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MISTIUM<br />
<strong>El</strong> Tintero<br />
baño para confidencias de voltaje<br />
adolescente. Se permitió su<br />
primer cubata y su primer cigarro<br />
y comprobó que no eran el<br />
catalizador de sus emociones.<br />
La puerta de sus desvelos no se<br />
iba a abrir con el alcohol y las<br />
drogas. A las cinco de la madrugada<br />
llamó a sus padres para<br />
que pasaran a recogerla, así<br />
había quedado con ellos. Mientras<br />
esperaba en la entrada de la<br />
discoteca sonó el móvil, su<br />
padre le pedía que esperara un<br />
poco más, el coche no arrancaba,<br />
la batería estaba casi agotada<br />
y debía recurrir a unas pinzas<br />
para ponerlo en marcha. <strong>El</strong>la<br />
les sugirió coger un taxi pero no<br />
les convenció la idea, ellos querían<br />
recogerla, sólo ellos querían<br />
ser esa noche los cocheros<br />
de la princesa. De la discoteca a<br />
casa había unos veinte minutos<br />
a pie, Blanca decidió caminar.<br />
<strong>El</strong> copiloto<br />
Neus<br />
T. Gómez<br />
neustgomez34@gmail.com<br />
Saliendo de la discoteca, al bajar<br />
las escaleras que conducen a la<br />
salida, se había hecho un considerable<br />
jirón en el vestido que<br />
dejaba al descubierto una de sus<br />
estilizadas piernas; el maquillaje<br />
casi había ido desaparecido a lo<br />
largo de la noche por el sudor y<br />
el trajín, y aun así su belleza no<br />
había mermado. A los cinco<br />
minutos de camino el tacón de<br />
un zapato se le rompió por una<br />
grieta en la acera que casi le<br />
hizo caer tras perder levemente<br />
el equilibrio, y decidió continuar<br />
descalza. Al pasar por<br />
delante de la luna del escaparate<br />
de una tienda de bolsos, la luz<br />
de una de las farolas le permitió<br />
contemplarse. Se encontró bella<br />
y salvaje. Le quedaba poco para<br />
llegar y sabía que podría asustar<br />
a sus padres por su aspecto y<br />
por haber osado caminar hasta<br />
casa y no esperarles, podría ser<br />
La única persona que<br />
vi, cruzando este tórrido desierto,<br />
iba tranquilamente sentado<br />
en coche y desarmado.<br />
Nos miramos y decidimos<br />
que no nos gustábamos.<br />
Página 28<br />
su primera bronca, su primer<br />
defecto. De repente un coche<br />
aminoró la marcha y se situó<br />
paralelo a ella en la calzada. <strong>El</strong><br />
conductor bajó la ventanilla y la<br />
llamó. <strong>El</strong>la se acercó sin pensar<br />
en su aspecto ni en el peligro<br />
que puede suponer un desconocido<br />
a esas horas de la noche,<br />
actuó como siempre movida<br />
por la amabilidad pero, esta<br />
vez, olvidando la prudencia.<br />
- ¿Cuánto cobras?-<br />
dijo el conductor.<br />
- No te preocupes,<br />
seguro que puedes pagarlo –<br />
dijo ella.<br />
Llamó a sus padres y<br />
les comunicó que aún tardaría<br />
unas horas, quería seguir disfrutando<br />
de la fiesta.<br />
Ahora yo voy tranquilamente<br />
en coche, con mi beretta<br />
de copiloto, y él continúa<br />
su camino, andando.