Carta a Karina - Editorial De Colores
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<strong>Carta</strong> a <strong>Karina</strong><br />
La historia de una chica que puede ser tu hija, tu<br />
hermana, tu amiga o tú misma.<br />
Kary:<br />
A unos pocos días de haber pasado las más terribles<br />
100 horas de nuestras vidas, pidiéndole a Dios,<br />
nuestro Señor, que te librara de las fuerzas del mal;<br />
llorando y rezando por ti sin descansar, sin dormir,<br />
sin comer… imaginando tu sufrimiento, tus<br />
angustias, tu desesperación, tu miedo…<br />
Tú, que has sido siempre la niña más dulce, alegre, cariñosa en exceso, juguetona,<br />
sana, piadosa, trabajadora, profesional, amistosa, preocupada por los demás, con grandes<br />
dones en el canto y el baile sano… líder en los retiros de Encuentros Juveniles y en los<br />
Cursillos de Cristiandad… el alma y el encanto en tu hermoso y envidiable grupo de<br />
amigos, siempre unidos como los tres mosqueteros, muchachos sanos como es tan difícil<br />
encontrar hoy. Chica de misa y comunión diaria, que convertiste a tantos amigos y amigas<br />
que antes se burlaban de ti, la mayoría jóvenes, y otros, no tanto.<br />
Amor, Dios ha forjado unos planes incomprensibles para nosotros; ha permitido<br />
que, en apariencia, el mal y sus demonios sueltos venzan al bien.<br />
Pero, ¡qué va, mi vida! Has movido tantos corazones, has sensibilizado a tanta<br />
gente, no sólo de Orizaba y la región sino de muchas partes del país y del extranjero, como<br />
España, Bélgica, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, Argentina, Chile, El Vaticano y<br />
tantos otros lugares, de donde nos ha llegado su oración y solidaridad.<br />
Organizaciones, empresas, medios de comunicación, universidades, escuelas,<br />
sindicatos, partidos políticos, autoridades, sacerdotes, obispos, amigos de otras<br />
confesiones religiosas, clubes sociales y deportivos… pero sobre todo, Kary, de tantos<br />
amigos que tú misma forjaste, de toda nuestra hermosa familia donde a todos nos<br />
conquistaste. A tus abuelitos, Meli, Lolita y Trinita, que junto con tus tíos, primos, sobrinos<br />
y padrinos, se unieron a nuestra angustia, con el alma en vilo, al borde del infarto, al igual<br />
que los amigos de Encuentros Juveniles y Cursillos.<br />
Los últimos tres meses los aprovechaste al máximo, tanto espiritual como<br />
humanamente, como si ya supieras que serían los últimos aquí. La preparación y<br />
realización del cursillo, donde fuiste un gran pilar para el cambio personal de mucha gente<br />
con tu tema del Estudio del Ambiente y tu incomparable testimonio. Tu gran liderazgo en
la Pascua Juvenil de Tlaquilpa, en la Sierra de Zongolica, con tus inseparables amigos de<br />
Encuentros Juveniles, tu hermanita Ary y tus primos Fernando, Ashly y Jorge. Tu gran<br />
apoyo y participación en el último retiro de Encuentros Juveniles. Fuiste también la líder y<br />
el alma de la integración del personal de Rectoría, en nuestro trabajo, con la realización,<br />
hace apenas un mes, de aquella inolvidable convivencia que organizaste en el rancho El<br />
Cortijo. Y lo mejor, Kary, es que todo esto lo realizaste totalmente por la vía de la<br />
normalidad, con la naturalidad de cualquier chica de tu edad.<br />
Está surgiendo, Kary, un cambio de conciencia en la sociedad. La rabia y la<br />
impotencia que ha generado tu sacrificio, Dios lo ha convertido en amor al prójimo. Con<br />
tanta oración, Dios no permitió que tu integridad fuera mancillada. Muchos milagros<br />
sociales y personales se han gestado en estos días; por eso, amor, hemos empezado, no a<br />
comprender pero sí a aceptar, que tenías esta misión; que nosotros somos parte de ese<br />
plan, que toda la oración que hubo y sigue dándose en torno a ti nos ha fortalecido, nos<br />
ha abierto los ojos, ha madurado nuestra fe. Nos ha enseñado que Dios escribe derecho<br />
en renglones torcidos, que donde abundó el pecado sobreabunda la gracia.<br />
Karinita, si ese es el precio que tenemos que pagar todos los que tanto te<br />
queremos, al no gozar de tu presencia física, ¡lo pagamos con gusto!, porque tu presencia<br />
espiritual ha despertado los dones de muchas personas en nuestra sociedad y estamos<br />
seguros que surgirán iniciativas que rescaten nuestros valores humanos y cristianos, que<br />
forjaremos una lucha frontal contra los anti valores como la corrupción, los vicios, los<br />
abusos y sobre todo, la cultura de la muerte, defiendo siempre la vida.<br />
¡No, nada de lo que sufriste ha sido en vano!<br />
Hemos sentido una gran fortaleza con las dos eucaristías presididas por tu tío<br />
Mons. Hipólito, con tantos obispos y sacerdotes, y en una Catedral de San Miguel repleta,<br />
a tope; con un gobernador del Estado preocupado por ti, dándonos un apoyo total; y en<br />
cada uno de los rosarios de tu novenario cerca de 500 personas acompañándonos y<br />
orando por ti.<br />
Karinita, te has convertido en nuestro ángel en el cielo…<br />
Orizaba, Ver. 20 de junio de 2008.<br />
Hasta ahora y todos los días<br />
Con todo nuestro amor:<br />
Tus papitos: Luis y Zoila<br />
Tus hermanos: Luis (e Itzel), Zoila (y Carlos) y Ariadna.<br />
Tus sobrinos: Carlitos, Damar, Luis Mario y Luisito.