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CONTENIDO - Revista Spondylus

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Contenido<br />

editorial 3<br />

esCritura de Contrato perteneCiente al teniente general<br />

de puerto Viejo don josé Belázquez de naVas soBre la<br />

direCCión del negoCio de taBaCo<br />

Jodison Javier García Alcíva 4<br />

portoViejo<br />

en los alBores de la Conquista europea.<br />

La expedición de La armada deL Sur<br />

José Lorenzo Saá Bernstein 13<br />

portoViejo en 187<br />

anáLiSiS deL empadronamiento<br />

Álvaro Renato Mejía Salazar 28<br />

poder/literatura:<br />

eloy alfaro, Martí, darío y Vargas Vila<br />

Humberto E. Robles 38<br />

orígenes de los zeVallos en el eCuador<br />

Javier Gomezjurado Zevallos 49<br />

en la tuMBa de don pedro<br />

ferMín CeVallos. 2012<br />

Pedro Reino 55


Para un manabita es cosa de honor<br />

el nombre del General Alfaro.<br />

Idolatrado e indiscutido, su<br />

nombre desfila en la memoria de todos<br />

nuestros comprovincianos sin máculas<br />

algunas y sin reproches posibles.<br />

En algunas ocasiones, especialmente<br />

cuando en otras latitudes, voces<br />

autorizadas nos quieren hacernos reflexionar<br />

sobre temas en donde el General<br />

pudo haber eludido responsabilidades<br />

–temas como, reformas agrarias,<br />

tributarias o financieras–, sin dudar,<br />

emprendemos una especie de defensa<br />

a ultranza, muchas veces irrazonadas e<br />

imposibles.<br />

Meditando seriamente, creemos<br />

que Alfaro, el Alfaro político, el humano,<br />

el poseedor de afectos y desafectos,<br />

debió tener errores. Debió haber<br />

tomado medidas equivocadas algunas<br />

veces y debió haber errado en juicios<br />

sobre situaciones y conductas. Debió<br />

haber cometido actos de injusticias<br />

también. Era un ser humano al fin y al<br />

cabo. Y debió haber sido así, porque si<br />

no ¿a qué circunstancias obedeció su<br />

muerte y por qué fueron tan implacables<br />

sus adversarios, detractores y<br />

enemigos?<br />

editorial<br />

Pero pensamos que una revolución<br />

profunda aunque inacabada, la<br />

gestación de una obra magna de integración,<br />

una visión de patria entera y<br />

renovada y un sacrificio inmarcesible,<br />

lo salva en un juicio definitivo.<br />

Cuando Humberto Robles nos descubre<br />

la verdadera intención del gran<br />

poeta nicaragüense Rubén Darío de<br />

manchar la figura y la imagen de Alfaro<br />

no nos sorprende por dos razones:<br />

primero, porque siempre se supo que<br />

el creador del modernismo, poeta sublime,<br />

si lo hay, practicaba el turbio y<br />

penoso ejercicio de alquilar su pluma<br />

y su prestigio. Solo así pudo pasar por<br />

“niño mimado” de tantos gobiernos<br />

centro y sudamericanos; y, segundo,<br />

porque desde la horrible muerte de<br />

Alfaro, sus asesinos, ricos y generosos,<br />

se dedicaron a comprar plumas nacionales<br />

e internacionales para justificar<br />

la atrocidad del magnicidio.<br />

Pese a todo, seguiremos conceptuando<br />

a Eloy Alfaro como uno de<br />

los mejores ecuatorianos; aunque solo<br />

sea para, a más de cien años, aquilatar<br />

aún más su vida, su obra, su escalofriante<br />

fin y la verdadera catadura<br />

moral de sus asesinos.<br />

3


esCritura de Contrato perteneCiente al<br />

teniente general de puerto Viejo don josé<br />

Belázquez de naVas soBre la direCCión<br />

del negoCio de taBaCo *<br />

Acuerdo del Cabildo De Puerto Viejo,<br />

sus vecinos principales y el teniente general<br />

don José Belázquez de Navas para<br />

llevar organizadas por la jurisdicción de<br />

la ciudad todas las cosechas de tabaco tenidas<br />

en sus chacras y que hubieren de ser<br />

empetacadas y liadas en recuas de asnos<br />

hasta el puerto de Manta, por mutua disposición<br />

de las partes costando de su paga<br />

a cuatro reales y medio de plata por cada<br />

manojo - Escribanía de Andrés Márquez<br />

de Gaceta. 2<br />

* Archivo Histórico del Guayas (AHG) – Escritura<br />

Pública / Protocolo 119: De los bienes,<br />

contratos y testamentos Del teniente general<br />

De puerto viejo Don josé belázquez De navas-escribanía<br />

De anDrés marqués De gazetta. Según<br />

consta en el Catálogo del Fondo Documental<br />

de Manuscritos, tomo I (edición 2010).<br />

Página(s): 18. Este documento fue reducido,<br />

modificado y enviado para la revista<br />

<strong>Spondylus</strong> de la ciudad de San Gregorio de<br />

Puerto Viejo el 22.I.2013, con la autoría del<br />

Señor Jodison Javier García Alcívar (javiericomediciec@hotmail.com).<br />

1 (17.II.1991). Estudiante de la Licenciatura en<br />

Historia del Arte por la Universidad de Especialidades<br />

Espíritu Santo (UEES) de Samborondón.<br />

Asistente de Gestión Cultural y<br />

Biblioteca, pasante laboral –modalidad temporal–<br />

en el Archivo Histórico del Guayas<br />

(AHG). Usuario redactor, colaborador multimedia<br />

e investigador experto en discusiones<br />

sobre Asuntos hispanófilos de América Latina,<br />

el Caribe y las Filipinas, como referentes<br />

4<br />

Jodison Javier García Alcíva 1<br />

En la Ciudad 3 de San Gregorio de<br />

Puerto Viejo en beinte y nueve días<br />

del mes de noviembre de mil y seiscientos<br />

y cinquenta y cinco años ante<br />

mí el Escribano Público y Testigos<br />

de la temática: Imperio Español - [Sección<br />

Quitense] para la Fundación Internacional<br />

Wikimedia.<br />

2 Inicio del folio 15 sobre papel sellado con el<br />

Escudo de Armas del Rey Don Felipe IV de<br />

España que tiene impresa la codificación:<br />

Sello tercero, un real de mil y SeiScientoS y<br />

cuarenta y ocho y cuarenta y nueve. Para los<br />

años de 1652 y de 1653.<br />

3 Esta escritura superficialmente comprueba<br />

que Puerto Viejo como población legítimamente<br />

constituida ya no ostentaba la menor<br />

categoría de Villa, sino que poseía el privilegio<br />

de ser Muy Leal y Muy Noble Ciudad.<br />

Lo que no sabemos es cómo, cuándo o qué<br />

documento lo menciona y contiene. Hay<br />

suposiciones en años imprecisos de citarlos<br />

que propone la historiadora manabita<br />

Tatiana Hidrovo afirmando que “en el caso<br />

de Villa Nueva de San Gregorio de Puerto<br />

Viejo, se dice que esta población recibe posteriormente<br />

el título de Ciudad, entre 1540<br />

y 1566” (Hidrovo Quiñónez, 2006, p. 57). Es<br />

decir, entre los años transitorios de Quito<br />

como Gobernación autónoma y como Real<br />

Audiencia dependiente de Virreinato, exactamente<br />

durante los reinados de Carlos V<br />

y Felipe II de España desde 1556. De hecho<br />

queda pendiente realizar esta diligencia, que<br />

compete a los historiadores dedicados a los<br />

asuntos coloniales, de seguir investigando


de yuso escritos pareció el Sargento<br />

Mayor Joseph Belázquez de Navas 4<br />

Justicia Mayor de esta dicha Ciudad a<br />

quien doy fe que conozco y otorgaba<br />

y otorgó que dava e dio esta Escriptura<br />

de Contrato; que quien con los Vecinos<br />

de esta dicha Ciudad la da por<br />

rrota y chancelada para que no vayan,<br />

(porque de ínterin) haya se agotaren<br />

en tiempo de yuso 5 por lo que toca de<br />

dicho otorgante, dexando el derecho<br />

a salvo a los demás otorgantes y a su<br />

(modo otorgó y firmó de su letra) en<br />

la dicha Ciudad.<br />

en lo tumultuoso de estos rompecabezas de<br />

escrituras renacentistas y barrocas. Siendo<br />

ésta una incertidumbre motora que nos debe<br />

obligar a rebuscar nuevamente folios nacionales<br />

e internacionales que contuvieren este<br />

cimentador dato. En todo caso, aclaramos<br />

que Puerto Viejo era la ciudad principal de<br />

la jurisdicción porque otros folios nos hablan<br />

textualmente de: “En el pueblo de Picoazá,<br />

jurisdicción de la ciudad de Puerto Viejo”,<br />

“En el pueblo de San Esteban de Charapotó,<br />

jurisdicción de la ciudad de Puerto Viejo”,<br />

“En el puerto de Manta de esta jurisdicción<br />

de San Gregorio de Puerto Viejo”. Queda entonces<br />

despejada en algo esta duda, pero no<br />

lo suficientemente sustentada como debiérase<br />

cometer citando documentación primaria<br />

que corrobore los datos oficiales sobre los<br />

privilegios y tratamientos simbólicos obtenidos<br />

por esta ciudad manabita.<br />

4 Es coincidente que durante el ejercicio de<br />

don Manuel de la Torre y Berna como corregidor<br />

de Guayaquil –sin constar el señalamiento<br />

de este Teniente General en las Actas<br />

de Cabildo consultadas– haya nombrado a<br />

su representante directo en Puerto Viejo a<br />

Joseph Belásquez de Navas. Lo cierto es que<br />

muchos tenientes generales fueron restituidos<br />

en sus cargos por simpatía del Corregidor<br />

electro-entrante y moción permisiva del<br />

saliente. La instancia social de la amistad y<br />

de las conveniencias materiales fueron el<br />

vínculo directo entre una y otra autoridad,<br />

pues quienes eran representantes provisio-<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

Sepan cuantos vieren esta Escriptura<br />

de bentaja sien(do) obligatorio<br />

como Nos; el Sargento Mayor Joseph<br />

Belázquez de Navas Residente en esta<br />

Ciudad de San Gregorio (de Puerto<br />

Viejo) del Perú y los Vecinos de la<br />

dicha Ciudad es a saber; Bartholomé<br />

Pérez de Burgos y Tomás Çambrano,<br />

Alcaldes Ordinarios de ella; Garci López<br />

Çambrano y Diego Cedeño, Regidores;<br />

el Thesorero, Diego Martín<br />

de Garay; Gerónimo Sánchez; Pedro<br />

Bravo de Brito; Bartholomé Zedeño,<br />

Alcalde de la Santa Hermandad; Joan<br />

de Arteaga; Francisco de Espinales;<br />

Joan Macías 6 Cortés; Joan de Sornos-<br />

nales legítimamente eran escogidos en el<br />

caso del Corregidor por el Virrey la Corona,<br />

y en el del Teniente por venia del Corregidor.<br />

No podemos determinar si el referido Joseph<br />

Belásquez de Navas había sido antes Teniente<br />

de Puerto Viejo o si lo sería después. En<br />

todo caso, subrayamos que los Cabildos de<br />

Guayaquil, en el tomo III, aparece que desde<br />

los desarrollados en el período de 5.VIII.1655<br />

al 5.XII.1656 no consta la presencia del Corregidor<br />

en la ciudad; posiblemente, por encontrarse<br />

en Puerto Viejo, siendo reemplazado<br />

por su teniente general en Guayaquil Francisco<br />

Abad de Quiroga hasta el 28.VI.1657.<br />

En las Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil<br />

consta disponible la participación del<br />

Teniente como Vecino principal de la ciudad<br />

en un Cabildo abierto “[…] el Señor General<br />

Corregidor mandó se abriese este Cabildo y a él<br />

fuesen llamados los más Vecinos que se hallaran,<br />

y fueron llamados […] el Sargento Mayor Josepe<br />

Velásquez […]” (Freile Granizo, 1974).<br />

5 Suso.<br />

6 Es confusa la interpretación litero-inicial de<br />

la segunda sílaba en C como T, pues cambia<br />

totalmente de sentido al apellido por un<br />

nombre como Matías; por ello, incluso el<br />

resultado de la revisión mía se inclina por<br />

Macías, tal cual es repetible confiar en los<br />

folios posteriores.<br />

5


sa; 7 Xrispoval8 del Salto; Diego López;<br />

Andrés de Argote Nabarrete; Miguel<br />

Pérez y el padre Martín Gonzales Vásquez,<br />

Cura, Vicario y Comissario de la<br />

Santa Cruzada/ 9 de esta dicha Ciudad<br />

nos obligamos ttodos los de man común<br />

y cada uno de Nos Yn Solidun<br />

por lo que nos toca en esta manera=<br />

(En la Ciudad) de San (Gregorio<br />

de Puerto Viejo del Perú a ..... 10 días<br />

del mes de ..... 11 de mil seiscientos y<br />

cinquenta y cinco años ante mí el Escribano<br />

Público pareció el Comissario<br />

de la) Santa (Cruzada Padre Martín<br />

Gonzales Vásquez a quien doy fe que<br />

conozco, notificando que por cuanto<br />

7 Es entendible también la denominación<br />

transcriptiva de Lornossa.<br />

8 Cristóbal.<br />

9 Vuelta folio 15.<br />

10 No sabemos si esta iniciativa del Contrato<br />

fue estipulada verdaderamente por el Comisario<br />

de la Santa Cruzada, en todo caso, se<br />

completaron los espacios que yacen entre<br />

paréntesis para dar sentido completo al párrafo<br />

que apenas de obtener unas cuantas<br />

palabras es irrecuperable e imposible de lograr<br />

su transcripción absoluta; incluso, algunas<br />

de las codificaciones referidas tienen interpretaciones<br />

a medias que sostengo deban<br />

ser revisadas por otro transcriptor a futuro,<br />

para que se compruebe si la versión presente<br />

está errada del contexto en que el documento<br />

lo señala. Por tanto, para concordar<br />

cada letra se asumió que lo correspondido<br />

a la denominación oficial de SANTA está ligado<br />

a quien ejercía la Comisaría de la Santa<br />

Cruzada, adjunto al Título de Cura y Vicario de<br />

la Ciudad asignado, en este caso según otras<br />

líneas del Protocolo, al padre Martín Gonzales<br />

Vásquez confiablemente, o, en segundo plano,<br />

objetivo afín a la unificación textual de<br />

la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana,<br />

pero en ambas situaciones son vinculantes<br />

con aquel ámbito. Lo que notifica el acuerdo<br />

de “liar y empetacar las hojas de Tabaco” es<br />

repetitivo, según la propuesta de Contrato<br />

6<br />

se cometiere señalar como acuerdo de<br />

las partes de mandar liar y empetacar<br />

el tabaco que) algunos (Vecinos de sus<br />

chacras lo cogieren para hacer la entrega<br />

de las cargas) acepto ser informado<br />

lo saquen12 (al Puerto de Manta,<br />

llevándoselos a cumplimiento con las<br />

recuas de asnos dispuestas a juntarles<br />

según todas las dichas según lo<br />

propusiera este Cabildo y el Teniente<br />

General) de esta dicha Ciudad Don<br />

Joseph Belázquez de Nabas, 13 (tratase<br />

lo siguiente=).<br />

Ante mí,<br />

(f) Andrés Marques de Gasetta<br />

Escribano Público y de Cabildo<br />

Que Yo, el dicho Sarxento Maior Joseph<br />

Velázquez de Navas me obligo a<br />

comprar el tabaco que los Vecinos de<br />

susso referidos sigieren 14 y confieren<br />

en las cosechas que cultivaren y (así se)<br />

beneficiasen por tiempo de cinco años<br />

presentada por el sargento mayor don José<br />

Belásquez de Navas; tal como consta en el<br />

registro siguiente.<br />

11 Es muy posible que esta petición se haya<br />

producido entre septiembre, octubre o noviembre<br />

del año de 1655, tal como consta<br />

al inicio y al final de la Escritura de Contrato,<br />

inclusive, afortunadamente, es concordante<br />

con cada fecha de los folios que le preceden<br />

y le suceden.<br />

12 Es también sugerente la interpretación de<br />

sea quien.<br />

13 El nombre es legible, pero lo curioso es que<br />

parece estar incorporado o alineado a la<br />

unidad del escrito en el párrafo –aunque la<br />

ortografía fuere a modo de firma–; se procedió<br />

a interpretarla como cualquier nombre<br />

principal sin permitir o alterar los contenidos<br />

transmisores, aplicando esta certeza que<br />

hago conocerles en lo metódico y pausado<br />

de la transcripción ejecutada.<br />

14 Sugieren o Siguieren.


que an 15 de correr y se an de contar<br />

desde (el) primero de Henero del año<br />

(próximo pasado) que viene 16 de mil y<br />

seiscientos y cinquenta y quatro, 17 por<br />

precio y cantidad de veynte rreales de<br />

plata por cada cien manojos del dicho<br />

tabaco con cesión y calidad que los dichos<br />

Vecinos de suso referidos, (han)<br />

de senbrar y beneficiar(se) (d)el dicho<br />

tabaco (arando las huertas) en tierras<br />

altas y no (en las) begas por ningún accidente<br />

(suscitado); (o con lamentable<br />

dificultad) ni a(l) calsimiento que suseda<br />

ni por ninguna caussa ni razón que<br />

sea de las quales chacaras 18 que así (se)<br />

hicieren/ 19 no an de coxer más que la<br />

prime(ra), (la) deja(ren por? lo) principal<br />

(revisada) y (habiéndola) cojido (la<br />

atadura) para cojer los manojos (que)<br />

dé m(andado) de avisar y llamar(me)<br />

a que lo sea p(or) mano (de sus criados),<br />

(que cuidadosamente) se an (de)<br />

enpetacar y liar y no lo arán hasta que<br />

dicho sea avisado; así luego me obligo<br />

de yr en persona dentro de un día<br />

de cómo me lo hagan saber (cuando<br />

lo dispusiere) a lo rresibir y ber o de<br />

ynbiar personas que por mí (autorización)<br />

lo haga(n) (revisar), que bastare<br />

para que dicho passe por lo que (a) tal<br />

15 Han.<br />

16 Por vino. Resulta mal conjugado y equivocada<br />

de su ubicación el tiempo del verbo venir.<br />

17 O ya estaba vigente el contrato desde el año<br />

anterior en relación a la fecha de la documentación,<br />

o se equivocó descaradamente<br />

el Escribano de colocar el número seis para<br />

el año de 1656.<br />

18 Chacras.<br />

19 Inicio folio 16.<br />

20 Se refiere a algún problema de tramitación<br />

jurídica, pero habrá que indagar la problemática<br />

a futuro, ya que es muy escasa la<br />

documentación sobre Puerto Viejo y todo lo<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

persona sig(u)iere y le sirviere, porque<br />

es condición que el dicho tabaco a de<br />

ser (empetacado y liado) a mi satisfacción<br />

y en casso que sobre (ello exista<br />

inquietud), (de) esto ay el litijio, contienda<br />

o duda de la bondad del dicho<br />

tabaco 20 (se dará a menester la pesquisa)<br />

y (Yo) el dicho Sarxento Maior<br />

Joseph/ 21 Velázquez de Navas e de<br />

nombrar una persona de mi parte que<br />

juzgue y declare la calidad y bondad y<br />

la parte (en) que (puesta cada atadura)<br />

lo a de entregar (con) otra (carga) (fuere<br />

sustituida), y por lo que estas dotes?<br />

(lo señalan y a las) personas (que) dijeren<br />

e nos de(s)pojaren 22 así dicho que<br />

soy quien lo a de resebir y pagar como<br />

el que lo ubiere de entregar y bender<br />

y las petacas que se hizieren para el<br />

dicho tabaco an de llebar a quinientos<br />

manojos cada uno, que an de pesar a<br />

quatro rreales 23 y medio cada manojo<br />

y enpetacados y liados al asno? de las<br />

dichas petacas an de pesar a seis arrobas<br />

y media cada una y lo que más (de<br />

cantidad) pesare me obligo a lo pagar<br />

al rrespecto de los veynte rreales cada<br />

ciento prorratado, lo que más tubiere<br />

de las dichas seis arrobas y media petaca<br />

y costo; (cuando ocurrido) que la<br />

sementera (que) del/ 24 dicho tabaco se<br />

relacionado de su administración edilicia en<br />

esta época.<br />

21 Vuelta folio 16.<br />

22 Es cuasi entendible la palabra dieren también.<br />

23 Esta cantidad de veinte reales están disponibles<br />

en una confusión visible en la trascripción<br />

en la relectura de la medición sobre las<br />

cantidades, entienda que están aplicados al<br />

transporte de las mulas por cada cien manojos<br />

que fueren cargados.<br />

24 Inicio folio 17.<br />

7


pintare 25 de manera que no es (concentir<br />

de lo) cojer ni benefisiarse (de) la covranza<br />

de él y que (ante esta razón calamitosa,<br />

se analizare viendo que sí) el<br />

defecto sea tal que no se pueda coger<br />

(en lo posible nada); les doy permissos<br />

y facultad a los susodichos Vecinos (re)<br />

feridos y a qualquiera que (de quienes<br />

en) esto le susede 26 para que corten<br />

aquella sementera, y dé las prendas? 27<br />

que el(lo) (de)manda(re), (en cuanto a)<br />

los hijos cojan la cosecha dejando perder<br />

la primera por los defectos dichos<br />

y deban (en) lo contrario (volverla a<br />

hacer); (que) sea de entender siendo<br />

el año y temporal que no an de cojer<br />

más de la primera asta (una sola vez)<br />

como pueda dicho de la qual an de cojer<br />

y beneficiar(se) (d)el tabaco que me<br />

hubieren de bender y entregar y hací<br />

legol(o) 28 ? todo y empetacado lo an de<br />

poner en el puerto de Manta de esta<br />

jurisdision a su costa donde me obligo<br />

a lo rresevir dentro de veynte y quatro<br />

25 Se pudriere, quiere decir por las manchas que<br />

aparecieren en las hojas o en la calidad de su<br />

tratamiento de secado.<br />

26 Suceda.<br />

27 En el contexto de lo referido asúmase como<br />

sinónimo de rechazos o despojos. Quizá en<br />

otro sentido contrario sea una simulación<br />

ortográfica de la palabra prebendas. También<br />

es cercano a un sinónimo de ganancia.<br />

28 Interpretación que también podría ser dejolo.<br />

29 Este párrafo quiere decir que, exclusivamente,<br />

los Vecinos Principales o afincados serían<br />

los únicos proveedores legales que recibieren<br />

privilegios económicos con las ganancias<br />

producidas, y exclusive ninguna persona<br />

india, negra o algún mercader o español autorizado<br />

que no fuere Vecino, estaba prohibido<br />

de cometer su inversión en este negocio.<br />

Por visibilidad circunstancial de la secuencia<br />

histórica para este tiempo, la corrupción en<br />

la burocracia indiana ya era una realidad<br />

8<br />

oras de como llegue de tener persona<br />

que lo resiva dentro del dicho tiempo,<br />

y (que) passado a de correr por<br />

cuenta y rriesgo (mío) trayendo rrasón<br />

de cómo lo tienen puesto en el dicho<br />

puerto de Manta y si por defecto de<br />

su bondad se confiere por las dichas<br />

personas que así nombraremos como<br />

de (lo) suso (pretendido) pueda aceptarse;<br />

que no es de dar y rrecevir y tal<br />

como a mí (solamente) convenga(me),<br />

(sin que) qualquiera de los Vecinos de<br />

susso referidos que lo ubiere cojido no<br />

a de poder bender el dicho tabaco, que<br />

lo dejare con la condision (que) dicha<br />

a otra ninguna persona (natural) de la<br />

(ti)erra ni de fuera de ella, 29 ni lo e 30 de<br />

estar obligado a lo rresebir y casso que<br />

dicho tabaco después de conferido (su<br />

envío y) vintilada 31 su bondad 32 por las<br />

dichas personas que emos de nonbrar<br />

en casso de duda, declarando ser bue-<br />

tan endémica y sobrepasaba las expectativas<br />

de lo anti-católico (considerado herejía<br />

en su momento) o cultural. La ruina ideológica<br />

y monetaria de la monarquía española<br />

simbolizada por la Casa de Austria, la venta<br />

de oficios temporales (periódicos) y permanentes<br />

(vitalicios) o el arriendo de cobranzas<br />

tributarias como los Estancos, Almojarifazgos,<br />

Cámaras y Alcabalas, sustentaron por<br />

condición de manutención el decaimiento<br />

de la institución regia y el descontrol en la<br />

administración burocrática; todo aquello<br />

favorecido por el viento jerárquico (criterio<br />

gubernamental), garantía sostenible a largo<br />

plazo de posicionado efímero, según el momento<br />

de incertidumbres políticas e intrigasrivalidades<br />

nobiliarias de explícito equivalente<br />

cortesano.<br />

30 Puede interpretarse como ha.<br />

31 Ventilada como sinónimo de auxiliada, beneficiada<br />

o librada.<br />

32 Consumada la transacción monetaria en términos<br />

contemporáneos.


nos y en estado de aclarassion; dicho<br />

(esto) no lo quisiere resevirme 33 pueda<br />

obligar la Justicia de esta Ciudad a que<br />

lo resiba y pague por el balor de los<br />

dichos veynte reales/ 34 (de) cada cien<br />

manojos y executarme por ello como<br />

por escriptura fueren cifra de plaso<br />

cumplido y de sentencia de Juez competente<br />

por dada en cosa juzgada=<br />

Y la paga de lo que baliere el dicho<br />

tabaco que cojieren, beneficiaren, liaren,<br />

enpetacaren y entregaren con las<br />

condiciones referidas en cada un año<br />

de los cinco referidos me obligo a lo<br />

cojer y pagar al tiempo de la entrega<br />

sin dilación alguna siendo cumplido<br />

el plaço de la paga de ellos y me los an<br />

de pagar y (de)bolver en reales y para<br />

que ni yo, ni ninguno de los susso referidos<br />

Vecinos en ningún tiempo aleguemos<br />

de nulidad, fraude o engaño,<br />

como (in)combenidos o (porque sí)<br />

faltáremos con alguna de las condiciones<br />

dichas en todo con parte fech(o)<br />

el trato cumplido y chancelado y de<br />

ningún efecto con el que hasí lo hiciere<br />

con más (de) cien pessos de a ocho<br />

reales que a de pagar de pena (en medias<br />

partes) el que caiere (e incurriere)<br />

en ello faltando a lo aquí otorgado/ 35<br />

y rreferido aplicados por la Real Cámara<br />

de Su Magestad y limosna para<br />

la fe 36 de esta Santa Yglecia en que todos<br />

juntos de man común y cada uno<br />

33 Recibirme.<br />

34 Vuelta del folio 17.<br />

35 Inicio folio 18.<br />

36 Es entendible Fa.<br />

37 Está incorrectamente conjugada la frase que<br />

completa la palabra; pues referente del verbo,<br />

el Escribano olvidó redactarlo en modalidad<br />

infinitiva como incumbir; o, en su relativa<br />

variación, podría aplicarse incumbencia, res-<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

de Nos IN SOLIDUN por lo que n(os)<br />

toca, nos damos por yncunbo 37 (en lo<br />

esto estipulado), y condenados desde<br />

luego que lo contrario hagamos y todos<br />

juntos los dichos Vecinos referidos<br />

en el principio de esta Escriptura de<br />

Contrato, Venta y Asiento; y (se) obligaren<br />

del dicho tabaco aviendolo cydo<br />

y entendidido, 38 dijeron que lo asetaban<br />

39 y asetaron y otorgaron y que no<br />

yrán ni bendrán contra él en todo ni<br />

en parte en manera alguna y el dicho<br />

Sarjento Mayor Joseph Velásquez de<br />

Navas por lo que le toca lo ace(p)tó y<br />

otorgó, y a su cumplimiento obligaron<br />

sus perssonas y bienes rraíces a e(l)e(c)<br />

ción y derechos avidos y por aver con<br />

sumisión y poderío (sean obedientes)<br />

a las Justicias y Jueces de Su Magestad<br />

de qualquiera parte que sean y<br />

en espesial a la de esta dicha Ciudad<br />

y al Corregidor de la de Guaiaquil y<br />

Alcaldes Ordinarios de ella, a cuio<br />

fuero se sometieron y rrenunsiaron<br />

el suio por domicilio y Vecindad y la<br />

ley SIT CONVENERIT DE JURISDIC-<br />

CIONEM OMNIUM JUDICUN para<br />

(la) qual lo que dicho es, les obliguen<br />

y apremien como por sentencia difinitiva<br />

de fiar(les) competente, (aquello)<br />

passado en cossa juzgada y rrenunciaron<br />

todos con leies, fueros y derechos<br />

de su fabor que la general (ley), 40 que<br />

las prohibe y así lo otorgaron/ 41 que<br />

pecto de la citación que en el texto se trata.<br />

Sinónimo equivalente a la palabra Tocante o<br />

Relacionado con alguien o grupo de personas.<br />

38 Entendido.<br />

39 Aceptaban.<br />

40 Es implícito aquí el amparo de alguna competencia-concordancia<br />

jurídica hallada en<br />

las Leyes de Indias.<br />

41 Vuelta folio 18.<br />

9


fecha en esta dicha Ciudad de San Gregorio<br />

de Puerto Biejo en veynte y un<br />

días del mes de Septiembre de mil y<br />

seiscientos y cinquenta y (cinco42 ) años<br />

y los otorgantes a quien Yo el Escribano<br />

Público doy fee que conozco; lo<br />

otorgaron y firmaron de sus nombres<br />

los que supieron, escrivieron y los que<br />

sí, rogaron a un testigo lo firmase por<br />

ellos que lo fueren; el Capitán Joan de<br />

la Rocha; Bartolomé Zedeño, Procurador<br />

General de esta dicha Ciudad,<br />

Garci López Méndez Cavello, 43 presentes,<br />

de que doy fee (y lo) otorgo= lo<br />

damos conbenidos = no bale44 = entre<br />

renglones = el asiento bale45 ? =<br />

(f) Joseph Belásquez (de Navas).<br />

(f) Bartholomé de Burgos. (f) Thomás<br />

Çambrano. (f) Martín Gonzales Vásquez,<br />

(f) Garci López Zambrano. (f)<br />

42 Se estableció la misma enumeración de año<br />

compartida por los folios anteriores, ya que<br />

no es lógico que el tiempo se adelantara o<br />

tardara tanto respecto del año de 1655 para<br />

colocar una fecha explícita que en el documento<br />

fuera ilegible, pero está parcialmente<br />

destruida la formación de la fecha exacta.<br />

Constando mutilado por ende el dato requerido<br />

y agregado por el transcriptor.<br />

43 Lamentablemente el Escribano se equivoca<br />

por citar dos apellidos que no pertenecen<br />

a la persona posteriormente firmante en lo<br />

que respecta a “Mendez Cavello”, lo cual en<br />

esta Escritura Pública se refiere al “Bachiller<br />

Joan Méndez Cavello Comissario del Santo<br />

Oficio” en la Tenencia de Puerto Viejo. Niego<br />

que halla asistido a la sesión porque su<br />

firma no consta al final y, por lo tanto, fue<br />

una precipitación del Escribano confundirlo<br />

como apellidos de otra persona. Los folios<br />

sucesores nos hablan de lo fundamental que<br />

esta persona ejercería para hacer posible el<br />

traslado del tabaco hasta Manta.<br />

44 Es interpretable a simple vista también<br />

como No sale.<br />

10<br />

Diego Sedeño. (f) Martín de Garay. (f)<br />

Francisco de Espinales. (f) Gerónimo<br />

Sánchez. (f) Bartholomé Cedeño. (f)<br />

Pedro Bravo de Brito. (f) Christoval<br />

del Salto. (f) Joan de Artiaga. (f) Miguel<br />

Pérez. (f) Joan Macías Cortéz. (f)<br />

Andrés de Argote.<br />

A rruego y por testigos.<br />

(f) Juan de la Rrocha. 46<br />

Ante mí,<br />

(f) Andrés Marques de Gacetta47 Escribano Público y de Cavildo<br />

45 Es tan confusa la letra asumida por el autor<br />

como S, que puede interpretarse conjugada<br />

como H y O reunidas parcialmente en H° o<br />

Hro como abreviatura correspondiendo su<br />

descifraje a la denominación de Henero en<br />

grafía de la época que trata este documento.<br />

46 Quien firma dos veces en el mismo folio,<br />

una consta en la parte inferior derecha y otra<br />

en la izquierda, a continuación de su primera<br />

firma, siendo la última de todos quienes<br />

firmaron este documento.<br />

47 Andrés Marqués de Gazetta, o en otras grafías<br />

de su tiempo variando su segundo apellido:<br />

Gaseta o Gacetta, es conocido que fue Escribano<br />

Público, de Cabildo, Minas y Registros<br />

de la Ciudad de San Gregorio de Puerto Viejo,<br />

sus Términos y Jurisdicción en primera instancia<br />

oficial; aquello sin que la proporción<br />

del dato se explique mejor (a motivo que<br />

haya sido muy posible haberse encontrado<br />

su titulación fidedigna en los Libros de<br />

Cabildo de Puerto Viejo). Posteriormente<br />

hay indicios de suposición en el plano de<br />

la investigación sobre Asuntos Coloniales del<br />

Ecuador que corroboran le fuera concedidaconfiada<br />

posiblemente o quizá (esto todavía<br />

no comprobable en historiografía manabita)<br />

la primera Notaría Pública en territorios de<br />

Puerto Viejo según consta en su título De<br />

notario público De las inDias Fechado a<br />

20.viii.1670; dado en Madrid por la Reina<br />

doña Mariana de Austria quien por entonces<br />

ejercía la Regencia del Reino (17.IX.1665-<br />

6.XI.1675) y signado por su secretario don


Notificación paleográfica<br />

(a): Texto adicional propuesto por<br />

el autor.<br />

? : Palabra o letra de dudosa interpretación<br />

paleográfica.<br />

..: Espacios incompletos de numeración<br />

y codificación que no se pueden descifrar<br />

por pérdida o desintegración del<br />

soporte documental material y gráfico.<br />

(f): Firma o signado de un nombre<br />

propio.<br />

Gabriel Bernardo de Quirós, incluso siendo<br />

algo sorprendente sin haberlo conseguido<br />

en por la intermediación del Consejo, tal<br />

cual como con muchos Escribanos había<br />

ocurrido. Con esta merced regia se facultaba<br />

a desempeñar funciones privilegiadas<br />

en la administración de todos los Archivos<br />

judiciales y Extrajudiciales, Comprobantes,<br />

Escrituras, etc., puestas a su cargo, además<br />

debiendo pasar por su firma y lectura todas<br />

las modalidades de documentos que a su<br />

criterio quizá tardíamente estaban siendo<br />

dirigidos a Guayaquil, y por la lejanía de<br />

ambas jurisdicciones dichas diligencias se<br />

podían ahora realizar sin ningún atraso en<br />

Puerto Viejo por instancia directa. En las<br />

Actas del Cabildo de Guayaquil tenemos<br />

algunas referencias cronológicamente encontradas,<br />

de hecho en el tomo VI (Cabildo:<br />

8.VI.1682 - Segundo Asunto); se acuerda permitir<br />

a Andrés Marqués de Gaseta use el oficio<br />

de Escribano en la Ciudad de manera provisoria<br />

argumentando la sesión Capitular<br />

que “En este Cabildo se propuso que no hay<br />

Escribanos (únicamente no), más que el Escribano<br />

de Cabildo y no se puede hacer con<br />

un Escribano solo todo lo que conviene a la<br />

República y por cuanto está en esta Ciudad<br />

Andrés Marqués de Gaseta, Escribano Real,<br />

a quien se le puede entregar las llaves del<br />

oficio de Escribano Público que fue de Juan<br />

Martínez de Miranda, quien tiene puesto el<br />

dicho oficio y van corriendo los pregones<br />

por orden de Su Alteza, para que con esto<br />

haya a quien dé el despacho necesario al<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

Bibliografía<br />

Bibliografía textual<br />

Freile Granizo, Juan,<br />

1972 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />

tomo I: 1634 a 1639 / De la Primera Época,<br />

versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />

transcripción original de José Gabriel Pino<br />

Roca, revisada por Rafael Euclides Silva, Santiago<br />

de Guayaquil. Publicación del Archivo<br />

Histórico del Guayas bajo patrocinio de la<br />

Junta Cívica de Guayaquil (31.VIII.1972).<br />

1973 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />

tomo III: 1650 a 1657 / De la Primera Época,<br />

versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />

transcripción original de José Gabriel Pino<br />

Roca, revisada por Rafael Euclides Silva, Santiago<br />

de Guayaquil. Publicación del Archivo<br />

Histórico del Guayas bajo patrocinio de la<br />

Junta Cívica de Guayaquil y con auspicio<br />

del Banco de Guayaquil y el Banco del Pichincha<br />

(10.VII.1973).<br />

1974 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />

tomo IV: 1660 a 1668 / De la Primera Época,<br />

versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />

trascripción original de José Gabriel Pino<br />

Roca y revisada por Rafael Euclides Silva,<br />

Santiago de Guayaquil. Publicaciones del<br />

Archivo Histórico del Guayas (AHG) bajo<br />

patrocinio de la Junta Cívica de Guayaquil.<br />

bien público. Y Sus Señorías acordaron que,<br />

por no saber si lo pueden hacer o no, se le<br />

permita por tiempo de tres meses con cargo<br />

de que, en el (en)tretanto que se le rematare<br />

el dicho oficio traiga aprobación del Gobierno<br />

de la Ciudad de Quito dentro de tres meses,<br />

y donde no (pudiere ser autorizado), no<br />

use de ello por más tiempo, y con cargo de<br />

pagar la Media Anata que tocare a Su Majestad<br />

del dicho tiempo y se le entreguen los<br />

papeles por inventario, y haga el juramento<br />

necesario; con lo cual se acabó este Cabildo ,<br />

y mandaron se haga saber la Real Provisión<br />

a los Señores Jueces Oficiales Reales, y se inserte<br />

en este Cabildo, y lo firmaron” (Freile<br />

Granizo, 1980).<br />

11


1980 Actas del Cabildo Colonial de Guayaquil,<br />

tomo V: 1682 a 1689 / De la Primera Época,<br />

versión de Juan Freile Granizo, basada en la<br />

trascripción original de José Gabriel Pino<br />

Roca y revisada por Rafael Euclides Silva,<br />

Santiago de Guayaquil. Publicaciones del<br />

Archivo Histórico del Guayas (AHG).<br />

Garcés G., Jorge A,<br />

1946 Colección de Cédulas Reales dirigidas a la Audiencia<br />

de Quito 1601 – 1660, tomo segundo,<br />

versión de Jorge A. Garcés G./Paleógrafo,<br />

vol. XXI. Prólogo de J. Jijón y Caamaño<br />

alcalde de Quito, Quito. Publicaciones del<br />

Archivo Municipal de Quito, 31 de enero de<br />

1946.<br />

1960 Paleografía diplomática española y sus peculiaridades<br />

en América, 2a. ed, Quito, Casa de<br />

la Cultura Ecuatoriana (24.VI.1960).<br />

Hidrovo Quiñónez, Tatiana, Paulina Terán Gonzáles, y<br />

otros investigadores,<br />

2006 Vientos de Rí, Guayaquil, Banco Central del<br />

Ecuador / Museo Nahím Isaías, agosto de<br />

2006.<br />

Loor Jara, Susana,<br />

2010 Catálogo del Fondo Documental de Manuscritos<br />

del Archivo Histórico del Guayas, tomo<br />

I, Guayaquil, Talleres Gráficos del Archivo<br />

Histórico del Guayas, octubre de 2010.<br />

Bibliografía electrónica<br />

http://es.wikisource.org/wiki/T%C3%ADtulo_de_<br />

Escribano_y_Notario_P%C3%BAblico_<br />

d e _ l a s _ I n d i a s _ % 2 8 2 0 _ d e _ Ag o s to_<br />

de_1670%29<br />

https://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />

de_Guayaquil_(8_de_Junio_de_1682) .<br />

http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />

de_Guayaquil_%286_de_Septiembre_<br />

de_1638%29 .<br />

http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_de_Guayaquil_%287_de_Enero_<br />

de_1637%29 .<br />

12<br />

http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />

de_Guayaquil_%286_de_Septiembre_<br />

de_1653%29 .<br />

http://es.wikisource.org/wiki/C%C3%A9dula_Real_<br />

para_la_Audiencia_de_Quito_%2817_de_<br />

Noviembre_de_1602%29<br />

http://es.wikisource.org/wiki/Acta_del_Cabildo_<br />

de_Guayaquil_(8_de_Enero_de_1661)


portoViejo<br />

En los albores de la conquista europea.<br />

La expedición de La armada del Sur<br />

… Debieron haber zarpado en día dos<br />

(02) de enero, 1 pero el Tonatiuh 2 sentía<br />

que “algo” no cuajaba, sensación que<br />

le obligó mandar venir a Juan 3 …<br />

… Llegado que fuere este, en medio<br />

de una parafernalia de solemnidades,<br />

despedidas y bendiciones, encárgale<br />

oficialmente la investidura de Gobernador<br />

de las firmes tierras –de las nunca<br />

antes como entonces–, Christianísimas<br />

tierras firmes 4 de Guatemala…<br />

Las carracas 5 serían diez; los casi<br />

nobles barloventeros, en su mayoría<br />

jóvenes mancebos, guerreros de mar<br />

José Lorenzo Saá Bernstein*<br />

Tren Andino, Carracas en el Amay<br />

* Escritor e historiador nacido en la ciudad<br />

de Ambato.<br />

Tren Andino, San Gregorio Nacianceno<br />

1 Dos (02) de enero.- Miércoles dos (02) de<br />

enero (1534), se conmemora el día de San<br />

Gregorio de Nacianceno.<br />

2 Tonatiuh. (Id. Quitché/ Kitche). SOL.- Descendiente/favorito;<br />

amado-reconocido del/<br />

por el SOL. // México.- 5to. SOL.<br />

3 Juan.- Se trata de Juan el hermano de Pedro”:<br />

“el Tonatiuh”.<br />

4 “Tierras firmes”.- Entiéndase como “tierras<br />

firmes”, las que en ese, su momento, estuvieron<br />

ya consolidadas en favor y beneficio<br />

–entre otros– de la Corona española y sus<br />

a láteres* (*la Iglesia ).- Incluye a Panamá<br />

(Santiago del Alanje).<br />

5 Las carracas.- Embarcaciones entonces consideradas<br />

modernas, frente a las usuales<br />

NAOS de la época… Carraca, Embarcación<br />

y Nao, son para estos efectos palabras sinónimas.<br />

13


y tierra, en bulto alcanzarían a ser<br />

doscientos (200)…; doscientos veinte<br />

y tres (223) los corceles; con otros,<br />

que no hombres entre los de pieles<br />

cobrizas y negras, para la estadística<br />

sumarían quinientos (500), acaso seis<br />

cientos (600).<br />

CONCHAÜITA 6 los despide alrededor<br />

de los días 29-30 de enero de 1534;<br />

cuando se hacen a la mar; entonces, del<br />

galeón los brazos: trepidan; enormes<br />

cucharas en curtidas manos: apalancan.<br />

Una caja7 en la panza de las entrañas<br />

del armatoste acompasadamente: retumba;<br />

los del Kachnikel: 8 maniobran;<br />

poco conocidas aguas en la plana, casi<br />

pacífica mar del Sur: espera…<br />

…Se hace pues a las velas la Armada<br />

de Sur.-<br />

Treinta y tres (33) días de navegación<br />

–a fuer de remos y velas– alega<br />

ante Carlos Dn. Pedro, el Caballero de<br />

Santiago haber bregado, aun por sobre<br />

seguro navegando en permanen-<br />

6 CONCHAÜITA, Conchagüita.- Puerto y<br />

astillero naval sobre el O. Pacífico.- Nicaragua<br />

(lugar en el que Dn. Pedro mando<br />

construir algunas de las carracas; donde<br />

–además– naufragaron dos destas*); que<br />

constituirían parte integral de la/su “Armada<br />

del Sur”).<br />

7 Una “caja”.- Un tambor<br />

8 Kachnikel.- Así llamada la comarca donde<br />

“recogió” la gente (indios cristianizados)<br />

Quitché, los que le “acompañarían” en la/<br />

su expedición…<br />

9 Lanzar/ “echar noventa (90) de sus equinos<br />

por la borda”. AGI.- Comentario.- Tengo<br />

por seguro que, antes de fondear en el<br />

entonces ya llamado “viejo” puerto, en el<br />

seno de la bahía de las carracas, lo hizo –<br />

previamente–, en el entonces también ya<br />

14<br />

Tren Andino, Carracas en el Amay<br />

te ruta de cabotaje; comparece e incontinente<br />

declara: “… haberse visto<br />

obligado a lanzar noventa (90) de sus<br />

equinos por la borda…”. 9<br />

En los albores de la<br />

conquista europea<br />

… Por supuesto, el Gregorio del viejo<br />

puerto en la bahía de las carracas,<br />

no podía ser menos quel *a de la partida<br />

en Conchagüita; atracan pues sus<br />

naves entre los días dos y tres (02-03)<br />

de marzo, del mil quinientos treinta<br />

conocido y “bautizado” “puerto” de San<br />

Matheo de las esmeraldas, desembarcando<br />

y dejando algo de gente, y los supuestos<br />

náufragos de fatal destino, declarados 90<br />

equinos; muchos de los mismos que, por<br />

“pura casualidad”, reaparecerán más tarde<br />

en la encomienda (Hacienda) de.. un acaudalado<br />

Dn. Francisco de Orellana, teniente<br />

de gobernador en tierras/comarcas del<br />

¡Man a bí/ Ma na bí …! (¿Can ce bí?)(1537).<br />

*a.- quel.- que el (del autor-para lugares/bienes/objetos,<br />

etc.; por abreviar, en beneficio<br />

de la fonía; y, p.q.m.d.l.g. (f. El Eco) (Igual<br />

para “destas”*).


Tren Andino, San Gregorio Nisa<br />

y cuatroavo (1.534avo. Año Juliano)<br />

año *b de la era Christiana…<br />

Don Pedro de Alvarado informa<br />

(fragmento):<br />

He de hacer conocer a Vuestra Majestad,<br />

que yo partí del puerto de Guatemala<br />

con diez (10) naves y seis cientos<br />

(600) hombres de mar [marineros]<br />

y tierra [combatientes], además con<br />

doscientos veinte y tres (223) caballos,<br />

para luego de treinta y tres (33) días<br />

de navegación y, habiendo tenido que<br />

soportar mares tempestuosas y vientos<br />

contrarios, estos me llevaran a incur-<br />

*b.- Según el calendario Juliano (años: ¿Balseros:<br />

desde ilore tempo ).<br />

10 Desembarcan hato y garabato.- Desembarcan<br />

ganado caballar y otros: armas, pólvora,<br />

municiones, vestimenta, etc.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

sionar en esta Gobernación de Pizarro,<br />

pues una vez tomada por las naves la<br />

costa, se torna imposible navegar, por<br />

cuanto existen corrientes marinas, y<br />

cielos tormentosos, entonces queriendo<br />

seguir adelante (navegando) en estas<br />

condiciones me forzaron a trabajar mucho<br />

con los navíos, viéndome obligado<br />

echar * (*lanzar) noventa (90) caballos<br />

a la mar, quebrando [rompiendo/trozando]<br />

además antenas [mástiles?] y<br />

rompiendo aparejos, por manera que<br />

fue por necesidad que hube de tomar<br />

tierra, por la cual me interné para seguir<br />

adelante en continuación de mi<br />

viaje. Fol. 5.- En la seguridad de que<br />

la gran clemencia de Vuestra Majestad<br />

hará que de mi perdida y grandes gastos,<br />

yo perciba larga (generosa-grande)<br />

remuneración como mis servicios lo<br />

merecen; en esta no diré más hasta que<br />

llegue a esos reinos, en donde vuestra<br />

Majestad por mi parte con mayor detalle<br />

será informado. Que Dios a Vuestra<br />

muy Cathólica Sacra Cesárea Majestad,<br />

guarde y prospere con el aumento de<br />

mayores reinos y señoríos, como todos<br />

lo deseamos. Desde el Puerto de San<br />

Miguel, en quince (15) de enero (1535).-<br />

Sacra Católica Cesárea Majestad, Menor<br />

y más humilde vasallo de Vuestra<br />

Majestad que sus pies y manos besa. *c<br />

Ironías del destino<br />

…Desembarcan hato y garabato, 10<br />

entonces en día sábado nueve (09<br />

-¿12?) de marzo (1534), y bajo la advocación<br />

de San Gregorio de Nisa, por<br />

ser el día de su conmemoración, 11 en<br />

11 Ser el día de su conmemoración.- Día calendario/almanaque<br />

(marzo 09), fecha en<br />

la que se conmemora a San Gregorio de<br />

Nisa (es posible, que acaso la fecha de fundación,<br />

se diera unos días a posteriori).<br />

15


la forma de una doctrinaria se fundan/asientan,<br />

estableciendo el obligado<br />

“Real”. 12<br />

… No podía faltar el inefable cura,<br />

poderoso traficante –entre otras– de<br />

celestiales influencias y beneficios;<br />

no, el indispensable plumario: “dador<br />

(¿hacedor?) de fe pública”…<br />

El primigenio conocido lugar de<br />

abastecimiento* (*y acaso algún calafateo)<br />

de las embarcaciones, tornado<br />

16<br />

Tren Andino, Dn. Pedro de Alvarado y Contreras<br />

12 Estableciendo el obligado “Real”.- Un<br />

fuerte; pero también, un símbolo/ícono/<br />

divisa, de la presencia/dominio de España<br />

y el Rey, en las correspondientes<br />

comarcas/”países”, con que la fuerza expedicionaria<br />

se hacía evidente.<br />

13 Es tornado en/restablecido como un asiento.<br />

14 De las carracas. Básicamente descrito (que<br />

no nombrado) el lugar así, por ser este –el<br />

de puerto– el papel que desempeñaba (“la<br />

vocación” que tenía); pero, principalmente,<br />

para diferenciar esta fundación de otras<br />

similares (Sic. fundaciones), que con/ bajo<br />

el patronímico de San Gregorio (Bajo la advocación<br />

y/o admonición de San Gregorio), se<br />

establecieron antes, o más tarde (se) pudieren<br />

en otros lares establecer…<br />

como/en un Asiento 13 de la Doctrina<br />

de San Gregorio, en el ya entonces viejo<br />

puerto (“puerto viejo”) de las carracas,<br />

14 (¿Asiento tardíamente fundado?)<br />

por Dn. Pedro de Alvarado y Conteras,<br />

quien con la (su) “Armada del Sur, se<br />

Allega al sector, saltando a tierra firme”<br />

en los primeros días (02-03) calendario,<br />

del mes de marzo del año 1534, desembarca<br />

su gente y caballos, descarga sus<br />

embarcaciones, “…y las manda (a) barloventear”,<br />

15 procediendo en día sábado<br />

09 de marzo (1534), día en que se rememora<br />

a San Gregorio de Nisa a poner bajo<br />

la advocación y admonición de este San<br />

Gregorio de Nisa, el lugar y la comarca,<br />

en el que con su gente e indios, 15a se establece/asienta/<br />

Funda 16 …<br />

15 “…las manda a barloventear”.- Aunque,<br />

así lo declara paladinamente Alvarado, en<br />

carta autógrafa a S.M. el Rey *(AGI), al parecer<br />

en la práctica, lo que hacen sus pilotos,<br />

es navegar con curso Sur, hasta alcanzar el<br />

delta de “un río grande” ingresar en él; y en<br />

pleamar, cursar sus aguas arriba, hasta donde<br />

la navegación lo permitía (posiblemente<br />

hasta el actual Babahoyo), llegando a las<br />

comarcas del Amay!, lugar al que aparentemente,<br />

ya hubieron llegado las dos (02) embarcaciones,<br />

que uno, acaso hasta dos (01,<br />

/02) (¿1531/1532?) año/s antes, hubo para<br />

explorar despachado.- A*<br />

A*.- A.G.I, 1533.- Código de referencia: es.41091.<br />

agi/16416.5.16.8//patronato, 192, N.1, R.1<br />

Alcance y contenido: “Adelantado Pedro de<br />

Alvarado: estado en que tenía una armada”.-<br />

“Carta original escrita a Su Majestad por el<br />

adelantado Pedro de Alvarado, sobre el estado<br />

en que tenía una armada: que había enviado<br />

una nave y un galeón a descubrir por el Mar del<br />

Sur y que, si venían con buenas noticias, saldría<br />

con su armada y gente a poblar…” (¿1531/32?).<br />

15a Al parecer a los indios aun no se los consideraba<br />

gente en ese entonces<br />

16 En que él, su/el de él fundillo sienta /pone,<br />

cimientos –bases/descansa.– f. El Eco.


Nadie fundó Portoviejo<br />

Dn. Pedro de Alvarado y Contreras,<br />

el Caballero de la Orden de Santiago,<br />

sí fundó en el para ÉL, ya entonces<br />

(1534) viejo puerto de las carracas; y, luego<br />

de establecer un Real* (*una pequeña<br />

fortificación): una Doctrinaria, bajo<br />

la admonición (¿advocación acaso?)<br />

de San Gregorio de Nisa…!<br />

… Nadie fundó Portoviejo; el lugar de<br />

“Indias”, del entonces ya (injustamente)<br />

denominado Continente Americano.-<br />

Ubicado sobre las costas allende las mares<br />

del SUR; en realidad es una Bahía,<br />

con la que se encontraron / descubrieron;<br />

y, de lo que se conoce, en curso de<br />

cabotaje, regularmente en sus embarcaciones<br />

acudirían-recalarían, desdeel año<br />

de 1526 los expedicionarios conquistadores<br />

europeos, en/con el fin de abastecer<br />

sus vitales necesidades de a bordo. 17<br />

Para estos efectos tenían necesidad<br />

de fondear, atracar, echar anclas en la<br />

costa en algún lugar topográficamente<br />

apto para estos menesteres; encontrado<br />

el mismo, lo denominarían/lo calificarían<br />

como un puerto…; en el que,<br />

aun estando el lugar habitado por Inti<br />

anos, 18 Nunca en los primeros años los<br />

16a Aprox. Un (1º) grado de latitud meridional<br />

y en dos (2º) grados de longitud occidental<br />

(*De Mercator.) *Un grado en el cuadrante<br />

del Mercator, equivale a aproximadamente<br />

–entre– diecisiete y diecisiete y medio (17 y<br />

17.5) leguas castellanas.<br />

17 … necesidades de a bordo.- Agua dulce,<br />

alimentos, combustible (“leña”), etc.<br />

18 Inti anos.- Adoradores del SOL.<br />

19 Al parecer el primero en hacerlo oficialmente,<br />

es Dn. Pedro de Alvarado.- Ver: “Carta<br />

de Alvarado al Rey”.- A.G.I. Patronato, 192,<br />

N.1, R.9 fol. 1 + 1534.- “Entre tanto, con el<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

Tren Andino, Dn. Pedro de Alvarado y Contreras<br />

conquistadores Formalmente se asentarían19<br />

como una Doctrinaria, para convertir<br />

a sus “herejes” nativos en fieles<br />

Cristianos, cuál fue siempre la declarada<br />

razón de su presencia, …y su “nunca<br />

fementida” piadosísima intención…!<br />

Con el paso de los años y el establecimiento<br />

de otros Puertos en el área, a<br />

este primigenio, en el imaginario colectivo<br />

y para diferenciarlo de los otros<br />

nuevos, se le calificó con el descriptivo<br />

de (el) puerto viejo, pues en la comarca<br />

y para fines de la conquista-coloniza-<br />

fin de que el descubrimiento no se hiciese,<br />

tomaron la posesión de todo; 13* sin embargo,<br />

de que (el descubrimiento) no correspondía<br />

a las tierras dentro de la Gobernación<br />

de Pizarro, puesto que hasta ahora a<br />

excepción de él (Alvarado), ningún navío<br />

avía llegado; por tanto a mí me corresponde<br />

la conquista de lo de adelante (las tierras<br />

del río de Amay y las del quito), así<br />

por el descubrimiento como por las muchas<br />

costas y gastos que he hecho, como<br />

por la gente 14* que he metido en la tierra,<br />

suplico a Vuestra Majestad no permita ni<br />

consienta, que se me haga tan grande agravio;<br />

y, me dé lugar, para que yo siga con<br />

mis descubrimientos, tal como yo los hube<br />

comenzado, porque nadie como yo en ello<br />

a Vuestra Majestad podía servir”.<br />

17


ción (del área quiteña), Babahoyo, 20<br />

tomaría su lugar como embarcadero.<br />

Como “el puerto en la bahía de las<br />

carracas”; para estos y otros futuros<br />

navegantes 21 ya entonces considerado<br />

“viejo”, en donde efectivamente se establecerá<br />

–como– un “Real” de avanzada,<br />

en espera de la llegada de sus<br />

cabalgantes compañeros, con lo que<br />

“de poráy hubierende conseguido”. 22 …!<br />

Como Villa, se<br />

reasenta San Gregorio<br />

La –hoy– Ciudad; actualmente llamada<br />

(de) Portoviejo, fue restablecida, con<br />

un Expreso Mandato de Pizarro (D. de<br />

Almagro, vía Pacheco), para recibir<br />

a los colonos y expedicionarios que<br />

llegaban/“bajaban” de Nueva España/México;<br />

y, los que “subían” de<br />

Castilla /de San Miguel del Piura, para<br />

enviarlos de inmediato “pasar para<br />

20 Puerto fluvial.- Entonces llamado Santiago<br />

del Amay, la futura ciudad de Guayaquil).<br />

21 En este caso, para Alvarado y subsecuentes<br />

expedicionarios.<br />

22 “De poráy hubieren de conseguido”.- Típica<br />

expresión castiza, empleada cuando se programaba<br />

salir para la práctica de actos de<br />

bandalaje, por parte de los jóvenes, en los<br />

barrios pobres de la España de entonces…!<br />

Ref. “La culata”, ver: .<br />

23 “Pasar para arriba”.- Pasar a las comarcas<br />

del altiplano del quito.<br />

24 Como estuvo permitido que: “…asientos y<br />

doctrinas, que así establecidos, con el transcurso<br />

del tiempo y mediando una ‘Real<br />

provisión’ (Cédula Real), se convertirían<br />

en Asientos –en sus inicios–, pudiendo más<br />

tarde obtener –Insisto: vía Real Provisión–<br />

la categoría de villas; y, acaso luego la de<br />

18<br />

Tren Andino, fundación de Portoviejo<br />

arriba”, 23 lugar en el que al momento<br />

se encontraba el ya entonces Mariscal<br />

Dn. Diego de Almagro; siendo que fue<br />

restablecida, como estuvo permitido 24<br />

en esa época, con su original nombre<br />

ciudad/es, sin importar el sitio en el que se<br />

establecieran o restablecieran”; pues: “Les<br />

hera permitido a los habitantes del lugar [del<br />

asiento osriginal/Primigenio], Llevar Consigo el<br />

Nombre de la ‘Ciudad’ que hubierende fundado<br />

y de la que se mudaban”, ya que este (insisto:<br />

El nombre) Se reputaba de su propiedad…”. A*<br />

A*.- NOTA 1.- Carlos V dicta el 04 de mayo<br />

de 1534, en Toledo, una Real Provisión facultando<br />

al Gobernador Pizarro… “Por<br />

la presente doy licencia y faculto a vos, el<br />

dicho capitán Francisco Pizarro, para que<br />

cada vez y cuando os pareciere que conviene<br />

a nuestro servicio, mudarse algún pueblo<br />

de los hubiesedes poblado o poblasedes<br />

en los límites de vuestra gobernación lo podáis<br />

mudar y mudéis en la parte y sitio que<br />

vos pareciere que convenga…” (Pares-mincultura<br />

españa-. ).


de “Pila”, 25 pero en calidad de una nueva<br />

Villa y no única y solamente, como<br />

en el viejo puerto: Asiento de una Doctrinaria<br />

de la advocación de San Gregorio;<br />

para custodiar la frontera norte<br />

de la Gobernación de Pizarro; región<br />

conocida y llamada de “La culata”. 26<br />

… No tubo pues inicialmente la categoría<br />

de ciudad, ni siquiera la de villa<br />

ninguna de las fundaciones españolas,<br />

pues absolutamente todas –insisto: las<br />

fundaciones hispaniolas– se iniciaron<br />

como asientos, acaso por excepción<br />

alguna(s) como Asiento(s).-<br />

… Para abundar en el complejo tema<br />

de tratar de historiar sobre y alrededor<br />

de las fundaciones, en tierras que<br />

los conquistadores llamarían América;<br />

y, como ejemplo, he de anotar<br />

que Ambato, Guayaquil, Portoviejo,<br />

Quito, Bahía de Caraques, Ibarra, Riobamba,<br />

etc. ¡…no!,…!no…! No son los<br />

nombres originales de las –hoy– ciudades<br />

por estos “nombres” conocidas<br />

y reconocidas; pero, sí lo son los<br />

de: San Juan, Santiago, San Gregorio,<br />

San Francisco, San Pedro, San Jacinto,<br />

san… san… respectivamente. Estos<br />

personajes fueron y siguen siendo, en<br />

estos “nuestros” días, los patronos de<br />

los anotados lares.<br />

(Nota) Francisco Pizarro González vs.<br />

Pedro de Alvarado y Contreras fueron<br />

considerados pares/iguales ante la Co-<br />

25 “Pila”.- Con respecto a la pila/fuente de<br />

agua bautismal, sitio en el que se practica<br />

el rito del bautizo e impone el Nombre a las<br />

personas de confesión católica apostólica<br />

romana.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

rona, el primero como Gobernador y<br />

Capitán general del Perú* (*incluye las<br />

comarcas y territorios del actual Ecuador<br />

República), cuando por Gobernador<br />

de México y Guatemala el segundo.<br />

Pizarro, hijo de familia de modesto<br />

origen, Alvarado de casa nobiliaria<br />

(de segundo orden).<br />

Estos dos y únicamente ellos (eventualmente<br />

sus delegados, con provisiones<br />

expresas), en esta parte de las Indias,<br />

estuvieron facultados entonces por sus<br />

respectivas capitulaciones, para en el<br />

nombre del Rey poblar- asentar-fundar-<br />

“meter gente”, en las comarcas sujetas<br />

al proceso de conquista-colonización…<br />

Poma de Ayala, en la práctica reproduce un<br />

concepto, pues jamás transitó/visitó –todos–<br />

los lugares que grafica/dibuja/reproduce<br />

en su obra; por lo tanto, la grafías no son<br />

reproducciones/“planos” de lo que en 1615<br />

o antes serían, lo que él en su época llama<br />

“ciudades”.<br />

26 “La culata”.- El límite Norte de la Gobernación<br />

de Pizarro. Ver: .<br />

19


Carta autógrafa del<br />

Adelantado Pedro de Alvarado<br />

a S.M. el rey<br />

20<br />

Tren Andino, Fundación de Portoviejo<br />

… Entre tanto, con el fin de que el descubrimiento<br />

no se hiciese, tomaron la<br />

posesión de todo, sin embargo de que<br />

(el descubrimiento) no correspondía<br />

a las tierras dentro de la Gobernación<br />

de Pizarro, puesto que hasta ahora a<br />

excepción de él (Alvarado), ningún<br />

navío avía llegado; 27 por tanto, a mí me<br />

corresponde la conquista de lo de adelante,<br />

28 así por el descubrimiento como<br />

por las muchas costas y gastos que<br />

he hecho, como por la gente que he<br />

metido en la tierra, suplico a Vuestra<br />

27 … Ningún navío avía llegado… Hace referencia<br />

al curso superior del Amay (actual<br />

Babahoyo).<br />

28 Se refiere a las tierras (1er. Asiento de Santiago)<br />

del río de Amay y las del altiplano<br />

del quito.- A.G.I. Fuente primaria: Archivos<br />

españoles.- Patronato, 192, N.1, R.9.-<br />

fol. 1 Pirú 1534.-<br />

Majestad no permita ni consienta, que<br />

se me haga tan grande agravio; y, me<br />

dé lugar, para que yo siga con mis descubrimientos,<br />

tal como yo los hube<br />

comenzado, porque nadie como yo en<br />

ello a Vuestra Majestad podía servir…<br />

“Desde el Puerto de San Miguel, en<br />

quince (15) de enero” (1535).<br />

Por manera que, si realmente se dio<br />

una fundación en algún –ya desde<br />

hace mucho existente– puerto (de balseros<br />

nativos) en el sector de la Bahía<br />

donde se abastecían las carracas, esta<br />

se daría como tal personalmente por<br />

(el Gobernador) Pizarro, en alguna de<br />

sus travesías; acaso por Alvarado (el<br />

Gobernador) su igual/su par, cuando<br />

envió uno, quizá dos años antes de<br />

partir con su Armada, dos (02) naves<br />

a explorar la zona; alternativamente<br />

cuando más tarde ingresando (¿arbitrariamente?)<br />

en tierras de la gobernación<br />

del futuro Marqués, se “allegara”<br />

hasta la tierras comarcanas del<br />

quito*…<br />

(*Nota) Al lado de Dn. P. de Alvarado<br />

llegaría y combatiría Diego Centeno:<br />

(Ciudad Rodrigo 1514 – Chuquisaca<br />

1549), este personaje es uno de los que,<br />

en 1534, logró llegar a la plataforma<br />

andina de la Colta (Kulka) cucha (cerca<br />

de la actual ciudad de Riobamba; fue<br />

ballestero y arcabucero).<br />

*… Entre el Gobernador Pizarro y don<br />

Diego de Almagro concertaron, entonces,<br />

que por cuanto Hernando Pizarro<br />

hubo venido a Castilla (Perú), con miras<br />

a solicitar una Gobernación de la<br />

parte de las tierras correspondientes a<br />

el Cuzco, a favor de Dn. Diego de Almagro,<br />

desde luego las que él fuese a<br />

conquistar, se le proveyó de un capi-


tán llamado Pacheco 29 para la costa 30 de<br />

Puerto Viejo*, con el fin de que la ampare<br />

31 y, para que a toda la gente que<br />

viniese, la hiciese pasar para arriba, 32<br />

en seguimiento del anotado Mariscal<br />

Almagro. 33 (1536-37); y, que luego de<br />

varios desplazamientos/reasentamientos<br />

devendría en la Villa nueva<br />

de San Gregorio del/en el puerto viejo/viejo<br />

puerto de San Gregorio (Relación<br />

del viaje a Perú de Pedro de Alvarado.-<br />

A.G.I. Patronato, 28, R.57).<br />

Actualmente, ya no se usa el patronímico<br />

de San Gregorio (este sí, un nombre “de<br />

Pila”, a la usanza y tradición Christiana<br />

obligatorias en esa época), y se reconoce<br />

oficialmente el –bello– lugar, por su<br />

antiguo (“nombre”) descriptivo-referencial<br />

constreñido/apocopado, como<br />

Portoviejo 34 …!<br />

(Nota) La Iglesia Jamás hubiera permitido<br />

como patronímico algo semejante<br />

como: Puerto Viejo, Portoviejo, Quito,<br />

Riobamba, Ibarra, Guayaquil, Ambato,<br />

como Nombre (Bis: Patronímico) de/<br />

para que se asiente una doctrinaria;<br />

pues es, como/en la forma de doctrinarias,<br />

que absolutamente todas las en<br />

29 Se le proveyó de un capitán llamado Pacheco*<br />

(*durante el asedio del Cuzco.- Mayo 06<br />

de 1536 - marzo 1537). Ver: .<br />

30 Para la costa de Puerto Viejo* (*del/ cita/<br />

ubicada/correspondiente al puerto viejo)<br />

(* N. del A, que no, necesariamente para el<br />

Asiento/posible “arbitraria” “Villa” de San<br />

Gregorio, lugar en el que quedaban muy<br />

pocos, de los que Alvarado hubo “metido<br />

en tierra”/ “poblado”).<br />

31 Ampare.- Proteja (en contra de un –muy<br />

posible– intento de incursión de Dn. Pedro<br />

de Alvarado (me recuerda a J.J. Flores.- f. El<br />

Eco).<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

el futuro ciudades –inclusive las hoy<br />

desaparecidas–, pues en toda la desde<br />

entonces llamada América hispana, se<br />

fundaron/ asentaron como doctrinarias;<br />

y lo son, bajo el mote y en el nombre de<br />

la Christiandad, puesto que cristianizar<br />

a los herejes sería el leitmotif al amparo<br />

del que se dan las conquistas de estas<br />

tierras… (de ser leitmotiv, ¡Póngale Ud.<br />

la música!.- f. El Eco).<br />

La conquista española<br />

El anotado capitán Gonzalo de Olmos, 35<br />

vino y fundó un pueblo a una distancia<br />

de cuatro (04) leguas del mar, y lo llama<br />

Villanueva de Puerto Viejo. 36 Estando<br />

32 Pasar para arriba.- Pasar a las comarcas del<br />

altiplano del quito.<br />

33 En seguimiento del anotado Mariscal Almagro<br />

(1536-1537). Notar que a Almagro<br />

ya se le llama Mariscal y no Adelantado.<br />

34 Portoviejo. Eventualmente este “nombre”<br />

tomado por algún cronista o mapa de origen<br />

y lengua lusitanos, posterior a 1534.<br />

35 Gonzalo de Olmos.- Olmos fue hombre de<br />

Alvarado, esta la razón para que sea “mal<br />

visto”, por la gente de Pizarro.<br />

36 Villanueva A* de Puerto Viejo.- Benalcázar<br />

fue hombre de los Pizarro, como tal pretende<br />

reivindicar el “antiguo” Asiento; y, por<br />

tanto, la llama villa nueva del viejo puerto<br />

y no San Gregorio.<br />

21


37 Al que lo llamó Santiago.- No tenía ninguna<br />

posibilidad de llamarlo de otra manera/<br />

con otro nombre, pues el “derecho de prioritazgo”<br />

cedido por Alvarado a Pizarro,<br />

que lo hubo ya antes ejercido Alvarado, no<br />

permitía retroactividad!<br />

A* .- Villanueva (de San Gregorio) de Portoviejo*<br />

(*viene del primigenio/original<br />

–oficialmente–) desde 1526 fondeadero de<br />

embarcaciones españolas, a cuyos márgenes<br />

se establecería el primer Asiento y doctrinaria<br />

del ya para entonces (1534) puerto<br />

viejo (genérico descriptivo) de (de los balseros<br />

nativos ¿>1522,1524,1525?); 1526-<br />

1528, 29; 31,32,33…) las carracas; al parecer,<br />

oficialmente refundada/reasentada entre<br />

el 9 y 12 de marzo de 1535 al mando del<br />

capitán Francisco Pacheco, en un nuevo lugar<br />

al interior, cercano al originario; tanto<br />

por motivos de seguridad, cuanto y principalmente<br />

por y para desconocer el anotado<br />

primigenio Asiento, oficialmente establecido<br />

por Dn. Pedro de Alvarado…<br />

* Villa nueva.- Necesariamente implica,<br />

que antes de Pacheco (Alr. de 1535-1536),<br />

Olmos (Alr. de 1537), sin –por el momento–<br />

descartar posibles posteriores “mudas” a<br />

22<br />

las cosas así, Benalcázar quien a esta<br />

sazón se encontraba en Quito, vino y<br />

fundó otro pueblo junto al río de Amay,<br />

al que lo llamó Santiago, 37 el que está<br />

situado a cuarenta y cinco (45) leguas 38<br />

del pueblo de Puerto Viejo, y a otras<br />

tantas de San Francisco del Quito, que<br />

siendo que se fuese Benalcázar, habiendo<br />

dejado aqueste pueblo fundado, 39<br />

vinieron los indios sobre él (sobre el<br />

pueblo) y mataron a la mayoría de los<br />

cristianos, salvo dos o tres que lograron<br />

escapar, quedado el pueblo despoblado.<br />

(Nota) (Pequeña digresión/”murgo”<br />

para efectos didácticos).- San Juan de<br />

Hambato (la actual ciudad de Ambato),<br />

luego de varios pedimentos (“Ruegos”),<br />

recién fue elevada a la condición<br />

de Villa, en 21 de septiembre de 1759…<br />

Efectivamente, en fecha de 25 de Oc-<br />

tubre del año 1756, se logró obtener la<br />

requerida Cédula Real, con la aprobación<br />

del Virrey, por parte de Santa Fe<br />

de Bogotá…<br />

S.M. la Reyna de España la desconoce<br />

totalmente, declarándola nula, de<br />

ningún valor; a la vez que suscribe<br />

una nueva, elevando esta vez sí, de<br />

una manera “regular” y definitiva, el<br />

Asiento de Hambato, a ostentar oficialmete<br />

el rango de villa… ¡el día 11<br />

de octubre de 1759…! 1*<br />

(Nota) La posición de las coordenadas<br />

geográficas está dada en grados de<br />

cargo de Puelles, acaso de Olmedo de: San<br />

Gregorio en el puerto de las carracas, ya se<br />

tomo, igual que en su momento lo hiciera<br />

San Juan de Hambato, donde ya se hubo<br />

tomado –de hecho– para sí, el carácter, privilegios,<br />

inmunidades, etc., que le corresponden<br />

a una ¡villa!… (se acata pero no se<br />

cumple”, con las órdenes de España).<br />

37 Para este caso posiblemente: se trata de una<br />

“muda”/mudanza de lugar; pues Santiago,<br />

que es anterior (Santiago del Amay; y<br />

le corresponde a Dn. P. de Alvarado su primigenia<br />

fundación 1534).- Asentada como<br />

Santiago del Amay, posible lugar en alrededores<br />

de la actual ciudad de Babahoyo,<br />

por lo que a mí parecer se trataría de una<br />

“muda” (mudanza de lugar).<br />

38 Una legua castellana, entre 5.573 y 5.914<br />

metros actuales. *Una legua marina de<br />

entonces equivale a 5.555 metros actuales<br />

(tres millas náuticas). *Un grado del “cuadrante”<br />

del Mercator, equivale a aproximadamente<br />

–entre– diecisiete y diecisiete y<br />

medio (17-17.5) leguas castellanas.<br />

39 Habiendo dejado aqueste pueblo fundado.-<br />

“Metido gente española e indios propios”…<br />

1*.- Para mayor exactitud el día 17 de octubre<br />

1759, cuando la Cédula Real se registra<br />

(“inscribe”) en Madrid. Ver: .<br />

Fundación de San Gregorio en la doctrinaria/de<br />

la doctrina del puerto viejo, en esta<br />

parte de “las” mares del Sur.- Aprox. Un (1º)<br />

grado de latitud meridional y en dos (2º)


Mercator: en “un (1º) grado de latitud<br />

meridional y en dos (2º) grados de longitud<br />

occidental…”.<br />

Durante el asedio del Cuzco (mayo 6<br />

de 1536 a marzo de 1537)… Entonces<br />

escribió al capitán Alonso de Alvarado<br />

quien se encontraba en Achapudias<br />

(¿Acchupallas?) a una distancia<br />

de cien leguas de allí, escribió también<br />

una misiva al capitán Gonzalo de Olmos<br />

quien se encontraba en la provincia<br />

de Puerto Viejo (fol. 4), a una<br />

distancia de trescientas cincuenta leguas,<br />

dándole cuenta de cómo estaba<br />

la tierra, y que se decía que todos los<br />

cristianos del Cuzco estarían muertos<br />

y que él tenía noticia que se venía (a<br />

Lima en contra de ellos) una guarnición<br />

de gentes, por lo que, pedía que<br />

todos desamparasen y despoblasen<br />

los pueblos y viniesen ante él, cada<br />

uno con la gente que con ellos se encontrare…<br />

El capitán como el más cercano, de inmediato<br />

despobló el pueblo que hubo<br />

ganado y fundado, luego con toda la<br />

gente con la que se hubo asentado se<br />

fue a la ciudad de los Reyes.<br />

Al capitán Benalcázar por estar en<br />

tierras de “muy adentro”, no le fue<br />

posible partir en socorro con persona<br />

alguna.- El capitán (Francisco) de Olmos,<br />

en conocimiento del mandato<br />

[“Provisiones”] del gobernador y no<br />

queriendo despoblar el pueblo que<br />

hubo fundado, dejó en él a su hermano<br />

Juan de Olmos, para sostenerle, ya<br />

grados de longitud occidental (del Mercator);<br />

no obstante que durante el mes de marzo<br />

de 1534, Dn. Pedro de Alvarado, entre<br />

algunos otros que –de lo que hoy se conoce–,<br />

desde aproximadamente diez (10-12),<br />

acaso doce años antes lo hicieran (“Balsas”<br />

de nativos 1524?/25?/Carracas de europeos<br />

26/28, etc.), fondearía su flota (La Armada del<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

que continuamente se debía ver por la<br />

paz de aquella provincia.<br />

Olmedo fundó Villanueva (del Puerto<br />

Viejo)… Luego llegó Hernando Pizarro,<br />

quien partía para España (lleva<br />

además consigo una parte de los quintos<br />

reales del “rescate” de Atahualpa),<br />

y porque a la provincia de Puerto Viejo,<br />

a donde el gobernador (Pizarro)<br />

avía enviado al capitán Pacheco, Benalcázar<br />

por su parte enviaría a otro<br />

Capitán, que se llamaba Pedro de Puelles<br />

para que poblara (y viviese) allí,<br />

mas entre estos dos existían diferencias<br />

alrededor de quién de ellos debía<br />

residir allí, por lo que el gobernador<br />

Pizarro de inmediato despacho al capitán<br />

Diego de Olmos para que fuere<br />

y pacificare aquella provincia y viviese<br />

en ella; entonces, los dos capitanes<br />

(Puelles y Pacheco) partieron de allí, se<br />

le recomendó con mucho énfasis además<br />

a Olmos que trabajase en excavar<br />

(explotar) la mina de las esmeraldas,<br />

pues en esta provincia era donde estas<br />

se hallaban*.<br />

(Nota) Estimo se deberían hacer trabajos<br />

de prospección mineralógica, en<br />

los alrededores de: San Matheo (¿acaso<br />

San Esteban?) de Charapotó.<br />

Sur) en el área (referente por Alvarado y sus<br />

nativos informantes, conocido “Puerto de<br />

origen y destino de los balseros”).<br />

*Ver #1.- 1539 marzo 20. Carta del obispo<br />

del Cuzco Fr. Vicente de Valverde a S.M.<br />

sobre la existencia de esmeraldas en Puerto<br />

Viejo… AGI. ES.41091.AGI/16416.5.16.8//<br />

patronato, 192, N. 1, R.19<br />

23


Bibliografía<br />

A.g.i. documentos de soporte<br />

(fuentes primarias)<br />

1533.- Código de referencia:<br />

ES.41091.AGI/16416.5.16.8//Patronato, 192, N. 1, R.1.<br />

“Adelantado Pedro de Alvarado: estado en<br />

que tenía una armada”…<br />

24<br />

Alcance y contenido: 1533.- “Carta original<br />

escrita a Su Majestad por el adelantado<br />

Pedro de Alvarado, sobre el estado en que<br />

tenía una armada: que había enviado una<br />

nave y un galeón a descubrir por el Mar del<br />

Sur y que, si venían con buenas noticias, saldría<br />

con su armada y gente a poblar, en lo<br />

cual pensaba emplear sus días. Promete a<br />

Su Majestad que si vive dos (02) años será<br />

sabedor de la tierra y reinos del Estrecho de<br />

Magallanes hasta la China, teniendo para<br />

ello gruesas naos y 700 hombres de a pie<br />

y a caballo: que no tendría a mucho poner<br />

en la China las armas de Su Majestad o en<br />

otro lugar más rico y peligroso, pues se prometía<br />

tocar en la Especiería. Que el primer<br />

viaje pensaba hacerlo hacia el Estrecho<br />

(compromiso que no le fue posible cumplir,<br />

“donde que la gente del gobernador Pizarro<br />

–Almagro– le obligara a venderles su<br />

Armada”), donde poblaría en nombre de Su<br />

Majestad, y que desde allí enviaría una nao<br />

con relación de lo que había. Dice además<br />

habérsele muerto su mujer, doña Francisca,<br />

con quien le había casado Su Majestad, y<br />

suplica que, supuesto no ser viejo, Su Majestad<br />

le vuelva a casar con mujer que salga<br />

de su casa”.<br />

1534.- Código de Referencia:<br />

ES.41091.AGI/16416.5.16.1//Patronato,185,R.9<br />

Alcance y contenido: Información recibida<br />

en la ciudad de San Miguel a petición del<br />

Mariscal don Diego de Almagro, sobre que<br />

el Adelantado Pedro de Alvarado se había<br />

introducido en la gobernación de Puerto<br />

Viejo, propia de dicho Almagro, pues él la<br />

había pacificado, siendo la de Alvarado<br />

la provincia de Guatemala, pues éste con<br />

una armada que dispuso debía seguir sus<br />

rumbos hacia levante y no hacia poniente,<br />

como tenía capitulado con Su Majestad.<br />

Nota. Al parecer D. de Almagro “olvida” en<br />

su misiva a S. M. el Rey, escribirle que para<br />

1532 Alvarado ya hubo enviado dos (02)<br />

embarcaciones a explorar –y acaso “poblar”–<br />

la zona…<br />

1539.- Código de Referencia:<br />

ES.41091.AGI/16416.3.12.9//Patronato, 96, R.6<br />

Alcance y contenido: Información de los<br />

méritos y servicios de Juan Pacheco que se<br />

halló en la conquista de Quito con el adelantado<br />

don Pedro [¿de Alvarado?] de Belalcázar<br />

y de Puerto Viejo, Popayán y otros<br />

pueblos de Perú.<br />

1539.- Código de Referencia:<br />

ES.41091.AGI/16416.5.16.8//Patronato, 192, N. 1, R.24<br />

Alcance y contenido: Recomendación que<br />

hace el cabildo de la villa de Puerto Viejo<br />

en favor de Gonzalo de Olmos, que pasa a<br />

pedir a Su Majestad, en su nombre, varias<br />

cosas de gobierno y justicia, refiriéndose a<br />

una información que no aparece.<br />

1539.- Código de Referencia:<br />

ES.41091.AGI/16416.5.16.8//Patronato,192, N. 1, R.19<br />

Alcance y contenido: Dos cartas del obispo<br />

de Cuzco. 1.- 1539 marzo 20. Carta del obispo<br />

del Cuzco Fr. Vicente de Valverde a S.M.<br />

sobre la existencia de esmeraldas en Puerto<br />

Viejo. Dice que la persona que debe gobernar<br />

aquella provincia es Gonzalo de Olmos.<br />

2. 1539 marzo 20. Carta del obispo del Cuzco<br />

Fr. Vicente Valverde. Contiene información<br />

detallada sobre todos los puntos de<br />

interés eclesiástico y civil del momento en<br />

el Perú. También dice dicho obispo lo mucho<br />

que trabajó para avenir* [*consensuar]<br />

a Pizarro y Almagro.


1566-02-06 Puerto Viejo.- Código de referencia:<br />

ES.41091.AGI/16403.12.5.24.1//Quito, 20B, N. 52<br />

Alcance y contenido: Carta de los vecinos<br />

de la ciudad de Puerto Viejo al Rey, exponiéndole<br />

los agravios que han recibido por<br />

haber enviado parte de los catorce vecinos<br />

a fundar en el puerto de San Pablo.<br />

1622-01-21.- Código de Referencia:<br />

ES.41091.AGI/16403.12.6.5.1//Quito, 55A, N. 32<br />

Alcance y contenido: Expediente de Confirmación<br />

de Encomienda de Conchipa y Toal<br />

en Puerto Viejo a Antonio Castro y Guzmán.<br />

Resuelto.<br />

1622-03-22.- Madrid.- Código de Referencia:<br />

ES.41091.AGI/16403.12.3.15//Quito,212, L.4, F. 165R-<br />

165V<br />

Alcance y contenido: Real Cédula al Virrey<br />

del Perú, Marqués de Guadalcázar, para que<br />

informe de si la ciudad de San Gregorio de<br />

Puerto Viejo ha sido del corregimiento de<br />

Guayaquil, como dice Diego de Portugal, su<br />

corregidor; y, siendo así, no se la quiten ni<br />

envíen persona a regirla.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

25


26<br />

Mareando rumbo al viejo Puerto de San Gregorio.


Barloventeando<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

… Una tarde cualquiera por barlovento aparecieron, ellos con sus fantasmales<br />

gigantescas capas blancas ocultando el Sol, nosotros con unas muy<br />

pequeñas protegiendo el curi su descendiente…<br />

… Los churos, magistrales copias del universo y sus hermanos menores; los<br />

churos dueños eternos de voces maravillosas; los churos parteros milagrosos,<br />

guarida de vientos los churos;<br />

… los churos nácar madre de los mullus… mulluc churu… avisa que ya<br />

están viniendo…!<br />

RUCU yacchac(s) nos advirtieron, una era está por terminar, cansado de<br />

esperar el tiempo, se nos va para siempre, no regresara al churo, hospedará<br />

su furia en los huaycupus del trueno, en extraños seres de cuatro nan con<br />

oshotas de fierro…<br />

… El viento lo compartíamos… siempre trabajó para todos; el agua grande<br />

con sus espumas, nos dio cabida, nuevamente sería motivo y causa de nuestro<br />

ya antiguo común origen, pero esta vez…<br />

Tenía que ser a Poniente…<br />

José Lorenzo Saá Bernstein<br />

27


El censo de García Moreno<br />

28<br />

portoViejo en 1871<br />

Análisis del Empadronamiento<br />

En 1869, el presidente Gabriel García<br />

Moreno impulsó la idea de realizar<br />

un censo a nivel nacional, a fin de<br />

conocer la realidad poblacional y utilizar<br />

los resultados como herramienta<br />

para continuar con la modernización<br />

organizada de la República. Ciertamente<br />

los dotes de estadista de este<br />

presidente trajeron mucho progreso<br />

al país, particular que ni siquiera sus<br />

más duros detractores se atreven a<br />

contrariar. En efecto, el censo fue ordenado<br />

mediante Decreto Ejecutivo<br />

de fecha 7 de enero de 1871, publicado<br />

en el periódico oficial El Nacional, del<br />

11 de enero del mismo año. El art. 1<br />

del citado Decreto Ejecutivo dispuso:<br />

I<br />

Art. 1. Desde el 1 de mayo del presente<br />

año hasta el 8 inclusive del mismo<br />

mes, se formará en toda la República<br />

el censo general de su población por<br />

las autoridades y comisionados, y en<br />

la forma que designa este decreto.<br />

Las autoridades que debían realizar<br />

y supervisar la ejecución del censo<br />

eran los jefes políticos, los tenientes<br />

políticos y los curas párrocos, todos<br />

* Abogado, historiador y docente universitario.<br />

Álvaro Renato Mejía Salazar*<br />

reunidos en una comisión. La información<br />

que debía constar en el censo<br />

fue ordenada por el art. 3 del Decreto<br />

Ejecutivo, el cual expresa:<br />

Art. 3. En los días determinados en el<br />

art. 1, los comisionados formarán una<br />

lista de los que se hallen residiendo<br />

en su sección, expresando el nombre,<br />

sexo, edad, estado, ocupación si saben<br />

leer y escribir, con arreglo al modelo<br />

No. 1.<br />

Como observamos, los datos que<br />

fueron averiguados en 1871 son los<br />

mismos que todo empadronamiento<br />

debe contener para ser utilizado como<br />

instrumento de planificación estatal.<br />

Pero además de este encomiable objetivo<br />

nacional, el presidente García<br />

Moreno también aportó de forma significativa<br />

a la ciencia histórica, pues<br />

su censo comporta prácticamente una<br />

fotografía de la realidad ecuatoriana<br />

de finales del siglo XIX. Podría parecer<br />

que entre el año de realización del<br />

censo y nuestros días no existe una<br />

temporalidad dilatada. Sin embargo,<br />

no debemos olvidar que el siglo XX<br />

fue el que más cambios cualitativos<br />

y cuantitativos trajo a la humanidad;<br />

por tanto, el siglo XIX ciertamente es<br />

la puerta de ingreso a nuestro gran<br />

pasado.


II<br />

El censo de Portoviejo<br />

Al igual que la mayoría de los expedientes<br />

del Censo nacional de 1871,<br />

el que corresponde a Portoviejo se<br />

encuentra debidamente catalogado y<br />

guardado en el Archivo Nacional, ubicado<br />

en la ciudad de Quito. Consta de<br />

58 páginas de gran formato (tamaño<br />

A2), escritas a mano y su estructura<br />

se ciñe rigurosamente a las instrucciones<br />

constantes en el Decreto Ejecutivo<br />

que ordenó su realización. Para efectos<br />

de este empadronamiento, Portoviejo<br />

fue dividida en ocho secciones.<br />

La comisión del censo estuvo conformada<br />

por el jefe político, don Manuel<br />

Pinoargote, por el teniente político,<br />

don Subprivalo Macías, y por el señor<br />

cura comendador del monasterio de<br />

La Merced, el Rev. José María Viteri.<br />

Fueron censadas 3.146 personas<br />

que se encontraban residiendo en la<br />

ciudad. Apenas 137 años más tarde,<br />

la población de Portoviejo se ha incrementado<br />

muy considerablemente.<br />

Según datos proporcionados por el<br />

municipio, 1 a la fecha se encontrarían<br />

residiendo en la zona urbana del cantón<br />

alrededor de 185.976 personas. La<br />

explosión demográfica ha estado en<br />

el orden del 5.911,5%. Analizamos a<br />

continuación los resultados sociohistóricos<br />

que el censo nos proporciona.<br />

1 Información constante en la web oficial:<br />

(10-IV-<br />

2008).<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

III<br />

Generalidades de Portoviejo y<br />

su población en 1871<br />

Como se anotó, el censo divide a<br />

Portoviejo en ocho secciones. De éstas,<br />

las tres primeras se identifican con<br />

el centro mismo de la ciudad. En ellas<br />

encontramos a la clase socioeconómica<br />

portovejense más acomodada de<br />

la época, lo cual se traduce principalmente<br />

en las profesiones, ocupaciones,<br />

nivel de instrucción y conformaciones<br />

familiares de la población. En efecto,<br />

en estas tres secciones encontramos al<br />

cura párroco, al escribano, a los abogados,<br />

al preceptor, a los comerciantes, a<br />

los maestros artesanos como carpinteros,<br />

herreros, plateros, zapateros, talabarteros,<br />

etc. De igual forma, en estos<br />

sectores moraban la mayor cantidad<br />

de adultos alfabetos de la ciudad. Las<br />

mujeres de estas tres zonas constan<br />

censadas como costureras, que, dicho<br />

sea de paso, es la ocupación que se<br />

acordaba para las amas de casa que se<br />

dedicaban principalmente al cuidado<br />

de sus hogares.<br />

La cuarta sección puede ser definida<br />

como una de transición entre las tres<br />

primeras y las cuatro últimas. A partir<br />

de la sección quinta y hasta la octava,<br />

encontramos al grueso del pueblo llano<br />

portovejense de finales del XIX. Las<br />

ocupaciones se reducen prácticamente<br />

a dos, la de labrador y la de tejedora.<br />

Los profesionales desaparecen, los artesanos<br />

menguan y hacia la séptima<br />

sección también desaparecen. El nivel<br />

de analfabetismo en los adultos es muy<br />

29


alto. Las necesidades económicas en<br />

estas cuatro últimas secciones se hacen<br />

evidentes; por ejemplo, las mujeres ya<br />

no pueden solo dedicarse al cuidado<br />

de la familia, deben realizar también<br />

una labor que trajera ingresos para la<br />

subsistencia, en la especie, el tejido de<br />

la paja toquilla. Por su parte, el hombre<br />

de estas zonas se halla desprovisto de<br />

formación en artes u oficios y encuentra<br />

el sostenimiento de los suyos como<br />

labrador.<br />

Cabe resaltar esta marcada polaridad<br />

en Portoviejo de 1871. La clase<br />

socioeconómica más acomodada bordeaba<br />

los 700 habitantes, mientras que<br />

una incipiente clase intermedia, junto<br />

con las amplias clases medias-bajas y<br />

bajas, llegaban a las 2.546 personas.<br />

En este punto es pertinente aclarar<br />

que nuestro concepto “clase socioeconómica<br />

acomodada” no pretende denotar<br />

riqueza per se, sino más bien se<br />

identifica con el nivel de preparación<br />

académica y con las ocupaciones netamente<br />

liberales. 2<br />

30<br />

IV<br />

Datos estadísticos de<br />

la población de Portoviejo,<br />

1871<br />

De la información que el presidente<br />

García Moreno dispuso se averigüe<br />

en el censo, podemos extraer estadísticas<br />

científicas de la población de<br />

Portoviejo a la primera quincena del<br />

mes de mayo de 1871, así:<br />

a) Con relación a la proporción de los<br />

géneros, el censo revela que existían<br />

más mujeres que hombres residiendo<br />

en el cantón. Sin embargo, la relación<br />

apenas es de 1,08 mujeres por<br />

cada hombre, ya que se empadronaron<br />

1.635 mujeres y 1.511 hombres.<br />

b) Con relación a las edades, debemos<br />

señalar que existían más infantes<br />

que adultos. Se censaron 1.831 menores<br />

y 1.315 adultos.<br />

c) El promedio de la edad adulta bordea<br />

los 50 años. Sin embargo, el<br />

segmento principal de la población<br />

está entre los 20 y 40 años.<br />

d) La longevidad es escasa y es privilegio<br />

casi exclusivo del sexo femenino.<br />

Apenas contamos a 40 personas<br />

que rebasan los 70 años, siendo<br />

los portovejenses más ancianos: da.<br />

Baltazara Aragundi con 101 años,<br />

da. Jerónima Guillén con 100 años,<br />

da. Gertrudis Aragundi, da. María<br />

Antonia Guillén y da. Ángela Guillén<br />

con 90 años. Cabe señalar que<br />

las longevas se encontraban habitando<br />

principalmente en las tres<br />

primeras secciones del censo.<br />

e) El número de personas casadas ascendió<br />

a 539, mientras que solteras<br />

fueron 2.607. Es importante acotar<br />

que en las tres primeras secciones<br />

del censo, se perciben de manera<br />

más clara la formación de hogares<br />

con vínculo matrimonial de por<br />

medio. En las demás secciones ya<br />

se evidencian hogares vinculados<br />

por uniones de hecho y madres<br />

solteras.<br />

2 Lo cual ciertamente es indicativo de buena<br />

posición económica, en aquella época al<br />

menos.


f) Los índices de analfabetismo eran<br />

altos, circunstancia normal en la<br />

época. 2.146 personas no sabían<br />

leer ni escribir y solo 1.000 personas<br />

eran alfabetizadas.<br />

Familias de Portoviejo, 1871<br />

Del análisis de los apellidos que<br />

constan inscritos en el censo de 1871,<br />

llegamos a la conclusión de que casi<br />

todas las familias de Portoviejo –al<br />

igual que ocurre en el resto del país–<br />

se identifican con una procedencia<br />

ibérica. Esto lejos de representar purezas<br />

raciales, evidencia nuestro mestizaje<br />

fruto de la unión de los padres<br />

conquistadores con las madres indias<br />

o negras. Claro está que el hecho de<br />

portar un apellido español no comporta<br />

por sí mismo ascendencia peninsular<br />

directa, ya que existieron muchos<br />

casos en que los indígenas tomaron<br />

el apellido de sus patrones, sin existir<br />

vínculo sanguíneo entre ellos. Vale la<br />

pena mencionar que, como resultado<br />

de investigaciones realizadas por Pedro<br />

Robles Chambers, Fernando Jurado<br />

Noboa y varios miembros de la<br />

S.A.G, 3 se han descubierto los troncos<br />

españoles de muchas familias de Portoviejo.<br />

Con relación a la población<br />

3 Corporación Sociedad Amigos de la Genealogía,<br />

principal institución dedicada al<br />

estudio de la historia social patria. En sus<br />

25 años de trayectoria, posee alrededor de<br />

200 títulos publicados.<br />

4 La información sobre los troncos españoles<br />

de las familias que presentamos en esta sección<br />

ha sido obtenida del archivo del Dr. Fer-<br />

V<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

de apellido indígena, diremos que en<br />

Portoviejo encontramos pocas familias<br />

que mantenían sus apellidos ancestrales.<br />

Por otra parte, también encontramos<br />

gentes venidas desde Italia y<br />

Francia, siendo su número en extremo<br />

reducido.<br />

Es relevante señalar que a diferencia<br />

de las profesiones o tipo de ocupaciones,<br />

los apellidos no estaban concentrados<br />

en tal o cual sección del cantón.<br />

Esto significa que todos los apellidos<br />

que encontramos en Portoviejo se hallaban<br />

diseminados tanto en los sectores<br />

socioeconómicos pudientes, cuanto<br />

en los más deprimidos. También significa<br />

que no existían grupos familiares<br />

que se pudieran identificar como de<br />

clase alta o como de clase baja, exclusivamente.<br />

En consecuencia, y como ha<br />

ocurrido a lo largo de la historia, ciertas<br />

ramas de una misma familia prosperaron,<br />

mientras que otras empobrecieron.<br />

Este ha sido el germen de distanciamientos<br />

familiares, en algunos casos<br />

tan profundos, que apenas al cabo de<br />

un par de generaciones los parentescos<br />

eran negados o desconocidos. A su vez,<br />

esto ha generado en nuestra población<br />

la difundida idea de que existieron<br />

varios troncos de un mismo apellido<br />

–como para establecer diferencias–,<br />

cuando la realidad, en muchos casos,<br />

es contraria.<br />

V.I. Apellidos de origen<br />

español 4<br />

Constan inscritos en el empadronamiento,<br />

materia de nuestro análisis,<br />

232 apellidos de procedencia española,<br />

siendo los más difundidos:<br />

31


• Los Macías. Este es el apellido que<br />

más veces se repite en el censo.<br />

Fueron inscritas 212 personas así<br />

apellidadas. Los Macías son de<br />

las familias más antiguas de Portoviejo,<br />

la encontramos desde su<br />

fundación. Su tronco español es el<br />

gallego Alonso Macías y Salguero. 5<br />

• Los Mendoza. Para 1871 existían 167<br />

personas que poseían este apellido.<br />

Los que en Portoviejo lo han<br />

heredaron de forma sanguínea<br />

descienden de Juan Lorenzo de<br />

Mendoza, venido en el siglo XVII<br />

desde Castilla la Vieja. 6<br />

• Los Zambrano. 165 personas así<br />

apellidadas constan en el empadronamiento.<br />

El origen de esta familia<br />

es vasco, su tronco es García<br />

López de Zambrano, quien pasó<br />

en el siglo XVI. 7<br />

• Los Moreira. Otra de las familias<br />

muy antiguas de Portoviejo, su<br />

origen es gallego. 8 En 1871 fueron<br />

censadas 155 personas de este<br />

apellido. Cabe señalar que para la<br />

época del empadronamiento, ésta<br />

era la familia genearca por vía femenina.<br />

En efecto, llama mucho<br />

la atención el elevado número de<br />

madres de familia apellidadas Moreira.<br />

Esto trae como consecuencia<br />

que en un alto porcentaje de los<br />

nando Jurado Noboa, a quien agradecemos<br />

sinceramente su apertura y generosidad.<br />

5 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

6 Cabe la también la posibilidad de que Juan<br />

Lorenzo haya pasado a Indias desde Sevilla.<br />

Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

7 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

8 Ibíd.<br />

32<br />

portovejenses actuales –por no decir<br />

en casi todos– corre la sangre de<br />

los Moreira.<br />

• Los Cedeño. Se trata de una de las<br />

familias de origen ibérico más antiguas<br />

en Portoviejo. Su tronco es<br />

Diego Cedeño, nacido en la ciudad<br />

de Toledo. Diego pasó a Indias en<br />

1565 y se estableció en Lima, donde<br />

casó con María Manrique de Lara.<br />

Hijo de esta pareja fue Diego Cedeño<br />

Manrique, quien pasó a Portoviejo<br />

en 1592, fundando importante<br />

familia 110 personas declararon<br />

poseer este apellido en 1871.<br />

• Los Cevallos. Constan inscritos 100<br />

Cevallos en el censo. El tronco de<br />

esta familia provino de Santander<br />

y su nombre fue Miguel Cevallos y<br />

Velasco. 10<br />

• Los García. El origen común de<br />

esta familia en España radica en<br />

Galicia, existiendo también desde<br />

muy antiguo en Asturias y Burgos.<br />

Su presencia en Andalucía, tras la<br />

reconquista, es amplia. 11 En Portoviejo<br />

fueron empadronadas 95<br />

personas de este apellido.<br />

• Los Véliz (Vélez). Constan 88 personas<br />

inscritas con el apellido Véliz.<br />

Consideramos que ésta fue la manera<br />

en que el comisionado escribió<br />

el apellido, aun cuando la gente<br />

también lo escribía Vélez. Esta<br />

antigua familia tiene su origen más<br />

remoto en Cantabria. 12<br />

9 Ibíd.<br />

10 Ibíd.<br />

11 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />

12 Ibíd.


• Los Vinces. 87 personas así apellidadas<br />

fueron censadas. El origen<br />

de este apellido no es del todo claro.<br />

Si bien puede estar en los vascos<br />

Beinza, también puede estar<br />

en un grupo indígena que haya tomado<br />

como toponímico el nombre<br />

del cantón guayasense. 13<br />

• Los Molina. El tronco de esta familia<br />

es Alonso de Molina, quien<br />

pasó a principios del XVIII, desde<br />

Guadalajara, España. 14 En Portoviejo<br />

fueron censados 87 Molinas.<br />

• Los Mera. El tronco de esta familia<br />

pasó a América desde Valladolid.<br />

La familia a Portoviejo pasó desde<br />

Ambato y se trata de la misma a la<br />

que perteneció el escritor de la letra<br />

del himno patrio. 15 En 1871 se censaron<br />

65 personas de este apellido.<br />

• Los Loor. Ser empadronaron 62 personas<br />

apellidadas Loor. El tronco<br />

de este linaje vino desde Alicante,<br />

en el siglo XVIII, y su nombre fue<br />

Juan Ventura Loor. 16<br />

• Los Briones. Riojanos en su origen<br />

ibérico, pasaron a Portoviejo desde<br />

Tumaco, por el 1700. Su tronco<br />

es Juan Simón de Briones. 17 Para<br />

1871, 56 personas apellidadas Briones<br />

fueron censadas.<br />

• Los Ponce. Declararon apellidarse<br />

Ponce 55 personas. Esta familia es<br />

Andaluza, venida primero a Gua-<br />

13 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

14 Ibíd.<br />

15 Ibíd.<br />

16 Ibíd.<br />

17 Ibíd.<br />

18 Ibíd.<br />

19 Ibíd.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

yaquil, de donde pasó a Portoviejo<br />

a mediados del siglo XVIII. 18<br />

• Los Bravo. Provienen del portugués<br />

apellidado Bravo de Brito,<br />

quien pasó en el siglo XVIII. 19 50<br />

personas poseían este apellido en<br />

la Portoviejo de 1871.<br />

• Los Alcívar. Son vascos pasados en<br />

el siglo XVII. Fueron censados 47<br />

personas de esta familia. 20<br />

• Los Chávez. 47 personas apellidadas<br />

Chávez fueron empadronadas<br />

en 1871. Su origen es extremeño. 21<br />

• Los Cantos. Inscritos fueron 47<br />

personas de este apellido. Si bien<br />

el origen de esta familia es extremeño,<br />

también existieron indígenas<br />

de Jipijapa que adoptaron este<br />

apellido. 22<br />

• Los Aguayo. Fueron censados 47<br />

personas que declararon poseer<br />

este apellido. Los Aguayo más remotos<br />

son cántabros, pero al ser<br />

apellido antiguo se dispersó en<br />

toda la península, existiendo antiguas<br />

casas en Navarra, Castilla y<br />

Andalucía. 23<br />

• Los Palma. Se inscribieron 45 personas<br />

apellidadas Palma. Su origen<br />

exacto nos es desconocido. En<br />

España encuentran su génesis más<br />

remota en Cantabria. 24<br />

• Los Pinoargote. Esta familia andaluza<br />

llegó primeramente a Quito,<br />

de donde pasó a Portoviejo en el<br />

20 Ibíd.<br />

21 Ibíd.<br />

22 Ibíd.<br />

23 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />

24 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />

33


34<br />

siglo XVIII. 25 Se trata de un apellido<br />

compuesto. 26 En 1871 fueron<br />

empadronados 40 Pinoargotes.<br />

• Los Quiroz. En Portoviejo se declararon<br />

Quiroz 40 personas. Se trata<br />

de una familia asturiana .27<br />

• Los Guillén. Familia originalmente<br />

gallega, que pasó a Portoviejo desde<br />

Chimbo. 28 Fueron censados 40<br />

personas de este apellido.<br />

• Los Párraga. Originalmente gallegos.<br />

29 En 1871 se empadronaron 37<br />

Párragas.<br />

• Los Mieles. 36 personas se inscribieron<br />

declarando poseer este apellido.<br />

El apellido existe en España;<br />

pero su origen, tanto en la península<br />

como en nuestro país, nos es<br />

desconocido.<br />

• Los Menéndez. Descendientes del<br />

hidalgo Juan Antonio o Francisco<br />

Antonio Menéndez, quien pasó a finales<br />

de la Colonia. 30 33 personas de<br />

esta familia fueron empadronadas.<br />

• Los Vera. En 1871 fueron censados<br />

32 personas de apellido Vera.<br />

Originarios de Logroño, pasaron<br />

a Portoviejo desde Guayaquil, a<br />

finales del siglo XVII. 31<br />

• Los Arteaga. En Portoviejo se empadronaron<br />

30 personas de apellido<br />

Arteaga. Pasados a principios<br />

del XVIII, su tronco es Juan Bautista<br />

de Arteaga. 32<br />

25 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

26 Evidentemente, es la unión de los apellidos<br />

Pino y Argote.<br />

27 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

28 Ibíd.<br />

• Los Navarrete. Andaluces pasados<br />

a finales de la Colonia. En 1871 se<br />

censaron 30. 33<br />

• Los Castro. Gallegos en su origen. 34<br />

Fueron empadronados 30 personas<br />

de este apellido.<br />

• Los Álava. Son vascos, pasaron primero<br />

a Quito y de allí a Portoviejo<br />

alrededor de los 1700. 35 En 1871<br />

declararon poseer este apellido 25<br />

personas.<br />

El resto de apellidos de origen español<br />

no superan los 20 representantes;<br />

por este motivo, no consideramos<br />

necesario reseñarlos de forma amplia.<br />

Anotamos, eso sí, algunos de ellos a<br />

manera de ejemplos: Solórzano (10<br />

personas), Sánchez (10 personas),<br />

Ibarra (12 personas), Mora (19 personas),<br />

Holguín (12 personas), Fuentes<br />

(7 personas), Barreiro (20 personas),<br />

Gorozabel (10 personas), Roldán (9<br />

personas), Aragundi (12 personas),<br />

Guerrero (15 personas), Guadamud<br />

(11 personas), Benítez (10 personas),<br />

Burgos (18 personas), Espinales (20<br />

personas), Meza (13 personas), Salvatierra<br />

(9 personas), Herrera (9 personas),<br />

Fernández (9 personas), Sosa<br />

(11 personas), Peralta (20 personas),<br />

Intriago (17 personas), Argandoña (13<br />

personas) y Ávila (7 personas).<br />

Entres los apellidos ibéricos que<br />

con menos representantes constan en<br />

29 Arch. A.R. Mejía Salazar.<br />

30 Arch. Fernando Jurado Noboa.<br />

31 Ibíd.<br />

32 Ibíd.<br />

33 Ibíd.<br />

34 Ibíd.<br />

35 Ibíd.


el censo están: Freire, Paredes, Pazmiño,<br />

Arboleda, Cáceres, Villacís, Nieto,<br />

Villacrés, Aguilera, Albán, Bermeo,<br />

Falconí, Cabezas, Calderón, Mejía,<br />

Crespo, Acosta, Melo, Rojas, Egas,<br />

Barriga y Pérez. Es interesante caer en<br />

cuenta que estos apellidos –que apenas<br />

tienen un solo representante en el<br />

censo– son comunes en la Sierra, mas<br />

no en la Costa. La explicación, entonces,<br />

se vuelve innecesaria.<br />

V.2. Apellidos de origen<br />

autóctono<br />

El número de apellidos indígenas<br />

en Portoviejo de 1871 es escaso, apenas<br />

contamos 16. Vale la pena resaltar<br />

el caso de los Chiquito, los Ligua y los<br />

Quijije, los cuales son apellidos de antiguas<br />

e importantes familias cacicales.<br />

36 Como bien ha señalado Jurado<br />

Noboa, ya para inicios del siglo XVIII<br />

no importaba socialmente poseer un<br />

apellido que había pertenecido a un<br />

cacique. Sin embargo, no deja de llamar<br />

la atención su trascendencia en la<br />

zona hasta el siglo XIX, y aun hasta<br />

nuestros días, teniendo en cuenta el<br />

reducido número de sus poseedores.<br />

V.3. Apellidos de origen extranjero<br />

Con relación a los extranjeros en<br />

Portoviejo y en Manabí hemos escuchado<br />

varias historias, que suelen<br />

constituirse en hipótesis para tratar<br />

36 Ibíd.<br />

37 Este apellido consta escrito en el censo con<br />

una sola “L”; Vilon es un apellido francés.<br />

Pero cabe la posibilidad de que el comisionado<br />

lo haya escrito mal y que en realidad<br />

se trate del apellido autóctono Villón.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

de explicar los fenotipos que encontramos<br />

en esta provincia. Del censo<br />

de 1871 se desprende que tan solo<br />

existían 6 extranjeros, 3 italianos (Talenti,<br />

Fersa y Fallarin) y 3 franceses<br />

(Becherel, Colmout y Vilon 37 ). Como<br />

vemos, la presencia extranjera en este<br />

año es tan reducida que no podría explicar<br />

sino poquísimos casos de fenotipos<br />

europeos en la población actual.<br />

V.4. Características de<br />

las familias portovejenses de<br />

finales del siglo XIX<br />

El censo está lleno de estructuras<br />

familiares, padre, madre e hijos. Si<br />

bien existen muchos matrimonios,<br />

también existen uniones de hecho,<br />

con reconocimiento de los hijos por<br />

parte del padre en la mayoría de los<br />

casos. Las edades de las parejas están<br />

entre los 40 y 20 años. En promedio,<br />

cada hogar tenía entre 7 hijos; sin embargo,<br />

hay muchas familias donde<br />

los vástagos llegan fácilmente a 10.<br />

Expongo los casos de las parejas más<br />

prolíficas de Portoviejo de 1871:<br />

Flia. Zambrano Briones, 15 hijos, el<br />

padre es labrador. Flia. Moreira Álava,<br />

14 hijos, el padre es tejedor. Flia.<br />

Guillén Moreira, 13 hijos, el padre es<br />

labrador. Flia. Véliz Mieles, 11 hijos, el<br />

padre es labrador. Flia. Chávez Mendoza,<br />

11 hijos, el padre es tejedor. Flia.<br />

García Arteaga, 11 hijos, el padre es<br />

tejedor. Flia. Molina Moreira, 11 hijos,<br />

el padre es tejedor. Flia. Sabando<br />

Moreira Álava, 10 hijos, el padre es<br />

comerciante. Flia. García Cedeño, 10<br />

hijos, el padre es cantinero. Flia. Mieles<br />

Macías, 10 hijos, el padre es labra-<br />

35


dor. Flia. Espinales Mera, 10 hijos, el<br />

padre es labrador. Flia. Molina Molina,<br />

9 hijos, el padre es labrador. Flia.<br />

Cedeño Zambrano, 9 hijos, el padre<br />

es labrador. Flia. Vinces Macías, 9 hijos,<br />

el padre es labrador. Flia. Barreiro<br />

Vera, 9 hijos, el padre es carpintero,<br />

entre otras.<br />

Un dato interesante es que existen<br />

pocas personas que en el censo<br />

pretendieron diferenciarse del resto<br />

con el uso de apellidos compuestos<br />

o con formas particulares de escribirlos.<br />

Tales son los casos de los jóvenes<br />

comerciantes Cevallos Mera, los<br />

cuales coloca sus dos apellidos en el<br />

empadronamiento. De igual manera<br />

da. Carmen Mendoza y Cerezo, que<br />

utiliza el pomposo “y” entre sus apellidos.<br />

Da Carmen se declara costurera,<br />

en consecuencia es de suponer<br />

que pertenecía a la clase acomodada.<br />

Finalmente, en una sola sección una<br />

familia escribe el apellido Cevallos<br />

con “Z” inicial, cuando en el resto del<br />

censo se lo escribe con “C”.<br />

36<br />

Vi<br />

Ocupaciones en Portoviejo de<br />

1871<br />

Ya que hemos expuesto quiénes<br />

eran los portovejenses de 1871, nuestro<br />

trabajo sería incompleto si no analizáramos<br />

a qué se dedicaban. Según<br />

hemos anotado, la mayoría de la población<br />

se encontraba situada en las<br />

clases socioeconómicas media y baja;<br />

ello explica que las principales ocupaciones<br />

hayan sido la de tejedora de<br />

paja toquilla, con 1.091 personas que<br />

se dedicaban a esto; y, la de labrador,<br />

con 515 representantes. La tejeduría<br />

era labor principalmente de mujeres y<br />

de menores de edad. Existen casos de<br />

hombres que se dedicaban también al<br />

tejido, pero su número es reducido. La<br />

labranza, como es de esperarse, es ocupación<br />

exclusiva del sexo masculino.<br />

La labor que numéricamente continúa<br />

es la de costurera, con 120 mujeres<br />

inscritas en tal calidad. Los militares<br />

eran 32; de ellos, 22 moraban en el regimiento<br />

y eran claramente venidos<br />

de otras provincias. El resto constan<br />

empadronados en sus casas y son evidentemente<br />

naturales de Manabí. Carpinteros<br />

existían 23. Sirvientes 17, entre<br />

quienes se cuentan algunos ayudantes<br />

de los maestros artesanos. 15 eran los<br />

comerciantes en Portoviejo. Los sastres<br />

eran 12. Escribientes 10 y estudiantes<br />

igual número. Constan 9 zapateros inscritos.<br />

9 lavanderas y 7 cocineras (uno<br />

era hombre), 4 panaderas, las cuales<br />

solo eran mujeres. Herreros y plateros<br />

eran 3, al igual que los empleados. 2<br />

talabarteros y 2 tenderos. Un dato interesante<br />

es que 2 mujeres se inscriben<br />

como domésticas, lo cual significa que<br />

apenas dos familias tenían servicio<br />

doméstico así entendido y no simplemente<br />

empleados o sirvientes rasos.<br />

Encontramos también un barbero, un<br />

cigarrero, un cantinero, un músico, un<br />

curtidor, un agricultor, un arriero, un<br />

panteonero y un carcelero. Solo una<br />

persona se declara albañil, lo cual denota<br />

que las construcciones de la época<br />

no requerían esta clase de oficio, pero<br />

sí la del carpintero que trabajaba con<br />

la maderas y las cañas. Una mujer, da.


Juana Dominga Macías, de 60 años, se<br />

declaró en el censo como partera.<br />

El escribano era don Gabriel Ávila.<br />

Existían dos abogados, don Francisco<br />

Javier Parreño y don Leonardo Espinel.<br />

El preceptor era don Mariano Ubillús.<br />

El cura comendador del monasterio de<br />

La Merced era el Rev. José María Viteri,<br />

quien tenía 3 sacristanes: Gregorio<br />

Briones, Benito Cevallos y Daniel Posligua,<br />

los cuales era mayores de edad<br />

y no vivían en casa del cura. Se debe<br />

relevar el hecho de que nadie en Portoviejo<br />

se declara o consta inscrito como<br />

“hacendado” o “propietario”, esto nos<br />

hace pensar que los dueños de extensas<br />

tierras se encontraban en sus propiedades<br />

o que vivían en otras jurisdicciones.<br />

Conclusiones<br />

Vii<br />

Del análisis del censo podemos extraer<br />

dos grandes conclusiones. La primera<br />

de ellas nos revela que Portoviejo<br />

en 1871 no era sino una gran familia.<br />

Apenas 3.146 personas que, en la mayoría<br />

de los casos, mantenían parentescos<br />

o vínculos de afinidad. Una sociedad<br />

formada por gente trabajadora, donde<br />

la mujer jugó un importante papel en la<br />

dinamia económica, aun cuando haya<br />

sido de manera informal. Una ciudad<br />

donde los valores familiares estaban<br />

vigentes, donde las migraciones externas<br />

e internas pasaban desapercibidas<br />

y donde indiscutiblemente la vida cotidiana<br />

habría sido apacible.<br />

Pero, al mismo tiempo y como segunda<br />

gran conclusión, encontramos<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

a una sociedad polarizada, donde la<br />

gran mayoría de las mujeres debían<br />

tejer sombreros para ayudar a la subsistencia<br />

del hogar –sin recibir un justo<br />

pago de los exportadores–, y donde los<br />

hombres eran labradores que solo con<br />

machete en mano podían ganarse el<br />

pan diario. Solo en Portoviejo urbano<br />

existían más de 2.000 personas pertenecientes<br />

a las clases deprimidas, frente<br />

a apenas un centenar de familias medianamente<br />

acomodadas. Entonces, no<br />

nos llama la atención que en Manabí,<br />

Alfaro haya encontrado el semillero de<br />

sus montoneros.<br />

Finalmente, de las informaciones extraídas<br />

del censo hemos podido recrear<br />

a la ciudad capital de la provinciade<br />

Manabí de finales del siglo XIX. Queda<br />

entonces ratificado lo que hemos anotado<br />

al inicio del presente trabajo: el censo<br />

de García Moreno es un aporte fundamental<br />

para la historia patria, ya que<br />

representa un fiel retrato social de una<br />

época.<br />

Bibliografía<br />

Archivo Nacional, Serie Empadronamientos, (Quito).<br />

Archivo Dr. Fernando Jurado Noboa (Quito).<br />

Archivo A.R. Mejía Salazar (Quito).<br />

Página web: .<br />

37


38<br />

poder/literatura:<br />

Eloy Alfaro, Martí, Darío y Vargas Vila*<br />

Difícil es contener el peso de las<br />

ideas.<br />

Trincheras de ideas valen más<br />

que trincheras de piedras. No hay<br />

proa que taje una nube de ideas. Una<br />

idea enérgica, flameada a tiempo ante<br />

el mundo, para, como la bandera mística<br />

del juicio final, a un escuadrón de<br />

acorazados.<br />

Las palabras son de Martí y proceden<br />

de su memorable Nuestra América<br />

(1891). 1<br />

Eloy Alfaro (1842-1912) perdura<br />

hoy como la encarnación de ideas y<br />

causas programáticas fundacionales<br />

dentro del ámbito ecuatoriano. Tanto<br />

es así que ha llegado a representary resumir<br />

una buena parte (¡no toda!), de la<br />

identidad del Ecuador. Alfaro reúne en<br />

* Una primera versión de este trabajo, reducida,<br />

fue leída en el Congreso sobre “La<br />

Revolución Alfarista 1895-1995. Cien años<br />

de lucha por el cambio sociopolítico en<br />

el Ecuador”, celebrado del 17-21 de julio,<br />

1995, en la Universidad Católica de Santiago<br />

de Guayaquil. Publicado después en<br />

Gilda Holst, edit., La Revolución alfarista:<br />

100 años de lucha por el cambio sociopolítico en<br />

el Ecuador, Guayaquil, Casa de la Cultura<br />

Ecuatoriana, 1996, pp. 82-98.<br />

Humberto E. Robles<br />

Northwestern University<br />

sí las glorias del liberalismo nacional,<br />

las cualidades del visionario, del caudillo;<br />

Alfaro es el patriota y el héroe, es el<br />

indisputable “Viejo Luchador”.<br />

Cómo y cuándo Alfaro se transforma<br />

en el mito Alfaro, en el ícono de<br />

la modernidad ecuatoriana yace fuera<br />

del presente cometido. Pocos, sin<br />

embargo, cuestionarán la opinión de<br />

Alfredo Pareja Diezcanseco en cuanto<br />

a que el<br />

adelanto social, el fervor democrático,<br />

[la] legislación protectora del trabajo<br />

[y] la decisión ecuatoriana por las formas<br />

libres de convivencia… posible<br />

fueron debido al triunfo del 5 de junio<br />

de 1895. 2<br />

En esa luz, y no para mermar ni la<br />

grandeza del héroe ni de su gloria, vale<br />

recordar que el “monumento” Alfaro<br />

no excluye (¡no debería de excluir!), el<br />

atributo de una personalidad controvertida,<br />

personalidad que por razones<br />

1 José Martí, Nuestra América, prólogo de Juan<br />

Marinello, Selección y notas de Hugo Achugar,<br />

cronología de Cintio Vitier, Caracas, Biblioteca<br />

Ayacucho, 2a. ed., 1985, p. 26.<br />

2 Historia del Ecuador, Quito, Editorial Colón,<br />

1962, p. 313.


y circunstancias particulares, políticas<br />

y culturales, ocasionó reacciones de<br />

diversa índole en figuras de talla continental<br />

como José Martí (1853-1895),<br />

Rubén Darío (1867-1916) y José María<br />

Vargas Vila (1860-1933); reacciones<br />

que, ya para beneficio o perjuicio del<br />

héroe, los historiadores, salvo contadas<br />

excepciones, las han ignorado u<br />

omitido, las han dejado arrumadas,<br />

al margen de la biografía del héroe. 3<br />

De hecho, esas reacciones no cuentan<br />

en la impecable efigie colectiva de<br />

Alfaro que ha logrado propagarse e<br />

imponerse y que aún se conserva empotrada<br />

en la imaginación popular,<br />

en la gran mayoría de la nacionalidad<br />

ecuatoriana.<br />

Los juicios de uno y otro de los escritores<br />

referidos proponen al menos<br />

tres vías de rescate histórico. En primer<br />

lugar, la participación de Alfaro<br />

en los avatares de las luchas políticas<br />

3 Entre los pocos que sí han tocado el asunto<br />

figuran: Emeterio S. Santovenia, Eloy Alfaro<br />

y Cuba, La Habana, Siglo XX, 1929, pp.<br />

135-137, con referencias Martí y a Vargas<br />

Vila. Por otro lado, no obstante su gran autoridad,<br />

Jorge Pérez Concha, “Eloy Alfaro<br />

y Cuba”, en Casa de las Américas, No. 127,<br />

julio-agosto, 1981, pp. 162-166, refunde mayormente<br />

lo ya dicho acerca de Martí y Alfaro<br />

por Santovenia. A su vez, Eugenio de<br />

Janón Alcívar, El viejo luchador. Su vida heroica<br />

y magna obra. Compilacion de documentos<br />

histórico-gráfico-literarios, Quito, Empresa<br />

Editora, 1948, recoge, sin comentarios, un<br />

par de páginas de la obra de Vargas Vila,<br />

t. I, pp. 507-508. Abel Romeo Castillo, “Los<br />

amigos ecuatorianos de Rubén Darío: Montalvo,<br />

Proaño, Alfaro, y otros”, en Rubén<br />

Darío y Ecuador, Quito, Casa de la Cultura<br />

Ecuatoriana, 1968, pp. 137-146, inventaría<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

y culturales del continente. 4 Segundo,<br />

dichas opiniones remiten también a los<br />

intereses personales tanto de líderes<br />

como de “letrados,” y a la participación<br />

de los mismos en las promociones<br />

y transformaciones en las configuraciones<br />

de poder. 5 En los varios escritos<br />

a examinarse aquí, las manifestaciones<br />

del Poder, dígase Alfaro, se perfilan<br />

como plenamente conscientes del<br />

valor que pueden tener en las luchas<br />

políticas los intelectuales; estos, a su<br />

vez, de algún modo, se aprovechan<br />

de Alfaro, de su calidad de agente y<br />

estandarte, para promover proyectos<br />

políticos y culturales, y no hablar de<br />

causas particulares. Finalmente, tercero,<br />

reiterar con Ángel Rama y otros<br />

que el presunto apolitismo de la generación<br />

modernista es infundado,<br />

aun en el caso de Rubén Darío, y esto<br />

a pesar de lo que pareciera sugerir el<br />

mismo Rama (109).<br />

las amistades que Darío tuvo, o pudo haber<br />

tenido, con ecuatorianos (finalmente, tengo<br />

noticia, si bien no la he leído, de una ponencia<br />

sobre Vargas Vila y Alfaro que Horacio<br />

Hidrovo Peñaherrera leyó recientemente en<br />

un congreso, celebrando la Revolución Liberal,<br />

que tuvo lugar en Manabí, junio de<br />

1995).<br />

4 Esas luchas las ha precisado Ángel Rama,<br />

La ciudad letrada, Hanover, Ediciones del<br />

Norte, 1984, 105-135. Interesa en particular<br />

la encrucijada entre una pauta internacionalista<br />

y otra local a que hicieron frente los<br />

escritores de fines de siglo.<br />

5 Pienso aquí en Michel Foucault, Power/<br />

Knowledge, New York, Pantheon Books,<br />

1980, pp. 109-133, especialmente en sus juicios<br />

sobre la esencia y los modos de transformación<br />

en las relaciones de poder.<br />

39


40<br />

***<br />

Sabido es que Alfaro se desplazó<br />

por varios países centroamericanos y<br />

del continente. En Panamá llegó incluso<br />

a acumular en corto plazo una<br />

cuantiosa fortuna. Menos divulgada,<br />

sin embargo, es la noticia de que en<br />

1894 se acercó hasta Nueva York y que<br />

allí coincidió, entre otros, con Martí y<br />

Vargas Vila. Este último dejará constancia<br />

de ello en La muerte del cóndor<br />

(1914), suerte de tendenciosa biografía<br />

a tono epopéyico sobre el caudillo<br />

ecuatoriano. 6<br />

Harta tinta ha corrido sobre la relación<br />

de Alfaro con Cuba, y con Martí<br />

en particular. Digo harta porque la<br />

verdad del caso es que –a pesar de la<br />

amistad de Alfaro con Antonio Maceo<br />

y Máximo Gómez, próceres de consecuencia<br />

en las lides revolucionarias<br />

de Cuba– Martí se pronunció sobre<br />

Alfaro solo en dos ocasiones, y en una<br />

de ellas con cierta reticencia en cuanto<br />

a las promesas de apoyo a la causa<br />

cubana por parte del manabita. Aquél<br />

entendía que éste se hallaba involu-<br />

6 J. M. Vargas Vila, La muerte del cóndor, Barcelona,<br />

Casa Editorial Maucci, 1914. La misma<br />

obra, portando el subtítulo que dice “edición<br />

definitiva debidamente revisada y corregida<br />

por el autor”, apareció también en Barcelona:<br />

Ramón Sopena, editor, 1921. Tengo<br />

entendido que, en 1995, la editorial Libresa<br />

reimprimió en Quito la obra de Vargas Vila.<br />

No tenemos noticia, sin embargo, sobre cuál<br />

de las dos ediciones se empleó.<br />

7 Martí/Epistolario, en Obras completas, vol.<br />

20, La Habana, Editorial Nacional de Cuba,<br />

1963, p. 218.<br />

8 Martí publicó la crónica en cuestión en 1894.<br />

La Revolución de Alfaro no logra su cometido<br />

definitivo hasta el 5 de junio de 1895.<br />

crado en causas ecuatorianas que le<br />

eran más inmediatas y que le concernían<br />

más que lo que ocurría en Cuba.<br />

En una carta informe que Martí le<br />

escribió al general Máximo Gómez el<br />

25 de junio de 1894, desde Kingston,<br />

Jamaica, aquél suscribe lo siguiente:<br />

Hallé a Maceo engolosinado con un<br />

plan demasiado vasto y lento –con la<br />

ayuda de hoy, inquieta e insegura, de<br />

Eloy Alfaro empeñado en empresas<br />

que le son más cercanas, para desviar<br />

sobre Cuba un crecido contingente nicaragüense<br />

y colombiano. 7<br />

Poco después, en la revista Patria,<br />

Nueva York, 8 de septiembre de 1894,<br />

en una nota escrita con motivo de la<br />

muerte, ocurrida en Guatemala el 22<br />

de mayo de ese año, del periodista<br />

ecuatoriano Federico Proaño, se recupera<br />

el otro comentario de Martí: “El<br />

bravo Eloy Alfaro, que es de los pocos<br />

americanos de creación, lo nombró [a<br />

Proaño], cuando triunfó con él en el<br />

Ecuador la libertad, Ministro de Hacienda”<br />

(Martí, 1985, 258). 8<br />

Es inevitable pensar que Martí se refería a<br />

algún otro triunfo de la libertad en el Ecuador.<br />

Abel Romeo Castillo –véase su artículo<br />

citado, nota 3, p. 141– nos da seguramente<br />

la pista al referirnos que “Proaño marcha<br />

al Ecuador en 1883, al triunfar Alfaro el 9<br />

de julio en que el valeroso guerrillero toma<br />

Guayaquil y pone en fuga al dictador Veintimilla.<br />

Regresa a Centroamérica con el encargo<br />

de adquirir un buque para organizar una<br />

expedición de desembarco contra el régimen<br />

conservador. Y, en efecto, Proaño adquiere el<br />

“Alajuela” y, es más, obtiene ayuda económica<br />

de los presidentes Zaldívar de El Salvador<br />

y Barrios de Guatemala para acabar de<br />

financiar la expedición alfarista que fracasa


Se infiere que Martí entendía bien<br />

que a él y a Alfaro los identificaban<br />

y unían causas continentales, causas<br />

que promovían una empresa común<br />

de liberación frente a poderes reaccionarios<br />

opresivos; Martí, además,<br />

tenía plena conciencia de que la primera<br />

obligación de Alfaro era la situación<br />

política de su patria, como lo<br />

era también de la suya para el mismo<br />

Martí. Ello no impidió, sin embargo,<br />

que Martí reconociera en Alfaro la<br />

valentía al igual que la menos común<br />

capacidad de creación.<br />

Martí identifica a Alfaro, cabe conjeturar,<br />

como a uno de los verdaderos<br />

forjadores de la pauta hacia el buen gobierno,<br />

en concordancia con la máxima<br />

de que “gobernante, en un pueblo<br />

nuevo, quiere decir creador” y con la<br />

aserción de “que se imita demasiado, y<br />

que la salvación está en crear. Crear es<br />

la palabra de pase de esta generación”<br />

(Martí, 1985, 28, 31). En ese contexto, y<br />

con las reservas del caso, Alfaro sería<br />

para Martí una clara expresión de lo<br />

autóctono y auténtico, de alguien que<br />

entendía las necesidades patentes de<br />

su patria y que por esa vía comprendía<br />

hacia donde se debía encaminar el espíritu<br />

de América Latina.<br />

en Jaramijó. Desengañado de tal descalabro,<br />

Proaño regresa a Centroamérica decidido a<br />

no retornar más al Ecuador, como efectivamente<br />

así sucede”.<br />

9 Sabiendo que Darío inició su colaboración<br />

con La Nación de Buenos Aires en 1899, y<br />

puesto que Darío habla en Films de París, en<br />

cuestión de que iba a cumplir 25 años como<br />

corresponsal del diario bonaerense, y recordando,<br />

además, que Alfaro murió en febrero<br />

de 1912 y Darío, a su vez, en febrero de 1916,<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

***<br />

Ahora bien, son precisamente las<br />

cualidades de autóctono y auténtico,<br />

pero filtradas y cuestionadas a través<br />

de la lente de un sentido de cosmopolitismo,<br />

modernización y progreso<br />

anclado y definido en Europa, las que<br />

en un texto de Rubén Darío transforman<br />

despectivamente al “bravo”<br />

Alfaro –de valiente y de uno “de los<br />

pocos americanos de creación”– en<br />

un bárbaro. Pero más que esa implícita<br />

oposición entre internacionalismo<br />

y nativismo, y sus muchas variantes,<br />

que se plantea por todo el modernismo<br />

y aun hasta nuestros días, atañe<br />

historiar aquí el escrito de Darío teniendo<br />

en cuenta las conexiones de<br />

éste con Alfaro y con al menos otra<br />

figura del poder liberal ecuatoriano,<br />

el general Leonidas Plaza Gutiérrez<br />

(1866-1932).<br />

Hacia 1914, a punto de cumplir<br />

sus bodas de plata como colaborador<br />

de La Nación de Buenos Aires, Darío<br />

hizo público uno de sus Films de París.<br />

9 El escrito consiste en dos partes,<br />

una titulada “Advertencia” y la otra<br />

“Eloy Alfaro”. Salvo por la referencia<br />

optamos por revisar los años de 1912-1916<br />

de La Nación. La búsqueda resultó infructuosa.<br />

Por lo demás, ninguna de las bibliografías<br />

accesibles sobre Darío registran este<br />

artículo. Además, cuando la revista de vanguardia<br />

Cervantes, Madrid, abril 1918, 1-6,<br />

reprodujo el artículo, póstumamente, no<br />

indicó la fuente original. Por cierto, Arnold<br />

Arnaud del Greco, Repertorio bibliográfico del<br />

mundo de Rubén Darío, New York, Las Américas<br />

Publishing Co., 1969, no lo recoge. Resulta<br />

instructivo al respecto que del Greco<br />

no lo haya encontrado ni en Mundial ni en<br />

Cervantes, y esto a pesar de fichar ambas re-<br />

41


en una y otra sección a eso de “tierras<br />

cálidas” y “tierra caliente” –expresiones<br />

llevadas casi a un nivel de<br />

concepto en tanto se trata de algo de<br />

“por allá”, y en tanto remite a un estilo<br />

de vida que Darío, en el fondo,<br />

pronuncia despreciable–, no hay mayor<br />

conexión entre los dos apartados.<br />

Los comentarios que Alfaro incita en<br />

Darío y, también, las posibles razones<br />

que los motivan son ilustrativos.<br />

Conviene recordar primero, sin<br />

embargo, que en enero de 1902, en la<br />

revista Hojas Sueltas de Barcelona, Darío<br />

publicó una crónica laudatoria con<br />

motivo del reciente ascenso de Plaza<br />

al poder ejecutivo del Ecuador (1901).<br />

¿Fue comisionado el artículo? No lo<br />

podríamos afirmar. Sea como fuere,<br />

el perfil que Darío entrega de Plaza, a<br />

quien aquél refiere haber conocido en<br />

Nicaragua hacía algunos años, es el de<br />

un militar distinguido, talentoso, un<br />

hombre de carácter admirable, civilizado<br />

–todo lo opuesto a la reprensible<br />

“leyenda del cruel cacicazgo [identificado]<br />

con las presidencias hispanoamericanas”<br />

que Darío dice vituperar.<br />

vistas durante los años que interesan. El que<br />

no lo documente como un texto que apareció<br />

en Cervantes sí nos resulta extraño, especialmente<br />

en vista de que tenemos a mano<br />

una fotocopia del artículo. Seguramente<br />

esto se deba a que del Greco, en lo que toca<br />

a las dos revistas en cuestión, pareciera repetir<br />

lo que Carlos Lozano, Rubén Darío y el<br />

modernismo en España, 1888-1920, New York,<br />

Las Américas Publishing Co., 1968, ya había<br />

recopilado, y éste, sin duda, no tuvo acceso<br />

a la colección completa de Cervantes.<br />

10 Este –recogido también por Abel Romeo<br />

Castillo, si bien éste parece confundir el año,<br />

dice 1914, ver nota 3– apareció originalmen-<br />

42<br />

Para Darío, Plaza se constituye en<br />

una suerte de continuación del espíritu<br />

letrado que se asocia con la figura<br />

ilustre de un Francisco de Miranda<br />

(1750-1816). Más aún, Darío acredita<br />

en buena parte sus juicios mancomunando<br />

a Plaza con Montalvo, con<br />

Proaño y con Alfaro. Plaza es la negación<br />

del “despotismo primitivo” (dígase<br />

barbarie) tan manifiesto en los<br />

gobernantes hispanoamericanos; Plaza<br />

apunta hacia “los nuevos rumbos”<br />

(entiéndase civilización) que habría<br />

que seguir en América Latina (898).<br />

En el susodicho Films de París, sin<br />

embargo, ese mismo Alfaro que había<br />

servido de respaldo para enaltecer la<br />

figura de Plaza, y que solo un par de<br />

años antes Darío había identificado en<br />

otro escrito como uno de los dos “prohombres<br />

ecuatorianos”, 10 se transforma<br />

en manos del propio Darío en un<br />

“General –¡ay!– que tuvo el romanticismo<br />

de las tiranías”, en un “tiranuelo”,<br />

en un “sátrapa”, en un “caudillo<br />

obtuso”, en un “politiquillo”, en un<br />

“calculador, calculador de gentes” que<br />

“hizo morir mucha gente. Hizo desterrar<br />

mucha gente. Y él mismo fue un<br />

eterno desterrado, hasta cuando ocupó<br />

la Presidencia de la República”(4-5).<br />

Se trata, claro está, de un evidente<br />

proyecto para denigrar e injuriar a<br />

te en el ensayo “Ecuador”, en Mundial París,<br />

marzo de 1912; después Darío incorporó ese<br />

texto como uno de los capítulos de su Prosa<br />

política (Las repúblicas americanas), t. XIII de<br />

sus Obras completas, Madrid, editorial Mundo<br />

Latino, 1918, 161-169 (téngase en cuenta<br />

que hacia marzo de 1912 acababa de morir<br />

horrendamente asesinado Alfaro).


Alfaro, para contrarrestar su memoria<br />

y la consecuente amenaza que la misma<br />

suponía en las luchas ideológicas<br />

del Ecuador. Mas la cuestión es cómo<br />

Darío lleva a cabo su objetivo y por<br />

qué sometió la autoridad de su pluma<br />

a la autoridad del poder Ejecutivo<br />

ecuatoriano, a la tarea de vilipendiar<br />

a Alfaro.<br />

El procedimiento es algo similar<br />

al que se observa también en la silueta<br />

sobre Plaza, salvo que aquí resalta<br />

una patente actitud negativa. Darío<br />

recurre a la anécdota, en este caso a la<br />

referencia sobre cómo conoció a Alfaro<br />

en el sepelio de José María Castro<br />

(1818-1892), benemérito expresidente<br />

de Costa Rica. Antes de precisar detalles<br />

sobre ese encuentro con Alfaro,<br />

Darío procede, sin embargo, a interpelar<br />

al lector dictándole un doble<br />

marco ideológico. En el primero avisa<br />

a su cosmopolita público de Buenos<br />

Aires que les va a relatar un incidente<br />

biográfico que le ocurrió a él en un<br />

mundo de “tierra caliente”, pero que<br />

para entenderlo importa tener “comprensión<br />

del medio”; por eso amonesta<br />

a sus lectores que tengan presente<br />

su “intelecto en ese medio”, el intelecto<br />

de Darío, se entiende, intelecto<br />

que él, Darío, auto proclama como<br />

“Prosas profanas en tiempo de Rozas<br />

(sic)”. 11 El segundo marco ideológico<br />

resulta una suerte de prefacio para la<br />

anécdota sobre Alfaro que Darío va a<br />

relatar. A aquél lo conceptúa allí como<br />

11 Juan Manuel Ortiz de Rosas (1793-1877),<br />

dictador, general y político argentino. Hasta<br />

los tiempos de Darío no era raro escribir el<br />

apellido del mismo con “z”, Rozas.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

a un “hombre anciano y fatal que no<br />

murió ni en la belleza de la idea ni en<br />

el batallón de su carrera” (3-4).<br />

Solo después de haber establecido<br />

esas premisas (inclusive la reciente<br />

muerte de Alfaro), se procede<br />

a representar a Alfaro y a propinarle<br />

atributos y conexiones personales que<br />

rezuman una agenda política y cultural<br />

por parte de Darío –agenda que<br />

responde a la específica circunstancia<br />

histórica ecuatoriana y que, de hecho,<br />

se explaya y remite al horizonte hispanoamericano.<br />

Darío empieza por caricaturizar la<br />

figura física de Alfaro:<br />

Un viejo, bajito, canoso, con una barbilla<br />

Napoleón III, tímido, ojos de ardilla,<br />

andaba por allí rodando y haciendo<br />

revolución; pues ese desventurado<br />

político de nuestra criolla sociabilidad<br />

hispanoamericana, de “por allá”, era<br />

la encarnación de lo que dejó en literatura<br />

Montalvo. 12<br />

Más adelante comenta Darío, con<br />

evidentes rodeos, que se dice del “obtuso”<br />

Alfaro que éste “enviaba cheques<br />

de vida a Juan Montalvo a París” (5).<br />

Darío pormenoriza que Alfaro<br />

[t]uvo dos águilas encadenadas. Es<br />

decir, una, Montalvo, porque Vargas<br />

Vila desde el fondo exclusivo y egoísta<br />

de su genio, me dijo, y podría recordar<br />

12 Esa alusión no podría ser más injuriosa–parece<br />

evidente que lo que pretendía Darío era fijar<br />

correspondencias entre Alfaro y los dictadores<br />

ecuatorianos a quienes Montalvo vituperó,<br />

especialmente a Veintimilla en Las catilinarias<br />

(1880-1882).<br />

43


44<br />

hasta sus palabras, el desdén que le<br />

inspiraba su favorecedor, muy mediocre<br />

de Roma. Por otra parte, cuando<br />

Vargas Vila revele cosas…(5).<br />

La crónica se cierra exponiendo<br />

que Alfaro “era un anciano inquieto,<br />

cuya presencia era un síntoma de<br />

nerviosidad en cualquiera de aquellas<br />

repúblicas pequeñas”. Darío se interroga<br />

qué elogio podría hacerle él al<br />

caudillo ecuatoriano. A lo cual responde,<br />

y con no poco de escarnio, con lo<br />

que él dice ser una “oración fúnebre”<br />

in memorian, “oración fúnebre” que no<br />

es más que un dictamen que reduce a<br />

Alfaro a ni más ni menos que a “–¡Un<br />

gaucho en el Chimborazo!” (4-6).<br />

El porqué Darío rindió su pluma<br />

para denigrar a Alfaro “podría” entendérselo<br />

en términos de su presunta<br />

identificación con un proyecto social<br />

continental que proponía la modernización<br />

y el cosmopolitismo frente<br />

a intereses locales y frente a caudillos<br />

vistos como primitivos y retrógrados.<br />

Y podría también añadirse, en beneficio<br />

y justificación de Darío, que la representación<br />

que éste hizo de Alfaro<br />

respondía a un ideal americano continental,<br />

ambiguo y paradógico, que<br />

se amparaba en el presunto valor positivo<br />

del progreso, identificado éste<br />

con las pautas de lo que ese progreso<br />

significaba para la metrópoli.<br />

Igualmente plausible, sin embargo,<br />

y ya teniendo en cuenta las luchas<br />

ideológicas ecuatorianas y de allende,<br />

es que Darío haya sometido la autoridad<br />

de su pluma por razones puramente<br />

personales que a la larga sugieren,<br />

por contigüidad, que el letrado<br />

está sujeto y se adhiere como cualquier<br />

otro a intereses y complicidades<br />

del poder hegemónico. Uno de los<br />

ardides del intelectual de esa calaña<br />

sería también, y ello no constituye sorpresa<br />

alguna, la de legitimar el poder<br />

de un gobierno en vigencia. Y era Plaza<br />

quien en aquel momento se hallaba<br />

en la silla presidencial ecuatoriana.<br />

Largo sería entrar aquí en la “guerra<br />

civil” que se libró dentro del Partido<br />

Liberal ecuatoriano entre alfaristas<br />

y placistas. Mas no se descarte el<br />

poder subversivo que las ideas colectivas<br />

y el programa de gobierno que<br />

representaba la figura de Alfaro seguían<br />

teniendo; aun muerto, aquéllas<br />

se mantenían en vigor y no dejaban<br />

de constituir una amenaza al sistema<br />

de poder instituido. Para entender<br />

bien la situación, no habría más que<br />

inventariar las muchas montoneras<br />

y levantamientos insurgentes que en<br />

nombre de “la alfarada” se propugnaron<br />

en contra del régimen que dominaba<br />

en Quito (baste recordar los<br />

nombres de caudillos como Montero,<br />

Concha, Bowen, Serrano y Lastre, entre<br />

otros).<br />

Darío se alineó implícitamente, por<br />

qué dudarlo, con Plaza. El precio no lo<br />

sabemos. Claro está, sin embargo, que<br />

en su anécdota sobre Alfaro, Darío trató<br />

de protegerse de cualquier presunta<br />

o legítima acusación, arropándose con<br />

el manto del hombre culto y cosmopolita<br />

que defendía la “civilización” frente<br />

a la “barbarie”. Él, Darío, era “Prosas<br />

profanas en tiempos de Rozas”; Alfaro<br />

sería, siguiendo al revés esa analogía,<br />

un gaucho más como Rosas. “Un


gaucho en el Chimborazo”. La correspondencia<br />

Rosas: Alfaro no podría ser<br />

más contundente. De ese modo, alusivamente,<br />

Darío identifica a Alfaro con<br />

los atributos del caudillo Juan Manuel<br />

de Rosas que Esteban Echeverría y D.<br />

F. Sarmiento, e.g., ya habían condenado<br />

en “El matadero” y en Facundo, respectivamente<br />

(pero téngase en cuenta<br />

que por esa vía –quizá a despecho de<br />

Darío– y como para complicar su ubicación<br />

en el contexto de ese pasado<br />

histórico, Alfaro empalma también<br />

con la figura del Libertador. ¿Acaso<br />

Sarmiento, en la “Introducción” a su<br />

célebre obra, no identificó “al inmortal”,<br />

al “gran Bolívar”, dentro de esa<br />

tradición?).<br />

En todo caso, insinuamos antes<br />

sobre “el precio” de los comentarios<br />

de Darío porque hay una serie de factores<br />

insinuantes que probablemente<br />

alentaron, y precisamente en 1914, la<br />

publicación de Films de París en que<br />

figura Alfaro. Resulta que ese mismo<br />

año, y ello es al menos sugestivo –especialmente<br />

a la luz de lo que dice<br />

Darío sobre Vargas Vila en el escrito<br />

en cuestión–, se anunciaba La muerte<br />

del cóndor, la apasionada y tendenciosa<br />

biografía, a tono epopéyico, que escribió<br />

Vargas Vila sobre Alfaro.<br />

O bien por vía directa, o gracias a<br />

quien se lo comunicare, Darío debía de<br />

estar al tanto de que el libro de Vargas<br />

Vila era un enaltecimiento del héroe<br />

y no, como él mismo maliciosamente<br />

lo insinuaba en el susodicho Films de<br />

París, un agravio que pondría de manifiesto<br />

“el desdén que le inspiraba su<br />

favorecedor,” Alfaro, a Vargas Vila.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

¡No hay tal cosa!<br />

Bien visto el asunto, pues, es lícito<br />

conjeturar que Darío no se proponía<br />

otro objetivo que desvirtuar y desprestigiar<br />

de antemano el libro que<br />

Vargas Vila venía anunciando. La politiquería<br />

que rezuma del discurso del<br />

célebre nicaragüense no podría ser<br />

más clara. Pero, otra vez en favor del<br />

magno Darío, no se olvide que en 1914<br />

éste se hallaba ya en plena decadencia<br />

física; y sabido es, también, que vivía<br />

sus aristocráticos lujos gracias al apoyo<br />

de reyes burgueses. ¿Y por qué no<br />

entre estos los afectos a Plaza?<br />

***<br />

La muerte del cóndor es precisamente<br />

eso, un elogio de Alfaro, un<br />

verdadero panegírico, rebombante de<br />

incontenida admiración conforme se<br />

lo aprecia en las siguientes frases de<br />

Vargas Vila:<br />

Cuando esos pueblos, cercanos al trópico,<br />

sacudiendo sus cadenas, vuelvan<br />

a tener conciencia de sí mismos… mirarán<br />

la sombra augusta de ese Grande<br />

Hombre desaparecido, como el más<br />

alto Símbolo de Libertad, surgido bajo<br />

sus cielos, después de que los Héroes<br />

de la Independencia, se durmieron en<br />

sus tumbas; porque Eloy Alfaro, fue<br />

eso: el HOMBRE SÍMBOLO; el más<br />

alto y más genuino representante, del<br />

tipo heroico, más reflexivo, más puro,<br />

y más completo, que aquel que soñó el<br />

cerebro atormentado de Carlyle.<br />

Alfaro, fue el guerrero-apóstol; la encarnación<br />

del héroe idealista, en su<br />

más prodigiosa y noble realización;<br />

solo tres hombres significativos, tres<br />

encarnaciones de pueblos, han surgido<br />

en América después de Bolívar.<br />

45


46<br />

Benito Juárez.<br />

José Martí.<br />

y, Eloy Alfaro;<br />

y, a Alfaro, le tocó ser el último Libertador,<br />

en un mundo que ha apostatado<br />

tan cobardemente la Libertad; (1914,<br />

43-44).<br />

La diferencia con lo expresado por<br />

Darío no podría ser más patente. Patente<br />

es también que por ningún lado<br />

de la obra de Vargas Vila se insinúa<br />

“desdén” alguno hacia Alfaro. Esto lo<br />

reservó, ¡y con creces!, para Leonidas<br />

Plaza, de quien dice Vargas Vila que si<br />

a algún grupo pertenece,<br />

pertenece, a los rastreros, a los silenciosos,<br />

a los vertebrados inferiores; es<br />

de la raza de las víperas; Plaza es un<br />

asqueroso embrión … repugnante …<br />

larvado … Plaza, rompe con el molde<br />

de lo pequeño, para entrar en lo ínfimo<br />

… Plaza [es] decadencia, física,<br />

decadencia moral, atrofia intelectual;<br />

un residuo de raza en descomposición<br />

(1914, 125-27).<br />

Todo el fanático e inflexible partidismo<br />

promulgado por alfaristas y<br />

placistas se pone allí de manifiesto.<br />

La diatriba es agente de la ideología.<br />

El servicio de la pluma de letrados a<br />

los intereses y manipulaciones de un<br />

sistema de poder son irrebatibles. Es<br />

el mismo Vargas Vila, sin embargo,<br />

quien en el prólogo a la segunda edición<br />

de su libro, en 1921, se encarga<br />

de documentar hasta qué punto la<br />

letra participó en la encarnizada y<br />

fratricida lucha de los liberales ecuatorianos.<br />

Plaza, anuncia Vargas Vila,<br />

“había podido arrojar al Héroe fuera<br />

de la Vida, pero, no podía arrojarlo<br />

fuera de la Historia; … había podido<br />

hacerlo entrar en la tumba, pero,<br />

no había podido hacerlo entrar en el<br />

Olvido” (1921, XI). Silenciar e injuriar<br />

la memoria de Alfaro era el objetivo.<br />

Por eso, cuando primero apareció La<br />

muerte del cóndor (1914), el poder instituido,<br />

el Estado ecuatoriano –refiere<br />

Vargas Vila en el “Prefacio” a la “edición<br />

revisada y corregida” de 1921–<br />

movilizó contra la edición príncipe<br />

del libro todos los medios de expresión<br />

a su alcance (1921, VII-XXV). ¿Incluso<br />

la autoridad y el prestigio de la<br />

pluma de Rubén Darío?<br />

Que la idea Alfaro no claudicó<br />

y que siguió siendo un vigente grito<br />

subversivo de lucha en el Ecuador<br />

lo comprueba la historia. Que se<br />

persistió en desacreditarlo, igual. La<br />

disputa sobre la memoria de Alfaro<br />

no oculta su verdadero cometido, la<br />

lucha por el poder. Una ilustración bibliográfica,<br />

parcial, la clarifica.<br />

En 1912, Porfirio Bárbara Jacob<br />

dio a luz en Madrid su edición de los<br />

Siete tratados de Montalvo. La conexión<br />

Alfaro/Montalvo era archisabida y<br />

no podía ir sino en contra del grupo<br />

liberal identificado con Plaza. Asimismo,<br />

en 1916, Raúl Andrade publicó en<br />

Nueva York su Vida y muerte de Eloy<br />

Alfaro. En 1917, a su vez, Rufino Blanco<br />

Fombona incluyó a Montalvo entre<br />

sus Grandes escritores de América, editado<br />

en Madrid.<br />

Dentro de ese ámbito, cabe preguntar,<br />

por ejemplo, si fue mera coincidencia<br />

que la revista de vanguardia<br />

madrileña Cervantes, a principios de<br />

1918, reimprimiera póstumamente


Films de París en que Darío había vilipendiado<br />

la figura de Alfaro. Seguramente<br />

no, especialmente si se tiene<br />

en cuenta que el crítico quiteño César<br />

Arroyo –quien en ese entonces se<br />

desempeñaba desde ya hacía varios<br />

años como representante consular del<br />

gobierno ecuatoriano en España– era,<br />

junto con Rafael Cansinos-Asséns, codirector<br />

de Cervantes.<br />

¿Quién se impuso en esa lucha de<br />

las palabras por la “esfera pública”?<br />

(valga la alusión a Habermas). Claro<br />

está que en el Ecuador, y más en la<br />

Costa y en Manabí, la figura de Alfaro<br />

ha logrado con el tiempo proporciones<br />

míticas.<br />

Ahora bien, de todo lo expuesto se<br />

deriva por vía directa que el poder dominante<br />

y la cultura letrada instituida<br />

se corresponden, según y conforme<br />

a participación en una causa mutua,<br />

a intereses personales o a intereses<br />

ideológicos promoviendo un interés<br />

social. El presunto apolitismo de los<br />

modernistas, y de Darío en particular,<br />

es cuestionado aquí una vez más; y,<br />

como juicio lato, resulta equívoco. A<br />

su vez, las maquinaciones del poder<br />

hegemónico y de la representación de<br />

ese poder, el líder político, en su función<br />

de mecenas de intelectuales, caso<br />

Vargas Vila, es igualmente irrefutable.<br />

Ni en el caso de Darío ni en el de<br />

Vargas Vila cabe hablar de un discurso<br />

contestatario, representativo de grupos<br />

emergentes, al margen del poder.<br />

Lo que queda en claro es que si<br />

bien Alfaro se halla presente en los<br />

escritos de Martí, Darío y Vargas Vila,<br />

la actitud de cada cual difiere confor-<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

me a la causa política y cultural que<br />

auspicia el uno, y a los intereses personales<br />

del otro. Los juicios en cada<br />

caso responden a una perspectiva determinada<br />

que exige ubicación dentro<br />

del contexto histórico.<br />

Queda claro que, en los casos de<br />

Darío y Vargas Vila, la letra es un instrumento<br />

del poder; y, que lo que en el<br />

fondo rezuma de los varios escritos es<br />

la disputa por la esfera pública en que<br />

se mueven y desenvuelven las ideas<br />

que afectan la vida política de la ciudadanía,<br />

disputa por la opinión pública<br />

que a la vez, por contigüidad, alude a<br />

una preocupación por el destino y la<br />

pauta a seguir de América Latina. Este<br />

último factor se lo evidencia y sintetiza<br />

por medio de múltiples disposiciones<br />

antitéticas: continentalismo/nativismo;<br />

arielismo/calibanismo; cosmopolitismo/tierras<br />

calientes; y, poder/literatura<br />

–en fin, la crisis que representa<br />

el paso a la modernidad. 13<br />

***<br />

Y para concluir con Martí, está<br />

claro que una idea es difícil de atajar.<br />

La idea Alfaro perdura precisamente<br />

porque llegó a constituirse en una<br />

expresión indeleble de su tiempo. No<br />

así la anécdota de Darío. Y tampoco la<br />

de Vargas Vila. Tampoco la de Vargas<br />

Vila debido a la redundante exalta-<br />

13 Además del citado libro de Ángel Rama,<br />

véanse sobre el tema los estudios de Aníbal<br />

González (La crónica modernista hispanoamericana,<br />

Madrid, José Porrúa Turranzas, 1983);<br />

y, de Julio Ramos (Desencuentros de la modernidad<br />

en América Latina. Literatura y política en<br />

el siglo XIX, México, DF, Fondo de Cultura<br />

Económica, 1989).<br />

47


ción del héroe y a la diatriba sin más<br />

de contrincantes que resulta hoy una<br />

extensión y un previsible instrumento<br />

más de los medios del poder. No<br />

obstante, Alfaro sigue vigente. Tanto<br />

es así que los ideales que él representa<br />

permiten que aun en 1979/1981 se<br />

escriba con exaltación acerca de su<br />

inquebrantable identificación con la<br />

causa cubana de fines del siglo pasado<br />

y, por extensión, con la de la Cuba<br />

de solo quince años ha. 14<br />

Por eso y por muchas razones<br />

más, y en vista del centenario de la<br />

14 Así el mencionado artículo de Jorge Pérez<br />

Concha, nota 3, que primero fue una “conferencia<br />

sustentada en la isla de la Juventud,<br />

por invitación del Instituto Cubano de<br />

Amistad con los Pueblos (ICAP), el 23 de<br />

enero de 1979”, p. 162.<br />

48<br />

Revolución Liberal de 1895 que el líder<br />

de Montecristi capitaneó, Alfaro<br />

exige una nueva lectura crítica. Hay<br />

que ver a Alfaro no solo para izar un<br />

estandarte provinciano de grandeza o<br />

de patriotismo local –manabita, costeño<br />

o ecuatoriano–, sino para volver<br />

a indagar y formular y recuperar su<br />

figura en tanto nos anima a realizar<br />

una visión del futuro que arranque,<br />

sí, de la suerte inmediata de estas tierras,<br />

pero que se proyecte hacia una<br />

visión iberoamericana y global.


orígenes de los zeVallos en el eCuador<br />

Advertencia al lector<br />

En 1995 apareció la obra Zevallos en<br />

Portoviejo y Guayaquil, de Juan Zevalos<br />

Chevasco que recogió algunas líneas<br />

de este antiguo apellido diseminado<br />

en las actuales ciudades costeñas de<br />

Portoviejo y Manabí; trabajo que en<br />

varias líneas e información adicional<br />

fue completado por Fernando Zevallos<br />

Ross con otro similar, el mismo<br />

que se publicó en 1996. Ambos trabajos<br />

recogen información interesante,<br />

aunque incompleta, sobre esta familia<br />

que se ha dispersado por los diversos<br />

rincones del país.<br />

Ello nos ha motivado a preparar<br />

una obra de próxima aparición que se<br />

titulará “Los Zevallos en el Ecuador”,<br />

que recopila y actualiza una vasta información<br />

histórica y genealógica del<br />

sinnúmero de miembros de este apellido.<br />

Sin embargo, en esta entrega<br />

ofrecemos una pequeña síntesis de lo<br />

que será nuestra obra.<br />

Preliminar<br />

El apellido Zevallos, con sus variaciones<br />

Zeballos, Cevallos o Ceballos,<br />

es uno de los más difundidos en<br />

Iberoamérica; y proviene de Castilla,<br />

de la merindad de Trasmiera (Santander),<br />

desde donde se extendió por<br />

Javier Gomezjurado Zevallos*<br />

toda la península y posteriormente a<br />

América. Se origina en época de la<br />

Reconquista y la guerra contra los moros,<br />

en que se decía que había que dar<br />

de darles de comer hasta el hartazgo<br />

* Historiador, Doctor en Sociología y Ciencias<br />

Políticas y Magíster en Desarrollo. Docente<br />

Universitario. Miembro Correspondiente de<br />

la Academia Nacional de Historia, y de la<br />

Academia Nariñense de Historia. Autor de<br />

varios libros y artículos monográficos sobre<br />

temas históricos, genealógicos, sociológicos y<br />

costumbristas. (jgomezjurado@gmail.com).<br />

49


50<br />

(a los musulmanes) para que les sea<br />

más difícil defenderse y así vencerlos<br />

con facilidad. 1<br />

Provendrían de Ossana, la hija de<br />

un antiguo rey visigodo, la cual nació<br />

por el año 660 y quien casó con Febo,<br />

hermano del duque Erducio. 2 Sin embargo,<br />

su línea genealógica se remonta<br />

a Fernán García, Señor de Cevallos,<br />

quien vivió por el año 1097 y fue casado<br />

con Estefanía de Armengol. Su tataranieto<br />

Ruy González de Cevallos,<br />

nacido hacia 1195, fue el primero que<br />

firmó Cevallos; estuvo casado con Teresa<br />

González Girón y Rodríguez de<br />

Lara y dan origen a los Cisneros y a<br />

los Cevallos. 3 Solo a manera de curiosidad,<br />

sus armas universales son: en<br />

campo de plata, tres fajas de sable;<br />

bordura jaquelada de oro y gules en<br />

1 Cfr. .<br />

2 Salvador de Moya, “Familias Reais”, en<br />

Anuario Genealógico Brasileiro, Río de Janeiro,<br />

Edicao da <strong>Revista</strong> Genealógica Brasileira,<br />

1947, p. 6.<br />

3 Fortunato Escribano de la Torre, Peñafiel,<br />

Notas históricas, Valladolid, Estudios Peñafielenses,<br />

Castilla y León, 2a. ed., 1977, p.<br />

180.<br />

4 Archivo General de Indias (AGI), Sevilla,<br />

Signatura: Pasajeros, L. 5, E. 330.<br />

5 Libro de Cabildos de la Ciudad de Quito: 1650-<br />

1657 (versión de Gustavo Chiriboga C.),<br />

Quito, Publicaciones del Archivo Municipal<br />

de Quito, Imprenta Municipal, 1969,<br />

pp. 447, 451-455.<br />

6 Instituto Otavaleño de Antropología, Archivo,<br />

Sección Protocolos (1689-1693); y Archivo<br />

Nacional de Historia, Quito (ANH/Q),<br />

Fondo Notarial, Serie Protocolos (1693-<br />

1713).<br />

7 Archivo Metropolitano de Historia, Quito<br />

(AMH), Actas del Cabildo, 1708-1709.<br />

dos órdenes; con el lema en la parte<br />

inferior que dice: “Es ardid de caballeros,<br />

ceballos para vencellos”.<br />

Los Zevallos en la antigua<br />

región de Quito<br />

En el antiguo país y región de Quito,<br />

que abarcaba buena parte de nuestro<br />

actual Ecuador, los Zevallos (Cevallos)<br />

aparecen desde mediados del<br />

siglo XVI, cuando Álvaro de Cevallos<br />

y Herrera, nacido por 1540 en el valle<br />

de Toranzo, en la región de Santander,<br />

e hijo de Suero de Cevallos y de doña<br />

María de Herrera, y casado con Catalina<br />

Silva y Ocaña (hija de Andrés de<br />

Ocaña y de Leonor de Silva), natural<br />

de Madrid, obtienen pasaporte el 18<br />

de febrero de 1567 para pasar a Quito. 4<br />

Otros Cevallos en nuestro actual<br />

territorio son: Fernando de Cevallos y<br />

Velasco, a quien el 1 de enero de 1657,<br />

en Quito, se le entregó la vara y se<br />

prestó juramento como Alcalde la Santa<br />

Hermandad. 5 Asimismo, aparece en<br />

Otavalo un Manuel de Cevallos y Velasco,<br />

casado con doña Mariana Rodríguez,<br />

quien fue escribano de Otavalo<br />

de 1689 a 1693; y escribano en Quito<br />

en diversos años entre 1693 y 1713. 6 De<br />

igual manera, encontramos al capitán<br />

don José de Cevallos y Velasco, quien<br />

es electo en 1708 como Regidor del<br />

Cabildo de Quito; y a Nicolás de Cevallos<br />

y Velasco, alcalde ordinario del<br />

cabildo de Quito en 1709; 7 entre otros<br />

que utilizaron el apellido Cevallos y<br />

Velasco.<br />

De igual manera encontramos a<br />

don Miguel (nacido por 1711, pues


en 1743 declaró tener 32 años), don<br />

Joaquín, don Ventura, doña Ana María<br />

y doña Rosa Viterba de Zevallos y<br />

Velasco, todos hermanos e hijos legítimos<br />

de doña Jacinta Sosa, hija a su vez<br />

del capitán Francisco de Sosa, Regidor<br />

Perpetuo de la Villa de San Miguel de<br />

Ibarra. 8 Finalmente, tenemos a un Miguel<br />

Antonio de Zevallos y Barroso,<br />

b. el 15 de noviembre de 1744, e hijo<br />

de don Miguel de Zevallos y de doña<br />

María Barroso; 9 que eventualmente<br />

podría ser hijo de Miguel de Zevallos<br />

y Velasco y Sosa, aunque no se lo ha<br />

demostrado hasta la actualidad.<br />

El tronco primigenio de<br />

los Zevallos en el actual<br />

Ecuador y su descendencia<br />

Hasta el momento, y de forma documentada,<br />

el tronco primigenio de<br />

los Zevallos en el actual Ecuador es<br />

el capitán Miguel de Zevallos y Velasco,<br />

de quien desconocemos los nombres<br />

de sus padres. Hasta no hallar<br />

información totalmente verificada,<br />

no podemos aseverar que se trate del<br />

mismo Miguel Antonio de Zevallos y<br />

Barroso, antes citado. En este sentido<br />

comienza la genealogía de los Zevallos<br />

con:<br />

I<br />

Cap. Miguel Antonio Zevallos y Velasco,<br />

nació por 1722. Fue testigo en enero<br />

de 1759 del matrimonio de Juana Doro-<br />

8 Archivo Pedro Robles Chambers, Guayaquil<br />

(dato del Archivo del Arzobispado de<br />

Lima, Sección Apelaciones de Quito, 1743).<br />

9 Archivo Ezio Garay Arellano, Guayaquil.<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

tea del Barco Lor, casada en Portoviejo<br />

con el gallego José Manuel Guerrero.<br />

Tuvo casa en Guayaquil, que la perdió<br />

en el incendio de 1764. Fue nombrado<br />

Teniente de Gobernador y Justicia Mayor<br />

de San Gregorio de Portoviejo, por<br />

título que se expidió en Santa FE (hoy<br />

Bogotá), el 22 de diciembre de 1764 por<br />

el Virrey de Nueva Granada. Se posesionó<br />

y juramentó el 5 de julio de 1765<br />

en Guayaquil. 10<br />

El 15 de junio de 1765, Pedro Alcántara<br />

de Lor, vecino de Portoviejo, le<br />

siguió querella civil y criminal por los<br />

excesos cometidos contra su persona;<br />

razón por la cual Zevallos debió abandonar<br />

el lugar. 11 En 1780, aparece como<br />

Teniente de Gobernador de Tumaco,<br />

donde el negro liberto Vicente Cruz le<br />

sigue causa criminal por la arbitraria<br />

privación de los bienes que éste los obtuvo<br />

con su trabajo. 12 Esta causa seguida<br />

en contra de Zevallos y sus abusos,<br />

continuará por algunos años, y el 7 de<br />

marzo de 1787 se desarrollará una relación<br />

del proceso que incluirá la tasación<br />

de costas judiciales. 13<br />

Casó en Portoviejo hacia 1765 con<br />

doña Juana Dorotea del Barco y Lor<br />

(viuda de don José Manuel Guerrero).<br />

Doña Juana Dorotea había nacido por<br />

1739, fue hija del capitán don Antonio<br />

del Barco y Ecay, n. de Bilbao por 1700<br />

y de doña Rosa de Lor Macías, n. por<br />

10 Fernando Zevallos Ross, “Los Zevallos de<br />

Manabí”, en Ecuador Raizal, Quito, SAG<br />

No. 86, 1996, p. 209.<br />

11 ANH/Q, Fondo Corte Suprema, Serie Criminales,<br />

Caja 52, Exp. 10.<br />

12 Ibíd., Caja 87, Exp. 1.<br />

13 Ibíd., Caja 126, Exp. 19.<br />

51


1705 y quien testó el 26 de septiembre<br />

de 1783. Nieta paterna de don Juan<br />

Ventura del Barco y de doña Ignacia<br />

de Ecay; nieta materna del capitán<br />

Juan de Lor, n. en Alicante y de doña<br />

María de Macías, n. e Portoviejo. 14<br />

Fueron sus hijos:<br />

1. Don José Mariano de Zevallos y<br />

del Barco, que sigue en II A.<br />

2. Doña Dolores de Zevallos y del<br />

Barco, n. por 1767.<br />

3. Doña Irene de Zevallos y del Barco,<br />

n. por 1768.<br />

4. Doña Gertrudis de Zevallos y del<br />

Barco, n. por 1769.<br />

5. Doña Rosa de Zevallos y del Barco,<br />

n. por 1771. Casó con Paulino<br />

Peláez, con descendencia.<br />

6. Doña Ramona de Zevallos y del<br />

Barco, n. por 1772. Casó con don<br />

Francisco de Mendoza, con descendencia.<br />

7. Doña Jacinta de Zevallos y del<br />

Barco, n. por 1774. Casó con Pedro<br />

José Zedeño, con descendencia.<br />

8. Don José de Zevallos y del Barco,<br />

que sigue en II B.<br />

II<br />

A. Don José Mariano Zevallos y del<br />

Barco, nacido en Portoviejo hacia 1766.<br />

Estudió en Quito donde egresó de<br />

Derecho. Luego de cumplir servicio<br />

militares al Gobierno español, retornó<br />

14 Archivo Javier Gomezjurado Zevallos, Quito.<br />

15 Zevallos, op. cit., p. 210.<br />

16 Juan Chacón, transcriptor, “Sobre justificar<br />

la entrada de enemigos en el pueblo de<br />

Montecristi”, en <strong>Revista</strong> del Archivo Históri-<br />

52<br />

a su ciudad natal donde tuvo vivienda,<br />

además de un valioso predio en<br />

el recinto “El Guabito”. Además, en<br />

la zona montañosa de Vuelta Larga,<br />

hoy jurisdicción de la parroquia Santa<br />

Ana, adquirió por posesión una extensa<br />

zona, formando una hacienda ganadera,<br />

con cultivos de café y cacao. 15<br />

En septiembre de 1818 aparece<br />

como Teniente de Dragones, y asoma<br />

como testigo en el juicio seguido<br />

contra José Manuel Nevárez por haber<br />

dejado entrar a los sediciosos de<br />

Brown. Ese mismo año viajó desde<br />

Portoviejo a Montecristi con 25 hombres,<br />

en auxilio de este pueblo. Por<br />

esa época firmaba como “Ceballos”. 16<br />

El 1 de enero de 1822 es designado<br />

como escrutador cuando se nombró<br />

a los miembros del primer ayuntamiento<br />

de Portoviejo; 17 época en la<br />

que además fue delegado ante el Colegio<br />

Electoral de Guayaquil en 1822.<br />

Su nombre figura grabado en la Columna<br />

de los Próceres al 9 de Octubre<br />

en el parque de El Centenario de<br />

Guayaquil.<br />

Posteriormente, fue coorganizador<br />

del batallón Olmedo de Portoviejo. Vivió<br />

en Guayaquil, en 1832 en casa de<br />

Mercedes Sánz, que quedaba en la octava<br />

manzana o también llamada “de<br />

Espantoso”, la misma que quedaba por<br />

detrás del San Juan de Dios. Para esa<br />

época ya firmaba como “Zevallos”. 18<br />

Hacia 1846 fue Presidente del Municipio<br />

de Portoviejo, y falleció en 1850.<br />

co del Guayas, No. 9, Guayaquil, AHG, 1976,<br />

pp. 63-88.<br />

17 Archivo Javier Gomezjurado Zevallos, Quito.<br />

18 Zevallos, op. cit., p. 210.


Casó primero con María Ramona<br />

Velásquez Zambrano, nacida en Pichota;<br />

hija legítima de José Filiberto<br />

Velásquez y María Luisa Zambrano,<br />

también naturales de Pichota. Al nacer<br />

su primogénito, su esposa falleció<br />

de parto; y Mariano casó por segunda<br />

vez, por 1815, con doña Ascensión o<br />

Asunción Intriago Moreira, nacida por<br />

1791, e hija de don Bautista Sánchez<br />

de Intriago y Loor y de doña Francisca<br />

Moreira y Burgos. Nieta paterna de<br />

Simón Sánchez de Intriago, natural de<br />

Asturias y de Verónica de Loor. Nieta<br />

materna de don José de Moreira y de<br />

doña María Magdalena de Burgos. 19<br />

Del único hijo de José Mariano Zevallos<br />

del Barco en su primer matrimonio,<br />

llamado José Miguel Zevallos Velásquez,<br />

provienen buena parte de los<br />

Zevallos de Manabí, entre los que se<br />

cuentan los Zevallos Madroñero, Zevallos<br />

Farías, Zevallos Holguín, Zevallos<br />

Intriago, Zevallos Moreira, Zevallos<br />

Acosta, Zevallos Vera, Zevallos Marzumillaga,<br />

Zevallos Mora, Zevallos Ross,<br />

Zevallos Mendoza, entre muchas más;<br />

así como el autor del presente artículo<br />

Javier Gomezjurado Zevallos.<br />

Asimismo, de José Zevallos Intriago,<br />

primer hijo del segundo matrimonio<br />

de José Mariano Zevallos del Barco,<br />

proviene otra línea de los Zevallos<br />

de Manabí, entre los que están las<br />

familias Zevallos Briones, Zevallos<br />

Aguirre, Zevallos Vera, y otras.<br />

De Simón David Zevallos Intriago,<br />

segundo hijo del segundo matrimonio<br />

de José Mariano Zevallos del<br />

Barco, proviene una buena parte de<br />

los Zevallos de Guayaquil, entre los<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

que se anotan los Zevallos Mendoza,<br />

Zevallos Zambrano, Egas Zevallos,<br />

Zevallos Menéndez, Zevallos Salazar,<br />

y otras familias.<br />

De Mercedes Zevallos Intriago,<br />

también hija del segundo matrimonio<br />

de José Mariano Zevallos del Barco,<br />

provienen las familias Loor Zevallos,<br />

Loor Izaguirre, Vásquez Loor, Vera<br />

Loor, Loor Cevallos, y otras.<br />

Finalmente, de Joaquín Zevallos<br />

Intriago, otro hijo del segundo matrimonio<br />

de José Mariano Zevallos del<br />

Barco, proviene otra línea de los Zevallos<br />

de Guayaquil, así como de Portoviejo<br />

y Quito, entre ellos los que se<br />

cuentan los Zevallos Chiriboga, Coronel<br />

Zevallos, Zevallos Jijón, Zevallos<br />

Reyre, Schiacaluga Zevallos, Zevallos<br />

Pérez del Castillo, Alcívar Zevallos,<br />

Zevallos Vargas, Delgado Zevallos,<br />

Pesántez Delgado, y otras familias.<br />

III<br />

B. Don José Zevallos y del Barco,<br />

nacido en Portoviejo por 1776. Hizo<br />

sus estudios, como su hermano José<br />

Mariano, en las ciudades de Quito y<br />

Bogotá. Tuvo vivienda y hacienda en<br />

el recinto “El Guabito” de Portoviejo,<br />

y otro que heredó en Riochico. Fue casado<br />

con Francisca Guillén, nacida en<br />

Portoviejo por 1790. 20<br />

De su primer hijo, Marcos Zevallos<br />

Guillén, provienen los Cevallos<br />

Vera de Guzmán, Cevallos Mieles,<br />

Cevallos Macías, Cevallos Mera, Cevallos<br />

Zubiaga, Mora Cevallos, Ce-<br />

19 Archivo Pedro Robles Chambers, Guayaquil.<br />

20 Zevallos, op. cit., p. 240.<br />

53


vallos Santos, Balda Cevallos, Loor<br />

Cevallos, Cevallos Valencia, Cevallos<br />

Bowen, Cevallos de la Jara, Banegas<br />

Cevallos, Cucalón Banegas, y otras<br />

familias de Manabí que firmaron con<br />

“C” el original apellido.<br />

De su segundo hijo, Miguel Zevallos<br />

Guillén, proceden los Cevallos<br />

Mora, Cevallos Intriago, Cevallos<br />

Villavicencio, Cevallos Muñoz, Cevallos<br />

Intriago, y otros que también<br />

firmaron el apellido con “C”.<br />

De su tercer hijo, Mariano Zevallos<br />

Guillén, descienden los Cevallos<br />

Vera, Cevallos Ponce, Cevallos<br />

Sabando, Cevallos Farías, González<br />

Cevallos, Cevallos Peñafiel, Cevallos<br />

Morán, Cevallos Acuña, Cevallos Peralta,<br />

Fernández Cevallos, Cevallos<br />

Barrezueta, Cevallos Giler, y otras familias,<br />

que también firmaron el apellido<br />

con “C”.<br />

54<br />

Colofón<br />

De este corto trabajo podemos advertir<br />

que casi todos los Zevallos de<br />

Manabí, Guayas, El Oro y Quito; así<br />

como gran parte de los Cevallos que<br />

firman con “C” en Manabí, provienen<br />

del Cap. Miguel Antonio de Zevallos<br />

y Velasco, nacido en el primer cuarto<br />

del siglo XVIII y casado con doña<br />

Juana Dorotea del Barco Lor. Miles,<br />

de descendientes de este matrimonio<br />

pueblan el Ecuador de hoy, y quizá<br />

solo unos pocos conozcan su remoto<br />

origen.<br />

San Francisco de Quito,<br />

octubre de 2012


en la tuMBa de don pedro<br />

ferMín CeVallos. 2012<br />

Estar en una tumba, en su propia<br />

tierra, después de haber<br />

sentido que los huesos no son<br />

fetiches expuestos al morbo vacuo del<br />

tótem, debe ser como llegar al hogar a<br />

descansar en esa paz que late con una<br />

palpitación que se nutre del olvido.<br />

Todavía nuestra lucha lo vamos sintiendo<br />

como una obsesión dubitante<br />

por aferrarnos a los cadáveres, o por<br />

aferrarnos a las memorias, entendidas<br />

como ejercicios renovables bajo<br />

el paradigma de las vidas. Ahora nos<br />

damos cuenta que aquí, también los<br />

cofres mortuorios se han estacionado<br />

en su viaje, en muchos casos, igual<br />

que sus intérpretes. Soy parte y testigo<br />

oficial de controvertidos latidos<br />

sociales. Quisiera que todas las convergencias<br />

dieran con un crisol, pero<br />

esto también es un deseo innecesario<br />

pensando en que el ser humano y los<br />

estratos de clase y de cultura, que<br />

son los que hacen nuestra vida, bajan<br />

marcados a la tumba.<br />

Hablar de quién fue, de quién es<br />

y de quién soy o somos en el ahora<br />

vigente de latidos; con aciertos y<br />

equivocaciones, son cosas tan distintas<br />

que pueden caer en parafraseologías<br />

que llenan los espacios, más de<br />

Pedro Reino<br />

Discurso de homenaje<br />

Ambato, lunes 30 de julio de 2012<br />

ruidos que de armonías. Hablo ahora<br />

sobre una tumba, y esto implica que<br />

algo sagrado debe acudir a mi memoria<br />

para no perder el respeto a la<br />

muerte, que es la que se engulle todas<br />

nuestras trascendencias. Respetar el<br />

55


silencio de los muertos debe ser sentido<br />

no solo como respetar a la palabra<br />

dormida, o contenida tras los labios,<br />

sino reprimida por la eternidad, con<br />

el peso de una tempestad truncada.<br />

Don Pedro Fermín, en su tiempo y<br />

en su espacio, fue dejando sus ojos, sus<br />

pisadas y sus constancias en los libros<br />

de esta tierra. Dejó su cabalgadura y<br />

sus apuntes para que pasemos secretamente<br />

a buscar los datos en la constancia<br />

de su memoria. Y con su testimonio<br />

ha pasado a nuestro imaginario como<br />

el historiador, el lingüista, el jurista, el<br />

mecenas espiritual, a quién ahora lo<br />

rememoramos como fruto de la tierra,<br />

y quien sabe más, como semilla que<br />

vuelve a su suelo nutriente del que<br />

nos alimentamos. Nació en Ambato<br />

un 7 de julio de 1812, y murió en Quito<br />

el 21 de mayo de 1893. Nació, creció<br />

y participó en una época en la que los<br />

patriotismos y los nacionalismos germinaban<br />

enredados entre rifles y sotanas.<br />

El membrete de las luchas, siempre<br />

se ha llamado “libertad”; y para<br />

la nuestra, cantaleteada de rememoraciones,<br />

realmente es algo amorfo que<br />

escapa a nuestras enmarcaciones. Los<br />

que verdaderamente pugnaban por<br />

ella, es decir, los indios y los negros con<br />

sus correspondientes mestizos, cholos,<br />

mulatos, zambos y de otras categorías<br />

socialmente reprimidas, no tuvieron<br />

la fuerza ni los ideólogos que les encaminaran<br />

con sus ansias, hacia el logro<br />

de un cambio de estructuras desde sus<br />

perspectivas de vida y de lo que se llama<br />

felicidad.<br />

Indudablemente que don Pedro<br />

Fermín debió haber “padecido” y to-<br />

56<br />

mado partido en la estructuración de<br />

estas desgarraduras que ahora se llaman<br />

repúblicas. Ahora comentamos<br />

a destiempo cuando ya los huesos<br />

políticos se nos han calcificado y endurecido<br />

con todas nuestras lesiones.<br />

Ecuador, como Estado, nació y creció<br />

con Pedro Fermín Cevallos, heredero<br />

de don Pedro Fernández de Cevallos<br />

que fue un administrador de la<br />

cosa pública al servicio de la Corona<br />

española; de don Mariano y de Victoria<br />

Villacreses. No debe haber sido<br />

fácil adoptar una conducta diferente,<br />

habiendo teniendo un notable antecesor<br />

“colonial”, el Justicia Mayor; y,<br />

de otra parte, un horizonte de “Independencia”<br />

administrable por el indianismo<br />

criollo, ansioso de poder y<br />

prejuiciado, quién sabe hasta hoy, de<br />

peninsulismo, como se evidencia en<br />

libros y en reseñas; es decir, en constancias<br />

que pueden hacer sonreír a<br />

gente de formación. Lo que se hereda


no se hurta y lo que se piensa corre<br />

camino. Le tocó ser un eslabón del pasado<br />

con un presente inventado para<br />

las alucinógenas contiendas de nuestra<br />

democracia. ¿Será por eso que nos<br />

enorgullecemos de nuestros escudos<br />

con cadenas y lo mostramos como<br />

nuestros símbolos? Y lo que es más,<br />

de esto nos legó constancia escrita en<br />

su Historia del Ecuador. Mirando ahora<br />

estas constancias, dice Ayala Mora<br />

que don Pedro Fermín le tocó ser el<br />

historiador “oficial” de los “Señores<br />

de la Tierra”, así como se lo puede<br />

juzgar al propio crítico que me parece<br />

está mirándose en el espejo ajeno. Nadie<br />

puede sustraerse a su estrato de<br />

clase para presentarse cándido ante lo<br />

que no le pertenece, a no ser que se<br />

trate de un enajenado.<br />

Luisa Futoransky desde Francia<br />

nos dice, en 1995, que “el gran delito<br />

de nuestra época, porque no está codificado<br />

por las leyes teológicas o seculares,<br />

es la omisión. Mentir es pecado,<br />

a veces delito, pero omitir, callar,<br />

dejar de lado, culpablemente, no”. La<br />

sentencia puede salvarle al historiador,<br />

pero el caso es que ha existido<br />

otra historia, la que vamos evidenciando<br />

con la investigación contemporánea,<br />

como correctivo ante los<br />

vacíos de la interpretación racional de<br />

los hechos. Hemos vivido de las omisiones<br />

y hemos desembocado en los<br />

grafitis vergonzantes, a falta de conciencia<br />

generacional. La gente ahora<br />

pintarrajea paredes para evidenciar<br />

los desconciertos muralísticos que reflejan<br />

el vacío por la constancia de sus<br />

historias. Pensando en el historiador<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

hay que detenerse a meditar sobre los<br />

justificativos que son necesarios para<br />

llegar a ser personajes de antología:<br />

justificativos políticos, empresariales,<br />

genealógicos, patológicos, etc. Usted<br />

que está tras la muerte, don Pedro<br />

Fermín, me corregirá si estoy alucinando<br />

desvaríos.<br />

Ahora sabemos que son las oligarquías<br />

las que fomentan los nacionalismos.<br />

Son las mentalidades<br />

capitalistas las que nos reclaman con<br />

discursos futbolescos aquello de que<br />

“debemos ponernos las camisetas”<br />

para ver si sentimos hacia adentro lo<br />

que quiere algún director técnico que<br />

pelea en las contiendas lúdicas circenses<br />

y empresariales. Y en el Ecuador,<br />

la propia legislación ha impedido o<br />

permitido, según las circunstancias<br />

de los tiempos, que se haya practicado<br />

el “cambio de camiseta” o el<br />

“camisetazo” que evidencia que el<br />

único partido político serio sea el<br />

oportunismo. Indudablemente que<br />

esto es lo que tiene que objetivar un<br />

historiador. Desde luego que la tarea<br />

no va por caminos de flores, salvando<br />

a los reverenciadores de estatuas,<br />

más que de criterios y pensamientos<br />

con que proyectan el estatus quo de<br />

una época. Los nacionalismos han<br />

servido más para tener héroes, que<br />

representantes culturales y luchadores<br />

por el humanismo. Y los héroes<br />

no son precisamente los que aportan<br />

con sangre, sino quienes manejan las<br />

estrategias. Nos pueden responder el<br />

soldado Pilco o cualquiera otro combatiente<br />

caído en nuestras selvas. Los<br />

nacionalismos se fabrican con guerras<br />

57


en las que el Ecuador tiene dolorosos<br />

recorridos con experiencias frustrantes<br />

para quienes sufrimos de patria, y<br />

hasta enfermamos de ecuatorianidad.<br />

Los garantes estoicos a quienes debemos<br />

la paz son sudarios de nuestras<br />

lágrimas, mientras los planificadores<br />

de nuestra identidad ponen bandera<br />

nacional en las tumbas y también en<br />

sus chequeras, pero solo hasta hacer<br />

el depósito en sitios incógnitos, donde<br />

los dueños del mundo no necesitan<br />

sino del trabajo y de las luchas<br />

que se desarrollan en sus haciendas y<br />

parcelas repletas de civismos.<br />

Esto lo supo don Pedro Fermín,<br />

cuando tuvo que asistir ante los que<br />

ahora son los abuelos de la patria.<br />

En eso estuvo en sus discusiones de<br />

la legislatura y de la Corte Suprema<br />

donde quedó su huella. Debió haberlo<br />

sufrido pensando en estructurar un<br />

Ecuador nacido de las batallas internas<br />

para hablar de libertad. ¿Qué es lo<br />

que realmente quería el político de su<br />

tiempo? Pues pongámonos a desentrañar<br />

la herencia del historiador que<br />

hablaba de una libertad que significaba<br />

algo que se conseguía con armas<br />

y enfrentándose a los enemigos externos.<br />

Ahora las libertades son otra<br />

cosa. La subespecie que va a parar<br />

en una cárcel ni siquiera elucubra las<br />

nociones sobre la libertad que la lleva<br />

perdida, y esto qué importa entonces<br />

aunque estuviese fuera de unas rejas.<br />

Es bueno rememorar ante la tumba<br />

de un historiador que vivió la transición,<br />

que acá no estuvieron “españoles”,<br />

enfrentándose contra criollos.<br />

Habían soldados que encarnaban al<br />

58<br />

criollismo sí, a favor de “nuestro adorado<br />

monarca Fernando VII”, peleándose<br />

con otros soldados que obedecían<br />

a Napoleón. Y hasta ahora, los “beneficiarios”<br />

de las contiendas vivimos<br />

cantaleteados de que, en el principio,<br />

luchamos contra los españoles, cuando<br />

en la propia España, diré que hasta<br />

ahora, no se ha constituido una españolidad<br />

ni siquiera en la historia propia<br />

de su bandera que les rememora las<br />

luchas centenarias de las monarquías y<br />

de los fanatismos mesiánicos.<br />

Converso en voz alta con la tierra<br />

que ahora cobija la vivencia de un<br />

hombre metódico e interesado en dejarnos<br />

un sendero, por donde, intuyo,<br />

anhelaría que nos desenvolviéramos<br />

con estructuras jurídicas del respeto


mutuo. Converso con un hombre que<br />

fue tildado y estigmatizado de tener<br />

una vida desperdiciada, y que solo en<br />

su madurez sentó cabeza. Que haya<br />

sido como haya querido, pero a lo que<br />

ahora nos remitimos es a la herencia<br />

de su pluma testimoniadora. Tenemos<br />

que expresar ante un patriarca de<br />

nuestra cultura, que el empeño prosigue<br />

como ejercicio de los caudillismos.<br />

Caso contrario, ¿por qué tenemos<br />

tantas Constituciones? ¿Será que<br />

de tanta inteligencia política practicada<br />

y demostrada, barajamos la estructura<br />

de la patria según la jugada que<br />

calculamos? Digo esto porque Usted,<br />

don Pedro Fermín, no se interesaría<br />

mucho en su autobiografía, la que la<br />

vivió con el parto de la nación. Los<br />

herederos de sus genes no nos han<br />

entregado la continuación de sus memorias<br />

y reflexiones. Las genealogías<br />

evidencian los distanciamientos con<br />

la genética. Ante sus cenizas hay que<br />

volver a encender los tizones de su jurisprudencia<br />

para merecer su lumbre.<br />

Elogiar su dedicación ha de significar<br />

corresponder con creatividad, acorde<br />

a los nuevos tiempos, superando los<br />

pañales de la patria de su época, que<br />

se mezclaban con los rifles de las astucias<br />

en efervescencia.<br />

Al margen de sus obligaciones<br />

profesionales, resaltamos ante su memoria<br />

sus hitos vocacionales: el periodismo,<br />

la historia y el apego a los<br />

manejos de la lengua. La estructuración<br />

de la Academia Ecuatoriana, de<br />

seguro fue un sueño para evidenciar<br />

que los ecuatorianos debíamos buscar<br />

solidaridades en los estudiosos y no<br />

No. 35 • Un encuentro con la historia<br />

en los amiguetes, para proyectar con<br />

la palabra el torrente de nuestra cultura.<br />

Los esquemas no se han movido<br />

don Pedro Fermín, y todavía se cree<br />

en los aureolados normativos, antes<br />

que en los sociólogos del idioma que<br />

entienden el poder de las gramáticas,<br />

traspasen las puertas que su preocupación<br />

dejó fundadas en la Academia<br />

Ecuatoriana, que se creó después de la<br />

Colombiana. Nebrija lo dijo a la Reina<br />

de Castilla; y, Cevallos debió conocer<br />

las disputas que se daban en la vecina<br />

Colombia sobre el poder de la gramática.<br />

Al Congreso iban los que sabía<br />

latín y retórica, Ahí está el Diccionario<br />

abreviado de galicismos, provincialismos<br />

y correcciones del lenguaje escrito por<br />

Rafael Uribe Uribe, a quien lo asesinaron<br />

en 1914. En el Contrapeso conservador<br />

estuvo don Miguel Antonio Caro.<br />

Cevallos también salió a la luz pública<br />

con Breve catálogo de errores en orden a<br />

la lengua y al lenguaje castellanos, con su<br />

catálogo de correcciones, en una patria<br />

analfabeta, plurilingüística e incipiente.<br />

Hablando entre ambateños, nuestra<br />

preocupación idiomática ha sido uno<br />

de nuestros fuertes. Montalvo está a la<br />

cabeza con sus pulcritudes rivalizantes<br />

con Cervantes. Mera en cambio va por<br />

lo vernaculizante, interesándose por lo<br />

que ocurre con lo que ahora llamamos<br />

las interculturalidades. El catálogo de<br />

errores de don Pedro Fermín constituye<br />

el ejercicio lexicográfico de moda en<br />

esas épocas. Pero es bueno decir que<br />

aquí mismo, hemos aportado con el<br />

Atlas lingüístico de Tungurahua. Estos<br />

recorridos no son productos del milagro,<br />

sino de las constantes del ejemplo.<br />

59


Escribamos Patria, patria grande<br />

y patria chica. No nos conformemos<br />

con los patriotismos que favorecen<br />

al poder. Somos tierra de libertarios<br />

y de libertades edificantes desde las<br />

economías. Escribamos en la tierra de<br />

nuestros padres que significa escribir<br />

sobre la tumba de nuestras heredades.<br />

Don Pedro Fermín Cevallos: Queremos<br />

adueñarnos de vuestro silencio<br />

para germinar en nuestras meditacio-<br />

60<br />

nes la sublimidad de contribuir con<br />

alguna raíz a nuestro colectivo que<br />

está hecho de inéditas historias. Vamos<br />

a luchar contra los centralismos<br />

y las autonomías insignificantes. Tungurahua<br />

tiene madera para trascender.<br />

Si ha de volver un renacimiento<br />

del pensamiento renovador, hagamos<br />

votos porque lo sea desde estas cenizas<br />

donde duerme el ave Fénix y en<br />

donde renace Sísifo en los Andes.

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