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pdf - Ateneo de Madrid

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JEn la página tercera <strong>de</strong> nuestra<br />

número anterior se publica un importante<br />

trabajo, <strong>de</strong> ¿Fosé María<br />

Fontana, titulado «Divagación en<br />

torno a| futuro entendimiento <strong>de</strong><br />

este país». 3En relación eon la eatradiila<br />

con que la revista presentó<br />

a sos lectores dicho artículo, el autor<br />

<strong>de</strong>l raismo nos envía las siguientes<br />

aclaraciones:<br />

«Quisiera formular una pequeñaobservación<br />

<strong>de</strong> disconformidad eon<br />

iii ivpiieación introductora que en-<br />

CAb'iza el trabajo, no sólo por creer<br />

qiin mí tesis difícilmente admite el<br />

comprimido, sino porque —y esto es<br />

importantísimo— pudieran atribuírscTíie<br />

. interpretaciones peyorativas<br />

scbie los andaluces, que ni comparto,,<br />

m serían- merecidas, ni he expuesto.<br />

Aparte esta genérica aclaración, yendo<br />

al sentido concreto <strong>de</strong> frases y<br />

juicios, tahipoco estoy <strong>de</strong> acuerdo<br />

en que sel, capitalismo, - en el mal<br />

gemido <strong>de</strong> la palabra, fue empresa.<br />

<strong>de</strong> «.eúmulaeíón y privilegio qae lograron<br />

los españoles da! . Sur...»; e<br />

igualmente discrepo <strong>de</strong> la ¡escueta<br />

asi;.' íaeión a Bízaneio ds una «vida<br />

sicsi y estéril».<br />

l'Utoy seguro <strong>de</strong> no haber- escrito<br />

l cosas, entre otras razonas porquí<br />

1 no !as he pensado j avilas, y<br />

porque <strong>de</strong> hacerlo cometería una<br />

írra^e injusticia y un lamentable<br />

error. Admito, en eaiiibio, que mis<br />

¡nteipretacíones sean discutibles, ' y<br />

in.H-ho ¿e, agra<strong>de</strong>zco que ATENEO<br />

la-* califique <strong>de</strong> medicables.<br />

.Pienso que «na lectura rápida <strong>de</strong><br />

mis* trabajos pue<strong>de</strong> inducir a un&<br />

errónea versión, sobre iodo si ésta<br />

os simple y comprimida, pero sen-<br />

-irín muchísimo qué el citado preámhu'o<br />

introdujera una innecesaria per-<br />

:.Libación.s '. • $ .<br />

OXTA-V \<br />

'*. i KS i'ii i<br />

* O i: T \<br />

•¡ak-'c anos, f.'áíuiíc en i?. Si? y fría<br />

un Beiías Arits <strong>de</strong> >,sn Csrlcs i-c<br />

Vsieiicia y en ia <strong>de</strong> S.-r. FETÜPÍO<br />

i& Mtíriá. Fi»í panino ii--.<strong>de</strong> por ¿n<br />

Dipuiación Progne::;' áí- mi :ie-<br />

"i^to.ití íí- 5 I'ipaña ;. sí ros calieron<br />

fuera, Pomtg.il, jsú, ¿51:dos<br />

Unidos, Méjico, Vcaczuel,- ,.<br />

--ÍÍ- }iin;..do ür. l z pevee ;• 3,-.


Á.S gran<strong>de</strong>s organizaciones<br />

llamadas<br />

<strong>de</strong>portivas —-un<br />

club <strong>de</strong> fútbol, por<br />

ejemplo— vienen<br />

a resultar c u álquier<br />

cosa menos<br />

<strong>de</strong>portivas si uno<br />

se pone a examinar<br />

la intención,<br />

el papel y la<br />

.conducta <strong>de</strong>cada<br />

uno <strong>de</strong> los grupos humanos que<br />

se encuadran en la organización. Para<br />

un primer grupo humano, compuesto<br />

por escasas docenas <strong>de</strong> personas, la<br />

organización constituye un negocio o<br />

un medio <strong>de</strong> vivir: son los capitalistas,<br />

los empleados <strong>de</strong> toda especie, los<br />

jugadores, los periodistas especializados<br />

y subvencionados. Un segundo<br />

grupo humano lo constituye las también<br />

escasas personas, y cada vez más<br />

escasas, que acu<strong>de</strong>n al campo para<br />

disfrutar <strong>de</strong> un espectáculo tan <strong>de</strong>sprovistas<br />

<strong>de</strong> pasión y <strong>de</strong> parcialidad<br />

como si fueran a un museo. -Un tercer<br />

grupo humano, igual <strong>de</strong> reducido que.<br />

ios anteriores, lo componen los genuinps<br />

<strong>de</strong>portistas, esos pocos muchachos<br />

y muchachas que usan <strong>de</strong> las piscinas<br />

y gimnasios y canchas <strong>de</strong>l club para<br />

cultivar el <strong>de</strong>porte, para hacer <strong>de</strong>porte.<br />

' De estos tres pequeños grupos, sólo,<br />

ei tercero tiene <strong>de</strong>recho a llamarse <strong>de</strong>portivo.<br />

Y fuera <strong>de</strong> .esos tres pequeños<br />

grupos está el grupo gran<strong>de</strong>, la masa<br />

innumerable <strong>de</strong> los «partidarios» o<br />

«hinchas* que con sus guotas <strong>de</strong> socio,<br />

con sus aullidos, con el pago <strong>de</strong> sus<br />

localida<strong>de</strong>s, con el calor popular que<br />

sus cuerpos amontonados y ja<strong>de</strong>antes<br />

producen mantienen, en fin <strong>de</strong> cuentas.<br />

a todos los <strong>de</strong>más. Evi<strong>de</strong>ntemente,<br />

esta masa enorme tampoco tiene <strong>de</strong>recho<br />

a llamarse <strong>de</strong>portiva; mantiene<br />

o sustenta, pero en manera alguna<br />

practica, en modo alguno juega.<br />

Las mismas cuatro fracciones —los<br />

profesionales, ¡os espectadores, los<br />

practicantes y los partidarios—, mezcladas<br />

en una u otra proporción, pue<strong>de</strong>n<br />

distinguirse en organizaciones humanas<br />

diferentes; por ejemplo, en una<br />

organización religiosa.<br />

Solamente la cuarta fracción, la <strong>de</strong><br />

los partidarios, es el tema <strong>de</strong> las reflexiones<br />

que siguen.<br />

IDEA PE LOS PARTIDARIOS<br />

En mi opinión, el carácter mes notable<br />

y significativo <strong>de</strong>l partidario <strong>de</strong><br />

un equipo <strong>de</strong> fútbol consiste en que<br />

él no juega al fútbol. Lo que él hace<br />

es aplaudir, silbar, aullar, patalear<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las gradas <strong>de</strong>l estadio, embeberse<br />

en la lectura <strong>de</strong> los diarios <strong>de</strong>portivos,<br />

mesarse los cabellos o frotarse<br />

las manos junto al receptor, <strong>de</strong><br />

radio don<strong>de</strong> suena la retransmisión<br />

. kj<br />

/ lllS vi) Mí b l)h I falJrd<br />

<strong>de</strong>l partido, discutir en el bar y en la<br />

oficina o en el taller, ostentar, la insignia<br />

<strong>de</strong>l club en la solapáj, escoltar<br />

ai equipo en sus <strong>de</strong>splazamientos y<br />

quiza visitar a los jugadores en.los<br />

vestuarios o escribirles cartas'apasionadas.<br />

Hace ^odas esas cosas, y muchas<br />

mas, pero no juega al fútbol.<br />

He aquí la diferencia entre partidario<br />

y partícipe, aunque los dos vocablos<br />

procedan <strong>de</strong> la misma raíz: que<br />

el partícipe está <strong>de</strong>ntro, mientras que<br />

el partidario se queda fuera. Participes<br />

<strong>de</strong> un equipo son^ los jugadores<br />

que lo forman, mientras que partidarios<br />

son los que no lo forman. Y. entre<br />

los partícipes <strong>de</strong> un equipo pue<strong>de</strong><br />

haber muy bien partidarios <strong>de</strong> otro<br />

equipo distinto, y <strong>de</strong> hecho los hay,<br />

puesto que la participación en el equipo<br />

es, por lo común,, cuestión exclusivamente<br />

económica, mientras que la<br />

condición <strong>de</strong> partidario es, por lo común,<br />

asunto puramente afectivo, rutinario<br />

o casual.<br />

Conste, pues, que él partidario no<br />

es el participe. No es el que forma<br />

parte <strong>de</strong> una empresa colectiva, sino<br />

el que forma parte <strong>de</strong> un partido; no<br />

toma parte, toma partido; no es el<br />

hombre <strong>de</strong> acción, sino el hombre <strong>de</strong><br />

pasión; no el que juega, sino, en todo<br />

caso, el hombre que apuesta.<br />

El partidario no hace su elección en •<br />

-vista <strong>de</strong> unas razones y juicios <strong>de</strong> valor<br />

<strong>de</strong>tenidos, objetivos, trascen<strong>de</strong>ntales<br />

y maduros, sino por motivos que<br />

están antes <strong>de</strong>l juicio, por prejuicios.<br />

Si la elección fuese racional, ei mejor<br />

<strong>de</strong> los equipos arrástrala consigo a la<br />

mayoría <strong>de</strong> los partidarios, in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> circunstancias geográficas<br />

o <strong>de</strong> otra índole; simplemente,<br />

por ser el mejor. Pero la elección <strong>de</strong><br />

partido-et partidario la hace por motivos<br />

muy, diversos,,y rara Vez importantes.<br />

Qaizá eí caso más común sea<br />

ei <strong>de</strong>l chico que es <strong>de</strong>l Atlótico «por-'<br />

que en casa somos todos <strong>de</strong>l Atléticto»,<br />

"f quizá le siga, en fre'euencia, el caso<br />

contraria:" «S~oy " <strong>de</strong>l' Atlótico porque<br />

en mi casa todos son enemigos <strong>de</strong>l<br />

Atléüeo».<br />

Después <strong>de</strong> la elección, y <strong>de</strong> manera<br />

progresiva, el partidario va entregándose<br />

a una adhesión mucho más mineral<br />

que espiritual o <strong>de</strong>liberada. Aquí<br />

se marca una notable diferencia entre<br />

el partidario y el profesional. El, módico<br />

se ríe <strong>de</strong> buena gana con la infí-.<br />

nidad <strong>de</strong> chistes malignos contra su<br />

profesión que oye contar cada día; lo<br />

- mismo el sacerdote con los chascarrillos<br />

<strong>de</strong> seminario, eí abogado con<br />

los <strong>de</strong> leyes, etc. Pero las bromas que<br />

admite el curado las admite jamás la<br />

beata: <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong>^ciencia ironiza el<br />

científico, no el aficionado; sobre In-<br />

• glaterra Iiacen humor, los ingleses,<br />

nunca los anglofilos; los fallos • <strong>de</strong>l<br />

equipo, y <strong>de</strong> sí mismo,'en fin, Jos -re-<br />

conoce el jugador, no el partidario.<br />

Este ño <strong>de</strong>sea que su equipo juegue<br />

mejor, ni concibe que pueda jugar<br />

peor; lo que él necesita es que su<br />

equipo gane; en caso <strong>de</strong> no ganar, la<br />

<strong>de</strong>rrota no cuenta, porque la culpa fue<br />

<strong>de</strong>l arbitro, <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong> la suerte<br />

o <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio.<br />

De todo ello proviene la esterilidad<br />

creadora <strong>de</strong>l partidario. Como su actividad<br />

es aplaudir o insultar, no inventa,<br />

corrige, enriquece ni perfecciona.<br />

¡Arreglados están los preparadores<br />

J entrenadores y seleceionadores <strong>de</strong><br />

los equipos si se <strong>de</strong>jan guiar por el<br />

<strong>de</strong>lirante mugir <strong>de</strong> los partidarios! (1).<br />

Brindo a otro continuar indagando<br />

la interesante psicología <strong>de</strong>l partidario.<br />

Para lo que voy diciendo y quiero 1<br />

<strong>de</strong>cir basta con ló escrito.<br />

HISTORIA Y LECCIÓN<br />

DE UNA INSIGNIA .... ,:; •<br />

Tengo entre mis <strong>de</strong>dos un botón <strong>de</strong><br />

solapa, una insignia que no representa,<br />

por cierto, ei emblema <strong>de</strong> ningún<br />

"club futbolístico, sino ai mismo maestre<br />

Satanás, aí diablo. Un diablo eGn.<br />

su hocico <strong>de</strong> jabalí, sus cuernos, su<br />

rabo retorcido y su tri<strong>de</strong>nte.<br />

. Esta insignia se paseó, prendida a<br />

la solapa <strong>de</strong> un estudiante <strong>de</strong>l instituto<br />

<strong>de</strong> segunda enseñanza <strong>de</strong> San<br />

Isidro <strong>de</strong> Ivladrids allá por el año 31<br />

ó 32. Hacía poco que se había proclamado<br />

la República, y ante las medidas<br />

persecutorias contra la Iglesia que<br />

tomaban los nuevos gobernantes, multitud<br />

<strong>de</strong> ciudadanos exhibían su fe<br />

llevando un crucifijo en la solapa,<br />

• mientras que otros llevaban en la suya<br />

un diablejo.<br />

Teníamos doce o trece años y en<br />

nuestro mundo infantil se reflejaban<br />

las,cosas <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los mayores.<br />

También entre nosotros había entonces<br />

portadores <strong>de</strong> emblemas divinos<br />

y <strong>de</strong> emblemas satánicos. El diablo<br />

que tengoa ia vista se lo quitamos<br />

entre varios chaveas «<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechas» a<br />

otro chavea que se llamaba Pabüto,<br />

si no recuerdo mal. Se lo quitamos por<br />

. las malas y le restregamos por ios hocicos<br />

y le hicimos besar con su boca<br />

<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nosotros un periódico <strong>de</strong><br />

las damas católieomonárquicas que se.<br />

llamaba «Aspiraciones», o algo así.<br />

A<strong>de</strong>más le hicimos gritar «¡\ T iva España!»<br />

y «¡Viva el Rey!».-<br />

¡Oh aquellos «<strong>de</strong>rechistas» <strong>de</strong> tercer<br />

año <strong>de</strong> bachillerato! Hicimos infinidad<br />

<strong>de</strong> copias <strong>de</strong> un himno a favor <strong>de</strong>l<br />

Corazón <strong>de</strong> Jesúss que estaba hecho<br />

para cantarse con música <strong>de</strong>l himno<br />

<strong>de</strong> Riego. Recortábamos infatigablemente<br />

el emblema <strong>de</strong> la Juventud Católica<br />

en p*apelitos <strong>de</strong> colores, para<br />

pegarlo en las bombillas o en los<br />

cristales <strong>de</strong> laa ventanas. ¡Cuántos<br />

«mueras* a ios «ateos»'escribíamos en<br />

L¿<br />

los lugares públicos don<strong>de</strong> entonces<br />

se escribían estas y las contrarias im»<br />

precaciones! - '<br />

Ai calor <strong>de</strong>l recuerdo, ahora me pregunto<br />

por el estado <strong>de</strong> mi espíritu en<br />

aquella adolescencia nuestra, cuya<br />

tormenta, interior coincidió, por suerte<br />

o por <strong>de</strong>sgracia para los <strong>de</strong> mi edad,<br />

con la tormenta exterior <strong>de</strong> la sociedad<br />

española en que vivíamos. El estado<br />

<strong>de</strong> mi espíritu, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />

vista religioso, no podía ser más lamentable.<br />

Aburrido <strong>de</strong> no encontrar,<br />

remedio y <strong>de</strong> acusarme siempre <strong>de</strong> loa<br />

mismos pecados, había ido alejando-<br />

•me <strong>de</strong>l-sacramento. Procuró y conseguí<br />

evitar a toda costa el pensasniesto<strong>de</strong><br />

Dios, que se i<strong>de</strong>ntificaba con él<br />

pensamiento <strong>de</strong>l castigo. El único sentimiento<br />

<strong>de</strong> relación con el otro mundo<br />

y con la vida eterna tomaba la<br />

forma <strong>de</strong>l miedo. Y sabido es que el<br />

miedo se suaviza, se atenúa y <strong>de</strong>saparece<br />

con el tiempo cuando no<br />

acaba <strong>de</strong> estallar lo temido.<br />

: Al sentirme naufragar en aquel océano<br />

glacial <strong>de</strong> indiferencia podría haber<br />

exclamado, como Miguel Servet en la<br />

hoguera: «¡Jesús, hijo <strong>de</strong> Dios vivo,<br />

ten piedad <strong>de</strong> míí* Pero la sociedad<br />

circundante —cruz en solapas, diablo<br />

en solapas—, en la cual podía elegirse<br />

con toda comodidad el camino <strong>de</strong>l infierno<br />

y e\ <strong>de</strong>l cielo, hacía para mí las<br />

cosas mucho más fáciles que para el<br />

enemigo y víctima <strong>de</strong> Calvino. Elegí<br />

el camino <strong>de</strong>l cielo, me_prendí la, cruz<br />

y <strong>de</strong>sprendí el diablo <strong>de</strong> aquel colegial<br />

llamado Pablífto y, por añadidura, le<br />

refregué contra los "morros un periódico<br />

católico. eYa eatóy salvado», <strong>de</strong>bí<br />

<strong>de</strong> pensar; o quizá pensaría que, a la<br />

hora <strong>de</strong> llegar a las puertas <strong>de</strong>l otro<br />

mundo, me bastaría con mostrar mi<br />

insignia o mi carnet para entrar en<br />

«la casa*, con todo mi contrabando dé<br />

pecados, <strong>de</strong> <strong>de</strong>samor y <strong>de</strong> egoísmo.<br />

Luego, el fervor con que un chaval<br />

<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> su partido, su ídolo <strong>de</strong>portivo<br />

o su actriz soñada, haría lo <strong>de</strong>más.<br />

Ahora, mirando esta insignia que<br />

me divierte y me enternece en v,ez <strong>de</strong><br />

irritarme, mfl doy cuenta <strong>de</strong> que no<br />

, era yo un católico, sino un catolicista.<br />

Ni tú, Pablito, eras un «satánico»,<br />

sino un «satamsta». Tanto amoral <strong>de</strong>monio<br />

tenías tú como yo a Dios; es<br />

<strong>de</strong>cir, ninguno. Quizá tú fueses más<br />

bueno que, yo, por el miedo terrible<br />

<strong>de</strong> que fuese verdad lo <strong>de</strong>l infierno y<br />

cualquier noehe te vieras arrastrado<br />

a sus cal<strong>de</strong>ras. Probablemente era yo<br />

más malo que tú, porque a mis peeados<br />

se añadía el <strong>de</strong> soberbia <strong>de</strong> pensarme<br />

encuadrado poco menos que en<br />

las milicias angélicas. Todo aquello<br />

pasó, y ojalá cuando tus hijos y los<br />

míos empiecen a ostentar emblemas<br />

no sean los que nosotros má ^f¿u%l<br />

entonces, sino los <strong>de</strong> un club <strong>de</strong> fúíoj*<br />

o <strong>de</strong> una/ábrica <strong>de</strong> cervezas, los .


«na compañía <strong>de</strong> seguros o los <strong>de</strong> una<br />

empresa <strong>de</strong> líneas aéreas; cualquier<br />

cosa que no obe<strong>de</strong>zca a la ilusión <strong>de</strong><br />

sustituir el duro esfuerzo <strong>de</strong> merecer<br />

por el fácil recurso <strong>de</strong> ostentar; cualquier<br />

cosa que sea propia <strong>de</strong> las solapas<br />

<strong>de</strong> ios chicos y no propia <strong>de</strong> las<br />

almas <strong>de</strong> los hombres.<br />

Pero lo importante (si todo esto no<br />

fueran más que recuerdos infantiles,<br />

no merecerían escribirse aquí) es que<br />

el eatolicísta hecho y <strong>de</strong>recho, adulto,<br />

con peso en el ambiente y en las<br />

costumbres, existe hoy entre nos-<br />

. otros..., ¡y con qué abundancia, Dios<br />

mío!<br />

IDEA DE LOS CATOUCISTAS<br />

La actividad <strong>de</strong>l catolicista consiste<br />

en aplaudir locamente al equipo<br />

católico y en insultar locamente a los<br />

equipos adversarios. Todolo que hace<br />

su equipo es santo, soberbio, irreprochable,<br />

heroico, perfecto y glorioso.<br />

Todo ío <strong>de</strong>i eqtsipo contrario es trampa,<br />

cobardía, soborno, maldad y abominables<br />

fuerzas ocultas, arbitro<br />

vendido, juego ssieío, violencia ilegal.<br />

El catolicista, que en materia <strong>de</strong><br />

religión ha oído campanas y no sabe<br />

muy bien dón<strong>de</strong>, está convencido <strong>de</strong><br />

que UnamuHo fue un odioso materialista,<br />

los curas obreros unos agentes<br />

<strong>de</strong> !a masonería, Darwin un poseído<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, un imbécil y un sinvergüenza.<br />

Ovaciona el catoliciata las encíeÜeas,<br />

las homilías y ios sermones<br />

con el mismo entusiasmo y <strong>de</strong> la<br />

misma ley con que ovaciona las saetas,<br />

las soflamas en que un. locutor<br />

<strong>de</strong> emisión comercial <strong>de</strong> radio <strong>de</strong>diea<br />

a la virgen <strong>de</strong> tal sitio unos versos<br />

escritos como propaganda <strong>de</strong> una<br />

fábrica <strong>de</strong> licores o <strong>de</strong> géneros <strong>de</strong><br />

punto: ovaciona las peliculaa <strong>de</strong><br />

tocas y sotanas (aunque lo corriente<br />

es que en esas peiíc&las las tocas y<br />

las sotanas estén cercadas <strong>de</strong> banalidad),<br />

las novelas «buenas? que refieren<br />

cómo una muchacha educada<br />

por raonjitas se casa con un millonarío<br />

y lo convierte, y otra muchacha<br />

educada en un colegio laico termina<br />

arrojándose al Támesis (que<br />

es un río muy a propósito para estos<br />

fines) entre horribles blasfemias (2).<br />

El catolicista llega a la monstruosidad<br />

<strong>de</strong> disfrutar con el infierno,<br />

ímagmandóse metidos en él a Fulano<br />

y a Mengano, <strong>de</strong> ¡a misma, manera<br />

que disfruta el «partidario^ o<br />

«hincha» <strong>de</strong> un equipo sonando que<br />

el equipo rival <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> a Segunda<br />

o a Tercera División.<br />

Lo in<strong>de</strong>liberado, irresponsable y<br />

arbitrario -<strong>de</strong> la elección <strong>de</strong>l catolieista<br />

resalta en el hecho <strong>de</strong> eu-enorme<br />

parecido con los «partidarios» <strong>de</strong><br />

otra religiones. Eligió la religión católica<br />

porque en esta tierra todos<br />

somos católicos o por otra razón <strong>de</strong><br />

igual peso y enjundia; la prueba está<br />

en que el eíttolicista y el anabaptista<br />

furibundo, 1 el catolicista y el puritano<br />

extremoso y <strong>de</strong>lirante, el catolicista<br />

y el musulmán fanático, e!<br />

eatoíicista y el bonzo perseguidor,<br />

el carolieista y el fariseo <strong>de</strong> la antigua<br />

ley judaica, el catoüeista y el<br />

funcionario- <strong>de</strong> Dioclecíano que atormentaba<br />

a los mártires, él catolicista<br />

y el chequista antirreligioso se" parecen<br />

entre sí como dos gotas <strong>de</strong><br />

agua colgando <strong>de</strong> las mismas estalactitas<br />

<strong>de</strong>l rencor. y <strong>de</strong>l fanatismo<br />

(3). t<br />

La esterilidad creadora <strong>de</strong>l eatoíicista<br />

se pone <strong>de</strong> manifiesto en las<br />

imágenes torpísimas que pinta, esculpe<br />

o adquiere, en los versos <strong>de</strong>votos<br />

grotescos que se saca <strong>de</strong> la<br />

cabeza o que se apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> memoria<br />

en su falta <strong>de</strong> elegancia intelectual,<br />

en su cerrazón para la belleza, la<br />

cultura y la originalidad (4). En su<br />

raíz, su esterilidad creadora proviene<br />

<strong>de</strong> que tiene cegadas-las fuentes<br />

por don<strong>de</strong> mana ía belleza, es <strong>de</strong>cir,<br />

las fuentes <strong>de</strong>i amor.<br />

El carácter <strong>de</strong>finitivo, 1 último y<br />

sustancial <strong>de</strong>l eatoíicista es que él<br />

no juega. No toca la pelota, no mete<br />

goles (como hacen los santos) en la<br />

meta <strong>de</strong>l cíelo. El jugar, es <strong>de</strong>cir,<br />

el ejercicio <strong>de</strong> la conciencia y <strong>de</strong> la<br />

voluntad religiosas- lo <strong>de</strong>ja totalmente<br />

en manos <strong>de</strong> otros; por ejemplo»<br />

en las manos <strong>de</strong>l director <strong>de</strong> un<br />

'consultorio «espiritual^ al que acu<strong>de</strong><br />

preguntando si pue<strong>de</strong> ver tal película<br />

o <strong>de</strong>be dar tal jornal a sus obreros<br />

(5), sin que se le ocurra tratar<br />

el asunto con su propio corazón ,y<br />

con el Evangelio \ñ). ¿Se ha reflexionado<br />

sobre la codicia <strong>de</strong> milagros,<br />

aunque sean apócrifos, que<br />

enar<strong>de</strong>ce ai catolicista (igual que la<br />

codicia <strong>de</strong> goles, aunque sean en<br />

«off-si<strong>de</strong>», que hace temblar al «hincha»),<br />

mientras en su alma no hay<br />

energías, no ya para el milagro, sino<br />

para una mínima caridad?<br />

FIKAL SIN<br />

MUCHO<br />

ESCUDRINAR<br />

Descrito el tipo <strong>de</strong>! eatóiicista ó<br />

partidario, no partícipe, dé la religión<br />

<strong>de</strong> Cristo, pue<strong>de</strong> uno preguntarse<br />

en qué proporción forman<br />

parte los catolieistas <strong>de</strong> esta muchedumbre,<br />

.que llamamos católica, y<br />

qué proporción constituyen la persona<br />

religiosa <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />

geiminos componentes católicos<br />

y espurios componentes cavolicistas.<br />

Quizá sea mejor, como Menéndoz<br />

y Pelayo diría, «no escudriñarlo mucho».<br />

Pero en cambio es justo y suficiente<br />

señalar que la ten<strong>de</strong>ncia es<br />

ahora favorable. Por la misericordia<br />

<strong>de</strong> Dios, que nos mandó !a persecución<br />

y la guerra" entre cosas<br />

buenas (7), la vida .religiosa está<br />

aumentando, al compás que la pasión<br />

reÜgiosista está disminuyendo.<br />

Al contacto con los extraños (España<br />

estuvo emparedada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo<br />

viii hasta 1950) nos vamos haciendo<br />

más sinceros, más <strong>de</strong>spiertos,<br />

más enten<strong>de</strong>dores, más partícipes<br />

<strong>de</strong>l género humano redimido por<br />

Cristo. Dejamos atrás el camino al<strong>de</strong>ano<br />

<strong>de</strong> los eatolicistas y marchamos<br />

por rutas más anchas, por<br />

ia.s rutas que <strong>de</strong> veras llevan a Roma.<br />

-. LITIS PONCE DE LEÓN<br />

(I! El maestro f|Tie tiene * par ti darlos»<br />

renuncie a tener discípulos. Permítaseme un<br />

ejemplo actual que, como español, me duele,<br />

Julia» Marías y oíros, que, con alguna paz<br />

creadora, tanto pue<strong>de</strong>n dar <strong>de</strong> sí, amenaüan<br />

Quedársenos en puros chinchase riel aOríega<br />

C. fie F.»: mientras los partidarios <strong>de</strong> la<br />

banda opuesta van quedándose en «hinchase<br />

<strong>de</strong>l «Antiortega C. <strong>de</strong> F.»,<br />

(2) Ka un periódico <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, a raíz <strong>de</strong><br />

ia polémica sobre la comedia <strong>de</strong> Gi-ahain<br />

Greeiift (El cuarto <strong>de</strong> esíars-, Se dijo que la<br />

obra no era católica, entre otras razones, porque<br />

ía protagonista se suicidaba, no obstante<br />

haberse educado *eií católico».<br />

¡Si Por el contrarío, eí católico auténtico<br />

no se presta a confusión, ¡íi en e> menor <strong>de</strong> sus<br />

gestos, ron e! anabaptista, e¡ puritano, el<br />

musultoáii, el budista, e) fariseo, el pagano o<br />

e! chequista: vivir a Cristo imprime earácter.<br />

y carácter inconfundible, original, siempre<br />

suevo,<br />

(í) Coa mucha bece-vuleacia suele contestar-se<br />

(¡ue, en lo que i-esjiecta a las manifestaciones<br />

<strong>de</strong> la piedad, *í íoado intencional<br />

importa mí* qué 3a forma esterna, y U vulgaridad<br />

<strong>de</strong> ésta queda redimida par la santidad<br />

<strong>de</strong> aquél. Mas lo cierto es que sie.mvre<br />

O' "iás ahora, .en que e) aríe an va por los<br />

caminos <strong>de</strong> lo formalista y retórico*, es la<br />

riqueza, profundidad y sinceridad <strong>de</strong> la intención<br />

lo que produce formas expresivas hermosas<br />

y cautivadoras; el que siente <strong>de</strong> veras 1<br />

sabe expresar lo que siente; "el qae-siente mal,<br />

se expresa mal, aunque se-exprese muy académicamente.<br />

Gracias a Píos, .el gusto en<br />

nuestro tiempo no tiene nada que ver con ¡os<br />

gustos académicos.<br />

(5) Se medita naenos áe lo necesario sobre<br />

ias numerosas «consultas espirituaies». que los<br />

fariseos pSanteában a Cristo, y sobre las enérgicas<br />

respuestas que solía darles el Señor.<br />

(fis Sobr* esto escribe Gaiscía Escu<strong>de</strong>ro<br />

con insuperable precisión: «Lo exigimos todo<br />

<strong>de</strong>l sacerdote, sCí"uahnen e.quie-Jies ¿eaptós no<br />

nos exigimos a nosotros nada. Y, sía embargo,<br />

hay que registrar la frecuencia <strong>de</strong> un imonscieiite<br />

enmascaramiento da Dios <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />

su Iglesia, que se refleja en la sustitución <strong>de</strong><br />

3a vida religiosa por la> vida piadosa, <strong>de</strong> ia<br />

religión por ia moral, y por una moral <strong>de</strong><br />

vicios más que <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> sutiles distinciones<br />

entre io venial y lo mortal, el precepto<br />

y el. consejo».<br />

(7) «Nuestro catolicismo vive <strong>de</strong> ai¡¡; se<br />

lo <strong>de</strong>be todo .a la República y a la guerra; a<br />

•a persecución. Esta sos io bizo profundo. "<br />

Obligó a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r hasla la muerte algo que<br />

no se había sabiio vivir. Y <strong>de</strong> ahi nació el<br />

intento <strong>de</strong> profundizar más aún al <strong>de</strong>sechar<br />

eí simplismo <strong>de</strong> buenos y malos, y apren<strong>de</strong>r<br />

que !s culpa no fue enteramente <strong>de</strong> los quemaiglesias,<br />

y que sobre nososlros «ios buenos*<br />

pesaba ana difusa pero agobíadora responsabilidad<br />

colectiva anterior.» ¡García Escu<strong>de</strong>ro,<br />

er, el articulo citada, <strong>de</strong>i número 52 <strong>de</strong><br />

iCuaíJvpnes Hispanoamericanos».)<br />

QCHOCIENTOS años nos separan<br />

*** <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> un labrador oscuro<br />

llamado Isidro, feligrés <strong>de</strong> la<br />

colación <strong>de</strong> San Andrés y vecino <strong>de</strong><br />

la pobre villa <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, en aquellos<br />

años en que estrenaba las alegrías <strong>de</strong><br />

su reconquista. Y nada menos que<br />

trescientos años se han cumplido <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

la fecha en que S. S. Gregorio XV<br />

<strong>de</strong>terminó la <strong>de</strong> Isidro y su Patronazgo<br />

sobre la Villa, Corte a la sazón<br />

<strong>de</strong>l Rey nuestro señor Don Felipe el<br />

Cuarto. A lo largo <strong>de</strong> todos esos siglos<br />

y en las dos vertientes <strong>de</strong> la santidad<br />

<strong>de</strong> Isidro, <strong>Madrid</strong> guarda su<br />

cuerpo coa cuido celoso y puso en el<br />

arca en que se encierra la postrera<br />

esperanza <strong>de</strong> sus males. Cuando el máximo<br />

dolor o la. mayor angustia atenazó<br />

él corazón <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, la Villa<br />

.acudió a la caja <strong>de</strong> plata, y <strong>de</strong> las<br />

reliquias <strong>de</strong>l Patrón celestial esperó y<br />

aun le vino ventura y alegría, remedio<br />

y bienandanza.<br />

Por esa esperanza y ese remedio no<br />

<strong>de</strong>jó <strong>de</strong> acudir al cuerpo <strong>de</strong> Isidro, exponerlo<br />

a sus rezos y pasearlo en ro-<br />

r JOSÉ DEL CO<br />

gativa, llevarlo aquí o allá, don<strong>de</strong> más<br />

necesaria era su presencia y ayuda, y<br />

tratar <strong>de</strong> darle alojamiento en consonancia<br />

con la popular gratitud". Curioso<br />

y poco conocido es este trasiego,<br />

ruego y movimiento <strong>de</strong> las reliquias<br />

<strong>de</strong>l Patrón <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, mas abundante<br />

que pueda pensar el que los <strong>de</strong>sconoz-'<br />

ca, y, que nosotros sepamos, no se ha<br />

dicho sino con <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n e insuficiencia<br />

por alguno <strong>de</strong> sus biógrafos.<br />

Quinientos años pasaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> Isidro, a finales <strong>de</strong>l siglo<br />

XII, hasta que el 12 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong><br />

1622 se <strong>de</strong>cretó su canonización, en<br />

eí mismo Consistorio, por cierto, en el<br />

que se reconoció la santidad <strong>de</strong> otros<br />

tres españoles: Santa Teresa <strong>de</strong> Jesús,<br />

San Ignacio <strong>de</strong> Loyoía y San<br />

Francisco Javier. Pero en esos años<br />

Isidro <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> no está olvidado.<br />

Vecino <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> San Andrés,<br />

en'su cementerio, jürHo a la igles'a,<br />

recibió sepultura a su muerte eí<br />

labriego. Cuarenta años más tar<strong>de</strong>, en<br />

Í213, ya se buscaron sus restos, y se<br />

encuentran casi en el estado actual.<br />

Por vez' primera se arrodillan las gentes<br />

<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>' ante el cuerpo <strong>de</strong> Isidro,<br />

que se lleva a la iglesia <strong>de</strong> San<br />

Andrés, don<strong>de</strong> se guarda en un arca<br />

<strong>de</strong> piedra labrada, al estilo románico,<br />

a la que acu<strong>de</strong> la piedad <strong>de</strong> Alfonso<br />

VIII. primer rey que llega ante el'<br />

que había <strong>de</strong> ser el Patrono <strong>de</strong> la futura<br />

Corte.<br />

Y ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esos<br />

años primeros en que se rescata, el<br />

cuerpo a la tierra con señaíes sobrenaturales,<br />

<strong>de</strong> extraordinaria conservación,<br />

se acu<strong>de</strong> a él, labrador que supo<br />

<strong>de</strong> las angustias <strong>de</strong>l surco y la cose-<br />

cha, para pedir remedio contra el<br />

tiempo, siempre inclemente para el<br />

campo madrileño, en aquellos, días en<br />

que <strong>Madrid</strong> era rústico lugar pegado<br />

a la mancera <strong>de</strong>l arado y,al astil <strong>de</strong><br />

ía azada. En 1252 permanece un mes<br />

<strong>de</strong>scubierto para pedir lluvias, lluvias<br />

que acaben una sequía pertinaz y abrasadora<br />

<strong>de</strong> mieses y sementeras. Poco<br />

más tar<strong>de</strong>, en 1258, otra vez sé hacen<br />

rogativas públicas, y en ellas figura<br />

el cuerpo <strong>de</strong> Isidro, ya corno remedio<br />

fiel en tales agonías, que se repiten<br />

en 1275. con tal intensidad, que se<br />

traslada la venerada y todavía no. santificada<br />

reliquia a la iglesia <strong>de</strong> Atocha.<br />

Allí, según las viejas crónicas<br />

madrileñas, ai ponerlo ante la Virgen,<br />

que él adoró tanto en vida, rompieron<br />

las nubes su carga <strong>de</strong>seada <strong>de</strong> agua<br />

vivificadora.<br />

Otra vez la sequía, ía sequía, Que<br />

parece un a^ote constante <strong>de</strong> este <strong>Madrid</strong><br />

nuestro, obliga a recurrir a las<br />

milagrosas virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> Isidro<br />

en 1296. Entonces se expone ante<br />

el altar mayor <strong>de</strong>-San Andrés, y todo<br />

<strong>Madrid</strong>, un todo <strong>Madrid</strong> verda<strong>de</strong>ro y<br />

chiquitito, acu<strong>de</strong> a rezar ante el milagroso<br />

<strong>de</strong>spojo.<br />

Hasta -finales <strong>de</strong>l siglo XIV, en<br />

1371, no se produce otra visita real<br />

<strong>de</strong> que tengamos noticia. Enrique IV,<br />

acompañado <strong>de</strong> Ja reina Doña Juana<br />

Manuel. La reina <strong>de</strong>sea una reliquia,<br />

y para satisfacerla cortan el brazo <strong>de</strong>recho<br />

<strong>de</strong> Isidro; .pero algo sobrenatural<br />

obliga a la reina no llevarse la<br />

<strong>de</strong>seada reliquia. El cuerpo queda entero,<br />

pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces una cinta<br />

une, al izquierdo, el brazo separado<br />

por real capricho.<br />

Para estas fechas ya no existía el<br />

sepulcro <strong>de</strong> labrada piedra y escultura<br />

románica <strong>de</strong> que hemos hecho mención,<br />

y se había colocado al santo en<br />

un arca <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra cubierta <strong>de</strong> pergamino,<br />

en el que pintaron escenas<br />

<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Isidro y algunos <strong>de</strong> sus<br />

milagros más conocidos. Este arca se<br />

ha conservado a través <strong>de</strong> ios siglos<br />

hasta 1936, en que fue <strong>de</strong>struida en<br />

el incendio <strong>de</strong> ía capilla <strong>de</strong> la Cofradía,<br />

Sacramen^tl <strong>de</strong> San Andrés —Cofradía<br />

a ¿a que en vida perteneció<br />

Isidro—, y don<strong>de</strong> se usaba como mesa<br />

<strong>de</strong> altar, en la casa <strong>de</strong>. la calle <strong>de</strong>l<br />

Águila; don<strong>de</strong> es tradición que naciera<br />

el Santo <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />

Otras dos rogativas por sequía {1345<br />

y 1393) se suce<strong>de</strong>n. Procesiones, rezos,<br />

exposición a la veneración pública.<br />

La lluvia cae al fin mansa. San<br />

Isidro parece todavía tener en el cielo<br />

la preocupación que le atenazó en tie-,<br />

rra cuando labraba los campos <strong>de</strong>l<br />

otro lado <strong>de</strong>l. Manzanares. En la última<br />

<strong>de</strong> estas exposiciones, un clérigo<br />

le corta un mechón tíe cabellos para<br />

LuLt-ádor pair-m S- J>f'dra /airando I&^ Campos <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> "* ^<strong>Madrid</strong> '<br />

15 dé ínayo fie 1954


colocarlos en la iglesia <strong>de</strong> Santa María,<br />

don<strong>de</strong> se veneraba la imagen <strong>de</strong><br />

Ja Virgen <strong>de</strong> la Almu<strong>de</strong>na.<br />

A esa iglesia llevan en procesión el<br />

cuerpo en 20 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1428, y «na<br />

vez más alcanzan los rezos buen fin,<br />

que la lluvia llega copiosa y pronta.<br />

En 1463, nueva visita real. Esta vez<br />

es Enrique IV, el triste rey al que la<br />

Historia colgó infamante cartela para<br />

escándalo <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> príniera enseñanza.<br />

Muy poco <strong>de</strong>spués, Doña Isabel I<br />

también visita, en una <strong>de</strong> sus estancias<br />

en <strong>Madrid</strong>, a Isidro. Y suce<strong>de</strong> un<br />

curioso hecho durante esta visita: una<br />

<strong>de</strong> las damas <strong>de</strong> la reina <strong>de</strong>sea una<br />

reliquia, y al besar los pies <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

que todavía la Iglesia no había<br />

<strong>de</strong>clarado como santo, arranca <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong>ntellada un <strong>de</strong>do <strong>de</strong>jl pie <strong>de</strong>recho.<br />

Otra vez, como a la reina Doña Juana<br />

Manuel, algo impi<strong>de</strong> moverse <strong>de</strong> la<br />

iglesia a la dama caprichosa hasta<br />

que <strong>de</strong>vuelve el <strong>de</strong>do arrancado. Por<br />

mucho tiempo se conservaría éste en<br />

el arca, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una bolsita, hasta<br />

que <strong>de</strong>sapareció, nadie sabe cómo.<br />

El visitador <strong>de</strong> la diócesis, bachiller<br />

don Juan <strong>de</strong> Centenera, lo visita en<br />

1504 y escribe una <strong>de</strong>tallada reseña<br />

<strong>de</strong>l estado y características <strong>de</strong>l venerado<br />

cuerpo, que muy poco <strong>de</strong>spués,<br />

en 1518, se traslada a la capilla llamada<br />

<strong>de</strong>l Obispo, y que levantara la<br />

piedad <strong>de</strong>l consejero «averiguador» <strong>de</strong><br />

los Reyes Católicos don Francisco <strong>de</strong><br />

Vargas, y acabara su hijo, el obispo<br />

áon Gutierre. La linda capilla gótica,<br />

que se hizo para albergue <strong>de</strong>l santo<br />

cuerpo, lo guarda algún tiempo, hasta<br />

que por diferencias <strong>de</strong> Jos clérigos <strong>de</strong><br />

la capilla con los <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong><br />

San Andrés vuelve a su primitivo lugar.<br />

Ya contaba, sin embargo, con la ermita<br />

<strong>de</strong> San Isidro <strong>de</strong>l Campo, al otro<br />

lado <strong>de</strong>l'río, que, levantó en 1528 la<br />

piedad <strong>de</strong> la emperatriz para agra<strong>de</strong>cer<br />

la salud, <strong>de</strong>vuelta por las aguas<br />

<strong>de</strong> la fuente, milagrosamente alumbrada<br />

por Isidro, al emperador y al<br />

príncipe Felipe. La vieja arca <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra<br />

y pergamino, ya sustituida, se<br />

coloca en 1545 en un nicho <strong>de</strong> una<br />

pieza olvidada <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> San<br />

Andrés, y allí había <strong>de</strong> estar hasta<br />

fines <strong>de</strong>l pasado siglo, para per<strong>de</strong>rse,<br />

como <strong>de</strong>jamos dicho, en la loca <strong>de</strong>strucción<br />

marjdsta.<br />

Otra rogativa hemos <strong>de</strong> contar el<br />

año 1552. Y otra vez se lobra la lluvia<br />

<strong>de</strong>seada. En el 1567 se <strong>de</strong>scubre<br />

para que lo veneren los duques <strong>de</strong> Feria<br />

y d& Pastrana, y .en el.1574 se<br />

seca, por única vez en la historia, la<br />

fuente milagrosa. Parece que --r- castigo<br />

<strong>de</strong> hacer los moriscos coa el agua<br />

\ J}esposo?i'os <strong>de</strong> S.'Isidro y<br />

! Je la. €tt&ez.a .<br />

ATENEO<br />

comercio sacrilego y darle otras finalida<strong>de</strong>s<br />

superticíosas.<br />

El 12 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1584 se le expone<br />

a la veneración pública por espacio <strong>de</strong><br />

nueve días, pidiendo fín para la sublevación<br />

<strong>de</strong> los Países Bajos, y el 20<br />

<strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1593, el prior dé-los dominicos,<br />

fray Diego <strong>de</strong> Al<strong>de</strong>rete, lo reconoce<br />

y lo encuentra en perfecto estado<br />

<strong>de</strong> conservación, que <strong>de</strong>scribe<br />

con <strong>de</strong>talle y solicitud. Como consecuencia<br />

<strong>de</strong> tan larga serie <strong>de</strong> ayudas<br />

y <strong>de</strong>vociones, en 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong><br />

1598 comienza la información para<br />

beatificarle.<br />

El célebre manuscrito <strong>de</strong> León Pinelo<br />

cuenta un curioso hecho sucedido<br />

en 1609. Era costumbre <strong>de</strong> la Cofradía<br />

<strong>de</strong> San Isidro reunirse a comer<br />

y dar comida a varios pobres tal día.<br />

En una <strong>de</strong> estas comidas sucedió que<br />

el tesorero, que lo era Jerónimo Félix,<br />

llegó tar<strong>de</strong> al lugar <strong>de</strong> reunión y, sobre<br />

tar<strong>de</strong>, acompañado <strong>de</strong> gran número<br />

<strong>de</strong> pobres que por el camino había<br />

ido recogiendo con intención <strong>de</strong> que<br />

comieran con los cofra<strong>de</strong>s. Pero cuando<br />

llegó los <strong>de</strong>más ya habían comido<br />

y sólo habían reservado para él una<br />

escasa ración. De ella hizo servir el<br />

tesorero a cuantos con él habían llegado<br />

y, prodigiosamente, la comida fue<br />

aumentándose hasta ser suficiente para<br />

qué todos pudieran comer <strong>de</strong> ella,<br />

y-eso que había hecho seguirle a cerca<br />

<strong>de</strong> trescientos mendigos y pobres.'<br />

Otra vez se reconoce el cuerpo por<br />

los encargados <strong>de</strong> instruir el expediente<br />

<strong>de</strong> beatificación en 1813 y lo encuentran<br />

incorrupto, como con todo<br />

<strong>de</strong>talle se hace constar en el expediente.<br />

Y llega la págiíia más viajera <strong>de</strong> la<br />

historia <strong>de</strong>l cuerijc <strong>de</strong> San Isidro. Felipe<br />

III, al regreso <strong>de</strong> cortes, se siente<br />

indispuesto en el pueblo <strong>de</strong> Casarrubios<br />

<strong>de</strong>l Monte-. Allí se <strong>de</strong>tiene la<br />

corte mientras el rey se repone. Toda<br />

la monarquía vive horas <strong>de</strong> preocupación<br />

ante la enfermedad real.<br />

<strong>Madrid</strong>, que ya es corte, envía, como<br />

embajador extraordinario y medicina<br />

segura, eí cuerpo <strong>de</strong> Isidro, que sale<br />

<strong>de</strong> la villa el 16 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1619.<br />

Por vez primera se celebran fiestas<br />

<strong>de</strong> Isidro en 15 <strong>de</strong> mayo, en el siguiente-<br />

año <strong>de</strong> 1820, en que se festeja<br />

la beatificación. Solemne procesión<br />

con las personas reales, estreno <strong>de</strong> un<br />

arca <strong>de</strong> plata que regalan al Beato<br />

los plateros <strong>de</strong> la villa y que llegara<br />

hasta nosotros. Un arca que costó, <strong>de</strong><br />

metal tan sólo, 16.000 ducados, que es<br />

tanto como 84.000 pesetas.<br />

La próxima salida <strong>de</strong>l cuerpo, que<br />

ya es <strong>de</strong> Beato, es el año <strong>de</strong> 1621 para<br />

acudir al Alcázar Real, Felipe III agoniza<br />

y se intenta inútilmente dar vitía<br />

al cuerpo y al alma con la presencia<br />

<strong>de</strong> la reliquia venerada.<br />

Por ñn es Santo, Isidro. <strong>Madrid</strong> recibe<br />

con júbilo la noticia el año 1622.<br />

Procesión solemne. Los labradores. hacen<br />

.<strong>de</strong> la Plaza <strong>de</strong> la Cebada un campo<br />

ver<strong>de</strong> y gran<strong>de</strong>, y en él una gran<br />

figura <strong>de</strong> Isidro parece arar tras una<br />

yunta <strong>de</strong> bueyes.<br />

Como su fama y <strong>de</strong>voción cun<strong>de</strong> y<br />

aumenta, Urbano VIII le conce<strong>de</strong> en<br />

1625 oficio y misa propia. Siguen los<br />

traslados; El Ayuntamiento quiere Ilevarlo<br />

—1642—ral, Humilla<strong>de</strong>ro <strong>de</strong><br />

Nuestra Señora <strong>de</strong> Gracia, que estaba<br />

en la plazuela <strong>de</strong> la Cebada, pero el<br />

pueblo se amotina y lo evita. San Isidro<br />

sigue en la parroquia <strong>de</strong> S«n Andrés.<br />

Para darle en ella mejor alojamiento<br />

inaugura Carlos n, en 1668, la<br />

capilla <strong>de</strong>l Santo, qué se empezó en<br />

1659. Es la <strong>de</strong> la gran cúpula, ro<strong>de</strong>ada<br />

<strong>de</strong> estatuas <strong>de</strong> apóstoles y doctores,<br />

que los rojos <strong>de</strong>struyeron, privando a<br />

<strong>Madrid</strong> <strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus mejores joyas<br />

barrocas.<br />

En 1683 Carlos II e Isabel <strong>de</strong> Borbón<br />

le cambian el sudario en el curso<br />

<strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus visitas. Todavía Carlos<br />

vuelve a visitarle en compañía<br />

<strong>de</strong> su segunda esposa, Mariana, y en<br />

1700, cuando el 4 <strong>de</strong> octubre llega su<br />

último momento, el rey reclama la<br />

presencia en su alcoba <strong>de</strong> las reliquias,<br />

que son procesionalmente trasladadas.<br />

Los nuevos reyes, <strong>de</strong> nueva dinastía,<br />

no interrumpen la costumbre austríaca.<br />

Felipe V y María Luisa Gabriela<br />

<strong>de</strong> Saboya lo visitan en 1705 y<br />

en 1721," En el 1725 el marqués <strong>de</strong><br />

Valero reedifica la ermita <strong>de</strong> la Pra<strong>de</strong>ra,<br />

y <strong>de</strong> nuevo otros reyes. Fernando<br />

VI y Bárbara <strong>de</strong> Braganza, cambian<br />

otra vez ei'sudario. La enfermedad<br />

<strong>de</strong> Amaüa <strong>de</strong> Sajonia, esposa <strong>de</strong><br />

Carlos III, ¿o lleva una vez más al<br />

palacio, en septiembre <strong>de</strong> 176Q; Y el<br />

mismo Carlos, al expulsar a los jesuítas,<br />

or<strong>de</strong>na su traslado al temple<br />

que hoy es catedral, en el año 1769,<br />

• realizándose 3a procesión <strong>de</strong> solemne<br />

traslado el sábado 4 <strong>de</strong> febrero.<br />

Otra rogativa le lleva en noviembre<br />

<strong>de</strong> 1779 a la iglesia <strong>de</strong> Santa María<br />

y la última enfermedad <strong>de</strong> Carlos<br />

III, a palacío, en 13 <strong>de</strong> diciembre,<br />

<strong>de</strong> 1788. En esti ocasión el canónigo<br />

R-isell lo reconoce y escribe el estado<br />

<strong>de</strong>l cuerpo, muy semeiante a los rect'nncimiento^<br />

anteriores.<br />

Al año siguiente le visita eí ya rey<br />

Callos IV cor. Xa reina y los infantes<br />

Fernando y Carlos María Isidro,<br />

curados recientemente <strong>de</strong> una enfermedad<br />

<strong>de</strong>spués áé h-aber sido encomendados<br />

al Patrón <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>.<br />

La guerra y el reinado difícil <strong>de</strong><br />

Fernando ponen un paréntesis en esta<br />

larga relación, hasta que en 1847 María<br />

Cristina, ya viuda <strong>de</strong> Fernando<br />

VII, cambia <strong>de</strong> nuevo los lienzos<br />

<strong>de</strong>] sudario y coloca en su lugar otros<br />

nuevos. Los que hasta entonces tuvo<br />

se quedaron como reliquia en la capñ'is.<br />

<strong>de</strong> la seina, y <strong>de</strong>spués oasaron<br />

a la privada <strong>de</strong> la infanta Isabel-<br />

Las últimas rogativas en petición<br />

<strong>de</strong> lluvia <strong>de</strong> que tenemos mención fueron<br />

&i 1896. Después <strong>de</strong> una procesión<br />

y ¡novenario estuvo expuesto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

14 al 23 <strong>de</strong> mayo, y una larga fila<br />

continua pasó ante su caja para venerario,<br />

y contra todas las observaciones<br />

y circunstancias, otra vez, como<br />

en los viejos días llenos <strong>de</strong> piedad, la<br />

lluvia vino a poner fin al tormento<br />

reseco <strong>de</strong> la sequía.<br />

En los días heroicos <strong>de</strong>l Alzamiento<br />

el cuerpo <strong>de</strong> San Isidro, <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />

corrió quizá el mayor peligro <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rse<br />

que hubo en ^sus ocho siglos <strong>de</strong><br />

historia. Manos piadosas lo escondieron<br />

en tabicada habitación, don<strong>de</strong> se<br />

salvó <strong>de</strong>l fuego y <strong>de</strong> las milicias rojas,<br />

para volver a la pública, veneración-<br />

otra vez el viejo cuerpo al aire<br />

<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> en la simbólica primavera<br />

<strong>de</strong> 1939.<br />

Hoy, como quiso Carlos III, el mejor<br />

alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, otra vez los res^<br />

tos; venerables cuidan esta villa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el altar mayor <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San<br />

Isidro el Real, a la que el arquitecto<br />

Barroso ha <strong>de</strong>vuelto a la gracia barroca<br />

con que la hiciera nacer, madrileña<br />

y adornada, el genio <strong>de</strong>l Hermano<br />

Bautista, allí, en, la calle <strong>de</strong> Toledo,<br />

que tiene sol al<strong>de</strong>ano y ecos<br />

pueblerinos —<strong>de</strong> azada y aradocomo<br />

un recuerdo <strong>de</strong>l Santo labriego,<br />

criado <strong>de</strong> los Vargas,<br />

Pi<strong>de</strong> elRey/i>Itj"> fl af/>nn%/¿-"¿ea la<br />

dS Isidro y te <strong>de</strong>clara j>or J"<br />

Por rebefo c i° n a S. lf r ' an •" <strong>de</strong> AstJ ¿e'<br />

<strong>de</strong>scuere eí Cuerpo <strong>de</strong> S Isidro ,<br />

< L<br />

¿tgrrere S- isidro en <strong>Madrid</strong> en la<br />

Par-ro ,* <strong>de</strong> S. Andrés<br />

Por ta hiniertcston <strong>de</strong>S. Isidro<br />

cim ¡as tt¿>tj.


Casa- <strong>de</strong> campo en Beas fiun,<br />

los materiales<br />

CERCÁNDOSE a los ochenta y<br />

cinco y con sesenta y cinco años<br />

<strong>de</strong> labor a sus espaldas, Frank Lloyd<br />

Wright sigue siendo la figura más vital<br />

<strong>de</strong> la arquitectura. No cabe intentar<br />

aquí una estimación completa <strong>de</strong><br />

su arte. Sin embargo, acaso sea posible<br />

señalar algunas <strong>de</strong> las relaciones<br />

entre su arquitectura y su filosofía,<br />

que. en general, no han sido<br />

comprendidas.<br />

Wright es <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> exploradores<br />

galeses, gente austera y religiosa<br />

que se asentó en las colinas <strong>de</strong> Wisconsin.<br />

Su padre, orientalista no proce<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la misma austera tradición,<br />

también fue predicador, pero<br />

baptista, músico y una sombra en él<br />

recuerdo <strong>de</strong>l hijo. Lo que fueron sus<br />

primeros años y los influjos formativos,<br />

se menciona en la primera parte<br />

<strong>de</strong> la Autobiografía. La figura <strong>de</strong>svaída<br />

<strong>de</strong>l padre, la madre enérgica e inteligente,<br />

las colinas y la granja, eJ<br />

traDajo duro y la profunda impresión<br />

<strong>de</strong> la Naturaleza y la música, juntamente<br />

con la fe inalterable y la <strong>de</strong>voción<br />

y energía <strong>de</strong> los galeses: todas<br />

estas cosas tan bien recordadas constituyen<br />

una parte -<strong>de</strong>l propio Wright.<br />

Son.las fuentes <strong>de</strong> su concepto <strong>de</strong> la<br />

«arquitectura orgánica» y sostén <strong>de</strong><br />

su integridad artística absoluta y<br />

firme.<br />

Beethoven y Brahms, los gran<strong>de</strong>s<br />

románticos, le causaron profunda impresión.<br />

Aunque ostensiblemente COR<br />

menos influjo, también Bach. La analogía<br />

musical no necesita ser subrayada<br />

porque es evi<strong>de</strong>nte. De sus primeras<br />

lecturas, he aquí lo que recordaba<br />

<strong>de</strong> sus años <strong>de</strong> colegio y lo que<br />

<strong>de</strong>seaba mencionar cuarenta años <strong>de</strong>spués:<br />

Sartas Resartus, con su prosa<br />

compleja y su riqueza <strong>de</strong> contenido;<br />

los Héroes y él culto e los héroes, pasado<br />

y presente, FOTS Clavigera, Pintores<br />

mo<strong>de</strong>rnos y Las piedras <strong>de</strong> Venecia,'gran<strong>de</strong>s<br />

libros ya olvidados por<br />

un mirado carente <strong>de</strong> paciencia para<br />

soportar la verdad; las Vidas, <strong>de</strong> Plu-<br />

construida en piedra y cemento reforzado, en ia que se hacen compatibles<br />

coa las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> toa logar muy poco corriente<br />

tarco; Sigurd the Vólmmg, <strong>de</strong> William<br />

Morris; Shelley, eí Wilhelm Meister;<br />

«un poco William BÍake», lo que es<br />

curioso porque algún día serán amigos<br />

en la otra vida; Les Miserables y<br />

Viollet-le-Duc. «Yo creía que el Raisomié<br />

era el único libro sobre arquitectura<br />

realmente juicioso.» Acaso<br />

tenga razón: Por lo menos pocos otros<br />

contienen tan pocas vacieda<strong>de</strong>s.<br />

Estos libros y los compositores Informaron<br />

su obra, contribuyeron al<br />

contrapunto, la claridad, la complejidad<br />

<strong>de</strong> los planos que se compenetran,<br />

y la riqueza, que es parte <strong>de</strong> la estructura<br />

como el florecer lo es <strong>de</strong> la<br />

planta.<br />

Todos estos influjos son <strong>de</strong> gran<br />

contenido emocional, porque constituyen<br />

una llamada a las fuerzas íntimas<br />

<strong>de</strong>l espíritu. Los lógicos le <strong>de</strong>jaron<br />

frío, si es que, en realidad, ios<br />

leyó: Spinoza, Pope, Montaigne, Aristóteles,<br />

Newton, Aqumo, todos aquellos<br />

que forjando ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> pensamientos<br />

enlazados han tratado <strong>de</strong> mo-<br />

,ver al mundo prescindiendo <strong>de</strong>l impulso<br />

y <strong>de</strong> la reacción espontánea.<br />

La verdad es un artículo <strong>de</strong> fe, no <strong>de</strong><br />

lógica, y el mundo en pro o en contra<br />

es sólo una proyección <strong>de</strong> uno<br />

mismo. Esta confianza en su íntima<br />

naturaleza y su conciencia <strong>de</strong> ella nos<br />

da la clave <strong>de</strong> muchos aspectos cíe la<br />

personalidad <strong>de</strong> Wright. Seguramente<br />

explica, al menos en parte, su aparente<br />

altivez, porque, como en la mayor<br />

parte <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s hombres, su egotismo<br />

constituye una excrecencia <strong>de</strong><br />

su íntima convicción. En los hombres<br />

<strong>de</strong> menor envergadura reviste apariencias<br />

<strong>de</strong> presunción e intolerancia,<br />

<strong>de</strong> escepticismo frente a los <strong>de</strong>más<br />

más bien que <strong>de</strong> fe en sí mismo.<br />

La propensión no lógica <strong>de</strong> Wright<br />

también se refleja en la parte <strong>de</strong> ingeniería<br />

<strong>de</strong> su obra. Sus proezas estructurales,<br />

siempre ingeniosas y, en<br />

ocasiones, sorpren<strong>de</strong>ntes, no son resultado<br />

<strong>de</strong> un razonamiento <strong>de</strong>ductivo<br />

científico. En gran medida son intuí-<br />

GHT,<br />

TtntAL CAHTItfVtMB<br />

MUSHMSOM TV/E<br />

FííUÍ JZ-ti •<br />

JECTI9N<br />

Torre <strong>de</strong>l Laboratorio <strong>de</strong>l Pabellón <strong>de</strong> Administración <strong>de</strong> la Jobnson Was<br />

Company, <strong>de</strong> Bacín© (Wisconsin), con sus terrazas apoyadas en sin nücleo<br />

central empotrado en el suelo.—Arribas sección <strong>de</strong> la torre<br />

tivas; algunas, como los armazones <strong>de</strong><br />

la sala <strong>de</strong> proyectos <strong>de</strong> la Asociación,<br />

en Taliesin, y las columnas <strong>de</strong> la fábrica<br />

<strong>de</strong> cera <strong>de</strong> Johnson, constituyen<br />

un reto al análisis normal <strong>de</strong> la<br />

construcción. Esto es el reverso <strong>de</strong> lo<br />

corriente; los puentes <strong>de</strong> Maíllart o<br />

las fórmulas <strong>de</strong> Clerk Maxwell son el<br />

resultado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>ducción cuidadosamente<br />

sintetizada, que alcanzan una<br />

perfección que es arte, porque <strong>de</strong> un<br />

modo o <strong>de</strong> otro implican más que un<br />

procedimiento. Como dice Willard<br />

Gibbs, «Él todo es mayor que las partes».<br />

Ahora bien, para Wright el todo<br />

existía antes que las partes.<br />

Wright ha formulado, en diversas<br />

ocasiones, tres, <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> la arquitectura<br />

que son sumamente reveladoras.<br />

La primera, «La Arquitecto-<br />

15 <strong>de</strong> mayo


a es ti arte científico <strong>de</strong> hacer<br />

las estructuras expresen i<strong>de</strong>as», refleja<br />

la incertidumbre <strong>de</strong> un joven que<br />

trata <strong>de</strong> justificar su arte ante -un<br />

mundo que aspiraba a una interpretación<br />

literaria o i<strong>de</strong>acional <strong>de</strong> lo abstracto.<br />

Muy bien se podría sustituir<br />

«arquitectura» por «música» o .-matemáticas»<br />

con o sin sustituir la palabra<br />

«estructuras» por «sonidos^ o<br />

«números». Seguiría significando tanto<br />

o tan poco como en su redacción original.<br />

«La Arquitectura es el triunfo<br />

<strong>de</strong> la imaginación humana sobre los<br />

materiales, los procedimientos y los<br />

hombres», es, sin duda alguna, una <strong>de</strong><br />

las gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong><br />

la arquitectura. La otra <strong>de</strong>finición, a<br />

saber: «La Arquitectura es el gran<br />

sentimiento que el hombre tiene <strong>de</strong> sí<br />

mismo incorporado a un mundo hechura<br />

suya. Pue<strong>de</strong> elevarse en calidad<br />

únicamente a la altura a que se encuentra<br />

su fuente, porque el arte<br />

gran<strong>de</strong> es la vida gran<strong>de</strong>», participa<br />

<strong>de</strong> la visión mística y profunda <strong>de</strong><br />

La arquitectura <strong>de</strong> Wríght ha sentido<br />

siempre la preocupación <strong>de</strong>l<br />

«•gran sentimiento que el hombre tiene<br />

<strong>de</strong> si mismo.» Su forma trata <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sempeñar la «función» <strong>de</strong> añadir<br />

calidad al medio en que se ha <strong>de</strong> vivir.<br />

Todas sus casas aspiran a ser,<br />

tanto en el espacio que él limita como<br />

en los alre<strong>de</strong>dores que tiene en<br />

cuenta, una ampliación a un tiempo<br />

espiritual y física <strong>de</strong> la vida humana.<br />

Las fábricas no son «máquinas para<br />

trabajara, sino que extien<strong>de</strong>n las cualida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> armonía y magnificencia al<br />

lugar don<strong>de</strong> ha <strong>de</strong> hacerse el trabado,<br />

<strong>de</strong>l mismo modo que Sa belleza impresionante<br />

<strong>de</strong> las colinas <strong>de</strong> Wiseonsin<br />

se comunicaba al trabajo chico <strong>de</strong><br />

granja hace sesenta años.<br />

Todo esto es parte <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>mocracia jeffersoniana que constituia<br />

la herencia espiritual <strong>de</strong> Wright-<br />

«Nuestro i<strong>de</strong>al es la <strong>de</strong>niocrácia, la<br />

expresión más alta posible <strong>de</strong>l individuo<br />

como unidad no incompatible con<br />

un todo armonioso», escribía en 1901<br />

•Esto <strong>de</strong>bió sonar un tanto, radical en<br />

un periodo en que el individuo era<br />

sumamente tosco, sin duda alguna, o,<br />

digámoslo así, inarmónico. La expresión<br />

madurada <strong>de</strong> este concepto <strong>de</strong><br />

Wright, <strong>de</strong>l que nunca se separó, es<br />

la. ciudad <strong>de</strong> Broadacre y el libro<br />

Cuando la <strong>de</strong>mocracia edifica. A la<br />

ciudad <strong>de</strong> Broadacre se le ha prestado<br />

<strong>de</strong>masiado poca atención por los<br />

píamfieadores enamorados <strong>de</strong> ios preceptos<br />

en que se inspira la ciudadjardín<br />

<strong>de</strong> Ebenezer Howard. Pero la<br />

visión <strong>de</strong> Howard ño contó con el automóvil,<br />

el teléfono o el aeropiano.<br />

La ciudad <strong>de</strong> Broadacre es un concepto<br />

tan completo como el <strong>de</strong> Howard.<br />

Se propone igualmente proveer<br />

!o necesario para la vida buena, pero<br />

las premisas <strong>de</strong> que parte son muy<br />

diferentes. La ciudad-jardín constitu-<br />

Proyecto para, un club <strong>de</strong> <strong>de</strong>portes en<br />

ATENEO<br />

ye una transacción. Después <strong>de</strong> todo<br />

es el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la pequeña ciudad<br />

burguesa, la forma en que durante la<br />

época <strong>de</strong> la reina Victoria <strong>de</strong> Inglaterra<br />

se trataba <strong>de</strong> eliminar los Darnos<br />

insalubres. La Ciudad • <strong>de</strong> Broadacre<br />

trata <strong>de</strong> conferir dignidad y libertad<br />

al individuo en un mundo que<br />

es armonioso porque da a todos y" cada<br />

uno la posibilidad y la responsabilidad<br />

<strong>de</strong> sus actos. Toctos los dones <strong>de</strong>l<br />

mundo mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la ciencia son utilizados<br />

para el hombre, no contra él.<br />

La configuración <strong>de</strong> su espacio físico<br />

es increíblemente bella. A ella se acomodan<br />

todas las diversas maneras cíe<br />

vivir: la granja, la fábrica, la casita,<br />

ía mansión y el piso.<br />

La ciudud <strong>de</strong> Broadacre, que es un<br />

mocio <strong>de</strong> vida en la misma medida que<br />

ten plan físico, no sólo difiere <strong>de</strong> la<br />

ciudad-jardí.«f sino <strong>de</strong> la árida y (íeshumanizada<br />

ville radieuse. Le Corbusier<br />

nunca, ha comprendido la máquina<br />

como instrumento ni a las gentes<br />

como seres humanos. En su arquitectura,<br />

lo mismo que en su planificación<br />

<strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s, por oposición a<br />

Wright, opone la lógica al sentimien<br />

to, el mecanismo al organismo. Parte<br />

<strong>de</strong>l supuesto <strong>de</strong> que en la máquina<br />

resi<strong>de</strong> la salvación, y por un enca<strong>de</strong>namiento<br />

<strong>de</strong> razonamientos llega a las<br />

certezas consiguientes, olvidándose <strong>de</strong><br />

cualesquiera contradicciones con la<br />

realidad. .<br />

Ciertamente, el estilo internacional<br />

sirvió al propósito <strong>de</strong> <strong>de</strong>spejar la selva<br />

muerta <strong>de</strong>l eclecticismo. Pero sus<br />

estructuras, y particularmente las <strong>de</strong><br />

Le Corbusíer, se basaban en falsas<br />

i<strong>de</strong>as sobre la naturaleza <strong>de</strong> los materiales,<br />

<strong>de</strong> los procedimientos <strong>de</strong> convertirlos<br />

en edificios y <strong>de</strong> los Itahitcts<br />

<strong>de</strong> los hombres que habrían <strong>de</strong> ocuparlos.<br />

Eran abstracciones <strong>de</strong> una<br />

abstracción. En justicia, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirse<br />

que Le Corbusier es un habitante <strong>de</strong><br />

ciudad, en tanto que Wright siempre<br />

ha aborrecido ía ciudad. La ciudad <strong>de</strong><br />

Broadacre no es un núcleo urbano.<br />

Pero aun. cuándo Wright no es un<br />

«urbanista», su aportación a los gran<strong>de</strong>s<br />

edificios <strong>de</strong> ciudad ha sido consi<strong>de</strong>rable.<br />

Sus proyectos <strong>de</strong> rascacielos<br />

—la torre <strong>de</strong> San Marcos, las Torres<br />

Agrupadas úe Chicago y, sdbre todos<br />

ai-plan <strong>de</strong> las Cúspi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Crista! para<br />

Washington— van muy por <strong>de</strong>lante<br />

<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as contemporáneas, tanto<br />

en plan como en estructura.<br />

Las Cúspi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Cristal en proyecto<br />

elevan a 1^ comunidad <strong>de</strong> la ciudad<br />

<strong>de</strong> rascacielos a un plano inigualado<br />

<strong>de</strong> magnificencia y belleza.<br />

El dominio <strong>de</strong> los 1 materiales <strong>de</strong><br />

Wright es -sorpren<strong>de</strong>nte. Las casa¿ <strong>de</strong><br />

ma<strong>de</strong>ra y .ladrillo —algunas vecor; <strong>de</strong>.<br />

ma<strong>de</strong>ra y_ piedra— que ha construido<br />

en el curso <strong>de</strong> su carrera se caracterizan<br />

por su <strong>de</strong>licada sensibilidad en<br />

el empleo <strong>de</strong> esos materiales, que son<br />

<strong>de</strong> lo más corriente y <strong>de</strong> lo peor uti<br />

iizados que se conocen. Tenemos la<br />

Coiumuas e» forma <strong>de</strong> hongo <strong>de</strong>l Pabellón <strong>de</strong> Administración <strong>de</strong> Raelse. JLa<br />

se consigue merced al apoyo mutuo <strong>de</strong> las cabezas<br />

casa Hoss en el lago Delavan, construida<br />

en 1902, seguida por toda una<br />

serie <strong>de</strong> otras, todas mo<strong>de</strong>stas y distinguidas.<br />

En 1S40 construyó la casa<br />

Pew, cerca <strong>de</strong> Madison, Wisconsin,<br />

una <strong>de</strong> las más notables casitas <strong>de</strong> &<br />

comarca. El edificio Larkin es tan<br />

profuso en ladrillo como una iglesia<br />

holan<strong>de</strong>sa. Taliesin es piedra, sacada<br />

<strong>de</strong> las colinas <strong>de</strong> Wisconsin y hecha<br />

parte <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong> nuevo. El Hotel Imperial<br />

<strong>de</strong> Tokio es <strong>de</strong> ladrillo y lava.<br />

Las casas integradas en bloques <strong>de</strong>l<br />

período medio <strong>de</strong> Californa ño solo<br />

tienen encanto e inventiva, sino que los<br />

las colinas <strong>de</strong> Hollywood, en el que se utiliza, piedra y cemento reforzado<br />

dar el aspecto más semejante a una plant& . -<br />

bloques mismos tienen una gran variedad<br />

en el carácter <strong>de</strong> su plasticidad<br />

y <strong>de</strong> su aplicación. Hay atrevimiento<br />

y belleza en el cemento <strong>de</strong><br />

Bear Run; está maridado con la albañüeria,<br />

es <strong>de</strong>cir, la piedra cortada <strong>de</strong><br />

la estructura y la roca <strong>de</strong>l río. El empleo<br />

<strong>de</strong>l cemento en la fábrica Johnson<br />

es no menos atrevido, no menos<br />

bello, pero es <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n totalmente<br />

diferente y en él el maridaje es con el<br />

cristal y el ladrillo. En Taliesin West •<br />

hay un foco para todos loa colores y<br />

formas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto.<br />

Muchos <strong>de</strong> los trescientos y pico <strong>de</strong><br />

edificios y proyectos <strong>de</strong> Wright so»<br />

obras importantes, aun cuando ninguna<br />

<strong>de</strong> ellas es edificio público, excepto<br />

el semioficial Hotel Imperial. Que<br />

ello sea así significa, ciertamente, una<br />

Pérdida para este país. El Hotel Impprial<br />

proporciona un indicio <strong>de</strong> lo que<br />

Wright pudiera haber hecho en este<br />

ramo. El hotel es un ejemplo <strong>de</strong>l plan<br />

majestuoso, con sus.accesos y atrios,<br />

con su ceremonia <strong>de</strong> expresión axial. '•><br />

La complicación <strong>de</strong> las superficies interiores,<br />

la multiplicación <strong>de</strong> la fojv<br />

ma, la exuberancia <strong>de</strong> invención no -<br />

son fotogénicas. Cualquiera que sea la<br />

pasión actual por los planos lisos y la<br />

forma sosa, el hotel se acomoda al /<br />

gusto complicado y sutil <strong>de</strong>l Oriente.<br />

En el actual momento histórica es<br />

difícil <strong>de</strong>cir si Frank Lloyd Wrisrh!<br />

representa la, culminación <strong>de</strong> una era<br />

o la profecía <strong>de</strong> las cosas futuras. Por .<br />

una parte, resume el gran período <strong>de</strong><br />

ía empren<strong>de</strong>dora <strong>de</strong> América, ¿¿seo*<br />

nocida para esta generación. La <strong>de</strong> ;<br />

mocracia jeffersoniana tiene en él un.<br />

seguidor; y resuenan en su obra los<br />

ecos <strong>de</strong>l romanticismo <strong>de</strong> Brahms y<br />

Hugo, <strong>de</strong> Whitman y Meiville. Por<br />

otra parte, tiene fe en ese país/ <strong>de</strong> -<br />

Usonia, ea el que se haría uso dé to- •<br />

das las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l aire,, la tierra<br />

y el agua, inmanentes en la obra<br />

<strong>de</strong> Einstein, Urey y todos ios <strong>de</strong>tsás<br />

S. CHURCHÍLI,


MOISrSIEUR HULOT .EN EL d-<br />

HE CÓMICO. — El cine cómico tiene<br />

dos polos: cine don<strong>de</strong> la comicidad<br />

la pone el personaje y cine don<strong>de</strong> la<br />

comicidad la pone lo que le pasa al<br />

personaje. Aunque «Oharlot», en el<br />

cine cómico, y en el cine en general*<br />

lo sea todo, «Charlóte pue<strong>de</strong> ser un<br />

ejemplo <strong>de</strong>l primer tipo <strong>de</strong> cine<br />

cómico. Con sólo "verle, nos reimos,<br />

como nos reíamos con ver a Fatty, a<br />

Tomasín (el actual Jaimito), o a! brzeo<br />

Ben Turpin. Lo <strong>de</strong>más {carreras, tropezones,<br />

caídas, tartas <strong>de</strong> crema<br />

guardias bigotudos) sirve a un protagonista<br />

<strong>de</strong>liberadamente grotesco.<br />

En Harold, en.cambio, el personaje es<br />

normal. Lo principal es un «aecesorio»<br />

en forma <strong>de</strong> : «gags», cada ve» más<br />

finos y menos circenses, que acabarán<br />

en la alta comedia <strong>de</strong> Capra o<br />

<strong>de</strong> Lubitseh, La comicidad en el cine<br />

es una línea que parte <strong>de</strong>l circo, pasa<br />

por el cine y acaba en el teatro.<br />

Cinematográficamente hablando',<br />

quizá sea Harold quien esté en el<br />

centro; en el cine-cine. Al Monsieur<br />

Hulot que ha creado Jacques Tati 1 ,<br />

como a Harold, tienen que ocurrirle<br />

cosas para que nos riamos; cosas que<br />

(como también ocurría con las películas<br />

<strong>de</strong> Harold) Tati ha previsto y<br />

calculado minuciosamente con antelación.<br />

Pero, para situar exactamente<br />

a Hulot, yo diría que se inclina levemente<br />

haeia la dirección «circo», más<br />

que hacia la dirección «teatro»,<br />

<strong>de</strong>cir, hacia la serie clásica <strong>de</strong> los<br />

«payasos» geniales o vulgares {«Charlot»,<br />

Max Lin<strong>de</strong>r, Tomasín, Fatty,<br />

Buster Keaton), mejor que hacia la<br />

serie <strong>de</strong> los galanes {James Stewart,<br />

Cary Grant, William Powell, ete.) <strong>de</strong><br />

la salta comedia». Concretamente, es<br />

noiable.la similitud entre la «cara <strong>de</strong><br />

palo» <strong>de</strong> Buster Keaton y la impasi-<br />

büidad con. que el archicortés Húiot<br />

<strong>de</strong>stroza convenciones, siembra el escándalo<br />

al abrir una puerta, coger<br />

una servilleta o arreglar un auto, y<br />

<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na la más espantosa, <strong>de</strong> las<br />

heeatomtjres sólo con encen<strong>de</strong>r una<br />

cerilla esx el almacén <strong>de</strong> un pirotéenico-<br />

Ahora bien; sí Hulot tira hacia la<br />

valor propio, es fin en sí mismo, oada<br />

personaje es real, y la caricatura pone<br />

al <strong>de</strong>snado sus flaquezas, sin <strong>de</strong>struir<br />

su humanidad. Es un mundo que todos<br />

conocemos: la solterona optimista,<br />

el militar retirado,, los pollos<br />

relamidos, el señor obeso, impaciente<br />

y ocupado, el marido insignificante,<br />

la mujer dominadora... Cada uno da<br />

estos tipos es analíza'do, <strong>de</strong>smenuzado,<br />

triturado., con una inteligencia<br />

aguda y casi cruel. Pero aún hay<br />

En el cine cómico <strong>de</strong> «payasos» ios<br />

personajes empiezan por ser solamente<br />

grotescos. Sólo en algunos<br />

apunta la interioridad, como en Buster<br />

Keaton. nuestro viejo «Pamplinas».<br />

Y uno solo revela una profundidad<br />

que todavía no ha- logrado par<br />

en el cine: «Charlot». Pues bien; la<br />

piedad que Tati niega ai mundo <strong>de</strong><br />

Hulot, se la conce<strong>de</strong> a Hulot, que en<br />

<strong>de</strong>finitiva resulta ser un infelizf un<br />

tímido, mucho más <strong>de</strong>svalido que el<br />

mismo «Charlot». Claro es que una<br />

película no es fácil que revele totalmente<br />

a un personaje y que «Las vacaciones<br />

<strong>de</strong> M. Hulot», en conjunto,<br />

peca <strong>de</strong> frialdad a lo Clair; es casi<br />

pura disección- Pero cuando, <strong>de</strong> vuelta<br />

<strong>de</strong>. las vacaciones, dos muchachas contemplan<br />

una foto <strong>de</strong> Hulot. (¡«todavía<br />

M. Hulot»!} y una sonríe suavemente,<br />

pero, ¡ay!,. compasivamente, pensamos<br />

con ternura en ese pobre M. Hulot.<br />

Como tantas veces en el cine hemos<br />

encontrado la poesía en el amargo<br />

poso <strong>de</strong> la carcajada.<br />

PELÍCULA DE TEXTO. -<br />

vacaciones <strong>de</strong> M. Hulots es una lee*<br />

eión <strong>de</strong> cine sonoro. Las secuencias<br />

n S*t n i-i s^ c r* x M % n r a en que tan <strong>de</strong>cisivo papel juega el<br />

FUK f V b t MARÍA * do r <strong>de</strong>l L m ? to ? <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Hulot, ia intervención <strong>de</strong>svencijado <strong>de</strong> la auto bo-<br />

*/ <strong>de</strong> cina Huiot. eomo la elemento IT cómico cuando<br />

el auto se le estropeanen la excursión,<br />

GARCÍA ESCUDERO el clic-clac <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong>l comedor<br />

<strong>de</strong>l hotel, son «gags» sonoros <strong>de</strong> antología-<br />

Igual la sustitución <strong>de</strong>l lenguaje<br />

articulado pdr palabras incomprensibles<br />

o banales y sin sentido, o<br />

la supresión total <strong>de</strong> las palabras,<br />

que, eomo ocurre siempre que el eine<br />

es cine, ni siquiera se nota, ¡Calcúlese<br />

qué lección en una época caracterizada<br />

por ía comicidad verbal <strong>de</strong> «Can~<br />

vertiente «erreo», la película tira hacía<br />

la otra vertiente; la <strong>de</strong>- Capra, Lubitseh<br />

y, antes que nadie, Rene Claír.<br />

Hulot no se <strong>de</strong>senvuelve en un mundo<br />

<strong>de</strong> cartón, como el <strong>de</strong> Harold, puro<br />

pretexto para hacer reír, o que, como<br />

el <strong>de</strong> «Charlot», notenga otra misión<br />

que suscitar las reacciones <strong>de</strong>l protagonista.<br />

Él mundo do Hulot tiene un<br />

15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954


tinflas*, el melodraraatismo <strong>de</strong> Sandriní<br />

(con tener los dos talento), la<br />

gracia circense <strong>de</strong> los Marx y <strong>de</strong><br />

Danny Kaye o la falta <strong>de</strong> gracia <strong>de</strong><br />

cualquier clase en Abbot y Costello!<br />

Y sin embargo, si <strong>de</strong>claró <strong>de</strong> texto<br />

esta película para mis fines particulares,<br />

se <strong>de</strong>be a que el sonido está<br />

subordinado a la imagen, a que la<br />

gracia es sobre todo visua!, a que<br />

hay que verla, sin que se pueda contar,<br />

y a que nos ha <strong>de</strong>vuelto, inesperadamente<br />

el sentido cinematográfico<br />

<strong>de</strong> las películas cómicas <strong>de</strong>l tiempo<br />

heroico.<br />

«REBELDÍA». — Sáenz <strong>de</strong> 'Haré*<br />

dia es probablemente el director es*<br />

pañol con máa sentido «natural» <strong>de</strong>l<br />

cine; Nieves Con<strong>de</strong>, el que tiene sentido<br />

máa profundo <strong>de</strong>l cine. La facilidad<br />

<strong>de</strong>l primero ha producido una<br />

obra extensa, <strong>de</strong> un elevado nivel<br />

"medio. La reserva <strong>de</strong>l segundo ha<br />

producido una obra reducida, <strong>de</strong>sigual,<br />

pero en la que está la mejor<br />

película <strong>de</strong>l cine español. El sentido<br />

<strong>de</strong> responsabilidad <strong>de</strong> Nieves Con<strong>de</strong>,<br />

su resistencia digna a la comercialización<br />

permiten esperar que, si alguna<br />

vez el cine español produce una<br />

película merecedora <strong>de</strong> pasar a la<br />

antología <strong>de</strong>l cine universal, sea él<br />

quien la haga.<br />

Ahora bien; esas esperanzas le obligaban,<br />

como dice «Juventud», a que,<br />

puesto a dirigir «Rebeldía», hubiese<br />

empezado rebelándose contra un argumento<br />

al que casi exclusivamente<br />

hay que atribuir el que «Rebeldía»<br />

sea un paso en falso. O, mejor dicho,<br />

la parte segunda <strong>de</strong> «Rebeldía», porque<br />

la película es, en realidad, dos.<br />

En la primera parte no hay máa<br />

que planteamiento; pero tan fuerte y<br />

valiente, tan <strong>de</strong>susado en nuestro<br />

cine azucarado (y en nuestro cine católico,<br />

que es como <strong>de</strong>cir dos veces<br />

azucarado), que uno veía aparecer<br />

allí nada menos que el cine católica<br />

que nos hace falta; con los problemas<br />

que rehuyen las películas «edificantes»<br />

y rosa a que se nos está nial<br />

acostumbrando. Más: cuando en la<br />

lucha planteada entre la soberbia <strong>de</strong>l<br />

escritor ateo y- la caridad <strong>de</strong> la «santa<br />

con pantalones», ésta sucumbe, parece<br />

que todo se le prepara a la Gracia<br />

para que triunfe sola, sin el asi<strong>de</strong>ro<br />

<strong>de</strong> ninguna fortaleza humana; uno<br />

veía prepararse allí una película en<br />

la línea <strong>de</strong> la religiosidad contemporánea;<br />

en una línea inédita en este<br />

cine nuestro, don<strong>de</strong> los malos aon re-<br />

matadamente malos y los buenos son<br />

tan buenos y taa fuertes y tan seguros<br />

<strong>de</strong> sí mismos que ni siquiera se<br />

concibe que puedan' ser tentados.<br />

Pero él disparo <strong>de</strong> la «santa» caída<br />

<strong>de</strong>rrumba a la vez al escritor y nues-<br />

tras esperanzas. Lo que pudo haber<br />

sido cine católico «<strong>de</strong> verdad» se<br />

queda en melodrama. Yo tengo el<br />

gusto <strong>de</strong> no haber visto «Ana» y por<br />

esto no me la recordó «Rebeldía»;<br />

pero que a otros se la haya recordado,<br />

es suficiente,<br />

«Rebeldía» es una invitación a la<br />

poda. Está <strong>de</strong> más la nacionalidad<br />

española que se adjudica a un excelente<br />

actor, pero cuyas reacciones no<br />

tienen nada <strong>de</strong> españolas; están <strong>de</strong><br />

más las idas y venidas y .todo lo que<br />

distrae <strong>de</strong> la pareja central, y al distraer<br />

<strong>de</strong> ella, distrae <strong>de</strong>l que <strong>de</strong>bió<br />

haber sido protagonista <strong>de</strong> la pelíeula:<br />

Dios; están <strong>de</strong> más las palabras que<br />

en la parte segunda sustituyen a las<br />

Imágenes <strong>de</strong> la primera (y que, dicho<br />

sea <strong>de</strong> pasada, pue<strong>de</strong>n inducir a<br />

error sobre la valoración moral <strong>de</strong><br />

una conducta —el sacrificio <strong>de</strong> la<br />

protagonista— que no parece «consejo»,<br />

sino «precepto», y aceptado sin<br />

que se trasluzca una chispa <strong>de</strong> amor<br />

sobrenatural); está <strong>de</strong> más toda la<br />

parte segunda, aunque la primera se<br />

baste para impedir que sea ésta una:<br />

película sin importancia.<br />

En cambio, no está <strong>de</strong> más, por<br />

eata vez, la música,, que expresa lo<br />

que ni ritmo ni actores llegan a expresar.<br />

Claro es que se ha prescindido<br />

<strong>de</strong>l chaparrón sinfónico <strong>de</strong> hora y<br />

media. Compárese el frío <strong>de</strong>rroche d&<br />

palabrería <strong>de</strong> la segunda mitad y el<br />

espléndido final que componen imagen<br />

y música. ¡SÍ Fernán Gómez no<br />

se la mano, <strong>de</strong>spidiéndose!...<br />

EL RELIEVE. — Este número <strong>de</strong><br />

ATENEO no pue<strong>de</strong> recoger el estreno<br />

<strong>de</strong>l cinemascopio. En tanto lo comento;<br />

en el número próximo» cele"<br />

braró el estreno <strong>de</strong> otro sistema <strong>de</strong><br />

relieve, más inesperado, más original»<br />

que no es nuevo, sino viejo, pero tan<br />

viejo que ya nos habíamos olvidado<br />

por completo <strong>de</strong> él: el relieve que el<br />

cine en general y el cine americano<br />

en particular necesitan; el relieve que<br />

produce la verda<strong>de</strong>ra profundidad,<br />

que es el sistema en que han sido filmados<br />

«Rashomon», «3?an, araorje<br />

fantasía» o «Las vacaciones <strong>de</strong> M. Hulot»;<br />

él relieve que da la inteligencia


EXORDIO<br />

En El marido <strong>de</strong> bronce, una viuda<br />

—Isabelita Garcés—tarda tres actos<br />

en arreglar un nuevo matrimonios a<br />

pesar <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> eontraerlo,<br />

porque los posibles esposos no<br />

se atreven a proponerlo a la que fue<br />

mujer <strong>de</strong> una gloria local. En El que<br />

manda eres tú, basta un breve primer<br />

acto para que se casen una viuda eon<br />

tres hijas con un viudo con tres hijos.<br />

Me parece más verosímil lo segundo.<br />

El marido <strong>de</strong> bronce es una comedia<br />

<strong>de</strong> Benavente interpretada por la<br />

compañía titular <strong>de</strong>l Infanta Isabel;<br />

SI que manda eres tú es una comedia<br />

«creada» por Alfayate y escrita por un<br />

autor argentino, el señor Santos Olivé.<br />

En la primera, lo importante es el<br />

autor; en la segunda, el actor.<br />

BENAVENTE<br />

He tenido la oportunidad <strong>de</strong> escuchar<br />

algunas conversaciones en relación<br />

con el último teatro <strong>de</strong> Benavente.<br />

En general, se diee que m peor<br />

que el que escribía hace veinte o<br />

treinta años, pero son varias las personas<br />

que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la tesis <strong>de</strong> que<br />

ahora está escribiendo sus mejores comedias.<br />

Creo que, obligado a opinar,<br />

estaría con la minoría, {Cosa que cada<br />

día me molesta más, por inmoral y<br />

por cursi.)<br />

Pero en el caso <strong>de</strong> Benavente...<br />

Benavente nunca ha pretendido<br />

emocionar a loe espectadores elevándolos<br />

a un mundo <strong>de</strong> belleza ótica o<br />

estética. Se ha limitado a divertir a<br />

la gente chismorreando sobre enredos<br />

<strong>de</strong> todos los díaa y entre personajes<br />

que, sin duda alguna, aceptaban las<br />

reglas y convenciones sociales <strong>de</strong>l<br />

mundo.a que pertenece el espectador<br />

normal <strong>de</strong> teatro ei<br />

hace siglo y pico.<br />

15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954


Benayente es un escritor <strong>de</strong> comedias<br />

en sentido muy estricto, como lo<br />

era Aristófanes. Ignora la poesía.<br />

Cuando quiere ser «poéticos y sentimental<br />

—en el momento <strong>de</strong> Ja moraleja<br />

final—, los actores tienen que<br />

tomar aliento y endilgar una andanada<br />

<strong>de</strong> lugares comunes, interminable<br />

y <strong>de</strong>cididamente cursi. Son ¡os<br />

típicos: «Sí, don Leoncio, sí; los padres<br />

que no respetan a los abuelos <strong>de</strong> sus<br />

hijos son como ios hijos que no respetan<br />

a los padres <strong>de</strong> sus abuelos y,<br />

naturalmente, no pue<strong>de</strong>n exigir el<br />

respeto que merecen <strong>de</strong> sus hijos si<br />

no han sabido guardarlo a los abuelos<br />

<strong>de</strong> sus padres, y éstos, ¡acaso, don<br />

Leoncio, acaso!, a los hijos <strong>de</strong> ios<br />

abuelos que no supieron respetar a<br />

sus padres.» (Por supuesto, el mismo<br />

juego se pue<strong>de</strong> hacer con las abuelas,<br />

madres e hijas o con las hojas, flores<br />

y frutos o con cualquier clase <strong>de</strong> trío<br />

natural o social.)<br />

Pero Benavente, con todo, posee<br />

una conciencia tal <strong>de</strong>l límite, evita<br />

con tanto fervor lo ampuloso y el<br />

heroísmo <strong>de</strong> caballería, que, en este<br />

sentido, empieza a pareeerme admirable.<br />

Sus comedias son cada día más<br />

pura conversación familiar. Cada vez<br />

mas mesuradas. Las últimas consecuencias<br />

<strong>de</strong> su reacción contra el<br />

teatro <strong>de</strong> Echegaray y <strong>de</strong> los románticos<br />

están floreciendo como nunca<br />

en sus comedias raá3 recientes. En<br />

El marido <strong>de</strong> bronce ya es limitado y<br />

familiar hasta el problema planteado.<br />

El fondo y la forma. Porque, en su<br />

ascesis hacia lo coloquial en esta comedia<br />

casi no oímos las parrafadas <strong>de</strong><br />

oreja y vuelta.<br />

El marido <strong>de</strong> bronce anuncia ya,<br />

muy cercana, la comedia benaventina<br />

pura y absoluta: una obra don<strong>de</strong> .<br />

al levantarse el telón nos encontremos<br />

ya con varias señoras —una con bolsillo<br />

y sombrero— y- caballeros —dos<br />

maduros y uno anciano— que, sin<br />

moverse <strong>de</strong> sus asientos, charlen durante<br />

ios tres actos <strong>de</strong>l problema conyugal<br />

<strong>de</strong> una pareja ausente. Y cuando<br />

el asunto haya sido expuesto y<br />

comentado, ios personajes que estaban<br />

<strong>de</strong> visita se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n, salen dos<br />

doncelíitas con los abrigos, se van y<br />

telón.<br />

No creo que esta limitación <strong>de</strong> las<br />

últimas obras <strong>de</strong> Benavente sea un<br />

síntoma <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia. Al revés. La<br />

limitación, eí teatro en voz baja y al<br />

oído, han sido siempre el i<strong>de</strong>al dramático<br />

<strong>de</strong> don Jacinto. En este sentido,<br />

Benavente es cada vez raás Benavente,<br />

corno Azorín es cada vez<br />

mas Azorín— y, por cierto, al servicio<br />

<strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al literario también aseético—<br />

o como Shakespeare,—aunque<br />

<strong>de</strong> otra manera— es más Shakespeare<br />

que nunca —y lo es para él— en<br />

La Tempestad.<br />

Naturalmente, El marido <strong>de</strong> bronce<br />

es. una obra particularmente indignante<br />

para Los jóvenes y en especial<br />

para los que pa<strong>de</strong>cen «ciara conciencia<br />

<strong>de</strong>l momento en que" vivimos».<br />

Por muchas razones: porque trata<br />

como problemas cosas que ya no se<br />

sienten como tales; porque se mueve<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un clima burgués <strong>de</strong> clase<br />

media que. aunque todavía existe,<br />

vive avergonzada <strong>de</strong> sí misma; por-<br />

ATENEO<br />

que no hay pobres, ni cristianos, ai<br />

angustiados, ni locos. Estamos a las<br />

puertas <strong>de</strong> un romanticismo <strong>de</strong> masas<br />

(o no, ¿quién sabe?), un romanticismo<br />

barroco, total y <strong>de</strong>lirante, y se prepara<br />

una verda<strong>de</strong>ra revolución. Es<br />

cierto, Benavente ya no convive con<br />

nosotros. Pero por eso mismo empieza<br />

a ser una curiosidad. Yo voy a ver<br />

sus obras con interés porque me pa~<br />

rece verda<strong>de</strong>ramente fascinador comprobar<br />

cómo una persona que vive<br />

ahora en <strong>Madrid</strong> pue<strong>de</strong> resultarme<br />

más lejana que Esquilo. Pera —como<br />

tengo por norma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi fundación—<br />

ahorro al que me lea todas las<br />

profundas, inútiles y fáciles disquisiciones<br />

sobre esta experiencia puramente<br />

personal.<br />

¡ALAFAYATE!<br />

En cambio, ¡qué entusiastas día*<br />

quisiciones filosóficas, qué golpes <strong>de</strong><br />

bombo merece Aífayate! •<br />

Aífayate, con bigote y hablando<br />

una mezcla <strong>de</strong> español, italiano y ca=<br />

talán, tal como aparece en JSl que<br />

manda eres tú, me sumerge en una<br />

antigua preocupación, nacida viendo<br />

a Somoza'y a Valeriano León. Es la<br />

siguiente:<br />

Veo y oigo ese teatro «inteligente y<br />

fino» —el <strong>de</strong> los teatros nacionales y<br />

loa <strong>de</strong> cámara— como envuelto en<br />

papel celofán. No me arrastra como<br />

<strong>de</strong>biera. Y no pue<strong>de</strong> ser culpa <strong>de</strong><br />

repertorio. Vamos, no oreo. Podría<br />

ser que a mí no rae gustara, o no<br />

sintiera, el gran teatro. Pero lo siento.<br />

No puedo leer a Lope sin cantar,<br />

bailar y dar saltos <strong>de</strong> alegría, Hamlet<br />

me produce insomnio y excitación,<br />

los griegos me obligan a abrir la ventana<br />

y quedarme mirando al cíelo <strong>de</strong><br />

la noche. Pero no rae arrebatan ni<br />

Lope, ni Shakespeare, ni los griegas<br />

cuando los veo representados en España.<br />

(Porque he visto en Londres a<br />

Laurence Olivier en Enrique V y volví<br />

al hotel corao un sonámbulo.) ¿Qué<br />

será?<br />

Creo que a las «altas» compañías<br />

españolas les falta furia» pasión, humanidad<br />

y «reaños*. Les falta a los<br />

actores meterse en el público, convivirlo;<br />

hacen un teatro <strong>de</strong> «cuadros<br />

plásticos» <strong>de</strong> colegio <strong>de</strong> niñas, muy<br />

finito, muy cuida-dito, muy contenidito.<br />

Comparados con eÜos, actores<br />

como Aifayate —digan lo que digan,<br />

aunque sean las mayores san<strong>de</strong>cesresultan<br />

verda<strong>de</strong>ros semidioses. Ad*<br />

mito que a Aífayate le falten virtu<strong>de</strong>s<br />

que llamaríamos enfrenad oras:<br />

<strong>de</strong>tallitos, pausas, finura j luminotecnia;<br />

pero, en cambio, posee —¡y<br />

muy gran<strong>de</strong>s!— las virtu<strong>de</strong>s dramáticas<br />

fundamentales, positivas y arrebatadoras:<br />

vis cómica, humanidad,<br />

<strong>de</strong>sparpajo y gracia fertilizante. Su<br />

teatro {porque los autores casi no<br />

cuentan) es el verda<strong>de</strong>ro y todo lo<br />

<strong>de</strong>más son adjetivos. Pensando en lo<br />

malas que son las obras que representa,<br />

yo le diría lo <strong>de</strong>l Cid: *Señor.<br />

qué buen vasallo si hubiera buen<br />

señor.»<br />

Uno <strong>de</strong> los espectáculos que España<br />

podría presentar —para dar el golpe—<br />

en el Festival Internacional <strong>de</strong>l Teatro,<br />

sería un esperpento <strong>de</strong> Valle<br />

Inclán. representado, entre otros, por<br />

Alfayate, Somoza y Valeriano León.<br />

Creo que iría , a . Venecia a verlo.<br />

Pero no nos atreveremos. Como<br />

siempre, el <strong>de</strong>fecto capital <strong>de</strong> nuestro<br />

mundo artístico es la falta <strong>de</strong> fantasía,<br />

<strong>de</strong> coraje y <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra alegría.<br />

Cosas ano triunfan aquí, porque vienen<br />

<strong>de</strong> París o <strong>de</strong> Italia, jamás hubieran<br />

podido estrenarse en <strong>Madrid</strong>.<br />

El Estado, a través <strong>de</strong> los teatros<br />

nacionales, ba conseguido mejorar el<br />

gusto <strong>de</strong> los espectadores en ío que se<br />

refiere al repertorio y a la puesta en<br />

escena. Ahora hace falta inveotar.<br />

sangre a todo eso. Hacen falta directotes<br />

y actores con furia, con pasión<br />

y hasta con un poco <strong>de</strong> loeura.<br />

Entretanto volvamos los ojos seriamente<br />

hacia actores como Alfayate.<br />

Todos: directores, actores y críticos.<br />

Pero más que ninguno los aurores.<br />

¡Hay que escribir teatro caliente!<br />

ATESTA


Gerardo Gomban<br />

GERARDO<br />

PREMIO SAMUEL ROS 1954<br />

£1 premio Samuel Ros, el más<br />

Importante que existe en España para<br />

obras <strong>de</strong> cámara, ha sido otorgado a<br />

Gerardo GUtmbau por so «Trio en fa<br />

sostenido». Doña Vicenta Sos <strong>de</strong><br />

Blaneo Soler, íaa generosa mecenas<br />

eomo inteligente aficionada a la buena<br />

música, instituyó este premio en memoria<br />

<strong>de</strong> su hermano, el notable escritor,<br />

cuyo nombre lleva el galardón,<br />

i[iii'. ni uim» »nti ru n •>. MI "Mimeron<br />

Xavier <strong>de</strong> Muiusaltuigu y tuiirado<br />

<strong>de</strong>l Campo.<br />

Gerardo Gombau logra en este trio<br />

superar una etapa <strong>de</strong> so obra —hasta<br />

ahora atenida, quizá en <strong>de</strong>masía, a<br />

modos y maneras poco <strong>de</strong> acuerdo<br />

con el momento— acertando a encontrar<br />

para ella un lenguaje propio y<br />

actual qtte, con el dominio <strong>de</strong> los<br />

medios expresivos y muy escasos y<br />

bien elaborados elementos, hacen sumamente<br />

atrayente su nuevo trabajo.<br />

Gombau nos habla brevemente ue<br />

lo que ha hecho y quiere hacer.<br />

El gran problema <strong>de</strong>l compositor<br />

está en escuchar eternamente la obra<br />

antes <strong>de</strong> oírla.<br />

La primera audición con frecuencia<br />

<strong>de</strong>para sorpresas, aunque éstas que<strong>de</strong>n<br />

superadas por la intención y el rango<br />

impreso o la i<strong>de</strong>a estética que impulsó<br />

la obra.<br />

Por imperativo racial es difícil sustraerse<br />

a la influencia <strong>de</strong> nuestras esen~<br />

cias vernáculas; pero Jo es más extraer<br />

<strong>de</strong> las foranáceás aquello que no esté<br />

en pugna con una honrada sinceridad<br />

artística, asimilarlo y convertirlo a<br />

nuestro credo.<br />

Aunar lo nacional con lo universal<br />

es lo que he intentado en mi «Trío en<br />

fa sostenido».<br />

Consi<strong>de</strong>ro el «andante* el más intencionado%<br />

y la obra, como él final <strong>de</strong> una<br />

etapa, <strong>de</strong> un período evolutivo y preparatorio<br />

a la gran labor que es el<br />

cuarteto <strong>de</strong> cuerda, la más excelsa ma~<br />

infestación <strong>de</strong> la música <strong>de</strong> cámara.<br />

CONTRAPUNTO<br />

PIANISTAS^—Varios f excelentes<br />

pianistas tiernas escachado estos<br />

días eo <strong>Madrid</strong>. Qe dios, Luis tíalve<br />

—probablemente el mejor concertista<br />

español en este instrumento-—<br />

merece una especial mención. Des<strong>de</strong><br />

la Versión límpida y- exacta que con<br />

la Orquesta Nacional nos dio <strong>de</strong><br />

Mozart hace anos meses, so había<br />

tocado en <strong>Madrid</strong>, don<strong>de</strong> los aficionados<br />

esperaban un recital. Este ha<br />

¡legado, pero con carácter <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida,<br />

ya que Galve vuelve a América,<br />

obligado por los compromisos que<br />

tiene allí contraídos. En esta ultima<br />

ocasión —un brillante concierto en<br />

el <strong>Ateneo</strong>— se nos mostré en la<br />

completa plenitud <strong>de</strong> su madurez a<br />

lo largo <strong>de</strong> un programa que comprendía<br />

todos los estilos.<br />

También en el <strong>Ateneo</strong> ha tocado<br />

Vera Franceschi, norteamericana <strong>de</strong><br />

origen italiano, que hizo gala <strong>de</strong><br />

dar» dicción y fina musicalidad.<br />

Como novedad, presenté unos esta-<br />

dios <strong>de</strong> V, Tbomson, <strong>de</strong> agradable e<br />

ingeniosa factura.<br />

Gerd Kaeraper es un joven alemán<br />

—veintitrés años— CUTO nombre<br />

pue<strong>de</strong> ser añadido a la lista qse<br />

hemos ido recogiendo en estas páginas,<br />

y que da sentido a la última generación.<br />

Esta nos liega con notas<br />

y caracteres bien <strong>de</strong>finidos: el honesto<br />

servicio a la partitura y su<br />

hondo entendimiento poético, siempre<br />

a través <strong>de</strong> valores estrictamente<br />

musicales, con una manera sobria<br />

en la interpretación que rehuye<br />

invariablemente toda cercanía a la<br />

vana y <strong>de</strong>scompuesta grandilocuencia.<br />

Si a esto añadimos una técnica<br />

escrupulosa y seriamente trabajada,<br />

tendremos todos los motivos <strong>de</strong> nuestro<br />

gozo ante esta justa forma <strong>de</strong><br />

acercarse a la música los mejores<br />

<strong>de</strong> los jóvenes. Entre ellos, Kaemper,<br />

discípulo <strong>de</strong> Gieseking —algún día<br />

será justo que nos ocupemos <strong>de</strong> los<br />

maestros que han hecho posible este<br />

renacimiento <strong>de</strong> la interpretación—,<br />

fiel a la mejor esencia germánica,<br />

ba acertado a encontrar y hacer<br />

patéate el nexo que une a los románticos<br />

con loa mo<strong>de</strong>rnos atonalistas.<br />

Con él, compren<strong>de</strong>mos claramente<br />

algo que sólo en teoría noi<br />

había sido dado saber: Sehoenberg<br />

y Alban Berg, como lógica, justa y<br />

hasta, bella consecuencia <strong>de</strong> Schuraan<br />

o Mabler*<br />

AÍBE T DONAIRE DEL SI-<br />

GLO XVI I/—En la segunda mitad<br />

<strong>de</strong>l siglo XVIII, nuestro <strong>de</strong>sgarro<br />

celtibérico, ha <strong>de</strong> verterse, por imperativo<br />

pslítíco, en mol<strong>de</strong>s oeoclasiefstfts<br />

franceses, £1 primer quiebro<br />

que a esta primera invasión gabacha<br />

se le 3b» a hacer sería aquella<br />

cu y Concierto<br />

C REEMOS<br />

1904-1954<br />

que entre los lectores<br />

<strong>de</strong> ATENEO, sobre todo entre<br />

los aficionados a la buena mú-<br />

sica, que <strong>de</strong>searían escucharla también<br />

en la iglesia, ha <strong>de</strong> encontrar feliz<br />

acogida y simpatía este comentario<br />

a las bodas <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> la Schola<br />

<strong>de</strong> Comillas, que tanto ha hecho para<br />

que sea buena nuestra música litúrgica.<br />

Su esfuerzo ha sido tan fecundo<br />

y su influjo tan amplio, que es<br />

muy difícil en pocas líneas —han <strong>de</strong><br />

ser pocas— encerrarlo y explicarlo.<br />

Baste, pues, como comentario un ligero<br />

esbozo <strong>de</strong> aspectos característicos<br />

<strong>de</strong> la Schola, con algunos nombres<br />

y hechos que los hagan reales y<br />

palpables.<br />

Des<strong>de</strong> el principio, en la Schola <strong>de</strong><br />

Comillas se partió <strong>de</strong>l convencimiento<br />

<strong>de</strong> que el respeto al culto religioso<br />

y a la sensibilidad musical <strong>de</strong> los<br />

fieles exige rechazar toda música inauténtica,<br />

tanto por falta <strong>de</strong> religiosidad<br />

litúrgica como por falta <strong>de</strong><br />

musicalidad. En tiempo <strong>de</strong>l Padre<br />

Otaño, creador <strong>de</strong> la Schola <strong>de</strong> Comillas,<br />

éste fue el principio que mas<br />

palpablemente se vivió. Eran años<br />

aún italianizantes los que vieron surgir<br />

estos viejos programas, que ahora<br />

hojeamos con interés, poblados <strong>de</strong><br />

nombres <strong>de</strong> "los poUfonistas clasicos<br />

y los compositores posteriores más<br />

serios. Indudablemente, la calidad <strong>de</strong><br />

Gerd Kaemper<br />

escandalosa y recortada verónica<br />

—la capa bien asida— brindada en<br />

honor <strong>de</strong> Esquiladle, Dea Francisco<br />

<strong>de</strong> Goya resultó ser el «toreador» <strong>de</strong><br />

más probada majeza. Quizá,, por eso,<br />

enten<strong>de</strong>mos hoy todo aquello como<br />

lo «goyesco».<br />

En este aire —aire fino <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>—<br />

las tonadillas —entre el clavecín<br />

rococó <strong>de</strong> Scarlattí y la ruda<br />

copla <strong>de</strong> la calle— vienen a ser<br />

nuestra música más representativa:<br />

en ellas la gracia <strong>de</strong>licada se hace<br />

salero chispeante; una sutil y <strong>de</strong>licada<br />

envoltura parece servir <strong>de</strong> ropaje<br />

a nuestras explosivas maneras.<br />

Tiene, pues, un enorme interés la<br />

reposición <strong>de</strong> estas obrítas que, junto<br />

a la pintura <strong>de</strong> Goya, son IOÍ<br />

mejores testigos <strong>de</strong> - aquella época.<br />

Lola Rodríguez <strong>de</strong> Aragón ba acertado<br />

también esta vez en el proyecto<br />

y en la realización que, para 1»<br />

cátedra Manuel <strong>de</strong> Falla <strong>de</strong> la Facultad<br />

<strong>de</strong> Filosofía y Letras, ba preparado<br />

con sus álumnas. Joaquín<br />

Rodrigo tuvo, pues, un <strong>de</strong>licioso apoyo<br />

para su» palabras ante Sos universitarios.<br />

!íl 1/ ' < •• ..<br />

la programación ha ido creciendo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, hasta lograr el matiz<br />

peculiar que en la actualidad imprime<br />

a la Schola el Padre José I. Prieto.<br />

No se trata ya solamente <strong>de</strong> que<br />

la música litúrgica sea una música<br />

<strong>de</strong> calidad: se intenta, a<strong>de</strong>más, que<br />

no sea algo distinto <strong>de</strong> lo que exige<br />

la sensibilidad actual, sino que nazca<br />

<strong>de</strong> ella y con elementos suyos. Se<br />

trata <strong>de</strong> que lleguen a la música litúrgica<br />

los hallazgos expresivos y armónicos<br />

<strong>de</strong> Sa música <strong>de</strong> concierto.<br />

Para eso ha incorporado a los programas<br />

las escuelas más recientes, y<br />

en la Semana Santa pue<strong>de</strong>n escucharse<br />

los estilos más diversos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

Joaquín Prés hasta Messiaen.<br />

Uno <strong>de</strong> los números más interesantes<br />

son las propias composiciones <strong>de</strong>l<br />

Padre Prieto, <strong>de</strong> proporciones orquestales,<br />

en las que se aprovechan<br />

para la traducción musical <strong>de</strong> los<br />

textos litúrgicos los últimos recursos<br />

armónicos, sin retroce<strong>de</strong>r ante Jos<br />

politonismos más duros al oído. La<br />

implantación <strong>de</strong> esta música ha supuesto<br />

un gran esfuerzo pedagógico<br />

para lograr que los cantores (téngase<br />

en cuenta que la r litad son niños)<br />

se compenetren con ella. Pero el éxito<br />

se ha conseguido. Por su interés<br />

musical, el Padre Prieto es consi<strong>de</strong>rado<br />

en España y en el extranjero,<br />

principalmente en Alemania, como<br />

uno <strong>de</strong> los músicos religiosos más interesantes<br />

<strong>de</strong> nuestros días, situado<br />

en una vanguardia segura y serena,<br />

en la que le acompaña la Schola.<br />

Una <strong>de</strong> las características más personales<br />

<strong>de</strong>l coro <strong>de</strong> Comillas es su<br />

estilo <strong>de</strong> interpretación, su manera.<br />

Sus interpretaciones se han hecho célebres,<br />

porque no sólo se cantan perfectamente,<br />

sino que se rezan. De ahí<br />

proviene el ímpetu y calor <strong>de</strong> sus intervenciones,<br />

discernióles fácilmente<br />

entre cualesquiera otras interpretaciones.<br />

Fue el creador <strong>de</strong> este estilo<br />

tí Padrs Otaño, y se ha conservado<br />

hasta hoy, en que el Padre Prieto logra<br />

expresiones verda<strong>de</strong>ramente emotivas.<br />

La satisfacción mayor <strong>de</strong> la Schola<br />

Cantorum en sus bodas <strong>de</strong> oro es no<br />

haber sido nunca torre <strong>de</strong> marfil, sino<br />

que ha estado siempre al servicio <strong>de</strong><br />

todos, incitando a la renovación musical.<br />

Con el P. Otaño y su revista<br />

Música Sacro Hispana, fue el motivo<br />

inmediato <strong>de</strong> la restauración musical<br />

litúrgica española: su nombre es<br />

proverbial cuando se trata <strong>de</strong> la restauración.<br />

Con el Padre Prieto sigue<br />

<strong>de</strong>cididamente este camino. El Padre<br />

Prieto, vicepresi<strong>de</strong>nte internacional<br />

<strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración Pueri Cantores, con<br />

se<strong>de</strong> en París, ha difundido por España<br />

esta ejemplar Fe<strong>de</strong>ración, y en la<br />

actualidad son más <strong>de</strong> doscientos los<br />

coros parroquiales españoles que reciben<br />

gratuitamente partituras selectas<br />

y orientaciones: su número uece<br />

rápidamente. Des<strong>de</strong> hace algún tiempo<br />

las Ediciones Schola Cantorum<br />

publican obras diversas y reparten el<br />

interesantísimo fondo musical <strong>de</strong> la<br />

casa Schwann alemana. Pero quizá<br />

<strong>de</strong> más valor que todo eso son los<br />

contactos personales con los numerosos<br />

amigos que pi<strong>de</strong>n consejo, brindando<br />

a la Schoia su confianza y simpatía.<br />

A todos ayuda la Schola en la<br />

medida <strong>de</strong> sus fuerzas, confiando en<br />

que pronto, mejorado el ambiente<br />

musical <strong>de</strong> cada español, se ha <strong>de</strong> elevar<br />

el nivel musical <strong>de</strong>l culto. Mientras<br />

tanto sus ciento sesenta voces<br />

cantan y rezan para que así sea.<br />

CARLOS ALONSO MONHEAL<br />

15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954


'•^OLEMOS ROLEMOS •dar<br />

coma razón do nuestras<br />

W inhibícioj ibíciones y nuestras actitu<strong>de</strong>s, re-<br />

*—' traídas o reservadas, la <strong>de</strong> que tememos<br />

al ridículo, la <strong>de</strong> que no queremos<br />

que se rían <strong>de</strong> nosotros los <strong>de</strong>más. Hay<br />

un estilo <strong>de</strong> conducta social, la <strong>de</strong>l tímido,<br />

la <strong>de</strong>l encogido, la <strong>de</strong>l acorado, que<br />

nun<strong>de</strong> sus raíces precisamente en el temor<br />

a que los <strong>de</strong>más se rían <strong>de</strong> él. Y.<br />

pensando en ello, el tímido, el retraído,<br />

se autoinducen y aumenta su azoramien-<br />

-Ú y su timi<strong>de</strong>z en un circuito que sube<br />

por momentos <strong>de</strong> voltaje. No se confunda<br />

el tímido con el melancólico, el triste<br />

o el resentido, que no so apartan por temor<br />

al ridículo, sino por inapetencia <strong>de</strong><br />

vida social o por 1 odio. Eí tímido es social<br />

y añora la vida social cuando está<br />

lejos <strong>de</strong> ella; pero teme a! ridículo. Tampoco<br />

<strong>de</strong>bemos confundir al tímido con ei<br />

pudor <strong>de</strong> ¡a mujer y su manifestación m •<br />

gánifa más visible: el rubor. La muje:<br />

pudorosa se ruboriza; el tímido se azor;!,<br />

se pone nervioso. Por otra parte, no lodo<br />

el que percibe io ridiculo en los <strong>de</strong>más<br />

se ríe. Hay quien ve lo ridículo ajeno<br />

y se irrita, y hay .quien io ve y se compa<strong>de</strong>ce<br />

o se pone melancólico y meditativo,<br />

y hay quien se sonrío nada más.<br />

¿Hay. pues, ridículo hasta cuando c-l sujeto<br />

ridiculizante no hace reír?<br />

¿Quién hace el ridiculo? Hay quien<br />

quiere exhibirse ante ¡os <strong>de</strong>más, y, pavoneándose,<br />

provoca la admiración y el pasmo.<br />

Pero como resulta que hay mucha<br />

distancia entre lo que se propone esa persona<br />

y su <strong>de</strong>smedrada realidad, entre lo<br />

que os y lo que quiere parecer, brota el<br />

ridículo. Cuanto mayor soa la distancia<br />

entre lo buscado y lo quo pue<strong>de</strong> conseguir,<br />

según los medios empleados; cuanto<br />

más <strong>de</strong>sproporcionados o disparatados<br />

sean los medios con que cuenta para conseguir<br />

el resultado, más intenso es el ridículo<br />

que se produce. Es ridículo el anciano<br />

que corteja a una muchacha, y el<br />

orador ampuloso que no dice más que<br />

vacieda<strong>de</strong>s, y el poeta que se cree inspirado<br />

por Ja gracia poética y es vulgar y<br />

mimélko. Y es ridículo Tartarín <strong>de</strong> Tarascón<br />

cargado <strong>de</strong> pertrechos venatorios<br />

para cazar a un mínimo pajarillo. Pero<br />

también para hacer eJ ridiculo, para hacer<br />

reír, hay que contar con ios <strong>de</strong>más,<br />

hay que reflejarse socialmente en alguien<br />

que se ría o se sonría y sub-ría.<br />

Pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r que, a pesar <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>saprobación<br />

<strong>de</strong> medios a fines, sea tanta<br />

la sinceridad y tanto el entusiasmo por<br />

¡a empresa y tanto el i<strong>de</strong>a! buscado al<br />

filtrar en la situación ridicula., quo más<br />

que la risa brote la sonriza, un reír transido<br />

do ternura y compasión. Tal os el caso<br />

<strong>de</strong> Don Quijote, que, con una celada <strong>de</strong><br />

cartón y un yelmo que es bacía <strong>de</strong> barbero,<br />

sale a escribir la más gran<strong>de</strong> epopeya<br />

y a Instaurar la justicia sobre la<br />

Tierra... El que encuentra ridículo a Don<br />

Quijote y se ríe <strong>de</strong> él a carcajadas está<br />

Ifimbién haciendo el ridiculo e inspirando<br />

alguna compasión, por eso <strong>de</strong> que el ridiculo<br />

os biselado, <strong>de</strong> doble signo... Cuando<br />

vemos a Don Quijote salir <strong>de</strong> Ja al<strong>de</strong>a,<br />

al amanecer, hilvanando razones y propósitos<br />

grandiosos, una onda <strong>de</strong> ternura se<br />

nos dispara <strong>de</strong>l corazón hacia él. No experimentamos<br />

entonces jovialmente su ridículo,<br />

sino la compasión crecida por el<br />

hombre bueno, <strong>de</strong>smesurado, generoso y<br />

hondo. Sólo los tontos y los superficiales<br />

pue<strong>de</strong>n verle ridículo, y son ellos ios que<br />

se ríen, los vainas y los turulatos, por no<br />

saber calar tanta generosidad humana<br />

ni catar tanta gran<strong>de</strong>za inocente. En ese<br />

caso, los ridículos son precisamente los<br />

que se ríen viendo ridiculo lo que no<br />

lo es.<br />

Asi también ocurre en la vida social.<br />

Muchas veces hemos do tener la valentía<br />

<strong>de</strong> saber afrontar el ridiculo para los que<br />

se ríen <strong>de</strong> todo, porque no pue<strong>de</strong>n ni saben<br />

hacer otra cosa. Y por r.o saber otra cosa,<br />

lo mismo ven ridículo al hombre extraordinario<br />

que al maja<strong>de</strong>ro que disparata<br />

con sus proyectos y sus imaginaciones.<br />

Sólo toman en serio al hombre mediocre<br />

que representan a mediocres como<br />

ellos mismos. Hay quien hace ol ridículo<br />

porque los bobos y los tontainas son inca-<br />

ATENEO<br />

paces <strong>de</strong> ver la hondura y la riqueza humana<br />

<strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> altura. Precisamente<br />

son los memos y casquivacíos los<br />

que toman con rechifla los gestos más<br />

nobles y las empresas más hondas y ricas.<br />

Y entonces <strong>de</strong>bemos pensar que el<br />

que no es capaz <strong>de</strong> afrontar el ridículo<br />

ante los mediocres y los necios es quo es<br />

también necio o mediocre. Son los mediocres<br />

y los tontilocuelos, los maja<strong>de</strong>ros y<br />

vacíos <strong>de</strong> corazón y <strong>de</strong> cabeza, lo¿ que<br />

se ríen <strong>de</strong> Don Quijote, como se ríen <strong>de</strong>l<br />

sabio y <strong>de</strong>l santo, como se rieron <strong>de</strong> Colón<br />

el visionario o <strong>de</strong> Pablo el vi<strong>de</strong>nte<br />

con calentura. Los tontos y los señoritos<br />

adocenados son los que se ríen <strong>de</strong> los<br />

Apóstoles y los que apedrean entre car-<br />

cajadas a Francisco <strong>de</strong> Asís, que predicaba<br />

la Santa Pobreza. Fueron los tontos o<br />

los malvados los que vieron ridículo a<br />

Jesús y le pusieron el epígrafe <strong>de</strong> ridículo<br />

: I. N. R. I.<br />

¡Ay <strong>de</strong> los que no saben hacer y afrontar<br />

alguna vez el ridículo ante la plebe,<br />

ante la muchedumbre <strong>de</strong> tontos y <strong>de</strong> maja<strong>de</strong>ros,<br />

aunque sean sabios como los escribas<br />

y ostenten cátedras y se empinen<br />

y ahuequen para dictaminar!<br />

Unamuno <strong>de</strong>cía: "Hay un terrible ridiculo,<br />

y es el ridículo ante sí mismo y<br />

para consigo..." Y para fortificarse contra<br />

el ridículo ante los <strong>de</strong>más, y para no hacer<br />

el ridículo ante sí mismo, se acogía<br />

al hombre bueno y gran<strong>de</strong> que nunca hi-<br />

zo el ridículo, a Don Quijote: "Esta es<br />

mi filosofía <strong>de</strong>l sentimiento como <strong>de</strong> la<br />

vida: gozar <strong>de</strong> sentirse ridículo. Pues es<br />

divino placer reirme yo <strong>de</strong> los que <strong>de</strong> mi<br />

se ríen."<br />

PUDOR, COQUETERÍA Y RIDICULO. -<br />

El sentimiento <strong>de</strong> ridículo es complicadillo.<br />

El sujeto se siente mínimamente agredido;<br />

pero agredido <strong>de</strong> algún modo por<br />

los <strong>de</strong>más. Y no por culpa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más,<br />

sino <strong>de</strong> si mismo. Temer el ridículo no es<br />

temer un ataque contra nosotros sí no tememos<br />

que en vez <strong>de</strong> atacarnos se nos<br />

rían. Por eso, en el que se siente risible<br />

hay un vago apunte o conato <strong>de</strong> contraatacar;<br />

pero como no hay claro ataque<br />

a que respon<strong>de</strong>r, el apunte, el conato cíe<br />

respuesta, no pasa <strong>de</strong> un impulso que nace<br />

muerto. Por eso, el ridiculizado consciente<br />

<strong>de</strong> su ridículo, se muestra torpe<br />

<strong>de</strong> movimientos, con ten<strong>de</strong>ncia a "quedarse<br />

parado"; pero a la vez esa ten<strong>de</strong>ncia<br />

no triunfa <strong>de</strong>l todo en él, y el ridiculizado<br />

se pone nervioso, se azora, creciendo el<br />

azoramiento, con la conciencia <strong>de</strong> la burla<br />

o risa que provoca y <strong>de</strong> la inhabilidad<br />

propia para una respuesta a<strong>de</strong>cuada que<br />

recomponga y normalice la situación hasta<br />

extirparle su ridiculez. Se da, pues, una<br />

mezcla <strong>de</strong> "reflejo <strong>de</strong> inmovilización" y<br />

<strong>de</strong> terremoto <strong>de</strong> gestos o "tempestad <strong>de</strong><br />

movimientos", todo lo cual respon<strong>de</strong> a<br />

sentimientos primarios, como son la voluntad<br />

<strong>de</strong> entrega y sacrificio, oriundos<br />

<strong>de</strong>l principio femenino, y la voluntad <strong>de</strong><br />

ataque y <strong>de</strong> protesta originado <strong>de</strong> lo varonil.<br />

Ni el hombre que se dice totalmente<br />

seguro <strong>de</strong> si, ni el niña, ni el hombre<br />

radicalmente ingenuo sienten el ridículo.<br />

Pero hay formas matizadas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el que<br />

tropieza con todo y tartamu<strong>de</strong>a en continuo<br />

sentimiento <strong>de</strong> ridículo, hasta el que<br />

se inmoviliza sin sabor qué hacer, qué<br />

pensar ni qué <strong>de</strong>cir. De una parte, ten<strong>de</strong>ncia<br />

a ia protesta; <strong>de</strong> otra, una actitud<br />

ofertiva <strong>de</strong> in<strong>de</strong>fensión. Y ahí colinda<br />

con el pudor.<br />

Porque el pudor es también un acor<strong>de</strong><br />

sentimental, en el que suenan a la vez<br />

la entrega y la protesta, la doble anhelación<br />

<strong>de</strong> sacrificarse y <strong>de</strong> resistir. En el<br />

pudor hay un vago y oscuro afán <strong>de</strong> protesta,<br />

y contra lo que se cree, no es un<br />

sentimiento pura y genuinamente femenino,<br />

en el sentido <strong>de</strong> que sólo florezca en<br />

las femenida<strong>de</strong>s absolutas, suponiendo que<br />

tales femenida<strong>de</strong>s se dieran en la realidad.<br />

Pero precisamente el hecho <strong>de</strong> que<br />

las femenida<strong>de</strong>s absolutas no se dan en<br />

la vida humana, y hay, sin embargo, seres<br />

muy pudorosos, nos está indicando que<br />

no es precisamente en lo femenino absoluto<br />

don<strong>de</strong> germina y brota el pudor.<br />

Ninguna honda y completa femineidad, si<br />

se produjera en términos absolutos, senliria<br />

pudor, sino que se entregaría al varón<br />

con todas las inocencias. Ese aflujo y<br />

aventamiento <strong>de</strong> toda la sangre agolpándose<br />

en el rostro, con un vago temblor<br />

<strong>de</strong> todo el sistema orgánico, y ese bajar<br />

iento <strong>de</strong> los párpados para encerrarse<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí misma, y ese inmovilizarse<br />

en actitud <strong>de</strong> ser sorprendida (subprenilida),<br />

indica que haya sentimientos e impulsiones<br />

mixtas, que <strong>de</strong> una parte se está<br />

ofreciendo el sacrificio y <strong>de</strong> otra se<br />

está rehuyendo. La mujer percibe sus<br />

sentimientos <strong>de</strong> pudor como un oleaje levantado<br />

en ella por sentimientos encontrados.<br />

Por eso ese sentimiento doble se<br />

da también en el niño, aunque no en forma<br />

<strong>de</strong> pudor, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> sentimiento<br />

equívoco, <strong>de</strong> actitud sexual, sino que el<br />

niño lo experimenta como vergüenza, como<br />

afán <strong>de</strong> confiarse y <strong>de</strong> rehuirse con<br />

temor. La vergüenza está más cerca <strong>de</strong>l<br />

respeto que <strong>de</strong>l pudor.<br />

Pero tampoco confundamos el pudor,<br />

la actitud pudorosa, con la coquetería;<br />

también en la coqueta hay un doble juego<br />

<strong>de</strong> darse y rehuirse, <strong>de</strong> ofrecerse y negarse;<br />

pero mientras en el pudor se respon<strong>de</strong><br />

así, con ambivalencia <strong>de</strong> sentimientos<br />

e impulsos a un posible o real<br />

ataque <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong>l sexo masculino,<br />

en la coquetería es la coqueta quien toma<br />

la iniciativa y la actitud <strong>de</strong> agresión<br />

contra el sexo contrario, que es, en efecto,<br />

percibido como "contrario", como enemigo.<br />

Y es al sexo enemigo al que la coqueta<br />

dispara sus coqueterías. Por eso la<br />

mujer coqueta nos parece siempre algo<br />

intersexual y agresiva.<br />

Del mismo modo, el sentimiento <strong>de</strong>l ridículo<br />

es una respuesta ambigua. Si ninguna<br />

feminidad completa siente pudor<br />

(aunque no se da nunca, repito, plena y<br />

completa feminidad en la vida real), también<br />

hemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que ninguna mujer<br />

<strong>de</strong> riquísima femineidad experimental el<br />

sentimiento <strong>de</strong>í ridiculo. Y tampoco la experimenta<br />

ningún varóB claro y <strong>de</strong>cisivo.<br />

El sentimiento <strong>de</strong>l ridiculo nace <strong>de</strong> la<br />

(Pasa a la pág. siguiente.)


(Viene <strong>de</strong> la pág. anterior.)<br />

ambigüedad interior, <strong>de</strong> la escasa confianza<br />

en si mismo, y <strong>de</strong> vivir continuamente<br />

haciendo recaer sobre la propia imagen<br />

sospechas y recelos críticos.<br />

Pero Ja gran femineidad es toda inocencias<br />

y se ignora suficientemente a sí<br />

misma para po<strong>de</strong>r autocritiearse. Por su<br />

parte, la gran varonía tampoco se critica<br />

o pone en cuestión a sí misma, no<br />

por inocencia, sino porque es y se siente<br />

fuerza ciega y se basta lo suficiente para<br />

tener confianza en sí. Recordamos que<br />

un lema universal <strong>de</strong> toda actitud masculina,<br />

es "la confianza en sí mismo".<br />

Quien os inocente con toda inocencia,<br />

quien tiene plena confianza en sí mismo,<br />

no viven la noción <strong>de</strong>l ridículo. En cambio,<br />

el azoramiento, el sentimiento <strong>de</strong> ser<br />

risible (por torpe, por feo, por incapaz, tít -<br />

eétera), es propio <strong>de</strong> varones y mujeres<br />

fuertemente heridos <strong>de</strong>l otro sexo. El que<br />

se siente continuamente en ridículo se<br />

resiente; es que el sentimiento se le está<br />

volviendo resentimiento, pero para llegar<br />

al resentimiento no faltan impulsos agresivos.<br />

LO RIDICULO Y EL SKNTIDO.- Ridículo<br />

quiere <strong>de</strong>cir lo que es risible, lo<br />

que hace reír, <strong>de</strong>spertando, en ios <strong>de</strong>más,<br />

un afán <strong>de</strong> chistes, <strong>de</strong> sátiras y sarcasmos,<br />

es <strong>de</strong>cir, avivando en los otros el<br />

impulso <strong>de</strong> agresión verbai, que es ajeno<br />

a la marca <strong>de</strong>l sentimiento <strong>de</strong> ridículo<br />

Ique se viste como la vergüenza y se<br />

<strong>de</strong>snuda como el pudor), y se manifiesta<br />

en perplejida<strong>de</strong>s y en ios terremotos <strong>de</strong>l<br />

azoramiento y la nerviosidad incontroladas.<br />

El que se siente ridículo, se siente<br />

débil, in<strong>de</strong>ciso, sofocado, impotente para<br />

dominar la situación, y teme que la agresión<br />

ajena se producirá en forma <strong>de</strong> risas,<br />

pullas y frases, a la vista <strong>de</strong> su inferioridad<br />

ridicula.<br />

Todo lo que es ridiculo — ritU-culus — ,<br />

Jo es porque hace reír, pero hay cosas<br />

que hacen reír y no son ridiculas: por<br />

ejemplo, el sentirse feliz. A<strong>de</strong>más hay que<br />

<strong>de</strong>terminar qué es lo que hace reír a los<br />

hombres, cosa que bien ahondada supone<br />

toda una teoría filosófico-antropológira,<br />

no ya <strong>de</strong> la risa, sino <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong><br />

todo lo cómico, que es un fenómeno específicamente<br />

humano. Pero, a<strong>de</strong>más, lo<br />

ridiculo, lo risible y cómico no están ahi<br />

en las cosas, como está el color, la dureza<br />

o la presencia física <strong>de</strong> ellas, pues<br />

si así fuera no sólo habría unánime consenso<br />

humano sobre lo que es risible y<br />

¡o que no lo es, sino que hasta los animales<br />

percibirían y hasta experimentarían<br />

lo risible, riéndose, quizá, hasta <strong>de</strong>l<br />

hombre, que es, en efecto, el ser que más<br />

hace reír; pero los animales no se ríen<br />

ni se percatan <strong>de</strong>l lado ridiculo <strong>de</strong>l hombre,<br />

quizá afortunadamente para el hombre.<br />

Mas los hombres sí se encuentran<br />

con mucha frecuencia y reciprocamente<br />

ridículos, se ríen muchas veces unos <strong>de</strong><br />

otros con razones y sin ellas, y más sin<br />

razón que con razones, pues es justamente<br />

el hombre poco racional, no razonable, el<br />

que es tonto y mentecato, el que más se<br />

ríe <strong>de</strong> ios <strong>de</strong>más. Y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro lado,<br />

el <strong>de</strong>spropósito, el disparate y la sinrazón<br />

lo que a torios nos hace reír. La risa<br />

(cuando no es sonrisa <strong>de</strong> bienaventurado,<br />

cuando es risa <strong>de</strong> plenitud <strong>de</strong> sí<br />

mismo y no <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más),<br />

la risa, digo, siempre envuelve,<br />

por mínimo que sea, algún modo <strong>de</strong> hostilidad.<br />

Hay un reír a. otro para alegrarle,<br />

halagarle, satisfacerle, con risa o sonrisa<br />

que brotan, en el riente, <strong>de</strong>l sentimiento<br />

<strong>de</strong>l gozo <strong>de</strong> sí mismo. Así ocurre<br />

L'on la madre que ríe o sonríe ai hijo, o<br />

la mujer al amado, o el santo en éxtasis<br />

ÍÍ Dios. Pero hay también un reírse <strong>de</strong><br />

otro que es ya una forma indirecta <strong>de</strong><br />

igresión, <strong>de</strong> menosprecio, <strong>de</strong> <strong>de</strong>svaloración<br />

y rebaja, como ocurre en ta risa <strong>de</strong>spectiva<br />

y en la carcajada sarcástica; o<br />

bien hay quien se ríe <strong>de</strong> otro por verle<br />

inferior y <strong>de</strong> conducta <strong>de</strong>sacertada y es-<br />

.•asamente raciona!, como ocurre con la<br />

risa que nos producen los tontos, los<br />

zafios y los payasos. En fin <strong>de</strong> cuentas,<br />

la inferioridad que le encontramos es lo<br />

que nos hace reír.<br />

Pero en todo caso, el que se ríe abre<br />

las espitas <strong>de</strong> la alegría, que es signo <strong>de</strong><br />

vitalidad. La vida, en plenitud <strong>de</strong> bienestar,<br />

se abre en iluminación <strong>de</strong> risa. La<br />

vida en sí no es grave ni taciturna, sino<br />

espumosa y <strong>de</strong>sbordante como el champaña.<br />

En cambio, la razón, el mundo intelectual<br />

es grave: el gran racionalista no<br />

se ríe; pero no se trata <strong>de</strong> la ya vieja<br />

cuestión <strong>de</strong> que la razón y la vida se<br />

contrapongan, sino <strong>de</strong> que el hombre, como<br />

el espíritu, tiene dos sexos o vertientes,<br />

y uno <strong>de</strong> ellos, el principio mágico,<br />

tien<strong>de</strong> a la risa, mientras el otro, el principio<br />

lógico, tien<strong>de</strong> al ataque. Y como los<br />

principios se dan interferidos en el hombre,<br />

surgen los grados y matices <strong>de</strong> lo<br />

risible y ridículo, en que ¡a risa y la sonrisa<br />

se tornasolan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo inocente hasta<br />

lo francamente agresivo. La vaporosidad,<br />

la ligereza son profundamente femeninas,<br />

porque lo femenino es ingrato y,<br />

aleteante, tien<strong>de</strong> al sobreestar y al vuelo,<br />

como tien<strong>de</strong> a la risa. Una mujer sin<br />

risa es mujer disminuida <strong>de</strong> femineidad, y<br />

.se <strong>de</strong>smiente como tal. Un varón riente,<br />

sin gravedad, es, como varón, un <strong>de</strong>caído,<br />

un frivolo, y la frivolidad es ei modo<br />

<strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong>i ser femenino.<br />

El principio lógico y el principio mágico<br />

en el hombre matrimonian y constituyen<br />

unidad cuando el hombre está bien<br />

integrado en armonía y unanimidad interior.<br />

Pero distinguir como principio no es<br />

separar como realida<strong>de</strong>s. Y por eso cabe<br />

<strong>de</strong>cir que el principio lógico representa la<br />

severidad y la seriedad y el principio mágico<br />

significa el sentido <strong>de</strong> la risa. Y como<br />

lo que <strong>de</strong>spierta la risa es ciertamente<br />

lo ridiculo, hay que señalar qué es lo<br />

que la <strong>de</strong>spierta en cada uno <strong>de</strong> los tiempos<br />

humanos.<br />

Digamos, por <strong>de</strong> pronto, que <strong>de</strong>spierta la<br />

risa aquello que carece <strong>de</strong> sentido, pero<br />

digamos también que si carece totalmente<br />

<strong>de</strong> sentido no hay risibilidad. Es ridiculo<br />

que, habiendo algo que no tiene<br />

en realidad sentido, se obtiene en parecer<br />

que sí lo tiene. Lo inteligible y racional<br />

nunca es ridículo. Lo ridiculo empieza en<br />

lo que se viste <strong>de</strong> racional y resulta <strong>de</strong><br />

pronto que no lo es. Ese "<strong>de</strong> pronto" es<br />

dato <strong>de</strong> gran valía para que brote la risa,<br />

a la vista <strong>de</strong>l lado frustrado o ridículo.<br />

Lo que se "ve venir" amortigua el chiste;<br />

lo que se sospecha y antesabe disminuye<br />

la risibilidad. Y es que la razón mata<br />

la risa, que es, sobre todo, espontaneidad.<br />

Lo que no tiene sentido y preten<strong>de</strong> tenerlo<br />

resulta ridiculo, aunque no alumbre<br />

risas, porque quien ¡o percibe no tenga<br />

riqueza bastante para reír. Todo lo que<br />

pertenece al mundo mágico, como el<br />

amor, la ceremonia religiosa, el mundo<br />

<strong>de</strong> lo poético, resulta ridiculo a una consi<strong>de</strong>ración<br />

meramente lógica, aunque no<br />

se ría el que consi<strong>de</strong>ra y se limite a un<br />

comentario crítico. Para el que analiza y<br />

razona todo, nada hay digno y respetable<br />

en el mundo <strong>de</strong> lo mágico, antes bien,<br />

todo ello le parece bufo y <strong>de</strong> ficción, aunque<br />

no precisamente risible, porque el<br />

hombre extremadamente lógico, el gran<br />

racionalista, tiene secas las fuentes <strong>de</strong> la<br />

risa; en cambio, para el hombre <strong>de</strong> rico<br />

pensamiento mágico, todo lo perteneciente<br />

al mundo lógico, le parece, sí, serio y solemne,<br />

pero, por eso mismo, porque le parece<br />

que hay <strong>de</strong>sproporción entre tanta<br />

seriedad como se busca y la parvedad <strong>de</strong><br />

lo que se logra, surge lo risible. Para el<br />

poeta lírico, como para la mujer en general<br />

y para el creyente, pasarse horas<br />

ante una pizarra, haciendo números y garabatos<br />

raros, es cosa <strong>de</strong> maniáticos y tocados,<br />

suficiente para mover la risa y la<br />

burla. Y no se atribuye esa risibilidad o<br />

ridiculez a que el hombre mágico se haya<br />

situado ante algo que le es ininteligible,<br />

pues más bien el hombre mágico ama<br />

y gusta lo que no pue<strong>de</strong> ser comprendido<br />

y <strong>de</strong>scifrado. Garabatos análogos a los<br />

<strong>de</strong>l matemático los halla en el astrólogo<br />

y el alquimista, y no le san ridículos, sino<br />

más bien encantadores, agra<strong>de</strong>ciéndoles<br />

el encantamiento. Precisamente lo misterioso<br />

y esotérico le parece al hombre mágico<br />

lo más inteligible y digno <strong>de</strong>l hombre.<br />

Así, el creyente <strong>de</strong> mucha hondura<br />

halla más inteligibilidad en un mundo<br />

creado misteriosamente que en la teoría<br />

científica más completa.<br />

Por eso, repito, que todo lo que no tiene<br />

sentido resulta ridículo. Pero "tener<br />

sentido" no es ser inteligible, si por inteligible<br />

se entien<strong>de</strong> ser racional; "tener<br />

sentido" una cosa para mí, significa que<br />

esa cosa tiene mi sentido, e! sentido <strong>de</strong><br />

mi vida. Y lo que entra en mi vida y se<br />

impregna <strong>de</strong> mi sentido no es ridiculo<br />

para mi. Es ridicula la matemática y la<br />

filosofía silogística y racionalista para<br />

el hombre mágico, porque no entra en el<br />

sentido <strong>de</strong> su vida. Y son ridiculas la poesía,<br />

la música, y el amor y la ceremonia<br />

religiosa para el hombre arehüógico, rumiante<br />

que todo lo teorematiza, y cree<br />

que probar no es catar, ni siquiera mostrar,<br />

sin <strong>de</strong>-mostrar, porque otra cosa no<br />

tiene sentido para él. Y así resulta reduplicadamente<br />

cómica aquella preguntita<br />

<strong>de</strong>l sabio matemático que acaba <strong>de</strong> escuchar<br />

la Quinta Sinfonía <strong>de</strong> Beethoven;<br />

"Bien, ¿pero qué «os ha <strong>de</strong>mostrado el<br />

músico con ello?<br />

Saber -lo que <strong>de</strong>be ser el saber"con<br />

plenitud y hondura, no el saber cortical<br />

y roedor— es un hambre universal <strong>de</strong><br />

hallar sentido a las cosas, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> incorporar<br />

tosas a nuestro sentido. Saber<br />

para hallar sabor. Por eso el sabio no es<br />

el que más cosas sabe, sino que las sabe<br />

con más hondura, porque las impregna<br />

<strong>de</strong>l profundo sentido <strong>de</strong> su vida. El erudito<br />

verda<strong>de</strong>ro, el atascado <strong>de</strong> vocablos,<br />

Fechas, datos, números, sin llegar a una<br />

síntesis viva, no es un sabio. Y por eso<br />

el sabio no se ríe, aunque encuentre muchas<br />

cosas banales, frivolas, elevadas a<br />

trascen<strong>de</strong>ntales, y cosas, frases, sin valorar<br />

<strong>de</strong>bidamente por los hombres. Si sé<br />

diera un hjrnbre que a todas las cosas<br />

les encontrara su sentido, es <strong>de</strong>cir, un<br />

hombre que impregnara todas las cosas<br />

<strong>de</strong>l profundo sentido <strong>de</strong> su ser, ese hombre,<br />

nada encontraría ridículo y <strong>de</strong> nada<br />

se reiría. Por eso Dios no se ríe, aunque<br />

quizá sonría paternalmente muchas veces<br />

ante las ridiculeces <strong>de</strong> los hombres.<br />

, ¡ ON Francisco Maldonado <strong>de</strong><br />

Guevara ha publicado un libro<br />

titulado «Cinco salvaciones».<br />

Estas salvaciones parece que equivalen<br />

a lo que se viene <strong>de</strong>nominando<br />

«ensayos» en el ámbito<br />

científico - filosófico - literario d e<br />

hoy. i'ara justificar esta posible<br />

equivalencia entre «ensayos» y<br />

«salvaciones», el señor Maídonado<br />

se echa a la busca <strong>de</strong> prolijas<br />

razones <strong>de</strong> no muy vigorosa conexión<br />

con el tema y nos habla <strong>de</strong><br />

muchísimas cosas: <strong>de</strong> los verbos<br />

latinos «salvare», «salvere» y «salutare»,<br />

y <strong>de</strong> lo que es salvación<br />

CABA<br />

personal y lo que es peligro, <strong>de</strong><br />

la técnica y <strong>de</strong> la industria, <strong>de</strong>l<br />

humanismo que es «restauratio»<br />

y <strong>de</strong>l barroco que es «reformativo»,<br />

aunque <strong>de</strong> una «reforma catóiica<br />

con sentido opuesto a la protestante».<br />

Empieza el libro con un llamado «Prólogo en la salvación», en e!<br />

que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> aquellas CGSUW a que acabo <strong>de</strong> aludir, echa por <strong>de</strong>lante<br />

que trata <strong>de</strong> ceñirse con toda ortodoxia al concepto <strong>de</strong> «ensayo», según<br />

lo l»a dado Ortega, esto es, como «la ciencia menos la prueba explícita»,<br />

<strong>de</strong>finición que a mí me parece bastante <strong>de</strong>safortunada. Con ese concepto<br />

<strong>de</strong> «ensayo» quiere emparejar el (le «salvación», que, según el señor Maldonado,<br />

es «una operosa y lograda parición». Pero <strong>de</strong>sconcierta un poquito<br />

cuando reconoce que «Ortega, en 1914, no propugna <strong>de</strong> ninguna manera<br />

el < r ensayo», sino <strong>de</strong> modo muy explícito la salvación». «La salvación<br />

que presupone la consumación <strong>de</strong>l riesgo, <strong>de</strong>i peligro, <strong>de</strong>l ensayo.<br />

Y en esto estriba la originalidad <strong>de</strong> Ortega. Quiere salvaciones.» «El<br />

ensayo e« pura él otra cosa.» Y, sin embargo, aduce el texto orteguiano<br />

<strong>de</strong> 191'V, en que dice: «Son (los ensayos) lo que un humanista <strong>de</strong>l siglo<br />

XV11 hubiera <strong>de</strong>nominado salvaciones. Se busca en ellos lo siguiente:<br />

dado un hecho (un hombre, un libro, un cuadro, un paisaje, un error,<br />

un. dolor), elevarlo por el camino más corto a la plenitud <strong>de</strong> su significado.»<br />

«Colocar las materias <strong>de</strong> todo or<strong>de</strong>n que la vida, en su resaca<br />

perenne, arroja a nuestros pies, como restos inhábiles <strong>de</strong> un naufragio,<br />

en postura tal, que dé en ellas el sol innumerables reverberaciones.» «Lo<br />

Importante es que el tema sea puesto en relación inmediata con las<br />

corrientes elementales <strong>de</strong>l espíritu, con los motivos clásico!' <strong>de</strong> la humana<br />

preocupación. Una vez entretejidos con ellos queda transformado, trasiistanciado,<br />

salvado.» En Ortega se ve muy clara la i<strong>de</strong>a; pero en el<br />

señor Maldonado <strong>de</strong> Guevara, no. La oscurece con sus distingos, sus<br />

digresiones y sus filologías. No sabe si el ensayo es o no lo mismo que<br />

lan salvaciones, porque no sabe qué <strong>de</strong>cir «<strong>de</strong> la naturaleza poco <strong>de</strong>terminad.-!<br />

<strong>de</strong>l ensayo. El cual sólo admite y exige la responsabilidad moral,<br />

y ito aquellas otras <strong>de</strong> que en realidad el ensayista carece, por lo que<br />

se llama a un fuero <strong>de</strong> la libertad artística, que viene a ser como un<br />

asilo para los incapaces <strong>de</strong> «configuración» (gestaltización) artística ><br />

pensamental» (pág. 261). Tampoco sabe a qué quedarse con el concepto<br />

<strong>de</strong> «salvación» en Nietzsche y en Ortega.<br />

El lector ha <strong>de</strong> permitirme que yo también «ensaye», que no dé «la<br />

prueba explícita» <strong>de</strong> mis asertos. No tengo espacio y me quedo con las<br />

ganas. Se trata <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> salvaciones con cinco ensayos sobre Fray<br />

Luis <strong>de</strong> León, Gradan, Saavedra Fajardo, Don Juan y sobre Don Quijote<br />

y Fausto, en los que, a vuelta <strong>de</strong> divagaciones, digresiones y vagabun<strong>de</strong>os<br />

verbales, no se dice nada o casi nada <strong>de</strong> interés. Un libro con<br />

«Cinco salvaciones», en que el autor, por mucho que ensaya, y reitera, y<br />

rebusca, no se salva. Es un libro abstruso (oscuro o escondido), difuso<br />

(vago, <strong>de</strong>rramado o disuelto), profuso (frondoso) y confuso (liado y<br />

revuelto con sus propias i<strong>de</strong>as y palabras). ¡Cuántas notas eruditas traídas<br />

a gavilla, mal configurada por la cintura! ¡Cuánto saber inútil, cuánto<br />

no saber <strong>de</strong> verdad o cuánto mal saber hay en este libro! Cuando el<br />

autor no tiene nada propio que <strong>de</strong>cir, todo lo dilata y a<strong>de</strong>lgaza <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as<br />

hasta el iimembranamiento, hablando aflojadamente, con vaguísimo remolonear,<br />

que hace molesta la lectura. En el ensayo sobre Tenorio y Tanhaüser,<br />

hay aciertos en la dicción y en la expresión. También se encuentran<br />

en otros sitios. Cuando el autor abunda en i<strong>de</strong>as, las escoge, las<br />

nanea y escuadrona, y logra belleza en párrafos vistosos, grifos y triunfales.<br />

Pero cuando no es así, ¡qué cosas, unas veces <strong>de</strong>sceñidas, otras<br />

ajustadillas y casi siempre arbitrarias!<br />

Se hacen etimologías como ésta: «Crédulo (cor-dare) quiere <strong>de</strong>cir e]<br />

que da el corazón, todo su corazón, en el soliloquio.» Otras veces el<br />

idioma parece que se encabrita, no se sabe si por mal cabalgado <strong>de</strong> las<br />

i<strong>de</strong>as o por otra causa. He aquí unas muestras: «El i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> Rousseau<br />

y su energética es cinemática, vista y medida; no es dinámica, oculta<br />

y, por tanto, misteriosa.» Aludiendo, creo, a Voltaire, dice: «La ansión<br />

<strong>de</strong> absolutidad toma una curva que se resuelve sobre sí misma en espiral,<br />

<strong>de</strong> manera original e inesperada.» Y en otra parte: «El análogo emblemático<br />

se verifica en los analogados con expresión dispar, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong><br />

manera diversa, la cual es, en unos casos, en virtud <strong>de</strong> su diversidad,<br />

proporcionalmente idéntica, y en otros, en virtud <strong>de</strong> la misma diversidad,<br />

específica y con-positivamente complementaria.» Paso sobre otras páginas,<br />

incluso aquella en que se dice: «Las Mónadas más profundas representan<br />

en oscuridad e inconsciencia. Pa<strong>de</strong>cen. Son materia», etc. Y sobre<br />

aquella otra en que se da la teoría <strong>de</strong> los «inconceptos», los cuales, «para<br />

trocarlos en conceptos, es menester movilizarlos en un tercer concepto».<br />

Suplico a don Francisco Maldonado que no vea en estas líneas mías<br />

ánimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tracción, y mucho menos <strong>de</strong> menosprecio a su esfuerzo. Obe<strong>de</strong>zco<br />

a un imperativo ético sobre lo literario. Creo que su libro es<br />

<strong>de</strong>ficiente y no un buen libro. Pero yo también los he escrito <strong>de</strong>ficientísimos<br />

y peores que el suyo. No hablo por afán <strong>de</strong> subrayar las <strong>de</strong>ficiencias!<br />

<strong>de</strong>i un libro corto. Lo que ocurre es que don Antonio Tovar ha<br />

llegado a <strong>de</strong>cir en unas <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> «El Español», me parece, que<br />

el único ensayista o filósofo <strong>de</strong> las hornadas <strong>de</strong> hoy, digno <strong>de</strong> mención,<br />

es el señor Matdonado <strong>de</strong> Guevara, gracias a su libro «Cinco salvaciones».<br />

Y esto, que estuvo a punto <strong>de</strong> hacerme sonreír, ahora me ha puesto<br />

<strong>de</strong>masiado grave.<br />

15 <strong>de</strong> mavo <strong>de</strong><br />

•MU»


ONOCIDA es la tesis<br />

C<br />

<strong>de</strong> ünamuno, según<br />

IÍI cutí! un personaje<br />

ficticio pue<strong>de</strong> alcanzar,<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mundo,<br />

como esfera <strong>de</strong>limitada<br />

para nosotros,<br />

la cualidad <strong>de</strong><br />

un ser real en el<br />

mismo sentido que<br />

la posee un ser existente<br />

en la efectividad <strong>de</strong> la historia.<br />

Mi propósito aquí es examinar<br />

una región don<strong>de</strong> aquella tesis no<br />

es válida. Contra lo que suponer pudiera<br />

un pensamiento superficial, la<br />

diferencia más auda entre la expe •<br />

riencía <strong>de</strong> un ser como mera esencia<br />

o representación y la experiencia <strong>de</strong>l<br />

mismo como existente se da en el fenómeno<br />

literario, tomado en su mayor<br />

latitud. Ambas son <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n radicalmente<br />

distinto y su carácter es <strong>de</strong>l<br />

todo irreductible.<br />

Ciertamente, en la región literaria<br />

que llamaré esencial, don<strong>de</strong> la representación<br />

se erige en único fin, la<br />

existencia <strong>de</strong>i personaje en el mundo<br />

es una adición supt-rflua. Sería por esto<br />

vano que intentáramos hacer una<br />

distinción entre los dramas «Hamiet»<br />

y «Julio César», basándonos en su<br />

grado <strong>de</strong> ficción o realidad, pues ambas<br />

obras se colman.<strong>de</strong> los límites <strong>de</strong><br />

¡o representativo. Pero la diferencia<br />

es evi<strong>de</strong>nte allí don<strong>de</strong> la experiencia<br />

sio se ha <strong>de</strong>terminado por completo.<br />

Imaginemos que cae en nuestras manos<br />

un rnanueristo en el que su autor,<br />

presa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación, vacila entre<br />

la resignación y el suicidio. Cualquiera<br />

que sea la actitud que espontáneamente<br />

adoptemos, sea que creamos en<br />

la existencia efectiva <strong>de</strong> un ser <strong>de</strong>batiéndose<br />

en la angustia, o pensemos<br />

en la fantasía <strong>de</strong> un literato entregado<br />

a la composición <strong>de</strong> un libro, ¡qué<br />

trastornos causará en nuestra experiencia<br />

encontrar que la realidad es<br />

opuesta a nuestra suposición!<br />

1.a divergencia se manifiesta, en<br />

primer lugar, en los tipos tan distinto»<br />

<strong>de</strong> interés que suscitan ambas experiencias.<br />

Pensemos en la riquísima<br />

Información cuantitativa d e or<strong>de</strong>n<br />

existencial que nos ofrece la prensa<br />

diaria: información sobre el comportamiento<br />

<strong>de</strong> seres existentes en el que<br />

se alu<strong>de</strong> a una vida interior que nosotros,<br />

acertadamente o no, nos apresuramos<br />

a interpretar. Este interés,<br />

por vulgar que sea en la mayor parte<br />

<strong>de</strong> los casos, y cualesquiera que sean<br />

los elementos con que se combine.<br />

pue<strong>de</strong> aislarse <strong>de</strong> toda ten<strong>de</strong>ncia práctica<br />

y consi<strong>de</strong>rarse en el mismo plano<br />

ijue el interés con que nos entrégame<br />

a la contemplación estética, esencia'.<br />

La mayor parte <strong>de</strong> la información<br />

existencial, aun aquella en que, por<br />

así <strong>de</strong>cirlo, intuímos el esquema <strong>de</strong><br />

una experiencia valiosa, suele ser <strong>de</strong>leznable<br />

si se la mira como núcleo<br />

<strong>de</strong> invención o representación. ¿Qué<br />

sería <strong>de</strong> nuestro interés si <strong>de</strong> pronto<br />

nos anunciaran que los dramas reales<br />

no eran sino i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong><br />

lectores dotados <strong>de</strong> imaginación?<br />

El tipo <strong>de</strong> interés existencial se periila<br />

aún más en aquellos productos literarios<br />

ya elaborados, y en los qut<br />

se ha prescindido <strong>de</strong> toda finalidad representativa,<br />

tales como los puros tipos<br />

<strong>de</strong> diarios, memorias y confesiones.<br />

Si un novelista hubiera inventado<br />

a María Bashkirtseff como un personaje,<br />

requeriría un escuerzo casi sobrehumano<br />

llegar a la última página <strong>de</strong>]<br />

diario. Si el libro se nos hace no ya<br />

tolerable, sino plenamente interesante,<br />

ello no se <strong>de</strong>be a su valor representativo,<br />

más a su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> comunicación.<br />

Es precisamente la función comunicativa<br />

la que <strong>de</strong>fine la literatura existencial.<br />

El existente no nos es repre-<br />

ATENEO<br />

sentado, sino que se nos presenta <strong>de</strong><br />

modo más o menos inmediato, es <strong>de</strong>oír,<br />

se nos revela, procurándonos una<br />

experiencia, más bien que <strong>de</strong> algo re-<br />

5 elado, <strong>de</strong> una revelación. En su forma<br />

pura, la vida <strong>de</strong>l existente <strong>de</strong>be<br />

dársenos en un acto radical, en el esfuerzo<br />

<strong>de</strong>l ser por trascen<strong>de</strong>rse. Si el<br />

existente se presenta como lo que<br />

«es», i<strong>de</strong>ntificado, por ejemplo, con su<br />

santidad o su perversión, su presentación<br />

recae en el plano esencial y<br />

pier<strong>de</strong> entonces importancia el hecho<br />

<strong>de</strong> S;J vida real en nuestro mundo; e-.<br />

<strong>de</strong>cir, el carácter <strong>de</strong> existencia, y con<br />

é! la comunicación, se evaporan.<br />

La comunicación <strong>de</strong> la literatura<br />

existencial es, pues, comunicación <strong>de</strong><br />

la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l existente, <strong>de</strong>l<br />

hombre vivo, <strong>de</strong> carne, hueso y sangre,<br />

en contraste con el personaje fingido.<br />

Pero, a su vez, la trascen<strong>de</strong>ncia<br />

surge sólo con la comunicación. La<br />

revelación en la que el existente se<br />

trascien<strong>de</strong> es posible gracias a la existencia<br />

<strong>de</strong> aquel por quien se lleva a<br />

cabo. La voz requiere un oído, y la<br />

página escrita, unos ojos que se posen,<br />

brillantes <strong>de</strong> interés, sobre ella,<br />

o que, como los ojos <strong>de</strong> Dios, arrebaten<br />

<strong>de</strong> un golpe su sentido.<br />

La revelación, por la que se mi<strong>de</strong><br />

la pureza y el valor <strong>de</strong> la obra existencial,<br />

tiene grados. La conciencia <strong>de</strong>l<br />

que se revela pue<strong>de</strong> estar casi como<br />

a ras <strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong>l existir, a partir<br />

<strong>de</strong>l cual ha <strong>de</strong> revelársenos; o pue<strong>de</strong><br />

elevarse esforzadamente hasta el punto<br />

<strong>de</strong> establecer entre ambos tal distancia<br />

que su existir aparezca allá ei.<br />

el fondo <strong>de</strong> su conciencia como en la<br />

hondura <strong>de</strong> un tremendo abismo. Semejante<br />

distancia sólo pue<strong>de</strong> alcanzarse<br />

en la confesión, que es por eso la<br />

culminación <strong>de</strong>l «género» existencial.<br />

No importa el nombre que se dé a la<br />

obra. Allí don<strong>de</strong> ésta adquiere su máximo<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> comunicación, allí don<strong>de</strong><br />

su autor se trascien<strong>de</strong> más profundamente,<br />

ha brotado algo que es o se<br />

acerca a una confesión.<br />

Por eso, la fecha <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong><br />

San Agustín, mirada a través <strong>de</strong> los<br />

dieciséis siglos que <strong>de</strong> ella nos separan,<br />

<strong>de</strong>be aparecemos como el anuncio<br />

Y LA<br />

<strong>de</strong> un suceso singular en ia historia<br />

<strong>de</strong> la literatura existencial. Las «Confesiones»<br />

<strong>de</strong>l santo africano no significan<br />

en modo alguno que hayan surgido<br />

con ellas súbitamente la conciencia<br />

y la actitud necesarias a la revelación.<br />

Actitud y conciencia tales se<br />

dan ya en aquel gran perseguidor <strong>de</strong><br />

cristianos que se llamó Pablo <strong>de</strong> Tarso,<br />

y, al margen <strong>de</strong> la literatura, se<br />

las supone habitando el alma <strong>de</strong> todo<br />

buen cristiano. Mas con San Agustín<br />

el sentido <strong>de</strong> la revelación alcanza,<br />

como en un pavoroso salto, toda su<br />

plenitud sobrecogedora.<br />

k<br />

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i i<br />

-.%* %*<br />

'&. »<br />

rf? -<br />

I ,',,<br />

Las « Confesiones » constituyen, a<br />

primera vista, una doble revelación<br />

<strong>de</strong>l santo: una a los ojos <strong>de</strong> Dios y<br />

otra a los <strong>de</strong> los hombres. Si a la letra<br />

nos atenemos, la comunicación va<br />

dirigida sólo a Dios, y nosotros la vemos,<br />

por así <strong>de</strong>cirlo, como acci<strong>de</strong>ntalmente.<br />

De esta comunicación, en el<br />

sentido en que la haya, nosotros no<br />

po<strong>de</strong>mos, entiéndase bien, captar cosa<br />

alguna. Po<strong>de</strong>mos interceptar el mensaje,<br />

<strong>de</strong>scifrarlo cuidadosamente, analizarlo<br />

y exponerlo. Po<strong>de</strong>mos hacer todo<br />

menos apropiarnos su significado,<br />

pues que toda comunicación existen-<br />

.•JT<br />

• * ' " - "<br />

.1. y<br />

rial está constituida no sólo por l;i<br />

i (-velación, sino por su estar dirigida<br />

a alguien y ser recibida por él mismo.<br />

Pero la revelación <strong>de</strong> San Agustín<br />

a Dios no es una comunicación en el<br />

sentido estricto que hemos dado al<br />

término. No lo es porque, como muy<br />

bien conoce el santo, en la mente divina<br />

se contiene la visión <strong>de</strong> todas las<br />

cosas. Y «te las cuento —dice refiriéndose<br />

a las cosas <strong>de</strong> su existir — no<br />

porque tú no las sepas»...<br />

Así, aunque el libro está escrito<br />

sólo subsidiariamente para los hombres,<br />

somos nosotros los únicos que<br />

po<strong>de</strong>mos enriquecernos con la profunda<br />

comunicación que brota <strong>de</strong> cada<br />

una <strong>de</strong> sus páginas. Y tal comunicación<br />

sólo es posible porque su autor<br />

quiso que nosotros fuéramos también<br />

partícipes <strong>de</strong> su confesión, por la cual,<br />

confesándose «ante» nosotros, se confesó<br />

«a» nosotros, y no tan sólo a<br />

Dios.<br />

A nosotros, y no sólo a Dios, quiso<br />


AS editoriales tienen, como es sabido,<br />

actualmente marcada predilee c i ó n<br />

por las obras que llevan firmas femeninas.<br />

No hace muchos años ia mujer<br />

que conseguía pasar la barrera que se<br />

pone ante el novel en e! mundo editorial,<br />

era una rara privilegiada, porque existía<br />

una tácita prevención hacia ia fémina literata.<br />

Unos cuantos nombres representaban<br />

la excepción <strong>de</strong> la regla que imperaba.<br />

Se asomaba tímidamente a la poesía,<br />

pasando en poco tiempo <strong>de</strong>l anonimato <strong>de</strong><br />

los versos <strong>de</strong> rubor para familiares ><br />

amigos, a la doliente altivez soñadora, a<br />

la musa mimosa <strong>de</strong> Rosalía <strong>de</strong> Castro, y<br />

así fueron floreciendo las individualida<strong>de</strong>s<br />

femeninas con muestras muy pujantes,<br />

ya que Ja mujer está dotada <strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s<br />

para la poesía más profundas que<br />

el hombre, porque ella siente eon más facilidad<br />

y verdad, y la poesía es esencialmente<br />

sentimiento.<br />

Por eso no es <strong>de</strong> extrañar que esas mujeres<br />

capaces <strong>de</strong> sentir el aire suüi <strong>de</strong> la<br />

poesía, <strong>de</strong> ser poetas -porque ia capacidad<br />

<strong>de</strong> la mujer para todas las manifestaciones<br />

vitales no se conoce bien todavía—,<br />

hagan sus exhibiciones para regalar<br />

al público con las melodías <strong>de</strong> sus versos<br />

— ya que el editar versos es el mayor<br />

<strong>de</strong> los problemas literarios •••, cosa que<br />

tampoco pue<strong>de</strong> extrañar que moleste a algunos<br />

varones más o menos vanidosos<br />

— en esto, bastante más que ellas — , porque<br />

crean, con íilgún fundamento, que les<br />

quitan buena parte <strong>de</strong> la atención que el<br />

público pueda conce<strong>de</strong>rles; pero aun suponiendo<br />

que- el publico ¡es eoneeda alguna<br />

atención, más <strong>de</strong>recho tienen ellas,<br />

en este terreno <strong>de</strong> la exhibición, a ser<br />

admiradas que todos los divos <strong>de</strong>l metro<br />

y <strong>de</strong> la rima.<br />

Ahora ya ia mujer se incorpora a la literatura<br />

en todos los géneros, casi en<br />

aluvión, sin tener que masculinizarse como<br />

Armandina Aurora Dupin ni Cecilia<br />

Bohl, sino con toda su esencial femineidad.<br />

Es una victoria <strong>de</strong> los tiempos mo<strong>de</strong>rnos<br />

sobre el romanticismo. Don<strong>de</strong> principalmente<br />

fructifica es en el terreno novelístico.<br />

En el teatro, menos. EL planear<br />

objetivamente un argumento, sostener el<br />

carácter <strong>de</strong> los personajes, construir <strong>de</strong>ntro<br />

<strong>de</strong> unos límites irreducibles, es cosa<br />

que se escapa a las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

mujer, inmersü. en lo<br />

subjetivo y <strong>de</strong> espaldas<br />

a la medida <strong>de</strong>l tiempo.<br />

En la novela es<br />

otra cosa. Ahí tiene<br />

campo para volear y<br />

revolver sus experiencias,<br />

sus sueños, su.s<br />

amarguras, su propia<br />

vida. Y como llega a<br />

ella con la primigenia<br />

sinceridad <strong>de</strong> expresar<br />

las cosas como las siente<br />

y las ve, logra éxitos<br />

muy marcados y legítimos.<br />

Sobre todo, por<br />

esa manera que <strong>de</strong>cimos,<br />

limpia <strong>de</strong> reservas,<br />

elementa!, con que<br />

abordan los conflictos,<br />

y que no es otra cosa a<br />

la que se <strong>de</strong>be el éxito<br />

<strong>de</strong> los novelistas americanos.<br />

También ellos<br />

encuentran las cosas<br />

más o menos complicadas,<br />

con una simpleza <strong>de</strong>liciosa, con la<br />

impresión <strong>de</strong> realidad que abrió <strong>de</strong> pasmo<br />

sus ojos.<br />

A eso obe<strong>de</strong>ce el que muchas mujeres<br />

sólo sean capaces <strong>de</strong> escribir una novela,<br />

una buena novela, pero una novela sólo,<br />

Han acotado un trozo <strong>de</strong> su vida, ese que<br />

toda persona, y más una mujer, cuyo<br />

mundo <strong>de</strong> experiencias es menor que el<br />

<strong>de</strong>l hombre, lleva inserto y predominante,<br />

y lo ha exhalado como una necesidad<br />

intrínseca. Después, plasmado ese trozo <strong>de</strong><br />

su vida, con la evocación y el reflejo <strong>de</strong><br />

los paisajes <strong>de</strong> su propia alma, se le re-<br />

.siste el planteamiento <strong>de</strong> un argumento<br />

extraño, fuera <strong>de</strong> su mundo subjetivo,<br />

porque casi siempre carece <strong>de</strong> objetivación<br />

suficiente para, tomando como punto <strong>de</strong><br />

partida el mundo cjue la ro<strong>de</strong>a, construir,<br />

con la ayuda <strong>de</strong> la observación y <strong>de</strong> la<br />

imaginación, una trama extraída <strong>de</strong> los<br />

elementos activos <strong>de</strong> la realidad. Son excepción<br />

los nombres <strong>de</strong> la Pardo Bazán y<br />

<strong>de</strong> Viclii Baum.<br />

Ya sabemos que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace algunos<br />

años había un género que cultivaban casi<br />

exclusivamente las mujeres: la novela<br />

rosa. Salvo algún nombre masculino que<br />

batió el récord <strong>de</strong> la popularidad y <strong>de</strong> las<br />

liradas, el conjunto


liaf-h en 1740. Retrato oficial <strong>de</strong> Haussmann<br />

Ü.ViO es que «¡i «río tan prislundarnen-<br />

C lt-


,J<br />

A selva peruana no<br />

es u n bosquecillo<br />

ameno para una merienda<br />

<strong>de</strong> amigos o<br />

para un final <strong>de</strong> semana<br />

con la familia.<br />

La, selva peruana<br />

.•', *•"'"/ * í t!irn P°


UN CUENTO MUY ROMÁNTICO<br />

Lj 1 STC) .se podría escribir <strong>de</strong> cien<br />

' J maneras; lo difícil es acertar con<br />

la mejor. Pue<strong>de</strong> que fuera preferible<br />

<strong>de</strong>cir, sencillamente:<br />

«Reflexionando <strong>de</strong> este modo, Juan<br />

<strong>de</strong>cidió hablar con Carolina para <strong>de</strong>cirle<br />

que olvidara lo pasado. Fue a<br />

su habitación, pero Carolina no estaba.<br />

La casa le pareció <strong>de</strong>masiado sola.<br />

No lo pudo resistir. Se tiró por el<br />

balcón.»<br />

Así, el asunto queda llanamente<br />

explicado y limpio <strong>de</strong> dramatismo o<br />

exaltación. Cualquiera que haya leído<br />

hasta aquí se da cuenta <strong>de</strong> lo que<br />

Carolina era para Juan, y no hay necesidad<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>smenuzarle sus sentimientos<br />

para interpretar su reacción.<br />

Es el choque brusco, el choque elemental<br />

entre los dos conceptos: la<br />

casa llena <strong>de</strong> Carolina y la casa sin<br />

Carolina. No hace falta más.<br />

I.o único malo es que el relato acaso<br />

que<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado frío. La palabra<br />

«<strong>de</strong>cidió», por ejemplo, es excesivamente<br />

académica y resumida. Cuando<br />

alguien va a perdonar a una mujer que<br />

le está <strong>de</strong>strozando la vida (y mucho<br />

más si ía mujer es Carolina, superficial,<br />

inconsciente, completamente<br />

capaz <strong>de</strong> volver a traicionarlo sin<br />

creer que tenga importancia, con la<br />

cimcza en eterno vuelo), lo hace únicamente<br />

como resultado <strong>de</strong> un conflicto<br />

interior que es violentísimo:<br />

<strong>de</strong>cir solamente «<strong>de</strong>cidió», es no <strong>de</strong>cir<br />

nada. Sin contar con que, por otra<br />

parte, queda en el más absoluto silencio<br />

el problema <strong>de</strong> Carolina. Ella<br />

se va; ahora bien, ¿por qué? Esto es,<br />

indudablemente, bastante d'fícil <strong>de</strong><br />

explicar : la causa <strong>de</strong> la conducta <strong>de</strong> una<br />

mujer que parte <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> que es<br />

una artista, pertenece más bien al arfe<br />

que a la psicología. Y ¿cómo abandonó<br />

la casa? Porque no se pue<strong>de</strong> ni<br />

pensar que una bailarina, acostumbrada<br />

al escenario, se vaya <strong>de</strong>l hogar sin<br />

hacer algún gesto, instintivo o reflexivo,<br />

o sin <strong>de</strong>jar una carta, más o<br />

menos melancólica, que hable <strong>de</strong> caminos<br />

diferentes o <strong>de</strong> imeomprensiones.<br />

Y aún queda otra cosa: que este<br />

estilo tan directo, tan estudiadamente<br />

sencillo, es apropiado para tratar<br />

una aventura en el siglo XX, pero no<br />

esta tragedia <strong>de</strong>cimonónica que estoy<br />

escribiendo ahora. No hay que olvidar<br />

que a mediados <strong>de</strong>l siglo pasado<br />

la vida y la literatura tenían más retórica<br />

que actualmente; los amores y<br />

los <strong>de</strong>sengaños exhibían más ampulosidad.<br />

Juan, por tanto, al darse cuenta<br />

<strong>de</strong> la ausencia <strong>de</strong> Carolina, no podría<br />

reprimir, por vivir en 1850, un<br />

suspiro profundo, abriendo seguramente<br />

los brazos en postura <strong>de</strong> <strong>de</strong>samparo,<br />

o se apoyaría en un mueble,<br />

mirando con fijeza M un punto in<strong>de</strong>terminado.<br />

De ocurrir todo el asunto en<br />

la actualidad, se habría simplificado<br />

mucho; un hombre mo<strong>de</strong>rno tiene los<br />

mismos sentimientos, pero reprime<br />

con mayor sobriedad sus manifestaciones.<br />

Esto es fácü <strong>de</strong> comprobar.<br />

Yo mismo he pasado por un caso parecido<br />

-igual, prácticamente — , y no<br />

se me escapó ni la más ligera mueca.<br />

Conviene, pues, <strong>de</strong>scribir la escena<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los dos puntos <strong>de</strong> vista, el <strong>de</strong><br />

Juan y el <strong>de</strong> Carolina, y más ampliamente,<br />

llegando <strong>de</strong> un modo más<br />

profundo a cada uno, así como utilizar<br />

un lenguaje algo menos conciso.<br />

«Carolina fue contemplando cada<br />

uno <strong>de</strong> los objetos que <strong>de</strong>coraban la<br />

habitación. Su mirada se <strong>de</strong>tuvo sobre<br />

los que le eran más queridos o<br />

los más evocadores: el «pierrot» <strong>de</strong><br />

trapo, regalo <strong>de</strong> Juan la noche en que<br />

se conocieron («quiero hacerte un regalo<br />

antes <strong>de</strong> que te lo merezcas», le<br />

dijo, y a ella le sonó a algo completamente<br />

nuevo); la caja <strong>de</strong> música<br />

con el «Minuetto¡; <strong>de</strong> Bocherini, recuerdo<br />

<strong>de</strong> Venecia; las zapatillas con<br />

que bailó ante los reyes, ios alambres<br />

-y Carolina se sonrió— con que es'ahan<br />

sujetas las primeras camelias que<br />

recibió «<strong>de</strong> un admirador» en su camerino.<br />

Al elegir algo que llevarse,<br />

que fuera el último resto <strong>de</strong> su vida<br />

pasada, no vaciló un momento y fue<br />

ATENEO<br />

Por JAVIER BAÑON SEl JAS<br />

meíiendo en su bolso, uno a uno, los<br />

alambres oxidados. Era una artista.<br />

Rápidamente, se dirigió a la<br />

puerta.*<br />

Ha llegado el momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir<br />

si Carolina se vuelve <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puerta<br />

para <strong>de</strong>spedirse con una larga mirada<br />

<strong>de</strong> lo que ha sido todo lo suyo durante<br />

los úitimos años. Si no se vuelve,<br />

<strong>de</strong>muestra irreflexión, falta <strong>de</strong><br />

sensibilidad, <strong>de</strong>terminación. Si se<br />

vuelve, conciencia <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>ja y<br />

pue<strong>de</strong> que un poco <strong>de</strong> romanticismo:<br />

e.s como sí mirara por última vez a<br />

Juan y se <strong>de</strong>spidiera <strong>de</strong> él a través<br />

<strong>de</strong> los dos tabiques que les separan.<br />

No; me parece que Carolina no se da<br />

cuenta <strong>de</strong> lo que abandona. Lo abandona,<br />

y nada más. Pero ¿es que hayuna<br />

sola mujer que no comprenda le<br />

que hace en un caso así? ¿Es posible?<br />

La misma María Luisa, caprichosa,<br />

egoista y ligera, ¿no miraría una vez<br />

esta habitación cuando se fue? ¿Se<br />

¡ría con un paso <strong>de</strong>cidido, sin volver<br />

la cabeza? No; no la creo capaz. Tuvo<br />

forzosamente que fijarse en el<br />

«pierrot» que le regalé antes <strong>de</strong> que<br />

se lo mereciera, no podría evitar<br />

abrir, siquiera unos compases, el joyero<br />

que toca la «tarantella» napolitana,<br />

y acaso faltaba al día siguiente<br />

alguna rosa <strong>de</strong>! florero, porque no resislió<br />

la tentación y se la llevó, apretándola<br />

en el puño. Pero... ¡quién sabe!<br />

Es muy fácil que no titubeara en<br />

u r solo movimiento, que anduviera<br />

presurosa para per<strong>de</strong>r cuanto antes<br />

<strong>de</strong> vista estos muebles, esta mpsa<br />

en la que tantas noches tuvo que trabajar<br />

conmigo, estas sillas viejas, este<br />

sucio muñeco, recuerdo <strong>de</strong> nuestro<br />

encuentro. Me parece más probable<br />

que se marchara así, <strong>de</strong> prisa y en<br />

línea recta, <strong>de</strong>jando velozmente a sus<br />

espaldas toda esta vida que creyó cómoda<br />

e interesante y le resultó incomprensible<br />

y <strong>de</strong>masiado dura. Así<br />

se iría, segura, rápida. Un portazo seco.<br />

Para siempre.<br />

«No volvió la cabeza; dio un portazo<br />

seco y salió para siempre.»<br />

Quizá este «para siempre» sea algo<br />

efectista y un poco lugar común. Me<br />

da lo mismo. Una mujer que sale así<br />

<strong>de</strong> una casa, lo hace para siempre,<br />

sin posibilidad <strong>de</strong> remisión.<br />

Volvamos a Juan. Juan no sabe que<br />

Carolina ya no está, y no va a volver<br />

nunca. Ha pensado mucho en ella,<br />

tn su egolatría, su ligereza, su ridículo<br />

endiosamiento Sabe que ha estado<br />

;i punto <strong>de</strong> correr <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> quien le<br />

ha prometido caprichos y éxitos. Pero<br />

es Carolina. La tímida corista <strong>de</strong> «El<br />

lago <strong>de</strong> los cisnes», cinco años antes;<br />

aquella que llevaba con los tacones el<br />

compás <strong>de</strong> la «Marcha nupcial» el día<br />

que se casaron; aquella que bailaba<br />

en traje <strong>de</strong> calle, con gran<strong>de</strong>s reverencias,<br />

el «Minuetto», cada vez que<br />

abría la caja <strong>de</strong> música para coger<br />

los pendientes. Juan no podía per<strong>de</strong>rla,<br />

porque sería per<strong>de</strong>r todo lo que<br />

para él tenia interés en la vida. Es<br />

extraño cómo llega un hombre a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong> una mujer y cómo H^ga a<br />

necesitar sus <strong>de</strong>fectos. Se la odia, se<br />

la <strong>de</strong>sprecia, se quiere prescindir <strong>de</strong><br />

ella, y muchas veces se está esperando<br />

el milagro que la aparte <strong>de</strong> nuestro<br />

lado. Pero cuando ocurre el milagro,<br />

cada una <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />

cuarto vacío, nos golpea en la cabeza,<br />

<strong>de</strong>snuda. Es imposible reaccionar.<br />

¡Dichoso, Juan, que tienes valor para<br />

suicidarte! Yo sigo aquí. Y cada vez<br />

que levanto los ojos <strong>de</strong> las cuartillas<br />

en que escribo tu aventura y su único<br />

fin posible, siento el corazón y la<br />

vista tan sobresaltados como tú los<br />

sentirías cuando abriste la puerta y<br />

no encontraste a Carolina. Como<br />

cuando abrí yo la puerta, y María<br />

Luisa se había ido.<br />

Sé <strong>de</strong> sobra cómo pensabas:<br />

«Juan, mientras tanto, comprendía<br />

que odiaba a Carolina. Era la gran<br />

equivocación <strong>de</strong> su vida, que cada vez<br />

sentía sobre sí con más fuerza. Pero<br />

no podía olvidar «El lago <strong>de</strong> los cisnes».<br />

Pero era la Carolina <strong>de</strong> Venecia,<br />

la <strong>de</strong>l «Minuetto» <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />

reverencias con los pendientes en la<br />

mano. No lo pensó más. La llamó a<br />

gran<strong>de</strong>s voces, atravesó a enormes<br />

zancadas la habitación que le separa<br />

ba <strong>de</strong> la suya y entró en el dormitorio,<br />

diciendo suavemente: «¡Carolina!»<br />

Pero el dormitorio estaba vacío.»<br />

Se siente el choque brutal <strong>de</strong> la soledad<br />

en la frente, en la cabeza, en<br />

el pecho. Es mentira que se nuble la<br />

vista. Nunca se tienen los sentidos<br />

tan vivos. Se podría dibujar el perfil<br />

<strong>de</strong> las rosas y la sombra <strong>de</strong> los cristales,<br />

y el tiempo queda estúpidamente<br />

entrecortado por el tictac <strong>de</strong>l<br />

reloj <strong>de</strong> la chimenea, jamás oído hasta<br />

entonces. Y no se pue<strong>de</strong> evitar volver<br />

a llamar, tonta e inútilmente:<br />

«.; María Luisa! ¡María Luisa!» Se<br />

vuelve a cruzar a zancadas las habitaciones<br />

y son todas las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

casa las que están <strong>de</strong>snudas. Se grita<br />

otra vez: «¡María Luisa!», y también<br />

nuestra voz suena a <strong>de</strong>snuda,<br />

sin eco siquiera. Luego, se encuentra<br />

uno <strong>de</strong> nuevo en la puerta <strong>de</strong>l dormitorio<br />

y no se tienen fuerzas ni para<br />

cerrar los puños. Los ojos no se<br />

están quietos, buscando una sombra,<br />

un color, algo con vida. Después no<br />

se piensa mas que en el reloj, que<br />

continúa implacable, como si hubiera<br />

sido él único abandonado.<br />

í-Sólo se oía el reloj <strong>de</strong> la chimenea.<br />

Lo <strong>de</strong>más estaba inmóvil, come<br />

aplastado. Juan se volvió hacia la<br />

otra parte <strong>de</strong> la casa y su última vo?<br />

-«-¡Carolina!»- sonó cortada, no tuvo<br />

siquiera eco. Abrió los brazos como<br />

<strong>de</strong>samparado. Se vio vacío, con<br />

una tremenda amargura que le pesaba<br />

enormemente sobre los hombros y<br />

le hacía doblar las rodillas. Impotente,<br />

se apoyó en un mueble, mirando<br />

a un punto impreciso. Se sintió<br />

hundido, sin fuerzas para imponerse a<br />

la soledad y a la ausencia, <strong>de</strong>finitivamente<br />

acabado. No tuvo necesidad <strong>de</strong><br />

pensar nada. Le bastaba, con saber<br />

que Carolina no estaba. Se dirigió al<br />

balcón, lo abrió sin prisa y, sin dudar<br />

un momento, se lanzó a la calle.»<br />

Es así; cuando un hombre se siente<br />

incapaz <strong>de</strong> reaccionar, <strong>de</strong>finitivamente<br />

<strong>de</strong>shecho, no le hace falta meditar.<br />

Se dirige al balcón, lo abre sin<br />

prisa y se arroja sin dudar a la calle.<br />

Es un solo golpe, y se acabó. Porque<br />

si no, la soledad monstruosa, insufrible,<br />

se agarra a la garganta y aprieta<br />

cada vez más todos ios días, y no<br />

se pue<strong>de</strong> mirar la habitación, ni la<br />

mesa, ni las flores, porque la tristeza<br />

ahoga y no <strong>de</strong>ja respirar y la amargura<br />

pesa sobre las espaldas, insoportable,<br />

y se ¡lama sin querer —«; María<br />

Luisa!»—, y se busca en todas las<br />

puertas, y se piensa en sus palabras<br />

cuando vuelva, y, como no vuelve, sólo<br />

se oye el reloj <strong>de</strong> la chimenea.<br />

Pero Juan ya no lo oye. Para él todas<br />

estas torturas han terminado. El<br />

se acercó al balcón, lo abrió y se tiró<br />

sin dudar, resueltamente. Adiós al recuerdo<br />

que <strong>de</strong>ja seca la boca, adiós al<br />

gritar nombres entre sueños, al no<br />

atreverse a mirar al «pierrot» ni a las<br />

rosas. Soy sólo yo quien tiene la bo<br />

ca sin saliva, como si el nombre sin<br />

eco <strong>de</strong> María Luisa fuera un viento<br />

que la secara, quien no puedo le<br />

vantar los ojos <strong>de</strong> estas cuartillas<br />

por no ver el sucio y viejo y roto mu<br />

ñeco <strong>de</strong> trapo, quien sigue oyendo el<br />

reloj. El abrió el balcón y, con una<br />

sencilla pirueta, <strong>de</strong>jó todo esto. Yo<br />

tengo el balcón <strong>de</strong>lante, frente a mis<br />

ojos, a tres metros <strong>de</strong> ellos; pero sigo<br />

aquí, entre estas seis crueles pare<strong>de</strong>s<br />

y quiero <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rme contra el recuer<br />

do y no puedo, y grito, y grito, y gn<br />

te, y dudo, teniendo el balcón tan cerca,<br />

el balcón generoso.<br />

(Levantándose, se dirigió al balcón<br />

y lo abrió sin prisa. Dudó. Y volvió<br />

•A cerrarlo sin hacer un gesto, ni la<br />

más ligera mueca.)


Y<br />

Por VICENTE PALACIO ATARD<br />

CATEDRÁTICO DE HISTORIA MODERNA EN LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID<br />

Los términos polémicos hacen fortuna.<br />

Son palabras huecas, rellenas<br />

sólo <strong>de</strong> la circunstancial intención <strong>de</strong><br />

que les proveyeron los polemistas al<br />

ponerlas en juego. Estos términos<br />

—como las polémicas mismas— con<br />

«1 transcurso <strong>de</strong> los años <strong>de</strong>scubren<br />

su vaciedad, pero mientras la polémica<br />

subsiste van y vienen <strong>de</strong> boca<br />

en pluma, queriéndolo <strong>de</strong>cir todo con<br />

una palabra, acogidos buenamente<br />

por el ardor <strong>de</strong> unos y la buena fe <strong>de</strong><br />

tos <strong>de</strong>más.<br />

El siglo xvín conoció rudas polémicas<br />

intelectuales. La búsqueda <strong>de</strong>l<br />

vocablo más hiriente para motejar al<br />

adversario se polarizó en dos términos:<br />

novadores y sectarios. Los unos<br />

querían <strong>de</strong>finir a los otros con una<br />

palabra que los aniquilase. Eso es lo<br />

que se busca en la polémica: nada<br />

do explicar al adversario o <strong>de</strong> enmendarlo;<br />

al adversario hay quo <strong>de</strong>struirlo.<br />

Los términos polémicos están<br />

cargados <strong>de</strong> intención —<strong>de</strong> mala intención—,<br />

ya lo sabemos, y eso les<br />

presta su sentido. Al historiar las<br />

polémicas <strong>de</strong>l pasado, los motes que<br />

se atribuyeron los polemistas apenas<br />

revelarán otra cosa que propósitos<br />

agresivos. A no ser que —candidamente—<br />

caigamos en las añagazas <strong>de</strong><br />

los discutidores <strong>de</strong> antaño. A noser<br />

quo nosotros mismos estemos haciendo<br />

polémica a costa <strong>de</strong>l pasado.<br />

«Novadores» y «sectarios». Con estas<br />

lin<strong>de</strong>zas se calificaban mutuamente<br />

algunos hombres <strong>de</strong>l siglo xvín. Sectario<br />

es el quo disuelve su personalidad<br />

individual en el seno <strong>de</strong> un grupo,<br />

escuela, bando. Los españoles «mo<strong>de</strong>rnos»<br />

<strong>de</strong>l xvín, al llamar a sus contradictores<br />

«sectarios», querían representarlos<br />

como hombres gregarios,<br />

ano <strong>de</strong> los peores insultos predicables<br />

al intelectual <strong>de</strong> cualquier época. Por<br />

«sectarios» se les tachaba <strong>de</strong> rehuir la<br />

libertad <strong>de</strong>l pensador, <strong>de</strong> carecer <strong>de</strong><br />

juicio crítico, tíe usaba el vocablo<br />

«sectario» con ánimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar fulminado<br />

a un hombre <strong>de</strong> pensamiento.<br />

IY los novadores? El uso <strong>de</strong> este término<br />

nori pue<strong>de</strong> equivocar hoy, al referirlo<br />

a la intención con quo se empleó<br />

en el siglo XVIII. Por eso hay que<br />

conocer cuál fue esa intención para<br />

compren<strong>de</strong>r lo que pretendía significar.<br />

Después <strong>de</strong>l Romanticismo —o<br />

-íca. ya- on el siglo xix—-, «afán, <strong>de</strong> novedad»<br />

equivale a «afán <strong>de</strong> originalidad»,<br />

don preciado <strong>de</strong>l espíritu. Ningún<br />

escritor, ningún artista, ningún<br />

pensador se enejará hoy porque se le<br />

impute <strong>de</strong> novedoso. Pero en el siglo<br />

xvín, «afán do novedad» tenía una<br />

significación peyorativa, algo así como<br />

frivolidad, ligereza. Un hombre mo<strong>de</strong>rno<br />

<strong>de</strong> entonces, Gregorio Mayans,<br />

i<strong>de</strong>ntifica «novedad» con «opinión caprichosa»,<br />

y por eso dice en elogio <strong>de</strong><br />

otro autor que escribe «sin movodad,<br />

porque no es aficionado a inventar<br />

opiniones caprichosas».<br />

Los «sectarios» <strong>de</strong>volvían a los<br />

otros en el mote <strong>de</strong> «novadores» la<br />

pelota <strong>de</strong> la, mala intención que ellos<br />

les habían arrojado. Ya antes «novator»<br />

había sido término empleado para<br />

<strong>de</strong>signar a los herejes o <strong>de</strong>scarriados<br />

en. materia <strong>de</strong> fe. El Diccionario <strong>de</strong><br />

la Real Aca<strong>de</strong>mia recogía la acepción:<br />

«Novador: persona inventora <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s;<br />

tómase regularmente por la<br />

que las inventa peligrosas en materia<br />

<strong>de</strong> doctrina». No nos extraña, pues,<br />

que los «novadores» protestasen <strong>de</strong> ser<br />

llamados así, con tan «mal sonante<br />

nombre», como diría uno <strong>de</strong> ellos.<br />

Diego Mateo Zapata.<br />

Si nos acercamos ahora a los hombres<br />

<strong>de</strong>l siglo xvín, nos damos cuenta<br />

en seguida que ni los unos eran tan<br />

«sectarios» como se empeñaban on hacer<br />

creer sus adversarios, ni los otros<br />

tan «novadores» como los acusaban<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tribuna opuesta. Ni siquiera<br />

tan «novadores» como <strong>de</strong>sean los admiradores<br />

ingenuos que les contemplan<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la posteridad, dándoles<br />

con elogio el mismo calificativo que<br />

ellos rechazaron con vergüenza.<br />

Resulta- asi extraño que se nos hable<br />

<strong>de</strong> xma «España novadora» en el<br />

siglo xvín y <strong>de</strong> una «España misoueísta»,<br />

como las dos categorías en las<br />

que cabo encuadrar a los españoles<br />

<strong>de</strong> aquel tiempo. Porque si «novadores»<br />

no significa más que «ligeros» para<br />

los españoles <strong>de</strong>l xvni, no implica<br />

necesariamente en sus contradictores<br />

la calificación postuma <strong>de</strong> «misoneístas»,<br />

con la que se ha sustituido la<br />

primitiva <strong>de</strong> «sectarios». Si lo que se<br />

quiere <strong>de</strong>cir es que en el siglo xvín<br />

—y aun antes, ahora lo sabernos mejor<br />

cada día, a medida que avanza el conocimiento<br />

histórico— en España se<br />

promueve un espíritu <strong>de</strong> reformas,<br />

hay que añadir que tales reformas no<br />

son el patrimonio exclusivo <strong>de</strong> los supuestos<br />

«novadores».<br />

Cierto que algunos individuos son<br />

en ese síglo hostiles a toda noveda-" 1 ,<br />

Dígalo, por ejemplo, ese padre Ah •<br />

jandro Aguado, para quien «no ne<br />

cesita España las aritméticas políticas<br />

para cómputos <strong>de</strong> tierras, personas,<br />

trabajo y ganancias, ni los sistemas<br />

ni proyectos para establecimientos<br />

y arbitrios <strong>de</strong> Inglaterra, Holanda,<br />

Suecia y otras naciones». Algunos hubo,<br />

como <strong>de</strong>nuncia Sempere y Guarinos.<br />

«preocupados <strong>de</strong> los usos antiguos<br />

y persuadidos firmemente a que<br />

nada se pue<strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantar ni mejorar<br />

sobre lo que supieron o hicieron nuestros<br />

abuelos». Misoneísmo y - en >fobia<br />

suelen ir <strong>de</strong> la mano. En to< as las<br />

socieda<strong>de</strong>s y en todos los tiempos<br />

hay manifestaciones <strong>de</strong>l misoneísmo y<br />

la xenofobia, en proporción directa<br />

al grado <strong>de</strong> ruralización <strong>de</strong> la vida social..<br />

De la existencia <strong>de</strong> algunos<br />

mfsoneístas xenófobos no cabe pasar<br />

a <strong>de</strong>finir la xenofobia y el misoneísmo<br />

como notas <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> una 'España.<br />

Las polémicas se suce<strong>de</strong>n unas a<br />

otras, <strong>de</strong>jando una estela en la Historia<br />

que con facilidad nos induce al<br />

engaño. Más allá <strong>de</strong> las disputas, la<br />

Historia se hace, y así tiene que hacerse.<br />

La tarea cotidiana no consiste<br />

tan sólo en palabras: la intención que<br />

las palabras encierran apunta a una<br />

acción. .El día <strong>de</strong> mañana sonarán<br />

a hueco esos vocablos con que se motejan<br />

entre sí los porfiados discutidores.<br />

Paro áe percibirán las vibraciones<br />

<strong>de</strong> una acción, que para ser<br />

eficaz habrá <strong>de</strong> ser continuada durante<br />

largos períodos silenciosamente,<br />

sin estri<strong>de</strong>ncias. El ruido <strong>de</strong>genera<br />

casi siempre on alboroto. Y las polémicas,<br />

<strong>de</strong>sgraciadamente, son, por<br />

su misma naturaleza, ruidosas.<br />

ES indudable que en ios<br />

lili irnos años se 'ha trabajado<br />

mucho en España<br />

en los estudios hMónois.<br />

Una-, veces se ha<br />

proseguido la labor <strong>de</strong><br />

antiguas escuelas y personas;<br />

otras se han abierto campos<br />

que estaban si ti explorar. En<br />

muchos C'MÍO? ha sido preciso crear<br />

técnicas nuevas, y !¿t mavoría <strong>de</strong><br />

las veces el esfuerzo ha lenido que<br />

h'ifcrse a marchas íor/fto\"i.<br />

Por otra parte, es un hecho visible,<br />

que este trabajo se ha localizad"<br />

por todo el ámbito nacional.<br />

Hov son muchos los mí<strong>de</strong>os<br />

<strong>de</strong> (i ahajo en distintas enviajes <strong>de</strong><br />

España, eas¡ siempre al lado <strong>de</strong> las<br />

UnivcTpidadr's v con el apoyo <strong>de</strong>l<br />

Consejo Superior <strong>de</strong> invehí iliciones<br />

Científicas, (fui; ha intentado<br />

aunar e-fnerzos v poner al invc-lieador<br />

en l?i« condición*"- materiales<br />

V <strong>de</strong> leUuión que l.as nueva- técnicas<br />

reclamaban. Ba recto na. Sev illa,<br />

Mmlriíl, Viilhdo'ld, Valen-ia.<br />

Santiago, Murcia y Zaragoza, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong>, otras ciuda<strong>de</strong>s, cuentan en<br />

la actualidad con n únicos <strong>de</strong> personas<br />

que están reali/;aiiio i¡na interesante<br />

labor en esta parcela <strong>de</strong><br />

la investigación esp?mcn<br />

que lia permitido (fíer;<br />

maduren Jo* homln ani<br />

que tenían condici'" 1<br />

nes para ello. Pr^"<br />

cipamente, un fenómeno <strong>de</strong> mi*<br />

tra posguerri ha «ido hi iriquielf<br />

histórica, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> penetrar •,<br />

el sentido di=l pasado df Es pañí<br />

Pero, cosa notable, no para Ireoíi i<br />

lar con él tópicos polémicos, ^ir,.<br />

para reconstruir ese pasado con i^,n<br />

máximas garantías <strong>de</strong> objetividad^.;<br />

única manera <strong>de</strong> (pie sea valcdí. 1 ^;<br />

De aquí las rectificaciones una= v (J ;<br />

cv.~¡ v ]a acogida leal y a-íranVcknm<br />

a las aportaciones que <strong>de</strong> vhrhcollurnlcs<br />

lleffnn. Y también e] f nn<br />

tudio sistemático <strong>de</strong> capítulos, qiiaii<br />

estaban abandonados o sin inicia»])<br />

Intentar una síntesis apretai '•<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>-arrollo <strong>de</strong> las distintas P')I:P<br />

pecirilida<strong>de</strong>-s es siempre peligrarle<br />

r>*>rque resultará a la fuerza fiemart<br />

slado esauemática. En casi to<strong>de</strong>nl<br />

hav muchos nombres que r<br />

•>ir"v¡do nnner en linea, ñor tenista<br />

,-, pso- 'Ovinos t-Mi "s'KiíÍMle'í en c-n |<br />

e"oca <strong>de</strong> prisa. ?lá<br />

En're los oreh i-ío n adore.-, &£r<br />

sentido general -don<strong>de</strong> se ha trf¡


pea!)- dinla <strong>de</strong> que no lodo lo hech. con iodo.<br />

f,jfhí queda un c-íucrz;* \ IÍÍIH lab >r<br />

:irji¡" cristalizará en su día.<br />

Mucho- maesiros va con«agn;d"mr<br />

sf enlazan enn los <strong>de</strong>l pagado<br />

tini"diato. Trír« ver un poro ai-la-<br />

J".» uno-; \ oíros, poro con un:' nieí¿'<br />

"ioiot'in. A«í se nos ¡iiüinv""!! j >-sú -<br />

,nbón. J n i m e Vicé^s. Sinil'air ><br />

wntern Di'a/- Antonio K ¡-inéu <strong>de</strong><br />

H:mas. ,To>é Alaría Jo-, er. !''•"íeras<br />

pero Iod han <strong>de</strong>jado mi<br />

(asir o dií 1 -<br />

seiilcs. y por eiío su paso muchas<br />

'ifv< be ha marradn e-p¡'ci:i¡ mer)!.non<br />

e| magisterio <strong>de</strong> ¡;! palabni y<br />

áaíirnlo. (pe es preciso reconocer<br />

dan preciado MU re«;aie". -\ ]»»" 11 rn i s<br />

•tan \n por < itcmia s>o I;| ncíuií-i-<br />

'.aii ¡Tiuifíí i Lilü. porque -üperarmí<br />

,1 jiro]i;a edad. í.ueiío. h>s ¡n;í.-. ecr-<br />

¡a.'ios y los que aún ¡onnnn p;- ¡\e<br />

re la \ ida nniversi h-r'a. i, n [ r •<br />

tilos, Cayetano Alcázar. (Jriae ¡<br />

xnv BiMam-inte. Juan i]c VÍa-a<br />

arríazo y ¡michos más.<br />

liemos dicho qne en ¡lincho- >a-<br />

¡K ha Mdo preciso crear escuela^<br />

: ur\ a« para etifreniar^e (ífin capílilus<br />

d"s


(Viene <strong>de</strong> la váa. anterior./<br />

ios radicales <strong>de</strong> épocas anteriores<br />

querían ser «radicales» para explicar<br />

con mayor seguridad, con mejor firmeza,<br />

con absoluta vali<strong>de</strong>z aquellas verda<strong>de</strong>s<br />

que suponían no evi<strong>de</strong>nciadas<br />

por los razonamientos, por las intuiciones,<br />

por las síntesis <strong>de</strong> sus antepasados.<br />

En cambio, lo que el existencialismo<br />

intenta es radicar al hombre<br />

en ei hombre en cuanto individuo concreto<br />

singular; y en él la verdad y su<br />

significación. El existencialismo —y<br />

esto es 5o verda<strong>de</strong>ramente original —<br />

<strong>de</strong>scubre en el análisis <strong>de</strong> ese ser que<br />

se llama hombre, la incoherencia y lo<br />

absurdo <strong>de</strong>l ser, tal como viene entendido<br />

con anterioridad. Más sencillo: el<br />

conocimiento auténtico <strong>de</strong> cada uno<br />

<strong>de</strong> nosotros revela la inautenticidad<br />

<strong>de</strong>] esclarecimiento <strong>de</strong>l obieto clásico<br />

<strong>de</strong> todas las filosofías.<br />

Bueno será recordar, antes <strong>de</strong> seguir<br />

a<strong>de</strong>lante, que el existencialismo<br />

tiene buen cuidado en asegurar que el<br />

pensamiento <strong>de</strong>l hombre no está solo<br />

nunca, como tal pensamiento. El pensamiento<br />

está siempre acompañado <strong>de</strong>l<br />

hombre. V; 1 siempre con el hombre, y<br />

en el hombre mora. Más aún, el pensamiento,<br />

propiamente hablando, no<br />

piensa. Quien piensa es el hombre, valiéndose<br />

para ello <strong>de</strong>l pensamiento. Y<br />

aunque esta frase se lee también y<br />

bien clara en Santo Tomás <strong>de</strong> Aquino,<br />

es en los exisfencialistas en quienes<br />

adquiere un vuelo peligroso y alilargo.<br />

El primer escritor que pasa por<br />

existencjalista, con conciencia <strong>de</strong> lo<br />

que ser existencialista importa y comporta,<br />

es el teólogo danés Soren<br />

Kiorkegaard. Pues bien, cuando e!<br />

hombre llamado Soren Kierkegaartf<br />

<strong>de</strong>sarrolla sus pensamientos no pue<strong>de</strong>,<br />

por esfuerzos que realice, <strong>de</strong>sligarse<br />

<strong>de</strong> su ser hombre, <strong>de</strong> lo que el ser<br />

tai hombre impone; no consigue <strong>de</strong>jar<br />

<strong>de</strong> set le que es, ¡jorque es precisamente<br />

' íies<strong>de</strong> lo que es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />

comienza su empresa. Cuando se retuerce,<br />

o cuando se serena para dominar<br />

sus pensamientos o sus <strong>de</strong>seos,<br />

o para lanzarlos al vuelo, soltando la<br />

cuerda que les sujeta ai hombre, como<br />

si enturbiaran la existencia auténtica,<br />

como si fueran, por ser pensamientos,<br />

tentación <strong>de</strong>shonrosa, lo hace <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

un ángulo vital, no precisamente i-telectual.<br />

Y este ángulo vital er );¡<br />

concepción luterana <strong>de</strong> la vida en la<br />

que se halla inmerso. Kierke^aard,<br />

entiéndase bien, no se apropia ei b¡teranismo,<br />

es la creencia luterana la<br />

que se ha apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> él. la que<br />

informa su pluma, sus latidos, su sentir,<br />

su vacío infinito. Kíerk^fvañrd. padre<br />

<strong>de</strong>l existencialismo. es un filósofo<br />

que filosofa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el protestantismo,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un protestantismo vivo y radica!.<br />

Tal vez el primer filósofo que RC-<br />

túa intelectualmenie <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa con<br />

moción teológica con Inexorable vit-j<br />

lídad. Y este trasfondo religioso, qu i%<br />

no sería oportuno ni pertinente <strong>de</strong>sarrollar<br />

aquí, es el que explica la facilidad<br />

con que los nombres se adormecen<br />

o saltan en una doctrina que<br />

escarba en las raíces más hondas y<br />

más amargas <strong>de</strong> su ser.<br />

La historia <strong>de</strong> la cultura favorece<br />

nuestra apreciación. Los literatos y<br />

los filósofos que han alcanzado e! supremo<br />

favor <strong>de</strong> las gentes han sido,<br />

no los que hablan «ab- corazón, sino<br />

los que hablan <strong>de</strong>l corazón «<strong>de</strong>s<strong>de</strong>» el<br />

corazón. Aunque ese corazón <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el_<br />

que gritan su fe o su <strong>de</strong>sesperación'<br />

sea un corazón en mancilla. No son<br />

los autores favoritos <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong><br />

hoy aquellos que dialogan o dogmatizan<br />

«sobre* temas religiosos, sino los<br />

qae plantean problemas «<strong>de</strong>s<strong>de</strong>» su<br />

tragedia religiosa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro tur<br />

bio o luminoso <strong>de</strong> una religiosidad<br />

que les anima y vitaliza. Nietzsche<br />

— filósofo <strong>de</strong> la cultura- , Dostoievsky<br />

novelista—-, contemporáneos <strong>de</strong>l teóíoge<br />

Sanes, son ejemplos bien concretos.<br />

A los tres íes queman en los labios<br />

las paT&rjrns no por el fuego que<br />

las palabras encien<strong>de</strong>n, sino por el roce<br />

y la presión que ejercen sobre ellas<br />

los labios para sacarles luz. Tanto es<br />

así, que el existencialismo renuncia,<br />

para hablar, a las palabras, siempre<br />

que ello es posible, y <strong>de</strong>scuida el pensamiento<br />

como expresión <strong>de</strong> su existencia<br />

humana, y usa o crea palabras<br />

y sentimientos como experiencia religiosa.<br />

La muerte, la angustia, la náusea,<br />

el cuidado, la <strong>de</strong>sesperación, la<br />

nada, la autenticidad, la preocupación,<br />

son expresiones que si no tiemblan en<br />

el alma como esperanza o como favor.<br />

no tienen sentido. Siendo como son<br />

- asi escriben los existencialistas<br />

'a., úiiicds que l evelan al hombre en<br />

cuanto hombre.<br />

El existencialismo acampa f?n H<br />

hombre, en su fondo luminoso; no en<br />

algo <strong>de</strong>l hombre, por excelso que 1<br />

supongamos. Cuando el hombre quiere<br />

conocerse y se <strong>de</strong>ja llevar, para legrar<br />

ese conocimiento, <strong>de</strong> la conciencia<br />

espontánea, se aplebeya, se hac r<br />

indigno <strong>de</strong> si mismo, cediendo su dignidad<br />

existencial, humana, a lo que Ir<br />

imponen las cosas. Y se <strong>de</strong>sbumaniza,<br />

se <strong>de</strong>sintegra, se pier<strong>de</strong> a sí mismo en<br />

la razón. Descartes - piensa el existencialismo--<br />

fue un ingenuo <strong>de</strong> la<br />

filosofía; Hegel, un alucinado, porque<br />

intentaron llegar al ser partiendo <strong>de</strong>!<br />

pensamiento, siendo asi que el tomar<br />

partido por el pensamiento es pisar<br />

terreno falso para ensayar cualquier<br />

brinco que baya <strong>de</strong> esclarecernos la<br />

existencia humana. El pensamiento,<br />

como arma reveladora, es arma traidora;<br />

mata al ser que dice <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r.<br />

Es el ser - el ser. que es el hombre<br />

que piensa- el que ha <strong>de</strong> revelarnos,<br />

como pue<strong>de</strong> él alcanzarlo, lo que hay<br />

que hacer con el pensamiento, e incluso<br />

el que ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirnos, con la forma<br />

<strong>de</strong> expresión que le sea propia,<br />

qué es, y qué valor, y qué objetividad<br />

hay que otorgar al pensamiento. Gabriel<br />

Maree! estereotipará esta resolución<br />

existencialista concluyendo que<br />

el hombre es y será siempre misterio,<br />

al paso que su pensamiento y lo que<br />

el pensamiento presenta son, si acaso,<br />

problemas. Y lo más triste que pue<strong>de</strong><br />

acontecemos es convertir ei misterio<br />

en problema.<br />

El existencialismo estima que el dar<br />

la primacía a la razón no es donación<br />

auténticamente humana, aunque suoonga<br />

—eso si— una comodidad vital.<br />

La razón --ahora es Sartre el que habla<br />

- convierte en esencias, en verda<strong>de</strong>s<br />

eternas e inmutables, todo lo que<br />

toca;' también a la existencia humana,<br />

si la alcanza. Y esto es falsear<br />

radicalmente el carácter que posee la<br />

existencia humana <strong>de</strong> cada hombre.<br />

La razón o/rece al hombre la inmortalidad<br />

<strong>de</strong> la serpiente -la metáfora<br />

es <strong>de</strong> Chestov—; pero una vez probado<br />

el fruto, lo que alcanzamos es<br />

la maldición y la vagabun<strong>de</strong>z como<br />

existencia. O la hipocresía <strong>de</strong> creernos<br />

seguros. En un alargamiento <strong>de</strong><br />

la metáfora, convirtiéndola en alegoría,<br />

podríamos añadir que el hombre<br />

se escon<strong>de</strong> a la verdad que le ofrece<br />

la existencia auténtica <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>leitarse<br />

con el fruto <strong>de</strong>l árbol prohibido.<br />

L;> existencia <strong>de</strong>l hombre gana<br />

con la razón un sentido <strong>de</strong> permanencia<br />

y <strong>de</strong> estabilidad que contradice lo<br />

que la existencia es y comporta. El<br />

existencialismo es en esto irreducible;<br />

sólo a la luz <strong>de</strong> la existencia habrá<br />

que esclarecer qué significación<br />

po<strong>de</strong>mos atribuir a la esencia. Y éste<br />

es el sentido <strong>de</strong> esa frase tan equívoca,<br />

que suele darse como cifra y<br />

clave <strong>de</strong>l existencialismo, <strong>de</strong> que ;


EL SU E Ñ O DE UN<br />

ANCIANO<br />

ANDRÉS VAOTUKÍ DE PSADA<br />

JOHN HENRY CARDENAL NEWMAN:<br />

El sueño <strong>de</strong> un anciano. Traducción<br />

nota, prólogo y glosa <strong>de</strong> Andrés Vázquez<br />

<strong>de</strong> Prada. <strong>Madrid</strong>, Rialp, 1954,<br />

172 páginas. Biblioteca <strong>de</strong>l Pensamiento.<br />

Cuando Newman escribió este poema<br />

era un anciano casi a las puertas<br />

<strong>de</strong> la muerte. Los médicos,<br />

al menos, así se lo habían asegurado.<br />

Le quedaban, sin embargo, cerca <strong>de</strong><br />

treinta años <strong>de</strong> vida y muchos sex'vicios<br />

aún que prestar a la Iglesia en<br />

su Inglaterra natal. No quiso Newman<br />

en esta obra exaltar directamente la<br />

inmortalidad <strong>de</strong>l alma humana ni<br />

tampoco poner <strong>de</strong> manifiesto la vanidad<br />

<strong>de</strong> las cosas terrenas ante la<br />

muerte, que a todos iguala, ni aun siquiera<br />

<strong>de</strong>scribir el camino <strong>de</strong>l alma<br />

hacia Dios, inquieta hasta el momento<br />

en que le alcance según ia frase<br />

<strong>de</strong> San Agustín.<br />

(,E1 sueño <strong>de</strong> Geroncio», o, traduciendo<br />

el cultismo, <strong>de</strong> un anciano, es el<br />

poema <strong>de</strong>l momento <strong>de</strong>l tránsito, <strong>de</strong><br />

esa frontera difícil <strong>de</strong> pasar y casi<br />

tanto o más <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir entre esta<br />

vicia y la otra. «La ictu oculi»: en un<br />

momento, en un abrir y cerrar <strong>de</strong><br />

ojos, terminará todo. Geroncio y su<br />

ángel custodio son aquí los únicos<br />

protagonistas. El poema tiene, come<br />

pue<strong>de</strong> verse un profundo contenido<br />

teológico, pero su primera intención<br />

no es apologética ni dogmática, sino<br />

hondamente humana. Newman, el<br />

converso, que aún no había llegado a<br />

car<strong>de</strong>nal, piensa con angustia en la<br />

muerte que cree cercana. Una sensación<br />

nueva, <strong>de</strong> vuelta a la nada, <strong>de</strong><br />

sentir próxima una ausencia absoluta<br />

lacha en él con ¡a confianza en Dios.<br />

Asi, como en los últimos escritos <strong>de</strong><br />

Savonaroia, o como en el Salmo inicial<br />

<strong>de</strong> la Misa, la <strong>de</strong>sesperanza y la<br />

.seguridad inician su diálogo.<br />

Sobria la expresión, hay, sin err<br />

bargo, una gran penetración psicoló<br />

¡;ica. Los inconvenientes para lograi<br />

la unidad poética <strong>de</strong>seada son gran<br />

<strong>de</strong>s. Cuando, un poco más a<strong>de</strong>lante,<br />

el alma <strong>de</strong> Geroncio haya <strong>de</strong>jado ya<br />

el cuerpo el panorama cambiará poi<br />

completo. Ni el tiempo ni el espacie<br />

existen ya. y otras completamente di-<br />

ferentes son las coor<strong>de</strong>nadas a que<br />

referirlo todo. Una querencia <strong>de</strong> lo<br />

material, un apego a los sentidos, que<br />

no obstante han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser, hace<br />

confuso y fantasmal el soliloquio <strong>de</strong><br />

esa alma. Pero el Ángel entonces va<br />

R cumplir por última vez su misión.<br />

Ese hombre, que ahora está a punto<br />

<strong>de</strong> llenar el hueco que un ángel rebel<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>jara, va a terminar su carrera.<br />

El ángel exulta, recordando ahora<br />

la suave y persuasiva fuerza que<br />

Dios hizo en cada momento sobre esa<br />

alma. Exulta, porque lo compren<strong>de</strong><br />

todo, porque es su custodio. Empieza<br />

ya una serenidad, principio <strong>de</strong> la recompensa<br />

que nunca terminará.<br />

Un gran horizonte <strong>de</strong> magnitu<strong>de</strong>s<br />

cosmológicas vendrá ahora a central<br />

este caso único individual —se muere<br />

solo- <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la gran historia.<br />

Son ángeles y <strong>de</strong>monios los que ahora<br />

blasfemas o alaban, pero siempre<br />

seres reales. El horizonte cósmico <strong>de</strong>l<br />

poema nunca se pier<strong>de</strong> en abstraciones<br />

ni fantasías, como nunca <strong>de</strong>saparece<br />

la serenidad que domina el poema<br />

todo. El alma siente entonces como<br />

nunca el pecado, y el purgatorio<br />

es el <strong>de</strong>stino que sigue a ese juicio<br />

sólo insinuado por el ambiente circundante.<br />

El ángel le acompaña hasta<br />

allí y se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>, pero no para<br />

siempre: «Veloz pasará aquí tu noche<br />

<strong>de</strong> prueba, y volveré a <strong>de</strong>spertarte <strong>de</strong><br />

mañana.»<br />

De aquel fabuloso bailarín Quedaba<br />

un salto y el prodigio <strong>de</strong> sostenerse<br />

suspendido en el aire. Se ha convertido<br />

ya Vatzlav Nijinsky en un mito<br />

<strong>de</strong> la danza, y todos hemos conocido<br />

a alguien que lo vio actuar en el teatro<br />

Real o en París, y que nos dijo;<br />

«Cuando Nijinsky hacia su entrada en<br />

El espectro <strong>de</strong> la rosa con aquel increíble<br />

salto...» O bien: «Era una maravilla<br />

verlo suspendido unos segundos<br />

en el aire...»<br />

Pero la biografía escrita por su esposa,<br />

Rómola, nos <strong>de</strong>ja mucho más que<br />

esa hazaña, más <strong>de</strong>portiva que artística.<br />

La Vida <strong>de</strong> Nijinsky, que ya se editó<br />

en castellano en mayo <strong>de</strong> 1944, %e<br />

reedita ahora, consi<strong>de</strong>rablemente ampliada<br />

con Los últimos años <strong>de</strong> Nijinsky,<br />

también por Rómola, y en cuyas<br />

sangrantes páginas se nos cuenta la<br />

terrible lucha <strong>de</strong> una mujer para hacerle<br />

recobrar la razón a su marido y<br />

para lograr interesarlo <strong>de</strong> nuevo por<br />

su arte.<br />

Hasta marzo <strong>de</strong> 1919, en que fue<br />

diagnosticada la locura <strong>de</strong>l genial bailarín,<br />

tenemos la visión <strong>de</strong> un mundo<br />

lleno <strong>de</strong> colorido y artístico movimiento<br />

—incluso en los años <strong>de</strong> la primera<br />

guerra mundial—, la vida <strong>de</strong> un hombre<br />

en una compañía que fue única<br />

en el mundo y a la cual no se ha podido<br />

igualar: la <strong>de</strong>l Ballet Russe, creada<br />

y animada por aquel gran organizador<br />

y amoral personaje que se Jlamó<br />

Sergio Diaguüev. Este trajo a Occi<strong>de</strong>nte<br />

una verda<strong>de</strong>ra revolución artística<br />

<strong>de</strong> signo muy diferente a la que <strong>de</strong>s-<br />

Tai es la síntesis <strong>de</strong> este poema,<br />

don<strong>de</strong>, como es lógico, aletean continuamente<br />

las resonancias bíblicas. No<br />

falta tampoco un fino sentimiento <strong>de</strong><br />

la Naturaleza, cuando se habla, por<br />

ejemplo <strong>de</strong>l rumor <strong>de</strong>l viento entre<br />

los pinos o <strong>de</strong> las corrientes <strong>de</strong> agua.<br />

Newman ya había dicho en otra ocasión,<br />

cómo la visión poética <strong>de</strong> las cosas<br />

es un <strong>de</strong>ber para los cristianos<br />

Su intento es difícil, pero el poema<br />

<strong>de</strong>ja una sensación <strong>de</strong> algo logrado,<br />

a la vez <strong>de</strong>licado y consistente. La intensidad<br />

existencial <strong>de</strong> esos momentos<br />

en que se consuma la metanoía.<br />

la purificación <strong>de</strong> una mente que ha<br />

trascendido las limitaciones terrenas<br />

&•; una empresa siempre arriesgada.<br />

La experiencia es personal, irrepetible,<br />

y el sentido <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong>masiado<br />

profundo para que las palabras<br />

no vengan a morir. Pero esta parábola<br />

<strong>de</strong>l soñador <strong>de</strong> la muerte encuentra<br />

su camino sencillo y humano. Ai<br />

diálogo fundamental entre Geroncio<br />

y el ángel, acompañan los cánticos <strong>de</strong><br />

los coros celestes o las <strong>de</strong>precaciones<br />

<strong>de</strong>l sacerdote, que resuenan como un<br />

ritornello durante esa tierra <strong>de</strong> nadie<br />

entre la vida y la muerte: «¡Empren<strong>de</strong><br />

tu jornada!»<br />

La traducción, que no carece <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s,<br />

ha sido llevada a feliz término<br />

por Vázquez <strong>de</strong> Prada, <strong>de</strong> quien<br />

son también la precisa biografía que<br />

encabeza el volumen y el amplio prólogo,<br />

que junto con la glosa final estudian<br />

con precisión el contenido <strong>de</strong>i<br />

poema, que ahora se traduce por vez<br />

primera al castellano.<br />

VICENTE CACHO VIU<br />

ITINSKI<br />

pues había <strong>de</strong> estallar en Rusia. Y l«<br />

figura central <strong>de</strong> aquel torbellino dt<br />

música y color, <strong>de</strong> ritmos y plástica.,<br />

fue el extraño Nijinsky. Rómola, una<br />

muchacha <strong>de</strong> la buena sociedad húngara,<br />

se enamoró <strong>de</strong> Vatzlav y logró<br />

entrar en la compañía para bailar pequeñas<br />

partes. Aprovechando un <strong>de</strong>scuido<br />

<strong>de</strong>l celoso Sergio (celoso en más<br />

<strong>de</strong> un sentido), se casó con Nijinsky.<br />

A partir <strong>de</strong> este momento empezaría<br />

para el joven matrimonio la más inmoral<br />

<strong>de</strong> las persecuciones. Diaguilev<br />

—aunque más tar<strong>de</strong> llorase ante el Nijinsky<br />

loco— no había <strong>de</strong> perdonarlos:<br />

a él, por su infi<strong>de</strong>lidad, y a ella, por<br />

haber sido más hábil que él.<br />

Es muy posible que el libro <strong>de</strong> Rómola<br />

(los dos libros, que constituyen<br />

un formidable cuadro <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />

coreográficas y musicales <strong>de</strong> las<br />

principales figuras <strong>de</strong>l extraordinanu<br />

espectáculo) no sea todo lo imparcia 1<br />

que se podría <strong>de</strong>sear. Esto es natural.<br />

Una mujer nos está contando la vida<br />

<strong>de</strong> su marido, a quien adoraba, y <strong>de</strong><br />

ella misma. Muchas veces la vemos<br />

<strong>de</strong>masiado interesada en justificarse y<br />

nos parece que insiste más <strong>de</strong> lo necesario<br />

en explicar sus propios sufrimientos.<br />

Pero el hecho es que Nijinsky,<br />

en esos treinta años hasta 1950<br />

—en que murió el bailarín en Londies—,<br />

flota en este segundn libro en<br />

una impresionante nieb!a mental y adquieren<br />

un relieve formidable su mutismo<br />

y su inmovilidad en medio <strong>de</strong><br />

un mundo en guerra. Rómola lo <strong>de</strong>fien<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> malos enfermeros, lo lleva d*:<br />

RÓMOLA NIJINSKY: Vida <strong>de</strong> Nijinsky.<br />

2. edición, aument&ua con Los<br />

últimos arios <strong>de</strong> Nijinsky. Colección<br />

«Ser o no Ser». Ediciones Destino.<br />

Barcelona, 1954. 473 páginas.<br />

un lado a otro, con gran peligro para<br />

ambos, y, sobre todo, no cesa en su<br />

empeño <strong>de</strong> <strong>de</strong>volverle la razón<br />

Los dos libros ds Rómola Nijinsky<br />

—que en realidad sen uno solo— nos<br />

traen un aroma perdido. A ratos, es<br />

ei aroma <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> un fin <strong>de</strong> época.<br />

Otras veces, en cambio, es el canto<br />

al arte <strong>de</strong> siempre. El propio Nijinsky<br />

fue, en su art Q coreográfico, <strong>de</strong>licado<br />

como una mujer y feroz como un<br />

tigre. Se compren<strong>de</strong> su locura. En pocas<br />

obras como en ésta se ha podido<br />

apreciar el estremecedor conflicto entre<br />

las limitaciones humanas y la voraz<br />

exigencia <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los espectáculos,<br />

conflicto pue alcanza proporciones<br />

<strong>de</strong> auténtica tragedia cuando un hombre,<br />

como le sucedió a Nijinsky, es<br />

consi<strong>de</strong>rado como un dios Dagano por<br />

•;s <strong>de</strong>votos <strong>de</strong> su arte.<br />

.TOSE TARSIS<br />

AUTOCRÍTICA DE<br />

Las<br />

oscuras raíces<br />

Premio Elisenda <strong>de</strong> Mont-<br />

í 1 REO que mi novela habrá <strong>de</strong> pa-<br />

^- J reeerle al lector <strong>de</strong>sconfiado, imposible.<br />

Imposible, que las criaturas<br />

se amen así, íiue se corten unas <strong>de</strong><br />

otras <strong>de</strong>l tajante y <strong>de</strong>sesperado modo<br />

con que lo hacen; imposible que hay;i<br />

una mujer capaz <strong>de</strong> sentirse madre<br />

<strong>de</strong> la hija <strong>de</strong>i hombre a quien supo<br />

amar, y que por ser <strong>de</strong> él roba y retiene<br />

celosamente; que haya una madre,<br />

la auténtica, que espere el milagro<br />

<strong>de</strong> ver reaparecer a su hija, y que<br />

el milagro, por creer en él, acceda a<br />

producirse. Y, sin embargo, todo lo<br />

que cuento es posible, y quiero que<br />

i Pasa a la pag. siguiente.>


(Viene <strong>de</strong> la pág. anterior.)<br />

el lector no habituado ai prodigio me<br />

conceda un margen <strong>de</strong> confianza y<br />

entre conmigo en la relampagueante<br />

galería <strong>de</strong> «Las oscuras raíces». La<br />

realidad, copiada tal cual es, sueie<br />

parecer imposible casi siempre, mientras<br />

que la fantasía pue<strong>de</strong> aspirar a<br />

ser consi<strong>de</strong>rada como verdad. Y es que<br />

la vida va más allá <strong>de</strong> la mente humana,<br />

y si a mí me gusta Ja realidad<br />

es por Increíble; por eso Ja tomo e<br />

intento superarla por medio <strong>de</strong>l arte.<br />

He dicho ya que la Poesía (pues todos<br />

me conocen como poeta, y ello<br />

parece que me «disminuye», en cierto<br />

modo, ante la opinión resuelta » afirmar<br />

que los poetas no somos capaces<br />

<strong>de</strong> escribir novelas) me sirve para<br />

«comunicarme» yo; en tanto que la<br />

Novela me acerca a la humanidad, que<br />

trato <strong>de</strong> interpretar sin cortarla <strong>de</strong><br />

sus esencias. Estos seres <strong>de</strong> mi novela<br />

necesitaban que un poeta los biografiara,<br />

y si mi lenguaje es poético<br />

siempre, es porque yo sé que «ellos»<br />

viven una vida humana cargada <strong>de</strong> vicisitu<strong>de</strong>s,<br />

pero jamás exenta <strong>de</strong> belleza.<br />

Es lógico que los amantes <strong>de</strong>l realismo<br />

crudo me encuentren <strong>de</strong>masiado<br />

literaria, y que los tímidos me acusen<br />

<strong>de</strong> excesivamente realista. No voy<br />

a discutir quién tendrá la razón, porque<br />

estoy dando la mía para <strong>de</strong>finir<br />

— no justificar— mi obra. Indudablemente<br />

me he sostenido en un clima<br />

térmico, sólo propicio al <strong>de</strong>sarrollo y<br />

manifestación <strong>de</strong> euanto <strong>de</strong> extraño y<br />

soñador llevan en sí las criaturas, y<br />

que un violento manotazo <strong>de</strong> la sensatez<br />

tiraría abajo no sólo mi novela,<br />

¡sino «La vida es sueño» y la propia<br />

existencia <strong>de</strong> «Don Quijote»! Mas hay<br />

que tener en cuenta que «ios poetas»<br />

nos movemos siempre por encima <strong>de</strong><br />

la razón vulgar, y.que hasta el sesudo<br />

Erasnio escribió un «Elogio <strong>de</strong> la<br />

locura». Aunque no es por ella por lo<br />

que yo he trazado los itinerarios psicológicos<br />

y geográficos <strong>de</strong> mis personajes,<br />

sino porque me apasionan las<br />

singladuras <strong>de</strong>l espíritu y <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

Quizá abuse <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scripciones viajeras,<br />

ya que la protagonista no para<br />

un momento —más que para morirse,<br />

que es reempren<strong>de</strong>r el viaje más dilatado<br />

y sorpren<strong>de</strong>nte — , y se recorre<br />

toda España —prefiriendo el Mediterráneo,<br />

por más viejo y sabio- y buena<br />

parte <strong>de</strong> Europa; sin llegar a <strong>de</strong>scubrir<br />

<strong>de</strong> ella más <strong>de</strong> aquello que ve<br />

todo viajero sin guía en la mano,.. La<br />

propia casa, funesto personaje <strong>de</strong> suma<br />

importancia en la novela, en don<strong>de</strong><br />

pasan los sucesos <strong>de</strong> amor más<br />

grave, es una terrible viajera «inmóvil»:<br />

ella va por la sangre <strong>de</strong> los que<br />

la habitan, transfundiéndoles su morbo<br />

trágico y <strong>de</strong>solante. Pero ni una<br />

casa, ni una mujer enloquecida <strong>de</strong><br />

amor, ni «na muchacha empeñada en<br />

mantenerse en el misterio a que la<br />

obligan, ni los hombres enamorados y<br />

fugitivos, ni el enamorado fieí y <strong>de</strong>sinteresado,<br />

ni ias figuras secundarias,<br />

que también imprimen su peso, ni...,<br />

ni... Ninguno, en resumen, se aparta<br />

<strong>de</strong>l «lima a que antes aludí, y que, como<br />

<strong>de</strong> autor poeta qué lo creó, pue<strong>de</strong><br />

parecer irreal a fuerza <strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ro.<br />

Creo que «Las oscuras raices» es<br />

una novela literaria y con vida propia,<br />

que contiene fe, esperanza y caridad.<br />

Si bien no abre un mundo, tampoí-o<br />

lo cierra. Yo quisiera que lo continuara.<br />

A mí, por lo menos, «me continúa»<br />

como quien soy. Me disculpo ante<br />

quienes, por tenerme ya catalogada<br />

como poetisa —y les estoy agra<strong>de</strong>cidísima<br />

por la generosidad que eso 1 significa—,<br />

se encuentren ahora con «jue<br />

también escribo novelas. Es posible<br />

que no alcance su aprobación. Tanto<br />

como es posible que los que me aprueban<br />

como novelista lleguen a <strong>de</strong>scalificarme<br />

como poetisa. Habrá que resignarse<br />

a todos los juicios, sin arrepentirse<br />

<strong>de</strong> dar lugar a ellos. Eso sí<br />

que no. Pues si una escribe es «porque<br />

no pue<strong>de</strong> hacer menos».<br />

CARMEN CONDE<br />

Kcütorial Garlx», Barcelona. — 334 páginas,<br />

ení'i!a<strong>de</strong>mado en tela. 40 pesetas.<br />

WALKER, JOHN: La pintura norteamericana.<br />

Barcelona, Xeis y Jíarral.<br />

60 páginas.<br />

Termina esta obra con el estudio <strong>de</strong><br />

la producción pictórica <strong>de</strong> Mary Cassat<br />

y Whistler, con la generación, por tanto,<br />

que a fines <strong>de</strong>l siglo pasado se incorporó<br />

a los movimientos europeos,<br />

parisienses más concretamente, separándose<br />

<strong>de</strong> una patria don<strong>de</strong> no encontraron<br />

ambiente propicio. Todo lo<br />

que haya podido ocurrir con posterioridad<br />

queda fuera <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong><br />

este libre» y, por tanto, en el periodo<br />

que se estudia tiene que haber una<br />

referencia continua a la pintura europea,<br />

<strong>de</strong> la que sólo difiere la norteamericana<br />

en algunos matices. Enumera<br />

Walker las diferencias psicológicas<br />

Que trascien<strong>de</strong>n en los retratos., un escenario<br />

natural nuevo influyendo sobre<br />

los paisajistas o unas obras <strong>de</strong> carácter<br />

local y primitivo. No faltan figuras<br />

que o bien se trasladaron a Inglaterra<br />

antes <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, o<br />

ya en el siglo XIX, en. su propio país,<br />

que pue<strong>de</strong> ser interesante estudiarlas<br />

para completar así el mapa <strong>de</strong> la difusión<br />

<strong>de</strong> los estilos que estaban en<br />

boga en Europa.—C. V.<br />

ENSAYO<br />

FERREIRA DE MELLO, RUBENS:<br />

Tratado <strong>de</strong> Derecho diplomático. Prólogo<br />

<strong>de</strong> Antonio <strong>de</strong> Luna. Consejo<br />

Superior <strong>de</strong> Investigaciones Científicas.<br />

<strong>Madrid</strong>, 1953. 721 páginas.<br />

El Instituto Francisco <strong>de</strong> Vitoria da a<br />

conocer el libro <strong>de</strong>l ilustre diplomáticc<br />

brasileño en un momento que —como<br />

comenta el prologuista-— todo el mundo<br />

habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la diplomacia,<br />

<strong>de</strong>mostrando así la importancia que le<br />

merece el tema. Reviste la obra <strong>de</strong>l<br />

profesor Ferreira <strong>de</strong> Mello un interés<br />

extraordinario, ya que une a una clara<br />

y concisa exposición <strong>de</strong> la materia, lejos<br />

<strong>de</strong> todo retoricismo, una utilidad<br />

documental difícilmente igualada., pues<br />

resuelve cuantos problemas <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n<br />

práctico generales puedan plantearse.<br />

Po<strong>de</strong>mos dividir el tomo en tres partes<br />

fundamentales. La primera, como<br />

auténtico tratado <strong>de</strong> Derecho diplomático,<br />

a través <strong>de</strong> cinco amplios capítulos<br />

: I. Órganos <strong>de</strong> las relaciones diplomáticas;<br />

II. Requisitos <strong>de</strong> la acción diplomática;<br />

III. La acción diplomática;<br />

IV. Protocolo y ceremonial, y V. Aspectos<br />

<strong>de</strong> la actividad diplomática. Una<br />

segunda parte eminentemente práctica,<br />

como es la exposición <strong>de</strong> los diferentes<br />

formularios usados por las naciones<br />

en su vida <strong>de</strong> relación, algunos <strong>de</strong><br />

ellos <strong>de</strong> indudable interés histórico, y,<br />

finalmente, un apéndice <strong>de</strong> textos internacionales<br />

<strong>de</strong> mayor manejo en Hispanoamérica.<br />

Completa la obra un <strong>de</strong>tallado<br />

índice analítico. La versión española<br />

se <strong>de</strong>be al doctor Fernando<br />

Arias Parga.—J. C. P. J.<br />

PABON, JESÚS: El drama <strong>de</strong> Mosen<br />

Jacinto. Editorial Alpha. Barcelona,<br />

1954. 311 páginas.<br />

Más <strong>de</strong> medio siglo <strong>de</strong> discusión<br />

ncerca <strong>de</strong>l caso Verdaguer llevamos va<br />

los espafoles, sin que aún nos haya-<br />

mos puesto <strong>de</strong> acuerdo sobre la acci<strong>de</strong>ntada<br />

vida <strong>de</strong>l gran poeta <strong>de</strong> la Renaixenqa<br />

catalana. Un metódico historiador<br />

que siempre se ha caracterizado<br />

por un rigor <strong>de</strong> análisis y juicio<br />

verda<strong>de</strong>ramente extraordinario, Jesús<br />

Pabón, también se ha sentido tentado<br />

por el famoso caso <strong>de</strong> Mosén Jacinto,<br />

y fruto <strong>de</strong> tal atracción ha sido un<br />

<strong>de</strong>tenido estudio acerca <strong>de</strong> los hechos<br />

que ocasionaron el doloroso drama <strong>de</strong>l<br />

sacerdote poeta. Con claridad <strong>de</strong> juicio<br />

ha llegado Pabón a <strong>de</strong>mostrar <strong>de</strong><br />

forma evi<strong>de</strong>nte que si el gran poeta<br />

cayó en errores, como todos ios humanos,<br />

jamás fueron éstos tan graves<br />

como algunos intentaron hacer creer.<br />

Por el contrario, Pabón nos presenta<br />

pruebas evi<strong>de</strong>ntes y acertados razonamientos<br />

para llevarnos a la conclusión<br />

<strong>de</strong> que Verdaguer, a pesar <strong>de</strong> sus yerros,<br />

jamás cometió una vileza. El duque<br />

<strong>de</strong> Maura, prologuista <strong>de</strong> este inteligente<br />

estudio <strong>de</strong> Jesús Pabón, certifica,<br />

convencido, que las conclusiones<br />

<strong>de</strong>l biógrafo son acertadas, y aña<strong>de</strong> que<br />

«el exhaustivo análisis <strong>de</strong> Jesús Pabón<br />

<strong>de</strong>vuelve hoy, vindicado, a Cataluña,<br />

uno <strong>de</strong> sus hijos predilectos, e impoluta,<br />

a España entera, una <strong>de</strong> sus glorias<br />

literarias».—R. JVI.<br />

WELLEK, R., y WARREN, A.: Teoría<br />

literaria.<br />

En ia colección <strong>de</strong> tratados y monografías<br />

<strong>de</strong> la Biblioteca Románica Hispánica<br />

aparece, traducida al español,<br />

esta interesante y eruditísima obra &'••<br />

Weilek y Warren. La teoría literaria<br />

<strong>de</strong> que habla su título está dividida<br />

en cuatro partes: <strong>de</strong>finiciones y distinciones;<br />

or<strong>de</strong>nación y verificación <strong>de</strong><br />

materiales; acercamiento extrínseco t>.*<br />

estudio <strong>de</strong> la literatura (literatura y<br />

biografía, psicología, sociedad e i<strong>de</strong>as<br />

y artes), y, por último, acercamiento<br />

intrínseco al tema (análisis <strong>de</strong> la obra<br />

literaria, eufonía y ritmo, estilo, géneros<br />

literarios, etc.).<br />

Los autores se han propuesto, aplicando<br />

novísimos métodos y concepciones,<br />

fundir la preceptiva, retórica o<br />

poética y la crítica con la investigación<br />

y con la historia literaria, distinguiendo<br />

en la literatura una parte estática,<br />

que correspon<strong>de</strong> a las dos primeras<br />

(que abarcan lo normativo y 'o<br />

valorativo), y una parte dinámica, que<br />

gan, y Wellek. checoslovaco, lo es en<br />

correspon<strong>de</strong> a las segundas.<br />

Warren es un catedrático <strong>de</strong> Michila<br />

Universidad <strong>de</strong> Yale; ambos representan,<br />

como indica Dámaso Alonso en<br />

el prólogo, el giro <strong>de</strong> lo genético a Jo<br />

estructural, pues si antes la crítica se<br />

preguntaba por qué y cómo se había<br />

originado la obra literaria, ahora trata<br />

<strong>de</strong> averiguar qué es. Esta es la i<strong>de</strong>a<br />

cue presi<strong>de</strong> el estudio <strong>de</strong> Wellek y<br />

Warren, que está realizado, por cierto,<br />

con extensísima información y va<br />

acompañado <strong>de</strong> una espléndida bibli><br />

grafía sobre los diferentes temas.<br />

Tanto en la estilística, o ciencia <strong>de</strong><br />

la Literatura, como en los resultados,<br />

felicísimos a veces, <strong>de</strong> quienes la aplican,<br />

quedan algunos problemas por<br />

resolver, en relación con la antigua<br />

concepción <strong>de</strong> la crítica literaria. El<br />

análisis <strong>de</strong> una obra consi<strong>de</strong>rada eftructuralmente<br />

como organismo ha dado<br />

excelentes frutos. Pero en la crítica<br />

la intuición ha <strong>de</strong>sempeñado y <strong>de</strong>sempeñará<br />

siempre un papel trascen<strong>de</strong>ntal.<br />

Goethe, Sainte-Beuve o nuestro<br />

Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, penetrando en si<br />

organismo <strong>de</strong> la creación literaria con<br />

el rayo <strong>de</strong> la intuición, han escrito<br />

cosas asombrosas. En <strong>de</strong>finitiva., esto<br />

quiere <strong>de</strong>cir que estaban asistidos <strong>de</strong><br />

don artístico superior a la inteligencia<br />

que trabaja con exquisitos métodos.<br />

He aquí uno <strong>de</strong> los puatos que en<br />

la Teoría <strong>de</strong> Wellek y Warren, como<br />

en obras análogas, no están dilucidados<br />

rigurosamente, a pesar <strong>de</strong>l innegable<br />

valor que encierran sus páginas.—D.<br />

HISTORIA<br />

CHAMPDOR, ALBERT: Ciro, rey <strong>de</strong>l<br />

mundo. Barcelona, Aymá, 1954. 279<br />

páginas. Coler-ción Los Caminos <strong>de</strong><br />

la Vida.<br />

Siempre- es difícil penetrar en la intimidad<br />

<strong>de</strong> un personaje histórico, y<br />

mucho más cuando media un espacio<br />

<strong>de</strong> tiempo tan gran<strong>de</strong> como entre Ciro<br />

y nosotros. Cabe siempre recurrir a la<br />

<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l ambiente, <strong>de</strong> las costumbres,<br />

<strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>saparecidas<br />

hace ya siglos. El empeño es más fácil<br />

cuando se trata <strong>de</strong> una figura tan <strong>de</strong>scollante<br />

como la <strong>de</strong> Ciro, cuya resonancia<br />

llega hasta las páginas <strong>de</strong> Ja<br />

Biblia como libertador <strong>de</strong>l pueblo escogido.<br />

Sus campaña:; contra Creso y<br />

contra Sardanápalo e.stán ampliamente<br />

<strong>de</strong>scritas, basándose en los relatos Oe<br />

Herodoto y Jenofonte, y en el capítulo<br />

final se <strong>de</strong>scriben las principales ciuda<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> su gran Imperio.—C. V.<br />

FERNANDEZ-RÚA, JOSÉ LUIS: M,'dio<br />

siglo <strong>de</strong> c> única escandalosa.<br />

<strong>Madrid</strong>, Calenda, 1054. 4«0 páginas.<br />

40 pesetas.<br />

Cincuenta y tres narraciones d¡ cincuenta<br />

y tres sucesos <strong>de</strong> este siglo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el <strong>de</strong>sastre <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Cuba<br />

hasta las bombas <strong>de</strong> Hiroshima y Nagasaki,<br />

pasando por el robo <strong>de</strong> la Gioconda,<br />

la catástrofe <strong>de</strong>l Musel, el proceso<br />

<strong>de</strong> Verona, el incendio <strong>de</strong>l teatro<br />

Noveda<strong>de</strong>s, la muerte <strong>de</strong> Dollfuss, el terremoto<br />

<strong>de</strong> Mesina, la marcha sobre<br />

Roma, el putch <strong>de</strong> Munich, el toro e»<br />

toqueado en la Gran Vía por el diestro<br />

Fortuna, la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Al Capone,<br />

etcétera, etc., componen este libro, extraordinariamente<br />

agradable <strong>de</strong> leer<br />

para todos, ya que todos los que están<br />

en edad <strong>de</strong> leer libros poseen un recuerdo<br />

más o menos claro, infantil o<br />

no, <strong>de</strong> una porción <strong>de</strong> los episodios narrados.<br />

Es un libro que con gran humildad<br />

<strong>de</strong> estructura y


CASTILLO PUCHE, JOSÉ LUIS: Con<br />

la muerte al hombro, tSiblioteca Nuetfa.<br />

<strong>Madrid</strong>, 1954. 363 páginas. 50 pesetas.<br />

Con la muerte al hombro es una novela<br />

que se pudiera clasificar como<br />

neo naturalista y enmarcada en un ambiente<br />

<strong>de</strong> angustia, aunque no carezca<br />

<strong>de</strong> cierto humor en algunas ocasiones.<br />

La prosa es buena, rápida la acción y<br />

emotiva, a pesar <strong>de</strong> que las tintas negras<br />

se carguen más <strong>de</strong> la cuenta. Claro<br />

es que el relato lo hace en primera<br />

persona un enfermo <strong>de</strong>l espíritu que<br />

ve un mundo <strong>de</strong>formado por sus propias<br />

obsesiones. A veces hay caídas en<br />

el mal gusto, quizá por ese afán <strong>de</strong> naturalismo<br />

que ne señalado anteriormente.<br />

Ejemplo típico <strong>de</strong> tales caídas es la<br />

<strong>de</strong>scripción tan al <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la profanación<br />

<strong>de</strong>l cadáver <strong>de</strong> un pobre sacerdote<br />

asesinado por la canalla marxista.<br />

También es censurable el afán <strong>de</strong> traer<br />

constantemente a cuento ciertas funciones<br />

fisiológicas, muy <strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong><br />

varios poetas y novelistas actuales. A<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> un irremediable asco, a los que<br />

leemos muchas novelas ya nos causa<br />

hastío. Castillo Puclie tiene una prosa<br />

excelente y buena garra <strong>de</strong> novelista.<br />

Por tanto, no <strong>de</strong>be apoyar su fuerza<br />

<strong>de</strong> narrador en un naturalismo <strong>de</strong>sagradable.—R.<br />

M.<br />

CRONIN, A. J.: Mái allá <strong>de</strong>l silencio.<br />

Editorial Éxito, S. A. narcelona, I9J4.<br />

292 páginas. 60 pesetas.<br />

Archibald Joseph Cronin nos ofrece<br />

en Más allá <strong>de</strong>l silencio una novela .<br />

casi policíaca, que en manos <strong>de</strong> otro<br />

autor <strong>de</strong> menor calidad que este famoso<br />

novelista escocés hubiera podido<br />

quedarse e"n un simple interés <strong>de</strong> trama.<br />

Pero Cronin sabe dar calidad humana<br />

a los hechos. La gradación <strong>de</strong>l<br />

interés rebasa lo simplemente policíaco,<br />

pues una vez conocido el asesino,<br />

sigue atrayéndonos la obra, apoyada en<br />

otros valores <strong>de</strong> buena calidad novelística.—R.<br />

M.<br />

FERNANDEZ -FLOREZ, DARÍO: Alta<br />

costura. Editorial Plenitud. Maarid,<br />

1954. 323 páginas. 65 páginas.<br />

Alta costura, última obra <strong>de</strong> Daño<br />

Fernán<strong>de</strong>z-Flórez, es una novela costumbrista,<br />

<strong>de</strong> ambiente madrileño, a<br />

través <strong>de</strong> la cual corre un tema con<br />

cierto carácter policíaco, aunque no estribe<br />

precisamente el interés <strong>de</strong>l relato<br />

en esto último, puesto que el criminal<br />

es fácilmente í<strong>de</strong>ntificable. También<br />

alienta en esta páginas una certera sátira<br />

contra diversos tipos <strong>de</strong> nuestros<br />

días. La novela se lee con agrado, aunque<br />

no falte en ella la consabida mención<br />

<strong>de</strong> cierta función fisiológica, no<br />

muy poética, y que tanto censuramos<br />

constantemente a muchos <strong>de</strong> nuestros<br />

novelistas actuales, dispuestos, por lo<br />

visto, a caer en el mal gusto <strong>de</strong> un<br />

neonaturalismo <strong>de</strong>sagradable. Va siendo<br />

ya una legión <strong>de</strong> novelistas la que<br />

cae en tan <strong>de</strong>safortunada tentación.—<br />

R. M.<br />

GRAHAM, WINSTON: Cor<strong>de</strong>lia. Colección<br />

Aliciente. Editorial Jano. Barcelona,<br />

1953. 493 páginas. 60 pesetas.<br />

Cor<strong>de</strong>lia es una novela <strong>de</strong> trama bien<br />

construida, don<strong>de</strong> juegan el interés y<br />

los ambientes y don<strong>de</strong> los personajes<br />

esí.án agudamente estudiados, así como<br />

la época victoríana, que el autor refleja<br />

con acierto, sin que la obra pase <strong>de</strong><br />

ser entretenida.—R. M.<br />

GIMENEZ-ARNAU, JOSÉ ANTONIO.<br />

La hija <strong>de</strong> Jano. Ediciones Cid. <strong>Madrid</strong>,<br />

1954. 308 páginas. 40 pesetas.<br />

Aunque se trata <strong>de</strong> una segunda edición<br />

<strong>de</strong> La hija <strong>de</strong> Jano, <strong>de</strong> Giménez-<br />

Arnáu, hemos creído conveniente hacer<br />

esta breve reseña, porque es ahora<br />

cuando se publica por primera vez en<br />

España.<br />

La hija <strong>de</strong> Jano, por ser <strong>de</strong> las primeras<br />

novelas <strong>de</strong>l autor, está a menor<br />

altura que las últimas suyas. Los am-<br />

ATENEO<br />

bientes están bien reflejados; pero \o¡><br />

personajes, en su mayor parte, resu 1 -<br />

tan falsos, especialmente el <strong>de</strong>l secuestrador<br />

dé niños, que parece un santo<br />

varón. La anécdota o trama también<br />

acusa cierta inexperiencia, aunque nos<br />

compense bastante <strong>de</strong> tal cosa el buen<br />

estilo <strong>de</strong> narrador que ya acusa Giménez.Arnáu<br />

en esta novela, primera u <strong>de</strong><br />

las primeras que escribió.—R. M.<br />

KRUIP, PAUL DE" Los cazadores <strong>de</strong><br />

microbios, Aguilar. <strong>Madrid</strong>, 1954. 485<br />

páginas. Trad. <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>rico Portillo.<br />

Las aventuras corridas por los investigadores<br />

científicos hasta llegar a ciertos<br />

<strong>de</strong>scubrimientos tienen muchas veces<br />

un interés y una emoción insospechados.<br />

Paul <strong>de</strong> Kruif escoge en este<br />

libro la historia <strong>de</strong> los avances humanos<br />

en un sector oculto y apasionante<br />

<strong>de</strong> la Naturaleza, ¡os microbios, cuyo<br />

conocimiento ha supuesto un avance<br />

tan gran<strong>de</strong> para la Medicina.<br />

Empieza esta serie con la simpática<br />

figura <strong>de</strong>l holandés Leeuwenhoek, un<br />

vecino <strong>de</strong> Delft, en el siglo XVII, que<br />

bien pudo conocer a Vermeer, y cuya<br />

mayor distracción era examinar con un<br />

microscopio por él mismo construido<br />

el impensado mundo <strong>de</strong> pequeños animalitos<br />

que cabían, por ejemplo, en una<br />

gota <strong>de</strong> agua, para comunicar luego sus<br />

<strong>de</strong>scubrimientos a la Real Sociedad<br />

Científica <strong>de</strong> Londres, que recibía atónita<br />

sus comunicaciones.<br />

Pero la lucha contra los microbios<br />

no había empezado todavía, y hemos<br />

<strong>de</strong> esperar ai siglo XIX para llegar al<br />

dramatismo <strong>de</strong> vidas como la <strong>de</strong> Pasteur<br />

o Koch, que con sus investigaciones<br />

venían a salvar a muchos <strong>de</strong> sus<br />

semejantes.<br />

Siguen <strong>de</strong>sfilando figuras y figuras,<br />

hasta llegar a Paul Ehrlich, animadas<br />

todas por una misma pasión científica.<br />

La cuidada versión <strong>de</strong>l señor Portillo<br />

está hecha sobre la última edición inglesa<br />

<strong>de</strong> esta obra, que se publicó por<br />

primera vez en 1926.—C. V.<br />

MONESTIER, MARIANNE: AWert<br />

Schweitzer, el gran doctor blanco.<br />

Barcelona, 1954. Ed. iberia. 204 páginas.<br />

El prólogo <strong>de</strong> Gilbert Cresboa, el<br />

autor <strong>de</strong> Los santos van al infierno,<br />

esboza a gran<strong>de</strong>s rasgos la personalidad<br />

<strong>de</strong> Schweitzer, traída a primer plano<br />

<strong>de</strong> actualidad al concedérsele el año<br />

pasado el Premio Nobel <strong>de</strong> la Paz.<br />

Nacido en un pueblecu.o <strong>de</strong> la alta<br />

Alsacia, tierra siempre en litigio entre<br />

Francia y Alemania, e hijo <strong>de</strong> un pastor<br />

evangélico en medio <strong>de</strong> una región<br />

predominantemente católica, su i<strong>de</strong>ología<br />

no podía menos <strong>de</strong> orientarse hacia<br />

la tolerancia y el respeto mutuos,<br />

que son para él el mejor legado <strong>de</strong>l siglo<br />

XVIII. Historiógrafo <strong>de</strong> Bach y organista<br />

por afición, iilósofo <strong>de</strong> la historia<br />

y médico, su compleja personalidad<br />

se orientó hacia la medicina colonial,<br />

pero no para investigar en un<br />

laboratorio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa, sino trasladándose<br />

bien pronto, con su joven esposa,<br />

Elena, al África ecuatorial francesa.<br />

Allí, en la selva <strong>de</strong> Gabón, fundaron<br />

el hospital <strong>de</strong> Lambarené, <strong>de</strong>n<strong>de</strong> se<br />

<strong>de</strong>sarrolla esta biografía novelada.<br />

Aparece en ella un joven matrimonio<br />

indígena, que simboliza, en las diferencias<br />

entre Ossoka y su mujer. Sopeé,<br />

dos actitu<strong>de</strong>s distintas <strong>de</strong> los pueblos<br />

negros, según que hayan conseguido<br />

más o menos in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia frente a<br />

sus ritos y supersticiones seculares.<br />

La obra está escrita agradablemente<br />

y sin <strong>de</strong>sdibujarse nunca la personalidad<br />

<strong>de</strong>l gran doctor blanco.—C. V.<br />

ROBERTS, CECIL: Solos contra el<br />

mundo. Colección Gigante. Luis <strong>de</strong><br />

Caralt, editor. Barcelona, 1954. 291<br />

páginas.<br />

No es precisamente Solos contra el<br />

mundo una <strong>de</strong> las mejores novelas <strong>de</strong>l<br />

famoso autor <strong>de</strong> Estación Victoria, a<br />

las 4,30. El argumento tiene poca fuerza,<br />

no es verda<strong>de</strong>ramente interesante<br />

en sí. Sin embargo, la narración está<br />

llevada por mano maestra, no cabe<br />

duda, aunque al final Cecil Roberts<br />

recurra al <strong>de</strong>sacreditado truco novelfs-<br />

O- CRECE- O -<br />

Director: FLORENTINO PÉREZ EMBID<br />

ÚLTIMOS NÚMEROS PUBLICADOS<br />

Cerebro internó y sociedad, ¡ oí<br />

JUJJI lío'i CarbJío.<br />

13.— El Orienta Medij, en- r.:c ji.du<br />

<strong>de</strong>l mundo, por Pedro Gómez<br />

Aparicio.<br />

14,-- F amando el Católico, militar,<br />

p:>r .1 ;rge Vigón.<br />

-'.ataluñi, entre Tradición y Revolución,<br />

p r Ignacio Agustí.<br />

l.V -Vna nueva organización económica,<br />

por Eugene Schueller.<br />

i V. •-Lección<br />

permanente, <strong>de</strong>l barroco<br />

españcl, por E. ürozro Díaz.<br />

18- -Teóloga <strong>de</strong> la Pasión, por J sé<br />

M; ría Cirarda.<br />

19.- -La atomización <strong>de</strong> la economía,<br />

por Hjalmar Schachl.<br />

^0. Austria, sí -nbolo <strong>de</strong> la tragedla<br />

europea, por Antón Rothbauer.<br />

21.- -La quiebra <strong>de</strong> la razón <strong>de</strong> Estado,<br />

por G. F. <strong>de</strong> !a Mora.<br />

22.- -Crítica <strong>de</strong> la Restauración liberal<br />

en España, por Joré María<br />

García Escu<strong>de</strong>ro.<br />

23. El espíritu aragonés y din Fernando<br />

el Católico, por Emilio<br />

Alfaro.<br />

24.- -I<strong>de</strong>ología pura y fenomenolog'a<br />

pura, por Leopoldo Palacios.<br />

2S.- -La prensa ante las masas, por<br />

Torcuato Lnca <strong>de</strong> Tena.<br />

26- -El Catolicismo contemporáneo<br />

en Inglaterra, por T. Burns.<br />

27.- -La arquitectura popular española<br />

y su valor ante la arquitectura<br />

<strong>de</strong>l futuro, por Migue!<br />

Fisac.<br />

2Q.- -Donoso Corles, ejemplo <strong>de</strong>l pensamiento<br />

<strong>de</strong> la tradición, por<br />

Edmund Schramm.<br />

29.—Paz<br />

y maquiavelismo, por Alfjnso<br />

<strong>de</strong> Cossío.<br />

33.—<br />

Ruralidad peninsular, por Antonio<br />

<strong>de</strong> Siuza Cámara.<br />

31.—La<br />

tributación en el Presupuesto<br />

español, por José Ln¡s<br />

Villar Palasí.<br />

32 .—El Catolicismo liberal en Francia,<br />

por Jean Roger.<br />

33 .—Fin <strong>de</strong> la sociedad española<br />

<strong>de</strong>l antiguo régimen, por Vicente<br />

Palacio Atard.<br />

34 .—Situación histórica <strong>de</strong>l tiempo<br />

actual, por Rola Moni" r.<br />

.! . fi< J g- (¿ii r. a escén U:O, [> f >r A n It'm<br />

(f,n,.o i.rag.iglia.<br />

.ií>. - Pr.ice-;, ••! ' ¡ormuc.óii d' Int<br />

ilaciones . - i .> mis ti,' vivir v modos 'le<br />

enfermar, por Juan José López<br />

Ibor.<br />

54.— El problema <strong>de</strong> la libertad en<br />

el Islam, por Juan M. Ab<strong>de</strong>l-Jalil.<br />

55.—Or<strong>de</strong>n y jerarquía en la estructura<br />

social, por Santiago<br />

Galin


(Viene <strong>de</strong> la pág. anterior.)<br />

guieron a la crisis <strong>de</strong> 1929 hasta el fi<br />

nal <strong>de</strong> la última guerra, la familia va<br />

creciendo y pasando por una serie I*<br />

vicisitu<strong>de</strong>s contadas <strong>de</strong> una manera directa<br />

y atrayente. Las ilustraciones óe<br />

Reisie Louette están a tono con el carácter<br />

<strong>de</strong> la obra.—C. V.<br />

POESÍA<br />

LÓPEZ ANGLADA, LUIS: Dorada canción.<br />

Santan<strong>de</strong>r, 1954. 41 páginas.<br />

Entre los pocos nombres que van<br />

quedando por <strong>de</strong>recho propio, <strong>de</strong> tantos<br />

como surgieron y rebulleron a raíz<br />

<strong>de</strong> nuestra posguerra en el campo <strong>de</strong><br />

la poesía, está el <strong>de</strong> Luis López Anglada,<br />

porque él es un poeta legítimo,<br />

quiero <strong>de</strong>cir que vuelca enteramente su<br />

corazón sobre ías cuartillas, sin ningún<br />

escamoteo, pues si el juego retórico<br />

existe en sus bellos poemas, también<br />

es cierto que en López Angladi<br />

no es la puerta <strong>de</strong> escape usada por<br />

otros poetas que nada llevan <strong>de</strong>ntro,<br />

sino, por el contrario, es el adorno<br />

gracioso o el primor <strong>de</strong>l lenguaje, siempre<br />

necesarios en la expresión poética.<br />

Luis López Anglada atien<strong>de</strong> por igual<br />

al fondo y a la forma, gustando <strong>de</strong> titular<br />

sus perfectos sonetos al modo<br />

<strong>de</strong> nuestros clásicos; señalamos como<br />

ejemplo elocuente <strong>de</strong> intitulación


ATALAYA SOBRE EL MUNDO IBÉRICO<br />

MÉXICO: CAMPAÑA NACIONAL<br />

DE ALFABETIZACIÓN<br />

Según iníorma «Perspectivas <strong>de</strong> la<br />

UNESCO», <strong>de</strong> París, en marzo <strong>de</strong> este<br />

año, el Ministerio <strong>de</strong> Educación<br />

<strong>de</strong> Méjico ha anunciado que en el<br />

curso d.el presente aíio 1954 se propone<br />

enseñar a leer y escribir a<br />

1.800.000 analfabetos. Se contará con<br />

el concurso <strong>de</strong> las escuelas oficiales,<br />

colegios particulares y centros <strong>de</strong>l Estado<br />

y <strong>de</strong> los Municipios. Intervendrán,<br />

a<strong>de</strong>más, 65 misiones culturales<br />

y los alumnos <strong>de</strong> sexto año <strong>de</strong> primaria,<br />

escuelas secundarias, confedoraciones<br />

sindicales, empresas privadas, <strong>de</strong><br />

acuerdo ion un plan establecido para<br />

cada caso particular. Dirigirá la campaña<br />

la Dirección General, <strong>de</strong>i Alfabetización<br />

y Educación Extra-Escolar,<br />

y en los años posteriores se proseguirá<br />

e! esfuerzo con idéntica intcnsidad.<br />

BUENOS AIRES: ¿ HACIA EL<br />

NUEVO CONVENIO ECONÓMI-<br />

CO HISPANOARGENTINO?<br />

Parece que se ha liegado a un sólido<br />

acuerdo <strong>de</strong> principio entre Argentina<br />

y España, sobre cuyas bases tratará<br />

una misión argentina que habría <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>splazarse a <strong>Madrid</strong> en fecha próxima,<br />

<strong>de</strong> firmar un nuevo Convenio económico<br />

que regularice las situaciones<br />

pendiente.; y <strong>de</strong>termine las condiciones<br />

normales para el futuro intercambio.<br />

En relación con este hecho, ha circulado<br />

insistentemente en ciertos medios<br />

el rumor <strong>de</strong> una próxima visita<br />

a <strong>Madrid</strong> <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Perón, acompañado<br />

<strong>de</strong> su ministro <strong>de</strong> Comercio.<br />

visita que se llevaría a cabo en esta<br />

primavera e iría encaminada a la<br />

formalización <strong>de</strong>! mencionado acuerdo.<br />

En este sentido informaba, por<br />

ejemplo, el diario británico «Daily<br />

Tclegraph» <strong>de</strong> 1 <strong>de</strong> febrero pasado.<br />

En un artículo aparecido en «La<br />

Prensa», <strong>de</strong> Buenos Airea, el • 4 <strong>de</strong><br />

abril, firmado por el colaborador <strong>de</strong><br />

la Agencia Fiel don Amable Gutiérrez<br />

Diez, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Delegación<br />

argentina en el pasado I Congreso<br />

Iberoamericano <strong>de</strong> Cooperación<br />

Económica, se recocen datos autorizados<br />

<strong>de</strong> efectivo interés respecto a<br />

esta probable reactivación <strong>de</strong>l intercambio<br />

comercial argentino-español.<br />

Dejando aparte los aspectos financieros<br />

y <strong>de</strong> conveniencia equitativa <strong>de</strong><br />

ambas naciones, aspectos que, como<br />

es lógico, correspon<strong>de</strong> resolver a los<br />

técnicos y a los políticos, (lucremos<br />

llamar la atención <strong>de</strong>l lector aobre<br />

esta cuestión, ya que el papel que<br />

correspon<strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar a España y<br />

a Argentina en su servicio a la comunidad<br />

<strong>de</strong> pueblos ibéricos, y aun<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la actual situación internacional,<br />

fácilmente se ve que es importante<br />

y <strong>de</strong>licado y que ha <strong>de</strong> beneficiarse<br />

<strong>de</strong> esta nueva aproximación,<br />

mucho más sólida ya a la luz<br />

<strong>de</strong> las experiencias pasadas. Aunque<br />

estemos lejos <strong>de</strong> pensar que lo más<br />

importante, ni en la existencia <strong>de</strong> los<br />

individuos ni en la dr los pueblos,<br />

es lo económico, bien po<strong>de</strong>mos tener.<br />

sm embargo, la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que los<br />

más elevados afectos ,. i<strong>de</strong>ales —sirva<br />

<strong>de</strong> ejemplo el mismo matrimonio<br />

r*ófo se hacen viables cuando su propia<br />

realidad volitiva toma cuerpo material,<br />

abriéndose cauce a través <strong>de</strong><br />

las limitaciones económicas en que<br />

las cosas se nos suelen dar envueltas.<br />

LA HABANA: TRASCENDENCIA<br />

DEL PROYECTO DE CIUDADA-<br />

NÍA HISPÁNICA<br />

En un comentario <strong>de</strong>l diario cubano<br />

«El Pueblo», <strong>de</strong> 5 <strong>de</strong> febrero, aparece<br />

un comentario a un proyecto <strong>de</strong><br />

estatuto jurídico <strong>de</strong> doble ciudadanía<br />

para Hispanoamérica y Filipinas, cu-<br />

ya aprobación por parte <strong>de</strong> Españolen<br />

reciprocidad con los otros países<br />

<strong>de</strong> su propia comunidad cultural, parece<br />

esperarse para fecha próxima.<br />

«Todo esto adquiere ahora escribe<br />

dicho comentario nuevo relieve<br />

y parece entrar en época tíe mayores<br />

posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> realización. Naturalmente,<br />

habrán <strong>de</strong>. ser largas y en ocasiones<br />

minuciosas en el sopeso y calibración<br />

<strong>de</strong> ias estipulaciones, las<br />

etapas <strong>de</strong> una tramitación idónea y<br />

eficaz: se lograrán o no más o menos<br />

resultados satisfactorios; se establecerá<br />

ampliamente o con restricciones<br />

y regateos la doble nacionalidad<br />

hispanoamericana; pero una cosa es<br />

indiscutible, cierta, y por serlo, eun<br />

evi<strong>de</strong>ncia cada día más clara en su<br />

pluralidad: .que para millones <strong>de</strong> españoles<br />

que viven en América y en<br />

este Continente que hoy, niño entre<br />

ancianos, es la esperanza <strong>de</strong>l mundo.<br />

ése es un problema ya resuelto, en lo<br />

hondo <strong>de</strong> lo entrañable, en lo seguro<br />

<strong>de</strong> la razón, en la pasión <strong>de</strong>l amor y<br />

<strong>de</strong>l conocimiento. Todo español bien<br />

nacido en la buena España, con larg;t<br />

resi<strong>de</strong>ncia en alguno <strong>de</strong> los países<br />

americanos <strong>de</strong> raíz y <strong>de</strong> sustancia hispánicas,<br />

se siente <strong>de</strong> hecho -—quieran<br />

reconocerlo o no legalmente— ciudadano,<br />

hijo <strong>de</strong> dos patrias. Se logrará<br />

o no esc <strong>de</strong>signio; lo veremos en textos<br />

o pragmáticas; pero vivo está <strong>de</strong><br />

cualquier modo en la realidad <strong>de</strong> la<br />

vida.»<br />

¿Quién sería capaz <strong>de</strong> calcular las<br />

reservas <strong>de</strong> vitalidad que guarda una<br />

colectividad <strong>de</strong> hombres cuyos miembros,<br />

jurídica y políticamente aislados,<br />

irreconciliablemente enfrentados<br />

con <strong>de</strong>sdichada frecuencia, distante*<br />

entre sí por la geografía y por muchos<br />

rasgos <strong>de</strong> psicología ambiental.<br />

tanto como puedan estarlo los <strong>de</strong> pueblos<br />

absolutamente extraños, se manifiestan,<br />

sin embargo, espontáneamente,<br />

sin previa reflexión convenida, en los<br />

mismos términos y con idénticos sentimientos<br />

y aspiraciones históricas? Sólo<br />

cabe, por nuestra parte, unirnos al<br />

sector cubano <strong>de</strong> opinión, cualquiera<br />

que ?ea, cuya voluntad se expresa en<br />

el diario «Pueblo» <strong>de</strong> la isla hermana,<br />

\ hacer nuestros sus votos por la<br />

pronta promulgación <strong>de</strong> la común ciudadanía<br />

hispánica y —si ello imdier;t<br />

resultar pru<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong>licado incluso<br />

<strong>de</strong> la ciudadanía ibérica, en<br />

atención a la posible incorporación,<br />

tan honrosa y necesaria a nuestra plena<br />

comunidad cultural, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>«<br />

gran<strong>de</strong>s pueblos fraternos <strong>de</strong> habln<br />

portuguesa.<br />

QUITO: PENETRACIÓN DEL<br />

SOCIALISMO EN INSTITUCIO-<br />

NES ECONÓMICAS<br />

Un editorial <strong>de</strong>l diario nacionalista<br />

Combate, órgano <strong>de</strong>l A. R. N. E.<br />

ecuatoriano, abordaba el día 20 <strong>de</strong><br />

marzo un tema <strong>de</strong> interés para el<br />

conjunto <strong>de</strong> la situación actual <strong>de</strong><br />

dicha República: «El socialismo, introducido<br />

en la economía nacional».<br />

Después <strong>de</strong> señalar la penetración<br />

socialista en el campo <strong>de</strong> la cultuy<br />

la educación ecuatorianas, aña<strong>de</strong>:<br />

«Pero <strong>de</strong> lo que no se han dado<br />

cuenta muchísimas gentes es <strong>de</strong> que<br />

el socialismo está introducido en las<br />

instituciones <strong>de</strong> carácter. económico<br />

y financiero, <strong>de</strong>l brazo. inseparable<br />

<strong>de</strong>l capitalismo. No han llegado aún<br />

al monopolio, pero-el...círculo.^cada<br />

vez se estrecha más. Con la apariencia<br />

<strong>de</strong> técnicos, se vuelven intangibles,<br />

y, naturalmente, los elementos<br />

socialistas no dan, lugar a.<br />

que con ellos colaboren otros ciudadanos<br />

in<strong>de</strong>pendientes, igual o mayormente<br />

capacitados que eüos.»<br />

«La Junta <strong>de</strong> Planificación y Coordinación<br />

Económiea —aña<strong>de</strong> el diario<br />

ecuatoriano—, por crearse legaimente,<br />

estará compuesta por los representantes<br />

<strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s que<br />

por ley tienen que serlo; mas, efectivamente,<br />

los ejecutores <strong>de</strong> la planificación<br />

pue<strong>de</strong>n llegar a ser mentalida<strong>de</strong>s<br />

izquierdistas. La economía<br />

es el campo que más abono ofrece<br />

para el marxismo, el plano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ol<br />

cual podrán actuar con mayor eíicacia<br />

que en cualquier otro. No hay<br />

para qué disimularlo. En varios organismos<br />

<strong>de</strong>E Estado —entre ellos, el<br />

Consejo Nacional <strong>de</strong> Economía, el<br />

Banco Central, el Banco <strong>de</strong> Fomento<br />

y algunos Ministerios— el socialismo<br />

está representado. Estos técnicos<br />

socialistas, sumisos instrumentos<br />

<strong>de</strong> sus dirigentes, aunque<br />

aparezcan como hombres in<strong>de</strong>pendientes,<br />

aliados <strong>de</strong> los que los auspician<br />

e incluso <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cen, serán los<br />

que tendrán en sus manos la planificación<br />

<strong>de</strong> la economía <strong>de</strong>l país,<br />

que no es, por otra parte (la planificación),<br />

técnica socialista. Al<br />

contrario, tiene sus orígenes en una<br />

<strong>de</strong> las mentalida<strong>de</strong>s más reaccionarias<br />

<strong>de</strong> la vieja Europa. La planificación,<br />

pues, es un buen instrumento<br />

para las teorías socializadoras <strong>de</strong><br />

la economía.,<br />

En Rusia hay vasta experiencia<br />

<strong>de</strong> esto con los terribles planes quinquenales,<br />

que, a pretexto <strong>de</strong> economía<br />

dirigida o <strong>de</strong> planificación,<br />

constituyó al Estado en propietario,<br />

empresario, amo y señor <strong>de</strong> todos<br />

los bienes privados y públicos.<br />

Hay que estar a la expectativa<br />

—concluye el comentario al que nos<br />

referimos <strong>de</strong> lai maniobras socia-,v,<br />

listas, encubiertas inocentemente ba-'y<br />

Jo un manto técnico. Suficiente es<br />

leer las noticias e informaciones <strong>de</strong>a<br />

su diario socialista, cuya eiriorrif<br />

sube <strong>de</strong> punto para tratar cuestio-]<br />

nes económicas. No porque le ínce-'<br />

resé la economía como una disciplina<br />

científica, cuanto porque sus<br />

afiliados maniobran tras la economía,<br />

como en la educación, como en<br />

la cultura, instrumentos <strong>de</strong>l marxismo.»<br />

La infiltración <strong>de</strong>l marxismo en<br />

los puntos estratégicos <strong>de</strong> la sociedad<br />

iberoamericana es un peligro<br />

patente. El laicismo liberal tiene<br />

que <strong>de</strong>jar sitio —batida cada vez<br />

más su pasada hegemonía i<strong>de</strong>ológica<br />

indiscutible— a nuevas fuerzas.<br />

Lo más lógico es que las posiciones<br />

que él abandona vengan a ocuparlas<br />

aquellas ten<strong>de</strong>ncias que en<br />

lo esencial coincidan con el ídolo<br />

caído; es <strong>de</strong>cir aquellas que son sus<br />

continuadoras, y aun lo aventajan<br />

francamente, en el rechazo social<br />

<strong>de</strong>l cristianismo.<br />

Lo verda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong>licado <strong>de</strong><br />

este proceso está, por tanto, en su<br />

carácter, diríamos que natural e<br />

irrevocable, a menos que los núcleos<br />

dirigentes católicos <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong><br />

nuestras socieda<strong>de</strong>s nacionales sepan<br />

reaccionar con tal oportunidad<br />

y <strong>de</strong> tai modo, que la nueva fuerza<br />

i<strong>de</strong>ológica que reemplace a las<br />

que ahora caducan en el mundo<br />

ibérico sea la fuerza <strong>de</strong> la verdad<br />

<strong>de</strong> Dios: un cristianismo militante<br />

en la economía, en la educación y<br />

en la cultura, en la política —confesional<br />

o no, pero cristianamente<br />

vivida, como un servicio interior a<br />

Dios, que es lo esencial— y trt 3a<br />

propia vida religiosa sincera <strong>de</strong> los<br />

dirigentes y <strong>de</strong> los pueblos.<br />

LISBOA: PARCIALIDAD DEL<br />

TERMINO


28<br />

«PKEUVES»: ARTHUR KOES-<br />

TLER ¥ LAS NEUROSIS POLÍ-<br />

TICAS<br />

El famoso novelista Koftfller ha<br />

publicado una «Pequeña guía <strong>de</strong> neurosis<br />

políticas», primero en la revista<br />

inglesa «fincounler», y seguidamente<br />

sucesivas traducciones- en la alemana<br />

«Der Monat» y en la francesa<br />

nPreuves». El trabajo es muy impórtame,<br />

a nuestro juicio. Partiendo <strong>de</strong><br />

la base <strong>de</strong> que tan fundamental es en<br />

la persona el instinto sexual, que sir-<br />

VÍ_- Í¡ la perpetuación <strong>de</strong> la raza, como<br />

el político, que sirve a Ja conviviveneia<br />

naturalmente necesaria, concluye<br />

que junto a la libido sexuai se<br />

manifiesta en el hombre una libido<br />

política, cuyas perturbaciones dan lugar<br />

a neurosis tan típicas como las <strong>de</strong><br />

moüvación erótica, aunque mucho<br />

menos estudiadas.<br />

Distingue i*£oessi.er varias Jornias<br />

fundamentales en este género 1 <strong>de</strong> neurosis:<br />

la <strong>de</strong> «culpabilidad reprimida y,<br />

característica, por ejemplo, <strong>de</strong>l hombre<br />

medio alemán, siempre orgullosamente<br />

vinculado a «sus» glorias nacionales,<br />

pero que experimenta ahora<br />

al mismo tiempo una reacción inhibitoria<br />

subconsciente cuando se loca<br />

el problema <strong>de</strong> las matanzas organizadas<br />

por el régimen nacionalista,<br />

respecto <strong>de</strong> las cuales, sin embargo,<br />

la gran mayoría <strong>de</strong> Is población permaneció<br />

ajena; la <strong>de</strong> «amnesia colectiva»<br />

<strong>de</strong>l pueblo francés, que ha cambiado<br />

su pasiva tolerancia ante el invasor<br />

durante la guerra y frente a la<br />

liberación realizada por sus aliados<br />

con la colaboración <strong>de</strong> un pequeño<br />

número <strong>de</strong> franceses, por su artificial<br />

orgullo victorioso <strong>de</strong> la posguerra, a<br />

base <strong>de</strong> olvidar colectivamente su anterior<br />

época <strong>de</strong> dimisión eolaboracio.<br />

nista: o la <strong>de</strong> «evasión <strong>de</strong> la realidad»,<br />

frente al peligro militar ruso,<br />

por ejemplo, como ayer frente a ía<br />

amenaza alemana, generalizada hoy<br />

entre la población europea, aunque<br />

más típica, hoy como ayer, <strong>de</strong> los ingleses.<br />

Estos, a su vez, así como los<br />

norteamericanos, sufren en su relación<br />

mutua un complejo muy semejante<br />

al que los psiquíatras llaman <strong>de</strong><br />

«ambivalencia», y por el cual se <strong>de</strong>signan<br />

los sentimientos patológicos<br />

<strong>de</strong> amor y aborrecimiento simultáneo<br />

que se dan entre dos individuos.<br />

Otra neurosis muy generalizada entre<br />

el hombre político <strong>de</strong> nuestros<br />

días es el «fetichismo», concepto con<br />

el que en terminología psiquiátrica<br />

se viene <strong>de</strong>signando la aberración que<br />

vincula el instinto sexual a un símbolo,<br />

accesorio o fragmento <strong>de</strong> su objeto<br />

natural; dicha noción permite <strong>de</strong>scubrir<br />

el carácter fetichista <strong>de</strong> muchos<br />

símbolos políticos <strong>de</strong> ios que tanto<br />

uso hace sobre iodo el totalitarismo,<br />

y cuya manifestación más típica podría<br />

ser, en el caso <strong>de</strong>l comunismo, la<br />

perversión con que, el i<strong>de</strong>alismo <strong>de</strong><br />

millones <strong>de</strong> seres <strong>de</strong>sosos <strong>de</strong> un mundo<br />

mejor se ha transmutado en adoración<br />

<strong>de</strong>l «Partido).', venido a ser ya<br />

ante las masas que domina objeto <strong>de</strong><br />

adoración en sí mismo. 0 la <strong>de</strong> «eterna<br />

adolescencia» manifestada en ciertos<br />

individuos y grupos <strong>de</strong> izquierda<br />

titulados a sí mismos «revolucionarios);,<br />

acostumbrados a hacer <strong>de</strong>cía-<br />

raí-iones con motivo <strong>de</strong> cualquier cati-<br />

?ri aireada por la propaganda, ¡siempre<br />

inútiles y en contliclo reciproco<br />

con sus oíros grupos, semejantes.<br />

Finalmente hace referencia el trabajo<br />

al (e<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pertenencia», <strong>de</strong>fraudado<br />

en el hombre <strong>de</strong>l siglo ÁA,<br />

que, frente a la cuestión <strong>de</strong>l sentido<br />

<strong>de</strong> su viaa, habiendo tenido que reemplazar<br />

el reino <strong>de</strong> los cielos por lo.*<br />

«sustituí!vos» sangrante? <strong>de</strong> la Utopia<br />

—revolución mundial, .Rusia hovieliea,<br />

JKeich milenario, etc.--. ya no sabe,<br />

ni social ni espiritualícente, a<br />

quién o a qué «pertenecen, Tambjén<br />

alu<strong>de</strong> a los «telones <strong>de</strong> acero mentales»,<br />

mucho más vigorosos en los partidarios<br />

<strong>de</strong> cualquier i<strong>de</strong>ología que los<br />

que pueda establecer una censura olícial,<br />

y que hacen, frente, al marxista,<br />

por ejemplo —fanáticamente aferrado<br />

a sus< supuestos doctrinarios—, que el<br />

diálogo lógico llegue a ser imposible<br />

y tenga que ce<strong>de</strong>r el sitio a la psico-<br />

Lerapia. Termina el artículo señalando<br />

Ja gran <strong>de</strong>bilidad Ue los regímenes<br />

occi<strong>de</strong>ntales, que vienen mostrándose<br />

incapaces <strong>de</strong> crear ni un instrumento<br />

<strong>de</strong> conspiración comparable a<br />

la Kominfonn ni un contraíantasma<br />

que oponer aí po<strong>de</strong>r hipnótico <strong>de</strong>l<br />

fantasma comunista.<br />

Este trabajo ofrece, pues, un interés<br />

extraordinario en el terreno <strong>de</strong> la<br />

psicología patológica <strong>de</strong> las masas mo.<br />

<strong>de</strong>rnas; es muy orientador para el<br />

político inteligente y honrado; y <strong>de</strong>scubre<br />

el inmenso vacío que el cristianismo<br />

podría Henar en el hombre<br />

actual si les cristianos estuviéramos<br />

hoy tan llenos <strong>de</strong> Dios como para po<strong>de</strong>rles<br />

hacer recuperar con nuestro<br />

testimonio a nuestros «compañeros <strong>de</strong><br />

viaje», su perdida salud psíquica.<br />

«LES ANNALES»: EL BALANCK<br />

POSITIVO DEL CATOLICISMO<br />

FRANCÉS<br />

Daniel-Rops afronta en cJ número<br />

<strong>de</strong> abril <strong>de</strong> Les Annales el siguiente<br />

problema, no por repetidas veces tratado,<br />

o aludido al menos entre nosotros,<br />

menos actual y aleccionador:<br />

¿Es todavía cristiana Francia? El escritor<br />

católico francés parece respon<strong>de</strong>r<br />

implícitamente en este trabajo<br />

a las manifestaciones vertidas últimamente<br />

por algunos sectores entre los<br />

que parecía cundir la alarma ante<br />

una pretendida peligrosidad <strong>de</strong>l catolicismo<br />

francés. Ante el <strong>de</strong>spliegue<br />

impresionante <strong>de</strong> admirables realida<strong>de</strong>s<br />

con que hoy cuenta la Iglesia en<br />

Francia, ningún cristiano viviente en<br />

sus criterios y conducta —y no sólo<br />

muerto en la mera fe sin caridadpodrá<br />

<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> sentir alegría, como<br />

la hemos sentido nosotros, aunque estos<br />

datos y realizaciones nos eran ya<br />

conocidos en su casi totalidad.<br />

En primer lugar, <strong>de</strong>stacamos la referencia<br />

<strong>de</strong> Daniel-Rops a la encuesta<br />

tipo Gallup llevada a cabo por<br />

el Instituto Francés <strong>de</strong> Opinión Pública<br />

sobre el tema ¿Es aún católica<br />

Francia?, publicada en noviembre <strong>de</strong><br />

1952 por la revista Realüés, Dicha<br />

encuesta revelaba que el 80 por 100<br />

<strong>de</strong> los franceses son bautizados; la<br />

mitad tle los bautizados celebra la<br />

l'ascua; ésta y las <strong>de</strong>más gran<strong>de</strong>s festivida<strong>de</strong>s<br />

cristianas, como iNavidad y<br />

l'odos los Santos, llevan al templo ai<br />

DI) por 100 <strong>de</strong> los bautizados; más<br />

dt-1 «0 por 100 <strong>de</strong>sea morir con asistencia<br />

sacerdotal; más <strong>de</strong>l 50 por 100<br />

son opuestos a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar a<br />

sus hijos casarse civilmente, e incluso<br />

en los medios más alejados <strong>de</strong> la íe<br />

- -por ejemplo, entre los comunistas<br />

ciertas prácticas cristianas perduran,<br />

como ocurre con el ayuno <strong>de</strong>l Viernes<br />

Santo, al que los franceses no<br />

taltan más que en ínfima proporción.<br />

La impresión que <strong>de</strong>ja esta encuesta,<br />

efectivamente, es la <strong>de</strong> un pueblo<br />

que guarda todavía sólidas bases cristianas,<br />

que en una parte importante<br />

practica su religión y al que no sería<br />

legítimo hacerlo pasar por el pueblo<br />

ateo que algunos preten<strong>de</strong>n.<br />

En cuanto a las minorías sacerdotales<br />

y laicas que hoy se han hecíio<br />

cargo en Francia <strong>de</strong> las responsabilida<strong>de</strong>s<br />

apostólicas que les comprometen<br />

con su pueblo, examina Daniel-<br />

Rops las empresas más características,<br />

que se pue<strong>de</strong>n agrupar, por ejemplo,<br />

en torno a cuatro realizaciones <strong>de</strong>' envergadura,<br />

la Misión <strong>de</strong> Francia, los<br />

Hermanos Misioneros <strong>de</strong> los Campos,<br />

la Misión - -proletaria-- <strong>de</strong> Paris y<br />

los Institutos <strong>de</strong> Petits Freces y Petite?<br />

Socurs <strong>de</strong> Jesús, fundados por e!<br />

P. VoiMaume en 1933 a base <strong>de</strong> la<br />

espiritualidad <strong>de</strong>snudamente evangélica<br />

<strong>de</strong>l P. Foucauld, ¡os cuaíes llevan<br />

también vida obrera, y sobre cuya admirable<br />

obra no nos faltará ocasión<br />

<strong>de</strong> volver más por extenso. A<strong>de</strong>más,<br />

existen los numerosos grupos <strong>de</strong> espiritualidad<br />

seglar comunitaria y evangélica<br />

nacidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varias ten<strong>de</strong>ncias<br />

diferentes. La orientación transformadora<br />

d« la parroquia como comunidad<br />

misionera va difundiéndose j regresivamente<br />

por los discípulos u'e<br />

ese hombre mo<strong>de</strong>sto y fecundante renovador<br />

que es el ahbé MichoEneau.<br />

Por otra parte, toda esta renovación<br />

espiritual cristiana, bien visible en<br />

Francia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace diez años, es ya<br />

cada vez rnenos minoritaria. Hubo<br />

gran<strong>de</strong>s pérdidas, es cierto, en ia<br />

Iglesia francesa, en cuanto a la canlidad;<br />

pero, al mismo tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

una perspectiva histórica, se logró un;¡<br />

gran<strong>de</strong> y <strong>de</strong>purada riqueza espiritual,<br />

que iguala a la <strong>de</strong> las épocas más<br />

florecientes, fisto es lo que ha permitido<br />

al catolicismo francés <strong>de</strong>sarrollar<br />

esa actual sensibilidad proselítisla,<br />

misionera, comunitaria, que le ha<br />

IICÍ*»I abalanzarse a contemplar con<br />

toda cru<strong>de</strong>za su propia realidad <strong>de</strong><br />

país o ¡eni . aunque<br />

no pequeño. Lo que importa para el<br />

caso es- <strong>de</strong>jar sentado, una vez más,<br />

que al catolicismo <strong>de</strong> los españoles<br />

no pue<strong>de</strong>n atribuírsele las características<br />

<strong>de</strong> un sector suyo, al que <strong>de</strong>terminadas<br />

circunstancias, bastante complejas,<br />

han facilitado un cierto predominio<br />

público. Actuaciones <strong>de</strong> rea-<br />

1 ¡sino social, no sólo <strong>de</strong> segl ares, indhiduales<br />

y en grupos, sino <strong>de</strong> prelados<br />

como el <strong>de</strong> Bilbao o el <strong>de</strong> Valencia,<br />

<strong>de</strong>berían permitir a cualquier<br />

observador sin prejuicios percibir una<br />

realidad mucho más rica. En cuanto<br />

a la vilalidad y a las posibilida<strong>de</strong>s<br />

cristianas que brillan en el pueblo<br />

español no creo que las <strong>de</strong>sconozca<br />

Daniel • Rops. Desenca<strong>de</strong>narlas fértilmente<br />

• es nuestra gran responsabilidad,<br />

tanto como para los católicos<br />

franceses lo es la actuación apostólica<br />

en que andan comprometidos. Y<br />

sólo es cristiano en tales circunstancias<br />

sentir comunes como cosa propia,<br />

los hijos <strong>de</strong> Dios, nuestros mutuos<br />

dolores, nuestros respectivos<br />

aciertos, nuestras posibilida<strong>de</strong>s y esperanzas<br />

«QUAIJERNI»: EL EPISTOLARIO<br />

DE GIUSEPPE TONIOLO<br />

Con motivo <strong>de</strong> la reciente publicación<br />

<strong>de</strong>l volumen que recoge el epistolario<br />

<strong>de</strong>l gran sociólogo italiano en<br />

la colección <strong>de</strong> su «Opera Oninia».<br />

que se edita en la Ciudad <strong>de</strong>l Vaticano,<br />

«Qua<strong>de</strong>rni di Cultura e Storia<br />

sociale», <strong>de</strong> Livorno, publica en su<br />

número <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> este ano un arlí<br />

u o Fa.s o F raí s bre el t?iüa aludido<br />

en el epígrafe <strong>de</strong> esta nota. Quedan<br />

<strong>de</strong> manifiesto, en las abundantes<br />

referencias a las cartas <strong>de</strong> Toniolo,<br />

el conflicto constante en que vivió sumido<br />

este avanzado pensador social<br />

—tan unido a la Santa Se<strong>de</strong> durante<br />

toda su vida—, en relación con los<br />

católicos conservadores, eclesiásticos y<br />

seglares <strong>de</strong> su tiempo; es <strong>de</strong>cir, en los<br />

<strong>de</strong>cenios <strong>de</strong> fin <strong>de</strong>l siglo pasado y comienzo<br />

<strong>de</strong>l presente.<br />

15 <strong>de</strong> mavo <strong>de</strong>


Una nueva ciencia:<br />

LA MANO,<br />

Una <strong>de</strong> las facetas más interesantes<br />

que presenta la cultura contemporánea<br />

es, sin duda, la divulgación popular<br />

<strong>de</strong> la cultura científica, la Alquimia,<br />

la Magia, la Astrología, la Quiromancia,<br />

nunca habían sido estudiadas<br />

como lo son en la actualidad. Los<br />

Intelectuales <strong>de</strong> nuestro tiempo, que<br />

se encuentran en circunstancias inmensamente<br />

superiores en cuanto a<br />

ambiente y a faculta<strong>de</strong>s particulares,<br />

han roto e! círculo mágico en qne se<br />

encontraban cerrados los conceptos<br />

más herméticos <strong>de</strong> la sabiduría esotérica,<br />

para dar una explicación científica<br />

<strong>de</strong> la contextura <strong>de</strong> estos temas<br />

hasta ahora inabordables.<br />

Así, pues, tenemos la explicación<br />

científica <strong>de</strong> la Alquimia como Química,<br />

la Magia como Medicina, la<br />

Aslrologia como Astronomía, etc. Este<br />

suceso ha dado al traste con la tradicional<br />

concepción que se tenía <strong>de</strong><br />

estos conocimientos. De entre todas<br />

estas ramas <strong>de</strong> la ciencia, el presente<br />

libro se refiere concretamente a la<br />

Quiromancia como ciencia experimenta!.<br />

La Quiromancia es el producto <strong>de</strong><br />

largos años <strong>de</strong> estudio y está alejada<br />

por completo <strong>de</strong> las suposiciones. Es<br />

una ciencia netamente <strong>de</strong>limitada, y,<br />

en consecuencia, está integrada por<br />

un conjunto <strong>de</strong> leyes, emanadas <strong>de</strong><br />

pacientes observaciones comprobadas,<br />

por los hechos y confirmadas en Individuos<br />

sujetos a observación. La Quiromancia<br />

se refiere al estudio <strong>de</strong> las<br />

diferencias morfológicas <strong>de</strong> los diversos<br />

tipos <strong>de</strong> manos. Estudia el sistema<br />

muscular, los cuerpos papilares y las<br />

líneas <strong>de</strong> pliegue como expresión <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminadas cualida<strong>de</strong>s espirituales,<br />

psíquicas y físicas. También trata <strong>de</strong><br />

la semiótica o parte <strong>de</strong> la patología<br />

que estudia Ids signos patognÓmicos.<br />

La Quiromancia es nna ciencia<br />

psieofisiológica <strong>de</strong> tipo experimental.<br />

Psíquica, porque sus manifestaciones<br />

correspon<strong>de</strong>n a excitaciones anímicas<br />

subconscientes. Fisiológica, porque se<br />

vale <strong>de</strong> métodos experimentales <strong>de</strong> la<br />

Fisiología en el aspecto filosófico, o<br />

sea en la base fisiológica <strong>de</strong> lo psíquico.<br />

¥, finalmente, experimental,<br />

porque emplea el experimento y no<br />

acepta nada que no tenga una base<br />

real y efectiva. La Quiromancia, pues,<br />

no admite ningún principio, por más<br />

trascen<strong>de</strong>ncia histórica que tenga, sí<br />

la comprobación <strong>de</strong>muestra que no<br />

es cierto.<br />

Las diferentes teorías sobre la existencia<br />

<strong>de</strong> la Quiromancia siguen en<br />

pie, y, a través <strong>de</strong>l tiempo, algunos<br />

investigadores ..llegan a conclusiones<br />

más o menos acertadas, siempre con<br />

el ánimo <strong>de</strong> hallar l& razón en el com-<br />

esconocido<br />

piejo fenomenal <strong>de</strong> la experiencia empírica.<br />

Es probable que se haya dado con<br />

la verda<strong>de</strong>ra esplicación, pero en caso<br />

contrario, tampoco tiene <strong>de</strong>masiada<br />

importancia, pues ya se dará, sin duda,<br />

con la razón <strong>de</strong>finitiva al igual que<br />

se ha <strong>de</strong>scubierto la verdad en cosas<br />

que han sido por mucho tiempo inexplicables.<br />

Para explicar la razón <strong>de</strong> la Quiromancia<br />

se han dado muchas teorías,<br />

todas más o menos satisfactorias, aunque<br />

no ereo que ninguna <strong>de</strong> ellas resista<br />

¡a crítica severa <strong>de</strong> una investigación<br />

seria. Una teoría que pretenda<br />

justificar la existencia <strong>de</strong> la Quiromancia<br />

me parece inútil, ya que la<br />

explicación analítica es posible que<br />

sea más compleja que el mismo fenómeno.<br />

La Quiromancia cuenta con una<br />

estensa bibliografía. Des<strong>de</strong> la enorme<br />

difusión que tomó en la Edad Media,<br />

que tanto contribuyó a su divulgación,<br />

pero también no poco a su <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia,<br />

hasta nuestros días, se han<br />

escrito miles <strong>de</strong> volúmenes <strong>de</strong> mayor<br />

o menor valor científico.<br />

La mejor obra <strong>de</strong> ciencia qulromántica<br />

es, sin duda, la <strong>de</strong> Issttemer-<br />

Haldane, que constituye una elaboración<br />

sistemática <strong>de</strong> los mejores métodos,<br />

realizada por primera vez en el<br />

or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> investigaciones<br />

y en la cual su autor resume, en un<br />

conjunto magnífico, todos los métodos<br />

y concepciones anteriores, y la propia<br />

experiencia, que es uno <strong>de</strong> sus mejores<br />

méritos, en una obra que conserva una<br />

labor experimental, <strong>de</strong> un valor confirmado<br />

eada día por la experiencia,<br />

que la hace única en su género. Siguen<br />

<strong>de</strong>spués Lomer, Ottinger, este ultimo<br />

sobre todo, uno <strong>de</strong> los autores más<br />

leídos <strong>de</strong> Alemania, y a continuación<br />

Henri Rem, Leo Dumesnil, Reckwith<br />

Kirie y unos pocos más. A pesar áe<br />

todo, uno áe los mayores <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong><br />

estas obras, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser Incompletas,<br />

es la falta <strong>de</strong>l sello personal, que la»<br />

sitúa en un plano <strong>de</strong> continuidad tradicional<br />

que no eorrespon<strong>de</strong> al espíritu<br />

evolutivo <strong>de</strong> ia ciencia. Por ello marca<br />

un acontecimiento la aparición <strong>de</strong> la<br />

obra <strong>de</strong> Salvador Aulestia «La mano,<br />

lenguaje <strong>de</strong>sconocido», magníficamente<br />

editada por Editorial AHB <strong>de</strong> Barcelona<br />

y que es quizá el mejor y más<br />

completo tratado escrito sobre* esta<br />

materia.<br />

El incremento <strong>de</strong> su estudio adquiere<br />

carácter universal. Se organizan<br />

congresos <strong>de</strong> Quiromancia, conferencias,<br />

reuniones; se cuenta con<br />

numerosos medios <strong>de</strong> divulgación: libros,<br />

publicaciones <strong>de</strong> periodicidad diversa,<br />

folletos, etc. También en este<br />

aspecto ha logrado una posición análoga<br />

a cualquier otra ciencia.<br />

La Quiromancia ha sido practicada<br />

easí en todo el mundo y en todas las<br />

épocas, y los nombres más ilustres están<br />

vinculados a la práctica <strong>de</strong> esta<br />

ciencia. Actualmente se ejerce en mochos<br />

países. En Alemania, Inglaterra,<br />

Franela, Holanda, Estados Unidos, son<br />

muchas las personas <strong>de</strong>dicadas a estos<br />

estudios, practicándose siempre con<br />

absoluta seriedad.<br />

No hace muchos años que la Quiromancia<br />

constituye nna asignatura universitaria<br />

en muchos países. Actualmente<br />

se estudia con carácter oficial<br />

en algunas universida<strong>de</strong>s, expidiéndose<br />

los correspondientes certificados<br />

acreditativos. En Alemania existen<br />

Faculta<strong>de</strong>s que se <strong>de</strong>dican a la investígación<br />

quiromántiea. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l<br />

Museo Antropológico, que igualmente<br />

se <strong>de</strong>dica a esta clase <strong>de</strong> investigaciones,<br />

existe en la Universidad <strong>de</strong> Berlín<br />

una cátedra para el estudio <strong>de</strong> la<br />

Antropología práctica qne estudia la<br />

Quiromancia como, tema antropológico.<br />

También en el Museo Frochmann<br />

existe una valiosa colección <strong>de</strong> reproducciones<br />

<strong>de</strong> mano en escayola, <strong>de</strong><br />

casi todos los hombres célebres: en<br />

ellas se comparan y estudian sus características<br />

diferenciales con arreglo<br />

a los métodos quiromántícos.<br />

Como pue<strong>de</strong> verse, la actitud crítica<br />

<strong>de</strong> algunos hombres <strong>de</strong> ciencia respecto<br />

al valor científico <strong>de</strong> ia Quiromancia<br />

está absolutamente superada,<br />

quedando patentizado que no faltan<br />

argumentos para <strong>de</strong>mostrar que se<br />

trata <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra ciencia asaz<br />

ATENEO 29


Escena* <strong>de</strong> nacerlas <strong>de</strong> jabalíes<br />

(ba-rraaco Ú» La<br />

•pH e! principio fuó la simetría;<br />

•*•* luego, el color. Las pare<strong>de</strong>s fijaron<br />

el contorno <strong>de</strong> ios animales,<br />

luego el <strong>de</strong>l hombre esquematizado,<br />

<strong>de</strong>spués el <strong>de</strong> los animales. Su época,<br />

el cuaternario, mundos antee <strong>de</strong><br />

Egipto y Babilonia, <strong>de</strong> los bajoreJitíves<br />

<strong>de</strong> Abydos o la leona herida<br />

<strong>de</strong> los asirios; allá en el siles, el hueso<br />

y el asta.<br />

Su «olor es el ocre, tierras y sangre,<br />

una pasta que aterra y enternce y<br />

que nunca <strong>de</strong>bió abandonarse. Primero<br />

fue la escultura, el aprovechamiento<br />

<strong>de</strong>l relieve; más tar<strong>de</strong>, el<br />

dibujo.<br />

La sobriedad, nada sobra aunque<br />

•nada falte, y nn realismo empapado<br />

<strong>de</strong> movimiento y vida son el nervio<br />

<strong>de</strong> esta obra que nos ha llegado con<br />

tal frescura que podría ir parejo coa<br />

gran parte <strong>de</strong>l arte actual.<br />

La caza, la pesca, la guerra y la<br />

danza, lo más vital que ha dado e!<br />

hombre, se mueven y gritan por estos<br />

techos y muros, algunos en cí fondo<br />

<strong>de</strong> ías cavernas don<strong>de</strong> no llegaba la<br />

luz, pintadas y grabadas en !a noche<br />

más oscura <strong>de</strong>l mundo, a la. claridad<br />

<strong>de</strong> las lámparas con grasa <strong>de</strong> las<br />

presas.<br />

Ese reno <strong>de</strong>scubierto en Lorthet¡<br />

que vuelve la cabeza y brama, con<br />

un ojo insólito, al día, y esas patas <strong>de</strong><br />

animales que huyen y entre las cuates<br />

hay grabados unos inexplicables salmones.<br />

Esa cierva y bisonte <strong>de</strong> Altamíra,<br />

esos caballos <strong>de</strong> Candamo,<br />

las mujeres <strong>de</strong> Coguí cua faldas y<br />

danzando, o esa otra que pasa llevando<br />

un niño <strong>de</strong> la in;uuK allá por<br />

Mina-teda, la agilidad coa unos sím-<br />

30 1S <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> .1954<br />

fifí


8¡#eoiec$©r <strong>de</strong> miel silvestre. Pintura <strong>de</strong> ia Oweva<br />

j>!©8 trastos <strong>de</strong> la lucha da loa arqueros<br />

<strong>de</strong> Morella la Vieja...<br />

Eí rojo, pardo y negro <strong>de</strong> Candamo,<br />

el gris y el amarillo que aparecen en<br />

Altamira, con las tintas esfumadas,:<br />

el marrón, negro y rojo claro <strong>de</strong> Alpera;<br />

las bandas que serpentean en<br />

amarillo, rojo y negro en la cueva <strong>de</strong><br />

la pileta, y a las que sólo falta el<br />

blanco para completar los colores<br />

<strong>de</strong> Pohgnoto, <strong>de</strong> que nos habla<br />

Cicerón.<br />

Hace ya bastante tiempo, uno tuvo<br />

que estTidiarse esto <strong>de</strong>l- arte rupestre.<br />

Lo hicimos con tal Üusión, que pare*<br />

ATENEO<br />

eía que nos iba a servir<br />

para algo en la vida.<br />

Luego no sirvió para<br />

nada, la verdad; si acaso<br />

el rastro para aprovechar<br />

en un artículo.<br />

En España, se nos docía,<br />

el arte rupestre tiene<br />

una gran división: ei<br />

cantábrico y el levantino.<br />

Ül primero es en las<br />

cavernas, no ¿tay figura<br />

humana y los animales<br />

aparecen aislados; en ei<br />

levantino surgen la figura<br />

humana estilizada<br />

y las escenas, !as composiciones<br />

<strong>de</strong> conjunto, tón<br />

efecto, el moiae le va a<br />

esta exposición <strong>de</strong>l M. <strong>de</strong><br />

A. C, que sios sirve para<br />

conocer, anunque sea cié<br />

segunda mano, aigo que<br />

se esta queaando eusunpie<br />

alusión, cita o primer<br />

capitulo <strong>de</strong> nistona uei<br />

arte. Porque sólo el especialista<br />

pue<strong>de</strong> irse ae<br />

la .Ateca a ia.


Las tierras<br />

<strong>de</strong> ESPAÑA<br />

." , " " **.-""Jr l fir^<br />

I AS Ramblas BOU las Ramblas. Pero<br />

*-* ahora se ha hablado <strong>de</strong> que podrían<br />

ser, simplemente, la Rambla. La<br />

i<strong>de</strong>a no ha gustado.<br />

¿A qué viene todo esto? Pues que<br />

resulta que se ha pensado en unificar<br />

la numeración <strong>de</strong> las distintas Ramblas.<br />

Nada <strong>de</strong> una numeración para<br />

cada una. Canaletas, Estudios, etcétera,<br />

hasta la <strong>de</strong> Santa Mónica. Una sola<br />

numeración.<br />

En vista <strong>de</strong> ello, ya, ¿para que conservar<br />

el plural? Y se ha pensado en<br />

cambiar las Ramblas por la Rambla.<br />

Sin embargo, ni una i<strong>de</strong>a ni la otra<br />

parecen haber encontrado <strong>de</strong>masiado<br />

eco. O, raías bien, eí eco que han encontrado<br />

es contrario. Las Ramblas,<br />

como las Rondas, son entida<strong>de</strong>s plurales.<br />

Y esa pluralidad, piensa la gente,<br />

<strong>de</strong>be respetarse. En el nombre y en la<br />

numeración, pero al menos en el nom«<br />

bre.<br />

Como ocurre siempre en estos casos,<br />

en estas discusiones sobre problemas<br />

o temas municipales, la cosa ha servido<br />

para que todo el mundo pusiera<br />

los ojos en las Ramblas. Bueno, y la<br />

verdad es que las Ramblas se merecen<br />

todas las miradas.<br />

LAS CONFERENCIAS DE UN DÍA<br />

En este mes <strong>de</strong> mayo la segregación<br />

cultural <strong>de</strong> las conferencias parece<br />

particularmente abundante. No pensemos<br />

siquiera en anunciar las' conísrencías<br />

principales <strong>de</strong> la quincena. Sesmos<br />

más mo<strong>de</strong>stos y contentémonos<br />

con <strong>de</strong>jar nota <strong>de</strong> las <strong>de</strong> un solo día,<br />

éste precisamente en que la presante<br />

nota se escribe. Veamos. José María cíe<br />

Areilza habla, en la Universidad, <strong>de</strong><br />

Gibraltar, en carne viva. El P. Iriartef<br />

S. !„ diserta en Balmesiana sobre<br />

San Agustín y la, ciencia <strong>de</strong> la interio.<br />

Tidad. El doctor Yanguas Messía habla<br />

<strong>de</strong> La crisis <strong>de</strong> Europa, también en la<br />

Universidad. En el <strong>Ateneo</strong>, George Uscatescü<br />

inicia su cursillo sobre masas<br />

y minorías con Las masas y su psicología<br />

en las revoluciones contemporáneas.<br />

En la Casa <strong>de</strong>l Libro, Eduardo<br />

Carranza <strong>de</strong>sarrolla el tema Poesía <strong>de</strong><br />

amor en Colombia. Y en la Sociedad<br />

Astronómica el P. Puig, S, I., diserta<br />

sobre La superbomba <strong>de</strong> cobalto (con<br />

proyecciones). Dejamos sin anotar cuatro<br />

conferencias más, dos <strong>de</strong> ellas sobre<br />

Medicina,<br />

Un día un poco más cargado que<br />

otros, pero no excepcional. En el Ate.<br />

neo, por ejemplo, acaba <strong>de</strong> terminar<br />

el cursillo sobre Doctrina española <strong>de</strong><br />

la información, y poco antes se había<br />

celebrado otro cursillo, el <strong>de</strong> Azaola,<br />

sobre eí proletariado. Y queda margen<br />

para conferencias no cíclicas, como la<br />

<strong>de</strong> José María <strong>de</strong> Sagarra, ayer precisamente<br />

sobre La figura y la obra <strong>de</strong><br />

don Juan Alcover, cuyo centenario se<br />

está celebrando ahora,<br />

CONCURSO DE BELLEZA<br />

Concurso <strong>de</strong> belleza, sí, pero <strong>de</strong> la<br />

belleza <strong>de</strong> las rosas. Un premio & la<br />

mejor rosa sola, otro al mejor grupo<br />

<strong>de</strong> rosas nacionales, otro a la colección<br />

más perfecta <strong>de</strong> tres rosas <strong>de</strong> una<br />

misma variedad, otro a la mejor presentación<br />

y otro a la muestra más afinada<br />

y bella <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> la rosa en el<br />

hogar, Ni todos ios premios han <strong>de</strong> ser<br />

literarios ni todas las exposiciones han<br />

ae ser pictóricas. También las rosas<br />

merecen atención. Esa atención que los<br />

barceloneses les conce<strong>de</strong>n siempre <strong>de</strong><br />

buena gana. Como se ha visto en Ja<br />

III Exposición <strong>de</strong> Rosas que ha organizadc<br />

al Círculo Artístico <strong>de</strong> Horta=<br />

«Rostro, ojos, calvicie y pipa, según fotografía»<br />

Ep STA quincena no he dudado mucho<br />

*-* a la hora <strong>de</strong> escoger una figura literaria<br />

para traer a estas páginas. «Tiene<br />

que ser Jordi Sarsanedas», me he<br />

dicho. La reciente publicación <strong>de</strong> sus<br />

Mites lo ha encaramado al can<strong>de</strong>lero<br />

<strong>de</strong> ía —siempre relativa y minoritaria—<br />

actualidad <strong>de</strong> las letras. Mites obtuvo<br />

recientemente el Premio Víctor Caíala,<br />

<strong>de</strong> narraciones. Por otro libro, también<br />

premiado, era conocido ya Sarsanedas:<br />

Contra la nit d'Oboixangó. ¿Quién ha<br />

dicho que los premios no sirven para<br />

nada? Sin embargo, he aquí algo curioso<br />

que ocurre con premios y premiados.<br />

Mientras en unos nos atrae el aspecto<br />

pintoresco, la crónica momentánea que<br />

se pasa como una fruta <strong>de</strong>l tiempo.<br />

otros llegan con más calma y con mas<br />

calma se instalan. No hablo tanto <strong>de</strong><br />

los premios, que conste, como <strong>de</strong> los<br />

premiados. Y el criterio <strong>de</strong> distinción<br />

es, para mí, el siguiente: ante unos nos<br />

olvidamos rápidamente <strong>de</strong>l premio que<br />

han obtenido; ante otros no conseguimos<br />

olvidarlo, y es el premio precisamente<br />

el que les conce<strong>de</strong> una mas o<br />

menos momentánea vitalidad y vigencia.<br />

Jordi Sarsanedas es <strong>de</strong> los primeros.<br />

Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> los buenos.<br />

No le haremos, pues, preguntas curiosas<br />

o pintorescas. Nos interesa él, su<br />

obra, su visión <strong>de</strong>l mundo. ¿Pues no le<br />

hemos preguntado precisamente esto<br />

—((¿Cómo ves el mundo?»—• para empezar?<br />

La verdad es que lo hemos he*<br />

15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954


eho sin darnos cuenta, automáticamente.<br />

Pero la verdad es también que esta<br />

pregunta —sin que tal fuera nuestra<br />

Intención— resulta un verda<strong>de</strong>ro íesí,<br />

una prueba. Pue<strong>de</strong> darnos, entre otras<br />

cosas, el sentido <strong>de</strong> la responsabilidad<br />

que cada cual tenga. Que en Sarsanedas,<br />

como verá el lector, resulta ser so-"<br />

bresaüente.<br />

LA SORPRESA DE LA VIDA<br />

—La sorpresa <strong>de</strong> la vida me parece<br />

inagotable. No sé sí cabe esperar que<br />

algún día el conjunto <strong>de</strong> mis 'cosas<br />

pueda contestar <strong>de</strong>bidamente a tu pregunta.<br />

Ahora no puedo soñar siquiera<br />

en intentar una síntesis. La acumulación<br />

<strong>de</strong> contradicciones es, al fin y ai<br />

cabo, el medio <strong>de</strong> expresión que más<br />

confianza me inspira.<br />

¿Medio <strong>de</strong> expresión? Pasamos, pues,<br />

insensiblemente, a ía vertiente <strong>de</strong> la expresión,<br />

<strong>de</strong> la obra. Y así <strong>de</strong>be ser. No<br />

hagamos, no, separación entre mundo<br />

y poesía, vida y obra.<br />

—¿Cómo ves tu poesía?—le he preguntado<br />

ahora.<br />

—Cuando trato <strong>de</strong> dar explicaciones<br />

acerca <strong>de</strong> mi poesía me doy cuenta <strong>de</strong><br />

que "estoy haciendo frases, más o menos<br />

acertadas, pero- muy poco relacionadas<br />

con los poemas £?ue realmente<br />

he escrito. Quizá elio signifique que he<br />

estado ambicionando mucho más' <strong>de</strong> Jo<br />

que he logrado (sea poco o nada), io<br />

cual es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, verdad. Confío,<br />

sin embargo, en que mis <strong>de</strong>rrotas hayan<br />

sido honrosas.<br />

Eso que él llama sus <strong>de</strong>rrotas ha sitio<br />

para los <strong>de</strong>más sus triunfos, es <strong>de</strong>cir*<br />

sus libros.<br />

LOS "MITES" Y SU HISTORIA<br />

—Los Mites propiamente dichos, que<br />

constituyen sólo la primera mitad <strong>de</strong>l<br />

libro que se ha publicado bajo este titulo,<br />

son narraciones líricas, <strong>de</strong> estilo<br />

elíptico, con una puerta abierta a io<br />

absurdo. Han hablado <strong>de</strong> Kafka. Me<br />

gusta Kafka; pero no sé si <strong>de</strong>bo hacer<br />

constar que. escribí ios primeros antes<br />

<strong>de</strong> leer nada <strong>de</strong> él. Se ha hablado <strong>de</strong><br />

surrealismo. No creo que mis intenciones<br />

hayan sido surrealistas. He querido<br />

producir <strong>de</strong>scargas afectivas mediante<br />

anécdotas quebradas y maltratadas<br />

adre<strong>de</strong>. Bueno..., <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que escribí<br />

al primero han pasado muchas cosas.<br />

Los más antiguos me parece» ya<br />

escritos por otro. Coniieso que si ios<br />

leo (lo cual procuro evitar, porque estoy<br />

algo cansado


(Viene <strong>de</strong> la pég. anterior.)<br />

íamüia <strong>de</strong> pintores, dispersa en el espacio<br />

y en el tiempo, coinci<strong>de</strong> en una<br />

¡actitud muy pareja. Rousseau, la abuelita<br />

Moses y los pintores <strong>de</strong>l románico<br />

catalán están en la misma morada. En<br />

ella está también Juan Brotat.<br />

Mirad este prodigioso Adán y Eva<br />

cómo se pasean por el paraíso. Mirad<br />

este paraíso. ¿Verdad que ai minuto<br />

<strong>de</strong> estarlo contemplando ya os estáis<br />

paseando por él, como Adán y Eva, con<br />

la misma inocencia e ilusión y señorío,<br />

y contempláis las bestias y las raíces<br />

con tranquila curiosidad? ¡Milagrosa<br />

pintura!<br />

No, no quiero continuar citando telas.<br />

Tengo un montón <strong>de</strong> números<br />

anotados en un papel.<br />

Pero hagamos Quizá una excepción<br />

con esa Entrada en JerusaXén, para<br />

subrayar lo bien que Brotat ha sabido<br />

conjugar la forma con el contenido y<br />

el color con la construcción.<br />

Brotat, afortunadamente para él, enlaza<br />

con muchas cosas. Con nuestra<br />

pintura románica y con los carteles <strong>de</strong> •<br />

crímenes, con las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los excusados<br />

escolares y con los exvotos. Afortunadamente<br />

para él, he dicho. Porque<br />

es pintura verda<strong>de</strong>ramente viva y<br />

animada, con alma. í ¡Ah, el arte vivo,<br />

tan putrefacto a veces!)<br />

Quiero quedarme, para terminar, con<br />

lo <strong>de</strong> los exvotos. ¿No es quizá toda<br />

esta tierna, humil<strong>de</strong>, sana y admirable<br />

pintura <strong>de</strong> Juan Brotat como un milagroso<br />

exvoto? -El exvoto que ofrece alguien<br />

que ha logrado curarse <strong>de</strong> esa<br />

peligrosa locura <strong>de</strong> ser hombre y artista,<br />

y ha logrado encontrar otra ves<br />

LOS ESPECTÁCULOS<br />

la pureza original para hablar sencillamente<br />

y para mirar sencillamente. Asi<br />

ha visto a los hombres en sus oficios,<br />

en sus sueños. Pintura humil<strong>de</strong>, sabrosa<br />

y religiosa. Un admirable exvoto,<br />

una admirable ofrenda.<br />

PORGAR, ENTRE CIELO<br />

Y TIERRA<br />

Porcar ha traído una vez más sus telas,<br />

y una vez más las hemos admirado.<br />

Pero ¡cómo nos escatima, <strong>de</strong> un<br />

tiempo a esta parte, sus cielos! Esos<br />

cielos arrebatados, impresionantes en su<br />

lívida luz. Y <strong>de</strong>bajo^ la línea humillada<br />

y replegada <strong>de</strong> la tierra, con sus<br />

pasos a nivel, con sus puertos, con sus<br />

puentes, con sus casitas bajas. Con su<br />

vida.<br />

Buena es para el pintor la lucha por<br />

la renovación, por enfrentarse con nuevos<br />

temas y con nuevas dificulta<strong>de</strong>s.<br />

Pero ¡qué le vamos a hacer! Nosotros<br />

esperamos siempre que Porcar nos traiga<br />

una buena colección <strong>de</strong> cielos invasores,<br />

gloriosos, entronizados sobre los<br />

ángulos bajos <strong>de</strong> una tierra más o menos<br />

ciudadana, con sabia vida anotada,<br />

sepultada bajo los cielos, bajo las<br />

luces.<br />

Cada pintor tiene su mundo y su<br />

lenguaje. Para nosotros, el mundo y el<br />

lenguaje <strong>de</strong> Porcar es.el <strong>de</strong> sus cielos,<br />

en lucha con una tierra baja y resistente,<br />

que continua su vida- replegada<br />

en el tercio inferior <strong>de</strong> la tela. Cuando<br />

trata <strong>de</strong> explicarnos otras cosai,<br />

sentimos que, aunque las explique bien,<br />

nuestro interés <strong>de</strong>cae rápidamente.<br />

JUAN ANTONIO MARTOREL1*<br />

PODRIDO BURGUÉS<br />

He aquí dos comedias burguesas. Una<br />

ha vuelto, un poco pasada ya, un poco<br />

añosa. La otra es reciente; no hace<br />

más <strong>de</strong> cuatro o cinco meses que ^e<br />

presentó en sociedad. Conviven en las<br />

carteleras, y ahora van a convivir también,<br />

un poco, en este comentario. Veremos<br />

cómo.<br />

Ntnochka, traducida por Conchita<br />

Montes y representada e interpretada<br />

por Lili Murati. A media luz los tres,<br />

<strong>de</strong> Miguel Mihura, con Conchita Montes<br />

en los papeles <strong>de</strong> las protagonistas.<br />

Tales son las dos comedias burguesas<br />

que se reúnen aqut Burguesas, pero<br />

¿por qué?<br />

Lili Murati, en otras comedias anteriores,<br />

hablaba un español <strong>de</strong>fectuoso<br />

y <strong>de</strong>licioso. En ésta, no se sabe bien<br />

por qué razón, el español es todavía<br />

más <strong>de</strong>fectuoso, pero ya no tan <strong>de</strong>licioso.<br />

Todos ios, extremos son malos.<br />

Sin embargo, el español exótico <strong>de</strong> Lili<br />

Murati resulta francamente bien en algunos<br />

momentos; por ejemplo, cuando<br />

dice «podrido burgués» (potdrido<br />

btitigués). Todos nos reímos, porque es<br />

una actriz excelente y a ese «podrido<br />

burgués» le da una entonación especial,<br />

entre cariño y reproche.<br />

Entre cariño y reproche inspiran también-<br />

el mundo, los personajes y las tristezas<br />

<strong>de</strong> A media luz los tres. El autor<br />

se ha vencido <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l cariño. Tai<br />

vez nosotros nos venzamos <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l<br />

reproche, ¡El pobre solterón, en su pisito,<br />

envejeciendo como un Don Juan,<br />

con un teléfono al alcance <strong>de</strong> su mano<br />

y <strong>de</strong> su soledad! [El amigo <strong>de</strong>l solterón,<br />

casado, con cara y aficiones <strong>de</strong><br />

soltero! (Nos dice que es casado y le<br />

creemos bajo su palabra.) {Y las mujeres,<br />

tan parecidas, tan solteras las<br />

casadas, tanto o más —sí, seguramente<br />

mas— que las solteras!


Un libro objeto <strong>de</strong> muchos<br />

comentarios y una exposición<br />

Bíblioí irá<br />

L<br />

Sel dl siglo l XVI.<br />

A primavera ha sido prediga en acontecimientos<br />

culturales, en Asturias, comenzando<br />

por la presencia <strong>de</strong>l doctor Marañón<br />

eivíos actos que se celebraron aquí<br />

en Oviedo con motivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir una<br />

estatua al padre Feijoo en una <strong>de</strong> las más<br />

recoletas y castizas plazas <strong>de</strong> la ciudad.<br />

Gijón también ha mantenido la línea <strong>de</strong><br />

vitalidad intelectual emprendida a raíz <strong>de</strong><br />

la inauguración <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>. Han <strong>de</strong>sfilado<br />

por este docto centro figuras prestigiosas,<br />

tratando sobre los más diversos temas. Al<br />

cerrar esta crónica, José Luis Aranguren<br />

acaba <strong>de</strong> obtener un sonoro aplauso en el<br />

<strong>Ateneo</strong> <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> hablar con precisión<br />

extraordinaria sobre el problema religioso<br />

<strong>de</strong> nuestro tiempo.<br />

Y siguiendo este relato somera <strong>de</strong> las<br />

activida<strong>de</strong>s culturales celebradas en Asturias,<br />

citemos el éxito grandioso obtenido<br />

por la Orquesta Provincial <strong>de</strong> Cámara y<br />

el Coro <strong>de</strong> Educación y Descanso en dos<br />

conciertos ofrecidos en Semana Santa en<br />

Oviedo y Gijón a base <strong>de</strong>l «Mesías», <strong>de</strong><br />

Haen<strong>de</strong>l. Por otra parte, la Exposición <strong>de</strong><br />

Granados Valdés en la Universidad da que<br />

hablar a tm público que se siente, ota burlado,<br />

ora honrado con e! retorcido mundo<br />

pictórico <strong>de</strong> este artista, cuyas ilustraciones<br />

son ya conocidas <strong>de</strong> ios lectores <strong>de</strong><br />

ATENEO.<br />

El Ministerio <strong>de</strong> Educación Nacional, a<br />

través <strong>de</strong> la Delegación <strong>de</strong> Oviedo, se apuntó<br />

también recientemente un éxito con su<br />

Exposición <strong>de</strong> copias <strong>de</strong> obras maestras <strong>de</strong><br />

la pintura española. Alumnos <strong>de</strong> colegios<br />

<strong>de</strong> toda la región visitaron esta Exposición<br />

y escacharen atinados coméntanos <strong>de</strong><br />

sus profesores sobre la calidad <strong>de</strong> nuestro<br />

t osero aros tico.<br />

OVIEDO. — Arco <strong>de</strong> ia plaza <strong>de</strong> Feljoií<br />

ATENEO<br />

Sobre este panorama, cinematográficamente<br />

relatado, <strong>de</strong>staca la aparición <strong>de</strong> un<br />

libro <strong>de</strong>l joven neurocírujano doctor Izquierdo<br />

Rubín, que ha suscitado los mas<br />

encendidos comentarios. Se trata <strong>de</strong> «Apuntes<br />

<strong>de</strong> los primeros pasos <strong>de</strong> la neurocirugfa<br />

en Asturias y <strong>de</strong> una época difícil <strong>de</strong><br />

olvidar». Para dar i<strong>de</strong>a ?i lector <strong>de</strong> lo que<br />

Doctor Izquierdo Rubín, autor d*><br />

«Apuntes <strong>de</strong> los primeros pasos <strong>de</strong> ia<br />

Neurocirogi» en Asturias»<br />

este libro es, bastará <strong>de</strong>cir que se trata da<br />

un volumen con las memorias que cualquier<br />

autor hubiera <strong>de</strong>jado para <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />

muerte, a fin <strong>de</strong> evitar los inconvenientes<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir las verda<strong>de</strong>s sin gran<strong>de</strong>s preocupaciones<br />

por el cómo han <strong>de</strong> .ser recibidas<br />

en el pequeño mundo provinciano en ei que<br />

el autor ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>senvolversus activida<strong>de</strong>s.<br />

El libro <strong>de</strong>l doctor Izquierdo Rubín,<br />

di-rector <strong>de</strong>! veterano semanario médico<br />

sYatros», está obteniendo, acaso por esta<br />

sin ceiidad que en verdad sorpren<strong>de</strong>,<br />

un extraordinario éxito.<br />

Expone la situación <strong>de</strong> la<br />

enseñanza <strong>de</strong> la neurocirugía<br />

en los diversos centros<br />

docentes <strong>de</strong> España, y<br />

<strong>de</strong>dica algunos capítulos<br />

a la vida profesional en<br />

Oviedo, don<strong>de</strong> los médicos<br />

rio acaban <strong>de</strong> ponerse <strong>de</strong><br />

acuerdo en la 'creación <strong>de</strong>l<br />

Igualatorio Médico Colegiai.<br />

Termina el libro<br />

haciendo ver la necesidad<br />

<strong>de</strong> que Asturias, por la<br />

importancia industrial, o si<br />

se quiere económica, y por<br />

ser centro <strong>de</strong> intensa actí-<br />

. vídad científica, esté mejor<br />

dotada técnicamente para<br />

una mayor - eficiencia neuroquirúrgica.<br />

La directora <strong>de</strong> la Biblioteca<br />

Universi-taria, se<br />

ñoríta Carmen Guerra, ha<br />

querido colaborar a la<br />

Fiesta <strong>de</strong>l Libro este año<br />

con el montaje <strong>de</strong> una Exposición<br />

<strong>de</strong> Cronología bibliográfica<br />

<strong>de</strong>l siglo xvi. La<br />

Exposición, con libros proce<strong>de</strong>ntes<br />

<strong>de</strong> un fondo que se<br />

compró a don Roque Pidal<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l incendio <strong>de</strong><br />

3934, ofrece ejemplares rarísimos<br />

y en algunos casos<br />

únicos, corno el «Libro <strong>de</strong><br />

los Estatvtos y constituciones<br />

<strong>de</strong> la Sancta Iglesia<br />

(Catedral) <strong>de</strong> Oviedo, con el<br />

ceremonial y calendario <strong>de</strong><br />

sus fiestas antiguas, or<strong>de</strong>nado<br />

por don Diego Aponte <strong>de</strong><br />

Quiñones, Obispo <strong>de</strong> Dicha<br />

Iglesia, Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Noreña, etc.*r impreso<br />

en Salamanca en 15S8 en casa <strong>de</strong> Juan<br />

Fernán<strong>de</strong>z, con una estimable <strong>de</strong>dicatoria<br />

<strong>de</strong>l licenciado Alonso Marañón <strong>de</strong> Espinosa,<br />

arcediano <strong>de</strong> Tinco.<br />

También pue<strong>de</strong> admirarse aquí el Prohemio<br />

epistolar <strong>de</strong> fray Ambrosio <strong>de</strong> Montesinos<br />

sobre interpretación <strong>de</strong>l Vita Christi<br />

Cartuxano; <strong>de</strong> Landiüfo <strong>de</strong> Sajonia, impreso<br />

en Alcalá <strong>de</strong> Henares, 1502.. Esta<br />

obra, -sn cuatro volúmenes, constituye la<br />

primera impresa en Alcalá, edición magnifica<br />

y suntuosa que figura en sitio preferente<br />

también en el Museo Británico. De<br />

este Landulfo <strong>de</strong> Sajonia se admira también<br />

en la Exposición cronológica citada<br />

sLos doce triunfos <strong>de</strong> los doce apóstoles,<br />

fechos por el Cartuxano», Sevilla, 1521-<br />

Sacó a ía luz esta obra <strong>de</strong>l olvido durante<br />

más <strong>de</strong> trescientos años Juan <strong>de</strong> Padilla,<br />

fiel y cuidadosamente trasladada <strong>de</strong> un<br />

ejemplar que hay en el Museo Británico.<br />

Es ésta una obra rarísima, <strong>de</strong>sconocida<br />

por don Nicolás Antonio.<br />

Por su singular rareza <strong>de</strong>staca el volumen<br />

<strong>de</strong> «Las muchas historias dignas <strong>de</strong> ser<br />

sabidas, que estaban ocultas», sacadas y<br />

or<strong>de</strong>nadas por Gonzalo <strong>de</strong> Ayora. Salamanca,<br />

1519, y eí titulado «Historia <strong>de</strong>l<br />

Abad, don Juan <strong>de</strong> Montemayors. Valladolid,<br />

1562, libro éste <strong>de</strong> tal rareza que por<br />

lo. visto no existe otro completo conocido.<br />

Menén<strong>de</strong>z Pidal ha hecho un estudio comparativo<br />

<strong>de</strong> los textos manuscritos e impresos<br />

que se conocen. Desgraciadamente, se<br />

han perdido la mayoría <strong>de</strong> las ediciones<br />

<strong>de</strong> esta obra anónima. La pristiera es <strong>de</strong><br />

Burgos, 1506.<br />

Sería largo el enumerar los ejemplares<br />

<strong>de</strong> esta Exposición, que, sin duda, ha sido<br />

el más importante <strong>de</strong> cuantos actos se han<br />

celebrado en torno a la Fiesta <strong>de</strong>l Libro.<br />

Mencionemos, para terminar, el libro <strong>de</strong><br />

«Las quatorce décadas <strong>de</strong> Tito Livio, historiador<br />

<strong>de</strong> los romanos», impreso en Zaragoza<br />

en 1520, <strong>de</strong>l que Paiau estima que<br />

pue<strong>de</strong> ser la más perfecta <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong><br />

Jorge COCÍ. En efecto, maravilla la excelente<br />

y perfecta estampación <strong>de</strong>i escudo imperial<br />

en la portada a tres tintas que con<br />

el tiempo no han perdido su bello colorido.<br />

También ha llamado la atención el opúscu-<br />

G0ON. -Consulado francés<br />

lo <strong>de</strong>l «Diálogo <strong>de</strong> dos religiosos, el uno<br />

llamado urbano y el otro Dar<strong>de</strong>no*. impreso<br />

en Salamanca en 1537, y prohibido<br />

sanos más tar<strong>de</strong> por la Inquisición. De Barcelona<br />

se ofrece en esta Exposición un libro<br />

en catalán sobre las constituciones <strong>de</strong> la<br />

cuarta corte <strong>de</strong> Cataluña, que vio la luz<br />

en 1537-<br />

EUGENIO DE RIOJA<br />

E<br />

GIJON<br />

en el <strong>Ateneo</strong><br />

Vigilias poéticas.-gota<br />

<strong>de</strong> mercurio.<br />

L gran Dios Browns, <strong>de</strong> O'Neül. He<br />

aquí un maravilloso comienzo para el<br />

Grupo <strong>de</strong> Teatro <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong> Jovellanos.<br />

La obra se representó en un ambiente <strong>de</strong><br />

extraordinaria expectación a fines <strong>de</strong><br />

marzo, y ha sido preciso realizar tres representaciones<br />

consecutivas para que, con<br />

llenos literales, fuese posible satisfacer la<br />

<strong>de</strong>manda imprevista <strong>de</strong> invitaciones. Una<br />

interpretación ajustadísima <strong>de</strong>l Grupo Dramático<br />

<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong> y un montaje original<br />

dieron el fruto <strong>de</strong> un éxito alentador, en el<br />

que fueron vencidos los consi<strong>de</strong>rables obstáculos<br />

que la profundidad y simbolismo<br />

<strong>de</strong>l drama plantean.<br />

El Grupo <strong>de</strong> Poesía <strong>de</strong>í mísrno <strong>Ateneo</strong><br />

lleva a<strong>de</strong>lante la revista hablada <strong>de</strong> Poesía<br />

«Vigilias poéticas», <strong>de</strong> la que se han<br />

presentado tres números, y están en preparación<br />

otros dos.<br />

Recientemente, el <strong>Ateneo</strong> ha oírecido<br />

dos conciertos, completando sn nutrido ciclo<br />

<strong>de</strong> extensión cultural, en la que hemos<br />

<strong>de</strong> reseñar, siquiera sea en bloque, un consi<strong>de</strong>rable<br />

número <strong>de</strong> conferencias, tanto <strong>de</strong><br />

extensión universitaria, con la actuación <strong>de</strong><br />

diversos catedráticos, como <strong>de</strong> temas diversos,<br />

con la intervención <strong>de</strong> nombres<br />

(Continúa en la vág, siguiente)


(Continuación <strong>de</strong> la vág, anterior)<br />

como los <strong>de</strong> Alejandro Núñez (el gijonés<br />

finalista <strong>de</strong>l Nadal, a propósito <strong>de</strong> su obra<br />

«La gota <strong>de</strong> mercurio*, dada a conocer en<br />

dicho acto, y ante cuya calidad hay que<br />

lamentar que la mediocre «Siempre en capilla»<br />

haya obtenido primacíajv Mariano<br />

Raquero o Pedro Laín Entralgo, o Lafuente<br />

Ferrari, por citar algunos.<br />

Pintores presentados en la sala <strong>de</strong> Exposiciones<br />

<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>: Antonio Martínez Suárez,<br />

que regresa <strong>de</strong> París; Mariano Moré,<br />

José Luis Suareztorga, Femando Magdaleno,<br />

Trinidad Fernán<strong>de</strong>z, Rubio Camín,<br />

entre otro?.<br />

No hemos <strong>de</strong> ceñirnos, al pulsar la cuerda<br />

cultural <strong>de</strong> la "ciudad, al <strong>Ateneo</strong> exclusivamente;<br />

es preciso constatar el empeño<br />

<strong>de</strong>l S. E. U., ccm-sns frecuentes proyecciones<br />

<strong>de</strong>l Cine Cíub, alternadas con las <strong>de</strong><br />

la Escuela <strong>de</strong> Peritos Industriales, y sus<br />

interesantes coloquios, así como las iniciativas<br />

<strong>de</strong>l Real Instituto, en lo que a conferencias<br />

concierne, y la intervención <strong>de</strong>l<br />

diario «Voluntada, organizando una Exposición<br />

<strong>de</strong>l fallecido y universal dibujante<br />

e ilustrador Alejandro Sirio, Completan el<br />

panorama los conciertos que la Sociedad<br />

Filarmónica oírece frecuentemente.<br />

Y en el porvenir muchos proyectos magníficos,<br />

<strong>de</strong> los que nada hemos <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantar,<br />

pero que oportunamente se reseñarán en<br />

esta sección,<br />

CARLOS DE LAS HERAS DAVIU<br />

^ luego, ios estudiantes <strong>de</strong>í último<br />

*-^ curso <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Medicina, si<br />

no hacen ese viaje fantástico por el extranjero<br />

que se han propuesto, no será por<br />

íaita <strong>de</strong> esfuerzos en todos sentidos. Es<br />

bueno contrastar cómo todos los finalistas<br />

<strong>de</strong> carreras —médicos, peritos, maestros—<br />

se preparan, bailen e ingenian para conseguir<br />

un largo y fructífero itinerario, en lugar<br />

<strong>de</strong> per<strong>de</strong>r el tiempo, como en otras épocas,<br />

en estériles y <strong>de</strong>sentonadas discusiones<br />

a! margen <strong>de</strong> lo profesional.<br />

Los <strong>de</strong> Medicina, llevados <strong>de</strong> su afán stiperatorio,<br />

DOS están proporcionando una.<br />

serie <strong>de</strong> espectáculos interesantes con una<br />

continuidad asombrosa, <strong>de</strong> los que merecen<br />

ser. <strong>de</strong>stacados los dos más recientes:<br />

es estreno <strong>de</strong> «Peaumbra», farsa <strong>de</strong>l autor<br />

local Rafael Parodi, y la actuación, en función<br />

<strong>de</strong> gala, <strong>de</strong>l pianista alemán Günter<br />

Weinert, intérprete muy afortunado <strong>de</strong><br />

Beethoven, y <strong>de</strong>l que quiero a<strong>de</strong>lantar una<br />

breve crítica, ya que en España sólo ha<br />

actuado en Barcelona, Santiago <strong>de</strong> Compostela<br />

y Cádiz.<br />

Weinert es, antes que nada, un dominador<br />

fácil <strong>de</strong> la técnica. Su mano izquierda<br />

es firme y segura. Por ello, la brillantez<br />

<strong>de</strong> las escalas principales cuenta siempre<br />

con el acompañamiento exacto, con el fondo<br />

preciso, para obtener la unidad musical<br />

justa.<br />

Günter Weinert no se lanza al sentido<br />

arrebatador <strong>de</strong> la música. Acaso no le interese<br />

hacerlo en virtud <strong>de</strong> sus maneras<br />

virtuosistas; por respeto a su concepción<br />

<strong>de</strong>l pentagrama. Frente a Beethoven se<br />

observa' una fórmula <strong>de</strong> íntima complacencia<br />

resuelta en una línea <strong>de</strong> justeza a lo<br />

escrito <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad al maestro.<br />

Haen<strong>de</strong>l, Franck, Tarín a, son preferidos<br />

en sus más complicadas expresiones y llevados<br />

a las teclas sin fallos, pero con un<br />

nexo <strong>de</strong> unión artística sólo comprensible<br />

en un temperamento aún supeditado a una<br />

escuela, disciplinada.<br />

A Weinert. pianista alemán'<strong>de</strong> internacional<br />

categoría, sin. di-da, le falta, sólo esa<br />

maravillosa y precisa «respetuosidad que<br />

tanto ayuda a compren<strong>de</strong>r al genio y que,<br />

en <strong>de</strong>finitiva, es lo que el genio agra<strong>de</strong>ce y<br />

necesita.<br />

Una lápida a<br />

<strong>de</strong>l Castillo<br />

González<br />

El sainetero gaditano don Juan Ignacio<br />

González <strong>de</strong>l Castillo, hombre <strong>de</strong>safortunado<br />

en vida, no gozó tampoco <strong>de</strong> buena<br />

fortuna <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte. Los homenajes,<br />

los recuerdos escritos o plásticos; las<br />

perdurabilida<strong>de</strong>s, en fin, no le han seguido<br />

con suerte. Sin embargo, González <strong>de</strong>l Castillo<br />

es acreedor a una atención más limpia,<br />

y sobre todo más constante.<br />

Des<strong>de</strong> hace varios años cuantos venimos<br />

andando en estas ccsis románticas <strong>de</strong>) arte<br />

y la literatura, hemos estado pidiendo !a<br />

colocación <strong>de</strong> una lápida en la casa don<strong>de</strong><br />

vivió y murió el ilustre y <strong>de</strong>sgraciado escritor.<br />

Bien es verdad que se trataba <strong>de</strong><br />

peticiones sin otra base que el artículo <strong>de</strong><br />

prensa aislado y sin apoyo.<br />

Ahora es gente joven, los poetas <strong>de</strong>l grupo<br />

«Caletas, animosos y en edad <strong>de</strong> no cansarse<br />

por las incomprensiones, la que ha<br />

tomado <strong>de</strong> la mano el asunto. Por consiguiente,<br />

es <strong>de</strong> esperar que habrá lápida<br />

conmemorativa en la casa <strong>de</strong>l pubre poeta<br />

CÁDIZ.-Murallas y la Catedral<br />

que hubo <strong>de</strong> actuar <strong>de</strong> apuntador dorante<br />

su no muy larga vida en íunción <strong>de</strong> la miseria<br />

<strong>de</strong> que no pudo sacarle su si larga<br />

obra.<br />

Gonzálea <strong>de</strong>l Castillo fustigó en sus saínetes<br />

muchas malas costumbres <strong>de</strong> su época<br />

y <strong>de</strong>jó constancia humorística y bien<br />

perfilada <strong>de</strong> otras ni buenas ni malas. Su<br />

aportación, por tanto, a la literatura y a ia<br />

historia, a esa gran historia <strong>de</strong> lo menudo<br />

que es la salsa <strong>de</strong> que lo gran<strong>de</strong> no pue<strong>de</strong><br />

prescindir, es importantísima, y sobre todo<br />

leal, vivida y completa. Conocía el mundo<br />

<strong>de</strong> que sacaba sus personajes. Lo conocía<br />

<strong>de</strong> dos maneras: por estar sumido en e]<br />

ambiente realista y por andar asomado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su concha al <strong>de</strong> ficción que otros<br />

autores <strong>de</strong>senvolvían.<br />

-• La Rea! Aca<strong>de</strong>mia Española tiene recogidas<br />

las obras completas <strong>de</strong>l insigne gaditano<br />

como el mejor homenaje escrito <strong>de</strong>bido<br />

a su memoria. Ahora es preciso que esa<br />

lápida —mármol eterno en la fachada— se<br />

coloque por fin y que<strong>de</strong> saldada esta segunda<br />

parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda a su perpetuidad.<br />

os L.me-v-h*bs<br />

Las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cine-cmbs provinciales<br />

son difíciles. Es una lástima que así<br />

sea y que no se cuente- con una organización<br />

eficaz para que su funcionamiento no<br />

esté lieno <strong>de</strong> lagunas. De ¡os dos que han<br />

loerado <strong>de</strong>senvolverse en Cidiz. sólo el<br />

Cine Club-Universitario ha conseguido entonarse<br />

en cí verda<strong>de</strong>ro fin que estas socieda<strong>de</strong>s<br />

persiguen: la proyección <strong>de</strong> películas<br />

que no suelen utilizarse en las salas corrientes.<br />

Documentales, producciones extranjeras<br />

en su propio idioma, films <strong>de</strong> la<br />

época primera <strong>de</strong>l cinema, etc. En ese sentido<br />

los estudiantes, venciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la dificultad<br />

<strong>de</strong> encontrar local a<strong>de</strong>cuado hasta<br />

la <strong>de</strong> hallar material <strong>de</strong> interés, han conseguido<br />

entonar algo este aspecto tan íntimo<br />

y educador <strong>de</strong> la cinematografía.<br />

Pero <strong>de</strong> todas formas, los cine-clubs <strong>de</strong>berían<br />

tener un campo más amplio, más<br />

extenso, más comprensivo, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />

extraer cuanto necesitan en <strong>de</strong>fensa, a)<br />

fin y a! cabo, <strong>de</strong> este arte <strong>de</strong> multitu<strong>de</strong>s.<br />

Porque es menester qne se comprenda que<br />

la película, <strong>de</strong> cine-ciub no establece competencia<br />

con la película comercia!. Casi<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que el buen aficionado, que<br />

es el socio, <strong>de</strong> estas entida<strong>de</strong>s, va más a las<br />

segundas, por el camino <strong>de</strong> las primeras y<br />

embarcado en el contraste, que <strong>de</strong>jado solo<br />

en aguas <strong>de</strong> la a veces frecuente monotonía<br />

<strong>de</strong> estilo, tema e interpretación <strong>de</strong> ios<br />

íilms usuales<br />

DONATO<br />

Exposiciones<br />

UN pintura ya no se suce<strong>de</strong>n, sino aS<br />

-*—* mismo tiempo, nos son ofrecidas exposiciones<br />

escogidas en las dos salas <strong>de</strong> la<br />

Caja <strong>de</strong> Ahorros Municipal y <strong>de</strong> Ezquerra.<br />

Rebullo, ese joven granadino que pinta<br />

sin dibujar previamente, o que dibuja<br />

con el pincel, ha tenido en la Sala Ezquerra<br />

un gran éxito <strong>de</strong> público, <strong>de</strong> crítica y <strong>de</strong><br />

encargos. Y la Obra Católica <strong>de</strong> Asistencia<br />

Universitaria, en la Sala <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> ia<br />

Caja <strong>de</strong> Ahorros, ha logrado otro éxito<br />

con la Exposición <strong>de</strong> Fotografías <strong>de</strong> Croacia.<br />

Los nombres y tenias que más han <strong>de</strong>stacado<br />

han sido los <strong>de</strong> José Corts Grau<br />

—«El ejemplo agustiniano»—, Julián Cantera<br />

Orive —«Sobre el "sepulcro <strong>de</strong>í Apóstol<br />

Santiago en Compostela»—, José María<br />

García Escu<strong>de</strong>ro —«La técnica en eí<br />

Mensaje <strong>de</strong> Pío XII en la Navidad <strong>de</strong><br />

J 953»-— y Santiago Galíndo -—«Sobre<br />

Donoso Cortés»—. También las dadas por<br />

la Comunidad <strong>de</strong> Benedictinos <strong>de</strong> Estibaliz,<br />

sobre temas relacionados con el tiempo<br />

cuaresmal.<br />

10.000 pesetas<br />

Si añadimos a todo lo anteriormente expuesto<br />

las reuniones semanales <strong>de</strong> ia Peña<br />

Literaria y las quincenales <strong>de</strong> la Hermandad<br />

<strong>de</strong> Hombres <strong>de</strong> Carrera, don<strong>de</strong> también<br />

ge tocan temas culturales y artísticos,<br />

junto a las conferencas <strong>de</strong> los servicios <strong>de</strong>l<br />

Movimiento y <strong>de</strong>! cirso preuniversitario,<br />

po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, en justicia, que Vitoria<br />

vuelve a ser —-en <strong>de</strong>porte y cultúrala<br />

Atenas <strong>de</strong>l Norte. Pero una Atenas cristianizada,<br />

españolizada, que se apresta,<br />

eo este año <strong>de</strong> gracia. Año Santo Mariano<br />

y Año Santo Jp-cobeo —los dos Patronos<br />

<strong>de</strong> España—, a celebrar los más famosos<br />

J uegos Florales <strong>de</strong> toda su larga vida<br />

literaria y artística, en honor <strong>de</strong> su Patrona,<br />

la Virgen Blanca, y con ocasión <strong>de</strong><br />

su coronación ca.nó!Üca. Poetas españoies:<br />

Vitoria ofrece diez mil pesetas por un aoneto<br />

a la Virgen Blanca.


E<br />

VAN OSTADE: «Campesino conduciendo on cerdo al mercado»<br />

N sus pinturas, el hombre primitivo<br />

ya <strong>de</strong>scubrió que el hombre es menos<br />

gallardo que el ciervo, menos solido<br />

que ei bisonte, menos <strong>de</strong>cidido que<br />

el jabalí y siempre menos hermoso el<br />

cazador que la presa. No hay como este<br />

ser humano <strong>de</strong> hoy día para imaginar<br />

que sus formas y sus modos son los<br />

más perfectos <strong>de</strong> la creación. ¡Basta<br />

observar al toro y al torero juntos para<br />

convencerse <strong>de</strong> lo contrario! Y eso<br />

es lo que pone <strong>de</strong> relieve la pintura:<br />

que la estética <strong>de</strong>l animal no rin<strong>de</strong> pabellón<br />

ante la <strong>de</strong>l hombre. ¡Hay que<br />

ver cómo los perros <strong>de</strong> Velázquez campean<br />

en sus pinturas, como los eabalíos<br />

<strong>de</strong> Rubéns prestan fuerza a sus<br />

composiciones <strong>de</strong> color, o cómo las vacas<br />

<strong>de</strong> Cuyp inundan <strong>de</strong> serenidad el<br />

ambiente <strong>de</strong> sus cuadros! Ei trazo analítico<br />

<strong>de</strong>l pincel pone muchas cosas en<br />

su sitio, y entre otras, la jerarquía elevada<br />

<strong>de</strong> las formas <strong>de</strong>l animal en la<br />

escala <strong>de</strong> las perfecciones <strong>de</strong>l mundo<br />

Los biznietos <strong>de</strong> Adán ayudaron a las<br />

biznietas <strong>de</strong> Eva a mo<strong>de</strong>lar artísticas<br />

vasijas para or<strong>de</strong>ñar allí la leche, o a<br />

repujar el oro para adornar un collar,<br />

Pero fue el noble arte <strong>de</strong> la pintura<br />

el que dio patente <strong>de</strong> artista a la vieja<br />

estirpe humana, cuando se puso el<br />

hombre primitivo a <strong>de</strong>corar con siluetas»<br />

su habitación, realizando así e! primer<br />

gesto <strong>de</strong>sinteresado <strong>de</strong>l hombre,<br />

que <strong>de</strong>jó tal vez allí estipulada la afirmación<br />

<strong>de</strong>l «arte por el arte».<br />

En estas pinturas rupestres, el animal<br />

es ei protagonista, y el ojo espabilado<br />

<strong>de</strong>l bisonte <strong>de</strong> la cueva española<br />

<strong>de</strong> Santillana fue un precursor <strong>de</strong>l<br />

ojo encendido <strong>de</strong>l toro <strong>de</strong> Potter en<br />

los Países Bajos. De entonces acá, las<br />

figuras <strong>de</strong> animales llenan abundantemente<br />

la historia <strong>de</strong> la pintura.<br />

En la pintura holan<strong>de</strong>sa se repite mucho<br />

el tema animalista. Entre los anímales<br />

más sostenidos por esta pintura<br />

está la oveja, <strong>de</strong> dos tipos; el uno, <strong>de</strong><br />

fina silueta, como escardada, y el otro,<br />

el tipo friolero, que oculta el cuerpo en<br />

un voluminoso mantón <strong>de</strong> lana gorda;<br />

y están los caballos, dando-una impresión<br />

<strong>de</strong> ser caballos eficaces, aunque<br />

sin presumir por lo general <strong>de</strong> raza;<br />

y están las vacas, entre ellas la que<br />

acompaña en el cuadro al «Novillo», <strong>de</strong><br />

Potter, quien, por cierto, no le hace ningún<br />

favor al mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> vaca <strong>de</strong> aquí.<br />

Potter no se muestra en este cuadro<br />

«feminista», y toda su admiración <strong>de</strong><br />

artista formidable se vuelca en el toro.<br />

Su obra maestra es ese novillo Sismo<strong>de</strong><br />

«Manolete», el más grandioso ejemplar<br />

<strong>de</strong> lidia que se pue<strong>de</strong> usted ímag'nar,<br />

un toro <strong>de</strong>l que estoy segura <strong>de</strong><br />

que si 3o torearan en don<strong>de</strong> está usted,<br />

ATENEO<br />

sacaba el pañuelo con lágrimas <strong>de</strong> emoción<br />

en los ojos para que le perdonaran<br />

la vida, porque es archivaliente,<br />

archinoble y archibello, y, <strong>de</strong> paso, un<br />

estupendo ejemplar <strong>de</strong> padre <strong>de</strong> toro,<br />

que pregona a gran<strong>de</strong>s mugidos <strong>de</strong> toro<br />

bravo que sus ascendientes tuvieron<br />

que ser toros <strong>de</strong> una <strong>de</strong>hesa <strong>de</strong> Extremadura,<br />

alguno <strong>de</strong> cuyos ejemplares<br />

<strong>de</strong>bió venir trasladado a Holanda, vaya<br />

usted a saber por qué, en aquellcs<br />

tiempos <strong>de</strong> amistad y enemistad hispancholan<strong>de</strong>sa.<br />

Yo lo llamo —-al toro <strong>de</strong><br />

Potter— «Bien Plantao», y él, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el cuadro, me mira con ojos que dicen<br />

mis amigos que son ojos <strong>de</strong> entendimiento,<br />

y creo yo que es porque el<br />

nombre le gusta: «¡Eh, "Bien Planto"!»<br />

Y dando un salto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa al<br />

corral, le recomiendo que se fije en<br />

los cerdos antigrasos que pinta Van<br />

Ostads. No es un bicho éste que se encuentre<br />

a gusto aquí, me parece, por-<br />

que <strong>de</strong>ben querer criarlo científicamen-<br />

rrillo ágil, al que nadie hace caso ninguno,<br />

lo que contribuye a mejorar su<br />

casta.<br />

PAISAJE CON ANIMAL<br />

La pintura <strong>de</strong> animales es un género<br />

nacional en Holanda. ¿Cómo haría<br />

usted el retrato <strong>de</strong> ninguna persona<br />

suprimiéndole las cejas o la barbilla,<br />

que son datos imprescindibles <strong>de</strong> su cara,<br />

y que, a<strong>de</strong>más, no se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>jar<br />

en la sombra, porque prestan al rostro<br />

las cejas asi o así, y la barbilla <strong>de</strong><br />

esta manera o <strong>de</strong> la otra, prestan al<br />

rostro su carácter? Eso seria el retrato<br />

<strong>de</strong> Holanda sin animales domésticos:<br />

una mutilación. En un campo <strong>de</strong> Castilla<br />

pue<strong>de</strong> usted pintar la linea <strong>de</strong>l<br />

campo y la línea <strong>de</strong> un hombre. Nada<br />

más. Y permanece Castilla esencial,<br />

que es hombre y campo frente a frente.<br />

Pero en un campo holandés suprime<br />

usted <strong>de</strong>l campo al animal, y aunque<br />

pinte al holandés allí en medio..., resulta<br />

un hombre que está en el campo,<br />

pero no es totalmente Holanda, ya<br />

que la fórmula en Holanda, más que<br />

hombre y campo, es granja y campo,<br />

con un árbol cerca, por lo menos, cobijándolo<br />

todo. La dulzura <strong>de</strong> una escena<br />

campesina <strong>de</strong> Holanda impresiona <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

un cuadro neerlandés, porqué ese<br />

cuadro recoge a la perfección la paz<br />

suave y melancólica que prestan a la<br />

escena los ganados vacunos cuando, con<br />

el testuz inmóvil, parecen meditar a<br />

fondo sobre el <strong>de</strong>stino metafisico <strong>de</strong><br />

las vacas. El cielo siempre está aquí<br />

bajo, con nubes que más que nubes<br />

son cribas para la luz, y el mar suele<br />

no estar lejos; <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l gran cielo,<br />

y bor<strong>de</strong>adas por el mar, las pra<strong>de</strong>ras<br />

sirviendo <strong>de</strong> pasto son puramente fondo<br />

<strong>de</strong> vaca, así como el cielo es dosel<br />

<strong>de</strong> vaca, y el mar parece estar allí<br />

para darle a la vaca distracción. Esta<br />

superlativa presencia <strong>de</strong> la vaca en el<br />

paisaje holandés y en la sustancia misma<br />

<strong>de</strong> Holanda hace que el retrato <strong>de</strong>l<br />

suelo <strong>de</strong> los Países Bajos tenga que<br />

contener sobre todo a la vaca para estar<br />

parecido, <strong>de</strong>l mismo modo que su<br />

retrato <strong>de</strong> usted <strong>de</strong>berá contener los<br />

ojos <strong>de</strong> su cara para que se le reconozca.<br />

El maestro sin discusión <strong>de</strong>l animalismo<br />

pictórico holandés es Paulus Potter,<br />

que pinta unos animales unidos entre<br />

si por los lazos <strong>de</strong>l afecto, y pinta<br />

la compenetración <strong>de</strong>l campesino con<br />

los animales <strong>de</strong> su granja, no solamente<br />

porque son <strong>de</strong> su propiedad, süio<br />

también porque hombre y ganados se<br />

aman poéticamente. ¿Qué es la poesía<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo más que el toque suave<br />

<strong>de</strong> una emoción? Por ejemplo, la<br />

emoción que pue<strong>de</strong> sentir el hombre<br />

ante la bestia que compren<strong>de</strong> su voz, y<br />

la que pue<strong>de</strong> sentir el espectador <strong>de</strong><br />

un cuadro don<strong>de</strong> el animal es una compañía<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un productor <strong>de</strong> prí-<br />

te, y si las gallinas y las vacas res- meras materias. Piense en las vacas<br />

pon<strong>de</strong>n a un pienso científico<br />

porque son conformistas,<br />

el cerdo es tozudo<br />

y quiere lo que quiere,<br />

y lo que quiere no son<br />

siempre vitaminas. Puedo<br />

<strong>de</strong>cirles que el cerdo en<br />

Holanda es un cerdo sano.<br />

Pero no arrastra la<br />

papada Como, es <strong>de</strong>bido,<br />

ni tiene la barriga en<br />

forma <strong>de</strong> bombo, como es<br />

<strong>de</strong> rigor, y así se les ve<br />

eri los cuadros holan<strong>de</strong>ses,<br />

obligando al espectador,<br />

que concibe la hermosura<br />

<strong>de</strong>l cerdo hecha<br />

<strong>de</strong> redon<strong>de</strong>ces, a tomar<br />

nota <strong>de</strong>l extraño fenómeno<br />

,<strong>de</strong> un cerdo con indudable<br />

esbeltez.<br />

En Holanda no hay pe<br />

rros,buscavidas; es <strong>de</strong>cir,<br />

que no se ven nunca por<br />

ahí la clase <strong>de</strong> perros vivarachos,<br />

con el diente<br />

agudo, la piel sin lustre,<br />

el hocico inteligente y la<br />

pupila en guardia. Sobre<br />

todo, la pupila en guardia.<br />

No se ven. Pues bueno,<br />

semejantes perros que<br />

no se encuentran a lo vivo,<br />

pue<strong>de</strong>n verse muy<br />

bien pintados. ¡Maravillosamente<br />

pintados! Por<br />

Juan Steen, en sus interiores<br />

domésticos, con borrachos,<br />

salas <strong>de</strong> reuniones<br />

y fiestas. Casi siempre<br />

hay allí <strong>de</strong>ntro un pe- PACLU8 FOTTEK: «El novillo»<br />

<strong>de</strong> Potter que acu<strong>de</strong>n a! bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

acequia, mientras que las <strong>de</strong>l prado<br />

vecino acu<strong>de</strong>n también al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />

agua, para entablar coloquio con las<br />

camaradas <strong>de</strong>l otro lugar. Comprenda<br />

lo que ha conseguido el inimitable Potter.<br />

Hay presente en. su obra no sólo<br />

la <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> un gusto sentimental<br />

en los animales por ía «conversación»<br />

y el trato, sino que también hay<br />

una galería <strong>de</strong> estados ie ánimo vacunos.<br />

Una vaca se muestra colérica por<br />

un motivo que no nos po<strong>de</strong>mos explicar;<br />

otra, temerosa, por una razón que<br />

se nos escapa; otra, <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> afeo<br />

que adivinamos o no adivinamos lo<br />

que es... Mientras que otras <strong>de</strong>jan el<br />

tiempo pasar, y otras aprovechan el<br />

momento para beber.<br />

Paulus Potter pintó unas cosas mejor<br />

que otras, principalmente por la razón<br />

<strong>de</strong> que algunas cosas las hizo perfectas,<br />

y lo perfecto no es un troquel<br />

que produce ejemplares continuamente.<br />

Pero la crítica <strong>de</strong>l análisis artístico ha<br />

encontrado <strong>de</strong>fectos a cuadros que se<br />

imponen totalmente a nuestro placer.<br />

Y en la polémica entre el personaje<br />

que mira largamente un cuadro para<br />

ejercer un <strong>de</strong>recho erudito <strong>de</strong> critica,<br />

y el personaje que mira largameote un<br />

cuadro porque mirarlo le da gusto, en<br />

la polémica que no los pone <strong>de</strong> acuerdo,<br />

porque el crítico dice que los cuernos<br />

<strong>de</strong> aquel buey están muy separados,<br />

y el amador <strong>de</strong> la pintura dice<br />

que a él le encantan tal como son..,<br />

en esta polémica, a la crítica le tocará<br />

siempre per<strong>de</strong>r, porgue el hecho se<br />

impone a la argumentación. Del «Novillo»<br />

<strong>de</strong> Potter se ha afirmado que no<br />

tiene expresión. ¡Para algunos, la expresión<br />

<strong>de</strong>be, consistir en abrir dos palmos<br />

<strong>de</strong> ^K>ca!.. El ^Novillo» <strong>de</strong> Paulus<br />

Potter es insuperable, ¡y se lo dice a<br />

usted quien entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> toros bravos?<br />

Y tiene Potter un <strong>de</strong>licioso cuadro, don<strong>de</strong><br />

se ven, como en otros suyos, vacas<br />

y carneros. He leído que el tamaño <strong>de</strong><br />

una <strong>de</strong> las vacas en relación con el<br />

carnero que hay cerca no ofrece proporción.<br />

Pero... ¿es que sabemos, si vamos<br />

a medirlo, qué tamaño tenían en<br />

la retina emotiva <strong>de</strong> Potter el carnero<br />

y la vaca? Puesto que el efecto es bello<br />

y nuestro ojo no se cansa ós conterapiar,<br />

le recomiendo a usted el cuadro,<br />

y también aquel <strong>de</strong> una vaca haciendo<br />

«pis», que <strong>de</strong>volvió a Potter por este<br />

motivo la princesa <strong>de</strong> Solms, pero que<br />

es evi<strong>de</strong>nte que se trata <strong>de</strong> una vaca<br />

honesta y pulcra, haciendo acto <strong>de</strong> presencia<br />

natural en medio <strong>de</strong> una amplia<br />

naturaleza con aspas <strong>de</strong> molino al<br />

fondo.<br />

Pero Potter no pintó vacas solamente.<br />

Si usted recorre un álbum completo<br />

<strong>de</strong> reproducciones suyas se encontrará<br />

con multitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pájaros, con perros<br />

que se <strong>de</strong>sgañitan ladrando, lagartijas<br />

que compiten en agilidad con las mariposas<br />

que se hallan presentes, caballos<br />

que relinchan el triunfo <strong>de</strong> su pelaje,<br />

cerdos que se restriegan nasmados<br />

<strong>de</strong> felicidad... ¡Y la piel <strong>de</strong> aquel perro<br />

lobo, que achica el prestigio <strong>de</strong>l<br />

raso <strong>de</strong> seda y el moaré! Paulus Potter<br />

murió muy joven. A los veintinueve<br />

años. ¡Seleccionado tal vez para retratar,<br />

en un anejo <strong>de</strong>l Paraíso, a 'a oveja<br />

<strong>de</strong> San Juan y al buey y la muía <strong>de</strong>l<br />

Nacimiento!<br />

MARÍA VIRTUDES LUQUE


L <strong>Ateneo</strong>, amigo mío, será siem-<br />

E pre el <strong>Ateneo</strong>», dijo el caballero<br />

atusándose los bigotes con ese gesto<br />

importantísimo, que en las comedias<br />

<strong>de</strong> primeros <strong>de</strong> siglo sólo empleaban<br />

los actores para interpretar papeles<br />

<strong>de</strong> senadores, duques, socios <strong>de</strong> la<br />

Gran Peña o notarios.<br />

El ateneísta que nos ocupa era, en<br />

verdad, notario en esta mitad segunda<br />

<strong>de</strong>l siglo XX, y notario en una recoleta<br />

ciudad con placillas quietas,<br />

una fuente rumorosa frente a la catedral<br />

y amplias, hermosas, sustanciosas<br />

horas largas para llenar con la<br />

lectura <strong>de</strong>tenida <strong>de</strong>,don Juan Vaíera,<br />

tal o cual libro <strong>de</strong> versos y las páginas<br />

alarmantes <strong>de</strong> bombas H <strong>de</strong> algún<br />

diario madrileño.<br />

«Cuando vengo a <strong>Madrid</strong> voy al<br />

teatro por las noches, al casino a Jas<br />

horas <strong>de</strong> tomar café, almuerzo con los<br />

amigos y paseo en las mañanitas<br />

por Recoletos, el Prado o el Retiro;<br />

pero las tar<strong>de</strong>s las paso siempre en<br />

el <strong>Ateneo</strong>. Es el gran pulmón por don<strong>de</strong><br />

<strong>Madrid</strong> respira su cultura, y <strong>de</strong><br />

mis tar<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong> llevo «tela»<br />

bastante para cortar tajada <strong>de</strong> parloteo<br />

durante un par <strong>de</strong> meses en la<br />

tertulia <strong>de</strong> mi ciudad.<br />

»Vea usted, en este mes <strong>de</strong> abril,<br />

que he pasado aquí por cuenta <strong>de</strong>l<br />

médico <strong>de</strong> mi mujer y unas corrientes<br />

que le está dando, he tenido ocasión<br />

<strong>de</strong> escuchar a Dionisio Ridruejo,<br />

Walter Starkie y Marqueríe, que hablaron,<br />

sucesivamente, <strong>de</strong> «Interrogantes<br />

<strong>de</strong>l teatro», «Teatro británico<br />

e irlandés contemporáneos» y «Dentro<br />

y fuera <strong>de</strong>l teatro». Los tres me dieron<br />

ocasión para sustanciosos temas<br />

<strong>de</strong> comentario, que han <strong>de</strong> valerme<br />

mucha atención cuando vuelva a casa.<br />

No crea usted que sólo en <strong>Madrid</strong><br />

interesa el teatro; en provincias següimos<br />

estas cosas muy <strong>de</strong> cerca, y<br />

cuando llegan noticias directas, como<br />

las que llevaré yo, caen como beneficiosa<br />

lluvia <strong>de</strong> mayo sobre aquellos<br />

espíritus, secos y sedientos <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s.<br />

Pienso escuchar el ciclo entero<br />

que ha organizado el grupo <strong>de</strong> teatro<br />

<strong>de</strong> arte Proteo, y han <strong>de</strong> hablar todavía<br />

González Ruiz, José Hierro, Fernán<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> la Mora, Joaquín Calvo Sotelo,<br />

Fernando Fernán-Gómez, Eusebio<br />

García Luengo, Santiago Melero,<br />

Manuel Diez Crespo, Pablo Martí Zato<br />

y Guillermo Díaz Plaja.» ^<br />

»Ridruejo dijo una frase que me llevo<br />

apuntada: "La misión actual <strong>de</strong>l<br />

teatro consiste en incorporarse al<br />

hombre para que conozca sus límites<br />

propios y para que sea catequizado<br />

y ganado por lo que en escena se representa."<br />

El viejo ateneísta volvió a su gesto<br />

<strong>de</strong> primer actor <strong>de</strong> alta comedia, y<br />

como nadie se la quitó, siguió en el<br />

uso <strong>de</strong> la palabra:<br />

«Escuché a Michele Fe<strong>de</strong>rico Sciacca,<br />

catedrático <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />

Genova. Magnífica su conferencia sobre<br />

«Attualítá <strong>de</strong>lle dottrine sociali<br />

di S. Agostino», y muy oportuno el<br />

tema en estos momentos, en que parece<br />

como si en cada rincón <strong>de</strong>l globo<br />

terminase <strong>de</strong> nacer el inventor <strong>de</strong> las<br />

inquietu<strong>de</strong>s sociales. Como pue<strong>de</strong> verse,<br />

el problema social está <strong>de</strong> antiguo<br />

en el pensamiento <strong>de</strong> figuras tan representativas<br />

<strong>de</strong>l pensamiento cristiano<br />

como San Agustín. En el aula<br />

pequeña el catedrático <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Oviedo, don Enrique Moreno<br />

Bay, ha dado un curso <strong>de</strong> conferencias<br />

magnífico sobre un tema tan apa-<br />

POCO ESCENIFICADA,<br />

VID A DES CULTURALES<br />

MADRILEÑO<br />

sionante como «El valor humano <strong>de</strong><br />

nuestros clásicos». ¡Gran ciclo, amigo<br />

mío! ¡Jugoso tema en verdad!»<br />

Nuestro notario tomó <strong>de</strong>l brazo a<br />

su interlocutor y lo llevó, caminan- caminando,<br />

hasta la sala <strong>de</strong> exposiciones<br />

<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>, don<strong>de</strong> dijo:<br />

«Esta visita que hago todas las tar<strong>de</strong>s<br />

a la exposición <strong>de</strong> Vázquez Díaz<br />

es para mí un placer inolvidable. Una<br />

y otra vez he estado <strong>de</strong>tenido ante<br />

cada línea segura y mágica, cada pincelada<br />

maestra, cada prodigioso juego<br />

<strong>de</strong> color. No puedo sustraerme a<br />

la tentación <strong>de</strong> leerle un párrafo <strong>de</strong><br />

esas cuartillas <strong>de</strong> Vicente Aleixandre,<br />

que presentan el catálogo. Son cuartillas<br />

que no precisan adjetivos; con el<br />

nombre que las firma les sobra mareo,<br />

dosel y pe<strong>de</strong>stal. Escuche: «Con<br />

un trazo grueso se pue<strong>de</strong> enérgicamente<br />

erigir una cabeza. Torcida la<br />

boca, sobrante el belfo, tachada con<br />

espátula cruda la luz <strong>de</strong> unos ojos<br />

<strong>de</strong>struíaos. El párpado, un tizne. Una<br />

mota <strong>de</strong> bermellón aplastado, la nariz,<br />

in<strong>de</strong>cente. Y casi hollín, la cabellera,<br />

sucia, don<strong>de</strong> una red congestiva<br />

<strong>de</strong> paleta ensañada semejaba haber<br />

impuesto allí sus asestadas imprecaciones."»<br />

Así <strong>de</strong> divinamente —y qué bien le<br />

viene el divinamente— inicia Vicente<br />

Aleixandre la loa <strong>de</strong> «El niño ciego»,<br />

<strong>de</strong> Vázquez Díaz.<br />

El catálogo, en las manos pulcras,<br />

blancas, largas y especialistas en li-<br />

bros <strong>de</strong>l señor notario, era como un<br />

recreo verle. No se sabía qué era más<br />

expresivo y bello: sí el catálogo —número<br />

uno <strong>de</strong> los «Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Arte<br />

<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>»— o las manos <strong>de</strong> en<strong>de</strong>rezar<br />

testamentos y dar fe <strong>de</strong> vidas. La<br />

tar<strong>de</strong> fue tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> concierto. Los dos<br />

viejos ateneístas, luego <strong>de</strong> leído hasta<br />

el final el puro primor <strong>de</strong> Aleixandre,<br />

llevaron la conversación a la música.<br />

«Me encanta el público <strong>de</strong> los conciertos:<br />

ver tanta mujer hermosa,<br />

tanta jovencita con cara picara <strong>de</strong><br />

adolescente sentimental, pero no tonta;<br />

tanto escritor <strong>de</strong> pro, y la crítica,<br />

y los músicos, los accionados <strong>de</strong> prestigio...<br />

Esta sala <strong>de</strong>i <strong>Ateneo</strong> í^a dado<br />

ya muchos espaldarazos <strong>de</strong> los que<br />

empajan a la inmortalidad, amigo<br />

mío. La música y los intérpretes jóvenes<br />

le <strong>de</strong>ben mucho al <strong>Ateneo</strong>.»<br />

Y el notario se perdía en la contemplación<br />

<strong>de</strong> las charoladas puntas<br />

<strong>de</strong> sus zapatos: impecables, elegantones<br />

zapatos <strong>de</strong> salón, que resaltaban<br />

elegantes sobre el rojo vivo <strong>de</strong> las alfombras<br />

<strong>de</strong> la casa.<br />

«Resultaron muy bien los conciertos<br />

cuaresmales, que se hicieron con<br />

la colaboración <strong>de</strong> Radio Nacional.<br />

Hubo interpretaciones inolvidables.<br />

Los conciertos <strong>de</strong> Tony Rosado fueron<br />

<strong>de</strong> los que hacen época, y hemos <strong>de</strong><br />

agra<strong>de</strong>cerle muy <strong>de</strong> verdad el estreno<br />

en España <strong>de</strong> Ja «suite» <strong>de</strong> Mahler<br />

•«Canciones sobre la muerte <strong>de</strong> los niños».<br />

También la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> Luis Gal-<br />

ve fue triunfal. Yo no había oído<br />

nunca. Este muchacho actúa tanto en<br />

el extranjero, que un pobre provinciano<br />

como yo tiene raras ocasiones <strong>de</strong><br />

escuchar a un intérprete tan completo.<br />

Es uno <strong>de</strong> los pianistas más convincentes<br />

que he escuchado. No me<br />

extraña la fama internacional que<br />

tiene. Viene, ¡no faltaba más!, la tar<strong>de</strong><br />

en que intervino la Agrupación Vocal<br />

<strong>de</strong> Cámara <strong>de</strong> Valencia. Un programa<br />

interesantísimo y un conjunto<br />

admirable. Felicite <strong>de</strong> todo corazón a<br />

su directora, María Teresa Oller. Las<br />

mujeres están ganando puestos en todas<br />

partes, ¿en? Y los ganan a pulso,<br />

la verdad sea dicha. Porque recuer<strong>de</strong><br />

usted, a<strong>de</strong>más, el concierto <strong>de</strong><br />

Vera Franceschi, la encantadora americanita<br />

que actuó el día 24. Por cierto,<br />

¡qué cantidad <strong>de</strong> compatriotas vinieron<br />

a escucharla! Vi al embajador,<br />

a todos los agregados, a los periodistas,<br />

i qué sé yo! Es muy simpática la<br />

nota <strong>de</strong> gran familia que dan en <strong>Madrid</strong><br />

los americanos.»<br />

El notario y su amigo llegaron a la<br />

cacharrería.<br />

«Nos sentaremos aquí; en el bar yo<br />

no me encuentro en mi elemento. Esas<br />

chiquitas que fuman un cigarrillo y<br />

meriendan bocadillos <strong>de</strong> queso batido<br />

con el remoje <strong>de</strong> una cerveza no son<br />

<strong>de</strong> mi época. Resultan encantadoras<br />

discutiendo a Kant o la <strong>de</strong>sintegración<br />

<strong>de</strong>l uranio o un partido <strong>de</strong> fútbol, pero<br />

uno está hecho a aquellas <strong>de</strong> nuestra<br />

época, con sus suspiritos y su ramito<br />

<strong>de</strong> violetas. ¡Qué quiere!»<br />

Tomaron asiento en los mullidos y<br />

profundos sillones, y el notario <strong>de</strong>cía:<br />

«Aquello que dijo Luis Felipe Vivanco<br />

en su conferencia al <strong>de</strong>stacar<br />

la importancia que el expresionismo<br />

pospicassiano tiene en el momento actual<br />

<strong>de</strong> la pintura...»<br />

Como vio quien leyó, el señor notario<br />

<strong>de</strong> la apacible y quieta ciudad<br />

hizo buen acopio <strong>de</strong> noticias culturales<br />

<strong>de</strong> las que presumir en su tertulia<br />

sin más rompe<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> cabeza que<br />

asistir durante el mes <strong>de</strong> abril a parte<br />

<strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s culturales <strong>de</strong><br />

Prado, 21.<br />

PILAR NARVION


oetas inéditos:<br />

MANRIQUE DE LAR A<br />

Mi vecino José Gerardo Manrique<br />

<strong>de</strong> Lara <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> por vía directa <strong>de</strong><br />

la Poesía, <strong>de</strong> la mejor poesía española.<br />

Este hombre, este poeta cuyo apellido<br />

fluye eterno, como un chorro <strong>de</strong><br />

agua fresca, <strong>de</strong> las Coplas inmortales,<br />

hace poesía <strong>de</strong> su tiempo, vibra con<br />

su época, y <strong>de</strong> una manera muy suya,<br />

muy personal.<br />

La primera noticia que tengo <strong>de</strong><br />

Manrique data <strong>de</strong> diea años. Quien<br />

me da la noticia <strong>de</strong>! poeta es la vieja<br />

muchacha <strong>de</strong> casa:<br />

—Sí, niño, ese vecino que se pareoe<br />

a ti.<br />

Yo rae quedo pensativo, queriendo<br />

localizarle en mi memoria, con ia naranja<br />

a medio mondar entre mis <strong>de</strong>dos<br />

y el cuchillo. Y la muchacha<br />

apremia.<br />

•—-Cómete wso, que tiene mucha dinamita.<br />

Manrique <strong>de</strong> Lara solamente se<br />

pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicar a la poesía —a la poesía<br />

escrita, entendamos—- »n sus ratos libres.<br />

El mismo nos lo dice a- través<br />

<strong>de</strong> ia voz <strong>de</strong> BU Pedro e! Ciego; «... Porque<br />

e! hambre me <strong>de</strong>dica a negocios..,»<br />

El poeta, inédito aún, empieza a<br />

publicar ahora, que ea cuando se está<br />

dando a conocer; lentamente, como<br />

suce<strong>de</strong> siempre con estas cosas. Por<br />

aquellos años <strong>de</strong> ia naranja aquélla,<br />

cuando Manrique era solamente para<br />

mí un raudo vecino que- se <strong>de</strong>slizaba<br />

«ilencíosamente por las escaleras <strong>de</strong><br />

casa, yo no podía conocer sus activida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> poeta. Lo curioso es que él,<br />

a pepar <strong>de</strong> mi asiduidad «giAreüa-siana»,<br />

bibliográfica y antioiógsca, tampoco<br />

conocía mis versos. 'De esto me<br />

entero ahora. Me entero y m* hace<br />

gracia. Pero en 1944, ¡cuánto hubiese<br />

Manrique ds íkta —exactamente<br />

igual que haco cites: años—• camina<br />

por la calle eon un profundo gesto<br />

abstraído, ensimismado en sus versos,<br />

ajeno a semáforos y pitidos, <strong>de</strong><br />

la mano <strong>de</strong>l ángel <strong>de</strong> au guarda, que<br />

va recogiendo por las aceríg los en<strong>de</strong>casílabos<br />

que se le caen, al poeta.<br />

—Va poetando—<strong>de</strong>cía la muchacha<br />

<strong>de</strong> caaa.<br />

Y he aquí que mi vecino, convertido<br />

ya en amigo, <strong>de</strong>ja un día entre<br />

mis manos un iíbro inédito. «Pedro el<br />

Ciego», uno <strong>de</strong> los libros más bellamente<br />

extraños y misteriosos que<br />

acaso haya abierto yo nunca. La obsesión<br />

casi continua, <strong>de</strong> la muerte,<br />

tema central <strong>de</strong> la mayoría"" <strong>de</strong> estos<br />

versos, da al libro un recóndito aire<br />

rilkiano que lo llena <strong>de</strong> belleza, sin<br />

que por eso <strong>de</strong>je <strong>de</strong> ser «Pedro fil<br />

Ciegos uno <strong>de</strong> los libros más personaíes<br />

— originales, diría yo—- <strong>de</strong> mi generación.<br />

Son éstas unas páginas llenas<br />

<strong>de</strong> melancolía, <strong>de</strong> profunda tristeza,<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperanza. No importa<br />

que eí poeta nos diga;<br />

«Con esta ropa negra yo no quiero<br />

vestir al mundo <strong>de</strong> tristeza oscura.<br />

Que los ángeles vistan <strong>de</strong> hermosura<br />

98 el luto —a mi muerte-—• que jí<br />

Todo ei libro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las bellas palabras<br />

<strong>de</strong>L prólogo —esa prosa dondo<br />

Manrique sigue siendo poeta— hasta<br />

el emocionado epitafio <strong>de</strong> Pedro, todo<br />

el libro, digo, está traspasado, transpuesto,<br />

por una brillante nube nostálgica<br />

hacia la que corre «Rubio», el<br />

perro lazarillo, tirando incesantemente<br />

también <strong>de</strong>l brazo <strong>de</strong>l poeta; porque<br />

resulta que ei Tiempo, ese «silencio<br />

en que se oye tan claro cómo<br />

Dios tose y suspira», comparte con ia<br />

Muerte la atención <strong>de</strong> Manrique. Y<br />

a veces cruza por el libro como una<br />

ligera nostalgia <strong>de</strong>l porvenir, como un<br />

llanto anticipado. No es esto influencia<br />

<strong>de</strong>l apelado, sino amargo conocimiento,<br />

experiencia dolorosa. <strong>de</strong>l que<br />

hft cumplido ya loa treinta; porque<br />

«...sí juzgamos sabiamente,<br />

daremos lo non venido<br />

por paseado.»<br />

Ya se compren<strong>de</strong>rá que, a través<br />

<strong>de</strong> la biografía apócrifa <strong>de</strong> Pedro ei<br />

Cigo, late y perdura la vida real <strong>de</strong>l<br />

propio poeta, aunque a éste, algunas<br />

veces, se le vaya <strong>de</strong> entr** las manos<br />

su personaje.<br />

«Cuántas cosas a tientas..,<br />

como los ciegos, como lo» hombres...»^<br />

dice Manrique <strong>de</strong> Lara. Y en estos<br />

dos versos está la explicación o clave<br />

<strong>de</strong>! libro. Todos ssmJa ciegos, todos<br />

buscamos al^o entre tinieblas.<br />

En este libro <strong>de</strong> Manrique <strong>de</strong> Lara<br />

hay cierta predilección por e! vino.<br />

Son abundantes los poemas don<strong>de</strong> el<br />

sufrido mi altivez cíe jove-s»'iae*.<br />

cuyo primer volumen será «La Janzarina<br />

inmóvil* <strong>de</strong> Isabel Calvo <strong>de</strong><br />

Aguilar. Esta colección publicará un<br />

libro <strong>de</strong> mujer y otro <strong>de</strong> hombre. Así,<br />

alternativamente.<br />

—-¿Y quién será el hombre que siga<br />

& la novela femenina inicial?<br />

—Alberto Insúa. Le han hablado<br />

y no llega a un acuerdo. Le ofrecen<br />

cinco mil pesetas y él dice que jamás<br />

•úi-'< ningún libro por menos <strong>de</strong> diez<br />

mi!.<br />

—¿iba a d»r novela inédi-.*?<br />

- -Eso se le pedía. Pero él ofreció<br />

tFA cepitán mala centella*. Una obra<br />

suya <strong>de</strong> hace veinte años que don Alborto<br />

estima como la mejor <strong>de</strong> las<br />

suv as.<br />

-—¿Y «Nieves en Buenos Aires*?<br />

---Esa novela, uífcimísima <strong>de</strong> Insúa,<br />

ia tiene concluida y contratada con<br />

otra editorial.<br />

—¿Hay algo más ds premios literarios<br />

1<br />

— •La Sociedad Cervantina, que <strong>de</strong>spliega<br />

una actividad <strong>de</strong>mostrativa <strong>de</strong><br />

que Patricio G. <strong>de</strong> Canales está en<br />

ella, va a convocar otro premio para<br />

novela, a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong>l «Larragoiti» que,<br />

corno sabe, está dotado con. veinticinco<br />

raíl pesetas.<br />

— i Qué nuevo -premio es ese?<br />

—Se titulará «Aníta Segovia y María...»,<br />

pues está financiado por las<br />

dos damas <strong>de</strong> este nombre, 1 cada «na<br />

<strong>de</strong> las cuales puso cinco mil pesetas<br />

para hacer las diez mil <strong>de</strong> que constará<br />

el premio.<br />

—¿Quiere usted que hablemos <strong>de</strong>l<br />

pasado «Día <strong>de</strong> Cervantes»?<br />

—Nos coge un poco lejos. Y& se<br />

que rae va a <strong>de</strong>cir que en el acto <strong>de</strong><br />

Alcalá no intervino un solo académico.<br />

Pero .eso no tiene excesiva importancia.<br />

A mi me interesa más el «Congreso<br />

andante <strong>de</strong> los novelistas españoles».<br />

—Se celebrará, según mis noticias,<br />

<strong>de</strong>l 27 al 30 d© mayo y ya han sido<br />

cursadas las invitaciones a aquellos<br />

escritores que la comisión organizadora<br />

estimó oportuno.<br />

—Eso sí que es una viva evocación<br />

y glosa cervantina,<br />

—Hombre. Depen<strong>de</strong> <strong>de</strong> cómo escriban<br />

los escritores invitados.<br />

MI KÍUISCRETO


qué poquito da <strong>de</strong> sí nuestro ambiente<br />

literario. Eato se pone<br />

muy feo. Vamos a tener que<br />

acabar por inventar un concurso radiofónico.<br />

—Si se tratase <strong>de</strong> otra cosa, pero<br />

¡<strong>de</strong> literatura! ¿Cree que iba a encontrar<br />

una caaa comercial que se lo<br />

patrocínase?<br />

—íPor qué no? Algún editor. ¿No<br />

ha patrocinado Lara «Correo lite-<br />

—Bueno, pero es que Lara es hombre<br />

<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s empresas. No lo olvi<strong>de</strong>.<br />

Ya ha convocado el «Planeta». ¡Ahí<br />

es nada! Cien rail pesetas para un<br />

novelista.<br />

—Sin incluir lo que le cuente el<br />

banquete <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> la concesión <strong>de</strong>l<br />

premio, ni el precio <strong>de</strong> la conferencia<br />

telefónica para hablar luego, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> emitido el fallo, con el autor galardonado.<br />

—Así es. Que en buena contabilidad<br />

todo <strong>de</strong>be sumarse. Y, lógicamente,<br />

el editor generoso no <strong>de</strong>jará<br />

<strong>de</strong> sumar luego los beneficios proporcionados<br />

por la obra premiada cuya<br />

primera edición suele agotarse en un<br />

abrir y eerrar <strong>de</strong> ojos.<br />

—Cierto. Esto ocurrió con la <strong>de</strong><br />

don Santiago Loren.<br />

—Más <strong>de</strong> prisa que con otras, pues<br />

con aquello <strong>de</strong> si la retiraban o no la<br />

retiraban, la gente comenzó a comprarla.<br />

• —Hombre, como que se vendió tan<br />

<strong>de</strong> prisa como cualquier novela <strong>de</strong> Darío<br />

Fernán<strong>de</strong>z Flórez.<br />

—De quien acabo <strong>de</strong> leer «Alta<br />

costura».<br />

; Y qué le parece í<br />

Me gusta bastante. Darío es un<br />

gran observador <strong>de</strong> cierto mundo social<br />

vivo, próximo, que él se conoce<br />

muy bien. Después, gabe llegar hasta<br />

ese punto medio <strong>de</strong> la picardía y lo<br />

picante que no excluye la limpieza<br />

narrativa ni la finalidad moral en<br />

sus relatos.<br />

—Eso mismo opino yo y creo que<br />

en eilo, a más <strong>de</strong> en su cualidad <strong>de</strong><br />

castizo escritor español, radican las<br />

razones <strong>de</strong> su éxito.<br />

¿Qué le gust5 a usted más <strong>de</strong><br />

este autor: «Frontera» o «Alta costura»?<br />

—Sin duda alguna; creo que el último<br />

Hbro le dará bastante más dinero.<br />

No obstante, a mi «Frontera»<br />

me gustó extraordinariamente. ¿ Sabe<br />

usted que llevó esta novela al «Fastenraht»?<br />

•—Lo sabía. También sé que aún<br />

no se resolvió eso. Yo creía, y conmigo<br />

muchas personas, que la Aca<strong>de</strong>mia<br />

vba a hacer suyo el acuerdo <strong>de</strong><br />

la ponencia.<br />

—Debe <strong>de</strong> haber sos impon<strong>de</strong>rables.<br />

—¿En qué consisten?<br />

—Parece que aprietan mucho. Sobre<br />

todo las escritoras. Hay algún<br />

académico muy partidario <strong>de</strong> la novela<br />

<strong>de</strong> Carmen <strong>de</strong> Icaza...<br />

—¿Acaso el señor G. <strong>de</strong> Amezúa?<br />

—Pue<strong>de</strong> ser. Como Cossío lo era<br />

en un principio <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Elena<br />

-No obstante, la unanimidad estaba<br />

en favor <strong>de</strong> «Marcelino Pan y<br />

Vino».<br />

—Y sigue estándolo. Esto son apreciaciones<br />

en torno que flotan más con<br />

la tardanza en resolver el concurso.<br />

-—Lo que sí terminó ya es el plazo<br />

<strong>de</strong> admisión <strong>de</strong> obras en el «Lope <strong>de</strong><br />

-Concurrido concurso. Se han presentado<br />

doscientas ochenta y tantas<br />

comedias.<br />

—¡Y quién será el premiado?<br />

—Aún no fue nombrado el jurado,<br />

pero los cafés literarios, tan amigos<br />

<strong>de</strong> hacer quinielas en esto <strong>de</strong> los concursos,<br />

están barajando el nombre <strong>de</strong><br />

un literato que recientemente obtuvo<br />

otro galardón.<br />

—Y bien, ¿se sabe si ese literato<br />

ha concurrido í<br />

—Con certeza, no. La asistencia al<br />

«Lope» es anónima, bajo plica. A<br />

pesar <strong>de</strong> ello, este nombre se baraja<br />

intensamente y, ¡quién sabe! ¡A lo<br />

mejor aciertan las conjeturas!<br />

—También habrá conjeturas respecto<br />

a los jurados.<br />

—Pues sí. Las hay. Se dice que,<br />

probablemente, por el Ayuntamiento<br />

vayan don Eugenio Lostau y don<br />

José María Gutiérrez <strong>de</strong>l Castillo, por<br />

la Asociación <strong>de</strong> la Prensa un crítico.<br />

er. este caso don Victoriano Fernán<strong>de</strong>z<br />

Asís, y por la Sociedad <strong>de</strong> Autores<br />

un comediógrafo, al parecer, Joaquín<br />

Calvo Sotelo.<br />

—Faltan los jurados que nombra<br />

el Ministerio <strong>de</strong> Información y el académico.<br />

—De ésos no sé nada. Se dijo que<br />

le habían ofrecido un puesto a Mostaza,<br />

que renunció al mismo.<br />

—Es cierto. Mostaza no ha vuelto<br />

a ser jurado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se otorgó el<br />

«Lope <strong>de</strong> Vega» a Suárez Carreño, y<br />

quedó bastante harto eit aquella<br />

ocasión.<br />

—Yo pienso que el jurado por la<br />

Aca<strong>de</strong>mia podría ^ser don Melchor<br />

Fernán<strong>de</strong>z Almagro.<br />

—O don Juan Ignacio Luca <strong>de</strong><br />

Tena, que ambos nombres fueron dados<br />

en.esas conjeturas <strong>de</strong> café.<br />

—¿ Ha oído usted algo sobre una<br />

posible disolución <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> J<br />

Teatro? . . I<br />

—Prácticamente, lo está. Puesto |<br />

que ese organismo asesor no se reúne ¡<br />

hace algún tiempo. En realidad, las<br />

direcciones <strong>de</strong> los teatros oficíale» no<br />

plantean problemas que lo hagan <strong>de</strong>masiado<br />

necesario.<br />

—Oiga usted: ¿Y qué hay <strong>de</strong>l<br />

estreno <strong>de</strong> aquella obra <strong>de</strong> Giménez<br />

Arnáu en el María Guerrero?<br />

—Pues no sé nada. Por lo pronto<br />

habrá que esperar a que Tamayo<br />

concluya la. temporada que le fue<br />

concedida.<br />

—Tan brillante, por cierto, como la<br />

<strong>de</strong>l Español.<br />

—Sí, señor. Tenga usted en cuenta<br />

que Tamayo quite <strong>de</strong>l cartel el «Edipos<br />

<strong>de</strong> Peinan, híicíendo una media<br />

<strong>de</strong> treinta y cinco mil pesetas diarias.<br />

—¡Qué contento estaría el señor<br />

Sastre!<br />

—Bastante más que Mo<strong>de</strong>sto Higueras,<br />

cuando se le regatean pesetas<br />

en los presupuestos <strong>de</strong> montaje.<br />

—No obstante, Mo<strong>de</strong>sto ha tenido<br />

un gran éxito con «La pru<strong>de</strong>ncia en<br />

la mujer».<br />

—Sí, pero la crítica acusó una pobreza<br />

<strong>de</strong> presentación que acaso tenga<br />

sus fundamentos en el criterio restric-<br />

(Pasa o la página 39}

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