1 Diego Alonso La verdad y las pruebas. Cuatro ... - Reed College
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ilusoria ni sus posibles asociaciones literarias, uno de estos espejismos le sirve a Walsh para<br />
verificar el lugar exacto de la masacre de José León Suárez. En los márgenes del basural hay<br />
un grupo de árboles que la mirada convierte en un árbol solitario, según su posición respecto<br />
a <strong>las</strong> ondulaciones del terreno. Ese detalle, que había percibido uno de los sobrevivientes del<br />
fusilamiento, adquiere un estatuto probatorio y Walsh lo dice con esas mismas palabras:<br />
“Incidentalmente, el detalle probó a quien esto escribe —por si alguna duda me quedaba—<br />
que don Horacio había estado allí. El único sitio desde donde se observa ese extraño<br />
espejismo, es el escenario del fusilamiento” (2009, 82). 17<br />
3. Walsh escribe el crimen real como si fuera un crimen literario sin dejar de recordarle al<br />
lector que éste efectivamente ocurrió.<br />
Este es uno de los crímenes más “literarios” que se han cometido nunca: un crimen de<br />
literatura policial. En ese campo, una frase de un panfleto (por ejemplo) que para ustedes<br />
a lo mejor no significa nada, para mí puede ser una prueba.<br />
Caso Satanowsky<br />
Otro modo de formular esta tesis sería decir que el testimonio de Walsh comienza donde<br />
concluye el relato policial. Ambas formulaciones indican distancias distintas respecto a la<br />
<strong>verdad</strong>. En un caso, el entramado narrativo gira alrededor de lo conjetural y se detiene en<br />
los umbrales de la prueba; en el otro, si bien la formulación de hipótesis le es constitutiva,<br />
apunta a la obtención de <strong>pruebas</strong> inapelables que verifiquen la realidad de los hechos y<br />
sostengan la acusación. De cualquier manera, la historia, en un género como en el otro, se<br />
<br />
17 Walsh comenta en una nota al pie: "Era fascinante, algo digno de un cuento de Chesterton. Desplazándome<br />
unos cincuenta pasos en cualquier dirección, el efecto óptico desaparecía, el árbol se decomponía en varios. En<br />
ese momento supe —singular demostración— que me encontraba en el lugar del fusilamiento" (2009, 82).<br />
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