Libro MÁS PUTAS QUE NUNCA FINAL.indd - Menú Cultural
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Derrotada la oposición estruendosamente en enero de 1848, los<br />
oligarcas optaron por declararse en desobediencia civil, y así crear<br />
guarimbas a todo lo ancho y largo de Venezuela. Páez se convirtió en<br />
el centro de la rebelión goda contra el gobierno, y buscó refugio en<br />
la gran prensa internacional y en los grandes capitalistas extranjeros,<br />
que de siempre han sido la misma cosa. Páez se lanzó a la guerra para<br />
defender la Constitución de 1830 y vencer al “pérfi do magistrado<br />
Monagas” (así como en el 2002 los escuálidos 11 se echaron a las calles<br />
para defender la de 1961). Pronto Páez caería en la cuenta de que<br />
ya no tenía pueblo. Los comerciantes extranjeros se alzaron contra el<br />
gobierno, y pidieron ayuda a Estados Unidos. Muchos ricos corrieron<br />
a los puertos de La Guaira y Puerto Cabello para salir del país y llevar<br />
mensajes a Washington; suplicaban que se enviara una fuerza naval<br />
a Venezuela.<br />
Páez, el Carlos Andrés Pérez de aquella hora, se fue a Saint<br />
Thomas para pedir apoyo a Estados Unidos; suplicaba cartas de<br />
recomendación al diplomático norteamericano Benjamín Shields. Fue<br />
entonces cuando Estados Unidos le entregó dos vapores a Páez. Todo<br />
lo que se decía en el Norte era que en Venezuela un loco había llegado<br />
al poder. Ezequiel Zamora salió a ofrecer sus fuerzas al gobierno de<br />
José Tadeo. El Banco Nacional tuvo que suspender sus pagos porque<br />
prestó más de la mitad de su capital a Páez y sus seguidores para<br />
comprar periodistas y armas. Después de Estados Unidos, Holanda<br />
era el país que más unido estaba a favor de derrocar al gobierno<br />
venezolano. En Curazao estaba Páez junto con Ángel Quintero, el<br />
dueño de El Espectador, preparando una invasión. Era tal el odio que<br />
se había despertado en la población en contra de la intervención de<br />
los extranjeros en nuestros asuntos internos, que una muchedumbre<br />
se echaba a la calle gritando: “Mueran los oligarcas”, “Fuera los<br />
extranjeros”. Refi ere el historiador Rafael Castillo Blomquist:<br />
El sentimiento en contra de los extranjeros había aumentado<br />
debido a las continuas pruebas de la participación de comerciantes<br />
11 Término que aplica Chávez a los grupos que con poca representatividad y fuerza popular,<br />
suelen salir a marchar en su contra.<br />
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