Grado 6, Unidad 3, Semana 1 - McGraw-Hill - Macmillan/McGraw-Hill
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135<br />
Ejercicio de palabras<br />
PALABRAS DE VOCABULARIO<br />
alegremente capataz empleado<br />
florecer rechinar regordearse<br />
satisfacer vigoroso desafío<br />
¡A representarlo! ¿Puedes hacer que adivine una<br />
palabra sin decirme nada? Vamos a turnarnos para<br />
escoger una palabra y, luego, jugaremos a las charadas<br />
o la representaremos para que el otro adivine. Podemos<br />
usar un método o el otro, según cómo resulte más fácil<br />
expresar la palabra.<br />
PALABRAS DE ORTOGRAFÍA<br />
exhalación luxación máximo<br />
anexo tórax mexicano<br />
convexo Ximena saxofón<br />
excusa extremo Xavier<br />
existir inflexión indexar<br />
No siempre suena igual. Vamos a escribir las palabras<br />
de la lista en dos columnas. En una pondremos aquellas<br />
palabras en que la x suene como j y, en la otra, las<br />
demás. Luego, por turno, las deletrearemos.<br />
(doblar aquí)<br />
© <strong>Macmillan</strong>/<strong>McGraw</strong>-<strong>Hill</strong><br />
Conexión con el hogar<br />
Queridos familiares:<br />
¿Por qué algunos cuentos son tan buenos que<br />
pueden ser narrados una y otra vez? Todas las culturas<br />
tienen fábulas que se transmiten de<br />
generación en generación. Esta<br />
semana estamos leyendo Juan<br />
Verdades, una nueva versión de un<br />
relato que ha sido contado y vuelto<br />
a contar innumerables veces en<br />
México. El ambiente es interesante,<br />
pero son los personajes y el argumento<br />
los que hacen que el cuento sea<br />
verdaderamente memorable. De hecho,<br />
el mismo relato podría estar situado en otro lugar y,<br />
si bien el efecto emocional sería diferente, el tema de<br />
la fábula no cambiaría. Estoy aprendiendo a analizar<br />
cuentos desde diferentes perspectivas.<br />
Destrezas de la semana<br />
Comprensión: Personajes, ambiente, argumento<br />
Vocabulario: Partes de las palabras: sufijos<br />
Ortografía: Palabras con x, x como j<br />
Nombre
Extraña ficción<br />
Los buenos escritores manejan el ambiente, los personajes<br />
y el argumento con mucho cuidado. Sus opciones hacen<br />
que los relatos sean divertidos e interesantes. Vamos a<br />
escoger algunas opciones al azar para escribir un cuento<br />
realmente extraño.<br />
•<br />
•<br />
Escribe una palabra para cada elemento de la lista.<br />
Luego, agregaremos nuestras propias palabras para<br />
completar el cuento.<br />
Al leerlo en voz alta, escucharemos cómo nuestras<br />
opciones cambian el relato.<br />
A. nombre femenino:<br />
B. adjetivo:<br />
C. profesión:<br />
D. ciudad:<br />
E. nombre masculino:<br />
F. verbo de acción:<br />
G. ciudad:<br />
H. adverbio:<br />
era una muy<br />
(A) (B)<br />
. Vivía en .<br />
(C) (D)<br />
Un día, se mudó al<br />
(E)<br />
lado. Él era también un vecino inusual, ya que le<br />
gustaba todos los días. Por<br />
(F)<br />
supuesto, y<br />
(A)<br />
(E)<br />
se enamoraron. Para su luna<br />
de miel viajaron a y se divirtieron<br />
(G)<br />
tanto que decidieron mudarse allí. No es preciso<br />
decir que vivieron por siempre.<br />
(H)<br />
136
Resumir<br />
Comprobar la comprensión<br />
¿Cuál es el estado de ánimo<br />
de Benny mientras viaja<br />
en dirección sudoeste al<br />
comienzo del cuento? ¿Cómo<br />
cambia a medida que avanza<br />
el cuento y por qué? ¿Cómo<br />
cambian los sentimientos de su madre?<br />
Personaje Ambiente Argumento<br />
Usa la Tabla de resumen para resumir los principales<br />
acontecimientos.<br />
Pensar y comparar<br />
1. En tu opinión, ¿por qué la madre de Benny quiere<br />
escribir su autobiografía? ¿Por qué el hecho de encontrar<br />
los documentos familiares la ayudará a escribir?<br />
(Analizar personaje, ambiente y argumento)<br />
2. ¿Qué tipo de reliquias, escritos, fotografías, etc.<br />
conservas de tus antepasados? ¿Qué revelan estos<br />
objetos sobre quiénes fueron, de dónde vinieron y en qué<br />
época vivieron? (Sintetizar)<br />
3. Nombra algún elemento que nos permita aprender sobre<br />
el pasado. (Algunos ejemplos son: herramientas, objetos<br />
de arte, ruinas, momias, libros, relojes, construcciones y<br />
fotografías.) ¿Por qué elegiste ese? Describe qué podemos<br />
aprender a partir de él. (Evaluar)<br />
20<br />
© mn/Gw-H<br />
Los secretos de<br />
Old Mesilla<br />
Becky Cheston<br />
ilustraciones de K. E. Lewis<br />
Contenido<br />
Capítulo Uno. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2<br />
Capítulo Dos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5<br />
Capítulo Tres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8<br />
Capítulo Cuatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15<br />
Epílogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18<br />
Comprobar la comprensión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20
Capítulo Uno<br />
20 de noviembre de 1854<br />
Hoy nuestro pequeño pueblo va a hacer historia. Diez<br />
millones de dólares han pasado a otras manos. México<br />
puede ser más rico, pero aquí, en Old Mesilla, tenemos<br />
un nuevo hogar: Estados Unidos. En cualquier momento,<br />
el general estadounidense Sam Garland y el general<br />
mexicano Ángel Trías firmarán la compra Gadsden.<br />
Para el final del día, el valle de Mesilla y una porción de<br />
30,000 millas cuadradas a lo largo de la frontera mexicana<br />
dejarán de pertenecer a México y pasarán a manos de<br />
Estados Unidos. Las banderas de ambos países ya flamean<br />
en la plaza...<br />
Si Benny Stone hubiese podido saber lo que sucedería,<br />
probablemente estaría ansioso por llegar a Old Mesilla.<br />
Pero, en cambio, se sentía muy incómodo. El asiento del<br />
auto le daba calor y lo hacía transpirar más, la camisa le<br />
picaba y deseaba estar de regreso en su casa.<br />
A su mamá le pasaba algo completamente diferente.<br />
Mientras más se alejaban de Minneapolis, más se relajaba.<br />
Era como si descargara peso a medida que avanzaban en<br />
dirección sudoeste, con la capota del convertible baja.<br />
De repente, señaló algo.<br />
—¡Mira! ¡Ahí está!<br />
En el asiento trasero, Rey, el labrador retriever negro<br />
de Benny, se dio vuelta obedientemente mientras el viento<br />
hacía que una oreja le golpeara la cara.<br />
2<br />
© mn/Gw-H<br />
Los exploradores llegaron a un lugar con piso de<br />
tierra compacta. Las luces de las linternas dejaron ver<br />
una habitación pequeña, amoblada con un viejo sofá, un<br />
escritorio de madera, una silla y un armario bajo.<br />
Benny deslizó la puerta corrediza del armario.<br />
—¡Mira, mamá! —exclamó asombrado. En el interior<br />
había papeles sueltos, carpetas de cuero y periódicos<br />
amarillentos.<br />
A pesar de que la luz era tenue, Benny pudo ver el<br />
destello de entusiasmo en los ojos de su mamá. Ahora<br />
tendría muchas historias familiares. Y él también.<br />
19
Epílogo<br />
6 de mayo de 1902<br />
Hoy, para mi cumpleaños, Isabel, mi yerno Francisco<br />
y mis tres nietos me regalaron un armario de cedro para<br />
que guarde mis escritos. Lo construyeron en el taller de<br />
Francisco y tiene dos estantes y una puerta corrediza. Mi<br />
querida Sofía también participó en esto, a pesar de que,<br />
cuando los papeles se acumulan, me amenaza con tirarlos<br />
al fuego. Pero Isabel me comprende, porque ella conserva<br />
tesoros de su infancia y sabe que mis palabras son mis<br />
tesoros. No soy un hombre rico, qué otro legado puedo<br />
dejar más que estas palabras...<br />
Quince minutos más tarde, ya habían husmeado<br />
debajo de los listones flojos del piso de madera y<br />
descubierto una puerta trampa de metal de tres pies<br />
cuadrados. Intentaron abrirla, pero no podían ni moverla.<br />
Ataron una cuerda resistente a la argolla y tiraron juntos<br />
hasta que lograron levantarla, con un chirrido a oxidado.<br />
Por un momento, sorprendidos al ver ese agujero oscuro,<br />
se sentaron a su alrededor a contemplarlo. Enseguida<br />
Benny corrió a buscar a Carla y Cole localizó a su padre,<br />
que trajo al tío Bob, linternas y más cuerdas.<br />
El papá de Cole, Carla y Benny se ataron cuerdas a la<br />
cintura y descendieron por la escalera, mientras Cole y<br />
Kip los alumbraban con linternas y el tío Bob aseguraba<br />
las cuerdas.<br />
18<br />
© mn/Gw-H<br />
Al costado del camino se veía un gran cartel:<br />
—Bienvenido a Nuevo México, tierra de encantos<br />
—leyó Benny antes de dejarlo atrás.<br />
No se quejaba porque ver a su mamá tan sonriente<br />
y relajada daba sentido al viaje. Bueno, casi. Aún podía<br />
nombrar unas diez cosas que preferiría hacer durante el<br />
verano en lugar de pasarlo en un pequeño pueblito del<br />
sudoeste, pero aceptaba el desafío.<br />
—Estás ansiosa por ver la vieja casa, ¿no, mamá?<br />
—Realmente sí, estoy ansiosa —dijo Carla Díaz-Stone,<br />
inclinándose para alborotar el cabello de su hijo, que ya<br />
estaba muy despeinado.<br />
3
Benny envidiaba el entusiasmo de su madre. Después<br />
de publicar tres novelas, trabajaba en su autobiografía<br />
y estaba atascada. Sí, padecía un auténtico caso de<br />
bloqueo mental. Las ideas no le fluían y no podía escribir.<br />
Esperaba que este viaje le trajera toneladas de recuerdos<br />
de familia, pero ¿era necesario que él la acompañara?<br />
Benny se recostó y estudió el extraño escenario.<br />
Tierra seca y endurecida, cactus, juncias desaliñadas y, de<br />
tanto en tanto, un álamo decorando el terreno. Nada que<br />
ver con la maleza y los bosques densos que bordean las<br />
carreteras de la parte central de Estados Unidos.<br />
Benny miraba por la ventana y leía los carteles<br />
de salida a medida que avanzaban. Entrecerraba sus<br />
ojos para leer los nombres: Tucumcari, Santa Rosa,<br />
Albuquerque. Ese le sonaba familiar.<br />
—¿A qué distancia estamos? —preguntó Benny a<br />
su mamá.<br />
—Nuevo México es un estado grande, cariño<br />
—respondió Carla—. Y Old Mesilla está bien al sur, casi<br />
al límite de la frontera.<br />
A Benny no le gustó oír eso.<br />
—Lo que significa...<br />
—Aproximadamente dos horas. ¿Quieres que nos<br />
detengamos para almorzar?<br />
4<br />
© mn/Gw-H<br />
—¡Aquí! —gritó Benny.<br />
—Tengo que hablar contigo —dijo Kip mientras<br />
entraba en la habitación precipitadamente—. ¡Tengo<br />
una idea! —En ese momento se le enganchó la zapatilla<br />
en un hilo suelto de la alfombra. Kip se fue deslizando<br />
y enredando en la alfombra hasta que ésta quedó<br />
amontonada en el rincón.<br />
—¿Estás bien? —le preguntó Benny.<br />
—Sí —respondió Kip, rechinando los dientes—.<br />
Lamento lo del piso. —Una de las tablas del piso de<br />
madera se había astillado y se veía un corte de unas<br />
seis pulgadas.<br />
—Quizá podamos pegarla —dijo, mientras trataba de<br />
poner la tablita rota otra vez en su lugar—. ¿Qué es eso?<br />
—Parece un anillo —contestó Cole—. Levántalo.<br />
Benny lo intentó, pero el anillo estaba unido a<br />
algo. Pudieron ver una placa de metal debajo del piso<br />
de madera.<br />
—¡Oigan, no es un anillo! —dijo Cole—. Es la argolla<br />
con la que se abre una puerta trampa. Quizá sea la<br />
antigua entrada al sótano.<br />
—¡Lo sabía! —se regodeaba Kip—. Era lo que trataba<br />
de decirte antes de caerme. Isabel, en la nota, decía que<br />
enterraba sus cosas para resguardarlas, “como lo hace<br />
mi padre”.<br />
—¿Crees que Orlando Díaz escondía sus documentos<br />
bajo tierra? —preguntó Benny.<br />
—Hay sólo una manera de saberlo —contestó Kip, y<br />
sus ojos brillaban de entusiasmo.<br />
17
—Pero Orlando Díaz, el padre de Isabel, era escritor<br />
—comentó Kip—. ¿No dejó notas, cartas y ese tipo de cosas?<br />
—No queda nada de la vieja oficina del periódico —dijo<br />
Carla, negando con la cabeza—. Y nadie encontró nada aquí.<br />
—Quizá no estén en un lugar obvio —señaló Benny.<br />
—¡Claro! —dijo Cole—. ¿Y si hay un escondite secreto en<br />
algún lugar de la casa?<br />
—Eso suena como un buen argumento de ficción<br />
—contestó Carla, revoleando los ojos, mientras comenzaba a<br />
levantar la mesa.<br />
A partir de ese momento, Benny y Cole (y Kip) se<br />
apegaron a la idea de que los escritos de Orlando Díaz<br />
existían. ¡Qué bueno sería encontrarlos! Era el material<br />
auténtico de los antepasados de Benny, que su mamá<br />
necesitaba para el libro. Y para su inspiración.<br />
Pero, después de una semana, la búsqueda no había<br />
arrojado ningún resultado.<br />
—Tiene que haber algo que nos hayamos olvidado de<br />
revisar —dijo Cole.<br />
—¿Qué haría ahora un detective o un arqueólogo? —se<br />
preguntó Benny.<br />
Oyeron a Rey y Polo ladrando en el patio y se asomaron<br />
por la ventana. Vieron a Kip con su uniforme de la liga de<br />
béisbol infantil y, enseguida, se sintió el portazo de la puerta<br />
mosquitera.<br />
—¿Benny?, ¿Benny?<br />
16<br />
© mn/Gw-H<br />
Capítulo Dos<br />
12 de febrero de 1862<br />
Ha pasado casi un año desde que los confederados se<br />
apoderaron de Mesilla. Observo con mucho detenimiento<br />
al coronel Baylor, nuestro gobernador autoproclamado,<br />
mientras se pasea de una punta a la otra del cuartel<br />
cercano a la plaza. Para nadie es un secreto que al<br />
hombre le agrada el lugar, pero yo no confío en él. Quizá<br />
otros crean en los billetes del confederado, pero yo no.<br />
Sin embargo, temo por lo que pueda sucederle a los<br />
comerciantes si Mesilla vuelve a manos de la Unión...<br />
—No puedo creer que este restaurante esté todavía<br />
aquí —Carla terminó el último bocado de su taco y tomó<br />
un largo sorbo de limonada—. Pero, aparentemente, hay<br />
muchas tiendas nuevas en Santa Rosa.<br />
Benny había terminado su chile y estaba estudiando el<br />
mapa de la zona de Santa Rosa que aparecía en su mantel<br />
individual.<br />
—Manantiales naturales en Blue Hole: la capital<br />
del buceo en el Sudoeste. Eso suena interesante. O<br />
estas viviendas en los acantilados —comentó Benny—.<br />
¡Un momento! Justo aquí está la tumba de Billy the<br />
Kid. ¡Fíjate!<br />
—Podemos visitar todos esos lugares si lo deseas,<br />
Benny —dijo su mamá—, pero primero nos instalaremos<br />
en Old Mesilla. Tenemos todo el verano por delante.<br />
5
—No me lo recuerdes —refunfuñó Benny.<br />
—¿Sabes? —dijo Carla—. Billy the Kid fue juzgado<br />
y sentenciado en mi pueblo natal, en el tribunal del<br />
condado. Ahora lo han convertido en una tienda de<br />
objetos sobre él.<br />
—¿Una tienda de obsequios? ¿Para un forajido<br />
tan conocido?<br />
—Hay mucho de historia en Old Mesilla —Carla se<br />
puso de pie y pagó la cuenta—. Ya verás.<br />
Afuera, Rey dormía a la sombra. Cuando salieron<br />
Benny se arrodilló a su lado y desenvolvió un buen trozo<br />
de pan de maíz que le había guardado en una servilleta.<br />
Se lo puso adelante y sacudió vigorosamente hasta la<br />
última migaja de la servilleta. De inmediato, Rey se<br />
despertó y tragó la delicia. Benny se rió: Rey era capaz de<br />
devorar lo que fuera.<br />
6<br />
© mn/Gw-H<br />
Capítulo Cuatro<br />
13 de abril de 1881<br />
Hoy Billy the Kid fue finalmente sentenciado a muerte<br />
por los delitos que cometió. Dio su consentimiento para que<br />
yo lo visite más tarde, en la prisión, pero no le concederá<br />
más entrevistas al Newman Semi-Weekly de Las Cruces.<br />
“Newman me ha tratado muy mal”, dijo en la corte. “Pero<br />
creo que el News está siempre dispuesto a brindarles a los<br />
lectores las dos caras de la historia.” Tengo la sensación de<br />
que aún no hemos oído la última palabra sobre Billy...<br />
Llevaban 11 días en el lugar y lo acontecido hasta<br />
el momento satisfacía por completo las expectativas de<br />
Benny. A pesar de que no había tenido ganas de venir,<br />
ahora se estaba divirtiendo. Pero su mamá lo preocupaba:<br />
el entusiasmo de los primeros días se había desvanecido<br />
rápidamente y continuaba sin poder escribir.<br />
—Cuando escribo ficción, los argumentos surgen<br />
fácilmente. Quizá no pueda escribir mi autobiografía —les<br />
decía una noche, mientras cenaban. Benny había invitado<br />
a Cole y Carla había insistido para que Kip también se<br />
quedara—. Pensé que aquí encontraría mucho sobre lo cual<br />
escribir, pero todos los recuerdos parecen haber muerto<br />
con mis antepasados.<br />
15
—Vamos, mamá, ¿qué dice? —preguntó Benny. Carla<br />
leyó en voz alta:<br />
Querida Madre Tierra:<br />
Hoy te entrego mis objetos más preciados para que<br />
los guardes en un lugar seguro, como hace mi padre. Él<br />
me dijo que ese hombre malvado, Billy the Kid, escapó de<br />
prisión y tengo miedo de que robe mis cosas. A mi muñeca<br />
le gusta que le canten, su nombre es María.<br />
Todos permanecieron un momento en silencio,<br />
maravillados al escuchar el antiguo relato. Luego<br />
Kip gritó:<br />
—¡Polo! Devuélveme el sombrero.<br />
Benny vio que Kip era una niña. ¡Kip era una niña!<br />
14<br />
© mn/Gw-H<br />
—¡Bueno, chicos! —dijo Carla—. ¡Vuelvan al auto!<br />
Benny no podía creer que su madre no hubiese vuelto<br />
a Nuevo México desde que se casó con su padre. Se habían<br />
conocido en la Universidad de Minnesota, donde ambos<br />
enseñaban inglés. Cuando se divorciaron, hacía tres años,<br />
Benny pensó que ella querría regresar al Sudoeste. “Si yo<br />
hubiera hecho eso, tú no podrías haber crecido junto a tus<br />
padres”, le contestó al niño cuando le preguntó sobre esto.<br />
Carla se quedó, siguió trabajando como docente de tiempo<br />
parcial y como escritora mientras Benny vivía una semana<br />
con su papá y otra con ella. Si bien no era la vida perfecta,<br />
tampoco estaba tan mal. Los padres tenían un trato cortés<br />
entre ellos y Benny valoraba eso.<br />
Viajaron el resto del camino con la capota del<br />
convertible extendida para protegerse del sol. En un<br />
momento, Benny pasó al asiento trasero, donde se quedó<br />
dormido con la cabeza apoyada en la peluda barriga<br />
de Rey. Soñó que se sumergía en los manantiales de<br />
Blue Hole y Billy the Kid, con una máscara de buceo, lo<br />
perseguía a caballo. En el fondo del lago estaba su casa<br />
de Minneapolis, ¡si tan sólo pudiera llegar a ella! Un<br />
grupo de tacos nadaba a su lado y su cara estaba muy,<br />
pero muy mojada. Al abrir los ojos comprobó que sólo se<br />
trataba de la lengua de Rey, que lo lamía para despertarlo.<br />
Y allí estaba su mamá que parada frente a él, susurraba<br />
alegremente:<br />
—¡Llegamos!<br />
7
Capítulo Tres<br />
1º de abril de 1881<br />
Un acontecimiento triste golpea hoy a Old Mesilla.<br />
Desde la compra Gadsden hemos disfrutado de una<br />
gran prosperidad como uno de los principales centros<br />
de transporte y comercio del Sudoeste y con orgullo<br />
reivindicamos una estación central para la línea de<br />
diligencias de Butterfield. Pero hoy el progreso nos dejará<br />
de lado, ya que el primer tren del Ferrocarril de Santa Fe<br />
llegará a Las Cruces...<br />
Era extraño caminar por la casa que había pertenecido<br />
a la familia de su madre durante casi 200 años. Su tía<br />
María, que vivía en Albuquerque, ayudaba a mantenerla<br />
y a menudo pasaba los fines de semana en ella. Benny fue<br />
directo a investigar la heladera: la tía María había dejado<br />
una nota de bienvenida y muchos comestibles.<br />
Benny reparó en lo fresca que se mantenía la casa a<br />
pesar del calor. Es que estaba hecha de adobe, que son<br />
ladrillos de lodo y paja. Benny llevó su equipaje a la<br />
habitación de atrás, donde dos grandes ventanas daban a<br />
un pequeño patio. Al correr las cortinas, Benny vio a Rey<br />
husmeando la tierra.<br />
¡Un momento! Era un labrador, pero color chocolate<br />
oscuro, no negro. Vio a Rey investigando el lugar detrás<br />
de este perro. También, a un niño en pantalón corto, que<br />
parecía de su edad y lo saludaba con la mano.<br />
8<br />
© mn/Gw-H<br />
—¡Aquí hay algo! Mami, mira eso —Benny se<br />
arrodilló y sacó tierra con las manos hasta que apareció<br />
un objeto amarronado.<br />
—Se parece a... no sé, a un trozo de cerámica —dijo<br />
Carla. Benny levantó un jarrón de boca ancha y se lo dio<br />
a su madre con cuidado. Estaba descascarado en partes<br />
y tenía una gran grieta de arriba a abajo. Carla lo giró y<br />
de su interior cayeron un cepillo de hueso tallado y una<br />
antigua muñeca cosida a mano.<br />
Benny recogió el cepillo.<br />
—Tiene algo escrito del otro lado —dijo—. Por Isabel<br />
Pilar Díaz.<br />
—Déjame verlo —dijo Carla y le arrebató el cepillo—.<br />
Isabel Pilar... esa era mi bisabuela.<br />
—Oigan, ¡miren esto! —Cole había descubierto dentro<br />
del jarrón un trozo de pergamino amarillento. Se lo<br />
entregó a la mamá de Benny diciendo: —Cuidado, está<br />
casi roto ahí, en los pliegues.<br />
Los tres se sentaron con las piernas cruzadas sobre la<br />
tierra mientras Carla desdoblaba el papel lentamente.<br />
—Isabel escribió esto, está en español —dijo, y por un<br />
minuto leyó en silencio.<br />
13
Benny saltó. Cole y Kip lo siguieron hasta donde Rey<br />
y Polo estaban cavando, muy vigorosamente, un enorme<br />
pozo. Con los hocicos en el suelo, rascaban la tierra muy<br />
deprisa y la desparramaban en todas direcciones.<br />
—Basta de cavar, perros, ¡BASTA DE CAVAR!<br />
Cada vez que uno de los niños tomaba a su perro del<br />
collar, el otro saltaba y lo liberaba. Mientras tanto, Kip<br />
salió del pozo con una pelota roja.<br />
—Estaban tratando de enterrar esto —dijo y tiró la<br />
pelota. De inmediato, los perros corrieron tras ella.<br />
Recién entonces Carla y los niños pudieron<br />
inspeccionar el daño.<br />
—Es un hueco realmente gigante<br />
—dijo Benny. Cole corrió a su casa y regresó con un<br />
par de palas. Se dispuso a rellenar el pozo, pero Benny<br />
lo detuvo.<br />
12<br />
© mn/Gw-H<br />
Benny corrió hacia la cocina y salió por la puerta<br />
trasera. El niño extendió su mano y dijo:<br />
—Soy Cole Sullivan. Vivimos al lado.<br />
—Soy Benny Stone. Veo que ya conociste a Rey.<br />
¡Chócala, muchacho! —indicó Benny a su mascota. Rey le<br />
ofreció la pata a Cole.<br />
—Este es Polo; bueno, Apolo en realidad —dijo<br />
el vecino.<br />
—Así que Apolo —dijo Benny riéndose—. Podría<br />
tener algún apodo disparatado.<br />
—¿Algo así como “Apolo T. Cuido”?<br />
—Pensaba en “Apolo T. Largas” —dijo Benny y los dos<br />
se rieron—. ¿Ese es tu hermano? —preguntó. Un niño<br />
muy delgado, de unos nueve o diez años, se asomaba por<br />
la cerca del patio.<br />
9
10<br />
© mn/Gw-H<br />
Cole se dio vuelta.<br />
—Definitivamente: no. Es Kip, que está a punto<br />
de IRSE.<br />
—Vamos —lloriqueó Kip—, yo también tengo derecho<br />
a ver al nuevo vecino —exclamó y arrojó una pelota roja.<br />
Los perros corrieron tras ella.<br />
Benny y Cole se sentaron en la galería de ladrillos.<br />
—Si dejas que Kip merodee, dentro de muy poco<br />
tendrás una sombra —le advirtió Cole. Benny se rió.<br />
—No estoy seguro de que pueda hacer otra cosa este<br />
verano —dijo y le contó a Cole por qué su mamá y él<br />
habían hecho el viaje.<br />
—Estoy trabajando un poco con mi papá, pintando<br />
casas y ese tipo de cosas —comentó Cole—. Estoy seguro<br />
de que podría tener otro empleado de tiempo parcial.<br />
El padre de Cole tenía una compañía de remodelación.<br />
Había un capataz de vacaciones y los trabajos se le<br />
estaban acumulando.<br />
Kip aún se asomaba por la cerca del patio mientras<br />
Cole le contaba a Benny que su familia se había mudado<br />
a Old Mesilla desde Houston, en Texas. Habían venido de<br />
vacaciones cuando él tenía cinco años y a sus padres les<br />
había encantado el pueblo. El padre pensó que teniendo<br />
a Las Cruces a sólo cinco millas al norte y a El Paso,<br />
en Texas, a sólo 40 al este, su empresa de remodelación<br />
podría florecer. Y así sucedió.<br />
La madre de Benny interrumpió a los muchachos.<br />
—¡Ya tienes dos nuevos amigos! —exclamó, contenta.<br />
Pero al darse vuelta gritó: —Benito, ¡los perros!<br />
11