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Día Internacional del - Centro Deportivo Israelita

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El complejo<br />

El l complejo Auschwitz-Birkenau<br />

fue abierto en abril<br />

de 1940. El motivo<br />

de la elección <strong>del</strong> lugar para la apertura de este<br />

centro de concentración y ejecución masiva fue<br />

que los nazis consideraron que la red ferroviaria<br />

de Cracovia facilitaría el transporte de las víctimas<br />

hasta el sitio; en 1941 llegaron los primeros presos<br />

políticos y prisioneros de guerra soviéticos, y a<br />

partir <strong>del</strong> verano de 1942 Auschwitz se convierte<br />

en el campo de reclusión y muerte destinado a<br />

“la solución fi nal <strong>del</strong> problema judío” pregonada<br />

por Berlín.<br />

El 4 de abril de 1944 los aviones aliados que<br />

sobrevolaron Auschwitz se abstuvieron de bombardear<br />

el campo de concentración y exterminio<br />

con el argumento de las difi cultades logísticas que<br />

tal acción implicaba. Sin embargo, al terminar la<br />

<strong>Día</strong> <strong>Internacional</strong> <strong>del</strong><br />

Nunca jamás ...<br />

2007 es el segundo año en que se conmemora<br />

el “<strong>Día</strong> <strong>del</strong> Holocausto”, fechado el 27 de enero<br />

por la Organización de las Naciones Unidas con<br />

motivo <strong>del</strong> aniversario de la liberación <strong>del</strong> campo<br />

de concentración en Auschwitz, Polonia, el 27 de<br />

Enero de 1945.<br />

La razón por la que la ONU declaró tal conmemoración<br />

en esta fecha, es que la comunidad<br />

internacional se mantenga alerta y realice esfuerzos<br />

para evitar la repetición de amenazas de genocidio<br />

y destrucción como la que ocurrió contra el Pueblo<br />

Judío antes de mediar el siglo XX.<br />

En este año, la conmemoración <strong>del</strong> <strong>Día</strong> <strong>del</strong><br />

Holocausto es particularmente importante dado<br />

el entorno internacional en el que se llevará a cabo.<br />

Bastaría con recordar que antes de completarse los<br />

24 meses desde la resolución de la ONU, el 11 y 12<br />

de diciembre de 2006, la República Islámica de Irán,<br />

en su reiterado esfuerzo por “desaparecer <strong>del</strong> mapa”<br />

al Estado de Israel, organizó un foro en el que puso<br />

en duda la veracidad <strong>del</strong><br />

Holocausto. La pasividad<br />

internacional frente<br />

a este tipo de acciones<br />

es preocupante y hace<br />

pensar que la humanidad<br />

no tiene conciencia<br />

histórica.<br />

Pero no sólo es Irán.<br />

Los brotes de racismo e<br />

intolerancia que atestiguamos<br />

diariamente<br />

a través de los medios<br />

de comunicación, no<br />

únicamente contra el<br />

Pueblo Judío, sino contra<br />

grupos minoritarios<br />

de todo tipo, son una<br />

prueba preocupante de<br />

que el ser humano no<br />

guerra, Zygelboim denunció, antes de suicidarse,<br />

que la responsabilidad de la masacre pesaba sobre<br />

los perpetradores alemanes y sobre los gobiernos<br />

que no hicieron frente al asesinato y la tortura de<br />

un pueblo carente de recursos de defensa.<br />

Los judíos que lograron escapar de “la solución<br />

fi nal” continuaron sufriendo de la discriminación<br />

y el desinterés por parte de la comunidad internacional,<br />

recordemos en este sentido la política<br />

Suplemento Especial<br />

ha alcanzado la madurez, y de que ésta no llegará<br />

mientras no se comprenda cabalmente la historia.<br />

Es necesario repetir, aunque se haya vuelto una<br />

perogrullada, que los pueblos que no conozcan su<br />

historia están destinados a repetir sus errores, y<br />

en este sentido, debemos ver a la especie humana<br />

como a un gran pueblo, una de cuyas riquezas es<br />

la diversidad.<br />

El Pueblo Judío es depositario de experiencias<br />

de las que la humanidad entera se debería valer<br />

para lograr una sana comprensión de sí misma,<br />

en donde la aceptación <strong>del</strong> otro, <strong>del</strong> diferente, sea<br />

una regla sinnequa non sería posible el desarrollo<br />

humano. Auschwitz, y las vidas perdidas en ese<br />

lugar, no deben ser olvidados.<br />

Desafortunadamente, seguimos siendo testigos<br />

de cientos de hechos en relación a la intolerancia<br />

como en los peores años <strong>del</strong> nazismo. Como la triste<br />

noticia que recorrió el mundo acerca <strong>del</strong> apoyo que<br />

el Partido Nacional Democrático (nazi) brindó<br />

27 de enero<br />

de 1945:<br />

La liberación<br />

de Auschwitz.<br />

a la selección nacional<br />

iraní con el lema “Dos<br />

pueblos, un enemigo<br />

común”, en referencia<br />

al Estado de Israel; los<br />

ejemplos, desafortunadamente<br />

son cada vez<br />

más numerosos.<br />

El <strong>Día</strong> <strong>del</strong> Holocausto<br />

es, sin duda, una de<br />

las fechas más importantes<br />

<strong>del</strong> calendario<br />

cívico internacional en<br />

nuestros días, una oportunidad<br />

para recordar y<br />

para evitar que se repita<br />

el genocidio, la destrucción<br />

<strong>del</strong> otro con el argumento<br />

irracional de<br />

la diferencia.<br />

colonial británica en Palestina, que limitó al mínimo<br />

el arribo de refugiados. En enero de 1945 el Ejército<br />

Rojo ocupó fi nalmente Varsovia (17 de enero) y diez<br />

días después liberó Auschwitz. Para seis millones<br />

de judíos que perecieron ahí y en otros lugares de<br />

Europa especialmente diseñados para exterminarlos,<br />

ya era tarde, por ello la importancia de conmemorar<br />

la liberación de Auschwitz: La memoria nunca debe<br />

permitir que el genocidio se repita.


16<br />

SUPLEMENTO ESPECIAL<br />

Babi Yar<br />

Bedrich Steiner<br />

Apenas diez días después de que los<br />

alemanes conquistaron la ciudad de<br />

Kiev aparecieron en medio de la destruida<br />

ciudad carteles en alemán, ruso<br />

y ucraniano que anunciaban: “Todos los judíos de<br />

la ciudad de Kiev están obligados presentarse el<br />

lunes 29 de septiembre a las ocho de la mañana<br />

en la esquina de la calle Melnikova y Dokterievska<br />

al lado <strong>del</strong> cementerio. Traerán sus documentos,<br />

dinero, valores, ropa caliente y ropa interior. Quien<br />

no obedezca esta orden será detenido y fusilado<br />

al instante. Los demás ciudadanos que penetren<br />

a las casas vacías con la intención de robar serán<br />

fusilados.”<br />

En Kiev, capital de Ucraniana, vivían entonces<br />

unos 150 mil judíos. Muchos lograron escapar<br />

y otros se enlistaron al Ejército Rojo. Los que se<br />

quedaron creían que esto sería el principio de su<br />

deportación. Nadie podía pensar que el alto mando<br />

alemán había decidido su liquidación. Así empezó<br />

el más grande asesinato en masa en la historia de la<br />

segunda guerra mundial. El fusilamiento duró dos<br />

días, el 29 y 30 de septiembre de 1941. La gente fue<br />

llevada en grupos a las previamente cavadas zanjas<br />

y fusilados al momento. El reporte enviado el día<br />

siguiente a Berlín indicaba, con precisión alemana,<br />

la cantidad de fusilados: 33,771. El lugar, una<br />

barranca, a las orillas de la ciudad, al lado de dos<br />

cementerios uno cristiano-ortodoxo y el otro judío<br />

que se llamaba Babi Yar. El 30 de septiembre de 1941<br />

-día marcado por la historia- fue un día precioso,<br />

lleno de sol de otoño... ¡era Yom Kipur!<br />

Desde el principio de la campaña nazi, en el<br />

frente oriental, atrás de las tropas de Wehrmacht<br />

<strong>del</strong> ejército, llegaban grupos especiales llamados<br />

Einsatzgruppen. Tenían la tarea de ´limpiar´ el terreno<br />

de los “enemigos <strong>del</strong> Reich” -comunistas, partisanos<br />

y especialmente judíos. Estos destacamentos (con<br />

la ayuda de la policía) efectuaron sistemáticas ejecuciones<br />

en todas las ciudades y aldeas ucranianas.<br />

Pero nunca antes se encontraron con una Comunidad<br />

Judía tan numerosa. La masacre en Babi Yar es<br />

un parteaguas en la historia de la segunda guerra<br />

mundial y especialmente en la historia de la Shoá.<br />

Fue por primera vez cuando las tropas alemanas<br />

llegaron a cometer un asesinato masivo de esta<br />

magnitud. Para la operación en Kiev se suministró<br />

una especial dotación de cien mil balas adicionales,<br />

según la estimada necesidad de dos balas por cada<br />

judío. La masiva ejecución fue a la vez un “test” ya<br />

que era necesario probar la posibilidad de guardar<br />

en secreto una acción de este tipo. Sobre el lugar<br />

volaron constantemente a baja altura dos aviones<br />

para que el ruido cubriera los disparos. La mayoría<br />

de los habitantes de Kiev pensaron al principio que<br />

los judíos habían sido transportados a otro lugar.<br />

Los medios informativos no se enteraron de<br />

la masacre y el mundo estaba más preocupado<br />

por el avance de las tropas alemanas hacia Moscú.<br />

Todo esto sirvió de aliento al comando alemán en<br />

los siguientes planes de exterminio. Había algunos<br />

problemas <strong>del</strong> lado alemán con los no se contaba:<br />

algunos de estos rudos y cínicos hombres, de los<br />

grupos operacionales de los Waffen SS, empezaron<br />

a mostrar problemas. Se encontraron varias cartas<br />

donde se quejaban que ellos fueron obligados a fusilar<br />

y a matar a los enemigos. Decían que en el frente<br />

no hay otra posibilidad. Unos fueron miembros de<br />

los grupos de ejecuciones,<br />

quienes liquidaron<br />

a los judíos, comunistas,<br />

partisanos, soldados. Éstos,<br />

escriben, fueron los<br />

“enemigos <strong>del</strong> Reich” pero<br />

ahora tenían que disparar a<br />

los viejos, mujeres y niños,<br />

a pesar que estos sólo eran<br />

judíos.<br />

Las cartas demuestran que, para<br />

algunos, la matanza no era muy agradable y así nos<br />

imaginamos cómo sucedió la carnicería que duró dos<br />

días. Diferente crítica llegó de otro lado. Se objetó,<br />

cínicamente, que no era económico desperdiciar<br />

la munición de esa manera, cuando se necesitaba<br />

en el frente de batalla. El comando alemán empezó<br />

así estudiar otras formas de exterminio más económicas,<br />

anónimas y efectivas, camino que llevó<br />

a las cámaras de gas.<br />

La ocupación de Kiev duró más de cien semanas.<br />

Durante este tiempo Babi Yar fue el lugar de<br />

muchos otros asesinatos masivos. Otros 60<br />

mil judíos fueron ahí fusilados. También<br />

gitanos, prisioneros de guerra, ucranianos,<br />

rusos, y partisanos. Las estimaciones<br />

indican que ahí fueron aniquilados de<br />

esta forma primitiva, más de 200 mil<br />

personas. El tiempo se terminaba,<br />

después de la guerra el sitio de esta<br />

tragedia cayó en el olvido. A Stalin y<br />

su política antisemita no le parecía<br />

conveniente recordarlo. La historia<br />

ofi cial soviética se centraba más<br />

en mostrar las glorias y victorias<br />

de la Gran Guerra Patriótica.<br />

Mencionar la tragedia de los<br />

judíos era simplemente inconveniente<br />

y fuera <strong>del</strong> lugar. Algunos<br />

intentos de levantar<br />

un monumento en el lugar<br />

fracasaron. A finales de los<br />

años 50 se construyó en el lugar una<br />

presa que estuvo mal construida y en un año se<br />

derrumbó, el agua y el lodo inundaron la parte<br />

de norte de Kiev. La presa no se renovó y el lugar<br />

de las tumbas masivas desapareció. Más tarde se<br />

creo un parque urbano. Lo que siguió después nos<br />

muestra lo caprichoso y paradójico de la historia.<br />

Gracias al derrumbe de la presa y a las consiguientes<br />

inundaciones, al lugar fue un respetado y conocido<br />

poeta soviético, Evgeniy Evtushenko, quien se<br />

enteró de lo que ahí había pasado. Evtushenko era<br />

en ese tiempo vocero <strong>del</strong> Komsomol (Juventud<br />

Comunista) y pudo permitirse lo que a otros no.<br />

Así es probable que allí ocurrió la metamorfosis <strong>del</strong><br />

poeta disidente. Escribió un poema, que nació de su<br />

corazón y que llegó a expandirse rápidamente por<br />

el mundo entero. Tenía doble efecto, dio a conocer<br />

la bestial masacre y abrió por primera vez la puerta<br />

a una discusión sobre la segunda guerra mundial y<br />

la posición ofi cial sobre este tipo de tragedias y la<br />

masacre de los judíos.<br />

Un año más tarde, otro soviético famoso, el<br />

compositor Dimitriy Shostakovich compuso una<br />

sinfonía al tema de Babi Yar. Todo indicaba que<br />

esta Sinfonía No. 13 de Sostakovich nunca sería<br />

presentada. Fueron diversas las razones para su pro-<br />

Recordemos hoy y por siempre<br />

La barranca<br />

de Babi Yar<br />

lugar de la<br />

masacre.<br />

Paul Blobel,<br />

Comandante de la<br />

operación Baby<br />

Yar y de otras<br />

masacres en<br />

Ucrania.<br />

9 de shvat de 5767<br />

hibición: Evtushenko,<br />

en ese tiempo ya no gozaba<br />

de las simpatías ofi ciales y él mismo se<br />

encontraba fuera de la línea <strong>del</strong> Partido Comunista.<br />

Otras voces criticaban que en el poema de<br />

Evtushenko y en la Sinfonía de Sostakovich no se<br />

mencionan las penurias y la tragedia <strong>del</strong> pueblo<br />

soviético. Finalmente la Sinfonía 13 de Sostakovich<br />

se presentó en otras circunstancias y bajo<br />

otro director. Su éxito fue inmediato por el lado<br />

artístico y político a pesar que tras bambalinas<br />

siguió la discusión. El monumento en Babi Yar<br />

fue levantado hasta el año de 1976 en el duro<br />

régimen neostalinista de Leonid Breznev. Por<br />

esto no sorprende su bombástica concepción y<br />

tampoco que no mencione la tragedia judía. Un<br />

monumento, un tanto simbólico y mucho más<br />

pequeño fue colocado en el otro lado <strong>del</strong> parque<br />

hace poco tiempo. Pasaron sesenta y cinco años,<br />

no hay lápidas, ni tumbas, tampoco testigos, ni<br />

victimarios. Lo único que queda es el recuerdo y<br />

el nombre Babi Yar.<br />

<strong>Día</strong> <strong>Internacional</strong> de Conmemoración Anual en www.cdi.org.mx<br />

Memoria de las Víctimas <strong>del</strong> Holocausto 27 de enero


28 de enero de 2007<br />

Babi Yar *<br />

Evgeniy Evtushenko<br />

No cabe lápida en Babi Yar<br />

Ni piedra bruta en las tumbas,<br />

Lástima.<br />

Hoy viejo soy, cien años, hasta más<br />

Como el Pueblo Hebreo.<br />

Soy uno de ellos,<br />

de la misma estirpe<br />

soy igual que el yebrey.<br />

Me arrastro por los muros de Egipto,<br />

Me muero en la cruz,<br />

Llagas tengo en el cuerpo<br />

al nombre Dreyfus respondo<br />

Filisteo como amo tengo,<br />

soy preso, cercado por doquier<br />

casado como animal,<br />

maldecido y escupido<br />

y las damas encajadas,<br />

se sirven de sombrillas,<br />

me pegan.<br />

La sangre corre<br />

el Don se llena, inunda la comarca,<br />

la risa corre por el restauran.<br />

Yo soy el chiquilín de Bialostock<br />

la sangre corre<br />

y el aire huele a vodka con cebolla,<br />

las patadas no las cuento<br />

ni gritos<br />

Peguen al Judío,<br />

Salven a la Rus<br />

Algún mercader pega a mi madre<br />

¡Oy mi pobre pueblo ruso!<br />

*Traducción libre de Bedrich Steiner.<br />

Sin memoria<br />

es imposible<br />

construir<br />

un futuro<br />

Raúl Czacki<br />

El 27 de enero fue designado como el<br />

día internacional de conmemoración<br />

de las víctimas <strong>del</strong> Holocausto.<br />

Un día en recuerdo de las millones de<br />

víctimas inocentes <strong>del</strong> crimen más atroz que ha<br />

presenciado la humanidad es necesario, aunque<br />

no debe limitarse a una sola fecha específi ca, sino<br />

que debe recordarse todos los días.<br />

Es necesario tener siempre en mente la atrocidad<br />

diez, cien, mil y un millón de veces cada<br />

día, especialmente ahora que, desde diversos<br />

lugares <strong>del</strong> planeta, se intenta negar la existencia<br />

<strong>del</strong> crimen, cuando comienzan a volverse más<br />

numerosos los neofascistas y cada vez hay más<br />

personas desinformadas que no tiene ningún<br />

interés en conocer la verdad de los hechos ni les<br />

importa, o incluso lo desea, que un genocidio<br />

como el que la humanidad vivió durante la primera<br />

mitad <strong>del</strong> siglo XX se repita.<br />

El peligro de que suceda nuevamente un<br />

genocidio está latente en todo el mundo, y es<br />

responsabilidad <strong>del</strong> género humano, de todos,<br />

evitarlo y combatirlo desde la trinchera desde la<br />

que cada individuo vive cotidianamente.<br />

Recordar es fundamental para preservar el<br />

honor de nuestros muertos y el de las generaciones<br />

contemporáneas y futuras.<br />

Silvia Cherem<br />

www.cdi.org.mx<br />

SUPLEMENTO ESPECIAL<br />

Fallece “Chiki” Weisz<br />

acosado por sus recuerdos<br />

El fotógrafo Emerico<br />

(Chiki) Weisz, quien<br />

durante 61 años fuera<br />

esposo de la pintora<br />

surrealista Leonora Carrington,<br />

falleció el domingo 14 de enero<br />

a las siete de la noche, al decidir<br />

cerrar los ojos a sus 95 años, tras<br />

padecer una enfermedad renal que<br />

lo constriñó en su hogar durante<br />

los últimos años.<br />

Weisz Schwarz, cuyos apellidos<br />

en alemán signifi can blanco y negro, nació en Budapest,<br />

Hungría, el 21 de octubre de 1911 y su vida estuvo<br />

determinada por su nombre desde el origen. La Primera<br />

Guerra Mundial lo dejó sin padre y la Segunda<br />

lo condenó a un mutismo y un encierro voluntario por<br />

el resto de sus días. Lo negro, lo oscuro de la violencia<br />

humana lo marginó y con una amnesia <strong>del</strong>iberada<br />

acalló casi todo su pasado.<br />

Lo poco que se sabe de su vida, son esbozos que<br />

algún día narró a Gabriel y Pablo, los dos hijos que<br />

tuvo con Leonora Carrington.<br />

“Sólo a tirabuzones le sacábamos detalles”, señala<br />

Pablo, médico patólogo que radica en Richmond,<br />

Virginia.<br />

La historia se remonta a su infancia de orfandad.<br />

Abraham Armin Weisz, su padre, talabartero de profesión,<br />

cayó de un caballo que transportaba cañones<br />

durante la Primera Guerra Mundial, se infectó con el<br />

estiércol <strong>del</strong> animal, y murió dejando en la orfandad<br />

a cuatro hijos. El menor era Chiki. Su madre, sin<br />

dinero, optó por mandar al pequeño de cuatro años<br />

a un orfanatorio.<br />

“Esa separación y la sensación de abandono lo<br />

marcarían para siempre. Jamás quiso salir de México,<br />

se encerró en sus fantasmas. Yo llevo 33 años viviendo<br />

fuera de México y jamás vino a visitarme. Decía<br />

que no tenía pasaporte. Hoy sé que no era cierto. Lo<br />

renovaba continuamente, pero por la sombra <strong>del</strong><br />

nazismo jamás se atrevió a dar un paso fuera de su<br />

hogar”, lamenta Pablo.<br />

En 1931, al salir <strong>del</strong> hospicio húngaro, Chiki quiso<br />

estudiar ingeniería, pero fue rechazado por ser judío.<br />

Con Ernö Andrei Friedman, dos años menor y también<br />

judío, quien llegaría a ser el más famoso corresponsal<br />

de guerra <strong>del</strong> siglo XX cuando adoptó el pseudónimo<br />

de Robert Capa, decidió abandonar la turbulenta<br />

Hungría, envuelta en odios antisemitas.<br />

A pie, sin dinero, Capa y Chiki llegaron a Berlín.<br />

Cuando en 1933 Adolf Hitler subió al poder, también<br />

caminando alcanzaron París donde conocieron al fotógrafo<br />

David Seymour quien les consiguió trabajo como<br />

reporteros gráfi cos en la revista Regards, para cubrir<br />

las movilizaciones <strong>del</strong> Frente Popular español.<br />

En julio de 1936, al estallar la Guerra Civil Española,<br />

empeñados en presenciar la lucha antifascista y<br />

solidarios con la causa republicana, se trasladaron al<br />

frente. Junto con Maurice Ochshorn, también fotógrafo,<br />

estuvieron en los principales frentes de combate,<br />

desde los inicios de la guerra en Madrid, hasta la<br />

retirada en Cataluña.<br />

“Muchas de las fotos de la Guerra Civil, que se<br />

adjudican a Capa, fueron producto <strong>del</strong> trabajo conjunto<br />

de los tres amigos. Mi padre nunca quiso reclamar<br />

ningún crédito. Adoraba a Capa, sobre todo porque<br />

le ayudó a escapar a México”, afi rma Gabriel Weisz,<br />

poeta.<br />

En 1940, Emerico Weisz regresa a París, donde trabajó<br />

para Magnum, la compañía fundada por Capa.<br />

“Contaba que vivía en el mismo edifi cio de Picasso<br />

y que como no había secadora de fotos, todas<br />

sus reproducciones las colocaba en el vidrio de las<br />

ventanas y luego tenía que recogerlas <strong>del</strong> patio en el<br />

que se desparramaban”, recuerdan sus hijos.<br />

El régimen de Vichy perseguía a los refugiados<br />

de la guerra civil española en Francia y Weisz fue<br />

apresado en 1940. Tras varios meses de encierro en un<br />

campo de concentración francés en Marruecos, logró<br />

escapar para ocultarse en Marsella. Ahí se relaciona<br />

Esposo de Leonora<br />

Carrington, Chiki vivió<br />

atrapado, como en sus<br />

fotografías, en una vida en<br />

blanco y negro: en vilo hasta<br />

los 95 años disfrutó de salud<br />

y arte, pero jamás logró<br />

liberarse de la negra sombra<br />

<strong>del</strong> Holocausto...<br />

con refugiados surrealistas,<br />

entre los que conoce al<br />

poeta Benjamín Peret y la<br />

pintora Remedios Varo.<br />

Capa consigue un<br />

permiso a través <strong>del</strong> ex<br />

presidente Lázaro Cárdenas<br />

para que Chiki viaje<br />

a México, le da dinero y<br />

así logra embarcarse en<br />

el “Serpa Pinto”, el último<br />

barco que salió de Europa<br />

rumbo a América. Viajó juntó con Peret y Varo, y llegó<br />

a Veracruz el 1 de octubre de 1942.<br />

“Llegó sin equipaje. Sólo traía consigo un cepillo<br />

de dientes, un abrigo y un documento falso que<br />

aseguraba que él no era húngaro, porque México no<br />

tenía relaciones con ese país”, apunta Pablo.<br />

Para poder comenzar a trabajar, consiguió su<br />

primera cámara con el apoyo de una organización<br />

judía. Senya Flechine y Mollie Steimer, judíos rusos<br />

hermanados bajo el acrónimo Semo, quienes fotografi<br />

aban entonces a las luminarias <strong>del</strong> cine mexicano,<br />

a los muralistas, escritores y políticos, le prestaron<br />

además su estudio y su laboratorio para iniciarse en<br />

la fotografía.<br />

En 1944, en una reunión en casa de Katy y José<br />

Horna, Chiki conoció a Leonora Carrington, quien<br />

vivía con Remedios y Peret, en la calle de Gabino<br />

Barreda.<br />

“Mi madre estaba entonces casada con Renato<br />

Leduc, quien la ayudó a escapar de España, y bajo<br />

mutuo acuerdo se separaron. Muy pronto se unió<br />

con mi papá y duraron 61 años bajo el mismo techo,<br />

hasta su muerte el domingo”, señala Pablo.<br />

El grupo de refugiados se reunía a menudo en la<br />

Colonia Roma, y a los surrealistas se unieron republicanos<br />

españoles como Gerardo Lizárraga, pintores<br />

como Gunther Gerszo, fotógrafos como Maurice<br />

Ochshorn, y la misma Katy Horna, a quien Chiki<br />

conocía desde Hungría.<br />

En México, Emerico Weisz hizo su vida: se casó, fue<br />

fotógrafo de prensa, tuvo a sus hijos y decidió nunca<br />

más partir. Trabajó en la Revista Hola, el Núcleo Radio<br />

Mil, la XEW, el Club Rotario, la compañía Hérdez y en<br />

los eventos especiales de Emilio Azcárraga Vidaurreta.<br />

Instaló su cuarto oscuro en su propia casa en la calle<br />

de Chihuahua y ahí fue atesorando en el silencio sus<br />

recuerdos que incluían fotografías con Cantinfl as y<br />

María Félix.<br />

“Chiki fue un hombre muy hermético. Lo recuerdo<br />

como un padre ejemplar. Nos llevaba a andar en bici,<br />

al Parque México, nos leía cuentos y era él quien nos<br />

revisaba las tareas. El resto <strong>del</strong> tiempo se encerraba<br />

en su laboratorio, trabajando de sol a sol, escuchando<br />

Radio Universidad”, recuerda Pablo.<br />

En los ochenta su vista se deterioró y se quedó<br />

sin trabajo. Ese fue el principio <strong>del</strong> fi n. “Lo que más<br />

le dolió es no tener qué hacer”, señala su hijo.<br />

Sus últimos años los pasó en silencio, frente al<br />

televisor. No hablaba ni siquiera con Leonora. El<br />

domingo, después de padecer una seria retención de<br />

líquidos, dejó de respirar. Ese día, Chiki, quien jamás<br />

se atrevía a hablar de la muerte, dijo al terminar de<br />

comer: “¡Nunca pensé que sería tan difícil llegar al<br />

fi nal!”<br />

Fue enterrado en el Panteón <strong>Israelita</strong>, rodeado sólo<br />

de contados amigos, su mujer Leonora Carrington y<br />

sus hijos. En su lápida se escribirá en hebreo: “Esto<br />

también pasará...” y una poesía de Gabriel Weisz: “Las<br />

voces de tus ancestros te cantaron/ durante la dudosa<br />

identidad de la muerte./ Este largo camino llegó a su<br />

fi n./ Te cubren las ropas de piel, de tela, de madera,<br />

de tierra y cemento./ En nuestra mente se viste la<br />

fi gura de tu presencia/ durante la dudosa identidad<br />

de la vida.”<br />

Artículo publicado el miércoles 17 de enero de 2007 en el<br />

Periódico Reforma.<br />

17


18<br />

SUPLEMENTO ESPECIAL<br />

El canto de<br />

Katzenelson<br />

Peter Katz<br />

a mis manos una de las muchas<br />

historias de memorias, recuerdos de un<br />

judío polaco durante los terribles años<br />

Llegó<br />

de 1939-1946. Fueron años terribles de<br />

destrucción sistemática de los judíos en Polonia,<br />

en Ukrania, en Bielorrusia, en Hungría... en toda la<br />

Europa ocupada por los alemanes. En otros países,<br />

hubo sufi ciente colaboración de la población local<br />

para asesinar judíos, como lo hacían los alemanes<br />

pero sin ayuda de ellos: Lituania, Eslovaquia, Croacia,<br />

Serbia y Rumania. En forma más sutil, fueron<br />

arrestados judíos por las autoridades francesas<br />

y luego entregados a los alemanes, quienes los<br />

deportaron ipso facto a Auschwitz.<br />

Iztjak Katzenelson, quien escribió en idish, su<br />

idioma materno, es autor de una serie de versos<br />

que sirven de base a la historia que comentaba en el<br />

primer párrafo de este trabajo. Katzenelson, nació<br />

en 1886 en Karelitz, Bielorrusia. Publicó poesía en<br />

Lodzc, Polonia, ciudad en la que radicó gran parte<br />

de su vida. Una semana después de que empezó la<br />

guerra, el 8 de septiembre de 1939, los alemanes<br />

ocupan Lodzc. Comienza el horror, no solamente<br />

para Katzenelson, sino para todos los judíos en<br />

Polonia, empieza lo que llamamos el Jurban, la<br />

destrucción, el Holocausto o la Shoá. La tragedia<br />

<strong>del</strong> Pueblo Judío en pleno siglo XX.<br />

El valor de los relatos que sobrevivieron, que<br />

existen todavía físicamente, los papeles, libretas,<br />

hojas sueltas y cuadernos, son nuestra memoria.<br />

Son por lo tanto sagrados. Son muy pocos los que<br />

se preservan, de milagro, en las grietas de algunos<br />

pisos de madera, en buhardillas y en las ruinas de<br />

los ghettos. Un documento escrito es una comprobación<br />

histórica. El escrito es sí un testigo de la<br />

historia. Los que ya no están, se quemaron junto<br />

con sus autores.<br />

La destrucción <strong>del</strong> judaísmo polaco alcanzó a<br />

noventa y cinco por ciento de su población. Los<br />

alemanes arrasaron con casi todo, y lo poco que<br />

dejaron fue vandalizado por los polacos. En Polonia,<br />

hogar de tres millones y medio de judíos, de<br />

eruditos, de activistas comunitarios, de profesores,<br />

Rabinos, médicos, directores de teatro, actores,<br />

músicos, cantantes Jazanim, rabonim, todos fueron<br />

masacrados con todo y su público.<br />

Las sinagogas quemadas con todo y sus Mitpalelim,<br />

dentro de sus muros. Los muertos fueron<br />

obligados a desvestirse y a cavar sus propias<br />

tumbas, los cementerios desacralizados y luego<br />

demolidos, entre ellos el de Cracovia, el segundo<br />

en extensión después <strong>del</strong> Cementerio de Varsovia,<br />

cuyas lápidas fueron hechas añicos. Las mujeres<br />

llenas de vergüenza, totalmente desnudas, fueron<br />

obligadas a marchar hacía las “regaderas” que en<br />

realidad eran ductos de los que emanaban el gas<br />

Ziklon B.<br />

Los alemanes trataron de guardar en secreto<br />

todas estas atrocidades. Se sabía en Londres, probablemente<br />

también se sabía en Washington y en<br />

el Vaticano. Pero nadie decía nada. Todos callaban.<br />

En Londres, en 1943, se suicido ante numeroso<br />

público, un valeroso joven judío, miembro <strong>del</strong><br />

Bund, un obrero polaco que logró escapar <strong>del</strong><br />

infi erno con la ayuda de la resistencia polaca,<br />

pero de nada sirvió su sacrifi cio. El silencio seguía<br />

imperando.<br />

Los versos de Katzenelson llegan a nosotros,<br />

gracias a la Editorial Herder, de Barcelona. La<br />

traducción al español es de Eliahu Tocker, un judío<br />

argentino. La edición es de 2006. Los judíos, en<br />

una época antes de la reconquista, enriquecieron<br />

a España, a Sefarad. Hoy España enriquece a los<br />

lectores hispanoparlantes.<br />

Escribe Katzenelson:<br />

En cuanto estalló la Guerra<br />

Hitleriana,<br />

en cuanto los bárbaros germanos<br />

irrumpieron en Polonia,<br />

los judíos abandonaron ciudades<br />

y villorrios<br />

no quedó ni un niño de cuna<br />

ni los que vivieron allí desde siempre,<br />

desde siglos,<br />

nadie, quedó en su lugar.<br />

Sabemos que durante los últimos días <strong>del</strong> Levantamiento<br />

<strong>del</strong> ghetto de Varsovia, <strong>del</strong> puesto de<br />

mando de los sublevados, en la Calle Mila No. 18,<br />

salió un último mensaje, por radio de onda corta,<br />

con dirección a Londres, donde estaba el Gobierno<br />

Polaco en el exilio: “Les hablamos desde Varsovia,<br />

desde el ghetto, dentro de poco tiempo, todo habrá<br />

terminado, en unos veinte minutos, tal vez en menos<br />

tiempo caerá esa última posición, nuestro puesto<br />

de mando. Les imploramos que nos manden ayuda,<br />

que bombardean nuestras posiciones, que avisen al<br />

mundo lo que está pasando aquí. Sólo quedamos<br />

un puñado de combatientes, todos los judíos han<br />

sido asesinados en Treblinka, en Majdanek, en<br />

Chelmno, Auschwitz...” Después de esto se cortó<br />

la comunicación.<br />

Lo que ya no alcanzaron a comunicar fue la<br />

descripción de la mentalidad persistente en el ghetto<br />

sublevado, donde además <strong>del</strong> dolor, de la muerte a<br />

cada instante, reinaba la frustración, la desesperación.<br />

¿Qué pasaba con el resto <strong>del</strong> mundo? ¿Con los<br />

judíos de Estados Unidos y los de Palestina? ¿Con<br />

el Papa y los hombres justos de este planeta? ¿Qué<br />

nadie podía alzar su voz ahora que el genocidio<br />

estaba terminando con los judíos de Polonia?<br />

Katzenelson se enteró de la gesta <strong>del</strong> ghetto de<br />

Varsovia en abril de 1943 y escribió:<br />

La Calle Mila está colmada de sol<br />

y de judíos.<br />

El espanto fl ota en el aire.<br />

Los que estamos, ya no pertenecemos<br />

a este mundo,<br />

éste se va deslizando bajo nuestros<br />

pies.<br />

Veo gente conocida, familiares,<br />

olvidé sus nombres,<br />

como si ya fueran muertos.<br />

¿Quién es éste? ¿Y aquél? ¿Y esta mujer<br />

con una criatura?<br />

¿Y aquella otra allí?<br />

Pero no me pregunten ¿qué?<br />

ni ¿cuándo?<br />

No me pregunten nada, no quiero<br />

volver a escuchar nunca<br />

Acerca de la Calle Mila<br />

El título <strong>del</strong> libro de Itzjak Katzenelson es El<br />

Canto <strong>del</strong> Pueblo Judío Asesinado, y pronto estará<br />

a la venta en librerías en la Ciudad de México.<br />

El manantial de escritos sobre el Holocausto se<br />

ve enriquecido con esta obra. Muy pocos sospechábamos<br />

siquiera que existieran estos versos. Estos<br />

sagrados manuscritos. Más aparecerán en el futuro.<br />

La historia, la literatura de la Shoá lo agradecerá,<br />

pues necesita de fuentes genuinas, de documentos<br />

que sirvan como testigos de esta terrible época.<br />

www.cdi.org.mx<br />

Una cínica<br />

disculpa<br />

Sioma Neiman*<br />

9 de shvat de 5767<br />

Naturei Karta es un grupo que desconoce la<br />

actividad sionista que dio nacimiento al Estado<br />

de Israel, la cual empezó con los kibutzim y<br />

terminó con la independencia y creación <strong>del</strong><br />

Estado de Israel.<br />

Alcanzar la fuerza necesaria para lograr la<br />

independencia implicó la unión de todos los<br />

grupos judíos, unión que exceptuó al grupo<br />

de fanáticos denominado Naturei Karta, cuyos<br />

integrantes no trabajan, no pagan impuestos,<br />

no participan en el ejército, ni colaboran con<br />

el Estado de Israel en virtud de que no lo reconocen<br />

porque, según su creencia, éste nació<br />

sin que hubiera llegado el Mesías. Por ello, hay<br />

que considerarlos como enemigos dentro de<br />

la propia casa.<br />

Este grupo es el que apoyó a los iraníes en<br />

la conferencia que desconoció el Holocausto,<br />

y fue recibido por el presidente de dicho país,<br />

Ahmadineyad, a quien saludaron y dieron un<br />

cordial y fuerte abrazo.<br />

Ante esta vergonzosa actuación, la protesta<br />

judía ha optado por ponerlos en jerem<br />

(excomulgar), y ellos cínicamente ofrecen una<br />

disculpa. Al ser una vergüenza para el Pueblo<br />

Judío la existencia de tan nocivo grupo, pido<br />

por favor me permitan publicar esta protesta<br />

ante la cínica disculpa que elaboraron, ya que<br />

este hecho nos avergonzó a nivel mundial.<br />

*Sobreviviente <strong>del</strong> Holocausto.

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