br />
Institutional rise and decline<br />
of the Argentine Red de Trueque,<br />
(Shaker Publishing, Holanda)<br />
- Leff, E. (2004). Racionalidad Ambiental:<br />
la reapropiación social de<br />
la naturaleza, (Siglo XXI Editores,<br />
México)<br />
www.latinoamerica.leisa.info
Biodiversidad<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
36<br />
Pautas para políticas<br />
El valor económico de la (agro)biodiversidad<br />
y los servicios del ecosistema<br />
DORA VELÁSQUEZ<br />
Aun tomando en cuenta que la biodiversidad<br />
con un valor utilitario<br />
actual representa una pequeña porción<br />
de toda la biodiversidad existente en la<br />
Tierra –cuyo mayor valor es de existencia<br />
y de uso a futuro–, lo cierto es<br />
que la biodiversidad constituye una<br />
fuente sustancial de los recursos naturales<br />
utilizados por la humanidad desde<br />
el origen de su existencia, sea como<br />
genes, especies o ecosistemas, pues de<br />
ella provienen los valiosos recursos<br />
agrícolas, pecuarios, forestales, piscícolas,<br />
así como los utilizados en otras<br />
áreas de la producción que involucran<br />
seres vivos (Martínez-Alier, 1999; Casas<br />
y Parra, 2007).<br />
Con el avance de la ciencia y la<br />
tecnología el espectro de uso de la<br />
biodiversidad se ha ampliado, en particular,<br />
como recurso genético. Con<br />
ello, potencialmente, el conjunto de la<br />
biodiversidad puede ser aprovechado,<br />
Productos de la<br />
Cooperativa Grande<br />
Sertâo<br />
Las páginas de esta sección intentan motivar la atención de los responsables de<br />
la formulación o ejecución de las políticas de desarrollo social y productivo en las<br />
áreas rurales, especialmente las referentes o vinculadas al agro.<br />
pues los genes de cualquier organismo<br />
podrían ser utilizados mediante procesos<br />
biotecnológicos modernos. Este<br />
espectro se amplía más aún si se suma<br />
el mantenimiento, uso y selección de la<br />
diversidad genética realizado a través<br />
del manejo campesino.<br />
Efectivamente, la agrobiodiversidad<br />
manejada por los campesinos tiene<br />
un importante valor utilitario actual,<br />
no solo para ellos mismos, sino para la<br />
humanidad en su conjunto. Los agricultores<br />
tradicionales concentran en<br />
un espacio relativamente reducido una<br />
amplia gama de especies y de variedades<br />
dentro de las especies –domesticadas<br />
desde tiempos ancestrales hasta la<br />
actualidad– que constituyen productos<br />
con valor de uso y de intercambio requeridos<br />
para satisfacer las necesidades<br />
de la familia campesina, principalmente<br />
como base de su seguridad alimentaria<br />
y luego también para su salud<br />
Foto: Archivo AS-PTA<br />
La agrobiodiversidad<br />
es aquella parte de la<br />
variabilidad de organismos<br />
vivos que es producto de<br />
la creación humana. Está<br />
compuesta por las plantas<br />
cultivadas y los animales<br />
domésticos, incluyendo los<br />
agroecosistemas terrestres,<br />
acuáticos y los complejos<br />
ecológicos de los que<br />
forman parte<br />
(plantas medicinales), vivienda (fibras,<br />
madera) y energía (leña, bosta).<br />
La importancia de la agrobiodiversidad<br />
nativa se extiende fuera del ámbito<br />
de lo tradicional, como hemos mencionado,<br />
no solo porque conforman la<br />
base del sistema alimentario mundial<br />
(sobre todo las plantas domesticadas),<br />
sino porque también son recursos genéticos<br />
altamente codiciados a nivel<br />
global, bajo la forma de semillas, variedades<br />
vegetales y animales, y parientes<br />
silvestres, principalmente los<br />
provenientes de países megadiversos<br />
como los latinoamericanos. El uso de<br />
la agrobiodiversidad nativa puede llegar<br />
a ser un rubro muy importante en<br />
la economía de un país; por ejemplo,<br />
en el caso del Perú, hace más de 10<br />
años se afirmaba que “cerca del 65%<br />
de la agricultura nacional depende de<br />
las plantas nativas y aproximadamente<br />
el 95% de la ganadería peruana depen-
de de las plantas forrajeras nativas. Se<br />
calcula que el uso de las plantas llega<br />
a cerca de cuatro mil millones de dólares<br />
al año, o sea, un promedio de 200<br />
dólares por habitante” (Brack, 1999).<br />
El uso de la biodiversidad (incluida<br />
la agrobiodiversidad) se da a través de<br />
los servicios que proveen los ecosistemas,<br />
los llamados servicios ecosistémicos<br />
o servicios ecológicos, sean<br />
estos de soporte del ecosistema (p.e.,<br />
formación del suelo, ciclo del agua),<br />
provisión (p.e., alimentos, recursos<br />
genéticos), de regulación (p.e., plagas,<br />
clima) o culturales (p.e., sistema de<br />
conocimientos tradicionales) (Millenium<br />
Ecosystem Assessment, 2005).<br />
Es decir que el uso de la biodiversidad<br />
significa un costo para el ecosistema;<br />
en el caso particular de la agrobiodiversidad,<br />
significa un costo para el<br />
agroecosistema, conformado por los<br />
terrenos agrícolas (chacras, milpas,<br />
fundos) y el ecosistema natural que<br />
los rodea.<br />
Efectivamente, el uso de la biodiversidad<br />
–a pesar de ser categorizada<br />
como recurso natural renovable– puede<br />
traer consigo la erosión genética<br />
(sea de especies, variedades o genes) y<br />
la contaminación del ambiente por la<br />
producción de desechos, si es que no<br />
se maneja adecuadamente. Esto es, si<br />
se va más allá de su capacidad de resiliencia,<br />
de los límites que hagan posible<br />
su renovación y la del ecosistema<br />
que los contiene. Hoy, los científicos<br />
del mundo consienten en que existe<br />
una tendencia de pérdida acelerada de<br />
la biodiversidad de tal magnitud que<br />
se requiere el diseño y desarrollo de<br />
múltiples estrategias orientadas a la<br />
conservación de la biodiversidad y los<br />
servicios ecosistémicos, con énfasis<br />
en la protección, la restauración y el<br />
manejo del ecosistema o el agroecosistema.<br />
Este tipo de consideraciones<br />
en cuanto al uso de la agrobiodiversidad<br />
son las que se deben tomar en<br />
cuenta cuando se habla de su valoración<br />
económica.<br />
La valoración económica de la<br />
agrobiodiversidad<br />
Cuando hablamos de valoración económica<br />
de la agrobiodiversidad, nos estamos<br />
refiriendo al valor que esta tiene<br />
en el mercado, de su valor de cambio.<br />
Del conjunto de los recursos genéticos<br />
de la agrobiodiversidad (los parientes<br />
silvestres, las variedades tradicionales<br />
mejoradas, las variedades modernas<br />
y los de la ingeniería genética), existe<br />
un mercado de semillas mejoradas modernas<br />
y de productos de la ingeniería<br />
genética que no solo son vendidos, sino<br />
que puede decirse que son monopolizados<br />
a través de un sistema de patentes.<br />
Sin embargo, los recursos genéticos<br />
producidos por la selección y mejora<br />
tradicional de plantas y recolectados<br />
en los campos están destinados básicamente<br />
al autoconsumo y al intercambio<br />
(no monetario). Cuando estos recursos<br />
genéticos tradicionales entran al mercado,<br />
son castigados por el precio.<br />
Con la aparición de corrientes<br />
económicas –tales como la economía<br />
ecológica o la economía ambiental–,<br />
ha surgido la pregunta de cómo darle<br />
un valor económico a la agrobiodiversidad<br />
nativa tradicional, reconociéndola<br />
como un activo de ‘capital natural<br />
cultivado’, resultado de un trabajo<br />
acumulado durante milenios, y a los<br />
servicios que el ecosistema presta (llamados<br />
externalidades) que el mercado<br />
no reconoce. También, en la búsqueda<br />
por ampliar la comercialización de<br />
las variedades nativas y la mejora de<br />
los precios, existen alternativas que<br />
apuestan por buscar nichos de mercado<br />
para las variedades nativas a nivel<br />
nacional e internacional. Por último,<br />
aunque no por ello menos importante,<br />
está el mercado del germoplasma, de<br />
las semillas.<br />
La agrobiodiversidad como capital<br />
natural y el pago de derechos a los<br />
agricultores<br />
A nivel mundial, se ha llegado al consenso<br />
de que los ecosistemas de un<br />
país y sus servicios ecosistémicos<br />
representan un capital natural importante.<br />
Se afirma que el capital natural<br />
–comprendido por los ecosistemas, la<br />
biodiversidad y los recursos naturales–<br />
sostiene a las economías, sociedades<br />
y al bienestar individual (Millenium<br />
Ecosystem Assessment, 2005;<br />
TEEB, 2009). Diferentes países, entre<br />
Campesinos recolectores de coquinhos<br />
Foto: Archivo AS-PTA<br />
ellos los latinoamericanos, han asumido<br />
la tarea de elaborar documentos<br />
oficiales que reúnen la información<br />
más completa sobre su capital natural,<br />
a fin de que sirva de base para la toma<br />
de decisiones en torno a la biodiversidad<br />
y los servicios ecosistémicos,<br />
como es el caso de México (Sarukhán<br />
y otros, 2009).<br />
En medios académicos y políticos<br />
se discute el valor que la agrobiodiversidad<br />
o biodiversidad agrícola tiene<br />
como activo de ‘capital natural cultivado’,<br />
de si ese valor que el mercado no<br />
recoge debería traducirse en valor monetario<br />
y sobre quién debería recibir<br />
esos ingresos. Los recursos genéticos<br />
agrícolas son un capital natural cultivado<br />
y no son sustituibles por el equipo<br />
de capital (incluidas las semillas<br />
mejoradas) que se usa en la agricultura<br />
moderna; a su vez, ese capital natural<br />
cultivado necesita el complemento del<br />
capital natural, es decir, los parientes<br />
silvestres (Martínez-Alier, 1999).<br />
El planteamiento más extendido es<br />
que se dé el incentivo necesario para<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
37
Recuadro 1<br />
Pago por servicios de conservación de la biodiversidad y<br />
sus implicancias para la acción colectiva y los derechos de<br />
propiedad (caso: quinua).<br />
Este estudio trata de determinar la potencialidad de la implementación de planes<br />
de “Pago por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad” (PACS) que generen<br />
incentivos para la conservación de la biodiversidad agrícola y mejoren la subsistencia<br />
de las familias conservacionistas. Además, evaluamos el impacto de planes de<br />
pagos por conservación sobre los existentes derechos de propiedad y mecanismos<br />
de acción colectiva. Los análisis se basan en la aplicación de métodos participativos<br />
(juegos experimentales), entrevistas estructuradas a informantes claves e implementación<br />
de un concurso de conservación de variedades tradicionales en comunidades<br />
quechuas y aymaras productoras de quinua en Perú y Bolivia. En base a los resultados,<br />
se debe proponer a las agencias financiadoras y a los tomadores de decisiones<br />
el diseño de programas de PACS en las zonas del estudio, los cuales servirían para<br />
apoyar decisiones que facilitarán la conservación y los modos de subsistencia dentro<br />
del contexto de estrategias de conservación nacionales de la biodiversidad.<br />
Responsables del estudio:<br />
José Luis Soto, Enrique Valdivia (Centro de Investigación de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Puno,<br />
Perú). Correo electrónico: josesoto1@hotmail.com<br />
Adam Drucker (Bioversity International, Rome, Italy). Correo electrónico: a.drucker@cgiar.org<br />
Ulf Narloch, Unai Pascual (Department of Land Economy, University of Cambridge, Reino Unido). Correo<br />
electrónico: ugn20@cam.ac.uk<br />
Milton V. Pinto Porcel (Fundacion PROINPA, La Paz, Bolivia). Correo electrónico: m.pinto@proinpa.org;<br />
mvpp71@hotmail.com.<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
38<br />
asegurar la conservación y el desarrollo<br />
de la biodiversidad agrícola. En esta<br />
línea, se pide el pago de derechos de los<br />
agricultores (que no son patentes ni derechos<br />
de propiedad intelectual), como<br />
un incentivo y recompensa a la conservación<br />
de la biodiversidad agrícola. La<br />
discusión sobre cómo se podría viabilizar<br />
este pago está en la agenda política<br />
actual. Existen esfuerzos recientes en<br />
algunos países latinoamericanos que<br />
presentaremos más adelante.<br />
El pago por los costos de los servicios<br />
del agroecosistema (externalidades)<br />
Frecuentemente, el costo de la pérdida<br />
de biodiversidad y de los servicios del<br />
ecosistema está estrechamente vinculado<br />
a la invisibilidad económica,<br />
lo cual acrecienta el riesgo de pérdida<br />
de lo que se puede considerar un bien<br />
público (Millenium Ecosystem Assessment,<br />
2005; TEEB, 2009). Lograr<br />
la visualización económica de los cos-<br />
tos de los servicios que el ecosistema<br />
brinda, en el caso de la agrobiodiversidad,<br />
significaría lograr la valoración<br />
de externalidades como: los flujos de<br />
energía y materiales que entran en la<br />
actividad agrícola (luz, agua, suelos,<br />
genes, nutrientes), los servicios proporcionados<br />
por el ambiente para la<br />
depuración o reciclaje de los desechos<br />
y de los daños ambientales actuales y<br />
futuros a causa de los residuos tóxicos<br />
no depurados o reciclados.<br />
La cooperación entre economistas<br />
y otros científicos está logrando barajar<br />
varias soluciones de valoración económica<br />
de los costos del ecosistema. Una<br />
de ellas señala que resulta prioritario<br />
realizar evaluaciones o análisis de los<br />
costos y beneficios del uso del capital<br />
natural, internalizando los costos de<br />
pérdida de servicios del ecosistema o<br />
externalidades (Millenium Ecosystem<br />
Assessment, 2005; TEEB, 2009). Otra<br />
es que, basándose en que los costes y<br />
beneficios sociales son heterogéneos<br />
y no pueden ser comparados cuantitativamente<br />
entre ellos mismos y con<br />
otros, plantea una evaluación multicriterial<br />
(metodología que incopora y sintetiza<br />
los diferentes criterios que entran<br />
en el proceso de identificación de alternativas<br />
para la toma de decisiones), y<br />
un estudio de distribución ecológica<br />
(Martínez-Alier, 1999). Ambas alternativas<br />
son complejas, y aunque el análisis<br />
costo/beneficio se viene utilizando<br />
como base de la política pública en las<br />
decisiones ambientales –por nombrar<br />
un ejemplo–, todavía existen importantes<br />
dificultades metodológicas para los<br />
servicios más difíciles de medir (Millenium<br />
Ecosystem Assessment, 2005).<br />
Asimismo, existen otros métodos basados<br />
en averiguar la disposición a pagar<br />
de los visitantes o una población por un<br />
bien ambiental o por evitar un perjuicio,<br />
o la disposición de quienes sufren<br />
un perjuicio a aceptar una compensación<br />
por el daño ocasionado.<br />
El valor comercial de la agrobiodiversidad<br />
Mayormente, las variedades nativas<br />
son vendidas como productos de consumo<br />
en muy pequeñas cantidades<br />
en los mercados locales o regionales<br />
(como las ferias agropecuarias) o incluso<br />
en mercados de sectores populares<br />
de las grandes ciudades, donde suele<br />
asentarse la población que emigra de<br />
las áreas rurales. En los últimos años,<br />
empieza a tomar forma la comercialización<br />
de ciertas variedades nativas<br />
como productos procesados o gastronómicos,<br />
así como también el agroturismo,<br />
tratando de captar mercados<br />
internacionales sin poner en riesgo los<br />
recursos genéticos ni el medio ambiente.<br />
El mercado de productos orgánicos,<br />
que se viene extendiendo entre los pequeños<br />
agricultores de muchos países<br />
en vías de desarrollo (entre ellos, los<br />
latinoamericanos), también se presenta<br />
como una alternativa de comercialización<br />
de las variedades nativas producidas<br />
por agricultores tradicionales que<br />
se esfuerzan por ajustarse a los estándares<br />
de la agricultura agroecológica.
Este tipo de comercialización<br />
responde a lo que actualmente se conoce<br />
como biocomercio (biotrade),<br />
una iniciativa surgida con ocasión<br />
de la III Conferencia de las Partes<br />
(COP3) del Convenio sobre la Diversidad<br />
Biológica (CDB), realizada en<br />
Buenos Aires (Argentina) en 1996 y<br />
promovida por el Centro de las Naciones<br />
Unidas sobre Comercio y Desarrollo<br />
(UNCTAD). El programa de<br />
biocomercio está orientado a estimular<br />
el comercio y la inversión en los<br />
recursos de la diversidad biológica,<br />
buscando un menor impacto ambiental<br />
y la conservación de los recursos<br />
naturales mejorando la eficiencia de<br />
las empresas, esto es, promoviendo<br />
los econegocios y la ecoeficiencia<br />
(Brack, 1992).<br />
De hecho, si bien se están dando<br />
experiencias interesantes en América<br />
Latina, la comercialización de variedades<br />
nativas en mercados nacionales<br />
e internacionales todavía se da a una<br />
escala muy reducida y todavía a precios<br />
poco satisfactorios. Sin embargo,<br />
ya existen acuerdos internacionales de<br />
estándares de producción y comercialización,<br />
tales como el comercio justo.<br />
Pero todavía hay incertidumbre acerca<br />
de los impactos que puede tener<br />
una comercialización de mayor escala<br />
sobre la conservación de la biodiversidad<br />
y la cultura tradicional, así como<br />
los beneficios que pueden obtener los<br />
agricultores tradicionales. Para que la<br />
venta de estos recursos biológicos sea<br />
una alternativa económica para el país<br />
y las comunidades que sostienen esta<br />
biodiversidad, se requiere de políticas<br />
gubernamentales basadas en un análisis<br />
serio sobre los riesgos que el mercado<br />
podría significar para la conservación<br />
de la biodiversidad y de la cultura<br />
que la sostiene. Los estudios realizados<br />
con el propósito de entender<br />
“cómo los mercados pueden afectar el<br />
uso de los recursos naturales, aspectos<br />
de la vida social y el conocimiento<br />
de la gente indígena” en las comunidades<br />
de México, son un esfuerzo en<br />
ese sentido (Godoy, 2001).<br />
Finalmente, la comercialización de<br />
variedades nativas (sean plantas o animales)<br />
como germoplasma o semilla<br />
puede ser un mercado potencialmente<br />
muy rentable, si es que se reconocen<br />
los derechos de los agricultores. Actualmente,<br />
este mercado está dominado<br />
por los grandes laboratorios y está<br />
fuertemente amenazado por la biopiratería.<br />
Algunos esfuerzos en América<br />
Latina<br />
Un estudio en marcha muy interesante<br />
sobre pagos por servicios de conservación<br />
de la biodiversidad es el que viene<br />
impulsando un conjunto de investigadores<br />
de instituciones de Bolivia (Fundación<br />
PROINPA, La Paz, Bolivia),<br />
Perú (Centro de Investigación de Recursos<br />
Naturales y Medio Ambiente,<br />
Puno), Italia (Bioversity International,<br />
Rome) y Gran Bretaña (Department<br />
of Land Economy, University of Cambridge)<br />
con comunidades productoras<br />
de quinua en el Lago Titicaca en Puno-Perú<br />
y el área circundante al salar<br />
de Uyuni en Bolivia (ver Recuadro 1).<br />
Impulsar estudios similares puede ser<br />
el camino a seguir, de modo tal que se<br />
pueda contar con elementos sólidos<br />
para la toma de decisiones.<br />
El estudio “The Economics of<br />
Ecosystems and Biodiversity”– TEEB<br />
(La Economía de los Ecosistemas<br />
y la Biodiversidad), de tres años de<br />
duración (2007-2009), resalta varios<br />
éxitos logrados en América Latina y<br />
países de otros continentes donde el<br />
haber puesto en valor la biodiversidad<br />
ha fructificado en beneficios financieros<br />
(The Ecologist, 2009). Ver<br />
Recuadro 2.<br />
En cuanto al biocomercio, las experiencias<br />
son bastante extendidas<br />
en América Latina. En el Cuadro 1<br />
se ilustra una experiencia incipiente<br />
de agroturismo en agroecosistemas<br />
de cultivos altoandinos (en Bolivia) y<br />
otra experiencia más establecida de<br />
comercialización de pulpas de frutas<br />
congeladas en una región desértica<br />
(en Brasil).<br />
Recuadro 2<br />
Casos exitosos de<br />
valoración económica de la<br />
biodiversidad en países de<br />
América Latina, Asia y Europa<br />
Haciendo comparaciones con el informe<br />
de Sir Nicholas Stern de 2006<br />
sobre el costo del cambio climático,<br />
“The Economics of Ecosystems and<br />
Biodiversity Report” (TEEB), un gigantesco<br />
proyecto de tres años financiado<br />
por un conjunto de países de la UE,<br />
se estimó que la pérdida continua de<br />
bosques y biodiversidad podría costarnos<br />
entre £1.2-2.8 trillones al año.<br />
Los autores del estudio afirmaron que el<br />
valor de la biodiversidad era ‘invisible’<br />
en el sistema económico actual y que la<br />
protección del mundo natural resultaba<br />
más barata que las costosas soluciones<br />
tecnológicas propuestas. Ofrecen algunos<br />
éxitos logrados en países de América<br />
Latina, Asia y Europa al haber obtenido<br />
beneficios financieros dándole valor<br />
económico a la biodiversidad:<br />
• en Venezuela, la inversión en el<br />
sistema de áreas naturales protegidas<br />
está previniendo la sedimentación<br />
que de otra manera podría reducir<br />
las ganancias agrícolas en alrededor<br />
de $3.5 millones al año<br />
• la inversión en la protección de<br />
la Reserva de la Biosfera Maya de<br />
Guatemala está generando un<br />
ingreso anual de casi $50 millones<br />
al año, ha generado 7.000 trabajos y<br />
ha dado un empuje a los ingresos de<br />
las familias locales<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
• la plantación y protección de cerca<br />
de 12.000 hectáreas de manglares<br />
en Vietnam cuesta más de $1 millón,<br />
pero el ahorro de gastos anuales en<br />
el mantenimiento de diques es de<br />
más de $7 millones<br />
• uno de 40 trabajos en Europa<br />
están ahora vinculados con el<br />
medio ambiente y los servicios del<br />
ecosistema, trabajos que van desde<br />
‘eco-tecnoindustrias’ a agricultura<br />
orgánica, forestería sostenible y<br />
ecoturismo<br />
39<br />
Fuente: The Ecologist, 13 de noviembre<br />
de 2009
País /<br />
Comunidad<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
40<br />
A modo de conclusión<br />
Estas perspectivas de valoración económica<br />
de la agrobiodiversidad nativa<br />
tradicional, sea como ‘capital natural<br />
cultivado’, servicios ecosistémicos,<br />
producto de consumo o germoplasma,<br />
son de suma importancia para la<br />
conservación de la biodiversidad y la<br />
cultura que la mantiene, así como para<br />
el bienestar presente y futuro de las<br />
familias agricultoras.<br />
A decir verdad, llegar a acuerdos<br />
sobre esto, más que en el terreno de la<br />
economía descansa en el terreno de la<br />
política, en la voluntad y poder que pudieren<br />
tener los gobiernos nacionales,<br />
autoridades locales, organizaciones de<br />
agricultores, los mismos agricultores<br />
individuales y movimientos políticos<br />
de la sociedad civil. En ese sentido, es<br />
esencial que en la toma de decisiones<br />
estos actores tomen en cuenta cuáles<br />
son hoy en día los aspectos cruciales<br />
en torno a la valoración de la biodiversidad,<br />
el mercado y su relación con la<br />
conservación, para no poner en ries-<br />
Agrobiodiversidad<br />
Iniciativa económica Rol de agricultores<br />
en cadena productiva<br />
go la fuente de recursos biológicos, el<br />
mantenimiento de los servicios ecosistémicos,<br />
la provisión de opciones para<br />
el futuro y el mantenimiento de la resiliencia<br />
del ecosistema.<br />
Dora Velásquez Milla<br />
Coordinadora de Ciencia y Tecnología<br />
en los Andes-CCTA<br />
Correo electrónico:<br />
doravelasquez@yahoo.com<br />
Referencias<br />
- Boege, E. (2008). El patrimonio biocultural<br />
de los pueblos indígenas<br />
de México: hacia la conservación<br />
in situ de la biodiversidad y agrobiodiversidad<br />
en los territorios indígenas.<br />
Instituto Nacional de Antropología<br />
e Historia, México, D.F.<br />
342 p.<br />
- Brack, A. (1999). Diccionario enciclopédico<br />
de plantas útiles del Perú.<br />
PNUD-CBC, Lima. 550 p.<br />
- Casas, A. y Parra, F. (2007). Agro-<br />
Cuadro 1.- Experiencias de comercialización de la agrobiodiversidad en América Latina<br />
a) Bolivia /<br />
Santiago de<br />
Okola<br />
(4000 m)<br />
b) Brasil<br />
/ norte<br />
de Minas<br />
Gerais<br />
(Región<br />
Agreste)<br />
Oca y<br />
quinua<br />
Frutas<br />
nativas y<br />
sembradas<br />
Agroturismo<br />
alrededor del Lago<br />
Titicaca (homestay):<br />
30 iniciativas que<br />
proporcionan<br />
servicios a visitantes<br />
y beneficios a<br />
comunidades locales.<br />
Producción y<br />
comercialización<br />
de pulpas de<br />
frutas congeladas,<br />
utilizando 17<br />
variedades de<br />
frutas (7 nativas<br />
y 10 exóticas), y<br />
producción de<br />
aceite y pulpa<br />
envasada utilizando<br />
el pequi (Caryocar<br />
brasiliensis), fruto<br />
símbolo del Cerrado.<br />
Empresas de<br />
turismo comunitario<br />
enfocado en<br />
agricultura y<br />
consumo de<br />
productos locales.<br />
La Cooperativa<br />
Grande Sertâo, que<br />
agrupa a familias<br />
distribuidas en 350<br />
comunidades rurales<br />
de 26 municipios,<br />
promueve la<br />
generación de renta,<br />
que se origina en las<br />
propias estrategias de<br />
seguridad alimentaria<br />
y reproducción social<br />
de los campesinos.<br />
Estándares de<br />
producción y<br />
comercialización<br />
Las familias<br />
campesinas<br />
invierten en<br />
oferta de<br />
alojamiento,<br />
alimentación y<br />
un tour por la<br />
comunidad.<br />
Se basa en la<br />
agroecología:<br />
no usa insumos<br />
químicos en la<br />
producción y, al<br />
mismo tiempo,<br />
promueve la<br />
protección y<br />
recuperación de<br />
ecosistemas.<br />
biodiversidad, parientes silvestres<br />
y cultura. <strong>LEISA</strong>, vol.23, No.2,<br />
pp. 5-8<br />
- Godoy, R. (2001). Indians, markets,<br />
and rainforests. Columbia University<br />
Press, Nueva York.<br />
- Martínez-Alier, J. (1999). Introducción<br />
a la economía ecológica. Rubes,<br />
España. 142 p.<br />
- Millenium Ecosystem Assessment,<br />
2005. Ecosystems and human<br />
well-being: biodiversity synthesis.<br />
World Resources Institute, Washington,<br />
DC.<br />
- Sarukhán, J. y otros. (2009). Capital<br />
natural de México. Síntesis: conocimiento<br />
actual, evaluación y perspectivas<br />
de sustentabilidad. Comisión<br />
Nacional para el Conocimiento<br />
y Uso de la Biodiversidad, México.<br />
- TEEB. (2009). The economics of<br />
ecosystems and biodiversity for<br />
national and international policy<br />
makers: Summary, responding to<br />
the value of nature. UNEP. Wesseling,<br />
Alemania. 47 p.<br />
Resultados Beneficios económicos<br />
y conservación de<br />
agrobiodiversidad<br />
12 familias han<br />
recibido 90 turistas al<br />
año, que provienen<br />
principalmente de<br />
Europa.<br />
Las 350 comunidades<br />
rurales vinculadas<br />
a la cooperativa<br />
pueden comercializar<br />
sus productos<br />
directamente o<br />
a través de las<br />
cooperativas que<br />
posibilitan vender<br />
a mayor escala,<br />
asumiendo los<br />
costos de transporte<br />
y comercializando<br />
la producción<br />
campesina en los<br />
mercados más<br />
exigentes.<br />
Fuentes: a) <strong>LEISA</strong> 25-2, 2009. Saboreando los resultados de un esfuerzo en conjunto / por: S. Taranto y S. Padulosi. b) <strong>LEISA</strong> 24-3,<br />
2008. Valorización de las riquezas nativas: la experiencia de la Cooperativa Grande Sertao / por: Igor S. H. de Carvalho.<br />
Experiencia inicial incierta<br />
e ingresos inciertos<br />
porque el flujo de turistas<br />
no es regular. Se ha<br />
logrado recuperación de<br />
cultivos nativos.<br />
Más de 2.000 familias<br />
beneficiadas con la<br />
comercialización de<br />
pulpa de frutas, miel,<br />
derivados de caña y<br />
otros productos de la<br />
agricultura de la región<br />
agreste. Los agricultores<br />
brindan mayor cuidado<br />
a sus árboles frutales y<br />
los replantan. Tendencia<br />
a sembrar millares de<br />
plantones y semillas de<br />
especies nativas, que fijan<br />
carbono y contribuyen<br />
a la conservación de<br />
recursos hídricos y<br />
biodiversidad.
TRABAJANDO EN RED<br />
Global Partnerships<br />
http://www.globalpartnerships.org/<br />
Global Partnerships es una organización que, a través de su asociación con<br />
instituciones locales, promueve las microfinanzas para las personas tradicionalmente<br />
marginadas –como las mujeres y la población rural pobre– con<br />
microcréditos y otros servicios que contribuyen a que las familias rompan el<br />
ciclo de la pobreza. Tiene oficinas en Seattle y Managua, una trayectoria de<br />
15 años, y atiende a más de 817.000 prestatarios a traves de 27 instituciones<br />
microfinancieras asociadas en siete países de Latinoamérica. En el sitio web<br />
se puede acceder a boletines, comunicados de prensa y algunos videos recientes<br />
que demuestran el impacto de su trabajo en la región.<br />
Oikocredit<br />
www.oikocredit.org<br />
Oikocredit es una institución financiera internacional que promueve la justicia<br />
social al empoderar a las personas desfavorecidas mediante créditos.<br />
Desde 1975 ofrece préstamos, garantías y capital de inversión a instituciones<br />
de microfinanzas, cooperativas, comercio justo y otros negocios. La<br />
labor de Oikocredit ha contribuido a centenares de experiencias de éxito.<br />
El dinero invertido por sus socios de proyecto ha conseguido transformar<br />
muchas realidades desde la misma base de forma perdurable. Detrás de<br />
un gran cambio hay muchos pequeños cambios. Oikocredit suma muchas<br />
historias de tenacidad y oportunidad, historias que están en línea con una<br />
misión y determinados valores. Su sitio en Internet brinda mayor información<br />
sobre la importante labor que desarrolla en el mundo.<br />
Fundación STRO<br />
http://www.stro-ca.org/<br />
La Fundación STRO (Social Trade Organisation) es una organización privada<br />
sin fines de lucro, cuya meta es fomentar el desarrollo económico local<br />
a través de Sistemas Monetarios Complementarios y Tecnologías Apropiadas.<br />
Desarrolla proyectos en América Latina y en Centro América, creando<br />
redes de negocios entre pequeñas y medianas empresas, consumidores y<br />
gobiernos locales con el objetivo de estimular y fortalecer la economía local<br />
y contribuir a la generación de ingresos y empleo para la población local.<br />
STRO promueve la optimización y el uso sostenible de los recursos locales<br />
para ofrecer un producto adecuado al mercado local. Su sitio en Internet<br />
ofrece documentación específica sobre estos métodos monetarios complementarios<br />
y tecnologías apropiadas (ver artículo en p. 31).<br />
Alianza Financiera para el Comercio Sostenible (FAST)<br />
http://www.fastinternational.org/es<br />
FAST (por sus siglas en inglés) es una organización internacional sin ánimo<br />
de lucro. Su fin es eliminar la actual brecha financiera en el sector de<br />
las PYMES. Entre sus miembros se incluyen instituciones con orientación<br />
social, instituciones financieras alternativas, instituciones de desarrollo y<br />
otros socios a lo largo de la cadena de distribución agrícola. A través de<br />
su sitio en Internet se puede acceder a Mercado en Línea, una herramienta<br />
creada para ayudar a productores y proveedores de servicios financieros<br />
a comunicarse de forma eficaz. Este proyecto facilita el acceso de las<br />
PYMES a un mercado financiero de calidad e informa a los prestatarios<br />
potenciales sobre las opciones de financiamiento que se adaptan a sus necesidades<br />
empresariales. También se puede tener acceso al Boletín FAST que<br />
trae las últimas noticias de la organización, así como el anuncio de talleres<br />
de capacitación financiera (Mercado en Línea). El sitio web se encuentra<br />
estructurado en inglés, español y francés.<br />
Pro Mujer<br />
http://promujer.org/<br />
Fundada en 1990, Pro Mujer es una organización dedicada<br />
a las microfinanzas y al desarrollo de la mujer.<br />
Invierte en las mujeres porque las mujeres invierten<br />
en sus familias para crear un mejor futuro para ellas y<br />
sus hijos. Pro Mujer no solamente ofrece créditos, sino<br />
también capacitación en salud y negocios; estas son<br />
las herramientas que necesitan para cambiar sus vidas.<br />
Con un ingreso regular, buena salud, y un mejor sentido<br />
de autoestima, las mujeres se sienten empoderadas<br />
para ser agentes de cambio y romper con el ciclo de<br />
pobreza. La organización opera en 5 países latinoamericanos:<br />
Argentina, Bolivia, México, Nicaragua y Perú.<br />
Su sito en Internet ofrece una buena cantidad de documentos<br />
y experiencias muy interesantes sobre la labor<br />
que desarrolla en los distintos países. También se puede<br />
acceder a videos sobre experiencias en microfinanzas y<br />
el trabajo pionero que hace Pro Mujer para ayudar a las<br />
mujeres a mejorar su calidad de vida.<br />
Foro Latinoamericano y del Caribe de Finanzas<br />
Rurales (FOROLACFR)<br />
http://forolacfr.org/<br />
FOROLACFR es una institución integrada por redes<br />
que promueve y facilita los Sistemas y Servicios Financieros<br />
Rurales (SSFR) incluyentes, sostenibles<br />
financiera y socialmente a través de organizaciones<br />
de microfinanzas y organizaciones campesinas, para<br />
contribuir a mejorar la calidad de vida de la población<br />
pobre rural y campesina. El Foro esta conformado por<br />
20 redes socias en 15 países de América Latina. Este<br />
sitio cuenta con una serie de portales dedicados a distintos<br />
tópicos: la Central de Información, que ofrece<br />
noticias, artículos y el acontecer diario de las finanzas<br />
rurales en Latinoamérica; el Directorio de instituciones<br />
de finanzas rurales en América Latina y El Caribe; y el<br />
portal dedicado al Desempeño Social en el sector rural<br />
en Latinoamérica y el Caribe.<br />
<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />
Fondo de Desarrollo Comunal (FONDECO)<br />
http://www.fondeco.org/<br />
FONDECO es una institución financiera de desarrollo<br />
sin fines de lucro, especializada en crédito rural y agropecuario.<br />
Inició sus operaciones en 1995 con el objetivo<br />
de realizar actividades orientadas a promover el<br />
desarrollo socioeconómico de la población campesina<br />
y los sectores populares de Bolivia. FONDECO otorga<br />
créditos y servicios financieros en condiciones accesibles<br />
para fomentar emprendimientos, contribuyendo<br />
así a elevar su calidad de vida y progreso. Cubre cinco<br />
departamentos de Bolivia en 17 agencias y sirven a<br />
más de 8.000 clientes, pequeños productores, empresarios,<br />
comerciantes rurales y asalariados, siendo el 57%<br />
de sus clientes mujeres que no tienen acceso al sistema<br />
financiero formal por limitaciones económicas, legales,<br />
geográficas o culturales. 41<br />
41
La Esquina Verde THE GREEN CORNER<br />
Una experiencia de comercio justo y ecológico<br />
Esta experiencia ha dado lugar a uno de los centros de distribución de productos orgánicos más<br />
importantes de la Ciudad de México, que se desarrolla bajo los principios del comercio justo y promueve<br />
prácticas de consumo responsable. Concentra en sus espacios a más de tres mil productos orgánicos<br />
o agroecológicos que provienen de todas las regiones de México, productos que son resultado del<br />
trabajo de cerca de 250 productores (pequeños productores, comunidades rurales, cooperativas, empresas<br />
familiares y comunidades indígenas).<br />
En 2003, se funda La Esquina Verde (The Green Corner) con el propósito de comercializar los<br />
productos excedentes del rancho y el excedente de productos de otros agricultores que han trabajado<br />
técnicas de cultivo orgánicas, tales como abonos naturales, policultivo, control de insectos, etc. El<br />
proyecto comienza con apenas 20 productores, pero muy pronto crece este número por el interés en las<br />
posibilidades de desarrollo que existen para todos sus integrantes. Desde el inicio, conocíamos los<br />
problemas del campo mexicano: el uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes sintéticos, la<br />
pérdida de fertilidad de la tierra, la destrucción de la vida silvestre y la proliferación de los alimentos<br />
transgénicos. Asimismo, sabíamos del desequilibrio ocasionado por la producción agroindustrial que ha<br />
desplazado a miles de pequeños agricultores a las ciudades y ha disminuido su seguridad alimentaria. El<br />
trabajo en el rancho que tiene la empresa en el Estado de México, es la respuesta a este problema.<br />
La Esquina Verde produce, distribuye y vende productos orgánicos para contribuir a dinamizar este mercado en el país. Promueve<br />
al mismo tiempo un consumo responsable, entendiéndolo como una forma de reducir el impacto de la actividad humana sobre el<br />
medio ambiente, apoyar a los campesinos y productores orgánicos y cuidar nuestra salud propia.<br />
El mercado de alimentos orgánicos en México<br />
México ocupa internacionalmente el decimotercer lugar en la producción orgánica; sin embargo, el 85% de los cultivos orgánicos<br />
se exportan, un 10% se vende como orgánico en el mercado interno y el 5% restante se vende mezclado con los cultivos convencionales.<br />
Esto se debe en gran medida a que en México no sabemos qué son los productos orgánicos ni conocemos sus beneficios para<br />
la salud y el medio ambiente, por lo que estos cultivos acaban en Estados Unidos, Europa y Japón. La apuesta sería que el 85% se<br />
consumiera a nivel nacional y solo el 10% saliera al extranjero.<br />
Comercio justo<br />
Al campesino se le suele castigar fuertemente a la hora de los precios, muchas veces se les ofrece un salario más bajo que los costos<br />
que tiene a la hora de producir su cultivo. El comercio justo se refiere precisamente a ofrecerle al productor un precio que cubra sus<br />
costos y le permita vivir dignamente, que sea estable y no cambie mes con mes para que el productor tenga la posibilidad de planificar<br />
y sentirse seguro. Para evitar esto, el comercio justo busca que el consumidor le compre lo más directamente posible al productor,<br />
eliminando a los intermediarios. Esto también permitirá que el precio sea justo, tanto para el productor como para el consumidor.<br />
En este sentido, de cada 100 pesos gastados en La Esquina Verde, 70 pesos son para el productor, mientras la empresa se queda<br />
con solo 30 pesos. Con esto se busca mantener los precios lo más accesibles posibles para que más gente se interese y compre<br />
productos orgánicos.<br />
Ecotecnias<br />
La Esquina Verde no solo busca promover la producción orgánica de alimentos, sino que también busca difundir diferentes técnicas<br />
amigables con el medio ambiente que se pueden utilizar en las casas. Ejemplo de ello es la tienda de Coyoacán, que fue construida<br />
utilizando varias ecotecnias: adobe compactado, sistemas de captación de agua de lluvia y también de tratamiento de agua para su<br />
reutilización en los servicios higiénicos y el riego de plantas. Esta tienda también genera su propia energía por medio de 204<br />
paneles de 150 W, con una capacidad de 30,6 kW de potencia pico. Este sistema de paneles fotovoltaicos está interconectado a la<br />
red con dos inversores de 15 kW que convierten la energía directa en alterna; a su vez, este sistema es el que regula que el excedente<br />
de energía generada se vaya a la red o que, cuando sea necesario, se tome energía de la red. Este es un sistema pionero y único en<br />
el país, con el que se dejará de enviar cada año 15 toneladas de CO2 a la atmósfera.<br />
También en las otras tiendas se utilizan técnicas amigables con el medio ambiente, como el uso de colectores solares para calentar<br />
el agua para las cocinas. Asimismo, los residuos orgánicos producidos en las tres tiendas se trasladan al rancho para la producción<br />
de composta, devolviéndole así a la tierra algo de lo mucho que nos ha dado.<br />
Adriana León y Bensi Levi<br />
Ciudad de México, junio de 2010