Día Internacional del - Centro Deportivo Israelita

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SUPLEMENTO ESPECIAL
Babi Yar
Bedrich Steiner
Apenas diez días después de que los
alemanes conquistaron la ciudad de
Kiev aparecieron en medio de la destruida
ciudad carteles en alemán, ruso
y ucraniano que anunciaban: “Todos los judíos de
la ciudad de Kiev están obligados presentarse el
lunes 29 de septiembre a las ocho de la mañana
en la esquina de la calle Melnikova y Dokterievska
al lado del cementerio. Traerán sus documentos,
dinero, valores, ropa caliente y ropa interior. Quien
no obedezca esta orden será detenido y fusilado
al instante. Los demás ciudadanos que penetren
a las casas vacías con la intención de robar serán
fusilados.”
En Kiev, capital de Ucraniana, vivían entonces
unos 150 mil judíos. Muchos lograron escapar
y otros se enlistaron al Ejército Rojo. Los que se
quedaron creían que esto sería el principio de su
deportación. Nadie podía pensar que el alto mando
alemán había decidido su liquidación. Así empezó
el más grande asesinato en masa en la historia de la
segunda guerra mundial. El fusilamiento duró dos
días, el 29 y 30 de septiembre de 1941. La gente fue
llevada en grupos a las previamente cavadas zanjas
y fusilados al momento. El reporte enviado el día
siguiente a Berlín indicaba, con precisión alemana,
la cantidad de fusilados: 33,771. El lugar, una
barranca, a las orillas de la ciudad, al lado de dos
cementerios uno cristiano-ortodoxo y el otro judío
que se llamaba Babi Yar. El 30 de septiembre de 1941
-día marcado por la historia- fue un día precioso,
lleno de sol de otoño... ¡era Yom Kipur!
Desde el principio de la campaña nazi, en el
frente oriental, atrás de las tropas de Wehrmacht
del ejército, llegaban grupos especiales llamados
Einsatzgruppen. Tenían la tarea de ´limpiar´ el terreno
de los “enemigos del Reich” -comunistas, partisanos
y especialmente judíos. Estos destacamentos (con
la ayuda de la policía) efectuaron sistemáticas ejecuciones
en todas las ciudades y aldeas ucranianas.
Pero nunca antes se encontraron con una Comunidad
Judía tan numerosa. La masacre en Babi Yar es
un parteaguas en la historia de la segunda guerra
mundial y especialmente en la historia de la Shoá.
Fue por primera vez cuando las tropas alemanas
llegaron a cometer un asesinato masivo de esta
magnitud. Para la operación en Kiev se suministró
una especial dotación de cien mil balas adicionales,
según la estimada necesidad de dos balas por cada
judío. La masiva ejecución fue a la vez un “test” ya
que era necesario probar la posibilidad de guardar
en secreto una acción de este tipo. Sobre el lugar
volaron constantemente a baja altura dos aviones
para que el ruido cubriera los disparos. La mayoría
de los habitantes de Kiev pensaron al principio que
los judíos habían sido transportados a otro lugar.
Los medios informativos no se enteraron de
la masacre y el mundo estaba más preocupado
por el avance de las tropas alemanas hacia Moscú.
Todo esto sirvió de aliento al comando alemán en
los siguientes planes de exterminio. Había algunos
problemas del lado alemán con los no se contaba:
algunos de estos rudos y cínicos hombres, de los
grupos operacionales de los Waffen SS, empezaron
a mostrar problemas. Se encontraron varias cartas
donde se quejaban que ellos fueron obligados a fusilar
y a matar a los enemigos. Decían que en el frente
no hay otra posibilidad. Unos fueron miembros de
los grupos de ejecuciones,
quienes liquidaron
a los judíos, comunistas,
partisanos, soldados. Éstos,
escriben, fueron los
“enemigos del Reich” pero
ahora tenían que disparar a
los viejos, mujeres y niños,
a pesar que estos sólo eran
judíos.
Las cartas demuestran que, para
algunos, la matanza no era muy agradable y así nos
imaginamos cómo sucedió la carnicería que duró dos
días. Diferente crítica llegó de otro lado. Se objetó,
cínicamente, que no era económico desperdiciar
la munición de esa manera, cuando se necesitaba
en el frente de batalla. El comando alemán empezó
así estudiar otras formas de exterminio más económicas,
anónimas y efectivas, camino que llevó
a las cámaras de gas.
La ocupación de Kiev duró más de cien semanas.
Durante este tiempo Babi Yar fue el lugar de
muchos otros asesinatos masivos. Otros 60
mil judíos fueron ahí fusilados. También
gitanos, prisioneros de guerra, ucranianos,
rusos, y partisanos. Las estimaciones
indican que ahí fueron aniquilados de
esta forma primitiva, más de 200 mil
personas. El tiempo se terminaba,
después de la guerra el sitio de esta
tragedia cayó en el olvido. A Stalin y
su política antisemita no le parecía
conveniente recordarlo. La historia
ofi cial soviética se centraba más
en mostrar las glorias y victorias
de la Gran Guerra Patriótica.
Mencionar la tragedia de los
judíos era simplemente inconveniente
y fuera del lugar. Algunos
intentos de levantar
un monumento en el lugar
fracasaron. A finales de los
años 50 se construyó en el lugar una
presa que estuvo mal construida y en un año se
derrumbó, el agua y el lodo inundaron la parte
de norte de Kiev. La presa no se renovó y el lugar
de las tumbas masivas desapareció. Más tarde se
creo un parque urbano. Lo que siguió después nos
muestra lo caprichoso y paradójico de la historia.
Gracias al derrumbe de la presa y a las consiguientes
inundaciones, al lugar fue un respetado y conocido
poeta soviético, Evgeniy Evtushenko, quien se
enteró de lo que ahí había pasado. Evtushenko era
en ese tiempo vocero del Komsomol (Juventud
Comunista) y pudo permitirse lo que a otros no.
Así es probable que allí ocurrió la metamorfosis del
poeta disidente. Escribió un poema, que nació de su
corazón y que llegó a expandirse rápidamente por
el mundo entero. Tenía doble efecto, dio a conocer
la bestial masacre y abrió por primera vez la puerta
a una discusión sobre la segunda guerra mundial y
la posición ofi cial sobre este tipo de tragedias y la
masacre de los judíos.
Un año más tarde, otro soviético famoso, el
compositor Dimitriy Shostakovich compuso una
sinfonía al tema de Babi Yar. Todo indicaba que
esta Sinfonía No. 13 de Sostakovich nunca sería
presentada. Fueron diversas las razones para su pro-
Recordemos hoy y por siempre
La barranca
de Babi Yar
lugar de la
masacre.
Paul Blobel,
Comandante de la
operación Baby
Yar y de otras
masacres en
Ucrania.
9 de shvat de 5767
hibición: Evtushenko,
en ese tiempo ya no gozaba
de las simpatías ofi ciales y él mismo se
encontraba fuera de la línea del Partido Comunista.
Otras voces criticaban que en el poema de
Evtushenko y en la Sinfonía de Sostakovich no se
mencionan las penurias y la tragedia del pueblo
soviético. Finalmente la Sinfonía 13 de Sostakovich
se presentó en otras circunstancias y bajo
otro director. Su éxito fue inmediato por el lado
artístico y político a pesar que tras bambalinas
siguió la discusión. El monumento en Babi Yar
fue levantado hasta el año de 1976 en el duro
régimen neostalinista de Leonid Breznev. Por
esto no sorprende su bombástica concepción y
tampoco que no mencione la tragedia judía. Un
monumento, un tanto simbólico y mucho más
pequeño fue colocado en el otro lado del parque
hace poco tiempo. Pasaron sesenta y cinco años,
no hay lápidas, ni tumbas, tampoco testigos, ni
victimarios. Lo único que queda es el recuerdo y
el nombre Babi Yar.
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