CONTENIDO - Revista Spondylus
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<strong>CONTENIDO</strong><br />
EDITORIAL 3<br />
LA ARQUEOLOGÍA COMO FUENTE DE LA<br />
HISTORIA: MARSHALL SAVILLE Y MANABÍ<br />
Benjamín Rosales Valenzuela 4<br />
BALTASAR GARCÍA<br />
Uno de los primeros vecinos de Portoviejo<br />
Álvaro R. Mejía Salazar 21<br />
EL DOCUMENTO ANGULAR DE<br />
“GUAYAQUIL INDEPENDIENTE”. 1820<br />
Pedro Reino Garcés 26<br />
“URGE”, ¡LUCHA HEROICA<br />
POR UNA PATRIA NUEVA!<br />
Entrevista a Sergio Román Armendáriz en Costa Rica 30<br />
NELSON ESTUPIÑÁN BASS:<br />
literatura, identidad, ética<br />
Ing. Bing Nevárez Mendoza 34<br />
MARILYN MONROE:<br />
a la sombra de las luces<br />
Humberto E. Robles 42<br />
LA FUERZA DE LA PALABRA<br />
Ab. Marigloria Cornejo Cousín 53<br />
CIEN AÑOS DE LA PLAZA ALFARO<br />
Ramiro Molina Cedeño 57
Cuánto bien le hace a la historia de<br />
Portoviejo y de Manabí la referencia<br />
sobre el origen del escudo de la ciudad<br />
de San Gregorio; no solo por motivos<br />
de heráldicos orgullos o linajes, sino<br />
porque ilustra la importancia de la ciudad<br />
y de la región en esos incipientes<br />
tiempos de colonia y conquista.<br />
Don Baltazar García, habitante<br />
primario de Portoviejo, no fijó su residencia<br />
en estos lares por un espíritu<br />
de colaboración al desarrollo social o<br />
humano de los indígenas que recibió<br />
“en encomienda”, no; lo guiaba, como<br />
a todos los españoles, un deseo desenfrenado<br />
de enriquecimiento material.<br />
Así aparecerá reflejado, en 1545, en el<br />
retiro final a su patria, con una apreciable<br />
cantidad de pesos de oro que le<br />
aseguraba un pasar venturoso y acomodado.<br />
Pero, de manera extraordinaria,<br />
el Rey Carlos I, emitiendo una<br />
Cédula Real de concesión el 17 de<br />
octubre de 1540, decide recompensar<br />
sus esfuerzos en pro del coloniaje y la<br />
aculturación, enviándole un Escudo,<br />
distinción heráldica, para que García<br />
lo use como castellana representación.<br />
El monarca, además, dictó dos<br />
reales provisiones dirigidas al gobernador<br />
de la provincia de Perú, advirtiendo<br />
que no quitase los indios que<br />
Baltasar García tenía encomendados<br />
y que éste beneficio, la encomienda,<br />
EDITORIAL<br />
pase a la mujer e hijos luego de su<br />
muerte.<br />
Don Baltazar empezó a usar su escudo<br />
primero de manera personal, y luego<br />
lo aplicó en documentos oficiales del<br />
cabildo de la ciudad, dada su condición<br />
de Alguacil Mayor de Portoviejo. Así, el<br />
nombre de la ciudad empezó a aparecer<br />
junto con el Escudo en correspondencias<br />
oficiales. La Corte, Lima, Arequipa,<br />
Quito, Guayaquil, vieron desfilar “al<br />
grifo rampante, mezcla de águila negra<br />
y león de oro” al lado del nombre de<br />
San Gregorio de Puerto Viejo.<br />
Así surgió el primer símbolo cívico<br />
de nuestra ciudad; así continuó siéndolo<br />
por centurias, y aun cuando el Escudo<br />
fue un reconocimiento a García por<br />
su trabajo en favor del Rey, la actitud<br />
de cederlo como emblema a una ciudad<br />
incipiente y pobre engrandece al<br />
donante y obliga al recuerdo perenne.<br />
En 1968, cuando la Ilustre Municipalidad<br />
de Portoviejo convocó a un<br />
concurso para dotar de emblemas a la<br />
ciudad, el artista e historiador Gonzalo<br />
Molina García, no se pudo olvidar de<br />
Baltazar García y de esta historia. Creemos<br />
que en homenaje al español mantuvo<br />
en su diseño el grifo; quizá porque<br />
sabía que representaba el ingenio<br />
y la grandeza, que le ha permitido a<br />
San Gregorio de Portoviejo trascender<br />
a través de tantos siglos.<br />
3
4<br />
LA ARQUEOLOGÍA COMO FUENTE DE LA<br />
HISTORIA: MARSHALL SAVILLE Y MANABÍ<br />
Benjamín Rosales Valenzuela*<br />
Ponencia presentada en Montecristi, 8vo. Congreso de Historiadores.<br />
Universidad Andina, 11 julio de 2012<br />
La Historia es una ciencia social<br />
que estudia el pasado de la humanidad.<br />
En el concepto clásico<br />
este estudio se realiza solamente desde<br />
el desarrollo de la escritura en las sociedades,<br />
en base a documentos. Una<br />
noción más moderna, la multiculturalista,<br />
considera que la historia abarca<br />
también etapas en las que es posible<br />
realizar una reconstrucción de los sucesos<br />
que tienen que ver con el desarrollo<br />
social de los pueblos, antes que<br />
exista escritura. Si se aplican conceptos<br />
clásicos, los pueblos americanos no<br />
tendrían sino una historia menor a 500<br />
años, mientras que algunos euroasiáticos<br />
llegarían a más de tres mil años.<br />
En el sentido multiculturalista se<br />
amplían las fuentes tradicionales de<br />
la Historia. Las fuentes son la sustancia<br />
de la Historia, una clasificación<br />
actualizada las divide en fuentes documentales,<br />
arqueológicas y orales.<br />
Las documentales se dividen en primarias<br />
y secundarias. Las primarias<br />
son aquellas redactadas o producidas<br />
en el momento histórico del período<br />
que se investiga, e incluyen escritos,<br />
fotografías y registros magnéticos o<br />
* Historiador Miembro de Número de la<br />
Academia de Historia del Ecuador.<br />
digitales sin editar. Las secundarias<br />
son documentos que interpretan a las<br />
fuentes primarias donde interviene la<br />
opinión del autor, como artículos de<br />
prensa, libros que analizan hechos<br />
históricos y documentales o registros<br />
editados. La fuente arqueológica es<br />
la más importante para reproducir el<br />
pasado de pueblos que no tuvieron<br />
escritura, conocido tradicionalmente<br />
como prehistoria, y permite intuir la<br />
historia en base a ruinas, restos de cerámica,<br />
textiles, orfebrería y otras evidencias<br />
de actividad cultural humana.<br />
La fuente oral es importante para<br />
reproducir el pasado cuando no hay<br />
documentos escritos; muchos cronistas<br />
la utilizaron para reconstruir la<br />
Historia prehispánica del continente<br />
americano. Cieza de León, Sarmiento<br />
de Gamboa, entre otros, mencionan<br />
declaraciones de caciques, importantes<br />
orejones y conquistadores, como<br />
fuente de información de sucesos en<br />
años imperiales incásicos previos al<br />
descubrimiento y conquista de Perú.<br />
Al realizar investigaciones históricas<br />
es necesario contar con el conocimiento<br />
de otras disciplinas. La Geografía<br />
estudia la superficie terrestre,<br />
donde suceden los acontecimientos<br />
históricos, la Economía estudia el pro-
ceso de producción de bienes y las relaciones<br />
de esos procesos, la Sociología<br />
las relaciones y estructura de las sociedades,<br />
la Antropología estudia la formación<br />
de sociedades, la Lingüística<br />
el origen y conformación de los idiomas.<br />
Otras ciencias como la Numismática,<br />
la Genealogía, la Heráldica, la<br />
Museología y la Cronología también<br />
auxilian a la Historia en el esfuerzo de<br />
reconstruir lo más fielmente posible el<br />
pasado de los pueblos. El avance de<br />
otras ciencias como la Genética, la Botánica,<br />
la Climatología, hace que el espectro<br />
de información que sirve para<br />
reconstruir el pasado sea cada día más<br />
grande. Con la Genética se puede, por<br />
ejemplo, conocer migraciones de pueblos<br />
en épocas prehistóricas, cuando<br />
no había fuentes documentales; con el<br />
avance de la Botánica se puede investigar<br />
las fuentes originarias de cultivos<br />
agrícolas y su expansión geográfica;<br />
con nuevos conocimientos de cronología<br />
climatológica en las regiones, se<br />
puede interpretar períodos de destrucciones<br />
cíclicas por sequias o inundaciones<br />
en las sociedades.<br />
En este trabajo vamos a referirnos<br />
a la intensa relación entre la Arqueología<br />
y la Historia, especialmente en<br />
un país como Ecuador, donde el pasado<br />
documentado es un período<br />
sumamente corto; y, sin embargo, los<br />
pueblos que habitaron este territorio<br />
tuvieron miles de años de desarrollo<br />
cultural que, para estudiar, hay que<br />
acudir a la Arqueología. No es coincidencia<br />
que Federico González Suárez<br />
y Jacinto Jijón y Caamaño, fundadores<br />
de la Academia Nacional de<br />
Historia, hace poco más de cien años,<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
hayan sido tanto arqueólogos como<br />
historiadores.<br />
Marshall Saville<br />
La Arqueología juega, pues, un<br />
papel fundamental para investigar la<br />
historia de Manabí y sus ciudades. El<br />
arqueólogo Marshall Saville hizo tres<br />
expediciones a Manabí, en 1906, 1907<br />
y 1908, financiado por la Fundación<br />
George G. Heye. Impresionado por los<br />
vestigios de sociedades avanzadas en<br />
este territorio, propició la publicación<br />
de la obra Las Antigüedades de Manabí,<br />
Ecuador, que se realizó en dos tomos, el<br />
primero Un informe preliminar en 1907,<br />
y el segundo, Un reporte final, en 1910.<br />
El lanzamiento del primer tomo de la<br />
obra de Saville suscitó la publicación<br />
de un reportaje de una página en The<br />
5
New York Times titulado “Una raza<br />
desconocida encontrada en el trópico”,<br />
1 sobre los habitantes prehispánicos<br />
de Manabí en la edición del 22 de<br />
septiembre de 1907.<br />
Hace más de dos años, a fines de<br />
2010, el Centro Cultural Simón Bolívar<br />
publicó una traducción con un<br />
estudio introductorio sobre el trabajo<br />
del arqueólogo norteamericano que<br />
realicé hace tres años. Al hacerlo, se<br />
me hizo evidente que los arqueólogos<br />
también acuden a la Historia para realizar<br />
sus investigaciones. En efecto,<br />
luego de la introducción a la obra, en<br />
la que Saville explica que el motivo de<br />
su expedición era explorar las provincias<br />
costeras de Ecuador y Colombia,<br />
poco conocidas arqueológicamente,<br />
él dedica un capítulo a la Geografía<br />
y otro que titula “Crónicas históricas<br />
de la conquista española y de los nativos”.<br />
Ahí podemos ver cómo este<br />
arqueólogo estudió con profundidad<br />
todo lo que se había escrito sobre el<br />
descubrimiento de estas tierras, entonces<br />
conocidas como el norte del<br />
Perú, y los habitantes de esta región.<br />
Saville inicia el capítulo de antecedentes<br />
históricos diciendo:<br />
6<br />
La historia de las provincias de Manabí<br />
y Esmeraldas nunca ha sido escrita,<br />
sin embargo, desde el punto de vista<br />
histórico, ésta es una de las regiones<br />
más importantes en Sudamérica; aquí<br />
los españoles recibieron por primera<br />
1 Marshal Saville, Las Antigüedades de Manabí,<br />
Ecuador, traducción e introducción Benjamín<br />
Rosales V., p. IX.<br />
2 Ibíd., p. 8.<br />
3 Ibíd., p. 11.<br />
vez información concreta del llamado<br />
Imperio peruano. 2<br />
Saville estudia, probablemente antes<br />
de su primera expedición, los trabajos<br />
de Cieza de León, Zarate, Garcilaso<br />
de la Vega, Xerez, Montesinos,<br />
Benzoni y el anónimo de la descripción<br />
de la Gobernación de Guayaquil<br />
de inicios del siglo XVII, que incluye<br />
al distrito de Puerto Viejo. También<br />
leyó Saville los trabajos de Teodoro<br />
Wolf, Juan de Velasco y González<br />
Suárez, para hacer una evaluación del<br />
desarrollo histórico de la región que se<br />
aprestaba a explorar. Observa Saville:<br />
Es evidente que los peruanos vinieron<br />
muy tarde a la región y, en consecuencia,<br />
ejercieron poca influencia en la cultura<br />
de los pueblos de la Costa. Es seguro<br />
asumir que el material de la colección<br />
que vamos a describir pertenece a un<br />
pueblo casi no tocado por ideas Incas. 3<br />
Apoya su observación con otra de<br />
González Suárez: “En la provincia de<br />
Manabí tocaron los Incas; pero su dominación<br />
sobre las gentes de ella fue corta<br />
y sin influencia ninguna considerable”. 4<br />
Saville resalta que no hay las crónicas<br />
antiguas en que aparezca el<br />
nombre de la región como Manabí,<br />
dice: “Usualmente se la llama provincia<br />
de Puerto Viejo. Otros nombres<br />
fueron: Gobierno de Cara, Tenencia<br />
de Puerto Viejo, Gobierno de Guayaquil<br />
y Provincia de Manta”. 5 Menciona<br />
una crónica de Salazar de Villasante,<br />
escrita alrededor de 1573, que dice<br />
4 Ibíd., p. 8.<br />
5 Ibíd., p. 12.
sobre Puerto Viejo: “Parece que hubo<br />
un fracasado intento de Santillán en<br />
1565, de trasladar la ciudad y consolidarla<br />
con Manta”. 6 Menciona una<br />
interesante nota de Velasco sobre los<br />
templos de la región:<br />
La provincia de Manta tuvo dos templos,<br />
que permanecieron desde su primera<br />
antigüedad hasta la llegada de<br />
los españoles. El uno en el continente<br />
y el otro en la isla llamada hoy La Plata.<br />
El del continente fue el más famoso<br />
y célebre entre todos, poco menos<br />
rico que el de Pachacamac en el Perú<br />
e igualmente frecuentado por peregrinos<br />
de todas partes. 7<br />
6 Ibíd., p. 12.<br />
7 Ibíd., p. 13.<br />
Portada y lámina del libro Las Antiguedades<br />
de Manabí, Ecuador<br />
La información histórica que Saville<br />
nos recuerda en ese capítulo<br />
sirve de buen preámbulo para la descripción<br />
de las ruinas de Jocay en el<br />
siguiente capítulo, “Arqueología” en<br />
su primer tomo de la obra. Nos dice:<br />
“Cerca de la actual población de Manta<br />
están las ruinas de un gran asentamiento<br />
precolombino”. 8 Agrega más<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
adelante: “Era un pueblo de considerable<br />
tamaño; pero por la crueldad<br />
de los españoles, quienes torturaron<br />
a los indígenas para obtener oro y<br />
esmeraldas, la población disminuyó<br />
rápidamente”. 9 El gran tamaño del<br />
poblado lo reafirma cuando escribe:<br />
Las ruinas de Jocay se pueden ver al<br />
sur de la actual población de Manta y<br />
se extienden hasta el mismo pueblo.<br />
Probablemente en tiempos pasados éstas<br />
llegaban hasta la línea costera, pero<br />
la actual población moderna ha borrado<br />
todo vestigio de las antiguas casas.<br />
Hay restos de cientos de sitios de casas<br />
y montículos con innumerables tiestos<br />
de cerámica rojos esparcidos aquí y allá<br />
sobre el suelo. Estas casas son a menudo<br />
de una habitación, pero existen<br />
algunas con dos o más e incluso hasta<br />
siete cuartos en una edificación. 10<br />
Saville detalla las dimensiones de<br />
al menos dos edificaciones, la mayor<br />
tenía 57,9 metros de largo, 11,9 metros<br />
en el extremo sur y 11,3 en el extremo<br />
norte; siendo estas dimensiones internas<br />
de paredes que iban entre 80 y 137<br />
centímetros de espesor. Observa, que<br />
del lado norte había una pendiente<br />
construida como acceso de la edificación,<br />
que tenía más de diez metros<br />
de largo y estaba en dirección al mar.<br />
Saville observó el proceso de destrucción<br />
de las ruinas:<br />
Las formas de los cuartos de muchas<br />
de estas casas todavía se pueden esbozar;<br />
pero por generaciones el lugar<br />
8 Ibíd., p. 17.<br />
9 Ibíd., p. 18<br />
10 Ibíd., p. 18.<br />
7
8<br />
ha servido como cantera para los habitantes<br />
de Manta, quienes están constantemente<br />
extrayendo piedras de las<br />
paredes para utilizarlas en el pueblo. 11<br />
Desafortunadamente, ese proceso<br />
de destrucción de las ruinas continuó<br />
sin que nadie lo impidiera. Cuando<br />
Saville estuvo en Manta, este puerto<br />
no tendría más de 3.000 habitantes,<br />
por su descripción de las ruinas, éstas<br />
abarcaban un área muy superior a la<br />
que ocupaba Manta en 1906.<br />
Saville describe también la existencia<br />
de muchos montículos, cree<br />
que pudieron ser sitios de entierro y<br />
resalta que en algunos sitios había esculturas.<br />
Dice:<br />
En un grupo de cuartos, hacia el este,<br />
hay una cantidad de esculturas de piedra<br />
muy desintegradas. Un cuarto tiene<br />
paredes hechas de tierra, probablemente<br />
de ladrillos de adobe tan comúnmente<br />
utilizados en la antigua América. 12<br />
Una figura humana con la cabeza<br />
rota medía 146 centímetros de altura<br />
y 71 a través. Una de las esculturas estaba<br />
grabada y todas muy desgastadas<br />
por la intemperie, de tal manera,<br />
que según Saville: “poco sirven como<br />
evidencia actual del grado de adelanto<br />
en el arte del tallado hecho por el<br />
antiguo pueblo”. 13 Sobre la existencia<br />
de esculturas de piedra da un interesante<br />
testimonio:<br />
En el patio de la casa de comercio, conocida<br />
como Casa Tagua, en Manta, hay<br />
11 Ibíd.<br />
12 Ibíd.<br />
13 Ibíd., p. 19.<br />
dos esculturas extremadamente curiosas<br />
con figuras de animales, que fueron tomadas<br />
de las ruinas de Manta y están en<br />
mejor estado de preservación que las esculturas<br />
mencionadas anteriormente. 14<br />
Éstas tenían 122 centímetros de<br />
altura y representan animales con<br />
cuellos enormemente largos, posiblemente<br />
llamas esquematizadas. Había<br />
en el suelo alrededor de las ruinas, los<br />
tiestos rojos, martillos de piedra, metates,<br />
restos de vasijas, fragmentos de<br />
figuras de arcilla. Indica Saville: “Los<br />
nativos dicen que en el sitio del templo<br />
antiguo está localizado actualmente<br />
el cementerio moderno de la población<br />
de Manta”. 15 Antes de referirse<br />
al Cerro de Hojas, famoso ya entonces<br />
por los asientos de piedra que se<br />
encontraban en museos de Europa y<br />
América, dice sobre el sitio del antiguo<br />
Jocay: “Hasta ahora, no se han hecho<br />
excavaciones en las ruinas que cubren<br />
varias millas cuadradas y prometen<br />
ser uno de los campos más importantes<br />
para el futuro trabajo arqueológico”.<br />
16 Desafortunadamente, como<br />
veremos más adelante, pocos estudios<br />
se realizaron que nos dieran más luces<br />
sobre la historia de este viejo puerto<br />
indígena, antes que el crecimiento de<br />
Manta y el irresponsable uso de los sitios<br />
como cantera destruyeran muchísimos<br />
vestigios del pasado.<br />
Jacinto Jijón y Caamaño, según él<br />
mismo nos dice en su Antropología Prehispánica<br />
del Ecuador, practicó intensas<br />
excavaciones metódicas en Manta en<br />
14 Ibíd.<br />
15 Ibíd.<br />
16 Ibíd.
1917 y 1923. Dice que encontró notables<br />
enterramientos de carácter ceremonial<br />
y millares de fragmentos de barro negro<br />
finamente grabadas. Expresa Jijón:<br />
“Profundizando la excavación encontramos<br />
nuevos cimientos de casa y otra<br />
alfarería muy distintos”, 17 lo que demuestra<br />
la antigüedad del sitio, dada<br />
los diferentes niveles de ocupación poblacional.<br />
Jijón encuentra abundantes<br />
vestigios de ocupaciones ancestrales:<br />
Manta está llena de montículos de un<br />
tipo especial, están hechos aprovechando<br />
un desnivel del terreno, que ha sido<br />
exagerado y aprovechado de tal modo,<br />
que la plataforma superior quede a mayor<br />
altura de la superficie del terreno, 18<br />
Emilio Estrada terminó su obra<br />
Arqueología de Manabí Central pocos<br />
días antes de su fallecimiento, en no-<br />
17 Jacinto Jijón y Caamaño, Antropología Prehispánica<br />
del Ecuador, p. 102.<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
describe la existencia de terrazas<br />
sostenidas con muros de canto,<br />
y contrariamente a lo observado por<br />
Saville, dice que en esos montículos o<br />
plataformas había escaleras. La obra<br />
de Jijón, fechada en 1945, fue publicada<br />
después de su muerte, e incluye<br />
planos de dos plataformas que fueron<br />
bases de antiguas edificaciones. El<br />
trabajo de este arqueólogo permitió<br />
preservar muchas piezas de cerámica,<br />
barro y piedra que se pueden ver en el<br />
museo ubicado en Quito y que lleva su<br />
nombre. Jijón confirmó la importancia<br />
que tuvo Jocay y la antigüedad de este<br />
gran asentamiento ancestral ubicado<br />
donde está hoy la ciudad de Manta.<br />
Lámina del libro Las Antiguedades de Manabí, Ecuador<br />
viembre de 1961. En ésta se refiere a<br />
sus excavaciones alrededor de Manta<br />
en 1960. Hace importantes observa-<br />
18 Ibíd., p. 102.<br />
9
ciones que demuestran la gran extensión<br />
de la zona arqueológica del antiguo<br />
puerto indígena. Dice Estrada:<br />
10<br />
El área de distribución de tiestos<br />
manteños del último período permite<br />
calcular para el Manta protohistórica<br />
una población total de siquiera 20 mil<br />
almas, sobre una base computada en<br />
pueblos rurales actuales de Manabí,<br />
de cinco habitantes por cada casa. 19<br />
También dice:<br />
Si aplicamos cálculos comprobados de<br />
fechas de secamiento de bahías y creación<br />
de salitrales, a lo que es actualmente<br />
el lecho de dicho Río Manta,<br />
determinaríamos que Tarqui y Esteros<br />
estaban separados de Manta, propiamente<br />
dicho, hace alrededor de dos<br />
mil años. Esto es, una gran bahía se<br />
adentraba algunos cientos de metros<br />
en la desembocadura del Río Manta.<br />
Habrían habido por lo tanto, en la<br />
época referida, dos sectores de población<br />
propiamente, que seguramente<br />
requerían de embarcaciones o puentes<br />
para sus comunicaciones. 20<br />
El crecimiento de Manta, desde<br />
que la visitó Saville hasta que Estrada<br />
realizó trabajos en el sitio, había hecho<br />
desaparecer la mayoría de ruinas;<br />
dice Estrada:<br />
Propiamente corrales de piedra, bases<br />
de edificaciones, de los tantos que existieron<br />
en Manta en 1906 cuando lo estudió<br />
Saville, solo hay en los terrenos<br />
19 Emilio Estrada, Arqueología de Manabí Central,<br />
p. 81.<br />
20 Ibíd., p. 16.<br />
21 Ibíd., p. 17.<br />
22 Ibíd., p. 17.<br />
del Sr. Aquiles Paz al este de Tarqui,<br />
cerca del camino al Campo de Aviación,<br />
y pequeños restos en Manta sobre<br />
la meseta que linda con el Río Manta. 21<br />
Pero excavando diferentes sitios<br />
habían evidencias de continuas y amplias<br />
ocupaciones humanas en el lugar,<br />
el arqueólogo guayaquileño expresa:<br />
Por el lado de la cantera, al oeste del<br />
rompeolas, y en general en todo Manta,<br />
aún se aprecia el inmenso depósito<br />
de tiestos Manteños del último período,<br />
con una profundidad de un metro<br />
y algo más en ciertos puntos. 22<br />
Dice Estrada:<br />
Es seguro que la población que Saville<br />
menciona, con sus ruinas visibles en<br />
1906, estaba situada en la meseta de<br />
unos 10 m de alto, sobre la cual descansa<br />
la parte comercial y residencial de la ciudad<br />
actual cubriendo seguramente una<br />
mayor área que hoy, si nos atenemos a<br />
los depósitos de tiestos manteños. 23<br />
Estrada investigó zonas aledañas<br />
al área en que Saville registró grandes<br />
edificaciones, y se sorprende de la<br />
amplitud del sitio cuando indica:<br />
De extremo a extremo en Manta, los<br />
tiestos se extienden frente al mar por<br />
una distancia de 2 kilómetros casi ininterrumpidamente,<br />
o sea que representa<br />
una población aborigen enorme. Esporádicamente<br />
estos tiestos continúan hacia<br />
el norte en dirección de Jaramijó. 24<br />
Todavía en 1960, como cuenta<br />
Estrada que ocurrió en Esteros, se<br />
23 Ibíd.<br />
24 Ibíd.
arrasaban zonas arqueológicas para<br />
construir urbanizaciones, sin que se<br />
hagan siquiera estudios previos que<br />
registren evidencias del pasado.<br />
Felizmente, Saville, Jijón y Estrada<br />
pudieron comprobar y registrar el<br />
gran tamaño y milenaria ocupación<br />
del sitio donde hoy está la ciudad de<br />
Manta. El trabajo de estos arqueólogos<br />
indicaría que Jocay fue a la llegada de<br />
los españoles, una de las mayores, sino<br />
la más grande, población indígena en<br />
lo que hoy es territorio ecuatoriano.<br />
¿Cómo se explica que una población<br />
indígena tan grande, posiblemente<br />
de más de veinte mil habitantes,<br />
como la que habría existido en<br />
Jocay en 1528, se haya reducido tan<br />
drásticamente, para quedar como pequeño<br />
puerto solo una o dos décadas<br />
después? Saville da la explicación en<br />
el maltrato de los españoles a los nativos<br />
que querían extraer todo el oro y<br />
esmeraldas que hubieran escondido.<br />
Cieza de León en El Señorío de los Incas<br />
confirma esa plausible explicación:<br />
Y es verdad que yo he visto pueblos,<br />
y pueblos bien grandes, y de una sola<br />
vez que cristianos españoles pasen<br />
por él quedar tal que no parecía sino<br />
que fuego lo había consumido; y como<br />
las gentes no eran de tanta razón, ni<br />
unos a otros se ayudaban, perdíanse<br />
después con hambres y enfermedades,<br />
porque entre ellos hay poca caridad<br />
y cada uno es señor en su casa y<br />
no quiere más cuenta. 25<br />
Solo por ese maltrato y abuso de<br />
los conquistadores podemos entender<br />
la destrucción de prósperas poblaciones.<br />
También es cierto que puertos<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
como Jocay, que tendrían relaciones<br />
comerciales gracias a la utilización<br />
de embarcaciones de balsa, como<br />
observaron los primeros navegantes<br />
españoles, no solo con señoríos vecinos<br />
sino también por la explotación<br />
y comercialización del “mullo” y el<br />
“pututo”, con culturas más alejadas,<br />
vieron interrumpidos esos contactos<br />
que acrecentaban su riqueza.<br />
En todo caso Jocay no pudo desaparecer,<br />
el puerto era entonces, como<br />
sigue siendo hoy en día, la mejor caleta<br />
de la Costa de lo que ahora es territorio<br />
ecuatoriano. Ese sitio era el mejor<br />
lugar para que anclen, y se aprovisionen<br />
de agua y víveres, las naves españolas<br />
que iban al Perú desde Panamá.<br />
¿Cómo la llamaron los españoles antes<br />
que el nombre de Manta se convierta<br />
en el que le dieron definitivamente al<br />
sitio y que encontramos en referencias<br />
históricas, tan solo a partir de 1550?<br />
Esa pregunta nos hemos hecho nosotros<br />
y con seguridad también otros investigadores<br />
en el pasado. Para dilucidarla,<br />
debemos revisar narraciones de<br />
los primeros historiadores.<br />
Entre estos cronistas hay unos<br />
pocos que estuvieron en el descubrimiento<br />
y conquista del Perú, y escribieron<br />
sus hazañas; Juan Ruiz de<br />
Arce es uno de ellos, quien después<br />
de la caída del Imperio incaico regresó<br />
a España con su parte del tesoro y<br />
después se retiró en la villa de Alburquerque.<br />
Escribió una especie de memorias<br />
titulada Advertencias de Juan<br />
Ruiz de Arce a sus sucesores. En ésta<br />
25 Pedro Cieza de León, El Señorío de los Incas,<br />
p. 60.<br />
11
cuenta que se embarcó en un pequeño<br />
navío en Nicaragua con catorce<br />
compañeros de a caballo para unirse a<br />
Pizarro, desembarcaron en la bahía de<br />
San Mateo y después de pasar ocho<br />
días en Quaqui, se encontraron con<br />
hombres de Pizarro, quien estaba más<br />
al sur con muchos hombres enfermos<br />
con verrugas. Dice que era una provincia<br />
de muchos indios y pueblos,<br />
que había mucho maíz y pescado, y<br />
que bebían de pozos. Afirma:<br />
26 Conde de Canilleros, Tres testigos de la conquista<br />
del Perú, p. 81.<br />
27 Ibíd., p. 119.<br />
12<br />
Cultura manteña<br />
Era señora de esta tierra una mujer y<br />
todos le obedecían y teníanle por señora…<br />
Tratan por la mar; es gente de mucho<br />
trato. Los navíos que tienen son de<br />
esta manera: juntan diez o doce palos,<br />
que los hay en aquella tierra, que son<br />
del arte de corcho, y átanlos con sogas<br />
y pónenles sus velas. Y navegan, costa<br />
a costa. Llámase esta provincia Achira<br />
y así se llama la señora de ella. 26<br />
Diego de Trujillo es otro de los<br />
conquistadores, él se quedó en Perú<br />
y a pedido del virrey Toledo, en 1571,<br />
escribió una “Relación del descubrimiento”.<br />
Trujillo partió con Pizarro<br />
desde Panamá a comienzos de 1531.<br />
Dice que después de estar diez días<br />
en la bahía de San Mateo, siguieron<br />
a Catamez y luego a un pueblo grande<br />
pero abandonado que se llamaba<br />
Canceví, al norte de “los ríos de Quiximis”.<br />
27 Más al sur, en Cuaque, encontraron<br />
grandes riquezas:<br />
Había gran cantidad de ropa blanca de<br />
algodón; era un pueblo de grandes casas<br />
y tenía muchos ídolos y atambores.<br />
Había mucha comida de maíz y frutas…<br />
En este pueblo se tomaron dieciocho mil<br />
pesos en oro y algunas plata baja. 28<br />
También esmeraldas en cantidad,<br />
según Trujillo, estuvieron ahí ocho<br />
meses, y recibieron abastos y gente llegados<br />
en el navío del mercader Pedro<br />
Gregorio. Luego hace la primera mención<br />
a la provincia, como sinónimo de<br />
región, de Puerto Viejo. Dice que salieron<br />
de Cuaque, fueron al cabo de Pascio<br />
y pasaron a la bahía de caraques:<br />
Y de allí, en un navío, metieron todos<br />
los enfermos y los enviaron a un pueblo<br />
que se dice Charapoto, que es en la<br />
provincia de Puerto Viejo; llevaron tres<br />
hombres sanos para que los curasen. 29<br />
Dice que los otros siguieron por tierra<br />
hasta Tocagua, y de allí a un pueblo<br />
de la nombrada región donde era señora<br />
una viuda rica. Afirma sobre la región:<br />
28 Ibíd., pp. 119-120<br />
29 Ibíd., p. 122.
Estuvimos en esta tierra de Puerto<br />
Viejo más de dos meses. Había maíz y<br />
pescado, y fruta de la tierra, papayas.<br />
Había miel, hecha de maíz. Es tierra<br />
seca, que con el sol se abren grietas en<br />
la tierra, y por algunas partes es tierra<br />
de montaña. Y hay cacao de lo de Méjico,<br />
aunque poco. 30<br />
Es indudable que desde que conocieron<br />
la región central de Manabí, los<br />
españoles la llamaron provincia o tierra<br />
de Puerto Viejo.<br />
Pedro Pizarro, pariente de Francisco,<br />
quien lo acompaño en su tercer<br />
viaje escribió la Relación del descubrimiento<br />
y conquista de los Reinos del<br />
Perú, en el que afirma que Alvarado<br />
“desembarcó” en Puerto Viejo cuando<br />
vino atraído por las riquezas del Perú.<br />
30 Ibíd., p. 123.<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
Sin duda el sitio era un puerto.<br />
Pedro Cieza de León es el principal<br />
cronista del Perú, tanto por la extensión<br />
de su trabajo como por la prolijidad<br />
del mismo; esto no quiere decir<br />
que su trabajo no tenga contradicciones<br />
y errores. La crónica del Perú se publicó<br />
en Sevilla en 1553, sus otras tres<br />
obras quedaron inéditas tras su muerte<br />
por casi tres siglos. En esa primera<br />
obra, el autor que había venido como<br />
soldado a Nueva Granada y viajó a<br />
Quito desde Popayán para participar<br />
en la guerra contra Gonzalo Pizarro,<br />
describe la región de lo que luego fuera<br />
la Audiencia de Quito, dice: “Está<br />
a la parte del poniente de ellos la provincia<br />
de los Guancavilcas, que son<br />
términos de la ciudad de Guayaquil<br />
y Puerto Viejo”. 31 Luego divide a los<br />
pobladores en dos grupos, los unos<br />
que se encuentran entre cabo Pasaos<br />
y el pueblo de Zalango, que se labran<br />
la cara; y los de Guayaquil, al sur, que<br />
no lo hacen. Dice: “Y los principales<br />
pueblos donde los naturales usan labrarse<br />
en esta provincia son: Pasaos,<br />
Xaramijo, Pimpanguace, Peclansemeque<br />
y el valle de Xagua, Pechonse, y<br />
los de Monte-Cristo, Apachingue y<br />
Silos, y Canilloha y Manta y Zapil,<br />
Manaví, Xaraguaza y otros que no<br />
se cuentan, que están a una parte y<br />
a otra”. 32 Como podemos suponer, el<br />
valle mencionado sería el principal de<br />
la región, que hoy conocemos como el<br />
del río Portoviejo. Esta obra fue escrita<br />
alrededor de 1550, y ya aparecen<br />
31 Pedro Cieza de León, La crónica del Perú, p.<br />
60.<br />
32 Ibíd., p. 218.<br />
13
dos nombres de pueblos en castellano:<br />
Manta y Monte-Cristo; el primero<br />
donde estuvo la gran ciudad indígena<br />
de Jocay, y el otro, que creció con<br />
gente que abandonó el antiguo puerto.<br />
Para entonces ya llamaban con el<br />
nombre de la abundante especie marina<br />
al milenario sitio, Cieza resalta:<br />
14<br />
Afirman que el señor de Manta tiene o<br />
tenía una piedra de esmeralda, de mucha<br />
grandeza y muy rica, la cual tuvieron<br />
y poseyeron sus sucesores por<br />
muy venerada y estimada, y algunos<br />
días la ponían en público, y la adoraban<br />
y reverenciaban como si estuviera<br />
en ella encerrada alguna deidad. 33<br />
Comenta que los enfermos iban a<br />
buscar curación ante la piedra y le hacían<br />
sacrificios. En el Señorío de los Incas,<br />
Cieza se refirió así a la relación de<br />
Túpac Inca Yupanque con la región:<br />
A las provincias que llamamos de<br />
Puerto Viejo envió sus orejones a algunas<br />
de ellas para que les hablasen<br />
y quisiesen tener su confederación,<br />
como las demás hacían y que les impusiesen<br />
en cómo habían de sembrar<br />
y servir y vestir y reverenciar al sol; 34<br />
sin embargo, dice que<br />
se juntaron tantos de los barbaros que<br />
mataron y vencieron a los que fueron,<br />
de que mostró sentimiento el Inca;<br />
mas por tener negocios grandes entre<br />
las manos y convenir en persona volver<br />
al Cuzco, no fue él propio a dalles<br />
castigo por lo que habían hecho. 35<br />
33 Ibíd., p. 226.<br />
34 Pedro Cieza de León, El Señorío de los Incas,<br />
p. 166.<br />
Continua más adelante con los intentos<br />
de Guayna Cápac por conquistar<br />
a los Guancavilcas desde el sur:<br />
Desde estas tierras que ya había reformado,<br />
se afirma también que envió<br />
capitanes con gente la que bastó a que<br />
viesen la costa de la mar lo que había<br />
a la parte del Norte y que procurasen<br />
de atraer a su servicio los naturales de<br />
Guayaquil y Puerto Viejo; y que estos<br />
anduvieron por aquellas comarcas, en<br />
las cuales tuvieron guerra y algunas<br />
batallas, y en unos casos quedaban<br />
vencedores y en otros no del todo. 36<br />
En Descubrimiento y conquista del<br />
Perú, Cieza da una información de la<br />
región de 1528, en el segundo viaje de<br />
Pizarro, cuando regresaba de Túmbez<br />
a Panamá, dice:<br />
De aquí navegaron y en Puerto Viejo<br />
salieron muchas balsas con mantenimientos,<br />
mostrando todos una alegría<br />
con ver y hablar con los españoles; y le<br />
dieron otro muchacho a quien pusieron<br />
por nombre don Juan. 37<br />
Aquí queda claro que Puerto Viejo<br />
era un puerto grande, donde había<br />
muchas balsas, que existía antes que<br />
Francisco Pacheco fundara la Villa de<br />
San Gregorio en 1535. Más adelante,<br />
cuando describe el tercer viaje de Pizarro,<br />
después de salir de Quaque,<br />
dice que en bahía de Caraques los<br />
indios mataron a un cristiano abusivo,<br />
pero que el cacique se disculpó y<br />
castigó al culpable para aplacar la ira<br />
35 Ibíd.<br />
36 Ibíd., p. 185.<br />
37 Pedro Cieza de León, Descubrimiento y conquista<br />
del Perú, p. 158.
de Pizarro, quien había enviado a los<br />
de a caballo a matar algunos indios en<br />
venganza, luego:<br />
Y como esto pasó, caminaron delante<br />
a la provincia de Puerto Viejo, donde<br />
los indios guardan grandes religiones<br />
y se vieron en algunos lugares formas<br />
feos con miembros deshonestos en<br />
que adoran. 38<br />
Aquí vemos que lo que en un inicio<br />
se consideró provincia de Puerto Viejo<br />
era el valle del Xagua, luego conocido<br />
como valle del río Portoviejo, y sabemos<br />
por trabajos arqueológicos del<br />
siglo pasado, que Jocay era la principal<br />
población de la región y que tenía<br />
ídolos de piedra, lo que concuerda con<br />
el relato de Cieza. Más adelante, Cieza<br />
se refiere al viaje de Pedro de Alvarado<br />
a tierras del norte del Perú, dice que<br />
luego de desembarcar en bahía de Caraques:<br />
“determinó Alvarado que los<br />
navíos se fuesen a Puerto Viejo y que<br />
la gente marchase por tierra con los<br />
cavallos y gente de servicio que sacaron<br />
de Guatimala y Nicaragua”. 39 Obviamente,<br />
se refiere a un puerto y no a<br />
la villa que fundaría Pacheco tres años<br />
después. Pero Cieza escribe este libro<br />
alrededor de 1550, y ya el puerto empezaba<br />
a recibir el nombre que tiene<br />
actualmente porque a renglón seguido<br />
dice: “Hecho este proveimiento, el<br />
adelantado con algunos escuderos que<br />
le fueron acompañando fue a Manta,<br />
donde estaban los navíos”. 40 Destaca<br />
Cieza el daño causado a los indígenas<br />
38 Ibíd., p. 180.<br />
39 Ibíd., p. 282.<br />
40 Ibíd.<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
de la comarca de Puerto Viejo por el<br />
abuso de la gente de Alvarado, e incluso<br />
porque los indios traídos de Guatemala<br />
“comieron infinidad de gente”,<br />
ya que tenían esa costumbre.<br />
Francisco López de Gómara es otro<br />
cronista muy ilustrado, en el tomo<br />
I de su Historia General de las Indias,<br />
dice que Pizarro, después de enviar<br />
veinte mil pesos de oro desde Coaque<br />
para atraer más gente a la conquista,<br />
caminó hasta Puerto Viejo, donde llegó<br />
Benalcázar con otros españoles y<br />
más gente con caballos. Claramente<br />
se refiere a un puerto, San Gregorio<br />
no había sido aún fundado. López<br />
destaca: “Dicen que hubo gigantes<br />
en tiempos antiguos, cuyas estatuas<br />
halló Francisco Pizarro en Puerto Viejo”.<br />
41 Se entiende que se refiere a un<br />
sitio, y sabemos que en las ruinas de<br />
Jocay, Saville encontró deterioradas<br />
estatuas de hombres de piedra.<br />
Diego Fernández en su Historia del<br />
Perú, se refiere al alzamiento de Gonzalo<br />
Pizarro en 1543 y al viaje del presidente<br />
De la Gasca para restablecer<br />
el poder de la Corona. Dice que luego<br />
de dar órdenes a los vecinos de Puerto<br />
Viejo, “partieron de aquel puerto,<br />
y con la buena navegación que tuvieron<br />
llegaron en seis días a Túmbez”, 42<br />
donde el enviado de la Corona halló<br />
a Meneses con sus navíos y a un tal<br />
Carvajal, mensajero de Arequipa.<br />
En cambio, Tristán Sánchez, que<br />
escribió De virreyes y gobernadores del<br />
41 Francisco López de Gómara, Historia General<br />
de las Indias, t. I, p. 276.<br />
42 Diego Fernández, Historia del Perú, p. 211.<br />
15
Perú ya en el último cuarto del siglo<br />
XVI, se refiere al antiguo puerto indígena<br />
como Manta.<br />
Ya entrado el siglo XVII, fray Reginaldo<br />
de Lizárraga, que llegó con su<br />
familia a Quito de joven, recuerda en<br />
su obra Descripción breve de toda la tierra<br />
del Perú, Tucumán, Río de la Plata y<br />
Chile, su viaje por mar en 1560, cuando<br />
tenía quince años:<br />
16<br />
Este reino, tomándolo por lo que habitamos<br />
los españoles, es largo y angosto,<br />
comienza, digamos, desde el<br />
puerto o por mejor decir plaza llamado<br />
Manta, y por otro nombre Puerto<br />
Viejo. Llámese Puerto Viejo por un<br />
pueblo de españoles, así llamado, que<br />
dista del puerto la tierra adentro ocho<br />
o diez leguas; no lo he visto, pero sí es<br />
abundante de trigo y maíz y otras comidas<br />
de tierra, de vacas y ovejas… 43<br />
Esta última cita pudiera convencer<br />
a muchos sobre el primer nombre que<br />
recibiera Jocay, luego de su descubrimiento;<br />
pero, hay quienes aun así,<br />
considerarían como una hipótesis la<br />
propuesta de que a Jocay, los españoles<br />
la llamaron Puerto Viejo antes de<br />
que se generalizara el uso del nombre<br />
de Manta. Hace tres meses encontré<br />
en “Los Terceros”, un almacén de libros<br />
antiguos en Sevilla, un folleto<br />
publicado en Madrid en 1977 que reproduce<br />
un manuscrito titulado:<br />
Libro cuarto de la cosmografía práctica<br />
y moderna llamado Espejo de Navegantes.<br />
Ordenado y compuesto por<br />
43 Reginaldo de Lizárraga, Descripción breve<br />
de toda la tierra del Perú, Tucumán, Río de la<br />
Plata y Chile, p. 5.<br />
Alonso de Chaves, Cosmógrafo de la<br />
Sacra, Cesárea, y Católica, y Real Majestad<br />
del Emperador Carlos quinto<br />
Semper augusto.<br />
Los editores, P. Castañeda, M.<br />
Cuesta y P. Hernández, exponen en<br />
el prólogo que el manuscrito reposa<br />
en la Real Academia de la Historia,<br />
en Madrid. Hacen una biografía del<br />
autor, don Alonso de Chaves, quien<br />
fue colaborador de don Hernando<br />
Colón en el trabajo encomendado en<br />
1526 de hacer una carta de navegar y<br />
un mapamundi. Fue nombrado piloto<br />
mayor de la Casa de la Contratación<br />
en 1552, luego que su predecesor, Sebastián<br />
Caboto, pasara al servicio de<br />
Inglaterra. Ejerció ese cargo hasta<br />
su jubilación, cuando tenía noventa<br />
años, en 1586. Los editores creen que<br />
la obra permaneció inédita por la preocupación<br />
que cayera en manos de<br />
pilotos extranjeros, facilitándoles la<br />
navegación. Estiman que la terminación<br />
del manuscrito estaría alrededor<br />
de 1537, y que este trabajo es la recopilación<br />
de información de muchos<br />
pilotos, que al llegar a Sevilla debían<br />
reportar los pormenores de sus viajes,<br />
puntos geográficos, escollos, etc.<br />
Examinado este documento, sorprende<br />
el detalle de información<br />
náutica disponible en la época. Ciertamente<br />
hay errores en las distancias<br />
y grados indicados, estos son enteramente<br />
comprensibles por las limitaciones<br />
de entonces. En el anexo reproducimos<br />
el Capítulo Decimosexto<br />
“Que trata de la Costa del Perú y sus<br />
partes”. Desde el punto 16, la Punta<br />
de Mangles, hasta el 33, Río de Túm-
ez, las referencias son de sitios en la<br />
costa del actual territorio ecuatoriano.<br />
Casi todos estos puntos son claramente<br />
identificables, como lo vemos<br />
en el mapa a continuación.<br />
Tenemos dudas en el Puerto de<br />
Santiago, que estaría entre Bolívar (Limones)<br />
y La Tola; Puerto Pasao, entre<br />
Briceño y La Canoa; el río Tumepumpa,<br />
que pudiera ser el Cañar, que desemboca<br />
en una gran ensenada frente a<br />
Puná, como indica la guía para navegantes;<br />
y el Río de Balsas, que puede<br />
tratarse del Jubones, o bien del propio<br />
Guayas, que en el canal de Jambelí acarrea<br />
cientos de balsas. El punto 25 dice:<br />
Puerto Viejo, en la costa del Perú, está<br />
en 1 ¼ grado al sur. Está al nordeste de<br />
44 Alonso de Chaves, Libro IV de su Espejo de<br />
Navegantes, p. 133. 45 Ibíd., p. 134.<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
punta de Santa Elena, dista 40 leguas.<br />
Está a sur sudoeste de cabo de San Francisco,<br />
dista de él 36 leguas. Este puerto<br />
por la banda del norte sale una punta, y<br />
delante de ella, dos leguas a la mar, está<br />
una isla, que se dice de la Plata. 44<br />
Existe una equivocación en la distancia<br />
entre Manta y la Isla de la Plata,<br />
que el mismo autor corrige en el<br />
punto 43, de la sección “De las Islas<br />
Anejas a la Costa del Perú”, que dice:<br />
Isla de la Plata, en la costa del Perú,<br />
está en 1 grado escaso al sur. Está al<br />
sur-sudoeste de cabo de San Francisco,<br />
dista de él 30 leguas. Está al nordeste<br />
de punta de Santa Elena, dista<br />
de ella 40 leguas. Esta isla es apartada<br />
de Puerto Viejo 5 leguas. 45<br />
Una legua es equivalente a 5 millas<br />
náuticas, por lo que este dato es más<br />
acertado al que da en el numeral 25. El<br />
lector puede comprobar la ubicación<br />
de los puntos que don Alonso Chávez<br />
indica en su Espejo de Navegantes, y<br />
darse cuenta de la claridad del mismo.<br />
Sería incomprensible que un puerto<br />
tan importante como el antiguo Jocay<br />
no estuviera incluido en una carta<br />
para navegantes. Los pilotos españoles,<br />
y como hemos visto, también los<br />
cronistas, a Jocay lo conocieron desde<br />
su descubrimiento en 1528 como<br />
Puerto Viejo, el nombre de Manta<br />
se hizo común a partir de 1550. Ese<br />
Puerto Viejo, por la importancia que<br />
tenía por su gran población y estupendo<br />
puerto, le dio el nombre a toda<br />
la región, primeramente al valle del<br />
Xagua, después, a todo el territorio.<br />
17
Hasta 1542, en que Guayaquil cobrara<br />
importancia, a esta región aledaña<br />
también se la consideró parte de la<br />
“Provincia de Puerto Viejo”. Para comienzos<br />
del siglo XVII, como vemos<br />
en la segunda parte del Anónimo Descripción<br />
de la Gobernación de Guayaquil,<br />
en lo Natural, se conoce como distrito<br />
de Puerto Viejo al territorio de la actual<br />
provincia de Manabí, exceptuando<br />
la región al norte de La Canoa, que<br />
era considerada en la Colonia como<br />
parte del distrito de Esmeraldas. Esto<br />
cambio con la ley territorial colombiana<br />
de 1824, en donde se le dio a la provincia<br />
el nombre de Manabí y el límite<br />
se estableció al norte de Cojimíes.<br />
La Villa de San Gregorio de Puerto<br />
Viejo, fundada por Francisco Pacheco<br />
en 1535, fue conocida, según algunos,<br />
como Villanueva de San Gregorio durante<br />
sus primeros años. Aunque no<br />
existe el acta de fundación, sabemos<br />
que el patrono fue San Gregorio; y que<br />
esta ciudad, igual como pasó con la<br />
ciudad de Santiago, que poco después<br />
de establecida se la llamó con el nombre<br />
del río y la región: Guayaquil, la villa<br />
española de San Gregorio fundada<br />
en 1535 asumió el nombre con el que<br />
ya se conocía la región: Puerto Viejo.<br />
Contrario a lo algunos sostienen, que<br />
hubo una fundación al pie del mar que<br />
justificaría su nombre, esto no fue así,<br />
el informe anónimo Descripción de la<br />
Gobernación de Guayaquil, en lo natural,<br />
mencionado anteriormente y escrito<br />
alrededor de 1605, dice:<br />
46 Colección de Documentos inéditos relativos<br />
al descubrimiento, conquista y organización<br />
de las antiguas posesiones españolas de Amé-<br />
18<br />
La ciudad de Puerto Viejo afirman haber<br />
sido la segunda que se fundó en aquel<br />
reino, porque la primera fue Piura: fundóse<br />
en tiempo de los Reyes Católicos<br />
Don Fernando y Doña Isabel por orden<br />
del marqués Don Francisco Pizarro, y<br />
dicen que se fundó tres veces, la primera<br />
tres leguas el río arriba, y la segunda<br />
una más debajo de donde agora está. 46<br />
Añade que en las cédulas y provisiones<br />
se la llama ciudad, pero que<br />
está venida a menos. Luego, posiblemente<br />
en época republicana, aunque<br />
según algunos historiadores a partir<br />
de 1780, a la capital de Manabí se la<br />
conoce como Portoviejo.<br />
En el siguiente cuadro cronológico<br />
podemos ver los cambios de nombres<br />
del puerto, región y actual ciudad de<br />
Portoviejo.(ver en la pagina siguiente)<br />
Este corto estudió es una demostración<br />
de cómo la Arqueología puede<br />
ayudar a la Historia a dilucidar<br />
hechos y circunstancias del pasado.<br />
En este caso la importancia precolombina<br />
y antigüedad de la ciudad<br />
de Manta, que no registra fundación<br />
española sencillamente porque ya era<br />
un viejo y gran puerto, antes de que<br />
los conquistadores “descubrieran” la<br />
costa del actual territorio ecuatoriano.<br />
Los registros históricos señalan que<br />
Puerto Viejo fue el nombre que le dieron<br />
los conquistadores a la estratégica<br />
población indígena, con este nombre<br />
se conoció a la región, y, luego, la villa<br />
*<br />
rica y Oceanía, sacados de los Archivos del<br />
Reino y muy especialmente del de Indias por<br />
D. Luis Torres de Mendoza, t. IX, pp. 283-284.
española de San Gregorio asumió el<br />
nombre de la región. El viejo puerto<br />
precolombino, que quedó muy despoblado,<br />
primero por los abusos de<br />
los españoles con sus pobladores, y,<br />
luego por las amenazas de ataques<br />
Puerto<br />
Provincia<br />
Ciudad<br />
Bibliografía<br />
Alonso de Chaves,<br />
1977 Alonso de Chaves y el Libro IV de su Espejo<br />
de Navegantes, P. Castañeda, M. Cuesta y P.<br />
Hernández, edits., Madrid, Industrias Gráficas<br />
España, S. L.<br />
Anónimo,<br />
1868 “Descripción de la Gobernación de Guayaquil,<br />
en lo Natural”. (1) (B.N.J. 42.) Colección<br />
de documentos inéditos relativos al descubrimiento,<br />
conquista y organización de las<br />
antiguas posesiones españolas de América<br />
y Oceanía, sacados de los Archivos del Reino<br />
y muy especialmente del de Indias por<br />
D. Luis Torres de Mendoza, t. IX, Madrid.<br />
Antonio Herrera,<br />
1934 Historia general de los hechos de los castellanos<br />
en las islas y tierra firme del Mar<br />
Océano”, t. I “Descripción de las Indias Occidentales”,<br />
Madrid.<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
piratas, siguió siendo el principal<br />
puerto de la región, y los españoles,<br />
alrededor de 1550, lo comienzan a llamar<br />
con el nombre de una abundante<br />
especie marina de sus costas: Manta.<br />
Cuadro Cronológico de nombres en Manabí<br />
Jocay<br />
Achira<br />
(Sólo<br />
valle<br />
Xagua)<br />
1528 1535 1550 1780-1824<br />
Puerto viejo Manta Manta<br />
Puerto Viejo<br />
Región o<br />
provincia<br />
incluyendo<br />
Guayaquil<br />
Villa San Gregorio<br />
de Puerto Viejo<br />
Conde de Carnilleros,<br />
1964 “Tres testigos de la conquista del Perú”, en<br />
Hernando Pizarro, Juan Ruiz de Arce y Diego<br />
de Trujillo, Colección Austral, 1168, Madrid,<br />
Espasa-Calpe, S. A., 3a. ed.<br />
Diego de Trujillo,<br />
1571 Relación de Diego de Trujillo.<br />
Diego Fernández,<br />
1963 “Historia del Perú”, imp. Original 1568, en<br />
Crónicas del Perú, t. I y II, estudio preliminar<br />
de Juan Pérez Tudela, Madrid, Biblioteca de<br />
Autores Españoles.<br />
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Francisco de Jerez,<br />
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Francisco Esteve Barba,<br />
Puerto Viejo<br />
Manabí<br />
Puerto Viejo<br />
19
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Francisco López de Gómara,<br />
1985 Historia General de las Indias, t. I. Hispania<br />
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1985 Historia General de las Indias, Hispania Victrix,<br />
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Barcelona, Ediciones Orbis, S. A.<br />
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Jacinto Jijón y Caamaño.<br />
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20<br />
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1984 La crónica del Perú, Manuel Ballesteros, edit.,<br />
Madrid, Historia 16.<br />
1985 El Señorío de los Incas, Manuel Ballesteros,<br />
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1963 “Quinquenarios o historia de las Guerras<br />
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II, Juan Pérez Tudela, edit., Madrid, Biblioteca<br />
de Autores Españoles (tomo centésimo<br />
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edit., Lima, 1978; 2a. ed.<br />
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2004 “Relación de la Conquista del Perú”, en Amigos<br />
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Pedro Sarmiento de Gamboa,<br />
2001 Historia de los Incas, Madrid, Ed. Miraguano,<br />
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Toribio de Ortiguera,<br />
1968 Jornada del Río Marañón (1581-1586), Biblioteca<br />
de Autores Españoles, t. CCXVI, Madrid.<br />
Tristán Sánchez,<br />
1867 “De Virreyes y Gobernadores del Perú”, Colección<br />
de documentos inéditos relativos al<br />
descubrimiento, conquista y organización<br />
de las antiguas posesiones españolas de<br />
América y Oceanía, sacados de los Archivos<br />
del Reino, y muy especialmente del de<br />
Indias por D. Luis Torres de Mendoza, t. VIII,<br />
Madrid.
Para quienes conozcan sobre<br />
historia manabita, el nombre<br />
de Baltasar García no les será<br />
novedoso, pues se trata de uno de los<br />
primeros pobladores españoles de la<br />
ciudad de Portoviejo –llamada “Puerto<br />
Viejo” para inicios del siglo XVI–.<br />
En esta entrega aportaré datos poco<br />
conocidos e incluso desconocidos sobre<br />
este importante personaje.<br />
Vida<br />
BALTASAR GARCÍA<br />
Uno de los primeros vecinos de Portoviejo<br />
Baltasar García fue natural de Trujillo<br />
en Extremadura, España, 1 donde<br />
debió nacer a inicios del siglo XVI. Pasó<br />
a Indias recién iniciada la década de los<br />
treinta de dicho siglo, alentado por las<br />
noticias que habían llegado a Trujillo<br />
respecto del éxito alcanzado por el paisano<br />
Francisco Pizarro en la conquista<br />
del Perú. Para 1535 lo encontramos en<br />
la Ciudad de los Reyes –Lima–, desde<br />
donde partió hacia la villa de Puerto<br />
Viejo, acompañando al capitán Gonzalo<br />
de Olmos, quien había sido nom-<br />
* Riobamba (1982). Abogado, historiador y<br />
docente universitario.<br />
1 Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia natural<br />
y general de las Indias, Madrid, Imprenta<br />
de la Real Academia de Historia, 1851,<br />
Libro VI, capítulo LIII.<br />
2 Julio Estrada Ycaza, La fundación de Guayaquil,<br />
Guayaquil, Archivo Histórico del<br />
Guayas, 1974, p. 35.<br />
Álvaro R. Mejía Salazar*<br />
brado teniente de gobernador de tal<br />
plaza. 2 A su llegada a Puerto Viejo al<br />
finalizar el mes de noviembre, 3 Olmos<br />
y García fueron bien recibidos por el<br />
capitán Francisco Pacheco, fundador<br />
de la villa. Pocos días después, Olmos<br />
dispuso una expedición que partió<br />
desde Puerto Viejo hacia el Daule río<br />
arriba, en campaña de pacificación de<br />
ciertos indios rebeldes, 4 y en búsqueda<br />
de esmeraldas. En esta expedición, que<br />
duró alrededor de cinco meses, García<br />
tuvo destacada participación, según<br />
consta en una de sus probanzas. 5<br />
Concluida la pacificación, García<br />
decidió avecinarse en Puerto Viejo,<br />
donde pronto llegó a poseer casa y<br />
solares. Es seguro que Baltasar García<br />
era hombre casado y con hijos en España<br />
ya que consta como “vecino padre<br />
de familia” al momento de su avecindamiento<br />
en la villa. 6 En 1536 llegó<br />
3 Gonzalo Molina García, El capitán Francisco<br />
Pacheco en la conquista de América, Madrid,<br />
Fundación Universitaria Española, 1986, p.<br />
247.<br />
4 Archivo General de Indias, Ref.: ES.41091.<br />
AGI/28.4.1//PATRONATO,169,N.2,<br />
A.1540,R.3.<br />
5 Gonzalo Molina García, El capitán Francisco<br />
Pacheco en la conquista de América, p. 256.<br />
6 José Arteaga Parrales, Ramiro Molina Cedeño<br />
y otros, Manual histórico y cívico de la<br />
Ciudad, Portoviejo, Municipalidad de Portoviejo,<br />
2009, p. 8.<br />
21
a Puerto Viejo una misiva de Francisco<br />
Pizarro en la cual solicitaba auxilio,<br />
pues Lima se encontraba sitiada por<br />
miles de indios alzados que habían<br />
bloqueado la ciudad desde el cerro<br />
San Cristóbal, a orillas del Rimac.<br />
Baltasar partió hacia la Ciudad de<br />
los Reyes, en compañía del capitán<br />
Gonzalo de Olmos, don Gaspar Ruiz,<br />
Cristóbal González, Juan de Zúñiga,<br />
entre otros vecinos de Puerto Viejo.<br />
García, al igual que el resto de hombres<br />
del capitán Olmos, tuvo destacada<br />
participación en el desbaratamiento<br />
del cerco de Lima, tanto así que<br />
don Francisco Pizarro lo premió con<br />
el nombramiento de Alguacil Mayor<br />
de Puerto Viejo y la concesión de un<br />
repartimiento de indios de la zona.<br />
En 1537, y ya de regreso en Puerto<br />
Viejo, Baltasar se dedicó al comercio;<br />
es así que el 1 de agosto preparó una<br />
lista jurada en la que prometía pagar<br />
a cierto Cortés la suma de 4.005 pesos.<br />
La obligación fue garantizada a través<br />
de pagarés, los cuales fueron redimidos<br />
parcialmente. 7<br />
El 21 de abril de 1539, aprovechando<br />
el regreso a España del capitán<br />
Gonzalo de Olmos, Baltasar García<br />
levantó una probanza de méritos<br />
y servicios, 8 la cual tuvo por objeto<br />
que el rey le concediera un escudo de<br />
armas. En esta probanza, el alcalde<br />
Juan de Olmos sostuvo que Baltasar<br />
7 Woodrow Wilson Borah, Comercio y navegación<br />
entre México y Perú en el siglo XVI,<br />
México, Instituto Mexicano de Comercio<br />
Exterior, 1975, p. 38 y ss.<br />
8 Archivo General de Indias, Ref.: ES.41091.<br />
AGI/28.3.12.5//PATRONATO,93,N.9,R.5.<br />
22<br />
era persona honrada, buen poblador<br />
y devoto cristiano, que atendía en su<br />
casa a todos los que querían llegar a<br />
ella y que lo hacía mejor que otros vecinos,<br />
todo a su costo y comisión. Don<br />
Gómez de Estacio, alcalde de Guayaquil,<br />
señaló que García servía con<br />
generosidad a la ciudad y al Rey. Don<br />
Juan de Zúñiga por su parte señalaba<br />
que García servía con esmero no<br />
solo en su cargo de Alguacil, sino a la<br />
gente que quería venir a Portoviejo y<br />
que llegaba cansada y fatigada por el<br />
viaje. La solicitud de García fue personalmente<br />
gestionada por el capitán<br />
de Olmos ante la corte, obteniendo<br />
como resultado que el 17 de octubre<br />
de 1540, Carlos I emitiera la real<br />
cédula de concesión del escudo de<br />
Baltasar García, 9 así como dos reales<br />
provisiones adicionales dirigidas al<br />
gobernador de la provincia de Perú:<br />
la primera, para que no quitase los<br />
indios que Baltasar García tenía encomendados;<br />
10 y, la segunda, para que<br />
dicha encomienda pase a su mujer e<br />
hijos luego de su muerte. 11<br />
Cierto tiempo García también vivió<br />
en la zona de Esmeraldas, cerca<br />
de la Bahía de San Mateo. 12 En 1544<br />
fue nombrado diputado de la villa de<br />
Puerto Viejo ante el llamado que hizo el<br />
9 Archivo General de Indias, Ref.: ES.41091.<br />
AGI/28.4.1//PATRONATO,169,N.2,<br />
A.1540,R.3.<br />
10 Archivo General de Indias, Ref.: ES.41091.<br />
AGI/28.7.4//PATRONATO,278,N.2,R.33.<br />
11 Archivo General de Indias, Ref.: ES.41091.<br />
AGI/28.7.4//PATRONATO,278,N.2,R.59.<br />
12 Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia natural<br />
y general de las Indias, Madrid, Imprenta<br />
de la Real Academia de Historia, 1851,<br />
Libro VI, capítulo LIII.
virrey Blasco Núñez Vela para la puesta<br />
en vigencia de las Nuevas Leyes.<br />
Pese al éxito alcanzado en Indias,<br />
Baltasar García decidió regresar a España.<br />
Es así que en octubre de 1545<br />
se encontraba en la isla de Santo Domingo,<br />
hospedado en casa de don<br />
Rodrigo de Bastidas, obispo de la isla<br />
de San Juan. El obispo Bastidas lo<br />
presentó al capitán Gonzalo Fernández<br />
de Oviedo y Valdez, quien para<br />
entonces se desempeñaba como capitán<br />
y alcalde de la fortaleza de Santo<br />
Domingo, escribiendo a la par su<br />
famosa Historia General de las Indias.<br />
Fernández de Oviedo relata que Baltasar<br />
García iba a de regreso a España<br />
llevando consigo una fortuna de<br />
diez o doce mil pesos de oro. Llamó<br />
mucho la atención del cronista un pedazo<br />
o tejo de oro de cuatro mil castellanos<br />
de peso y con una pureza de<br />
al menos de veinte e tres quilates, así<br />
como un bernegal o taza también de<br />
oro, que pesaba cinco marcos de oro,<br />
y esmeraldas, tres de ellas engastadas<br />
en sendos anillos, otra puesta en un<br />
plomo y otra que era una cuenta redonda,<br />
todos estos objetos propiedad<br />
de Baltasar García poseía, los cuales<br />
fueron exhibidos al cronista con agrado.<br />
Fernández de Oviedo quedó maravillado<br />
con los objetos de García y<br />
las definió como “piezas de príncipe”.<br />
La entrevista entre el obispo, el<br />
conquistador y el cronista-capitán fue<br />
larga y sirvió a Fernández de Oviedo<br />
para la obtención de datos con los<br />
que elaboró el capítulo LIII del libro<br />
VII de su Historia General de las Indias.<br />
Fernández de Oviedo también relata<br />
que García le informó sobre la Bahía<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
de San Mateo “que es en la costa del<br />
Perú, grado e medio de aquesta parte<br />
de la línea equinoccial”, es decir, San<br />
Mateo de Esmeraldas. En tal sitio, escribe<br />
Fernández de Oviedo basado en<br />
el relato de García,<br />
entra un río muy poderoso e mucho<br />
mayor que el que pasa por esta ciudad<br />
de Sancto Domingo; e que con la marea,<br />
seyendo cresciente, está el agua<br />
dulce e potable, e que con la menguante<br />
está salada, e que acaesce muchas<br />
veces desde el navío tomar, por el un<br />
bordo o costado, el agua dulce, e por el<br />
otro, salada. Cosa es que nunca a otro<br />
hombre la oí, ni jamás, de cuantos en<br />
aquella tierra han estado que yo haya<br />
visto, les vi hablar en tal novedad.<br />
Fernández de Oviedo, además de<br />
maravillarse por los objetos preciosos<br />
y las noticias que respecto de la Bahía<br />
de San Mateo fueron aportadas por<br />
García, también se sintió muy a gusto<br />
con el conquistador trujillano; tanto<br />
así que lo describió para la posteridad<br />
como “hidalgo”, “gentil hombre” y<br />
“hombre de gentil razón”. 13 Superada<br />
su estadía en Santo Domingo, Baltasar<br />
regresó definitivamente a España<br />
a reunirse con su esposa e hijos.<br />
El escudo de Baltasar García<br />
Según hemos anotado, el 17 de octubre<br />
el rey Carlos I emitió la real cédula<br />
de concesión del escudo de armas de<br />
Baltasar García. El diseño heráldico se<br />
encuentra descrito en el documento de<br />
otorgamiento de la siguiente manera:<br />
13 Gonzalo Fernández de Oviedo, Historia Natural<br />
y General de las Indias.<br />
23
24<br />
Escudo original de Baltasar García,<br />
constante en la Real Cédula de concesión.<br />
(Archivo General de Indias, Sevilla)<br />
Mandásemos por armas un escudo<br />
que esté en él un grifo con sus alas la<br />
mitad de medio arriba a manera de<br />
águila negra rampante con las manos<br />
y pico colorado y oro y la otra mitad<br />
del medio del cuerpo abajo a manera<br />
de león de color de oro con las uñas de<br />
oro en campo azul y la otra mitad de<br />
medio arriba en campo de oro y por<br />
orla cuatro cabezas de sierpes abiertas<br />
las bocas de oro y verdes que salgan<br />
de los cantones altos y bajos de la dicha<br />
orla en campo colorado y por timbre<br />
un yelmo cerrado con su rollo torcido<br />
y por divisa el dicho medio grifo<br />
abierta las alas de color negro y brazos<br />
y pico de oro con sus trascoles y dependencias<br />
a follajes de azul y oro.<br />
Las piezas heráldicas<br />
que el emperador Carlos I<br />
de España y V de Alemania<br />
otorgó a Baltasar García no<br />
se identifican con ninguna<br />
de las correspondientes a los<br />
más de 40 linajes apellidados<br />
García que poseen escudo, 14<br />
de allí que estas armas pretendan<br />
perennizar los méritos<br />
alcanzados por Baltasar<br />
en Indias y no testimoniar la<br />
pertenencia de Baltasar a un<br />
determinado linaje de García,<br />
como sí ocurre en otros<br />
casos –escudos de Francisco<br />
Mosquera de Figueroa, Diego<br />
de Sandoval o Francisco<br />
Pizarro–. Pues bien, las cualidades<br />
fueron representadas<br />
a través de este escudo<br />
son el ingenio y la grandeza,<br />
con el grifo, y la cautela y<br />
prudencia con las serpientes.<br />
El color gules o colorado –<br />
rojo– de la bordura u orla, demuestran<br />
el valor del guerrero.<br />
Lo realmente importante de este<br />
escudo es su trascendencia como símbolo<br />
cívico de Portoviejo. En efecto,<br />
desde muy antiguo la villa adoptó este<br />
escudo como suyo propio dado el uso<br />
que Baltasar dio de él en documentos<br />
oficiales del cabildo portovejense enviados<br />
a Los Reyes, Quito, Guayaquil<br />
14 Para explicaciones sobre el correcto uso<br />
de la heráldica, ver Álvaro R. Mejía Salazar,<br />
“La heráldica de los Chacon”, en Los<br />
Chacón, 900 años de historia; “Heráldica en<br />
la colonia Temprana”, en Historia próxima y<br />
remota; “Entendiendo el Pasado”, en <strong>Spondylus</strong>,<br />
revista cultural, No. 25, etc.
o Arequipa. 15 De ahí en más y con la<br />
ausencia de García en estas tierras, los<br />
distintos cabildos utilizaron el escudo<br />
como insignia propia de la villa. En<br />
1968, el connotado historiador Gonzalo<br />
Molina García, concibió el actual<br />
escudo de la ciudad de Portoviejo, sin<br />
15 Gonzalo Molina García, El capitán Francisco<br />
Pacheco en la conquista de América, p. 266-267.<br />
16 Ramiro Molina Cedeño, “Puerto Viexo”, en<br />
Spondilus, revista cultural, No. 11, Portoviejo,<br />
y Consejo Provincial de Manabí, 2005, p. 14.<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
olvidar al grifo garciano que durante<br />
tantos siglos acompañó al símbolo<br />
edilicio de la ciudad, 16 perennizando<br />
de esta manera la memoria de Baltasar<br />
García.<br />
San Francisco de Quito,<br />
agosto de 2012<br />
25
26<br />
EL DOCUMENTO ANGULAR DE<br />
“GUAYAQUIL INDEPENDIENTE”. 1820<br />
Pedro Reino Garcés<br />
Los ecuatorianos actuales<br />
siempre nos venimos<br />
preguntando razones<br />
para tratar de entender<br />
por qué Guayaquil saca a flote<br />
ese sentimiento separatista.<br />
Mirando el proceso y los datos<br />
que ofrece la historia, diré que<br />
conviene realizar reflexiones<br />
detenidas sobre disposiciones<br />
que se fueron dando, sobre<br />
todo a finales de la Colonia,<br />
cuando restablecido el virreinato<br />
de Bogotá, se pasó a Guayaquil<br />
a que fuera, en lo militar,<br />
más dependiente de Lima,<br />
contradiciendo un germen de<br />
sentimiento nacionalista que<br />
se desarrollaba en las administraciones<br />
virreinales. Con<br />
esta ambivalencia desvinculante<br />
de Nueva Granada, por<br />
la facilidad de atender a Lima,<br />
prosperaron los encargados<br />
de dicha circunstancia administrativa,<br />
y apoyados en el<br />
comercio que tenía el Puerto,<br />
surgieron y surgen líderes que<br />
armaron su fortaleza y hasta<br />
se proclamaron y se siguen<br />
proclamando independientes.<br />
Cronista Oficial y Vitalicio de Ambato<br />
Leamos para darnos cuenta de varios aspectos<br />
que presta el documento, no solamente<br />
firmado por Olmedo, sino con toda seguridad,<br />
generado por su ideal:
Reglamento del Gobierno<br />
Provisorio de Guayaquil,<br />
aprobado por la Junta Electoral<br />
de la Provincia. 1820<br />
Art. 1. La provincia de Guayaquil<br />
es libre e independiente; su religión es<br />
la católica; su Gobierno es electivo; y<br />
sus leyes las mismas que regían últimamente<br />
en cuanto no se opongan a la<br />
nueva forma de gobierno establecido.<br />
Art. 2. La provincia de Guayaquil<br />
se declara en entera libertad para<br />
unirse a la grande asociación que le<br />
convenga de las que se han de formar<br />
en América del Sur.<br />
Art. 3. El comercio será libre por<br />
mar y tierra en todos los pueblos que<br />
no se opongan a la forma libre de<br />
nuestro gobierno.<br />
Art. 4. El Gobierno residirá en tres<br />
individuos elegidos por los electores<br />
de los pueblos; entenderá todo lo gubernativo<br />
y económico de la adminis-<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
tración pública: habrá un Secretario<br />
con voz y voto en la imposibilidad<br />
de alguno de los vocales de la Junta;<br />
y dos oficiales de Secretaría; todo con<br />
dotación fija.<br />
Art. 5. Además de las atribuciones<br />
comunes anexas al Gobierno le competerán<br />
las siguientes: 1. Promover<br />
todos los empleos civiles y militares.<br />
2. Imponer contribuciones. 3. Celebrar<br />
tratados de amistad y comercio. 4. Levantar<br />
tropas y dirigirlas donde convenga.<br />
5 Emprender en obras públicas.<br />
6. Formar reglamentos para el comercio<br />
nacional y extranjero, y para todos<br />
los demás ramos de la administración.<br />
Art. 6. Cada mes se<br />
publicará un estado por<br />
mayor de la entrada, salida<br />
y existencia de la Tesorería.<br />
Cada tres meses<br />
se publicará un estado<br />
por menor de entradas, y<br />
gastos públicos.<br />
Art. 7. El arreglo de<br />
la tropa, orden de ascensos,<br />
planes de defensa, y<br />
todo lo concerniente a la<br />
milicia pertenece al Jefe<br />
Militar.<br />
Art. 8. En cualquier<br />
peligro de la patria, el<br />
Gobierno de acuerdo con<br />
el Jefe militar consultará la seguridad<br />
pública.<br />
Guayaquil a inicios del siglo XX<br />
Art. 9. Desde la edad de 16 años<br />
nadie estará libre del servicio militar,<br />
cuando lo pida la seguridad y defensa<br />
del país.<br />
Art. 10. Los jueces solamente entenderán<br />
en lo contencioso, de las<br />
27
causas y administrarán justicia en lo<br />
civil y criminal. Nadie será juzgado<br />
por comisión especial. Habrá un Juez<br />
de Letras nombrado por el Gobierno<br />
con las atribuciones que le daba la última<br />
ley, al cual también corresponde<br />
lo contencioso de hacienda.<br />
Art. 11. Habrá un juzgado para los<br />
recursos de 2ª instancia compuesto de<br />
tres miembros.<br />
Art. 12. Los Alcaldes de los pueblos<br />
son también Jueces de 1ª instancia; y<br />
los recursos contra ellos se interpondrán<br />
ante el Juzgado de 2ª instancia.<br />
Art. 13. La perturbación del orden<br />
público es un crimen de Estado. Todo<br />
falso delator sufrirá la pena que merece<br />
el delito que delata.<br />
Art. 14. Habrá una diputación de<br />
comercio arreglada en lo posible a la<br />
Ordenanza de Cartagena. El Juzgado<br />
de alzadas se compondrá de un individuo<br />
del juzgado de 2ª instancia<br />
sacado por suerte, y de dos colegas<br />
nombrados por las partes. El 1 y 2 diputado<br />
se elegirán cada dos años en<br />
Junta General de Comercio.<br />
28<br />
Art. 15. Para el gobierno interior<br />
de los pueblos habrá un Ayuntamiento<br />
por los padres de familia o cabezas<br />
de casa. El Ayuntamiento de la capital<br />
se compondrá de dos alcaldes, diez<br />
regidores, un Síndico Procurador con<br />
voz y voto, y un Secretario. Será presidido<br />
por el Presidente de la Junta de<br />
Gobierno. Los alcaldes se mudarán<br />
todos los años, y los regidores por mitad.<br />
Los Ayuntamientos de los<br />
pueblos se formarán según su<br />
población arreglándose al último<br />
reglamento: quedan suprimidas<br />
las tenencias.<br />
Art. 16. Estará a cargo de los<br />
Ayuntamientos:<br />
1. La policía general de la población.<br />
2. Promover la educación de la<br />
juventud, fomentar la agricultura<br />
y el comercio.<br />
3. Formar el censo y estadística<br />
de la provincia.<br />
4. Auxiliar a los Alcaldes para extinguir<br />
la ociosidad, perseguir a<br />
los vagos y malhechores, especialmente<br />
en los campos.<br />
5. Administrar los propios y arbitrios,<br />
de que dará cuenta anual el<br />
Gobierno.<br />
6. Repartir y recaudar las contribuciones.<br />
7. Cuidar de las escuelas y hospitales,<br />
reparar los caminos y cárceles, proponer<br />
e intervenir en las obras públicas<br />
de utilidad y ornato conforme<br />
en todo al último reglamento.<br />
8. Señalar la renta de los empleos de<br />
nueva creación.
Art. 17. El Ayuntamiento de la<br />
capital con noticia instruida de los<br />
fondos públicos y gastos procederá<br />
al reglamento de la contribución ordinaria<br />
general impuesta por el Gobierno,<br />
con derecho de representar lo que<br />
convenga al menor gravamen de los<br />
pueblos. Cualquiera contribución extraordinaria<br />
se hará con conocimiento<br />
del Ayuntamiento.<br />
Art. 18. Ningún pago se admitirá<br />
en cuenta a la Tesorería si no se hiciese<br />
por orden especial del Gobierno.<br />
Art. 19. La representación provincial<br />
se convocará por el Gobierno cada<br />
dos años en el mes de octubre o antes,<br />
si la necesidad lo exigiese. Luego que<br />
se reúna abrirá el juicio público de residencia<br />
al Gobierno, y si se aprobase<br />
su conducta podrá ser reelegido.<br />
Art. 20. El Gobierno después de<br />
disuelta la presente Junta Electoral<br />
queda autorizado para determinar<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
los negocios que quedasen pendientes,<br />
y resolver las dudas que ocurriesen<br />
sobre este reglamento. El cual se<br />
comunicará a la Junta de Gobierno ya<br />
nombrada para que lo cumpla y haga<br />
cumplir.<br />
Guayaquil, noviembre 11 de 1820<br />
José Joaquín Olmedo<br />
Presidente<br />
José de Antepara<br />
Elector Secretario<br />
Es Copia<br />
Olmedo<br />
(Tomado de Colección de Tratados,<br />
convenciones, capitulaciones,<br />
armisticios y otros actos diplomáticos<br />
y políticos celebrados desde la Independencia<br />
hasta nuestros días, por el<br />
doctor Aurelio Noboa. Tomo Primero,<br />
Guayaquil, Imprenta de A. Noboa,<br />
1901, pp. 259 a 263).<br />
29
30<br />
“URGE”, ¡LUCHA HEROICA<br />
POR UNA PATRIA NUEVA!*<br />
Entrevista a Sergio Román Armendáriz en Costa Rica<br />
Sergio Román Armendáriz (Ecuador,<br />
1934) le cuenta a Ramiro<br />
Molina Cedeño (revista <strong>Spondylus</strong>,<br />
Manabí, Ecuador, 2010), una<br />
parte de su enfoque de la Unión Revolucionaria<br />
de la Juventud Ecuatoriana<br />
(URJE) en la que militó entre<br />
1959-1962, lapso inmediatamente anterior<br />
a su autoexilio en Costa Rica<br />
(movimiento que fue finalmente absorbido<br />
–para ser neutralizado y difuminado–<br />
por el dogmático Partido<br />
Comunista del Ecuador, en 1963).<br />
“URGE”, ¡lucha heroica por<br />
una patria nueva!<br />
Este título corresponde al lema que<br />
acompañó los combates de nuestro<br />
movimiento. A este respecto, confieso:<br />
1 Unión Revolucionaria de la Juventud<br />
Ecuatoriana (1959-1963)<br />
URJE es el tema que estoy trabajando<br />
para completar mi ensayo:<br />
“Guayaquil, fuego sin tregua” que<br />
abarca el período 1951-1962, en es-<br />
* El lema “Lucha heroica por una patria nueva”<br />
apareció impreso en la tapa posterior<br />
de Alcantarilla, sitio de ratas, publicación<br />
que recogió los editoriales políticos que<br />
Sergio escribió para el programa radiofónico<br />
“Aquí…¡Cuba!” (1960-1961). Datos<br />
mínimos de este libro, Guayaquil, CIMA,<br />
1962.<br />
pecial, el Club 7 de Poesía, la lucha<br />
contra Velasco y Ponce, el programa<br />
radiofónico ‘Aquí, Cuba’ y los<br />
acontecimientos en las márgenes<br />
del Toachi (Santo Domingo de los<br />
Colorados, abril de 1962) sobre los<br />
cuales hay demasiadas imprecisiones,<br />
sobre todo en la red de redes.<br />
2 Siendo, por azar, uno de los sobrevivientes<br />
de ese lapso, en vez de<br />
polemizar, estoy redactando mi<br />
versión que, conforme pasan los<br />
días, va adquiriendo un progresivo<br />
valor documental, pues ¡yo<br />
estuve allí! No poseo la verdad, ni<br />
siquiera parcial, pero la energía de<br />
mi enfoque corresponde al hecho<br />
de ser testigo y coprotagonista de<br />
las principales manifestaciones de<br />
URJE. Entre ellas, haber estado físicamente<br />
en los acontecimientos<br />
del río Toachi.<br />
3 Será útil revisar los periódicos<br />
ecuatorianos de abril de 1962<br />
que traen muchas fotos y datos<br />
suficientes que el destierro y el<br />
transcurso del tiempo dispersaron<br />
(periodistas de Cruzeiro, revista<br />
brasileña –de esa época–, similar<br />
a Life, publicó también un extenso<br />
reportaje confeccionado por sus<br />
propios periodistas y fotógrafos<br />
que llegaron al Ecuador exclusi-
vamente a cubrir la información,<br />
sobre todo porque en el grupo<br />
estuvo una chica brasileña que<br />
luego se casó con un compatriota<br />
que también vivió la tensión de los<br />
acontecimientos).<br />
Ahora, trataré de contestar las preguntas<br />
concretas de Ramiro:<br />
¿Cuántos y quiénes participaron?<br />
Un medio centenar de jóvenes de<br />
casi todo el país, la mayoría universitarios.<br />
Unos cuarenta y tres<br />
varones. Las demás, mujeres. Entre<br />
los profesionales, por sus servicios,<br />
recuerdo a un camarada<br />
médico. La comida nos la proporcionó<br />
la selva.<br />
¿Cómo surge la idea de la guerra de<br />
guerrillas en el Ecuador?<br />
Mi enfoque me lleva a considerar<br />
los siguientes puntos:<br />
• Antecedente lejano: las montoneras<br />
alfaristas de 1895-1896 y la<br />
muerte cruel de don Eloy (1912).<br />
• Antecedentes mediatos, de 1941 a<br />
1959: la invasión del Perú, la ola de<br />
“refugiados”, el Protocolo de Río,<br />
la insurrección del 28 de mayo de<br />
1944, la influencia del comunismo<br />
después de la Segunda Guerra<br />
Mundial y su absorción o decapitación<br />
por el populismo de la<br />
CFP, la línea electoral que provocó<br />
hacia 1959 la conformación de<br />
la alianza socialista, comunista y<br />
cefepista (CFP), que impulsó al binomio<br />
Parra-Carrión/Revolución<br />
(por supuesto, un espejismo) en la<br />
campaña presidencial de 1960, y<br />
que fue ganada por el Dr. José Ma-<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
ría Velasco Ibarra, quien, en esta<br />
cuarta ocasión. estuvo acompañado<br />
por su vicepresidente, el Dr.<br />
Carlos Julio Arosemena Monroy.<br />
• Influencias inmediatas: la Revolución<br />
cubana (el detonante para la<br />
incursión del Toachi fue la ruptura<br />
de relaciones diplomáticas con<br />
Cuba que firmó Carlos Julio Arosemena<br />
Monroy, quien había desbancado<br />
al Loco imponderable, el<br />
Dr. Velasco Ibarra, a fines de 1961).<br />
Ciertas lecturas también constituyeron<br />
el necesario insumo intelectual,<br />
como el librito de Hamon: La<br />
revolución a través de los siglos. Y el<br />
Manual guerrillero del comandante<br />
Alberto Bayo. Importantísima<br />
la presencia rectora del Dr. Rafael<br />
Galarza Arízaga, socialista íntegro<br />
que, con razón, ostenta el título<br />
de fundador de URJE. Importantísima,<br />
además, la experiencia de<br />
nuestros diez años de luchas callejeras,<br />
en singular, desde la FEUE,<br />
las que constituyeron un indispensable<br />
fermento combativo.<br />
¿Cómo fueron descubiertos en el<br />
Toachi?<br />
Éste es el nudo gordiano. La versión<br />
más plausible reside en la<br />
consideración de que el movimiento<br />
fue penetrado por agentes<br />
de la CÍA (uno de ellos escribió un<br />
libro polémico). La versión en la<br />
que menos se cree (seguramente<br />
diseminada por los mismos agentes<br />
norteamericanos) es la atinente<br />
al hecho de haber sido convocados<br />
en esa fracción de selva para ser<br />
exterminados, con el fin de crear<br />
31
32<br />
un postizo y segundo “Cuartel<br />
Moncada” que permitiese alimentar<br />
la génesis y la leyenda de un<br />
“Fidel” ecuatoriano. Entre esos<br />
dos extremos vibran demasiados<br />
matices que se deben investigar,<br />
uno tras otro.<br />
¿Cuál fue el final de este proceso que,<br />
creo, culmina con la desarticulación<br />
del “MIR” (Movimiento de Izquierda<br />
Revolucionaria) y la caída de “Alfaro<br />
Vive” a mediados de la década del 80?<br />
Después del fracaso de URJE en el<br />
Toachi, elementos sumisos al comunismo<br />
moscovita, que impulsaban la<br />
línea electoral y se oponían a la línea<br />
guerrillera en aras de una castradora<br />
“Coexistencia Pacífica”, aprovecharon<br />
esta situación de quiebra de la<br />
fracción heterodoxa para expulsar a<br />
los mejores cuadros de URJE, entidad<br />
que fue asaltada por quienes no<br />
compartían la esencia radical del movimiento<br />
al que terminaron por volverlo<br />
parapléjico y hacerlo sucumbir.<br />
• Sobre los escombros de “URJE”<br />
surgió una secuencia de literatura<br />
de vanguardia (los Tzántzicos<br />
y los Sicoseos cuya influencia se<br />
prolonga hasta “blogueros” vigentes:<br />
La buseta de papel, por ejemplo).<br />
Y surgieron, en acción guerrillera<br />
urbana, el MIR ya referido (Movimiento<br />
de Izquierda Revolucionaria)<br />
y el “Alfaro Vive ¡Carajo!”<br />
(AVC) de activa participación ambas,<br />
durante casi diecisiete años<br />
(1963- 1981). Fue un 24 de mayo de<br />
1981 cuando el avión oficial en el<br />
que viajaban el joven y emblemático<br />
presidente Jaime Roldós Agui-<br />
lera, su esposa Martha, también<br />
dirigente política, y su séquito, se<br />
desplomó en Loja, la provincia serrana<br />
más meridional del Ecuador,<br />
muriendo todos sus ocupantes, lo<br />
que dio lugar a un libro del investigador<br />
y poeta Jaime Galarza Zavala<br />
que pregunta: ¿Quiénes mataron<br />
al presidente Roldós? La leyenda<br />
continúa. La saga, ¡también!<br />
Por eso, URJE es un punto de inflexión en<br />
la historia político-militar de la segunda<br />
mitad de nuestro siglo 20. No se entiende<br />
la actualidad socialista (primera década<br />
del siglo XXI) sin URJE.<br />
Notas aclaratorias<br />
• Post Scriptum. Sugiero, también,<br />
que se revisen los periódicos ecuatorianos<br />
de la época y, los siguientes<br />
dos capítulos de mi libro en www.<br />
letralia.com<br />
• Sergio Román Armendáriz escribe:<br />
La última nota de David Ledesma<br />
Vázquez. Prueba documental de su<br />
memoria política, en www.letralia.<br />
com (No. 217, del 7 de septiembre,<br />
2009).<br />
• “Mercurial Periodística”, un caso<br />
de ética y defensa del derecho de<br />
respuesta y un intento de preservar<br />
la memoria política de David<br />
Ledesma Vázquez (1934-1961), en<br />
www.letralia.com (No. 201, del 15<br />
de diciembre, 2008).<br />
• Cédula de travesuras en una página:<br />
Sergio Román Armendáriz (1934)<br />
militó en la célula barrial urjista<br />
ubicada en la esquina de las calles<br />
10 de Agosto y Boyacá de Gua-
yaquil, bajo la jefatura de Carlos<br />
Alvarado Loor (Coquín) donde<br />
concurría la “gallada” de la época,<br />
entre los cuales SR recuerda<br />
a Francisco Mármol (Patojo) con<br />
quien (y con Coquín y con Edison<br />
Carrera Cazar) además estuvo en<br />
el Toachi representando el destacamento<br />
guayaquileño en esa acción.<br />
Aunque no estuvieron en el Toachi,<br />
también recuerda a militantes muy<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
cercanos a su afecto, Víctor Andrade<br />
Benálcazar, (el Negro), Vicente<br />
Muñoz Elizalde (el Loquito) y Eloy<br />
Morán Murillo (Cocoroco). Entre<br />
los dirigentes nacionales recuerda<br />
a Alfredo Vera Arrata, Jaime Galarza<br />
Zavala, Edison Carrera Cazar y<br />
los dos Jorges (rivales y colegas)<br />
Rivadeneyra y Arellano.<br />
SR, San José de Costa Rica,<br />
abril 2010<br />
33
34<br />
NELSON ESTUPIÑÁN BASS:<br />
literatura, identidad, ética<br />
Ing. Bing Nevárez Mendoza*<br />
El Ecuador ha sido,<br />
no solo en la prehistoria,<br />
encrucijada de migraciones<br />
y tendencias;<br />
también lo ha sido<br />
durante toda la historia.<br />
Jorge Salvador Lara<br />
La novelística de cualquier nación es<br />
un mural que muestra su trayectoria<br />
histórica; en él están las angustias y<br />
triunfos, los esguinces, las rectificaciones,<br />
la persistencia en los esfuerzos, las<br />
momentáneas alianzas, las felonías y el<br />
concomitante avance hacia la luz…<br />
La historia ecuatoriana está descrita…<br />
en nuestra constelación novelística...<br />
Frente al proceso histórico de la sociedad,<br />
el novelista, mediante su testimonio<br />
literario, es testigo de cargo o de<br />
descargo, según sea su obra en contra<br />
o a favor del drama desarrollado en<br />
sus contornos, pues aun la novela más<br />
aparentemente imparcial lleva implícita<br />
una cierta tendencia ideológica...<br />
Ser novelista es semejante a ser obrero,<br />
empleado, maestro o artesano, todos<br />
los cuales, desde la cúpula hasta el llano,<br />
están obligados a contribuir en esta<br />
ardua lucha por la transformación del<br />
estatuto social…<br />
* Historiador, miembro de la Casa de la Cultura<br />
de Esmeraldas, miembro de la Sociedad<br />
Ecuatoriana “Amigos de la Genealogía”.<br />
El cada vez más difícil arte de novelar<br />
demanda la fusión, amalgama o combinación<br />
de la realidad con la imaginación.<br />
Lo ideal es un equilibrio entre<br />
estos dos vitales y deliciosos ingredientes,<br />
pero si no se logra tal anhelo en el<br />
relato debe primar la realidad sobre la<br />
fantasía, pues al lector, que es el verdadero<br />
destinatario del mensaje, y el que<br />
en definitiva le asigna su valor, hay<br />
que mantenerlo inmerso en la realidad,<br />
como si estuviera presenciando una<br />
función de cinerama…<br />
El aval del producto del escritor es su<br />
conducta. Debe ser modelo y ejemplo,<br />
espejo y camino para quienes son sus<br />
lectores y para quienes no lo son también.<br />
Deben imperar en él, sobre todo,<br />
la lealtad, la sinceridad y el anhelo de<br />
hacer avanzar la sociedad…Escribir<br />
con el corazón fluyendo por la pluma…<br />
La poesía, el cuento y la novela son vibraciones<br />
sincrónicas con las oscilaciones<br />
de la temperatura social, elocuentes<br />
indicadores de las angustias vitales<br />
de una época…<br />
Estas intimidades pertenecen a<br />
Nelson Estupiñán Bass. Estas profundas<br />
reflexiones vienen en un ensayo<br />
suyo titulado, precisamente, Reflexiones<br />
sobre la novela, 1 y lastimosamente<br />
muy poco conocido en nuestro medio.<br />
1 Cuadernos de la Casa, No. 32, Casa de la Cultura<br />
Ecuatoriana, Quito, 2003.
Nos permiten, en un solo golpe de<br />
vista, avizorar de dónde proviene la<br />
grandeza de este hombre. Y constituye<br />
también la línea maestra a través<br />
de la cual se articula la elevada estatura<br />
moral de sus obras. Aquí está lo<br />
imperecedero de su testimonio.<br />
Nelson Estupiñán Bass<br />
Nelson Estupiñán Bass nació en<br />
Súa el 20 de septiembre de 1912.<br />
Siendo aún niño sus padres se radicaron<br />
en la ciudad de Esmeraldas.<br />
En tanto sus dos hermanos mayores<br />
–César Névil y Edilma– asistían a la<br />
escuela, él daba cauce a sus inquietudes<br />
infantiles:<br />
Dediqué la mayor parte del tiempo a<br />
andar por los muelles pescando con<br />
anzuelos, y a ir, como espectador, a los<br />
bailes de marimba en Barrio Caliente,<br />
donde me divertía oyendo los contrapuntos<br />
de los copleros y decimistas<br />
(compositores) negros y mulatos. Me<br />
encantaba escucharlos, y, al volver a<br />
casa, llevaba en la cabeza algunos versos<br />
que repetía en el camino. 2<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
Terminó la primaria en la escuela<br />
Juan Montalvo de la capital provincial.<br />
En el Instituto Nacional Mejía de<br />
Quito se graduó de contador, en 1932.<br />
Durante esta época publica sus primeros<br />
versos en periódicos de Quito<br />
y Esmeraldas.<br />
En Esmeraldas fue maestro de escuela,<br />
de colegio y también ejerció<br />
como contador. Fue Presidente del<br />
Núcleo Provincial de la Casa de la<br />
Cultura durante 4 años y del Comité<br />
Pro Monumento a Vargas Torres<br />
(1952), para el traslado de los restos<br />
del héroe desde Guayaquil hasta su<br />
morada final en Esmeraldas (1953).<br />
Fue director-fundador de las revistas<br />
literarias Marimba, Hélice y Meridiano<br />
Negro; también del periódico popular<br />
Onda Popular. Por 5 ocasiones fue jurado<br />
del Concurso nacional de Poesía organizado<br />
por el diario El Universo de la<br />
ciudad de Guayaquil. Durante muchos<br />
años escribió en el diario El Comercio<br />
de la ciudad de Quito la columna que<br />
denominó “La estrella de siete puntas”.<br />
Viajó por China, la ex Unión Soviética,<br />
Estados Unidos, Panamá,<br />
Colombia, Chile, Martinica y España,<br />
siempre invitado por gobiernos, universidades<br />
o instituciones culturales.<br />
Su producción literaria comprende:<br />
En novelas:<br />
• Cuando los guayacanes florecían,<br />
1954 (8 ediciones en español, 2 en<br />
inglés, 1 en ruso)<br />
• El paraíso, 1958 (2 ediciones)<br />
2 “Testimonios”, diario El Universo, julio 22 de<br />
1998.<br />
35
• El último río, 1966 (8 ediciones en<br />
español y 1 en inglés)<br />
• Senderos brillantes, 1974<br />
• Las puertas del verano, 1978 (3 ed.)<br />
• Toque de queda, 1978 (2 ediciones<br />
en español y 1 en inglés)<br />
• Bajo el cielo nublado, 1981 (2 ed.)<br />
• El crepúsculo, 1992<br />
• Los canarios pintaron el aire de amarillo,<br />
1993 (2 ediciones)<br />
• Al Norte de Dios, 1994<br />
En poesía:<br />
• Canto negro por la luz. Poemas para<br />
negros y blancos, 1954<br />
• Timarán y Cuabú. Cuadernos de poesía<br />
para el pueblo, 1956 (4 ediciones)<br />
• Las huellas digitales, 1971<br />
• Las tres carabelas, 1973 (prosa,<br />
cuento y teatro, 2 ediciones)<br />
• El desempate. Segundo cuaderno de poesía<br />
para el pueblo, 1980 (2 ediciones)<br />
• El póker de la patria, 1984<br />
• Duelo de gigantes, 1986 (2 ediciones)<br />
• Esta goleta llamada poesía, 1991 (antología)<br />
En ensayos:<br />
• Luces que titilan, 1977 (guía de la<br />
vieja Esmeraldas)<br />
• Viaje alrededor de la poesía negra, 1982<br />
• Las dos caras de la palabra, 1982<br />
(prosa y poesía, 2 ediciones)<br />
• Vargas Torres en la prosa y la poesía,<br />
1987 (compilación, 4 ediciones)<br />
• Desde un balcón volado, 1992 (artículos<br />
periodísticos)<br />
36<br />
• Este Largo Camino, 1994 (autobiografía)<br />
• Las constelaciones, 2000 (biografías<br />
cortas)<br />
• Reflexiones sobre la novela, 2003<br />
Otros:<br />
• Contabilidad agropecuaria práctica,<br />
1973 (texto para colegios)<br />
Murió el 1 de marzo de 2002 en<br />
Pennsylvania, Estados Unidos, donde<br />
dictaba una conferencia en la Universidad<br />
estatal. Sus restos fueron<br />
cremados y la universidad le rindió<br />
un tributo póstumo el día 8. Trasladados<br />
a Quito, recibieron impresionante<br />
homenaje los días 11 y 12. Finalmente<br />
fueron arrojados al mar, una parte<br />
en la ciudad de Esmeraldas el día 13<br />
y otra parte en su natal Súa el día 14,<br />
según fueron sus deseos, luego de los<br />
también sendos homenajes tributados<br />
por sus comprovincianos.<br />
Literariamente hablando nació en<br />
la generación del 30, que dotó a nuestro<br />
país de una visión literaria nueva<br />
en la que destaca el sentimiento de<br />
nación y la incorporación democrática<br />
del pueblo en lo trascendente de la temática,<br />
adosando la responsabilidad<br />
del compromiso social a la actividad<br />
intelectual, alineándose así con los criterios<br />
de Sartre que había definido a<br />
la literatura, por esencia, como toma<br />
de posición. Fue, pues, una literatura<br />
no solo de denuncia social como muy<br />
convenientemente se la ha pintado,<br />
sino que también contiene una denuncia<br />
histórica puesto que pone en<br />
el tapete una realidad muy distinta a
la descrita en los libros<br />
tradicionales sobre el<br />
tema. Es lo que la crítica<br />
literaria internacional ha<br />
denominado el Proyecto<br />
Nacional Ecuatoriano,<br />
iniciado por el Grupo de<br />
Guayaquil.<br />
Mientras algunos de<br />
los literatos de esta generación<br />
poco a poco se<br />
fueron alejando de este<br />
estilo reivindicador para<br />
más bien acercarse al<br />
pulso de la novela latinoamericana<br />
de la época,<br />
Estupiñán Bass lo mantuvo<br />
a lo largo de su vida<br />
y a lo ancho de toda su obra.<br />
Su pluma siempre fustigó las injusticias<br />
de cualquier tipo, cometidas por<br />
los detentadores del poder político,<br />
económico o social. Con su depurado<br />
arte de narrar o versificar siempre cargó<br />
contra los latrocinios e impudicias<br />
del poder en tanto se condenaba a los<br />
más pobres a las consabidas condiciones<br />
de indignidad. Toda su obra está<br />
llena de ese trasfondo, en un contexto<br />
de realidad social y fantasía literaria a<br />
la que fue dotando –cada vez con más<br />
notoriedad y fuerza– de pulcritud estilística<br />
y nuevas técnicas de narrar,<br />
que concitaron la admiración fuera de<br />
las fronteras patrias.<br />
Y ya dentro de su generación, se<br />
ocupó de plantear siempre la problemática<br />
de la población afrodescendiente<br />
y su imperativa necesidad de reivindicación,<br />
en aras de lograr un país justo<br />
y equitativo, aunque el también gran<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
poeta, novelista y pintor<br />
Adalberto Ortiz Quiñónez<br />
con Juyungo haya sido<br />
el primero en iniciar la temática.<br />
Por ello figura desde<br />
1979 en la antología<br />
Blacks writers in Latin<br />
America del connotado<br />
crítico y especialista Richard<br />
L. Jackson, estudio<br />
que ha devenido en marco<br />
paradigmático que ha<br />
hecho considerar esta<br />
temática literaria como<br />
una nueva disciplina<br />
académica en todas las<br />
universidades del mundo,<br />
empezando por la de Howard en<br />
Washington, a inicios de la década.<br />
En la del francés Jean Jacques<br />
Montelescaut. 3 La de la estadounidense<br />
Ingrid Watson Miller. 4 La de<br />
Stanley Cyrus, 5 notable catedrático<br />
de las universidades usamericanas; y<br />
conocedor de nuestra literatura e historia<br />
patria. La de Miriam DeCosta-<br />
Willis, 6 cuya anécdota sobre el que se<br />
motivó por el género en la universidad<br />
de Howard, donde<br />
los estudiantes leían los trabajos del cubano<br />
Nicolás Guillén y del ecuatoriano<br />
3 Qué pasa, del Fichier Pedagogique, París, Nathan,<br />
1994.<br />
4 Afro-hispanic Literature: An Anthology of Hispanic<br />
Writers of African Ancestry, Miami, Ediciones<br />
Universal, 1991.<br />
5 “Rage and Hope in the Works of Nelson<br />
Estupiñán Bass”, en la Afro-Hispanic Review,<br />
vol. 2, No. 3, Columbia, 1983.<br />
6 Three Decades of Afro Hispanic Literary Studies.<br />
37
38<br />
Nelson Estupiñán Bass, autores que<br />
yo nunca había escuchado en mis post<br />
grados sobre literatura y lenguas europeas,<br />
es contundente. Y tantas otras.<br />
También en el afamado Handbook,<br />
que es una bibliografía sobre América<br />
Latina que incluye libros y artículos<br />
seleccionados y reseñados por especialistas;<br />
publicado por la División<br />
Hispánica de la Biblioteca del Congreso<br />
de los Estados Unidos, se dedica,<br />
alternadamente, un año a Ciencias<br />
Sociales y el siguiente a Humanidades.<br />
Cada año, más de 130 especialistas<br />
de todo el mundo seleccionan<br />
alrededor de 5.000 trabajos para su inclusión<br />
en el Handbook. Publicado en<br />
forma continuada desde 1936, se ha<br />
constituido en una guía bibliográfica<br />
esencial para los latinoamericanistas.<br />
Igual ocurre con las tesis de grado<br />
doctoral en diferentes universidades<br />
del mundo, que seleccionan sus novelas<br />
y sus poemarios para diferentes<br />
tipos de análisis literario.<br />
Solo como una muestra baste mencionar<br />
las de Albertine Tano, dama<br />
afrodescendiente oriunda de Costa<br />
de Marfil y por tanto de lengua francesa,<br />
quien presentó su tesis doctoral<br />
en la Universidad de Alcalá de Henares,<br />
Madrid, en el año 2003, en lengua<br />
castellana, con el tema “Lenguaje e<br />
7 Xerox copia en poder del autor de este artículo,<br />
por gentileza de la también gran escritora<br />
Luz Argentina Chiriboga Guerrero,<br />
viuda de Nelson.<br />
8 The Image of the Black Woman in the Spanish-American<br />
Novel: A Study of Characterization<br />
in Selected Spanish-American<br />
Novels, The Catholic University of America,<br />
1985, 197 páginas<br />
identificación en Nelson Estupiñán<br />
Bass: la imagen del negro en Cuando<br />
los guayacanes florecían y El último río. 7<br />
La de Janet Jones Hampton, 8 donde se<br />
examina, entre otros, a Miguel Ángel<br />
Asturias, Guillermo Cabrera Infante,<br />
Nelson Estupiñán Bass, Alfredo Pareja<br />
Diezcanseco, Arturo Uslar Pietri y<br />
Cirilo Villaverde. La autora indica las<br />
omisiones y errores en la caracterización,<br />
y muestra las imágenes positivas<br />
representadas, aduciendo ejemplos de<br />
mujer-signo dentro de la semiótica. La<br />
de Michael Lee Walter. 9 La de Millicent<br />
Bolden. 10 Y muchas más.<br />
Sería imposible enumerar todos<br />
los artículos que se han ocupado de<br />
su obra en una multiplicidad de revistas<br />
y boletines especializados. Asimismo,<br />
solo con fines demostrativos,<br />
hacemos mención del artículo sobre<br />
la novela Bajo el cielo nublado del crítico<br />
polaco Ígor Órzhytskyi, titulado<br />
“Geografismo literario en pos de la<br />
identidad: el Mar de Bolivia y el Equinoccio<br />
del Ecuador”. 11<br />
Estupiñán Bass se adelantó –y con<br />
mucho– a la interpretación de nuestro<br />
país como plurinacional. Aquí es pertinente<br />
recordar que el 8 de mayo de 1998<br />
los legisladores ecuatorianos decidieron<br />
no reconocer que el Ecuador es un<br />
estado plurinacional, por cuanto consi-<br />
9 The Black Social Identity in Selected Novels of<br />
Nelson Estupiñán Bass and Adalberto Ortiz,<br />
California, Universidad de Riverside, 1997<br />
10 Focalization and Social Vision in the Early Novels<br />
of Nelson Estupiñán Bass, Universidad de<br />
North Carolina, 1998<br />
11 <strong>Revista</strong> del CESLA, vol. 2, No. 13, año 2010,<br />
Varsovia, Uniwersytet Warszawski, pp.<br />
419-432.
deraron que un país formado por varias<br />
nacionalidades traería la desunión.<br />
En su análisis crítico M’Bare N’Gom de<br />
la Morgan State University, dice:<br />
Concluyendo, se puede afirmar que la<br />
novela de Estupiñán Bass se enmarca<br />
dentro del proyecto de reescritura<br />
de Ia Historia Nacional del Ecuador<br />
como estado plurinacional. Asimismo,<br />
el texto de Estupiñán Bass es un intento<br />
de reapropiación y de reafirmación<br />
de la realidad social, cultural y política<br />
del Ecuador real. Representa también<br />
una tentativa de inserción del discurso<br />
socio-político y económico de los distintos<br />
actores étnicos y nacionales del<br />
país marginados hasta entonces, dentro<br />
de ese espacio monopolizado por<br />
una minoría no representativa. En este<br />
sentido, Cuando los guayacanes florecían<br />
es una de las máximas expresiones del<br />
llamado discurso humanista. 12<br />
Compárese con la fecha en que fue<br />
escrita esta novela, la primera de todas<br />
y también su obra prima. 13<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
Michael Handelsman también tiene<br />
un interesante estudio sobre el carácter<br />
multinacional y la vocación pluricultural<br />
de nuestro país que Nelson siempre<br />
visionó y traslució en sus obras.<br />
Richard Jackson, prolífico ensayista<br />
literario que ya hemos citado por<br />
su antología paradigmática, siempre<br />
admiró y relevó el patente humanismo<br />
de la obra de Estupiñán Bass, al<br />
igual que la del literato panameño<br />
Carlos Guillermo Wilson.<br />
Deviene ejemplar cómo este manejo<br />
de diferentes técnicas literarias, ora con<br />
la yuxtaposición de diferentes géneros<br />
como recurso narrativo dentro de sus<br />
novelas –la épica, la poesía, las epístolas,<br />
el relato corto, la narración oral y el<br />
cuento maravilloso– o transgrediendo<br />
parte de las normas e incorporando<br />
otras, le han determinado a Nelson<br />
Estupiñán Bass un sitio de privilegio<br />
dentro de la literatura vanguardista<br />
latinoamericana, sin salirse del espíritu<br />
reivindicador de la Generación del 30.<br />
Ya lo dijo el afamado crítico Henry<br />
Richards, PhD en Literatura Española<br />
y Estudios Latinoamericanos por la<br />
universidad de Minnesota: “… Nelson<br />
Estupiñán fue, sin duda, uno de<br />
los grandes novelistas latinoamericanos<br />
del siglo XX…”. 14 Y ello sin perder<br />
jamás su sentido de pertenencia<br />
afrocentrista. Para Richards, que ha<br />
realizado el análisis de 8 de las 10 no-<br />
12 Raza y proyecto nacional en Cuando los guayacanes<br />
florecían de Nelson Estupiñán Bass.<br />
13 Lo afro y la plurinacionalidad. El caso ecuatoriano<br />
visto desde su literatura, reeditada por<br />
Abya-Yala en el 2001.<br />
14 El brillante camino de Nelson Estupiñán Bass,<br />
Comité Pro-Construcción del Monumento<br />
39
velas de Estupiñán Bass, siempre fue<br />
fascinante su permanente y patente<br />
superación estilística.<br />
Sobre este mismo tema identitario<br />
Franklin Miranda Robles considera<br />
que en todas las novelas de Nelson Estupiñán<br />
Bass “se hace patente un proceso<br />
de evolución que… fue creando<br />
una narrativa afroecuatoriana de características<br />
sólidas y transparentes”. 15<br />
Su sentido de compromiso con<br />
los más pobres y marginados siempre<br />
fue inalterable. Expresó claramente<br />
que: “Me interesa fundamentalmente<br />
la captación popular de mi mensaje,<br />
llegar a las masas, reintegrarles en<br />
forma artística lo que ellas me han<br />
entregado como materia prima”. Su<br />
novela Los canarios pintaron el aire de<br />
amarillo se remite a la nacionalidad<br />
chachi, anteriormente denominados<br />
cayapas. En Bajo el cielo nublado previene<br />
sobre la catástrofe que significa<br />
la contaminación ambiental.<br />
Por todas estas razones Nelson<br />
fue considerado el Maestro del relato,<br />
por parte de los nuevos escritores que<br />
fueron surgiendo durante los últimos<br />
40 años en nuestro país.<br />
Una senda paralela ha llevado<br />
también la sabrosura y la sabiduría<br />
popular de su poética, por lo cual muchos<br />
críticos internacionales la comparan<br />
con el “Martín Fierro” de José<br />
Hernández. Su primer poema “Canto<br />
a la negra quinceañera” apareció en<br />
al Dr. H.C. Nelson Estupiñán Bass, Imprenta<br />
Sagrado Corazón, Esmeraldas, 2a. ed., 2006.<br />
15 Hacia una narrativa afro-ecuatoriana. Cimarronaje<br />
cultural en América Latina, Quito, Abya-<br />
Yala, 2005.<br />
40<br />
1934 en el diario socialista La Tierra, en<br />
Quito. Es cronológicamente el primer<br />
poema negro publicado en el Ecuador.<br />
Entre las antologías más reputadas<br />
dentro de la poesía que se ocupan de la<br />
obra de Estupiñán Bass, cabe destacarse:<br />
la de Marvin A. Lewis 16 luego de su<br />
primer poemario, donde se expresa la<br />
necesidad de cultivar una relación cordial<br />
entre los indígenas, los afrosecuatorianos<br />
y todos los grupos raciales. La<br />
de Ann Venture Young. 17 La de Rosa E.<br />
Valdés-Cruz, 18 entre muchas otras.<br />
De sus poemas traducidos a otros<br />
idiomas merecen señalarse: “Venganza”<br />
al alemán, 19 “Un cirio para Pablo”<br />
al inglés, 20 “Invitación cordial”<br />
y “Otras malas palabras” al inglés, 21<br />
“Tú sabías…” y “Negra bullanguera”<br />
al inglés en la ya citada obra de Ann<br />
Venture Young, etc.<br />
Razones suficientes por las cuales<br />
el Centro Iberoamericano de la Décima<br />
y el Verso Improvisado, con sede<br />
en La Habana, instituyó en nuestro<br />
país una filial que lleva también el<br />
nombre de nuestro insigne literato.<br />
Su poemario más famoso es Timarán<br />
y Cuabú, que escenifica una lid<br />
poética entre dos vates populares: Pe-<br />
16 Afro-Hispanic Poetry, 1940-1980: From Slavery<br />
to Negritud in South American Verse.<br />
17 The Image of the Black Woman in Twentieth<br />
Century South America Poetry: A Bilingual Anthology.<br />
18 “La poesía negroide en América”, vol. 7, Colección<br />
Clásicos Hispanoamericanos, New<br />
York, Las Américas Publishing Co, 1970.<br />
19 Schwarzer Orpheus, Una antología universal<br />
de la poesía negra, editada en Munich.<br />
20 For Neruda, For Chile: An International Anthology,<br />
Walter Lowenfels, comp.<br />
21 Afro Hispanic Review de 1982.
dro Timarán, mulato de edad avanzada<br />
con visión conservadora y Alberto<br />
Cuabú, negro joven de ideas revolucionarias.<br />
Al final del torneo los jueces<br />
declaran un empate. Años después, la<br />
gente empezó a preguntarle al autor<br />
cuándo sería el desempate. Así pues,<br />
Estupiñán Bass preparó el segundo<br />
poemario popular y le puso el mismo<br />
nombre que de manera expectante y<br />
por adelantado ya le habían dado los<br />
lectores; su éxito en el gusto popular<br />
fue exactamente igual al primero.<br />
También es notable su producción<br />
narrativa corta, aunque solo llegó a publicar<br />
4 cuentos: Las hojas en el viento, El<br />
perdón, El gualajo y El milagro. Sus 2 piezas<br />
de teatro son: “La otra”, en 2 actos;<br />
y “Las frutas verdes”, en 1 acto; ambas<br />
han sido también objeto de análisis literario<br />
en universidades de los EE.UU.<br />
Entre otras muchas distinciones,<br />
Nelson Estupiñán Bass obtuvo: la de<br />
Mejor Ciudadano de la Provincia por<br />
parte de las instituciones de Esmeraldas<br />
(1985), la Condecoración Nacional<br />
al Mérito Cultural de Primera Clase<br />
(1989), el Premio Nacional Eugenio Espejo<br />
en literatura por la totalidad de su<br />
obra (1993), que con gran nobleza dedicó<br />
a su provincia natal; el Doctorado<br />
Honoris Causa por la universidad Luis<br />
Vargas Torres (1993); la candidatura al<br />
5to Premio de Literatura Latinoamericana<br />
y del Caribe Juan Rulfo con sede<br />
en Guadalajara (1995); el Premio de la<br />
Ética otorgado por el Instituto Cultural<br />
Félix Varela de La Habana (1998);<br />
la candidatura al Premio Nobel de Literatura<br />
por parte de las comunidades<br />
negras de Ecuador, Perú, Costa Rica,<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
Colombia, República Dominicana,<br />
Uruguay y Venezuela (1998); la designación<br />
de Cronista Vitalicio de Esmeraldas<br />
(2000); la Orden de Cisneros<br />
por la universidad de Alcalá de Henares<br />
(2001); su ingreso en la Academia<br />
Ecuatoriana de la Lengua (2001).<br />
En cuanto se enteró de su muerte,<br />
el escritor Iván Egüez declaró:<br />
Estupiñán representa para nuestra literatura<br />
la superación del drama maniqueísta.<br />
Aunque su mundo es el de la<br />
negritud, su visión es social y no racial.<br />
Siempre lo recordaremos por su<br />
vida ejemplar. 22<br />
Nelson nos dejó, entre tantas otras<br />
frases sentenciosas: “Estimo y aplaudo<br />
la obra estética, venga de donde<br />
viniere, aunque quisiera que, por lo<br />
menos, en el subfondo o entre líneas,<br />
palpitara el anhelo de una transformación<br />
social”. 23<br />
Así pensó, así escribió y así vivió…<br />
lleno de humanismo.<br />
Literatura, identidad y ética es su<br />
ejemplar legado para la posteridad.<br />
22 Diario El Comercio de Quito, edición del lunes<br />
4 de marzo de 2002, sección Cultura y Espectáculos,<br />
p. B6.<br />
23 Este largo camino, Quito, Ediciones del Banco<br />
Central, 1994.<br />
41
No es coincidencia que el título<br />
de este escrito aluda explícitamente<br />
al de un libro reciente,<br />
al de Tzvetan Todorov sobre<br />
los Caprichos, las Pinturas negras y<br />
los Disparates de Goya. Todorov, dicho<br />
sea, recurrió a su vez a un cuadro<br />
del pintor español, La lámpara descomunal,<br />
para ilustrar la sobrecubierta<br />
de su obra. Por analogía, bien podría<br />
decirse que al margen de la proyectada<br />
imagen de Marilyn Monroe se<br />
escondían brujas y demonios que ni<br />
la cámara fotográfica ni la cinematográfica<br />
podían captar. Estos días, sin<br />
embargo, se exhibe en las salas de<br />
cine un intento fílmico por entender<br />
su genio y figura más allá de la pantalla.<br />
La película, My Week with Marilyn<br />
42<br />
MARILYN MONROE:<br />
a la sombra de las luces<br />
Humberto E. Robles<br />
(Mi semana con Marilyn), ha sido recibida<br />
con aplausos para la intérprete,<br />
pero, a nuestro entender, la cinta se<br />
queda corta en eso de querer entrever<br />
más allá de las luces del espectáculo.<br />
No pasa de ser un ameno careo entre<br />
un actor de cine y uno de teatro, entre<br />
una figura que da su imagen a las<br />
cámaras y otra acostumbrada a dársela<br />
al público. Esas limitaciones quizá<br />
se deban también a que el narrador/<br />
actor del filme no puede superar su<br />
condición de hechizado espectador.<br />
No es aquí del caso entrar en toda<br />
esa complicada problemática. Lo que<br />
sí ha de quedar claro es que Marilyn<br />
sigue inescrutable, devoradora; y,<br />
a su vez, y no menos, devorada por<br />
el consumo de su figura en la esfera<br />
pública. La Monroe continúa siendo<br />
culto, leyenda, imagen, fetiche. De<br />
hecho, la mayoría de la concurrencia<br />
lleva siempre consigo su evocación<br />
particular de la actriz, y no menos el<br />
suscrito.<br />
Antes de entrar en la redacción de<br />
este ensayo, tuve la ocurrencia de mirar<br />
en Google el número de referencias<br />
a Marilyn Monroe. No debería<br />
de haberme sorprendido. La monstruosidad<br />
de la cifra, sin embargo, me<br />
dejó perplejo. Los millares de decenas<br />
y más decenas de millones de imágenes,<br />
libros, entrevistas, videos, no-
ticias, blogs, recetas de cocina, nombres<br />
de restaurantes, patentes, vistas<br />
y cuadros en que figura la singular<br />
diva de Hollywood yace más allá de<br />
lo conmensurable, asume cualidades<br />
babélicas. ¡No sería para menos que<br />
cualquier bibliotecario terminara abatido<br />
en la búsqueda de algo prístino!<br />
Y a esa cantidad descomunal estoy yo<br />
añadiendo una más. ¡Vaya!<br />
I<br />
Mi primer “encuentro” con Marilyn<br />
ocurrió allá por el año 1954,<br />
cuando yo me acercaba a mis 16.<br />
Después de haber recorrido para ese<br />
entonces las rúas neoyorquinas por<br />
poco más o menos unos 18 meses, me<br />
preciaba de ya poder reconocer sitios<br />
y lugares sobre los que informaba la<br />
prensa. Hacia agosto de aquel año<br />
irrumpió en la pequeña pantalla y<br />
en los diarios la imagen de la Monroe<br />
con la falda de su vestido blanco<br />
levantándose debido a alguna tibia<br />
ráfaga de aire, válvula de escape, que<br />
surtía por entre las rejas de la acera<br />
cada vez que pasaba el metro. En mi<br />
aún rústico inglés leí que en Lexington<br />
Avenue y la calle 61 de Manhattan<br />
estaban rodando The Seventh Year Itch<br />
(La comezón del séptimo año). Esa imagen<br />
tan fresca entonces, como era así<br />
de fresca la sensación de éxtasis que<br />
despedían los gestos por encubrirse<br />
y, no menos, la amplia sonrisa de la<br />
actriz, se convirtió a corto plazo en<br />
una de las más famosas del globo.<br />
Las reproducciones no siempre incluyen,<br />
sin embargo, uno que otro tácito<br />
signo original. Poco figuran allí, por<br />
ejemplo: 1. La huraña presencia del<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
flamante marido de Marilyn, el célebre<br />
bateador del equipo de béisbol de<br />
los Yankees de New York, Joe DiMaggio.<br />
2. Las reacciones de los receptores<br />
de la imagen. 3. El inconsecuente<br />
hecho de que la toma que aparece en<br />
el filme no fue la que en ese entonces<br />
divulgaron los noticieros, la prensa y<br />
la televisión, sino la que se reprodujo<br />
en un estudio de Hollywood. Los<br />
pormenores de ese simulacro no exigen<br />
comentario. Pero sí vale tener en<br />
cuenta los otros apartados.<br />
Dicen que el gran DiMaggio, de<br />
estirpe italiana, anclado en un sentido<br />
de vergüenza, honor y pudor que<br />
se resentía al contemplar a su mujer<br />
convertida en un espectáculo, deseada<br />
y consumida por las multitudes, halló<br />
difícil, muy difícil, el aceptar la entremezcla,<br />
la falta de distinción, entre la<br />
cara y el rostro que era el ser diario de<br />
la vida profesional de Marilyn. Y no es<br />
que DiMaggio no supiera de las exigencias<br />
que el culto de la popularidad<br />
acarreaba consigo. Al contrario. En<br />
más de un estadio él había oído a millares<br />
de fanáticos aplaudir y apoyar<br />
sus proezas en la cancha. Tanto es así,<br />
recuerdo haber leído, que alguna vez,<br />
ante el furor que la presencia de Marilyn<br />
produjo en un gentío de soldados<br />
en Corea, aquélla le susurró a su marido,<br />
a Joe: “¿Has visto o sentido algo<br />
parecido?” A lo cual, el ídolo del béisbol<br />
la miró tranquilo y, con una sonrisa<br />
plena de olímpico humor, le contestó<br />
que sí, y que en cientos de ocasiones, y<br />
de parte de multitudes quizá mayores.<br />
La diferencia era que DiMaggio había<br />
dejado de ser un profesional activo,<br />
mientras Marilyn estaba en el apogeo<br />
43
de su fama. Sea como fuere, el “show”<br />
Marilyn pronto habría de acabar con<br />
ese matrimonio, pero no con el afecto<br />
del deportista por la actriz. Dicen que<br />
Joe ordenó poner rosas en la tumba de<br />
Marilyn por años y días.<br />
Mientras para “Joe” la imagen de<br />
su mujer con la falda al aire, exhibiendo<br />
las modestias de su cuerpo, era<br />
una cuestión de recato, de defender<br />
su espacio personal y el de su esposa,<br />
no así en el público cuya lascivia<br />
lo arrastraban por los virtuales y quiméricos<br />
senderos de la fantasía erótica.<br />
La conjunción de lo particular y lo<br />
inaccesible, de la realidad y la imaginación,<br />
transformaba el “show” Marilyn<br />
en objeto de consumo multitudinario,<br />
en simulacro de un fantasioso<br />
onanismo mental. Por contigüidad,<br />
el espectador compulsivo y lujurioso<br />
se identificaba acaso con el afanoso y<br />
cálido aire que se compenetraba con<br />
la actriz-fetiche hasta el punto de virtualmente<br />
poseerla y acarrearla hasta<br />
la exaltación y el arrobo.<br />
Hay algo instintivo y cotidiano en<br />
los apresurados gestos de cualquier<br />
mujer por cubrirse cuando una ráfaga<br />
de viento le vuela la falda por el aire.<br />
La intención de su pudor es ocultar,<br />
proteger, el espacio que yace detrás de<br />
la prenda. La efigie de Marilyn contiene<br />
esas implicaciones, pero con la<br />
diferencia de que pareciera no haber<br />
deslinde entre lo abierto y lo cerrado,<br />
se esfuma la distinción entre sujeto y<br />
objeto. Se produce la presencia de lo<br />
extraordinario en lo ordinario, de un<br />
espacio singular en que coinciden, a<br />
pesar de un simulado y desesperado<br />
esfuerzo por evitarlo, lo de afuera y<br />
44<br />
lo de adentro, la cara y el rostro, lo<br />
mundano y la inocencia, el objetivo<br />
de la cámara y la actriz. Es quizá esa<br />
simbiosis entrevista la que a la larga<br />
perdura en el espectador.<br />
II<br />
Mi segundo “encuentro” ocurrió<br />
el 5 de agosto de 1962. Lo de Cuba<br />
bullía en el aire. Las estampas de Marilyn<br />
que subsisten de esa época son<br />
lúgubres. Recuerdo el alboroto de<br />
ambulancias, sirenas, policías, camillas,<br />
cámaras de televisión, comentarios<br />
de periodistas y la reproducción<br />
interminable de imágenes de la diva<br />
debido a que la habían encontrado<br />
muerta en su casa de Los Ángeles. Las<br />
especulaciones cundían desde diferentes<br />
perspectivas. Que se había suicidado,<br />
que era un accidente debido<br />
a exceso de píldoras soporíferas, que<br />
a lo mejor hasta un homicidio había<br />
de por medio. Se conjugaban esos comentarios<br />
e imágenes con referencias<br />
a sus películas y a sus amoríos. Ahora<br />
aparecía más prominente la figura de<br />
Arthur Miller, el famoso dramaturgo<br />
e intelectual, su último esposo. El<br />
mismo que aparece representado en<br />
la película que circula estos días ante<br />
el público. Había tácitas y explícitas<br />
alusiones a la mafia, a los hermanos<br />
Kennedy, a los comienzos de Marilyn<br />
como Norma Jeane Mortenson (bautizada<br />
“Baker” el 1 de junio de 1926 en<br />
Los Ángeles, California).<br />
Recuerdo aquel día de agosto del<br />
62. En pleno verano, la prensa reproducía<br />
estampas de una Marilyn Monroe<br />
“enlutada”, sin evidente maquillaje,<br />
cubierta con algún holgado sweater
oscuro, pantalones blancos, mirada<br />
distante e introspectiva a la vez, ni<br />
ésta ni aquélla parecía tocar fondo,<br />
se columpiaba entre un horizonte interior,<br />
sin término, y otro exterior que<br />
tampoco parecía tener alcance. El fiel<br />
de esa mirada conjugaba espacios, un<br />
espacio que de alguna manera producía<br />
desesperación y atractivo, tristeza<br />
y ensoñación, que nos colocaba en un<br />
umbral que hablaba de nostalgia y<br />
melancolía a la vez, de vacío, que incitaba<br />
ternura e invitaba cobijo y acurruco.<br />
Desfilaban por la pantalla y por las<br />
páginas de los diarios nuevas manipulaciones:<br />
se difundía ahora a la actriz<br />
de cine que buscaba reconocimiento<br />
como artista. El mundo del deporte,<br />
DiMaggio, había ahora pasado al del<br />
intelecto y de las artes, a Arthur Miller.<br />
En la esfera pública se pasaba de Corea<br />
a Vietnam. Se hablaba de Marilyn<br />
y sus películas con Jack Lemmon, con<br />
Laurence Olivier. Se ponía énfasis en<br />
la última que había rodado, The Misfits<br />
(Los inadaptados), el filme-drama de la<br />
autoría de Miller, robusto alegato dirigido<br />
por John Huston, y cuyo reparto<br />
contó con Montgomery Clift y Clark<br />
Gable, además de Marilyn.<br />
Siguieron y se acumularon las<br />
injurias y los encomios del caso. La<br />
derecha se aprovechaba de alguna<br />
celebración en que la actriz, esculturalmente<br />
ataviada, solícita y galante,<br />
le cantaba con delectación morosa un<br />
Happy Birthday a un joven Presidente<br />
cuyo final ni por piensos se presentía<br />
venir. Algún guiño íntimo y secreto<br />
quedó dizque oculto detrás de esa<br />
imagen. Los antagonistas se encargaron,<br />
sin embargo, de echar a rodar lo<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
que dizque faltaba, lo que rezumaba<br />
de la escena. Maduraba el peso de<br />
Vietnam y, a fin de cuentas, había que<br />
ir preparando material para evitar<br />
una presunta reelección. La acusación<br />
de mujeriego, en un país inflexible al<br />
respecto, era un cargo duro de llevar<br />
en ese entonces. No todo, dicho sea,<br />
fue reproche. También hubo elogios.<br />
En primer lugar cuenta esa ya famosa<br />
plegaria, ese Kyrie Eleison, esa<br />
oración fúnebre dirigida al Señor, firmada<br />
por Ernesto Cardenal. Oración<br />
por Marilyn Monroe y otros poemas data<br />
de 1965. El poema que le confiere título<br />
al poemario produce, sin embargo,<br />
la impresión de una perspectiva<br />
inmediata, de algo escrito como una<br />
reacción emotiva frente a la desgracia<br />
ocurrida en Los Ángeles. Coinciden<br />
en ese escrito lo fundamental de Cardenal:<br />
religión, poesía, compromiso.<br />
El poema nos coloca asimismo en una<br />
suerte de columpio en que coinciden<br />
Marx y una mujer hermosa, la Teología<br />
de la Liberación, los ritos y rituales<br />
de la Iglesia católica y, no menos, los<br />
estragos del más asqueroso capitalismo.<br />
Cardenal hace un recorrido poético<br />
de la vida de la Monroe. Da cuenta<br />
de su orfandad, de su condición de<br />
usurpada, de los abusos sufridos. De<br />
su búsqueda de guarida, de casa, de<br />
hogar, de un espacio refugio donde<br />
poder desprenderse de maquillajes y<br />
reflectores, distanciarse de los acosos<br />
de fotógrafos y de los pordioseros de<br />
autógrafos; de hallar acaso un espacio<br />
puro, quizá sagrado, donde poder<br />
sentirse liberta, auténtica.<br />
El poema contrapone a todo eso<br />
otro espacio, uno desalmado, abun-<br />
45
dante en buitres, en mercaderes, un<br />
espacio donde hallan representación<br />
los sinsabores de la vida real de la actriz.<br />
Esa biografía resulta, por analogía,<br />
una más de las que, con variantes,<br />
se incorpora a las tantas que se dan en<br />
el Gran Teatro del Mundo. Entendemos<br />
así que Marilyn vino a representar,<br />
a cumplir su papel de huérfana,<br />
de empleadita, de estrella de cine,<br />
parte de un metafórico “guión”, urdido<br />
con perversidad y malicia por<br />
merolicos, por estudios cinematográficos,<br />
por empresas, por traficantes…<br />
de diversiones, por majaderos<br />
agentes de prensa que contaminan<br />
y profanan el ámbito social –con su<br />
realidad en tecnicolor, con su fábrica<br />
de sueños fatuos, con sus absurdos libretos<br />
de cómo representar y de qué<br />
representar– arrastrados por su ansia<br />
de lucro, ajenos al atropello y al pecado<br />
que, en vía de ese empeño, van<br />
regando por el orbe, infectándolo. Ese<br />
guión, pleno de repudio ante abusos<br />
humanos y quizá divinos que entrega<br />
Cardenal, acaba con una llamada<br />
telefónica inconclusa, suspendida en<br />
un horizonte sin nombre, que marca<br />
“WRONG NUMBER”. Esa llamada<br />
era a alguien o a Alguien. La verdad<br />
es que no importa. Lo mundano y lo<br />
celestial se confunden. El reclamo de<br />
las injusticias de nuestro tiempo están<br />
allí y no solo frente a los hombres,<br />
sino, y quizá con espíritu al borde de<br />
lo sacrílego, ante un Ser que de alguna<br />
manera tiene que contestar la llamada<br />
de las Marilyn del mundo, de<br />
las estrellas/ huérfanas/ empleaditas<br />
de tienda. Como en el Kyrie Eleison,<br />
el poema pareciera lanzar la grita:<br />
46<br />
“Señor, ten piedad de nosotros”. El<br />
monje trapista, el sacerdote que es<br />
Cardenal, deja sentado así su alegato<br />
en favor de la justicia en este mundo.<br />
Esa mezcla de lo profano y lo divino<br />
es sin duda compleja, como lo es también<br />
el enlace posmoderno de lo culto<br />
y lo popular, de los múltiples puntos<br />
de mira y de recepción. En este ámbito<br />
hay un elocuente testimonio pop que<br />
dejó el pintor Andy Warhol. Cimentado<br />
en una foto de la autoría de Gene<br />
Korman, el panegírico de Warhol<br />
ocurrió poco después de la muerte de<br />
Marilyn. Hoy por hoy es una de las<br />
reproducciones más reconocidas de<br />
la imagen de la actriz. La pluralidad.<br />
Los multicolores. Los cambios en los<br />
detalles del maquillaje. Las infinitésimas<br />
alteraciones en cada subsecuente<br />
imagen borran y dilatan la identidad<br />
de la persona representada. Marilyn<br />
Monroe es y no es. El “aura” que a primera<br />
instancia la rodea, Benjamin de<br />
por medio, estalla y va disolviéndose,<br />
adquiriendo una diferente función<br />
social en cada nueva reproducción,<br />
según afecta nuevos horizontes de recepción.<br />
La autenticidad del original<br />
va descascarándose y marchitándose,<br />
cual en un “décollage”.<br />
La auténtica Monroe que conjugaba<br />
ese intangible espacio entre la<br />
pureza y lo profano pareciera irse<br />
consumiendo en sí misma, conforme<br />
emerge reciclada en nuevas reproducciones<br />
serigráficas: los pequeñísimos<br />
cambios en colores y en los más<br />
mínimos de los detalles distancian<br />
y borran poco a poco, por un lado,<br />
el original, mientras que por el otro<br />
lo desintegran hasta el punto que la
identidad auténtica pareciera evaporarse,<br />
carecer de significado esencial,<br />
y transformarse en objeto de consumo,<br />
obediente a las intenciones y fantasías<br />
del espectador, y en ese sentido<br />
acumula diferentes e incontables<br />
versiones. Queda inevitablemente en<br />
el aire la pregunta: ¿Cuál es la Monroe?<br />
¿Cómo definirla? Se nos escapa,<br />
se desparrama y escurre en el proceso<br />
de querer atraparla. Los papeles se<br />
confunden. La multiplicidad de imágenes<br />
que la evocan propone que el<br />
objeto inaccesible termina convirtiéndose<br />
en una proyección de nosotros<br />
mismos, de los espectadores.<br />
Las imágenes que desenrolla Warhol<br />
así lo sugieren.<br />
III<br />
Mi tercer “encuentro” con la Monroe<br />
ocurrió el sábado 12 de noviembre<br />
de este año 2011. Por las casualidades<br />
del destino me hallaba en Madrid.<br />
Por igual casualidad leía las páginas<br />
de El País y sus varios suplementos<br />
(revista Sábado, Cultura, Babelia). Así<br />
fue que tropecé de nuevo con Marilyn.<br />
Este último “encuentro”, vale<br />
aclarar, no ha sido el más halagador,<br />
si bien venía precedido de una invitación<br />
a escribir algo sobre la actriz con<br />
motivo, en 2012, de los 50 años de su<br />
muerte, invitación que a primera instancia<br />
había declinado, pero que casi<br />
de inmediato la revisé positivamente.<br />
Doce fotografías que había tomado<br />
Bert Stern (1929-), “la última persona<br />
que retrató a Marilyn Monroe”, llenaban<br />
ese día la página 54 del diario madrileño.<br />
Al pie de la página, en gran-<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
des letras de molde, encontramos este<br />
título: “QUIERES FOTOGRAFIAR-<br />
ME DESNUDA, ¿VERDAD?”. Sigue<br />
después un montaje de más titulares,<br />
antes de llegar, finalmente, al nombre<br />
de la articulista, María Porcel Estepa.<br />
Ésta informa más adelante que en una<br />
presunta y reciente conversación que<br />
dizque ella tuvo con Stern –respecto a<br />
las fotos que fueron bautizadas como<br />
The Last Sitting (La última sesión)– éste<br />
le dio cuenta “en conversación telefónica<br />
desde Nueva York” sobre “el<br />
impacto profesional y emocional que<br />
tuvo la sesión en su vida. Todo un<br />
festín erótico que no gustó a Vogue<br />
en su día, hace ahora 50 años”. Esta<br />
última cita, también reproducida en<br />
titulares, prosigue a destacar, otra<br />
vez en letras mayores, el impacto que<br />
Marilyn tuvo en el fotógrafo: “Olvidé<br />
que estaba casado. Estaba enamorado…<br />
Era mucho más guapa de lo que<br />
esperaba” (vale recordar que dicha<br />
sesión –hubo varias en realidad– ocurrió<br />
en junio de 1962).<br />
El artículo de Porcel Estepa confunde.<br />
El lector no lo tiene claro si se<br />
trata de un libro flamante. Tiene que<br />
averiguarlo por su cuenta. Que, en<br />
vista del montaje de titulares, bien<br />
pudo ser esa la intención del artículo…<br />
no persuade del todo. Sea como<br />
fuere, fácil hubiera sido informar que<br />
Taschen Books iba a lanzar el 14 de<br />
diciembre de 2011 una edición numerada,<br />
para coleccionistas, de un libro<br />
caro y de lujo, titulado Monroe by Mailer<br />
and Stern (o acaso Norman Mailer,<br />
Bert Stern: Marilyn Monroe). También<br />
se nos pudo haber dicho de frente que<br />
47
el contenido consiste mayormente en<br />
un charolado reciclaje de lo sabido. La<br />
verdad es, no obstante, que ni siquiera<br />
nos enteramos del título del libro ni de<br />
que a lo mejor se trata de una versión<br />
en inglés. ¿Hay ya una en español? De<br />
lo que no queda duda es que estamos<br />
ante toda una embestida publicitaria<br />
que exige denuncia y protesta.<br />
Entendemos que Porcel Estepa quisiera<br />
forjar una narrativa, promocionar<br />
una historia en torno a Stern y Marilyn.<br />
Lo que pasa, como era de esperar, es<br />
que la historia pareciera convertírsele<br />
en cuento. El informe de prensa se<br />
le vuelve uno de tabloide. ¡Pareciera!<br />
Tanto, en efecto, que la presunta conversación<br />
que Porcel Estepa dizque<br />
tuvo con Stern suena hueca, y hasta<br />
se nos ocurre imaginada. Pero qué se<br />
puede esperar, acaba refunfuñando el<br />
lector, al recordar de lo que es capaz –<br />
según lo que dice la articulista sobre sí<br />
misma– una “muchachita madrileña,<br />
medioperiodista, pseudoinformada y<br />
megaconectada”, una muchachita que<br />
resume su ethos con dos autosatisfechas<br />
palabras: “Se intenta”.<br />
Nadie pretende quitarle a Porcel<br />
Estepa esos ánimos. Pero lo que sí<br />
vale exigirle es que nos hable en directo,<br />
sin rodeos, y nos diga algo sobre<br />
el libro, que lo identifique, que<br />
comente si contiene algo nuevo y en<br />
qué radica esa novedad, que aclare<br />
a su vez la participación de Norman<br />
Mailer (1923-2007) en el proyecto. ¿Es<br />
acaso cierto que la biografía de Mailer<br />
sobre la Monroe es el punto de partida<br />
y una parte importante del libro?<br />
(biografía lanzada en 1973 con tantos<br />
bombos y platillos publicitarios<br />
48<br />
que la revista Time del 16 de julio de<br />
ese año estampó su portada con una<br />
yuxtaposición del encuentro Monroe-<br />
Mailer, portada que venía ilustrada<br />
con sendas fotografías de la autoría<br />
de Bert Stern y Lawrence Schiller, respectivamente).<br />
Esas inquietudes y preguntas<br />
quedan sin respuesta. La articulista<br />
no cumple con su cometido. Lo que<br />
divulga el artículo es lo erótico de<br />
Marilyn, su condición de objeto de<br />
consumo. Porcel Estepa repite lo archisabido,<br />
que la actriz “posó para el<br />
fotógrafo con y sin ropa, rubia y morena,<br />
pensativa y a carcajadas”. ¿A qué<br />
vienen esas palabras? ¿Qué pretenden<br />
a estas alturas del recorrido feminista?<br />
¿Las justifica la promoción comercial<br />
de un libro, no del todo identificado,<br />
que consiste en 1962 ejemplares y que<br />
se va a cotizar por mil dólares el ejemplar?<br />
¿O, mejor, es que el artículo encaja<br />
como un anticipo más de las tantas<br />
previstas celebraciones del 50 aniversario<br />
de la muerte de la diva 2012 que<br />
la diosa Publicidad nos prepara? Ese<br />
parece ser el caso. De hecho, el alboroto<br />
publicitario ya ha empezado. Nos<br />
toca esperar el tiroteo, la avalancha<br />
de promociones sin fin, sexistas, empiezan<br />
ya a abultar. Marilyn se cotiza,<br />
y mucho. Se la consume. El culto de<br />
Mamón se impone.<br />
En esa línea, interesa señalar que<br />
aparte de lo que atañe al objeto de<br />
lujo que lanza Taschen Books, el escrito<br />
de Porcel Estepa “coincide” con la<br />
publicidad de My Week with Marilyn.<br />
¡Eureka! En el International Herald<br />
Tribune (The Global Edition of The New<br />
York Times) del martes 15 de noviem-
e, p. 13, figura una reseña del filme.<br />
El artículo de El País y el que acabamos<br />
de referir del Tribune comparten<br />
una táctica similar de publicidad, en<br />
ambos se promueve la idea de que<br />
nosotros, los consumidores, vamos a<br />
tener acceso a algo inédito, original,<br />
auténtico, con atributos de aura, sobre<br />
Marilyn Monroe. En el artículo en<br />
español leemos: Necesitaba descubrir<br />
algo no capturado. […]<br />
Richard Avedon le había hecho unas<br />
lujosas fotos para la revista Life, ‘estupendas<br />
para el mundillo, pero no íntimas.<br />
No daban ninguna sensación de<br />
quién era ella.<br />
En el artículo en inglés nos dicen<br />
que My Week with Marilyn “shows an<br />
unfamiliar side of an American icon”<br />
(“muestra un lado poco conocido de<br />
un ícono americano”). En el fondo se<br />
trata de una promoción más, de un<br />
ardid publicitario cuyo objetivo es fomentar<br />
el consumo masivo de un producto<br />
y de crear una demanda, la de la<br />
“marca” Monroe, bajo la paradoja de<br />
estar vendiendo algo inédito.<br />
En uno y otro caso el enganche<br />
que se le promete al cliente, al lector<br />
y al espectador, es hacerle partícipe de<br />
algo único. La oferta pondera que la<br />
cuota de mil dólares (750 euros) que<br />
el consumidor habrá de aportar le<br />
confiere el privilegio de una entrada<br />
exclusiva a “la sesión definitiva de un<br />
mito erótico”. A pesar de lo que rotula<br />
El País, aún seguimos esperando algo<br />
“definitivo” sobre Marilyn. Mientras<br />
perdure la fabricación de atributos<br />
que exaltan y atizan la figura de la<br />
diva, prometiendo acceso a algún rito<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
íntimo y secreto que la ha de revelar<br />
metafóricamente desarropada, accesible,<br />
auténtica, el resultado es lo opuesto:<br />
se refuerza el mito. Así, entre más<br />
se mercadea su imagen tanto más se<br />
ofuscan los planos reales de la actriz.<br />
En 2012 se la ve venir envuelta en abultadas<br />
leyendas. Su imagen acaparará<br />
el mercado. Una vez más los buitres<br />
del lucro harán festín de su atracción<br />
y enigma. Los merolicos ya están allí,<br />
tramando, cual rumiantes a la sombra,<br />
ecos de esos demonios goyescos, dando<br />
sus inconcebibles zarpazos.<br />
La mercantilización de Marilyn<br />
Monroe es un hecho, la manipulación<br />
de su imagen, no menos. Las fotografías<br />
de Stern que reproduce El País<br />
encajan en ese ámbito. No obstante,<br />
cabe hacer pausa en ellas. Poco de<br />
consecuencia dice el artículo sobre<br />
esas fotos. Ni siquiera queda del todo<br />
claro que se trata de desnudos que,<br />
por temor a la censura del buen gusto<br />
actual –¿qué más puede ser?–, las<br />
reproducciones solo muestran la cara<br />
y los hombros de la fotografiada. Pero<br />
el haberlas reproducido así truncadas<br />
quizá les confiere un imprevisto mérito,<br />
el enfoque adquiere la cualidad de<br />
un primer plano. Como consecuencia<br />
de esa casualidad, el receptor, nosotros,<br />
puede olvidar el desnudo y fijarse<br />
en los guiños que proyecta la “cándida”<br />
actriz a la cámara. Sin pudor<br />
alguno, Marilyn conspira con ésta.<br />
Su compenetración y diálogo es con<br />
el objetivo del aparato, el fotógrafo es<br />
inconsecuente, diga lo que diga Stern.<br />
Marilyn flirtea y se desnuda indefensa<br />
ante la lente y, como a sabiendas de<br />
que se trata de algo mecánico, la des-<br />
49
carta. Nada revela de sí en realidad,<br />
salvo el aparente deleite de haber entrado<br />
en un sensual juego en que ella<br />
propone, con picardía y presunta inocencia,<br />
alusivos gestos que rezuman<br />
“y “ griegas [ Y ], sugestivas deltas [<br />
∆ ], el saboreo de apetitosas perlas y el<br />
parpadeo de labios morosamente deleitándose<br />
con el roce de dedos sabios.<br />
Su afán, su empresa, es seducir. Lo<br />
consigue entregando su flaqueza, diría<br />
Baudrillard. La actriz, con simulada<br />
ingenuidad, pareciera mofarse del<br />
espectador: provocarlo, manipularlo y<br />
conquistarlo. Está allí la escurridiza y<br />
vulnerable Marilyn, la que coquetea y<br />
cautiva, la que casi con casta crueldad,<br />
valga el oxímoron, incita a la lujuria<br />
imposible. Todo es un simulacro de<br />
espejos sin sustancia, incluso la misma<br />
Marilyn acaba desvaneciéndose,<br />
transformándose en pura ilusión. Esa<br />
falta de solidez es acentuada por las<br />
repeticiones de las imágenes, por las<br />
variantes en la figura de la diva, variantes<br />
que acaban, ya se lo dijo, borrando<br />
su identidad, convirtiéndola<br />
en puro espejismo.<br />
Ahora bien, esa presencia de las repeticiones,<br />
de la cuestión de la identidad<br />
a que remitían las reproducciones<br />
de El País, coincidieron en el horizonte<br />
de mis circunstancias de aquel momento<br />
con múltiples reminiscencias:<br />
con el recuerdo del poema de Cardenal;<br />
con la serigrafía de Warhol; con lo<br />
que recordaba de Walter Benjamin y<br />
su “La obra de arte en la época de su<br />
reproductividad técnica”; con el libro<br />
que leía sobre Goya, donde Todorov<br />
estudia eso de hacer visible lo invisible,<br />
de ir más allá del marco; con las<br />
50<br />
palabras de Kierkegaard sobre la repetición<br />
que figuran como epígrafe a<br />
la novela La Reprise de Robbe-Grillet;<br />
con Corea, Cuba, Vietnam, Irak y las<br />
habidas y por haber guerras y guerrillas,<br />
con sus mercaderes de la muerte;<br />
con The Book of Laughter and Forgetting<br />
de Kundera, obra en la que la memoria,<br />
la transculturación, los sistemas<br />
y regímenes, la traducción de identidades<br />
y el cosmopolitismo resultan<br />
clave; con una novela corta de Sándor<br />
Márai, La herencia de Eszter, que habla<br />
de obligaciones y de imposibles amores;<br />
con Ecuador de Henri Michaux,<br />
donde el autor belga-francés medita<br />
sobre el espacio y sus deslindes, sobre<br />
adornos y rostros, sobre tatuajes/maquillajes;<br />
con las tendencias míticas de<br />
los montuvios y la creación de cultos<br />
y de héroes sobre las que informa De<br />
la Cuadra; también con un comentario<br />
adscrito a Javier Marías [“tradicionalmente,<br />
la derecha en España solo dice<br />
estupideces”] que figura en la sección<br />
“Cultura” de El País de la fecha indicada,<br />
opinión que se divulga cuando<br />
triunfa por popularidad inusitada esa<br />
derecha que “dice estupideces”; y, por<br />
último, con “El poeta en el mundo”,<br />
crónica de Antonio Muñoz Molina, reproducida<br />
en la “Babelia” del mismo<br />
día, sobre Tomás Tranströmer, escritor<br />
sueco, el más reciente ganador del<br />
Nobel de Literatura.<br />
No es por pedantería que alboroto<br />
todas las referencias y comentarios<br />
que menciono. Al respecto, recuerdo<br />
haber leído en “Funes el memorioso”<br />
de Borges que “Pensar es olvidar diferencias,<br />
es generalizar, abstraer”. De<br />
alguna manera las lecturas, hechos y
nombres a que aludo me han ayudado<br />
a pensar el fenómeno Marilyn Monroe.<br />
Me han ayudado a pensar también<br />
en cómo y por qué se celebran los<br />
acontecimientos “históricos”. Todo el<br />
ajetreo sobre Marilyn parece centrarse<br />
en el pronto a ocurrir 50 aniversario<br />
de su muerte, en 2012. Pero allí es<br />
donde empiezan los contrastes y empiezan<br />
las preguntas sobre lo histórico<br />
y lo que constituye la historia.<br />
A menos que entremos en mundos<br />
académicos, ilustrados, poco o nada,<br />
por comparación, se habla, e.g., de los<br />
200 años que van a cumplir las Cortes<br />
de Cádiz de 1812. Me dirán que<br />
el libro de Todorov es una conmemoración<br />
del espíritu de la Ilustración<br />
que, con sus claros y oscuros, se afirmaba<br />
y cogía viada en ese entonces.<br />
¡Sin duda! No obstante, los 50 años<br />
de la muerte de una actriz conmocionan<br />
hoy por hoy más al mundo que<br />
la consolidación de los gérmenes del<br />
espíritu de la razón ocurrido siglos<br />
ha. Un “deceso” pareciera celebrarse<br />
más que “el natalicio” constitucional<br />
de un imaginario social que propuso<br />
una nueva manera de ser y entender<br />
al ser humano en su contexto social. Y<br />
si ajustamos el ángulo de la lente histórica,<br />
¿dónde caben en ese recuento<br />
figuras como José Mejía Lequerica, y<br />
su “Discurso sobre la igualdad ante<br />
la ley y la preservación de la libertad<br />
individual”, o José Joaquín de Olmedo,<br />
y su “Discurso sobre las mitas de<br />
América”, dos “ecuatorianos” que se<br />
distinguieron en la reunión de 1812?<br />
En una época en que la globalización,<br />
internet, y los medios de comunicación<br />
social, imperan, ¿qué papel jue-<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
gan los acontecimientos “regionales”<br />
en el horizonte histórico? ¿Qué lugar<br />
ocupan más allá de sus fronteras? ¿Es<br />
que acaso el cosmopolitismo y la publicidad<br />
masiva con todos sus atributos<br />
positivos y negativos se imponen?<br />
Por contraste, el fenómeno Marilyn<br />
invita al menos a recapacitar –ni por<br />
pienso a resolver– el asunto.<br />
Por último, quisiera pensar que en<br />
un momento de crisis económica por<br />
el que atraviesa gran parte de Occidente,<br />
la promoción de libros de lujo<br />
y de películas que dizque ofrecen el<br />
aura de algo original, auténtico, no<br />
puede menos de constituir una brusca<br />
yuxtaposición que invita a la recapacitación,<br />
a pensar que a lo mejor<br />
hay algo que queda fuera del cuadro,<br />
algo que se mantiene oculto y no se<br />
comenta, y que dice mares sobre la<br />
bancarrota de los valores que rigen<br />
la actualidad. ¿Por qué, me digo, recuerdo<br />
esa pintura de Goya, Saturno<br />
devorando a sus hijos, cuando pienso<br />
en la Monroe y la manipulación de<br />
que ha sido víctima. ¿O es que ella<br />
grotescamente devora y es devorada?<br />
Devorada, pero aparentemente<br />
no por Cronos, sino por la publicidad<br />
y el consumismo, por las más de 150<br />
millones de referencias que nos recuerdan<br />
a los devotos que fomentan<br />
su culto, motivados estos, acaso, por<br />
el absurdo, por ese equivalente que<br />
Márai identifica en su novela corta,<br />
como algo propio de: “Los amores<br />
sin esperanza [que] no terminan nunca”.<br />
¿Será eso lo que hay detrás de<br />
cada espectador o lector respecto a<br />
Marilyn? El amor sin esperanza, sin<br />
“fin”, porque sí. ¿O acaso algo similar<br />
51
a lo que Muñoz Molina, en el escrito<br />
referido, dice sentir al leer “Bálticos”<br />
de Tranströmer, un extenso poema<br />
“que arranca hablando de su abuelo<br />
materno cuando piloteaba buques en<br />
la bruma incierta del mar, y la poesía,<br />
incluso traducida, resiste la confrontación<br />
con ese paisaje desmedido”?<br />
Marilyn también tiene algo de<br />
“paisaje desmedido” que resiste entendimiento,<br />
comprensión. Ya vendrá<br />
quizá la poesía en su día a salir al encuentro<br />
de esa confrontación. No es<br />
mi intención trivializar esa analogía,<br />
al contrario. Pero si Muñoz Molina<br />
al concluir su reportaje sobre Tranströmer<br />
dice que va a seguir leyendo<br />
a lo largo de las riberas del Hudson<br />
los sublimes versos del autor sueco,<br />
seguir y persistir con o sin poesía,<br />
es lo mínimo que puede hacer quien<br />
sienta la necesidad de entender a la<br />
diva de Hollywood, de hallar su metafórica<br />
cifra. A sabiendas de que a lo<br />
mejor no van a dar con ella –ni en las<br />
fotografías de Stern ni en la serigrafía<br />
de Warhol ni siquiera en el poema de<br />
Cardenal ni en las películas ni en las<br />
fotos ni en las infinitas fabricaciones<br />
de imágenes e historias que se reproducen<br />
y se reciclan–, los devotos del<br />
culto Monroe persisten. Buscan y buscan<br />
sin éxito; atizados por la publicidad<br />
van tras ese aura que imaginan<br />
existe más allá de la sombra de los<br />
reflectores. A lo largo de esa romería,<br />
sin embargo, uno no puede menos<br />
de pedirles hacer pausa en 1812, en<br />
Goya, en las absurdas repeticiones<br />
futuras… y también en la poesía de<br />
Tranströmer… poesía que apenas vislumbro<br />
y que por ahora ignoro.<br />
52<br />
El 50 aniversario de la muerte de<br />
Marilyn Monroe (1926-1962) está causando<br />
ya una conmoción publicitaria:<br />
libros, película, entrevistas, noticias<br />
de prensa, recuerdos y comentarios<br />
empiezan a abultar. Se trata de promociones<br />
que aprovechan los recursos<br />
de la seducción, del simulacro y<br />
de la repetición, en búsqueda ésta de<br />
un aura de autenticidad. Detrás de<br />
las imágenes de la Monroe, sin embargo,<br />
hay un mundo de sombras y<br />
enigmas. La actriz continúa siendo<br />
una diversión en torno a la que no se<br />
ponen suficientemente en perspectiva<br />
los conflictos entre la tradición y<br />
la ruptura, la modestia y la lujuria,<br />
lo profano y lo divino, lo abierto y lo<br />
cerrado, la desintegración de la identidad<br />
y la hegemonía del objeto, etc.<br />
Todo es imagen y consumo, las guerras<br />
y las guerrillas y sus desastres<br />
pasan a segundo plano. Parece que<br />
menos importan los 200 años del natalicio<br />
constitucional de las Cortes de<br />
Cádiz, resultado de los claros y oscuros<br />
del espíritu de la Ilustración, que<br />
la celebración de las cinco décadas de<br />
un deceso. Importa mantener el fetiche<br />
de la diva. ¡Mamón se impone!
LA FUERZA DE LA PALABRA<br />
Si he sufrido la sed, el hambre,<br />
todo lo que era mío y resultó ser nada,<br />
si he segado las sombras en silencio… me<br />
queda… me queda la palabra.<br />
Alejada por razones de tiempo, de<br />
algunas ediciones de <strong>Spondylus</strong>, quiero<br />
volver a sus páginas –si se me permite–<br />
para compartir con los lectores unas<br />
cuantas reflexiones en torno a un tema<br />
que en mi consciente o en mi subconsciente<br />
me martillaba desde hace mucho<br />
tiempo y que lo estructuré y expuse en<br />
Guayaquil, y que por el mensaje que<br />
lleva estimo que no debo archivarlo sin<br />
compartirlo por escrito en una revista<br />
como ésta. No es de carácter histórico,<br />
pero como no se encasilla en un solo<br />
campo, bien vale incluirlo en estas páginas.<br />
Y digo:<br />
Ab. Marigloria Cornejo Cousín<br />
Blas de Otero<br />
(español)<br />
Les quiero pedir a los chicos y a los jóvenes,<br />
con la autoridad que me dan<br />
los años, que lean.<br />
Yo también he leído, de chico, y fueron<br />
los libros quienes me ayudaron a<br />
comprender y a querer la grandeza de la<br />
vida. Quienes sembraron en mi alma lo<br />
que luego los años pudieron expandir.<br />
(…) Leer les agrandará, chicos, el deseo<br />
y el horizonte de vida.<br />
Ernesto Sábato<br />
La fuerza de la palabra<br />
Y por qué ese título?… Simplemente<br />
porque estoy convencida de<br />
que ese don –hablado o escrito– como<br />
atributo exclusivo de la especie humana<br />
es el mejor instrumento de que<br />
disponemos para expresar lo que<br />
creemos, lo que sentimos, lo que esperamos,<br />
pues nos permite entablar<br />
puentes entre los hombres e imprimir<br />
en ellos sensaciones diversas: ternura,<br />
bonanza, suavidad, impotencia, alegría,<br />
esperanza, calidez, y un largo,<br />
muy largo etcétera.<br />
No olvidemos que para muchos<br />
la Biblia, en el Evangelio de San Juan<br />
dice: “En el principio era el verbo y el<br />
verbo era Dios”, expresión que enfoca<br />
a la palabra no solo desde el ángulo<br />
religioso o filosófico, sino también lingüístico,<br />
confirmando además que la<br />
palabra es la primera institución social<br />
como decía Juan Jacobo Rosseau (Ensayo<br />
sobre el origen de las lenguas, p. 23).<br />
Hace muchísimos años, oyendo en<br />
una conferencia a D. Luis Calvo Sotelo,<br />
distinguido español, miembro de la<br />
Real Academia de la Lengua, aprendí<br />
que el lenguaje es como el mar en consideración<br />
a su eterno movimiento, ya<br />
que no podríamos jamás concebirlo<br />
en quietud absoluta, pues no hay mar<br />
que tenga en algún momento absolu-<br />
53
ta tranquilidad: en algún momento se<br />
eriza, en otro lo empujan corrientes<br />
subterráneas que lo enfrían o lo aquecen<br />
y hasta el ruido que cambia de<br />
tono lo dulcifica y lo adormece; o lo<br />
embravece o lo encrespa.<br />
Desde ese ángulo, el lenguaje es<br />
como el mar en permanente movimiento:<br />
todos los días nacen y mueren<br />
nuevas palabras, y aun las que<br />
siguen en pie cambian de significado,<br />
o de importancia, o de pronunciación;<br />
pero, en cualquier caso, lo que yo<br />
quiero resaltar para ustedes, es que<br />
ese maravilloso don o mágico instrumento<br />
que hace de nosotros seres de<br />
la escala superior, nos entrega: fuerza,<br />
verdad, firmeza, poder transformador.<br />
Y en todos los casos, la vigencia<br />
de la palabra, que siempre debería<br />
contribuir a mantener encendidas las<br />
luces del espíritu y del conocimiento.<br />
54<br />
*<br />
Y bien, volvamos a mi planteamiento<br />
inicial: el del instrumento de<br />
la palabra que evidentemente es la<br />
esencia de la comunicación y con ese<br />
enfoque debemos cuidar su verdadero<br />
efecto, pues con ella o con ellas, o<br />
a través de ellas, podemos muy fácilmente<br />
conducir a nuestros oyentes o<br />
a nuestros lectores al mundo que realmente<br />
debemos crear bajo el imperio<br />
del amor, de la paz, de la comprensión,<br />
del respeto, de la moral, de la<br />
verdad, de la fuerza de la razón, de la<br />
armonía, del conocimiento; un mundo<br />
en el que deberíamos hacer que lo importante<br />
permanezca frente a lo transitorio<br />
y temporal llamado a fenecer.<br />
De ahí que sean fácilmente comprensibles<br />
y dignas de análisis y encomio<br />
las hermosas frases que pronunció<br />
el presidente Juan Manuel Santos<br />
al inaugurar la Feria Internacional del<br />
Libro en Bogotá hace dos años, cuando<br />
confesó que su propósito era, desde<br />
la Primera Magistratura, hacer de<br />
las palabras “un instrumento de paz”,<br />
y lanzó públicamente un propósito<br />
digno también de imitarse: el Plan<br />
Nacional de Lectura, insistiendo en la<br />
razones que justifican su promoción<br />
tales como lograr una mejor calidad<br />
de nuestro capital humano, un mayor<br />
acceso a la educación y a la cultura,<br />
y una incuestionable facilidad en la<br />
adquisición de conocimientos y de<br />
información. Aunque aclaró también<br />
que siendo él un asiduo lector, su Plan<br />
se justificaría también por el solo placer<br />
infinito que significa leer.
Y no cabe duda respecto a esa expresión,<br />
pues nada vigoriza más el<br />
espíritu y la moral de un pueblo que<br />
la lectura edificante y creadora. Y, por<br />
eso quizá el propio Magistrado dijo<br />
con énfasis:<br />
Si pensamos mal, si hablamos con<br />
odio o con intemperancia, nuestras<br />
acciones seguirán la misma tónica y<br />
nuestro futuro será violencia y sufrimiento.<br />
En cambio, si pensamos bien;<br />
si les damos a nuestras palabras un<br />
contenido constructivo de concordia,<br />
de tolerancia, de apertura, abriremos<br />
las puertas a un futuro promisorio.<br />
De ahí la necesidad de hablar con<br />
exactitud y de no atribuir a las palabras<br />
significados que no tienen, sino<br />
de usarlas con su genuina significación<br />
y, además, de la necesidad de<br />
servirnos de ese instrumento para<br />
ejercitar nuestra inteligencia y desarrollar<br />
nuestra propia imaginación.<br />
*<br />
Pero volvamos a eso que yo señalo<br />
como la “fuerza de la palabra”, aceptándola<br />
como un especial elemento de<br />
inigualable expresión y afirmación de<br />
la especie humana, con capacidad de<br />
significar más de lo que su sentido ordinario<br />
expresa, pues quien la usa puede<br />
llevarla a cauces semánticos ilimitados;<br />
y, si nos hiciéramos alguna retrospección,<br />
con seguridad, confesaríamos que<br />
por lo menos alguna vez nos ha turbado<br />
descubrir algo que transforma pensamientos<br />
y actitudes, y que sin querer<br />
nos eleva espiritualmente a planos de<br />
otra dimensión, haciendo que se comparta<br />
plenamente la expresión de Una-<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
muno que nos enseñó: “la palabra es el<br />
soplo vivo que trae a la inteligencia del<br />
hombre el consuelo de la Revelación”.<br />
Con su fuerza y por su expresión<br />
gráfica la palabra convoca año tras<br />
año, en muchísimos puntos geográficos<br />
del mundo, a las denominadas<br />
Ferias del Libro, como fiestas literarias<br />
por excelencia que reúnen a sus<br />
seguidores –para vivir esa experiencia<br />
única que se ofrece desde la lectura.<br />
Deberíamos marcarnos metas de<br />
este orden con ejemplos probados en<br />
nuestra América como el de la ciudad<br />
de Buenos Aires, Argentina, declarada<br />
por la UNESCO, en el año 2011,<br />
“Capital Mundial del Libro”; o como<br />
Cuba, país en el que pese a sus grandes<br />
limitaciones de orden económico<br />
no ha dejado de poner al libro como<br />
el primer elemento que proporciona<br />
conocimiento y desarrollo a través del<br />
poder mágico de la cultura.<br />
Esto, evidentemente, sin apartarnos<br />
del viejo modelo que nos dejó España<br />
con una especie de complicidad<br />
establecida entre autores, editores, libreros<br />
y lectores, institucionalizando<br />
algo así como una cita anual para la<br />
palabra escrita, la misma que ha ido<br />
cambiando hasta llegar a los niveles<br />
alcanzados en la actualidad por la<br />
industria editorial y al proceso de democratización<br />
de la lectura, que implica<br />
una oferta más barata y un público<br />
lector más plural, encontrando<br />
paralelamente a ello que los entes encargados<br />
de la instrucción y la cultura<br />
encaucen sus políticas en beneficio de<br />
los ciudadanos dentro del contexto de<br />
las actuales tecnologías.<br />
55
Concomitantes con estos eventos<br />
en los que por supuesto deben lucirse<br />
los editores nacionales y extranjeros,<br />
hay un abanico de actividades cuya<br />
primera prioridad debe ser inculcar<br />
en la niñez el hábito de la lectura, especialmente<br />
en este momento en que<br />
la humanidad se avoca al proceso<br />
de la digitalización de los fondos de<br />
las grandes bibliotecas que arrastra<br />
como consecuencia la irrupción del<br />
libro electrónico, que ha generado ya<br />
una verdadera revolución en la historia<br />
del lenguaje y la lectura. Y cómo<br />
no generarla con solo conocer la cifra<br />
gigantesca de 32 millones de títulos o<br />
más que dicen que registra el mundo.<br />
Pero no nos apartemos de la fuerza<br />
de la palabra, que es la que nos aglu-<br />
56<br />
tina siempre a quienes asisten a las<br />
Ferias que yo considero “ fiestas de<br />
las letras” y que también ha emocionado<br />
a mujeres como Rosa Amelia<br />
Alvarado, quien en su incorporación<br />
a la Academia Ecuatoriana de la Lengua<br />
expresó hace pocos años que “la<br />
humanidad no muera de silencios”;<br />
y, también, esta fuerza de la palabra se<br />
siente y se lee en las páginas de Sonia<br />
Manzano Vela para quien, literalmente,<br />
“por la simple fricción de las palabras<br />
se llega al éxtasis”.<br />
Y bien, peinado el tema y compartido<br />
con ustedes, estoy feliz y expreso<br />
mi deseo profundo para que la fuerza<br />
de la palabra siga impulsándonos y<br />
haciendo que resplandezca siempre<br />
la vitalidad del Verbo.
CIEN AÑOS DE LA PLAZA ALFARO<br />
No voy a hacer una semblanza de<br />
Eloy Alfaro; no voy a escribir de la posible<br />
influencia y formación que el cacique<br />
indígena montecristence Calixto<br />
Quijije pudo ejercer sobre Eloy Alfaro<br />
hasta su muerte por envenenamiento<br />
en 1962; no haré un recuento de esos<br />
35 o 36 años de su trajinar guerrillero<br />
en montañas costeras y en cordilleras<br />
andinas que lo llevaron al poder en<br />
1895 y que motivaron a que los futuros<br />
coroneles montoneros Zenón Sabando<br />
y Crispín Cerezo empezaran a formar<br />
grupos rebeldes desde 1965 con enfrentamientos<br />
militares contra fuerzas<br />
del Gobierno en esta provincia; no escribiré<br />
sobre la personalidad de Alfaro<br />
ni sobre su pensamiento universal y<br />
solidario con el resto de las naciones<br />
hermanas de América Latina; en ningún<br />
momento voy a exponer sobre<br />
la dimensión, el alcance y la trascendencia<br />
de sus obras que permitieron<br />
la transformación radical de un país<br />
como el nuestro, sumido hasta entonces<br />
en el oscurantismo académico<br />
medioeval y truncado en su desarrollo<br />
económico por la existencia de un<br />
sistema cerrado de economía, dirigida<br />
por pocos y grandes terratenientes de<br />
* Cronista Vitalicio de Portoviejo, miembro<br />
correspondiente de la Academia Nacional<br />
de Historia.<br />
Ramiro Molina Cedeño*<br />
Costa y Sierra, y la voracidad extrema<br />
de importadores y exportadores<br />
guayaquileños; no escribiré tampoco<br />
acerca de que el primer enfrentamiento<br />
y debate ideológico que se da en el<br />
Ecuador de entonces, se dio entre la<br />
Iglesia y el pensamiento radical de Alfaro,<br />
debate que se dio aquí, en Manabí,<br />
y más concretamente en Portoviejo,<br />
enfrentamiento que se produce desde<br />
1885 con la llegada del obispo Alemán<br />
Pedro Schumacher a este territorio y<br />
que conllevó a que se construyera la<br />
catedral de la ciudad en un lugar oscuro,<br />
solitario y alejado de la ciudad,<br />
precisamente atrás de la Plaza Alfaro,<br />
catedral que con sus torres y su estructura<br />
fabulosa como se la concebía<br />
en esos tiempos tendría por objetivo<br />
principal empequeñecer la imagen y<br />
el pensamiento de Alfaro, enfrentamientos<br />
que la Iglesia mantuvo hasta<br />
fines del siglo XX, debates de principios<br />
ideológicos que llevaron a Alfaro<br />
a radicalizar posiciones contra la Iglesia,<br />
lo que permitió más tarde, ya en<br />
la Constitución de 1896, separar a la<br />
Iglesia del Estado, diciéndole al pueblo<br />
que Dios es fe, es espíritu, y que las<br />
leyes son normas hechas por hombres<br />
que rigen la conducta del hombre en<br />
sociedad y facilitan su ordenamiento<br />
y desarrollo, convirtiendo de esta<br />
manera al Ecuador en un estado laico,<br />
57
en un país que cimenta y fomenta su<br />
desarrollo en un modelo económico<br />
de libre mercado, donde se ajustan las<br />
normas y reglas para la implantación<br />
del sistema capitalista, a través de la<br />
existencia y empoderamiento del naciente<br />
sistema financiero, que desde<br />
entonces y hasta hace poquísimos<br />
años dirigió y manejó la economía<br />
ecuatoriana, sumiéndonos a la gran<br />
mayoría en una pobreza económica de<br />
asfixia y humillación permanente.<br />
Para hacer esta crónica, debí empezar<br />
preguntando y preguntándome<br />
cómo era Portoviejo a comienzos del<br />
siglo XX, más concretamente para 1911.<br />
Portoviejo era una ciudad pequeña,<br />
con unas quince calles y no más de<br />
veinte manzanas o cuadras y que como<br />
cantón no llegaba a veinte mil habitantes;<br />
sus calles eran de tierra, apisonada<br />
por el andar permanente de hombres y<br />
mujeres, de caballos, de burros, de mulares,<br />
tan importantes y necesarios en<br />
esos años en que no habían más de dos<br />
o tres vehículos a motor en Portoviejo;<br />
para entonces, el Municipio gastaba ingentes<br />
cantidades de dinero para regar<br />
las calles, con agua de río, de cuando<br />
en cuando y en verano, para evitar que<br />
el fuerte viento levantara polvaredas,<br />
mientras que en invierno, para impedir<br />
la formación de lodazales, se sacaba<br />
arena del mismo río para cubrir sus<br />
calles, a lo menos las principales, y se<br />
armaban, de esquina a esquina, puentes<br />
bajos de caña guadúa para cruzarlas,<br />
de una acera a otra.<br />
Eso era Portoviejo, un pueblo con<br />
gente alegre y de trabajo, que siempre<br />
gustó de francachelas y fiestas popu-<br />
58<br />
lares, con agitada vida diurna y alegres<br />
noches de esquinas y galladas,<br />
con la gente caminando y enamorando<br />
en su Plaza de Armas, vieja plaza<br />
que por ordenanza municipal se convertiría<br />
en 1913 en un parque, con<br />
un kiosco y unas verjas importadas<br />
desde Alemania, verjas que también<br />
permitirían el cerramiento perimetral<br />
del cementerio, ciudad donde se elevaban<br />
majestuosos los campanarios<br />
de La Merced, la Catedral, del Cuerpo<br />
de Bomberos y del Colegio Olmedo,<br />
y el torreón que guardaba el reloj<br />
público en el remozado Palacio Municipal,<br />
mientras se habían terminado<br />
de construir con noble madera, caña<br />
guadúa, enquinche y tejas de fierro<br />
los elegantes y espaciosos edificios<br />
del Cuerpo de Bomberos, de la Cárcel,<br />
de la Gobernación, todos frente y<br />
junto al parque.<br />
La economía de nuestros ancestros<br />
se basaba principalmente en los<br />
ingresos provenientes de los sueldos<br />
de la burocracia estatal que dinamizaba<br />
y alentaba el comercio, así como<br />
de los ingresos económicos que generaban<br />
los agricultores y los artesanos,<br />
tan comunes en esa época.<br />
Eran los tiempos del buen vestir y<br />
del buen decir, los tiempos en que la<br />
palabra dada era un cheque en blanco<br />
entregado y de cumplimiento obligatorio,<br />
porque ellos fueron educados y<br />
formados bajo rectos principios morales<br />
y éticos, con elevado sentimiento<br />
cívico y cumplidores de normas<br />
protocolarias sociales.<br />
Para entonces, entre todos se conocían<br />
y saludaban, lo hacían entre
lancos, mestizos y negros, entre ricos<br />
y pobres, conocían de sus tristezas<br />
y alegrías y aun, como en toda sociedad<br />
humana, cuando sus divergencias<br />
políticas e ideológicas los separaran<br />
o desunieran temporalmente y<br />
las diferencias económicas marcaran<br />
diferencias sociales, en unidad de acción<br />
y pensamiento, cooperaban entre<br />
todos cuando la ciudad así lo requería<br />
y demandaba.<br />
Bajo este contexto, en el lugar donde<br />
hoy se encuentra la Plaza Alfaro, en<br />
ese espacio físico que fue propiedad<br />
de Mercedes Vera viuda de Emilio<br />
Monge, terreno colindante con el viejo<br />
camino a Rocafuerte y que ahora es la<br />
Avenida José María Urbina o Avenida<br />
Universitaria, camino por el que, desde<br />
Montecristi y cruzando por Picoazá,<br />
ingresó Alfaro para ocupar militarmente<br />
a Portoviejo en noviembre y el<br />
1 de diciembre de 1884, de esta fecha<br />
última, cinco días después de la batalla<br />
naval de Balsamaragua.<br />
El 25 de junio de 1911, con la presencia<br />
de los miembros de la Corporación<br />
Municipal, presidido por don<br />
Marco A. Balda y el gobernador de<br />
la provincia, general Medardo Alfaro<br />
Delgado, se reúnen los portovejenses<br />
para festejar un nuevo onomástico<br />
del manabita, del revolucionario, del<br />
estadista, del mejor presidente que<br />
hayamos tenido los ecuatorianos, el<br />
general Eloy Alfaro Delgado, festejo<br />
que se cumple en homenaje y en ausencia<br />
del general inaugurándose la<br />
Plaza Alfaro, con una dotación de 6<br />
bancos de fierro fundido y madera e<br />
iluminado por cinco faroles, y simul-<br />
No. 33 • Un encuentro con la historia<br />
táneamente, la Corporación Municipal<br />
dispone que se pague al capitán<br />
Augusto González Illescas, y con cargo<br />
al presupuesto de la institución, la<br />
cantidad de treinta sucres para hacer<br />
el levantamiento de un plano de la<br />
ciudad en el que incluya la Plaza Alfaro<br />
y se incorporen los nombres de<br />
las nuevas calles que se proyectaron,<br />
y que son, hacia el oeste:<br />
Pedro Gual, 9 de Octubre, Venezuela<br />
que es hoy la calle Francisco de Paula<br />
Moreira, Colombia que es la calle<br />
Alajuela, cortada en su centro y mal llamada<br />
actualmente Paseo de los Obispos<br />
porque hasta fines del siglo XX la<br />
Iglesia no bajaba la guardia y combatía<br />
aún contra el pensamiento alfarista; 24<br />
de Mayo que es la calle Quito, 5 de Junio<br />
que es la Ramos Iduarte, Selva Alegre<br />
que es la calle América.<br />
Mientras que perpendicularmente<br />
se proyectaban las calles:<br />
Montúfar que es la prolongación<br />
actual de la calle Ricaurte, Febres<br />
Cordero, prolongación de la calle Ley,<br />
hoy calle Chile. Plano original que se<br />
encuentra bajo custodia, en depósito<br />
y exposición permanente, en el Museo<br />
de Fundación Valdivia.<br />
Poco tiempo después de inaugurarse<br />
la Plaza Alfaro, luego de la inmolación<br />
del general Alfaro en Quito,<br />
de la rendición de los Concha en<br />
Esmeraldas, cuando los hombres<br />
leales al pensamiento alfarista colgaron<br />
sus armas, crearon el Comité<br />
6 de Diciembre de 1884, comité que<br />
trabajó por mantener su ideario y los<br />
principios liberales por los que habían<br />
combatido y que muchos ofren-<br />
59
daron sus vidas; este es el comité que<br />
el 5 de agosto de 1923 decide gastar<br />
esfuerzos y dineros para traer desde<br />
Jaramijó hasta Portoviejo, la hélice del<br />
vapor Alajuela, tarea que no se llegó a<br />
cumplir por lo difícil de su transportación<br />
y que finalmente fue llevado al<br />
Colegio Militar Eloy Alfaro de Quito<br />
donde se exhibe majestuosa parte de<br />
nuestra historia.<br />
Este mismo Comité 6 de Diciembre,<br />
el 6 de diciembre de 1924 procedió<br />
a colocar, con el permiso y complacencia<br />
de la ciudad, la primera<br />
60<br />
piedra donde se levantaría el pedestal<br />
del busto del general Eloy Alfaro Delgado,<br />
busto que es encargada su construcción,<br />
por intermedio del combatiente<br />
liberal coronel Pedro Concha<br />
Torres, a la escultora nacional Rosario<br />
Villagómez Fabara, el 17 de diciembre<br />
de 1924, busto fundido en bronce que<br />
llegó a Portoviejo, procedente de Quito,<br />
en el tren de las once de la mañana,<br />
el día lunes 18 de enero de 1926, para<br />
el 6 de diciembre del mismo año inaugurarse<br />
el busto. A lo menos esto nos<br />
dicen los documentos.