CONTENIDO - Revista Spondylus
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Contenido<br />
editorial 3<br />
esCritura de Contrato perteneCiente al teniente general<br />
de puerto Viejo don josé Belázquez de naVas soBre la<br />
direCCión del negoCio de taBaCo<br />
Jodison Javier García Alcíva 4<br />
portoViejo<br />
en los alBores de la Conquista europea.<br />
La expedición de La armada deL Sur<br />
José Lorenzo Saá Bernstein 13<br />
portoViejo en 187<br />
anáLiSiS deL empadronamiento<br />
Álvaro Renato Mejía Salazar 28<br />
poder/literatura:<br />
eloy alfaro, Martí, darío y Vargas Vila<br />
Humberto E. Robles 38<br />
orígenes de los zeVallos en el eCuador<br />
Javier Gomezjurado Zevallos 49<br />
en la tuMBa de don pedro<br />
ferMín CeVallos. 2012<br />
Pedro Reino 55
Para un manabita es cosa de honor<br />
el nombre del General Alfaro.<br />
Idolatrado e indiscutido, su<br />
nombre desfila en la memoria de todos<br />
nuestros comprovincianos sin máculas<br />
algunas y sin reproches posibles.<br />
En algunas ocasiones, especialmente<br />
cuando en otras latitudes, voces<br />
autorizadas nos quieren hacernos reflexionar<br />
sobre temas en donde el General<br />
pudo haber eludido responsabilidades<br />
–temas como, reformas agrarias,<br />
tributarias o financieras–, sin dudar,<br />
emprendemos una especie de defensa<br />
a ultranza, muchas veces irrazonadas e<br />
imposibles.<br />
Meditando seriamente, creemos<br />
que Alfaro, el Alfaro político, el humano,<br />
el poseedor de afectos y desafectos,<br />
debió tener errores. Debió haber<br />
tomado medidas equivocadas algunas<br />
veces y debió haber errado en juicios<br />
sobre situaciones y conductas. Debió<br />
haber cometido actos de injusticias<br />
también. Era un ser humano al fin y al<br />
cabo. Y debió haber sido así, porque si<br />
no ¿a qué circunstancias obedeció su<br />
muerte y por qué fueron tan implacables<br />
sus adversarios, detractores y<br />
enemigos?<br />
editorial<br />
Pero pensamos que una revolución<br />
profunda aunque inacabada, la<br />
gestación de una obra magna de integración,<br />
una visión de patria entera y<br />
renovada y un sacrificio inmarcesible,<br />
lo salva en un juicio definitivo.<br />
Cuando Humberto Robles nos descubre<br />
la verdadera intención del gran<br />
poeta nicaragüense Rubén Darío de<br />
manchar la figura y la imagen de Alfaro<br />
no nos sorprende por dos razones:<br />
primero, porque siempre se supo que<br />
el creador del modernismo, poeta sublime,<br />
si lo hay, practicaba el turbio y<br />
penoso ejercicio de alquilar su pluma<br />
y su prestigio. Solo así pudo pasar por<br />
“niño mimado” de tantos gobiernos<br />
centro y sudamericanos; y, segundo,<br />
porque desde la horrible muerte de<br />
Alfaro, sus asesinos, ricos y generosos,<br />
se dedicaron a comprar plumas nacionales<br />
e internacionales para justificar<br />
la atrocidad del magnicidio.<br />
Pese a todo, seguiremos conceptuando<br />
a Eloy Alfaro como uno de<br />
los mejores ecuatorianos; aunque solo<br />
sea para, a más de cien años, aquilatar<br />
aún más su vida, su obra, su escalofriante<br />
fin y la verdadera catadura<br />
moral de sus asesinos.<br />
3
esCritura de Contrato perteneCiente al<br />
teniente general de puerto Viejo don josé<br />
Belázquez de naVas soBre la direCCión<br />
del negoCio de taBaCo *<br />
Acuerdo del Cabildo De Puerto Viejo,<br />
sus vecinos principales y el teniente general<br />
don José Belázquez de Navas para<br />
llevar organizadas por la jurisdicción de<br />
la ciudad todas las cosechas de tabaco tenidas<br />
en sus chacras y que hubieren de ser<br />
empetacadas y liadas en recuas de asnos<br />
hasta el puerto de Manta, por mutua disposición<br />
de las partes costando de su paga<br />
a cuatro reales y medio de plata por cada<br />
manojo - Escribanía de Andrés Márquez<br />
de Gaceta. 2<br />
* Archivo Histórico del Guayas (AHG) – Escritura<br />
Pública / Protocolo 119: De los bienes,<br />
contratos y testamentos Del teniente general<br />
De puerto viejo Don josé belázquez De navas-escribanía<br />
De anDrés marqués De gazetta. Según<br />
consta en el Catálogo del Fondo Documental<br />
de Manuscritos, tomo I (edición 2010).<br />
Página(s): 18. Este documento fue reducido,<br />
modificado y enviado para la revista<br />
<strong>Spondylus</strong> de la ciudad de San Gregorio de<br />
Puerto Viejo el 22.I.2013, con la autoría del<br />
Señor Jodison Javier García Alcívar (javiericomediciec@hotmail.com).<br />
1 (17.II.1991). Estudiante de la Licenciatura en<br />
Historia del Arte por la Universidad de Especialidades<br />
Espíritu Santo (UEES) de Samborondón.<br />
Asistente de Gestión Cultural y<br />
Biblioteca, pasante laboral –modalidad temporal–<br />
en el Archivo Histórico del Guayas<br />
(AHG). Usuario redactor, colaborador multimedia<br />
e investigador experto en discusiones<br />
sobre Asuntos hispanófilos de América Latina,<br />
el Caribe y las Filipinas, como referentes<br />
4<br />
Jodison Javier García Alcíva 1<br />
En la Ciudad 3 de San Gregorio de<br />
Puerto Viejo en beinte y nueve días<br />
del mes de noviembre de mil y seiscientos<br />
y cinquenta y cinco años ante<br />
mí el Escribano Público y Testigos<br />
de la temática: Imperio Español - [Sección<br />
Quitense] para la Fundación Internacional<br />
Wikimedia.<br />
2 Inicio del folio 15 sobre papel sellado con el<br />
Escudo de Armas del Rey Don Felipe IV de<br />
España que tiene impresa la codificación:<br />
Sello tercero, un real de mil y SeiScientoS y<br />
cuarenta y ocho y cuarenta y nueve. Para los<br />
años de 1652 y de 1653.<br />
3 Esta escritura superficialmente comprueba<br />
que Puerto Viejo como población legítimamente<br />
constituida ya no ostentaba la menor<br />
categoría de Villa, sino que poseía el privilegio<br />
de ser Muy Leal y Muy Noble Ciudad.<br />
Lo que no sabemos es cómo, cuándo o qué<br />
documento lo menciona y contiene. Hay<br />
suposiciones en años imprecisos de citarlos<br />
que propone la historiadora manabita<br />
Tatiana Hidrovo afirmando que “en el caso<br />
de Villa Nueva de San Gregorio de Puerto<br />
Viejo, se dice que esta población recibe posteriormente<br />
el título de Ciudad, entre 1540<br />
y 1566” (Hidrovo Quiñónez, 2006, p. 57). Es<br />
decir, entre los años transitorios de Quito<br />
como Gobernación autónoma y como Real<br />
Audiencia dependiente de Virreinato, exactamente<br />
durante los reinados de Carlos V<br />
y Felipe II de España desde 1556. De hecho<br />
queda pendiente realizar esta diligencia, que<br />
compete a los historiadores dedicados a los<br />
asuntos coloniales, de seguir investigando
de yuso escritos pareció el Sargento<br />
Mayor Joseph Belázquez de Navas 4<br />
Justicia Mayor de esta dicha Ciudad a<br />
quien doy fe que conozco y otorgaba<br />
y otorgó que dava e dio esta Escriptura<br />
de Contrato; que quien con los Vecinos<br />
de esta dicha Ciudad la da por<br />
rrota y chancelada para que no vayan,<br />
(porque de ínterin) haya se agotaren<br />
en tiempo de yuso 5 por lo que toca de<br />
dicho otorgante, dexando el derecho<br />
a salvo a los demás otorgantes y a su<br />
(modo otorgó y firmó de su letra) en<br />
la dicha Ciudad.<br />
en lo tumultuoso de estos rompecabezas de<br />
escrituras renacentistas y barrocas. Siendo<br />
ésta una incertidumbre motora que nos debe<br />
obligar a rebuscar nuevamente folios nacionales<br />
e internacionales que contuvieren este<br />
cimentador dato. En todo caso, aclaramos<br />
que Puerto Viejo era la ciudad principal de<br />
la jurisdicción porque otros folios nos hablan<br />
textualmente de: “En el pueblo de Picoazá,<br />
jurisdicción de la ciudad de Puerto Viejo”,<br />
“En el pueblo de San Esteban de Charapotó,<br />
jurisdicción de la ciudad de Puerto Viejo”,<br />
“En el puerto de Manta de esta jurisdicción<br />
de San Gregorio de Puerto Viejo”. Queda entonces<br />
despejada en algo esta duda, pero no<br />
lo suficientemente sustentada como debiérase<br />
cometer citando documentación primaria<br />
que corrobore los datos oficiales sobre los<br />
privilegios y tratamientos simbólicos obtenidos<br />
por esta ciudad manabita.<br />
4 Es coincidente que durante el ejercicio de<br />
don Manuel de la Torre y Berna como corregidor<br />
de Guayaquil –sin constar el señalamiento<br />
de este Teniente General en las Actas<br />
de Cabildo consultadas– haya nombrado a<br />
su representante directo en Puerto Viejo a<br />
Joseph Belásquez de Navas. Lo cierto es que<br />
muchos tenientes generales fueron restituidos<br />
en sus cargos por simpatía del Corregidor<br />
electro-entrante y moción permisiva del<br />
saliente. La instancia social de la amistad y<br />
de las conveniencias materiales fueron el<br />
vínculo directo entre una y otra autoridad,<br />
pues quienes eran representantes provisio-<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
Sepan cuantos vieren esta Escriptura<br />
de bentaja sien(do) obligatorio<br />
como Nos; el Sargento Mayor Joseph<br />
Belázquez de Navas Residente en esta<br />
Ciudad de San Gregorio (de Puerto<br />
Viejo) del Perú y los Vecinos de la<br />
dicha Ciudad es a saber; Bartholomé<br />
Pérez de Burgos y Tomás Çambrano,<br />
Alcaldes Ordinarios de ella; Garci López<br />
Çambrano y Diego Cedeño, Regidores;<br />
el Thesorero, Diego Martín<br />
de Garay; Gerónimo Sánchez; Pedro<br />
Bravo de Brito; Bartholomé Zedeño,<br />
Alcalde de la Santa Hermandad; Joan<br />
de Arteaga; Francisco de Espinales;<br />
Joan Macías 6 Cortés; Joan de Sornos-<br />
nales legítimamente eran escogidos en el<br />
caso del Corregidor por el Virrey la Corona,<br />
y en el del Teniente por venia del Corregidor.<br />
No podemos determinar si el referido Joseph<br />
Belásquez de Navas había sido antes Teniente<br />
de Puerto Viejo o si lo sería después. En<br />
todo caso, subrayamos que los Cabildos de<br />
Guayaquil, en el tomo III, aparece que desde<br />
los desarrollados en el período de 5.VIII.1655<br />
al 5.XII.1656 no consta la presencia del Corregidor<br />
en la ciudad; posiblemente, por encontrarse<br />
en Puerto Viejo, siendo reemplazado<br />
por su teniente general en Guayaquil Francisco<br />
Abad de Quiroga hasta el 28.VI.1657.<br />
En las Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil<br />
consta disponible la participación del<br />
Teniente como Vecino principal de la ciudad<br />
en un Cabildo abierto “[…] el Señor General<br />
Corregidor mandó se abriese este Cabildo y a él<br />
fuesen llamados los más Vecinos que se hallaran,<br />
y fueron llamados […] el Sargento Mayor Josepe<br />
Velásquez […]” (Freile Granizo, 1974).<br />
5 Suso.<br />
6 Es confusa la interpretación litero-inicial de<br />
la segunda sílaba en C como T, pues cambia<br />
totalmente de sentido al apellido por un<br />
nombre como Matías; por ello, incluso el<br />
resultado de la revisión mía se inclina por<br />
Macías, tal cual es repetible confiar en los<br />
folios posteriores.<br />
5
sa; 7 Xrispoval8 del Salto; Diego López;<br />
Andrés de Argote Nabarrete; Miguel<br />
Pérez y el padre Martín Gonzales Vásquez,<br />
Cura, Vicario y Comissario de la<br />
Santa Cruzada/ 9 de esta dicha Ciudad<br />
nos obligamos ttodos los de man común<br />
y cada uno de Nos Yn Solidun<br />
por lo que nos toca en esta manera=<br />
(En la Ciudad) de San (Gregorio<br />
de Puerto Viejo del Perú a ..... 10 días<br />
del mes de ..... 11 de mil seiscientos y<br />
cinquenta y cinco años ante mí el Escribano<br />
Público pareció el Comissario<br />
de la) Santa (Cruzada Padre Martín<br />
Gonzales Vásquez a quien doy fe que<br />
conozco, notificando que por cuanto<br />
7 Es entendible también la denominación<br />
transcriptiva de Lornossa.<br />
8 Cristóbal.<br />
9 Vuelta folio 15.<br />
10 No sabemos si esta iniciativa del Contrato<br />
fue estipulada verdaderamente por el Comisario<br />
de la Santa Cruzada, en todo caso, se<br />
completaron los espacios que yacen entre<br />
paréntesis para dar sentido completo al párrafo<br />
que apenas de obtener unas cuantas<br />
palabras es irrecuperable e imposible de lograr<br />
su transcripción absoluta; incluso, algunas<br />
de las codificaciones referidas tienen interpretaciones<br />
a medias que sostengo deban<br />
ser revisadas por otro transcriptor a futuro,<br />
para que se compruebe si la versión presente<br />
está errada del contexto en que el documento<br />
lo señala. Por tanto, para concordar<br />
cada letra se asumió que lo correspondido<br />
a la denominación oficial de SANTA está ligado<br />
a quien ejercía la Comisaría de la Santa<br />
Cruzada, adjunto al Título de Cura y Vicario de<br />
la Ciudad asignado, en este caso según otras<br />
líneas del Protocolo, al padre Martín Gonzales<br />
Vásquez confiablemente, o, en segundo plano,<br />
objetivo afín a la unificación textual de<br />
la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana,<br />
pero en ambas situaciones son vinculantes<br />
con aquel ámbito. Lo que notifica el acuerdo<br />
de “liar y empetacar las hojas de Tabaco” es<br />
repetitivo, según la propuesta de Contrato<br />
6<br />
se cometiere señalar como acuerdo de<br />
las partes de mandar liar y empetacar<br />
el tabaco que) algunos (Vecinos de sus<br />
chacras lo cogieren para hacer la entrega<br />
de las cargas) acepto ser informado<br />
lo saquen12 (al Puerto de Manta,<br />
llevándoselos a cumplimiento con las<br />
recuas de asnos dispuestas a juntarles<br />
según todas las dichas según lo<br />
propusiera este Cabildo y el Teniente<br />
General) de esta dicha Ciudad Don<br />
Joseph Belázquez de Nabas, 13 (tratase<br />
lo siguiente=).<br />
Ante mí,<br />
(f) Andrés Marques de Gasetta<br />
Escribano Público y de Cabildo<br />
Que Yo, el dicho Sarxento Maior Joseph<br />
Velázquez de Navas me obligo a<br />
comprar el tabaco que los Vecinos de<br />
susso referidos sigieren 14 y confieren<br />
en las cosechas que cultivaren y (así se)<br />
beneficiasen por tiempo de cinco años<br />
presentada por el sargento mayor don José<br />
Belásquez de Navas; tal como consta en el<br />
registro siguiente.<br />
11 Es muy posible que esta petición se haya<br />
producido entre septiembre, octubre o noviembre<br />
del año de 1655, tal como consta<br />
al inicio y al final de la Escritura de Contrato,<br />
inclusive, afortunadamente, es concordante<br />
con cada fecha de los folios que le preceden<br />
y le suceden.<br />
12 Es también sugerente la interpretación de<br />
sea quien.<br />
13 El nombre es legible, pero lo curioso es que<br />
parece estar incorporado o alineado a la<br />
unidad del escrito en el párrafo –aunque la<br />
ortografía fuere a modo de firma–; se procedió<br />
a interpretarla como cualquier nombre<br />
principal sin permitir o alterar los contenidos<br />
transmisores, aplicando esta certeza que<br />
hago conocerles en lo metódico y pausado<br />
de la transcripción ejecutada.<br />
14 Sugieren o Siguieren.
que an 15 de correr y se an de contar<br />
desde (el) primero de Henero del año<br />
(próximo pasado) que viene 16 de mil y<br />
seiscientos y cinquenta y quatro, 17 por<br />
precio y cantidad de veynte rreales de<br />
plata por cada cien manojos del dicho<br />
tabaco con cesión y calidad que los dichos<br />
Vecinos de suso referidos, (han)<br />
de senbrar y beneficiar(se) (d)el dicho<br />
tabaco (arando las huertas) en tierras<br />
altas y no (en las) begas por ningún accidente<br />
(suscitado); (o con lamentable<br />
dificultad) ni a(l) calsimiento que suseda<br />
ni por ninguna caussa ni razón que<br />
sea de las quales chacaras 18 que así (se)<br />
hicieren/ 19 no an de coxer más que la<br />
prime(ra), (la) deja(ren por? lo) principal<br />
(revisada) y (habiéndola) cojido (la<br />
atadura) para cojer los manojos (que)<br />
dé m(andado) de avisar y llamar(me)<br />
a que lo sea p(or) mano (de sus criados),<br />
(que cuidadosamente) se an (de)<br />
enpetacar y liar y no lo arán hasta que<br />
dicho sea avisado; así luego me obligo<br />
de yr en persona dentro de un día<br />
de cómo me lo hagan saber (cuando<br />
lo dispusiere) a lo rresibir y ber o de<br />
ynbiar personas que por mí (autorización)<br />
lo haga(n) (revisar), que bastare<br />
para que dicho passe por lo que (a) tal<br />
15 Han.<br />
16 Por vino. Resulta mal conjugado y equivocada<br />
de su ubicación el tiempo del verbo venir.<br />
17 O ya estaba vigente el contrato desde el año<br />
anterior en relación a la fecha de la documentación,<br />
o se equivocó descaradamente<br />
el Escribano de colocar el número seis para<br />
el año de 1656.<br />
18 Chacras.<br />
19 Inicio folio 16.<br />
20 Se refiere a algún problema de tramitación<br />
jurídica, pero habrá que indagar la problemática<br />
a futuro, ya que es muy escasa la<br />
documentación sobre Puerto Viejo y todo lo<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
persona sig(u)iere y le sirviere, porque<br />
es condición que el dicho tabaco a de<br />
ser (empetacado y liado) a mi satisfacción<br />
y en casso que sobre (ello exista<br />
inquietud), (de) esto ay el litijio, contienda<br />
o duda de la bondad del dicho<br />
tabaco 20 (se dará a menester la pesquisa)<br />
y (Yo) el dicho Sarxento Maior<br />
Joseph/ 21 Velázquez de Navas e de<br />
nombrar una persona de mi parte que<br />
juzgue y declare la calidad y bondad y<br />
la parte (en) que (puesta cada atadura)<br />
lo a de entregar (con) otra (carga) (fuere<br />
sustituida), y por lo que estas dotes?<br />
(lo señalan y a las) personas (que) dijeren<br />
e nos de(s)pojaren 22 así dicho que<br />
soy quien lo a de resebir y pagar como<br />
el que lo ubiere de entregar y bender<br />
y las petacas que se hizieren para el<br />
dicho tabaco an de llebar a quinientos<br />
manojos cada uno, que an de pesar a<br />
quatro rreales 23 y medio cada manojo<br />
y enpetacados y liados al asno? de las<br />
dichas petacas an de pesar a seis arrobas<br />
y media cada una y lo que más (de<br />
cantidad) pesare me obligo a lo pagar<br />
al rrespecto de los veynte rreales cada<br />
ciento prorratado, lo que más tubiere<br />
de las dichas seis arrobas y media petaca<br />
y costo; (cuando ocurrido) que la<br />
sementera (que) del/ 24 dicho tabaco se<br />
relacionado de su administración edilicia en<br />
esta época.<br />
21 Vuelta folio 16.<br />
22 Es cuasi entendible la palabra dieren también.<br />
23 Esta cantidad de veinte reales están disponibles<br />
en una confusión visible en la trascripción<br />
en la relectura de la medición sobre las<br />
cantidades, entienda que están aplicados al<br />
transporte de las mulas por cada cien manojos<br />
que fueren cargados.<br />
24 Inicio folio 17.<br />
7
pintare 25 de manera que no es (concentir<br />
de lo) cojer ni benefisiarse (de) la covranza<br />
de él y que (ante esta razón calamitosa,<br />
se analizare viendo que sí) el<br />
defecto sea tal que no se pueda coger<br />
(en lo posible nada); les doy permissos<br />
y facultad a los susodichos Vecinos (re)<br />
feridos y a qualquiera que (de quienes<br />
en) esto le susede 26 para que corten<br />
aquella sementera, y dé las prendas? 27<br />
que el(lo) (de)manda(re), (en cuanto a)<br />
los hijos cojan la cosecha dejando perder<br />
la primera por los defectos dichos<br />
y deban (en) lo contrario (volverla a<br />
hacer); (que) sea de entender siendo<br />
el año y temporal que no an de cojer<br />
más de la primera asta (una sola vez)<br />
como pueda dicho de la qual an de cojer<br />
y beneficiar(se) (d)el tabaco que me<br />
hubieren de bender y entregar y hací<br />
legol(o) 28 ? todo y empetacado lo an de<br />
poner en el puerto de Manta de esta<br />
jurisdision a su costa donde me obligo<br />
a lo rresevir dentro de veynte y quatro<br />
25 Se pudriere, quiere decir por las manchas que<br />
aparecieren en las hojas o en la calidad de su<br />
tratamiento de secado.<br />
26 Suceda.<br />
27 En el contexto de lo referido asúmase como<br />
sinónimo de rechazos o despojos. Quizá en<br />
otro sentido contrario sea una simulación<br />
ortográfica de la palabra prebendas. También<br />
es cercano a un sinónimo de ganancia.<br />
28 Interpretación que también podría ser dejolo.<br />
29 Este párrafo quiere decir que, exclusivamente,<br />
los Vecinos Principales o afincados serían<br />
los únicos proveedores legales que recibieren<br />
privilegios económicos con las ganancias<br />
producidas, y exclusive ninguna persona<br />
india, negra o algún mercader o español autorizado<br />
que no fuere Vecino, estaba prohibido<br />
de cometer su inversión en este negocio.<br />
Por visibilidad circunstancial de la secuencia<br />
histórica para este tiempo, la corrupción en<br />
la burocracia indiana ya era una realidad<br />
8<br />
oras de como llegue de tener persona<br />
que lo resiva dentro del dicho tiempo,<br />
y (que) passado a de correr por<br />
cuenta y rriesgo (mío) trayendo rrasón<br />
de cómo lo tienen puesto en el dicho<br />
puerto de Manta y si por defecto de<br />
su bondad se confiere por las dichas<br />
personas que así nombraremos como<br />
de (lo) suso (pretendido) pueda aceptarse;<br />
que no es de dar y rrecevir y tal<br />
como a mí (solamente) convenga(me),<br />
(sin que) qualquiera de los Vecinos de<br />
susso referidos que lo ubiere cojido no<br />
a de poder bender el dicho tabaco, que<br />
lo dejare con la condision (que) dicha<br />
a otra ninguna persona (natural) de la<br />
(ti)erra ni de fuera de ella, 29 ni lo e 30 de<br />
estar obligado a lo rresebir y casso que<br />
dicho tabaco después de conferido (su<br />
envío y) vintilada 31 su bondad 32 por las<br />
dichas personas que emos de nonbrar<br />
en casso de duda, declarando ser bue-<br />
tan endémica y sobrepasaba las expectativas<br />
de lo anti-católico (considerado herejía<br />
en su momento) o cultural. La ruina ideológica<br />
y monetaria de la monarquía española<br />
simbolizada por la Casa de Austria, la venta<br />
de oficios temporales (periódicos) y permanentes<br />
(vitalicios) o el arriendo de cobranzas<br />
tributarias como los Estancos, Almojarifazgos,<br />
Cámaras y Alcabalas, sustentaron por<br />
condición de manutención el decaimiento<br />
de la institución regia y el descontrol en la<br />
administración burocrática; todo aquello<br />
favorecido por el viento jerárquico (criterio<br />
gubernamental), garantía sostenible a largo<br />
plazo de posicionado efímero, según el momento<br />
de incertidumbres políticas e intrigasrivalidades<br />
nobiliarias de explícito equivalente<br />
cortesano.<br />
30 Puede interpretarse como ha.<br />
31 Ventilada como sinónimo de auxiliada, beneficiada<br />
o librada.<br />
32 Consumada la transacción monetaria en términos<br />
contemporáneos.
nos y en estado de aclarassion; dicho<br />
(esto) no lo quisiere resevirme 33 pueda<br />
obligar la Justicia de esta Ciudad a que<br />
lo resiba y pague por el balor de los<br />
dichos veynte reales/ 34 (de) cada cien<br />
manojos y executarme por ello como<br />
por escriptura fueren cifra de plaso<br />
cumplido y de sentencia de Juez competente<br />
por dada en cosa juzgada=<br />
Y la paga de lo que baliere el dicho<br />
tabaco que cojieren, beneficiaren, liaren,<br />
enpetacaren y entregaren con las<br />
condiciones referidas en cada un año<br />
de los cinco referidos me obligo a lo<br />
cojer y pagar al tiempo de la entrega<br />
sin dilación alguna siendo cumplido<br />
el plaço de la paga de ellos y me los an<br />
de pagar y (de)bolver en reales y para<br />
que ni yo, ni ninguno de los susso referidos<br />
Vecinos en ningún tiempo aleguemos<br />
de nulidad, fraude o engaño,<br />
como (in)combenidos o (porque sí)<br />
faltáremos con alguna de las condiciones<br />
dichas en todo con parte fech(o)<br />
el trato cumplido y chancelado y de<br />
ningún efecto con el que hasí lo hiciere<br />
con más (de) cien pessos de a ocho<br />
reales que a de pagar de pena (en medias<br />
partes) el que caiere (e incurriere)<br />
en ello faltando a lo aquí otorgado/ 35<br />
y rreferido aplicados por la Real Cámara<br />
de Su Magestad y limosna para<br />
la fe 36 de esta Santa Yglecia en que todos<br />
juntos de man común y cada uno<br />
33 Recibirme.<br />
34 Vuelta del folio 17.<br />
35 Inicio folio 18.<br />
36 Es entendible Fa.<br />
37 Está incorrectamente conjugada la frase que<br />
completa la palabra; pues referente del verbo,<br />
el Escribano olvidó redactarlo en modalidad<br />
infinitiva como incumbir; o, en su relativa<br />
variación, podría aplicarse incumbencia, res-<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
de Nos IN SOLIDUN por lo que n(os)<br />
toca, nos damos por yncunbo 37 (en lo<br />
esto estipulado), y condenados desde<br />
luego que lo contrario hagamos y todos<br />
juntos los dichos Vecinos referidos<br />
en el principio de esta Escriptura de<br />
Contrato, Venta y Asiento; y (se) obligaren<br />
del dicho tabaco aviendolo cydo<br />
y entendidido, 38 dijeron que lo asetaban<br />
39 y asetaron y otorgaron y que no<br />
yrán ni bendrán contra él en todo ni<br />
en parte en manera alguna y el dicho<br />
Sarjento Mayor Joseph Velásquez de<br />
Navas por lo que le toca lo ace(p)tó y<br />
otorgó, y a su cumplimiento obligaron<br />
sus perssonas y bienes rraíces a e(l)e(c)<br />
ción y derechos avidos y por aver con<br />
sumisión y poderío (sean obedientes)<br />
a las Justicias y Jueces de Su Magestad<br />
de qualquiera parte que sean y<br />
en espesial a la de esta dicha Ciudad<br />
y al Corregidor de la de Guaiaquil y<br />
Alcaldes Ordinarios de ella, a cuio<br />
fuero se sometieron y rrenunsiaron<br />
el suio por domicilio y Vecindad y la<br />
ley SIT CONVENERIT DE JURISDIC-<br />
CIONEM OMNIUM JUDICUN para<br />
(la) qual lo que dicho es, les obliguen<br />
y apremien como por sentencia difinitiva<br />
de fiar(les) competente, (aquello)<br />
passado en cossa juzgada y rrenunciaron<br />
todos con leies, fueros y derechos<br />
de su fabor que la general (ley), 40 que<br />
las prohibe y así lo otorgaron/ 41 que<br />
pecto de la citación que en el texto se trata.<br />
Sinónimo equivalente a la palabra Tocante o<br />
Relacionado con alguien o grupo de personas.<br />
38 Entendido.<br />
39 Aceptaban.<br />
40 Es implícito aquí el amparo de alguna competencia-concordancia<br />
jurídica hallada en<br />
las Leyes de Indias.<br />
41 Vuelta folio 18.<br />
9
fecha en esta dicha Ciudad de San Gregorio<br />
de Puerto Biejo en veynte y un<br />
días del mes de Septiembre de mil y<br />
seiscientos y cinquenta y (cinco42 ) años<br />
y los otorgantes a quien Yo el Escribano<br />
Público doy fee que conozco; lo<br />
otorgaron y firmaron de sus nombres<br />
los que supieron, escrivieron y los que<br />
sí, rogaron a un testigo lo firmase por<br />
ellos que lo fueren; el Capitán Joan de<br />
la Rocha; Bartolomé Zedeño, Procurador<br />
General de esta dicha Ciudad,<br />
Garci López Méndez Cavello, 43 presentes,<br />
de que doy fee (y lo) otorgo= lo<br />
damos conbenidos = no bale44 = entre<br />
renglones = el asiento bale45 ? =<br />
(f) Joseph Belásquez (de Navas).<br />
(f) Bartholomé de Burgos. (f) Thomás<br />
Çambrano. (f) Martín Gonzales Vásquez,<br />
(f) Garci López Zambrano. (f)<br />
42 Se estableció la misma enumeración de año<br />
compartida por los folios anteriores, ya que<br />
no es lógico que el tiempo se adelantara o<br />
tardara tanto respecto del año de 1655 para<br />
colocar una fecha explícita que en el documento<br />
fuera ilegible, pero está parcialmente<br />
destruida la formación de la fecha exacta.<br />
Constando mutilado por ende el dato requerido<br />
y agregado por el transcriptor.<br />
43 Lamentablemente el Escribano se equivoca<br />
por citar dos apellidos que no pertenecen<br />
a la persona posteriormente firmante en lo<br />
que respecta a “Mendez Cavello”, lo cual en<br />
esta Escritura Pública se refiere al “Bachiller<br />
Joan Méndez Cavello Comissario del Santo<br />
Oficio” en la Tenencia de Puerto Viejo. Niego<br />
que halla asistido a la sesión porque su<br />
firma no consta al final y, por lo tanto, fue<br />
una precipitación del Escribano confundirlo<br />
como apellidos de otra persona. Los folios<br />
sucesores nos hablan de lo fundamental que<br />
esta persona ejercería para hacer posible el<br />
traslado del tabaco hasta Manta.<br />
44 Es interpretable a simple vista también<br />
como No sale.<br />
10<br />
Diego Sedeño. (f) Martín de Garay. (f)<br />
Francisco de Espinales. (f) Gerónimo<br />
Sánchez. (f) Bartholomé Cedeño. (f)<br />
Pedro Bravo de Brito. (f) Christoval<br />
del Salto. (f) Joan de Artiaga. (f) Miguel<br />
Pérez. (f) Joan Macías Cortéz. (f)<br />
Andrés de Argote.<br />
A rruego y por testigos.<br />
(f) Juan de la Rrocha. 46<br />
Ante mí,<br />
(f) Andrés Marques de Gacetta47 Escribano Público y de Cavildo<br />
45 Es tan confusa la letra asumida por el autor<br />
como S, que puede interpretarse conjugada<br />
como H y O reunidas parcialmente en H° o<br />
Hro como abreviatura correspondiendo su<br />
descifraje a la denominación de Henero en<br />
grafía de la época que trata este documento.<br />
46 Quien firma dos veces en el mismo folio,<br />
una consta en la parte inferior derecha y otra<br />
en la izquierda, a continuación de su primera<br />
firma, siendo la última de todos quienes<br />
firmaron este documento.<br />
47 Andrés Marqués de Gazetta, o en otras grafías<br />
de su tiempo variando su segundo apellido:<br />
Gaseta o Gacetta, es conocido que fue Escribano<br />
Público, de Cabildo, Minas y Registros<br />
de la Ciudad de San Gregorio de Puerto Viejo,<br />
sus Términos y Jurisdicción en primera instancia<br />
oficial; aquello sin que la proporción<br />
del dato se explique mejor (a motivo que<br />
haya sido muy posible haberse encontrado<br />
su titulación fidedigna en los Libros de<br />
Cabildo de Puerto Viejo). Posteriormente<br />
hay indicios de suposición en el plano de<br />
la investigación sobre Asuntos Coloniales del<br />
Ecuador que corroboran le fuera concedidaconfiada<br />
posiblemente o quizá (esto todavía<br />
no comprobable en historiografía manabita)<br />
la primera Notaría Pública en territorios de<br />
Puerto Viejo según consta en su título De<br />
notario público De las inDias Fechado a<br />
20.viii.1670; dado en Madrid por la Reina<br />
doña Mariana de Austria quien por entonces<br />
ejercía la Regencia del Reino (17.IX.1665-<br />
6.XI.1675) y signado por su secretario don
Notificación paleográfica<br />
(a): Texto adicional propuesto por<br />
el autor.<br />
? : Palabra o letra de dudosa interpretación<br />
paleográfica.<br />
..: Espacios incompletos de numeración<br />
y codificación que no se pueden descifrar<br />
por pérdida o desintegración del<br />
soporte documental material y gráfico.<br />
(f): Firma o signado de un nombre<br />
propio.<br />
Gabriel Bernardo de Quirós, incluso siendo<br />
algo sorprendente sin haberlo conseguido<br />
en por la intermediación del Consejo, tal<br />
cual como con muchos Escribanos había<br />
ocurrido. Con esta merced regia se facultaba<br />
a desempeñar funciones privilegiadas<br />
en la administración de todos los Archivos<br />
judiciales y Extrajudiciales, Comprobantes,<br />
Escrituras, etc., puestas a su cargo, además<br />
debiendo pasar por su firma y lectura todas<br />
las modalidades de documentos que a su<br />
criterio quizá tardíamente estaban siendo<br />
dirigidos a Guayaquil, y por la lejanía de<br />
ambas jurisdicciones dichas diligencias se<br />
podían ahora realizar sin ningún atraso en<br />
Puerto Viejo por instancia directa. En las<br />
Actas del Cabildo de Guayaquil tenemos<br />
algunas referencias cronológicamente encontradas,<br />
de hecho en el tomo VI (Cabildo:<br />
8.VI.1682 - Segundo Asunto); se acuerda permitir<br />
a Andrés Marqués de Gaseta use el oficio<br />
de Escribano en la Ciudad de manera provisoria<br />
argumentando la sesión Capitular<br />
que “En este Cabildo se propuso que no hay<br />
Escribanos (únicamente no), más que el Escribano<br />
de Cabildo y no se puede hacer con<br />
un Escribano solo todo lo que conviene a la<br />
República y por cuanto está en esta Ciudad<br />
Andrés Marqués de Gaseta, Escribano Real,<br />
a quien se le puede entregar las llaves del<br />
oficio de Escribano Público que fue de Juan<br />
Martínez de Miranda, quien tiene puesto el<br />
dicho oficio y van corriendo los pregones<br />
por orden de Su Alteza, para que con esto<br />
haya a quien dé el despacho necesario al<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
Bibliografía<br />
Bibliografía textual<br />
Freile Granizo, Juan,<br />
1972 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />
tomo I: 1634 a 1639 / De la Primera Época,<br />
versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />
transcripción original de José Gabriel Pino<br />
Roca, revisada por Rafael Euclides Silva, Santiago<br />
de Guayaquil. Publicación del Archivo<br />
Histórico del Guayas bajo patrocinio de la<br />
Junta Cívica de Guayaquil (31.VIII.1972).<br />
1973 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />
tomo III: 1650 a 1657 / De la Primera Época,<br />
versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />
transcripción original de José Gabriel Pino<br />
Roca, revisada por Rafael Euclides Silva, Santiago<br />
de Guayaquil. Publicación del Archivo<br />
Histórico del Guayas bajo patrocinio de la<br />
Junta Cívica de Guayaquil y con auspicio<br />
del Banco de Guayaquil y el Banco del Pichincha<br />
(10.VII.1973).<br />
1974 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />
tomo IV: 1660 a 1668 / De la Primera Época,<br />
versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />
trascripción original de José Gabriel Pino<br />
Roca y revisada por Rafael Euclides Silva,<br />
Santiago de Guayaquil. Publicaciones del<br />
Archivo Histórico del Guayas (AHG) bajo<br />
patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil.<br />
bien público. Y Sus Señorías acordaron que,<br />
por no saber si lo pueden hacer o no, se le<br />
permita por tiempo de tres meses con cargo<br />
de que, en el (en)tretanto que se le rematare<br />
el dicho oficio traiga aprobación del Gobierno<br />
de la Ciudad de Quito dentro de tres meses,<br />
y donde no (pudiere ser autorizado), no<br />
use de ello por más tiempo, y con cargo de<br />
pagar la Media Anata que tocare a Su Majestad<br />
del dicho tiempo y se le entreguen los<br />
papeles por inventario, y haga el juramento<br />
necesario; con lo cual se acabó este Cabildo ,<br />
y mandaron se haga saber la Real Provisión<br />
a los Señores Jueces Oficiales Reales, y se inserte<br />
en este Cabildo, y lo firmaron” (Freile<br />
Granizo, 1980).<br />
11
1980 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />
tomo V: 1682 a 1689 / De la Primera Época,<br />
versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />
trascripción original de José Gabriel Pino<br />
Roca y revisada por Rafael Euclides Silva,<br />
Santiago de Guayaquil. Publicaciones del<br />
Archivo Histórico del Guayas (AHG).<br />
Garcés G., Jorge A,<br />
1946 Colección de Cédulas Reales dirigidas a la Audiencia<br />
de Quito 1601 – 1660, tomo segundo,<br />
versión de Jorge A. Garcés G./Paleógrafo,<br />
vol. XXI. Prólogo de J. Jijón y Caamaño<br />
alcalde de Quito, Quito. Publicaciones del<br />
Archivo Municipal de Quito, 31 de enero de<br />
1946.<br />
1960 Paleografía diplomática española y sus peculiaridades<br />
en América, 2a. ed, Quito, Casa de<br />
la Cultura Ecuatoriana (24.VI.1960).<br />
Hidrovo Quiñónez, Tatiana, Paulina Terán Gonzáles, y<br />
otros investigadores,<br />
2006 Vientos de Rí, Guayaquil, Banco Central del<br />
Ecuador / Museo Nahím Isaías, agosto de<br />
2006.<br />
Loor Jara, Susana,<br />
2010 Catálogo del Fondo Documental de Manuscritos<br />
del Archivo Histórico del Guayas, tomo<br />
I, Guayaquil, Talleres Gráficos del Archivo<br />
Histórico del Guayas, octubre de 2010.<br />
Bibliografía electrónica<br />
http://es.wikisource.org/wiki/T%C3%ADtulo_de_<br />
Escribano_y_Notario_P%C3%BAblico_<br />
d e _ l a s _ I n d i a s _ % 2 8 2 0 _ d e _ Ag o s to_<br />
de_1670%29<br />
https://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />
de_Guayaquil_(8_de_Junio_de_1682) .<br />
http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />
de_Guayaquil_%286_de_Septiembre_<br />
de_1638%29 .<br />
http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_de_Guayaquil_%287_de_Enero_<br />
de_1637%29 .<br />
12<br />
http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />
de_Guayaquil_%286_de_Septiembre_<br />
de_1653%29 .<br />
http://es.wikisource.org/wiki/C%C3%A9dula_Real_<br />
para_la_Audiencia_de_Quito_%2817_de_<br />
Noviembre_de_1602%29<br />
http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />
de_Guayaquil_(8_de_Enero_de_1661)
portoViejo<br />
En los albores de la conquista europea.<br />
La expedición de La armada del Sur<br />
… Debieron haber zarpado en día dos<br />
(02) de enero, 1 pero el Tonatiuh 2 sentía<br />
que “algo” no cuajaba, sensación que<br />
le obligó mandar venir a Juan 3 …<br />
… Llegado que fuere este, en medio<br />
de una parafernalia de solemnidades,<br />
despedidas y bendiciones, encárgale<br />
oficialmente la investidura de Gobernador<br />
de las firmes tierras –de las nunca<br />
antes como entonces–, Christianísimas<br />
tierras firmes 4 de Guatemala…<br />
Las carracas 5 serían diez; los casi<br />
nobles barloventeros, en su mayoría<br />
jóvenes mancebos, guerreros de mar<br />
José Lorenzo Saá Bernstein*<br />
Tren Andino, Carracas en el Amay<br />
* Escritor e historiador nacido en la ciudad<br />
de Ambato.<br />
Tren Andino, San Gregorio Nacianceno<br />
1 Dos (02) de enero.- Miércoles dos (02) de<br />
enero (1534), se conmemora el día de San<br />
Gregorio de Nacianceno.<br />
2 Tonatiuh. (Id. Quitché/ Kitche). SOL.- Descendiente/favorito;<br />
amado-reconocido del/<br />
por el SOL. // México.- 5to. SOL.<br />
3 Juan.- Se trata de Juan el hermano de Pedro”:<br />
“el Tonatiuh”.<br />
4 “Tierras firmes”.- Entiéndase como “tierras<br />
firmes”, las que en ese, su momento, estuvieron<br />
ya consolidadas en favor y beneficio<br />
–entre otros– de la Corona española y sus<br />
a láteres* (*la Iglesia ).- Incluye a Panamá<br />
(Santiago del Alanje).<br />
5 Las carracas.- Embarcaciones entonces consideradas<br />
modernas, frente a las usuales<br />
NAOS de la época… Carraca, Embarcación<br />
y Nao, son para estos efectos palabras sinónimas.<br />
13
y tierra, en bulto alcanzarían a ser<br />
doscientos (200)…; doscientos veinte<br />
y tres (223) los corceles; con otros,<br />
que no hombres entre los de pieles<br />
cobrizas y negras, para la estadística<br />
sumarían quinientos (500), acaso seis<br />
cientos (600).<br />
CONCHAÜITA 6 los despide alrededor<br />
de los días 29-30 de enero de 1534;<br />
cuando se hacen a la mar; entonces, del<br />
galeón los brazos: trepidan; enormes<br />
cucharas en curtidas manos: apalancan.<br />
Una caja7 en la panza de las entrañas<br />
del armatoste acompasadamente: retumba;<br />
los del Kachnikel: 8 maniobran;<br />
poco conocidas aguas en la plana, casi<br />
pacífica mar del Sur: espera…<br />
…Se hace pues a las velas la Armada<br />
de Sur.-<br />
Treinta y tres (33) días de navegación<br />
–a fuer de remos y velas– alega<br />
ante Carlos Dn. Pedro, el Caballero de<br />
Santiago haber bregado, aun por sobre<br />
seguro navegando en permanen-<br />
6 CONCHAÜITA, Conchagüita.- Puerto y<br />
astillero naval sobre el O. Pacífico.- Nicaragua<br />
(lugar en el que Dn. Pedro mando<br />
construir algunas de las carracas; donde<br />
–además– naufragaron dos destas*); que<br />
constituirían parte integral de la/su “Armada<br />
del Sur”).<br />
7 Una “caja”.- Un tambor<br />
8 Kachnikel.- Así llamada la comarca donde<br />
“recogió” la gente (indios cristianizados)<br />
Quitché, los que le “acompañarían” en la/<br />
su expedición…<br />
9 Lanzar/ “echar noventa (90) de sus equinos<br />
por la borda”. AGI.- Comentario.- Tengo<br />
por seguro que, antes de fondear en el<br />
entonces ya llamado “viejo” puerto, en el<br />
seno de la bahía de las carracas, lo hizo –<br />
previamente–, en el entonces también ya<br />
14<br />
Tren Andino, Carracas en el Amay<br />
te ruta de cabotaje; comparece e incontinente<br />
declara: “… haberse visto<br />
obligado a lanzar noventa (90) de sus<br />
equinos por la borda…”. 9<br />
En los albores de la<br />
conquista europea<br />
… Por supuesto, el Gregorio del viejo<br />
puerto en la bahía de las carracas,<br />
no podía ser menos quel *a de la partida<br />
en Conchagüita; atracan pues sus<br />
naves entre los días dos y tres (02-03)<br />
de marzo, del mil quinientos treinta<br />
conocido y “bautizado” “puerto” de San<br />
Matheo de las esmeraldas, desembarcando<br />
y dejando algo de gente, y los supuestos<br />
náufragos de fatal destino, declarados 90<br />
equinos; muchos de los mismos que, por<br />
“pura casualidad”, reaparecerán más tarde<br />
en la encomienda (Hacienda) de.. un acaudalado<br />
Dn. Francisco de Orellana, teniente<br />
de gobernador en tierras/comarcas del<br />
¡Man a bí/ Ma na bí …! (¿Can ce bí?)(1537).<br />
*a.- quel.- que el (del autor-para lugares/bienes/objetos,<br />
etc.; por abreviar, en beneficio<br />
de la fonía; y, p.q.m.d.l.g. (f. El Eco) (Igual<br />
para “destas”*).
Tren Andino, San Gregorio Nisa<br />
y cuatroavo (1.534avo. Año Juliano)<br />
año *b de la era Christiana…<br />
Don Pedro de Alvarado informa<br />
(fragmento):<br />
He de hacer conocer a Vuestra Majestad,<br />
que yo partí del puerto de Guatemala<br />
con diez (10) naves y seis cientos<br />
(600) hombres de mar [marineros]<br />
y tierra [combatientes], además con<br />
doscientos veinte y tres (223) caballos,<br />
para luego de treinta y tres (33) días<br />
de navegación y, habiendo tenido que<br />
soportar mares tempestuosas y vientos<br />
contrarios, estos me llevaran a incur-<br />
*b.- Según el calendario Juliano (años: ¿Balseros:<br />
desde ilore tempo ).<br />
10 Desembarcan hato y garabato.- Desembarcan<br />
ganado caballar y otros: armas, pólvora,<br />
municiones, vestimenta, etc.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
sionar en esta Gobernación de Pizarro,<br />
pues una vez tomada por las naves la<br />
costa, se torna imposible navegar, por<br />
cuanto existen corrientes marinas, y<br />
cielos tormentosos, entonces queriendo<br />
seguir adelante (navegando) en estas<br />
condiciones me forzaron a trabajar mucho<br />
con los navíos, viéndome obligado<br />
echar * (*lanzar) noventa (90) caballos<br />
a la mar, quebrando [rompiendo/trozando]<br />
además antenas [mástiles?] y<br />
rompiendo aparejos, por manera que<br />
fue por necesidad que hube de tomar<br />
tierra, por la cual me interné para seguir<br />
adelante en continuación de mi<br />
viaje. Fol. 5.- En la seguridad de que<br />
la gran clemencia de Vuestra Majestad<br />
hará que de mi perdida y grandes gastos,<br />
yo perciba larga (generosa-grande)<br />
remuneración como mis servicios lo<br />
merecen; en esta no diré más hasta que<br />
llegue a esos reinos, en donde vuestra<br />
Majestad por mi parte con mayor detalle<br />
será informado. Que Dios a Vuestra<br />
muy Cathólica Sacra Cesárea Majestad,<br />
guarde y prospere con el aumento de<br />
mayores reinos y señoríos, como todos<br />
lo deseamos. Desde el Puerto de San<br />
Miguel, en quince (15) de enero (1535).-<br />
Sacra Católica Cesárea Majestad, Menor<br />
y más humilde vasallo de Vuestra<br />
Majestad que sus pies y manos besa. *c<br />
Ironías del destino<br />
…Desembarcan hato y garabato, 10<br />
entonces en día sábado nueve (09<br />
-¿12?) de marzo (1534), y bajo la advocación<br />
de San Gregorio de Nisa, por<br />
ser el día de su conmemoración, 11 en<br />
11 Ser el día de su conmemoración.- Día calendario/almanaque<br />
(marzo 09), fecha en<br />
la que se conmemora a San Gregorio de<br />
Nisa (es posible, que acaso la fecha de fundación,<br />
se diera unos días a posteriori).<br />
15
la forma de una doctrinaria se fundan/asientan,<br />
estableciendo el obligado<br />
“Real”. 12<br />
… No podía faltar el inefable cura,<br />
poderoso traficante –entre otras– de<br />
celestiales influencias y beneficios;<br />
no, el indispensable plumario: “dador<br />
(¿hacedor?) de fe pública”…<br />
El primigenio conocido lugar de<br />
abastecimiento* (*y acaso algún calafateo)<br />
de las embarcaciones, tornado<br />
16<br />
Tren Andino, Dn. Pedro de Alvarado y Contreras<br />
12 Estableciendo el obligado “Real”.- Un<br />
fuerte; pero también, un símbolo/ícono/<br />
divisa, de la presencia/dominio de España<br />
y el Rey, en las correspondientes<br />
comarcas/”países”, con que la fuerza expedicionaria<br />
se hacía evidente.<br />
13 Es tornado en/restablecido como un asiento.<br />
14 De las carracas. Básicamente descrito (que<br />
no nombrado) el lugar así, por ser este –el<br />
de puerto– el papel que desempeñaba (“la<br />
vocación” que tenía); pero, principalmente,<br />
para diferenciar esta fundación de otras<br />
similares (Sic. fundaciones), que con/ bajo<br />
el patronímico de San Gregorio (Bajo la advocación<br />
y/o admonición de San Gregorio), se<br />
establecieron antes, o más tarde (se) pudieren<br />
en otros lares establecer…<br />
como/en un Asiento 13 de la Doctrina<br />
de San Gregorio, en el ya entonces viejo<br />
puerto (“puerto viejo”) de las carracas,<br />
14 (¿Asiento tardíamente fundado?)<br />
por Dn. Pedro de Alvarado y Conteras,<br />
quien con la (su) “Armada del Sur, se<br />
Allega al sector, saltando a tierra firme”<br />
en los primeros días (02-03) calendario,<br />
del mes de marzo del año 1534, desembarca<br />
su gente y caballos, descarga sus<br />
embarcaciones, “…y las manda (a) barloventear”,<br />
15 procediendo en día sábado<br />
09 de marzo (1534), día en que se rememora<br />
a San Gregorio de Nisa a poner bajo<br />
la advocación y admonición de este San<br />
Gregorio de Nisa, el lugar y la comarca,<br />
en el que con su gente e indios, 15a se establece/asienta/<br />
Funda 16 …<br />
15 “…las manda a barloventear”.- Aunque,<br />
así lo declara paladinamente Alvarado, en<br />
carta autógrafa a S.M. el Rey *(AGI), al parecer<br />
en la práctica, lo que hacen sus pilotos,<br />
es navegar con curso Sur, hasta alcanzar el<br />
delta de “un río grande” ingresar en él; y en<br />
pleamar, cursar sus aguas arriba, hasta donde<br />
la navegación lo permitía (posiblemente<br />
hasta el actual Babahoyo), llegando a las<br />
comarcas del Amay!, lugar al que aparentemente,<br />
ya hubieron llegado las dos (02) embarcaciones,<br />
que uno, acaso hasta dos (01,<br />
/02) (¿1531/1532?) año/s antes, hubo para<br />
explorar despachado.- A*<br />
A*.- A.G.I, 1533.- Código de referencia: es.41091.<br />
agi/16416.5.16.8//patronato, 192, N.1, R.1<br />
Alcance y contenido: “Adelantado Pedro de<br />
Alvarado: estado en que tenía una armada”.-<br />
“Carta original escrita a Su Majestad por el<br />
adelantado Pedro de Alvarado, sobre el estado<br />
en que tenía una armada: que había enviado<br />
una nave y un galeón a descubrir por el Mar del<br />
Sur y que, si venían con buenas noticias, saldría<br />
con su armada y gente a poblar…” (¿1531/32?).<br />
15a Al parecer a los indios aun no se los consideraba<br />
gente en ese entonces<br />
16 En que él, su/el de él fundillo sienta /pone,<br />
cimientos –bases/descansa.– f. El Eco.
Nadie fundó Portoviejo<br />
Dn. Pedro de Alvarado y Contreras,<br />
el Caballero de la Orden de Santiago,<br />
sí fundó en el para ÉL, ya entonces<br />
(1534) viejo puerto de las carracas; y, luego<br />
de establecer un Real* (*una pequeña<br />
fortificación): una Doctrinaria, bajo<br />
la admonición (¿advocación acaso?)<br />
de San Gregorio de Nisa…!<br />
… Nadie fundó Portoviejo; el lugar de<br />
“Indias”, del entonces ya (injustamente)<br />
denominado Continente Americano.-<br />
Ubicado sobre las costas allende las mares<br />
del SUR; en realidad es una Bahía,<br />
con la que se encontraron / descubrieron;<br />
y, de lo que se conoce, en curso de<br />
cabotaje, regularmente en sus embarcaciones<br />
acudirían-recalarían, desdeel año<br />
de 1526 los expedicionarios conquistadores<br />
europeos, en/con el fin de abastecer<br />
sus vitales necesidades de a bordo. 17<br />
Para estos efectos tenían necesidad<br />
de fondear, atracar, echar anclas en la<br />
costa en algún lugar topográficamente<br />
apto para estos menesteres; encontrado<br />
el mismo, lo denominarían/lo calificarían<br />
como un puerto…; en el que,<br />
aun estando el lugar habitado por Inti<br />
anos, 18 Nunca en los primeros años los<br />
16a Aprox. Un (1º) grado de latitud meridional<br />
y en dos (2º) grados de longitud occidental<br />
(*De Mercator.) *Un grado en el cuadrante<br />
del Mercator, equivale a aproximadamente<br />
–entre– diecisiete y diecisiete y medio (17 y<br />
17.5) leguas castellanas.<br />
17 … necesidades de a bordo.- Agua dulce,<br />
alimentos, combustible (“leña”), etc.<br />
18 Inti anos.- Adoradores del SOL.<br />
19 Al parecer el primero en hacerlo oficialmente,<br />
es Dn. Pedro de Alvarado.- Ver: “Carta<br />
de Alvarado al Rey”.- A.G.I. Patronato, 192,<br />
N.1, R.9 fol. 1 + 1534.- “Entre tanto, con el<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
Tren Andino, Dn. Pedro de Alvarado y Contreras<br />
conquistadores Formalmente se asentarían19<br />
como una Doctrinaria, para convertir<br />
a sus “herejes” nativos en fieles<br />
Cristianos, cuál fue siempre la declarada<br />
razón de su presencia, …y su “nunca<br />
fementida” piadosísima intención…!<br />
Con el paso de los años y el establecimiento<br />
de otros Puertos en el área, a<br />
este primigenio, en el imaginario colectivo<br />
y para diferenciarlo de los otros<br />
nuevos, se le calificó con el descriptivo<br />
de (el) puerto viejo, pues en la comarca<br />
y para fines de la conquista-coloniza-<br />
fin de que el descubrimiento no se hiciese,<br />
tomaron la posesión de todo; 13* sin embargo,<br />
de que (el descubrimiento) no correspondía<br />
a las tierras dentro de la Gobernación<br />
de Pizarro, puesto que hasta ahora a<br />
excepción de él (Alvarado), ningún navío<br />
avía llegado; por tanto a mí me corresponde<br />
la conquista de lo de adelante (las tierras<br />
del río de Amay y las del quito), así<br />
por el descubrimiento como por las muchas<br />
costas y gastos que he hecho, como<br />
por la gente 14* que he metido en la tierra,<br />
suplico a Vuestra Majestad no permita ni<br />
consienta, que se me haga tan grande agravio;<br />
y, me dé lugar, para que yo siga con<br />
mis descubrimientos, tal como yo los hube<br />
comenzado, porque nadie como yo en ello<br />
a Vuestra Majestad podía servir”.<br />
17
ción (del área quiteña), Babahoyo, 20<br />
tomaría su lugar como embarcadero.<br />
Como “el puerto en la bahía de las<br />
carracas”; para estos y otros futuros<br />
navegantes 21 ya entonces considerado<br />
“viejo”, en donde efectivamente se establecerá<br />
–como– un “Real” de avanzada,<br />
en espera de la llegada de sus<br />
cabalgantes compañeros, con lo que<br />
“de poráy hubierende conseguido”. 22 …!<br />
Como Villa, se<br />
reasenta San Gregorio<br />
La –hoy– Ciudad; actualmente llamada<br />
(de) Portoviejo, fue restablecida, con<br />
un Expreso Mandato de Pizarro (D. de<br />
Almagro, vía Pacheco), para recibir<br />
a los colonos y expedicionarios que<br />
llegaban/“bajaban” de Nueva España/México;<br />
y, los que “subían” de<br />
Castilla /de San Miguel del Piura, para<br />
enviarlos de inmediato “pasar para<br />
20 Puerto fluvial.- Entonces llamado Santiago<br />
del Amay, la futura ciudad de Guayaquil).<br />
21 En este caso, para Alvarado y subsecuentes<br />
expedicionarios.<br />
22 “De poráy hubieren de conseguido”.- Típica<br />
expresión castiza, empleada cuando se programaba<br />
salir para la práctica de actos de<br />
bandalaje, por parte de los jóvenes, en los<br />
barrios pobres de la España de entonces…!<br />
Ref. “La culata”, ver: .<br />
23 “Pasar para arriba”.- Pasar a las comarcas<br />
del altiplano del quito.<br />
24 Como estuvo permitido que: “…asientos y<br />
doctrinas, que así establecidos, con el transcurso<br />
del tiempo y mediando una ‘Real<br />
provisión’ (Cédula Real), se convertirían<br />
en Asientos –en sus inicios–, pudiendo más<br />
tarde obtener –Insisto: vía Real Provisión–<br />
la categoría de villas; y, acaso luego la de<br />
18<br />
Tren Andino, fundación de Portoviejo<br />
arriba”, 23 lugar en el que al momento<br />
se encontraba el ya entonces Mariscal<br />
Dn. Diego de Almagro; siendo que fue<br />
restablecida, como estuvo permitido 24<br />
en esa época, con su original nombre<br />
ciudad/es, sin importar el sitio en el que se<br />
establecieran o restablecieran”; pues: “Les<br />
hera permitido a los habitantes del lugar [del<br />
asiento osriginal/Primigenio], Llevar Consigo el<br />
Nombre de la ‘Ciudad’ que hubierende fundado<br />
y de la que se mudaban”, ya que este (insisto:<br />
El nombre) Se reputaba de su propiedad…”. A*<br />
A*.- NOTA 1.- Carlos V dicta el 04 de mayo<br />
de 1534, en Toledo, una Real Provisión facultando<br />
al Gobernador Pizarro… “Por<br />
la presente doy licencia y faculto a vos, el<br />
dicho capitán Francisco Pizarro, para que<br />
cada vez y cuando os pareciere que conviene<br />
a nuestro servicio, mudarse algún pueblo<br />
de los hubiesedes poblado o poblasedes<br />
en los límites de vuestra gobernación lo podáis<br />
mudar y mudéis en la parte y sitio que<br />
vos pareciere que convenga…” (Pares-mincultura<br />
españa-. ).
de “Pila”, 25 pero en calidad de una nueva<br />
Villa y no única y solamente, como<br />
en el viejo puerto: Asiento de una Doctrinaria<br />
de la advocación de San Gregorio;<br />
para custodiar la frontera norte<br />
de la Gobernación de Pizarro; región<br />
conocida y llamada de “La culata”. 26<br />
… No tubo pues inicialmente la categoría<br />
de ciudad, ni siquiera la de villa<br />
ninguna de las fundaciones españolas,<br />
pues absolutamente todas –insisto: las<br />
fundaciones hispaniolas– se iniciaron<br />
como asientos, acaso por excepción<br />
alguna(s) como Asiento(s).-<br />
… Para abundar en el complejo tema<br />
de tratar de historiar sobre y alrededor<br />
de las fundaciones, en tierras que<br />
los conquistadores llamarían América;<br />
y, como ejemplo, he de anotar<br />
que Ambato, Guayaquil, Portoviejo,<br />
Quito, Bahía de Caraques, Ibarra, Riobamba,<br />
etc. ¡…no!,…!no…! No son los<br />
nombres originales de las –hoy– ciudades<br />
por estos “nombres” conocidas<br />
y reconocidas; pero, sí lo son los<br />
de: San Juan, Santiago, San Gregorio,<br />
San Francisco, San Pedro, San Jacinto,<br />
san… san… respectivamente. Estos<br />
personajes fueron y siguen siendo, en<br />
estos “nuestros” días, los patronos de<br />
los anotados lares.<br />
(Nota) Francisco Pizarro González vs.<br />
Pedro de Alvarado y Contreras fueron<br />
considerados pares/iguales ante la Co-<br />
25 “Pila”.- Con respecto a la pila/fuente de<br />
agua bautismal, sitio en el que se practica<br />
el rito del bautizo e impone el Nombre a las<br />
personas de confesión católica apostólica<br />
romana.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
rona, el primero como Gobernador y<br />
Capitán general del Perú* (*incluye las<br />
comarcas y territorios del actual Ecuador<br />
República), cuando por Gobernador<br />
de México y Guatemala el segundo.<br />
Pizarro, hijo de familia de modesto<br />
origen, Alvarado de casa nobiliaria<br />
(de segundo orden).<br />
Estos dos y únicamente ellos (eventualmente<br />
sus delegados, con provisiones<br />
expresas), en esta parte de las Indias,<br />
estuvieron facultados entonces por sus<br />
respectivas capitulaciones, para en el<br />
nombre del Rey poblar- asentar-fundar-<br />
“meter gente”, en las comarcas sujetas<br />
al proceso de conquista-colonización…<br />
Poma de Ayala, en la práctica reproduce un<br />
concepto, pues jamás transitó/visitó –todos–<br />
los lugares que grafica/dibuja/reproduce<br />
en su obra; por lo tanto, la grafías no son<br />
reproducciones/“planos” de lo que en 1615<br />
o antes serían, lo que él en su época llama<br />
“ciudades”.<br />
26 “La culata”.- El límite Norte de la Gobernación<br />
de Pizarro. Ver: .<br />
19
Carta autógrafa del<br />
Adelantado Pedro de Alvarado<br />
a S.M. el rey<br />
20<br />
Tren Andino, Fundación de Portoviejo<br />
… Entre tanto, con el fin de que el descubrimiento<br />
no se hiciese, tomaron la<br />
posesión de todo, sin embargo de que<br />
(el descubrimiento) no correspondía<br />
a las tierras dentro de la Gobernación<br />
de Pizarro, puesto que hasta ahora a<br />
excepción de él (Alvarado), ningún<br />
navío avía llegado; 27 por tanto, a mí me<br />
corresponde la conquista de lo de adelante,<br />
28 así por el descubrimiento como<br />
por las muchas costas y gastos que<br />
he hecho, como por la gente que he<br />
metido en la tierra, suplico a Vuestra<br />
27 … Ningún navío avía llegado… Hace referencia<br />
al curso superior del Amay (actual<br />
Babahoyo).<br />
28 Se refiere a las tierras (1er. Asiento de Santiago)<br />
del río de Amay y las del altiplano<br />
del quito.- A.G.I. Fuente primaria: Archivos<br />
españoles.- Patronato, 192, N.1, R.9.-<br />
fol. 1 Pirú 1534.-<br />
Majestad no permita ni consienta, que<br />
se me haga tan grande agravio; y, me<br />
dé lugar, para que yo siga con mis descubrimientos,<br />
tal como yo los hube<br />
comenzado, porque nadie como yo en<br />
ello a Vuestra Majestad podía servir…<br />
“Desde el Puerto de San Miguel, en<br />
quince (15) de enero” (1535).<br />
Por manera que, si realmente se dio<br />
una fundación en algún –ya desde<br />
hace mucho existente– puerto (de balseros<br />
nativos) en el sector de la Bahía<br />
donde se abastecían las carracas, esta<br />
se daría como tal personalmente por<br />
(el Gobernador) Pizarro, en alguna de<br />
sus travesías; acaso por Alvarado (el<br />
Gobernador) su igual/su par, cuando<br />
envió uno, quizá dos años antes de<br />
partir con su Armada, dos (02) naves<br />
a explorar la zona; alternativamente<br />
cuando más tarde ingresando (¿arbitrariamente?)<br />
en tierras de la gobernación<br />
del futuro Marqués, se “allegara”<br />
hasta la tierras comarcanas del<br />
quito*…<br />
(*Nota) Al lado de Dn. P. de Alvarado<br />
llegaría y combatiría Diego Centeno:<br />
(Ciudad Rodrigo 1514 – Chuquisaca<br />
1549), este personaje es uno de los que,<br />
en 1534, logró llegar a la plataforma<br />
andina de la Colta (Kulka) cucha (cerca<br />
de la actual ciudad de Riobamba; fue<br />
ballestero y arcabucero).<br />
*… Entre el Gobernador Pizarro y don<br />
Diego de Almagro concertaron, entonces,<br />
que por cuanto Hernando Pizarro<br />
hubo venido a Castilla (Perú), con miras<br />
a solicitar una Gobernación de la<br />
parte de las tierras correspondientes a<br />
el Cuzco, a favor de Dn. Diego de Almagro,<br />
desde luego las que él fuese a<br />
conquistar, se le proveyó de un capi-
tán llamado Pacheco 29 para la costa 30 de<br />
Puerto Viejo*, con el fin de que la ampare<br />
31 y, para que a toda la gente que<br />
viniese, la hiciese pasar para arriba, 32<br />
en seguimiento del anotado Mariscal<br />
Almagro. 33 (1536-37); y, que luego de<br />
varios desplazamientos/reasentamientos<br />
devendría en la Villa nueva<br />
de San Gregorio del/en el puerto viejo/viejo<br />
puerto de San Gregorio (Relación<br />
del viaje a Perú de Pedro de Alvarado.-<br />
A.G.I. Patronato, 28, R.57).<br />
Actualmente, ya no se usa el patronímico<br />
de San Gregorio (este sí, un nombre “de<br />
Pila”, a la usanza y tradición Christiana<br />
obligatorias en esa época), y se reconoce<br />
oficialmente el –bello– lugar, por su<br />
antiguo (“nombre”) descriptivo-referencial<br />
constreñido/apocopado, como<br />
Portoviejo 34 …!<br />
(Nota) La Iglesia Jamás hubiera permitido<br />
como patronímico algo semejante<br />
como: Puerto Viejo, Portoviejo, Quito,<br />
Riobamba, Ibarra, Guayaquil, Ambato,<br />
como Nombre (Bis: Patronímico) de/<br />
para que se asiente una doctrinaria;<br />
pues es, como/en la forma de doctrinarias,<br />
que absolutamente todas las en<br />
29 Se le proveyó de un capitán llamado Pacheco*<br />
(*durante el asedio del Cuzco.- Mayo 06<br />
de 1536 - marzo 1537). Ver: .<br />
30 Para la costa de Puerto Viejo* (*del/ cita/<br />
ubicada/correspondiente al puerto viejo)<br />
(* N. del A, que no, necesariamente para el<br />
Asiento/posible “arbitraria” “Villa” de San<br />
Gregorio, lugar en el que quedaban muy<br />
pocos, de los que Alvarado hubo “metido<br />
en tierra”/ “poblado”).<br />
31 Ampare.- Proteja (en contra de un –muy<br />
posible– intento de incursión de Dn. Pedro<br />
de Alvarado (me recuerda a J.J. Flores.- f. El<br />
Eco).<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
el futuro ciudades –inclusive las hoy<br />
desaparecidas–, pues en toda la desde<br />
entonces llamada América hispana, se<br />
fundaron/ asentaron como doctrinarias;<br />
y lo son, bajo el mote y en el nombre de<br />
la Christiandad, puesto que cristianizar<br />
a los herejes sería el leitmotif al amparo<br />
del que se dan las conquistas de estas<br />
tierras… (de ser leitmotiv, ¡Póngale Ud.<br />
la música!.- f. El Eco).<br />
La conquista española<br />
El anotado capitán Gonzalo de Olmos, 35<br />
vino y fundó un pueblo a una distancia<br />
de cuatro (04) leguas del mar, y lo llama<br />
Villanueva de Puerto Viejo. 36 Estando<br />
32 Pasar para arriba.- Pasar a las comarcas del<br />
altiplano del quito.<br />
33 En seguimiento del anotado Mariscal Almagro<br />
(1536-1537). Notar que a Almagro<br />
ya se le llama Mariscal y no Adelantado.<br />
34 Portoviejo. Eventualmente este “nombre”<br />
tomado por algún cronista o mapa de origen<br />
y lengua lusitanos, posterior a 1534.<br />
35 Gonzalo de Olmos.- Olmos fue hombre de<br />
Alvarado, esta la razón para que sea “mal<br />
visto”, por la gente de Pizarro.<br />
36 Villanueva A* de Puerto Viejo.- Benalcázar<br />
fue hombre de los Pizarro, como tal pretende<br />
reivindicar el “antiguo” Asiento; y, por<br />
tanto, la llama villa nueva del viejo puerto<br />
y no San Gregorio.<br />
21
37 Al que lo llamó Santiago.- No tenía ninguna<br />
posibilidad de llamarlo de otra manera/<br />
con otro nombre, pues el “derecho de prioritazgo”<br />
cedido por Alvarado a Pizarro,<br />
que lo hubo ya antes ejercido Alvarado, no<br />
permitía retroactividad!<br />
A* .- Villanueva (de San Gregorio) de Portoviejo*<br />
(*viene del primigenio/original<br />
–oficialmente–) desde 1526 fondeadero de<br />
embarcaciones españolas, a cuyos márgenes<br />
se establecería el primer Asiento y doctrinaria<br />
del ya para entonces (1534) puerto<br />
viejo (genérico descriptivo) de (de los balseros<br />
nativos ¿>1522,1524,1525?); 1526-<br />
1528, 29; 31,32,33…) las carracas; al parecer,<br />
oficialmente refundada/reasentada entre<br />
el 9 y 12 de marzo de 1535 al mando del<br />
capitán Francisco Pacheco, en un nuevo lugar<br />
al interior, cercano al originario; tanto<br />
por motivos de seguridad, cuanto y principalmente<br />
por y para desconocer el anotado<br />
primigenio Asiento, oficialmente establecido<br />
por Dn. Pedro de Alvarado…<br />
* Villa nueva.- Necesariamente implica,<br />
que antes de Pacheco (Alr. de 1535-1536),<br />
Olmos (Alr. de 1537), sin –por el momento–<br />
descartar posibles posteriores “mudas” a<br />
22<br />
las cosas así, Benalcázar quien a esta<br />
sazón se encontraba en Quito, vino y<br />
fundó otro pueblo junto al río de Amay,<br />
al que lo llamó Santiago, 37 el que está<br />
situado a cuarenta y cinco (45) leguas 38<br />
del pueblo de Puerto Viejo, y a otras<br />
tantas de San Francisco del Quito, que<br />
siendo que se fuese Benalcázar, habiendo<br />
dejado aqueste pueblo fundado, 39<br />
vinieron los indios sobre él (sobre el<br />
pueblo) y mataron a la mayoría de los<br />
cristianos, salvo dos o tres que lograron<br />
escapar, quedado el pueblo despoblado.<br />
(Nota) (Pequeña digresión/”murgo”<br />
para efectos didácticos).- San Juan de<br />
Hambato (la actual ciudad de Ambato),<br />
luego de varios pedimentos (“Ruegos”),<br />
recién fue elevada a la condición<br />
de Villa, en 21 de septiembre de 1759…<br />
Efectivamente, en fecha de 25 de Oc-<br />
tubre del año 1756, se logró obtener la<br />
requerida Cédula Real, con la aprobación<br />
del Virrey, por parte de Santa Fe<br />
de Bogotá…<br />
S.M. la Reyna de España la desconoce<br />
totalmente, declarándola nula, de<br />
ningún valor; a la vez que suscribe<br />
una nueva, elevando esta vez sí, de<br />
una manera “regular” y definitiva, el<br />
Asiento de Hambato, a ostentar oficialmete<br />
el rango de villa… ¡el día 11<br />
de octubre de 1759…! 1*<br />
(Nota) La posición de las coordenadas<br />
geográficas está dada en grados de<br />
cargo de Puelles, acaso de Olmedo de: San<br />
Gregorio en el puerto de las carracas, ya se<br />
tomo, igual que en su momento lo hiciera<br />
San Juan de Hambato, donde ya se hubo<br />
tomado –de hecho– para sí, el carácter, privilegios,<br />
inmunidades, etc., que le corresponden<br />
a una ¡villa!… (se acata pero no se<br />
cumple”, con las órdenes de España).<br />
37 Para este caso posiblemente: se trata de una<br />
“muda”/mudanza de lugar; pues Santiago,<br />
que es anterior (Santiago del Amay; y<br />
le corresponde a Dn. P. de Alvarado su primigenia<br />
fundación 1534).- Asentada como<br />
Santiago del Amay, posible lugar en alrededores<br />
de la actual ciudad de Babahoyo,<br />
por lo que a mí parecer se trataría de una<br />
“muda” (mudanza de lugar).<br />
38 Una legua castellana, entre 5.573 y 5.914<br />
metros actuales. *Una legua marina de<br />
entonces equivale a 5.555 metros actuales<br />
(tres millas náuticas). *Un grado del “cuadrante”<br />
del Mercator, equivale a aproximadamente<br />
–entre– diecisiete y diecisiete y<br />
medio (17-17.5) leguas castellanas.<br />
39 Habiendo dejado aqueste pueblo fundado.-<br />
“Metido gente española e indios propios”…<br />
1*.- Para mayor exactitud el día 17 de octubre<br />
1759, cuando la Cédula Real se registra<br />
(“inscribe”) en Madrid. Ver: .<br />
Fundación de San Gregorio en la doctrinaria/de<br />
la doctrina del puerto viejo, en esta<br />
parte de “las” mares del Sur.- Aprox. Un (1º)<br />
grado de latitud meridional y en dos (2º)
Mercator: en “un (1º) grado de latitud<br />
meridional y en dos (2º) grados de longitud<br />
occidental…”.<br />
Durante el asedio del Cuzco (mayo 6<br />
de 1536 a marzo de 1537)… Entonces<br />
escribió al capitán Alonso de Alvarado<br />
quien se encontraba en Achapudias<br />
(¿Acchupallas?) a una distancia<br />
de cien leguas de allí, escribió también<br />
una misiva al capitán Gonzalo de Olmos<br />
quien se encontraba en la provincia<br />
de Puerto Viejo (fol. 4), a una<br />
distancia de trescientas cincuenta leguas,<br />
dándole cuenta de cómo estaba<br />
la tierra, y que se decía que todos los<br />
cristianos del Cuzco estarían muertos<br />
y que él tenía noticia que se venía (a<br />
Lima en contra de ellos) una guarnición<br />
de gentes, por lo que, pedía que<br />
todos desamparasen y despoblasen<br />
los pueblos y viniesen ante él, cada<br />
uno con la gente que con ellos se encontrare…<br />
El capitán como el más cercano, de inmediato<br />
despobló el pueblo que hubo<br />
ganado y fundado, luego con toda la<br />
gente con la que se hubo asentado se<br />
fue a la ciudad de los Reyes.<br />
Al capitán Benalcázar por estar en<br />
tierras de “muy adentro”, no le fue<br />
posible partir en socorro con persona<br />
alguna.- El capitán (Francisco) de Olmos,<br />
en conocimiento del mandato<br />
[“Provisiones”] del gobernador y no<br />
queriendo despoblar el pueblo que<br />
hubo fundado, dejó en él a su hermano<br />
Juan de Olmos, para sostenerle, ya<br />
grados de longitud occidental (del Mercator);<br />
no obstante que durante el mes de marzo<br />
de 1534, Dn. Pedro de Alvarado, entre<br />
algunos otros que –de lo que hoy se conoce–,<br />
desde aproximadamente diez (10-12),<br />
acaso doce años antes lo hicieran (“Balsas”<br />
de nativos 1524?/25?/Carracas de europeos<br />
26/28, etc.), fondearía su flota (La Armada del<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
que continuamente se debía ver por la<br />
paz de aquella provincia.<br />
Olmedo fundó Villanueva (del Puerto<br />
Viejo)… Luego llegó Hernando Pizarro,<br />
quien partía para España (lleva<br />
además consigo una parte de los quintos<br />
reales del “rescate” de Atahualpa),<br />
y porque a la provincia de Puerto Viejo,<br />
a donde el gobernador (Pizarro)<br />
avía enviado al capitán Pacheco, Benalcázar<br />
por su parte enviaría a otro<br />
Capitán, que se llamaba Pedro de Puelles<br />
para que poblara (y viviese) allí,<br />
mas entre estos dos existían diferencias<br />
alrededor de quién de ellos debía<br />
residir allí, por lo que el gobernador<br />
Pizarro de inmediato despacho al capitán<br />
Diego de Olmos para que fuere<br />
y pacificare aquella provincia y viviese<br />
en ella; entonces, los dos capitanes<br />
(Puelles y Pacheco) partieron de allí, se<br />
le recomendó con mucho énfasis además<br />
a Olmos que trabajase en excavar<br />
(explotar) la mina de las esmeraldas,<br />
pues en esta provincia era donde estas<br />
se hallaban*.<br />
(Nota) Estimo se deberían hacer trabajos<br />
de prospección mineralógica, en<br />
los alrededores de: San Matheo (¿acaso<br />
San Esteban?) de Charapotó.<br />
Sur) en el área (referente por Alvarado y sus<br />
nativos informantes, conocido “Puerto de<br />
origen y destino de los balseros”).<br />
*Ver #1.- 1539 marzo 20. Carta del obispo<br />
del Cuzco Fr. Vicente de Valverde a S.M.<br />
sobre la existencia de esmeraldas en Puerto<br />
Viejo… AGI. ES.41091.AGI/16416.5.16.8//<br />
patronato, 192, N. 1, R.19<br />
23
Bibliografía<br />
A.g.i. documentos de soporte<br />
(fuentes primarias)<br />
1533.- Código de referencia:<br />
ES.41091.AGI/16416.5.16.8//Patronato, 192, N. 1, R.1.<br />
“Adelantado Pedro de Alvarado: estado en<br />
que tenía una armada”…<br />
24<br />
Alcance y contenido: 1533.- “Carta original<br />
escrita a Su Majestad por el adelantado<br />
Pedro de Alvarado, sobre el estado en que<br />
tenía una armada: que había enviado una<br />
nave y un galeón a descubrir por el Mar del<br />
Sur y que, si venían con buenas noticias, saldría<br />
con su armada y gente a poblar, en lo<br />
cual pensaba emplear sus días. Promete a<br />
Su Majestad que si vive dos (02) años será<br />
sabedor de la tierra y reinos del Estrecho de<br />
Magallanes hasta la China, teniendo para<br />
ello gruesas naos y 700 hombres de a pie<br />
y a caballo: que no tendría a mucho poner<br />
en la China las armas de Su Majestad o en<br />
otro lugar más rico y peligroso, pues se prometía<br />
tocar en la Especiería. Que el primer<br />
viaje pensaba hacerlo hacia el Estrecho<br />
(compromiso que no le fue posible cumplir,<br />
“donde que la gente del gobernador Pizarro<br />
–Almagro– le obligara a venderles su<br />
Armada”), donde poblaría en nombre de Su<br />
Majestad, y que desde allí enviaría una nao<br />
con relación de lo que había. Dice además<br />
habérsele muerto su mujer, doña Francisca,<br />
con quien le había casado Su Majestad, y<br />
suplica que, supuesto no ser viejo, Su Majestad<br />
le vuelva a casar con mujer que salga<br />
de su casa”.<br />
1534.- Código de Referencia:<br />
ES.41091.AGI/16416.5.16.1//Patronato,185,R.9<br />
Alcance y contenido: Información recibida<br />
en la ciudad de San Miguel a petición del<br />
Mariscal don Diego de Almagro, sobre que<br />
el Adelantado Pedro de Alvarado se había<br />
introducido en la gobernación de Puerto<br />
Viejo, propia de dicho Almagro, pues él la<br />
había pacificado, siendo la de Alvarado<br />
la provincia de Guatemala, pues éste con<br />
una armada que dispuso debía seguir sus<br />
rumbos hacia levante y no hacia poniente,<br />
como tenía capitulado con Su Majestad.<br />
Nota. Al parecer D. de Almagro “olvida” en<br />
su misiva a S. M. el Rey, escribirle que para<br />
1532 Alvarado ya hubo enviado dos (02)<br />
embarcaciones a explorar –y acaso “poblar”–<br />
la zona…<br />
1539.- Código de Referencia:<br />
ES.41091.AGI/16416.3.12.9//Patronato, 96, R.6<br />
Alcance y contenido: Información de los<br />
méritos y servicios de Juan Pacheco que se<br />
halló en la conquista de Quito con el adelantado<br />
don Pedro [¿de Alvarado?] de Belalcázar<br />
y de Puerto Viejo, Popayán y otros<br />
pueblos de Perú.<br />
1539.- Código de Referencia:<br />
ES.41091.AGI/16416.5.16.8//Patronato, 192, N. 1, R.24<br />
Alcance y contenido: Recomendación que<br />
hace el cabildo de la villa de Puerto Viejo<br />
en favor de Gonzalo de Olmos, que pasa a<br />
pedir a Su Majestad, en su nombre, varias<br />
cosas de gobierno y justicia, refiriéndose a<br />
una información que no aparece.<br />
1539.- Código de Referencia:<br />
ES.41091.AGI/16416.5.16.8//Patronato,192, N. 1, R.19<br />
Alcance y contenido: Dos cartas del obispo<br />
de Cuzco. 1.- 1539 marzo 20. Carta del obispo<br />
del Cuzco Fr. Vicente de Valverde a S.M.<br />
sobre la existencia de esmeraldas en Puerto<br />
Viejo. Dice que la persona que debe gobernar<br />
aquella provincia es Gonzalo de Olmos.<br />
2. 1539 marzo 20. Carta del obispo del Cuzco<br />
Fr. Vicente Valverde. Contiene información<br />
detallada sobre todos los puntos de<br />
interés eclesiástico y civil del momento en<br />
el Perú. También dice dicho obispo lo mucho<br />
que trabajó para avenir* [*consensuar]<br />
a Pizarro y Almagro.
1566-02-06 Puerto Viejo.- Código de referencia:<br />
ES.41091.AGI/16403.12.5.24.1//Quito, 20B, N. 52<br />
Alcance y contenido: Carta de los vecinos<br />
de la ciudad de Puerto Viejo al Rey, exponiéndole<br />
los agravios que han recibido por<br />
haber enviado parte de los catorce vecinos<br />
a fundar en el puerto de San Pablo.<br />
1622-01-21.- Código de Referencia:<br />
ES.41091.AGI/16403.12.6.5.1//Quito, 55A, N. 32<br />
Alcance y contenido: Expediente de Confirmación<br />
de Encomienda de Conchipa y Toal<br />
en Puerto Viejo a Antonio Castro y Guzmán.<br />
Resuelto.<br />
1622-03-22.- Madrid.- Código de Referencia:<br />
ES.41091.AGI/16403.12.3.15//Quito,212, L.4, F. 165R-<br />
165V<br />
Alcance y contenido: Real Cédula al Virrey<br />
del Perú, Marqués de Guadalcázar, para que<br />
informe de si la ciudad de San Gregorio de<br />
Puerto Viejo ha sido del corregimiento de<br />
Guayaquil, como dice Diego de Portugal, su<br />
corregidor; y, siendo así, no se la quiten ni<br />
envíen persona a regirla.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
25
26<br />
Mareando rumbo al viejo Puerto de San Gregorio.
Barloventeando<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
… Una tarde cualquiera por barlovento aparecieron, ellos con sus fantasmales<br />
gigantescas capas blancas ocultando el Sol, nosotros con unas muy<br />
pequeñas protegiendo el curi su descendiente…<br />
… Los churos, magistrales copias del universo y sus hermanos menores; los<br />
churos dueños eternos de voces maravillosas; los churos parteros milagrosos,<br />
guarida de vientos los churos;<br />
… los churos nácar madre de los mullus… mulluc churu… avisa que ya<br />
están viniendo…!<br />
RUCU yacchac(s) nos advirtieron, una era está por terminar, cansado de<br />
esperar el tiempo, se nos va para siempre, no regresara al churo, hospedará<br />
su furia en los huaycupus del trueno, en extraños seres de cuatro nan con<br />
oshotas de fierro…<br />
… El viento lo compartíamos… siempre trabajó para todos; el agua grande<br />
con sus espumas, nos dio cabida, nuevamente sería motivo y causa de nuestro<br />
ya antiguo común origen, pero esta vez…<br />
Tenía que ser a Poniente…<br />
José Lorenzo Saá Bernstein<br />
27
El censo de García Moreno<br />
28<br />
portoViejo en 1871<br />
Análisis del Empadronamiento<br />
En 1869, el presidente Gabriel García<br />
Moreno impulsó la idea de realizar<br />
un censo a nivel nacional, a fin de<br />
conocer la realidad poblacional y utilizar<br />
los resultados como herramienta<br />
para continuar con la modernización<br />
organizada de la República. Ciertamente<br />
los dotes de estadista de este<br />
presidente trajeron mucho progreso<br />
al país, particular que ni siquiera sus<br />
más duros detractores se atreven a<br />
contrariar. En efecto, el censo fue ordenado<br />
mediante Decreto Ejecutivo<br />
de fecha 7 de enero de 1871, publicado<br />
en el periódico oficial El Nacional, del<br />
11 de enero del mismo año. El art. 1<br />
del citado Decreto Ejecutivo dispuso:<br />
I<br />
Art. 1. Desde el 1 de mayo del presente<br />
año hasta el 8 inclusive del mismo<br />
mes, se formará en toda la República<br />
el censo general de su población por<br />
las autoridades y comisionados, y en<br />
la forma que designa este decreto.<br />
Las autoridades que debían realizar<br />
y supervisar la ejecución del censo<br />
eran los jefes políticos, los tenientes<br />
políticos y los curas párrocos, todos<br />
* Abogado, historiador y docente universitario.<br />
Álvaro Renato Mejía Salazar*<br />
reunidos en una comisión. La información<br />
que debía constar en el censo<br />
fue ordenada por el art. 3 del Decreto<br />
Ejecutivo, el cual expresa:<br />
Art. 3. En los días determinados en el<br />
art. 1, los comisionados formarán una<br />
lista de los que se hallen residiendo<br />
en su sección, expresando el nombre,<br />
sexo, edad, estado, ocupación si saben<br />
leer y escribir, con arreglo al modelo<br />
No. 1.<br />
Como observamos, los datos que<br />
fueron averiguados en 1871 son los<br />
mismos que todo empadronamiento<br />
debe contener para ser utilizado como<br />
instrumento de planificación estatal.<br />
Pero además de este encomiable objetivo<br />
nacional, el presidente García<br />
Moreno también aportó de forma significativa<br />
a la ciencia histórica, pues<br />
su censo comporta prácticamente una<br />
fotografía de la realidad ecuatoriana<br />
de finales del siglo XIX. Podría parecer<br />
que entre el año de realización del<br />
censo y nuestros días no existe una<br />
temporalidad dilatada. Sin embargo,<br />
no debemos olvidar que el siglo XX<br />
fue el que más cambios cualitativos<br />
y cuantitativos trajo a la humanidad;<br />
por tanto, el siglo XIX ciertamente es<br />
la puerta de ingreso a nuestro gran<br />
pasado.
II<br />
El censo de Portoviejo<br />
Al igual que la mayoría de los expedientes<br />
del Censo nacional de 1871,<br />
el que corresponde a Portoviejo se<br />
encuentra debidamente catalogado y<br />
guardado en el Archivo Nacional, ubicado<br />
en la ciudad de Quito. Consta de<br />
58 páginas de gran formato (tamaño<br />
A2), escritas a mano y su estructura<br />
se ciñe rigurosamente a las instrucciones<br />
constantes en el Decreto Ejecutivo<br />
que ordenó su realización. Para efectos<br />
de este empadronamiento, Portoviejo<br />
fue dividida en ocho secciones.<br />
La comisión del censo estuvo conformada<br />
por el jefe político, don Manuel<br />
Pinoargote, por el teniente político,<br />
don Subprivalo Macías, y por el señor<br />
cura comendador del monasterio de<br />
La Merced, el Rev. José María Viteri.<br />
Fueron censadas 3.146 personas<br />
que se encontraban residiendo en la<br />
ciudad. Apenas 137 años más tarde,<br />
la población de Portoviejo se ha incrementado<br />
muy considerablemente.<br />
Según datos proporcionados por el<br />
municipio, 1 a la fecha se encontrarían<br />
residiendo en la zona urbana del cantón<br />
alrededor de 185.976 personas. La<br />
explosión demográfica ha estado en<br />
el orden del 5.911,5%. Analizamos a<br />
continuación los resultados sociohistóricos<br />
que el censo nos proporciona.<br />
1 Información constante en la web oficial:<br />
(10-IV-<br />
2008).<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
III<br />
Generalidades de Portoviejo y<br />
su población en 1871<br />
Como se anotó, el censo divide a<br />
Portoviejo en ocho secciones. De éstas,<br />
las tres primeras se identifican con<br />
el centro mismo de la ciudad. En ellas<br />
encontramos a la clase socioeconómica<br />
portovejense más acomodada de<br />
la época, lo cual se traduce principalmente<br />
en las profesiones, ocupaciones,<br />
nivel de instrucción y conformaciones<br />
familiares de la población. En efecto,<br />
en estas tres secciones encontramos al<br />
cura párroco, al escribano, a los abogados,<br />
al preceptor, a los comerciantes, a<br />
los maestros artesanos como carpinteros,<br />
herreros, plateros, zapateros, talabarteros,<br />
etc. De igual forma, en estos<br />
sectores moraban la mayor cantidad<br />
de adultos alfabetos de la ciudad. Las<br />
mujeres de estas tres zonas constan<br />
censadas como costureras, que, dicho<br />
sea de paso, es la ocupación que se<br />
acordaba para las amas de casa que se<br />
dedicaban principalmente al cuidado<br />
de sus hogares.<br />
La cuarta sección puede ser definida<br />
como una de transición entre las tres<br />
primeras y las cuatro últimas. A partir<br />
de la sección quinta y hasta la octava,<br />
encontramos al grueso del pueblo llano<br />
portovejense de finales del XIX. Las<br />
ocupaciones se reducen prácticamente<br />
a dos, la de labrador y la de tejedora.<br />
Los profesionales desaparecen, los artesanos<br />
menguan y hacia la séptima<br />
sección también desaparecen. El nivel<br />
de analfabetismo en los adultos es muy<br />
29
alto. Las necesidades económicas en<br />
estas cuatro últimas secciones se hacen<br />
evidentes; por ejemplo, las mujeres ya<br />
no pueden solo dedicarse al cuidado<br />
de la familia, deben realizar también<br />
una labor que trajera ingresos para la<br />
subsistencia, en la especie, el tejido de<br />
la paja toquilla. Por su parte, el hombre<br />
de estas zonas se halla desprovisto de<br />
formación en artes u oficios y encuentra<br />
el sostenimiento de los suyos como<br />
labrador.<br />
Cabe resaltar esta marcada polaridad<br />
en Portoviejo de 1871. La clase<br />
socioeconómica más acomodada bordeaba<br />
los 700 habitantes, mientras que<br />
una incipiente clase intermedia, junto<br />
con las amplias clases medias-bajas y<br />
bajas, llegaban a las 2.546 personas.<br />
En este punto es pertinente aclarar<br />
que nuestro concepto “clase socioeconómica<br />
acomodada” no pretende denotar<br />
riqueza per se, sino más bien se<br />
identifica con el nivel de preparación<br />
académica y con las ocupaciones netamente<br />
liberales. 2<br />
30<br />
IV<br />
Datos estadísticos de<br />
la población de Portoviejo,<br />
1871<br />
De la información que el presidente<br />
García Moreno dispuso se averigüe<br />
en el censo, podemos extraer estadísticas<br />
científicas de la población de<br />
Portoviejo a la primera quincena del<br />
mes de mayo de 1871, así:<br />
a) Con relación a la proporción de los<br />
géneros, el censo revela que existían<br />
más mujeres que hombres residiendo<br />
en el cantón. Sin embargo, la relación<br />
apenas es de 1,08 mujeres por<br />
cada hombre, ya que se empadronaron<br />
1.635 mujeres y 1.511 hombres.<br />
b) Con relación a las edades, debemos<br />
señalar que existían más infantes<br />
que adultos. Se censaron 1.831 menores<br />
y 1.315 adultos.<br />
c) El promedio de la edad adulta bordea<br />
los 50 años. Sin embargo, el<br />
segmento principal de la población<br />
está entre los 20 y 40 años.<br />
d) La longevidad es escasa y es privilegio<br />
casi exclusivo del sexo femenino.<br />
Apenas contamos a 40 personas<br />
que rebasan los 70 años, siendo<br />
los portovejenses más ancianos: da.<br />
Baltazara Aragundi con 101 años,<br />
da. Jerónima Guillén con 100 años,<br />
da. Gertrudis Aragundi, da. María<br />
Antonia Guillén y da. Ángela Guillén<br />
con 90 años. Cabe señalar que<br />
las longevas se encontraban habitando<br />
principalmente en las tres<br />
primeras secciones del censo.<br />
e) El número de personas casadas ascendió<br />
a 539, mientras que solteras<br />
fueron 2.607. Es importante acotar<br />
que en las tres primeras secciones<br />
del censo, se perciben de manera<br />
más clara la formación de hogares<br />
con vínculo matrimonial de por<br />
medio. En las demás secciones ya<br />
se evidencian hogares vinculados<br />
por uniones de hecho y madres<br />
solteras.<br />
2 Lo cual ciertamente es indicativo de buena<br />
posición económica, en aquella época al<br />
menos.
f) Los índices de analfabetismo eran<br />
altos, circunstancia normal en la<br />
época. 2.146 personas no sabían<br />
leer ni escribir y solo 1.000 personas<br />
eran alfabetizadas.<br />
Familias de Portoviejo, 1871<br />
Del análisis de los apellidos que<br />
constan inscritos en el censo de 1871,<br />
llegamos a la conclusión de que casi<br />
todas las familias de Portoviejo –al<br />
igual que ocurre en el resto del país–<br />
se identifican con una procedencia<br />
ibérica. Esto lejos de representar purezas<br />
raciales, evidencia nuestro mestizaje<br />
fruto de la unión de los padres<br />
conquistadores con las madres indias<br />
o negras. Claro está que el hecho de<br />
portar un apellido español no comporta<br />
por sí mismo ascendencia peninsular<br />
directa, ya que existieron muchos<br />
casos en que los indígenas tomaron<br />
el apellido de sus patrones, sin existir<br />
vínculo sanguíneo entre ellos. Vale la<br />
pena mencionar que, como resultado<br />
de investigaciones realizadas por Pedro<br />
Robles Chambers, Fernando Jurado<br />
Noboa y varios miembros de la<br />
S.A.G, 3 se han descubierto los troncos<br />
españoles de muchas familias de Portoviejo.<br />
Con relación a la población<br />
3 Corporación Sociedad Amigos de la Genealogía,<br />
principal institución dedicada al<br />
estudio de la historia social patria. En sus<br />
25 años de trayectoria, posee alrededor de<br />
200 títulos publicados.<br />
4 La información sobre los troncos españoles<br />
de las familias que presentamos en esta sección<br />
ha sido obtenida del archivo del Dr. Fer-<br />
V<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
de apellido indígena, diremos que en<br />
Portoviejo encontramos pocas familias<br />
que mantenían sus apellidos ancestrales.<br />
Por otra parte, también encontramos<br />
gentes venidas desde Italia y<br />
Francia, siendo su número en extremo<br />
reducido.<br />
Es relevante señalar que a diferencia<br />
de las profesiones o tipo de ocupaciones,<br />
los apellidos no estaban concentrados<br />
en tal o cual sección del cantón.<br />
Esto significa que todos los apellidos<br />
que encontramos en Portoviejo se hallaban<br />
diseminados tanto en los sectores<br />
socioeconómicos pudientes, cuanto<br />
en los más deprimidos. También significa<br />
que no existían grupos familiares<br />
que se pudieran identificar como de<br />
clase alta o como de clase baja, exclusivamente.<br />
En consecuencia, y como ha<br />
ocurrido a lo largo de la historia, ciertas<br />
ramas de una misma familia prosperaron,<br />
mientras que otras empobrecieron.<br />
Este ha sido el germen de distanciamientos<br />
familiares, en algunos casos<br />
tan profundos, que apenas al cabo de<br />
un par de generaciones los parentescos<br />
eran negados o desconocidos. A su vez,<br />
esto ha generado en nuestra población<br />
la difundida idea de que existieron<br />
varios troncos de un mismo apellido<br />
–como para establecer diferencias–,<br />
cuando la realidad, en muchos casos,<br />
es contraria.<br />
V.I. Apellidos de origen<br />
español 4<br />
Constan inscritos en el empadronamiento,<br />
materia de nuestro análisis,<br />
232 apellidos de procedencia española,<br />
siendo los más difundidos:<br />
31
• Los Macías. Este es el apellido que<br />
más veces se repite en el censo.<br />
Fueron inscritas 212 personas así<br />
apellidadas. Los Macías son de<br />
las familias más antiguas de Portoviejo,<br />
la encontramos desde su<br />
fundación. Su tronco español es el<br />
gallego Alonso Macías y Salguero. 5<br />
• Los Mendoza. Para 1871 existían 167<br />
personas que poseían este apellido.<br />
Los que en Portoviejo lo han<br />
heredaron de forma sanguínea<br />
descienden de Juan Lorenzo de<br />
Mendoza, venido en el siglo XVII<br />
desde Castilla la Vieja. 6<br />
• Los Zambrano. 165 personas así<br />
apellidadas constan en el empadronamiento.<br />
El origen de esta familia<br />
es vasco, su tronco es García<br />
López de Zambrano, quien pasó<br />
en el siglo XVI. 7<br />
• Los Moreira. Otra de las familias<br />
muy antiguas de Portoviejo, su<br />
origen es gallego. 8 En 1871 fueron<br />
censadas 155 personas de este<br />
apellido. Cabe señalar que para la<br />
época del empadronamiento, ésta<br />
era la familia genearca por vía femenina.<br />
En efecto, llama mucho<br />
la atención el elevado número de<br />
madres de familia apellidadas Moreira.<br />
Esto trae como consecuencia<br />
que en un alto porcentaje de los<br />
nando Jurado Noboa, a quien agradecemos<br />
sinceramente su apertura y generosidad.<br />
5 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
6 Cabe la también la posibilidad de que Juan<br />
Lorenzo haya pasado a Indias desde Sevilla.<br />
Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
7 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
8 Ibíd.<br />
32<br />
portovejenses actuales –por no decir<br />
en casi todos– corre la sangre de<br />
los Moreira.<br />
• Los Cedeño. Se trata de una de las<br />
familias de origen ibérico más antiguas<br />
en Portoviejo. Su tronco es<br />
Diego Cedeño, nacido en la ciudad<br />
de Toledo. Diego pasó a Indias en<br />
1565 y se estableció en Lima, donde<br />
casó con María Manrique de Lara.<br />
Hijo de esta pareja fue Diego Cedeño<br />
Manrique, quien pasó a Portoviejo<br />
en 1592, fundando importante<br />
familia 110 personas declararon<br />
poseer este apellido en 1871.<br />
• Los Cevallos. Constan inscritos 100<br />
Cevallos en el censo. El tronco de<br />
esta familia provino de Santander<br />
y su nombre fue Miguel Cevallos y<br />
Velasco. 10<br />
• Los García. El origen común de<br />
esta familia en España radica en<br />
Galicia, existiendo también desde<br />
muy antiguo en Asturias y Burgos.<br />
Su presencia en Andalucía, tras la<br />
reconquista, es amplia. 11 En Portoviejo<br />
fueron empadronadas 95<br />
personas de este apellido.<br />
• Los Véliz (Vélez). Constan 88 personas<br />
inscritas con el apellido Véliz.<br />
Consideramos que ésta fue la manera<br />
en que el comisionado escribió<br />
el apellido, aun cuando la gente<br />
también lo escribía Vélez. Esta<br />
antigua familia tiene su origen más<br />
remoto en Cantabria. 12<br />
9 Ibíd.<br />
10 Ibíd.<br />
11 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />
12 Ibíd.
• Los Vinces. 87 personas así apellidadas<br />
fueron censadas. El origen<br />
de este apellido no es del todo claro.<br />
Si bien puede estar en los vascos<br />
Beinza, también puede estar<br />
en un grupo indígena que haya tomado<br />
como toponímico el nombre<br />
del cantón guayasense. 13<br />
• Los Molina. El tronco de esta familia<br />
es Alonso de Molina, quien<br />
pasó a principios del XVIII, desde<br />
Guadalajara, España. 14 En Portoviejo<br />
fueron censados 87 Molinas.<br />
• Los Mera. El tronco de esta familia<br />
pasó a América desde Valladolid.<br />
La familia a Portoviejo pasó desde<br />
Ambato y se trata de la misma a la<br />
que perteneció el escritor de la letra<br />
del himno patrio. 15 En 1871 se censaron<br />
65 personas de este apellido.<br />
• Los Loor. Ser empadronaron 62 personas<br />
apellidadas Loor. El tronco<br />
de este linaje vino desde Alicante,<br />
en el siglo XVIII, y su nombre fue<br />
Juan Ventura Loor. 16<br />
• Los Briones. Riojanos en su origen<br />
ibérico, pasaron a Portoviejo desde<br />
Tumaco, por el 1700. Su tronco<br />
es Juan Simón de Briones. 17 Para<br />
1871, 56 personas apellidadas Briones<br />
fueron censadas.<br />
• Los Ponce. Declararon apellidarse<br />
Ponce 55 personas. Esta familia es<br />
Andaluza, venida primero a Gua-<br />
13 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
14 Ibíd.<br />
15 Ibíd.<br />
16 Ibíd.<br />
17 Ibíd.<br />
18 Ibíd.<br />
19 Ibíd.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
yaquil, de donde pasó a Portoviejo<br />
a mediados del siglo XVIII. 18<br />
• Los Bravo. Provienen del portugués<br />
apellidado Bravo de Brito,<br />
quien pasó en el siglo XVIII. 19 50<br />
personas poseían este apellido en<br />
la Portoviejo de 1871.<br />
• Los Alcívar. Son vascos pasados en<br />
el siglo XVII. Fueron censados 47<br />
personas de esta familia. 20<br />
• Los Chávez. 47 personas apellidadas<br />
Chávez fueron empadronadas<br />
en 1871. Su origen es extremeño. 21<br />
• Los Cantos. Inscritos fueron 47<br />
personas de este apellido. Si bien<br />
el origen de esta familia es extremeño,<br />
también existieron indígenas<br />
de Jipijapa que adoptaron este<br />
apellido. 22<br />
• Los Aguayo. Fueron censados 47<br />
personas que declararon poseer<br />
este apellido. Los Aguayo más remotos<br />
son cántabros, pero al ser<br />
apellido antiguo se dispersó en<br />
toda la península, existiendo antiguas<br />
casas en Navarra, Castilla y<br />
Andalucía. 23<br />
• Los Palma. Se inscribieron 45 personas<br />
apellidadas Palma. Su origen<br />
exacto nos es desconocido. En<br />
España encuentran su génesis más<br />
remota en Cantabria. 24<br />
• Los Pinoargote. Esta familia andaluza<br />
llegó primeramente a Quito,<br />
de donde pasó a Portoviejo en el<br />
20 Ibíd.<br />
21 Ibíd.<br />
22 Ibíd.<br />
23 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />
24 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />
33
34<br />
siglo XVIII. 25 Se trata de un apellido<br />
compuesto. 26 En 1871 fueron<br />
empadronados 40 Pinoargotes.<br />
• Los Quiroz. En Portoviejo se declararon<br />
Quiroz 40 personas. Se trata<br />
de una familia asturiana .27<br />
• Los Guillén. Familia originalmente<br />
gallega, que pasó a Portoviejo desde<br />
Chimbo. 28 Fueron censados 40<br />
personas de este apellido.<br />
• Los Párraga. Originalmente gallegos.<br />
29 En 1871 se empadronaron 37<br />
Párragas.<br />
• Los Mieles. 36 personas se inscribieron<br />
declarando poseer este apellido.<br />
El apellido existe en España;<br />
pero su origen, tanto en la península<br />
como en nuestro país, nos es<br />
desconocido.<br />
• Los Menéndez. Descendientes del<br />
hidalgo Juan Antonio o Francisco<br />
Antonio Menéndez, quien pasó a finales<br />
de la Colonia. 30 33 personas de<br />
esta familia fueron empadronadas.<br />
• Los Vera. En 1871 fueron censados<br />
32 personas de apellido Vera.<br />
Originarios de Logroño, pasaron<br />
a Portoviejo desde Guayaquil, a<br />
finales del siglo XVII. 31<br />
• Los Arteaga. En Portoviejo se empadronaron<br />
30 personas de apellido<br />
Arteaga. Pasados a principios<br />
del XVIII, su tronco es Juan Bautista<br />
de Arteaga. 32<br />
25 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
26 Evidentemente, es la unión de los apellidos<br />
Pino y Argote.<br />
27 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
28 Ibíd.<br />
• Los Navarrete. Andaluces pasados<br />
a finales de la Colonia. En 1871 se<br />
censaron 30. 33<br />
• Los Castro. Gallegos en su origen. 34<br />
Fueron empadronados 30 personas<br />
de este apellido.<br />
• Los Álava. Son vascos, pasaron primero<br />
a Quito y de allí a Portoviejo<br />
alrededor de los 1700. 35 En 1871<br />
declararon poseer este apellido 25<br />
personas.<br />
El resto de apellidos de origen español<br />
no superan los 20 representantes;<br />
por este motivo, no consideramos<br />
necesario reseñarlos de forma amplia.<br />
Anotamos, eso sí, algunos de ellos a<br />
manera de ejemplos: Solórzano (10<br />
personas), Sánchez (10 personas),<br />
Ibarra (12 personas), Mora (19 personas),<br />
Holguín (12 personas), Fuentes<br />
(7 personas), Barreiro (20 personas),<br />
Gorozabel (10 personas), Roldán (9<br />
personas), Aragundi (12 personas),<br />
Guerrero (15 personas), Guadamud<br />
(11 personas), Benítez (10 personas),<br />
Burgos (18 personas), Espinales (20<br />
personas), Meza (13 personas), Salvatierra<br />
(9 personas), Herrera (9 personas),<br />
Fernández (9 personas), Sosa<br />
(11 personas), Peralta (20 personas),<br />
Intriago (17 personas), Argandoña (13<br />
personas) y Ávila (7 personas).<br />
Entres los apellidos ibéricos que<br />
con menos representantes constan en<br />
29 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />
30 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />
31 Ibíd.<br />
32 Ibíd.<br />
33 Ibíd.<br />
34 Ibíd.<br />
35 Ibíd.
el censo están: Freire, Paredes, Pazmiño,<br />
Arboleda, Cáceres, Villacís, Nieto,<br />
Villacrés, Aguilera, Albán, Bermeo,<br />
Falconí, Cabezas, Calderón, Mejía,<br />
Crespo, Acosta, Melo, Rojas, Egas,<br />
Barriga y Pérez. Es interesante caer en<br />
cuenta que estos apellidos –que apenas<br />
tienen un solo representante en el<br />
censo– son comunes en la Sierra, mas<br />
no en la Costa. La explicación, entonces,<br />
se vuelve innecesaria.<br />
V.2. Apellidos de origen<br />
autóctono<br />
El número de apellidos indígenas<br />
en Portoviejo de 1871 es escaso, apenas<br />
contamos 16. Vale la pena resaltar<br />
el caso de los Chiquito, los Ligua y los<br />
Quijije, los cuales son apellidos de antiguas<br />
e importantes familias cacicales.<br />
36 Como bien ha señalado Jurado<br />
Noboa, ya para inicios del siglo XVIII<br />
no importaba socialmente poseer un<br />
apellido que había pertenecido a un<br />
cacique. Sin embargo, no deja de llamar<br />
la atención su trascendencia en la<br />
zona hasta el siglo XIX, y aun hasta<br />
nuestros días, teniendo en cuenta el<br />
reducido número de sus poseedores.<br />
V.3. Apellidos de origen extranjero<br />
Con relación a los extranjeros en<br />
Portoviejo y en Manabí hemos escuchado<br />
varias historias, que suelen<br />
constituirse en hipótesis para tratar<br />
36 Ibíd.<br />
37 Este apellido consta escrito en el censo con<br />
una sola “L”; Vilon es un apellido francés.<br />
Pero cabe la posibilidad de que el comisionado<br />
lo haya escrito mal y que en realidad<br />
se trate del apellido autóctono Villón.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
de explicar los fenotipos que encontramos<br />
en esta provincia. Del censo<br />
de 1871 se desprende que tan solo<br />
existían 6 extranjeros, 3 italianos (Talenti,<br />
Fersa y Fallarin) y 3 franceses<br />
(Becherel, Colmout y Vilon 37 ). Como<br />
vemos, la presencia extranjera en este<br />
año es tan reducida que no podría explicar<br />
sino poquísimos casos de fenotipos<br />
europeos en la población actual.<br />
V.4. Características de<br />
las familias portovejenses de<br />
finales del siglo XIX<br />
El censo está lleno de estructuras<br />
familiares, padre, madre e hijos. Si<br />
bien existen muchos matrimonios,<br />
también existen uniones de hecho,<br />
con reconocimiento de los hijos por<br />
parte del padre en la mayoría de los<br />
casos. Las edades de las parejas están<br />
entre los 40 y 20 años. En promedio,<br />
cada hogar tenía entre 7 hijos; sin embargo,<br />
hay muchas familias donde<br />
los vástagos llegan fácilmente a 10.<br />
Expongo los casos de las parejas más<br />
prolíficas de Portoviejo de 1871:<br />
Flia. Zambrano Briones, 15 hijos, el<br />
padre es labrador. Flia. Moreira Álava,<br />
14 hijos, el padre es tejedor. Flia.<br />
Guillén Moreira, 13 hijos, el padre es<br />
labrador. Flia. Véliz Mieles, 11 hijos, el<br />
padre es labrador. Flia. Chávez Mendoza,<br />
11 hijos, el padre es tejedor. Flia.<br />
García Arteaga, 11 hijos, el padre es<br />
tejedor. Flia. Molina Moreira, 11 hijos,<br />
el padre es tejedor. Flia. Sabando<br />
Moreira Álava, 10 hijos, el padre es<br />
comerciante. Flia. García Cedeño, 10<br />
hijos, el padre es cantinero. Flia. Mieles<br />
Macías, 10 hijos, el padre es labra-<br />
35
dor. Flia. Espinales Mera, 10 hijos, el<br />
padre es labrador. Flia. Molina Molina,<br />
9 hijos, el padre es labrador. Flia.<br />
Cedeño Zambrano, 9 hijos, el padre<br />
es labrador. Flia. Vinces Macías, 9 hijos,<br />
el padre es labrador. Flia. Barreiro<br />
Vera, 9 hijos, el padre es carpintero,<br />
entre otras.<br />
Un dato interesante es que existen<br />
pocas personas que en el censo<br />
pretendieron diferenciarse del resto<br />
con el uso de apellidos compuestos<br />
o con formas particulares de escribirlos.<br />
Tales son los casos de los jóvenes<br />
comerciantes Cevallos Mera, los<br />
cuales coloca sus dos apellidos en el<br />
empadronamiento. De igual manera<br />
da. Carmen Mendoza y Cerezo, que<br />
utiliza el pomposo “y” entre sus apellidos.<br />
Da Carmen se declara costurera,<br />
en consecuencia es de suponer<br />
que pertenecía a la clase acomodada.<br />
Finalmente, en una sola sección una<br />
familia escribe el apellido Cevallos<br />
con “Z” inicial, cuando en el resto del<br />
censo se lo escribe con “C”.<br />
36<br />
Vi<br />
Ocupaciones en Portoviejo de<br />
1871<br />
Ya que hemos expuesto quiénes<br />
eran los portovejenses de 1871, nuestro<br />
trabajo sería incompleto si no analizáramos<br />
a qué se dedicaban. Según<br />
hemos anotado, la mayoría de la población<br />
se encontraba situada en las<br />
clases socioeconómicas media y baja;<br />
ello explica que las principales ocupaciones<br />
hayan sido la de tejedora de<br />
paja toquilla, con 1.091 personas que<br />
se dedicaban a esto; y, la de labrador,<br />
con 515 representantes. La tejeduría<br />
era labor principalmente de mujeres y<br />
de menores de edad. Existen casos de<br />
hombres que se dedicaban también al<br />
tejido, pero su número es reducido. La<br />
labranza, como es de esperarse, es ocupación<br />
exclusiva del sexo masculino.<br />
La labor que numéricamente continúa<br />
es la de costurera, con 120 mujeres<br />
inscritas en tal calidad. Los militares<br />
eran 32; de ellos, 22 moraban en el regimiento<br />
y eran claramente venidos<br />
de otras provincias. El resto constan<br />
empadronados en sus casas y son evidentemente<br />
naturales de Manabí. Carpinteros<br />
existían 23. Sirvientes 17, entre<br />
quienes se cuentan algunos ayudantes<br />
de los maestros artesanos. 15 eran los<br />
comerciantes en Portoviejo. Los sastres<br />
eran 12. Escribientes 10 y estudiantes<br />
igual número. Constan 9 zapateros inscritos.<br />
9 lavanderas y 7 cocineras (uno<br />
era hombre), 4 panaderas, las cuales<br />
solo eran mujeres. Herreros y plateros<br />
eran 3, al igual que los empleados. 2<br />
talabarteros y 2 tenderos. Un dato interesante<br />
es que 2 mujeres se inscriben<br />
como domésticas, lo cual significa que<br />
apenas dos familias tenían servicio<br />
doméstico así entendido y no simplemente<br />
empleados o sirvientes rasos.<br />
Encontramos también un barbero, un<br />
cigarrero, un cantinero, un músico, un<br />
curtidor, un agricultor, un arriero, un<br />
panteonero y un carcelero. Solo una<br />
persona se declara albañil, lo cual denota<br />
que las construcciones de la época<br />
no requerían esta clase de oficio, pero<br />
sí la del carpintero que trabajaba con<br />
la maderas y las cañas. Una mujer, da.
Juana Dominga Macías, de 60 años, se<br />
declaró en el censo como partera.<br />
El escribano era don Gabriel Ávila.<br />
Existían dos abogados, don Francisco<br />
Javier Parreño y don Leonardo Espinel.<br />
El preceptor era don Mariano Ubillús.<br />
El cura comendador del monasterio de<br />
La Merced era el Rev. José María Viteri,<br />
quien tenía 3 sacristanes: Gregorio<br />
Briones, Benito Cevallos y Daniel Posligua,<br />
los cuales era mayores de edad<br />
y no vivían en casa del cura. Se debe<br />
relevar el hecho de que nadie en Portoviejo<br />
se declara o consta inscrito como<br />
“hacendado” o “propietario”, esto nos<br />
hace pensar que los dueños de extensas<br />
tierras se encontraban en sus propiedades<br />
o que vivían en otras jurisdicciones.<br />
Conclusiones<br />
Vii<br />
Del análisis del censo podemos extraer<br />
dos grandes conclusiones. La primera<br />
de ellas nos revela que Portoviejo<br />
en 1871 no era sino una gran familia.<br />
Apenas 3.146 personas que, en la mayoría<br />
de los casos, mantenían parentescos<br />
o vínculos de afinidad. Una sociedad<br />
formada por gente trabajadora, donde<br />
la mujer jugó un importante papel en la<br />
dinamia económica, aun cuando haya<br />
sido de manera informal. Una ciudad<br />
donde los valores familiares estaban<br />
vigentes, donde las migraciones externas<br />
e internas pasaban desapercibidas<br />
y donde indiscutiblemente la vida cotidiana<br />
habría sido apacible.<br />
Pero, al mismo tiempo y como segunda<br />
gran conclusión, encontramos<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
a una sociedad polarizada, donde la<br />
gran mayoría de las mujeres debían<br />
tejer sombreros para ayudar a la subsistencia<br />
del hogar –sin recibir un justo<br />
pago de los exportadores–, y donde los<br />
hombres eran labradores que solo con<br />
machete en mano podían ganarse el<br />
pan diario. Solo en Portoviejo urbano<br />
existían más de 2.000 personas pertenecientes<br />
a las clases deprimidas, frente<br />
a apenas un centenar de familias medianamente<br />
acomodadas. Entonces, no<br />
nos llama la atención que en Manabí,<br />
Alfaro haya encontrado el semillero de<br />
sus montoneros.<br />
Finalmente, de las informaciones extraídas<br />
del censo hemos podido recrear<br />
a la ciudad capital de la provinciade<br />
Manabí de finales del siglo XIX. Queda<br />
entonces ratificado lo que hemos anotado<br />
al inicio del presente trabajo: el censo<br />
de García Moreno es un aporte fundamental<br />
para la historia patria, ya que<br />
representa un fiel retrato social de una<br />
época.<br />
Bibliografía<br />
Archivo Nacional, Serie Empadronamientos, (Quito).<br />
Archivo Dr. Fernando Jurado Noboa (Quito).<br />
Archivo A.R. Mejía Salazar (Quito).<br />
Página web: .<br />
37
38<br />
poder/literatura:<br />
Eloy Alfaro, Martí, Darío y Vargas Vila*<br />
Difícil es contener el peso de las<br />
ideas.<br />
Trincheras de ideas valen más<br />
que trincheras de piedras. No hay<br />
proa que taje una nube de ideas. Una<br />
idea enérgica, flameada a tiempo ante<br />
el mundo, para, como la bandera mística<br />
del juicio final, a un escuadrón de<br />
acorazados.<br />
Las palabras son de Martí y proceden<br />
de su memorable Nuestra América<br />
(1891). 1<br />
Eloy Alfaro (1842-1912) perdura<br />
hoy como la encarnación de ideas y<br />
causas programáticas fundacionales<br />
dentro del ámbito ecuatoriano. Tanto<br />
es así que ha llegado a representary resumir<br />
una buena parte (¡no toda!), de la<br />
identidad del Ecuador. Alfaro reúne en<br />
* Una primera versión de este trabajo, reducida,<br />
fue leída en el Congreso sobre “La<br />
Revolución Alfarista 1895-1995. Cien años<br />
de lucha por el cambio sociopolítico en<br />
el Ecuador”, celebrado del 17-21 de julio,<br />
1995, en la Universidad Católica de Santiago<br />
de Guayaquil. Publicado después en<br />
Gilda Holst, edit., La Revolución alfarista:<br />
100 años de lucha por el cambio sociopolítico en<br />
el Ecuador, Guayaquil, Casa de la Cultura<br />
Ecuatoriana, 1996, pp. 82-98.<br />
Humberto E. Robles<br />
Northwestern University<br />
sí las glorias del liberalismo nacional,<br />
las cualidades del visionario, del caudillo;<br />
Alfaro es el patriota y el héroe, es el<br />
indisputable “Viejo Luchador”.<br />
Cómo y cuándo Alfaro se transforma<br />
en el mito Alfaro, en el ícono de<br />
la modernidad ecuatoriana yace fuera<br />
del presente cometido. Pocos, sin<br />
embargo, cuestionarán la opinión de<br />
Alfredo Pareja Diezcanseco en cuanto<br />
a que el<br />
adelanto social, el fervor democrático,<br />
[la] legislación protectora del trabajo<br />
[y] la decisión ecuatoriana por las formas<br />
libres de convivencia… posible<br />
fueron debido al triunfo del 5 de junio<br />
de 1895. 2<br />
En esa luz, y no para mermar ni la<br />
grandeza del héroe ni de su gloria, vale<br />
recordar que el “monumento” Alfaro<br />
no excluye (¡no debería de excluir!), el<br />
atributo de una personalidad controvertida,<br />
personalidad que por razones<br />
1 José Martí, Nuestra América, prólogo de Juan<br />
Marinello, Selección y notas de Hugo Achugar,<br />
cronología de Cintio Vitier, Caracas, Biblioteca<br />
Ayacucho, 2a. ed., 1985, p. 26.<br />
2 Historia del Ecuador, Quito, Editorial Colón,<br />
1962, p. 313.
y circunstancias particulares, políticas<br />
y culturales, ocasionó reacciones de<br />
diversa índole en figuras de talla continental<br />
como José Martí (1853-1895),<br />
Rubén Darío (1867-1916) y José María<br />
Vargas Vila (1860-1933); reacciones<br />
que, ya para beneficio o perjuicio del<br />
héroe, los historiadores, salvo contadas<br />
excepciones, las han ignorado u<br />
omitido, las han dejado arrumadas,<br />
al margen de la biografía del héroe. 3<br />
De hecho, esas reacciones no cuentan<br />
en la impecable efigie colectiva de<br />
Alfaro que ha logrado propagarse e<br />
imponerse y que aún se conserva empotrada<br />
en la imaginación popular,<br />
en la gran mayoría de la nacionalidad<br />
ecuatoriana.<br />
Los juicios de uno y otro de los escritores<br />
referidos proponen al menos<br />
tres vías de rescate histórico. En primer<br />
lugar, la participación de Alfaro<br />
en los avatares de las luchas políticas<br />
3 Entre los pocos que sí han tocado el asunto<br />
figuran: Emeterio S. Santovenia, Eloy Alfaro<br />
y Cuba, La Habana, Siglo XX, 1929, pp.<br />
135-137, con referencias Martí y a Vargas<br />
Vila. Por otro lado, no obstante su gran autoridad,<br />
Jorge Pérez Concha, “Eloy Alfaro<br />
y Cuba”, en Casa de las Américas, No. 127,<br />
julio-agosto, 1981, pp. 162-166, refunde mayormente<br />
lo ya dicho acerca de Martí y Alfaro<br />
por Santovenia. A su vez, Eugenio de<br />
Janón Alcívar, El viejo luchador. Su vida heroica<br />
y magna obra. Compilacion de documentos<br />
histórico-gráfico-literarios, Quito, Empresa<br />
Editora, 1948, recoge, sin comentarios, un<br />
par de páginas de la obra de Vargas Vila,<br />
t. I, pp. 507-508. Abel Romeo Castillo, “Los<br />
amigos ecuatorianos de Rubén Darío: Montalvo,<br />
Proaño, Alfaro, y otros”, en Rubén<br />
Darío y Ecuador, Quito, Casa de la Cultura<br />
Ecuatoriana, 1968, pp. 137-146, inventaría<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
y culturales del continente. 4 Segundo,<br />
dichas opiniones remiten también a los<br />
intereses personales tanto de líderes<br />
como de “letrados,” y a la participación<br />
de los mismos en las promociones<br />
y transformaciones en las configuraciones<br />
de poder. 5 En los varios escritos<br />
a examinarse aquí, las manifestaciones<br />
del Poder, dígase Alfaro, se perfilan<br />
como plenamente conscientes del<br />
valor que pueden tener en las luchas<br />
políticas los intelectuales; estos, a su<br />
vez, de algún modo, se aprovechan<br />
de Alfaro, de su calidad de agente y<br />
estandarte, para promover proyectos<br />
políticos y culturales, y no hablar de<br />
causas particulares. Finalmente, tercero,<br />
reiterar con Ángel Rama y otros<br />
que el presunto apolitismo de la generación<br />
modernista es infundado,<br />
aun en el caso de Rubén Darío, y esto<br />
a pesar de lo que pareciera sugerir el<br />
mismo Rama (109).<br />
las amistades que Darío tuvo, o pudo haber<br />
tenido, con ecuatorianos (finalmente, tengo<br />
noticia, si bien no la he leído, de una ponencia<br />
sobre Vargas Vila y Alfaro que Horacio<br />
Hidrovo Peñaherrera leyó recientemente en<br />
un congreso, celebrando la Revolución Liberal,<br />
que tuvo lugar en Manabí, junio de<br />
1995).<br />
4 Esas luchas las ha precisado Ángel Rama,<br />
La ciudad letrada, Hanover, Ediciones del<br />
Norte, 1984, 105-135. Interesa en particular<br />
la encrucijada entre una pauta internacionalista<br />
y otra local a que hicieron frente los<br />
escritores de fines de siglo.<br />
5 Pienso aquí en Michel Foucault, Power/<br />
Knowledge, New York, Pantheon Books,<br />
1980, pp. 109-133, especialmente en sus juicios<br />
sobre la esencia y los modos de transformación<br />
en las relaciones de poder.<br />
39
40<br />
***<br />
Sabido es que Alfaro se desplazó<br />
por varios países centroamericanos y<br />
del continente. En Panamá llegó incluso<br />
a acumular en corto plazo una<br />
cuantiosa fortuna. Menos divulgada,<br />
sin embargo, es la noticia de que en<br />
1894 se acercó hasta Nueva York y que<br />
allí coincidió, entre otros, con Martí y<br />
Vargas Vila. Este último dejará constancia<br />
de ello en La muerte del cóndor<br />
(1914), suerte de tendenciosa biografía<br />
a tono epopéyico sobre el caudillo<br />
ecuatoriano. 6<br />
Harta tinta ha corrido sobre la relación<br />
de Alfaro con Cuba, y con Martí<br />
en particular. Digo harta porque la<br />
verdad del caso es que –a pesar de la<br />
amistad de Alfaro con Antonio Maceo<br />
y Máximo Gómez, próceres de consecuencia<br />
en las lides revolucionarias<br />
de Cuba– Martí se pronunció sobre<br />
Alfaro solo en dos ocasiones, y en una<br />
de ellas con cierta reticencia en cuanto<br />
a las promesas de apoyo a la causa<br />
cubana por parte del manabita. Aquél<br />
entendía que éste se hallaba involu-<br />
6 J. M. Vargas Vila, La muerte del cóndor, Barcelona,<br />
Casa Editorial Maucci, 1914. La misma<br />
obra, portando el subtítulo que dice “edición<br />
definitiva debidamente revisada y corregida<br />
por el autor”, apareció también en Barcelona:<br />
Ramón Sopena, editor, 1921. Tengo<br />
entendido que, en 1995, la editorial Libresa<br />
reimprimió en Quito la obra de Vargas Vila.<br />
No tenemos noticia, sin embargo, sobre cuál<br />
de las dos ediciones se empleó.<br />
7 Martí/Epistolario, en Obras completas, vol.<br />
20, La Habana, Editorial Nacional de Cuba,<br />
1963, p. 218.<br />
8 Martí publicó la crónica en cuestión en 1894.<br />
La Revolución de Alfaro no logra su cometido<br />
definitivo hasta el 5 de junio de 1895.<br />
crado en causas ecuatorianas que le<br />
eran más inmediatas y que le concernían<br />
más que lo que ocurría en Cuba.<br />
En una carta informe que Martí le<br />
escribió al general Máximo Gómez el<br />
25 de junio de 1894, desde Kingston,<br />
Jamaica, aquél suscribe lo siguiente:<br />
Hallé a Maceo engolosinado con un<br />
plan demasiado vasto y lento –con la<br />
ayuda de hoy, inquieta e insegura, de<br />
Eloy Alfaro empeñado en empresas<br />
que le son más cercanas, para desviar<br />
sobre Cuba un crecido contingente nicaragüense<br />
y colombiano. 7<br />
Poco después, en la revista Patria,<br />
Nueva York, 8 de septiembre de 1894,<br />
en una nota escrita con motivo de la<br />
muerte, ocurrida en Guatemala el 22<br />
de mayo de ese año, del periodista<br />
ecuatoriano Federico Proaño, se recupera<br />
el otro comentario de Martí: “El<br />
bravo Eloy Alfaro, que es de los pocos<br />
americanos de creación, lo nombró [a<br />
Proaño], cuando triunfó con él en el<br />
Ecuador la libertad, Ministro de Hacienda”<br />
(Martí, 1985, 258). 8<br />
Es inevitable pensar que Martí se refería a<br />
algún otro triunfo de la libertad en el Ecuador.<br />
Abel Romeo Castillo –véase su artículo<br />
citado, nota 3, p. 141– nos da seguramente<br />
la pista al referirnos que “Proaño marcha<br />
al Ecuador en 1883, al triunfar Alfaro el 9<br />
de julio en que el valeroso guerrillero toma<br />
Guayaquil y pone en fuga al dictador Veintimilla.<br />
Regresa a Centroamérica con el encargo<br />
de adquirir un buque para organizar una<br />
expedición de desembarco contra el régimen<br />
conservador. Y, en efecto, Proaño adquiere el<br />
“Alajuela” y, es más, obtiene ayuda económica<br />
de los presidentes Zaldívar de El Salvador<br />
y Barrios de Guatemala para acabar de<br />
financiar la expedición alfarista que fracasa
Se infiere que Martí entendía bien<br />
que a él y a Alfaro los identificaban<br />
y unían causas continentales, causas<br />
que promovían una empresa común<br />
de liberación frente a poderes reaccionarios<br />
opresivos; Martí, además,<br />
tenía plena conciencia de que la primera<br />
obligación de Alfaro era la situación<br />
política de su patria, como lo<br />
era también de la suya para el mismo<br />
Martí. Ello no impidió, sin embargo,<br />
que Martí reconociera en Alfaro la<br />
valentía al igual que la menos común<br />
capacidad de creación.<br />
Martí identifica a Alfaro, cabe conjeturar,<br />
como a uno de los verdaderos<br />
forjadores de la pauta hacia el buen gobierno,<br />
en concordancia con la máxima<br />
de que “gobernante, en un pueblo<br />
nuevo, quiere decir creador” y con la<br />
aserción de “que se imita demasiado, y<br />
que la salvación está en crear. Crear es<br />
la palabra de pase de esta generación”<br />
(Martí, 1985, 28, 31). En ese contexto, y<br />
con las reservas del caso, Alfaro sería<br />
para Martí una clara expresión de lo<br />
autóctono y auténtico, de alguien que<br />
entendía las necesidades patentes de<br />
su patria y que por esa vía comprendía<br />
hacia donde se debía encaminar el espíritu<br />
de América Latina.<br />
en Jaramijó. Desengañado de tal descalabro,<br />
Proaño regresa a Centroamérica decidido a<br />
no retornar más al Ecuador, como efectivamente<br />
así sucede”.<br />
9 Sabiendo que Darío inició su colaboración<br />
con La Nación de Buenos Aires en 1899, y<br />
puesto que Darío habla en Films de París, en<br />
cuestión de que iba a cumplir 25 años como<br />
corresponsal del diario bonaerense, y recordando,<br />
además, que Alfaro murió en febrero<br />
de 1912 y Darío, a su vez, en febrero de 1916,<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
***<br />
Ahora bien, son precisamente las<br />
cualidades de autóctono y auténtico,<br />
pero filtradas y cuestionadas a través<br />
de la lente de un sentido de cosmopolitismo,<br />
modernización y progreso<br />
anclado y definido en Europa, las que<br />
en un texto de Rubén Darío transforman<br />
despectivamente al “bravo”<br />
Alfaro –de valiente y de uno “de los<br />
pocos americanos de creación”– en<br />
un bárbaro. Pero más que esa implícita<br />
oposición entre internacionalismo<br />
y nativismo, y sus muchas variantes,<br />
que se plantea por todo el modernismo<br />
y aun hasta nuestros días, atañe<br />
historiar aquí el escrito de Darío teniendo<br />
en cuenta las conexiones de<br />
éste con Alfaro y con al menos otra<br />
figura del poder liberal ecuatoriano,<br />
el general Leonidas Plaza Gutiérrez<br />
(1866-1932).<br />
Hacia 1914, a punto de cumplir<br />
sus bodas de plata como colaborador<br />
de La Nación de Buenos Aires, Darío<br />
hizo público uno de sus Films de París.<br />
9 El escrito consiste en dos partes,<br />
una titulada “Advertencia” y la otra<br />
“Eloy Alfaro”. Salvo por la referencia<br />
optamos por revisar los años de 1912-1916<br />
de La Nación. La búsqueda resultó infructuosa.<br />
Por lo demás, ninguna de las bibliografías<br />
accesibles sobre Darío registran este<br />
artículo. Además, cuando la revista de vanguardia<br />
Cervantes, Madrid, abril 1918, 1-6,<br />
reprodujo el artículo, póstumamente, no<br />
indicó la fuente original. Por cierto, Arnold<br />
Arnaud del Greco, Repertorio bibliográfico del<br />
mundo de Rubén Darío, New York, Las Américas<br />
Publishing Co., 1969, no lo recoge. Resulta<br />
instructivo al respecto que del Greco<br />
no lo haya encontrado ni en Mundial ni en<br />
Cervantes, y esto a pesar de fichar ambas re-<br />
41
en una y otra sección a eso de “tierras<br />
cálidas” y “tierra caliente” –expresiones<br />
llevadas casi a un nivel de<br />
concepto en tanto se trata de algo de<br />
“por allá”, y en tanto remite a un estilo<br />
de vida que Darío, en el fondo,<br />
pronuncia despreciable–, no hay mayor<br />
conexión entre los dos apartados.<br />
Los comentarios que Alfaro incita en<br />
Darío y, también, las posibles razones<br />
que los motivan son ilustrativos.<br />
Conviene recordar primero, sin<br />
embargo, que en enero de 1902, en la<br />
revista Hojas Sueltas de Barcelona, Darío<br />
publicó una crónica laudatoria con<br />
motivo del reciente ascenso de Plaza<br />
al poder ejecutivo del Ecuador (1901).<br />
¿Fue comisionado el artículo? No lo<br />
podríamos afirmar. Sea como fuere,<br />
el perfil que Darío entrega de Plaza, a<br />
quien aquél refiere haber conocido en<br />
Nicaragua hacía algunos años, es el de<br />
un militar distinguido, talentoso, un<br />
hombre de carácter admirable, civilizado<br />
–todo lo opuesto a la reprensible<br />
“leyenda del cruel cacicazgo [identificado]<br />
con las presidencias hispanoamericanas”<br />
que Darío dice vituperar.<br />
vistas durante los años que interesan. El que<br />
no lo documente como un texto que apareció<br />
en Cervantes sí nos resulta extraño, especialmente<br />
en vista de que tenemos a mano<br />
una fotocopia del artículo. Seguramente<br />
esto se deba a que del Greco, en lo que toca<br />
a las dos revistas en cuestión, pareciera repetir<br />
lo que Carlos Lozano, Rubén Darío y el<br />
modernismo en España, 1888-1920, New York,<br />
Las Américas Publishing Co., 1968, ya había<br />
recopilado, y éste, sin duda, no tuvo acceso<br />
a la colección completa de Cervantes.<br />
10 Este –recogido también por Abel Romeo<br />
Castillo, si bien éste parece confundir el año,<br />
dice 1914, ver nota 3– apareció originalmen-<br />
42<br />
Para Darío, Plaza se constituye en<br />
una suerte de continuación del espíritu<br />
letrado que se asocia con la figura<br />
ilustre de un Francisco de Miranda<br />
(1750-1816). Más aún, Darío acredita<br />
en buena parte sus juicios mancomunando<br />
a Plaza con Montalvo, con<br />
Proaño y con Alfaro. Plaza es la negación<br />
del “despotismo primitivo” (dígase<br />
barbarie) tan manifiesto en los<br />
gobernantes hispanoamericanos; Plaza<br />
apunta hacia “los nuevos rumbos”<br />
(entiéndase civilización) que habría<br />
que seguir en América Latina (898).<br />
En el susodicho Films de París, sin<br />
embargo, ese mismo Alfaro que había<br />
servido de respaldo para enaltecer la<br />
figura de Plaza, y que solo un par de<br />
años antes Darío había identificado en<br />
otro escrito como uno de los dos “prohombres<br />
ecuatorianos”, 10 se transforma<br />
en manos del propio Darío en un<br />
“General –¡ay!– que tuvo el romanticismo<br />
de las tiranías”, en un “tiranuelo”,<br />
en un “sátrapa”, en un “caudillo<br />
obtuso”, en un “politiquillo”, en un<br />
“calculador, calculador de gentes” que<br />
“hizo morir mucha gente. Hizo desterrar<br />
mucha gente. Y él mismo fue un<br />
eterno desterrado, hasta cuando ocupó<br />
la Presidencia de la República”(4-5).<br />
Se trata, claro está, de un evidente<br />
proyecto para denigrar e injuriar a<br />
te en el ensayo “Ecuador”, en Mundial París,<br />
marzo de 1912; después Darío incorporó ese<br />
texto como uno de los capítulos de su Prosa<br />
política (Las repúblicas americanas), t. XIII de<br />
sus Obras completas, Madrid, editorial Mundo<br />
Latino, 1918, 161-169 (téngase en cuenta<br />
que hacia marzo de 1912 acababa de morir<br />
horrendamente asesinado Alfaro).
Alfaro, para contrarrestar su memoria<br />
y la consecuente amenaza que la misma<br />
suponía en las luchas ideológicas<br />
del Ecuador. Mas la cuestión es cómo<br />
Darío lleva a cabo su objetivo y por<br />
qué sometió la autoridad de su pluma<br />
a la autoridad del poder Ejecutivo<br />
ecuatoriano, a la tarea de vilipendiar<br />
a Alfaro.<br />
El procedimiento es algo similar<br />
al que se observa también en la silueta<br />
sobre Plaza, salvo que aquí resalta<br />
una patente actitud negativa. Darío<br />
recurre a la anécdota, en este caso a la<br />
referencia sobre cómo conoció a Alfaro<br />
en el sepelio de José María Castro<br />
(1818-1892), benemérito expresidente<br />
de Costa Rica. Antes de precisar detalles<br />
sobre ese encuentro con Alfaro,<br />
Darío procede, sin embargo, a interpelar<br />
al lector dictándole un doble<br />
marco ideológico. En el primero avisa<br />
a su cosmopolita público de Buenos<br />
Aires que les va a relatar un incidente<br />
biográfico que le ocurrió a él en un<br />
mundo de “tierra caliente”, pero que<br />
para entenderlo importa tener “comprensión<br />
del medio”; por eso amonesta<br />
a sus lectores que tengan presente<br />
su “intelecto en ese medio”, el intelecto<br />
de Darío, se entiende, intelecto<br />
que él, Darío, auto proclama como<br />
“Prosas profanas en tiempo de Rozas<br />
(sic)”. 11 El segundo marco ideológico<br />
resulta una suerte de prefacio para la<br />
anécdota sobre Alfaro que Darío va a<br />
relatar. A aquél lo conceptúa allí como<br />
11 Juan Manuel Ortiz de Rosas (1793-1877),<br />
dictador, general y político argentino. Hasta<br />
los tiempos de Darío no era raro escribir el<br />
apellido del mismo con “z”, Rozas.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
a un “hombre anciano y fatal que no<br />
murió ni en la belleza de la idea ni en<br />
el batallón de su carrera” (3-4).<br />
Solo después de haber establecido<br />
esas premisas (inclusive la reciente<br />
muerte de Alfaro), se procede<br />
a representar a Alfaro y a propinarle<br />
atributos y conexiones personales que<br />
rezuman una agenda política y cultural<br />
por parte de Darío –agenda que<br />
responde a la específica circunstancia<br />
histórica ecuatoriana y que, de hecho,<br />
se explaya y remite al horizonte hispanoamericano.<br />
Darío empieza por caricaturizar la<br />
figura física de Alfaro:<br />
Un viejo, bajito, canoso, con una barbilla<br />
Napoleón III, tímido, ojos de ardilla,<br />
andaba por allí rodando y haciendo<br />
revolución; pues ese desventurado<br />
político de nuestra criolla sociabilidad<br />
hispanoamericana, de “por allá”, era<br />
la encarnación de lo que dejó en literatura<br />
Montalvo. 12<br />
Más adelante comenta Darío, con<br />
evidentes rodeos, que se dice del “obtuso”<br />
Alfaro que éste “enviaba cheques<br />
de vida a Juan Montalvo a París” (5).<br />
Darío pormenoriza que Alfaro<br />
[t]uvo dos águilas encadenadas. Es<br />
decir, una, Montalvo, porque Vargas<br />
Vila desde el fondo exclusivo y egoísta<br />
de su genio, me dijo, y podría recordar<br />
12 Esa alusión no podría ser más injuriosa–parece<br />
evidente que lo que pretendía Darío era fijar<br />
correspondencias entre Alfaro y los dictadores<br />
ecuatorianos a quienes Montalvo vituperó,<br />
especialmente a Veintimilla en Las catilinarias<br />
(1880-1882).<br />
43
44<br />
hasta sus palabras, el desdén que le<br />
inspiraba su favorecedor, muy mediocre<br />
de Roma. Por otra parte, cuando<br />
Vargas Vila revele cosas…(5).<br />
La crónica se cierra exponiendo<br />
que Alfaro “era un anciano inquieto,<br />
cuya presencia era un síntoma de<br />
nerviosidad en cualquiera de aquellas<br />
repúblicas pequeñas”. Darío se interroga<br />
qué elogio podría hacerle él al<br />
caudillo ecuatoriano. A lo cual responde,<br />
y con no poco de escarnio, con lo<br />
que él dice ser una “oración fúnebre”<br />
in memorian, “oración fúnebre” que no<br />
es más que un dictamen que reduce a<br />
Alfaro a ni más ni menos que a “–¡Un<br />
gaucho en el Chimborazo!” (4-6).<br />
El porqué Darío rindió su pluma<br />
para denigrar a Alfaro “podría” entendérselo<br />
en términos de su presunta<br />
identificación con un proyecto social<br />
continental que proponía la modernización<br />
y el cosmopolitismo frente<br />
a intereses locales y frente a caudillos<br />
vistos como primitivos y retrógrados.<br />
Y podría también añadirse, en beneficio<br />
y justificación de Darío, que la representación<br />
que éste hizo de Alfaro<br />
respondía a un ideal americano continental,<br />
ambiguo y paradógico, que<br />
se amparaba en el presunto valor positivo<br />
del progreso, identificado éste<br />
con las pautas de lo que ese progreso<br />
significaba para la metrópoli.<br />
Igualmente plausible, sin embargo,<br />
y ya teniendo en cuenta las luchas<br />
ideológicas ecuatorianas y de allende,<br />
es que Darío haya sometido la autoridad<br />
de su pluma por razones puramente<br />
personales que a la larga sugieren,<br />
por contigüidad, que el letrado<br />
está sujeto y se adhiere como cualquier<br />
otro a intereses y complicidades<br />
del poder hegemónico. Uno de los<br />
ardides del intelectual de esa calaña<br />
sería también, y ello no constituye sorpresa<br />
alguna, la de legitimar el poder<br />
de un gobierno en vigencia. Y era Plaza<br />
quien en aquel momento se hallaba<br />
en la silla presidencial ecuatoriana.<br />
Largo sería entrar aquí en la “guerra<br />
civil” que se libró dentro del Partido<br />
Liberal ecuatoriano entre alfaristas<br />
y placistas. Mas no se descarte el<br />
poder subversivo que las ideas colectivas<br />
y el programa de gobierno que<br />
representaba la figura de Alfaro seguían<br />
teniendo; aun muerto, aquéllas<br />
se mantenían en vigor y no dejaban<br />
de constituir una amenaza al sistema<br />
de poder instituido. Para entender<br />
bien la situación, no habría más que<br />
inventariar las muchas montoneras<br />
y levantamientos insurgentes que en<br />
nombre de “la alfarada” se propugnaron<br />
en contra del régimen que dominaba<br />
en Quito (baste recordar los<br />
nombres de caudillos como Montero,<br />
Concha, Bowen, Serrano y Lastre, entre<br />
otros).<br />
Darío se alineó implícitamente, por<br />
qué dudarlo, con Plaza. El precio no lo<br />
sabemos. Claro está, sin embargo, que<br />
en su anécdota sobre Alfaro, Darío trató<br />
de protegerse de cualquier presunta<br />
o legítima acusación, arropándose con<br />
el manto del hombre culto y cosmopolita<br />
que defendía la “civilización” frente<br />
a la “barbarie”. Él, Darío, era “Prosas<br />
profanas en tiempos de Rozas”; Alfaro<br />
sería, siguiendo al revés esa analogía,<br />
un gaucho más como Rosas. “Un
gaucho en el Chimborazo”. La correspondencia<br />
Rosas: Alfaro no podría ser<br />
más contundente. De ese modo, alusivamente,<br />
Darío identifica a Alfaro con<br />
los atributos del caudillo Juan Manuel<br />
de Rosas que Esteban Echeverría y D.<br />
F. Sarmiento, e.g., ya habían condenado<br />
en “El matadero” y en Facundo, respectivamente<br />
(pero téngase en cuenta<br />
que por esa vía –quizá a despecho de<br />
Darío– y como para complicar su ubicación<br />
en el contexto de ese pasado<br />
histórico, Alfaro empalma también<br />
con la figura del Libertador. ¿Acaso<br />
Sarmiento, en la “Introducción” a su<br />
célebre obra, no identificó “al inmortal”,<br />
al “gran Bolívar”, dentro de esa<br />
tradición?).<br />
En todo caso, insinuamos antes<br />
sobre “el precio” de los comentarios<br />
de Darío porque hay una serie de factores<br />
insinuantes que probablemente<br />
alentaron, y precisamente en 1914, la<br />
publicación de Films de París en que<br />
figura Alfaro. Resulta que ese mismo<br />
año, y ello es al menos sugestivo –especialmente<br />
a la luz de lo que dice<br />
Darío sobre Vargas Vila en el escrito<br />
en cuestión–, se anunciaba La muerte<br />
del cóndor, la apasionada y tendenciosa<br />
biografía, a tono epopéyico, que escribió<br />
Vargas Vila sobre Alfaro.<br />
O bien por vía directa, o gracias a<br />
quien se lo comunicare, Darío debía de<br />
estar al tanto de que el libro de Vargas<br />
Vila era un enaltecimiento del héroe<br />
y no, como él mismo maliciosamente<br />
lo insinuaba en el susodicho Films de<br />
París, un agravio que pondría de manifiesto<br />
“el desdén que le inspiraba su<br />
favorecedor,” Alfaro, a Vargas Vila.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
¡No hay tal cosa!<br />
Bien visto el asunto, pues, es lícito<br />
conjeturar que Darío no se proponía<br />
otro objetivo que desvirtuar y desprestigiar<br />
de antemano el libro que<br />
Vargas Vila venía anunciando. La politiquería<br />
que rezuma del discurso del<br />
célebre nicaragüense no podría ser<br />
más clara. Pero, otra vez en favor del<br />
magno Darío, no se olvide que en 1914<br />
éste se hallaba ya en plena decadencia<br />
física; y sabido es, también, que vivía<br />
sus aristocráticos lujos gracias al apoyo<br />
de reyes burgueses. ¿Y por qué no<br />
entre estos los afectos a Plaza?<br />
***<br />
La muerte del cóndor es precisamente<br />
eso, un elogio de Alfaro, un<br />
verdadero panegírico, rebombante de<br />
incontenida admiración conforme se<br />
lo aprecia en las siguientes frases de<br />
Vargas Vila:<br />
Cuando esos pueblos, cercanos al trópico,<br />
sacudiendo sus cadenas, vuelvan<br />
a tener conciencia de sí mismos… mirarán<br />
la sombra augusta de ese Grande<br />
Hombre desaparecido, como el más<br />
alto Símbolo de Libertad, surgido bajo<br />
sus cielos, después de que los Héroes<br />
de la Independencia, se durmieron en<br />
sus tumbas; porque Eloy Alfaro, fue<br />
eso: el HOMBRE SÍMBOLO; el más<br />
alto y más genuino representante, del<br />
tipo heroico, más reflexivo, más puro,<br />
y más completo, que aquel que soñó el<br />
cerebro atormentado de Carlyle.<br />
Alfaro, fue el guerrero-apóstol; la encarnación<br />
del héroe idealista, en su<br />
más prodigiosa y noble realización;<br />
solo tres hombres significativos, tres<br />
encarnaciones de pueblos, han surgido<br />
en América después de Bolívar.<br />
45
46<br />
Benito Juárez.<br />
José Martí.<br />
y, Eloy Alfaro;<br />
y, a Alfaro, le tocó ser el último Libertador,<br />
en un mundo que ha apostatado<br />
tan cobardemente la Libertad; (1914,<br />
43-44).<br />
La diferencia con lo expresado por<br />
Darío no podría ser más patente. Patente<br />
es también que por ningún lado<br />
de la obra de Vargas Vila se insinúa<br />
“desdén” alguno hacia Alfaro. Esto lo<br />
reservó, ¡y con creces!, para Leonidas<br />
Plaza, de quien dice Vargas Vila que si<br />
a algún grupo pertenece,<br />
pertenece, a los rastreros, a los silenciosos,<br />
a los vertebrados inferiores; es<br />
de la raza de las víperas; Plaza es un<br />
asqueroso embrión … repugnante …<br />
larvado … Plaza, rompe con el molde<br />
de lo pequeño, para entrar en lo ínfimo<br />
… Plaza [es] decadencia, física,<br />
decadencia moral, atrofia intelectual;<br />
un residuo de raza en descomposición<br />
(1914, 125-27).<br />
Todo el fanático e inflexible partidismo<br />
promulgado por alfaristas y<br />
placistas se pone allí de manifiesto.<br />
La diatriba es agente de la ideología.<br />
El servicio de la pluma de letrados a<br />
los intereses y manipulaciones de un<br />
sistema de poder son irrebatibles. Es<br />
el mismo Vargas Vila, sin embargo,<br />
quien en el prólogo a la segunda edición<br />
de su libro, en 1921, se encarga<br />
de documentar hasta qué punto la<br />
letra participó en la encarnizada y<br />
fratricida lucha de los liberales ecuatorianos.<br />
Plaza, anuncia Vargas Vila,<br />
“había podido arrojar al Héroe fuera<br />
de la Vida, pero, no podía arrojarlo<br />
fuera de la Historia; … había podido<br />
hacerlo entrar en la tumba, pero,<br />
no había podido hacerlo entrar en el<br />
Olvido” (1921, XI). Silenciar e injuriar<br />
la memoria de Alfaro era el objetivo.<br />
Por eso, cuando primero apareció La<br />
muerte del cóndor (1914), el poder instituido,<br />
el Estado ecuatoriano –refiere<br />
Vargas Vila en el “Prefacio” a la “edición<br />
revisada y corregida” de 1921–<br />
movilizó contra la edición príncipe<br />
del libro todos los medios de expresión<br />
a su alcance (1921, VII-XXV). ¿Incluso<br />
la autoridad y el prestigio de la<br />
pluma de Rubén Darío?<br />
Que la idea Alfaro no claudicó<br />
y que siguió siendo un vigente grito<br />
subversivo de lucha en el Ecuador<br />
lo comprueba la historia. Que se<br />
persistió en desacreditarlo, igual. La<br />
disputa sobre la memoria de Alfaro<br />
no oculta su verdadero cometido, la<br />
lucha por el poder. Una ilustración bibliográfica,<br />
parcial, la clarifica.<br />
En 1912, Porfirio Bárbara Jacob<br />
dio a luz en Madrid su edición de los<br />
Siete tratados de Montalvo. La conexión<br />
Alfaro/Montalvo era archisabida y<br />
no podía ir sino en contra del grupo<br />
liberal identificado con Plaza. Asimismo,<br />
en 1916, Raúl Andrade publicó en<br />
Nueva York su Vida y muerte de Eloy<br />
Alfaro. En 1917, a su vez, Rufino Blanco<br />
Fombona incluyó a Montalvo entre<br />
sus Grandes escritores de América, editado<br />
en Madrid.<br />
Dentro de ese ámbito, cabe preguntar,<br />
por ejemplo, si fue mera coincidencia<br />
que la revista de vanguardia<br />
madrileña Cervantes, a principios de<br />
1918, reimprimiera póstumamente
Films de París en que Darío había vilipendiado<br />
la figura de Alfaro. Seguramente<br />
no, especialmente si se tiene<br />
en cuenta que el crítico quiteño César<br />
Arroyo –quien en ese entonces se<br />
desempeñaba desde ya hacía varios<br />
años como representante consular del<br />
gobierno ecuatoriano en España– era,<br />
junto con Rafael Cansinos-Asséns, codirector<br />
de Cervantes.<br />
¿Quién se impuso en esa lucha de<br />
las palabras por la “esfera pública”?<br />
(valga la alusión a Habermas). Claro<br />
está que en el Ecuador, y más en la<br />
Costa y en Manabí, la figura de Alfaro<br />
ha logrado con el tiempo proporciones<br />
míticas.<br />
Ahora bien, de todo lo expuesto se<br />
deriva por vía directa que el poder dominante<br />
y la cultura letrada instituida<br />
se corresponden, según y conforme<br />
a participación en una causa mutua,<br />
a intereses personales o a intereses<br />
ideológicos promoviendo un interés<br />
social. El presunto apolitismo de los<br />
modernistas, y de Darío en particular,<br />
es cuestionado aquí una vez más; y,<br />
como juicio lato, resulta equívoco. A<br />
su vez, las maquinaciones del poder<br />
hegemónico y de la representación de<br />
ese poder, el líder político, en su función<br />
de mecenas de intelectuales, caso<br />
Vargas Vila, es igualmente irrefutable.<br />
Ni en el caso de Darío ni en el de<br />
Vargas Vila cabe hablar de un discurso<br />
contestatario, representativo de grupos<br />
emergentes, al margen del poder.<br />
Lo que queda en claro es que si<br />
bien Alfaro se halla presente en los<br />
escritos de Martí, Darío y Vargas Vila,<br />
la actitud de cada cual difiere confor-<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
me a la causa política y cultural que<br />
auspicia el uno, y a los intereses personales<br />
del otro. Los juicios en cada<br />
caso responden a una perspectiva determinada<br />
que exige ubicación dentro<br />
del contexto histórico.<br />
Queda claro que, en los casos de<br />
Darío y Vargas Vila, la letra es un instrumento<br />
del poder; y, que lo que en el<br />
fondo rezuma de los varios escritos es<br />
la disputa por la esfera pública en que<br />
se mueven y desenvuelven las ideas<br />
que afectan la vida política de la ciudadanía,<br />
disputa por la opinión pública<br />
que a la vez, por contigüidad, alude a<br />
una preocupación por el destino y la<br />
pauta a seguir de América Latina. Este<br />
último factor se lo evidencia y sintetiza<br />
por medio de múltiples disposiciones<br />
antitéticas: continentalismo/nativismo;<br />
arielismo/calibanismo; cosmopolitismo/tierras<br />
calientes; y, poder/literatura<br />
–en fin, la crisis que representa<br />
el paso a la modernidad. 13<br />
***<br />
Y para concluir con Martí, está<br />
claro que una idea es difícil de atajar.<br />
La idea Alfaro perdura precisamente<br />
porque llegó a constituirse en una<br />
expresión indeleble de su tiempo. No<br />
así la anécdota de Darío. Y tampoco la<br />
de Vargas Vila. Tampoco la de Vargas<br />
Vila debido a la redundante exalta-<br />
13 Además del citado libro de Ángel Rama,<br />
véanse sobre el tema los estudios de Aníbal<br />
González (La crónica modernista hispanoamericana,<br />
Madrid, José Porrúa Turranzas, 1983);<br />
y, de Julio Ramos (Desencuentros de la modernidad<br />
en América Latina. Literatura y política en<br />
el siglo XIX, México, DF, Fondo de Cultura<br />
Económica, 1989).<br />
47
ción del héroe y a la diatriba sin más<br />
de contrincantes que resulta hoy una<br />
extensión y un previsible instrumento<br />
más de los medios del poder. No<br />
obstante, Alfaro sigue vigente. Tanto<br />
es así que los ideales que él representa<br />
permiten que aun en 1979/1981 se<br />
escriba con exaltación acerca de su<br />
inquebrantable identificación con la<br />
causa cubana de fines del siglo pasado<br />
y, por extensión, con la de la Cuba<br />
de solo quince años ha. 14<br />
Por eso y por muchas razones<br />
más, y en vista del centenario de la<br />
14 Así el mencionado artículo de Jorge Pérez<br />
Concha, nota 3, que primero fue una “conferencia<br />
sustentada en la isla de la Juventud,<br />
por invitación del Instituto Cubano de<br />
Amistad con los Pueblos (ICAP), el 23 de<br />
enero de 1979”, p. 162.<br />
48<br />
Revolución Liberal de 1895 que el líder<br />
de Montecristi capitaneó, Alfaro<br />
exige una nueva lectura crítica. Hay<br />
que ver a Alfaro no solo para izar un<br />
estandarte provinciano de grandeza o<br />
de patriotismo local –manabita, costeño<br />
o ecuatoriano–, sino para volver<br />
a indagar y formular y recuperar su<br />
figura en tanto nos anima a realizar<br />
una visión del futuro que arranque,<br />
sí, de la suerte inmediata de estas tierras,<br />
pero que se proyecte hacia una<br />
visión iberoamericana y global.
orígenes de los zeVallos en el eCuador<br />
Advertencia al lector<br />
En 1995 apareció la obra Zevallos en<br />
Portoviejo y Guayaquil, de Juan Zevalos<br />
Chevasco que recogió algunas líneas<br />
de este antiguo apellido diseminado<br />
en las actuales ciudades costeñas de<br />
Portoviejo y Manabí; trabajo que en<br />
varias líneas e información adicional<br />
fue completado por Fernando Zevallos<br />
Ross con otro similar, el mismo<br />
que se publicó en 1996. Ambos trabajos<br />
recogen información interesante,<br />
aunque incompleta, sobre esta familia<br />
que se ha dispersado por los diversos<br />
rincones del país.<br />
Ello nos ha motivado a preparar<br />
una obra de próxima aparición que se<br />
titulará “Los Zevallos en el Ecuador”,<br />
que recopila y actualiza una vasta información<br />
histórica y genealógica del<br />
sinnúmero de miembros de este apellido.<br />
Sin embargo, en esta entrega<br />
ofrecemos una pequeña síntesis de lo<br />
que será nuestra obra.<br />
Preliminar<br />
El apellido Zevallos, con sus variaciones<br />
Zeballos, Cevallos o Ceballos,<br />
es uno de los más difundidos en<br />
Iberoamérica; y proviene de Castilla,<br />
de la merindad de Trasmiera (Santander),<br />
desde donde se extendió por<br />
Javier Gomezjurado Zevallos*<br />
toda la península y posteriormente a<br />
América. Se origina en época de la<br />
Reconquista y la guerra contra los moros,<br />
en que se decía que había que dar<br />
de darles de comer hasta el hartazgo<br />
* Historiador, Doctor en Sociología y Ciencias<br />
Políticas y Magíster en Desarrollo. Docente<br />
Universitario. Miembro Correspondiente de<br />
la Academia Nacional de Historia, y de la<br />
Academia Nariñense de Historia. Autor de<br />
varios libros y artículos monográficos sobre<br />
temas históricos, genealógicos, sociológicos y<br />
costumbristas. (jgomezjurado@gmail.com).<br />
49
50<br />
(a los musulmanes) para que les sea<br />
más difícil defenderse y así vencerlos<br />
con facilidad. 1<br />
Provendrían de Ossana, la hija de<br />
un antiguo rey visigodo, la cual nació<br />
por el año 660 y quien casó con Febo,<br />
hermano del duque Erducio. 2 Sin embargo,<br />
su línea genealógica se remonta<br />
a Fernán García, Señor de Cevallos,<br />
quien vivió por el año 1097 y fue casado<br />
con Estefanía de Armengol. Su tataranieto<br />
Ruy González de Cevallos,<br />
nacido hacia 1195, fue el primero que<br />
firmó Cevallos; estuvo casado con Teresa<br />
González Girón y Rodríguez de<br />
Lara y dan origen a los Cisneros y a<br />
los Cevallos. 3 Solo a manera de curiosidad,<br />
sus armas universales son: en<br />
campo de plata, tres fajas de sable;<br />
bordura jaquelada de oro y gules en<br />
1 Cfr. .<br />
2 Salvador de Moya, “Familias Reais”, en<br />
Anuario Genealógico Brasileiro, Río de Janeiro,<br />
Edicao da <strong>Revista</strong> Genealógica Brasileira,<br />
1947, p. 6.<br />
3 Fortunato Escribano de la Torre, Peñafiel,<br />
Notas históricas, Valladolid, Estudios Peñafielenses,<br />
Castilla y León, 2a. ed., 1977, p.<br />
180.<br />
4 Archivo General de Indias (AGI), Sevilla,<br />
Signatura: Pasajeros, L. 5, E. 330.<br />
5 Libro de Cabildos de la Ciudad de Quito: 1650-<br />
1657 (versión de Gustavo Chiriboga C.),<br />
Quito, Publicaciones del Archivo Municipal<br />
de Quito, Imprenta Municipal, 1969,<br />
pp. 447, 451-455.<br />
6 Instituto Otavaleño de Antropología, Archivo,<br />
Sección Protocolos (1689-1693); y Archivo<br />
Nacional de Historia, Quito (ANH/Q),<br />
Fondo Notarial, Serie Protocolos (1693-<br />
1713).<br />
7 Archivo Metropolitano de Historia, Quito<br />
(AMH), Actas del Cabildo, 1708-1709.<br />
dos órdenes; con el lema en la parte<br />
inferior que dice: “Es ardid de caballeros,<br />
ceballos para vencellos”.<br />
Los Zevallos en la antigua<br />
región de Quito<br />
En el antiguo país y región de Quito,<br />
que abarcaba buena parte de nuestro<br />
actual Ecuador, los Zevallos (Cevallos)<br />
aparecen desde mediados del<br />
siglo XVI, cuando Álvaro de Cevallos<br />
y Herrera, nacido por 1540 en el valle<br />
de Toranzo, en la región de Santander,<br />
e hijo de Suero de Cevallos y de doña<br />
María de Herrera, y casado con Catalina<br />
Silva y Ocaña (hija de Andrés de<br />
Ocaña y de Leonor de Silva), natural<br />
de Madrid, obtienen pasaporte el 18<br />
de febrero de 1567 para pasar a Quito. 4<br />
Otros Cevallos en nuestro actual<br />
territorio son: Fernando de Cevallos y<br />
Velasco, a quien el 1 de enero de 1657,<br />
en Quito, se le entregó la vara y se<br />
prestó juramento como Alcalde la Santa<br />
Hermandad. 5 Asimismo, aparece en<br />
Otavalo un Manuel de Cevallos y Velasco,<br />
casado con doña Mariana Rodríguez,<br />
quien fue escribano de Otavalo<br />
de 1689 a 1693; y escribano en Quito<br />
en diversos años entre 1693 y 1713. 6 De<br />
igual manera, encontramos al capitán<br />
don José de Cevallos y Velasco, quien<br />
es electo en 1708 como Regidor del<br />
Cabildo de Quito; y a Nicolás de Cevallos<br />
y Velasco, alcalde ordinario del<br />
cabildo de Quito en 1709; 7 entre otros<br />
que utilizaron el apellido Cevallos y<br />
Velasco.<br />
De igual manera encontramos a<br />
don Miguel (nacido por 1711, pues
en 1743 declaró tener 32 años), don<br />
Joaquín, don Ventura, doña Ana María<br />
y doña Rosa Viterba de Zevallos y<br />
Velasco, todos hermanos e hijos legítimos<br />
de doña Jacinta Sosa, hija a su vez<br />
del capitán Francisco de Sosa, Regidor<br />
Perpetuo de la Villa de San Miguel de<br />
Ibarra. 8 Finalmente, tenemos a un Miguel<br />
Antonio de Zevallos y Barroso,<br />
b. el 15 de noviembre de 1744, e hijo<br />
de don Miguel de Zevallos y de doña<br />
María Barroso; 9 que eventualmente<br />
podría ser hijo de Miguel de Zevallos<br />
y Velasco y Sosa, aunque no se lo ha<br />
demostrado hasta la actualidad.<br />
El tronco primigenio de<br />
los Zevallos en el actual<br />
Ecuador y su descendencia<br />
Hasta el momento, y de forma documentada,<br />
el tronco primigenio de<br />
los Zevallos en el actual Ecuador es<br />
el capitán Miguel de Zevallos y Velasco,<br />
de quien desconocemos los nombres<br />
de sus padres. Hasta no hallar<br />
información totalmente verificada,<br />
no podemos aseverar que se trate del<br />
mismo Miguel Antonio de Zevallos y<br />
Barroso, antes citado. En este sentido<br />
comienza la genealogía de los Zevallos<br />
con:<br />
I<br />
Cap. Miguel Antonio Zevallos y Velasco,<br />
nació por 1722. Fue testigo en enero<br />
de 1759 del matrimonio de Juana Doro-<br />
8 Archivo Pedro Robles Chambers, Guayaquil<br />
(dato del Archivo del Arzobispado de<br />
Lima, Sección Apelaciones de Quito, 1743).<br />
9 Archivo Ezio Garay Arellano, Guayaquil.<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
tea del Barco Lor, casada en Portoviejo<br />
con el gallego José Manuel Guerrero.<br />
Tuvo casa en Guayaquil, que la perdió<br />
en el incendio de 1764. Fue nombrado<br />
Teniente de Gobernador y Justicia Mayor<br />
de San Gregorio de Portoviejo, por<br />
título que se expidió en Santa FE (hoy<br />
Bogotá), el 22 de diciembre de 1764 por<br />
el Virrey de Nueva Granada. Se posesionó<br />
y juramentó el 5 de julio de 1765<br />
en Guayaquil. 10<br />
El 15 de junio de 1765, Pedro Alcántara<br />
de Lor, vecino de Portoviejo, le<br />
siguió querella civil y criminal por los<br />
excesos cometidos contra su persona;<br />
razón por la cual Zevallos debió abandonar<br />
el lugar. 11 En 1780, aparece como<br />
Teniente de Gobernador de Tumaco,<br />
donde el negro liberto Vicente Cruz le<br />
sigue causa criminal por la arbitraria<br />
privación de los bienes que éste los obtuvo<br />
con su trabajo. 12 Esta causa seguida<br />
en contra de Zevallos y sus abusos,<br />
continuará por algunos años, y el 7 de<br />
marzo de 1787 se desarrollará una relación<br />
del proceso que incluirá la tasación<br />
de costas judiciales. 13<br />
Casó en Portoviejo hacia 1765 con<br />
doña Juana Dorotea del Barco y Lor<br />
(viuda de don José Manuel Guerrero).<br />
Doña Juana Dorotea había nacido por<br />
1739, fue hija del capitán don Antonio<br />
del Barco y Ecay, n. de Bilbao por 1700<br />
y de doña Rosa de Lor Macías, n. por<br />
10 Fernando Zevallos Ross, “Los Zevallos de<br />
Manabí”, en Ecuador Raizal, Quito, SAG<br />
No. 86, 1996, p. 209.<br />
11 ANH/Q, Fondo Corte Suprema, Serie Criminales,<br />
Caja 52, Exp. 10.<br />
12 Ibíd., Caja 87, Exp. 1.<br />
13 Ibíd., Caja 126, Exp. 19.<br />
51
1705 y quien testó el 26 de septiembre<br />
de 1783. Nieta paterna de don Juan<br />
Ventura del Barco y de doña Ignacia<br />
de Ecay; nieta materna del capitán<br />
Juan de Lor, n. en Alicante y de doña<br />
María de Macías, n. e Portoviejo. 14<br />
Fueron sus hijos:<br />
1. Don José Mariano de Zevallos y<br />
del Barco, que sigue en II A.<br />
2. Doña Dolores de Zevallos y del<br />
Barco, n. por 1767.<br />
3. Doña Irene de Zevallos y del Barco,<br />
n. por 1768.<br />
4. Doña Gertrudis de Zevallos y del<br />
Barco, n. por 1769.<br />
5. Doña Rosa de Zevallos y del Barco,<br />
n. por 1771. Casó con Paulino<br />
Peláez, con descendencia.<br />
6. Doña Ramona de Zevallos y del<br />
Barco, n. por 1772. Casó con don<br />
Francisco de Mendoza, con descendencia.<br />
7. Doña Jacinta de Zevallos y del<br />
Barco, n. por 1774. Casó con Pedro<br />
José Zedeño, con descendencia.<br />
8. Don José de Zevallos y del Barco,<br />
que sigue en II B.<br />
II<br />
A. Don José Mariano Zevallos y del<br />
Barco, nacido en Portoviejo hacia 1766.<br />
Estudió en Quito donde egresó de<br />
Derecho. Luego de cumplir servicio<br />
militares al Gobierno español, retornó<br />
14 Archivo Javier Gomezjurado Zevallos, Quito.<br />
15 Zevallos, op. cit., p. 210.<br />
16 Juan Chacón, transcriptor, “Sobre justificar<br />
la entrada de enemigos en el pueblo de<br />
Montecristi”, en <strong>Revista</strong> del Archivo Históri-<br />
52<br />
a su ciudad natal donde tuvo vivienda,<br />
además de un valioso predio en<br />
el recinto “El Guabito”. Además, en<br />
la zona montañosa de Vuelta Larga,<br />
hoy jurisdicción de la parroquia Santa<br />
Ana, adquirió por posesión una extensa<br />
zona, formando una hacienda ganadera,<br />
con cultivos de café y cacao. 15<br />
En septiembre de 1818 aparece<br />
como Teniente de Dragones, y asoma<br />
como testigo en el juicio seguido<br />
contra José Manuel Nevárez por haber<br />
dejado entrar a los sediciosos de<br />
Brown. Ese mismo año viajó desde<br />
Portoviejo a Montecristi con 25 hombres,<br />
en auxilio de este pueblo. Por<br />
esa época firmaba como “Ceballos”. 16<br />
El 1 de enero de 1822 es designado<br />
como escrutador cuando se nombró<br />
a los miembros del primer ayuntamiento<br />
de Portoviejo; 17 época en la<br />
que además fue delegado ante el Colegio<br />
Electoral de Guayaquil en 1822.<br />
Su nombre figura grabado en la Columna<br />
de los Próceres al 9 de Octubre<br />
en el parque de El Centenario de<br />
Guayaquil.<br />
Posteriormente, fue coorganizador<br />
del batallón Olmedo de Portoviejo. Vivió<br />
en Guayaquil, en 1832 en casa de<br />
Mercedes Sánz, que quedaba en la octava<br />
manzana o también llamada “de<br />
Espantoso”, la misma que quedaba por<br />
detrás del San Juan de Dios. Para esa<br />
época ya firmaba como “Zevallos”. 18<br />
Hacia 1846 fue Presidente del Municipio<br />
de Portoviejo, y falleció en 1850.<br />
co del Guayas, No. 9, Guayaquil, AHG, 1976,<br />
pp. 63-88.<br />
17 Archivo Javier Gomezjurado Zevallos, Quito.<br />
18 Zevallos, op. cit., p. 210.
Casó primero con María Ramona<br />
Velásquez Zambrano, nacida en Pichota;<br />
hija legítima de José Filiberto<br />
Velásquez y María Luisa Zambrano,<br />
también naturales de Pichota. Al nacer<br />
su primogénito, su esposa falleció<br />
de parto; y Mariano casó por segunda<br />
vez, por 1815, con doña Ascensión o<br />
Asunción Intriago Moreira, nacida por<br />
1791, e hija de don Bautista Sánchez<br />
de Intriago y Loor y de doña Francisca<br />
Moreira y Burgos. Nieta paterna de<br />
Simón Sánchez de Intriago, natural de<br />
Asturias y de Verónica de Loor. Nieta<br />
materna de don José de Moreira y de<br />
doña María Magdalena de Burgos. 19<br />
Del único hijo de José Mariano Zevallos<br />
del Barco en su primer matrimonio,<br />
llamado José Miguel Zevallos Velásquez,<br />
provienen buena parte de los<br />
Zevallos de Manabí, entre los que se<br />
cuentan los Zevallos Madroñero, Zevallos<br />
Farías, Zevallos Holguín, Zevallos<br />
Intriago, Zevallos Moreira, Zevallos<br />
Acosta, Zevallos Vera, Zevallos Marzumillaga,<br />
Zevallos Mora, Zevallos Ross,<br />
Zevallos Mendoza, entre muchas más;<br />
así como el autor del presente artículo<br />
Javier Gomezjurado Zevallos.<br />
Asimismo, de José Zevallos Intriago,<br />
primer hijo del segundo matrimonio<br />
de José Mariano Zevallos del Barco,<br />
proviene otra línea de los Zevallos<br />
de Manabí, entre los que están las<br />
familias Zevallos Briones, Zevallos<br />
Aguirre, Zevallos Vera, y otras.<br />
De Simón David Zevallos Intriago,<br />
segundo hijo del segundo matrimonio<br />
de José Mariano Zevallos del<br />
Barco, proviene una buena parte de<br />
los Zevallos de Guayaquil, entre los<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
que se anotan los Zevallos Mendoza,<br />
Zevallos Zambrano, Egas Zevallos,<br />
Zevallos Menéndez, Zevallos Salazar,<br />
y otras familias.<br />
De Mercedes Zevallos Intriago,<br />
también hija del segundo matrimonio<br />
de José Mariano Zevallos del Barco,<br />
provienen las familias Loor Zevallos,<br />
Loor Izaguirre, Vásquez Loor, Vera<br />
Loor, Loor Cevallos, y otras.<br />
Finalmente, de Joaquín Zevallos<br />
Intriago, otro hijo del segundo matrimonio<br />
de José Mariano Zevallos del<br />
Barco, proviene otra línea de los Zevallos<br />
de Guayaquil, así como de Portoviejo<br />
y Quito, entre ellos los que se<br />
cuentan los Zevallos Chiriboga, Coronel<br />
Zevallos, Zevallos Jijón, Zevallos<br />
Reyre, Schiacaluga Zevallos, Zevallos<br />
Pérez del Castillo, Alcívar Zevallos,<br />
Zevallos Vargas, Delgado Zevallos,<br />
Pesántez Delgado, y otras familias.<br />
III<br />
B. Don José Zevallos y del Barco,<br />
nacido en Portoviejo por 1776. Hizo<br />
sus estudios, como su hermano José<br />
Mariano, en las ciudades de Quito y<br />
Bogotá. Tuvo vivienda y hacienda en<br />
el recinto “El Guabito” de Portoviejo,<br />
y otro que heredó en Riochico. Fue casado<br />
con Francisca Guillén, nacida en<br />
Portoviejo por 1790. 20<br />
De su primer hijo, Marcos Zevallos<br />
Guillén, provienen los Cevallos<br />
Vera de Guzmán, Cevallos Mieles,<br />
Cevallos Macías, Cevallos Mera, Cevallos<br />
Zubiaga, Mora Cevallos, Ce-<br />
19 Archivo Pedro Robles Chambers, Guayaquil.<br />
20 Zevallos, op. cit., p. 240.<br />
53
vallos Santos, Balda Cevallos, Loor<br />
Cevallos, Cevallos Valencia, Cevallos<br />
Bowen, Cevallos de la Jara, Banegas<br />
Cevallos, Cucalón Banegas, y otras<br />
familias de Manabí que firmaron con<br />
“C” el original apellido.<br />
De su segundo hijo, Miguel Zevallos<br />
Guillén, proceden los Cevallos<br />
Mora, Cevallos Intriago, Cevallos<br />
Villavicencio, Cevallos Muñoz, Cevallos<br />
Intriago, y otros que también<br />
firmaron el apellido con “C”.<br />
De su tercer hijo, Mariano Zevallos<br />
Guillén, descienden los Cevallos<br />
Vera, Cevallos Ponce, Cevallos<br />
Sabando, Cevallos Farías, González<br />
Cevallos, Cevallos Peñafiel, Cevallos<br />
Morán, Cevallos Acuña, Cevallos Peralta,<br />
Fernández Cevallos, Cevallos<br />
Barrezueta, Cevallos Giler, y otras familias,<br />
que también firmaron el apellido<br />
con “C”.<br />
54<br />
Colofón<br />
De este corto trabajo podemos advertir<br />
que casi todos los Zevallos de<br />
Manabí, Guayas, El Oro y Quito; así<br />
como gran parte de los Cevallos que<br />
firman con “C” en Manabí, provienen<br />
del Cap. Miguel Antonio de Zevallos<br />
y Velasco, nacido en el primer cuarto<br />
del siglo XVIII y casado con doña<br />
Juana Dorotea del Barco Lor. Miles,<br />
de descendientes de este matrimonio<br />
pueblan el Ecuador de hoy, y quizá<br />
solo unos pocos conozcan su remoto<br />
origen.<br />
San Francisco de Quito,<br />
octubre de 2012
en la tuMBa de don pedro<br />
ferMín CeVallos. 2012<br />
Estar en una tumba, en su propia<br />
tierra, después de haber<br />
sentido que los huesos no son<br />
fetiches expuestos al morbo vacuo del<br />
tótem, debe ser como llegar al hogar a<br />
descansar en esa paz que late con una<br />
palpitación que se nutre del olvido.<br />
Todavía nuestra lucha lo vamos sintiendo<br />
como una obsesión dubitante<br />
por aferrarnos a los cadáveres, o por<br />
aferrarnos a las memorias, entendidas<br />
como ejercicios renovables bajo<br />
el paradigma de las vidas. Ahora nos<br />
damos cuenta que aquí, también los<br />
cofres mortuorios se han estacionado<br />
en su viaje, en muchos casos, igual<br />
que sus intérpretes. Soy parte y testigo<br />
oficial de controvertidos latidos<br />
sociales. Quisiera que todas las convergencias<br />
dieran con un crisol, pero<br />
esto también es un deseo innecesario<br />
pensando en que el ser humano y los<br />
estratos de clase y de cultura, que<br />
son los que hacen nuestra vida, bajan<br />
marcados a la tumba.<br />
Hablar de quién fue, de quién es<br />
y de quién soy o somos en el ahora<br />
vigente de latidos; con aciertos y<br />
equivocaciones, son cosas tan distintas<br />
que pueden caer en parafraseologías<br />
que llenan los espacios, más de<br />
Pedro Reino<br />
Discurso de homenaje<br />
Ambato, lunes 30 de julio de 2012<br />
ruidos que de armonías. Hablo ahora<br />
sobre una tumba, y esto implica que<br />
algo sagrado debe acudir a mi memoria<br />
para no perder el respeto a la<br />
muerte, que es la que se engulle todas<br />
nuestras trascendencias. Respetar el<br />
55
silencio de los muertos debe ser sentido<br />
no solo como respetar a la palabra<br />
dormida, o contenida tras los labios,<br />
sino reprimida por la eternidad, con<br />
el peso de una tempestad truncada.<br />
Don Pedro Fermín, en su tiempo y<br />
en su espacio, fue dejando sus ojos, sus<br />
pisadas y sus constancias en los libros<br />
de esta tierra. Dejó su cabalgadura y<br />
sus apuntes para que pasemos secretamente<br />
a buscar los datos en la constancia<br />
de su memoria. Y con su testimonio<br />
ha pasado a nuestro imaginario como<br />
el historiador, el lingüista, el jurista, el<br />
mecenas espiritual, a quién ahora lo<br />
rememoramos como fruto de la tierra,<br />
y quien sabe más, como semilla que<br />
vuelve a su suelo nutriente del que<br />
nos alimentamos. Nació en Ambato<br />
un 7 de julio de 1812, y murió en Quito<br />
el 21 de mayo de 1893. Nació, creció<br />
y participó en una época en la que los<br />
patriotismos y los nacionalismos germinaban<br />
enredados entre rifles y sotanas.<br />
El membrete de las luchas, siempre<br />
se ha llamado “libertad”; y para<br />
la nuestra, cantaleteada de rememoraciones,<br />
realmente es algo amorfo que<br />
escapa a nuestras enmarcaciones. Los<br />
que verdaderamente pugnaban por<br />
ella, es decir, los indios y los negros con<br />
sus correspondientes mestizos, cholos,<br />
mulatos, zambos y de otras categorías<br />
socialmente reprimidas, no tuvieron<br />
la fuerza ni los ideólogos que les encaminaran<br />
con sus ansias, hacia el logro<br />
de un cambio de estructuras desde sus<br />
perspectivas de vida y de lo que se llama<br />
felicidad.<br />
Indudablemente que don Pedro<br />
Fermín debió haber “padecido” y to-<br />
56<br />
mado partido en la estructuración de<br />
estas desgarraduras que ahora se llaman<br />
repúblicas. Ahora comentamos<br />
a destiempo cuando ya los huesos<br />
políticos se nos han calcificado y endurecido<br />
con todas nuestras lesiones.<br />
Ecuador, como Estado, nació y creció<br />
con Pedro Fermín Cevallos, heredero<br />
de don Pedro Fernández de Cevallos<br />
que fue un administrador de la<br />
cosa pública al servicio de la Corona<br />
española; de don Mariano y de Victoria<br />
Villacreses. No debe haber sido<br />
fácil adoptar una conducta diferente,<br />
habiendo teniendo un notable antecesor<br />
“colonial”, el Justicia Mayor; y,<br />
de otra parte, un horizonte de “Independencia”<br />
administrable por el indianismo<br />
criollo, ansioso de poder y<br />
prejuiciado, quién sabe hasta hoy, de<br />
peninsulismo, como se evidencia en<br />
libros y en reseñas; es decir, en constancias<br />
que pueden hacer sonreír a<br />
gente de formación. Lo que se hereda
no se hurta y lo que se piensa corre<br />
camino. Le tocó ser un eslabón del pasado<br />
con un presente inventado para<br />
las alucinógenas contiendas de nuestra<br />
democracia. ¿Será por eso que nos<br />
enorgullecemos de nuestros escudos<br />
con cadenas y lo mostramos como<br />
nuestros símbolos? Y lo que es más,<br />
de esto nos legó constancia escrita en<br />
su Historia del Ecuador. Mirando ahora<br />
estas constancias, dice Ayala Mora<br />
que don Pedro Fermín le tocó ser el<br />
historiador “oficial” de los “Señores<br />
de la Tierra”, así como se lo puede<br />
juzgar al propio crítico que me parece<br />
está mirándose en el espejo ajeno. Nadie<br />
puede sustraerse a su estrato de<br />
clase para presentarse cándido ante lo<br />
que no le pertenece, a no ser que se<br />
trate de un enajenado.<br />
Luisa Futoransky desde Francia<br />
nos dice, en 1995, que “el gran delito<br />
de nuestra época, porque no está codificado<br />
por las leyes teológicas o seculares,<br />
es la omisión. Mentir es pecado,<br />
a veces delito, pero omitir, callar,<br />
dejar de lado, culpablemente, no”. La<br />
sentencia puede salvarle al historiador,<br />
pero el caso es que ha existido<br />
otra historia, la que vamos evidenciando<br />
con la investigación contemporánea,<br />
como correctivo ante los<br />
vacíos de la interpretación racional de<br />
los hechos. Hemos vivido de las omisiones<br />
y hemos desembocado en los<br />
grafitis vergonzantes, a falta de conciencia<br />
generacional. La gente ahora<br />
pintarrajea paredes para evidenciar<br />
los desconciertos muralísticos que reflejan<br />
el vacío por la constancia de sus<br />
historias. Pensando en el historiador<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
hay que detenerse a meditar sobre los<br />
justificativos que son necesarios para<br />
llegar a ser personajes de antología:<br />
justificativos políticos, empresariales,<br />
genealógicos, patológicos, etc. Usted<br />
que está tras la muerte, don Pedro<br />
Fermín, me corregirá si estoy alucinando<br />
desvaríos.<br />
Ahora sabemos que son las oligarquías<br />
las que fomentan los nacionalismos.<br />
Son las mentalidades<br />
capitalistas las que nos reclaman con<br />
discursos futbolescos aquello de que<br />
“debemos ponernos las camisetas”<br />
para ver si sentimos hacia adentro lo<br />
que quiere algún director técnico que<br />
pelea en las contiendas lúdicas circenses<br />
y empresariales. Y en el Ecuador,<br />
la propia legislación ha impedido o<br />
permitido, según las circunstancias<br />
de los tiempos, que se haya practicado<br />
el “cambio de camiseta” o el<br />
“camisetazo” que evidencia que el<br />
único partido político serio sea el<br />
oportunismo. Indudablemente que<br />
esto es lo que tiene que objetivar un<br />
historiador. Desde luego que la tarea<br />
no va por caminos de flores, salvando<br />
a los reverenciadores de estatuas,<br />
más que de criterios y pensamientos<br />
con que proyectan el estatus quo de<br />
una época. Los nacionalismos han<br />
servido más para tener héroes, que<br />
representantes culturales y luchadores<br />
por el humanismo. Y los héroes<br />
no son precisamente los que aportan<br />
con sangre, sino quienes manejan las<br />
estrategias. Nos pueden responder el<br />
soldado Pilco o cualquiera otro combatiente<br />
caído en nuestras selvas. Los<br />
nacionalismos se fabrican con guerras<br />
57
en las que el Ecuador tiene dolorosos<br />
recorridos con experiencias frustrantes<br />
para quienes sufrimos de patria, y<br />
hasta enfermamos de ecuatorianidad.<br />
Los garantes estoicos a quienes debemos<br />
la paz son sudarios de nuestras<br />
lágrimas, mientras los planificadores<br />
de nuestra identidad ponen bandera<br />
nacional en las tumbas y también en<br />
sus chequeras, pero solo hasta hacer<br />
el depósito en sitios incógnitos, donde<br />
los dueños del mundo no necesitan<br />
sino del trabajo y de las luchas<br />
que se desarrollan en sus haciendas y<br />
parcelas repletas de civismos.<br />
Esto lo supo don Pedro Fermín,<br />
cuando tuvo que asistir ante los que<br />
ahora son los abuelos de la patria.<br />
En eso estuvo en sus discusiones de<br />
la legislatura y de la Corte Suprema<br />
donde quedó su huella. Debió haberlo<br />
sufrido pensando en estructurar un<br />
Ecuador nacido de las batallas internas<br />
para hablar de libertad. ¿Qué es lo<br />
que realmente quería el político de su<br />
tiempo? Pues pongámonos a desentrañar<br />
la herencia del historiador que<br />
hablaba de una libertad que significaba<br />
algo que se conseguía con armas<br />
y enfrentándose a los enemigos externos.<br />
Ahora las libertades son otra<br />
cosa. La subespecie que va a parar<br />
en una cárcel ni siquiera elucubra las<br />
nociones sobre la libertad que la lleva<br />
perdida, y esto qué importa entonces<br />
aunque estuviese fuera de unas rejas.<br />
Es bueno rememorar ante la tumba<br />
de un historiador que vivió la transición,<br />
que acá no estuvieron “españoles”,<br />
enfrentándose contra criollos.<br />
Habían soldados que encarnaban al<br />
58<br />
criollismo sí, a favor de “nuestro adorado<br />
monarca Fernando VII”, peleándose<br />
con otros soldados que obedecían<br />
a Napoleón. Y hasta ahora, los “beneficiarios”<br />
de las contiendas vivimos<br />
cantaleteados de que, en el principio,<br />
luchamos contra los españoles, cuando<br />
en la propia España, diré que hasta<br />
ahora, no se ha constituido una españolidad<br />
ni siquiera en la historia propia<br />
de su bandera que les rememora las<br />
luchas centenarias de las monarquías y<br />
de los fanatismos mesiánicos.<br />
Converso en voz alta con la tierra<br />
que ahora cobija la vivencia de un<br />
hombre metódico e interesado en dejarnos<br />
un sendero, por donde, intuyo,<br />
anhelaría que nos desenvolviéramos<br />
con estructuras jurídicas del respeto
mutuo. Converso con un hombre que<br />
fue tildado y estigmatizado de tener<br />
una vida desperdiciada, y que solo en<br />
su madurez sentó cabeza. Que haya<br />
sido como haya querido, pero a lo que<br />
ahora nos remitimos es a la herencia<br />
de su pluma testimoniadora. Tenemos<br />
que expresar ante un patriarca de<br />
nuestra cultura, que el empeño prosigue<br />
como ejercicio de los caudillismos.<br />
Caso contrario, ¿por qué tenemos<br />
tantas Constituciones? ¿Será que<br />
de tanta inteligencia política practicada<br />
y demostrada, barajamos la estructura<br />
de la patria según la jugada que<br />
calculamos? Digo esto porque Usted,<br />
don Pedro Fermín, no se interesaría<br />
mucho en su autobiografía, la que la<br />
vivió con el parto de la nación. Los<br />
herederos de sus genes no nos han<br />
entregado la continuación de sus memorias<br />
y reflexiones. Las genealogías<br />
evidencian los distanciamientos con<br />
la genética. Ante sus cenizas hay que<br />
volver a encender los tizones de su jurisprudencia<br />
para merecer su lumbre.<br />
Elogiar su dedicación ha de significar<br />
corresponder con creatividad, acorde<br />
a los nuevos tiempos, superando los<br />
pañales de la patria de su época, que<br />
se mezclaban con los rifles de las astucias<br />
en efervescencia.<br />
Al margen de sus obligaciones<br />
profesionales, resaltamos ante su memoria<br />
sus hitos vocacionales: el periodismo,<br />
la historia y el apego a los<br />
manejos de la lengua. La estructuración<br />
de la Academia Ecuatoriana, de<br />
seguro fue un sueño para evidenciar<br />
que los ecuatorianos debíamos buscar<br />
solidaridades en los estudiosos y no<br />
No. 35 • Un encuentro con la historia<br />
en los amiguetes, para proyectar con<br />
la palabra el torrente de nuestra cultura.<br />
Los esquemas no se han movido<br />
don Pedro Fermín, y todavía se cree<br />
en los aureolados normativos, antes<br />
que en los sociólogos del idioma que<br />
entienden el poder de las gramáticas,<br />
traspasen las puertas que su preocupación<br />
dejó fundadas en la Academia<br />
Ecuatoriana, que se creó después de la<br />
Colombiana. Nebrija lo dijo a la Reina<br />
de Castilla; y, Cevallos debió conocer<br />
las disputas que se daban en la vecina<br />
Colombia sobre el poder de la gramática.<br />
Al Congreso iban los que sabía<br />
latín y retórica, Ahí está el Diccionario<br />
abreviado de galicismos, provincialismos<br />
y correcciones del lenguaje escrito por<br />
Rafael Uribe Uribe, a quien lo asesinaron<br />
en 1914. En el Contrapeso conservador<br />
estuvo don Miguel Antonio Caro.<br />
Cevallos también salió a la luz pública<br />
con Breve catálogo de errores en orden a<br />
la lengua y al lenguaje castellanos, con su<br />
catálogo de correcciones, en una patria<br />
analfabeta, plurilingüística e incipiente.<br />
Hablando entre ambateños, nuestra<br />
preocupación idiomática ha sido uno<br />
de nuestros fuertes. Montalvo está a la<br />
cabeza con sus pulcritudes rivalizantes<br />
con Cervantes. Mera en cambio va por<br />
lo vernaculizante, interesándose por lo<br />
que ocurre con lo que ahora llamamos<br />
las interculturalidades. El catálogo de<br />
errores de don Pedro Fermín constituye<br />
el ejercicio lexicográfico de moda en<br />
esas épocas. Pero es bueno decir que<br />
aquí mismo, hemos aportado con el<br />
Atlas lingüístico de Tungurahua. Estos<br />
recorridos no son productos del milagro,<br />
sino de las constantes del ejemplo.<br />
59
Escribamos Patria, patria grande<br />
y patria chica. No nos conformemos<br />
con los patriotismos que favorecen<br />
al poder. Somos tierra de libertarios<br />
y de libertades edificantes desde las<br />
economías. Escribamos en la tierra de<br />
nuestros padres que significa escribir<br />
sobre la tumba de nuestras heredades.<br />
Don Pedro Fermín Cevallos: Queremos<br />
adueñarnos de vuestro silencio<br />
para germinar en nuestras meditacio-<br />
60<br />
nes la sublimidad de contribuir con<br />
alguna raíz a nuestro colectivo que<br />
está hecho de inéditas historias. Vamos<br />
a luchar contra los centralismos<br />
y las autonomías insignificantes. Tungurahua<br />
tiene madera para trascender.<br />
Si ha de volver un renacimiento<br />
del pensamiento renovador, hagamos<br />
votos porque lo sea desde estas cenizas<br />
donde duerme el ave Fénix y en<br />
donde renace Sísifo en los Andes.