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El Juglar - Juan Benito

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MISTIUM<br />

<strong>El</strong> Tintero<br />

ocurre y decides hacer algo así,<br />

querido amigo, me lavo las<br />

manos.<br />

Por otra parte, la<br />

cantidad y claridad de visión<br />

será tan grande que al principio<br />

te sentirás invadido, atenazado<br />

y hasta confuso. No temas. Es<br />

normal. Con el tiempo aprenderás<br />

a desviar tu atención y a<br />

seleccionar los pensamientos<br />

que te interesan.<br />

Pero lo más asombroso<br />

no es eso, lo maravilloso y<br />

trascendental de aquel descubrimiento<br />

es que sin que puedas<br />

imaginarlo, con el tiempo, lograrás<br />

también conocer, de<br />

La hija perfecta<br />

Pilar de la encarnadión<br />

delaencarnaciónpilar<br />

@gmail.com<br />

Es una chica perfecta.<br />

Es lo que siempre escucha de<br />

boca de todos los que la conocen.<br />

Unos minutos bastan para<br />

sentirla como un ángel cálido,<br />

candoroso, sublime. Su belleza<br />

natural, sin excesos externos, y<br />

su delicado talante en todos sus<br />

actos hacen imposible encontrar<br />

la excepción de un defecto.<br />

Desde pequeña sintió<br />

las manifestaciones de admiración<br />

y cariño como complacientes<br />

caricias. Cuando su<br />

madre la llevaba en el carrito,<br />

verdad, hasta tus más ocultos<br />

pensamientos.<br />

Mi consejo es que no<br />

te asustes. Si lo logras, serás un<br />

privilegiado que tendrá en su<br />

poder un arma cargada con un<br />

poder inimaginable, pero cuidado,<br />

todo tiene su precio. Si eres<br />

víctima del miedo o de una<br />

desbordada pasión, podrás<br />

despertar el demonio (o sombra,<br />

o mal, o máscara, o…como<br />

quieras llamarle), que tienes<br />

dentro. Si eso ocurre, además<br />

de hacerle salir de la cola, (una<br />

prisión que nadie ve), podrías<br />

otorgarle la fuerza y la capacidad<br />

para extirpar el corazón de<br />

cada uno de los allí presentes y<br />

los saludos de cortesía siempre<br />

iban acompañados de halagos a<br />

la hermosura y a la dulzura que<br />

emanaba aquella preciosa criatura.<br />

A medida que los años<br />

iban avanzando en ella su belleza<br />

tomaba cuerpo, y su comportamiento<br />

educado y exquisito<br />

no hacía sino aumentar y<br />

completar su aura de divinidad.<br />

Cada foto que sus padres tomaban<br />

de ella en cada cumpleaños,<br />

en cada día de playa, en cada<br />

fiesta familiar era la constatación<br />

de una evolución excelente,<br />

plena. En el colegio los comentarios<br />

de los maestros siempre<br />

eran de admiración; su<br />

comportamiento en clase era un<br />

ejemplo y un alivio ante la agotadora<br />

tarea que supone controlar<br />

un ramillete tan variado de<br />

reacciones infantiles. Con los<br />

compañeros era la admirada, los<br />

niños la adoraban y las niñas se<br />

Página 26<br />

no tendrías más remedio que<br />

asistir a su banquete, pues, no<br />

te dejaría volver a ti mismo<br />

hasta que se saciase completamente,<br />

no sin antes… ir a devorarte<br />

a ti mismo.<br />

Ese es mi consejo.<br />

Ahora tú decides.<br />

PD: Tengo que decirte,<br />

que “según dicen”, así comienzan<br />

los cuentos de Grogolia…<br />

acercaban a ella queriendo ser la<br />

amiga única de la preferida .<br />

Los mismos patrones se repetirían<br />

en el instituto donde su<br />

saber estar y su belleza serena y<br />

elegante seguían cautivando.<br />

Los celos que pudiera provocar<br />

su exquisitez juvenil se disipaban<br />

con sus humildes y discretas<br />

reacciones ante cada conato<br />

de envidia femenina. Sabía de<br />

su atractivo y de sus consecuencias,<br />

y su inteligencia la hacía<br />

actuar con prudencia y discreción<br />

y esas eran sus armas en el<br />

campo de batalla de la adolescencia.<br />

Aun así ante enemigas<br />

acérrimas ella se sentía protegida<br />

por sus incondicionales, que<br />

la arropaban como los súbditos<br />

a su reina, y por sí misma. Con<br />

las amigas tenía los dones más<br />

preciados y virtuosos que puede<br />

tener la amistad: sabía escuchar,<br />

consolar y elegir las palabras

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