M urcia, S emana S anta 2012 - real y muy ilustre cabildo superior ...

apócrifos (declaración de José de Arimatea). En la par-
te delantera del paso sobre el manto de claveles rojos
que forma el Gólgota, se encuentra un relicario que
porta una astilla de la Cruz de San Dimas.
Es el momento en que Dimas, el Buen Ladrón, en sus
últimos momentos de vida se dirige a Jesús y en un
acto de fe pide perdón y obtiene la promesa del reino
de los cielos. Mientras en el otro lado se encuentra
el mal ladrón que renegará de Dios hasta el final de
su vida.
cristo del amor.
Se encuentra en el centro de la escena que forma el
grupo. Dirige la cabeza a su derecha donde se encuentra
situado Dimas, el buen ladrón. Jesús, el Cordero de
Dios que en la cruz expía los pecados del mundo, que
no tiene apenas fuerzas casi para hablar, se apresura
a conceder el Reino al primero que se lo pide. “Hoy
estarás conmigo”. El rostro de Cristo irradia amor, paz
y serenidad.
Crucificado de talla completa, se representa vivo con
tres clavos sobre cruz semiarborea, manos abiertas y
clavadas por las muñecas, pies de una gran calidad,
fijados por un solo clavo y que se apoyan en un
subppedaneum (pequeño trozo de madera transversal).
Corona de espinas y paño de pureza tallados y
policromados. Sobre su cabeza se encuentra el “titulus”
(letrero) en este caso con la inscripción INRI (son
las siglas de la frase latina iesVs nazarenVs reX
iVDaeorVM)
Posee una anatomía de líneas suaves cuyo modelado y
policromía contrasta con la de Dimas y Gestas, además
de la posición en la Cruz y el tipo de cruz ya que se
diferencia con las de los dos ladrones. Es en la serenidad
de Jesús donde el escultor expresa la divinidad de
Dios, es el momento del perdón.
el buen Ladrón, Dimas.
Crucificado de anatomía delicada, suave, que se encuentra
a la derecha de Jesús, representando el momento
de la Conversión, donde muestra un rostro
MURCIA, SEMANA SANTA 2012 [65]
arrepentido, bondadoso, entregado a la vez que dulcificado.
Posee una tez morena. Se encuentra fijado con
cuatro clavos, cruz semiarborea tipo tau. Las manos
abiertas y fijadas por las muñecas al madero. La imagen
es un fiel reflejo del modelo real que sirvió de inspiración
al escultor.
El autor se centra en el diálogo de las miradas, momento
crucial de la escena, dejando a un lado los movimientos
corporales exagerados y centrándose en el
mensaje teológico. Destaca la mirada del buen ladrón,
pidiendo perdón aunque sea a última hora, de ahí la
grandeza y el amor de Jesús.
el Mal Ladrón, Gestas.
Crucificado con una anatomía que representa un cuerpo
barrigudo, abandonado, con otro tono de policromía
diferente y que transmite una gran inquietud corporal.
Se encuentra a la izquierda del Hijo de Dios. Es el
contrapunto al momento de fe que se está llevando a