huelva - DSpace en la UNIA - Universidad Internacional de Andalucía

REVISTA HISPANOAMERICANA SEGUNDA EPOCA
AÑO XVIII
Aguas fuertes Colombínas
TERCER VIAJE
OCTAVA ESTAMPA
.Mandaba las cuatro naves atracadas en id bahía de Ya-
qu'In° un capitán bajo de estatura, de recios y musculosos
miembros y de mirada rápida que iluminaba su tostado ros-
tro. Enérgico en el disponer sabía dar a sus órdenes, toda la
pujante voluntad del que acostumbra a imponerse. De sus
ojos brotaban relámpagos. A bordo habíale visto la chusma
admirada realizar verdaderos y temerarios prodigios: gatear
por las escalas con agilidades simiescas, arrojarse al agua
desde los obenques. El pulso obedecíale con inconcebible
justeza. Arcabuz en mano plantaba la bala donde le placía y
en sus juegos de esgrima con sus subordinados, no había
acero que le dominara ni muñeca que se le resistiese... Con-
tábanse de él, las proezas de siempre en la guerra de Grana-
da que hizo de mancebo con el duque de Medinaceli y se refe-
rían las que no ha mucho acababa de llevar a cabo, en el
segundo viaje de Colón, para el descubrimiento del camino
más corto a las Indias, patrocinado como en excursiones an-
teriores por el favor directo de los Reyes. En este segundo
habían sido sus camaradas los que ahora también lo eran.
Se llamaba, nombre ya reputado y conocido, Alonso de
Ojeda.
Prudente y cauto a pesar de sus juveniles veintidós o
veintitrés años no se le podía ocultar lo falso de su situación
y desde luego pensó en ella al anclar en aquel rincón de Ja-
ragua. Contaba con la protección decidida del prelado Juan
Rodríguez de Fonseca. En su despacho se había enterado de
las noticias escritas por Colón, acerca de aquella pródiga y
maravillosa costa de Paria, rica en piedras preciosas, algu-
nas de las cuales misivas, habían quedado interceptadas en
la mesa del obispo. Despertóse su ambición, alegó sus co-
nocimientos de estos viajes ultramarinos, adquiridos cen la
experiencia y como su ardiente súplica significaba una tor-
tura para Colón, su enemigo mitrado, no había dejado vasar
sin aprovecharla, aquella ocasión propicia de zaherirle.
Redacción y Administración, SAGASTA, 37.
Huelva 30 de Abríl de 1930
DIRECTOR PROPIETARIO: JOSÉ MARCHEN.A COLOMBO
NÚM. 189
Pero había una cláusula en el permiso otorgado, estipu-
lándose en ella que no tocase en la F,spañola sino en caso
de imprescindible necesidad y forzado por inminente peligro.
Ninguno de los dos alegatos podía justificar su permanencia
en aquellas aguas, tranquilamente abordadas para entregar-
REGALO DE FONSECA
se a una tarea mercantil, siquiera intentase disimularla con
la carena de los buques. Pensó en el Almirante, su antiguo
jefe y en que el Almirante simbolizaba la hegemonía regia.
El llevaba a cabo un viaje particular autorizado por su pro-
tector Fonseca, pero su desembarco significaba una intru-
sión, una brecha en dominio legal y un atentado, como con-
secuencia, a la Corona.
La impetuosidad de su temperamento le dictó en el primer
momento medidas extremas, si el Almirante llegaba a ente-
Universidad Internacional de Andalucía - Monasterio de Santa María de La Rábida