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evista de<br />

agroecología<br />

julio 2010 - volumen 26 número 2<br />

Servicios<br />

financieros<br />

y agricultura<br />

campesina


L E I S A revista de agroecología<br />

julio 2010 - volumen 26 no. 2<br />

Una publicación trimestral de la Asociación Ecología,<br />

Tecnología y Cultura en los Andes, en convenio con la<br />

Fundación ILEIA<br />

Direcciones<br />

Asociación ETC Andes<br />

Apartado Postal 18-0745. Lima 18, Perú<br />

Teléfono: +51 1 4415541, Fax: +51 1 4225769<br />

www.etcandes.com.pe<br />

Fundación ILEIA<br />

PO Box 2067, 3800 CB Amersfoort, Países Bajos<br />

Teléfono: +31 33 4673870, Fax: +31 33 4632410<br />

www.leisa.info<br />

Suscripciones a <strong>LEISA</strong> revista de agroecología<br />

• por correo postal: A.P. 18-0745, Lima 18, Perú<br />

• por internet: www.latinoamerica.leisa.info<br />

Equipo editorial de <strong>LEISA</strong>-América Latina<br />

Teresa Gianella, Teobaldo Pinzás, Roberto Ugás<br />

Página web de <strong>LEISA</strong>-América Latina<br />

Rafael Nova<br />

Apoyo documental<br />

Doris Romero<br />

Diseño y diagramación<br />

Gaby Matsumoto<br />

Suscripciones<br />

Cecilia Jurado<br />

Fotos de portada<br />

Grupo ASPRO-Agua Azul, Cajamarca<br />

Fundación CAFÉ FEMENINO<br />

‘Campesina en la cosecha de café’<br />

Impresión<br />

Amauta Impresiones Comerciales<br />

Empresa Editora El Comercio S.A.<br />

Jr. Juan del Mar y Bernedo 1298, Chacra Ríos Sur<br />

Lima 1, Perú<br />

Financiamiento<br />

La edición de <strong>LEISA</strong> revista de agroecología 26-2 ha<br />

sido posible gracias al apoyo de DGIS, Países Bajos<br />

Los editores han sido muy cuidadosos en editar rigurosamente<br />

los artículos incluidos en la revista. Sin embargo, las ideas<br />

y opiniones contenidas en dichos artículos son de entera<br />

responsabilidad de los autores.<br />

Invitamos a los lectores a que hagan circular los artículos de la<br />

revista. Si es necesaria la reproducción total o parcial de algunos<br />

de estos artículos, no olviden mencionar como fuente a <strong>LEISA</strong><br />

revista de agroecología y enviarnos una copia de la publicación<br />

en la que han sido reproducidos.<br />

ISSN: 1729-7419<br />

Biblioteca Nacional del Perú<br />

Depósito Legal: 2000-2944<br />

Tiraje: 12.500 ejemplares<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología trata de las opciones técnicas que se abren para<br />

los agricultores que buscan mejorar su productividad e ingresos. La agricultura<br />

sostenible y de bajos insumos externos o agricultura ecológica propicia el uso<br />

óptimo de los recursos locales y de los procesos naturales, y si fuere necesario,<br />

el uso eficiente de insumos externos.<br />

En uno de sus artículos publicados en <strong>LEISA</strong>, Bernardo nos<br />

decía: “Las razas locales tienen un mejor comportamiento que<br />

las llamadas ‘razas mejoradas’, debido a su mayor capacidad de<br />

adaptación a las condiciones naturales específicas de los Andes…”.<br />

Como investigador, opinaba que existe un gran potencial, aún por<br />

explorar, para el mejoramiento genético de los ovinos criollos en<br />

las montañas andinas.<br />

Bernardo Fulcrand Terrisse estaba en este camino, pero el 9 de<br />

junio de 2010 se alejó para siempre. Esperamos que su obra de<br />

investigación pueda ser difundida y continuada como fuente<br />

rigurosa de conocimiento para la sostenibilidad de la producción<br />

campesina en los Andes.<br />

4 Editorial<br />

<strong>LEISA</strong> 26-2<br />

6 Sobre el crédito a los agricultores de pequeña escala y la necesidad de una<br />

base autónoma de recursos<br />

Jan Douwe van der Ploeg<br />

10 Crédito agroecológico y solidario en apoyo a la transición agroecológica<br />

Burguivol Alves de Souza, Giovanne Henrique Sátiro Xenofonte<br />

14 Las mutuas ganaderas de los pequeños ganaderos de Galicia<br />

José Manuel Vázquez Varela<br />

15 Fondos rotativos solidarios y la agroecología: la experiencia de Paraíba<br />

Ghislaine Duque, José Camelo da Rocha, José Waldir de Sousa Costa<br />

18 La experiencia de Credivida en el crédito rural<br />

Luisa Santur<br />

20 La Cabrita: una experiencia productiva autónoma<br />

<strong>LEISA</strong>-AL<br />

22 El Ceibo, Bolivia. Termina sociedad de 21 años con cooperativa boliviana<br />

Oikocredit<br />

23 Préstamos basados en las cadenas de valor. Superando las limitaciones del<br />

flujo de caja a través del Financiamiento Sostenible de la Cadena de Valor<br />

Koert Jansen<br />

26 Programa de Apoyo a Micro, Pequeñas y Medianas Empresas Amigables con<br />

la Biodiversidad en Centro América<br />

Óscar Murga<br />

28 Cooperando en las alturas andinas. La experiencia del IAA y la Caja<br />

Nuestra Gente<br />

IAA, Caja Nuestra Gente<br />

31 Monedas complementarias para economías locales sostenibles en<br />

Centro América<br />

Erick Brenes<br />

35 Las canastas comunitarias en Ecuador: una iniciativa por la salud, la economía<br />

y la solidaridad<br />

<strong>LEISA</strong>-AL<br />

36 El valor económico de la (agro)biodiversidad y los servicios del ecosistema<br />

Dora Velásquez<br />

41 Trabajando en red<br />

42 Fuentes<br />

contenido<br />

44 La Esquina Verde. Una experiencia de comercio justo y ecológico<br />

Adriana León, Bensi Levi


estimados lectores<br />

<strong>LEISA</strong> 26-2 debería haber sido publicada en el pasado mes de junio, pero esta vez se ha retrasado por una razón principal:<br />

asegurar que la versión impresa de <strong>LEISA</strong> revista de agroecología llegue a sus suscriptores.<br />

Muchas veces les hemos manifestado este interés nuestro, especialmente al solicitarles la renovación de sus suscripciones<br />

o también cuando hemos resaltado la importancia de que confirmen la recepción de la revista. En esta ocasión, nuestra<br />

preocupación ha sido motivada por varios de ustedes mismos, quienes nos han escrito como suscriptores informando que<br />

algunos números de la revista publicados durante 2009 no han sido recibidos, así como tampoco <strong>LEISA</strong> 26-1 “Producción<br />

de ganado en la agricultura campesina” (marzo 2010), a pesar de tener sus direcciones actualizadas.<br />

Ante esta situación, antes de imprimir <strong>LEISA</strong> 26-2, decidimos consultar a todos los suscriptores que tienen dirección<br />

de correo electrónico. En este momento los resultados de la consulta se están procesando, pero ya podemos informarles<br />

que tras la observación rápida de los primeros datos obtenido, estos nos indican que el porcentaje de suscriptores que no<br />

ha recibido la revista es alto, por lo que nos hemos visto obligados a cambiar de proveedor de servicios de correo postal.<br />

Agradecemos a todos los suscriptores que han respondido a la consulta sobre la recepción de <strong>LEISA</strong> y pedimos disculpas<br />

por el retraso de esta edición. Sin embargo, ante la necesidad de averiguar sobre la recepción de la revista, no hemos<br />

podido dejar de preguntarnos ¿cuál habría sido la reacción de todos ustedes si la suscripción fuese pagada? Probablemente,<br />

no tendríamos que vernos obligados a realizar este tipo de consultas.<br />

Los editores<br />

6<br />

Sobre el crédito a los agricultores de pequeña escala y la necesidad de una<br />

base autónoma de recursos<br />

Jan Douwe van der Ploeg<br />

El crédito es visto con frecuencia como un vehículo indispensable para que los pobres puedan superar su situación<br />

de pobreza, porque permite que los agricultores tengan acceso a nuevas tecnologías para incrementar su productividad<br />

y sus ingresos. Sin embargo, muchos de los programas de crédito existentes con frecuencia minan la independencia<br />

de los agricultores, los atan a relaciones de dependencia y los obligan a asumir todos los riesgos. Hay<br />

mejores maneras de ayudar a los agricultores a construir su propia base de recursos y su independencia.<br />

15<br />

Fondos rotativos solidarios y la agroecología: la experiencia de Paraíba<br />

Ghislaine Duque, José Camelo da Rocha, José Waldir de Sousa Costa<br />

Para avanzar en la transición hacia la agroecología, las familias necesitan las condiciones necesarias para la estructuración<br />

de sus pequeñas propiedades. Los Fondos Rotativos Solidarios (FRS) son formas de organización que<br />

permiten a las comunidades realizar ahorros colectivos a partir de recursos de cooperación externa o de recursos<br />

obtenidos localmente. Estas prácticas colectivas ofrecen una mejor calidad de vida a las familias campesinas en la<br />

región semiárida de Paraíba, Brasil. Los FRS se muestran como un fuerte instrumento de economía comunitaria al<br />

servicio del desarrollo autocentralizado basado en la agroecología.<br />

18<br />

La experiencia de Credivida en el crédito rural<br />

Luisa Santur<br />

El proceso de dinamización productiva y estabilización económica que vive el Perú en los últimos años ha supuesto<br />

para el segmento moderno del sector rural oportunidades interesantes de mercado. Esto ha generado también<br />

oportunidades para un segmento de pequeños productores agrícolas; sin embargo, no han ido de la mano con una<br />

oferta crediticia suficiente y oportuna que les permita a los pequeños productores aprovechar estas condiciones. Es<br />

esta la razón por la que Credivida –un Programa de Crédito de la ONG Fomento de la Vida– interviene como una<br />

alternativa de financiamiento rural que permite a los agricultores aprovechar estas oportunidades.<br />

31<br />

Monedas complementarias para economías locales sostenibles en Centro América<br />

Erick Brenes<br />

El artículo presenta una visión general de las estrategias y metodologías de la fundación STRO en Centro América<br />

(STRO-CA). A través del desarrollo de proyectos con monedas complementarias, esta propuesta innovadora de<br />

desarrollo económico tiene como meta crear economías locales fuertes y diversificadas que absorban más fácilmente<br />

los shocks externos de la economía global. La propuesta es perfeccionada constantemente a partir de la<br />

retroalimentacion tanto teórica como la obtenida a partir de las experiencias de campo.


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

4<br />

editorial<br />

Servicios financieros adecuados<br />

Todo sistema de producción agrícola requiere acceder<br />

a ciertos bienes y servicios para poder reproducirse y<br />

continuar atendiendo el autoconsumo de las familias rurales<br />

y las demandas de los mercados. En el caso de la agricultura<br />

familiar campesina, estos requerimientos se han atendido<br />

de diversas formas a lo largo del tiempo. Los productores<br />

seleccionan e intercambian semillas y acumulan y manejan<br />

el estiércol de sus animales, mientras que para tareas<br />

pesadas y para la construcción de obras de infraestructura<br />

que sirvan a varios productores –como canales de riego o<br />

represas– las familias campesinas han desarrollado distintas<br />

maneras de cooperar entre ellas. Otras necesidades de la<br />

reproducción se satisfacen mediante intercambios entre los<br />

mismos productores y ventas de productos en los mercados,<br />

pero también se hace necesario contar con ciertos servicios<br />

para completar la adquisición de insumos y herramientas y<br />

para atender las necesidades de reproducción de las familias.<br />

Desde hace mucho tiempo, pero especialmente en el mundo<br />

de la economía actual, la reproducción y la expansión de la<br />

agricultura familiar requieren servicios financieros.<br />

La presente edición de <strong>LEISA</strong> se dedica a este tema,<br />

utilizando para ello un conjunto de contribuciones basadas<br />

en experiencias que tratan de atender distintas necesidades<br />

específicas de las familias campesinas. La selección se inicia<br />

con el artículo de Jan Douwe van der Ploeg, profesor de<br />

sociología rural en la Universidad de Wageningen, Holanda,<br />

que alerta sobre las inconveniencias y los riesgos del crédito<br />

y enfatiza la importancia de mantener cierto nivel de<br />

autonomía para las familias campesinas. Van der Ploeg usa<br />

para sustentar su argumento la experiencia de los pequeños<br />

agricultores peruanos con el Banco Agrario de Perú, el cual<br />

otorgaba créditos en condiciones adversas para los prestatarios<br />

quienes en no pocas ocasiones terminaron perdiendo<br />

sus tierras. Pero existen también experiencias exitosas de<br />

crédito a organizaciones de agricultores familiares, especialmente<br />

para el financiamiento de la comercialización de<br />

productos de exportación, como el café y el cacao, y también<br />

de créditos para el equipamiento de los procesos de transformación<br />

de estos productos. Dos experiencias valiosas se<br />

presentan en esta edición: el financiamiento a la cadena de<br />

valor del algodón para pequeños agricultores de Tanzania,<br />

hecho por Triodos Bank, y la experiencia de la cooperativa<br />

para la agricultura familiar campesina<br />

de productores de cacao El Ceibo en Bolivia y la organización<br />

ecuménica de financiamiento al desarrollo Oikocredit;<br />

ambas experiencias son muestras de lo que se puede lograr<br />

con este tipo de alianzas.<br />

En América Latina, las microfinanzas (microcréditos y<br />

otros servicios de pequeña escala) han tenido un crecimiento<br />

muy elevado; sin embargo, esta expansión se ha dado<br />

sobre todo entre los sectores pobres y las microempresas<br />

urbanas, y allí se ha canalizado mayormente al comercio.<br />

La penetración de las microfinanzas en el sector rural y especialmente<br />

para la producción agropecuaria es mínima y<br />

en las condiciones actuales de su funcionamiento y de las<br />

políticas estatales no podría ser de otra manera. Como lo explicó<br />

el expositor Marcel Mazoyer el 2007 en el Seminario<br />

Internacional Economías Campesinas y Servicios Financieros<br />

Rurales, organizado por el Foro Latinoamericano y del<br />

Caribe de Finanzas Rurales en La Paz, Bolivia,<br />

“Actualmente, el microcrédito crece más que todo en<br />

zonas urbana y peri urbanas, los bancos concentran sus<br />

actividades en los grandes agricultores o en estos sectores<br />

y las microfinancieras responden a la demanda de<br />

las actividades informales no rurales, por lo que los pequeños<br />

productores agrícolas no tienen acceso al crédito.<br />

Por más que se tenga una buena política de apoyo al<br />

desarrollo sostenible de la agricultura campesina, existe<br />

la dificultad del financiamiento, los campesinos cuentan<br />

con muy baja capacidad de autofinanciamiento y de<br />

brindar garantías, precisamente porque su rentabilidad<br />

también es baja… El financiamiento para la agricultura<br />

es muy diferente a las prácticas acostumbradas en microfinanzas,<br />

donde la rentabilidad es casi inmediata; en<br />

agricultura el tiempo de recuperación del crédito es más<br />

largo”(Memoria del Seminario, p. 35).<br />

Pese a estas constataciones, en un contexto de globalización<br />

y concentración empresarial, hay actualmente en varios<br />

países de nuestra región un renovado interés de instituciones<br />

microfinancieras por expandir sus actividades al sector<br />

rural. Una muestra de esta tendencia es el caso de la Caja<br />

Nuestra Gente, de propiedad de la Fundación BBVA, que en<br />

alianza con la ONG Instituto por una Alternativa Agraria


(IAA) está llevando a cabo una experiencia de microcrédito<br />

a familias campesinas beneficiarias del programa estatal<br />

Juntos en comunidades altoandinas de Perú. Y hay también<br />

experiencias en pequeña escala, como aquella, incluida en<br />

esta edición, en la que un préstamo de la ONG peruana<br />

Fovida-Programa Credivida permitió a la pequeña empresa<br />

La Cabrita equipar de nuevo su planta de procesamiento de<br />

derivados lácteos luego de un siniestro.<br />

Un estudio de impacto llevado a cabo por el equipo<br />

editorial de <strong>LEISA</strong> en 2009 señaló la importancia para la<br />

agricultura familiar de inversiones en sus predios, las que<br />

permitirían asegurar la producción y mejorar los rendimientos,<br />

así como el establecimiento en sus parcelas de pequeños<br />

sistemas de riego por goteo, que requieren un período de<br />

reembolso a mediano plazo y tasas de interés adecuadas.<br />

En nuestros países existe una gran necesidad de este tipo<br />

de créditos y aún está muy lejos de ser satisfecha; dichos<br />

créditos harían posible que la agricultura familiar mejore<br />

su competitividad y enfrente de mejor manera los eventos<br />

climáticos adversos. También tomamos en cuenta el apoyo<br />

crediticio para lograr la transición a la agricultura orgánica<br />

o ecológica, apoyo muy requerido y sobre el cual trata la<br />

experiencia del fondo de Crédito Agroecológico y Solidario,<br />

destinado a pequeños agricultores del nordeste brasileño e<br />

impulsado por la organización Caatinga.<br />

El elemento común a prácticamente todas estas experiencias<br />

es que la intervención estatal es inexistente o, en<br />

todo caso, insignificante. El gran sector de la agricultura familiar<br />

campesina, donde laboran millones de personas utilizando<br />

sistemas de producción sostenibles que no generan<br />

gases invernadero, que contribuyen a la conservación de la<br />

biodiversidad y que aportan la mayor parte de los alimentos<br />

que consumimos, sigue esperando aquellas políticas estatales<br />

que apoyen su fortalecimiento y creen las condiciones<br />

para mejorar su competitividad. Recae sobre las organizaciones<br />

de pequeños agricultores y sobre quienes tratamos de<br />

colaborar con ellas la gran tarea de hacer que esta situación<br />

de descuido y abandono llegue a su fin.<br />

convocatoria<br />

diciembre 2010, volumen 26 número 4<br />

Interactuar para aprender / Aprender para innovar<br />

El último número de este año presentará experiencias y reflexiones sobre la interacción de los diversos actores que intervienen<br />

en los procesos de aprendizaje e innovación en la agricultura campesina. Esta interacción es propicia para la generación de<br />

aprendizajes y conocimientos que se producen por el interés de los agricultores en mejorar o innovar sus procesos productivos.<br />

Sin embargo, el agricultor o toda la familia agricultora no están solos en esta acción, sino que actúan y establecen relaciones con<br />

múltiples actores para alcanzar resultados. Por ejemplo, comparten experiencias y conocimientos entre los mismos agricultores,<br />

también con los técnicos de los proyectos auspiciados por gobiernos locales o el Estado, organizaciones no gubernamentales<br />

(ONGs), empresa privada, universidades, etc. Estas experiencias de aprendizaje conjunto van definiendo las decisiones que<br />

toman el agricultor y los otros actores comprometidos con el proceso.<br />

La actual situación del mundo ante los retos del cambio climático, el deterioro de los recursos naturales y, sobre todo, la<br />

pobreza y desnutrición de la población de las áreas rurales de nuestra región –problemas que no se logran superar a pesar de<br />

lo que muestran los actuales indicadores de crecimiento económico–, nos obligan a enfocar con cierta urgencia la mejora de<br />

la producción agraria campesina. En este número difundiremos aquellas experiencias de aprendizaje que ayuden a responder<br />

a preguntas como: ¿Qué experiencias de colaboración entre múltiples actores existen en América Latina para promover el<br />

aprendizaje? ¿Cuáles son algunos ejemplos en los que este aprendizaje ha aportado a la innovación de la producción de una<br />

familia agricultora o en una asociación de productores campesinos? ¿Cuáles han sido las metodologías e instrumentos que han<br />

permitido obtener los resultados esperados y cuáles han sido los mayores obstáculos? ¿Cuáles son las oportunidades y retos<br />

que enfrentamos para consolidar lo aprendido y reforzar el proceso de innovación?<br />

Fecha para enviar el resumen de un artículo que se propone contribución o su versión no definitiva: 10 de octubre 2010<br />

Escribir a: Teresa Gianella-Estrems, editora. Correo electrónico: leisa-al@etcandes.com.pe


Experiencias vinculadas a problemas globales<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

6<br />

Sobre el crédito a los agricultores<br />

de pequeña escala<br />

y la necesidad de una base autónoma de recursos<br />

JAN DOUWE VAN DER PLOEG<br />

La necesidad de crédito juega un rol<br />

clave en muchas realidades penosas.<br />

Tomemos como ejemplo al Perú,<br />

donde muchas familias de pequeños<br />

agricultores se encuentran siempre a<br />

un paso de sentir hambre a pesar de<br />

tener tierras no trabajadas que podrían<br />

utilizar para producir alimentos<br />

y obtener ingresos adicionales para la<br />

familia. Lo que les falta es el dinero<br />

para comprar semillas y fertilizantes,<br />

alquilar una yunta o un tractor para<br />

preparar la tierra y pagar por el agua<br />

de riego. No hay medios, es lo que se<br />

dice en el Perú. El crédito realmente<br />

parece ser la solución para esa situación,<br />

aun cuando la combinación de<br />

crédito, mercados muy volátiles y un<br />

clima que siempre presenta riesgos ha<br />

arruinado a muchos agricultores en el<br />

pasado. Muchos de ellos han tenido<br />

que vender sus recursos para pagar<br />

préstamos anteriores y tienen deudas<br />

pendientes que no pueden solventar.<br />

Para ellos es imposible obtener crédito<br />

debido a que los bancos los consideran<br />

malos pagadores.<br />

Este es, en pocas palabras, uno de<br />

los dramas del desarrollo rural: el crédito<br />

llevó a las personas a tener problemas,<br />

sin embargo, es lo que necesitan<br />

para resolver esos problemas aunque<br />

ya no pueden obtenerlo.<br />

Autonomía y la libertad de los<br />

agricultores<br />

La agricultura siempre requiere una<br />

base de recursos multifacética. Ade-<br />

Las fincas autónomas están mucho<br />

mejor preparadas para afrontar<br />

momentos difíciles<br />

Foto: Autor<br />

más de tierras, agua, animales, semillas,<br />

fertilizantes, mano de obra, conocimientos,<br />

edificios, instrumentos y<br />

redes sociales, los agricultores necesitan<br />

un capital de trabajo. Con frecuencia<br />

este capital de trabajo proviene de<br />

los ahorros generados durante ciclos<br />

de producción anteriores. De hecho, la<br />

agricultura no solo consiste en utilizar<br />

estos recursos para producir, se basa<br />

en igual medida en la reproducción y<br />

el desarrollo de esta base de recursos.<br />

Durante el proceso de producción los<br />

recursos se reproducen: las vaquillonas<br />

son criadas para que sean por lo<br />

menos tan productivas como las vacas<br />

a las que remplazarán; la fertilidad de<br />

los suelos debe ser mantenida y de preferencia<br />

mejorada; al cosechar papas,


las semillas para el próximo año deben<br />

ser seleccionadas y guardadas. Todos<br />

estos recursos prometen buenas, y con<br />

un poco de suerte, mejores cosechas<br />

en el futuro. Este proceso de reproducción<br />

no solo se aplica a los recursos<br />

materiales, sino también a los recursos<br />

sociales, desde la mano de obra al interior<br />

de la familia (y/o la comunidad),<br />

hasta las redes sociales y el conocimiento.<br />

También se aplica al capital de<br />

trabajo.<br />

La base de recursos disponible para<br />

los agricultores es el resultado de ciclos<br />

anteriores, ha sido creada en base<br />

al trabajo duro y la dedicación de la<br />

familia de agricultores. Como resultado,<br />

su trabajo representa autonomía (o<br />

‘independencia’ como frecuentemente<br />

dicen los mismos agricultores), evita la<br />

necesidad de establecer relaciones de<br />

dependencia con otros. Los medios necesarios<br />

para producir están a la mano.<br />

Slicher van Bath, el gran historiador de<br />

la agricultura, se refería a esto como<br />

“la libertad de los agricultores”. Mantenía<br />

que esta era una libertad por partida<br />

doble. Primero, es una “libertad<br />

de” la dependencia y la explotación<br />

que se asocia a ella. No hay necesidad<br />

de alquilar tierras de grandes terratenientes<br />

ni de obtener un préstamo de<br />

un prestamista local, lo que conllevaría<br />

al pago de intereses muy altos. Pero<br />

también es “libertad para” dedicarse a<br />

la agricultura de una manera que corresponda<br />

a los intereses y perspectivas<br />

de la familia de agricultores. Los<br />

demás no pueden determinar cómo<br />

debería operar el agricultor, son los<br />

mismos agricultores quienes diseñan<br />

la manera en que quieren practicar la<br />

agricultura y desarrollar sus predios.<br />

La libertad de y la libertad para son<br />

ingredientes indispensables para un<br />

sector agrícola próspero.<br />

La historia de la agricultura puede<br />

ser interpretada como una lucha por la<br />

autonomía, lucha que se da en predios<br />

individuales, pero también a nivel de<br />

comunidades agrícolas y movimientos<br />

de agricultores. Estos movimientos<br />

han sido la fuente de muchas coopera-<br />

tivas, incluidas cooperativas de crédito<br />

y ahorro para abordar el problema de<br />

los créditos.<br />

Dependencia y supervivencia<br />

La base de recursos autónoma, creada<br />

históricamente, está siendo amenazada<br />

en muchos lugares del mundo. La<br />

presión ejercida sobre la agricultura<br />

(el aumento de los costos de producción<br />

junto con el estancamiento o incluso<br />

la disminución de los precios de<br />

los productos), el sesgo urbano de las<br />

políticas de estado y los modelos tecnológicos<br />

que suponen gran cantidad<br />

de insumos externos, han contribuido<br />

a la erosión de la base de recursos<br />

autorregulada. La autonomía como<br />

base ha sido reemplazada por una amplia<br />

y densa red de relaciones de dependencia<br />

por el lado de los insumos<br />

para la agricultura. Estas relaciones<br />

de dependencia se suman a las que<br />

se establecen por el lado de los productos<br />

de la agricultura. Las primeras<br />

resultan con frecuencia en que las segundas<br />

sean considerablemente más<br />

severas. La dependencia del mercado<br />

de capitales es un ejemplo típico, en<br />

tanto el crédito obtenido de los bancos<br />

con frecuencia liga estrechamente<br />

El crédito liga con<br />

frecuencia las prácticas<br />

agrícolas a la lógica agroindustrial<br />

y las necesidades<br />

de la agroindustria<br />

a los pequeños agricultores a los grupos<br />

agroindustriales. Las cooperativas<br />

agrícolas y los pequeños agricultores<br />

en el Perú, por ejemplo, recibieron<br />

préstamos del ex Banco Agrario que<br />

consistían en ‘permisos para retiros’<br />

que solo podían utilizar en grandes<br />

empresas agrocomerciales para ac-<br />

Hombre y mujer chinos arando la tierra<br />

Foto: Autor<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

7


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

8<br />

ceder a ciertas semillas y productos<br />

agroquímicos. No existía la posibilidad<br />

de utilizar el crédito de manera<br />

alternativa para comprar, por ejemplo,<br />

ganado o árboles frutales. Estos préstamos<br />

traían condiciones que especificaban<br />

qué productos debían cultivarse,<br />

de qué manera y, especialmente, a<br />

quién deberían ser vendidos. De esta<br />

manera, el mecanismo de crédito ligaba<br />

a los agricultores estrechamente<br />

a la lógica y las necesidades de la<br />

agroindustria. A través de estos ‘créditos<br />

condicionados’ la libertad para<br />

se pierde casi completamente.<br />

Al hacer un balance entre autonomía<br />

y dependencia se pueden notar diferencias<br />

importantes entre los agricultores<br />

de pequeña escala, las regiones y<br />

países. En algunos países, los agricultores<br />

y sus instituciones tienen mucha<br />

más autonomía sobre sus recursos; en<br />

muchos otros, las malas condiciones<br />

del mercado, unidas a políticas rurales<br />

y agrarias adversas, han empobrecido<br />

a los agricultores y erosionado su base<br />

de recursos. A pesar de ello, algunos<br />

agricultores de pequeña escala han logrado<br />

mantener o reconstruir una fuerte<br />

base de recursos, minimizando con<br />

frecuencia el uso de insumos externos<br />

y evitando elevadas cargas financieras.<br />

La relevancia de esta estrategia, que<br />

consiste en la práctica de una ‘agricultura<br />

económica’, se torna más evidente<br />

en tiempos de crisis cuando estos agricultores,<br />

relativamente autónomos, están<br />

mejor preparados para sobrevivir<br />

en tiempos difíciles.<br />

Mecanismos alternativos<br />

¿Pero qué se puede hacer cuando, por<br />

el motivo que fuere, los pequeños agricultores<br />

se meten en problemas? Hagamos<br />

primero un escrutinio de los<br />

diferentes mecanismos que podrían ser<br />

empleados. A nivel de agricultores individuales<br />

existe una amplia gama de<br />

soluciones potenciales. Los créditos<br />

informales (con frecuencia entre diferentes<br />

agricultores sobre la base de que<br />

uno contribuye con tierras y mano de<br />

obra y el otro con el capital requeri-<br />

do), los grupos de ahorro (tales como<br />

los tontines en diversos países africanos)<br />

y las redes sociales (para la ayuda<br />

mutua) constituyen la primera categoría.<br />

La cooperación y una distribución<br />

equitativa de los riesgos son rasgos<br />

importantes de estas estrategias y<br />

constituyen un marcado contraste con<br />

la distribución desigual de riesgos que<br />

conlleva el crédito formal. En segundo<br />

lugar, hay mecanismos como el tener<br />

diversos trabajos (muy importante en<br />

la agricultura china) y la migración<br />

transnacional temporal (muy importante<br />

en muchos lugares de América<br />

Latina y Europa del Este, pero también<br />

hace no tanto tiempo en países como<br />

Portugal). Estos mecanismos permiten<br />

a los agricultores obtener ingresos de<br />

otras fuentes que luego pueden invertir<br />

en sus actividades agrícolas y, de esa<br />

manera, los agricultores construyen<br />

su propio capital de trabajo. En tercer<br />

lugar, existen nuevos mecanismos basados<br />

en la creación de nuevas actividades<br />

económicas en el predio mismo<br />

(tales como el procesamiento de productos,<br />

la comercialización directa, el<br />

agroturismo, la producción de energía,<br />

Foto:<br />

etc.) que pueden generar un flujo de<br />

caja considerable y reducir la necesidad<br />

de créditos. El problema, sin embargo,<br />

es que con frecuencia se necesita una<br />

suma importante de capital de trabajo<br />

para iniciar estas nuevas actividades,<br />

aunque a veces es posible un desarrollo<br />

paso a paso.<br />

A nivel regional, los movimientos<br />

sociales pueden prestar una ayuda<br />

considerable. El movimiento agroecológico<br />

en América Latina, por ejemplo,<br />

asesora a los agricultores para el cambio<br />

de sus prácticas agrícolas por otras<br />

que requieran una cantidad mucho menor<br />

de insumos externos, lo que puede<br />

contribuir a reducir su dependencia de<br />

los mercados de capital. Es posible que<br />

estos mismos movimientos ayuden<br />

también a cambiar las políticas agrarias<br />

y rurales. La entrega de microcréditos<br />

es otro ejemplo, especialmente<br />

relevante para las mujeres rurales y los<br />

agricultores muy pobres.<br />

Las políticas nacionales que favorecen<br />

a la agricultura también pueden<br />

ayudar de manera considerable a fortalecer<br />

la base autónoma de recursos<br />

de los agricultores de pequeña escala.


Estas políticas son con frecuencia mucho<br />

más efectivas. Las recientes experiencias<br />

en Brasil son ejemplares; entre<br />

ellas, los programas de contratación<br />

pública (que incluyen la distribución<br />

de raciones de comida para los escolares)<br />

están cada vez más vinculados a la<br />

producción local. Por lo menos el 30%<br />

de los alimentos comprados para estos<br />

programas debe ser adquirido localmente<br />

de los agricultores de pequeña<br />

escala. Esto brinda un enorme estímu-<br />

En todo el mundo los campesinos están mostrando que hay<br />

mecanismos alternativos para vincularse a un crédito<br />

lo a los campesinos. El acceso a este<br />

‘mercado’, recientemente creado, significa<br />

que pueden incrementar considerablemente<br />

sus medios de subsistencia<br />

y acumular ahorros que en el futuro los<br />

ayudarán a mejorar sus labores agrícolas.<br />

En vez de depender de supermercados<br />

o de grandes empresas agrícolas, el<br />

suministro de comidas escolares se ha<br />

ligado a un programa atractivo y sumamente<br />

eficaz para fortalecer la base de<br />

recursos de los pequeños agricultores.<br />

www.latinoamerica.leisa.info (edición latinoamericana)<br />

http://ileia.leisa.info (edición internacional)<br />

www.agriculturas.leisa.info (edición brasileña)<br />

www.agridape.leisa.info (edición africana occidental)<br />

www.india.leisa.info (edición india)<br />

www.salam.leisa.info (edición indonesia)<br />

www.china.leisa.info (edición china)<br />

Foto: Autor<br />

La agenda<br />

Una base autónoma de recursos autocontrolados<br />

es esencial para el crecimiento<br />

de la agricultura y la emancipación<br />

del campesinado. Sin embargo,<br />

la creación o recuperación de tal base<br />

autónoma de recursos es casi imposible<br />

a través de los mecanismos formales<br />

de crédito existentes. Por supuesto que<br />

el crédito puede ser útil, pero solo bajo<br />

ciertas condiciones. Primero, necesita<br />

ser parte de un programa más amplio<br />

que busque fortalecer las bases de recursos<br />

de los campesinos. En segundo<br />

lugar, debe entregarse ‘sin condiciones’<br />

para permitir que los agricultores<br />

lo utilicen como lo crean más conveniente.<br />

Tercero, los riesgos incluidos<br />

deben ser compartidos equitativamente.<br />

Un examen de experimentos<br />

exitosos bien podría revelar criterios<br />

adicionales. De la misma manera que<br />

los agricultores diseñan maneras de<br />

practicar la agricultura que implican<br />

la promesa del progreso, se necesitan<br />

nuevos mecanismos de crédito que los<br />

ayuden a cumplir esa meta.<br />

Jan Douwe van der Ploeg<br />

Profesor de sociología rural en la Universidad<br />

de Wageningen, Países Bajos<br />

Correo electrónico:<br />

jandouwe.vanderploeg@wur.nl<br />

www.jandouwevanderploeg.com<br />

visite la red<br />

agriculturas<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

9


Experiencia de fondos solidarios<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

10<br />

Crédito agroecológico y solidario<br />

en apoyo a la<br />

transición agroecológica<br />

BURGUIVOL ALVES DE SOUZA, GIOVANNE HENRIQUE SÁTIRO XENOFONTE<br />

El Nordeste de Brasil posee una<br />

extensión territorial de 1.808.077<br />

km cuadrados, que representa el 18,7%<br />

del territorio brasileño, y una población<br />

de 42.470.255, es decir, el 27% de<br />

la población del país. De la totalidad<br />

de su territorio, el 60% se considera<br />

área semiárida, la cual presenta sin<br />

embargo microclimas diferenciados,<br />

por ejemplo, los pantanos de altitud<br />

en lugares como Triunfo (Estado de<br />

Pernambuco), Crato (Estado de Ceará)<br />

y Campina Grande (Estado de<br />

Paraíba), los cuales poseen áreas húmedas<br />

y lluviosas. El Sertão de Araripe<br />

es “Territorio de la Ciudadanía”<br />

desde el año 2009 (nombre del plan<br />

que el ejecutivo brasileño ha emprendido<br />

para enfrentar la pobreza en el<br />

país), y está situado en el extremo<br />

oeste de Pernambuco. Tiene una población<br />

de 277.362 habitantes, de los<br />

cuales 152.907 (55,1%) viven en áreas<br />

rurales, y es uno de los territorios más<br />

secos de Pernambuco, con precipitaciones<br />

promedio que varían de 540<br />

hasta 650 mm de lluvia al año.<br />

La región presenta una estación<br />

seca que se extiende de seis a ocho<br />

meses del año, lo que confirma la característica<br />

de semiaridez, agravada<br />

por las constantes sequías periódicas<br />

que se producen cada dos años y<br />

que adquieren mayor intensidad cada<br />

10 años, lo que ha ocasionado graves<br />

problemas económicos y sociales. La<br />

poca infraestructura productiva, principalmente<br />

la hidraúlica para el almacenamiento<br />

de agua, o en algunos<br />

casos su ausencia total, está asociada<br />

a la imprevisibilidad de la frecuencia,<br />

cantidad y distribución espacial de las<br />

precipitaciones; son factores cada vez<br />

más presentes que agravan aún más<br />

las condiciones de producción agrícola<br />

y ganadera, debilitando los sistemas<br />

productivos, especialmente los sistemas<br />

familiares.<br />

Sin embargo, la sequía en la zona<br />

semiárida no afecta a todos los productores<br />

por igual, pues los mayores<br />

productores –que pertenecen a las<br />

familias ricas– se han beneficiado<br />

siempre de las políticas y acciones<br />

públicas, como el crédito rural para<br />

su fortalecimiento político y la mejo-<br />

Mujeres firman contratos<br />

Foto: Archivos de Caatinga<br />

ra de la infraestructura productiva de<br />

sus propiedades. Mientras tanto, la<br />

carencia de políticas públicas estructuradas<br />

y, sobre todo, sostenibles, dejó<br />

a las familias campesinas vulnerables<br />

a los fenómenos naturales y a merced<br />

de los poderes políticos y económicos,<br />

habiéndose generado una dependencia<br />

casi absoluta de la ayuda externa para<br />

superar las dificultades de la sequía.<br />

Los agroecosistemas de las familias<br />

campesinas de la región presentan<br />

dos características notables: primero,<br />

la escasez de tierras disponibles debido<br />

a siglos de concentración de la<br />

propiedad de las tierras, producto de<br />

la casi siempre expropiación violenta;


segundo, la poca capacidad de inversión<br />

debido a la pobreza de estas familias<br />

y a la carencia de infraestructura<br />

productiva, de agua, semillas y forraje.<br />

Estos factores, en forma asociada,<br />

exacerban aún más las dificultades de<br />

la producción agrícola y ganadera, debilitando<br />

a los agroecosistemas y a las<br />

familias de agricultores.<br />

Ante esta situación, reforzada por la<br />

idea de combatir a la sequía con obras<br />

de irrigación faraónicas –como grandes<br />

represas, embalses y trasvases–,<br />

y por la dificultad de acceso al crédito<br />

oficial para las familias agricultoras de<br />

la región, se creó un sistema de crédito<br />

orientado a la compra de animales, en<br />

especial ovinos y bovinos, cuya crianza<br />

requiere de nuevas áreas en la región<br />

de la Caatinga (sabana) para la producción<br />

de pastos. Por otro lado, hubo una<br />

disminución de las superficies para el<br />

cultivo de alimentos como el maíz, frijol,<br />

sandía, calabaza, etc.<br />

En 1987, ante esta situación, la<br />

ONG Caatinga inició un proceso de<br />

financiación de un Fondo Rotatorio<br />

junto con un grupo de campesinos y<br />

agricultores familiares, para lo cual<br />

tuvo el apoyo de Oxfam Novib. La idea<br />

consistió en multiplicar experiencias<br />

agroecológicas de convivencia con el<br />

semiárido. Por ejemplo, el despliegue<br />

de tecnologías alternativas que las<br />

familias fueron desarrollando y probando:<br />

barreras de protección, presas<br />

subterráneas, cisternas de placas, etc.,<br />

y otras actividades como la cría de<br />

animales menores (gallinas, cerdos y<br />

cabras) y la apicultura. Estas acciones<br />

se realizaban mediante fondos obtenidos<br />

de la cooperación internacional,<br />

los cuales se transferían a las familias<br />

como financiamiento que debería ser<br />

devuelto al Fondo Rotatorio en productos,<br />

cuando el crédito era para las<br />

actividades productivas, y en dinero en<br />

efectivo, cuando los trabajos eran de<br />

infraestructura. El dinero devuelto al<br />

Fondo se transfería, a su vez, a otras<br />

familias de agricultores.<br />

Los recursos invertidos fueron<br />

multiplicándose poco a poco mediante<br />

la devolución de los préstamos y por el<br />

apoyo de las agencias de cooperación.<br />

Actualmente, este sistema de financiamiento<br />

es conocido por las familias de<br />

agricultores por el nombre de Crédito<br />

Cuadro 1. Número de propuestas y valores otorgados en reales por la cartera de<br />

microcrédito de la Caatinga<br />

Año Cantidad de<br />

propuestas<br />

otorgadas<br />

Valor otorgado<br />

(R$)<br />

2004 162 156.760,00<br />

2005 23 19.600,00<br />

2006 265 344.500,00<br />

2007 174 241.900,00<br />

2008 233 334.150,00<br />

2009 147 206.300,00<br />

Grupo de mujeres en plena firma de contratos<br />

Agroecológico y Solidario, formando<br />

parte de la cartera de microcrédito de<br />

la Caatinga.<br />

Los intercambios entre las experiencias<br />

existentes fueron fundamentales<br />

para este aprendizaje, la Caatinga<br />

dejó de trabajar directamente con<br />

las familias agricultoras para hacerlo<br />

a través de las asociaciones comunitarias<br />

de la cual cada familia era socia.<br />

Actualmente, la cartera está formada<br />

por 39 asociaciones de los municipios<br />

rurales de Ouricuri, Bodocó, Santa<br />

Cruz y Santa Filomena, las cuales<br />

gerencian los tipos de interés, plazos,<br />

períodos de gracia y la aprobación o<br />

no de las propuestas de crédito presentadas.<br />

El proceso comienza de la siguiente<br />

manera: el agricultor o agricultora<br />

se dirige a su asociación para solicitar<br />

un financiamiento; la asociación,<br />

por su parte, analiza si la propuesta<br />

contribuirá a la transición agroecológica<br />

y determina los tipos de interés<br />

y períodos de gracia. Después, la asociación<br />

remite la solicitud a la cartera<br />

de microcrédito de la Caatinga quien,<br />

cumpliendo su rol como operadora,<br />

realiza visitas a las familias beneficiarias<br />

y elabora junto con ellas las propuestas<br />

de financiamiento, analizando<br />

en ese momento el impacto del crédito<br />

sobre los cambios en los agroecosistemas<br />

familiares.<br />

Foto: Archivos de Caatinga<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

11


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

12<br />

La experiencia de Iranildo y Antonia<br />

Estos dos agricultores que son dueños de una propiedad de 21 hectáreas en la zona de<br />

Cal, a 25 km de Ouricuri, obtuvieron dos financiamientos de la cartera de microcrédito<br />

agroecológico y solidario de la Caatinga para mejorar la infraestructura y aumentar las<br />

actividades productivas de su sistema. “En la propiedad ahora tenemos barreiro (pequeño<br />

reservorio cavado en el suelo, cerca de los domicilios), cerca eléctrica, silo y mejoré mi<br />

rebaño”, dice Iranildo. El cultivo de maíz, frijol, sorgo, pastos de corte, del campo de forraje<br />

y la crianza de bovinos, porcinos, caprinos, ovinos y aves, tienen un impacto directo<br />

en la seguridad alimentaria y nutricional, así como en el ingreso familiar, ya que aproximadamente<br />

el 80% de los alimentos que consumen son producidos en el propio sistema.<br />

Iranildo dice: “Después que comencé a tener acceso al crédito, nuestras vidas mejoraron.<br />

Antes criábamos algunos animales, ahora crío un poco de todo, mi producción y<br />

mis ingresos han aumentado también. Yo tenía que trabajar a cambio de un pago por<br />

jornada para ganar a fin de mes 100,00 BRL (54 dólares aproximadamente). Hoy en día<br />

no trabajo para alguien más, uso todo el tiempo para trabajar en mi propiedad, dándome<br />

una renta de 450.00 BRL mensuales (244 dólares), pero trabajando para mí mismo. “<br />

Para ellos, el gran sueño es ver que otras familias de la asociación, de la cual forman<br />

parte desde 1995, adopten prácticas agroecológicas que respeten el medio ambiente y<br />

que logren en sus sistemas de producción alimentos de calidad en las cantidades que les<br />

permitan alimentarse bien y tener un ingreso suficiente para garantizar una vida mejor<br />

en la región semiárida.<br />

Después la propuesta se remite al<br />

Comité Gestor del Crédito –el cual<br />

está compuesto por representantes de<br />

las 39 asociaciones que conforman el<br />

Consejo Asesor de Crédito y tres representantes<br />

de la Caatinga– para su<br />

respectivo análisis. Después de aprobada<br />

la propuesta los recursos se liberan<br />

y la familia agricultora recibe una<br />

visita de implementación; posterior-<br />

Iranildo y parte de su familia<br />

acompañados de ganado caprino<br />

mente se realizan aún dos visitas de<br />

seguimiento por técnicos de la cartera<br />

de microcrédito y otras visitas de supervisión<br />

de los representantes del comité<br />

gestor y de la asociación a la cual<br />

la familia está asociada.<br />

El volumen de los fondos manejados<br />

bajo este sistema ya supera los<br />

700.000 reales (378.400 USD aproximadamente),<br />

de los cuales el 90% está<br />

en manos de las familias y, a medida<br />

que los mismos se van devolviendo, se<br />

usan para financiar nuevos proyectos.<br />

En el año 2009, el 31% de los financiamientos<br />

fueron para actividades productivas<br />

(crianza de ovinos y bovinos)<br />

y el 48% para mejoras en la infraestructura,<br />

principalmente la relacionada<br />

al almacenamiento de agua (cisternas)<br />

y forrajes para los animales (silos). Del<br />

total del monto otorgado, el 48% fue<br />

obtenido por mujeres agricultoras.<br />

El Crédito Agroecológico y Solidario<br />

representa en la actualidad un<br />

importante referencial metodológico<br />

de crédito de financiamiento para la<br />

transición agroecológica, con ejemplos<br />

evidentes de financiamientos que<br />

han provocado mejoras en la calidad<br />

de vida de las familias agricultoras y<br />

en la sostenibilidad de los agroecosistemas.<br />

Los tipos de financiamiento trajeron<br />

como enseñanza que para fortalecer<br />

a la agricultura familiar de la<br />

región es necesario invertir en tecnologías<br />

y prácticas adaptadas a las<br />

condiciones de estos agroecosistemas,<br />

dentro de una lógica de inversiones<br />

graduales. Es cierto que las familias<br />

que más evolucionaron en sus sistemas<br />

necesitaron acceder a la cartera<br />

de crédito por más de una vez, algo<br />

Foto: Archivos de Caatinga


que siempre se ha hecho en forma<br />

gradual y coordinada.<br />

También es importante hacer hincapié<br />

en que los financiamientos han<br />

permitido que las familias mejoren<br />

sus prácticas y que experimenten con<br />

nuevas tecnologías y formas de convivencia<br />

con la región semiárida. Sin<br />

embargo, es todavía necesario promover<br />

a mayor escala la organización<br />

de grupos y valorizar las iniciativas<br />

colectivas, fomentando la solidaridad<br />

en lugar de las acciones individuales<br />

y competitivas, porque de esa manera<br />

contribuimos a construir una sociedad<br />

más justa y solidaria.<br />

Esta reflexión, combinada con la<br />

práctica, ha traído resultados significativos<br />

en el proceso de transición<br />

agroecológica de las familias campesinas,<br />

como por ejemplo en la familia<br />

de Iranildo y Antonia.<br />

Otros recultados que se muestran<br />

son la capacidad de gestión, planificación,<br />

control y seguimiento, así como<br />

la evaluación de los agricultores familiares,<br />

sus organizaciones, y de los<br />

recursos financieros del sistema de<br />

microcréditos para la agroecología y<br />

la solidaridad. La expansión del volumen<br />

de fondos y el bajo nivel de morosidad<br />

de la cartera se debe en parte<br />

a este trabajo cuidadoso.<br />

En los debates sobre el territorio<br />

se observó el desarrollo del sentido<br />

crítico de las familias campesinas<br />

sobre la política oficial de crédito<br />

rural, especialmente del Programa<br />

Nacional de Fortalecimiento de la<br />

Agricultura Familiar (PRONAF),<br />

por lo difícil que resulta el acceso<br />

al adecuado financiamiento. Sin embargo,<br />

se avanzó poco en vincular al<br />

crédito con una dinámica local/regional,<br />

donde las personas involucradas<br />

discutan y tomen decisiones de forma<br />

participativa.<br />

En los espacios donde se debaten<br />

las políticas públicas locales y territoriales<br />

es aún más difícil conducir una<br />

discusión no solo sobre el crédito, sino<br />

sobre economía solidaria, en la cual la<br />

acción del crédito esté comprendida.<br />

También es difícil establecer una conexión<br />

entre estas discusiones con lo<br />

que está sucediendo en otros territorios<br />

del Brasil y en otros países, como<br />

por ejemplo la acción de microcrédito<br />

en Bangladesh.<br />

Este trabajo desarrollado con<br />

familias campesinas refuerza el entendimiento<br />

de que el crédito tiene<br />

que estar vinculado a: i) la gestión<br />

participativa, con la participación de<br />

los beneficiarios, las instituciones de<br />

asesoría técnica y educación rural, así<br />

como de las instituciones financieras;<br />

ii) el asesoramiento técnico adecuado<br />

y sistemático; iii) el proceso continuo<br />

de formación e información; iv) el<br />

acceso a la tierra y la regularización<br />

de su tenencia; y v) las políticas de<br />

comercialización y abastecimiento.<br />

Estas acciones están disociadas en la<br />

práctica, especialmente en aspectos<br />

de crédito oficial y, lamentablemente,<br />

a pesar de todo este trabajo, no han<br />

sufrido cambios significativos.<br />

El hecho es que, en los últimos<br />

años, el microcrédito se ha convertido<br />

en una alternativa importante<br />

junto a otras políticas para el desarrollo<br />

socioeconómico a través de la<br />

integración de las personas que antes<br />

estaban marginadas de la economía<br />

y que de esta forma han logrado desarrollar<br />

sus actividades productivas.<br />

Esta alternativa de microcrédito ha<br />

logrado resaltar la preocupación por<br />

el poco estímulo y apoyo del mercado<br />

capitalista financiero para el desarrollo<br />

de una economía en la que el aspecto<br />

social prime sobre el monetario.<br />

En 2007, la experiencia de la Cartera<br />

de Microcrédito Agroecológico y<br />

Solidario de la Caatinga, reconocida<br />

como una tecnología social, fue finalista<br />

del Premio de la Fundación del<br />

Banco do Brasil en Tecnología Social,<br />

lo que permitió una mayor visibilidad<br />

en la región y despertó el interés de los<br />

organismos oficiales de crédito. Este<br />

proceso de aprendizaje y enseñanzas<br />

sigue firme y vigente, otorgando más<br />

crédito a quien respeta el medio ambiente.<br />

Burguivol Alves de Souza<br />

Correo electrónico:<br />

burguivol@caatinga.org.br<br />

Giovanne Henrique Sátiro Xenofonte<br />

Correo electrónico:<br />

giovanne@caatinga.org.br<br />

Iranildo y Antonia en su chacra<br />

Foto: Archivos de Caatinga<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

13


Experiencia de fondos solidarios<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

14<br />

JOSÉ MANUEL VÁZQUEZ VARELA<br />

Al noroeste de España, en Galicia, se ha mantenido en<br />

uso casi hasta el presente un sistema que permitió a<br />

los pequeños agricultores y ganaderos disponer de un seguro<br />

de ayuda mutua, sin ánimo de lucro, para defenderse de<br />

las posibles pérdidas en su limitada cabaña ganadera. Se<br />

aseguraban vacas, cabras, ovejas, cerdos y en algún caso<br />

hasta gallinas. Los campesinos formaban por cuenta propia<br />

unas asociaciones o mutuas ganaderas integradas por los<br />

miembros de un pequeño número de aldeas que formaban<br />

parte de la unidad administrativa eclesial: la parroquia.<br />

Cada tres meses, un grupo conformado por personas de<br />

reconocida honestidad y profesionalidad elegidas por los<br />

vecinos, recorrían las cuadras o visitaban al ganado reunido<br />

los domingos en puntos estratégicos para darle un hipotético<br />

valor económico, siempre por debajo del valor real. La<br />

existencia de estas asociaciones de campesinos de minifundio<br />

con escasos recursos para asegurar su ganado se documenta<br />

desde el siglo XVIII y ha llegado casi hasta nuestros días.<br />

Cuando un animal de los asegurados sufría un daño,<br />

como la pérdida de un ojo o de un cuerno, que dificultaba su<br />

uso para los trabajos del campo, o bien enfermaba o moría,<br />

se le abonaba a su dueño la compensación acordada y el<br />

coste de la misma era sufragado por todos los miembros del<br />

seguro en proporción al valor de lo que tenían asegurado.<br />

Cada cierto tiempo se revisaba el ganado para actualizar su<br />

valor y también se renovaban los cargos de quienes presidían<br />

o prestaban el servicio de peritos en el control del valor del<br />

ganado. De este modo, y como nadie cobraba por esta labor<br />

de tipo cooperativo vecinal, se podían compensar al menos<br />

parcialmente las pérdidas, salvo en un caso catastrófico como<br />

una epidemia, pues si morían casi todos los animales nadie<br />

podía hacer frente a esta tragedia. Este tipo de seguros basados<br />

en el control y la autogestión de los pequeños campesinos<br />

autónomos rindió buenos frutos hasta fines del siglo pasado,<br />

cuando el proceso de la industrialización y globalización de<br />

las producciones agrarias y ganaderas lo hizo inviable.<br />

Entre las causas de su desaparición se pueden señalar:<br />

el desarrollo de las industrias agroalimentarias vinculadas<br />

con el vacuno y el porcino, que en la inmensa mayoría de<br />

los casos eran los animales asegurados, la desaparición del<br />

Las mutuas ganaderas<br />

de los pequeños ganaderos de Galicia<br />

En Galicia la parroquia es una unidad<br />

de tipo eclesiástico de reducidas<br />

dimensiones –la menor–, que<br />

comprende un conjunto de pequeñas<br />

aldeas. Ni estas, ni aquella tienen<br />

personalidad administrativa civil de<br />

acuerdo con la ley, pero en la vida<br />

cotidiana funcionan como unidades<br />

sociales. Una mutua ganadera puede<br />

estar formada por las personas de una<br />

o varias aldeas, de toda la parroquia, o<br />

de personas de distintas parroquias<br />

pequeño campesinado, la crisis del campo y la emigración a<br />

las ciudades, la valoración a la baja del ganado con relación al<br />

precio real de mercado debido a la mayor calidad de las reses<br />

y el trabajo que suponía para los encargados de hacer las<br />

revisiones el tener que visitar casa por casa, porque ya había<br />

poco ganado en las asociaciones. La aparición de los seguros<br />

agrarios fue otro motivo, aunque no el más importante, ya que<br />

estos, a pesar de proporcionar unas compensaciones mayores<br />

por la pérdida del ganado, requerían una serie de trámites<br />

mucho más complejos que el de los seguros tradicionales,<br />

especialmente en los aspectos sanitarios y burocráticos.<br />

Actualmente, el agroseguro que ha reemplazado al sistema<br />

anterior, al menos bicentenario, lo forman una serie de<br />

compañías a las que se afilia el ganadero, el cual paga una<br />

pequeña cuota y recibe una indemnización mayor que con<br />

el sistema tradicional, porque las aseguradoras tienen una<br />

subvención del Estado español que varía de acuerdo con las<br />

necesidades y los riesgos de cada año.<br />

José Manuel Vázquez Varela<br />

Universidad de Santiago de Compostela, España<br />

Correo electrónico: josemanuel.vazquez@usc.es


Fondos rotativos solidarios y la agroecología:<br />

la experiencia de Paraíba<br />

Los Fondos Rotativos Solidarios<br />

(FRS) son formas de organización<br />

que permiten que las comunidades<br />

realicen ahorros colectivos a<br />

partir de recursos de cooperación externa<br />

o de recursos obtenidos localmente.<br />

La aplicación de los recursos y<br />

su reposición progresiva por las nuevas<br />

inversiones se rigen por normas y<br />

ritmos determinados por la propia comunidad<br />

y se reflejan en las palabras<br />

de un agricultor: “Me voy a esforzar<br />

para que los otros también reciban<br />

el beneficio que yo recibí”. Este movimiento<br />

de aplicación, reposición y<br />

reinversión obedece a una lógica de<br />

solidaridad particular de las comunidades<br />

tradicionales.<br />

De hecho, los FRS nacieron de<br />

las experiencias tradicionales de reciprocidad<br />

que, por ejemplo, llevan<br />

a cualquier agricultor o agricultora a<br />

compartir el agua potable, porque “en<br />

el sertão, el agua no se niega” (sertão:<br />

región semiárida del Nordeste del Brasil),<br />

o incluso a criar a sus animales en<br />

áreas de pastos comunales, de reservas<br />

de pastos, o a ayudar a una familia<br />

necesitada a comprar una cabra para<br />

leche e iniciar su crianza. Existen,<br />

desde siglos, los llamados esfuerzos<br />

GHISLAINE DUQUE, JOSÉ CAMELO DA ROCHA, JOSÉ WALDIR DE SOUSA COSTA<br />

colectivos para la construcción o mantenimiento<br />

de los bienes comunes (carreteras,<br />

presas, pozos) o en beneficio<br />

de las familias que necesitan de ayuda<br />

para cosechar los campos o remodelar<br />

sus casas. Estas prácticas colectivas<br />

permiten dignidad y una mejor calidad<br />

de vida a miles de familias campesinas<br />

en las regiones semiáridas brasileñas.<br />

Los FRS se muestran como un fuerte<br />

instrumento de economía comunitaria<br />

al servicio del desarrollo autocentralizado,<br />

basado en la agroecología.<br />

Las primeras experiencias de los<br />

Fondos Solidarios<br />

La dinámica de la formación de los<br />

Fondos Solidarios (FS) posee una larga<br />

historia en Brasil, pero es a partir<br />

de la década de 1980 que gana impulso<br />

con los movimientos sociales y actividades<br />

comunitarias relacionadas con<br />

las distintas iglesias.<br />

El primer FS en Paraíba surgió en<br />

1993 en la Comunidad Campesina de<br />

Caiçara, municipio de Soledade. Este<br />

primer proyecto fue financiado por la<br />

Catholic Relief Service (CRS) en colaboración<br />

con el Programa Mundial<br />

de Alimentos. El trabajo fue realizado<br />

por el PATAC (Programa de Aplica-<br />

Esfuerzo grupal para limpiar la siega, una práctica tradicional de solidaridad<br />

Foto: Adriana Galvão Freire<br />

Foto: Adriana Galvão Freire<br />

Pareja de agricultores beneficiada por los<br />

fondos rotativos solidarios<br />

ción de Tecnologías Apropiadas para<br />

las Comunidades) en asociación con el<br />

Sindicato de Trabajadores Rurales de<br />

Soledade (STR) y la parroquia local.<br />

El objetivo era crear una manera de<br />

proporcionar fondos para la construcción<br />

de tanques cisternas de placas.<br />

Esta comunidad fue elegida porque<br />

tenía una gran deficiencia en recursos<br />

hídricos y el agua que obtenían mediante<br />

camiones cisternas no la podían<br />

almacenar con la seguridad necesaria<br />

para garantizar su calidad potable.<br />

Inicialmente, los ‘promotores’<br />

de los primeros FRS pretendían solo<br />

multiplicar los escasos recursos que<br />

tenían para satisfacer la demanda de<br />

los tanques cisterna de la comunidad.<br />

Waldir, entonces miembro de la Unión<br />

de Trabajadores Rurales de Soledade,<br />

cuenta así la historia del primer Fondo<br />

Rotativo: “Era un momento de crisis<br />

en el suministro de agua, una gran<br />

sequía que había durado varios años.<br />

No había más agua en la represa de<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

15


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

Articulación de la Región Semiárida (ASA)<br />

La ASA es una red que reúne en Paraíba, desde 1993, a comunidades, parroquias,<br />

ONGs y otras organizaciones de la población, para discutir y proponer acciones<br />

para la convivencia en la región semiárida. Los temas abordados por la ASA son:<br />

captura, almacenamiento y tratamiento de agua potable y agua para los animales<br />

y producción; transición agroecológica, los pesticidas agrícolas y los OGM<br />

(organismos genéticamente modificados); el rescate y la recuperación de semillas<br />

autóctonas y los bancos familiares y comunitarios de semillas; las políticas públicas<br />

y el desarrollo sostenible. Los encuentros e intercambios de experiencias<br />

a nivel de comunidad, región y Estado, favorecen la organización, iniciativas,<br />

autonomía de las familias y el rescate de su autoestima.<br />

En 1999 se creó la ASA-Brasil, que reúne a más de mil entidades de todo el<br />

noreste y el norte de Minas Gerais y Espirito Santo. Con las experiencias desarrolladas<br />

en varios estados se elaboró el programa de Formación y Movilización<br />

Social para la Convivencia con la Región Semiárida, también conocido como el<br />

programa "Un Millón de Cisternas” (P1MC). Como su nombre lo indica, el P1MC<br />

no tiene como objetivo simplemente la construcción de cisternas, sino que implica<br />

todo un proceso de capacitación y organización.<br />

El P1MC, después de varias etapas de pruebas y ajustes, se estableció y convirtió<br />

en una política pública adoptada por el gobierno. Fue seguido por otro<br />

programa: el P1+2 (una tierra y dos aguas); es decir, una tierra suficiente para<br />

producir reforma agraria y una bien conducida transición agroecológica, mientras<br />

que dos aguas significa: cisterna para beber y cocinar, y otra para producir.<br />

16<br />

Soledade ni en los pequeños estanques<br />

y represas de las zonas rurales.<br />

Los camiones cisterna venían de otras<br />

ciudades para abastecer a las zonas<br />

urbanas y rurales, donde la situación<br />

era más crítica. Era una situación de<br />

emergencia. No se trataba de salvar a<br />

los rebaños sino de salvar a la gente.<br />

El problema era que en las comunidades<br />

rurales no habían reservorios para<br />

depositar el agua. Por lo general, los<br />

camiones cisterna vertían el agua en<br />

pozos de piedra o incluso en zonas<br />

barrosas. Era más barro que agua. La<br />

gente y los animales se amontonaban<br />

esperando por el agua que llegaba dos<br />

o incluso una vez a la semana ‘¿Qué<br />

hacer?’, le pregunté a mi compañero<br />

(el padre de la parroquia), ‘esto no<br />

puede continuar así’. Nos enteramos<br />

después de la existencia de unas cisternas<br />

redondas, que no eran construidas<br />

con ladrillos sino con placas<br />

de cemento armado, que eran muy<br />

baratas en comparación con las cisternas<br />

tradicionales cuadradas. El padre<br />

y yo buscamos información sobre estas<br />

nuevas cisternas. En realidad, resultaban<br />

económicas. El problema de<br />

la falta de depósitos se podía reducir<br />

con la construcción de estas cisternas.<br />

Pero el problema era cómo construirlas,<br />

no era suficiente hacer una o dos<br />

¿Cómo construir cisternas para todos<br />

si no teníamos suficientes recursos?<br />

Después de mucho pensar, decidimos<br />

hacer una especie de consorcio. La<br />

primera se hizo como un esfuerzo conjunto<br />

de la sala comunitaria de Caiçara.<br />

Luego tuvimos apoyo para seis más<br />

(...) La comunidad apoyó y ante la evidencia<br />

del éxito de estas seis cisternas,<br />

se formaron otros seis grupos de cinco<br />

familias cada uno. Cuando estas 30 familias<br />

habían construido sus cisternas,<br />

cada grupo dio origen a un nuevo grupo,<br />

hasta que todas las familias fueron<br />

atendidas. Cuando todas las cisternas<br />

se completaron, empezamos a darnos<br />

cuenta de la necesidad de continuar. Y<br />

continuamos...”.<br />

Cómo funcionaron los primeros<br />

Fondos Rotativos en Paraíba<br />

(En base a lo relatado por María do Socorro<br />

de L. Oliveira en su tesis de Maestría:<br />

“Cooperación entre Campesinos: Un estudio<br />

de los Fondos Rotativos Solidarios”.<br />

Universidade Federal de Campina Grande,<br />

Brasil - UFCG, 2006).<br />

Cierta cantidad de dinero, correspondiente<br />

al material de una o dos<br />

cisternas, fue prestado a un grupo de<br />

familias después de llegar a un entendimiento<br />

con la comunidad. Estas<br />

familias se comprometieron solidariamente<br />

a devolver el préstamo bajo la<br />

modalidad y ritmo decididos por todo<br />

el grupo en conjunto. Se seleccionó a<br />

la primera familia en ser beneficiada,<br />

y el trabajo se desarrolló por el sistema<br />

de trabajo en comunidad. A medida<br />

que el volumen de las devoluciones lo<br />

permitía, las siguientes familias fueron<br />

seleccionadas por sorteo y se fueron<br />

construyendo más cisternas. Cuando<br />

todas las familias del grupo tuvieron<br />

sus cisternas, las últimas devoluciones<br />

del préstamo posibilitaron la creación<br />

de un nuevo fondo rotativo en la comunidad,<br />

y también la adquisición de<br />

otros bienes para el grupo. Después de<br />

haberse construido las últimas cisternas<br />

de cada grupo, las últimas cuotas<br />

eran devueltas al PATAC que, si existía<br />

la necesidad, reiniciaba la construcción<br />

para otro grupo en la misma<br />

comunidad, o sino en otra comunidad<br />

cuyas familias tuviesen necesidad de<br />

cisternas.<br />

Hoy en día, cada una de las 90<br />

familias de la comunidad de Caiçara<br />

posee al menos una cisterna y varios<br />

otros bienes y mejoras adquiridos con<br />

el FRS, como alambrados para cercas,<br />

reservorios subterráneos, palma forrajera,<br />

animales, etc., cuando en un principio<br />

solamente tenían un agujero en el<br />

Materiales para una<br />

cisterna de placas<br />

Una cisterna de 3 metros de<br />

diámetro y 2,40 de altura requiere<br />

20 sacos de cemento, 34<br />

kg de fierro y 8 kg de alambre,<br />

33 kg de zinc, 200 latas de arena<br />

(por lo general se encuentra<br />

en la zona), 50 latas de cascajo,<br />

5 kg de cal y 12 metros de tuberías<br />

de PVC.


Fotos: Adriana Galvão Freire<br />

suelo para almacenar el agua que les<br />

traían los camiones. ¡Pensar que iniciaron<br />

su camino con apoyo financiero<br />

para solo seis cisternas de placas!<br />

El sistema del FRS se difundió por<br />

todo Paraíba mediante la asociación<br />

con diversas entidades que componen<br />

la Articulación de la Región Semiárida<br />

de Paraíba (ASA-PB).<br />

¿Cuál es la relación de los FRS con<br />

la transición agroecológica?<br />

Para avanzar en la transición hacia<br />

la agroecología, las familias necesitan<br />

las condiciones necesarias para la estructuración<br />

de sus pequeñas propiedades.<br />

Esto podría darse a través de<br />

las líneas de crédito ofrecidas por las<br />

políticas públicas. Pero estas familias<br />

no siempre son capaces de responder<br />

satisfactoriamente a los requisitos exigidos<br />

por los bancos. Los FRS, por<br />

otro lado, sí permiten acceder a los recursos<br />

sin mucha burocracia.<br />

En un primer nivel, podemos identificar<br />

una serie de actividades que promueven<br />

la transición agroecológica y<br />

Encuentro de FRS, Juazeirinho, Paraíba (2010)<br />

que fueron realizadas gracias al apoyo<br />

de los FRS: diversas formas de almacenamiento<br />

de agua (cisternas, tanques<br />

de piedra, lagunas, embalses, aguas<br />

subterráneas, etc.) y de forraje (ensilaje,<br />

heno, harinas y salvados); preservación<br />

de semillas nativas (bancos de ‘Semillas<br />

de la Pasión’, como se les llama en<br />

Paraíba); y la formación de los grupos<br />

de trabajo para tareas específicas (cercas<br />

de alambres, cultivo de la palma<br />

forrajera, huertas colectivas, crianza de<br />

animales).<br />

Con agua cerca de sus hogares, las<br />

familias despiertan a una nueva forma<br />

de relacionarse con la naturaleza para<br />

mejorar el sistema productivo. La diversificación<br />

de su producción por el cultivo<br />

de especies frutales, medicinales y<br />

forrajeras, así como por el procesamiento<br />

de frutas y su comercialización, el<br />

almacenamiento de forrajes y la mejora<br />

de los sistemas de crianza de animales,<br />

ha contribuido a la seguridad alimentaria<br />

de los hogares y a la sostenibilidad<br />

de sus sistemas desde la perspectiva de<br />

la convivencia con la región semiárida<br />

Foto: Adriana Galvão Freire<br />

Joven beneficiaria del FRS de animales, comunidad de<br />

Caiçara, Soledade, Parabaíba<br />

y la transición agroecológica. Estos<br />

resultados económicos son incorporados<br />

por las familias en el proceso de<br />

discusión y se añaden a la conquista<br />

de la ciudadanía y a la producción de<br />

los conocimientos logrados.<br />

La experiencia de autogestión de<br />

fondos por la comunidad fortalece la<br />

autonomía y la autoestima. Por lo tanto,<br />

nace una nueva relación –que ya no<br />

es de subordinación, sino de intercambio<br />

de conocimientos entre iguales–<br />

Palabras testimoniales<br />

“Cuando hay una reunión, la gente de los FRS es la primera en llegar. Los FRS cambian el espíritu de<br />

las personas. Ellas comienzan a comprometerse”.<br />

Desde nuestra organización hemos creado una asociación de pequeños productores y cada 15 días, los<br />

domingos, tenemos reuniones. Esto surgió del trabajo con los Fondos Rotativos y facilitó el acercamiento<br />

entre los miembros de la comunidad y los miembros de las comunidades vecinas.<br />

“Lo que llamó la atención fue la discusión del pago. La gente parecía tener los pies en la tierra: vamos a<br />

recibir la cisterna, pero vamos a pagar por ella. Eso para nosotros fue una de las novedades del proyecto:<br />

discutir de economía con los que no tienen buenas condiciones económicas”.<br />

“Nos reunimos. Invitamos a los agricultores que son jornaleros, quienes trabajan a diario para sobrevivir<br />

de sus campos y parcelas. Tuvimos una reunión con ellos y discutimos: ¿ustedes tienen el interés de<br />

hacer las cisternas? Todos ellos respondieron: ¡Sí tengo, pero no estoy en condiciones de pagar!”.<br />

Así empezamos a darnos cuenta de que existían situaciones diferentes dentro de la comunidad. Es así<br />

que algunos pagan 10 reales o 5 reales por mes.<br />

“En mi comunidad, el techo de la casa de una persona pobre cayó en un fuerte invierno. Esta persona<br />

tenía muchos hijos pequeños que se quedaron al aire libre. Así que nosotros, los del grupo de los FR,<br />

nos reunimos y decidimos que deberíamos usar el dinero de la caja para ayudar a esa persona a construir<br />

su techo”.<br />

Además, cambió la manera de pensar de las personas. Dejaron de ser individualistas, son más organizadas<br />

ahora.<br />

“En mi grupo primero se exigió que se hiciese una cisterna para una persona que tuvo grandes dificultades”.<br />

Lo que cambió fue el compromiso. Es como el embrión de la organización en la comunidad.<br />

(Testimonios recogidos en las reuniones de evaluación de los FRS)<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

17


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

18<br />

que relaciona tanto a los productores<br />

entre sí como a los productores con los<br />

mediadores. El rescate de los conocimientos<br />

tradicionales permite a los<br />

productores experimentadores adaptar<br />

normas técnicas a sus propios ecosistemas,<br />

respetando sus tradiciones. Se<br />

crea un clima de reflexión, impulsado<br />

por las reuniones en las comunidades,<br />

y un movimiento de ida y vuelta (reuniones,<br />

debates, boletines, informes)<br />

que va desde el nivel local, regional y<br />

estatal hacia el nacional, y regresa del<br />

nacional a la comunidad. Es una organización<br />

que permite que las experiencias<br />

felices sean valorizadas y se conviertan<br />

en referencias que finalmente<br />

sean propuestas al gobierno para su<br />

adopción como políticas públicas.<br />

A raíz de la primera experiencia<br />

realizada con los FRS en 1993, el proceso<br />

se irradió a las miles de familias<br />

involucradas y distribuidas en más de<br />

1.800 comunidades de 140 municipios<br />

en todo el Estado. Ahora, los FRS han<br />

crecido en número de grupos, en diversidad<br />

de acciones y en las formas<br />

y modalidades de gestión, tal como lo<br />

define José Maciel, de la Comunidad<br />

de Caiçara: “Esta es la forma en que<br />

crecemos en comunidad”.<br />

Ghislaine Duque<br />

Socióloga, investigadora del Conselho<br />

Nacional de Desenvolvimento Científico<br />

e Tecnológico – CNPq. Universidad<br />

Federal de Campina Grande (UFCG/<br />

PPGCS)<br />

Correo electrónico: ghduque@uol.com.br<br />

José Camelo da Rocha<br />

Miembro del equipo de la AS-PTA.<br />

Correo electrónico: camelo@aspta.org.br<br />

José Waldir de Sousa Costa<br />

Miembro del equipo del PATAC (Programa<br />

de Aplicación de Tecnologías<br />

Apropiadas para las Comunidades).<br />

Correo electrónico:<br />

waldirpatac@veloxmailcom.br<br />

La experiencia de Credivida<br />

en el crédito rural<br />

LUISA SANTUR<br />

El proceso de dinamización productiva y estabilización económica que<br />

vive el Perú en los últimos años ha supuesto para el segmento moderno<br />

del sector rural oportunidades interesantes de mercado, las cuales tienen su<br />

mejor expresión en las crecientes tasas de crecimiento de la agroexportación<br />

en diversos productos, buena parte de ellos no tradicionales.<br />

Este comportamiento ha generado también, directa o indirectamente,<br />

oportunidades para un segmento de pequeños productores agrícolas, sea<br />

porque pueden incorporarse a una cadena de aprovisionamiento al exterior<br />

–dado que vienen registrando demandas específicas de un activo sector<br />

agroindustrial–, o simplemente para la siembra de sus productos de panllevar,<br />

algunos de los cuales han logrado una relativa revalorización como<br />

resultado de la reducción de las áreas que se dedican a producir para el<br />

mercado interno.<br />

Estos procesos, sin embargo, no han ido de la mano con una oferta crediticia<br />

suficiente y oportuna que les permita a los pequeños productores un<br />

mayor aprovechamiento de estas oportunidades. Es esta la razón por la que<br />

Credivida, que ya tenía algunos años de experiencia en el financiamiento<br />

a MYPES urbanas, se involucra en el financiamiento agrícola. Al hacerlo<br />

partía ya de ciertos aprendizajes:<br />

• que la lógica de operación de una entidad financiera –aun cuando pudiera<br />

ser no regulada como lo es una ONG– debe ser la de sinceramiento y<br />

cobertura de costos, si es que aspira a ser sostenible en el tiempo<br />

• que la actividad crediticia es fundamentalmente evaluación de riesgos,<br />

por lo que requiere rigurosidad por parte de quien lo opera<br />

• que el crédito no tiene beneficiarios sino clientes<br />

Con estas premisas Fovida se involucró progresivamente en el financiamiento<br />

de diversas cadenas productivas:<br />

• de producción de papa –variedad capiro– para la agroindustria<br />

• de producción de papas nativas para la agroindustria<br />

• de producción de alcachofa con fines de exportación<br />

• de producción de café para el mercado externo<br />

La estrategia de intervención partió de modelar, para cada caso, productos<br />

financieros lo más ajustados posible a las necesidades de los diversos cultivos,<br />

así como esquemas de amortización en función a los flujos de ingresos<br />

que estos generaban. El monto promedio de los préstamos se estableció en<br />

función del costo de producción del cultivo, y la modalidad de desembolso,<br />

de acuerdo al ciclo productivo del mismo (se ofrecen líneas de crédito, desembolsos<br />

en una sola armada, así como créditos de cortísimo plazo). Las<br />

garantías están en función del monto solicitado. El plan de pagos también<br />

se ajustó a la particularidad del producto financiado, y es que mientras hay<br />

productos que se cosechan y pueden ser amortizados en un solo momento<br />

(caso de la papa y algunas hortalizas), hay otros, como la alcachofa y<br />

los frutales, que lo hacen por ‘pañas’ o durante un lapso determinado. Los


Credivida es el Programa de Crédito de la ONG peruana<br />

Fomento de la Vida –Fovida–. Este programa<br />

opera en base a su propio autosostenimiento y sus<br />

resultados son de público conocimiento a través de<br />

la pagina web www.copeme.org.pe y del mix market.<br />

productores de leche pueden pagar su<br />

crédito semanalmente, mientras que<br />

los que se dedican al engorde de ganado<br />

necesitan un período entre cuatro y<br />

seis meses.<br />

Distinto es también financiar cadenas<br />

productivas, cuyo precio está previamente<br />

establecido entre el productor<br />

y el comprador, que cadenas como<br />

la del café, cuyo referente –al ser un<br />

commodity– es fijado por el mercado<br />

internacional y por lo tanto es variable<br />

en el tiempo. Esto sin contar las variaciones<br />

que se presentan dependiendo<br />

de que el producto sea objeto de algún<br />

tipo de certificación o no.<br />

Los procesos operativos de Credivida<br />

también tuvieron que adecuarse a<br />

las posibilidades de cada zona, siendo<br />

así que los desembolsos de los créditos<br />

se pueden hacer con cheques, giros<br />

bancarios o transferencia a cuenta. Los<br />

pagos por parte del agricultor se pueden<br />

hacer a través de entrega de mercadería<br />

–para que Credivida la facture a<br />

la empresa (en el caso de las cadenas)–<br />

o en efectivo.<br />

El conocimiento y reconocimiento<br />

mutuo que se ha ido logrando en el<br />

tiempo entre Credivida y los agricultores,<br />

del primero como proveedor sostenido<br />

de crédito, y del segundo como<br />

buen pagador del mismo, han permitido<br />

transitar del crédito –con fines exclusivamente<br />

agrícolas– a créditos para<br />

mejora o compra de maquinaria agrícola,<br />

compra de terrenos y mejoras de<br />

vivienda, lo que ha llevado a Credivida<br />

a trabajar créditos en distintas monedas<br />

y con plazos de pago diferenciados.<br />

La masificación del servicio, aun<br />

en la pequeña escala en la que opera la<br />

ONG, le viene permitiendo a Credivida<br />

ofrecer tasas de interés activas muy<br />

competitivas, de forma tal que en algu-<br />

nas zonas ya se viene ofreciendo crédito<br />

a tasas menores que el promedio<br />

del sistema financiero. Esto se da aun<br />

cuando Credivida solo se sostiene en<br />

base a su propia actividad y su gestión<br />

se hace en los estándares más próximos<br />

a los de una entidad financiera (lleva<br />

contabilidad financiera y aplica provisiones<br />

sobre cartera, según lo indica la<br />

Superintendencia de Banca y Seguros).<br />

Adicionalmente, paga el Impuesto General<br />

a las Ventas (IGV) por los intereses<br />

devengados –aun cuando estos no<br />

hayan sido efectivamente percibidos–,<br />

según la norma de comprobantes de<br />

pago vigentes en el país.<br />

A Credivida, no obstante la discreta<br />

escala que le permiten sus recursos, el<br />

proceso seguido le ha servido para:<br />

• validar que la pequeña agricultura,<br />

aun la de panllevar, puede responder<br />

bien a un crédito otorgado en la<br />

medida y oportunidad adecuada<br />

• confirmar que el financiamiento de<br />

la actividad agrícola conlleva un<br />

endeudamiento promedio por prestatario<br />

superior al promedio de las<br />

microfinanzas urbanas (pocas veces<br />

menos de 1.000 USD) que obliga a<br />

un proceso cuidadoso y detallado<br />

de evaluación crediticia<br />

• comprobar que el financiamiento<br />

de la agricultura bajo contrato permite<br />

contrapesar los riesgos que<br />

conlleva el financiamiento de actividades<br />

agropecuarias orientadas al<br />

mercado masivo<br />

• constatar que el crédito agrícola,<br />

por la concentración estacional que<br />

En el valle del Río Chillón, Lima, Perú, el agricultor Sr. Diógenes<br />

Gómez suscribe un contrato de crédito agrícola en presencia del Ing.<br />

Rolando Molina de la ONG FOVIDA<br />

conlleva, impacta sensiblemente<br />

en la caja o liquidez de la entidad<br />

prestamista, básicamente si es una<br />

entidad pequeña, no solo por los<br />

montos promedio (superiores a los<br />

de las microfinanzas urbanas), sino<br />

porque los plazos de pago dependen<br />

del período vegetativo del producto<br />

a financiar. Esto genera períodos<br />

de mucha liquidez en el año<br />

en contraste con otros en los que se<br />

presenta una fuerte restricción de la<br />

misma<br />

• plantear –en función de lo anterior–<br />

la necesidad de contar con instrumentos<br />

financieros de segundo piso<br />

acordes a la dinámica de las entidades<br />

microfinancieras rurales. Por<br />

ejemplo, son casi inexistentes las<br />

‘líneas de crédito’ para las entidades<br />

microfinancieras a tasas razonables<br />

por parte de los organismos de cooperación<br />

o de las financieras. Lo<br />

que existe en relativa abundancia<br />

es el crédito estándar, no siempre<br />

adecuado a la dinámica de las Instituciones<br />

Micro Financieras (IMFs)<br />

que brindan crédito agropecuario<br />

• desarrollar productos financieros<br />

de largo plazo debido a los requerimientos<br />

específicos de algunas<br />

actividades agrícolas, como por<br />

ejemplo: la renovación de plantas<br />

de café, cuyo período de maduración<br />

es cercano a los cinco años<br />

• tener en cuenta que el retraso en el<br />

pago de los créditos como resultado<br />

de una mala campaña agrícola suele<br />

tener un tiempo promedio mayor<br />

Foto: J.Guinet Cabral<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

Servicios financieros adaptados<br />

19


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

20<br />

de normalización que en el caso de los créditos urbanos. Es más,<br />

requiere una gestión de cobranza particular, pues muchas veces el<br />

deudor necesita de un nuevo préstamo para reiniciar su campaña<br />

productiva y así honrar el préstamo atrasado<br />

• que la ampliación y profundización del crédito agrícola hacia zonas<br />

altas y de secano debe ir acompañado del desarrollo de fondos de<br />

garantía y seguros que cubran en alguna medida las eventuales pérdidas<br />

por factores climáticos, recurrentes en estas zonas<br />

• constatar la conveniencia de articular intervenciones de asistencia<br />

técnica con crédito, pues le da viabilidad a la primera y reduce los<br />

riesgos de la entidad crediticia<br />

En el caso de nuestros clientes, consideramos que el acceso al crédito<br />

les ha permitido:<br />

• incorporarse a cadenas productivas y suscribir contratos de abastecimiento<br />

de materias primas con la seguridad de que contarán con<br />

el financiamiento necesario para llevarlas adelante<br />

• acometer el sembrío de productos que requieren mayor inversión y<br />

que suelen tener un mayor precio de realización en el mercado<br />

• independizarse de las empresas que comercializan agroquímicos,<br />

así como de los acopiadores rurales. En ambos casos, esto les permite<br />

un mayor margen de selección, a la vez que la posibilidad de<br />

negociar mejores precios para los productos que compran y venden<br />

respectivamente<br />

• demostrar el cumplimiento de sus créditos con fines agrícolas, lo<br />

que les permite el acceso a préstamos de mediano plazo para la adquisición<br />

o mejora de equipos y tractores, así como para la compra<br />

de terrenos y mejora de vivienda. La participación de este tipo de<br />

créditos en la cartera de Credivida viene siendo tendencialmente<br />

creciente y sostenido<br />

• construir un historial crediticio en la medida en que los créditos<br />

otorgados por Credivida se encuentran registrados y publicados en<br />

las principales centrales de riesgo del país y, por ende, son de público<br />

conocimiento. Son ya numerosos los agricultores que empiezan<br />

a recibir ofertas de crédito de parte de las entidades financieras<br />

formales<br />

En conclusión, la intervención de Credivida –y la de cualquier otra<br />

entidad involucrada en el financiamiento rural– cubre una carencia<br />

muy sentida en este medio y es central para que el pequeño agricultor<br />

aproveche las oportunidades del mercado. No obstante, demanda de la<br />

entidad prestataria una gestión fina de los recursos, un conocimiento<br />

apropiado de la actividad a financiar, agilidad en el proceso de evaluación,<br />

mucha creatividad tanto en el diseño de productos financieros<br />

como en los procesos operativos que viabilicen la actividad sin encarecerla,<br />

así como mucha responsabilidad social y ética para no abusar de<br />

una posición de dominio en un contexto de amplia necesidad por este<br />

tipo de recursos.<br />

Luisa Santur<br />

Credivida – Fovida<br />

Correo electrónico: luisa@fovida.org.pe<br />

www.copeme.org.pe<br />

La Cabrita:<br />

una experiencia<br />

productiva<br />

autónoma<br />

En <strong>LEISA</strong> 21-3 (diciembre de 2005)<br />

se publicó el artículo de La Cabrita,<br />

“Una experiencia familiar de Producción<br />

Ecológica”. Este número de la<br />

revista se centró en el tema de la crianza<br />

de animales menores y su importancia<br />

para la pequeña producción agrícola<br />

sostenible. Ahora, dado el tema de LEI-<br />

SA 26-2 (julio 2010), “Los servicios financieros<br />

y la agricultura sostenible a<br />

pequeña escala”, consideramos de interés<br />

informar sobre cómo el éxito de La<br />

Cabrita ha sido sostenible desde sus inicios<br />

en 1998, fecha en la cual Don Manuel<br />

y Doña Virginia decidieron trasladarse<br />

a Cerro Puquio para comenzar la<br />

empresa familiar con el apoyo de sus<br />

cuatro hijos, en ese tiempo estudiantes.<br />

Año tras año, la innovación y mejora<br />

continua ha sido una característica de<br />

la producción de esta pequeña empresa,<br />

a pesar de los muchos problemas<br />

que ha tenido que afrontar la familia,<br />

tales como el robo de sus animales y el<br />

incendio de la planta de procesamiento<br />

de leche y fabricación de queso y otros<br />

derivados lácteos.<br />

Don Manuel, el padre (80), y Guicella<br />

(40), son los responsables de la crianza<br />

de las cabras y el cultivo de forraje;<br />

Milagros (35, dos hijos), es responsable<br />

de la planta de producción de leche y<br />

queso; Carlos (38), maneja la cría de<br />

cerdos junto con su madre, Doña Virginia<br />

(73); y Aracelli (32, dos hijos),<br />

quien junto con su esposo se dedica a<br />

la avicultura ecológica (gallinas, pollos<br />

y huevos). Toda la familia participa en<br />

las actividades de comercialización, las<br />

hijas mujeres y el padre en las Ferias<br />

Ecológicas semanales en la ciudad, y


Foto: Archivos <strong>LEISA</strong>-AL<br />

La Cabrita es una experiencia exitosa de cría ecológica de cabras<br />

para la producción de leche desarrollada por la familia Igreda Lix<br />

en un lugar árido y rocoso, sin acceso al agua para riego y sin lluvia<br />

(característica de la zona costera en la región central del Perú). Con<br />

2,5 hectáreas, la granja está situada en las laderas de la parte baja<br />

Valle del Río Chillón, en un lugar llamado Cerro Puquio, 28 km al<br />

Carlos –el hijo varón– se encarga de<br />

la comercialización de los productos<br />

en restaurantes y supermercados. Los<br />

productos de La Cabrita cuentan con<br />

certificación orgánica reconocida a nivel<br />

internacional.<br />

Cuando le preguntamos a Guicella<br />

(que aparece en las fotos de la granja<br />

junto a Don Manuel su padre): ¿cómo<br />

se las arreglan para financiar la producción?,<br />

ella nos respondió que no<br />

querían tener ninguna deuda con bancos<br />

u otros organismos financieros<br />

privados y que, al comienzo, contaban<br />

con un pequeño capital proveniente de<br />

la venta de la casa donde vivían antes<br />

de venir a Cerro Puquio: “Antes solíamos<br />

usar el monto de nuestros sueldos<br />

para la reinversión. No teníamos plata,<br />

pero nuestra comida, ropa y educación<br />

noreste de Lima.<br />

(N. Machuca y familia Igreda Lix en <strong>LEISA</strong> 21-3, página 29)<br />

En la planta, Milagros muestra el queso<br />

estaban garantizadas. Tras las dificultades<br />

que surgieron, luego de que<br />

nos asaltaron y se llevaron algo en lo<br />

que teníamos grandes esperanzas –las<br />

cerdas, que ya estaban para brindarnos<br />

los lechones para Navidad–, nos<br />

quedamos sin capital de trabajo, pero<br />

poco a poco, y gracias a la reinversión,<br />

pudimos levantarnos. Pero dos años<br />

después se produjo el incendio de la<br />

planta lechera y, entonces, nos vimos<br />

obligados a recurrir a entidades financieras.<br />

Nunca nos ha gustado trabajar<br />

con préstamos, no nos es muy agradable<br />

estar con la preocupación de que<br />

al final del mes llegará la cuenta del<br />

banco. Pero, después del incendio, nos<br />

vimos obligados a pedir un préstamo<br />

de dinero para equipar nuevamente la<br />

planta”.<br />

Hace dos años que pasó lo del incendio<br />

y ahora el préstamo está casi<br />

cancelado, pues una de las condiciones<br />

del crédito conseguido por la familia<br />

Igreda era que este fuese cancelado en<br />

dos años. El préstamo no se obtuvo en<br />

un banco comercial, sino de una ONG<br />

local que tiene un programa de microcréditos<br />

para pequeños empresarios:<br />

“Este es un programa de crédito con<br />

intereses similares a los de los bancos,<br />

pero no con los requisitos bancarios; es<br />

decir, con los bancos comerciales uno<br />

puede pasarse 10 o 15 días explicando<br />

por teléfono al funcionario del banco:<br />

‘tengo ahora algunas dificultades para<br />

el pago, espérenme’. Pero, los bancos<br />

no esperan y siempre están listos para<br />

hacer llamadas telefónicas o enviar<br />

cartas reclamándonos el pago y quejándose<br />

de nuestro retraso. En cambio,<br />

Guicella y su padre Don Manuel en el establo<br />

la ONG que nos otorgó el crédito tiene<br />

una relación amigable y, como conocen<br />

cómo trabajamos, no hubo dudas sobre<br />

nuestra capacidad para reembolsar<br />

el préstamo. Esta es una ONG que se<br />

dedica a proporcionar préstamos a los<br />

pequeños agricultores en el valle del<br />

Chillón y también a pequeños empresarios<br />

y comerciantes, porque a veces<br />

el incumplimiento de muchos de los<br />

procedimientos no te permite el acceso<br />

a las entidades financieras o ser elegible<br />

como sujeto de crédito. Por el contrario,<br />

la ONG cree en la palabra de las<br />

personas que solicitan un crédito, tiene<br />

confianza en el compromiso que asumes<br />

y basados en esta confianza es que<br />

te dan el préstamo”.<br />

La Cabrita no pide préstamos para<br />

capital de trabajo, lo hace con su propio<br />

flujo de caja. Les preguntamos si<br />

esto significaba limitaciones para su<br />

trabajo: “Nos gustaría decir que sí,<br />

pero creemos que ‘dada la sábana,<br />

esta debe extenderse tanto como lo<br />

permita su tamaño’, y pensamos que<br />

nuestro desarrollo va en este sentido.<br />

Si nos embarcamos en un préstamo<br />

mucho más grande, el esfuerzo por<br />

cumplir con los pagos nos hará olvidar<br />

las cosas pequeñas. Por lo tanto, al no<br />

hacer las cosas con el debido cuidado,<br />

lo que puede pasar es que, al final, en<br />

total, perdamos más. De pronto, esta<br />

es una filosofía de un crecimiento muy<br />

lento, pero creemos que es el punto<br />

crucial para nuestra sostenibilidad”.<br />

Lima, 17 de mayo 2010<br />

<strong>LEISA</strong>-AL<br />

Foto: Archivos <strong>LEISA</strong>-AL<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

21<br />

Servicios financieros adaptados


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

22<br />

Termina sociedad<br />

de 21 años con<br />

cooperativa boliviana<br />

Durante los últimos 32 años la cooperativa boliviana<br />

productora de cacao El Ceibo ha proporcionado a los<br />

pequeños agricultores locales una opción económicamente<br />

justa para sus productos. Oikocredit los acompañó durante<br />

21 de esos años.<br />

Cuando en 2009, después de 21 años, llegó a su termino<br />

la asociación entre Oikocredit (entidad crediticia) y la Cooperativa<br />

El Ceibo, celebramos este acontecimiento como<br />

una de nuestras experiencias asociativas de mayor éxito y<br />

la que más nos enorgullece. En octubre, esta organización<br />

de segundo piso, cumplió 32 años de continua actividad y<br />

decidió cancelar los préstamos obtenidos de Oikocredit,<br />

por lo que solicitó la liberación de las garantías que había<br />

proporcionado para ello. Esto fue posible gracias al préstamo<br />

que recibió del gobierno boliviano. También, en esta<br />

oportunidad,Oikocredit condonó el 50% de la deuda contraída<br />

por la tasa de cambio y se satisface de haber visto a El<br />

Ceibo crecer hasta convertirse en lo que es hoy.<br />

“El Ceibo es un ejemplo fantástico de una cooperativa<br />

de organizaciones de base que ha luchado para alcanzar el<br />

éxito”, declaró el Director de Préstamos e Inversiones de<br />

Oikocredit, Erik Heinen: “Oikocredit trabaja proporcionando<br />

préstamos a largo plazo a cooperativas cuyo nivel de<br />

riesgo es alto y que recién se inician y tienen una mínima<br />

experiencia, y El Ceibo<br />

era justamente eso. Estamos<br />

contentos de verlos<br />

acercarse hacia su siguiente<br />

nivel de crecimiento y<br />

que ahora sean apreciados<br />

como prestatarios serios y<br />

confiables por el gobierno<br />

boliviano”.<br />

Era 1977 cuando se for-<br />

Productos de El Ceibo<br />

mó El Ceibo como organi-<br />

Foto: sitio Internet de El Ceibo<br />

zación con 11 cooperativas<br />

como miembros. 1.400<br />

agricultores integraron el<br />

nuevo grupo, el que se inició con la intención de comercializar<br />

cacao orgánico y proteger a los productores locales<br />

de los precios injustos. Recibieron su primer préstamo de<br />

Oikocredit, por 80.000 USD; 11 años más tarde, en 1987, El<br />

Ceibo fue acreditada con certificación de Comercio Justo, y<br />

Servicios financieros adaptados<br />

B O L I V I A<br />

una década más tarde recibió su segundo préstamo de Oikocredit,<br />

por 250.000 USD.<br />

La cooperativa opera en las provincias de Suyungas,<br />

Caravani y Laricaja, en la región del Alto Beni de la Amazonía.<br />

El Ceibo también administra un centro de investigación,<br />

provee asistencia técnica y promueve la producción<br />

orgánica. En 2001, El Ceibo recibió un tercer préstamo de<br />

Oikocredit, por 682.000 EUR, el que fue posteriormente<br />

convertido a dólares americanos debido a los riesgos cambiarios.<br />

Ese mismo año creó una fábrica de chocolate en El<br />

Alto, el cinturón de pobreza que rodea la capital boliviana<br />

de La Paz. La fábrica producía inicialmente productos de<br />

cacao como biscochos, licor y mantequilla, para mercados<br />

locales e internacionales.<br />

Cuando Oikocredit aprobó otro préstamo por 800.000<br />

USD hace dos años, El Ceibo compró la maquinaria necesaria<br />

para producir chocolate. La cooperativa comenzó a producir<br />

bajo su propia marca. Sus productos no solo son vendidos<br />

en el mercado local, también son exportados a Francia,<br />

Italia, Suiza, Alemania, Japón y los Estados Unidos.<br />

El Ceibo contrata a su propia gente para todas las tareas<br />

administrativas y financieras, rotando cada cuatro años para<br />

compartir las oportunidades que brinda el puesto. Además<br />

de ello, El Ceibo también proporciona subvenciones para la<br />

educación de los hijos de los agricultores. Iniciándose con<br />

solo 11 cooperativas, El Ceibo está constituido en la actualidad<br />

por 49 grupos de agricultores y proporciona 100 puestos<br />

de trabajo que benefician a cerca de 600 personas.<br />

En 2008, el primer Premio Oikocredit fue ganado por<br />

El Ceibo. La cooperativa utilizó el dinero del premio en un<br />

proyecto de capacitación que permitió otorgar certificación<br />

orgánica a más de 5.000 hectáreas cultivadas por pequeños<br />

agricultores.<br />

“Para nosotros Oikocredit es una organización que nos<br />

ha ayudado a desarrollarnos y crecer”, ha dicho uno de los<br />

miembros del directorio de El Ceibo, Francisco Pinto Antezana.<br />

“En Bolivia los bancos no confían, no creen en las<br />

cooperativas. Oikocredit tiene una relación especial con las<br />

cooperativas. Oikocredit es una institución aliada para el<br />

desarrollo de las cooperativas en Bolivia”.<br />

Oikocredit<br />

2010


Préstamos basados en las cadenas de valor<br />

Superando las limitaciones del flujo de caja a través del<br />

Financiamiento Sostenible de la Cadena de Valor<br />

KOERT JANSEN<br />

El financiamiento es esencial para<br />

mantener relaciones comerciales<br />

comprometidas. El Financiamiento<br />

de las Cadenas de Valor ayuda a las<br />

organizaciones de agricultores a<br />

franquear el ‘intervalo de pago’ entre<br />

la cosecha y la exportación.<br />

Las tasas recientes de crecimiento<br />

para los mercados orgánicos y de<br />

comercio justo, proyectadas a futuro,<br />

reflejan la creciente toma de conciencia<br />

de los consumidores con respecto<br />

a los asuntos relacionados al comercio<br />

global y el deseo de consumir sosteniblemente,<br />

siguiendo lineamentos<br />

éticos y medioambientales. Tanto en<br />

Europa como en los Estados Unidos,<br />

la demanda excede la oferta de muchos<br />

productos como azúcar, café y cacao, y<br />

hay una creciente demanda de importación<br />

de esos productos desde América<br />

Latina, Asia y África. Sin embargo, no<br />

todos los proveedores de estas regiones<br />

pueden aprovechar plenamente estas<br />

oportunidades que brinda el mercado,<br />

particularmente debido a la falta de acceso<br />

al financiamiento comercial.<br />

Sociedades comerciales sostenibles<br />

y a largo plazo<br />

Para enfrentar estos retos, los agricultores<br />

necesitan el apoyo de compradores<br />

comprometidos. Por lo general, en<br />

los mercados orgánicos y de comercio<br />

justo los compradores se comprometen<br />

a establecer con las empresas locales<br />

asociaciones comerciales sostenibles.<br />

La condición previa más importante<br />

para establecer estas sociedades<br />

es el pago oportuno a los agricultores<br />

cuando entregan sus productos. Esto<br />

Recolección de algodón en Meatu, Tanzania<br />

significa que los agricultores no se<br />

verán afectados por las demoras –con<br />

frecuencia largas– para recibir sus pagos.<br />

A pesar de que los sistemas de<br />

comercio justo y los orgánicos pagan,<br />

por lo general, precios altos a los productores,<br />

las cooperativas agrícolas<br />

casi siempre están faltas de dinero para<br />

franquear el período entre la fecha en<br />

que entregan los productos cosechados<br />

y aquella en la que reciben el pago de<br />

sus compradores, y no tienen la capacidad<br />

de pagar inmediatamente a los<br />

agricultores con recursos propios. Este<br />

es el momento en el que surge la necesidad<br />

de prefinanciamiento, un instrumento<br />

clave para establecer sociedades<br />

comerciales sostenibles.<br />

En la mayoría de los países en desarrollo,<br />

los préstamos agrícolas son<br />

percibidos como de alto riesgo y el<br />

sistema bancario tiende a evitarlos.<br />

Foto: Archivos ILEIA<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

23<br />

Programas bancarios de crédito


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

24<br />

Donde sí existe el crédito agrícola,<br />

los bancos acostumbran exigir garantías<br />

que por lo general son excesivas<br />

e incluyen tierras o edificaciones. Las<br />

cooperativas agrícolas no tienen, por<br />

lo general, suficientes activos como<br />

para recaudar el financiamiento que<br />

necesitan, especialmente durante la<br />

temporada de cosecha que es cuando<br />

se requiere una gran inversión de dinero.<br />

El Financiamiento de la Cadena<br />

de Valor se diferencia de los préstamos<br />

agrícolas convencionales porque<br />

en vez de depender de garantías colaterales<br />

duras en forma de propiedades,<br />

se basa en cadenas de valor fuertes y<br />

comprometidas. Los contratos de venta<br />

con compradores sólidos y acre-<br />

Agricultor productor de algodón<br />

Foto: Mans Lanting<br />

ditados son en realidad más valiosos<br />

que el supuesto valor de venta de una<br />

edificación. Cuando los ingresos por<br />

las ventas de dichos contratos van llegando<br />

a las cuentas de los bancos que<br />

financian las cooperativas, se agrega<br />

un nuevo nivel de seguridad. A lo<br />

largo de los últimos 10 años, este tipo<br />

de préstamo ha sido promovido exitosamente<br />

por unas pocas instituciones<br />

financieras nacionales e internacionales.<br />

Triodos Bank, junto con Root Capita<br />

y Shared Interest, se cuentan entre<br />

los pioneros líderes en este campo. Las<br />

evidencias muestran que el Financiamiento<br />

de la Cadena de Valor puede<br />

hacerse a un nivel de riesgo aceptable.<br />

La tasa promedio de pérdida anual de<br />

la cartera de financiamiento comercial<br />

de Triodos durante los últimos cinco<br />

años fue menor de 1%. Algunos otros<br />

‘jugadores’ en este campo han tenido<br />

experiencias similares.<br />

Financiamiento comercial:<br />

cómo funciona<br />

Para ilustrar cómo funciona el financiamiento<br />

comercial vayamos al distrito<br />

de Meatu, en el noroeste de Tanzania,<br />

la principal región productora<br />

de algodón del país. En este distrito<br />

2.000 agricultores cultivan<br />

11.000 hectáreas<br />

de algodón orgánico<br />

certificado, y producen<br />

alrededor de 8.000 toneladas<br />

de semilla de<br />

algodón anualmente<br />

para BioRe Tanzania,<br />

el principal exportador<br />

africano de fibra de algodón<br />

orgánico certificado.<br />

Esta cadena es<br />

coordinada por Remei<br />

AG, una empresa suiza<br />

que produce y comercializa<br />

textiles con<br />

garantía de proceder<br />

de cultivos orgánicos.<br />

Las prendas son vendidas<br />

en supermercados<br />

y tiendas de modas en<br />

Suiza y otros países europeos.<br />

Los productores de algodón<br />

tienen muy poco capital. El algodón es<br />

su único cultivo comercial, de manera<br />

que cuando lo cosechan necesitan dinero<br />

con urgencia. Si BioRe no paga<br />

en efectivo, los agricultores podrían<br />

vender sus productos a otros compradores<br />

–aunque fuese a un precio más<br />

bajo. En 2008, BioRe Tanzania necesitaba<br />

3.5 millones de dólares americanos<br />

en efectivo y para pagar a sus<br />

agricultores contratados; solicitó préstamos<br />

a varios bancos de Tanzania,<br />

pero estos les pedían cerros de documentos<br />

y como garantía activos como<br />

la oficina de la empresa y su centro de<br />

capacitación y, además, el aval personal<br />

de los administradores de BioRe<br />

Tanzania y Remei AG.<br />

Muchos bancos consideran la exportación<br />

de algodón como un negocio<br />

riesgoso debido a varios factores<br />

que pueden afectar la capacidad de los<br />

exportadores para pagar un préstamo<br />

bancario, entre ellos el clima (riesgo<br />

de sequía), las fluctuaciones de los precios<br />

en los mercados mundiales y los<br />

riesgos cambiarios (BioRe Tanzania<br />

compra semilla de algodón en chelines<br />

tanzanos y vende la hebra en dólares<br />

americanos). Estos factores determinan<br />

el que muchos bancos sean reacios<br />

a otorgar préstamos a los exportadores<br />

de algodón. Swiss Remei AG estableció<br />

contacto con el Fondo para el Comercio<br />

Sostenible de Triodos, uno de los fondos<br />

especiales de Triodos Bank, el principal<br />

banco europeo orientado hacia la<br />

creación de valor. Este fondo ofrece<br />

préstamos para financiar el comercio<br />

que son simples y sin complicaciones.<br />

El Fondo para Comercio Sostenible<br />

Triodos aceptó prefinanciar hasta el<br />

60% del contrato entre BioRe Tanzania<br />

y Remei AG. El inicio del período de<br />

préstamo comienza con el inicio de la<br />

temporada de cosecha y puede prolongarse<br />

hasta que el último envío de algodón<br />

salga del puerto de Dar-es-Salam.<br />

Un elemento fundamental del préstamo<br />

es que todos los pagos se hacen a través<br />

de una cuenta de Triodos Bank en<br />

Holanda y que el Fondo para Comercio<br />

Sostenible Triodos retiene una parte de<br />

cada pago hasta que el préstamo haya<br />

sido cancelado. Esto continúa a lo largo<br />

del período de venta, de manera que<br />

cuando todo el algodón ha sido vendido<br />

el préstamo ha sido cancelado en<br />

su totalidad. La buena disposición de<br />

Triodos para financiar esta cadena de<br />

algodón orgánico se basa en la sólida<br />

relación existente entre Remei AG y<br />

BioRe Tanzania. Esta a su vez está basada<br />

en las buenas relaciones entre los<br />

demás participantes de la cadena, en


ambas direcciones: entre BioRe Tanzania,<br />

la fábrica despepitadora de algodón<br />

y los agricultores del distrito de Meatu,<br />

y entre Remei AG, las empresas que hilan<br />

la fibra y la convierten en telas, y<br />

los vendedores al por menor. El único<br />

documento que avala el préstamo es el<br />

contrato de venta entre BioRe Tanzania<br />

y Remei AG, especificando la cantidad<br />

y el precio de la hebra a venderse. El<br />

préstamo otorgado por Triodos no está<br />

basado en valores, sino en la confianza<br />

en que se producirá la fibra de algodón<br />

y que esto generará suficientes ganancias<br />

para pagar el préstamo. En lenguaje<br />

financiero, el préstamo está basado<br />

en proyecciones de flujo de caja, en<br />

vez de garantías basadas en activos. El<br />

acuerdo de pago confirma la asociación<br />

de tres organizaciones relacionadas<br />

mutuamente, lo que proporciona la base<br />

para el financiamiento exitoso de las<br />

exportaciones.<br />

Innovadores pioneros e innovación<br />

de las instituciones convencionales<br />

Al preguntarnos: ¿por qué solo algunos<br />

actores internacionales están dispuestos<br />

a jugar el papel de financiadores?,<br />

y ¿qué hay de los bancos locales?, es<br />

posible darnos cuenta de que en el<br />

desarrollo del sector de las microfinanzas<br />

la situación ha sido similar. En<br />

1994, Triodos comenzó a trabajar con<br />

instituciones de microfinanzas en los<br />

países en desarrollo y lanzó dos fondos<br />

especializados. En ese momento,<br />

Triodos era uno de los pocos actores a<br />

nivel mundial que ofrecía este tipo de<br />

inversiones. Desde entonces, a medida<br />

que más instituciones microfinancieras<br />

iban siendo sostenibles, el número de<br />

inversionistas internacionales aumentó<br />

rápidamente, especialmente durante los<br />

últimos años. Sin embargo, el que los<br />

bancos locales convencionales hayan<br />

aprendido a considerar al sector de las<br />

microfinanzas como un mercado prometedor,<br />

con gran potencial para hacer<br />

negocios con niveles aceptables de<br />

riesgo, es el avance más importante. En<br />

la mayoría de los países en desarrollo<br />

se reconoce en la actualidad que este<br />

sector tiene el potencial para elevar el<br />

desarrollo socioeconómico de cientos<br />

de miles o millones de individuos. Algunas<br />

de las instituciones microfinancieras<br />

realizan una parte importante de<br />

sus actividades en áreas rurales, lo que<br />

significa que los agricultores pueden<br />

beneficiarse con servicios financieros<br />

que van desde facilidades para obtener<br />

créditos y cuentas de ahorro, hasta el<br />

pago de servicios y microseguros. En<br />

muchos países las instituciones microfinancieras<br />

gozan de un estatus especial<br />

y son supervisadas por el banco<br />

central.<br />

Triodos está convencido de que el<br />

Financiamiento de la Cadena de Valor<br />

puede pasar por las mismas etapas de<br />

desarrollo que el sector de las microfinanzas.<br />

Un factor clave muy importante<br />

es la mayor profesionalización<br />

de los proveedores (incluyendo las<br />

cooperativas agrarias) en los países en<br />

Fondo para el Comercio<br />

Sostenible de Triodos -<br />

¿Para quién es?<br />

El Fondo para Comercio Sostenible<br />

de Triodos proporciona<br />

préstamos a organizaciones<br />

exportadoras que trabajan<br />

con pequeños agricultores<br />

en África, América Latina<br />

o Asia (central). Estas organizaciones<br />

deben dedicarse a la<br />

producción orgánica o regirse<br />

por los principios del Comercio<br />

Justo. También deben ser<br />

económica y comercialmente<br />

sostenibles, tener acceso<br />

a mercados de exportación<br />

para productos comerciales<br />

(commodities) u otros relacionados<br />

y una facturación<br />

mínima anual de EUR 400.000<br />

(o su equivalente en dólares<br />

americanos). Para mayor información<br />

visitar: www.triodos.com/sustainabletrade,<br />

o<br />

escribir al correo electrónico:<br />

sustainabletrade@triodos.nl.<br />

desarrollo. En la actualidad, no todos<br />

los proveedores llegan a comprender<br />

realmente la oportunidad que les brinda<br />

el mercado debido a una falta de<br />

capacidad administrativa, aptitudes<br />

comerciales y la habilidad para cumplir<br />

con los requerimientos de calidad<br />

de los compradores finales. Por lo general,<br />

carecen de un sistema confiable<br />

de información financiera.<br />

A partir de una mayor y rigurosa<br />

profesionalización de la parte inicial<br />

de las cadenas agrícolas de valor,<br />

Triodos espera que un mayor número<br />

de instituciones financieras empezará<br />

a financiar las Cadenas de Valor, especialmente<br />

a aquellas de productos<br />

comerciales (commodities) tales como<br />

el café y el algodón. La percepción de<br />

riesgo cambiará conforme se vayan<br />

dando cuenta de que proporcionar<br />

financiamiento a organizaciones sin<br />

activos fijos también puede ser una<br />

manera de hacer buenos negocios.<br />

En los últimos siete u ocho años,<br />

las pérdidas por incumpliento en la<br />

devolución de los préstamos sufridas<br />

por Triodos ha sido menor al 1%,<br />

calculado en base a los desembolsos<br />

anuales. Esto es muchísimo menos de<br />

lo que varios esperarían. Creemos y<br />

esperamos que esto animará a otros<br />

actores del sector financiero a seguir<br />

su ejemplo.<br />

Koert Jansen<br />

Gerente del Fondo para Comercio<br />

Sostenible Triodos<br />

Correo electrónico:<br />

koert.jansen@triodos.nl<br />

Referencias<br />

- Value Chain Finance. Beyond microfinance<br />

for rural entrepreneurs<br />

(Financiamiento de las Cadenas de<br />

Valor. Más allá de la microfinanciación<br />

para los emprendedores<br />

rurales), una publicación del Royal<br />

Tropical Institute, los Países Bajos<br />

(www.kit.nl) y el International Institute<br />

of Rural Reconstruction, Kenia<br />

(www.iirr.org).<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

25


Programas bancarios de crédito<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

26<br />

ÓSCAR MURGA<br />

Con el objetivo de proveer un esquema<br />

de financiamiento integral<br />

para negocios efectuados por las<br />

micro, pequeñas y medianas empresas<br />

que orienten sus sistemas de producción<br />

a favorecer la conservación de la<br />

biodiversidad o a eliminar o reducir<br />

sus impactos negativos sobre ella, en<br />

Guatemala, El Salvador, Honduras,<br />

Nicaragua y Costa Rica, el Banco<br />

Centroamericano de Integración Económica<br />

(BCIE) creó el Programa de<br />

Apoyo a la MIPYME-Amigable con<br />

la Biodiversidad (MIPYME-AB). Este<br />

programa se estableció con base en<br />

el hecho de que casi todas las empresas<br />

de la región centroamericana son<br />

MIPYME que desarrollan actividades<br />

tanto en áreas urbanas como rurales,<br />

propiciando la generación y mantenimiento<br />

de empleos productivos y de<br />

prestación de servicios potencialmente<br />

sostenibles en los aspectos sociales,<br />

económicos y ecológicos.<br />

El Programa de Apoyo a MIPYME-<br />

AB cuenta con un aporte inicial del<br />

BCIE para créditos de 17 millones<br />

USD –que están siendo proporcionados<br />

a través de la red de intermediarias financieras<br />

(IFI) de este banco regional–<br />

para los cinco países mencionados y se<br />

complementa con incentivos financieros<br />

y no financieros que se generaron<br />

por medio de la creación del proyecto<br />

Mercados Centroamericanos para la<br />

Biodiversidad (CAMBIO por sus siglas<br />

en inglés). CAMBIO es una iniciativa<br />

tripartita del Fondo para el Medio Ambiente<br />

Mundial (FMAM), el Programa<br />

de Naciones Unidas para el Desarrollo<br />

(PNUD) y el BCIE. El FMAM aporta a<br />

Programa de Apoyo a<br />

Micro, Pequeñas y Medianas<br />

Empresas Amigables con la Biodiversidad<br />

esta iniciativa un total de 10.225 millones<br />

USD, lo que permite complementar<br />

los créditos a la MIPYME-AB con un<br />

Programa de Garantías Parciales, un<br />

Fondo de Asistencia Técnica y Desarrollo<br />

de Capacidades Empresariales y<br />

un Premio por Generación de Beneficios<br />

a la Biodiversidad para micro y pequeñas<br />

empresas atendidas con créditos<br />

por medio de instituciones financieras<br />

no bancarias (IFNB).<br />

Las características o condiciones<br />

estructurales de los créditos otorgados<br />

por este programa, se adaptan a las necesidades<br />

de ejecución de las actividades<br />

de las MIPYME en ocho sectores<br />

productivos identificados como prioritarios<br />

por su potencial impacto positivo<br />

en la conservación de la biodiversidad<br />

de esta región del planeta, la cual en<br />

apenas 0.5% de territorio de la Tierra<br />

alberga entre el 7 y el 10% de toda la<br />

diversidad de formas de vida que existen.<br />

Los sectores productivos prioritarios<br />

de atención son los sistemas agroforestales<br />

de café y cacao, los sistemas<br />

Destino Plazo<br />

máximo<br />

Preinversión y<br />

asistencia técnica<br />

Hasta 2<br />

años<br />

Capital de trabajo Hasta 3<br />

años<br />

Inversión en activo fijo<br />

(infraestructura productiva,<br />

establecimiento de<br />

plantaciones, etc.)<br />

Hasta 10<br />

años<br />

silvopastoriles, el manejo forestal sostenible,<br />

la acuicultura certificada, las<br />

pesquerías sostenibles, la agricultura<br />

orgánica –incluyendo las plantaciones<br />

que respeten sus normas– y el turismo<br />

sostenible.<br />

Los montos a proporcionar en crédito<br />

para la micro empresa pueden ser<br />

de hasta un máximo de 10.000 USD,<br />

y para la pequeña y mediana empresa<br />

pueden ser de hasta un millón.<br />

El Programa de Garantías Parciales<br />

de Crédito permite que las intermediarias<br />

financieras flexibilicen el acceso al<br />

crédito a la MIPYME-AB que tenga dificultades<br />

para completar el porcentaje<br />

de garantías que demandan las IFI para<br />

ser sujeto de financiamiento formal;<br />

dicho programa proporciona hasta un<br />

40% del monto del capital de crédito<br />

a otorgar como una garantía en efectivo<br />

para que la intermediaria financiera<br />

tenga un riesgo compartido al brindar<br />

el financiamiento.<br />

En complemento al crédito y la opción<br />

de contar con garantía parcial para<br />

Período<br />

de gracia<br />

No Aplica<br />

Hasta 6 meses<br />

Hasta 24 meses<br />

Periodicidad<br />

de pagos<br />

Mensual,<br />

trimestral o<br />

semestral


el mismo, el Fondo de Asistencia Técnica<br />

y Desarrollo Empresarial puede<br />

proporcionar un equivalente de hasta<br />

el 10% del monto del crédito en asistencia<br />

técnica, no reembolsable, que la<br />

MIPYME-AB requiera para mejorar<br />

su competitividad y métodos de producción<br />

o prestación de servicios. Por<br />

ejemplo, puede servir para complementar<br />

los recursos requeridos para lograr y<br />

mantener su certificación orgánica o un<br />

esquema similar que garantice la sostenibilidad<br />

de su producción, mejore sus<br />

opciones de comercialización y, al mismo<br />

tiempo, mejore sus oportunidades<br />

de crecimiento sostenido y capacidad<br />

de pago del financiamiento.<br />

Debido a que las micro y pequeñas<br />

empresas suelen ser las que tienen<br />

mayores dificultades de acceso<br />

Aviso en zona de protección La Chulada Siglo XXI<br />

Foto: Autor<br />

Una historia de éxito<br />

La Sociedad Cooperativa de Caficultores Siglo XXI de Responsabilidad Limitada (R.L.) surgió en<br />

el año 2000 como iniciativa de un grupo de caficultores visionarios apoyados por la Fundación<br />

Sistemas Empresariales de Mesoamérica (SEM), la cual apoya el crecimiento empresarial de los<br />

pequeños y medianos agricultores de la región y de sus organizaciones.<br />

Actualmente, Siglo XXI reúne en su estructura a grupos de caficultores distribuidos dentro de<br />

todo el territorio de las regiones central y occidental de El Salvador, donde la mayor parte de<br />

los caficultores que los conforman son medianos y pequeños productores que cultivan y trabajan<br />

sus propias parcelas. Estos grupos constituyen una fuerza de trabajo importante y Siglo XXI<br />

aglutina a más de 500 productores.<br />

Esta empresa cooperativa es la única que en El Salvador exporta al mercado de café de especialidad.<br />

En la actualidad, el 100% de sus exportaciones se realizan como Café Diferenciado, para<br />

varios países de Europa.<br />

Siglo XX1, es ahora una organización modelo en la región. Esto se debe al haber adoptado<br />

como estrategia principal de su plan de desarrollo la incorporación de los diferentes grupos<br />

de caficultores asociados en los Programas de Certificación, de acuerdo con las características<br />

particulares de cada uno de ellos. Es así como en la actualidad Siglo XXI y sus socios están certificadas<br />

con los sellos de Café FairTrade (Comercio Justo), Café Rainforest Alliance y C.A.F.E.<br />

Practices de Starbucks.<br />

Cooperativa Siglo XXI cuenta con una infraestructura y tecnología de procesamiento que cumple<br />

con los altos estándares de calidad establecidos por sus clientes y el mercado. Así también<br />

posee ahora un moderno laboratorio de control de calidad, que garantiza la excelencia del<br />

café que exporta.<br />

Siglo XXI, empresa cooperativa moderna, ágil, eficiente y claramente definida en su estrategia<br />

comercial, ha incorporado los componentes de calidad, resposabilidad social y medio ambiente<br />

bajo el concepto de sostenibilidad.<br />

Durante la cosecha 2009/2010, Siglo XXI fue apoyada por el proyecto CAMBIO de BCIE, el cual a<br />

través del Banco Hipotecario de El Salvador proporcionó un fondo de crédito de capital de trabajo<br />

que sirvió para financiar a los pequeños productores de café. Ahora, en junio de 2010, el<br />

crédito ha sido cancelado y nuevamente se está gestionando dicho apoyo, pero incorporando<br />

a esta iniciativa la asistencia técnica.<br />

Somos…¡LA MEZCLA DE LA SOSTENIBILIDAD!<br />

www.cooperativasigloxxi.com<br />

www.sem.org.sv<br />

al financiamiento formal y, al mismo<br />

tiempo, son la mayor cantidad de las<br />

empresas en el área rural –en donde su<br />

impacto en la biodiversidad puede ser<br />

más evidente y fácilmente mejorable–,<br />

se determinó que necesitan un incentivo<br />

temporal adicional y para ello se creó el<br />

Premio por Generación de Beneficios a<br />

la Biodiversidad, o Bio-Premio, el cual<br />

se proporciona únicamente por medio<br />

de las instituciones financieras no bancarias<br />

de la red de IFI del BCIE.<br />

El Bio-Premio funciona por medio<br />

del seguimiento de las inversiones que<br />

se otorgan con fondos del Programa<br />

de Apoyo a MIPYME-AB y para las<br />

cuales se debe seleccionar en consenso<br />

–entre el productor y la IFNB que<br />

le atienda– uno o varios indicadores de<br />

impacto positivo en la biodiversidad;<br />

por ejemplo, una determinada cantidad<br />

de árboles nativos incorporados a un<br />

sistema silvopastoril como sombra en<br />

potreros o cercas vivas. Al verificarse<br />

en campo el cumplimiento de dicho<br />

indicador se premia al productor con<br />

la devolución en efectivo de un 14%<br />

del capital del crédito y a la institución<br />

financiera no bancaria con un 6% del<br />

mismo monto, haciendo de esta manera<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

27


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

28<br />

que los beneficios a la biodiversidad se<br />

transformen en beneficios económicos<br />

para los micro y pequeños productores<br />

en el área rural.<br />

A partir de 2008, el Programa de<br />

Apoyo a la MIPYME-AB ha proporcionado<br />

cerca de 2.58 millones de<br />

dólares de créditos por medio de 18<br />

instituciones financieras intermediarias<br />

en los cinco países participantes,<br />

en proyectos de agroforestería de café,<br />

cacao y cardamomo, sistemas silvopastoriles,<br />

agricultura orgánica y turismo<br />

sostenible.<br />

Sobre los efectos de este financiamiento<br />

en mejores condiciones –proporcionado<br />

en este caso por medio del<br />

Banco Hipotecario de El Salvador–,<br />

el gerente de la Asociación Cooperativa<br />

de Producción Agropecuaria<br />

Las Lajas de El Salvador compartió<br />

sus impresiones en una visita de seguimiento<br />

efectuada en el 2009: “El<br />

crédito fue oportuno para ayudarnos a<br />

tener solvencia para continuar con la<br />

producción orgánica de café, mejorar<br />

nuestra productividad y garantizar la<br />

comercialización de nuestra cosecha<br />

a precios superiores a los del mercado<br />

tradicional. También nos ha ayudado<br />

a mantener la sombra natural en nuestros<br />

cafetales y la vida silvestre que<br />

allí habita”.<br />

Se considera que se estará ampliando<br />

la cobertura en créditos a otros sectores<br />

productivos sostenibles, pues las<br />

MIPYME-AB tienen la característica<br />

adicional de contar con personas emprendedoras,<br />

innovadoras y creativas.<br />

Óscar Murga<br />

Programa de Apoyo a Micro, Pequeñas<br />

y Medianas Empresas-Amigables con<br />

la Biodiversidad (MIPYME-AB) del<br />

Banco Centroamericano de Integración<br />

Económica (BCIE)<br />

Correo electrónico:<br />

info@proyectocambio.org<br />

www.proyectocambio.org<br />

Cooperando en las alturas<br />

El Instituto para una Alternativa<br />

Agraria (IAA) es una organización<br />

no gubernamental basada en el departamento<br />

del Cusco, en la zona surandina<br />

del Perú, con varios años de experiencia<br />

de trabajo en las denominadas<br />

Provincias Altas de dicho departamento,<br />

formulando, aplicando y validando<br />

propuestas para mejorar de manera<br />

sostenible la economía de las familias<br />

campesinas. Con base en esa experiencia<br />

han desarrollado un conjunto de tecnologías<br />

de pequeña escala apropiadas<br />

para su uso por las familias campesinas,<br />

que pueden ampliar de manera significativa<br />

su capacidad productiva y sus<br />

ingresos. La demostración de estas tecnologías<br />

y la capacitación a las familias<br />

está a cargo de los yachachiq (vocablo<br />

quechua que significa “el que enseña”;<br />

ver <strong>LEISA</strong> 24-3, diciembre 2008, pág.<br />

39), grupo de campesinos con amplio<br />

conocimiento de dichas tecnologías,<br />

cuya aplicación practican con muy<br />

buenos resultados. Cabe resaltar que la<br />

Recolectando material de rastrojo para preparar abono orgánico<br />

Foto: Archivos Caja Nuestra Gente<br />

capacitación de las tecnologías se hace<br />

de manera práctica, es decir, se enseña<br />

con el ejemplo. Uno de los aspectos<br />

más importantes es que el objetivo de<br />

los yachachiq no es solamente enseñar,<br />

sino que compromete a su alumno a<br />

que él se convierta en un nuevo yachachiq,<br />

así la red va creciendo y cuando<br />

llegue el momento este agricultor enseñará<br />

a otros.<br />

Pese al costo reducido de implementar<br />

estas tecnologías, las familias<br />

tienen que realizar pequeñas inversiones<br />

para llevarlas a cabo. Difundir de<br />

manera ampliada la experiencia, a fin<br />

de que sean muchas las familias que incorporan<br />

las tecnologías, demanda una<br />

mayor escala de financiamiento. IAA<br />

tomó la iniciativa de presentar sus propuestas<br />

a la población y las autoridades<br />

y logró captar la atención de medios<br />

de comunicación y autoridades públicas,<br />

quienes se interesaron por conocer<br />

y visitar la experiencia. En varios<br />

distritos de Cusco, IAA había logrado


Monedas complementarias<br />

ERICK BRENES<br />

Luego de más de una década de investigar,<br />

implementar y supervisar<br />

proyectos de monedas complementarias<br />

en la región, la fundación STRO<br />

en Centro América (STRO-CA) ha<br />

acumulado muchas lecciones y desarrollado<br />

métodos de monedas complementarias,<br />

además de estrategias para<br />

estimular su circulación, pero principalmente<br />

para crear economías locales<br />

estables, diversificadas y resistentes en<br />

las localidades donde se ejecutan y supervisan<br />

estos proyectos. Este artículo<br />

introduce la propuesta de STRO-CA<br />

para el desarrollo de proyectos en monedas<br />

complementarias.<br />

Es importante mencionar que en<br />

esta larga búsqueda para crear economías<br />

locales estables, diversificadas<br />

y resistentes, STRO-CA ha recibido<br />

apoyo metodológico de muchas otras<br />

organizaciones, tales como la Fundación<br />

New Economics y el movimiento<br />

Transition Towns, entre otros.<br />

La intervención de STRO en Centro<br />

América se inició en 2003 a través de<br />

su oficina en Honduras y un solo proyecto<br />

de moneda complementaria con<br />

COMAL (Red de Comercialización<br />

Comunitaria Alternativa) como socio<br />

local. A pesar de que este proyecto ya<br />

no es supervisado por STRO, el sistema<br />

aún funciona administrado por CO-<br />

MAL, lo que hace a su moneda complementaria<br />

una de las más antiguas<br />

en circulación en la región de Centro<br />

América. Esta moneda complementaria<br />

se llama UDIS, acrónimo de Unidades<br />

de Intercambio Solidario.<br />

Las estrategias de STRO-CA para<br />

crear economías locales estables, diversificadas<br />

y resistentes deben ser<br />

examinadas desde la perspectiva de un<br />

concepto de desarrollo local sostenible<br />

para economías locales sostenibles<br />

en Centro América<br />

Billete de moneda complementaria: billete de 1.000 unidades de intercambio solidario<br />

Foto: Autor<br />

más amplio. En este artículo no se pretende<br />

sustentar lo apropiado del concepto<br />

ni su potencial de reproducción,<br />

la intención es presentar una visión general<br />

de las estrategias y metodologías<br />

de STRO-CA en la región y, con un<br />

poco de suerte, generar debate y enriquecer<br />

el proceso de aprendizaje.<br />

La propuesta de STRO-CA<br />

STRO-CA ha desarrollado una propuesta<br />

innovadora de desarrollo económico<br />

cuya meta es crear economías locales<br />

fuertes y diversificadas que absorban<br />

más facilmente los shocks externos de<br />

la economía global. Esta propuesta es<br />

perfeccionada constantemente a partir<br />

de la retroalimentacion tanto teórica<br />

como de la obtenida a partir de las experiencias<br />

de campo. Esto debe apreciarse<br />

en el contexto de una economía<br />

global que cada día da mayores señales<br />

de sobreexplotación, especialmente de<br />

los recursos naturales (precios en aumento<br />

de las materias primas en general<br />

y del petróleo en particular, precios<br />

en aumento de los alimentos, escasez<br />

de agua, cambio climático, megaciudades<br />

imposibles de habitar, etc.).<br />

En Centro América STRO-CA trabaja<br />

principalmente, pero no de forma<br />

exclusiva, con organizaciones de<br />

la Economía Solidaria, tales como las<br />

asociaciones campesinas o cooperativas.<br />

Debido al limitado número de asesores<br />

disponibles, STRO-CA trabaja<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

31<br />

Finanzas alternativas


<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

32<br />

según la demanda, lo que implica responder<br />

a solicitudes específicas de las<br />

organizaciones locales para ayudarlas<br />

a diseñar, introducir y administrar su<br />

propia moneda local.<br />

En una primera etapa, el asesor local<br />

de STRO-CA en el país, luego de<br />

examinar el marco legal, evalúa la capacidad<br />

de la organización implementadora<br />

para administrar y respaldar la<br />

moneda complementaria. Luego, el<br />

asesor local, considerando el ‘modelo<br />

tridimensional’ desarrollado por<br />

el Consejo Internacional para las Iniciativas<br />

Ambientales (ICLEI) para la<br />

Agenda 21, realiza un estudio de factibilidad<br />

siguiendo un típico enfoque<br />

heurístico.<br />

Con base en la información recopilada<br />

a partir del estudio de factibilidad<br />

se toma la decisión de escribir una<br />

propuesta de proyecto y presentarla a<br />

potenciales donantes. En ese momento,<br />

es de crucial importancia redactar<br />

la propuesta de proyecto tomando en<br />

consideración el conocimiento local<br />

Sistemas<br />

de moneda<br />

complementaria<br />

Tecnologías<br />

apropiadas<br />

Apreciando<br />

lo nuestro<br />

sobre los factores económicos, sociales<br />

y ambientales del futuro proyecto.<br />

Esto se hace de manera participativa<br />

con el socio local, garantizando así el<br />

completo conocimiento del alcance y<br />

limitaciones del futuro proyecto. Las<br />

áreas rurales y semirurales comparten<br />

ciertas características y problemas,<br />

pero también tienen potenciales<br />

y problemas específicos y sufren, por<br />

lo tanto, formas también específicas de<br />

transformación que deben ser tomadas<br />

en consideración en todo momento.<br />

El enfoque consiste en la aplicación<br />

y combinación locales de los tres<br />

métodos detallados en el cuadro 1. Una<br />

característica principal de casi todos<br />

los proyectos es la utilización transversal<br />

de la moneda complementaria<br />

para rediseñar relaciones sociales, económicas<br />

y ambientales a nivel local,<br />

siempre que sea posible, de una manera<br />

más sostenible. Al intentar lograr este<br />

objetivo la economía local se hará más<br />

estable y tendrá la capacidad de reaccionar<br />

(resiliente) frente a los cambios<br />

Cuadro 1. Propuestas de STRO-CA para un desarrollo económico local sostenible<br />

cada vez más rápidos de la economía<br />

nacional y, sobre todo, global.<br />

La propuesta es integral en el sentido<br />

en que los métodos se refuerzan<br />

unos a otros y estimulan en conjunto<br />

la circulación de la moneda local, incrementando<br />

de esta manera el impacto<br />

del modelo para que sea más<br />

fuerte que si cada método fuese implementado<br />

de manera aislada. Es<br />

importante recordar que este enfoque<br />

es el resultado de investigaciones y<br />

perfeccionamiento constantes a partir<br />

de conclusiones teóricas y lecciones<br />

aprendidas en la práctica. La racionalidad<br />

en la que se basa esta propuesta de<br />

método integrado es transgredir, o por<br />

lo menos intentar transgredir, el orden<br />

socioeconómico y ambiental dominante<br />

para incorporar los principios de un<br />

desorden organizado o negentropía. El<br />

Cuadro 2, ofrece una visión general de<br />

todos los proyectos de moneda complementaria<br />

en Centro América según<br />

el método de respaldo especificado en<br />

el Cuadro 1.<br />

Durante la última década se han investigado y desarrollado tres métodos para respaldar<br />

responsablemente una moneda local complementaria que dependen de la principal actividad<br />

económica de la contraparte local que respalda la moneda. Primero, una Moneda Respaldada por<br />

Materias Primas o CBC (por sus siglas en inglés) para organizaciones productoras; segundo, una<br />

Moneda Respaldada por Préstamos o LBC para instituciones financieras; y, finalmente, un sistema<br />

Barter-C3 (Trueque-C3). Para mayor información sobre este tema, por favor ver: www.stro-ca.org/<br />

servicios/metodosmonetarios<br />

La idea central es estimular la circulación de la moneda local desarrollando bioenergía local (biodiesel,<br />

bioetanol, biogás) y también ‘ecocasas’ (viviendas ecológicas). También existen algunas alianzas<br />

estratégicas con organizaciones especializadas en agricultura orgánica. En todos los casos el objetivo es<br />

sustituir productos ‘importados’ –es decir, de fuera de la región– por productos producidos localmente<br />

utilizando recursos locales en la medida de lo posible. De preferencia estos productos también deben<br />

ser consumidos localmente para reducir los costos de transporte y distribución. Para mayor información<br />

sobre este tema, por favor ver: www.gotaverde.org, www.ecocasas.org<br />

Este método ha sido adaptado de llamado “Local Alchemy” (Alquimia Local) de la Fundación New<br />

Economics (NEF). Se inicia con un taller para crear conciencia entre los actores locales del impacto<br />

de sus patrones de consumo e inversión sobre la economía local. En Centro América, alrededor del<br />

5% de los participantes, la mayoría de ellos futuros empresarios, sigue participando en un proceso<br />

de coaching, el que contribuirá a llevar a la práctica su proyecto de empresa y consecuentemente<br />

estimulará la circulación de la moneda local. El coaching ha probado ser muy eficaz entre el sector de<br />

empresarios informales, quienes –por lo general– son demasiado pequeños para poder ser calificados<br />

como sujetos de servicios tradicionales de crédito.


HONDURAS Gota Verde<br />

Sistemas de Moneda Complementaria<br />

STRO en Centro América<br />

Coopevictoria, un caso de estudio<br />

Ubicada en el cantón de Grecia de la<br />

provincia de Alajuela en Costa Rica,<br />

Coopevictoria es la cooperativa agraria<br />

más antigua del país. Fundada en 1943,<br />

producía solo café tostado y azúcar de<br />

caña. En la actualidad cuenta con más<br />

de tres mil socios, da empleo a casi mil<br />

trabajadores estacionales y, aunque el<br />

café y el azúcar siguen siendo sus principales<br />

productos, también tienen una<br />

amplia gama de productos y servicios<br />

agrícolas.<br />

(Más información sobre la contraparte<br />

local en: www.coopevictoria.com).<br />

En Julio de 2006, representantes<br />

de STRO-CA tuvieron una primera<br />

reunión con la Junta Directiva de la<br />

Cooperativa para presentar información<br />

sobre las metodologías y estrategias<br />

de STRO-CA para el desarrollo<br />

de una economía local sostenible. Casi<br />

inmediatamente, un experto de la oficina<br />

de STRO-CA en Honduras realizó<br />

un estudio de viabilidad y diseñó un<br />

proyecto. La etapa de implementación<br />

se inició durante los primeros meses<br />

de 2007.<br />

En ese momento la Junta Directiva<br />

de la Cooperativa enfrentaba problemas<br />

para conseguir financiamiento del<br />

sistema bancario nacional para pagar<br />

los salarios de los trabajadores estacionales.<br />

Por ello, una moneda complementaria,<br />

a pesar de parecer una medi-<br />

CBC LBC C3<br />

EL SALVADOR Cooperativa<br />

Suchitoto<br />

COSTA RICA Coopevictoria<br />

Coopebrisas<br />

Coopesilencio<br />

Punto<br />

Transacciones<br />

Cuadro 2. Proyectos de moneda complementaria STRO-CA en Centro América<br />

da un tanto sui generis, parecía una posible<br />

solución. A pesar de lo anterior,<br />

la moneda comenzó a circular en 2007,<br />

como sistema de recompensa para<br />

aquellos socios que gastaran su moneda<br />

nacional en las diferentes empresas<br />

de la cooperativa. Al inicio, funcionó<br />

casi como un programa de recompensa<br />

por lealtad. En ese momento, por cada<br />

100 USD gastados en las empresas de<br />

la cooperativa, los socios recibían 2%<br />

de ese valor en UDIS en efectivo de<br />

Coopevictoria (UDI, son las siglas de<br />

las Unidades de Intercambio Solidario,<br />

que son vales emitidos y respaldados<br />

por Coopevictoria para su uso como<br />

medio de pago o intercambio local; un<br />

UDIS equivale a un colón, moneda nacional<br />

de Costa Rica).<br />

En el estudio de factibilidad de cada<br />

proyecto se identifican varias estrategias<br />

para implementar la circulación<br />

y recuperación de la moneda local, las<br />

mismas que son discutidas con más detalle<br />

durante la etapa de investigación,<br />

y están basadas en las relaciones económicas,<br />

sociales y ambientales locales.<br />

La circulación se inicia aplicando<br />

aquellas estrategias identificadas como<br />

las mejores y, al final, la moneda local<br />

regresa a la organización a través de las<br />

estrategias de recuperación propuestas.<br />

Una vez que la moneda local ha circulado<br />

por más de medio año, gracias a<br />

la aplicación de este sistema, se puede<br />

decir que los UDIS “alcanzan la madurez”<br />

y pueden aplicarse otras metodologías.<br />

En el caso de Coopevictoria,<br />

luego de dos visitas informativas a las<br />

49 escuelas del cantón, la cooperativa<br />

comenzó a comprar el aceite de cocina<br />

que estas desechan para transformarlo<br />

en biodiesel para la maquinaria agrícola.<br />

Para diciembre de 2009, Coopevictoria<br />

recolectaba por lo menos 24.000<br />

litros de aceite de desecho al mes y<br />

más de 700 niños participaban en los<br />

procesos de recolección y producción.<br />

En dos visitas anuales a la fábrica de<br />

biodiesel los niños lograban entender<br />

el proceso de producción y, más importante,<br />

lograban entender también los<br />

beneficios de no contaminar los mantos<br />

acuíferos subterráneos y los efectos<br />

positivos de quemar biodiesel en vez<br />

de diesel comercial.<br />

En la región de Grecia, los UDIS de<br />

Coopevictoria, luego de circular durante<br />

un año, e incluso sin haber sido promocionados,<br />

comenzaron a ser aceptados<br />

en las operaciones habituales por<br />

varias empresas locales. Como parte de<br />

una campaña de promoción más intensiva,<br />

se está creando una red local de<br />

empresas para que los UDIS sean aceptados.<br />

En diciembre de 2009, más de<br />

30 empresas locales aceptaban UDIS e<br />

inclusive algunas de ellas ofrecían descuentos<br />

si el cliente pagaba con UDIS.<br />

En la actualidad, Coopevictoria estudia<br />

la posibilidad de introducir opciones<br />

de pago digital a la red local de empresas<br />

para estimular aun más la circulación<br />

de UDIS virtuales; por ejemplo,<br />

a través de SMS (acrónimo de Short<br />

Message Service o Servicio de Mensaje<br />

Corto, es el servicio de comunicación<br />

de texto componente del sistema de<br />

comunicación móvil) o con tarjetas de<br />

débito utilizando Cyclos, el software de<br />

código abierto de STRO. Además, Coopevictoria<br />

está considerando comprar<br />

desechos biodegradables a los colegios<br />

y empresas locales para producir biogás<br />

como fuente de energía. Finalmente,<br />

Coopevictoria ha construido una destilería<br />

experimental que produce etanol<br />

de gran calidad a partir del flujo<br />

de residuos producidos por el proceso<br />

de transformación del café y el azúcar.<br />

Este etanol puede utilizarse como<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

33


Preparando biodiesel a partir de desecho de aceite de cocina para uso en maquinaria agrícola<br />

Foto: Dagoberto Rodríguez<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

34<br />

sustituto o como aditivo para la gasolina.<br />

Todas estas estrategias para el uso<br />

de energías menos contaminantes estimulan<br />

el uso de UDIS y contribuyen a<br />

que la organización obtenga cierto nivel<br />

de independencia energética.<br />

Conclusión<br />

Este informe es una introducción al<br />

trabajo con monedas complementarias<br />

que realiza STRO en Centro América.<br />

Podemos resumir las fortalezas y debilidades<br />

de la propuesta de la siguiente<br />

manera:<br />

• cuando ha sido diseñada adecuadamente,<br />

es una solución local fuerte<br />

que empodera a las personas para<br />

enfrentar los problemas y necesidades<br />

locales con recursos locales<br />

• la moneda local puede y debe ser<br />

diseñada para integrar transversalmente<br />

las tres dimensiones de la<br />

política global de la Agenda 21<br />

• la propuesta es fácilmente regulable<br />

y ajustable a las realidades locales,<br />

lo que la hace una herramienta<br />

de planificación importante para el<br />

desarrollo sostenible a mediano y<br />

largo plazo<br />

Por otro lado:<br />

• la propuesta, como cualquier otra<br />

cuyo objetivo sea cambiar comportamientos,<br />

requiere de cierto tiempo<br />

para tener un impacto significativo.<br />

La mayoría de los resultados<br />

a corto plazo son cualitativos, más<br />

que cuantitativos. Cuando esto no<br />

se explica o se comprende claramente,<br />

las personas o las organizaciones<br />

que financian la propuesta se<br />

pueden desanimar<br />

• como otros investigadores han señalado<br />

(Gómez, 2008), existe una<br />

falta total de apoyo institucional<br />

para proyectos sobre monedas<br />

complementarias<br />

• esta propuesta no siempre es la más<br />

adecuada para todas las economías<br />

locales. Cada caso y sus particularidades<br />

deben ser considerados<br />

y estudiados por separado, especialmente<br />

en el caso de economías<br />

basadas exclusivamente en las importaciones<br />

y exportaciones (que<br />

exportan casi toda su producción e<br />

importan la mayor parte de lo que<br />

consumen), con poca diversificación<br />

económica (por ejemplo, las<br />

regiones donde se cultiva café)<br />

Finalmente, es importante recordar<br />

que este enfoque capitaliza más de<br />

10 años de experiencia en el campo<br />

y se encuentra todavía en una etapa<br />

de aprendizaje y perfeccionamiento.<br />

En tanto que “la imperfección no significa<br />

irrelevancia”, es crucial que se<br />

continúe investigando otras soluciones<br />

económicas locales, tales como la productividad<br />

cultural (Leff, 1975, 1978,<br />

1994a), las Redes Solidaridad, y/o los<br />

Caracoles en Chiapas, México, para integrarlas<br />

y sacar adecuadas conclusiones.<br />

Eso al menos se lo debemos a las<br />

generaciones futuras.<br />

Erick Brenes M.<br />

Asesor Región Andina - STRO<br />

Casilla Postal 492-1000 San José –<br />

Costa Rica<br />

Correo electrónico:<br />

brenes@socialtrade.org<br />

Referencias<br />

- Gómez, G. (2008). Making Markets:<br />

Institutional rise and decline<br />

of the Argentine Red de Trueque,<br />

(Shaker Publishing, Holanda)<br />

- Leff, E. (2004). Racionalidad Ambiental:<br />

la reapropiación social de<br />

la naturaleza, (Siglo XXI Editores,<br />

México)<br />

www.latinoamerica.leisa.info


Biodiversidad<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

36<br />

Pautas para políticas<br />

El valor económico de la (agro)biodiversidad<br />

y los servicios del ecosistema<br />

DORA VELÁSQUEZ<br />

Aun tomando en cuenta que la biodiversidad<br />

con un valor utilitario<br />

actual representa una pequeña porción<br />

de toda la biodiversidad existente en la<br />

Tierra –cuyo mayor valor es de existencia<br />

y de uso a futuro–, lo cierto es<br />

que la biodiversidad constituye una<br />

fuente sustancial de los recursos naturales<br />

utilizados por la humanidad desde<br />

el origen de su existencia, sea como<br />

genes, especies o ecosistemas, pues de<br />

ella provienen los valiosos recursos<br />

agrícolas, pecuarios, forestales, piscícolas,<br />

así como los utilizados en otras<br />

áreas de la producción que involucran<br />

seres vivos (Martínez-Alier, 1999; Casas<br />

y Parra, 2007).<br />

Con el avance de la ciencia y la<br />

tecnología el espectro de uso de la<br />

biodiversidad se ha ampliado, en particular,<br />

como recurso genético. Con<br />

ello, potencialmente, el conjunto de la<br />

biodiversidad puede ser aprovechado,<br />

Productos de la<br />

Cooperativa Grande<br />

Sertâo<br />

Las páginas de esta sección intentan motivar la atención de los responsables de<br />

la formulación o ejecución de las políticas de desarrollo social y productivo en las<br />

áreas rurales, especialmente las referentes o vinculadas al agro.<br />

pues los genes de cualquier organismo<br />

podrían ser utilizados mediante procesos<br />

biotecnológicos modernos. Este<br />

espectro se amplía más aún si se suma<br />

el mantenimiento, uso y selección de la<br />

diversidad genética realizado a través<br />

del manejo campesino.<br />

Efectivamente, la agrobiodiversidad<br />

manejada por los campesinos tiene<br />

un importante valor utilitario actual,<br />

no solo para ellos mismos, sino para la<br />

humanidad en su conjunto. Los agricultores<br />

tradicionales concentran en<br />

un espacio relativamente reducido una<br />

amplia gama de especies y de variedades<br />

dentro de las especies –domesticadas<br />

desde tiempos ancestrales hasta la<br />

actualidad– que constituyen productos<br />

con valor de uso y de intercambio requeridos<br />

para satisfacer las necesidades<br />

de la familia campesina, principalmente<br />

como base de su seguridad alimentaria<br />

y luego también para su salud<br />

Foto: Archivo AS-PTA<br />

La agrobiodiversidad<br />

es aquella parte de la<br />

variabilidad de organismos<br />

vivos que es producto de<br />

la creación humana. Está<br />

compuesta por las plantas<br />

cultivadas y los animales<br />

domésticos, incluyendo los<br />

agroecosistemas terrestres,<br />

acuáticos y los complejos<br />

ecológicos de los que<br />

forman parte<br />

(plantas medicinales), vivienda (fibras,<br />

madera) y energía (leña, bosta).<br />

La importancia de la agrobiodiversidad<br />

nativa se extiende fuera del ámbito<br />

de lo tradicional, como hemos mencionado,<br />

no solo porque conforman la<br />

base del sistema alimentario mundial<br />

(sobre todo las plantas domesticadas),<br />

sino porque también son recursos genéticos<br />

altamente codiciados a nivel<br />

global, bajo la forma de semillas, variedades<br />

vegetales y animales, y parientes<br />

silvestres, principalmente los<br />

provenientes de países megadiversos<br />

como los latinoamericanos. El uso de<br />

la agrobiodiversidad nativa puede llegar<br />

a ser un rubro muy importante en<br />

la economía de un país; por ejemplo,<br />

en el caso del Perú, hace más de 10<br />

años se afirmaba que “cerca del 65%<br />

de la agricultura nacional depende de<br />

las plantas nativas y aproximadamente<br />

el 95% de la ganadería peruana depen-


de de las plantas forrajeras nativas. Se<br />

calcula que el uso de las plantas llega<br />

a cerca de cuatro mil millones de dólares<br />

al año, o sea, un promedio de 200<br />

dólares por habitante” (Brack, 1999).<br />

El uso de la biodiversidad (incluida<br />

la agrobiodiversidad) se da a través de<br />

los servicios que proveen los ecosistemas,<br />

los llamados servicios ecosistémicos<br />

o servicios ecológicos, sean<br />

estos de soporte del ecosistema (p.e.,<br />

formación del suelo, ciclo del agua),<br />

provisión (p.e., alimentos, recursos<br />

genéticos), de regulación (p.e., plagas,<br />

clima) o culturales (p.e., sistema de<br />

conocimientos tradicionales) (Millenium<br />

Ecosystem Assessment, 2005).<br />

Es decir que el uso de la biodiversidad<br />

significa un costo para el ecosistema;<br />

en el caso particular de la agrobiodiversidad,<br />

significa un costo para el<br />

agroecosistema, conformado por los<br />

terrenos agrícolas (chacras, milpas,<br />

fundos) y el ecosistema natural que<br />

los rodea.<br />

Efectivamente, el uso de la biodiversidad<br />

–a pesar de ser categorizada<br />

como recurso natural renovable– puede<br />

traer consigo la erosión genética<br />

(sea de especies, variedades o genes) y<br />

la contaminación del ambiente por la<br />

producción de desechos, si es que no<br />

se maneja adecuadamente. Esto es, si<br />

se va más allá de su capacidad de resiliencia,<br />

de los límites que hagan posible<br />

su renovación y la del ecosistema<br />

que los contiene. Hoy, los científicos<br />

del mundo consienten en que existe<br />

una tendencia de pérdida acelerada de<br />

la biodiversidad de tal magnitud que<br />

se requiere el diseño y desarrollo de<br />

múltiples estrategias orientadas a la<br />

conservación de la biodiversidad y los<br />

servicios ecosistémicos, con énfasis<br />

en la protección, la restauración y el<br />

manejo del ecosistema o el agroecosistema.<br />

Este tipo de consideraciones<br />

en cuanto al uso de la agrobiodiversidad<br />

son las que se deben tomar en<br />

cuenta cuando se habla de su valoración<br />

económica.<br />

La valoración económica de la<br />

agrobiodiversidad<br />

Cuando hablamos de valoración económica<br />

de la agrobiodiversidad, nos estamos<br />

refiriendo al valor que esta tiene<br />

en el mercado, de su valor de cambio.<br />

Del conjunto de los recursos genéticos<br />

de la agrobiodiversidad (los parientes<br />

silvestres, las variedades tradicionales<br />

mejoradas, las variedades modernas<br />

y los de la ingeniería genética), existe<br />

un mercado de semillas mejoradas modernas<br />

y de productos de la ingeniería<br />

genética que no solo son vendidos, sino<br />

que puede decirse que son monopolizados<br />

a través de un sistema de patentes.<br />

Sin embargo, los recursos genéticos<br />

producidos por la selección y mejora<br />

tradicional de plantas y recolectados<br />

en los campos están destinados básicamente<br />

al autoconsumo y al intercambio<br />

(no monetario). Cuando estos recursos<br />

genéticos tradicionales entran al mercado,<br />

son castigados por el precio.<br />

Con la aparición de corrientes<br />

económicas –tales como la economía<br />

ecológica o la economía ambiental–,<br />

ha surgido la pregunta de cómo darle<br />

un valor económico a la agrobiodiversidad<br />

nativa tradicional, reconociéndola<br />

como un activo de ‘capital natural<br />

cultivado’, resultado de un trabajo<br />

acumulado durante milenios, y a los<br />

servicios que el ecosistema presta (llamados<br />

externalidades) que el mercado<br />

no reconoce. También, en la búsqueda<br />

por ampliar la comercialización de<br />

las variedades nativas y la mejora de<br />

los precios, existen alternativas que<br />

apuestan por buscar nichos de mercado<br />

para las variedades nativas a nivel<br />

nacional e internacional. Por último,<br />

aunque no por ello menos importante,<br />

está el mercado del germoplasma, de<br />

las semillas.<br />

La agrobiodiversidad como capital<br />

natural y el pago de derechos a los<br />

agricultores<br />

A nivel mundial, se ha llegado al consenso<br />

de que los ecosistemas de un<br />

país y sus servicios ecosistémicos<br />

representan un capital natural importante.<br />

Se afirma que el capital natural<br />

–comprendido por los ecosistemas, la<br />

biodiversidad y los recursos naturales–<br />

sostiene a las economías, sociedades<br />

y al bienestar individual (Millenium<br />

Ecosystem Assessment, 2005;<br />

TEEB, 2009). Diferentes países, entre<br />

Campesinos recolectores de coquinhos<br />

Foto: Archivo AS-PTA<br />

ellos los latinoamericanos, han asumido<br />

la tarea de elaborar documentos<br />

oficiales que reúnen la información<br />

más completa sobre su capital natural,<br />

a fin de que sirva de base para la toma<br />

de decisiones en torno a la biodiversidad<br />

y los servicios ecosistémicos,<br />

como es el caso de México (Sarukhán<br />

y otros, 2009).<br />

En medios académicos y políticos<br />

se discute el valor que la agrobiodiversidad<br />

o biodiversidad agrícola tiene<br />

como activo de ‘capital natural cultivado’,<br />

de si ese valor que el mercado no<br />

recoge debería traducirse en valor monetario<br />

y sobre quién debería recibir<br />

esos ingresos. Los recursos genéticos<br />

agrícolas son un capital natural cultivado<br />

y no son sustituibles por el equipo<br />

de capital (incluidas las semillas<br />

mejoradas) que se usa en la agricultura<br />

moderna; a su vez, ese capital natural<br />

cultivado necesita el complemento del<br />

capital natural, es decir, los parientes<br />

silvestres (Martínez-Alier, 1999).<br />

El planteamiento más extendido es<br />

que se dé el incentivo necesario para<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

37


Recuadro 1<br />

Pago por servicios de conservación de la biodiversidad y<br />

sus implicancias para la acción colectiva y los derechos de<br />

propiedad (caso: quinua).<br />

Este estudio trata de determinar la potencialidad de la implementación de planes<br />

de “Pago por Servicios de Conservación de la Agrobiodiversidad” (PACS) que generen<br />

incentivos para la conservación de la biodiversidad agrícola y mejoren la subsistencia<br />

de las familias conservacionistas. Además, evaluamos el impacto de planes de<br />

pagos por conservación sobre los existentes derechos de propiedad y mecanismos<br />

de acción colectiva. Los análisis se basan en la aplicación de métodos participativos<br />

(juegos experimentales), entrevistas estructuradas a informantes claves e implementación<br />

de un concurso de conservación de variedades tradicionales en comunidades<br />

quechuas y aymaras productoras de quinua en Perú y Bolivia. En base a los resultados,<br />

se debe proponer a las agencias financiadoras y a los tomadores de decisiones<br />

el diseño de programas de PACS en las zonas del estudio, los cuales servirían para<br />

apoyar decisiones que facilitarán la conservación y los modos de subsistencia dentro<br />

del contexto de estrategias de conservación nacionales de la biodiversidad.<br />

Responsables del estudio:<br />

José Luis Soto, Enrique Valdivia (Centro de Investigación de Recursos Naturales y Medio Ambiente, Puno,<br />

Perú). Correo electrónico: josesoto1@hotmail.com<br />

Adam Drucker (Bioversity International, Rome, Italy). Correo electrónico: a.drucker@cgiar.org<br />

Ulf Narloch, Unai Pascual (Department of Land Economy, University of Cambridge, Reino Unido). Correo<br />

electrónico: ugn20@cam.ac.uk<br />

Milton V. Pinto Porcel (Fundacion PROINPA, La Paz, Bolivia). Correo electrónico: m.pinto@proinpa.org;<br />

mvpp71@hotmail.com.<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

38<br />

asegurar la conservación y el desarrollo<br />

de la biodiversidad agrícola. En esta<br />

línea, se pide el pago de derechos de los<br />

agricultores (que no son patentes ni derechos<br />

de propiedad intelectual), como<br />

un incentivo y recompensa a la conservación<br />

de la biodiversidad agrícola. La<br />

discusión sobre cómo se podría viabilizar<br />

este pago está en la agenda política<br />

actual. Existen esfuerzos recientes en<br />

algunos países latinoamericanos que<br />

presentaremos más adelante.<br />

El pago por los costos de los servicios<br />

del agroecosistema (externalidades)<br />

Frecuentemente, el costo de la pérdida<br />

de biodiversidad y de los servicios del<br />

ecosistema está estrechamente vinculado<br />

a la invisibilidad económica,<br />

lo cual acrecienta el riesgo de pérdida<br />

de lo que se puede considerar un bien<br />

público (Millenium Ecosystem Assessment,<br />

2005; TEEB, 2009). Lograr<br />

la visualización económica de los cos-<br />

tos de los servicios que el ecosistema<br />

brinda, en el caso de la agrobiodiversidad,<br />

significaría lograr la valoración<br />

de externalidades como: los flujos de<br />

energía y materiales que entran en la<br />

actividad agrícola (luz, agua, suelos,<br />

genes, nutrientes), los servicios proporcionados<br />

por el ambiente para la<br />

depuración o reciclaje de los desechos<br />

y de los daños ambientales actuales y<br />

futuros a causa de los residuos tóxicos<br />

no depurados o reciclados.<br />

La cooperación entre economistas<br />

y otros científicos está logrando barajar<br />

varias soluciones de valoración económica<br />

de los costos del ecosistema. Una<br />

de ellas señala que resulta prioritario<br />

realizar evaluaciones o análisis de los<br />

costos y beneficios del uso del capital<br />

natural, internalizando los costos de<br />

pérdida de servicios del ecosistema o<br />

externalidades (Millenium Ecosystem<br />

Assessment, 2005; TEEB, 2009). Otra<br />

es que, basándose en que los costes y<br />

beneficios sociales son heterogéneos<br />

y no pueden ser comparados cuantitativamente<br />

entre ellos mismos y con<br />

otros, plantea una evaluación multicriterial<br />

(metodología que incopora y sintetiza<br />

los diferentes criterios que entran<br />

en el proceso de identificación de alternativas<br />

para la toma de decisiones), y<br />

un estudio de distribución ecológica<br />

(Martínez-Alier, 1999). Ambas alternativas<br />

son complejas, y aunque el análisis<br />

costo/beneficio se viene utilizando<br />

como base de la política pública en las<br />

decisiones ambientales –por nombrar<br />

un ejemplo–, todavía existen importantes<br />

dificultades metodológicas para los<br />

servicios más difíciles de medir (Millenium<br />

Ecosystem Assessment, 2005).<br />

Asimismo, existen otros métodos basados<br />

en averiguar la disposición a pagar<br />

de los visitantes o una población por un<br />

bien ambiental o por evitar un perjuicio,<br />

o la disposición de quienes sufren<br />

un perjuicio a aceptar una compensación<br />

por el daño ocasionado.<br />

El valor comercial de la agrobiodiversidad<br />

Mayormente, las variedades nativas<br />

son vendidas como productos de consumo<br />

en muy pequeñas cantidades<br />

en los mercados locales o regionales<br />

(como las ferias agropecuarias) o incluso<br />

en mercados de sectores populares<br />

de las grandes ciudades, donde suele<br />

asentarse la población que emigra de<br />

las áreas rurales. En los últimos años,<br />

empieza a tomar forma la comercialización<br />

de ciertas variedades nativas<br />

como productos procesados o gastronómicos,<br />

así como también el agroturismo,<br />

tratando de captar mercados<br />

internacionales sin poner en riesgo los<br />

recursos genéticos ni el medio ambiente.<br />

El mercado de productos orgánicos,<br />

que se viene extendiendo entre los pequeños<br />

agricultores de muchos países<br />

en vías de desarrollo (entre ellos, los<br />

latinoamericanos), también se presenta<br />

como una alternativa de comercialización<br />

de las variedades nativas producidas<br />

por agricultores tradicionales que<br />

se esfuerzan por ajustarse a los estándares<br />

de la agricultura agroecológica.


Este tipo de comercialización<br />

responde a lo que actualmente se conoce<br />

como biocomercio (biotrade),<br />

una iniciativa surgida con ocasión<br />

de la III Conferencia de las Partes<br />

(COP3) del Convenio sobre la Diversidad<br />

Biológica (CDB), realizada en<br />

Buenos Aires (Argentina) en 1996 y<br />

promovida por el Centro de las Naciones<br />

Unidas sobre Comercio y Desarrollo<br />

(UNCTAD). El programa de<br />

biocomercio está orientado a estimular<br />

el comercio y la inversión en los<br />

recursos de la diversidad biológica,<br />

buscando un menor impacto ambiental<br />

y la conservación de los recursos<br />

naturales mejorando la eficiencia de<br />

las empresas, esto es, promoviendo<br />

los econegocios y la ecoeficiencia<br />

(Brack, 1992).<br />

De hecho, si bien se están dando<br />

experiencias interesantes en América<br />

Latina, la comercialización de variedades<br />

nativas en mercados nacionales<br />

e internacionales todavía se da a una<br />

escala muy reducida y todavía a precios<br />

poco satisfactorios. Sin embargo,<br />

ya existen acuerdos internacionales de<br />

estándares de producción y comercialización,<br />

tales como el comercio justo.<br />

Pero todavía hay incertidumbre acerca<br />

de los impactos que puede tener<br />

una comercialización de mayor escala<br />

sobre la conservación de la biodiversidad<br />

y la cultura tradicional, así como<br />

los beneficios que pueden obtener los<br />

agricultores tradicionales. Para que la<br />

venta de estos recursos biológicos sea<br />

una alternativa económica para el país<br />

y las comunidades que sostienen esta<br />

biodiversidad, se requiere de políticas<br />

gubernamentales basadas en un análisis<br />

serio sobre los riesgos que el mercado<br />

podría significar para la conservación<br />

de la biodiversidad y de la cultura<br />

que la sostiene. Los estudios realizados<br />

con el propósito de entender<br />

“cómo los mercados pueden afectar el<br />

uso de los recursos naturales, aspectos<br />

de la vida social y el conocimiento<br />

de la gente indígena” en las comunidades<br />

de México, son un esfuerzo en<br />

ese sentido (Godoy, 2001).<br />

Finalmente, la comercialización de<br />

variedades nativas (sean plantas o animales)<br />

como germoplasma o semilla<br />

puede ser un mercado potencialmente<br />

muy rentable, si es que se reconocen<br />

los derechos de los agricultores. Actualmente,<br />

este mercado está dominado<br />

por los grandes laboratorios y está<br />

fuertemente amenazado por la biopiratería.<br />

Algunos esfuerzos en América<br />

Latina<br />

Un estudio en marcha muy interesante<br />

sobre pagos por servicios de conservación<br />

de la biodiversidad es el que viene<br />

impulsando un conjunto de investigadores<br />

de instituciones de Bolivia (Fundación<br />

PROINPA, La Paz, Bolivia),<br />

Perú (Centro de Investigación de Recursos<br />

Naturales y Medio Ambiente,<br />

Puno), Italia (Bioversity International,<br />

Rome) y Gran Bretaña (Department<br />

of Land Economy, University of Cambridge)<br />

con comunidades productoras<br />

de quinua en el Lago Titicaca en Puno-Perú<br />

y el área circundante al salar<br />

de Uyuni en Bolivia (ver Recuadro 1).<br />

Impulsar estudios similares puede ser<br />

el camino a seguir, de modo tal que se<br />

pueda contar con elementos sólidos<br />

para la toma de decisiones.<br />

El estudio “The Economics of<br />

Ecosystems and Biodiversity”– TEEB<br />

(La Economía de los Ecosistemas<br />

y la Biodiversidad), de tres años de<br />

duración (2007-2009), resalta varios<br />

éxitos logrados en América Latina y<br />

países de otros continentes donde el<br />

haber puesto en valor la biodiversidad<br />

ha fructificado en beneficios financieros<br />

(The Ecologist, 2009). Ver<br />

Recuadro 2.<br />

En cuanto al biocomercio, las experiencias<br />

son bastante extendidas<br />

en América Latina. En el Cuadro 1<br />

se ilustra una experiencia incipiente<br />

de agroturismo en agroecosistemas<br />

de cultivos altoandinos (en Bolivia) y<br />

otra experiencia más establecida de<br />

comercialización de pulpas de frutas<br />

congeladas en una región desértica<br />

(en Brasil).<br />

Recuadro 2<br />

Casos exitosos de<br />

valoración económica de la<br />

biodiversidad en países de<br />

América Latina, Asia y Europa<br />

Haciendo comparaciones con el informe<br />

de Sir Nicholas Stern de 2006<br />

sobre el costo del cambio climático,<br />

“The Economics of Ecosystems and<br />

Biodiversity Report” (TEEB), un gigantesco<br />

proyecto de tres años financiado<br />

por un conjunto de países de la UE,<br />

se estimó que la pérdida continua de<br />

bosques y biodiversidad podría costarnos<br />

entre £1.2-2.8 trillones al año.<br />

Los autores del estudio afirmaron que el<br />

valor de la biodiversidad era ‘invisible’<br />

en el sistema económico actual y que la<br />

protección del mundo natural resultaba<br />

más barata que las costosas soluciones<br />

tecnológicas propuestas. Ofrecen algunos<br />

éxitos logrados en países de América<br />

Latina, Asia y Europa al haber obtenido<br />

beneficios financieros dándole valor<br />

económico a la biodiversidad:<br />

• en Venezuela, la inversión en el<br />

sistema de áreas naturales protegidas<br />

está previniendo la sedimentación<br />

que de otra manera podría reducir<br />

las ganancias agrícolas en alrededor<br />

de $3.5 millones al año<br />

• la inversión en la protección de<br />

la Reserva de la Biosfera Maya de<br />

Guatemala está generando un<br />

ingreso anual de casi $50 millones<br />

al año, ha generado 7.000 trabajos y<br />

ha dado un empuje a los ingresos de<br />

las familias locales<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

• la plantación y protección de cerca<br />

de 12.000 hectáreas de manglares<br />

en Vietnam cuesta más de $1 millón,<br />

pero el ahorro de gastos anuales en<br />

el mantenimiento de diques es de<br />

más de $7 millones<br />

• uno de 40 trabajos en Europa<br />

están ahora vinculados con el<br />

medio ambiente y los servicios del<br />

ecosistema, trabajos que van desde<br />

‘eco-tecnoindustrias’ a agricultura<br />

orgánica, forestería sostenible y<br />

ecoturismo<br />

39<br />

Fuente: The Ecologist, 13 de noviembre<br />

de 2009


País /<br />

Comunidad<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

40<br />

A modo de conclusión<br />

Estas perspectivas de valoración económica<br />

de la agrobiodiversidad nativa<br />

tradicional, sea como ‘capital natural<br />

cultivado’, servicios ecosistémicos,<br />

producto de consumo o germoplasma,<br />

son de suma importancia para la<br />

conservación de la biodiversidad y la<br />

cultura que la mantiene, así como para<br />

el bienestar presente y futuro de las<br />

familias agricultoras.<br />

A decir verdad, llegar a acuerdos<br />

sobre esto, más que en el terreno de la<br />

economía descansa en el terreno de la<br />

política, en la voluntad y poder que pudieren<br />

tener los gobiernos nacionales,<br />

autoridades locales, organizaciones de<br />

agricultores, los mismos agricultores<br />

individuales y movimientos políticos<br />

de la sociedad civil. En ese sentido, es<br />

esencial que en la toma de decisiones<br />

estos actores tomen en cuenta cuáles<br />

son hoy en día los aspectos cruciales<br />

en torno a la valoración de la biodiversidad,<br />

el mercado y su relación con la<br />

conservación, para no poner en ries-<br />

Agrobiodiversidad<br />

Iniciativa económica Rol de agricultores<br />

en cadena productiva<br />

go la fuente de recursos biológicos, el<br />

mantenimiento de los servicios ecosistémicos,<br />

la provisión de opciones para<br />

el futuro y el mantenimiento de la resiliencia<br />

del ecosistema.<br />

Dora Velásquez Milla<br />

Coordinadora de Ciencia y Tecnología<br />

en los Andes-CCTA<br />

Correo electrónico:<br />

doravelasquez@yahoo.com<br />

Referencias<br />

- Boege, E. (2008). El patrimonio biocultural<br />

de los pueblos indígenas<br />

de México: hacia la conservación<br />

in situ de la biodiversidad y agrobiodiversidad<br />

en los territorios indígenas.<br />

Instituto Nacional de Antropología<br />

e Historia, México, D.F.<br />

342 p.<br />

- Brack, A. (1999). Diccionario enciclopédico<br />

de plantas útiles del Perú.<br />

PNUD-CBC, Lima. 550 p.<br />

- Casas, A. y Parra, F. (2007). Agro-<br />

Cuadro 1.- Experiencias de comercialización de la agrobiodiversidad en América Latina<br />

a) Bolivia /<br />

Santiago de<br />

Okola<br />

(4000 m)<br />

b) Brasil<br />

/ norte<br />

de Minas<br />

Gerais<br />

(Región<br />

Agreste)<br />

Oca y<br />

quinua<br />

Frutas<br />

nativas y<br />

sembradas<br />

Agroturismo<br />

alrededor del Lago<br />

Titicaca (homestay):<br />

30 iniciativas que<br />

proporcionan<br />

servicios a visitantes<br />

y beneficios a<br />

comunidades locales.<br />

Producción y<br />

comercialización<br />

de pulpas de<br />

frutas congeladas,<br />

utilizando 17<br />

variedades de<br />

frutas (7 nativas<br />

y 10 exóticas), y<br />

producción de<br />

aceite y pulpa<br />

envasada utilizando<br />

el pequi (Caryocar<br />

brasiliensis), fruto<br />

símbolo del Cerrado.<br />

Empresas de<br />

turismo comunitario<br />

enfocado en<br />

agricultura y<br />

consumo de<br />

productos locales.<br />

La Cooperativa<br />

Grande Sertâo, que<br />

agrupa a familias<br />

distribuidas en 350<br />

comunidades rurales<br />

de 26 municipios,<br />

promueve la<br />

generación de renta,<br />

que se origina en las<br />

propias estrategias de<br />

seguridad alimentaria<br />

y reproducción social<br />

de los campesinos.<br />

Estándares de<br />

producción y<br />

comercialización<br />

Las familias<br />

campesinas<br />

invierten en<br />

oferta de<br />

alojamiento,<br />

alimentación y<br />

un tour por la<br />

comunidad.<br />

Se basa en la<br />

agroecología:<br />

no usa insumos<br />

químicos en la<br />

producción y, al<br />

mismo tiempo,<br />

promueve la<br />

protección y<br />

recuperación de<br />

ecosistemas.<br />

biodiversidad, parientes silvestres<br />

y cultura. <strong>LEISA</strong>, vol.23, No.2,<br />

pp. 5-8<br />

- Godoy, R. (2001). Indians, markets,<br />

and rainforests. Columbia University<br />

Press, Nueva York.<br />

- Martínez-Alier, J. (1999). Introducción<br />

a la economía ecológica. Rubes,<br />

España. 142 p.<br />

- Millenium Ecosystem Assessment,<br />

2005. Ecosystems and human<br />

well-being: biodiversity synthesis.<br />

World Resources Institute, Washington,<br />

DC.<br />

- Sarukhán, J. y otros. (2009). Capital<br />

natural de México. Síntesis: conocimiento<br />

actual, evaluación y perspectivas<br />

de sustentabilidad. Comisión<br />

Nacional para el Conocimiento<br />

y Uso de la Biodiversidad, México.<br />

- TEEB. (2009). The economics of<br />

ecosystems and biodiversity for<br />

national and international policy<br />

makers: Summary, responding to<br />

the value of nature. UNEP. Wesseling,<br />

Alemania. 47 p.<br />

Resultados Beneficios económicos<br />

y conservación de<br />

agrobiodiversidad<br />

12 familias han<br />

recibido 90 turistas al<br />

año, que provienen<br />

principalmente de<br />

Europa.<br />

Las 350 comunidades<br />

rurales vinculadas<br />

a la cooperativa<br />

pueden comercializar<br />

sus productos<br />

directamente o<br />

a través de las<br />

cooperativas que<br />

posibilitan vender<br />

a mayor escala,<br />

asumiendo los<br />

costos de transporte<br />

y comercializando<br />

la producción<br />

campesina en los<br />

mercados más<br />

exigentes.<br />

Fuentes: a) <strong>LEISA</strong> 25-2, 2009. Saboreando los resultados de un esfuerzo en conjunto / por: S. Taranto y S. Padulosi. b) <strong>LEISA</strong> 24-3,<br />

2008. Valorización de las riquezas nativas: la experiencia de la Cooperativa Grande Sertao / por: Igor S. H. de Carvalho.<br />

Experiencia inicial incierta<br />

e ingresos inciertos<br />

porque el flujo de turistas<br />

no es regular. Se ha<br />

logrado recuperación de<br />

cultivos nativos.<br />

Más de 2.000 familias<br />

beneficiadas con la<br />

comercialización de<br />

pulpa de frutas, miel,<br />

derivados de caña y<br />

otros productos de la<br />

agricultura de la región<br />

agreste. Los agricultores<br />

brindan mayor cuidado<br />

a sus árboles frutales y<br />

los replantan. Tendencia<br />

a sembrar millares de<br />

plantones y semillas de<br />

especies nativas, que fijan<br />

carbono y contribuyen<br />

a la conservación de<br />

recursos hídricos y<br />

biodiversidad.


TRABAJANDO EN RED<br />

Global Partnerships<br />

http://www.globalpartnerships.org/<br />

Global Partnerships es una organización que, a través de su asociación con<br />

instituciones locales, promueve las microfinanzas para las personas tradicionalmente<br />

marginadas –como las mujeres y la población rural pobre– con<br />

microcréditos y otros servicios que contribuyen a que las familias rompan el<br />

ciclo de la pobreza. Tiene oficinas en Seattle y Managua, una trayectoria de<br />

15 años, y atiende a más de 817.000 prestatarios a traves de 27 instituciones<br />

microfinancieras asociadas en siete países de Latinoamérica. En el sitio web<br />

se puede acceder a boletines, comunicados de prensa y algunos videos recientes<br />

que demuestran el impacto de su trabajo en la región.<br />

Oikocredit<br />

www.oikocredit.org<br />

Oikocredit es una institución financiera internacional que promueve la justicia<br />

social al empoderar a las personas desfavorecidas mediante créditos.<br />

Desde 1975 ofrece préstamos, garantías y capital de inversión a instituciones<br />

de microfinanzas, cooperativas, comercio justo y otros negocios. La<br />

labor de Oikocredit ha contribuido a centenares de experiencias de éxito.<br />

El dinero invertido por sus socios de proyecto ha conseguido transformar<br />

muchas realidades desde la misma base de forma perdurable. Detrás de<br />

un gran cambio hay muchos pequeños cambios. Oikocredit suma muchas<br />

historias de tenacidad y oportunidad, historias que están en línea con una<br />

misión y determinados valores. Su sitio en Internet brinda mayor información<br />

sobre la importante labor que desarrolla en el mundo.<br />

Fundación STRO<br />

http://www.stro-ca.org/<br />

La Fundación STRO (Social Trade Organisation) es una organización privada<br />

sin fines de lucro, cuya meta es fomentar el desarrollo económico local<br />

a través de Sistemas Monetarios Complementarios y Tecnologías Apropiadas.<br />

Desarrolla proyectos en América Latina y en Centro América, creando<br />

redes de negocios entre pequeñas y medianas empresas, consumidores y<br />

gobiernos locales con el objetivo de estimular y fortalecer la economía local<br />

y contribuir a la generación de ingresos y empleo para la población local.<br />

STRO promueve la optimización y el uso sostenible de los recursos locales<br />

para ofrecer un producto adecuado al mercado local. Su sitio en Internet<br />

ofrece documentación específica sobre estos métodos monetarios complementarios<br />

y tecnologías apropiadas (ver artículo en p. 31).<br />

Alianza Financiera para el Comercio Sostenible (FAST)<br />

http://www.fastinternational.org/es<br />

FAST (por sus siglas en inglés) es una organización internacional sin ánimo<br />

de lucro. Su fin es eliminar la actual brecha financiera en el sector de<br />

las PYMES. Entre sus miembros se incluyen instituciones con orientación<br />

social, instituciones financieras alternativas, instituciones de desarrollo y<br />

otros socios a lo largo de la cadena de distribución agrícola. A través de<br />

su sitio en Internet se puede acceder a Mercado en Línea, una herramienta<br />

creada para ayudar a productores y proveedores de servicios financieros<br />

a comunicarse de forma eficaz. Este proyecto facilita el acceso de las<br />

PYMES a un mercado financiero de calidad e informa a los prestatarios<br />

potenciales sobre las opciones de financiamiento que se adaptan a sus necesidades<br />

empresariales. También se puede tener acceso al Boletín FAST que<br />

trae las últimas noticias de la organización, así como el anuncio de talleres<br />

de capacitación financiera (Mercado en Línea). El sitio web se encuentra<br />

estructurado en inglés, español y francés.<br />

Pro Mujer<br />

http://promujer.org/<br />

Fundada en 1990, Pro Mujer es una organización dedicada<br />

a las microfinanzas y al desarrollo de la mujer.<br />

Invierte en las mujeres porque las mujeres invierten<br />

en sus familias para crear un mejor futuro para ellas y<br />

sus hijos. Pro Mujer no solamente ofrece créditos, sino<br />

también capacitación en salud y negocios; estas son<br />

las herramientas que necesitan para cambiar sus vidas.<br />

Con un ingreso regular, buena salud, y un mejor sentido<br />

de autoestima, las mujeres se sienten empoderadas<br />

para ser agentes de cambio y romper con el ciclo de<br />

pobreza. La organización opera en 5 países latinoamericanos:<br />

Argentina, Bolivia, México, Nicaragua y Perú.<br />

Su sito en Internet ofrece una buena cantidad de documentos<br />

y experiencias muy interesantes sobre la labor<br />

que desarrolla en los distintos países. También se puede<br />

acceder a videos sobre experiencias en microfinanzas y<br />

el trabajo pionero que hace Pro Mujer para ayudar a las<br />

mujeres a mejorar su calidad de vida.<br />

Foro Latinoamericano y del Caribe de Finanzas<br />

Rurales (FOROLACFR)<br />

http://forolacfr.org/<br />

FOROLACFR es una institución integrada por redes<br />

que promueve y facilita los Sistemas y Servicios Financieros<br />

Rurales (SSFR) incluyentes, sostenibles<br />

financiera y socialmente a través de organizaciones<br />

de microfinanzas y organizaciones campesinas, para<br />

contribuir a mejorar la calidad de vida de la población<br />

pobre rural y campesina. El Foro esta conformado por<br />

20 redes socias en 15 países de América Latina. Este<br />

sitio cuenta con una serie de portales dedicados a distintos<br />

tópicos: la Central de Información, que ofrece<br />

noticias, artículos y el acontecer diario de las finanzas<br />

rurales en Latinoamérica; el Directorio de instituciones<br />

de finanzas rurales en América Latina y El Caribe; y el<br />

portal dedicado al Desempeño Social en el sector rural<br />

en Latinoamérica y el Caribe.<br />

<strong>LEISA</strong> revista de agroecología • julio 2010<br />

Fondo de Desarrollo Comunal (FONDECO)<br />

http://www.fondeco.org/<br />

FONDECO es una institución financiera de desarrollo<br />

sin fines de lucro, especializada en crédito rural y agropecuario.<br />

Inició sus operaciones en 1995 con el objetivo<br />

de realizar actividades orientadas a promover el<br />

desarrollo socioeconómico de la población campesina<br />

y los sectores populares de Bolivia. FONDECO otorga<br />

créditos y servicios financieros en condiciones accesibles<br />

para fomentar emprendimientos, contribuyendo<br />

así a elevar su calidad de vida y progreso. Cubre cinco<br />

departamentos de Bolivia en 17 agencias y sirven a<br />

más de 8.000 clientes, pequeños productores, empresarios,<br />

comerciantes rurales y asalariados, siendo el 57%<br />

de sus clientes mujeres que no tienen acceso al sistema<br />

financiero formal por limitaciones económicas, legales,<br />

geográficas o culturales. 41<br />

41


La Esquina Verde THE GREEN CORNER<br />

Una experiencia de comercio justo y ecológico<br />

Esta experiencia ha dado lugar a uno de los centros de distribución de productos orgánicos más<br />

importantes de la Ciudad de México, que se desarrolla bajo los principios del comercio justo y promueve<br />

prácticas de consumo responsable. Concentra en sus espacios a más de tres mil productos orgánicos<br />

o agroecológicos que provienen de todas las regiones de México, productos que son resultado del<br />

trabajo de cerca de 250 productores (pequeños productores, comunidades rurales, cooperativas, empresas<br />

familiares y comunidades indígenas).<br />

En 2003, se funda La Esquina Verde (The Green Corner) con el propósito de comercializar los<br />

productos excedentes del rancho y el excedente de productos de otros agricultores que han trabajado<br />

técnicas de cultivo orgánicas, tales como abonos naturales, policultivo, control de insectos, etc. El<br />

proyecto comienza con apenas 20 productores, pero muy pronto crece este número por el interés en las<br />

posibilidades de desarrollo que existen para todos sus integrantes. Desde el inicio, conocíamos los<br />

problemas del campo mexicano: el uso indiscriminado de plaguicidas y fertilizantes sintéticos, la<br />

pérdida de fertilidad de la tierra, la destrucción de la vida silvestre y la proliferación de los alimentos<br />

transgénicos. Asimismo, sabíamos del desequilibrio ocasionado por la producción agroindustrial que ha<br />

desplazado a miles de pequeños agricultores a las ciudades y ha disminuido su seguridad alimentaria. El<br />

trabajo en el rancho que tiene la empresa en el Estado de México, es la respuesta a este problema.<br />

La Esquina Verde produce, distribuye y vende productos orgánicos para contribuir a dinamizar este mercado en el país. Promueve<br />

al mismo tiempo un consumo responsable, entendiéndolo como una forma de reducir el impacto de la actividad humana sobre el<br />

medio ambiente, apoyar a los campesinos y productores orgánicos y cuidar nuestra salud propia.<br />

El mercado de alimentos orgánicos en México<br />

México ocupa internacionalmente el decimotercer lugar en la producción orgánica; sin embargo, el 85% de los cultivos orgánicos<br />

se exportan, un 10% se vende como orgánico en el mercado interno y el 5% restante se vende mezclado con los cultivos convencionales.<br />

Esto se debe en gran medida a que en México no sabemos qué son los productos orgánicos ni conocemos sus beneficios para<br />

la salud y el medio ambiente, por lo que estos cultivos acaban en Estados Unidos, Europa y Japón. La apuesta sería que el 85% se<br />

consumiera a nivel nacional y solo el 10% saliera al extranjero.<br />

Comercio justo<br />

Al campesino se le suele castigar fuertemente a la hora de los precios, muchas veces se les ofrece un salario más bajo que los costos<br />

que tiene a la hora de producir su cultivo. El comercio justo se refiere precisamente a ofrecerle al productor un precio que cubra sus<br />

costos y le permita vivir dignamente, que sea estable y no cambie mes con mes para que el productor tenga la posibilidad de planificar<br />

y sentirse seguro. Para evitar esto, el comercio justo busca que el consumidor le compre lo más directamente posible al productor,<br />

eliminando a los intermediarios. Esto también permitirá que el precio sea justo, tanto para el productor como para el consumidor.<br />

En este sentido, de cada 100 pesos gastados en La Esquina Verde, 70 pesos son para el productor, mientras la empresa se queda<br />

con solo 30 pesos. Con esto se busca mantener los precios lo más accesibles posibles para que más gente se interese y compre<br />

productos orgánicos.<br />

Ecotecnias<br />

La Esquina Verde no solo busca promover la producción orgánica de alimentos, sino que también busca difundir diferentes técnicas<br />

amigables con el medio ambiente que se pueden utilizar en las casas. Ejemplo de ello es la tienda de Coyoacán, que fue construida<br />

utilizando varias ecotecnias: adobe compactado, sistemas de captación de agua de lluvia y también de tratamiento de agua para su<br />

reutilización en los servicios higiénicos y el riego de plantas. Esta tienda también genera su propia energía por medio de 204<br />

paneles de 150 W, con una capacidad de 30,6 kW de potencia pico. Este sistema de paneles fotovoltaicos está interconectado a la<br />

red con dos inversores de 15 kW que convierten la energía directa en alterna; a su vez, este sistema es el que regula que el excedente<br />

de energía generada se vaya a la red o que, cuando sea necesario, se tome energía de la red. Este es un sistema pionero y único en<br />

el país, con el que se dejará de enviar cada año 15 toneladas de CO2 a la atmósfera.<br />

También en las otras tiendas se utilizan técnicas amigables con el medio ambiente, como el uso de colectores solares para calentar<br />

el agua para las cocinas. Asimismo, los residuos orgánicos producidos en las tres tiendas se trasladan al rancho para la producción<br />

de composta, devolviéndole así a la tierra algo de lo mucho que nos ha dado.<br />

Adriana León y Bensi Levi<br />

Ciudad de México, junio de 2010

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