You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
Abiertos a la esperanza, recibieron olvido. Abiertos<br />
a la fe, tuvieron indiferencia. Abiertos al amor, se les<br />
dio soledad.<br />
...mi mujer y mi hija le mandan saludos, mosén<br />
Juan. También le aprecian como usted se merece.<br />
Por cierto que, <strong>ha</strong>blando de mi hija, recuerdo ahora<br />
sus primeros pasos. Un buen <strong>día</strong> nos soltó de las<br />
manos. Y con las piernas abiertas como un compás<br />
gordinflón, vacilante, a trompicones, dio una docena<br />
de pasos. Luego, muy satisfec<strong>ha</strong>, se sentó en el<br />
suelo y se echó a reír. Fue su primera gran <strong>ha</strong>zaña.<br />
Para <strong>ha</strong>cerla necesitó cerca de doce meses de<br />
preparación...<br />
* * *<br />
...estaba pensando, mosén, que del cursillo salen<br />
hombres recién nacidos. La mayoría son niños en la<br />
vida de la gracia. Infantes que necesitan andaderas,<br />
chichoneras, calor de madre, cuna tibia y todo lo<br />
demás. También necesitan quien les limpie los<br />
pañales y las narices siempre que les <strong>ha</strong>ga falta. Hay<br />
que arroparles, mimarles, limpiarles. Darles ánimos y<br />
enseñarles a andar. Y lo trágico es que, estando ellos<br />
dispuestos a recibir todo eso, muc<strong>ha</strong>s veces nadie se<br />
lo da...<br />
* * *<br />
...usted sí, ya lo sé. Y como usted otras almas<br />
selectas y entregadas, de sacerdotes y de seglares,<br />
conscientes del esfuerzo que una madre <strong>ha</strong> de <strong>ha</strong>cer<br />
para sacar su hijo adelante. ¡Pero cuántas veces,<br />
mosén Juan, a estos recién nacidos se les deja<br />
solos! Porque incordian, porque molestan, porque<br />
no nos dejan dormir. Se les abandona a sus propias<br />
posibilidades, a sus propias fuerzas, con la misma<br />
culpable inconsciencia de una madre que abandonase<br />
a su hijo acabado de nacer. Y luego, cuando caen,<br />
cuando mueren, los mismos que no se preocuparon<br />
en absoluto de ellos muestran farisaicamente su<br />
extrañeza y son los primeros en criticar sus caídas...<br />
* * *<br />
20<br />
ía<br />
Infancia<br />
Extracto del libro 30 Cartas sin remite<br />
Valentín Galindo<br />
Ediciones 4° Día de Colores<br />
...y <strong>ha</strong>y algo de fruición malévola en esas críticas a<br />
los que caen. “Ya lo decía yo”. “¿Cursillista ése? Ya<br />
veremos lo que dura”. Y lo dicen con cierto regusto,<br />
con cierta satisfacción que no pueden disimular. Los<br />
que tal dicen, suelen ser personas que viven cerca de<br />
<strong>Dios</strong>, cristianos viejos de toda la vida. Y se alegran<br />
de que el cristiano novato caiga, no precisamente<br />
por su caída, sino porque ellos, muy inteligentes, con<br />
muc<strong>ha</strong>s horas de vuelo, ya <strong>ha</strong>bían profetizado que<br />
iba a caer. ¡Qué tíos...!<br />
* * *<br />
...a estos profetas yo les preguntaría: ¿Y tú que<br />
<strong>ha</strong>s hecho para que ese nuevo cristiano, ese bebé<br />
cristiano no caiga? ¿Les <strong>ha</strong>s tendido la mano?<br />
¿Le <strong>ha</strong>s enseñado a andar? ¿Le <strong>ha</strong>s limpiado los<br />
pañales en vez de escandalizarte y asombrarte<br />
hipócritamente porque los <strong>ha</strong> ensuciado? ¿Le <strong>ha</strong>s<br />
dado todo el amor que tenía derecho a esperar de ti?<br />
¿No <strong>ha</strong>brá caído porque tú, cristiano viejo de toda la<br />
vida, tú que quizá comulgas a Cristo todos los <strong>día</strong>s,<br />
le <strong>ha</strong>s abandonado?...<br />
* * *<br />
...aquí y allá, mosén Juan, he recogido la misma queja<br />
de los que fueron quedando atrás. Falta de calor,<br />
de comprensión, de entrega. Falta de amor, en una<br />
palabra. Y esa falta es mucho más hiriente, mucho<br />
más mortífera cuando se da en alguien representativo:<br />
digamos, si me permite, profesional. Hay personas de<br />
las cuales tenemos derecho a esperar amor. Tienen<br />
especialísima obligación de amar. Son traidores si no<br />
nos aman. Y esas traiciones de amor, hunden. El hijo<br />
tiene derecho a que su padre le ame, y el padre tiene<br />
obligación de amarle. Si el padre se niega a ese amor,<br />
su hijo se va. Si los cursillistas, si los cristianos, si<br />
los hombres <strong>ha</strong>llan amor donde esperan encontrarlo,<br />
se arraciman y se unen junto al foco de ese amor.<br />
Pero si no lo encuentran, si la fuente que debe manar<br />
está seca y el árbol que debe fructificar está vacío,<br />
se van. ¿Llamará Cristo culpables a estos hombres<br />
defraudados y traicionados, o llamará culpables a las<br />
fuentes que les negaron sus aguas, y a los árboles<br />
que les negaron sus frutos?...<br />
* * *<br />
...no <strong>ha</strong>ce mucho tiempo, mosén Juan, que oí una<br />
frase a un colega suyo que me hizo estremecer.<br />
“Yo entregue a <strong>Dios</strong> un corazón, y Él me <strong>ha</strong> dado<br />
a cambio miles de corazones.” Lo decía llorando y<br />
le escuchábamos llorando. Ya ve, mosén, que es un<br />
cura del mismo estilo que usted: no exageró: miles de<br />
corazones se abrevan de sus aguas, miles de pajarillos<br />
se cobijan en sus ramas y comen de sus frutos.