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sentado en un sillón de mimbre y con una<br />
sombrilla blanca que le protege del sol, se<br />
dedica a la pintura. Los tres jardines en los<br />
que se divide la casa, con visiones generales<br />
o pequeños rincones, fueron objeto de los<br />
pinceles del pintor, que encontró en esta<br />
pintura un verdadero descanso en unos<br />
años de durísimo trabajo y constantes<br />
viajes.<br />
Algunos de los más bellos se reúnen en<br />
el último piso del <strong>Museo</strong> durante esta<br />
exposición, entre los que podemos citar<br />
Jardín de la Casa <strong>Sorolla</strong>, Alhelíes del<br />
jardín de la Casa <strong>Sorolla</strong> (Colección<br />
Fig. 5.<br />
Kurt Hielscher<br />
María, su marido y su hijo junto a <strong>Sorolla</strong><br />
1919<br />
<strong>Museo</strong> <strong>Sorolla</strong><br />
Núm. de inv. 80336<br />
particular, ca. 1918) o Detalle del Jardín<br />
de la Casa <strong>Sorolla</strong> (<strong>Museo</strong> <strong>Sorolla</strong>, Núm.<br />
de inv. 1142, ca. 1916).<br />
La familia disfrutó del jardín y de sus flores.<br />
Sus nietos y biznietos recuerdan cómo eran<br />
habituales las flores frescas dentro de la<br />
casa, flores que se recogían en el jardín<br />
y con la que se adornaban los floreros y<br />
cacharros de cerámica que coleccionaban.<br />
En un de las fotografías que conserva el<br />
<strong>Museo</strong> (fig. 8) se puede ver a Clotilde y<br />
sus hijas María y Elena haciendo arreglos<br />
florales. En las fotografías antiguas de la<br />
casa podemos encontrar otros ejemplos de<br />
Fig. 6.<br />
Arthur Byne<br />
Joaquín <strong>Sorolla</strong> pintando<br />
1920<br />
<strong>Museo</strong> <strong>Sorolla</strong><br />
Núm. de inv. 80197<br />
esta costumbre, como en la Núm. de inv.<br />
80280, en la que se puede ver el pequeño<br />
arreglo floral en el comedor de la familia, o<br />
la 80223 en la que se ve el salón adornado<br />
con un ramo de rosas, seguramente<br />
recogidas en el jardín.<br />
Además, a lo largo de la correspondencia<br />
entre <strong>Sorolla</strong> y Clotilde se descubre otra<br />
costumbre más en el matrimonio, la de<br />
enviarse flores. Sin duda, la familia apreció<br />
las flores y vivió rodeada de ellas, no sólo<br />
en su jardín, donde las plantas fueron algo<br />
muy cuidado por <strong>Sorolla</strong>, sino también<br />
como parte de su matrimonio.<br />
Durante los viajes del pintor los envíos de<br />
flores fueron constantes, unas veces eran<br />
unas flores recogidas durante sus paseos:<br />
“La lluvia de estos dos días ha llenado de<br />
azahar el suelo de la plaza de Banderas,<br />
y hoy al cruzar por allí era delicioso el<br />
perfume. Te mando un poquillo que del<br />
suelo he cogido 7 ”.<br />
Otras veces las busca, las encarga y las<br />
envía, bien por tren, o a cargo de algún<br />
conocido:<br />
“Llego ahora de buscarte una docena de<br />
claveles y unas violetas, son para ti, no los<br />
11 12<br />
<strong>PIEZA</strong> <strong>DEL</strong> <strong>MES</strong> DE MARZO<br />
ROSAS BLANCAS <strong>DEL</strong> JARDÍN DE LA CASA SOROLLA