You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
JEn la página tercera <strong>de</strong> nuestra<br />
número anterior se publica un importante<br />
trabajo, <strong>de</strong> ¿Fosé María<br />
Fontana, titulado «Divagación en<br />
torno a| futuro entendimiento <strong>de</strong><br />
este país». 3En relación eon la eatradiila<br />
con que la revista presentó<br />
a sos lectores dicho artículo, el autor<br />
<strong>de</strong>l raismo nos envía las siguientes<br />
aclaraciones:<br />
«Quisiera formular una pequeñaobservación<br />
<strong>de</strong> disconformidad eon<br />
iii ivpiieación introductora que en-<br />
CAb'iza el trabajo, no sólo por creer<br />
qiin mí tesis difícilmente admite el<br />
comprimido, sino porque —y esto es<br />
importantísimo— pudieran atribuírscTíie<br />
. interpretaciones peyorativas<br />
scbie los andaluces, que ni comparto,,<br />
m serían- merecidas, ni he expuesto.<br />
Aparte esta genérica aclaración, yendo<br />
al sentido concreto <strong>de</strong> frases y<br />
juicios, tahipoco estoy <strong>de</strong> acuerdo<br />
en que sel, capitalismo, - en el mal<br />
gemido <strong>de</strong> la palabra, fue empresa.<br />
<strong>de</strong> «.eúmulaeíón y privilegio qae lograron<br />
los españoles da! . Sur...»; e<br />
igualmente discrepo <strong>de</strong> la ¡escueta<br />
asi;.' íaeión a Bízaneio ds una «vida<br />
sicsi y estéril».<br />
l'Utoy seguro <strong>de</strong> no haber- escrito<br />
l cosas, entre otras razonas porquí<br />
1 no !as he pensado j avilas, y<br />
porque <strong>de</strong> hacerlo cometería una<br />
írra^e injusticia y un lamentable<br />
error. Admito, en eaiiibio, que mis<br />
¡nteipretacíones sean discutibles, ' y<br />
in.H-ho ¿e, agra<strong>de</strong>zco que ATENEO<br />
la-* califique <strong>de</strong> medicables.<br />
.Pienso que «na lectura rápida <strong>de</strong><br />
mis* trabajos pue<strong>de</strong> inducir a un&<br />
errónea versión, sobre iodo si ésta<br />
os simple y comprimida, pero sen-<br />
-irín muchísimo qué el citado preámhu'o<br />
introdujera una innecesaria per-<br />
:.Libación.s '. • $ .<br />
OXTA-V \<br />
'*. i KS i'ii i<br />
* O i: T \<br />
•¡ak-'c anos, f.'áíuiíc en i?. Si? y fría<br />
un Beiías Arits <strong>de</strong> >,sn Csrlcs i-c<br />
Vsieiicia y en ia <strong>de</strong> S.-r. FETÜPÍO<br />
i& Mtíriá. Fi»í panino ii--.<strong>de</strong> por ¿n<br />
Dipuiación Progne::;' áí- mi :ie-<br />
"i^to.ití íí- 5 I'ipaña ;. sí ros calieron<br />
fuera, Pomtg.il, jsú, ¿51:dos<br />
Unidos, Méjico, Vcaczuel,- ,.<br />
--ÍÍ- }iin;..do ür. l z pevee ;• 3,-.
Á.S gran<strong>de</strong>s organizaciones<br />
llamadas<br />
<strong>de</strong>portivas —-un<br />
club <strong>de</strong> fútbol, por<br />
ejemplo— vienen<br />
a resultar c u álquier<br />
cosa menos<br />
<strong>de</strong>portivas si uno<br />
se pone a examinar<br />
la intención,<br />
el papel y la<br />
.conducta <strong>de</strong>cada<br />
uno <strong>de</strong> los grupos humanos que<br />
se encuadran en la organización. Para<br />
un primer grupo humano, compuesto<br />
por escasas docenas <strong>de</strong> personas, la<br />
organización constituye un negocio o<br />
un medio <strong>de</strong> vivir: son los capitalistas,<br />
los empleados <strong>de</strong> toda especie, los<br />
jugadores, los periodistas especializados<br />
y subvencionados. Un segundo<br />
grupo humano lo constituye las también<br />
escasas personas, y cada vez más<br />
escasas, que acu<strong>de</strong>n al campo para<br />
disfrutar <strong>de</strong> un espectáculo tan <strong>de</strong>sprovistas<br />
<strong>de</strong> pasión y <strong>de</strong> parcialidad<br />
como si fueran a un museo. -Un tercer<br />
grupo humano, igual <strong>de</strong> reducido que.<br />
ios anteriores, lo componen los genuinps<br />
<strong>de</strong>portistas, esos pocos muchachos<br />
y muchachas que usan <strong>de</strong> las piscinas<br />
y gimnasios y canchas <strong>de</strong>l club para<br />
cultivar el <strong>de</strong>porte, para hacer <strong>de</strong>porte.<br />
' De estos tres pequeños grupos, sólo,<br />
ei tercero tiene <strong>de</strong>recho a llamarse <strong>de</strong>portivo.<br />
Y fuera <strong>de</strong> .esos tres pequeños<br />
grupos está el grupo gran<strong>de</strong>, la masa<br />
innumerable <strong>de</strong> los «partidarios» o<br />
«hinchas* que con sus guotas <strong>de</strong> socio,<br />
con sus aullidos, con el pago <strong>de</strong> sus<br />
localida<strong>de</strong>s, con el calor popular que<br />
sus cuerpos amontonados y ja<strong>de</strong>antes<br />
producen mantienen, en fin <strong>de</strong> cuentas.<br />
a todos los <strong>de</strong>más. Evi<strong>de</strong>ntemente,<br />
esta masa enorme tampoco tiene <strong>de</strong>recho<br />
a llamarse <strong>de</strong>portiva; mantiene<br />
o sustenta, pero en manera alguna<br />
practica, en modo alguno juega.<br />
Las mismas cuatro fracciones —los<br />
profesionales, ¡os espectadores, los<br />
practicantes y los partidarios—, mezcladas<br />
en una u otra proporción, pue<strong>de</strong>n<br />
distinguirse en organizaciones humanas<br />
diferentes; por ejemplo, en una<br />
organización religiosa.<br />
Solamente la cuarta fracción, la <strong>de</strong><br />
los partidarios, es el tema <strong>de</strong> las reflexiones<br />
que siguen.<br />
IDEA PE LOS PARTIDARIOS<br />
En mi opinión, el carácter mes notable<br />
y significativo <strong>de</strong>l partidario <strong>de</strong><br />
un equipo <strong>de</strong> fútbol consiste en que<br />
él no juega al fútbol. Lo que él hace<br />
es aplaudir, silbar, aullar, patalear<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> las gradas <strong>de</strong>l estadio, embeberse<br />
en la lectura <strong>de</strong> los diarios <strong>de</strong>portivos,<br />
mesarse los cabellos o frotarse<br />
las manos junto al receptor, <strong>de</strong><br />
radio don<strong>de</strong> suena la retransmisión<br />
. kj<br />
/ lllS vi) Mí b l)h I falJrd<br />
<strong>de</strong>l partido, discutir en el bar y en la<br />
oficina o en el taller, ostentar, la insignia<br />
<strong>de</strong>l club en la solapáj, escoltar<br />
ai equipo en sus <strong>de</strong>splazamientos y<br />
quiza visitar a los jugadores en.los<br />
vestuarios o escribirles cartas'apasionadas.<br />
Hace ^odas esas cosas, y muchas<br />
mas, pero no juega al fútbol.<br />
He aquí la diferencia entre partidario<br />
y partícipe, aunque los dos vocablos<br />
procedan <strong>de</strong> la misma raíz: que<br />
el partícipe está <strong>de</strong>ntro, mientras que<br />
el partidario se queda fuera. Participes<br />
<strong>de</strong> un equipo son^ los jugadores<br />
que lo forman, mientras que partidarios<br />
son los que no lo forman. Y. entre<br />
los partícipes <strong>de</strong> un equipo pue<strong>de</strong><br />
haber muy bien partidarios <strong>de</strong> otro<br />
equipo distinto, y <strong>de</strong> hecho los hay,<br />
puesto que la participación en el equipo<br />
es, por lo común,, cuestión exclusivamente<br />
económica, mientras que la<br />
condición <strong>de</strong> partidario es, por lo común,<br />
asunto puramente afectivo, rutinario<br />
o casual.<br />
Conste, pues, que él partidario no<br />
es el participe. No es el que forma<br />
parte <strong>de</strong> una empresa colectiva, sino<br />
el que forma parte <strong>de</strong> un partido; no<br />
toma parte, toma partido; no es el<br />
hombre <strong>de</strong> acción, sino el hombre <strong>de</strong><br />
pasión; no el que juega, sino, en todo<br />
caso, el hombre que apuesta.<br />
El partidario no hace su elección en •<br />
-vista <strong>de</strong> unas razones y juicios <strong>de</strong> valor<br />
<strong>de</strong>tenidos, objetivos, trascen<strong>de</strong>ntales<br />
y maduros, sino por motivos que<br />
están antes <strong>de</strong>l juicio, por prejuicios.<br />
Si la elección fuese racional, ei mejor<br />
<strong>de</strong> los equipos arrástrala consigo a la<br />
mayoría <strong>de</strong> los partidarios, in<strong>de</strong>pendientemente<br />
<strong>de</strong> circunstancias geográficas<br />
o <strong>de</strong> otra índole; simplemente,<br />
por ser el mejor. Pero la elección <strong>de</strong><br />
partido-et partidario la hace por motivos<br />
muy, diversos,,y rara Vez importantes.<br />
Qaizá eí caso más común sea<br />
ei <strong>de</strong>l chico que es <strong>de</strong>l Atlótico «por-'<br />
que en casa somos todos <strong>de</strong>l Atléticto»,<br />
"f quizá le siga, en fre'euencia, el caso<br />
contraria:" «S~oy " <strong>de</strong>l' Atlótico porque<br />
en mi casa todos son enemigos <strong>de</strong>l<br />
Atléüeo».<br />
Después <strong>de</strong> la elección, y <strong>de</strong> manera<br />
progresiva, el partidario va entregándose<br />
a una adhesión mucho más mineral<br />
que espiritual o <strong>de</strong>liberada. Aquí<br />
se marca una notable diferencia entre<br />
el partidario y el profesional. El, módico<br />
se ríe <strong>de</strong> buena gana con la infí-.<br />
nidad <strong>de</strong> chistes malignos contra su<br />
profesión que oye contar cada día; lo<br />
- mismo el sacerdote con los chascarrillos<br />
<strong>de</strong> seminario, eí abogado con<br />
los <strong>de</strong> leyes, etc. Pero las bromas que<br />
admite el curado las admite jamás la<br />
beata: <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong>^ciencia ironiza el<br />
científico, no el aficionado; sobre In-<br />
• glaterra Iiacen humor, los ingleses,<br />
nunca los anglofilos; los fallos • <strong>de</strong>l<br />
equipo, y <strong>de</strong> sí mismo,'en fin, Jos -re-<br />
conoce el jugador, no el partidario.<br />
Este ño <strong>de</strong>sea que su equipo juegue<br />
mejor, ni concibe que pueda jugar<br />
peor; lo que él necesita es que su<br />
equipo gane; en caso <strong>de</strong> no ganar, la<br />
<strong>de</strong>rrota no cuenta, porque la culpa fue<br />
<strong>de</strong>l arbitro, <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong> la suerte<br />
o <strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio.<br />
De todo ello proviene la esterilidad<br />
creadora <strong>de</strong>l partidario. Como su actividad<br />
es aplaudir o insultar, no inventa,<br />
corrige, enriquece ni perfecciona.<br />
¡Arreglados están los preparadores<br />
J entrenadores y seleceionadores <strong>de</strong><br />
los equipos si se <strong>de</strong>jan guiar por el<br />
<strong>de</strong>lirante mugir <strong>de</strong> los partidarios! (1).<br />
Brindo a otro continuar indagando<br />
la interesante psicología <strong>de</strong>l partidario.<br />
Para lo que voy diciendo y quiero 1<br />
<strong>de</strong>cir basta con ló escrito.<br />
HISTORIA Y LECCIÓN<br />
DE UNA INSIGNIA .... ,:; •<br />
Tengo entre mis <strong>de</strong>dos un botón <strong>de</strong><br />
solapa, una insignia que no representa,<br />
por cierto, ei emblema <strong>de</strong> ningún<br />
"club futbolístico, sino ai mismo maestre<br />
Satanás, aí diablo. Un diablo eGn.<br />
su hocico <strong>de</strong> jabalí, sus cuernos, su<br />
rabo retorcido y su tri<strong>de</strong>nte.<br />
. Esta insignia se paseó, prendida a<br />
la solapa <strong>de</strong> un estudiante <strong>de</strong>l instituto<br />
<strong>de</strong> segunda enseñanza <strong>de</strong> San<br />
Isidro <strong>de</strong> Ivladrids allá por el año 31<br />
ó 32. Hacía poco que se había proclamado<br />
la República, y ante las medidas<br />
persecutorias contra la Iglesia que<br />
tomaban los nuevos gobernantes, multitud<br />
<strong>de</strong> ciudadanos exhibían su fe<br />
llevando un crucifijo en la solapa,<br />
• mientras que otros llevaban en la suya<br />
un diablejo.<br />
Teníamos doce o trece años y en<br />
nuestro mundo infantil se reflejaban<br />
las,cosas <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los mayores.<br />
También entre nosotros había entonces<br />
portadores <strong>de</strong> emblemas divinos<br />
y <strong>de</strong> emblemas satánicos. El diablo<br />
que tengoa ia vista se lo quitamos<br />
entre varios chaveas «<strong>de</strong> <strong>de</strong>rechas» a<br />
otro chavea que se llamaba Pabüto,<br />
si no recuerdo mal. Se lo quitamos por<br />
. las malas y le restregamos por ios hocicos<br />
y le hicimos besar con su boca<br />
<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> nosotros un periódico <strong>de</strong><br />
las damas católieomonárquicas que se.<br />
llamaba «Aspiraciones», o algo así.<br />
A<strong>de</strong>más le hicimos gritar «¡\ T iva España!»<br />
y «¡Viva el Rey!».-<br />
¡Oh aquellos «<strong>de</strong>rechistas» <strong>de</strong> tercer<br />
año <strong>de</strong> bachillerato! Hicimos infinidad<br />
<strong>de</strong> copias <strong>de</strong> un himno a favor <strong>de</strong>l<br />
Corazón <strong>de</strong> Jesúss que estaba hecho<br />
para cantarse con música <strong>de</strong>l himno<br />
<strong>de</strong> Riego. Recortábamos infatigablemente<br />
el emblema <strong>de</strong> la Juventud Católica<br />
en p*apelitos <strong>de</strong> colores, para<br />
pegarlo en las bombillas o en los<br />
cristales <strong>de</strong> laa ventanas. ¡Cuántos<br />
«mueras* a ios «ateos»'escribíamos en<br />
L¿<br />
los lugares públicos don<strong>de</strong> entonces<br />
se escribían estas y las contrarias im»<br />
precaciones! - '<br />
Ai calor <strong>de</strong>l recuerdo, ahora me pregunto<br />
por el estado <strong>de</strong> mi espíritu en<br />
aquella adolescencia nuestra, cuya<br />
tormenta, interior coincidió, por suerte<br />
o por <strong>de</strong>sgracia para los <strong>de</strong> mi edad,<br />
con la tormenta exterior <strong>de</strong> la sociedad<br />
española en que vivíamos. El estado<br />
<strong>de</strong> mi espíritu, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong><br />
vista religioso, no podía ser más lamentable.<br />
Aburrido <strong>de</strong> no encontrar,<br />
remedio y <strong>de</strong> acusarme siempre <strong>de</strong> loa<br />
mismos pecados, había ido alejando-<br />
•me <strong>de</strong>l-sacramento. Procuró y conseguí<br />
evitar a toda costa el pensasniesto<strong>de</strong><br />
Dios, que se i<strong>de</strong>ntificaba con él<br />
pensamiento <strong>de</strong>l castigo. El único sentimiento<br />
<strong>de</strong> relación con el otro mundo<br />
y con la vida eterna tomaba la<br />
forma <strong>de</strong>l miedo. Y sabido es que el<br />
miedo se suaviza, se atenúa y <strong>de</strong>saparece<br />
con el tiempo cuando no<br />
acaba <strong>de</strong> estallar lo temido.<br />
: Al sentirme naufragar en aquel océano<br />
glacial <strong>de</strong> indiferencia podría haber<br />
exclamado, como Miguel Servet en la<br />
hoguera: «¡Jesús, hijo <strong>de</strong> Dios vivo,<br />
ten piedad <strong>de</strong> míí* Pero la sociedad<br />
circundante —cruz en solapas, diablo<br />
en solapas—, en la cual podía elegirse<br />
con toda comodidad el camino <strong>de</strong>l infierno<br />
y e\ <strong>de</strong>l cielo, hacía para mí las<br />
cosas mucho más fáciles que para el<br />
enemigo y víctima <strong>de</strong> Calvino. Elegí<br />
el camino <strong>de</strong>l cielo, me_prendí la, cruz<br />
y <strong>de</strong>sprendí el diablo <strong>de</strong> aquel colegial<br />
llamado Pablífto y, por añadidura, le<br />
refregué contra los "morros un periódico<br />
católico. eYa eatóy salvado», <strong>de</strong>bí<br />
<strong>de</strong> pensar; o quizá pensaría que, a la<br />
hora <strong>de</strong> llegar a las puertas <strong>de</strong>l otro<br />
mundo, me bastaría con mostrar mi<br />
insignia o mi carnet para entrar en<br />
«la casa*, con todo mi contrabando dé<br />
pecados, <strong>de</strong> <strong>de</strong>samor y <strong>de</strong> egoísmo.<br />
Luego, el fervor con que un chaval<br />
<strong>de</strong>fien<strong>de</strong> su partido, su ídolo <strong>de</strong>portivo<br />
o su actriz soñada, haría lo <strong>de</strong>más.<br />
Ahora, mirando esta insignia que<br />
me divierte y me enternece en v,ez <strong>de</strong><br />
irritarme, mfl doy cuenta <strong>de</strong> que no<br />
, era yo un católico, sino un catolicista.<br />
Ni tú, Pablito, eras un «satánico»,<br />
sino un «satamsta». Tanto amoral <strong>de</strong>monio<br />
tenías tú como yo a Dios; es<br />
<strong>de</strong>cir, ninguno. Quizá tú fueses más<br />
bueno que, yo, por el miedo terrible<br />
<strong>de</strong> que fuese verdad lo <strong>de</strong>l infierno y<br />
cualquier noehe te vieras arrastrado<br />
a sus cal<strong>de</strong>ras. Probablemente era yo<br />
más malo que tú, porque a mis peeados<br />
se añadía el <strong>de</strong> soberbia <strong>de</strong> pensarme<br />
encuadrado poco menos que en<br />
las milicias angélicas. Todo aquello<br />
pasó, y ojalá cuando tus hijos y los<br />
míos empiecen a ostentar emblemas<br />
no sean los que nosotros má ^f¿u%l<br />
entonces, sino los <strong>de</strong> un club <strong>de</strong> fúíoj*<br />
o <strong>de</strong> una/ábrica <strong>de</strong> cervezas, los .
«na compañía <strong>de</strong> seguros o los <strong>de</strong> una<br />
empresa <strong>de</strong> líneas aéreas; cualquier<br />
cosa que no obe<strong>de</strong>zca a la ilusión <strong>de</strong><br />
sustituir el duro esfuerzo <strong>de</strong> merecer<br />
por el fácil recurso <strong>de</strong> ostentar; cualquier<br />
cosa que sea propia <strong>de</strong> las solapas<br />
<strong>de</strong> ios chicos y no propia <strong>de</strong> las<br />
almas <strong>de</strong> los hombres.<br />
Pero lo importante (si todo esto no<br />
fueran más que recuerdos infantiles,<br />
no merecerían escribirse aquí) es que<br />
el eatolicísta hecho y <strong>de</strong>recho, adulto,<br />
con peso en el ambiente y en las<br />
costumbres, existe hoy entre nos-<br />
. otros..., ¡y con qué abundancia, Dios<br />
mío!<br />
IDEA DE LOS CATOUCISTAS<br />
La actividad <strong>de</strong>l catolicista consiste<br />
en aplaudir locamente al equipo<br />
católico y en insultar locamente a los<br />
equipos adversarios. Todolo que hace<br />
su equipo es santo, soberbio, irreprochable,<br />
heroico, perfecto y glorioso.<br />
Todo ío <strong>de</strong>i eqtsipo contrario es trampa,<br />
cobardía, soborno, maldad y abominables<br />
fuerzas ocultas, arbitro<br />
vendido, juego ssieío, violencia ilegal.<br />
El catolicista, que en materia <strong>de</strong><br />
religión ha oído campanas y no sabe<br />
muy bien dón<strong>de</strong>, está convencido <strong>de</strong><br />
que UnamuHo fue un odioso materialista,<br />
los curas obreros unos agentes<br />
<strong>de</strong> !a masonería, Darwin un poseído<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>monio, un imbécil y un sinvergüenza.<br />
Ovaciona el catoliciata las encíeÜeas,<br />
las homilías y ios sermones<br />
con el mismo entusiasmo y <strong>de</strong> la<br />
misma ley con que ovaciona las saetas,<br />
las soflamas en que un. locutor<br />
<strong>de</strong> emisión comercial <strong>de</strong> radio <strong>de</strong>diea<br />
a la virgen <strong>de</strong> tal sitio unos versos<br />
escritos como propaganda <strong>de</strong> una<br />
fábrica <strong>de</strong> licores o <strong>de</strong> géneros <strong>de</strong><br />
punto: ovaciona las peliculaa <strong>de</strong><br />
tocas y sotanas (aunque lo corriente<br />
es que en esas peiíc&las las tocas y<br />
las sotanas estén cercadas <strong>de</strong> banalidad),<br />
las novelas «buenas? que refieren<br />
cómo una muchacha educada<br />
por raonjitas se casa con un millonarío<br />
y lo convierte, y otra muchacha<br />
educada en un colegio laico termina<br />
arrojándose al Támesis (que<br />
es un río muy a propósito para estos<br />
fines) entre horribles blasfemias (2).<br />
El catolicista llega a la monstruosidad<br />
<strong>de</strong> disfrutar con el infierno,<br />
ímagmandóse metidos en él a Fulano<br />
y a Mengano, <strong>de</strong> ¡a misma, manera<br />
que disfruta el «partidario^ o<br />
«hincha» <strong>de</strong> un equipo sonando que<br />
el equipo rival <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> a Segunda<br />
o a Tercera División.<br />
Lo in<strong>de</strong>liberado, irresponsable y<br />
arbitrario -<strong>de</strong> la elección <strong>de</strong>l catolieista<br />
resalta en el hecho <strong>de</strong> eu-enorme<br />
parecido con los «partidarios» <strong>de</strong><br />
otra religiones. Eligió la religión católica<br />
porque en esta tierra todos<br />
somos católicos o por otra razón <strong>de</strong><br />
igual peso y enjundia; la prueba está<br />
en que el eíttolicista y el anabaptista<br />
furibundo, 1 el catolicista y el puritano<br />
extremoso y <strong>de</strong>lirante, el catolicista<br />
y el musulmán fanático, e!<br />
eatoíicista y el bonzo perseguidor,<br />
el carolieista y el fariseo <strong>de</strong> la antigua<br />
ley judaica, el catoüeista y el<br />
funcionario- <strong>de</strong> Dioclecíano que atormentaba<br />
a los mártires, él catolicista<br />
y el chequista antirreligioso se" parecen<br />
entre sí como dos gotas <strong>de</strong><br />
agua colgando <strong>de</strong> las mismas estalactitas<br />
<strong>de</strong>l rencor. y <strong>de</strong>l fanatismo<br />
(3). t<br />
La esterilidad creadora <strong>de</strong>l eatoíicista<br />
se pone <strong>de</strong> manifiesto en las<br />
imágenes torpísimas que pinta, esculpe<br />
o adquiere, en los versos <strong>de</strong>votos<br />
grotescos que se saca <strong>de</strong> la<br />
cabeza o que se apren<strong>de</strong> <strong>de</strong> memoria<br />
en su falta <strong>de</strong> elegancia intelectual,<br />
en su cerrazón para la belleza, la<br />
cultura y la originalidad (4). En su<br />
raíz, su esterilidad creadora proviene<br />
<strong>de</strong> que tiene cegadas-las fuentes<br />
por don<strong>de</strong> mana ía belleza, es <strong>de</strong>cir,<br />
las fuentes <strong>de</strong>i amor.<br />
El carácter <strong>de</strong>finitivo, 1 último y<br />
sustancial <strong>de</strong>l eatoíicista es que él<br />
no juega. No toca la pelota, no mete<br />
goles (como hacen los santos) en la<br />
meta <strong>de</strong>l cíelo. El jugar, es <strong>de</strong>cir,<br />
el ejercicio <strong>de</strong> la conciencia y <strong>de</strong> la<br />
voluntad religiosas- lo <strong>de</strong>ja totalmente<br />
en manos <strong>de</strong> otros; por ejemplo»<br />
en las manos <strong>de</strong>l director <strong>de</strong> un<br />
'consultorio «espiritual^ al que acu<strong>de</strong><br />
preguntando si pue<strong>de</strong> ver tal película<br />
o <strong>de</strong>be dar tal jornal a sus obreros<br />
(5), sin que se le ocurra tratar<br />
el asunto con su propio corazón ,y<br />
con el Evangelio \ñ). ¿Se ha reflexionado<br />
sobre la codicia <strong>de</strong> milagros,<br />
aunque sean apócrifos, que<br />
enar<strong>de</strong>ce ai catolicista (igual que la<br />
codicia <strong>de</strong> goles, aunque sean en<br />
«off-si<strong>de</strong>», que hace temblar al «hincha»),<br />
mientras en su alma no hay<br />
energías, no ya para el milagro, sino<br />
para una mínima caridad?<br />
FIKAL SIN<br />
MUCHO<br />
ESCUDRINAR<br />
Descrito el tipo <strong>de</strong>! eatóiicista ó<br />
partidario, no partícipe, dé la religión<br />
<strong>de</strong> Cristo, pue<strong>de</strong> uno preguntarse<br />
en qué proporción forman<br />
parte los catolieistas <strong>de</strong> esta muchedumbre,<br />
.que llamamos católica, y<br />
qué proporción constituyen la persona<br />
religiosa <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> nosotros<br />
geiminos componentes católicos<br />
y espurios componentes cavolicistas.<br />
Quizá sea mejor, como Menéndoz<br />
y Pelayo diría, «no escudriñarlo mucho».<br />
Pero en cambio es justo y suficiente<br />
señalar que la ten<strong>de</strong>ncia es<br />
ahora favorable. Por la misericordia<br />
<strong>de</strong> Dios, que nos mandó !a persecución<br />
y la guerra" entre cosas<br />
buenas (7), la vida .religiosa está<br />
aumentando, al compás que la pasión<br />
reÜgiosista está disminuyendo.<br />
Al contacto con los extraños (España<br />
estuvo emparedada <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo<br />
viii hasta 1950) nos vamos haciendo<br />
más sinceros, más <strong>de</strong>spiertos,<br />
más enten<strong>de</strong>dores, más partícipes<br />
<strong>de</strong>l género humano redimido por<br />
Cristo. Dejamos atrás el camino al<strong>de</strong>ano<br />
<strong>de</strong> los eatolicistas y marchamos<br />
por rutas más anchas, por<br />
ia.s rutas que <strong>de</strong> veras llevan a Roma.<br />
-. LITIS PONCE DE LEÓN<br />
(I! El maestro f|Tie tiene * par ti darlos»<br />
renuncie a tener discípulos. Permítaseme un<br />
ejemplo actual que, como español, me duele,<br />
Julia» Marías y oíros, que, con alguna paz<br />
creadora, tanto pue<strong>de</strong>n dar <strong>de</strong> sí, amenaüan<br />
Quedársenos en puros chinchase riel aOríega<br />
C. fie F.»: mientras los partidarios <strong>de</strong> la<br />
banda opuesta van quedándose en «hinchase<br />
<strong>de</strong>l «Antiortega C. <strong>de</strong> F.»,<br />
(2) Ka un periódico <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, a raíz <strong>de</strong><br />
ia polémica sobre la comedia <strong>de</strong> Gi-ahain<br />
Greeiift (El cuarto <strong>de</strong> esíars-, Se dijo que la<br />
obra no era católica, entre otras razones, porque<br />
ía protagonista se suicidaba, no obstante<br />
haberse educado *eií católico».<br />
¡Si Por el contrarío, eí católico auténtico<br />
no se presta a confusión, ¡íi en e> menor <strong>de</strong> sus<br />
gestos, ron e! anabaptista, e¡ puritano, el<br />
musultoáii, el budista, e) fariseo, el pagano o<br />
e! chequista: vivir a Cristo imprime earácter.<br />
y carácter inconfundible, original, siempre<br />
suevo,<br />
(í) Coa mucha bece-vuleacia suele contestar-se<br />
(¡ue, en lo que i-esjiecta a las manifestaciones<br />
<strong>de</strong> la piedad, *í íoado intencional<br />
importa mí* qué 3a forma esterna, y U vulgaridad<br />
<strong>de</strong> ésta queda redimida par la santidad<br />
<strong>de</strong> aquél. Mas lo cierto es que sie.mvre<br />
O' "iás ahora, .en que e) aríe an va por los<br />
caminos <strong>de</strong> lo formalista y retórico*, es la<br />
riqueza, profundidad y sinceridad <strong>de</strong> la intención<br />
lo que produce formas expresivas hermosas<br />
y cautivadoras; el que siente <strong>de</strong> veras 1<br />
sabe expresar lo que siente; "el qae-siente mal,<br />
se expresa mal, aunque se-exprese muy académicamente.<br />
Gracias a Píos, .el gusto en<br />
nuestro tiempo no tiene nada que ver con ¡os<br />
gustos académicos.<br />
(5) Se medita naenos áe lo necesario sobre<br />
ias numerosas «consultas espirituaies». que los<br />
fariseos pSanteában a Cristo, y sobre las enérgicas<br />
respuestas que solía darles el Señor.<br />
(fis Sobr* esto escribe Gaiscía Escu<strong>de</strong>ro<br />
con insuperable precisión: «Lo exigimos todo<br />
<strong>de</strong>l sacerdote, sCí"uahnen e.quie-Jies ¿eaptós no<br />
nos exigimos a nosotros nada. Y, sía embargo,<br />
hay que registrar la frecuencia <strong>de</strong> un imonscieiite<br />
enmascaramiento da Dios <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />
su Iglesia, que se refleja en la sustitución <strong>de</strong><br />
3a vida religiosa por la> vida piadosa, <strong>de</strong> ia<br />
religión por ia moral, y por una moral <strong>de</strong><br />
vicios más que <strong>de</strong> virtu<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> sutiles distinciones<br />
entre io venial y lo mortal, el precepto<br />
y el. consejo».<br />
(7) «Nuestro catolicismo vive <strong>de</strong> ai¡¡; se<br />
lo <strong>de</strong>be todo .a la República y a la guerra; a<br />
•a persecución. Esta sos io bizo profundo. "<br />
Obligó a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r hasla la muerte algo que<br />
no se había sabiio vivir. Y <strong>de</strong> ahi nació el<br />
intento <strong>de</strong> profundizar más aún al <strong>de</strong>sechar<br />
eí simplismo <strong>de</strong> buenos y malos, y apren<strong>de</strong>r<br />
que !s culpa no fue enteramente <strong>de</strong> los quemaiglesias,<br />
y que sobre nososlros «ios buenos*<br />
pesaba ana difusa pero agobíadora responsabilidad<br />
colectiva anterior.» ¡García Escu<strong>de</strong>ro,<br />
er, el articulo citada, <strong>de</strong>i número 52 <strong>de</strong><br />
iCuaíJvpnes Hispanoamericanos».)<br />
QCHOCIENTOS años nos separan<br />
*** <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> un labrador oscuro<br />
llamado Isidro, feligrés <strong>de</strong> la<br />
colación <strong>de</strong> San Andrés y vecino <strong>de</strong><br />
la pobre villa <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, en aquellos<br />
años en que estrenaba las alegrías <strong>de</strong><br />
su reconquista. Y nada menos que<br />
trescientos años se han cumplido <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
la fecha en que S. S. Gregorio XV<br />
<strong>de</strong>terminó la <strong>de</strong> Isidro y su Patronazgo<br />
sobre la Villa, Corte a la sazón<br />
<strong>de</strong>l Rey nuestro señor Don Felipe el<br />
Cuarto. A lo largo <strong>de</strong> todos esos siglos<br />
y en las dos vertientes <strong>de</strong> la santidad<br />
<strong>de</strong> Isidro, <strong>Madrid</strong> guarda su<br />
cuerpo coa cuido celoso y puso en el<br />
arca en que se encierra la postrera<br />
esperanza <strong>de</strong> sus males. Cuando el máximo<br />
dolor o la. mayor angustia atenazó<br />
él corazón <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, la Villa<br />
.acudió a la caja <strong>de</strong> plata, y <strong>de</strong> las<br />
reliquias <strong>de</strong>l Patrón celestial esperó y<br />
aun le vino ventura y alegría, remedio<br />
y bienandanza.<br />
Por esa esperanza y ese remedio no<br />
<strong>de</strong>jó <strong>de</strong> acudir al cuerpo <strong>de</strong> Isidro, exponerlo<br />
a sus rezos y pasearlo en ro-<br />
r JOSÉ DEL CO<br />
gativa, llevarlo aquí o allá, don<strong>de</strong> más<br />
necesaria era su presencia y ayuda, y<br />
tratar <strong>de</strong> darle alojamiento en consonancia<br />
con la popular gratitud". Curioso<br />
y poco conocido es este trasiego,<br />
ruego y movimiento <strong>de</strong> las reliquias<br />
<strong>de</strong>l Patrón <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, mas abundante<br />
que pueda pensar el que los <strong>de</strong>sconoz-'<br />
ca, y, que nosotros sepamos, no se ha<br />
dicho sino con <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n e insuficiencia<br />
por alguno <strong>de</strong> sus biógrafos.<br />
Quinientos años pasaron <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
muerte <strong>de</strong> Isidro, a finales <strong>de</strong>l siglo<br />
XII, hasta que el 12 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong><br />
1622 se <strong>de</strong>cretó su canonización, en<br />
eí mismo Consistorio, por cierto, en el<br />
que se reconoció la santidad <strong>de</strong> otros<br />
tres españoles: Santa Teresa <strong>de</strong> Jesús,<br />
San Ignacio <strong>de</strong> Loyoía y San<br />
Francisco Javier. Pero en esos años<br />
Isidro <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> no está olvidado.<br />
Vecino <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> San Andrés,<br />
en'su cementerio, jürHo a la igles'a,<br />
recibió sepultura a su muerte eí<br />
labriego. Cuarenta años más tar<strong>de</strong>, en<br />
Í213, ya se buscaron sus restos, y se<br />
encuentran casi en el estado actual.<br />
Por vez' primera se arrodillan las gentes<br />
<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>' ante el cuerpo <strong>de</strong> Isidro,<br />
que se lleva a la iglesia <strong>de</strong> San<br />
Andrés, don<strong>de</strong> se guarda en un arca<br />
<strong>de</strong> piedra labrada, al estilo románico,<br />
a la que acu<strong>de</strong> la piedad <strong>de</strong> Alfonso<br />
VIII. primer rey que llega ante el'<br />
que había <strong>de</strong> ser el Patrono <strong>de</strong> la futura<br />
Corte.<br />
Y ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esos<br />
años primeros en que se rescata, el<br />
cuerpo a la tierra con señaíes sobrenaturales,<br />
<strong>de</strong> extraordinaria conservación,<br />
se acu<strong>de</strong> a él, labrador que supo<br />
<strong>de</strong> las angustias <strong>de</strong>l surco y la cose-<br />
cha, para pedir remedio contra el<br />
tiempo, siempre inclemente para el<br />
campo madrileño, en aquellos, días en<br />
que <strong>Madrid</strong> era rústico lugar pegado<br />
a la mancera <strong>de</strong>l arado y,al astil <strong>de</strong><br />
ía azada. En 1252 permanece un mes<br />
<strong>de</strong>scubierto para pedir lluvias, lluvias<br />
que acaben una sequía pertinaz y abrasadora<br />
<strong>de</strong> mieses y sementeras. Poco<br />
más tar<strong>de</strong>, en 1258, otra vez sé hacen<br />
rogativas públicas, y en ellas figura<br />
el cuerpo <strong>de</strong> Isidro, ya corno remedio<br />
fiel en tales agonías, que se repiten<br />
en 1275. con tal intensidad, que se<br />
traslada la venerada y todavía no. santificada<br />
reliquia a la iglesia <strong>de</strong> Atocha.<br />
Allí, según las viejas crónicas<br />
madrileñas, ai ponerlo ante la Virgen,<br />
que él adoró tanto en vida, rompieron<br />
las nubes su carga <strong>de</strong>seada <strong>de</strong> agua<br />
vivificadora.<br />
Otra vez la sequía, ía sequía, Que<br />
parece un a^ote constante <strong>de</strong> este <strong>Madrid</strong><br />
nuestro, obliga a recurrir a las<br />
milagrosas virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> Isidro<br />
en 1296. Entonces se expone ante<br />
el altar mayor <strong>de</strong>-San Andrés, y todo<br />
<strong>Madrid</strong>, un todo <strong>Madrid</strong> verda<strong>de</strong>ro y<br />
chiquitito, acu<strong>de</strong> a rezar ante el milagroso<br />
<strong>de</strong>spojo.<br />
Hasta -finales <strong>de</strong>l siglo XIV, en<br />
1371, no se produce otra visita real<br />
<strong>de</strong> que tengamos noticia. Enrique IV,<br />
acompañado <strong>de</strong> Ja reina Doña Juana<br />
Manuel. La reina <strong>de</strong>sea una reliquia,<br />
y para satisfacerla cortan el brazo <strong>de</strong>recho<br />
<strong>de</strong> Isidro; .pero algo sobrenatural<br />
obliga a la reina no llevarse la<br />
<strong>de</strong>seada reliquia. El cuerpo queda entero,<br />
pero <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces una cinta<br />
une, al izquierdo, el brazo separado<br />
por real capricho.<br />
Para estas fechas ya no existía el<br />
sepulcro <strong>de</strong> labrada piedra y escultura<br />
románica <strong>de</strong> que hemos hecho mención,<br />
y se había colocado al santo en<br />
un arca <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra cubierta <strong>de</strong> pergamino,<br />
en el que pintaron escenas<br />
<strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> Isidro y algunos <strong>de</strong> sus<br />
milagros más conocidos. Este arca se<br />
ha conservado a través <strong>de</strong> ios siglos<br />
hasta 1936, en que fue <strong>de</strong>struida en<br />
el incendio <strong>de</strong> ía capilla <strong>de</strong> la Cofradía,<br />
Sacramen^tl <strong>de</strong> San Andrés —Cofradía<br />
a ¿a que en vida perteneció<br />
Isidro—, y don<strong>de</strong> se usaba como mesa<br />
<strong>de</strong> altar, en la casa <strong>de</strong>. la calle <strong>de</strong>l<br />
Águila; don<strong>de</strong> es tradición que naciera<br />
el Santo <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />
Otras dos rogativas por sequía {1345<br />
y 1393) se suce<strong>de</strong>n. Procesiones, rezos,<br />
exposición a la veneración pública.<br />
La lluvia cae al fin mansa. San<br />
Isidro parece todavía tener en el cielo<br />
la preocupación que le atenazó en tie-,<br />
rra cuando labraba los campos <strong>de</strong>l<br />
otro lado <strong>de</strong>l. Manzanares. En la última<br />
<strong>de</strong> estas exposiciones, un clérigo<br />
le corta un mechón tíe cabellos para<br />
LuLt-ádor pair-m S- J>f'dra /airando I&^ Campos <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> "* ^<strong>Madrid</strong> '<br />
15 dé ínayo fie 1954
colocarlos en la iglesia <strong>de</strong> Santa María,<br />
don<strong>de</strong> se veneraba la imagen <strong>de</strong><br />
Ja Virgen <strong>de</strong> la Almu<strong>de</strong>na.<br />
A esa iglesia llevan en procesión el<br />
cuerpo en 20 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1428, y «na<br />
vez más alcanzan los rezos buen fin,<br />
que la lluvia llega copiosa y pronta.<br />
En 1463, nueva visita real. Esta vez<br />
es Enrique IV, el triste rey al que la<br />
Historia colgó infamante cartela para<br />
escándalo <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> príniera enseñanza.<br />
Muy poco <strong>de</strong>spués, Doña Isabel I<br />
también visita, en una <strong>de</strong> sus estancias<br />
en <strong>Madrid</strong>, a Isidro. Y suce<strong>de</strong> un<br />
curioso hecho durante esta visita: una<br />
<strong>de</strong> las damas <strong>de</strong> la reina <strong>de</strong>sea una<br />
reliquia, y al besar los pies <strong>de</strong>l cuerpo,<br />
que todavía la Iglesia no había<br />
<strong>de</strong>clarado como santo, arranca <strong>de</strong> una<br />
<strong>de</strong>ntellada un <strong>de</strong>do <strong>de</strong>jl pie <strong>de</strong>recho.<br />
Otra vez, como a la reina Doña Juana<br />
Manuel, algo impi<strong>de</strong> moverse <strong>de</strong> la<br />
iglesia a la dama caprichosa hasta<br />
que <strong>de</strong>vuelve el <strong>de</strong>do arrancado. Por<br />
mucho tiempo se conservaría éste en<br />
el arca, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una bolsita, hasta<br />
que <strong>de</strong>sapareció, nadie sabe cómo.<br />
El visitador <strong>de</strong> la diócesis, bachiller<br />
don Juan <strong>de</strong> Centenera, lo visita en<br />
1504 y escribe una <strong>de</strong>tallada reseña<br />
<strong>de</strong>l estado y características <strong>de</strong>l venerado<br />
cuerpo, que muy poco <strong>de</strong>spués,<br />
en 1518, se traslada a la capilla llamada<br />
<strong>de</strong>l Obispo, y que levantara la<br />
piedad <strong>de</strong>l consejero «averiguador» <strong>de</strong><br />
los Reyes Católicos don Francisco <strong>de</strong><br />
Vargas, y acabara su hijo, el obispo<br />
áon Gutierre. La linda capilla gótica,<br />
que se hizo para albergue <strong>de</strong>l santo<br />
cuerpo, lo guarda algún tiempo, hasta<br />
que por diferencias <strong>de</strong> Jos clérigos <strong>de</strong><br />
la capilla con los <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong><br />
San Andrés vuelve a su primitivo lugar.<br />
Ya contaba, sin embargo, con la ermita<br />
<strong>de</strong> San Isidro <strong>de</strong>l Campo, al otro<br />
lado <strong>de</strong>l'río, que, levantó en 1528 la<br />
piedad <strong>de</strong> la emperatriz para agra<strong>de</strong>cer<br />
la salud, <strong>de</strong>vuelta por las aguas<br />
<strong>de</strong> la fuente, milagrosamente alumbrada<br />
por Isidro, al emperador y al<br />
príncipe Felipe. La vieja arca <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra<br />
y pergamino, ya sustituida, se<br />
coloca en 1545 en un nicho <strong>de</strong> una<br />
pieza olvidada <strong>de</strong> la parroquia <strong>de</strong> San<br />
Andrés, y allí había <strong>de</strong> estar hasta<br />
fines <strong>de</strong>l pasado siglo, para per<strong>de</strong>rse,<br />
como <strong>de</strong>jamos dicho, en la loca <strong>de</strong>strucción<br />
marjdsta.<br />
Otra rogativa hemos <strong>de</strong> contar el<br />
año 1552. Y otra vez se lobra la lluvia<br />
<strong>de</strong>seada. En el 1567 se <strong>de</strong>scubre<br />
para que lo veneren los duques <strong>de</strong> Feria<br />
y d& Pastrana, y .en el.1574 se<br />
seca, por única vez en la historia, la<br />
fuente milagrosa. Parece que --r- castigo<br />
<strong>de</strong> hacer los moriscos coa el agua<br />
\ J}esposo?i'os <strong>de</strong> S.'Isidro y<br />
! Je la. €tt&ez.a .<br />
ATENEO<br />
comercio sacrilego y darle otras finalida<strong>de</strong>s<br />
superticíosas.<br />
El 12 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1584 se le expone<br />
a la veneración pública por espacio <strong>de</strong><br />
nueve días, pidiendo fín para la sublevación<br />
<strong>de</strong> los Países Bajos, y el 20<br />
<strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1593, el prior dé-los dominicos,<br />
fray Diego <strong>de</strong> Al<strong>de</strong>rete, lo reconoce<br />
y lo encuentra en perfecto estado<br />
<strong>de</strong> conservación, que <strong>de</strong>scribe<br />
con <strong>de</strong>talle y solicitud. Como consecuencia<br />
<strong>de</strong> tan larga serie <strong>de</strong> ayudas<br />
y <strong>de</strong>vociones, en 12 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong><br />
1598 comienza la información para<br />
beatificarle.<br />
El célebre manuscrito <strong>de</strong> León Pinelo<br />
cuenta un curioso hecho sucedido<br />
en 1609. Era costumbre <strong>de</strong> la Cofradía<br />
<strong>de</strong> San Isidro reunirse a comer<br />
y dar comida a varios pobres tal día.<br />
En una <strong>de</strong> estas comidas sucedió que<br />
el tesorero, que lo era Jerónimo Félix,<br />
llegó tar<strong>de</strong> al lugar <strong>de</strong> reunión y, sobre<br />
tar<strong>de</strong>, acompañado <strong>de</strong> gran número<br />
<strong>de</strong> pobres que por el camino había<br />
ido recogiendo con intención <strong>de</strong> que<br />
comieran con los cofra<strong>de</strong>s. Pero cuando<br />
llegó los <strong>de</strong>más ya habían comido<br />
y sólo habían reservado para él una<br />
escasa ración. De ella hizo servir el<br />
tesorero a cuantos con él habían llegado<br />
y, prodigiosamente, la comida fue<br />
aumentándose hasta ser suficiente para<br />
qué todos pudieran comer <strong>de</strong> ella,<br />
y-eso que había hecho seguirle a cerca<br />
<strong>de</strong> trescientos mendigos y pobres.'<br />
Otra vez se reconoce el cuerpo por<br />
los encargados <strong>de</strong> instruir el expediente<br />
<strong>de</strong> beatificación en 1813 y lo encuentran<br />
incorrupto, como con todo<br />
<strong>de</strong>talle se hace constar en el expediente.<br />
Y llega la págiíia más viajera <strong>de</strong> la<br />
historia <strong>de</strong>l cuerijc <strong>de</strong> San Isidro. Felipe<br />
III, al regreso <strong>de</strong> cortes, se siente<br />
indispuesto en el pueblo <strong>de</strong> Casarrubios<br />
<strong>de</strong>l Monte-. Allí se <strong>de</strong>tiene la<br />
corte mientras el rey se repone. Toda<br />
la monarquía vive horas <strong>de</strong> preocupación<br />
ante la enfermedad real.<br />
<strong>Madrid</strong>, que ya es corte, envía, como<br />
embajador extraordinario y medicina<br />
segura, eí cuerpo <strong>de</strong> Isidro, que sale<br />
<strong>de</strong> la villa el 16 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1619.<br />
Por vez primera se celebran fiestas<br />
<strong>de</strong> Isidro en 15 <strong>de</strong> mayo, en el siguiente-<br />
año <strong>de</strong> 1820, en que se festeja<br />
la beatificación. Solemne procesión<br />
con las personas reales, estreno <strong>de</strong> un<br />
arca <strong>de</strong> plata que regalan al Beato<br />
los plateros <strong>de</strong> la villa y que llegara<br />
hasta nosotros. Un arca que costó, <strong>de</strong><br />
metal tan sólo, 16.000 ducados, que es<br />
tanto como 84.000 pesetas.<br />
La próxima salida <strong>de</strong>l cuerpo, que<br />
ya es <strong>de</strong> Beato, es el año <strong>de</strong> 1621 para<br />
acudir al Alcázar Real, Felipe III agoniza<br />
y se intenta inútilmente dar vitía<br />
al cuerpo y al alma con la presencia<br />
<strong>de</strong> la reliquia venerada.<br />
Por ñn es Santo, Isidro. <strong>Madrid</strong> recibe<br />
con júbilo la noticia el año 1622.<br />
Procesión solemne. Los labradores. hacen<br />
.<strong>de</strong> la Plaza <strong>de</strong> la Cebada un campo<br />
ver<strong>de</strong> y gran<strong>de</strong>, y en él una gran<br />
figura <strong>de</strong> Isidro parece arar tras una<br />
yunta <strong>de</strong> bueyes.<br />
Como su fama y <strong>de</strong>voción cun<strong>de</strong> y<br />
aumenta, Urbano VIII le conce<strong>de</strong> en<br />
1625 oficio y misa propia. Siguen los<br />
traslados; El Ayuntamiento quiere Ilevarlo<br />
—1642—ral, Humilla<strong>de</strong>ro <strong>de</strong><br />
Nuestra Señora <strong>de</strong> Gracia, que estaba<br />
en la plazuela <strong>de</strong> la Cebada, pero el<br />
pueblo se amotina y lo evita. San Isidro<br />
sigue en la parroquia <strong>de</strong> S«n Andrés.<br />
Para darle en ella mejor alojamiento<br />
inaugura Carlos n, en 1668, la<br />
capilla <strong>de</strong>l Santo, qué se empezó en<br />
1659. Es la <strong>de</strong> la gran cúpula, ro<strong>de</strong>ada<br />
<strong>de</strong> estatuas <strong>de</strong> apóstoles y doctores,<br />
que los rojos <strong>de</strong>struyeron, privando a<br />
<strong>Madrid</strong> <strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus mejores joyas<br />
barrocas.<br />
En 1683 Carlos II e Isabel <strong>de</strong> Borbón<br />
le cambian el sudario en el curso<br />
<strong>de</strong> una <strong>de</strong> sus visitas. Todavía Carlos<br />
vuelve a visitarle en compañía<br />
<strong>de</strong> su segunda esposa, Mariana, y en<br />
1700, cuando el 4 <strong>de</strong> octubre llega su<br />
último momento, el rey reclama la<br />
presencia en su alcoba <strong>de</strong> las reliquias,<br />
que son procesionalmente trasladadas.<br />
Los nuevos reyes, <strong>de</strong> nueva dinastía,<br />
no interrumpen la costumbre austríaca.<br />
Felipe V y María Luisa Gabriela<br />
<strong>de</strong> Saboya lo visitan en 1705 y<br />
en 1721," En el 1725 el marqués <strong>de</strong><br />
Valero reedifica la ermita <strong>de</strong> la Pra<strong>de</strong>ra,<br />
y <strong>de</strong> nuevo otros reyes. Fernando<br />
VI y Bárbara <strong>de</strong> Braganza, cambian<br />
otra vez ei'sudario. La enfermedad<br />
<strong>de</strong> Amaüa <strong>de</strong> Sajonia, esposa <strong>de</strong><br />
Carlos III, ¿o lleva una vez más al<br />
palacio, en septiembre <strong>de</strong> 176Q; Y el<br />
mismo Carlos, al expulsar a los jesuítas,<br />
or<strong>de</strong>na su traslado al temple<br />
que hoy es catedral, en el año 1769,<br />
• realizándose 3a procesión <strong>de</strong> solemne<br />
traslado el sábado 4 <strong>de</strong> febrero.<br />
Otra rogativa le lleva en noviembre<br />
<strong>de</strong> 1779 a la iglesia <strong>de</strong> Santa María<br />
y la última enfermedad <strong>de</strong> Carlos<br />
III, a palacío, en 13 <strong>de</strong> diciembre,<br />
<strong>de</strong> 1788. En esti ocasión el canónigo<br />
R-isell lo reconoce y escribe el estado<br />
<strong>de</strong>l cuerpo, muy semeiante a los rect'nncimiento^<br />
anteriores.<br />
Al año siguiente le visita eí ya rey<br />
Callos IV cor. Xa reina y los infantes<br />
Fernando y Carlos María Isidro,<br />
curados recientemente <strong>de</strong> una enfermedad<br />
<strong>de</strong>spués áé h-aber sido encomendados<br />
al Patrón <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>.<br />
La guerra y el reinado difícil <strong>de</strong><br />
Fernando ponen un paréntesis en esta<br />
larga relación, hasta que en 1847 María<br />
Cristina, ya viuda <strong>de</strong> Fernando<br />
VII, cambia <strong>de</strong> nuevo los lienzos<br />
<strong>de</strong>] sudario y coloca en su lugar otros<br />
nuevos. Los que hasta entonces tuvo<br />
se quedaron como reliquia en la capñ'is.<br />
<strong>de</strong> la seina, y <strong>de</strong>spués oasaron<br />
a la privada <strong>de</strong> la infanta Isabel-<br />
Las últimas rogativas en petición<br />
<strong>de</strong> lluvia <strong>de</strong> que tenemos mención fueron<br />
&i 1896. Después <strong>de</strong> una procesión<br />
y ¡novenario estuvo expuesto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
14 al 23 <strong>de</strong> mayo, y una larga fila<br />
continua pasó ante su caja para venerario,<br />
y contra todas las observaciones<br />
y circunstancias, otra vez, como<br />
en los viejos días llenos <strong>de</strong> piedad, la<br />
lluvia vino a poner fin al tormento<br />
reseco <strong>de</strong> la sequía.<br />
En los días heroicos <strong>de</strong>l Alzamiento<br />
el cuerpo <strong>de</strong> San Isidro, <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>,<br />
corrió quizá el mayor peligro <strong>de</strong> per<strong>de</strong>rse<br />
que hubo en ^sus ocho siglos <strong>de</strong><br />
historia. Manos piadosas lo escondieron<br />
en tabicada habitación, don<strong>de</strong> se<br />
salvó <strong>de</strong>l fuego y <strong>de</strong> las milicias rojas,<br />
para volver a la pública, veneración-<br />
otra vez el viejo cuerpo al aire<br />
<strong>de</strong> <strong>Madrid</strong> en la simbólica primavera<br />
<strong>de</strong> 1939.<br />
Hoy, como quiso Carlos III, el mejor<br />
alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>, otra vez los res^<br />
tos; venerables cuidan esta villa <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el altar mayor <strong>de</strong> la iglesia <strong>de</strong> San<br />
Isidro el Real, a la que el arquitecto<br />
Barroso ha <strong>de</strong>vuelto a la gracia barroca<br />
con que la hiciera nacer, madrileña<br />
y adornada, el genio <strong>de</strong>l Hermano<br />
Bautista, allí, en, la calle <strong>de</strong> Toledo,<br />
que tiene sol al<strong>de</strong>ano y ecos<br />
pueblerinos —<strong>de</strong> azada y aradocomo<br />
un recuerdo <strong>de</strong>l Santo labriego,<br />
criado <strong>de</strong> los Vargas,<br />
Pi<strong>de</strong> elRey/i>Itj"> fl af/>nn%/¿-"¿ea la<br />
dS Isidro y te <strong>de</strong>clara j>or J"<br />
Por rebefo c i° n a S. lf r ' an •" <strong>de</strong> AstJ ¿e'<br />
<strong>de</strong>scuere eí Cuerpo <strong>de</strong> S Isidro ,<br />
< L<br />
¿tgrrere S- isidro en <strong>Madrid</strong> en la<br />
Par-ro ,* <strong>de</strong> S. Andrés<br />
Por ta hiniertcston <strong>de</strong>S. Isidro<br />
cim ¡as tt¿>tj.
Casa- <strong>de</strong> campo en Beas fiun,<br />
los materiales<br />
CERCÁNDOSE a los ochenta y<br />
cinco y con sesenta y cinco años<br />
<strong>de</strong> labor a sus espaldas, Frank Lloyd<br />
Wright sigue siendo la figura más vital<br />
<strong>de</strong> la arquitectura. No cabe intentar<br />
aquí una estimación completa <strong>de</strong><br />
su arte. Sin embargo, acaso sea posible<br />
señalar algunas <strong>de</strong> las relaciones<br />
entre su arquitectura y su filosofía,<br />
que. en general, no han sido<br />
comprendidas.<br />
Wright es <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> exploradores<br />
galeses, gente austera y religiosa<br />
que se asentó en las colinas <strong>de</strong> Wisconsin.<br />
Su padre, orientalista no proce<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> la misma austera tradición,<br />
también fue predicador, pero<br />
baptista, músico y una sombra en él<br />
recuerdo <strong>de</strong>l hijo. Lo que fueron sus<br />
primeros años y los influjos formativos,<br />
se menciona en la primera parte<br />
<strong>de</strong> la Autobiografía. La figura <strong>de</strong>svaída<br />
<strong>de</strong>l padre, la madre enérgica e inteligente,<br />
las colinas y la granja, eJ<br />
traDajo duro y la profunda impresión<br />
<strong>de</strong> la Naturaleza y la música, juntamente<br />
con la fe inalterable y la <strong>de</strong>voción<br />
y energía <strong>de</strong> los galeses: todas<br />
estas cosas tan bien recordadas constituyen<br />
una parte -<strong>de</strong>l propio Wright.<br />
Son.las fuentes <strong>de</strong> su concepto <strong>de</strong> la<br />
«arquitectura orgánica» y sostén <strong>de</strong><br />
su integridad artística absoluta y<br />
firme.<br />
Beethoven y Brahms, los gran<strong>de</strong>s<br />
románticos, le causaron profunda impresión.<br />
Aunque ostensiblemente COR<br />
menos influjo, también Bach. La analogía<br />
musical no necesita ser subrayada<br />
porque es evi<strong>de</strong>nte. De sus primeras<br />
lecturas, he aquí lo que recordaba<br />
<strong>de</strong> sus años <strong>de</strong> colegio y lo que<br />
<strong>de</strong>seaba mencionar cuarenta años <strong>de</strong>spués:<br />
Sartas Resartus, con su prosa<br />
compleja y su riqueza <strong>de</strong> contenido;<br />
los Héroes y él culto e los héroes, pasado<br />
y presente, FOTS Clavigera, Pintores<br />
mo<strong>de</strong>rnos y Las piedras <strong>de</strong> Venecia,'gran<strong>de</strong>s<br />
libros ya olvidados por<br />
un mirado carente <strong>de</strong> paciencia para<br />
soportar la verdad; las Vidas, <strong>de</strong> Plu-<br />
construida en piedra y cemento reforzado, en ia que se hacen compatibles<br />
coa las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> toa logar muy poco corriente<br />
tarco; Sigurd the Vólmmg, <strong>de</strong> William<br />
Morris; Shelley, eí Wilhelm Meister;<br />
«un poco William BÍake», lo que es<br />
curioso porque algún día serán amigos<br />
en la otra vida; Les Miserables y<br />
Viollet-le-Duc. «Yo creía que el Raisomié<br />
era el único libro sobre arquitectura<br />
realmente juicioso.» Acaso<br />
tenga razón: Por lo menos pocos otros<br />
contienen tan pocas vacieda<strong>de</strong>s.<br />
Estos libros y los compositores Informaron<br />
su obra, contribuyeron al<br />
contrapunto, la claridad, la complejidad<br />
<strong>de</strong> los planos que se compenetran,<br />
y la riqueza, que es parte <strong>de</strong> la estructura<br />
como el florecer lo es <strong>de</strong> la<br />
planta.<br />
Todos estos influjos son <strong>de</strong> gran<br />
contenido emocional, porque constituyen<br />
una llamada a las fuerzas íntimas<br />
<strong>de</strong>l espíritu. Los lógicos le <strong>de</strong>jaron<br />
frío, si es que, en realidad, ios<br />
leyó: Spinoza, Pope, Montaigne, Aristóteles,<br />
Newton, Aqumo, todos aquellos<br />
que forjando ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> pensamientos<br />
enlazados han tratado <strong>de</strong> mo-<br />
,ver al mundo prescindiendo <strong>de</strong>l impulso<br />
y <strong>de</strong> la reacción espontánea.<br />
La verdad es un artículo <strong>de</strong> fe, no <strong>de</strong><br />
lógica, y el mundo en pro o en contra<br />
es sólo una proyección <strong>de</strong> uno<br />
mismo. Esta confianza en su íntima<br />
naturaleza y su conciencia <strong>de</strong> ella nos<br />
da la clave <strong>de</strong> muchos aspectos cíe la<br />
personalidad <strong>de</strong> Wright. Seguramente<br />
explica, al menos en parte, su aparente<br />
altivez, porque, como en la mayor<br />
parte <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>s hombres, su egotismo<br />
constituye una excrecencia <strong>de</strong><br />
su íntima convicción. En los hombres<br />
<strong>de</strong> menor envergadura reviste apariencias<br />
<strong>de</strong> presunción e intolerancia,<br />
<strong>de</strong> escepticismo frente a los <strong>de</strong>más<br />
más bien que <strong>de</strong> fe en sí mismo.<br />
La propensión no lógica <strong>de</strong> Wright<br />
también se refleja en la parte <strong>de</strong> ingeniería<br />
<strong>de</strong> su obra. Sus proezas estructurales,<br />
siempre ingeniosas y, en<br />
ocasiones, sorpren<strong>de</strong>ntes, no son resultado<br />
<strong>de</strong> un razonamiento <strong>de</strong>ductivo<br />
científico. En gran medida son intuí-<br />
GHT,<br />
TtntAL CAHTItfVtMB<br />
MUSHMSOM TV/E<br />
FííUÍ JZ-ti •<br />
JECTI9N<br />
Torre <strong>de</strong>l Laboratorio <strong>de</strong>l Pabellón <strong>de</strong> Administración <strong>de</strong> la Jobnson Was<br />
Company, <strong>de</strong> Bacín© (Wisconsin), con sus terrazas apoyadas en sin nücleo<br />
central empotrado en el suelo.—Arribas sección <strong>de</strong> la torre<br />
tivas; algunas, como los armazones <strong>de</strong><br />
la sala <strong>de</strong> proyectos <strong>de</strong> la Asociación,<br />
en Taliesin, y las columnas <strong>de</strong> la fábrica<br />
<strong>de</strong> cera <strong>de</strong> Johnson, constituyen<br />
un reto al análisis normal <strong>de</strong> la<br />
construcción. Esto es el reverso <strong>de</strong> lo<br />
corriente; los puentes <strong>de</strong> Maíllart o<br />
las fórmulas <strong>de</strong> Clerk Maxwell son el<br />
resultado <strong>de</strong> la <strong>de</strong>ducción cuidadosamente<br />
sintetizada, que alcanzan una<br />
perfección que es arte, porque <strong>de</strong> un<br />
modo o <strong>de</strong> otro implican más que un<br />
procedimiento. Como dice Willard<br />
Gibbs, «Él todo es mayor que las partes».<br />
Ahora bien, para Wright el todo<br />
existía antes que las partes.<br />
Wright ha formulado, en diversas<br />
ocasiones, tres, <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong> la arquitectura<br />
que son sumamente reveladoras.<br />
La primera, «La Arquitecto-<br />
15 <strong>de</strong> mayo
a es ti arte científico <strong>de</strong> hacer<br />
las estructuras expresen i<strong>de</strong>as», refleja<br />
la incertidumbre <strong>de</strong> un joven que<br />
trata <strong>de</strong> justificar su arte ante -un<br />
mundo que aspiraba a una interpretación<br />
literaria o i<strong>de</strong>acional <strong>de</strong> lo abstracto.<br />
Muy bien se podría sustituir<br />
«arquitectura» por «música» o .-matemáticas»<br />
con o sin sustituir la palabra<br />
«estructuras» por «sonidos^ o<br />
«números». Seguiría significando tanto<br />
o tan poco como en su redacción original.<br />
«La Arquitectura es el triunfo<br />
<strong>de</strong> la imaginación humana sobre los<br />
materiales, los procedimientos y los<br />
hombres», es, sin duda alguna, una <strong>de</strong><br />
las gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>finiciones <strong>de</strong>l arte <strong>de</strong><br />
la arquitectura. La otra <strong>de</strong>finición, a<br />
saber: «La Arquitectura es el gran<br />
sentimiento que el hombre tiene <strong>de</strong> sí<br />
mismo incorporado a un mundo hechura<br />
suya. Pue<strong>de</strong> elevarse en calidad<br />
únicamente a la altura a que se encuentra<br />
su fuente, porque el arte<br />
gran<strong>de</strong> es la vida gran<strong>de</strong>», participa<br />
<strong>de</strong> la visión mística y profunda <strong>de</strong><br />
La arquitectura <strong>de</strong> Wríght ha sentido<br />
siempre la preocupación <strong>de</strong>l<br />
«•gran sentimiento que el hombre tiene<br />
<strong>de</strong> si mismo.» Su forma trata <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sempeñar la «función» <strong>de</strong> añadir<br />
calidad al medio en que se ha <strong>de</strong> vivir.<br />
Todas sus casas aspiran a ser,<br />
tanto en el espacio que él limita como<br />
en los alre<strong>de</strong>dores que tiene en<br />
cuenta, una ampliación a un tiempo<br />
espiritual y física <strong>de</strong> la vida humana.<br />
Las fábricas no son «máquinas para<br />
trabajara, sino que extien<strong>de</strong>n las cualida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> armonía y magnificencia al<br />
lugar don<strong>de</strong> ha <strong>de</strong> hacerse el trabado,<br />
<strong>de</strong>l mismo modo que Sa belleza impresionante<br />
<strong>de</strong> las colinas <strong>de</strong> Wiseonsin<br />
se comunicaba al trabajo chico <strong>de</strong><br />
granja hace sesenta años.<br />
Todo esto es parte <strong>de</strong>l ambiente <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>mocracia jeffersoniana que constituia<br />
la herencia espiritual <strong>de</strong> Wright-<br />
«Nuestro i<strong>de</strong>al es la <strong>de</strong>niocrácia, la<br />
expresión más alta posible <strong>de</strong>l individuo<br />
como unidad no incompatible con<br />
un todo armonioso», escribía en 1901<br />
•Esto <strong>de</strong>bió sonar un tanto, radical en<br />
un periodo en que el individuo era<br />
sumamente tosco, sin duda alguna, o,<br />
digámoslo así, inarmónico. La expresión<br />
madurada <strong>de</strong> este concepto <strong>de</strong><br />
Wright, <strong>de</strong>l que nunca se separó, es<br />
la. ciudad <strong>de</strong> Broadacre y el libro<br />
Cuando la <strong>de</strong>mocracia edifica. A la<br />
ciudad <strong>de</strong> Broadacre se le ha prestado<br />
<strong>de</strong>masiado poca atención por los<br />
píamfieadores enamorados <strong>de</strong> ios preceptos<br />
en que se inspira la ciudadjardín<br />
<strong>de</strong> Ebenezer Howard. Pero la<br />
visión <strong>de</strong> Howard ño contó con el automóvil,<br />
el teléfono o el aeropiano.<br />
La ciudad <strong>de</strong> Broadacre es un concepto<br />
tan completo como el <strong>de</strong> Howard.<br />
Se propone igualmente proveer<br />
!o necesario para la vida buena, pero<br />
las premisas <strong>de</strong> que parte son muy<br />
diferentes. La ciudad-jardín constitu-<br />
Proyecto para, un club <strong>de</strong> <strong>de</strong>portes en<br />
ATENEO<br />
ye una transacción. Después <strong>de</strong> todo<br />
es el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> la pequeña ciudad<br />
burguesa, la forma en que durante la<br />
época <strong>de</strong> la reina Victoria <strong>de</strong> Inglaterra<br />
se trataba <strong>de</strong> eliminar los Darnos<br />
insalubres. La Ciudad • <strong>de</strong> Broadacre<br />
trata <strong>de</strong> conferir dignidad y libertad<br />
al individuo en un mundo que<br />
es armonioso porque da a todos y" cada<br />
uno la posibilidad y la responsabilidad<br />
<strong>de</strong> sus actos. Toctos los dones <strong>de</strong>l<br />
mundo mo<strong>de</strong>rno <strong>de</strong> la ciencia son utilizados<br />
para el hombre, no contra él.<br />
La configuración <strong>de</strong> su espacio físico<br />
es increíblemente bella. A ella se acomodan<br />
todas las diversas maneras cíe<br />
vivir: la granja, la fábrica, la casita,<br />
ía mansión y el piso.<br />
La ciudud <strong>de</strong> Broadacre, que es un<br />
mocio <strong>de</strong> vida en la misma medida que<br />
ten plan físico, no sólo difiere <strong>de</strong> la<br />
ciudad-jardí.«f sino <strong>de</strong> la árida y (íeshumanizada<br />
ville radieuse. Le Corbusier<br />
nunca, ha comprendido la máquina<br />
como instrumento ni a las gentes<br />
como seres humanos. En su arquitectura,<br />
lo mismo que en su planificación<br />
<strong>de</strong> ciuda<strong>de</strong>s, por oposición a<br />
Wright, opone la lógica al sentimien<br />
to, el mecanismo al organismo. Parte<br />
<strong>de</strong>l supuesto <strong>de</strong> que en la máquina<br />
resi<strong>de</strong> la salvación, y por un enca<strong>de</strong>namiento<br />
<strong>de</strong> razonamientos llega a las<br />
certezas consiguientes, olvidándose <strong>de</strong><br />
cualesquiera contradicciones con la<br />
realidad. .<br />
Ciertamente, el estilo internacional<br />
sirvió al propósito <strong>de</strong> <strong>de</strong>spejar la selva<br />
muerta <strong>de</strong>l eclecticismo. Pero sus<br />
estructuras, y particularmente las <strong>de</strong><br />
Le Corbusíer, se basaban en falsas<br />
i<strong>de</strong>as sobre la naturaleza <strong>de</strong> los materiales,<br />
<strong>de</strong> los procedimientos <strong>de</strong> convertirlos<br />
en edificios y <strong>de</strong> los Itahitcts<br />
<strong>de</strong> los hombres que habrían <strong>de</strong> ocuparlos.<br />
Eran abstracciones <strong>de</strong> una<br />
abstracción. En justicia, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>cirse<br />
que Le Corbusier es un habitante <strong>de</strong><br />
ciudad, en tanto que Wright siempre<br />
ha aborrecido ía ciudad. La ciudad <strong>de</strong><br />
Broadacre no es un núcleo urbano.<br />
Pero aun. cuándo Wright no es un<br />
«urbanista», su aportación a los gran<strong>de</strong>s<br />
edificios <strong>de</strong> ciudad ha sido consi<strong>de</strong>rable.<br />
Sus proyectos <strong>de</strong> rascacielos<br />
—la torre <strong>de</strong> San Marcos, las Torres<br />
Agrupadas úe Chicago y, sdbre todos<br />
ai-plan <strong>de</strong> las Cúspi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Crista! para<br />
Washington— van muy por <strong>de</strong>lante<br />
<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as contemporáneas, tanto<br />
en plan como en estructura.<br />
Las Cúspi<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Cristal en proyecto<br />
elevan a 1^ comunidad <strong>de</strong> la ciudad<br />
<strong>de</strong> rascacielos a un plano inigualado<br />
<strong>de</strong> magnificencia y belleza.<br />
El dominio <strong>de</strong> los 1 materiales <strong>de</strong><br />
Wright es -sorpren<strong>de</strong>nte. Las casa¿ <strong>de</strong><br />
ma<strong>de</strong>ra y .ladrillo —algunas vecor; <strong>de</strong>.<br />
ma<strong>de</strong>ra y_ piedra— que ha construido<br />
en el curso <strong>de</strong> su carrera se caracterizan<br />
por su <strong>de</strong>licada sensibilidad en<br />
el empleo <strong>de</strong> esos materiales, que son<br />
<strong>de</strong> lo más corriente y <strong>de</strong> lo peor uti<br />
iizados que se conocen. Tenemos la<br />
Coiumuas e» forma <strong>de</strong> hongo <strong>de</strong>l Pabellón <strong>de</strong> Administración <strong>de</strong> Raelse. JLa<br />
se consigue merced al apoyo mutuo <strong>de</strong> las cabezas<br />
casa Hoss en el lago Delavan, construida<br />
en 1902, seguida por toda una<br />
serie <strong>de</strong> otras, todas mo<strong>de</strong>stas y distinguidas.<br />
En 1S40 construyó la casa<br />
Pew, cerca <strong>de</strong> Madison, Wisconsin,<br />
una <strong>de</strong> las más notables casitas <strong>de</strong> &<br />
comarca. El edificio Larkin es tan<br />
profuso en ladrillo como una iglesia<br />
holan<strong>de</strong>sa. Taliesin es piedra, sacada<br />
<strong>de</strong> las colinas <strong>de</strong> Wisconsin y hecha<br />
parte <strong>de</strong> ellas <strong>de</strong> nuevo. El Hotel Imperial<br />
<strong>de</strong> Tokio es <strong>de</strong> ladrillo y lava.<br />
Las casas integradas en bloques <strong>de</strong>l<br />
período medio <strong>de</strong> Californa ño solo<br />
tienen encanto e inventiva, sino que los<br />
las colinas <strong>de</strong> Hollywood, en el que se utiliza, piedra y cemento reforzado<br />
dar el aspecto más semejante a una plant& . -<br />
bloques mismos tienen una gran variedad<br />
en el carácter <strong>de</strong> su plasticidad<br />
y <strong>de</strong> su aplicación. Hay atrevimiento<br />
y belleza en el cemento <strong>de</strong><br />
Bear Run; está maridado con la albañüeria,<br />
es <strong>de</strong>cir, la piedra cortada <strong>de</strong><br />
la estructura y la roca <strong>de</strong>l río. El empleo<br />
<strong>de</strong>l cemento en la fábrica Johnson<br />
es no menos atrevido, no menos<br />
bello, pero es <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n totalmente<br />
diferente y en él el maridaje es con el<br />
cristal y el ladrillo. En Taliesin West •<br />
hay un foco para todos loa colores y<br />
formas <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto.<br />
Muchos <strong>de</strong> los trescientos y pico <strong>de</strong><br />
edificios y proyectos <strong>de</strong> Wright so»<br />
obras importantes, aun cuando ninguna<br />
<strong>de</strong> ellas es edificio público, excepto<br />
el semioficial Hotel Imperial. Que<br />
ello sea así significa, ciertamente, una<br />
Pérdida para este país. El Hotel Impprial<br />
proporciona un indicio <strong>de</strong> lo que<br />
Wright pudiera haber hecho en este<br />
ramo. El hotel es un ejemplo <strong>de</strong>l plan<br />
majestuoso, con sus.accesos y atrios,<br />
con su ceremonia <strong>de</strong> expresión axial. '•><br />
La complicación <strong>de</strong> las superficies interiores,<br />
la multiplicación <strong>de</strong> la fojv<br />
ma, la exuberancia <strong>de</strong> invención no -<br />
son fotogénicas. Cualquiera que sea la<br />
pasión actual por los planos lisos y la<br />
forma sosa, el hotel se acomoda al /<br />
gusto complicado y sutil <strong>de</strong>l Oriente.<br />
En el actual momento histórica es<br />
difícil <strong>de</strong>cir si Frank Lloyd Wrisrh!<br />
representa la, culminación <strong>de</strong> una era<br />
o la profecía <strong>de</strong> las cosas futuras. Por .<br />
una parte, resume el gran período <strong>de</strong><br />
ía empren<strong>de</strong>dora <strong>de</strong> América, ¿¿seo*<br />
nocida para esta generación. La <strong>de</strong> ;<br />
mocracia jeffersoniana tiene en él un.<br />
seguidor; y resuenan en su obra los<br />
ecos <strong>de</strong>l romanticismo <strong>de</strong> Brahms y<br />
Hugo, <strong>de</strong> Whitman y Meiville. Por<br />
otra parte, tiene fe en ese país/ <strong>de</strong> -<br />
Usonia, ea el que se haría uso dé to- •<br />
das las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l aire,, la tierra<br />
y el agua, inmanentes en la obra<br />
<strong>de</strong> Einstein, Urey y todos ios <strong>de</strong>tsás<br />
S. CHURCHÍLI,
MOISrSIEUR HULOT .EN EL d-<br />
HE CÓMICO. — El cine cómico tiene<br />
dos polos: cine don<strong>de</strong> la comicidad<br />
la pone el personaje y cine don<strong>de</strong> la<br />
comicidad la pone lo que le pasa al<br />
personaje. Aunque «Oharlot», en el<br />
cine cómico, y en el cine en general*<br />
lo sea todo, «Charlóte pue<strong>de</strong> ser un<br />
ejemplo <strong>de</strong>l primer tipo <strong>de</strong> cine<br />
cómico. Con sólo "verle, nos reimos,<br />
como nos reíamos con ver a Fatty, a<br />
Tomasín (el actual Jaimito), o a! brzeo<br />
Ben Turpin. Lo <strong>de</strong>más {carreras, tropezones,<br />
caídas, tartas <strong>de</strong> crema<br />
guardias bigotudos) sirve a un protagonista<br />
<strong>de</strong>liberadamente grotesco.<br />
En Harold, en.cambio, el personaje es<br />
normal. Lo principal es un «aecesorio»<br />
en forma <strong>de</strong> : «gags», cada ve» más<br />
finos y menos circenses, que acabarán<br />
en la alta comedia <strong>de</strong> Capra o<br />
<strong>de</strong> Lubitseh, La comicidad en el cine<br />
es una línea que parte <strong>de</strong>l circo, pasa<br />
por el cine y acaba en el teatro.<br />
Cinematográficamente hablando',<br />
quizá sea Harold quien esté en el<br />
centro; en el cine-cine. Al Monsieur<br />
Hulot que ha creado Jacques Tati 1 ,<br />
como a Harold, tienen que ocurrirle<br />
cosas para que nos riamos; cosas que<br />
(como también ocurría con las películas<br />
<strong>de</strong> Harold) Tati ha previsto y<br />
calculado minuciosamente con antelación.<br />
Pero, para situar exactamente<br />
a Hulot, yo diría que se inclina levemente<br />
haeia la dirección «circo», más<br />
que hacia la dirección «teatro»,<br />
<strong>de</strong>cir, hacia la serie clásica <strong>de</strong> los<br />
«payasos» geniales o vulgares {«Charlot»,<br />
Max Lin<strong>de</strong>r, Tomasín, Fatty,<br />
Buster Keaton), mejor que hacia la<br />
serie <strong>de</strong> los galanes {James Stewart,<br />
Cary Grant, William Powell, ete.) <strong>de</strong><br />
la salta comedia». Concretamente, es<br />
noiable.la similitud entre la «cara <strong>de</strong><br />
palo» <strong>de</strong> Buster Keaton y la impasi-<br />
büidad con. que el archicortés Húiot<br />
<strong>de</strong>stroza convenciones, siembra el escándalo<br />
al abrir una puerta, coger<br />
una servilleta o arreglar un auto, y<br />
<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>na la más espantosa, <strong>de</strong> las<br />
heeatomtjres sólo con encen<strong>de</strong>r una<br />
cerilla esx el almacén <strong>de</strong> un pirotéenico-<br />
Ahora bien; sí Hulot tira hacia la<br />
valor propio, es fin en sí mismo, oada<br />
personaje es real, y la caricatura pone<br />
al <strong>de</strong>snado sus flaquezas, sin <strong>de</strong>struir<br />
su humanidad. Es un mundo que todos<br />
conocemos: la solterona optimista,<br />
el militar retirado,, los pollos<br />
relamidos, el señor obeso, impaciente<br />
y ocupado, el marido insignificante,<br />
la mujer dominadora... Cada uno da<br />
estos tipos es analíza'do, <strong>de</strong>smenuzado,<br />
triturado., con una inteligencia<br />
aguda y casi cruel. Pero aún hay<br />
En el cine cómico <strong>de</strong> «payasos» ios<br />
personajes empiezan por ser solamente<br />
grotescos. Sólo en algunos<br />
apunta la interioridad, como en Buster<br />
Keaton. nuestro viejo «Pamplinas».<br />
Y uno solo revela una profundidad<br />
que todavía no ha- logrado par<br />
en el cine: «Charlot». Pues bien; la<br />
piedad que Tati niega ai mundo <strong>de</strong><br />
Hulot, se la conce<strong>de</strong> a Hulot, que en<br />
<strong>de</strong>finitiva resulta ser un infelizf un<br />
tímido, mucho más <strong>de</strong>svalido que el<br />
mismo «Charlot». Claro es que una<br />
película no es fácil que revele totalmente<br />
a un personaje y que «Las vacaciones<br />
<strong>de</strong> M. Hulot», en conjunto,<br />
peca <strong>de</strong> frialdad a lo Clair; es casi<br />
pura disección- Pero cuando, <strong>de</strong> vuelta<br />
<strong>de</strong>. las vacaciones, dos muchachas contemplan<br />
una foto <strong>de</strong> Hulot. (¡«todavía<br />
M. Hulot»!} y una sonríe suavemente,<br />
pero, ¡ay!,. compasivamente, pensamos<br />
con ternura en ese pobre M. Hulot.<br />
Como tantas veces en el cine hemos<br />
encontrado la poesía en el amargo<br />
poso <strong>de</strong> la carcajada.<br />
PELÍCULA DE TEXTO. -<br />
vacaciones <strong>de</strong> M. Hulots es una lee*<br />
eión <strong>de</strong> cine sonoro. Las secuencias<br />
n S*t n i-i s^ c r* x M % n r a en que tan <strong>de</strong>cisivo papel juega el<br />
FUK f V b t MARÍA * do r <strong>de</strong>l L m ? to ? <strong>de</strong>l <strong>de</strong> Hulot, ia intervención <strong>de</strong>svencijado <strong>de</strong> la auto bo-<br />
*/ <strong>de</strong> cina Huiot. eomo la elemento IT cómico cuando<br />
el auto se le estropeanen la excursión,<br />
GARCÍA ESCUDERO el clic-clac <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong>l comedor<br />
<strong>de</strong>l hotel, son «gags» sonoros <strong>de</strong> antología-<br />
Igual la sustitución <strong>de</strong>l lenguaje<br />
articulado pdr palabras incomprensibles<br />
o banales y sin sentido, o<br />
la supresión total <strong>de</strong> las palabras,<br />
que, eomo ocurre siempre que el eine<br />
es cine, ni siquiera se nota, ¡Calcúlese<br />
qué lección en una época caracterizada<br />
por ía comicidad verbal <strong>de</strong> «Can~<br />
vertiente «erreo», la película tira hacía<br />
la otra vertiente; la <strong>de</strong>- Capra, Lubitseh<br />
y, antes que nadie, Rene Claír.<br />
Hulot no se <strong>de</strong>senvuelve en un mundo<br />
<strong>de</strong> cartón, como el <strong>de</strong> Harold, puro<br />
pretexto para hacer reír, o que, como<br />
el <strong>de</strong> «Charlot», notenga otra misión<br />
que suscitar las reacciones <strong>de</strong>l protagonista.<br />
Él mundo do Hulot tiene un<br />
15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954
tinflas*, el melodraraatismo <strong>de</strong> Sandriní<br />
(con tener los dos talento), la<br />
gracia circense <strong>de</strong> los Marx y <strong>de</strong><br />
Danny Kaye o la falta <strong>de</strong> gracia <strong>de</strong><br />
cualquier clase en Abbot y Costello!<br />
Y sin embargo, si <strong>de</strong>claró <strong>de</strong> texto<br />
esta película para mis fines particulares,<br />
se <strong>de</strong>be a que el sonido está<br />
subordinado a la imagen, a que la<br />
gracia es sobre todo visua!, a que<br />
hay que verla, sin que se pueda contar,<br />
y a que nos ha <strong>de</strong>vuelto, inesperadamente<br />
el sentido cinematográfico<br />
<strong>de</strong> las películas cómicas <strong>de</strong>l tiempo<br />
heroico.<br />
«REBELDÍA». — Sáenz <strong>de</strong> 'Haré*<br />
dia es probablemente el director es*<br />
pañol con máa sentido «natural» <strong>de</strong>l<br />
cine; Nieves Con<strong>de</strong>, el que tiene sentido<br />
máa profundo <strong>de</strong>l cine. La facilidad<br />
<strong>de</strong>l primero ha producido una<br />
obra extensa, <strong>de</strong> un elevado nivel<br />
"medio. La reserva <strong>de</strong>l segundo ha<br />
producido una obra reducida, <strong>de</strong>sigual,<br />
pero en la que está la mejor<br />
película <strong>de</strong>l cine español. El sentido<br />
<strong>de</strong> responsabilidad <strong>de</strong> Nieves Con<strong>de</strong>,<br />
su resistencia digna a la comercialización<br />
permiten esperar que, si alguna<br />
vez el cine español produce una<br />
película merecedora <strong>de</strong> pasar a la<br />
antología <strong>de</strong>l cine universal, sea él<br />
quien la haga.<br />
Ahora bien; esas esperanzas le obligaban,<br />
como dice «Juventud», a que,<br />
puesto a dirigir «Rebeldía», hubiese<br />
empezado rebelándose contra un argumento<br />
al que casi exclusivamente<br />
hay que atribuir el que «Rebeldía»<br />
sea un paso en falso. O, mejor dicho,<br />
la parte segunda <strong>de</strong> «Rebeldía», porque<br />
la película es, en realidad, dos.<br />
En la primera parte no hay máa<br />
que planteamiento; pero tan fuerte y<br />
valiente, tan <strong>de</strong>susado en nuestro<br />
cine azucarado (y en nuestro cine católico,<br />
que es como <strong>de</strong>cir dos veces<br />
azucarado), que uno veía aparecer<br />
allí nada menos que el cine católica<br />
que nos hace falta; con los problemas<br />
que rehuyen las películas «edificantes»<br />
y rosa a que se nos está nial<br />
acostumbrando. Más: cuando en la<br />
lucha planteada entre la soberbia <strong>de</strong>l<br />
escritor ateo y- la caridad <strong>de</strong> la «santa<br />
con pantalones», ésta sucumbe, parece<br />
que todo se le prepara a la Gracia<br />
para que triunfe sola, sin el asi<strong>de</strong>ro<br />
<strong>de</strong> ninguna fortaleza humana; uno<br />
veía prepararse allí una película en<br />
la línea <strong>de</strong> la religiosidad contemporánea;<br />
en una línea inédita en este<br />
cine nuestro, don<strong>de</strong> los malos aon re-<br />
matadamente malos y los buenos son<br />
tan buenos y taa fuertes y tan seguros<br />
<strong>de</strong> sí mismos que ni siquiera se<br />
concibe que puedan' ser tentados.<br />
Pero él disparo <strong>de</strong> la «santa» caída<br />
<strong>de</strong>rrumba a la vez al escritor y nues-<br />
tras esperanzas. Lo que pudo haber<br />
sido cine católico «<strong>de</strong> verdad» se<br />
queda en melodrama. Yo tengo el<br />
gusto <strong>de</strong> no haber visto «Ana» y por<br />
esto no me la recordó «Rebeldía»;<br />
pero que a otros se la haya recordado,<br />
es suficiente,<br />
«Rebeldía» es una invitación a la<br />
poda. Está <strong>de</strong> más la nacionalidad<br />
española que se adjudica a un excelente<br />
actor, pero cuyas reacciones no<br />
tienen nada <strong>de</strong> españolas; están <strong>de</strong><br />
más las idas y venidas y .todo lo que<br />
distrae <strong>de</strong> la pareja central, y al distraer<br />
<strong>de</strong> ella, distrae <strong>de</strong>l que <strong>de</strong>bió<br />
haber sido protagonista <strong>de</strong> la pelíeula:<br />
Dios; están <strong>de</strong> más las palabras que<br />
en la parte segunda sustituyen a las<br />
Imágenes <strong>de</strong> la primera (y que, dicho<br />
sea <strong>de</strong> pasada, pue<strong>de</strong>n inducir a<br />
error sobre la valoración moral <strong>de</strong><br />
una conducta —el sacrificio <strong>de</strong> la<br />
protagonista— que no parece «consejo»,<br />
sino «precepto», y aceptado sin<br />
que se trasluzca una chispa <strong>de</strong> amor<br />
sobrenatural); está <strong>de</strong> más toda la<br />
parte segunda, aunque la primera se<br />
baste para impedir que sea ésta una:<br />
película sin importancia.<br />
En cambio, no está <strong>de</strong> más, por<br />
eata vez, la música,, que expresa lo<br />
que ni ritmo ni actores llegan a expresar.<br />
Claro es que se ha prescindido<br />
<strong>de</strong>l chaparrón sinfónico <strong>de</strong> hora y<br />
media. Compárese el frío <strong>de</strong>rroche d&<br />
palabrería <strong>de</strong> la segunda mitad y el<br />
espléndido final que componen imagen<br />
y música. ¡SÍ Fernán Gómez no<br />
se la mano, <strong>de</strong>spidiéndose!...<br />
EL RELIEVE. — Este número <strong>de</strong><br />
ATENEO no pue<strong>de</strong> recoger el estreno<br />
<strong>de</strong>l cinemascopio. En tanto lo comento;<br />
en el número próximo» cele"<br />
braró el estreno <strong>de</strong> otro sistema <strong>de</strong><br />
relieve, más inesperado, más original»<br />
que no es nuevo, sino viejo, pero tan<br />
viejo que ya nos habíamos olvidado<br />
por completo <strong>de</strong> él: el relieve que el<br />
cine en general y el cine americano<br />
en particular necesitan; el relieve que<br />
produce la verda<strong>de</strong>ra profundidad,<br />
que es el sistema en que han sido filmados<br />
«Rashomon», «3?an, araorje<br />
fantasía» o «Las vacaciones <strong>de</strong> M. Hulot»;<br />
él relieve que da la inteligencia
EXORDIO<br />
En El marido <strong>de</strong> bronce, una viuda<br />
—Isabelita Garcés—tarda tres actos<br />
en arreglar un nuevo matrimonios a<br />
pesar <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>seos evi<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> eontraerlo,<br />
porque los posibles esposos no<br />
se atreven a proponerlo a la que fue<br />
mujer <strong>de</strong> una gloria local. En El que<br />
manda eres tú, basta un breve primer<br />
acto para que se casen una viuda eon<br />
tres hijas con un viudo con tres hijos.<br />
Me parece más verosímil lo segundo.<br />
El marido <strong>de</strong> bronce es una comedia<br />
<strong>de</strong> Benavente interpretada por la<br />
compañía titular <strong>de</strong>l Infanta Isabel;<br />
SI que manda eres tú es una comedia<br />
«creada» por Alfayate y escrita por un<br />
autor argentino, el señor Santos Olivé.<br />
En la primera, lo importante es el<br />
autor; en la segunda, el actor.<br />
BENAVENTE<br />
He tenido la oportunidad <strong>de</strong> escuchar<br />
algunas conversaciones en relación<br />
con el último teatro <strong>de</strong> Benavente.<br />
En general, se diee que m peor<br />
que el que escribía hace veinte o<br />
treinta años, pero son varias las personas<br />
que <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>n la tesis <strong>de</strong> que<br />
ahora está escribiendo sus mejores comedias.<br />
Creo que, obligado a opinar,<br />
estaría con la minoría, {Cosa que cada<br />
día me molesta más, por inmoral y<br />
por cursi.)<br />
Pero en el caso <strong>de</strong> Benavente...<br />
Benavente nunca ha pretendido<br />
emocionar a loe espectadores elevándolos<br />
a un mundo <strong>de</strong> belleza ótica o<br />
estética. Se ha limitado a divertir a<br />
la gente chismorreando sobre enredos<br />
<strong>de</strong> todos los díaa y entre personajes<br />
que, sin duda alguna, aceptaban las<br />
reglas y convenciones sociales <strong>de</strong>l<br />
mundo.a que pertenece el espectador<br />
normal <strong>de</strong> teatro ei<br />
hace siglo y pico.<br />
15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954
Benayente es un escritor <strong>de</strong> comedias<br />
en sentido muy estricto, como lo<br />
era Aristófanes. Ignora la poesía.<br />
Cuando quiere ser «poéticos y sentimental<br />
—en el momento <strong>de</strong> Ja moraleja<br />
final—, los actores tienen que<br />
tomar aliento y endilgar una andanada<br />
<strong>de</strong> lugares comunes, interminable<br />
y <strong>de</strong>cididamente cursi. Son ¡os<br />
típicos: «Sí, don Leoncio, sí; los padres<br />
que no respetan a los abuelos <strong>de</strong> sus<br />
hijos son como ios hijos que no respetan<br />
a los padres <strong>de</strong> sus abuelos y,<br />
naturalmente, no pue<strong>de</strong>n exigir el<br />
respeto que merecen <strong>de</strong> sus hijos si<br />
no han sabido guardarlo a los abuelos<br />
<strong>de</strong> sus padres, y éstos, ¡acaso, don<br />
Leoncio, acaso!, a los hijos <strong>de</strong> ios<br />
abuelos que no supieron respetar a<br />
sus padres.» (Por supuesto, el mismo<br />
juego se pue<strong>de</strong> hacer con las abuelas,<br />
madres e hijas o con las hojas, flores<br />
y frutos o con cualquier clase <strong>de</strong> trío<br />
natural o social.)<br />
Pero Benavente, con todo, posee<br />
una conciencia tal <strong>de</strong>l límite, evita<br />
con tanto fervor lo ampuloso y el<br />
heroísmo <strong>de</strong> caballería, que, en este<br />
sentido, empieza a pareeerme admirable.<br />
Sus comedias son cada día más<br />
pura conversación familiar. Cada vez<br />
mas mesuradas. Las últimas consecuencias<br />
<strong>de</strong> su reacción contra el<br />
teatro <strong>de</strong> Echegaray y <strong>de</strong> los románticos<br />
están floreciendo como nunca<br />
en sus comedias raá3 recientes. En<br />
El marido <strong>de</strong> bronce ya es limitado y<br />
familiar hasta el problema planteado.<br />
El fondo y la forma. Porque, en su<br />
ascesis hacia lo coloquial en esta comedia<br />
casi no oímos las parrafadas <strong>de</strong><br />
oreja y vuelta.<br />
El marido <strong>de</strong> bronce anuncia ya,<br />
muy cercana, la comedia benaventina<br />
pura y absoluta: una obra don<strong>de</strong> .<br />
al levantarse el telón nos encontremos<br />
ya con varias señoras —una con bolsillo<br />
y sombrero— y- caballeros —dos<br />
maduros y uno anciano— que, sin<br />
moverse <strong>de</strong> sus asientos, charlen durante<br />
ios tres actos <strong>de</strong>l problema conyugal<br />
<strong>de</strong> una pareja ausente. Y cuando<br />
el asunto haya sido expuesto y<br />
comentado, ios personajes que estaban<br />
<strong>de</strong> visita se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>n, salen dos<br />
doncelíitas con los abrigos, se van y<br />
telón.<br />
No creo que esta limitación <strong>de</strong> las<br />
últimas obras <strong>de</strong> Benavente sea un<br />
síntoma <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia. Al revés. La<br />
limitación, eí teatro en voz baja y al<br />
oído, han sido siempre el i<strong>de</strong>al dramático<br />
<strong>de</strong> don Jacinto. En este sentido,<br />
Benavente es cada vez raás Benavente,<br />
corno Azorín es cada vez<br />
mas Azorín— y, por cierto, al servicio<br />
<strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al literario también aseético—<br />
o como Shakespeare,—aunque<br />
<strong>de</strong> otra manera— es más Shakespeare<br />
que nunca —y lo es para él— en<br />
La Tempestad.<br />
Naturalmente, El marido <strong>de</strong> bronce<br />
es. una obra particularmente indignante<br />
para Los jóvenes y en especial<br />
para los que pa<strong>de</strong>cen «ciara conciencia<br />
<strong>de</strong>l momento en que" vivimos».<br />
Por muchas razones: porque trata<br />
como problemas cosas que ya no se<br />
sienten como tales; porque se mueve<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un clima burgués <strong>de</strong> clase<br />
media que. aunque todavía existe,<br />
vive avergonzada <strong>de</strong> sí misma; por-<br />
ATENEO<br />
que no hay pobres, ni cristianos, ai<br />
angustiados, ni locos. Estamos a las<br />
puertas <strong>de</strong> un romanticismo <strong>de</strong> masas<br />
(o no, ¿quién sabe?), un romanticismo<br />
barroco, total y <strong>de</strong>lirante, y se prepara<br />
una verda<strong>de</strong>ra revolución. Es<br />
cierto, Benavente ya no convive con<br />
nosotros. Pero por eso mismo empieza<br />
a ser una curiosidad. Yo voy a ver<br />
sus obras con interés porque me pa~<br />
rece verda<strong>de</strong>ramente fascinador comprobar<br />
cómo una persona que vive<br />
ahora en <strong>Madrid</strong> pue<strong>de</strong> resultarme<br />
más lejana que Esquilo. Pera —como<br />
tengo por norma <strong>de</strong>s<strong>de</strong> mi fundación—<br />
ahorro al que me lea todas las<br />
profundas, inútiles y fáciles disquisiciones<br />
sobre esta experiencia puramente<br />
personal.<br />
¡ALAFAYATE!<br />
En cambio, ¡qué entusiastas día*<br />
quisiciones filosóficas, qué golpes <strong>de</strong><br />
bombo merece Aífayate! •<br />
Aífayate, con bigote y hablando<br />
una mezcla <strong>de</strong> español, italiano y ca=<br />
talán, tal como aparece en JSl que<br />
manda eres tú, me sumerge en una<br />
antigua preocupación, nacida viendo<br />
a Somoza'y a Valeriano León. Es la<br />
siguiente:<br />
Veo y oigo ese teatro «inteligente y<br />
fino» —el <strong>de</strong> los teatros nacionales y<br />
loa <strong>de</strong> cámara— como envuelto en<br />
papel celofán. No me arrastra como<br />
<strong>de</strong>biera. Y no pue<strong>de</strong> ser culpa <strong>de</strong><br />
repertorio. Vamos, no oreo. Podría<br />
ser que a mí no rae gustara, o no<br />
sintiera, el gran teatro. Pero lo siento.<br />
No puedo leer a Lope sin cantar,<br />
bailar y dar saltos <strong>de</strong> alegría, Hamlet<br />
me produce insomnio y excitación,<br />
los griegos me obligan a abrir la ventana<br />
y quedarme mirando al cíelo <strong>de</strong><br />
la noche. Pero no rae arrebatan ni<br />
Lope, ni Shakespeare, ni los griegas<br />
cuando los veo representados en España.<br />
(Porque he visto en Londres a<br />
Laurence Olivier en Enrique V y volví<br />
al hotel corao un sonámbulo.) ¿Qué<br />
será?<br />
Creo que a las «altas» compañías<br />
españolas les falta furia» pasión, humanidad<br />
y «reaños*. Les falta a los<br />
actores meterse en el público, convivirlo;<br />
hacen un teatro <strong>de</strong> «cuadros<br />
plásticos» <strong>de</strong> colegio <strong>de</strong> niñas, muy<br />
finito, muy cuida-dito, muy contenidito.<br />
Comparados con eÜos, actores<br />
como Aifayate —digan lo que digan,<br />
aunque sean las mayores san<strong>de</strong>cesresultan<br />
verda<strong>de</strong>ros semidioses. Ad*<br />
mito que a Aífayate le falten virtu<strong>de</strong>s<br />
que llamaríamos enfrenad oras:<br />
<strong>de</strong>tallitos, pausas, finura j luminotecnia;<br />
pero, en cambio, posee —¡y<br />
muy gran<strong>de</strong>s!— las virtu<strong>de</strong>s dramáticas<br />
fundamentales, positivas y arrebatadoras:<br />
vis cómica, humanidad,<br />
<strong>de</strong>sparpajo y gracia fertilizante. Su<br />
teatro {porque los autores casi no<br />
cuentan) es el verda<strong>de</strong>ro y todo lo<br />
<strong>de</strong>más son adjetivos. Pensando en lo<br />
malas que son las obras que representa,<br />
yo le diría lo <strong>de</strong>l Cid: *Señor.<br />
qué buen vasallo si hubiera buen<br />
señor.»<br />
Uno <strong>de</strong> los espectáculos que España<br />
podría presentar —para dar el golpe—<br />
en el Festival Internacional <strong>de</strong>l Teatro,<br />
sería un esperpento <strong>de</strong> Valle<br />
Inclán. representado, entre otros, por<br />
Alfayate, Somoza y Valeriano León.<br />
Creo que iría , a . Venecia a verlo.<br />
Pero no nos atreveremos. Como<br />
siempre, el <strong>de</strong>fecto capital <strong>de</strong> nuestro<br />
mundo artístico es la falta <strong>de</strong> fantasía,<br />
<strong>de</strong> coraje y <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ra alegría.<br />
Cosas ano triunfan aquí, porque vienen<br />
<strong>de</strong> París o <strong>de</strong> Italia, jamás hubieran<br />
podido estrenarse en <strong>Madrid</strong>.<br />
El Estado, a través <strong>de</strong> los teatros<br />
nacionales, ba conseguido mejorar el<br />
gusto <strong>de</strong> los espectadores en ío que se<br />
refiere al repertorio y a la puesta en<br />
escena. Ahora hace falta inveotar.<br />
sangre a todo eso. Hacen falta directotes<br />
y actores con furia, con pasión<br />
y hasta con un poco <strong>de</strong> loeura.<br />
Entretanto volvamos los ojos seriamente<br />
hacia actores como Alfayate.<br />
Todos: directores, actores y críticos.<br />
Pero más que ninguno los aurores.<br />
¡Hay que escribir teatro caliente!<br />
ATESTA
Gerardo Gomban<br />
GERARDO<br />
PREMIO SAMUEL ROS 1954<br />
£1 premio Samuel Ros, el más<br />
Importante que existe en España para<br />
obras <strong>de</strong> cámara, ha sido otorgado a<br />
Gerardo GUtmbau por so «Trio en fa<br />
sostenido». Doña Vicenta Sos <strong>de</strong><br />
Blaneo Soler, íaa generosa mecenas<br />
eomo inteligente aficionada a la buena<br />
música, instituyó este premio en memoria<br />
<strong>de</strong> su hermano, el notable escritor,<br />
cuyo nombre lleva el galardón,<br />
i[iii'. ni uim» »nti ru n •>. MI "Mimeron<br />
Xavier <strong>de</strong> Muiusaltuigu y tuiirado<br />
<strong>de</strong>l Campo.<br />
Gerardo Gombau logra en este trio<br />
superar una etapa <strong>de</strong> so obra —hasta<br />
ahora atenida, quizá en <strong>de</strong>masía, a<br />
modos y maneras poco <strong>de</strong> acuerdo<br />
con el momento— acertando a encontrar<br />
para ella un lenguaje propio y<br />
actual qtte, con el dominio <strong>de</strong> los<br />
medios expresivos y muy escasos y<br />
bien elaborados elementos, hacen sumamente<br />
atrayente su nuevo trabajo.<br />
Gombau nos habla brevemente ue<br />
lo que ha hecho y quiere hacer.<br />
El gran problema <strong>de</strong>l compositor<br />
está en escuchar eternamente la obra<br />
antes <strong>de</strong> oírla.<br />
La primera audición con frecuencia<br />
<strong>de</strong>para sorpresas, aunque éstas que<strong>de</strong>n<br />
superadas por la intención y el rango<br />
impreso o la i<strong>de</strong>a estética que impulsó<br />
la obra.<br />
Por imperativo racial es difícil sustraerse<br />
a la influencia <strong>de</strong> nuestras esen~<br />
cias vernáculas; pero Jo es más extraer<br />
<strong>de</strong> las foranáceás aquello que no esté<br />
en pugna con una honrada sinceridad<br />
artística, asimilarlo y convertirlo a<br />
nuestro credo.<br />
Aunar lo nacional con lo universal<br />
es lo que he intentado en mi «Trío en<br />
fa sostenido».<br />
Consi<strong>de</strong>ro el «andante* el más intencionado%<br />
y la obra, como él final <strong>de</strong> una<br />
etapa, <strong>de</strong> un período evolutivo y preparatorio<br />
a la gran labor que es el<br />
cuarteto <strong>de</strong> cuerda, la más excelsa ma~<br />
infestación <strong>de</strong> la música <strong>de</strong> cámara.<br />
CONTRAPUNTO<br />
PIANISTAS^—Varios f excelentes<br />
pianistas tiernas escachado estos<br />
días eo <strong>Madrid</strong>. Qe dios, Luis tíalve<br />
—probablemente el mejor concertista<br />
español en este instrumento-—<br />
merece una especial mención. Des<strong>de</strong><br />
la Versión límpida y- exacta que con<br />
la Orquesta Nacional nos dio <strong>de</strong><br />
Mozart hace anos meses, so había<br />
tocado en <strong>Madrid</strong>, don<strong>de</strong> los aficionados<br />
esperaban un recital. Este ha<br />
¡legado, pero con carácter <strong>de</strong> <strong>de</strong>spedida,<br />
ya que Galve vuelve a América,<br />
obligado por los compromisos que<br />
tiene allí contraídos. En esta ultima<br />
ocasión —un brillante concierto en<br />
el <strong>Ateneo</strong>— se nos mostré en la<br />
completa plenitud <strong>de</strong> su madurez a<br />
lo largo <strong>de</strong> un programa que comprendía<br />
todos los estilos.<br />
También en el <strong>Ateneo</strong> ha tocado<br />
Vera Franceschi, norteamericana <strong>de</strong><br />
origen italiano, que hizo gala <strong>de</strong><br />
dar» dicción y fina musicalidad.<br />
Como novedad, presenté unos esta-<br />
dios <strong>de</strong> V, Tbomson, <strong>de</strong> agradable e<br />
ingeniosa factura.<br />
Gerd Kaeraper es un joven alemán<br />
—veintitrés años— CUTO nombre<br />
pue<strong>de</strong> ser añadido a la lista qse<br />
hemos ido recogiendo en estas páginas,<br />
y que da sentido a la última generación.<br />
Esta nos liega con notas<br />
y caracteres bien <strong>de</strong>finidos: el honesto<br />
servicio a la partitura y su<br />
hondo entendimiento poético, siempre<br />
a través <strong>de</strong> valores estrictamente<br />
musicales, con una manera sobria<br />
en la interpretación que rehuye<br />
invariablemente toda cercanía a la<br />
vana y <strong>de</strong>scompuesta grandilocuencia.<br />
Si a esto añadimos una técnica<br />
escrupulosa y seriamente trabajada,<br />
tendremos todos los motivos <strong>de</strong> nuestro<br />
gozo ante esta justa forma <strong>de</strong><br />
acercarse a la música los mejores<br />
<strong>de</strong> los jóvenes. Entre ellos, Kaemper,<br />
discípulo <strong>de</strong> Gieseking —algún día<br />
será justo que nos ocupemos <strong>de</strong> los<br />
maestros que han hecho posible este<br />
renacimiento <strong>de</strong> la interpretación—,<br />
fiel a la mejor esencia germánica,<br />
ba acertado a encontrar y hacer<br />
patéate el nexo que une a los románticos<br />
con loa mo<strong>de</strong>rnos atonalistas.<br />
Con él, compren<strong>de</strong>mos claramente<br />
algo que sólo en teoría noi<br />
había sido dado saber: Sehoenberg<br />
y Alban Berg, como lógica, justa y<br />
hasta, bella consecuencia <strong>de</strong> Schuraan<br />
o Mabler*<br />
AÍBE T DONAIRE DEL SI-<br />
GLO XVI I/—En la segunda mitad<br />
<strong>de</strong>l siglo XVIII, nuestro <strong>de</strong>sgarro<br />
celtibérico, ha <strong>de</strong> verterse, por imperativo<br />
pslítíco, en mol<strong>de</strong>s oeoclasiefstfts<br />
franceses, £1 primer quiebro<br />
que a esta primera invasión gabacha<br />
se le 3b» a hacer sería aquella<br />
cu y Concierto<br />
C REEMOS<br />
1904-1954<br />
que entre los lectores<br />
<strong>de</strong> ATENEO, sobre todo entre<br />
los aficionados a la buena mú-<br />
sica, que <strong>de</strong>searían escucharla también<br />
en la iglesia, ha <strong>de</strong> encontrar feliz<br />
acogida y simpatía este comentario<br />
a las bodas <strong>de</strong> oro <strong>de</strong> la Schola<br />
<strong>de</strong> Comillas, que tanto ha hecho para<br />
que sea buena nuestra música litúrgica.<br />
Su esfuerzo ha sido tan fecundo<br />
y su influjo tan amplio, que es<br />
muy difícil en pocas líneas —han <strong>de</strong><br />
ser pocas— encerrarlo y explicarlo.<br />
Baste, pues, como comentario un ligero<br />
esbozo <strong>de</strong> aspectos característicos<br />
<strong>de</strong> la Schola, con algunos nombres<br />
y hechos que los hagan reales y<br />
palpables.<br />
Des<strong>de</strong> el principio, en la Schola <strong>de</strong><br />
Comillas se partió <strong>de</strong>l convencimiento<br />
<strong>de</strong> que el respeto al culto religioso<br />
y a la sensibilidad musical <strong>de</strong> los<br />
fieles exige rechazar toda música inauténtica,<br />
tanto por falta <strong>de</strong> religiosidad<br />
litúrgica como por falta <strong>de</strong><br />
musicalidad. En tiempo <strong>de</strong>l Padre<br />
Otaño, creador <strong>de</strong> la Schola <strong>de</strong> Comillas,<br />
éste fue el principio que mas<br />
palpablemente se vivió. Eran años<br />
aún italianizantes los que vieron surgir<br />
estos viejos programas, que ahora<br />
hojeamos con interés, poblados <strong>de</strong><br />
nombres <strong>de</strong> "los poUfonistas clasicos<br />
y los compositores posteriores más<br />
serios. Indudablemente, la calidad <strong>de</strong><br />
Gerd Kaemper<br />
escandalosa y recortada verónica<br />
—la capa bien asida— brindada en<br />
honor <strong>de</strong> Esquiladle, Dea Francisco<br />
<strong>de</strong> Goya resultó ser el «toreador» <strong>de</strong><br />
más probada majeza. Quizá,, por eso,<br />
enten<strong>de</strong>mos hoy todo aquello como<br />
lo «goyesco».<br />
En este aire —aire fino <strong>de</strong> <strong>Madrid</strong>—<br />
las tonadillas —entre el clavecín<br />
rococó <strong>de</strong> Scarlattí y la ruda<br />
copla <strong>de</strong> la calle— vienen a ser<br />
nuestra música más representativa:<br />
en ellas la gracia <strong>de</strong>licada se hace<br />
salero chispeante; una sutil y <strong>de</strong>licada<br />
envoltura parece servir <strong>de</strong> ropaje<br />
a nuestras explosivas maneras.<br />
Tiene, pues, un enorme interés la<br />
reposición <strong>de</strong> estas obrítas que, junto<br />
a la pintura <strong>de</strong> Goya, son IOÍ<br />
mejores testigos <strong>de</strong> - aquella época.<br />
Lola Rodríguez <strong>de</strong> Aragón ba acertado<br />
también esta vez en el proyecto<br />
y en la realización que, para 1»<br />
cátedra Manuel <strong>de</strong> Falla <strong>de</strong> la Facultad<br />
<strong>de</strong> Filosofía y Letras, ba preparado<br />
con sus álumnas. Joaquín<br />
Rodrigo tuvo, pues, un <strong>de</strong>licioso apoyo<br />
para su» palabras ante Sos universitarios.<br />
!íl 1/ ' < •• ..<br />
la programación ha ido creciendo<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, hasta lograr el matiz<br />
peculiar que en la actualidad imprime<br />
a la Schola el Padre José I. Prieto.<br />
No se trata ya solamente <strong>de</strong> que<br />
la música litúrgica sea una música<br />
<strong>de</strong> calidad: se intenta, a<strong>de</strong>más, que<br />
no sea algo distinto <strong>de</strong> lo que exige<br />
la sensibilidad actual, sino que nazca<br />
<strong>de</strong> ella y con elementos suyos. Se<br />
trata <strong>de</strong> que lleguen a la música litúrgica<br />
los hallazgos expresivos y armónicos<br />
<strong>de</strong> Sa música <strong>de</strong> concierto.<br />
Para eso ha incorporado a los programas<br />
las escuelas más recientes, y<br />
en la Semana Santa pue<strong>de</strong>n escucharse<br />
los estilos más diversos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
Joaquín Prés hasta Messiaen.<br />
Uno <strong>de</strong> los números más interesantes<br />
son las propias composiciones <strong>de</strong>l<br />
Padre Prieto, <strong>de</strong> proporciones orquestales,<br />
en las que se aprovechan<br />
para la traducción musical <strong>de</strong> los<br />
textos litúrgicos los últimos recursos<br />
armónicos, sin retroce<strong>de</strong>r ante Jos<br />
politonismos más duros al oído. La<br />
implantación <strong>de</strong> esta música ha supuesto<br />
un gran esfuerzo pedagógico<br />
para lograr que los cantores (téngase<br />
en cuenta que la r litad son niños)<br />
se compenetren con ella. Pero el éxito<br />
se ha conseguido. Por su interés<br />
musical, el Padre Prieto es consi<strong>de</strong>rado<br />
en España y en el extranjero,<br />
principalmente en Alemania, como<br />
uno <strong>de</strong> los músicos religiosos más interesantes<br />
<strong>de</strong> nuestros días, situado<br />
en una vanguardia segura y serena,<br />
en la que le acompaña la Schola.<br />
Una <strong>de</strong> las características más personales<br />
<strong>de</strong>l coro <strong>de</strong> Comillas es su<br />
estilo <strong>de</strong> interpretación, su manera.<br />
Sus interpretaciones se han hecho célebres,<br />
porque no sólo se cantan perfectamente,<br />
sino que se rezan. De ahí<br />
proviene el ímpetu y calor <strong>de</strong> sus intervenciones,<br />
discernióles fácilmente<br />
entre cualesquiera otras interpretaciones.<br />
Fue el creador <strong>de</strong> este estilo<br />
tí Padrs Otaño, y se ha conservado<br />
hasta hoy, en que el Padre Prieto logra<br />
expresiones verda<strong>de</strong>ramente emotivas.<br />
La satisfacción mayor <strong>de</strong> la Schola<br />
Cantorum en sus bodas <strong>de</strong> oro es no<br />
haber sido nunca torre <strong>de</strong> marfil, sino<br />
que ha estado siempre al servicio <strong>de</strong><br />
todos, incitando a la renovación musical.<br />
Con el P. Otaño y su revista<br />
Música Sacro Hispana, fue el motivo<br />
inmediato <strong>de</strong> la restauración musical<br />
litúrgica española: su nombre es<br />
proverbial cuando se trata <strong>de</strong> la restauración.<br />
Con el Padre Prieto sigue<br />
<strong>de</strong>cididamente este camino. El Padre<br />
Prieto, vicepresi<strong>de</strong>nte internacional<br />
<strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración Pueri Cantores, con<br />
se<strong>de</strong> en París, ha difundido por España<br />
esta ejemplar Fe<strong>de</strong>ración, y en la<br />
actualidad son más <strong>de</strong> doscientos los<br />
coros parroquiales españoles que reciben<br />
gratuitamente partituras selectas<br />
y orientaciones: su número uece<br />
rápidamente. Des<strong>de</strong> hace algún tiempo<br />
las Ediciones Schola Cantorum<br />
publican obras diversas y reparten el<br />
interesantísimo fondo musical <strong>de</strong> la<br />
casa Schwann alemana. Pero quizá<br />
<strong>de</strong> más valor que todo eso son los<br />
contactos personales con los numerosos<br />
amigos que pi<strong>de</strong>n consejo, brindando<br />
a la Schoia su confianza y simpatía.<br />
A todos ayuda la Schola en la<br />
medida <strong>de</strong> sus fuerzas, confiando en<br />
que pronto, mejorado el ambiente<br />
musical <strong>de</strong> cada español, se ha <strong>de</strong> elevar<br />
el nivel musical <strong>de</strong>l culto. Mientras<br />
tanto sus ciento sesenta voces<br />
cantan y rezan para que así sea.<br />
CARLOS ALONSO MONHEAL<br />
15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954
'•^OLEMOS ROLEMOS •dar<br />
coma razón do nuestras<br />
W inhibícioj ibíciones y nuestras actitu<strong>de</strong>s, re-<br />
*—' traídas o reservadas, la <strong>de</strong> que tememos<br />
al ridículo, la <strong>de</strong> que no queremos<br />
que se rían <strong>de</strong> nosotros los <strong>de</strong>más. Hay<br />
un estilo <strong>de</strong> conducta social, la <strong>de</strong>l tímido,<br />
la <strong>de</strong>l encogido, la <strong>de</strong>l acorado, que<br />
nun<strong>de</strong> sus raíces precisamente en el temor<br />
a que los <strong>de</strong>más se rían <strong>de</strong> él. Y.<br />
pensando en ello, el tímido, el retraído,<br />
se autoinducen y aumenta su azoramien-<br />
-Ú y su timi<strong>de</strong>z en un circuito que sube<br />
por momentos <strong>de</strong> voltaje. No se confunda<br />
el tímido con el melancólico, el triste<br />
o el resentido, que no so apartan por temor<br />
al ridículo, sino por inapetencia <strong>de</strong><br />
vida social o por 1 odio. Eí tímido es social<br />
y añora la vida social cuando está<br />
lejos <strong>de</strong> ella; pero teme a! ridículo. Tampoco<br />
<strong>de</strong>bemos confundir al tímido con ei<br />
pudor <strong>de</strong> ¡a mujer y su manifestación m •<br />
gánifa más visible: el rubor. La muje:<br />
pudorosa se ruboriza; el tímido se azor;!,<br />
se pone nervioso. Por otra parte, no lodo<br />
el que percibe io ridiculo en los <strong>de</strong>más<br />
se ríe. Hay quien ve lo ridículo ajeno<br />
y se irrita, y hay .quien io ve y se compa<strong>de</strong>ce<br />
o se pone melancólico y meditativo,<br />
y hay quien se sonrío nada más.<br />
¿Hay. pues, ridículo hasta cuando c-l sujeto<br />
ridiculizante no hace reír?<br />
¿Quién hace el ridiculo? Hay quien<br />
quiere exhibirse ante ¡os <strong>de</strong>más, y, pavoneándose,<br />
provoca la admiración y el pasmo.<br />
Pero como resulta que hay mucha<br />
distancia entre lo que se propone esa persona<br />
y su <strong>de</strong>smedrada realidad, entre lo<br />
que os y lo que quiere parecer, brota el<br />
ridículo. Cuanto mayor soa la distancia<br />
entre lo buscado y lo quo pue<strong>de</strong> conseguir,<br />
según los medios empleados; cuanto<br />
más <strong>de</strong>sproporcionados o disparatados<br />
sean los medios con que cuenta para conseguir<br />
el resultado, más intenso es el ridículo<br />
que se produce. Es ridículo el anciano<br />
que corteja a una muchacha, y el<br />
orador ampuloso que no dice más que<br />
vacieda<strong>de</strong>s, y el poeta que se cree inspirado<br />
por Ja gracia poética y es vulgar y<br />
mimélko. Y es ridículo Tartarín <strong>de</strong> Tarascón<br />
cargado <strong>de</strong> pertrechos venatorios<br />
para cazar a un mínimo pajarillo. Pero<br />
también para hacer eJ ridiculo, para hacer<br />
reír, hay que contar con ios <strong>de</strong>más,<br />
hay que reflejarse socialmente en alguien<br />
que se ría o se sonría y sub-ría.<br />
Pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r que, a pesar <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>saprobación<br />
<strong>de</strong> medios a fines, sea tanta<br />
la sinceridad y tanto el entusiasmo por<br />
¡a empresa y tanto el i<strong>de</strong>a! buscado al<br />
filtrar en la situación ridicula., quo más<br />
que la risa brote la sonriza, un reír transido<br />
do ternura y compasión. Tal os el caso<br />
<strong>de</strong> Don Quijote, que, con una celada <strong>de</strong><br />
cartón y un yelmo que es bacía <strong>de</strong> barbero,<br />
sale a escribir la más gran<strong>de</strong> epopeya<br />
y a Instaurar la justicia sobre la<br />
Tierra... El que encuentra ridículo a Don<br />
Quijote y se ríe <strong>de</strong> él a carcajadas está<br />
Ifimbién haciendo el ridiculo e inspirando<br />
alguna compasión, por eso <strong>de</strong> que el ridiculo<br />
os biselado, <strong>de</strong> doble signo... Cuando<br />
vemos a Don Quijote salir <strong>de</strong> Ja al<strong>de</strong>a,<br />
al amanecer, hilvanando razones y propósitos<br />
grandiosos, una onda <strong>de</strong> ternura se<br />
nos dispara <strong>de</strong>l corazón hacia él. No experimentamos<br />
entonces jovialmente su ridículo,<br />
sino la compasión crecida por el<br />
hombre bueno, <strong>de</strong>smesurado, generoso y<br />
hondo. Sólo los tontos y los superficiales<br />
pue<strong>de</strong>n verle ridículo, y son ellos ios que<br />
se ríen, los vainas y los turulatos, por no<br />
saber calar tanta generosidad humana<br />
ni catar tanta gran<strong>de</strong>za inocente. En ese<br />
caso, los ridículos son precisamente los<br />
que se ríen viendo ridiculo lo que no<br />
lo es.<br />
Asi también ocurre en la vida social.<br />
Muchas veces hemos do tener la valentía<br />
<strong>de</strong> saber afrontar el ridiculo para los que<br />
se ríen <strong>de</strong> todo, porque no pue<strong>de</strong>n ni saben<br />
hacer otra cosa. Y por r.o saber otra cosa,<br />
lo mismo ven ridículo al hombre extraordinario<br />
que al maja<strong>de</strong>ro que disparata<br />
con sus proyectos y sus imaginaciones.<br />
Sólo toman en serio al hombre mediocre<br />
que representan a mediocres como<br />
ellos mismos. Hay quien hace ol ridículo<br />
porque los bobos y los tontainas son inca-<br />
ATENEO<br />
paces <strong>de</strong> ver la hondura y la riqueza humana<br />
<strong>de</strong> un hombre <strong>de</strong> altura. Precisamente<br />
son los memos y casquivacíos los<br />
que toman con rechifla los gestos más<br />
nobles y las empresas más hondas y ricas.<br />
Y entonces <strong>de</strong>bemos pensar que el<br />
que no es capaz <strong>de</strong> afrontar el ridículo<br />
ante los mediocres y los necios es quo es<br />
también necio o mediocre. Son los mediocres<br />
y los tontilocuelos, los maja<strong>de</strong>ros y<br />
vacíos <strong>de</strong> corazón y <strong>de</strong> cabeza, lo¿ que<br />
se ríen <strong>de</strong> Don Quijote, como se ríen <strong>de</strong>l<br />
sabio y <strong>de</strong>l santo, como se rieron <strong>de</strong> Colón<br />
el visionario o <strong>de</strong> Pablo el vi<strong>de</strong>nte<br />
con calentura. Los tontos y los señoritos<br />
adocenados son los que se ríen <strong>de</strong> los<br />
Apóstoles y los que apedrean entre car-<br />
cajadas a Francisco <strong>de</strong> Asís, que predicaba<br />
la Santa Pobreza. Fueron los tontos o<br />
los malvados los que vieron ridículo a<br />
Jesús y le pusieron el epígrafe <strong>de</strong> ridículo<br />
: I. N. R. I.<br />
¡Ay <strong>de</strong> los que no saben hacer y afrontar<br />
alguna vez el ridículo ante la plebe,<br />
ante la muchedumbre <strong>de</strong> tontos y <strong>de</strong> maja<strong>de</strong>ros,<br />
aunque sean sabios como los escribas<br />
y ostenten cátedras y se empinen<br />
y ahuequen para dictaminar!<br />
Unamuno <strong>de</strong>cía: "Hay un terrible ridiculo,<br />
y es el ridículo ante sí mismo y<br />
para consigo..." Y para fortificarse contra<br />
el ridículo ante los <strong>de</strong>más, y para no hacer<br />
el ridículo ante sí mismo, se acogía<br />
al hombre bueno y gran<strong>de</strong> que nunca hi-<br />
zo el ridículo, a Don Quijote: "Esta es<br />
mi filosofía <strong>de</strong>l sentimiento como <strong>de</strong> la<br />
vida: gozar <strong>de</strong> sentirse ridículo. Pues es<br />
divino placer reirme yo <strong>de</strong> los que <strong>de</strong> mi<br />
se ríen."<br />
PUDOR, COQUETERÍA Y RIDICULO. -<br />
El sentimiento <strong>de</strong> ridículo es complicadillo.<br />
El sujeto se siente mínimamente agredido;<br />
pero agredido <strong>de</strong> algún modo por<br />
los <strong>de</strong>más. Y no por culpa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más,<br />
sino <strong>de</strong> si mismo. Temer el ridículo no es<br />
temer un ataque contra nosotros sí no tememos<br />
que en vez <strong>de</strong> atacarnos se nos<br />
rían. Por eso, en el que se siente risible<br />
hay un vago apunte o conato <strong>de</strong> contraatacar;<br />
pero como no hay claro ataque<br />
a que respon<strong>de</strong>r, el apunte, el conato cíe<br />
respuesta, no pasa <strong>de</strong> un impulso que nace<br />
muerto. Por eso, el ridiculizado consciente<br />
<strong>de</strong> su ridículo, se muestra torpe<br />
<strong>de</strong> movimientos, con ten<strong>de</strong>ncia a "quedarse<br />
parado"; pero a la vez esa ten<strong>de</strong>ncia<br />
no triunfa <strong>de</strong>l todo en él, y el ridiculizado<br />
se pone nervioso, se azora, creciendo el<br />
azoramiento, con la conciencia <strong>de</strong> la burla<br />
o risa que provoca y <strong>de</strong> la inhabilidad<br />
propia para una respuesta a<strong>de</strong>cuada que<br />
recomponga y normalice la situación hasta<br />
extirparle su ridiculez. Se da, pues, una<br />
mezcla <strong>de</strong> "reflejo <strong>de</strong> inmovilización" y<br />
<strong>de</strong> terremoto <strong>de</strong> gestos o "tempestad <strong>de</strong><br />
movimientos", todo lo cual respon<strong>de</strong> a<br />
sentimientos primarios, como son la voluntad<br />
<strong>de</strong> entrega y sacrificio, oriundos<br />
<strong>de</strong>l principio femenino, y la voluntad <strong>de</strong><br />
ataque y <strong>de</strong> protesta originado <strong>de</strong> lo varonil.<br />
Ni el hombre que se dice totalmente<br />
seguro <strong>de</strong> si, ni el niña, ni el hombre<br />
radicalmente ingenuo sienten el ridículo.<br />
Pero hay formas matizadas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el que<br />
tropieza con todo y tartamu<strong>de</strong>a en continuo<br />
sentimiento <strong>de</strong> ridículo, hasta el que<br />
se inmoviliza sin sabor qué hacer, qué<br />
pensar ni qué <strong>de</strong>cir. De una parte, ten<strong>de</strong>ncia<br />
a ia protesta; <strong>de</strong> otra, una actitud<br />
ofertiva <strong>de</strong> in<strong>de</strong>fensión. Y ahí colinda<br />
con el pudor.<br />
Porque el pudor es también un acor<strong>de</strong><br />
sentimental, en el que suenan a la vez<br />
la entrega y la protesta, la doble anhelación<br />
<strong>de</strong> sacrificarse y <strong>de</strong> resistir. En el<br />
pudor hay un vago y oscuro afán <strong>de</strong> protesta,<br />
y contra lo que se cree, no es un<br />
sentimiento pura y genuinamente femenino,<br />
en el sentido <strong>de</strong> que sólo florezca en<br />
las femenida<strong>de</strong>s absolutas, suponiendo que<br />
tales femenida<strong>de</strong>s se dieran en la realidad.<br />
Pero precisamente el hecho <strong>de</strong> que<br />
las femenida<strong>de</strong>s absolutas no se dan en<br />
la vida humana, y hay, sin embargo, seres<br />
muy pudorosos, nos está indicando que<br />
no es precisamente en lo femenino absoluto<br />
don<strong>de</strong> germina y brota el pudor.<br />
Ninguna honda y completa femineidad, si<br />
se produjera en términos absolutos, senliria<br />
pudor, sino que se entregaría al varón<br />
con todas las inocencias. Ese aflujo y<br />
aventamiento <strong>de</strong> toda la sangre agolpándose<br />
en el rostro, con un vago temblor<br />
<strong>de</strong> todo el sistema orgánico, y ese bajar<br />
iento <strong>de</strong> los párpados para encerrarse<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sí misma, y ese inmovilizarse<br />
en actitud <strong>de</strong> ser sorprendida (subprenilida),<br />
indica que haya sentimientos e impulsiones<br />
mixtas, que <strong>de</strong> una parte se está<br />
ofreciendo el sacrificio y <strong>de</strong> otra se<br />
está rehuyendo. La mujer percibe sus<br />
sentimientos <strong>de</strong> pudor como un oleaje levantado<br />
en ella por sentimientos encontrados.<br />
Por eso ese sentimiento doble se<br />
da también en el niño, aunque no en forma<br />
<strong>de</strong> pudor, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> sentimiento<br />
equívoco, <strong>de</strong> actitud sexual, sino que el<br />
niño lo experimenta como vergüenza, como<br />
afán <strong>de</strong> confiarse y <strong>de</strong> rehuirse con<br />
temor. La vergüenza está más cerca <strong>de</strong>l<br />
respeto que <strong>de</strong>l pudor.<br />
Pero tampoco confundamos el pudor,<br />
la actitud pudorosa, con la coquetería;<br />
también en la coqueta hay un doble juego<br />
<strong>de</strong> darse y rehuirse, <strong>de</strong> ofrecerse y negarse;<br />
pero mientras en el pudor se respon<strong>de</strong><br />
así, con ambivalencia <strong>de</strong> sentimientos<br />
e impulsos a un posible o real<br />
ataque <strong>de</strong> un ejemplar <strong>de</strong>l sexo masculino,<br />
en la coquetería es la coqueta quien toma<br />
la iniciativa y la actitud <strong>de</strong> agresión<br />
contra el sexo contrario, que es, en efecto,<br />
percibido como "contrario", como enemigo.<br />
Y es al sexo enemigo al que la coqueta<br />
dispara sus coqueterías. Por eso la<br />
mujer coqueta nos parece siempre algo<br />
intersexual y agresiva.<br />
Del mismo modo, el sentimiento <strong>de</strong>l ridículo<br />
es una respuesta ambigua. Si ninguna<br />
feminidad completa siente pudor<br />
(aunque no se da nunca, repito, plena y<br />
completa feminidad en la vida real), también<br />
hemos <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que ninguna mujer<br />
<strong>de</strong> riquísima femineidad experimental el<br />
sentimiento <strong>de</strong>í ridiculo. Y tampoco la experimenta<br />
ningún varóB claro y <strong>de</strong>cisivo.<br />
El sentimiento <strong>de</strong>l ridiculo nace <strong>de</strong> la<br />
(Pasa a la pág. siguiente.)
(Viene <strong>de</strong> la pág. anterior.)<br />
ambigüedad interior, <strong>de</strong> la escasa confianza<br />
en si mismo, y <strong>de</strong> vivir continuamente<br />
haciendo recaer sobre la propia imagen<br />
sospechas y recelos críticos.<br />
Pero Ja gran femineidad es toda inocencias<br />
y se ignora suficientemente a sí<br />
misma para po<strong>de</strong>r autocritiearse. Por su<br />
parte, la gran varonía tampoco se critica<br />
o pone en cuestión a sí misma, no<br />
por inocencia, sino porque es y se siente<br />
fuerza ciega y se basta lo suficiente para<br />
tener confianza en sí. Recordamos que<br />
un lema universal <strong>de</strong> toda actitud masculina,<br />
es "la confianza en sí mismo".<br />
Quien os inocente con toda inocencia,<br />
quien tiene plena confianza en sí mismo,<br />
no viven la noción <strong>de</strong>l ridículo. En cambio,<br />
el azoramiento, el sentimiento <strong>de</strong> ser<br />
risible (por torpe, por feo, por incapaz, tít -<br />
eétera), es propio <strong>de</strong> varones y mujeres<br />
fuertemente heridos <strong>de</strong>l otro sexo. El que<br />
se siente continuamente en ridículo se<br />
resiente; es que el sentimiento se le está<br />
volviendo resentimiento, pero para llegar<br />
al resentimiento no faltan impulsos agresivos.<br />
LO RIDICULO Y EL SKNTIDO.- Ridículo<br />
quiere <strong>de</strong>cir lo que es risible, lo<br />
que hace reír, <strong>de</strong>spertando, en ios <strong>de</strong>más,<br />
un afán <strong>de</strong> chistes, <strong>de</strong> sátiras y sarcasmos,<br />
es <strong>de</strong>cir, avivando en los otros el<br />
impulso <strong>de</strong> agresión verbai, que es ajeno<br />
a la marca <strong>de</strong>l sentimiento <strong>de</strong> ridículo<br />
Ique se viste como la vergüenza y se<br />
<strong>de</strong>snuda como el pudor), y se manifiesta<br />
en perplejida<strong>de</strong>s y en ios terremotos <strong>de</strong>l<br />
azoramiento y la nerviosidad incontroladas.<br />
El que se siente ridículo, se siente<br />
débil, in<strong>de</strong>ciso, sofocado, impotente para<br />
dominar la situación, y teme que la agresión<br />
ajena se producirá en forma <strong>de</strong> risas,<br />
pullas y frases, a la vista <strong>de</strong> su inferioridad<br />
ridicula.<br />
Todo lo que es ridiculo — ritU-culus — ,<br />
Jo es porque hace reír, pero hay cosas<br />
que hacen reír y no son ridiculas: por<br />
ejemplo, el sentirse feliz. A<strong>de</strong>más hay que<br />
<strong>de</strong>terminar qué es lo que hace reír a los<br />
hombres, cosa que bien ahondada supone<br />
toda una teoría filosófico-antropológira,<br />
no ya <strong>de</strong> la risa, sino <strong>de</strong>l fenómeno <strong>de</strong><br />
todo lo cómico, que es un fenómeno específicamente<br />
humano. Pero, a<strong>de</strong>más, lo<br />
ridiculo, lo risible y cómico no están ahi<br />
en las cosas, como está el color, la dureza<br />
o la presencia física <strong>de</strong> ellas, pues<br />
si así fuera no sólo habría unánime consenso<br />
humano sobre lo que es risible y<br />
¡o que no lo es, sino que hasta los animales<br />
percibirían y hasta experimentarían<br />
lo risible, riéndose, quizá, hasta <strong>de</strong>l<br />
hombre, que es, en efecto, el ser que más<br />
hace reír; pero los animales no se ríen<br />
ni se percatan <strong>de</strong>l lado ridiculo <strong>de</strong>l hombre,<br />
quizá afortunadamente para el hombre.<br />
Mas los hombres sí se encuentran<br />
con mucha frecuencia y reciprocamente<br />
ridículos, se ríen muchas veces unos <strong>de</strong><br />
otros con razones y sin ellas, y más sin<br />
razón que con razones, pues es justamente<br />
el hombre poco racional, no razonable, el<br />
que es tonto y mentecato, el que más se<br />
ríe <strong>de</strong> ios <strong>de</strong>más. Y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el otro lado,<br />
el <strong>de</strong>spropósito, el disparate y la sinrazón<br />
lo que a torios nos hace reír. La risa<br />
(cuando no es sonrisa <strong>de</strong> bienaventurado,<br />
cuando es risa <strong>de</strong> plenitud <strong>de</strong> sí<br />
mismo y no <strong>de</strong> la <strong>de</strong>fección <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más),<br />
la risa, digo, siempre envuelve,<br />
por mínimo que sea, algún modo <strong>de</strong> hostilidad.<br />
Hay un reír a. otro para alegrarle,<br />
halagarle, satisfacerle, con risa o sonrisa<br />
que brotan, en el riente, <strong>de</strong>l sentimiento<br />
<strong>de</strong>l gozo <strong>de</strong> sí mismo. Así ocurre<br />
L'on la madre que ríe o sonríe ai hijo, o<br />
la mujer al amado, o el santo en éxtasis<br />
ÍÍ Dios. Pero hay también un reírse <strong>de</strong><br />
otro que es ya una forma indirecta <strong>de</strong><br />
igresión, <strong>de</strong> menosprecio, <strong>de</strong> <strong>de</strong>svaloración<br />
y rebaja, como ocurre en ta risa <strong>de</strong>spectiva<br />
y en la carcajada sarcástica; o<br />
bien hay quien se ríe <strong>de</strong> otro por verle<br />
inferior y <strong>de</strong> conducta <strong>de</strong>sacertada y es-<br />
.•asamente raciona!, como ocurre con la<br />
risa que nos producen los tontos, los<br />
zafios y los payasos. En fin <strong>de</strong> cuentas,<br />
la inferioridad que le encontramos es lo<br />
que nos hace reír.<br />
Pero en todo caso, el que se ríe abre<br />
las espitas <strong>de</strong> la alegría, que es signo <strong>de</strong><br />
vitalidad. La vida, en plenitud <strong>de</strong> bienestar,<br />
se abre en iluminación <strong>de</strong> risa. La<br />
vida en sí no es grave ni taciturna, sino<br />
espumosa y <strong>de</strong>sbordante como el champaña.<br />
En cambio, la razón, el mundo intelectual<br />
es grave: el gran racionalista no<br />
se ríe; pero no se trata <strong>de</strong> la ya vieja<br />
cuestión <strong>de</strong> que la razón y la vida se<br />
contrapongan, sino <strong>de</strong> que el hombre, como<br />
el espíritu, tiene dos sexos o vertientes,<br />
y uno <strong>de</strong> ellos, el principio mágico,<br />
tien<strong>de</strong> a la risa, mientras el otro, el principio<br />
lógico, tien<strong>de</strong> al ataque. Y como los<br />
principios se dan interferidos en el hombre,<br />
surgen los grados y matices <strong>de</strong> lo<br />
risible y ridículo, en que ¡a risa y la sonrisa<br />
se tornasolan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo inocente hasta<br />
lo francamente agresivo. La vaporosidad,<br />
la ligereza son profundamente femeninas,<br />
porque lo femenino es ingrato y,<br />
aleteante, tien<strong>de</strong> al sobreestar y al vuelo,<br />
como tien<strong>de</strong> a la risa. Una mujer sin<br />
risa es mujer disminuida <strong>de</strong> femineidad, y<br />
.se <strong>de</strong>smiente como tal. Un varón riente,<br />
sin gravedad, es, como varón, un <strong>de</strong>caído,<br />
un frivolo, y la frivolidad es ei modo<br />
<strong>de</strong> gravedad <strong>de</strong>i ser femenino.<br />
El principio lógico y el principio mágico<br />
en el hombre matrimonian y constituyen<br />
unidad cuando el hombre está bien<br />
integrado en armonía y unanimidad interior.<br />
Pero distinguir como principio no es<br />
separar como realida<strong>de</strong>s. Y por eso cabe<br />
<strong>de</strong>cir que el principio lógico representa la<br />
severidad y la seriedad y el principio mágico<br />
significa el sentido <strong>de</strong> la risa. Y como<br />
lo que <strong>de</strong>spierta la risa es ciertamente<br />
lo ridiculo, hay que señalar qué es lo<br />
que la <strong>de</strong>spierta en cada uno <strong>de</strong> los tiempos<br />
humanos.<br />
Digamos, por <strong>de</strong> pronto, que <strong>de</strong>spierta la<br />
risa aquello que carece <strong>de</strong> sentido, pero<br />
digamos también que si carece totalmente<br />
<strong>de</strong> sentido no hay risibilidad. Es ridiculo<br />
que, habiendo algo que no tiene<br />
en realidad sentido, se obtiene en parecer<br />
que sí lo tiene. Lo inteligible y racional<br />
nunca es ridículo. Lo ridiculo empieza en<br />
lo que se viste <strong>de</strong> racional y resulta <strong>de</strong><br />
pronto que no lo es. Ese "<strong>de</strong> pronto" es<br />
dato <strong>de</strong> gran valía para que brote la risa,<br />
a la vista <strong>de</strong>l lado frustrado o ridículo.<br />
Lo que se "ve venir" amortigua el chiste;<br />
lo que se sospecha y antesabe disminuye<br />
la risibilidad. Y es que la razón mata<br />
la risa, que es, sobre todo, espontaneidad.<br />
Lo que no tiene sentido y preten<strong>de</strong> tenerlo<br />
resulta ridiculo, aunque no alumbre<br />
risas, porque quien ¡o percibe no tenga<br />
riqueza bastante para reír. Todo lo que<br />
pertenece al mundo mágico, como el<br />
amor, la ceremonia religiosa, el mundo<br />
<strong>de</strong> lo poético, resulta ridiculo a una consi<strong>de</strong>ración<br />
meramente lógica, aunque no<br />
se ría el que consi<strong>de</strong>ra y se limite a un<br />
comentario crítico. Para el que analiza y<br />
razona todo, nada hay digno y respetable<br />
en el mundo <strong>de</strong> lo mágico, antes bien,<br />
todo ello le parece bufo y <strong>de</strong> ficción, aunque<br />
no precisamente risible, porque el<br />
hombre extremadamente lógico, el gran<br />
racionalista, tiene secas las fuentes <strong>de</strong> la<br />
risa; en cambio, para el hombre <strong>de</strong> rico<br />
pensamiento mágico, todo lo perteneciente<br />
al mundo lógico, le parece, sí, serio y solemne,<br />
pero, por eso mismo, porque le parece<br />
que hay <strong>de</strong>sproporción entre tanta<br />
seriedad como se busca y la parvedad <strong>de</strong><br />
lo que se logra, surge lo risible. Para el<br />
poeta lírico, como para la mujer en general<br />
y para el creyente, pasarse horas<br />
ante una pizarra, haciendo números y garabatos<br />
raros, es cosa <strong>de</strong> maniáticos y tocados,<br />
suficiente para mover la risa y la<br />
burla. Y no se atribuye esa risibilidad o<br />
ridiculez a que el hombre mágico se haya<br />
situado ante algo que le es ininteligible,<br />
pues más bien el hombre mágico ama<br />
y gusta lo que no pue<strong>de</strong> ser comprendido<br />
y <strong>de</strong>scifrado. Garabatos análogos a los<br />
<strong>de</strong>l matemático los halla en el astrólogo<br />
y el alquimista, y no le san ridículos, sino<br />
más bien encantadores, agra<strong>de</strong>ciéndoles<br />
el encantamiento. Precisamente lo misterioso<br />
y esotérico le parece al hombre mágico<br />
lo más inteligible y digno <strong>de</strong>l hombre.<br />
Así, el creyente <strong>de</strong> mucha hondura<br />
halla más inteligibilidad en un mundo<br />
creado misteriosamente que en la teoría<br />
científica más completa.<br />
Por eso, repito, que todo lo que no tiene<br />
sentido resulta ridículo. Pero "tener<br />
sentido" no es ser inteligible, si por inteligible<br />
se entien<strong>de</strong> ser racional; "tener<br />
sentido" una cosa para mí, significa que<br />
esa cosa tiene mi sentido, e! sentido <strong>de</strong><br />
mi vida. Y lo que entra en mi vida y se<br />
impregna <strong>de</strong> mi sentido no es ridiculo<br />
para mi. Es ridicula la matemática y la<br />
filosofía silogística y racionalista para<br />
el hombre mágico, porque no entra en el<br />
sentido <strong>de</strong> su vida. Y son ridiculas la poesía,<br />
la música, y el amor y la ceremonia<br />
religiosa para el hombre arehüógico, rumiante<br />
que todo lo teorematiza, y cree<br />
que probar no es catar, ni siquiera mostrar,<br />
sin <strong>de</strong>-mostrar, porque otra cosa no<br />
tiene sentido para él. Y así resulta reduplicadamente<br />
cómica aquella preguntita<br />
<strong>de</strong>l sabio matemático que acaba <strong>de</strong> escuchar<br />
la Quinta Sinfonía <strong>de</strong> Beethoven;<br />
"Bien, ¿pero qué «os ha <strong>de</strong>mostrado el<br />
músico con ello?<br />
Saber -lo que <strong>de</strong>be ser el saber"con<br />
plenitud y hondura, no el saber cortical<br />
y roedor— es un hambre universal <strong>de</strong><br />
hallar sentido a las cosas, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> incorporar<br />
tosas a nuestro sentido. Saber<br />
para hallar sabor. Por eso el sabio no es<br />
el que más cosas sabe, sino que las sabe<br />
con más hondura, porque las impregna<br />
<strong>de</strong>l profundo sentido <strong>de</strong> su vida. El erudito<br />
verda<strong>de</strong>ro, el atascado <strong>de</strong> vocablos,<br />
Fechas, datos, números, sin llegar a una<br />
síntesis viva, no es un sabio. Y por eso<br />
el sabio no se ríe, aunque encuentre muchas<br />
cosas banales, frivolas, elevadas a<br />
trascen<strong>de</strong>ntales, y cosas, frases, sin valorar<br />
<strong>de</strong>bidamente por los hombres. Si sé<br />
diera un hjrnbre que a todas las cosas<br />
les encontrara su sentido, es <strong>de</strong>cir, un<br />
hombre que impregnara todas las cosas<br />
<strong>de</strong>l profundo sentido <strong>de</strong> su ser, ese hombre,<br />
nada encontraría ridículo y <strong>de</strong> nada<br />
se reiría. Por eso Dios no se ríe, aunque<br />
quizá sonría paternalmente muchas veces<br />
ante las ridiculeces <strong>de</strong> los hombres.<br />
, ¡ ON Francisco Maldonado <strong>de</strong><br />
Guevara ha publicado un libro<br />
titulado «Cinco salvaciones».<br />
Estas salvaciones parece que equivalen<br />
a lo que se viene <strong>de</strong>nominando<br />
«ensayos» en el ámbito<br />
científico - filosófico - literario d e<br />
hoy. i'ara justificar esta posible<br />
equivalencia entre «ensayos» y<br />
«salvaciones», el señor Maídonado<br />
se echa a la busca <strong>de</strong> prolijas<br />
razones <strong>de</strong> no muy vigorosa conexión<br />
con el tema y nos habla <strong>de</strong><br />
muchísimas cosas: <strong>de</strong> los verbos<br />
latinos «salvare», «salvere» y «salutare»,<br />
y <strong>de</strong> lo que es salvación<br />
CABA<br />
personal y lo que es peligro, <strong>de</strong><br />
la técnica y <strong>de</strong> la industria, <strong>de</strong>l<br />
humanismo que es «restauratio»<br />
y <strong>de</strong>l barroco que es «reformativo»,<br />
aunque <strong>de</strong> una «reforma catóiica<br />
con sentido opuesto a la protestante».<br />
Empieza el libro con un llamado «Prólogo en la salvación», en e!<br />
que, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> aquellas CGSUW a que acabo <strong>de</strong> aludir, echa por <strong>de</strong>lante<br />
que trata <strong>de</strong> ceñirse con toda ortodoxia al concepto <strong>de</strong> «ensayo», según<br />
lo l»a dado Ortega, esto es, como «la ciencia menos la prueba explícita»,<br />
<strong>de</strong>finición que a mí me parece bastante <strong>de</strong>safortunada. Con ese concepto<br />
<strong>de</strong> «ensayo» quiere emparejar el (le «salvación», que, según el señor Maldonado,<br />
es «una operosa y lograda parición». Pero <strong>de</strong>sconcierta un poquito<br />
cuando reconoce que «Ortega, en 1914, no propugna <strong>de</strong> ninguna manera<br />
el < r ensayo», sino <strong>de</strong> modo muy explícito la salvación». «La salvación<br />
que presupone la consumación <strong>de</strong>l riesgo, <strong>de</strong>i peligro, <strong>de</strong>l ensayo.<br />
Y en esto estriba la originalidad <strong>de</strong> Ortega. Quiere salvaciones.» «El<br />
ensayo e« pura él otra cosa.» Y, sin embargo, aduce el texto orteguiano<br />
<strong>de</strong> 191'V, en que dice: «Son (los ensayos) lo que un humanista <strong>de</strong>l siglo<br />
XV11 hubiera <strong>de</strong>nominado salvaciones. Se busca en ellos lo siguiente:<br />
dado un hecho (un hombre, un libro, un cuadro, un paisaje, un error,<br />
un. dolor), elevarlo por el camino más corto a la plenitud <strong>de</strong> su significado.»<br />
«Colocar las materias <strong>de</strong> todo or<strong>de</strong>n que la vida, en su resaca<br />
perenne, arroja a nuestros pies, como restos inhábiles <strong>de</strong> un naufragio,<br />
en postura tal, que dé en ellas el sol innumerables reverberaciones.» «Lo<br />
Importante es que el tema sea puesto en relación inmediata con las<br />
corrientes elementales <strong>de</strong>l espíritu, con los motivos clásico!' <strong>de</strong> la humana<br />
preocupación. Una vez entretejidos con ellos queda transformado, trasiistanciado,<br />
salvado.» En Ortega se ve muy clara la i<strong>de</strong>a; pero en el<br />
señor Maldonado <strong>de</strong> Guevara, no. La oscurece con sus distingos, sus<br />
digresiones y sus filologías. No sabe si el ensayo es o no lo mismo que<br />
lan salvaciones, porque no sabe qué <strong>de</strong>cir «<strong>de</strong> la naturaleza poco <strong>de</strong>terminad.-!<br />
<strong>de</strong>l ensayo. El cual sólo admite y exige la responsabilidad moral,<br />
y ito aquellas otras <strong>de</strong> que en realidad el ensayista carece, por lo que<br />
se llama a un fuero <strong>de</strong> la libertad artística, que viene a ser como un<br />
asilo para los incapaces <strong>de</strong> «configuración» (gestaltización) artística ><br />
pensamental» (pág. 261). Tampoco sabe a qué quedarse con el concepto<br />
<strong>de</strong> «salvación» en Nietzsche y en Ortega.<br />
El lector ha <strong>de</strong> permitirme que yo también «ensaye», que no dé «la<br />
prueba explícita» <strong>de</strong> mis asertos. No tengo espacio y me quedo con las<br />
ganas. Se trata <strong>de</strong> un libro <strong>de</strong> salvaciones con cinco ensayos sobre Fray<br />
Luis <strong>de</strong> León, Gradan, Saavedra Fajardo, Don Juan y sobre Don Quijote<br />
y Fausto, en los que, a vuelta <strong>de</strong> divagaciones, digresiones y vagabun<strong>de</strong>os<br />
verbales, no se dice nada o casi nada <strong>de</strong> interés. Un libro con<br />
«Cinco salvaciones», en que el autor, por mucho que ensaya, y reitera, y<br />
rebusca, no se salva. Es un libro abstruso (oscuro o escondido), difuso<br />
(vago, <strong>de</strong>rramado o disuelto), profuso (frondoso) y confuso (liado y<br />
revuelto con sus propias i<strong>de</strong>as y palabras). ¡Cuántas notas eruditas traídas<br />
a gavilla, mal configurada por la cintura! ¡Cuánto saber inútil, cuánto<br />
no saber <strong>de</strong> verdad o cuánto mal saber hay en este libro! Cuando el<br />
autor no tiene nada propio que <strong>de</strong>cir, todo lo dilata y a<strong>de</strong>lgaza <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as<br />
hasta el iimembranamiento, hablando aflojadamente, con vaguísimo remolonear,<br />
que hace molesta la lectura. En el ensayo sobre Tenorio y Tanhaüser,<br />
hay aciertos en la dicción y en la expresión. También se encuentran<br />
en otros sitios. Cuando el autor abunda en i<strong>de</strong>as, las escoge, las<br />
nanea y escuadrona, y logra belleza en párrafos vistosos, grifos y triunfales.<br />
Pero cuando no es así, ¡qué cosas, unas veces <strong>de</strong>sceñidas, otras<br />
ajustadillas y casi siempre arbitrarias!<br />
Se hacen etimologías como ésta: «Crédulo (cor-dare) quiere <strong>de</strong>cir e]<br />
que da el corazón, todo su corazón, en el soliloquio.» Otras veces el<br />
idioma parece que se encabrita, no se sabe si por mal cabalgado <strong>de</strong> las<br />
i<strong>de</strong>as o por otra causa. He aquí unas muestras: «El i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> Rousseau<br />
y su energética es cinemática, vista y medida; no es dinámica, oculta<br />
y, por tanto, misteriosa.» Aludiendo, creo, a Voltaire, dice: «La ansión<br />
<strong>de</strong> absolutidad toma una curva que se resuelve sobre sí misma en espiral,<br />
<strong>de</strong> manera original e inesperada.» Y en otra parte: «El análogo emblemático<br />
se verifica en los analogados con expresión dispar, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong><br />
manera diversa, la cual es, en unos casos, en virtud <strong>de</strong> su diversidad,<br />
proporcionalmente idéntica, y en otros, en virtud <strong>de</strong> la misma diversidad,<br />
específica y con-positivamente complementaria.» Paso sobre otras páginas,<br />
incluso aquella en que se dice: «Las Mónadas más profundas representan<br />
en oscuridad e inconsciencia. Pa<strong>de</strong>cen. Son materia», etc. Y sobre<br />
aquella otra en que se da la teoría <strong>de</strong> los «inconceptos», los cuales, «para<br />
trocarlos en conceptos, es menester movilizarlos en un tercer concepto».<br />
Suplico a don Francisco Maldonado que no vea en estas líneas mías<br />
ánimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>tracción, y mucho menos <strong>de</strong> menosprecio a su esfuerzo. Obe<strong>de</strong>zco<br />
a un imperativo ético sobre lo literario. Creo que su libro es<br />
<strong>de</strong>ficiente y no un buen libro. Pero yo también los he escrito <strong>de</strong>ficientísimos<br />
y peores que el suyo. No hablo por afán <strong>de</strong> subrayar las <strong>de</strong>ficiencias!<br />
<strong>de</strong>i un libro corto. Lo que ocurre es que don Antonio Tovar ha<br />
llegado a <strong>de</strong>cir en unas <strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> «El Español», me parece, que<br />
el único ensayista o filósofo <strong>de</strong> las hornadas <strong>de</strong> hoy, digno <strong>de</strong> mención,<br />
es el señor Matdonado <strong>de</strong> Guevara, gracias a su libro «Cinco salvaciones».<br />
Y esto, que estuvo a punto <strong>de</strong> hacerme sonreír, ahora me ha puesto<br />
<strong>de</strong>masiado grave.<br />
15 <strong>de</strong> mavo <strong>de</strong><br />
•MU»
ONOCIDA es la tesis<br />
C<br />
<strong>de</strong> ünamuno, según<br />
IÍI cutí! un personaje<br />
ficticio pue<strong>de</strong> alcanzar,<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l mundo,<br />
como esfera <strong>de</strong>limitada<br />
para nosotros,<br />
la cualidad <strong>de</strong><br />
un ser real en el<br />
mismo sentido que<br />
la posee un ser existente<br />
en la efectividad <strong>de</strong> la historia.<br />
Mi propósito aquí es examinar<br />
una región don<strong>de</strong> aquella tesis no<br />
es válida. Contra lo que suponer pudiera<br />
un pensamiento superficial, la<br />
diferencia más auda entre la expe •<br />
riencía <strong>de</strong> un ser como mera esencia<br />
o representación y la experiencia <strong>de</strong>l<br />
mismo como existente se da en el fenómeno<br />
literario, tomado en su mayor<br />
latitud. Ambas son <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n radicalmente<br />
distinto y su carácter es <strong>de</strong>l<br />
todo irreductible.<br />
Ciertamente, en la región literaria<br />
que llamaré esencial, don<strong>de</strong> la representación<br />
se erige en único fin, la<br />
existencia <strong>de</strong>i personaje en el mundo<br />
es una adición supt-rflua. Sería por esto<br />
vano que intentáramos hacer una<br />
distinción entre los dramas «Hamiet»<br />
y «Julio César», basándonos en su<br />
grado <strong>de</strong> ficción o realidad, pues ambas<br />
obras se colman.<strong>de</strong> los límites <strong>de</strong><br />
¡o representativo. Pero la diferencia<br />
es evi<strong>de</strong>nte allí don<strong>de</strong> la experiencia<br />
sio se ha <strong>de</strong>terminado por completo.<br />
Imaginemos que cae en nuestras manos<br />
un rnanueristo en el que su autor,<br />
presa <strong>de</strong> la <strong>de</strong>sesperación, vacila entre<br />
la resignación y el suicidio. Cualquiera<br />
que sea la actitud que espontáneamente<br />
adoptemos, sea que creamos en<br />
la existencia efectiva <strong>de</strong> un ser <strong>de</strong>batiéndose<br />
en la angustia, o pensemos<br />
en la fantasía <strong>de</strong> un literato entregado<br />
a la composición <strong>de</strong> un libro, ¡qué<br />
trastornos causará en nuestra experiencia<br />
encontrar que la realidad es<br />
opuesta a nuestra suposición!<br />
1.a divergencia se manifiesta, en<br />
primer lugar, en los tipos tan distinto»<br />
<strong>de</strong> interés que suscitan ambas experiencias.<br />
Pensemos en la riquísima<br />
Información cuantitativa d e or<strong>de</strong>n<br />
existencial que nos ofrece la prensa<br />
diaria: información sobre el comportamiento<br />
<strong>de</strong> seres existentes en el que<br />
se alu<strong>de</strong> a una vida interior que nosotros,<br />
acertadamente o no, nos apresuramos<br />
a interpretar. Este interés,<br />
por vulgar que sea en la mayor parte<br />
<strong>de</strong> los casos, y cualesquiera que sean<br />
los elementos con que se combine.<br />
pue<strong>de</strong> aislarse <strong>de</strong> toda ten<strong>de</strong>ncia práctica<br />
y consi<strong>de</strong>rarse en el mismo plano<br />
ijue el interés con que nos entrégame<br />
a la contemplación estética, esencia'.<br />
La mayor parte <strong>de</strong> la información<br />
existencial, aun aquella en que, por<br />
así <strong>de</strong>cirlo, intuímos el esquema <strong>de</strong><br />
una experiencia valiosa, suele ser <strong>de</strong>leznable<br />
si se la mira como núcleo<br />
<strong>de</strong> invención o representación. ¿Qué<br />
sería <strong>de</strong> nuestro interés si <strong>de</strong> pronto<br />
nos anunciaran que los dramas reales<br />
no eran sino i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong><br />
lectores dotados <strong>de</strong> imaginación?<br />
El tipo <strong>de</strong> interés existencial se periila<br />
aún más en aquellos productos literarios<br />
ya elaborados, y en los qut<br />
se ha prescindido <strong>de</strong> toda finalidad representativa,<br />
tales como los puros tipos<br />
<strong>de</strong> diarios, memorias y confesiones.<br />
Si un novelista hubiera inventado<br />
a María Bashkirtseff como un personaje,<br />
requeriría un escuerzo casi sobrehumano<br />
llegar a la última página <strong>de</strong>]<br />
diario. Si el libro se nos hace no ya<br />
tolerable, sino plenamente interesante,<br />
ello no se <strong>de</strong>be a su valor representativo,<br />
más a su po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> comunicación.<br />
Es precisamente la función comunicativa<br />
la que <strong>de</strong>fine la literatura existencial.<br />
El existente no nos es repre-<br />
ATENEO<br />
sentado, sino que se nos presenta <strong>de</strong><br />
modo más o menos inmediato, es <strong>de</strong>oír,<br />
se nos revela, procurándonos una<br />
experiencia, más bien que <strong>de</strong> algo re-<br />
5 elado, <strong>de</strong> una revelación. En su forma<br />
pura, la vida <strong>de</strong>l existente <strong>de</strong>be<br />
dársenos en un acto radical, en el esfuerzo<br />
<strong>de</strong>l ser por trascen<strong>de</strong>rse. Si el<br />
existente se presenta como lo que<br />
«es», i<strong>de</strong>ntificado, por ejemplo, con su<br />
santidad o su perversión, su presentación<br />
recae en el plano esencial y<br />
pier<strong>de</strong> entonces importancia el hecho<br />
<strong>de</strong> S;J vida real en nuestro mundo; e-.<br />
<strong>de</strong>cir, el carácter <strong>de</strong> existencia, y con<br />
é! la comunicación, se evaporan.<br />
La comunicación <strong>de</strong> la literatura<br />
existencial es, pues, comunicación <strong>de</strong><br />
la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l existente, <strong>de</strong>l<br />
hombre vivo, <strong>de</strong> carne, hueso y sangre,<br />
en contraste con el personaje fingido.<br />
Pero, a su vez, la trascen<strong>de</strong>ncia<br />
surge sólo con la comunicación. La<br />
revelación en la que el existente se<br />
trascien<strong>de</strong> es posible gracias a la existencia<br />
<strong>de</strong> aquel por quien se lleva a<br />
cabo. La voz requiere un oído, y la<br />
página escrita, unos ojos que se posen,<br />
brillantes <strong>de</strong> interés, sobre ella,<br />
o que, como los ojos <strong>de</strong> Dios, arrebaten<br />
<strong>de</strong> un golpe su sentido.<br />
La revelación, por la que se mi<strong>de</strong><br />
la pureza y el valor <strong>de</strong> la obra existencial,<br />
tiene grados. La conciencia <strong>de</strong>l<br />
que se revela pue<strong>de</strong> estar casi como<br />
a ras <strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong>l existir, a partir<br />
<strong>de</strong>l cual ha <strong>de</strong> revelársenos; o pue<strong>de</strong><br />
elevarse esforzadamente hasta el punto<br />
<strong>de</strong> establecer entre ambos tal distancia<br />
que su existir aparezca allá ei.<br />
el fondo <strong>de</strong> su conciencia como en la<br />
hondura <strong>de</strong> un tremendo abismo. Semejante<br />
distancia sólo pue<strong>de</strong> alcanzarse<br />
en la confesión, que es por eso la<br />
culminación <strong>de</strong>l «género» existencial.<br />
No importa el nombre que se dé a la<br />
obra. Allí don<strong>de</strong> ésta adquiere su máximo<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> comunicación, allí don<strong>de</strong><br />
su autor se trascien<strong>de</strong> más profundamente,<br />
ha brotado algo que es o se<br />
acerca a una confesión.<br />
Por eso, la fecha <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong><br />
San Agustín, mirada a través <strong>de</strong> los<br />
dieciséis siglos que <strong>de</strong> ella nos separan,<br />
<strong>de</strong>be aparecemos como el anuncio<br />
Y LA<br />
<strong>de</strong> un suceso singular en ia historia<br />
<strong>de</strong> la literatura existencial. Las «Confesiones»<br />
<strong>de</strong>l santo africano no significan<br />
en modo alguno que hayan surgido<br />
con ellas súbitamente la conciencia<br />
y la actitud necesarias a la revelación.<br />
Actitud y conciencia tales se<br />
dan ya en aquel gran perseguidor <strong>de</strong><br />
cristianos que se llamó Pablo <strong>de</strong> Tarso,<br />
y, al margen <strong>de</strong> la literatura, se<br />
las supone habitando el alma <strong>de</strong> todo<br />
buen cristiano. Mas con San Agustín<br />
el sentido <strong>de</strong> la revelación alcanza,<br />
como en un pavoroso salto, toda su<br />
plenitud sobrecogedora.<br />
k<br />
v<br />
i i<br />
-.%* %*<br />
'&. »<br />
rf? -<br />
I ,',,<br />
Las « Confesiones » constituyen, a<br />
primera vista, una doble revelación<br />
<strong>de</strong>l santo: una a los ojos <strong>de</strong> Dios y<br />
otra a los <strong>de</strong> los hombres. Si a la letra<br />
nos atenemos, la comunicación va<br />
dirigida sólo a Dios, y nosotros la vemos,<br />
por así <strong>de</strong>cirlo, como acci<strong>de</strong>ntalmente.<br />
De esta comunicación, en el<br />
sentido en que la haya, nosotros no<br />
po<strong>de</strong>mos, entiéndase bien, captar cosa<br />
alguna. Po<strong>de</strong>mos interceptar el mensaje,<br />
<strong>de</strong>scifrarlo cuidadosamente, analizarlo<br />
y exponerlo. Po<strong>de</strong>mos hacer todo<br />
menos apropiarnos su significado,<br />
pues que toda comunicación existen-<br />
.•JT<br />
• * ' " - "<br />
.1. y<br />
rial está constituida no sólo por l;i<br />
i (-velación, sino por su estar dirigida<br />
a alguien y ser recibida por él mismo.<br />
Pero la revelación <strong>de</strong> San Agustín<br />
a Dios no es una comunicación en el<br />
sentido estricto que hemos dado al<br />
término. No lo es porque, como muy<br />
bien conoce el santo, en la mente divina<br />
se contiene la visión <strong>de</strong> todas las<br />
cosas. Y «te las cuento —dice refiriéndose<br />
a las cosas <strong>de</strong> su existir — no<br />
porque tú no las sepas»...<br />
Así, aunque el libro está escrito<br />
sólo subsidiariamente para los hombres,<br />
somos nosotros los únicos que<br />
po<strong>de</strong>mos enriquecernos con la profunda<br />
comunicación que brota <strong>de</strong> cada<br />
una <strong>de</strong> sus páginas. Y tal comunicación<br />
sólo es posible porque su autor<br />
quiso que nosotros fuéramos también<br />
partícipes <strong>de</strong> su confesión, por la cual,<br />
confesándose «ante» nosotros, se confesó<br />
«a» nosotros, y no tan sólo a<br />
Dios.<br />
A nosotros, y no sólo a Dios, quiso<br />
AS editoriales tienen, como es sabido,<br />
actualmente marcada predilee c i ó n<br />
por las obras que llevan firmas femeninas.<br />
No hace muchos años ia mujer<br />
que conseguía pasar la barrera que se<br />
pone ante el novel en e! mundo editorial,<br />
era una rara privilegiada, porque existía<br />
una tácita prevención hacia ia fémina literata.<br />
Unos cuantos nombres representaban<br />
la excepción <strong>de</strong> la regla que imperaba.<br />
Se asomaba tímidamente a la poesía,<br />
pasando en poco tiempo <strong>de</strong>l anonimato <strong>de</strong><br />
los versos <strong>de</strong> rubor para familiares ><br />
amigos, a la doliente altivez soñadora, a<br />
la musa mimosa <strong>de</strong> Rosalía <strong>de</strong> Castro, y<br />
así fueron floreciendo las individualida<strong>de</strong>s<br />
femeninas con muestras muy pujantes,<br />
ya que Ja mujer está dotada <strong>de</strong> cualida<strong>de</strong>s<br />
para la poesía más profundas que<br />
el hombre, porque ella siente eon más facilidad<br />
y verdad, y la poesía es esencialmente<br />
sentimiento.<br />
Por eso no es <strong>de</strong> extrañar que esas mujeres<br />
capaces <strong>de</strong> sentir el aire suüi <strong>de</strong> la<br />
poesía, <strong>de</strong> ser poetas -porque ia capacidad<br />
<strong>de</strong> la mujer para todas las manifestaciones<br />
vitales no se conoce bien todavía—,<br />
hagan sus exhibiciones para regalar<br />
al público con las melodías <strong>de</strong> sus versos<br />
— ya que el editar versos es el mayor<br />
<strong>de</strong> los problemas literarios •••, cosa que<br />
tampoco pue<strong>de</strong> extrañar que moleste a algunos<br />
varones más o menos vanidosos<br />
— en esto, bastante más que ellas — , porque<br />
crean, con íilgún fundamento, que les<br />
quitan buena parte <strong>de</strong> la atención que el<br />
público pueda conce<strong>de</strong>rles; pero aun suponiendo<br />
que- el publico ¡es eoneeda alguna<br />
atención, más <strong>de</strong>recho tienen ellas,<br />
en este terreno <strong>de</strong> la exhibición, a ser<br />
admiradas que todos los divos <strong>de</strong>l metro<br />
y <strong>de</strong> la rima.<br />
Ahora ya ia mujer se incorpora a la literatura<br />
en todos los géneros, casi en<br />
aluvión, sin tener que masculinizarse como<br />
Armandina Aurora Dupin ni Cecilia<br />
Bohl, sino con toda su esencial femineidad.<br />
Es una victoria <strong>de</strong> los tiempos mo<strong>de</strong>rnos<br />
sobre el romanticismo. Don<strong>de</strong> principalmente<br />
fructifica es en el terreno novelístico.<br />
En el teatro, menos. EL planear<br />
objetivamente un argumento, sostener el<br />
carácter <strong>de</strong> los personajes, construir <strong>de</strong>ntro<br />
<strong>de</strong> unos límites irreducibles, es cosa<br />
que se escapa a las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />
mujer, inmersü. en lo<br />
subjetivo y <strong>de</strong> espaldas<br />
a la medida <strong>de</strong>l tiempo.<br />
En la novela es<br />
otra cosa. Ahí tiene<br />
campo para volear y<br />
revolver sus experiencias,<br />
sus sueños, su.s<br />
amarguras, su propia<br />
vida. Y como llega a<br />
ella con la primigenia<br />
sinceridad <strong>de</strong> expresar<br />
las cosas como las siente<br />
y las ve, logra éxitos<br />
muy marcados y legítimos.<br />
Sobre todo, por<br />
esa manera que <strong>de</strong>cimos,<br />
limpia <strong>de</strong> reservas,<br />
elementa!, con que<br />
abordan los conflictos,<br />
y que no es otra cosa a<br />
la que se <strong>de</strong>be el éxito<br />
<strong>de</strong> los novelistas americanos.<br />
También ellos<br />
encuentran las cosas<br />
más o menos complicadas,<br />
con una simpleza <strong>de</strong>liciosa, con la<br />
impresión <strong>de</strong> realidad que abrió <strong>de</strong> pasmo<br />
sus ojos.<br />
A eso obe<strong>de</strong>ce el que muchas mujeres<br />
sólo sean capaces <strong>de</strong> escribir una novela,<br />
una buena novela, pero una novela sólo,<br />
Han acotado un trozo <strong>de</strong> su vida, ese que<br />
toda persona, y más una mujer, cuyo<br />
mundo <strong>de</strong> experiencias es menor que el<br />
<strong>de</strong>l hombre, lleva inserto y predominante,<br />
y lo ha exhalado como una necesidad<br />
intrínseca. Después, plasmado ese trozo <strong>de</strong><br />
su vida, con la evocación y el reflejo <strong>de</strong><br />
los paisajes <strong>de</strong> su propia alma, se le re-<br />
.siste el planteamiento <strong>de</strong> un argumento<br />
extraño, fuera <strong>de</strong> su mundo subjetivo,<br />
porque casi siempre carece <strong>de</strong> objetivación<br />
suficiente para, tomando como punto <strong>de</strong><br />
partida el mundo cjue la ro<strong>de</strong>a, construir,<br />
con la ayuda <strong>de</strong> la observación y <strong>de</strong> la<br />
imaginación, una trama extraída <strong>de</strong> los<br />
elementos activos <strong>de</strong> la realidad. Son excepción<br />
los nombres <strong>de</strong> la Pardo Bazán y<br />
<strong>de</strong> Viclii Baum.<br />
Ya sabemos que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace algunos<br />
años había un género que cultivaban casi<br />
exclusivamente las mujeres: la novela<br />
rosa. Salvo algún nombre masculino que<br />
batió el récord <strong>de</strong> la popularidad y <strong>de</strong> las<br />
liradas, el conjunto
liaf-h en 1740. Retrato oficial <strong>de</strong> Haussmann<br />
Ü.ViO es que «¡i «río tan prislundarnen-<br />
C lt-
,J<br />
A selva peruana no<br />
es u n bosquecillo<br />
ameno para una merienda<br />
<strong>de</strong> amigos o<br />
para un final <strong>de</strong> semana<br />
con la familia.<br />
La, selva peruana<br />
.•', *•"'"/ * í t!irn P°
UN CUENTO MUY ROMÁNTICO<br />
Lj 1 STC) .se podría escribir <strong>de</strong> cien<br />
' J maneras; lo difícil es acertar con<br />
la mejor. Pue<strong>de</strong> que fuera preferible<br />
<strong>de</strong>cir, sencillamente:<br />
«Reflexionando <strong>de</strong> este modo, Juan<br />
<strong>de</strong>cidió hablar con Carolina para <strong>de</strong>cirle<br />
que olvidara lo pasado. Fue a<br />
su habitación, pero Carolina no estaba.<br />
La casa le pareció <strong>de</strong>masiado sola.<br />
No lo pudo resistir. Se tiró por el<br />
balcón.»<br />
Así, el asunto queda llanamente<br />
explicado y limpio <strong>de</strong> dramatismo o<br />
exaltación. Cualquiera que haya leído<br />
hasta aquí se da cuenta <strong>de</strong> lo que<br />
Carolina era para Juan, y no hay necesidad<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>smenuzarle sus sentimientos<br />
para interpretar su reacción.<br />
Es el choque brusco, el choque elemental<br />
entre los dos conceptos: la<br />
casa llena <strong>de</strong> Carolina y la casa sin<br />
Carolina. No hace falta más.<br />
I.o único malo es que el relato acaso<br />
que<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado frío. La palabra<br />
«<strong>de</strong>cidió», por ejemplo, es excesivamente<br />
académica y resumida. Cuando<br />
alguien va a perdonar a una mujer que<br />
le está <strong>de</strong>strozando la vida (y mucho<br />
más si ía mujer es Carolina, superficial,<br />
inconsciente, completamente<br />
capaz <strong>de</strong> volver a traicionarlo sin<br />
creer que tenga importancia, con la<br />
cimcza en eterno vuelo), lo hace únicamente<br />
como resultado <strong>de</strong> un conflicto<br />
interior que es violentísimo:<br />
<strong>de</strong>cir solamente «<strong>de</strong>cidió», es no <strong>de</strong>cir<br />
nada. Sin contar con que, por otra<br />
parte, queda en el más absoluto silencio<br />
el problema <strong>de</strong> Carolina. Ella<br />
se va; ahora bien, ¿por qué? Esto es,<br />
indudablemente, bastante d'fícil <strong>de</strong><br />
explicar : la causa <strong>de</strong> la conducta <strong>de</strong> una<br />
mujer que parte <strong>de</strong> la base <strong>de</strong> que es<br />
una artista, pertenece más bien al arfe<br />
que a la psicología. Y ¿cómo abandonó<br />
la casa? Porque no se pue<strong>de</strong> ni<br />
pensar que una bailarina, acostumbrada<br />
al escenario, se vaya <strong>de</strong>l hogar sin<br />
hacer algún gesto, instintivo o reflexivo,<br />
o sin <strong>de</strong>jar una carta, más o<br />
menos melancólica, que hable <strong>de</strong> caminos<br />
diferentes o <strong>de</strong> imeomprensiones.<br />
Y aún queda otra cosa: que este<br />
estilo tan directo, tan estudiadamente<br />
sencillo, es apropiado para tratar<br />
una aventura en el siglo XX, pero no<br />
esta tragedia <strong>de</strong>cimonónica que estoy<br />
escribiendo ahora. No hay que olvidar<br />
que a mediados <strong>de</strong>l siglo pasado<br />
la vida y la literatura tenían más retórica<br />
que actualmente; los amores y<br />
los <strong>de</strong>sengaños exhibían más ampulosidad.<br />
Juan, por tanto, al darse cuenta<br />
<strong>de</strong> la ausencia <strong>de</strong> Carolina, no podría<br />
reprimir, por vivir en 1850, un<br />
suspiro profundo, abriendo seguramente<br />
los brazos en postura <strong>de</strong> <strong>de</strong>samparo,<br />
o se apoyaría en un mueble,<br />
mirando con fijeza M un punto in<strong>de</strong>terminado.<br />
De ocurrir todo el asunto en<br />
la actualidad, se habría simplificado<br />
mucho; un hombre mo<strong>de</strong>rno tiene los<br />
mismos sentimientos, pero reprime<br />
con mayor sobriedad sus manifestaciones.<br />
Esto es fácü <strong>de</strong> comprobar.<br />
Yo mismo he pasado por un caso parecido<br />
-igual, prácticamente — , y no<br />
se me escapó ni la más ligera mueca.<br />
Conviene, pues, <strong>de</strong>scribir la escena<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los dos puntos <strong>de</strong> vista, el <strong>de</strong><br />
Juan y el <strong>de</strong> Carolina, y más ampliamente,<br />
llegando <strong>de</strong> un modo más<br />
profundo a cada uno, así como utilizar<br />
un lenguaje algo menos conciso.<br />
«Carolina fue contemplando cada<br />
uno <strong>de</strong> los objetos que <strong>de</strong>coraban la<br />
habitación. Su mirada se <strong>de</strong>tuvo sobre<br />
los que le eran más queridos o<br />
los más evocadores: el «pierrot» <strong>de</strong><br />
trapo, regalo <strong>de</strong> Juan la noche en que<br />
se conocieron («quiero hacerte un regalo<br />
antes <strong>de</strong> que te lo merezcas», le<br />
dijo, y a ella le sonó a algo completamente<br />
nuevo); la caja <strong>de</strong> música<br />
con el «Minuetto¡; <strong>de</strong> Bocherini, recuerdo<br />
<strong>de</strong> Venecia; las zapatillas con<br />
que bailó ante los reyes, ios alambres<br />
-y Carolina se sonrió— con que es'ahan<br />
sujetas las primeras camelias que<br />
recibió «<strong>de</strong> un admirador» en su camerino.<br />
Al elegir algo que llevarse,<br />
que fuera el último resto <strong>de</strong> su vida<br />
pasada, no vaciló un momento y fue<br />
ATENEO<br />
Por JAVIER BAÑON SEl JAS<br />
meíiendo en su bolso, uno a uno, los<br />
alambres oxidados. Era una artista.<br />
Rápidamente, se dirigió a la<br />
puerta.*<br />
Ha llegado el momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>cidir<br />
si Carolina se vuelve <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la puerta<br />
para <strong>de</strong>spedirse con una larga mirada<br />
<strong>de</strong> lo que ha sido todo lo suyo durante<br />
los úitimos años. Si no se vuelve,<br />
<strong>de</strong>muestra irreflexión, falta <strong>de</strong><br />
sensibilidad, <strong>de</strong>terminación. Si se<br />
vuelve, conciencia <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>ja y<br />
pue<strong>de</strong> que un poco <strong>de</strong> romanticismo:<br />
e.s como sí mirara por última vez a<br />
Juan y se <strong>de</strong>spidiera <strong>de</strong> él a través<br />
<strong>de</strong> los dos tabiques que les separan.<br />
No; me parece que Carolina no se da<br />
cuenta <strong>de</strong> lo que abandona. Lo abandona,<br />
y nada más. Pero ¿es que hayuna<br />
sola mujer que no comprenda le<br />
que hace en un caso así? ¿Es posible?<br />
La misma María Luisa, caprichosa,<br />
egoista y ligera, ¿no miraría una vez<br />
esta habitación cuando se fue? ¿Se<br />
¡ría con un paso <strong>de</strong>cidido, sin volver<br />
la cabeza? No; no la creo capaz. Tuvo<br />
forzosamente que fijarse en el<br />
«pierrot» que le regalé antes <strong>de</strong> que<br />
se lo mereciera, no podría evitar<br />
abrir, siquiera unos compases, el joyero<br />
que toca la «tarantella» napolitana,<br />
y acaso faltaba al día siguiente<br />
alguna rosa <strong>de</strong>! florero, porque no resislió<br />
la tentación y se la llevó, apretándola<br />
en el puño. Pero... ¡quién sabe!<br />
Es muy fácil que no titubeara en<br />
u r solo movimiento, que anduviera<br />
presurosa para per<strong>de</strong>r cuanto antes<br />
<strong>de</strong> vista estos muebles, esta mpsa<br />
en la que tantas noches tuvo que trabajar<br />
conmigo, estas sillas viejas, este<br />
sucio muñeco, recuerdo <strong>de</strong> nuestro<br />
encuentro. Me parece más probable<br />
que se marchara así, <strong>de</strong> prisa y en<br />
línea recta, <strong>de</strong>jando velozmente a sus<br />
espaldas toda esta vida que creyó cómoda<br />
e interesante y le resultó incomprensible<br />
y <strong>de</strong>masiado dura. Así<br />
se iría, segura, rápida. Un portazo seco.<br />
Para siempre.<br />
«No volvió la cabeza; dio un portazo<br />
seco y salió para siempre.»<br />
Quizá este «para siempre» sea algo<br />
efectista y un poco lugar común. Me<br />
da lo mismo. Una mujer que sale así<br />
<strong>de</strong> una casa, lo hace para siempre,<br />
sin posibilidad <strong>de</strong> remisión.<br />
Volvamos a Juan. Juan no sabe que<br />
Carolina ya no está, y no va a volver<br />
nunca. Ha pensado mucho en ella,<br />
tn su egolatría, su ligereza, su ridículo<br />
endiosamiento Sabe que ha estado<br />
;i punto <strong>de</strong> correr <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> quien le<br />
ha prometido caprichos y éxitos. Pero<br />
es Carolina. La tímida corista <strong>de</strong> «El<br />
lago <strong>de</strong> los cisnes», cinco años antes;<br />
aquella que llevaba con los tacones el<br />
compás <strong>de</strong> la «Marcha nupcial» el día<br />
que se casaron; aquella que bailaba<br />
en traje <strong>de</strong> calle, con gran<strong>de</strong>s reverencias,<br />
el «Minuetto», cada vez que<br />
abría la caja <strong>de</strong> música para coger<br />
los pendientes. Juan no podía per<strong>de</strong>rla,<br />
porque sería per<strong>de</strong>r todo lo que<br />
para él tenia interés en la vida. Es<br />
extraño cómo llega un hombre a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r<br />
<strong>de</strong> una mujer y cómo H^ga a<br />
necesitar sus <strong>de</strong>fectos. Se la odia, se<br />
la <strong>de</strong>sprecia, se quiere prescindir <strong>de</strong><br />
ella, y muchas veces se está esperando<br />
el milagro que la aparte <strong>de</strong> nuestro<br />
lado. Pero cuando ocurre el milagro,<br />
cada una <strong>de</strong> las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l<br />
cuarto vacío, nos golpea en la cabeza,<br />
<strong>de</strong>snuda. Es imposible reaccionar.<br />
¡Dichoso, Juan, que tienes valor para<br />
suicidarte! Yo sigo aquí. Y cada vez<br />
que levanto los ojos <strong>de</strong> las cuartillas<br />
en que escribo tu aventura y su único<br />
fin posible, siento el corazón y la<br />
vista tan sobresaltados como tú los<br />
sentirías cuando abriste la puerta y<br />
no encontraste a Carolina. Como<br />
cuando abrí yo la puerta, y María<br />
Luisa se había ido.<br />
Sé <strong>de</strong> sobra cómo pensabas:<br />
«Juan, mientras tanto, comprendía<br />
que odiaba a Carolina. Era la gran<br />
equivocación <strong>de</strong> su vida, que cada vez<br />
sentía sobre sí con más fuerza. Pero<br />
no podía olvidar «El lago <strong>de</strong> los cisnes».<br />
Pero era la Carolina <strong>de</strong> Venecia,<br />
la <strong>de</strong>l «Minuetto» <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s<br />
reverencias con los pendientes en la<br />
mano. No lo pensó más. La llamó a<br />
gran<strong>de</strong>s voces, atravesó a enormes<br />
zancadas la habitación que le separa<br />
ba <strong>de</strong> la suya y entró en el dormitorio,<br />
diciendo suavemente: «¡Carolina!»<br />
Pero el dormitorio estaba vacío.»<br />
Se siente el choque brutal <strong>de</strong> la soledad<br />
en la frente, en la cabeza, en<br />
el pecho. Es mentira que se nuble la<br />
vista. Nunca se tienen los sentidos<br />
tan vivos. Se podría dibujar el perfil<br />
<strong>de</strong> las rosas y la sombra <strong>de</strong> los cristales,<br />
y el tiempo queda estúpidamente<br />
entrecortado por el tictac <strong>de</strong>l<br />
reloj <strong>de</strong> la chimenea, jamás oído hasta<br />
entonces. Y no se pue<strong>de</strong> evitar volver<br />
a llamar, tonta e inútilmente:<br />
«.; María Luisa! ¡María Luisa!» Se<br />
vuelve a cruzar a zancadas las habitaciones<br />
y son todas las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />
casa las que están <strong>de</strong>snudas. Se grita<br />
otra vez: «¡María Luisa!», y también<br />
nuestra voz suena a <strong>de</strong>snuda,<br />
sin eco siquiera. Luego, se encuentra<br />
uno <strong>de</strong> nuevo en la puerta <strong>de</strong>l dormitorio<br />
y no se tienen fuerzas ni para<br />
cerrar los puños. Los ojos no se<br />
están quietos, buscando una sombra,<br />
un color, algo con vida. Después no<br />
se piensa mas que en el reloj, que<br />
continúa implacable, como si hubiera<br />
sido él único abandonado.<br />
í-Sólo se oía el reloj <strong>de</strong> la chimenea.<br />
Lo <strong>de</strong>más estaba inmóvil, come<br />
aplastado. Juan se volvió hacia la<br />
otra parte <strong>de</strong> la casa y su última vo?<br />
-«-¡Carolina!»- sonó cortada, no tuvo<br />
siquiera eco. Abrió los brazos como<br />
<strong>de</strong>samparado. Se vio vacío, con<br />
una tremenda amargura que le pesaba<br />
enormemente sobre los hombros y<br />
le hacía doblar las rodillas. Impotente,<br />
se apoyó en un mueble, mirando<br />
a un punto impreciso. Se sintió<br />
hundido, sin fuerzas para imponerse a<br />
la soledad y a la ausencia, <strong>de</strong>finitivamente<br />
acabado. No tuvo necesidad <strong>de</strong><br />
pensar nada. Le bastaba, con saber<br />
que Carolina no estaba. Se dirigió al<br />
balcón, lo abrió sin prisa y, sin dudar<br />
un momento, se lanzó a la calle.»<br />
Es así; cuando un hombre se siente<br />
incapaz <strong>de</strong> reaccionar, <strong>de</strong>finitivamente<br />
<strong>de</strong>shecho, no le hace falta meditar.<br />
Se dirige al balcón, lo abre sin<br />
prisa y se arroja sin dudar a la calle.<br />
Es un solo golpe, y se acabó. Porque<br />
si no, la soledad monstruosa, insufrible,<br />
se agarra a la garganta y aprieta<br />
cada vez más todos ios días, y no<br />
se pue<strong>de</strong> mirar la habitación, ni la<br />
mesa, ni las flores, porque la tristeza<br />
ahoga y no <strong>de</strong>ja respirar y la amargura<br />
pesa sobre las espaldas, insoportable,<br />
y se ¡lama sin querer —«; María<br />
Luisa!»—, y se busca en todas las<br />
puertas, y se piensa en sus palabras<br />
cuando vuelva, y, como no vuelve, sólo<br />
se oye el reloj <strong>de</strong> la chimenea.<br />
Pero Juan ya no lo oye. Para él todas<br />
estas torturas han terminado. El<br />
se acercó al balcón, lo abrió y se tiró<br />
sin dudar, resueltamente. Adiós al recuerdo<br />
que <strong>de</strong>ja seca la boca, adiós al<br />
gritar nombres entre sueños, al no<br />
atreverse a mirar al «pierrot» ni a las<br />
rosas. Soy sólo yo quien tiene la bo<br />
ca sin saliva, como si el nombre sin<br />
eco <strong>de</strong> María Luisa fuera un viento<br />
que la secara, quien no puedo le<br />
vantar los ojos <strong>de</strong> estas cuartillas<br />
por no ver el sucio y viejo y roto mu<br />
ñeco <strong>de</strong> trapo, quien sigue oyendo el<br />
reloj. El abrió el balcón y, con una<br />
sencilla pirueta, <strong>de</strong>jó todo esto. Yo<br />
tengo el balcón <strong>de</strong>lante, frente a mis<br />
ojos, a tres metros <strong>de</strong> ellos; pero sigo<br />
aquí, entre estas seis crueles pare<strong>de</strong>s<br />
y quiero <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rme contra el recuer<br />
do y no puedo, y grito, y grito, y gn<br />
te, y dudo, teniendo el balcón tan cerca,<br />
el balcón generoso.<br />
(Levantándose, se dirigió al balcón<br />
y lo abrió sin prisa. Dudó. Y volvió<br />
•A cerrarlo sin hacer un gesto, ni la<br />
más ligera mueca.)
Y<br />
Por VICENTE PALACIO ATARD<br />
CATEDRÁTICO DE HISTORIA MODERNA EN LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID<br />
Los términos polémicos hacen fortuna.<br />
Son palabras huecas, rellenas<br />
sólo <strong>de</strong> la circunstancial intención <strong>de</strong><br />
que les proveyeron los polemistas al<br />
ponerlas en juego. Estos términos<br />
—como las polémicas mismas— con<br />
«1 transcurso <strong>de</strong> los años <strong>de</strong>scubren<br />
su vaciedad, pero mientras la polémica<br />
subsiste van y vienen <strong>de</strong> boca<br />
en pluma, queriéndolo <strong>de</strong>cir todo con<br />
una palabra, acogidos buenamente<br />
por el ardor <strong>de</strong> unos y la buena fe <strong>de</strong><br />
tos <strong>de</strong>más.<br />
El siglo xvín conoció rudas polémicas<br />
intelectuales. La búsqueda <strong>de</strong>l<br />
vocablo más hiriente para motejar al<br />
adversario se polarizó en dos términos:<br />
novadores y sectarios. Los unos<br />
querían <strong>de</strong>finir a los otros con una<br />
palabra que los aniquilase. Eso es lo<br />
que se busca en la polémica: nada<br />
do explicar al adversario o <strong>de</strong> enmendarlo;<br />
al adversario hay quo <strong>de</strong>struirlo.<br />
Los términos polémicos están<br />
cargados <strong>de</strong> intención —<strong>de</strong> mala intención—,<br />
ya lo sabemos, y eso les<br />
presta su sentido. Al historiar las<br />
polémicas <strong>de</strong>l pasado, los motes que<br />
se atribuyeron los polemistas apenas<br />
revelarán otra cosa que propósitos<br />
agresivos. A no ser que —candidamente—<br />
caigamos en las añagazas <strong>de</strong><br />
los discutidores <strong>de</strong> antaño. A noser<br />
quo nosotros mismos estemos haciendo<br />
polémica a costa <strong>de</strong>l pasado.<br />
«Novadores» y «sectarios». Con estas<br />
lin<strong>de</strong>zas se calificaban mutuamente<br />
algunos hombres <strong>de</strong>l siglo xvín. Sectario<br />
es el quo disuelve su personalidad<br />
individual en el seno <strong>de</strong> un grupo,<br />
escuela, bando. Los españoles «mo<strong>de</strong>rnos»<br />
<strong>de</strong>l xvín, al llamar a sus contradictores<br />
«sectarios», querían representarlos<br />
como hombres gregarios,<br />
ano <strong>de</strong> los peores insultos predicables<br />
al intelectual <strong>de</strong> cualquier época. Por<br />
«sectarios» se les tachaba <strong>de</strong> rehuir la<br />
libertad <strong>de</strong>l pensador, <strong>de</strong> carecer <strong>de</strong><br />
juicio crítico, tíe usaba el vocablo<br />
«sectario» con ánimo <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar fulminado<br />
a un hombre <strong>de</strong> pensamiento.<br />
IY los novadores? El uso <strong>de</strong> este término<br />
nori pue<strong>de</strong> equivocar hoy, al referirlo<br />
a la intención con quo se empleó<br />
en el siglo XVIII. Por eso hay que<br />
conocer cuál fue esa intención para<br />
compren<strong>de</strong>r lo que pretendía significar.<br />
Después <strong>de</strong>l Romanticismo —o<br />
-íca. ya- on el siglo xix—-, «afán, <strong>de</strong> novedad»<br />
equivale a «afán <strong>de</strong> originalidad»,<br />
don preciado <strong>de</strong>l espíritu. Ningún<br />
escritor, ningún artista, ningún<br />
pensador se enejará hoy porque se le<br />
impute <strong>de</strong> novedoso. Pero en el siglo<br />
xvín, «afán do novedad» tenía una<br />
significación peyorativa, algo así como<br />
frivolidad, ligereza. Un hombre mo<strong>de</strong>rno<br />
<strong>de</strong> entonces, Gregorio Mayans,<br />
i<strong>de</strong>ntifica «novedad» con «opinión caprichosa»,<br />
y por eso dice en elogio <strong>de</strong><br />
otro autor que escribe «sin movodad,<br />
porque no es aficionado a inventar<br />
opiniones caprichosas».<br />
Los «sectarios» <strong>de</strong>volvían a los<br />
otros en el mote <strong>de</strong> «novadores» la<br />
pelota <strong>de</strong> la, mala intención que ellos<br />
les habían arrojado. Ya antes «novator»<br />
había sido término empleado para<br />
<strong>de</strong>signar a los herejes o <strong>de</strong>scarriados<br />
en. materia <strong>de</strong> fe. El Diccionario <strong>de</strong><br />
la Real Aca<strong>de</strong>mia recogía la acepción:<br />
«Novador: persona inventora <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s;<br />
tómase regularmente por la<br />
que las inventa peligrosas en materia<br />
<strong>de</strong> doctrina». No nos extraña, pues,<br />
que los «novadores» protestasen <strong>de</strong> ser<br />
llamados así, con tan «mal sonante<br />
nombre», como diría uno <strong>de</strong> ellos.<br />
Diego Mateo Zapata.<br />
Si nos acercamos ahora a los hombres<br />
<strong>de</strong>l siglo xvín, nos damos cuenta<br />
en seguida que ni los unos eran tan<br />
«sectarios» como se empeñaban on hacer<br />
creer sus adversarios, ni los otros<br />
tan «novadores» como los acusaban<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la tribuna opuesta. Ni siquiera<br />
tan «novadores» como <strong>de</strong>sean los admiradores<br />
ingenuos que les contemplan<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la posteridad, dándoles<br />
con elogio el mismo calificativo que<br />
ellos rechazaron con vergüenza.<br />
Resulta- asi extraño que se nos hable<br />
<strong>de</strong> xma «España novadora» en el<br />
siglo xvín y <strong>de</strong> una «España misoueísta»,<br />
como las dos categorías en las<br />
que cabo encuadrar a los españoles<br />
<strong>de</strong> aquel tiempo. Porque si «novadores»<br />
no significa más que «ligeros» para<br />
los españoles <strong>de</strong>l xvni, no implica<br />
necesariamente en sus contradictores<br />
la calificación postuma <strong>de</strong> «misoneístas»,<br />
con la que se ha sustituido la<br />
primitiva <strong>de</strong> «sectarios». Si lo que se<br />
quiere <strong>de</strong>cir es que en el siglo xvín<br />
—y aun antes, ahora lo sabernos mejor<br />
cada día, a medida que avanza el conocimiento<br />
histórico— en España se<br />
promueve un espíritu <strong>de</strong> reformas,<br />
hay que añadir que tales reformas no<br />
son el patrimonio exclusivo <strong>de</strong> los supuestos<br />
«novadores».<br />
Cierto que algunos individuos son<br />
en ese síglo hostiles a toda noveda-" 1 ,<br />
Dígalo, por ejemplo, ese padre Ah •<br />
jandro Aguado, para quien «no ne<br />
cesita España las aritméticas políticas<br />
para cómputos <strong>de</strong> tierras, personas,<br />
trabajo y ganancias, ni los sistemas<br />
ni proyectos para establecimientos<br />
y arbitrios <strong>de</strong> Inglaterra, Holanda,<br />
Suecia y otras naciones». Algunos hubo,<br />
como <strong>de</strong>nuncia Sempere y Guarinos.<br />
«preocupados <strong>de</strong> los usos antiguos<br />
y persuadidos firmemente a que<br />
nada se pue<strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantar ni mejorar<br />
sobre lo que supieron o hicieron nuestros<br />
abuelos». Misoneísmo y - en >fobia<br />
suelen ir <strong>de</strong> la mano. En to< as las<br />
socieda<strong>de</strong>s y en todos los tiempos<br />
hay manifestaciones <strong>de</strong>l misoneísmo y<br />
la xenofobia, en proporción directa<br />
al grado <strong>de</strong> ruralización <strong>de</strong> la vida social..<br />
De la existencia <strong>de</strong> algunos<br />
mfsoneístas xenófobos no cabe pasar<br />
a <strong>de</strong>finir la xenofobia y el misoneísmo<br />
como notas <strong>de</strong>terminantes <strong>de</strong> una 'España.<br />
Las polémicas se suce<strong>de</strong>n unas a<br />
otras, <strong>de</strong>jando una estela en la Historia<br />
que con facilidad nos induce al<br />
engaño. Más allá <strong>de</strong> las disputas, la<br />
Historia se hace, y así tiene que hacerse.<br />
La tarea cotidiana no consiste<br />
tan sólo en palabras: la intención que<br />
las palabras encierran apunta a una<br />
acción. .El día <strong>de</strong> mañana sonarán<br />
a hueco esos vocablos con que se motejan<br />
entre sí los porfiados discutidores.<br />
Paro áe percibirán las vibraciones<br />
<strong>de</strong> una acción, que para ser<br />
eficaz habrá <strong>de</strong> ser continuada durante<br />
largos períodos silenciosamente,<br />
sin estri<strong>de</strong>ncias. El ruido <strong>de</strong>genera<br />
casi siempre on alboroto. Y las polémicas,<br />
<strong>de</strong>sgraciadamente, son, por<br />
su misma naturaleza, ruidosas.<br />
ES indudable que en ios<br />
lili irnos años se 'ha trabajado<br />
mucho en España<br />
en los estudios hMónois.<br />
Una-, veces se ha<br />
proseguido la labor <strong>de</strong><br />
antiguas escuelas y personas;<br />
otras se han abierto campos<br />
que estaban si ti explorar. En<br />
muchos C'MÍO? ha sido preciso crear<br />
técnicas nuevas, y !¿t mavoría <strong>de</strong><br />
las veces el esfuerzo ha lenido que<br />
h'ifcrse a marchas íor/fto\"i.<br />
Por otra parte, es un hecho visible,<br />
que este trabajo se ha localizad"<br />
por todo el ámbito nacional.<br />
Hov son muchos los mí<strong>de</strong>os<br />
<strong>de</strong> (i ahajo en distintas enviajes <strong>de</strong><br />
España, eas¡ siempre al lado <strong>de</strong> las<br />
UnivcTpidadr's v con el apoyo <strong>de</strong>l<br />
Consejo Superior <strong>de</strong> invehí iliciones<br />
Científicas, (fui; ha intentado<br />
aunar e-fnerzos v poner al invc-lieador<br />
en l?i« condición*"- materiales<br />
V <strong>de</strong> leUuión que l.as nueva- técnicas<br />
reclamaban. Ba recto na. Sev illa,<br />
Mmlriíl, Viilhdo'ld, Valen-ia.<br />
Santiago, Murcia y Zaragoza, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong>, otras ciuda<strong>de</strong>s, cuentan en<br />
la actualidad con n únicos <strong>de</strong> personas<br />
que están reali/;aiiio i¡na interesante<br />
labor en esta parcela <strong>de</strong><br />
la investigación esp?mcn<br />
que lia permitido (fíer;<br />
maduren Jo* homln ani<br />
que tenían condici'" 1<br />
nes para ello. Pr^"<br />
cipamente, un fenómeno <strong>de</strong> mi*<br />
tra posguerri ha «ido hi iriquielf<br />
histórica, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> penetrar •,<br />
el sentido di=l pasado df Es pañí<br />
Pero, cosa notable, no para Ireoíi i<br />
lar con él tópicos polémicos, ^ir,.<br />
para reconstruir ese pasado con i^,n<br />
máximas garantías <strong>de</strong> objetividad^.;<br />
única manera <strong>de</strong> (pie sea valcdí. 1 ^;<br />
De aquí las rectificaciones una= v (J ;<br />
cv.~¡ v ]a acogida leal y a-íranVcknm<br />
a las aportaciones que <strong>de</strong> vhrhcollurnlcs<br />
lleffnn. Y también e] f nn<br />
tudio sistemático <strong>de</strong> capítulos, qiiaii<br />
estaban abandonados o sin inicia»])<br />
Intentar una síntesis apretai '•<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>-arrollo <strong>de</strong> las distintas P')I:P<br />
pecirilida<strong>de</strong>-s es siempre peligrarle<br />
r>*>rque resultará a la fuerza fiemart<br />
slado esauemática. En casi to<strong>de</strong>nl<br />
hav muchos nombres que r<br />
•>ir"v¡do nnner en linea, ñor tenista<br />
,-, pso- 'Ovinos t-Mi "s'KiíÍMle'í en c-n |<br />
e"oca <strong>de</strong> prisa. ?lá<br />
En're los oreh i-ío n adore.-, &£r<br />
sentido general -don<strong>de</strong> se ha trf¡
pea!)- dinla <strong>de</strong> que no lodo lo hech. con iodo.<br />
f,jfhí queda un c-íucrz;* \ IÍÍIH lab >r<br />
:irji¡" cristalizará en su día.<br />
Mucho- maesiros va con«agn;d"mr<br />
sf enlazan enn los <strong>de</strong>l pagado<br />
tini"diato. Trír« ver un poro ai-la-<br />
J".» uno-; \ oíros, poro con un:' nieí¿'<br />
"ioiot'in. A«í se nos ¡iiüinv""!! j >-sú -<br />
,nbón. J n i m e Vicé^s. Sinil'air ><br />
wntern Di'a/- Antonio K ¡-inéu <strong>de</strong><br />
H:mas. ,To>é Alaría Jo-, er. !''•"íeras<br />
pero Iod han <strong>de</strong>jado mi<br />
(asir o dií 1 -<br />
seiilcs. y por eiío su paso muchas<br />
'ifv< be ha marradn e-p¡'ci:i¡ mer)!.non<br />
e| magisterio <strong>de</strong> ¡;! palabni y<br />
áaíirnlo. (pe es preciso reconocer<br />
dan preciado MU re«;aie". -\ ]»»" 11 rn i s<br />
•tan \n por < itcmia s>o I;| ncíuií-i-<br />
'.aii ¡Tiuifíí i Lilü. porque -üperarmí<br />
,1 jiro]i;a edad. í.ueiío. h>s ¡n;í.-. ecr-<br />
¡a.'ios y los que aún ¡onnnn p;- ¡\e<br />
re la \ ida nniversi h-r'a. i, n [ r •<br />
tilos, Cayetano Alcázar. (Jriae ¡<br />
xnv BiMam-inte. Juan i]c VÍa-a<br />
arríazo y ¡michos más.<br />
liemos dicho qne en ¡lincho- >a-<br />
¡K ha Mdo preciso crear escuela^<br />
: ur\ a« para etifreniar^e (ífin capílilus<br />
d"s
(Viene <strong>de</strong> la váa. anterior./<br />
ios radicales <strong>de</strong> épocas anteriores<br />
querían ser «radicales» para explicar<br />
con mayor seguridad, con mejor firmeza,<br />
con absoluta vali<strong>de</strong>z aquellas verda<strong>de</strong>s<br />
que suponían no evi<strong>de</strong>nciadas<br />
por los razonamientos, por las intuiciones,<br />
por las síntesis <strong>de</strong> sus antepasados.<br />
En cambio, lo que el existencialismo<br />
intenta es radicar al hombre<br />
en ei hombre en cuanto individuo concreto<br />
singular; y en él la verdad y su<br />
significación. El existencialismo —y<br />
esto es 5o verda<strong>de</strong>ramente original —<br />
<strong>de</strong>scubre en el análisis <strong>de</strong> ese ser que<br />
se llama hombre, la incoherencia y lo<br />
absurdo <strong>de</strong>l ser, tal como viene entendido<br />
con anterioridad. Más sencillo: el<br />
conocimiento auténtico <strong>de</strong> cada uno<br />
<strong>de</strong> nosotros revela la inautenticidad<br />
<strong>de</strong>] esclarecimiento <strong>de</strong>l obieto clásico<br />
<strong>de</strong> todas las filosofías.<br />
Bueno será recordar, antes <strong>de</strong> seguir<br />
a<strong>de</strong>lante, que el existencialismo<br />
tiene buen cuidado en asegurar que el<br />
pensamiento <strong>de</strong>l hombre no está solo<br />
nunca, como tal pensamiento. El pensamiento<br />
está siempre acompañado <strong>de</strong>l<br />
hombre. V; 1 siempre con el hombre, y<br />
en el hombre mora. Más aún, el pensamiento,<br />
propiamente hablando, no<br />
piensa. Quien piensa es el hombre, valiéndose<br />
para ello <strong>de</strong>l pensamiento. Y<br />
aunque esta frase se lee también y<br />
bien clara en Santo Tomás <strong>de</strong> Aquino,<br />
es en los exisfencialistas en quienes<br />
adquiere un vuelo peligroso y alilargo.<br />
El primer escritor que pasa por<br />
existencjalista, con conciencia <strong>de</strong> lo<br />
que ser existencialista importa y comporta,<br />
es el teólogo danés Soren<br />
Kiorkegaard. Pues bien, cuando e!<br />
hombre llamado Soren Kierkegaartf<br />
<strong>de</strong>sarrolla sus pensamientos no pue<strong>de</strong>,<br />
por esfuerzos que realice, <strong>de</strong>sligarse<br />
<strong>de</strong> su ser hombre, <strong>de</strong> lo que el ser<br />
tai hombre impone; no consigue <strong>de</strong>jar<br />
<strong>de</strong> set le que es, ¡jorque es precisamente<br />
' íies<strong>de</strong> lo que es <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong><br />
comienza su empresa. Cuando se retuerce,<br />
o cuando se serena para dominar<br />
sus pensamientos o sus <strong>de</strong>seos,<br />
o para lanzarlos al vuelo, soltando la<br />
cuerda que les sujeta ai hombre, como<br />
si enturbiaran la existencia auténtica,<br />
como si fueran, por ser pensamientos,<br />
tentación <strong>de</strong>shonrosa, lo hace <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
un ángulo vital, no precisamente i-telectual.<br />
Y este ángulo vital er );¡<br />
concepción luterana <strong>de</strong> la vida en la<br />
que se halla inmerso. Kierke^aard,<br />
entiéndase bien, no se apropia ei b¡teranismo,<br />
es la creencia luterana la<br />
que se ha apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong> él. la que<br />
informa su pluma, sus latidos, su sentir,<br />
su vacío infinito. Kíerk^fvañrd. padre<br />
<strong>de</strong>l existencialismo. es un filósofo<br />
que filosofa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el protestantismo,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un protestantismo vivo y radica!.<br />
Tal vez el primer filósofo que RC-<br />
túa intelectualmenie <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa con<br />
moción teológica con Inexorable vit-j<br />
lídad. Y este trasfondo religioso, qu i%<br />
no sería oportuno ni pertinente <strong>de</strong>sarrollar<br />
aquí, es el que explica la facilidad<br />
con que los nombres se adormecen<br />
o saltan en una doctrina que<br />
escarba en las raíces más hondas y<br />
más amargas <strong>de</strong> su ser.<br />
La historia <strong>de</strong> la cultura favorece<br />
nuestra apreciación. Los literatos y<br />
los filósofos que han alcanzado e! supremo<br />
favor <strong>de</strong> las gentes han sido,<br />
no los que hablan «ab- corazón, sino<br />
los que hablan <strong>de</strong>l corazón «<strong>de</strong>s<strong>de</strong>» el<br />
corazón. Aunque ese corazón <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el_<br />
que gritan su fe o su <strong>de</strong>sesperación'<br />
sea un corazón en mancilla. No son<br />
los autores favoritos <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong><br />
hoy aquellos que dialogan o dogmatizan<br />
«sobre* temas religiosos, sino los<br />
qae plantean problemas «<strong>de</strong>s<strong>de</strong>» su<br />
tragedia religiosa, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el centro tur<br />
bio o luminoso <strong>de</strong> una religiosidad<br />
que les anima y vitaliza. Nietzsche<br />
— filósofo <strong>de</strong> la cultura- , Dostoievsky<br />
novelista—-, contemporáneos <strong>de</strong>l teóíoge<br />
Sanes, son ejemplos bien concretos.<br />
A los tres íes queman en los labios<br />
las paT&rjrns no por el fuego que<br />
las palabras encien<strong>de</strong>n, sino por el roce<br />
y la presión que ejercen sobre ellas<br />
los labios para sacarles luz. Tanto es<br />
así, que el existencialismo renuncia,<br />
para hablar, a las palabras, siempre<br />
que ello es posible, y <strong>de</strong>scuida el pensamiento<br />
como expresión <strong>de</strong> su existencia<br />
humana, y usa o crea palabras<br />
y sentimientos como experiencia religiosa.<br />
La muerte, la angustia, la náusea,<br />
el cuidado, la <strong>de</strong>sesperación, la<br />
nada, la autenticidad, la preocupación,<br />
son expresiones que si no tiemblan en<br />
el alma como esperanza o como favor.<br />
no tienen sentido. Siendo como son<br />
- asi escriben los existencialistas<br />
'a., úiiicds que l evelan al hombre en<br />
cuanto hombre.<br />
El existencialismo acampa f?n H<br />
hombre, en su fondo luminoso; no en<br />
algo <strong>de</strong>l hombre, por excelso que 1<br />
supongamos. Cuando el hombre quiere<br />
conocerse y se <strong>de</strong>ja llevar, para legrar<br />
ese conocimiento, <strong>de</strong> la conciencia<br />
espontánea, se aplebeya, se hac r<br />
indigno <strong>de</strong> si mismo, cediendo su dignidad<br />
existencial, humana, a lo que Ir<br />
imponen las cosas. Y se <strong>de</strong>sbumaniza,<br />
se <strong>de</strong>sintegra, se pier<strong>de</strong> a sí mismo en<br />
la razón. Descartes - piensa el existencialismo--<br />
fue un ingenuo <strong>de</strong> la<br />
filosofía; Hegel, un alucinado, porque<br />
intentaron llegar al ser partiendo <strong>de</strong>!<br />
pensamiento, siendo asi que el tomar<br />
partido por el pensamiento es pisar<br />
terreno falso para ensayar cualquier<br />
brinco que baya <strong>de</strong> esclarecernos la<br />
existencia humana. El pensamiento,<br />
como arma reveladora, es arma traidora;<br />
mata al ser que dice <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r.<br />
Es el ser - el ser. que es el hombre<br />
que piensa- el que ha <strong>de</strong> revelarnos,<br />
como pue<strong>de</strong> él alcanzarlo, lo que hay<br />
que hacer con el pensamiento, e incluso<br />
el que ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirnos, con la forma<br />
<strong>de</strong> expresión que le sea propia,<br />
qué es, y qué valor, y qué objetividad<br />
hay que otorgar al pensamiento. Gabriel<br />
Maree! estereotipará esta resolución<br />
existencialista concluyendo que<br />
el hombre es y será siempre misterio,<br />
al paso que su pensamiento y lo que<br />
el pensamiento presenta son, si acaso,<br />
problemas. Y lo más triste que pue<strong>de</strong><br />
acontecemos es convertir ei misterio<br />
en problema.<br />
El existencialismo estima que el dar<br />
la primacía a la razón no es donación<br />
auténticamente humana, aunque suoonga<br />
—eso si— una comodidad vital.<br />
La razón --ahora es Sartre el que habla<br />
- convierte en esencias, en verda<strong>de</strong>s<br />
eternas e inmutables, todo lo que<br />
toca;' también a la existencia humana,<br />
si la alcanza. Y esto es falsear<br />
radicalmente el carácter que posee la<br />
existencia humana <strong>de</strong> cada hombre.<br />
La razón o/rece al hombre la inmortalidad<br />
<strong>de</strong> la serpiente -la metáfora<br />
es <strong>de</strong> Chestov—; pero una vez probado<br />
el fruto, lo que alcanzamos es<br />
la maldición y la vagabun<strong>de</strong>z como<br />
existencia. O la hipocresía <strong>de</strong> creernos<br />
seguros. En un alargamiento <strong>de</strong><br />
la metáfora, convirtiéndola en alegoría,<br />
podríamos añadir que el hombre<br />
se escon<strong>de</strong> a la verdad que le ofrece<br />
la existencia auténtica <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>leitarse<br />
con el fruto <strong>de</strong>l árbol prohibido.<br />
L;> existencia <strong>de</strong>l hombre gana<br />
con la razón un sentido <strong>de</strong> permanencia<br />
y <strong>de</strong> estabilidad que contradice lo<br />
que la existencia es y comporta. El<br />
existencialismo es en esto irreducible;<br />
sólo a la luz <strong>de</strong> la existencia habrá<br />
que esclarecer qué significación<br />
po<strong>de</strong>mos atribuir a la esencia. Y éste<br />
es el sentido <strong>de</strong> esa frase tan equívoca,<br />
que suele darse como cifra y<br />
clave <strong>de</strong>l existencialismo, <strong>de</strong> que ;
EL SU E Ñ O DE UN<br />
ANCIANO<br />
ANDRÉS VAOTUKÍ DE PSADA<br />
JOHN HENRY CARDENAL NEWMAN:<br />
El sueño <strong>de</strong> un anciano. Traducción<br />
nota, prólogo y glosa <strong>de</strong> Andrés Vázquez<br />
<strong>de</strong> Prada. <strong>Madrid</strong>, Rialp, 1954,<br />
172 páginas. Biblioteca <strong>de</strong>l Pensamiento.<br />
Cuando Newman escribió este poema<br />
era un anciano casi a las puertas<br />
<strong>de</strong> la muerte. Los médicos,<br />
al menos, así se lo habían asegurado.<br />
Le quedaban, sin embargo, cerca <strong>de</strong><br />
treinta años <strong>de</strong> vida y muchos sex'vicios<br />
aún que prestar a la Iglesia en<br />
su Inglaterra natal. No quiso Newman<br />
en esta obra exaltar directamente la<br />
inmortalidad <strong>de</strong>l alma humana ni<br />
tampoco poner <strong>de</strong> manifiesto la vanidad<br />
<strong>de</strong> las cosas terrenas ante la<br />
muerte, que a todos iguala, ni aun siquiera<br />
<strong>de</strong>scribir el camino <strong>de</strong>l alma<br />
hacia Dios, inquieta hasta el momento<br />
en que le alcance según ia frase<br />
<strong>de</strong> San Agustín.<br />
(,E1 sueño <strong>de</strong> Geroncio», o, traduciendo<br />
el cultismo, <strong>de</strong> un anciano, es el<br />
poema <strong>de</strong>l momento <strong>de</strong>l tránsito, <strong>de</strong><br />
esa frontera difícil <strong>de</strong> pasar y casi<br />
tanto o más <strong>de</strong> <strong>de</strong>scribir entre esta<br />
vicia y la otra. «La ictu oculi»: en un<br />
momento, en un abrir y cerrar <strong>de</strong><br />
ojos, terminará todo. Geroncio y su<br />
ángel custodio son aquí los únicos<br />
protagonistas. El poema tiene, come<br />
pue<strong>de</strong> verse un profundo contenido<br />
teológico, pero su primera intención<br />
no es apologética ni dogmática, sino<br />
hondamente humana. Newman, el<br />
converso, que aún no había llegado a<br />
car<strong>de</strong>nal, piensa con angustia en la<br />
muerte que cree cercana. Una sensación<br />
nueva, <strong>de</strong> vuelta a la nada, <strong>de</strong><br />
sentir próxima una ausencia absoluta<br />
lacha en él con ¡a confianza en Dios.<br />
Asi, como en los últimos escritos <strong>de</strong><br />
Savonaroia, o como en el Salmo inicial<br />
<strong>de</strong> la Misa, la <strong>de</strong>sesperanza y la<br />
.seguridad inician su diálogo.<br />
Sobria la expresión, hay, sin err<br />
bargo, una gran penetración psicoló<br />
¡;ica. Los inconvenientes para lograi<br />
la unidad poética <strong>de</strong>seada son gran<br />
<strong>de</strong>s. Cuando, un poco más a<strong>de</strong>lante,<br />
el alma <strong>de</strong> Geroncio haya <strong>de</strong>jado ya<br />
el cuerpo el panorama cambiará poi<br />
completo. Ni el tiempo ni el espacie<br />
existen ya. y otras completamente di-<br />
ferentes son las coor<strong>de</strong>nadas a que<br />
referirlo todo. Una querencia <strong>de</strong> lo<br />
material, un apego a los sentidos, que<br />
no obstante han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser, hace<br />
confuso y fantasmal el soliloquio <strong>de</strong><br />
esa alma. Pero el Ángel entonces va<br />
R cumplir por última vez su misión.<br />
Ese hombre, que ahora está a punto<br />
<strong>de</strong> llenar el hueco que un ángel rebel<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>jara, va a terminar su carrera.<br />
El ángel exulta, recordando ahora<br />
la suave y persuasiva fuerza que<br />
Dios hizo en cada momento sobre esa<br />
alma. Exulta, porque lo compren<strong>de</strong><br />
todo, porque es su custodio. Empieza<br />
ya una serenidad, principio <strong>de</strong> la recompensa<br />
que nunca terminará.<br />
Un gran horizonte <strong>de</strong> magnitu<strong>de</strong>s<br />
cosmológicas vendrá ahora a central<br />
este caso único individual —se muere<br />
solo- <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la gran historia.<br />
Son ángeles y <strong>de</strong>monios los que ahora<br />
blasfemas o alaban, pero siempre<br />
seres reales. El horizonte cósmico <strong>de</strong>l<br />
poema nunca se pier<strong>de</strong> en abstraciones<br />
ni fantasías, como nunca <strong>de</strong>saparece<br />
la serenidad que domina el poema<br />
todo. El alma siente entonces como<br />
nunca el pecado, y el purgatorio<br />
es el <strong>de</strong>stino que sigue a ese juicio<br />
sólo insinuado por el ambiente circundante.<br />
El ángel le acompaña hasta<br />
allí y se <strong>de</strong>spi<strong>de</strong>, pero no para<br />
siempre: «Veloz pasará aquí tu noche<br />
<strong>de</strong> prueba, y volveré a <strong>de</strong>spertarte <strong>de</strong><br />
mañana.»<br />
De aquel fabuloso bailarín Quedaba<br />
un salto y el prodigio <strong>de</strong> sostenerse<br />
suspendido en el aire. Se ha convertido<br />
ya Vatzlav Nijinsky en un mito<br />
<strong>de</strong> la danza, y todos hemos conocido<br />
a alguien que lo vio actuar en el teatro<br />
Real o en París, y que nos dijo;<br />
«Cuando Nijinsky hacia su entrada en<br />
El espectro <strong>de</strong> la rosa con aquel increíble<br />
salto...» O bien: «Era una maravilla<br />
verlo suspendido unos segundos<br />
en el aire...»<br />
Pero la biografía escrita por su esposa,<br />
Rómola, nos <strong>de</strong>ja mucho más que<br />
esa hazaña, más <strong>de</strong>portiva que artística.<br />
La Vida <strong>de</strong> Nijinsky, que ya se editó<br />
en castellano en mayo <strong>de</strong> 1944, %e<br />
reedita ahora, consi<strong>de</strong>rablemente ampliada<br />
con Los últimos años <strong>de</strong> Nijinsky,<br />
también por Rómola, y en cuyas<br />
sangrantes páginas se nos cuenta la<br />
terrible lucha <strong>de</strong> una mujer para hacerle<br />
recobrar la razón a su marido y<br />
para lograr interesarlo <strong>de</strong> nuevo por<br />
su arte.<br />
Hasta marzo <strong>de</strong> 1919, en que fue<br />
diagnosticada la locura <strong>de</strong>l genial bailarín,<br />
tenemos la visión <strong>de</strong> un mundo<br />
lleno <strong>de</strong> colorido y artístico movimiento<br />
—incluso en los años <strong>de</strong> la primera<br />
guerra mundial—, la vida <strong>de</strong> un hombre<br />
en una compañía que fue única<br />
en el mundo y a la cual no se ha podido<br />
igualar: la <strong>de</strong>l Ballet Russe, creada<br />
y animada por aquel gran organizador<br />
y amoral personaje que se Jlamó<br />
Sergio Diaguüev. Este trajo a Occi<strong>de</strong>nte<br />
una verda<strong>de</strong>ra revolución artística<br />
<strong>de</strong> signo muy diferente a la que <strong>de</strong>s-<br />
Tai es la síntesis <strong>de</strong> este poema,<br />
don<strong>de</strong>, como es lógico, aletean continuamente<br />
las resonancias bíblicas. No<br />
falta tampoco un fino sentimiento <strong>de</strong><br />
la Naturaleza, cuando se habla, por<br />
ejemplo <strong>de</strong>l rumor <strong>de</strong>l viento entre<br />
los pinos o <strong>de</strong> las corrientes <strong>de</strong> agua.<br />
Newman ya había dicho en otra ocasión,<br />
cómo la visión poética <strong>de</strong> las cosas<br />
es un <strong>de</strong>ber para los cristianos<br />
Su intento es difícil, pero el poema<br />
<strong>de</strong>ja una sensación <strong>de</strong> algo logrado,<br />
a la vez <strong>de</strong>licado y consistente. La intensidad<br />
existencial <strong>de</strong> esos momentos<br />
en que se consuma la metanoía.<br />
la purificación <strong>de</strong> una mente que ha<br />
trascendido las limitaciones terrenas<br />
&•; una empresa siempre arriesgada.<br />
La experiencia es personal, irrepetible,<br />
y el sentido <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong>masiado<br />
profundo para que las palabras<br />
no vengan a morir. Pero esta parábola<br />
<strong>de</strong>l soñador <strong>de</strong> la muerte encuentra<br />
su camino sencillo y humano. Ai<br />
diálogo fundamental entre Geroncio<br />
y el ángel, acompañan los cánticos <strong>de</strong><br />
los coros celestes o las <strong>de</strong>precaciones<br />
<strong>de</strong>l sacerdote, que resuenan como un<br />
ritornello durante esa tierra <strong>de</strong> nadie<br />
entre la vida y la muerte: «¡Empren<strong>de</strong><br />
tu jornada!»<br />
La traducción, que no carece <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s,<br />
ha sido llevada a feliz término<br />
por Vázquez <strong>de</strong> Prada, <strong>de</strong> quien<br />
son también la precisa biografía que<br />
encabeza el volumen y el amplio prólogo,<br />
que junto con la glosa final estudian<br />
con precisión el contenido <strong>de</strong>i<br />
poema, que ahora se traduce por vez<br />
primera al castellano.<br />
VICENTE CACHO VIU<br />
ITINSKI<br />
pues había <strong>de</strong> estallar en Rusia. Y l«<br />
figura central <strong>de</strong> aquel torbellino dt<br />
música y color, <strong>de</strong> ritmos y plástica.,<br />
fue el extraño Nijinsky. Rómola, una<br />
muchacha <strong>de</strong> la buena sociedad húngara,<br />
se enamoró <strong>de</strong> Vatzlav y logró<br />
entrar en la compañía para bailar pequeñas<br />
partes. Aprovechando un <strong>de</strong>scuido<br />
<strong>de</strong>l celoso Sergio (celoso en más<br />
<strong>de</strong> un sentido), se casó con Nijinsky.<br />
A partir <strong>de</strong> este momento empezaría<br />
para el joven matrimonio la más inmoral<br />
<strong>de</strong> las persecuciones. Diaguilev<br />
—aunque más tar<strong>de</strong> llorase ante el Nijinsky<br />
loco— no había <strong>de</strong> perdonarlos:<br />
a él, por su infi<strong>de</strong>lidad, y a ella, por<br />
haber sido más hábil que él.<br />
Es muy posible que el libro <strong>de</strong> Rómola<br />
(los dos libros, que constituyen<br />
un formidable cuadro <strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s<br />
coreográficas y musicales <strong>de</strong> las<br />
principales figuras <strong>de</strong>l extraordinanu<br />
espectáculo) no sea todo lo imparcia 1<br />
que se podría <strong>de</strong>sear. Esto es natural.<br />
Una mujer nos está contando la vida<br />
<strong>de</strong> su marido, a quien adoraba, y <strong>de</strong><br />
ella misma. Muchas veces la vemos<br />
<strong>de</strong>masiado interesada en justificarse y<br />
nos parece que insiste más <strong>de</strong> lo necesario<br />
en explicar sus propios sufrimientos.<br />
Pero el hecho es que Nijinsky,<br />
en esos treinta años hasta 1950<br />
—en que murió el bailarín en Londies—,<br />
flota en este segundn libro en<br />
una impresionante nieb!a mental y adquieren<br />
un relieve formidable su mutismo<br />
y su inmovilidad en medio <strong>de</strong><br />
un mundo en guerra. Rómola lo <strong>de</strong>fien<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> malos enfermeros, lo lleva d*:<br />
RÓMOLA NIJINSKY: Vida <strong>de</strong> Nijinsky.<br />
2. edición, aument&ua con Los<br />
últimos arios <strong>de</strong> Nijinsky. Colección<br />
«Ser o no Ser». Ediciones Destino.<br />
Barcelona, 1954. 473 páginas.<br />
un lado a otro, con gran peligro para<br />
ambos, y, sobre todo, no cesa en su<br />
empeño <strong>de</strong> <strong>de</strong>volverle la razón<br />
Los dos libros ds Rómola Nijinsky<br />
—que en realidad sen uno solo— nos<br />
traen un aroma perdido. A ratos, es<br />
ei aroma <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> un fin <strong>de</strong> época.<br />
Otras veces, en cambio, es el canto<br />
al arte <strong>de</strong> siempre. El propio Nijinsky<br />
fue, en su art Q coreográfico, <strong>de</strong>licado<br />
como una mujer y feroz como un<br />
tigre. Se compren<strong>de</strong> su locura. En pocas<br />
obras como en ésta se ha podido<br />
apreciar el estremecedor conflicto entre<br />
las limitaciones humanas y la voraz<br />
exigencia <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> los espectáculos,<br />
conflicto pue alcanza proporciones<br />
<strong>de</strong> auténtica tragedia cuando un hombre,<br />
como le sucedió a Nijinsky, es<br />
consi<strong>de</strong>rado como un dios Dagano por<br />
•;s <strong>de</strong>votos <strong>de</strong> su arte.<br />
.TOSE TARSIS<br />
AUTOCRÍTICA DE<br />
Las<br />
oscuras raíces<br />
Premio Elisenda <strong>de</strong> Mont-<br />
í 1 REO que mi novela habrá <strong>de</strong> pa-<br />
^- J reeerle al lector <strong>de</strong>sconfiado, imposible.<br />
Imposible, que las criaturas<br />
se amen así, íiue se corten unas <strong>de</strong><br />
otras <strong>de</strong>l tajante y <strong>de</strong>sesperado modo<br />
con que lo hacen; imposible que hay;i<br />
una mujer capaz <strong>de</strong> sentirse madre<br />
<strong>de</strong> la hija <strong>de</strong>i hombre a quien supo<br />
amar, y que por ser <strong>de</strong> él roba y retiene<br />
celosamente; que haya una madre,<br />
la auténtica, que espere el milagro<br />
<strong>de</strong> ver reaparecer a su hija, y que<br />
el milagro, por creer en él, acceda a<br />
producirse. Y, sin embargo, todo lo<br />
que cuento es posible, y quiero que<br />
i Pasa a la pag. siguiente.>
(Viene <strong>de</strong> la pág. anterior.)<br />
el lector no habituado ai prodigio me<br />
conceda un margen <strong>de</strong> confianza y<br />
entre conmigo en la relampagueante<br />
galería <strong>de</strong> «Las oscuras raíces». La<br />
realidad, copiada tal cual es, sueie<br />
parecer imposible casi siempre, mientras<br />
que la fantasía pue<strong>de</strong> aspirar a<br />
ser consi<strong>de</strong>rada como verdad. Y es que<br />
la vida va más allá <strong>de</strong> la mente humana,<br />
y si a mí me gusta Ja realidad<br />
es por Increíble; por eso Ja tomo e<br />
intento superarla por medio <strong>de</strong>l arte.<br />
He dicho ya que la Poesía (pues todos<br />
me conocen como poeta, y ello<br />
parece que me «disminuye», en cierto<br />
modo, ante la opinión resuelta » afirmar<br />
que los poetas no somos capaces<br />
<strong>de</strong> escribir novelas) me sirve para<br />
«comunicarme» yo; en tanto que la<br />
Novela me acerca a la humanidad, que<br />
trato <strong>de</strong> interpretar sin cortarla <strong>de</strong><br />
sus esencias. Estos seres <strong>de</strong> mi novela<br />
necesitaban que un poeta los biografiara,<br />
y si mi lenguaje es poético<br />
siempre, es porque yo sé que «ellos»<br />
viven una vida humana cargada <strong>de</strong> vicisitu<strong>de</strong>s,<br />
pero jamás exenta <strong>de</strong> belleza.<br />
Es lógico que los amantes <strong>de</strong>l realismo<br />
crudo me encuentren <strong>de</strong>masiado<br />
literaria, y que los tímidos me acusen<br />
<strong>de</strong> excesivamente realista. No voy<br />
a discutir quién tendrá la razón, porque<br />
estoy dando la mía para <strong>de</strong>finir<br />
— no justificar— mi obra. Indudablemente<br />
me he sostenido en un clima<br />
térmico, sólo propicio al <strong>de</strong>sarrollo y<br />
manifestación <strong>de</strong> euanto <strong>de</strong> extraño y<br />
soñador llevan en sí las criaturas, y<br />
que un violento manotazo <strong>de</strong> la sensatez<br />
tiraría abajo no sólo mi novela,<br />
¡sino «La vida es sueño» y la propia<br />
existencia <strong>de</strong> «Don Quijote»! Mas hay<br />
que tener en cuenta que «ios poetas»<br />
nos movemos siempre por encima <strong>de</strong><br />
la razón vulgar, y.que hasta el sesudo<br />
Erasnio escribió un «Elogio <strong>de</strong> la<br />
locura». Aunque no es por ella por lo<br />
que yo he trazado los itinerarios psicológicos<br />
y geográficos <strong>de</strong> mis personajes,<br />
sino porque me apasionan las<br />
singladuras <strong>de</strong>l espíritu y <strong>de</strong>l cuerpo.<br />
Quizá abuse <strong>de</strong> las <strong>de</strong>scripciones viajeras,<br />
ya que la protagonista no para<br />
un momento —más que para morirse,<br />
que es reempren<strong>de</strong>r el viaje más dilatado<br />
y sorpren<strong>de</strong>nte — , y se recorre<br />
toda España —prefiriendo el Mediterráneo,<br />
por más viejo y sabio- y buena<br />
parte <strong>de</strong> Europa; sin llegar a <strong>de</strong>scubrir<br />
<strong>de</strong> ella más <strong>de</strong> aquello que ve<br />
todo viajero sin guía en la mano,.. La<br />
propia casa, funesto personaje <strong>de</strong> suma<br />
importancia en la novela, en don<strong>de</strong><br />
pasan los sucesos <strong>de</strong> amor más<br />
grave, es una terrible viajera «inmóvil»:<br />
ella va por la sangre <strong>de</strong> los que<br />
la habitan, transfundiéndoles su morbo<br />
trágico y <strong>de</strong>solante. Pero ni una<br />
casa, ni una mujer enloquecida <strong>de</strong><br />
amor, ni «na muchacha empeñada en<br />
mantenerse en el misterio a que la<br />
obligan, ni los hombres enamorados y<br />
fugitivos, ni el enamorado fieí y <strong>de</strong>sinteresado,<br />
ni ias figuras secundarias,<br />
que también imprimen su peso, ni...,<br />
ni... Ninguno, en resumen, se aparta<br />
<strong>de</strong>l «lima a que antes aludí, y que, como<br />
<strong>de</strong> autor poeta qué lo creó, pue<strong>de</strong><br />
parecer irreal a fuerza <strong>de</strong> ser verda<strong>de</strong>ro.<br />
Creo que «Las oscuras raices» es<br />
una novela literaria y con vida propia,<br />
que contiene fe, esperanza y caridad.<br />
Si bien no abre un mundo, tampoí-o<br />
lo cierra. Yo quisiera que lo continuara.<br />
A mí, por lo menos, «me continúa»<br />
como quien soy. Me disculpo ante<br />
quienes, por tenerme ya catalogada<br />
como poetisa —y les estoy agra<strong>de</strong>cidísima<br />
por la generosidad que eso 1 significa—,<br />
se encuentren ahora con «jue<br />
también escribo novelas. Es posible<br />
que no alcance su aprobación. Tanto<br />
como es posible que los que me aprueban<br />
como novelista lleguen a <strong>de</strong>scalificarme<br />
como poetisa. Habrá que resignarse<br />
a todos los juicios, sin arrepentirse<br />
<strong>de</strong> dar lugar a ellos. Eso sí<br />
que no. Pues si una escribe es «porque<br />
no pue<strong>de</strong> hacer menos».<br />
CARMEN CONDE<br />
Kcütorial Garlx», Barcelona. — 334 páginas,<br />
ení'i!a<strong>de</strong>mado en tela. 40 pesetas.<br />
WALKER, JOHN: La pintura norteamericana.<br />
Barcelona, Xeis y Jíarral.<br />
60 páginas.<br />
Termina esta obra con el estudio <strong>de</strong><br />
la producción pictórica <strong>de</strong> Mary Cassat<br />
y Whistler, con la generación, por tanto,<br />
que a fines <strong>de</strong>l siglo pasado se incorporó<br />
a los movimientos europeos,<br />
parisienses más concretamente, separándose<br />
<strong>de</strong> una patria don<strong>de</strong> no encontraron<br />
ambiente propicio. Todo lo<br />
que haya podido ocurrir con posterioridad<br />
queda fuera <strong>de</strong> los límites <strong>de</strong><br />
este libre» y, por tanto, en el periodo<br />
que se estudia tiene que haber una<br />
referencia continua a la pintura europea,<br />
<strong>de</strong> la que sólo difiere la norteamericana<br />
en algunos matices. Enumera<br />
Walker las diferencias psicológicas<br />
Que trascien<strong>de</strong>n en los retratos., un escenario<br />
natural nuevo influyendo sobre<br />
los paisajistas o unas obras <strong>de</strong> carácter<br />
local y primitivo. No faltan figuras<br />
que o bien se trasladaron a Inglaterra<br />
antes <strong>de</strong> la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia, o<br />
ya en el siglo XIX, en. su propio país,<br />
que pue<strong>de</strong> ser interesante estudiarlas<br />
para completar así el mapa <strong>de</strong> la difusión<br />
<strong>de</strong> los estilos que estaban en<br />
boga en Europa.—C. V.<br />
ENSAYO<br />
FERREIRA DE MELLO, RUBENS:<br />
Tratado <strong>de</strong> Derecho diplomático. Prólogo<br />
<strong>de</strong> Antonio <strong>de</strong> Luna. Consejo<br />
Superior <strong>de</strong> Investigaciones Científicas.<br />
<strong>Madrid</strong>, 1953. 721 páginas.<br />
El Instituto Francisco <strong>de</strong> Vitoria da a<br />
conocer el libro <strong>de</strong>l ilustre diplomáticc<br />
brasileño en un momento que —como<br />
comenta el prologuista-— todo el mundo<br />
habla <strong>de</strong> <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la diplomacia,<br />
<strong>de</strong>mostrando así la importancia que le<br />
merece el tema. Reviste la obra <strong>de</strong>l<br />
profesor Ferreira <strong>de</strong> Mello un interés<br />
extraordinario, ya que une a una clara<br />
y concisa exposición <strong>de</strong> la materia, lejos<br />
<strong>de</strong> todo retoricismo, una utilidad<br />
documental difícilmente igualada., pues<br />
resuelve cuantos problemas <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n<br />
práctico generales puedan plantearse.<br />
Po<strong>de</strong>mos dividir el tomo en tres partes<br />
fundamentales. La primera, como<br />
auténtico tratado <strong>de</strong> Derecho diplomático,<br />
a través <strong>de</strong> cinco amplios capítulos<br />
: I. Órganos <strong>de</strong> las relaciones diplomáticas;<br />
II. Requisitos <strong>de</strong> la acción diplomática;<br />
III. La acción diplomática;<br />
IV. Protocolo y ceremonial, y V. Aspectos<br />
<strong>de</strong> la actividad diplomática. Una<br />
segunda parte eminentemente práctica,<br />
como es la exposición <strong>de</strong> los diferentes<br />
formularios usados por las naciones<br />
en su vida <strong>de</strong> relación, algunos <strong>de</strong><br />
ellos <strong>de</strong> indudable interés histórico, y,<br />
finalmente, un apéndice <strong>de</strong> textos internacionales<br />
<strong>de</strong> mayor manejo en Hispanoamérica.<br />
Completa la obra un <strong>de</strong>tallado<br />
índice analítico. La versión española<br />
se <strong>de</strong>be al doctor Fernando<br />
Arias Parga.—J. C. P. J.<br />
PABON, JESÚS: El drama <strong>de</strong> Mosen<br />
Jacinto. Editorial Alpha. Barcelona,<br />
1954. 311 páginas.<br />
Más <strong>de</strong> medio siglo <strong>de</strong> discusión<br />
ncerca <strong>de</strong>l caso Verdaguer llevamos va<br />
los espafoles, sin que aún nos haya-<br />
mos puesto <strong>de</strong> acuerdo sobre la acci<strong>de</strong>ntada<br />
vida <strong>de</strong>l gran poeta <strong>de</strong> la Renaixenqa<br />
catalana. Un metódico historiador<br />
que siempre se ha caracterizado<br />
por un rigor <strong>de</strong> análisis y juicio<br />
verda<strong>de</strong>ramente extraordinario, Jesús<br />
Pabón, también se ha sentido tentado<br />
por el famoso caso <strong>de</strong> Mosén Jacinto,<br />
y fruto <strong>de</strong> tal atracción ha sido un<br />
<strong>de</strong>tenido estudio acerca <strong>de</strong> los hechos<br />
que ocasionaron el doloroso drama <strong>de</strong>l<br />
sacerdote poeta. Con claridad <strong>de</strong> juicio<br />
ha llegado Pabón a <strong>de</strong>mostrar <strong>de</strong><br />
forma evi<strong>de</strong>nte que si el gran poeta<br />
cayó en errores, como todos ios humanos,<br />
jamás fueron éstos tan graves<br />
como algunos intentaron hacer creer.<br />
Por el contrario, Pabón nos presenta<br />
pruebas evi<strong>de</strong>ntes y acertados razonamientos<br />
para llevarnos a la conclusión<br />
<strong>de</strong> que Verdaguer, a pesar <strong>de</strong> sus yerros,<br />
jamás cometió una vileza. El duque<br />
<strong>de</strong> Maura, prologuista <strong>de</strong> este inteligente<br />
estudio <strong>de</strong> Jesús Pabón, certifica,<br />
convencido, que las conclusiones<br />
<strong>de</strong>l biógrafo son acertadas, y aña<strong>de</strong> que<br />
«el exhaustivo análisis <strong>de</strong> Jesús Pabón<br />
<strong>de</strong>vuelve hoy, vindicado, a Cataluña,<br />
uno <strong>de</strong> sus hijos predilectos, e impoluta,<br />
a España entera, una <strong>de</strong> sus glorias<br />
literarias».—R. JVI.<br />
WELLEK, R., y WARREN, A.: Teoría<br />
literaria.<br />
En ia colección <strong>de</strong> tratados y monografías<br />
<strong>de</strong> la Biblioteca Románica Hispánica<br />
aparece, traducida al español,<br />
esta interesante y eruditísima obra &'••<br />
Weilek y Warren. La teoría literaria<br />
<strong>de</strong> que habla su título está dividida<br />
en cuatro partes: <strong>de</strong>finiciones y distinciones;<br />
or<strong>de</strong>nación y verificación <strong>de</strong><br />
materiales; acercamiento extrínseco t>.*<br />
estudio <strong>de</strong> la literatura (literatura y<br />
biografía, psicología, sociedad e i<strong>de</strong>as<br />
y artes), y, por último, acercamiento<br />
intrínseco al tema (análisis <strong>de</strong> la obra<br />
literaria, eufonía y ritmo, estilo, géneros<br />
literarios, etc.).<br />
Los autores se han propuesto, aplicando<br />
novísimos métodos y concepciones,<br />
fundir la preceptiva, retórica o<br />
poética y la crítica con la investigación<br />
y con la historia literaria, distinguiendo<br />
en la literatura una parte estática,<br />
que correspon<strong>de</strong> a las dos primeras<br />
(que abarcan lo normativo y 'o<br />
valorativo), y una parte dinámica, que<br />
gan, y Wellek. checoslovaco, lo es en<br />
correspon<strong>de</strong> a las segundas.<br />
Warren es un catedrático <strong>de</strong> Michila<br />
Universidad <strong>de</strong> Yale; ambos representan,<br />
como indica Dámaso Alonso en<br />
el prólogo, el giro <strong>de</strong> lo genético a Jo<br />
estructural, pues si antes la crítica se<br />
preguntaba por qué y cómo se había<br />
originado la obra literaria, ahora trata<br />
<strong>de</strong> averiguar qué es. Esta es la i<strong>de</strong>a<br />
cue presi<strong>de</strong> el estudio <strong>de</strong> Wellek y<br />
Warren, que está realizado, por cierto,<br />
con extensísima información y va<br />
acompañado <strong>de</strong> una espléndida bibli><br />
grafía sobre los diferentes temas.<br />
Tanto en la estilística, o ciencia <strong>de</strong><br />
la Literatura, como en los resultados,<br />
felicísimos a veces, <strong>de</strong> quienes la aplican,<br />
quedan algunos problemas por<br />
resolver, en relación con la antigua<br />
concepción <strong>de</strong> la crítica literaria. El<br />
análisis <strong>de</strong> una obra consi<strong>de</strong>rada eftructuralmente<br />
como organismo ha dado<br />
excelentes frutos. Pero en la crítica<br />
la intuición ha <strong>de</strong>sempeñado y <strong>de</strong>sempeñará<br />
siempre un papel trascen<strong>de</strong>ntal.<br />
Goethe, Sainte-Beuve o nuestro<br />
Menén<strong>de</strong>z y Pelayo, penetrando en si<br />
organismo <strong>de</strong> la creación literaria con<br />
el rayo <strong>de</strong> la intuición, han escrito<br />
cosas asombrosas. En <strong>de</strong>finitiva., esto<br />
quiere <strong>de</strong>cir que estaban asistidos <strong>de</strong><br />
don artístico superior a la inteligencia<br />
que trabaja con exquisitos métodos.<br />
He aquí uno <strong>de</strong> los puatos que en<br />
la Teoría <strong>de</strong> Wellek y Warren, como<br />
en obras análogas, no están dilucidados<br />
rigurosamente, a pesar <strong>de</strong>l innegable<br />
valor que encierran sus páginas.—D.<br />
HISTORIA<br />
CHAMPDOR, ALBERT: Ciro, rey <strong>de</strong>l<br />
mundo. Barcelona, Aymá, 1954. 279<br />
páginas. Coler-ción Los Caminos <strong>de</strong><br />
la Vida.<br />
Siempre- es difícil penetrar en la intimidad<br />
<strong>de</strong> un personaje histórico, y<br />
mucho más cuando media un espacio<br />
<strong>de</strong> tiempo tan gran<strong>de</strong> como entre Ciro<br />
y nosotros. Cabe siempre recurrir a la<br />
<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l ambiente, <strong>de</strong> las costumbres,<br />
<strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>saparecidas<br />
hace ya siglos. El empeño es más fácil<br />
cuando se trata <strong>de</strong> una figura tan <strong>de</strong>scollante<br />
como la <strong>de</strong> Ciro, cuya resonancia<br />
llega hasta las páginas <strong>de</strong> Ja<br />
Biblia como libertador <strong>de</strong>l pueblo escogido.<br />
Sus campaña:; contra Creso y<br />
contra Sardanápalo e.stán ampliamente<br />
<strong>de</strong>scritas, basándose en los relatos Oe<br />
Herodoto y Jenofonte, y en el capítulo<br />
final se <strong>de</strong>scriben las principales ciuda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> su gran Imperio.—C. V.<br />
FERNANDEZ-RÚA, JOSÉ LUIS: M,'dio<br />
siglo <strong>de</strong> c> única escandalosa.<br />
<strong>Madrid</strong>, Calenda, 1054. 4«0 páginas.<br />
40 pesetas.<br />
Cincuenta y tres narraciones d¡ cincuenta<br />
y tres sucesos <strong>de</strong> este siglo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el <strong>de</strong>sastre <strong>de</strong> Santiago <strong>de</strong> Cuba<br />
hasta las bombas <strong>de</strong> Hiroshima y Nagasaki,<br />
pasando por el robo <strong>de</strong> la Gioconda,<br />
la catástrofe <strong>de</strong>l Musel, el proceso<br />
<strong>de</strong> Verona, el incendio <strong>de</strong>l teatro<br />
Noveda<strong>de</strong>s, la muerte <strong>de</strong> Dollfuss, el terremoto<br />
<strong>de</strong> Mesina, la marcha sobre<br />
Roma, el putch <strong>de</strong> Munich, el toro e»<br />
toqueado en la Gran Vía por el diestro<br />
Fortuna, la <strong>de</strong>rrota <strong>de</strong> Al Capone,<br />
etcétera, etc., componen este libro, extraordinariamente<br />
agradable <strong>de</strong> leer<br />
para todos, ya que todos los que están<br />
en edad <strong>de</strong> leer libros poseen un recuerdo<br />
más o menos claro, infantil o<br />
no, <strong>de</strong> una porción <strong>de</strong> los episodios narrados.<br />
Es un libro que con gran humildad<br />
<strong>de</strong> estructura y
CASTILLO PUCHE, JOSÉ LUIS: Con<br />
la muerte al hombro, tSiblioteca Nuetfa.<br />
<strong>Madrid</strong>, 1954. 363 páginas. 50 pesetas.<br />
Con la muerte al hombro es una novela<br />
que se pudiera clasificar como<br />
neo naturalista y enmarcada en un ambiente<br />
<strong>de</strong> angustia, aunque no carezca<br />
<strong>de</strong> cierto humor en algunas ocasiones.<br />
La prosa es buena, rápida la acción y<br />
emotiva, a pesar <strong>de</strong> que las tintas negras<br />
se carguen más <strong>de</strong> la cuenta. Claro<br />
es que el relato lo hace en primera<br />
persona un enfermo <strong>de</strong>l espíritu que<br />
ve un mundo <strong>de</strong>formado por sus propias<br />
obsesiones. A veces hay caídas en<br />
el mal gusto, quizá por ese afán <strong>de</strong> naturalismo<br />
que ne señalado anteriormente.<br />
Ejemplo típico <strong>de</strong> tales caídas es la<br />
<strong>de</strong>scripción tan al <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> la profanación<br />
<strong>de</strong>l cadáver <strong>de</strong> un pobre sacerdote<br />
asesinado por la canalla marxista.<br />
También es censurable el afán <strong>de</strong> traer<br />
constantemente a cuento ciertas funciones<br />
fisiológicas, muy <strong>de</strong>l gusto <strong>de</strong><br />
varios poetas y novelistas actuales. A<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> un irremediable asco, a los que<br />
leemos muchas novelas ya nos causa<br />
hastío. Castillo Puclie tiene una prosa<br />
excelente y buena garra <strong>de</strong> novelista.<br />
Por tanto, no <strong>de</strong>be apoyar su fuerza<br />
<strong>de</strong> narrador en un naturalismo <strong>de</strong>sagradable.—R.<br />
M.<br />
CRONIN, A. J.: Mái allá <strong>de</strong>l silencio.<br />
Editorial Éxito, S. A. narcelona, I9J4.<br />
292 páginas. 60 pesetas.<br />
Archibald Joseph Cronin nos ofrece<br />
en Más allá <strong>de</strong>l silencio una novela .<br />
casi policíaca, que en manos <strong>de</strong> otro<br />
autor <strong>de</strong> menor calidad que este famoso<br />
novelista escocés hubiera podido<br />
quedarse e"n un simple interés <strong>de</strong> trama.<br />
Pero Cronin sabe dar calidad humana<br />
a los hechos. La gradación <strong>de</strong>l<br />
interés rebasa lo simplemente policíaco,<br />
pues una vez conocido el asesino,<br />
sigue atrayéndonos la obra, apoyada en<br />
otros valores <strong>de</strong> buena calidad novelística.—R.<br />
M.<br />
FERNANDEZ -FLOREZ, DARÍO: Alta<br />
costura. Editorial Plenitud. Maarid,<br />
1954. 323 páginas. 65 páginas.<br />
Alta costura, última obra <strong>de</strong> Daño<br />
Fernán<strong>de</strong>z-Flórez, es una novela costumbrista,<br />
<strong>de</strong> ambiente madrileño, a<br />
través <strong>de</strong> la cual corre un tema con<br />
cierto carácter policíaco, aunque no estribe<br />
precisamente el interés <strong>de</strong>l relato<br />
en esto último, puesto que el criminal<br />
es fácilmente í<strong>de</strong>ntificable. También<br />
alienta en esta páginas una certera sátira<br />
contra diversos tipos <strong>de</strong> nuestros<br />
días. La novela se lee con agrado, aunque<br />
no falte en ella la consabida mención<br />
<strong>de</strong> cierta función fisiológica, no<br />
muy poética, y que tanto censuramos<br />
constantemente a muchos <strong>de</strong> nuestros<br />
novelistas actuales, dispuestos, por lo<br />
visto, a caer en el mal gusto <strong>de</strong> un<br />
neonaturalismo <strong>de</strong>sagradable. Va siendo<br />
ya una legión <strong>de</strong> novelistas la que<br />
cae en tan <strong>de</strong>safortunada tentación.—<br />
R. M.<br />
GRAHAM, WINSTON: Cor<strong>de</strong>lia. Colección<br />
Aliciente. Editorial Jano. Barcelona,<br />
1953. 493 páginas. 60 pesetas.<br />
Cor<strong>de</strong>lia es una novela <strong>de</strong> trama bien<br />
construida, don<strong>de</strong> juegan el interés y<br />
los ambientes y don<strong>de</strong> los personajes<br />
esí.án agudamente estudiados, así como<br />
la época victoríana, que el autor refleja<br />
con acierto, sin que la obra pase <strong>de</strong><br />
ser entretenida.—R. M.<br />
GIMENEZ-ARNAU, JOSÉ ANTONIO.<br />
La hija <strong>de</strong> Jano. Ediciones Cid. <strong>Madrid</strong>,<br />
1954. 308 páginas. 40 pesetas.<br />
Aunque se trata <strong>de</strong> una segunda edición<br />
<strong>de</strong> La hija <strong>de</strong> Jano, <strong>de</strong> Giménez-<br />
Arnáu, hemos creído conveniente hacer<br />
esta breve reseña, porque es ahora<br />
cuando se publica por primera vez en<br />
España.<br />
La hija <strong>de</strong> Jano, por ser <strong>de</strong> las primeras<br />
novelas <strong>de</strong>l autor, está a menor<br />
altura que las últimas suyas. Los am-<br />
ATENEO<br />
bientes están bien reflejados; pero \o¡><br />
personajes, en su mayor parte, resu 1 -<br />
tan falsos, especialmente el <strong>de</strong>l secuestrador<br />
dé niños, que parece un santo<br />
varón. La anécdota o trama también<br />
acusa cierta inexperiencia, aunque nos<br />
compense bastante <strong>de</strong> tal cosa el buen<br />
estilo <strong>de</strong> narrador que ya acusa Giménez.Arnáu<br />
en esta novela, primera u <strong>de</strong><br />
las primeras que escribió.—R. M.<br />
KRUIP, PAUL DE" Los cazadores <strong>de</strong><br />
microbios, Aguilar. <strong>Madrid</strong>, 1954. 485<br />
páginas. Trad. <strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>rico Portillo.<br />
Las aventuras corridas por los investigadores<br />
científicos hasta llegar a ciertos<br />
<strong>de</strong>scubrimientos tienen muchas veces<br />
un interés y una emoción insospechados.<br />
Paul <strong>de</strong> Kruif escoge en este<br />
libro la historia <strong>de</strong> los avances humanos<br />
en un sector oculto y apasionante<br />
<strong>de</strong> la Naturaleza, ¡os microbios, cuyo<br />
conocimiento ha supuesto un avance<br />
tan gran<strong>de</strong> para la Medicina.<br />
Empieza esta serie con la simpática<br />
figura <strong>de</strong>l holandés Leeuwenhoek, un<br />
vecino <strong>de</strong> Delft, en el siglo XVII, que<br />
bien pudo conocer a Vermeer, y cuya<br />
mayor distracción era examinar con un<br />
microscopio por él mismo construido<br />
el impensado mundo <strong>de</strong> pequeños animalitos<br />
que cabían, por ejemplo, en una<br />
gota <strong>de</strong> agua, para comunicar luego sus<br />
<strong>de</strong>scubrimientos a la Real Sociedad<br />
Científica <strong>de</strong> Londres, que recibía atónita<br />
sus comunicaciones.<br />
Pero la lucha contra los microbios<br />
no había empezado todavía, y hemos<br />
<strong>de</strong> esperar ai siglo XIX para llegar al<br />
dramatismo <strong>de</strong> vidas como la <strong>de</strong> Pasteur<br />
o Koch, que con sus investigaciones<br />
venían a salvar a muchos <strong>de</strong> sus<br />
semejantes.<br />
Siguen <strong>de</strong>sfilando figuras y figuras,<br />
hasta llegar a Paul Ehrlich, animadas<br />
todas por una misma pasión científica.<br />
La cuidada versión <strong>de</strong>l señor Portillo<br />
está hecha sobre la última edición inglesa<br />
<strong>de</strong> esta obra, que se publicó por<br />
primera vez en 1926.—C. V.<br />
MONESTIER, MARIANNE: AWert<br />
Schweitzer, el gran doctor blanco.<br />
Barcelona, 1954. Ed. iberia. 204 páginas.<br />
El prólogo <strong>de</strong> Gilbert Cresboa, el<br />
autor <strong>de</strong> Los santos van al infierno,<br />
esboza a gran<strong>de</strong>s rasgos la personalidad<br />
<strong>de</strong> Schweitzer, traída a primer plano<br />
<strong>de</strong> actualidad al concedérsele el año<br />
pasado el Premio Nobel <strong>de</strong> la Paz.<br />
Nacido en un pueblecu.o <strong>de</strong> la alta<br />
Alsacia, tierra siempre en litigio entre<br />
Francia y Alemania, e hijo <strong>de</strong> un pastor<br />
evangélico en medio <strong>de</strong> una región<br />
predominantemente católica, su i<strong>de</strong>ología<br />
no podía menos <strong>de</strong> orientarse hacia<br />
la tolerancia y el respeto mutuos,<br />
que son para él el mejor legado <strong>de</strong>l siglo<br />
XVIII. Historiógrafo <strong>de</strong> Bach y organista<br />
por afición, iilósofo <strong>de</strong> la historia<br />
y médico, su compleja personalidad<br />
se orientó hacia la medicina colonial,<br />
pero no para investigar en un<br />
laboratorio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Europa, sino trasladándose<br />
bien pronto, con su joven esposa,<br />
Elena, al África ecuatorial francesa.<br />
Allí, en la selva <strong>de</strong> Gabón, fundaron<br />
el hospital <strong>de</strong> Lambarené, <strong>de</strong>n<strong>de</strong> se<br />
<strong>de</strong>sarrolla esta biografía novelada.<br />
Aparece en ella un joven matrimonio<br />
indígena, que simboliza, en las diferencias<br />
entre Ossoka y su mujer. Sopeé,<br />
dos actitu<strong>de</strong>s distintas <strong>de</strong> los pueblos<br />
negros, según que hayan conseguido<br />
más o menos in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia frente a<br />
sus ritos y supersticiones seculares.<br />
La obra está escrita agradablemente<br />
y sin <strong>de</strong>sdibujarse nunca la personalidad<br />
<strong>de</strong>l gran doctor blanco.—C. V.<br />
ROBERTS, CECIL: Solos contra el<br />
mundo. Colección Gigante. Luis <strong>de</strong><br />
Caralt, editor. Barcelona, 1954. 291<br />
páginas.<br />
No es precisamente Solos contra el<br />
mundo una <strong>de</strong> las mejores novelas <strong>de</strong>l<br />
famoso autor <strong>de</strong> Estación Victoria, a<br />
las 4,30. El argumento tiene poca fuerza,<br />
no es verda<strong>de</strong>ramente interesante<br />
en sí. Sin embargo, la narración está<br />
llevada por mano maestra, no cabe<br />
duda, aunque al final Cecil Roberts<br />
recurra al <strong>de</strong>sacreditado truco novelfs-<br />
O- CRECE- O -<br />
Director: FLORENTINO PÉREZ EMBID<br />
ÚLTIMOS NÚMEROS PUBLICADOS<br />
Cerebro internó y sociedad, ¡ oí<br />
JUJJI lío'i CarbJío.<br />
13.— El Orienta Medij, en- r.:c ji.du<br />
<strong>de</strong>l mundo, por Pedro Gómez<br />
Aparicio.<br />
14,-- F amando el Católico, militar,<br />
p:>r .1 ;rge Vigón.<br />
-'.ataluñi, entre Tradición y Revolución,<br />
p r Ignacio Agustí.<br />
l.V -Vna nueva organización económica,<br />
por Eugene Schueller.<br />
i V. •-Lección<br />
permanente, <strong>de</strong>l barroco<br />
españcl, por E. ürozro Díaz.<br />
18- -Teóloga <strong>de</strong> la Pasión, por J sé<br />
M; ría Cirarda.<br />
19.- -La atomización <strong>de</strong> la economía,<br />
por Hjalmar Schachl.<br />
^0. Austria, sí -nbolo <strong>de</strong> la tragedla<br />
europea, por Antón Rothbauer.<br />
21.- -La quiebra <strong>de</strong> la razón <strong>de</strong> Estado,<br />
por G. F. <strong>de</strong> !a Mora.<br />
22.- -Crítica <strong>de</strong> la Restauración liberal<br />
en España, por Joré María<br />
García Escu<strong>de</strong>ro.<br />
23. El espíritu aragonés y din Fernando<br />
el Católico, por Emilio<br />
Alfaro.<br />
24.- -I<strong>de</strong>ología pura y fenomenolog'a<br />
pura, por Leopoldo Palacios.<br />
2S.- -La prensa ante las masas, por<br />
Torcuato Lnca <strong>de</strong> Tena.<br />
26- -El Catolicismo contemporáneo<br />
en Inglaterra, por T. Burns.<br />
27.- -La arquitectura popular española<br />
y su valor ante la arquitectura<br />
<strong>de</strong>l futuro, por Migue!<br />
Fisac.<br />
2Q.- -Donoso Corles, ejemplo <strong>de</strong>l pensamiento<br />
<strong>de</strong> la tradición, por<br />
Edmund Schramm.<br />
29.—Paz<br />
y maquiavelismo, por Alfjnso<br />
<strong>de</strong> Cossío.<br />
33.—<br />
Ruralidad peninsular, por Antonio<br />
<strong>de</strong> Siuza Cámara.<br />
31.—La<br />
tributación en el Presupuesto<br />
español, por José Ln¡s<br />
Villar Palasí.<br />
32 .—El Catolicismo liberal en Francia,<br />
por Jean Roger.<br />
33 .—Fin <strong>de</strong> la sociedad española<br />
<strong>de</strong>l antiguo régimen, por Vicente<br />
Palacio Atard.<br />
34 .—Situación histórica <strong>de</strong>l tiempo<br />
actual, por Rola Moni" r.<br />
.! . fi< J g- (¿ii r. a escén U:O, [> f >r A n It'm<br />
(f,n,.o i.rag.iglia.<br />
.ií>. - Pr.ice-;, ••! ' ¡ormuc.óii d' Int<br />
ilaciones . - i .> mis ti,' vivir v modos 'le<br />
enfermar, por Juan José López<br />
Ibor.<br />
54.— El problema <strong>de</strong> la libertad en<br />
el Islam, por Juan M. Ab<strong>de</strong>l-Jalil.<br />
55.—Or<strong>de</strong>n y jerarquía en la estructura<br />
social, por Santiago<br />
Galin
(Viene <strong>de</strong> la pág. anterior.)<br />
guieron a la crisis <strong>de</strong> 1929 hasta el fi<br />
nal <strong>de</strong> la última guerra, la familia va<br />
creciendo y pasando por una serie I*<br />
vicisitu<strong>de</strong>s contadas <strong>de</strong> una manera directa<br />
y atrayente. Las ilustraciones óe<br />
Reisie Louette están a tono con el carácter<br />
<strong>de</strong> la obra.—C. V.<br />
POESÍA<br />
LÓPEZ ANGLADA, LUIS: Dorada canción.<br />
Santan<strong>de</strong>r, 1954. 41 páginas.<br />
Entre los pocos nombres que van<br />
quedando por <strong>de</strong>recho propio, <strong>de</strong> tantos<br />
como surgieron y rebulleron a raíz<br />
<strong>de</strong> nuestra posguerra en el campo <strong>de</strong><br />
la poesía, está el <strong>de</strong> Luis López Anglada,<br />
porque él es un poeta legítimo,<br />
quiero <strong>de</strong>cir que vuelca enteramente su<br />
corazón sobre ías cuartillas, sin ningún<br />
escamoteo, pues si el juego retórico<br />
existe en sus bellos poemas, también<br />
es cierto que en López Angladi<br />
no es la puerta <strong>de</strong> escape usada por<br />
otros poetas que nada llevan <strong>de</strong>ntro,<br />
sino, por el contrario, es el adorno<br />
gracioso o el primor <strong>de</strong>l lenguaje, siempre<br />
necesarios en la expresión poética.<br />
Luis López Anglada atien<strong>de</strong> por igual<br />
al fondo y a la forma, gustando <strong>de</strong> titular<br />
sus perfectos sonetos al modo<br />
<strong>de</strong> nuestros clásicos; señalamos como<br />
ejemplo elocuente <strong>de</strong> intitulación
ATALAYA SOBRE EL MUNDO IBÉRICO<br />
MÉXICO: CAMPAÑA NACIONAL<br />
DE ALFABETIZACIÓN<br />
Según iníorma «Perspectivas <strong>de</strong> la<br />
UNESCO», <strong>de</strong> París, en marzo <strong>de</strong> este<br />
año, el Ministerio <strong>de</strong> Educación<br />
<strong>de</strong> Méjico ha anunciado que en el<br />
curso d.el presente aíio 1954 se propone<br />
enseñar a leer y escribir a<br />
1.800.000 analfabetos. Se contará con<br />
el concurso <strong>de</strong> las escuelas oficiales,<br />
colegios particulares y centros <strong>de</strong>l Estado<br />
y <strong>de</strong> los Municipios. Intervendrán,<br />
a<strong>de</strong>más, 65 misiones culturales<br />
y los alumnos <strong>de</strong> sexto año <strong>de</strong> primaria,<br />
escuelas secundarias, confedoraciones<br />
sindicales, empresas privadas, <strong>de</strong><br />
acuerdo ion un plan establecido para<br />
cada caso particular. Dirigirá la campaña<br />
la Dirección General, <strong>de</strong>i Alfabetización<br />
y Educación Extra-Escolar,<br />
y en los años posteriores se proseguirá<br />
e! esfuerzo con idéntica intcnsidad.<br />
BUENOS AIRES: ¿ HACIA EL<br />
NUEVO CONVENIO ECONÓMI-<br />
CO HISPANOARGENTINO?<br />
Parece que se ha liegado a un sólido<br />
acuerdo <strong>de</strong> principio entre Argentina<br />
y España, sobre cuyas bases tratará<br />
una misión argentina que habría <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>splazarse a <strong>Madrid</strong> en fecha próxima,<br />
<strong>de</strong> firmar un nuevo Convenio económico<br />
que regularice las situaciones<br />
pendiente.; y <strong>de</strong>termine las condiciones<br />
normales para el futuro intercambio.<br />
En relación con este hecho, ha circulado<br />
insistentemente en ciertos medios<br />
el rumor <strong>de</strong> una próxima visita<br />
a <strong>Madrid</strong> <strong>de</strong>l Presi<strong>de</strong>nte Perón, acompañado<br />
<strong>de</strong> su ministro <strong>de</strong> Comercio.<br />
visita que se llevaría a cabo en esta<br />
primavera e iría encaminada a la<br />
formalización <strong>de</strong>! mencionado acuerdo.<br />
En este sentido informaba, por<br />
ejemplo, el diario británico «Daily<br />
Tclegraph» <strong>de</strong> 1 <strong>de</strong> febrero pasado.<br />
En un artículo aparecido en «La<br />
Prensa», <strong>de</strong> Buenos Airea, el • 4 <strong>de</strong><br />
abril, firmado por el colaborador <strong>de</strong><br />
la Agencia Fiel don Amable Gutiérrez<br />
Diez, presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Delegación<br />
argentina en el pasado I Congreso<br />
Iberoamericano <strong>de</strong> Cooperación<br />
Económica, se recocen datos autorizados<br />
<strong>de</strong> efectivo interés respecto a<br />
esta probable reactivación <strong>de</strong>l intercambio<br />
comercial argentino-español.<br />
Dejando aparte los aspectos financieros<br />
y <strong>de</strong> conveniencia equitativa <strong>de</strong><br />
ambas naciones, aspectos que, como<br />
es lógico, correspon<strong>de</strong> resolver a los<br />
técnicos y a los políticos, (lucremos<br />
llamar la atención <strong>de</strong>l lector aobre<br />
esta cuestión, ya que el papel que<br />
correspon<strong>de</strong> <strong>de</strong>sempeñar a España y<br />
a Argentina en su servicio a la comunidad<br />
<strong>de</strong> pueblos ibéricos, y aun<br />
<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la actual situación internacional,<br />
fácilmente se ve que es importante<br />
y <strong>de</strong>licado y que ha <strong>de</strong> beneficiarse<br />
<strong>de</strong> esta nueva aproximación,<br />
mucho más sólida ya a la luz<br />
<strong>de</strong> las experiencias pasadas. Aunque<br />
estemos lejos <strong>de</strong> pensar que lo más<br />
importante, ni en la existencia <strong>de</strong> los<br />
individuos ni en la dr los pueblos,<br />
es lo económico, bien po<strong>de</strong>mos tener.<br />
sm embargo, la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> que los<br />
más elevados afectos ,. i<strong>de</strong>ales —sirva<br />
<strong>de</strong> ejemplo el mismo matrimonio<br />
r*ófo se hacen viables cuando su propia<br />
realidad volitiva toma cuerpo material,<br />
abriéndose cauce a través <strong>de</strong><br />
las limitaciones económicas en que<br />
las cosas se nos suelen dar envueltas.<br />
LA HABANA: TRASCENDENCIA<br />
DEL PROYECTO DE CIUDADA-<br />
NÍA HISPÁNICA<br />
En un comentario <strong>de</strong>l diario cubano<br />
«El Pueblo», <strong>de</strong> 5 <strong>de</strong> febrero, aparece<br />
un comentario a un proyecto <strong>de</strong><br />
estatuto jurídico <strong>de</strong> doble ciudadanía<br />
para Hispanoamérica y Filipinas, cu-<br />
ya aprobación por parte <strong>de</strong> Españolen<br />
reciprocidad con los otros países<br />
<strong>de</strong> su propia comunidad cultural, parece<br />
esperarse para fecha próxima.<br />
«Todo esto adquiere ahora escribe<br />
dicho comentario nuevo relieve<br />
y parece entrar en época tíe mayores<br />
posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> realización. Naturalmente,<br />
habrán <strong>de</strong>. ser largas y en ocasiones<br />
minuciosas en el sopeso y calibración<br />
<strong>de</strong> ias estipulaciones, las<br />
etapas <strong>de</strong> una tramitación idónea y<br />
eficaz: se lograrán o no más o menos<br />
resultados satisfactorios; se establecerá<br />
ampliamente o con restricciones<br />
y regateos la doble nacionalidad<br />
hispanoamericana; pero una cosa es<br />
indiscutible, cierta, y por serlo, eun<br />
evi<strong>de</strong>ncia cada día más clara en su<br />
pluralidad: .que para millones <strong>de</strong> españoles<br />
que viven en América y en<br />
este Continente que hoy, niño entre<br />
ancianos, es la esperanza <strong>de</strong>l mundo.<br />
ése es un problema ya resuelto, en lo<br />
hondo <strong>de</strong> lo entrañable, en lo seguro<br />
<strong>de</strong> la razón, en la pasión <strong>de</strong>l amor y<br />
<strong>de</strong>l conocimiento. Todo español bien<br />
nacido en la buena España, con larg;t<br />
resi<strong>de</strong>ncia en alguno <strong>de</strong> los países<br />
americanos <strong>de</strong> raíz y <strong>de</strong> sustancia hispánicas,<br />
se siente <strong>de</strong> hecho -—quieran<br />
reconocerlo o no legalmente— ciudadano,<br />
hijo <strong>de</strong> dos patrias. Se logrará<br />
o no esc <strong>de</strong>signio; lo veremos en textos<br />
o pragmáticas; pero vivo está <strong>de</strong><br />
cualquier modo en la realidad <strong>de</strong> la<br />
vida.»<br />
¿Quién sería capaz <strong>de</strong> calcular las<br />
reservas <strong>de</strong> vitalidad que guarda una<br />
colectividad <strong>de</strong> hombres cuyos miembros,<br />
jurídica y políticamente aislados,<br />
irreconciliablemente enfrentados<br />
con <strong>de</strong>sdichada frecuencia, distante*<br />
entre sí por la geografía y por muchos<br />
rasgos <strong>de</strong> psicología ambiental.<br />
tanto como puedan estarlo los <strong>de</strong> pueblos<br />
absolutamente extraños, se manifiestan,<br />
sin embargo, espontáneamente,<br />
sin previa reflexión convenida, en los<br />
mismos términos y con idénticos sentimientos<br />
y aspiraciones históricas? Sólo<br />
cabe, por nuestra parte, unirnos al<br />
sector cubano <strong>de</strong> opinión, cualquiera<br />
que ?ea, cuya voluntad se expresa en<br />
el diario «Pueblo» <strong>de</strong> la isla hermana,<br />
\ hacer nuestros sus votos por la<br />
pronta promulgación <strong>de</strong> la común ciudadanía<br />
hispánica y —si ello imdier;t<br />
resultar pru<strong>de</strong>nte y <strong>de</strong>licado incluso<br />
<strong>de</strong> la ciudadanía ibérica, en<br />
atención a la posible incorporación,<br />
tan honrosa y necesaria a nuestra plena<br />
comunidad cultural, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>«<br />
gran<strong>de</strong>s pueblos fraternos <strong>de</strong> habln<br />
portuguesa.<br />
QUITO: PENETRACIÓN DEL<br />
SOCIALISMO EN INSTITUCIO-<br />
NES ECONÓMICAS<br />
Un editorial <strong>de</strong>l diario nacionalista<br />
Combate, órgano <strong>de</strong>l A. R. N. E.<br />
ecuatoriano, abordaba el día 20 <strong>de</strong><br />
marzo un tema <strong>de</strong> interés para el<br />
conjunto <strong>de</strong> la situación actual <strong>de</strong><br />
dicha República: «El socialismo, introducido<br />
en la economía nacional».<br />
Después <strong>de</strong> señalar la penetración<br />
socialista en el campo <strong>de</strong> la cultuy<br />
la educación ecuatorianas, aña<strong>de</strong>:<br />
«Pero <strong>de</strong> lo que no se han dado<br />
cuenta muchísimas gentes es <strong>de</strong> que<br />
el socialismo está introducido en las<br />
instituciones <strong>de</strong> carácter. económico<br />
y financiero, <strong>de</strong>l brazo. inseparable<br />
<strong>de</strong>l capitalismo. No han llegado aún<br />
al monopolio, pero-el...círculo.^cada<br />
vez se estrecha más. Con la apariencia<br />
<strong>de</strong> técnicos, se vuelven intangibles,<br />
y, naturalmente, los elementos<br />
socialistas no dan, lugar a.<br />
que con ellos colaboren otros ciudadanos<br />
in<strong>de</strong>pendientes, igual o mayormente<br />
capacitados que eüos.»<br />
«La Junta <strong>de</strong> Planificación y Coordinación<br />
Económiea —aña<strong>de</strong> el diario<br />
ecuatoriano—, por crearse legaimente,<br />
estará compuesta por los representantes<br />
<strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s que<br />
por ley tienen que serlo; mas, efectivamente,<br />
los ejecutores <strong>de</strong> la planificación<br />
pue<strong>de</strong>n llegar a ser mentalida<strong>de</strong>s<br />
izquierdistas. La economía<br />
es el campo que más abono ofrece<br />
para el marxismo, el plano <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ol<br />
cual podrán actuar con mayor eíicacia<br />
que en cualquier otro. No hay<br />
para qué disimularlo. En varios organismos<br />
<strong>de</strong>E Estado —entre ellos, el<br />
Consejo Nacional <strong>de</strong> Economía, el<br />
Banco Central, el Banco <strong>de</strong> Fomento<br />
y algunos Ministerios— el socialismo<br />
está representado. Estos técnicos<br />
socialistas, sumisos instrumentos<br />
<strong>de</strong> sus dirigentes, aunque<br />
aparezcan como hombres in<strong>de</strong>pendientes,<br />
aliados <strong>de</strong> los que los auspician<br />
e incluso <strong>de</strong>sobe<strong>de</strong>cen, serán los<br />
que tendrán en sus manos la planificación<br />
<strong>de</strong> la economía <strong>de</strong>l país,<br />
que no es, por otra parte (la planificación),<br />
técnica socialista. Al<br />
contrario, tiene sus orígenes en una<br />
<strong>de</strong> las mentalida<strong>de</strong>s más reaccionarias<br />
<strong>de</strong> la vieja Europa. La planificación,<br />
pues, es un buen instrumento<br />
para las teorías socializadoras <strong>de</strong><br />
la economía.,<br />
En Rusia hay vasta experiencia<br />
<strong>de</strong> esto con los terribles planes quinquenales,<br />
que, a pretexto <strong>de</strong> economía<br />
dirigida o <strong>de</strong> planificación,<br />
constituyó al Estado en propietario,<br />
empresario, amo y señor <strong>de</strong> todos<br />
los bienes privados y públicos.<br />
Hay que estar a la expectativa<br />
—concluye el comentario al que nos<br />
referimos <strong>de</strong> lai maniobras socia-,v,<br />
listas, encubiertas inocentemente ba-'y<br />
Jo un manto técnico. Suficiente es<br />
leer las noticias e informaciones <strong>de</strong>a<br />
su diario socialista, cuya eiriorrif<br />
sube <strong>de</strong> punto para tratar cuestio-]<br />
nes económicas. No porque le ínce-'<br />
resé la economía como una disciplina<br />
científica, cuanto porque sus<br />
afiliados maniobran tras la economía,<br />
como en la educación, como en<br />
la cultura, instrumentos <strong>de</strong>l marxismo.»<br />
La infiltración <strong>de</strong>l marxismo en<br />
los puntos estratégicos <strong>de</strong> la sociedad<br />
iberoamericana es un peligro<br />
patente. El laicismo liberal tiene<br />
que <strong>de</strong>jar sitio —batida cada vez<br />
más su pasada hegemonía i<strong>de</strong>ológica<br />
indiscutible— a nuevas fuerzas.<br />
Lo más lógico es que las posiciones<br />
que él abandona vengan a ocuparlas<br />
aquellas ten<strong>de</strong>ncias que en<br />
lo esencial coincidan con el ídolo<br />
caído; es <strong>de</strong>cir aquellas que son sus<br />
continuadoras, y aun lo aventajan<br />
francamente, en el rechazo social<br />
<strong>de</strong>l cristianismo.<br />
Lo verda<strong>de</strong>ramente <strong>de</strong>licado <strong>de</strong><br />
este proceso está, por tanto, en su<br />
carácter, diríamos que natural e<br />
irrevocable, a menos que los núcleos<br />
dirigentes católicos <strong>de</strong> cada una <strong>de</strong><br />
nuestras socieda<strong>de</strong>s nacionales sepan<br />
reaccionar con tal oportunidad<br />
y <strong>de</strong> tai modo, que la nueva fuerza<br />
i<strong>de</strong>ológica que reemplace a las<br />
que ahora caducan en el mundo<br />
ibérico sea la fuerza <strong>de</strong> la verdad<br />
<strong>de</strong> Dios: un cristianismo militante<br />
en la economía, en la educación y<br />
en la cultura, en la política —confesional<br />
o no, pero cristianamente<br />
vivida, como un servicio interior a<br />
Dios, que es lo esencial— y trt 3a<br />
propia vida religiosa sincera <strong>de</strong> los<br />
dirigentes y <strong>de</strong> los pueblos.<br />
LISBOA: PARCIALIDAD DEL<br />
TERMINO
28<br />
«PKEUVES»: ARTHUR KOES-<br />
TLER ¥ LAS NEUROSIS POLÍ-<br />
TICAS<br />
El famoso novelista Koftfller ha<br />
publicado una «Pequeña guía <strong>de</strong> neurosis<br />
políticas», primero en la revista<br />
inglesa «fincounler», y seguidamente<br />
sucesivas traducciones- en la alemana<br />
«Der Monat» y en la francesa<br />
nPreuves». El trabajo es muy impórtame,<br />
a nuestro juicio. Partiendo <strong>de</strong><br />
la base <strong>de</strong> que tan fundamental es en<br />
la persona el instinto sexual, que sir-<br />
VÍ_- Í¡ la perpetuación <strong>de</strong> la raza, como<br />
el político, que sirve a Ja conviviveneia<br />
naturalmente necesaria, concluye<br />
que junto a la libido sexuai se<br />
manifiesta en el hombre una libido<br />
política, cuyas perturbaciones dan lugar<br />
a neurosis tan típicas como las <strong>de</strong><br />
moüvación erótica, aunque mucho<br />
menos estudiadas.<br />
Distingue i*£oessi.er varias Jornias<br />
fundamentales en este género 1 <strong>de</strong> neurosis:<br />
la <strong>de</strong> «culpabilidad reprimida y,<br />
característica, por ejemplo, <strong>de</strong>l hombre<br />
medio alemán, siempre orgullosamente<br />
vinculado a «sus» glorias nacionales,<br />
pero que experimenta ahora<br />
al mismo tiempo una reacción inhibitoria<br />
subconsciente cuando se loca<br />
el problema <strong>de</strong> las matanzas organizadas<br />
por el régimen nacionalista,<br />
respecto <strong>de</strong> las cuales, sin embargo,<br />
la gran mayoría <strong>de</strong> Is población permaneció<br />
ajena; la <strong>de</strong> «amnesia colectiva»<br />
<strong>de</strong>l pueblo francés, que ha cambiado<br />
su pasiva tolerancia ante el invasor<br />
durante la guerra y frente a la<br />
liberación realizada por sus aliados<br />
con la colaboración <strong>de</strong> un pequeño<br />
número <strong>de</strong> franceses, por su artificial<br />
orgullo victorioso <strong>de</strong> la posguerra, a<br />
base <strong>de</strong> olvidar colectivamente su anterior<br />
época <strong>de</strong> dimisión eolaboracio.<br />
nista: o la <strong>de</strong> «evasión <strong>de</strong> la realidad»,<br />
frente al peligro militar ruso,<br />
por ejemplo, como ayer frente a ía<br />
amenaza alemana, generalizada hoy<br />
entre la población europea, aunque<br />
más típica, hoy como ayer, <strong>de</strong> los ingleses.<br />
Estos, a su vez, así como los<br />
norteamericanos, sufren en su relación<br />
mutua un complejo muy semejante<br />
al que los psiquíatras llaman <strong>de</strong><br />
«ambivalencia», y por el cual se <strong>de</strong>signan<br />
los sentimientos patológicos<br />
<strong>de</strong> amor y aborrecimiento simultáneo<br />
que se dan entre dos individuos.<br />
Otra neurosis muy generalizada entre<br />
el hombre político <strong>de</strong> nuestros<br />
días es el «fetichismo», concepto con<br />
el que en terminología psiquiátrica<br />
se viene <strong>de</strong>signando la aberración que<br />
vincula el instinto sexual a un símbolo,<br />
accesorio o fragmento <strong>de</strong> su objeto<br />
natural; dicha noción permite <strong>de</strong>scubrir<br />
el carácter fetichista <strong>de</strong> muchos<br />
símbolos políticos <strong>de</strong> ios que tanto<br />
uso hace sobre iodo el totalitarismo,<br />
y cuya manifestación más típica podría<br />
ser, en el caso <strong>de</strong>l comunismo, la<br />
perversión con que, el i<strong>de</strong>alismo <strong>de</strong><br />
millones <strong>de</strong> seres <strong>de</strong>sosos <strong>de</strong> un mundo<br />
mejor se ha transmutado en adoración<br />
<strong>de</strong>l «Partido).', venido a ser ya<br />
ante las masas que domina objeto <strong>de</strong><br />
adoración en sí mismo. 0 la <strong>de</strong> «eterna<br />
adolescencia» manifestada en ciertos<br />
individuos y grupos <strong>de</strong> izquierda<br />
titulados a sí mismos «revolucionarios);,<br />
acostumbrados a hacer <strong>de</strong>cía-<br />
raí-iones con motivo <strong>de</strong> cualquier cati-<br />
?ri aireada por la propaganda, ¡siempre<br />
inútiles y en contliclo reciproco<br />
con sus oíros grupos, semejantes.<br />
Finalmente hace referencia el trabajo<br />
al (e<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> pertenencia», <strong>de</strong>fraudado<br />
en el hombre <strong>de</strong>l siglo ÁA,<br />
que, frente a la cuestión <strong>de</strong>l sentido<br />
<strong>de</strong> su viaa, habiendo tenido que reemplazar<br />
el reino <strong>de</strong> los cielos por lo.*<br />
«sustituí!vos» sangrante? <strong>de</strong> la Utopia<br />
—revolución mundial, .Rusia hovieliea,<br />
JKeich milenario, etc.--. ya no sabe,<br />
ni social ni espiritualícente, a<br />
quién o a qué «pertenecen, Tambjén<br />
alu<strong>de</strong> a los «telones <strong>de</strong> acero mentales»,<br />
mucho más vigorosos en los partidarios<br />
<strong>de</strong> cualquier i<strong>de</strong>ología que los<br />
que pueda establecer una censura olícial,<br />
y que hacen, frente, al marxista,<br />
por ejemplo —fanáticamente aferrado<br />
a sus< supuestos doctrinarios—, que el<br />
diálogo lógico llegue a ser imposible<br />
y tenga que ce<strong>de</strong>r el sitio a la psico-<br />
Lerapia. Termina el artículo señalando<br />
Ja gran <strong>de</strong>bilidad Ue los regímenes<br />
occi<strong>de</strong>ntales, que vienen mostrándose<br />
incapaces <strong>de</strong> crear ni un instrumento<br />
<strong>de</strong> conspiración comparable a<br />
la Kominfonn ni un contraíantasma<br />
que oponer aí po<strong>de</strong>r hipnótico <strong>de</strong>l<br />
fantasma comunista.<br />
Este trabajo ofrece, pues, un interés<br />
extraordinario en el terreno <strong>de</strong> la<br />
psicología patológica <strong>de</strong> las masas mo.<br />
<strong>de</strong>rnas; es muy orientador para el<br />
político inteligente y honrado; y <strong>de</strong>scubre<br />
el inmenso vacío que el cristianismo<br />
podría Henar en el hombre<br />
actual si les cristianos estuviéramos<br />
hoy tan llenos <strong>de</strong> Dios como para po<strong>de</strong>rles<br />
hacer recuperar con nuestro<br />
testimonio a nuestros «compañeros <strong>de</strong><br />
viaje», su perdida salud psíquica.<br />
«LES ANNALES»: EL BALANCK<br />
POSITIVO DEL CATOLICISMO<br />
FRANCÉS<br />
Daniel-Rops afronta en cJ número<br />
<strong>de</strong> abril <strong>de</strong> Les Annales el siguiente<br />
problema, no por repetidas veces tratado,<br />
o aludido al menos entre nosotros,<br />
menos actual y aleccionador:<br />
¿Es todavía cristiana Francia? El escritor<br />
católico francés parece respon<strong>de</strong>r<br />
implícitamente en este trabajo<br />
a las manifestaciones vertidas últimamente<br />
por algunos sectores entre los<br />
que parecía cundir la alarma ante<br />
una pretendida peligrosidad <strong>de</strong>l catolicismo<br />
francés. Ante el <strong>de</strong>spliegue<br />
impresionante <strong>de</strong> admirables realida<strong>de</strong>s<br />
con que hoy cuenta la Iglesia en<br />
Francia, ningún cristiano viviente en<br />
sus criterios y conducta —y no sólo<br />
muerto en la mera fe sin caridadpodrá<br />
<strong>de</strong>jar <strong>de</strong> sentir alegría, como<br />
la hemos sentido nosotros, aunque estos<br />
datos y realizaciones nos eran ya<br />
conocidos en su casi totalidad.<br />
En primer lugar, <strong>de</strong>stacamos la referencia<br />
<strong>de</strong> Daniel-Rops a la encuesta<br />
tipo Gallup llevada a cabo por<br />
el Instituto Francés <strong>de</strong> Opinión Pública<br />
sobre el tema ¿Es aún católica<br />
Francia?, publicada en noviembre <strong>de</strong><br />
1952 por la revista Realüés, Dicha<br />
encuesta revelaba que el 80 por 100<br />
<strong>de</strong> los franceses son bautizados; la<br />
mitad tle los bautizados celebra la<br />
l'ascua; ésta y las <strong>de</strong>más gran<strong>de</strong>s festivida<strong>de</strong>s<br />
cristianas, como iNavidad y<br />
l'odos los Santos, llevan al templo ai<br />
DI) por 100 <strong>de</strong> los bautizados; más<br />
dt-1 «0 por 100 <strong>de</strong>sea morir con asistencia<br />
sacerdotal; más <strong>de</strong>l 50 por 100<br />
son opuestos a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar a<br />
sus hijos casarse civilmente, e incluso<br />
en los medios más alejados <strong>de</strong> la íe<br />
- -por ejemplo, entre los comunistas<br />
ciertas prácticas cristianas perduran,<br />
como ocurre con el ayuno <strong>de</strong>l Viernes<br />
Santo, al que los franceses no<br />
taltan más que en ínfima proporción.<br />
La impresión que <strong>de</strong>ja esta encuesta,<br />
efectivamente, es la <strong>de</strong> un pueblo<br />
que guarda todavía sólidas bases cristianas,<br />
que en una parte importante<br />
practica su religión y al que no sería<br />
legítimo hacerlo pasar por el pueblo<br />
ateo que algunos preten<strong>de</strong>n.<br />
En cuanto a las minorías sacerdotales<br />
y laicas que hoy se han hecíio<br />
cargo en Francia <strong>de</strong> las responsabilida<strong>de</strong>s<br />
apostólicas que les comprometen<br />
con su pueblo, examina Daniel-<br />
Rops las empresas más características,<br />
que se pue<strong>de</strong>n agrupar, por ejemplo,<br />
en torno a cuatro realizaciones <strong>de</strong>' envergadura,<br />
la Misión <strong>de</strong> Francia, los<br />
Hermanos Misioneros <strong>de</strong> los Campos,<br />
la Misión - -proletaria-- <strong>de</strong> Paris y<br />
los Institutos <strong>de</strong> Petits Freces y Petite?<br />
Socurs <strong>de</strong> Jesús, fundados por e!<br />
P. VoiMaume en 1933 a base <strong>de</strong> la<br />
espiritualidad <strong>de</strong>snudamente evangélica<br />
<strong>de</strong>l P. Foucauld, ¡os cuaíes llevan<br />
también vida obrera, y sobre cuya admirable<br />
obra no nos faltará ocasión<br />
<strong>de</strong> volver más por extenso. A<strong>de</strong>más,<br />
existen los numerosos grupos <strong>de</strong> espiritualidad<br />
seglar comunitaria y evangélica<br />
nacidos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> varias ten<strong>de</strong>ncias<br />
diferentes. La orientación transformadora<br />
d« la parroquia como comunidad<br />
misionera va difundiéndose j regresivamente<br />
por los discípulos u'e<br />
ese hombre mo<strong>de</strong>sto y fecundante renovador<br />
que es el ahbé MichoEneau.<br />
Por otra parte, toda esta renovación<br />
espiritual cristiana, bien visible en<br />
Francia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace diez años, es ya<br />
cada vez rnenos minoritaria. Hubo<br />
gran<strong>de</strong>s pérdidas, es cierto, en ia<br />
Iglesia francesa, en cuanto a la canlidad;<br />
pero, al mismo tiempo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
una perspectiva histórica, se logró un;¡<br />
gran<strong>de</strong> y <strong>de</strong>purada riqueza espiritual,<br />
que iguala a la <strong>de</strong> las épocas más<br />
florecientes, fisto es lo que ha permitido<br />
al catolicismo francés <strong>de</strong>sarrollar<br />
esa actual sensibilidad proselítisla,<br />
misionera, comunitaria, que le ha<br />
IICÍ*»I abalanzarse a contemplar con<br />
toda cru<strong>de</strong>za su propia realidad <strong>de</strong><br />
país o ¡eni . aunque<br />
no pequeño. Lo que importa para el<br />
caso es- <strong>de</strong>jar sentado, una vez más,<br />
que al catolicismo <strong>de</strong> los españoles<br />
no pue<strong>de</strong>n atribuírsele las características<br />
<strong>de</strong> un sector suyo, al que <strong>de</strong>terminadas<br />
circunstancias, bastante complejas,<br />
han facilitado un cierto predominio<br />
público. Actuaciones <strong>de</strong> rea-<br />
1 ¡sino social, no sólo <strong>de</strong> segl ares, indhiduales<br />
y en grupos, sino <strong>de</strong> prelados<br />
como el <strong>de</strong> Bilbao o el <strong>de</strong> Valencia,<br />
<strong>de</strong>berían permitir a cualquier<br />
observador sin prejuicios percibir una<br />
realidad mucho más rica. En cuanto<br />
a la vilalidad y a las posibilida<strong>de</strong>s<br />
cristianas que brillan en el pueblo<br />
español no creo que las <strong>de</strong>sconozca<br />
Daniel • Rops. Desenca<strong>de</strong>narlas fértilmente<br />
• es nuestra gran responsabilidad,<br />
tanto como para los católicos<br />
franceses lo es la actuación apostólica<br />
en que andan comprometidos. Y<br />
sólo es cristiano en tales circunstancias<br />
sentir comunes como cosa propia,<br />
los hijos <strong>de</strong> Dios, nuestros mutuos<br />
dolores, nuestros respectivos<br />
aciertos, nuestras posibilida<strong>de</strong>s y esperanzas<br />
«QUAIJERNI»: EL EPISTOLARIO<br />
DE GIUSEPPE TONIOLO<br />
Con motivo <strong>de</strong> la reciente publicación<br />
<strong>de</strong>l volumen que recoge el epistolario<br />
<strong>de</strong>l gran sociólogo italiano en<br />
la colección <strong>de</strong> su «Opera Oninia».<br />
que se edita en la Ciudad <strong>de</strong>l Vaticano,<br />
«Qua<strong>de</strong>rni di Cultura e Storia<br />
sociale», <strong>de</strong> Livorno, publica en su<br />
número <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> este ano un arlí<br />
u o Fa.s o F raí s bre el t?iüa aludido<br />
en el epígrafe <strong>de</strong> esta nota. Quedan<br />
<strong>de</strong> manifiesto, en las abundantes<br />
referencias a las cartas <strong>de</strong> Toniolo,<br />
el conflicto constante en que vivió sumido<br />
este avanzado pensador social<br />
—tan unido a la Santa Se<strong>de</strong> durante<br />
toda su vida—, en relación con los<br />
católicos conservadores, eclesiásticos y<br />
seglares <strong>de</strong> su tiempo; es <strong>de</strong>cir, en los<br />
<strong>de</strong>cenios <strong>de</strong> fin <strong>de</strong>l siglo pasado y comienzo<br />
<strong>de</strong>l presente.<br />
15 <strong>de</strong> mavo <strong>de</strong>
Una nueva ciencia:<br />
LA MANO,<br />
Una <strong>de</strong> las facetas más interesantes<br />
que presenta la cultura contemporánea<br />
es, sin duda, la divulgación popular<br />
<strong>de</strong> la cultura científica, la Alquimia,<br />
la Magia, la Astrología, la Quiromancia,<br />
nunca habían sido estudiadas<br />
como lo son en la actualidad. Los<br />
Intelectuales <strong>de</strong> nuestro tiempo, que<br />
se encuentran en circunstancias inmensamente<br />
superiores en cuanto a<br />
ambiente y a faculta<strong>de</strong>s particulares,<br />
han roto e! círculo mágico en qne se<br />
encontraban cerrados los conceptos<br />
más herméticos <strong>de</strong> la sabiduría esotérica,<br />
para dar una explicación científica<br />
<strong>de</strong> la contextura <strong>de</strong> estos temas<br />
hasta ahora inabordables.<br />
Así, pues, tenemos la explicación<br />
científica <strong>de</strong> la Alquimia como Química,<br />
la Magia como Medicina, la<br />
Aslrologia como Astronomía, etc. Este<br />
suceso ha dado al traste con la tradicional<br />
concepción que se tenía <strong>de</strong><br />
estos conocimientos. De entre todas<br />
estas ramas <strong>de</strong> la ciencia, el presente<br />
libro se refiere concretamente a la<br />
Quiromancia como ciencia experimenta!.<br />
La Quiromancia es el producto <strong>de</strong><br />
largos años <strong>de</strong> estudio y está alejada<br />
por completo <strong>de</strong> las suposiciones. Es<br />
una ciencia netamente <strong>de</strong>limitada, y,<br />
en consecuencia, está integrada por<br />
un conjunto <strong>de</strong> leyes, emanadas <strong>de</strong><br />
pacientes observaciones comprobadas,<br />
por los hechos y confirmadas en Individuos<br />
sujetos a observación. La Quiromancia<br />
se refiere al estudio <strong>de</strong> las<br />
diferencias morfológicas <strong>de</strong> los diversos<br />
tipos <strong>de</strong> manos. Estudia el sistema<br />
muscular, los cuerpos papilares y las<br />
líneas <strong>de</strong> pliegue como expresión <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>terminadas cualida<strong>de</strong>s espirituales,<br />
psíquicas y físicas. También trata <strong>de</strong><br />
la semiótica o parte <strong>de</strong> la patología<br />
que estudia Ids signos patognÓmicos.<br />
La Quiromancia es nna ciencia<br />
psieofisiológica <strong>de</strong> tipo experimental.<br />
Psíquica, porque sus manifestaciones<br />
correspon<strong>de</strong>n a excitaciones anímicas<br />
subconscientes. Fisiológica, porque se<br />
vale <strong>de</strong> métodos experimentales <strong>de</strong> la<br />
Fisiología en el aspecto filosófico, o<br />
sea en la base fisiológica <strong>de</strong> lo psíquico.<br />
¥, finalmente, experimental,<br />
porque emplea el experimento y no<br />
acepta nada que no tenga una base<br />
real y efectiva. La Quiromancia, pues,<br />
no admite ningún principio, por más<br />
trascen<strong>de</strong>ncia histórica que tenga, sí<br />
la comprobación <strong>de</strong>muestra que no<br />
es cierto.<br />
Las diferentes teorías sobre la existencia<br />
<strong>de</strong> la Quiromancia siguen en<br />
pie, y, a través <strong>de</strong>l tiempo, algunos<br />
investigadores ..llegan a conclusiones<br />
más o menos acertadas, siempre con<br />
el ánimo <strong>de</strong> hallar l& razón en el com-<br />
esconocido<br />
piejo fenomenal <strong>de</strong> la experiencia empírica.<br />
Es probable que se haya dado con<br />
la verda<strong>de</strong>ra esplicación, pero en caso<br />
contrario, tampoco tiene <strong>de</strong>masiada<br />
importancia, pues ya se dará, sin duda,<br />
con la razón <strong>de</strong>finitiva al igual que<br />
se ha <strong>de</strong>scubierto la verdad en cosas<br />
que han sido por mucho tiempo inexplicables.<br />
Para explicar la razón <strong>de</strong> la Quiromancia<br />
se han dado muchas teorías,<br />
todas más o menos satisfactorias, aunque<br />
no ereo que ninguna <strong>de</strong> ellas resista<br />
¡a crítica severa <strong>de</strong> una investigación<br />
seria. Una teoría que pretenda<br />
justificar la existencia <strong>de</strong> la Quiromancia<br />
me parece inútil, ya que la<br />
explicación analítica es posible que<br />
sea más compleja que el mismo fenómeno.<br />
La Quiromancia cuenta con una<br />
estensa bibliografía. Des<strong>de</strong> la enorme<br />
difusión que tomó en la Edad Media,<br />
que tanto contribuyó a su divulgación,<br />
pero también no poco a su <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia,<br />
hasta nuestros días, se han<br />
escrito miles <strong>de</strong> volúmenes <strong>de</strong> mayor<br />
o menor valor científico.<br />
La mejor obra <strong>de</strong> ciencia qulromántica<br />
es, sin duda, la <strong>de</strong> Issttemer-<br />
Haldane, que constituye una elaboración<br />
sistemática <strong>de</strong> los mejores métodos,<br />
realizada por primera vez en el<br />
or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> investigaciones<br />
y en la cual su autor resume, en un<br />
conjunto magnífico, todos los métodos<br />
y concepciones anteriores, y la propia<br />
experiencia, que es uno <strong>de</strong> sus mejores<br />
méritos, en una obra que conserva una<br />
labor experimental, <strong>de</strong> un valor confirmado<br />
eada día por la experiencia,<br />
que la hace única en su género. Siguen<br />
<strong>de</strong>spués Lomer, Ottinger, este ultimo<br />
sobre todo, uno <strong>de</strong> los autores más<br />
leídos <strong>de</strong> Alemania, y a continuación<br />
Henri Rem, Leo Dumesnil, Reckwith<br />
Kirie y unos pocos más. A pesar áe<br />
todo, uno áe los mayores <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong><br />
estas obras, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> ser Incompletas,<br />
es la falta <strong>de</strong>l sello personal, que la»<br />
sitúa en un plano <strong>de</strong> continuidad tradicional<br />
que no eorrespon<strong>de</strong> al espíritu<br />
evolutivo <strong>de</strong> ia ciencia. Por ello marca<br />
un acontecimiento la aparición <strong>de</strong> la<br />
obra <strong>de</strong> Salvador Aulestia «La mano,<br />
lenguaje <strong>de</strong>sconocido», magníficamente<br />
editada por Editorial AHB <strong>de</strong> Barcelona<br />
y que es quizá el mejor y más<br />
completo tratado escrito sobre* esta<br />
materia.<br />
El incremento <strong>de</strong> su estudio adquiere<br />
carácter universal. Se organizan<br />
congresos <strong>de</strong> Quiromancia, conferencias,<br />
reuniones; se cuenta con<br />
numerosos medios <strong>de</strong> divulgación: libros,<br />
publicaciones <strong>de</strong> periodicidad diversa,<br />
folletos, etc. También en este<br />
aspecto ha logrado una posición análoga<br />
a cualquier otra ciencia.<br />
La Quiromancia ha sido practicada<br />
easí en todo el mundo y en todas las<br />
épocas, y los nombres más ilustres están<br />
vinculados a la práctica <strong>de</strong> esta<br />
ciencia. Actualmente se ejerce en mochos<br />
países. En Alemania, Inglaterra,<br />
Franela, Holanda, Estados Unidos, son<br />
muchas las personas <strong>de</strong>dicadas a estos<br />
estudios, practicándose siempre con<br />
absoluta seriedad.<br />
No hace muchos años que la Quiromancia<br />
constituye nna asignatura universitaria<br />
en muchos países. Actualmente<br />
se estudia con carácter oficial<br />
en algunas universida<strong>de</strong>s, expidiéndose<br />
los correspondientes certificados<br />
acreditativos. En Alemania existen<br />
Faculta<strong>de</strong>s que se <strong>de</strong>dican a la investígación<br />
quiromántiea. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l<br />
Museo Antropológico, que igualmente<br />
se <strong>de</strong>dica a esta clase <strong>de</strong> investigaciones,<br />
existe en la Universidad <strong>de</strong> Berlín<br />
una cátedra para el estudio <strong>de</strong> la<br />
Antropología práctica qne estudia la<br />
Quiromancia como, tema antropológico.<br />
También en el Museo Frochmann<br />
existe una valiosa colección <strong>de</strong> reproducciones<br />
<strong>de</strong> mano en escayola, <strong>de</strong><br />
casi todos los hombres célebres: en<br />
ellas se comparan y estudian sus características<br />
diferenciales con arreglo<br />
a los métodos quiromántícos.<br />
Como pue<strong>de</strong> verse, la actitud crítica<br />
<strong>de</strong> algunos hombres <strong>de</strong> ciencia respecto<br />
al valor científico <strong>de</strong> ia Quiromancia<br />
está absolutamente superada,<br />
quedando patentizado que no faltan<br />
argumentos para <strong>de</strong>mostrar que se<br />
trata <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra ciencia asaz<br />
ATENEO 29
Escena* <strong>de</strong> nacerlas <strong>de</strong> jabalíes<br />
(ba-rraaco Ú» La<br />
•pH e! principio fuó la simetría;<br />
•*•* luego, el color. Las pare<strong>de</strong>s fijaron<br />
el contorno <strong>de</strong> ios animales,<br />
luego el <strong>de</strong>l hombre esquematizado,<br />
<strong>de</strong>spués el <strong>de</strong> los animales. Su época,<br />
el cuaternario, mundos antee <strong>de</strong><br />
Egipto y Babilonia, <strong>de</strong> los bajoreJitíves<br />
<strong>de</strong> Abydos o la leona herida<br />
<strong>de</strong> los asirios; allá en el siles, el hueso<br />
y el asta.<br />
Su «olor es el ocre, tierras y sangre,<br />
una pasta que aterra y enternce y<br />
que nunca <strong>de</strong>bió abandonarse. Primero<br />
fue la escultura, el aprovechamiento<br />
<strong>de</strong>l relieve; más tar<strong>de</strong>, el<br />
dibujo.<br />
La sobriedad, nada sobra aunque<br />
•nada falte, y nn realismo empapado<br />
<strong>de</strong> movimiento y vida son el nervio<br />
<strong>de</strong> esta obra que nos ha llegado con<br />
tal frescura que podría ir parejo coa<br />
gran parte <strong>de</strong>l arte actual.<br />
La caza, la pesca, la guerra y la<br />
danza, lo más vital que ha dado e!<br />
hombre, se mueven y gritan por estos<br />
techos y muros, algunos en cí fondo<br />
<strong>de</strong> ías cavernas don<strong>de</strong> no llegaba la<br />
luz, pintadas y grabadas en !a noche<br />
más oscura <strong>de</strong>l mundo, a la. claridad<br />
<strong>de</strong> las lámparas con grasa <strong>de</strong> las<br />
presas.<br />
Ese reno <strong>de</strong>scubierto en Lorthet¡<br />
que vuelve la cabeza y brama, con<br />
un ojo insólito, al día, y esas patas <strong>de</strong><br />
animales que huyen y entre las cuates<br />
hay grabados unos inexplicables salmones.<br />
Esa cierva y bisonte <strong>de</strong> Altamíra,<br />
esos caballos <strong>de</strong> Candamo,<br />
las mujeres <strong>de</strong> Coguí cua faldas y<br />
danzando, o esa otra que pasa llevando<br />
un niño <strong>de</strong> la in;uuK allá por<br />
Mina-teda, la agilidad coa unos sím-<br />
30 1S <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> .1954<br />
fifí
8¡#eoiec$©r <strong>de</strong> miel silvestre. Pintura <strong>de</strong> ia Oweva<br />
j>!©8 trastos <strong>de</strong> la lucha da loa arqueros<br />
<strong>de</strong> Morella la Vieja...<br />
Eí rojo, pardo y negro <strong>de</strong> Candamo,<br />
el gris y el amarillo que aparecen en<br />
Altamira, con las tintas esfumadas,:<br />
el marrón, negro y rojo claro <strong>de</strong> Alpera;<br />
las bandas que serpentean en<br />
amarillo, rojo y negro en la cueva <strong>de</strong><br />
la pileta, y a las que sólo falta el<br />
blanco para completar los colores<br />
<strong>de</strong> Pohgnoto, <strong>de</strong> que nos habla<br />
Cicerón.<br />
Hace ya bastante tiempo, uno tuvo<br />
que estTidiarse esto <strong>de</strong>l- arte rupestre.<br />
Lo hicimos con tal Üusión, que pare*<br />
ATENEO<br />
eía que nos iba a servir<br />
para algo en la vida.<br />
Luego no sirvió para<br />
nada, la verdad; si acaso<br />
el rastro para aprovechar<br />
en un artículo.<br />
En España, se nos docía,<br />
el arte rupestre tiene<br />
una gran división: ei<br />
cantábrico y el levantino.<br />
Ül primero es en las<br />
cavernas, no ¿tay figura<br />
humana y los animales<br />
aparecen aislados; en ei<br />
levantino surgen la figura<br />
humana estilizada<br />
y las escenas, !as composiciones<br />
<strong>de</strong> conjunto, tón<br />
efecto, el moiae le va a<br />
esta exposición <strong>de</strong>l M. <strong>de</strong><br />
A. C, que sios sirve para<br />
conocer, anunque sea cié<br />
segunda mano, aigo que<br />
se esta queaando eusunpie<br />
alusión, cita o primer<br />
capitulo <strong>de</strong> nistona uei<br />
arte. Porque sólo el especialista<br />
pue<strong>de</strong> irse ae<br />
la .Ateca a ia.
Las tierras<br />
<strong>de</strong> ESPAÑA<br />
." , " " **.-""Jr l fir^<br />
I AS Ramblas BOU las Ramblas. Pero<br />
*-* ahora se ha hablado <strong>de</strong> que podrían<br />
ser, simplemente, la Rambla. La<br />
i<strong>de</strong>a no ha gustado.<br />
¿A qué viene todo esto? Pues que<br />
resulta que se ha pensado en unificar<br />
la numeración <strong>de</strong> las distintas Ramblas.<br />
Nada <strong>de</strong> una numeración para<br />
cada una. Canaletas, Estudios, etcétera,<br />
hasta la <strong>de</strong> Santa Mónica. Una sola<br />
numeración.<br />
En vista <strong>de</strong> ello, ya, ¿para que conservar<br />
el plural? Y se ha pensado en<br />
cambiar las Ramblas por la Rambla.<br />
Sin embargo, ni una i<strong>de</strong>a ni la otra<br />
parecen haber encontrado <strong>de</strong>masiado<br />
eco. O, raías bien, eí eco que han encontrado<br />
es contrario. Las Ramblas,<br />
como las Rondas, son entida<strong>de</strong>s plurales.<br />
Y esa pluralidad, piensa la gente,<br />
<strong>de</strong>be respetarse. En el nombre y en la<br />
numeración, pero al menos en el nom«<br />
bre.<br />
Como ocurre siempre en estos casos,<br />
en estas discusiones sobre problemas<br />
o temas municipales, la cosa ha servido<br />
para que todo el mundo pusiera<br />
los ojos en las Ramblas. Bueno, y la<br />
verdad es que las Ramblas se merecen<br />
todas las miradas.<br />
LAS CONFERENCIAS DE UN DÍA<br />
En este mes <strong>de</strong> mayo la segregación<br />
cultural <strong>de</strong> las conferencias parece<br />
particularmente abundante. No pensemos<br />
siquiera en anunciar las' conísrencías<br />
principales <strong>de</strong> la quincena. Sesmos<br />
más mo<strong>de</strong>stos y contentémonos<br />
con <strong>de</strong>jar nota <strong>de</strong> las <strong>de</strong> un solo día,<br />
éste precisamente en que la presante<br />
nota se escribe. Veamos. José María cíe<br />
Areilza habla, en la Universidad, <strong>de</strong><br />
Gibraltar, en carne viva. El P. Iriartef<br />
S. !„ diserta en Balmesiana sobre<br />
San Agustín y la, ciencia <strong>de</strong> la interio.<br />
Tidad. El doctor Yanguas Messía habla<br />
<strong>de</strong> La crisis <strong>de</strong> Europa, también en la<br />
Universidad. En el <strong>Ateneo</strong>, George Uscatescü<br />
inicia su cursillo sobre masas<br />
y minorías con Las masas y su psicología<br />
en las revoluciones contemporáneas.<br />
En la Casa <strong>de</strong>l Libro, Eduardo<br />
Carranza <strong>de</strong>sarrolla el tema Poesía <strong>de</strong><br />
amor en Colombia. Y en la Sociedad<br />
Astronómica el P. Puig, S, I., diserta<br />
sobre La superbomba <strong>de</strong> cobalto (con<br />
proyecciones). Dejamos sin anotar cuatro<br />
conferencias más, dos <strong>de</strong> ellas sobre<br />
Medicina,<br />
Un día un poco más cargado que<br />
otros, pero no excepcional. En el Ate.<br />
neo, por ejemplo, acaba <strong>de</strong> terminar<br />
el cursillo sobre Doctrina española <strong>de</strong><br />
la información, y poco antes se había<br />
celebrado otro cursillo, el <strong>de</strong> Azaola,<br />
sobre eí proletariado. Y queda margen<br />
para conferencias no cíclicas, como la<br />
<strong>de</strong> José María <strong>de</strong> Sagarra, ayer precisamente<br />
sobre La figura y la obra <strong>de</strong><br />
don Juan Alcover, cuyo centenario se<br />
está celebrando ahora,<br />
CONCURSO DE BELLEZA<br />
Concurso <strong>de</strong> belleza, sí, pero <strong>de</strong> la<br />
belleza <strong>de</strong> las rosas. Un premio & la<br />
mejor rosa sola, otro al mejor grupo<br />
<strong>de</strong> rosas nacionales, otro a la colección<br />
más perfecta <strong>de</strong> tres rosas <strong>de</strong> una<br />
misma variedad, otro a la mejor presentación<br />
y otro a la muestra más afinada<br />
y bella <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong> la rosa en el<br />
hogar, Ni todos ios premios han <strong>de</strong> ser<br />
literarios ni todas las exposiciones han<br />
ae ser pictóricas. También las rosas<br />
merecen atención. Esa atención que los<br />
barceloneses les conce<strong>de</strong>n siempre <strong>de</strong><br />
buena gana. Como se ha visto en Ja<br />
III Exposición <strong>de</strong> Rosas que ha organizadc<br />
al Círculo Artístico <strong>de</strong> Horta=<br />
«Rostro, ojos, calvicie y pipa, según fotografía»<br />
Ep STA quincena no he dudado mucho<br />
*-* a la hora <strong>de</strong> escoger una figura literaria<br />
para traer a estas páginas. «Tiene<br />
que ser Jordi Sarsanedas», me he<br />
dicho. La reciente publicación <strong>de</strong> sus<br />
Mites lo ha encaramado al can<strong>de</strong>lero<br />
<strong>de</strong> ía —siempre relativa y minoritaria—<br />
actualidad <strong>de</strong> las letras. Mites obtuvo<br />
recientemente el Premio Víctor Caíala,<br />
<strong>de</strong> narraciones. Por otro libro, también<br />
premiado, era conocido ya Sarsanedas:<br />
Contra la nit d'Oboixangó. ¿Quién ha<br />
dicho que los premios no sirven para<br />
nada? Sin embargo, he aquí algo curioso<br />
que ocurre con premios y premiados.<br />
Mientras en unos nos atrae el aspecto<br />
pintoresco, la crónica momentánea que<br />
se pasa como una fruta <strong>de</strong>l tiempo.<br />
otros llegan con más calma y con mas<br />
calma se instalan. No hablo tanto <strong>de</strong><br />
los premios, que conste, como <strong>de</strong> los<br />
premiados. Y el criterio <strong>de</strong> distinción<br />
es, para mí, el siguiente: ante unos nos<br />
olvidamos rápidamente <strong>de</strong>l premio que<br />
han obtenido; ante otros no conseguimos<br />
olvidarlo, y es el premio precisamente<br />
el que les conce<strong>de</strong> una mas o<br />
menos momentánea vitalidad y vigencia.<br />
Jordi Sarsanedas es <strong>de</strong> los primeros.<br />
Es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> los buenos.<br />
No le haremos, pues, preguntas curiosas<br />
o pintorescas. Nos interesa él, su<br />
obra, su visión <strong>de</strong>l mundo. ¿Pues no le<br />
hemos preguntado precisamente esto<br />
—((¿Cómo ves el mundo?»—• para empezar?<br />
La verdad es que lo hemos he*<br />
15 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1954
eho sin darnos cuenta, automáticamente.<br />
Pero la verdad es también que esta<br />
pregunta —sin que tal fuera nuestra<br />
Intención— resulta un verda<strong>de</strong>ro íesí,<br />
una prueba. Pue<strong>de</strong> darnos, entre otras<br />
cosas, el sentido <strong>de</strong> la responsabilidad<br />
que cada cual tenga. Que en Sarsanedas,<br />
como verá el lector, resulta ser so-"<br />
bresaüente.<br />
LA SORPRESA DE LA VIDA<br />
—La sorpresa <strong>de</strong> la vida me parece<br />
inagotable. No sé sí cabe esperar que<br />
algún día el conjunto <strong>de</strong> mis 'cosas<br />
pueda contestar <strong>de</strong>bidamente a tu pregunta.<br />
Ahora no puedo soñar siquiera<br />
en intentar una síntesis. La acumulación<br />
<strong>de</strong> contradicciones es, al fin y ai<br />
cabo, el medio <strong>de</strong> expresión que más<br />
confianza me inspira.<br />
¿Medio <strong>de</strong> expresión? Pasamos, pues,<br />
insensiblemente, a ía vertiente <strong>de</strong> la expresión,<br />
<strong>de</strong> la obra. Y así <strong>de</strong>be ser. No<br />
hagamos, no, separación entre mundo<br />
y poesía, vida y obra.<br />
—¿Cómo ves tu poesía?—le he preguntado<br />
ahora.<br />
—Cuando trato <strong>de</strong> dar explicaciones<br />
acerca <strong>de</strong> mi poesía me doy cuenta <strong>de</strong><br />
que "estoy haciendo frases, más o menos<br />
acertadas, pero- muy poco relacionadas<br />
con los poemas £?ue realmente<br />
he escrito. Quizá elio signifique que he<br />
estado ambicionando mucho más' <strong>de</strong> Jo<br />
que he logrado (sea poco o nada), io<br />
cual es, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, verdad. Confío,<br />
sin embargo, en que mis <strong>de</strong>rrotas hayan<br />
sido honrosas.<br />
Eso que él llama sus <strong>de</strong>rrotas ha sitio<br />
para los <strong>de</strong>más sus triunfos, es <strong>de</strong>cir*<br />
sus libros.<br />
LOS "MITES" Y SU HISTORIA<br />
—Los Mites propiamente dichos, que<br />
constituyen sólo la primera mitad <strong>de</strong>l<br />
libro que se ha publicado bajo este titulo,<br />
son narraciones líricas, <strong>de</strong> estilo<br />
elíptico, con una puerta abierta a io<br />
absurdo. Han hablado <strong>de</strong> Kafka. Me<br />
gusta Kafka; pero no sé si <strong>de</strong>bo hacer<br />
constar que. escribí ios primeros antes<br />
<strong>de</strong> leer nada <strong>de</strong> él. Se ha hablado <strong>de</strong><br />
surrealismo. No creo que mis intenciones<br />
hayan sido surrealistas. He querido<br />
producir <strong>de</strong>scargas afectivas mediante<br />
anécdotas quebradas y maltratadas<br />
adre<strong>de</strong>. Bueno..., <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que escribí<br />
al primero han pasado muchas cosas.<br />
Los más antiguos me parece» ya<br />
escritos por otro. Coniieso que si ios<br />
leo (lo cual procuro evitar, porque estoy<br />
algo cansado
(Viene <strong>de</strong> la pég. anterior.)<br />
íamüia <strong>de</strong> pintores, dispersa en el espacio<br />
y en el tiempo, coinci<strong>de</strong> en una<br />
¡actitud muy pareja. Rousseau, la abuelita<br />
Moses y los pintores <strong>de</strong>l románico<br />
catalán están en la misma morada. En<br />
ella está también Juan Brotat.<br />
Mirad este prodigioso Adán y Eva<br />
cómo se pasean por el paraíso. Mirad<br />
este paraíso. ¿Verdad que ai minuto<br />
<strong>de</strong> estarlo contemplando ya os estáis<br />
paseando por él, como Adán y Eva, con<br />
la misma inocencia e ilusión y señorío,<br />
y contempláis las bestias y las raíces<br />
con tranquila curiosidad? ¡Milagrosa<br />
pintura!<br />
No, no quiero continuar citando telas.<br />
Tengo un montón <strong>de</strong> números<br />
anotados en un papel.<br />
Pero hagamos Quizá una excepción<br />
con esa Entrada en JerusaXén, para<br />
subrayar lo bien que Brotat ha sabido<br />
conjugar la forma con el contenido y<br />
el color con la construcción.<br />
Brotat, afortunadamente para él, enlaza<br />
con muchas cosas. Con nuestra<br />
pintura románica y con los carteles <strong>de</strong> •<br />
crímenes, con las pare<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los excusados<br />
escolares y con los exvotos. Afortunadamente<br />
para él, he dicho. Porque<br />
es pintura verda<strong>de</strong>ramente viva y<br />
animada, con alma. í ¡Ah, el arte vivo,<br />
tan putrefacto a veces!)<br />
Quiero quedarme, para terminar, con<br />
lo <strong>de</strong> los exvotos. ¿No es quizá toda<br />
esta tierna, humil<strong>de</strong>, sana y admirable<br />
pintura <strong>de</strong> Juan Brotat como un milagroso<br />
exvoto? -El exvoto que ofrece alguien<br />
que ha logrado curarse <strong>de</strong> esa<br />
peligrosa locura <strong>de</strong> ser hombre y artista,<br />
y ha logrado encontrar otra ves<br />
LOS ESPECTÁCULOS<br />
la pureza original para hablar sencillamente<br />
y para mirar sencillamente. Asi<br />
ha visto a los hombres en sus oficios,<br />
en sus sueños. Pintura humil<strong>de</strong>, sabrosa<br />
y religiosa. Un admirable exvoto,<br />
una admirable ofrenda.<br />
PORGAR, ENTRE CIELO<br />
Y TIERRA<br />
Porcar ha traído una vez más sus telas,<br />
y una vez más las hemos admirado.<br />
Pero ¡cómo nos escatima, <strong>de</strong> un<br />
tiempo a esta parte, sus cielos! Esos<br />
cielos arrebatados, impresionantes en su<br />
lívida luz. Y <strong>de</strong>bajo^ la línea humillada<br />
y replegada <strong>de</strong> la tierra, con sus<br />
pasos a nivel, con sus puertos, con sus<br />
puentes, con sus casitas bajas. Con su<br />
vida.<br />
Buena es para el pintor la lucha por<br />
la renovación, por enfrentarse con nuevos<br />
temas y con nuevas dificulta<strong>de</strong>s.<br />
Pero ¡qué le vamos a hacer! Nosotros<br />
esperamos siempre que Porcar nos traiga<br />
una buena colección <strong>de</strong> cielos invasores,<br />
gloriosos, entronizados sobre los<br />
ángulos bajos <strong>de</strong> una tierra más o menos<br />
ciudadana, con sabia vida anotada,<br />
sepultada bajo los cielos, bajo las<br />
luces.<br />
Cada pintor tiene su mundo y su<br />
lenguaje. Para nosotros, el mundo y el<br />
lenguaje <strong>de</strong> Porcar es.el <strong>de</strong> sus cielos,<br />
en lucha con una tierra baja y resistente,<br />
que continua su vida- replegada<br />
en el tercio inferior <strong>de</strong> la tela. Cuando<br />
trata <strong>de</strong> explicarnos otras cosai,<br />
sentimos que, aunque las explique bien,<br />
nuestro interés <strong>de</strong>cae rápidamente.<br />
JUAN ANTONIO MARTOREL1*<br />
PODRIDO BURGUÉS<br />
He aquí dos comedias burguesas. Una<br />
ha vuelto, un poco pasada ya, un poco<br />
añosa. La otra es reciente; no hace<br />
más <strong>de</strong> cuatro o cinco meses que ^e<br />
presentó en sociedad. Conviven en las<br />
carteleras, y ahora van a convivir también,<br />
un poco, en este comentario. Veremos<br />
cómo.<br />
Ntnochka, traducida por Conchita<br />
Montes y representada e interpretada<br />
por Lili Murati. A media luz los tres,<br />
<strong>de</strong> Miguel Mihura, con Conchita Montes<br />
en los papeles <strong>de</strong> las protagonistas.<br />
Tales son las dos comedias burguesas<br />
que se reúnen aqut Burguesas, pero<br />
¿por qué?<br />
Lili Murati, en otras comedias anteriores,<br />
hablaba un español <strong>de</strong>fectuoso<br />
y <strong>de</strong>licioso. En ésta, no se sabe bien<br />
por qué razón, el español es todavía<br />
más <strong>de</strong>fectuoso, pero ya no tan <strong>de</strong>licioso.<br />
Todos ios, extremos son malos.<br />
Sin embargo, el español exótico <strong>de</strong> Lili<br />
Murati resulta francamente bien en algunos<br />
momentos; por ejemplo, cuando<br />
dice «podrido burgués» (potdrido<br />
btitigués). Todos nos reímos, porque es<br />
una actriz excelente y a ese «podrido<br />
burgués» le da una entonación especial,<br />
entre cariño y reproche.<br />
Entre cariño y reproche inspiran también-<br />
el mundo, los personajes y las tristezas<br />
<strong>de</strong> A media luz los tres. El autor<br />
se ha vencido <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l cariño. Tai<br />
vez nosotros nos venzamos <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong>l<br />
reproche, ¡El pobre solterón, en su pisito,<br />
envejeciendo como un Don Juan,<br />
con un teléfono al alcance <strong>de</strong> su mano<br />
y <strong>de</strong> su soledad! [El amigo <strong>de</strong>l solterón,<br />
casado, con cara y aficiones <strong>de</strong><br />
soltero! (Nos dice que es casado y le<br />
creemos bajo su palabra.) {Y las mujeres,<br />
tan parecidas, tan solteras las<br />
casadas, tanto o más —sí, seguramente<br />
mas— que las solteras!
Un libro objeto <strong>de</strong> muchos<br />
comentarios y una exposición<br />
Bíblioí irá<br />
L<br />
Sel dl siglo l XVI.<br />
A primavera ha sido prediga en acontecimientos<br />
culturales, en Asturias, comenzando<br />
por la presencia <strong>de</strong>l doctor Marañón<br />
eivíos actos que se celebraron aquí<br />
en Oviedo con motivo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir una<br />
estatua al padre Feijoo en una <strong>de</strong> las más<br />
recoletas y castizas plazas <strong>de</strong> la ciudad.<br />
Gijón también ha mantenido la línea <strong>de</strong><br />
vitalidad intelectual emprendida a raíz <strong>de</strong><br />
la inauguración <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>. Han <strong>de</strong>sfilado<br />
por este docto centro figuras prestigiosas,<br />
tratando sobre los más diversos temas. Al<br />
cerrar esta crónica, José Luis Aranguren<br />
acaba <strong>de</strong> obtener un sonoro aplauso en el<br />
<strong>Ateneo</strong> <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> hablar con precisión<br />
extraordinaria sobre el problema religioso<br />
<strong>de</strong> nuestro tiempo.<br />
Y siguiendo este relato somera <strong>de</strong> las<br />
activida<strong>de</strong>s culturales celebradas en Asturias,<br />
citemos el éxito grandioso obtenido<br />
por la Orquesta Provincial <strong>de</strong> Cámara y<br />
el Coro <strong>de</strong> Educación y Descanso en dos<br />
conciertos ofrecidos en Semana Santa en<br />
Oviedo y Gijón a base <strong>de</strong>l «Mesías», <strong>de</strong><br />
Haen<strong>de</strong>l. Por otra parte, la Exposición <strong>de</strong><br />
Granados Valdés en la Universidad da que<br />
hablar a tm público que se siente, ota burlado,<br />
ora honrado con e! retorcido mundo<br />
pictórico <strong>de</strong> este artista, cuyas ilustraciones<br />
son ya conocidas <strong>de</strong> ios lectores <strong>de</strong><br />
ATENEO.<br />
El Ministerio <strong>de</strong> Educación Nacional, a<br />
través <strong>de</strong> la Delegación <strong>de</strong> Oviedo, se apuntó<br />
también recientemente un éxito con su<br />
Exposición <strong>de</strong> copias <strong>de</strong> obras maestras <strong>de</strong><br />
la pintura española. Alumnos <strong>de</strong> colegios<br />
<strong>de</strong> toda la región visitaron esta Exposición<br />
y escacharen atinados coméntanos <strong>de</strong><br />
sus profesores sobre la calidad <strong>de</strong> nuestro<br />
t osero aros tico.<br />
OVIEDO. — Arco <strong>de</strong> ia plaza <strong>de</strong> Feljoií<br />
ATENEO<br />
Sobre este panorama, cinematográficamente<br />
relatado, <strong>de</strong>staca la aparición <strong>de</strong> un<br />
libro <strong>de</strong>l joven neurocírujano doctor Izquierdo<br />
Rubín, que ha suscitado los mas<br />
encendidos comentarios. Se trata <strong>de</strong> «Apuntes<br />
<strong>de</strong> los primeros pasos <strong>de</strong> la neurocirugfa<br />
en Asturias y <strong>de</strong> una época difícil <strong>de</strong><br />
olvidar». Para dar i<strong>de</strong>a ?i lector <strong>de</strong> lo que<br />
Doctor Izquierdo Rubín, autor d*><br />
«Apuntes <strong>de</strong> los primeros pasos <strong>de</strong> ia<br />
Neurocirogi» en Asturias»<br />
este libro es, bastará <strong>de</strong>cir que se trata da<br />
un volumen con las memorias que cualquier<br />
autor hubiera <strong>de</strong>jado para <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su<br />
muerte, a fin <strong>de</strong> evitar los inconvenientes<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir las verda<strong>de</strong>s sin gran<strong>de</strong>s preocupaciones<br />
por el cómo han <strong>de</strong> .ser recibidas<br />
en el pequeño mundo provinciano en ei que<br />
el autor ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>senvolversus activida<strong>de</strong>s.<br />
El libro <strong>de</strong>l doctor Izquierdo Rubín,<br />
di-rector <strong>de</strong>! veterano semanario médico<br />
sYatros», está obteniendo, acaso por esta<br />
sin ceiidad que en verdad sorpren<strong>de</strong>,<br />
un extraordinario éxito.<br />
Expone la situación <strong>de</strong> la<br />
enseñanza <strong>de</strong> la neurocirugía<br />
en los diversos centros<br />
docentes <strong>de</strong> España, y<br />
<strong>de</strong>dica algunos capítulos<br />
a la vida profesional en<br />
Oviedo, don<strong>de</strong> los médicos<br />
rio acaban <strong>de</strong> ponerse <strong>de</strong><br />
acuerdo en la 'creación <strong>de</strong>l<br />
Igualatorio Médico Colegiai.<br />
Termina el libro<br />
haciendo ver la necesidad<br />
<strong>de</strong> que Asturias, por la<br />
importancia industrial, o si<br />
se quiere económica, y por<br />
ser centro <strong>de</strong> intensa actí-<br />
. vídad científica, esté mejor<br />
dotada técnicamente para<br />
una mayor - eficiencia neuroquirúrgica.<br />
La directora <strong>de</strong> la Biblioteca<br />
Universi-taria, se<br />
ñoríta Carmen Guerra, ha<br />
querido colaborar a la<br />
Fiesta <strong>de</strong>l Libro este año<br />
con el montaje <strong>de</strong> una Exposición<br />
<strong>de</strong> Cronología bibliográfica<br />
<strong>de</strong>l siglo xvi. La<br />
Exposición, con libros proce<strong>de</strong>ntes<br />
<strong>de</strong> un fondo que se<br />
compró a don Roque Pidal<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l incendio <strong>de</strong><br />
3934, ofrece ejemplares rarísimos<br />
y en algunos casos<br />
únicos, corno el «Libro <strong>de</strong><br />
los Estatvtos y constituciones<br />
<strong>de</strong> la Sancta Iglesia<br />
(Catedral) <strong>de</strong> Oviedo, con el<br />
ceremonial y calendario <strong>de</strong><br />
sus fiestas antiguas, or<strong>de</strong>nado<br />
por don Diego Aponte <strong>de</strong><br />
Quiñones, Obispo <strong>de</strong> Dicha<br />
Iglesia, Con<strong>de</strong> <strong>de</strong> Noreña, etc.*r impreso<br />
en Salamanca en 15S8 en casa <strong>de</strong> Juan<br />
Fernán<strong>de</strong>z, con una estimable <strong>de</strong>dicatoria<br />
<strong>de</strong>l licenciado Alonso Marañón <strong>de</strong> Espinosa,<br />
arcediano <strong>de</strong> Tinco.<br />
También pue<strong>de</strong> admirarse aquí el Prohemio<br />
epistolar <strong>de</strong> fray Ambrosio <strong>de</strong> Montesinos<br />
sobre interpretación <strong>de</strong>l Vita Christi<br />
Cartuxano; <strong>de</strong> Landiüfo <strong>de</strong> Sajonia, impreso<br />
en Alcalá <strong>de</strong> Henares, 1502.. Esta<br />
obra, -sn cuatro volúmenes, constituye la<br />
primera impresa en Alcalá, edición magnifica<br />
y suntuosa que figura en sitio preferente<br />
también en el Museo Británico. De<br />
este Landulfo <strong>de</strong> Sajonia se admira también<br />
en la Exposición cronológica citada<br />
sLos doce triunfos <strong>de</strong> los doce apóstoles,<br />
fechos por el Cartuxano», Sevilla, 1521-<br />
Sacó a ía luz esta obra <strong>de</strong>l olvido durante<br />
más <strong>de</strong> trescientos años Juan <strong>de</strong> Padilla,<br />
fiel y cuidadosamente trasladada <strong>de</strong> un<br />
ejemplar que hay en el Museo Británico.<br />
Es ésta una obra rarísima, <strong>de</strong>sconocida<br />
por don Nicolás Antonio.<br />
Por su singular rareza <strong>de</strong>staca el volumen<br />
<strong>de</strong> «Las muchas historias dignas <strong>de</strong> ser<br />
sabidas, que estaban ocultas», sacadas y<br />
or<strong>de</strong>nadas por Gonzalo <strong>de</strong> Ayora. Salamanca,<br />
1519, y eí titulado «Historia <strong>de</strong>l<br />
Abad, don Juan <strong>de</strong> Montemayors. Valladolid,<br />
1562, libro éste <strong>de</strong> tal rareza que por<br />
lo. visto no existe otro completo conocido.<br />
Menén<strong>de</strong>z Pidal ha hecho un estudio comparativo<br />
<strong>de</strong> los textos manuscritos e impresos<br />
que se conocen. Desgraciadamente, se<br />
han perdido la mayoría <strong>de</strong> las ediciones<br />
<strong>de</strong> esta obra anónima. La pristiera es <strong>de</strong><br />
Burgos, 1506.<br />
Sería largo el enumerar los ejemplares<br />
<strong>de</strong> esta Exposición, que, sin duda, ha sido<br />
el más importante <strong>de</strong> cuantos actos se han<br />
celebrado en torno a la Fiesta <strong>de</strong>l Libro.<br />
Mencionemos, para terminar, el libro <strong>de</strong><br />
«Las quatorce décadas <strong>de</strong> Tito Livio, historiador<br />
<strong>de</strong> los romanos», impreso en Zaragoza<br />
en 1520, <strong>de</strong>l que Paiau estima que<br />
pue<strong>de</strong> ser la más perfecta <strong>de</strong> las obras <strong>de</strong><br />
Jorge COCÍ. En efecto, maravilla la excelente<br />
y perfecta estampación <strong>de</strong>i escudo imperial<br />
en la portada a tres tintas que con<br />
el tiempo no han perdido su bello colorido.<br />
También ha llamado la atención el opúscu-<br />
G0ON. -Consulado francés<br />
lo <strong>de</strong>l «Diálogo <strong>de</strong> dos religiosos, el uno<br />
llamado urbano y el otro Dar<strong>de</strong>no*. impreso<br />
en Salamanca en 1537, y prohibido<br />
sanos más tar<strong>de</strong> por la Inquisición. De Barcelona<br />
se ofrece en esta Exposición un libro<br />
en catalán sobre las constituciones <strong>de</strong> la<br />
cuarta corte <strong>de</strong> Cataluña, que vio la luz<br />
en 1537-<br />
EUGENIO DE RIOJA<br />
E<br />
GIJON<br />
en el <strong>Ateneo</strong><br />
Vigilias poéticas.-gota<br />
<strong>de</strong> mercurio.<br />
L gran Dios Browns, <strong>de</strong> O'Neül. He<br />
aquí un maravilloso comienzo para el<br />
Grupo <strong>de</strong> Teatro <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong> Jovellanos.<br />
La obra se representó en un ambiente <strong>de</strong><br />
extraordinaria expectación a fines <strong>de</strong><br />
marzo, y ha sido preciso realizar tres representaciones<br />
consecutivas para que, con<br />
llenos literales, fuese posible satisfacer la<br />
<strong>de</strong>manda imprevista <strong>de</strong> invitaciones. Una<br />
interpretación ajustadísima <strong>de</strong>l Grupo Dramático<br />
<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong> y un montaje original<br />
dieron el fruto <strong>de</strong> un éxito alentador, en el<br />
que fueron vencidos los consi<strong>de</strong>rables obstáculos<br />
que la profundidad y simbolismo<br />
<strong>de</strong>l drama plantean.<br />
El Grupo <strong>de</strong> Poesía <strong>de</strong>í mísrno <strong>Ateneo</strong><br />
lleva a<strong>de</strong>lante la revista hablada <strong>de</strong> Poesía<br />
«Vigilias poéticas», <strong>de</strong> la que se han<br />
presentado tres números, y están en preparación<br />
otros dos.<br />
Recientemente, el <strong>Ateneo</strong> ha oírecido<br />
dos conciertos, completando sn nutrido ciclo<br />
<strong>de</strong> extensión cultural, en la que hemos<br />
<strong>de</strong> reseñar, siquiera sea en bloque, un consi<strong>de</strong>rable<br />
número <strong>de</strong> conferencias, tanto <strong>de</strong><br />
extensión universitaria, con la actuación <strong>de</strong><br />
diversos catedráticos, como <strong>de</strong> temas diversos,<br />
con la intervención <strong>de</strong> nombres<br />
(Continúa en la vág, siguiente)
(Continuación <strong>de</strong> la vág, anterior)<br />
como los <strong>de</strong> Alejandro Núñez (el gijonés<br />
finalista <strong>de</strong>l Nadal, a propósito <strong>de</strong> su obra<br />
«La gota <strong>de</strong> mercurio*, dada a conocer en<br />
dicho acto, y ante cuya calidad hay que<br />
lamentar que la mediocre «Siempre en capilla»<br />
haya obtenido primacíajv Mariano<br />
Raquero o Pedro Laín Entralgo, o Lafuente<br />
Ferrari, por citar algunos.<br />
Pintores presentados en la sala <strong>de</strong> Exposiciones<br />
<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>: Antonio Martínez Suárez,<br />
que regresa <strong>de</strong> París; Mariano Moré,<br />
José Luis Suareztorga, Femando Magdaleno,<br />
Trinidad Fernán<strong>de</strong>z, Rubio Camín,<br />
entre otro?.<br />
No hemos <strong>de</strong> ceñirnos, al pulsar la cuerda<br />
cultural <strong>de</strong> la "ciudad, al <strong>Ateneo</strong> exclusivamente;<br />
es preciso constatar el empeño<br />
<strong>de</strong>l S. E. U., ccm-sns frecuentes proyecciones<br />
<strong>de</strong>l Cine Cíub, alternadas con las <strong>de</strong><br />
la Escuela <strong>de</strong> Peritos Industriales, y sus<br />
interesantes coloquios, así como las iniciativas<br />
<strong>de</strong>l Real Instituto, en lo que a conferencias<br />
concierne, y la intervención <strong>de</strong>l<br />
diario «Voluntada, organizando una Exposición<br />
<strong>de</strong>l fallecido y universal dibujante<br />
e ilustrador Alejandro Sirio, Completan el<br />
panorama los conciertos que la Sociedad<br />
Filarmónica oírece frecuentemente.<br />
Y en el porvenir muchos proyectos magníficos,<br />
<strong>de</strong> los que nada hemos <strong>de</strong> a<strong>de</strong>lantar,<br />
pero que oportunamente se reseñarán en<br />
esta sección,<br />
CARLOS DE LAS HERAS DAVIU<br />
^ luego, ios estudiantes <strong>de</strong>í último<br />
*-^ curso <strong>de</strong> la Facultad <strong>de</strong> Medicina, si<br />
no hacen ese viaje fantástico por el extranjero<br />
que se han propuesto, no será por<br />
íaita <strong>de</strong> esfuerzos en todos sentidos. Es<br />
bueno contrastar cómo todos los finalistas<br />
<strong>de</strong> carreras —médicos, peritos, maestros—<br />
se preparan, bailen e ingenian para conseguir<br />
un largo y fructífero itinerario, en lugar<br />
<strong>de</strong> per<strong>de</strong>r el tiempo, como en otras épocas,<br />
en estériles y <strong>de</strong>sentonadas discusiones<br />
a! margen <strong>de</strong> lo profesional.<br />
Los <strong>de</strong> Medicina, llevados <strong>de</strong> su afán stiperatorio,<br />
DOS están proporcionando una.<br />
serie <strong>de</strong> espectáculos interesantes con una<br />
continuidad asombrosa, <strong>de</strong> los que merecen<br />
ser. <strong>de</strong>stacados los dos más recientes:<br />
es estreno <strong>de</strong> «Peaumbra», farsa <strong>de</strong>l autor<br />
local Rafael Parodi, y la actuación, en función<br />
<strong>de</strong> gala, <strong>de</strong>l pianista alemán Günter<br />
Weinert, intérprete muy afortunado <strong>de</strong><br />
Beethoven, y <strong>de</strong>l que quiero a<strong>de</strong>lantar una<br />
breve crítica, ya que en España sólo ha<br />
actuado en Barcelona, Santiago <strong>de</strong> Compostela<br />
y Cádiz.<br />
Weinert es, antes que nada, un dominador<br />
fácil <strong>de</strong> la técnica. Su mano izquierda<br />
es firme y segura. Por ello, la brillantez<br />
<strong>de</strong> las escalas principales cuenta siempre<br />
con el acompañamiento exacto, con el fondo<br />
preciso, para obtener la unidad musical<br />
justa.<br />
Günter Weinert no se lanza al sentido<br />
arrebatador <strong>de</strong> la música. Acaso no le interese<br />
hacerlo en virtud <strong>de</strong> sus maneras<br />
virtuosistas; por respeto a su concepción<br />
<strong>de</strong>l pentagrama. Frente a Beethoven se<br />
observa' una fórmula <strong>de</strong> íntima complacencia<br />
resuelta en una línea <strong>de</strong> justeza a lo<br />
escrito <strong>de</strong> fi<strong>de</strong>lidad al maestro.<br />
Haen<strong>de</strong>l, Franck, Tarín a, son preferidos<br />
en sus más complicadas expresiones y llevados<br />
a las teclas sin fallos, pero con un<br />
nexo <strong>de</strong> unión artística sólo comprensible<br />
en un temperamento aún supeditado a una<br />
escuela, disciplinada.<br />
A Weinert. pianista alemán'<strong>de</strong> internacional<br />
categoría, sin. di-da, le falta, sólo esa<br />
maravillosa y precisa «respetuosidad que<br />
tanto ayuda a compren<strong>de</strong>r al genio y que,<br />
en <strong>de</strong>finitiva, es lo que el genio agra<strong>de</strong>ce y<br />
necesita.<br />
Una lápida a<br />
<strong>de</strong>l Castillo<br />
González<br />
El sainetero gaditano don Juan Ignacio<br />
González <strong>de</strong>l Castillo, hombre <strong>de</strong>safortunado<br />
en vida, no gozó tampoco <strong>de</strong> buena<br />
fortuna <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su muerte. Los homenajes,<br />
los recuerdos escritos o plásticos; las<br />
perdurabilida<strong>de</strong>s, en fin, no le han seguido<br />
con suerte. Sin embargo, González <strong>de</strong>l Castillo<br />
es acreedor a una atención más limpia,<br />
y sobre todo más constante.<br />
Des<strong>de</strong> hace varios años cuantos venimos<br />
andando en estas ccsis románticas <strong>de</strong>) arte<br />
y la literatura, hemos estado pidiendo !a<br />
colocación <strong>de</strong> una lápida en la casa don<strong>de</strong><br />
vivió y murió el ilustre y <strong>de</strong>sgraciado escritor.<br />
Bien es verdad que se trataba <strong>de</strong><br />
peticiones sin otra base que el artículo <strong>de</strong><br />
prensa aislado y sin apoyo.<br />
Ahora es gente joven, los poetas <strong>de</strong>l grupo<br />
«Caletas, animosos y en edad <strong>de</strong> no cansarse<br />
por las incomprensiones, la que ha<br />
tomado <strong>de</strong> la mano el asunto. Por consiguiente,<br />
es <strong>de</strong> esperar que habrá lápida<br />
conmemorativa en la casa <strong>de</strong>l pubre poeta<br />
CÁDIZ.-Murallas y la Catedral<br />
que hubo <strong>de</strong> actuar <strong>de</strong> apuntador dorante<br />
su no muy larga vida en íunción <strong>de</strong> la miseria<br />
<strong>de</strong> que no pudo sacarle su si larga<br />
obra.<br />
Gonzálea <strong>de</strong>l Castillo fustigó en sus saínetes<br />
muchas malas costumbres <strong>de</strong> su época<br />
y <strong>de</strong>jó constancia humorística y bien<br />
perfilada <strong>de</strong> otras ni buenas ni malas. Su<br />
aportación, por tanto, a la literatura y a ia<br />
historia, a esa gran historia <strong>de</strong> lo menudo<br />
que es la salsa <strong>de</strong> que lo gran<strong>de</strong> no pue<strong>de</strong><br />
prescindir, es importantísima, y sobre todo<br />
leal, vivida y completa. Conocía el mundo<br />
<strong>de</strong> que sacaba sus personajes. Lo conocía<br />
<strong>de</strong> dos maneras: por estar sumido en e]<br />
ambiente realista y por andar asomado<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su concha al <strong>de</strong> ficción que otros<br />
autores <strong>de</strong>senvolvían.<br />
-• La Rea! Aca<strong>de</strong>mia Española tiene recogidas<br />
las obras completas <strong>de</strong>l insigne gaditano<br />
como el mejor homenaje escrito <strong>de</strong>bido<br />
a su memoria. Ahora es preciso que esa<br />
lápida —mármol eterno en la fachada— se<br />
coloque por fin y que<strong>de</strong> saldada esta segunda<br />
parte <strong>de</strong> la <strong>de</strong>uda a su perpetuidad.<br />
os L.me-v-h*bs<br />
Las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cine-cmbs provinciales<br />
son difíciles. Es una lástima que así<br />
sea y que no se cuente- con una organización<br />
eficaz para que su funcionamiento no<br />
esté lieno <strong>de</strong> lagunas. De ¡os dos que han<br />
loerado <strong>de</strong>senvolverse en Cidiz. sólo el<br />
Cine Club-Universitario ha conseguido entonarse<br />
en cí verda<strong>de</strong>ro fin que estas socieda<strong>de</strong>s<br />
persiguen: la proyección <strong>de</strong> películas<br />
que no suelen utilizarse en las salas corrientes.<br />
Documentales, producciones extranjeras<br />
en su propio idioma, films <strong>de</strong> la<br />
época primera <strong>de</strong>l cinema, etc. En ese sentido<br />
los estudiantes, venciendo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la dificultad<br />
<strong>de</strong> encontrar local a<strong>de</strong>cuado hasta<br />
la <strong>de</strong> hallar material <strong>de</strong> interés, han conseguido<br />
entonar algo este aspecto tan íntimo<br />
y educador <strong>de</strong> la cinematografía.<br />
Pero <strong>de</strong> todas formas, los cine-clubs <strong>de</strong>berían<br />
tener un campo más amplio, más<br />
extenso, más comprensivo, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r<br />
extraer cuanto necesitan en <strong>de</strong>fensa, a)<br />
fin y a! cabo, <strong>de</strong> este arte <strong>de</strong> multitu<strong>de</strong>s.<br />
Porque es menester qne se comprenda que<br />
la película, <strong>de</strong> cine-ciub no establece competencia<br />
con la película comercia!. Casi<br />
pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que el buen aficionado, que<br />
es el socio, <strong>de</strong> estas entida<strong>de</strong>s, va más a las<br />
segundas, por el camino <strong>de</strong> las primeras y<br />
embarcado en el contraste, que <strong>de</strong>jado solo<br />
en aguas <strong>de</strong> la a veces frecuente monotonía<br />
<strong>de</strong> estilo, tema e interpretación <strong>de</strong> ios<br />
íilms usuales<br />
DONATO<br />
Exposiciones<br />
UN pintura ya no se suce<strong>de</strong>n, sino aS<br />
-*—* mismo tiempo, nos son ofrecidas exposiciones<br />
escogidas en las dos salas <strong>de</strong> la<br />
Caja <strong>de</strong> Ahorros Municipal y <strong>de</strong> Ezquerra.<br />
Rebullo, ese joven granadino que pinta<br />
sin dibujar previamente, o que dibuja<br />
con el pincel, ha tenido en la Sala Ezquerra<br />
un gran éxito <strong>de</strong> público, <strong>de</strong> crítica y <strong>de</strong><br />
encargos. Y la Obra Católica <strong>de</strong> Asistencia<br />
Universitaria, en la Sala <strong>de</strong> Cultura <strong>de</strong> ia<br />
Caja <strong>de</strong> Ahorros, ha logrado otro éxito<br />
con la Exposición <strong>de</strong> Fotografías <strong>de</strong> Croacia.<br />
Los nombres y tenias que más han <strong>de</strong>stacado<br />
han sido los <strong>de</strong> José Corts Grau<br />
—«El ejemplo agustiniano»—, Julián Cantera<br />
Orive —«Sobre el "sepulcro <strong>de</strong>í Apóstol<br />
Santiago en Compostela»—, José María<br />
García Escu<strong>de</strong>ro —«La técnica en eí<br />
Mensaje <strong>de</strong> Pío XII en la Navidad <strong>de</strong><br />
J 953»-— y Santiago Galíndo -—«Sobre<br />
Donoso Cortés»—. También las dadas por<br />
la Comunidad <strong>de</strong> Benedictinos <strong>de</strong> Estibaliz,<br />
sobre temas relacionados con el tiempo<br />
cuaresmal.<br />
10.000 pesetas<br />
Si añadimos a todo lo anteriormente expuesto<br />
las reuniones semanales <strong>de</strong> ia Peña<br />
Literaria y las quincenales <strong>de</strong> la Hermandad<br />
<strong>de</strong> Hombres <strong>de</strong> Carrera, don<strong>de</strong> también<br />
ge tocan temas culturales y artísticos,<br />
junto a las conferencas <strong>de</strong> los servicios <strong>de</strong>l<br />
Movimiento y <strong>de</strong>! cirso preuniversitario,<br />
po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir, en justicia, que Vitoria<br />
vuelve a ser —-en <strong>de</strong>porte y cultúrala<br />
Atenas <strong>de</strong>l Norte. Pero una Atenas cristianizada,<br />
españolizada, que se apresta,<br />
eo este año <strong>de</strong> gracia. Año Santo Mariano<br />
y Año Santo Jp-cobeo —los dos Patronos<br />
<strong>de</strong> España—, a celebrar los más famosos<br />
J uegos Florales <strong>de</strong> toda su larga vida<br />
literaria y artística, en honor <strong>de</strong> su Patrona,<br />
la Virgen Blanca, y con ocasión <strong>de</strong><br />
su coronación ca.nó!Üca. Poetas españoies:<br />
Vitoria ofrece diez mil pesetas por un aoneto<br />
a la Virgen Blanca.
E<br />
VAN OSTADE: «Campesino conduciendo on cerdo al mercado»<br />
N sus pinturas, el hombre primitivo<br />
ya <strong>de</strong>scubrió que el hombre es menos<br />
gallardo que el ciervo, menos solido<br />
que ei bisonte, menos <strong>de</strong>cidido que<br />
el jabalí y siempre menos hermoso el<br />
cazador que la presa. No hay como este<br />
ser humano <strong>de</strong> hoy día para imaginar<br />
que sus formas y sus modos son los<br />
más perfectos <strong>de</strong> la creación. ¡Basta<br />
observar al toro y al torero juntos para<br />
convencerse <strong>de</strong> lo contrario! Y eso<br />
es lo que pone <strong>de</strong> relieve la pintura:<br />
que la estética <strong>de</strong>l animal no rin<strong>de</strong> pabellón<br />
ante la <strong>de</strong>l hombre. ¡Hay que<br />
ver cómo los perros <strong>de</strong> Velázquez campean<br />
en sus pinturas, como los eabalíos<br />
<strong>de</strong> Rubéns prestan fuerza a sus<br />
composiciones <strong>de</strong> color, o cómo las vacas<br />
<strong>de</strong> Cuyp inundan <strong>de</strong> serenidad el<br />
ambiente <strong>de</strong> sus cuadros! Ei trazo analítico<br />
<strong>de</strong>l pincel pone muchas cosas en<br />
su sitio, y entre otras, la jerarquía elevada<br />
<strong>de</strong> las formas <strong>de</strong>l animal en la<br />
escala <strong>de</strong> las perfecciones <strong>de</strong>l mundo<br />
Los biznietos <strong>de</strong> Adán ayudaron a las<br />
biznietas <strong>de</strong> Eva a mo<strong>de</strong>lar artísticas<br />
vasijas para or<strong>de</strong>ñar allí la leche, o a<br />
repujar el oro para adornar un collar,<br />
Pero fue el noble arte <strong>de</strong> la pintura<br />
el que dio patente <strong>de</strong> artista a la vieja<br />
estirpe humana, cuando se puso el<br />
hombre primitivo a <strong>de</strong>corar con siluetas»<br />
su habitación, realizando así e! primer<br />
gesto <strong>de</strong>sinteresado <strong>de</strong>l hombre,<br />
que <strong>de</strong>jó tal vez allí estipulada la afirmación<br />
<strong>de</strong>l «arte por el arte».<br />
En estas pinturas rupestres, el animal<br />
es ei protagonista, y el ojo espabilado<br />
<strong>de</strong>l bisonte <strong>de</strong> la cueva española<br />
<strong>de</strong> Santillana fue un precursor <strong>de</strong>l<br />
ojo encendido <strong>de</strong>l toro <strong>de</strong> Potter en<br />
los Países Bajos. De entonces acá, las<br />
figuras <strong>de</strong> animales llenan abundantemente<br />
la historia <strong>de</strong> la pintura.<br />
En la pintura holan<strong>de</strong>sa se repite mucho<br />
el tema animalista. Entre los anímales<br />
más sostenidos por esta pintura<br />
está la oveja, <strong>de</strong> dos tipos; el uno, <strong>de</strong><br />
fina silueta, como escardada, y el otro,<br />
el tipo friolero, que oculta el cuerpo en<br />
un voluminoso mantón <strong>de</strong> lana gorda;<br />
y están los caballos, dando-una impresión<br />
<strong>de</strong> ser caballos eficaces, aunque<br />
sin presumir por lo general <strong>de</strong> raza;<br />
y están las vacas, entre ellas la que<br />
acompaña en el cuadro al «Novillo», <strong>de</strong><br />
Potter, quien, por cierto, no le hace ningún<br />
favor al mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> vaca <strong>de</strong> aquí.<br />
Potter no se muestra en este cuadro<br />
«feminista», y toda su admiración <strong>de</strong><br />
artista formidable se vuelca en el toro.<br />
Su obra maestra es ese novillo Sismo<strong>de</strong><br />
«Manolete», el más grandioso ejemplar<br />
<strong>de</strong> lidia que se pue<strong>de</strong> usted ímag'nar,<br />
un toro <strong>de</strong>l que estoy segura <strong>de</strong><br />
que si 3o torearan en don<strong>de</strong> está usted,<br />
ATENEO<br />
sacaba el pañuelo con lágrimas <strong>de</strong> emoción<br />
en los ojos para que le perdonaran<br />
la vida, porque es archivaliente,<br />
archinoble y archibello, y, <strong>de</strong> paso, un<br />
estupendo ejemplar <strong>de</strong> padre <strong>de</strong> toro,<br />
que pregona a gran<strong>de</strong>s mugidos <strong>de</strong> toro<br />
bravo que sus ascendientes tuvieron<br />
que ser toros <strong>de</strong> una <strong>de</strong>hesa <strong>de</strong> Extremadura,<br />
alguno <strong>de</strong> cuyos ejemplares<br />
<strong>de</strong>bió venir trasladado a Holanda, vaya<br />
usted a saber por qué, en aquellcs<br />
tiempos <strong>de</strong> amistad y enemistad hispancholan<strong>de</strong>sa.<br />
Yo lo llamo —-al toro <strong>de</strong><br />
Potter— «Bien Plantao», y él, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el cuadro, me mira con ojos que dicen<br />
mis amigos que son ojos <strong>de</strong> entendimiento,<br />
y creo yo que es porque el<br />
nombre le gusta: «¡Eh, "Bien Planto"!»<br />
Y dando un salto <strong>de</strong> la <strong>de</strong>hesa al<br />
corral, le recomiendo que se fije en<br />
los cerdos antigrasos que pinta Van<br />
Ostads. No es un bicho éste que se encuentre<br />
a gusto aquí, me parece, por-<br />
que <strong>de</strong>ben querer criarlo científicamen-<br />
rrillo ágil, al que nadie hace caso ninguno,<br />
lo que contribuye a mejorar su<br />
casta.<br />
PAISAJE CON ANIMAL<br />
La pintura <strong>de</strong> animales es un género<br />
nacional en Holanda. ¿Cómo haría<br />
usted el retrato <strong>de</strong> ninguna persona<br />
suprimiéndole las cejas o la barbilla,<br />
que son datos imprescindibles <strong>de</strong> su cara,<br />
y que, a<strong>de</strong>más, no se pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>jar<br />
en la sombra, porque prestan al rostro<br />
las cejas asi o así, y la barbilla <strong>de</strong><br />
esta manera o <strong>de</strong> la otra, prestan al<br />
rostro su carácter? Eso seria el retrato<br />
<strong>de</strong> Holanda sin animales domésticos:<br />
una mutilación. En un campo <strong>de</strong> Castilla<br />
pue<strong>de</strong> usted pintar la linea <strong>de</strong>l<br />
campo y la línea <strong>de</strong> un hombre. Nada<br />
más. Y permanece Castilla esencial,<br />
que es hombre y campo frente a frente.<br />
Pero en un campo holandés suprime<br />
usted <strong>de</strong>l campo al animal, y aunque<br />
pinte al holandés allí en medio..., resulta<br />
un hombre que está en el campo,<br />
pero no es totalmente Holanda, ya<br />
que la fórmula en Holanda, más que<br />
hombre y campo, es granja y campo,<br />
con un árbol cerca, por lo menos, cobijándolo<br />
todo. La dulzura <strong>de</strong> una escena<br />
campesina <strong>de</strong> Holanda impresiona <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
un cuadro neerlandés, porqué ese<br />
cuadro recoge a la perfección la paz<br />
suave y melancólica que prestan a la<br />
escena los ganados vacunos cuando, con<br />
el testuz inmóvil, parecen meditar a<br />
fondo sobre el <strong>de</strong>stino metafisico <strong>de</strong><br />
las vacas. El cielo siempre está aquí<br />
bajo, con nubes que más que nubes<br />
son cribas para la luz, y el mar suele<br />
no estar lejos; <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l gran cielo,<br />
y bor<strong>de</strong>adas por el mar, las pra<strong>de</strong>ras<br />
sirviendo <strong>de</strong> pasto son puramente fondo<br />
<strong>de</strong> vaca, así como el cielo es dosel<br />
<strong>de</strong> vaca, y el mar parece estar allí<br />
para darle a la vaca distracción. Esta<br />
superlativa presencia <strong>de</strong> la vaca en el<br />
paisaje holandés y en la sustancia misma<br />
<strong>de</strong> Holanda hace que el retrato <strong>de</strong>l<br />
suelo <strong>de</strong> los Países Bajos tenga que<br />
contener sobre todo a la vaca para estar<br />
parecido, <strong>de</strong>l mismo modo que su<br />
retrato <strong>de</strong> usted <strong>de</strong>berá contener los<br />
ojos <strong>de</strong> su cara para que se le reconozca.<br />
El maestro sin discusión <strong>de</strong>l animalismo<br />
pictórico holandés es Paulus Potter,<br />
que pinta unos animales unidos entre<br />
si por los lazos <strong>de</strong>l afecto, y pinta<br />
la compenetración <strong>de</strong>l campesino con<br />
los animales <strong>de</strong> su granja, no solamente<br />
porque son <strong>de</strong> su propiedad, süio<br />
también porque hombre y ganados se<br />
aman poéticamente. ¿Qué es la poesía<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> todo más que el toque suave<br />
<strong>de</strong> una emoción? Por ejemplo, la<br />
emoción que pue<strong>de</strong> sentir el hombre<br />
ante la bestia que compren<strong>de</strong> su voz, y<br />
la que pue<strong>de</strong> sentir el espectador <strong>de</strong><br />
un cuadro don<strong>de</strong> el animal es una compañía<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un productor <strong>de</strong> prí-<br />
te, y si las gallinas y las vacas res- meras materias. Piense en las vacas<br />
pon<strong>de</strong>n a un pienso científico<br />
porque son conformistas,<br />
el cerdo es tozudo<br />
y quiere lo que quiere,<br />
y lo que quiere no son<br />
siempre vitaminas. Puedo<br />
<strong>de</strong>cirles que el cerdo en<br />
Holanda es un cerdo sano.<br />
Pero no arrastra la<br />
papada Como, es <strong>de</strong>bido,<br />
ni tiene la barriga en<br />
forma <strong>de</strong> bombo, como es<br />
<strong>de</strong> rigor, y así se les ve<br />
eri los cuadros holan<strong>de</strong>ses,<br />
obligando al espectador,<br />
que concibe la hermosura<br />
<strong>de</strong>l cerdo hecha<br />
<strong>de</strong> redon<strong>de</strong>ces, a tomar<br />
nota <strong>de</strong>l extraño fenómeno<br />
,<strong>de</strong> un cerdo con indudable<br />
esbeltez.<br />
En Holanda no hay pe<br />
rros,buscavidas; es <strong>de</strong>cir,<br />
que no se ven nunca por<br />
ahí la clase <strong>de</strong> perros vivarachos,<br />
con el diente<br />
agudo, la piel sin lustre,<br />
el hocico inteligente y la<br />
pupila en guardia. Sobre<br />
todo, la pupila en guardia.<br />
No se ven. Pues bueno,<br />
semejantes perros que<br />
no se encuentran a lo vivo,<br />
pue<strong>de</strong>n verse muy<br />
bien pintados. ¡Maravillosamente<br />
pintados! Por<br />
Juan Steen, en sus interiores<br />
domésticos, con borrachos,<br />
salas <strong>de</strong> reuniones<br />
y fiestas. Casi siempre<br />
hay allí <strong>de</strong>ntro un pe- PACLU8 FOTTEK: «El novillo»<br />
<strong>de</strong> Potter que acu<strong>de</strong>n a! bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
acequia, mientras que las <strong>de</strong>l prado<br />
vecino acu<strong>de</strong>n también al bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l<br />
agua, para entablar coloquio con las<br />
camaradas <strong>de</strong>l otro lugar. Comprenda<br />
lo que ha conseguido el inimitable Potter.<br />
Hay presente en. su obra no sólo<br />
la <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> un gusto sentimental<br />
en los animales por ía «conversación»<br />
y el trato, sino que también hay<br />
una galería <strong>de</strong> estados ie ánimo vacunos.<br />
Una vaca se muestra colérica por<br />
un motivo que no nos po<strong>de</strong>mos explicar;<br />
otra, temerosa, por una razón que<br />
se nos escapa; otra, <strong>de</strong>seosa <strong>de</strong> afeo<br />
que adivinamos o no adivinamos lo<br />
que es... Mientras que otras <strong>de</strong>jan el<br />
tiempo pasar, y otras aprovechan el<br />
momento para beber.<br />
Paulus Potter pintó unas cosas mejor<br />
que otras, principalmente por la razón<br />
<strong>de</strong> que algunas cosas las hizo perfectas,<br />
y lo perfecto no es un troquel<br />
que produce ejemplares continuamente.<br />
Pero la crítica <strong>de</strong>l análisis artístico ha<br />
encontrado <strong>de</strong>fectos a cuadros que se<br />
imponen totalmente a nuestro placer.<br />
Y en la polémica entre el personaje<br />
que mira largamente un cuadro para<br />
ejercer un <strong>de</strong>recho erudito <strong>de</strong> critica,<br />
y el personaje que mira largameote un<br />
cuadro porque mirarlo le da gusto, en<br />
la polémica que no los pone <strong>de</strong> acuerdo,<br />
porque el crítico dice que los cuernos<br />
<strong>de</strong> aquel buey están muy separados,<br />
y el amador <strong>de</strong> la pintura dice<br />
que a él le encantan tal como son..,<br />
en esta polémica, a la crítica le tocará<br />
siempre per<strong>de</strong>r, porgue el hecho se<br />
impone a la argumentación. Del «Novillo»<br />
<strong>de</strong> Potter se ha afirmado que no<br />
tiene expresión. ¡Para algunos, la expresión<br />
<strong>de</strong>be, consistir en abrir dos palmos<br />
<strong>de</strong> ^K>ca!.. El ^Novillo» <strong>de</strong> Paulus<br />
Potter es insuperable, ¡y se lo dice a<br />
usted quien entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> toros bravos?<br />
Y tiene Potter un <strong>de</strong>licioso cuadro, don<strong>de</strong><br />
se ven, como en otros suyos, vacas<br />
y carneros. He leído que el tamaño <strong>de</strong><br />
una <strong>de</strong> las vacas en relación con el<br />
carnero que hay cerca no ofrece proporción.<br />
Pero... ¿es que sabemos, si vamos<br />
a medirlo, qué tamaño tenían en<br />
la retina emotiva <strong>de</strong> Potter el carnero<br />
y la vaca? Puesto que el efecto es bello<br />
y nuestro ojo no se cansa ós conterapiar,<br />
le recomiendo a usted el cuadro,<br />
y también aquel <strong>de</strong> una vaca haciendo<br />
«pis», que <strong>de</strong>volvió a Potter por este<br />
motivo la princesa <strong>de</strong> Solms, pero que<br />
es evi<strong>de</strong>nte que se trata <strong>de</strong> una vaca<br />
honesta y pulcra, haciendo acto <strong>de</strong> presencia<br />
natural en medio <strong>de</strong> una amplia<br />
naturaleza con aspas <strong>de</strong> molino al<br />
fondo.<br />
Pero Potter no pintó vacas solamente.<br />
Si usted recorre un álbum completo<br />
<strong>de</strong> reproducciones suyas se encontrará<br />
con multitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pájaros, con perros<br />
que se <strong>de</strong>sgañitan ladrando, lagartijas<br />
que compiten en agilidad con las mariposas<br />
que se hallan presentes, caballos<br />
que relinchan el triunfo <strong>de</strong> su pelaje,<br />
cerdos que se restriegan nasmados<br />
<strong>de</strong> felicidad... ¡Y la piel <strong>de</strong> aquel perro<br />
lobo, que achica el prestigio <strong>de</strong>l<br />
raso <strong>de</strong> seda y el moaré! Paulus Potter<br />
murió muy joven. A los veintinueve<br />
años. ¡Seleccionado tal vez para retratar,<br />
en un anejo <strong>de</strong>l Paraíso, a 'a oveja<br />
<strong>de</strong> San Juan y al buey y la muía <strong>de</strong>l<br />
Nacimiento!<br />
MARÍA VIRTUDES LUQUE
L <strong>Ateneo</strong>, amigo mío, será siem-<br />
E pre el <strong>Ateneo</strong>», dijo el caballero<br />
atusándose los bigotes con ese gesto<br />
importantísimo, que en las comedias<br />
<strong>de</strong> primeros <strong>de</strong> siglo sólo empleaban<br />
los actores para interpretar papeles<br />
<strong>de</strong> senadores, duques, socios <strong>de</strong> la<br />
Gran Peña o notarios.<br />
El ateneísta que nos ocupa era, en<br />
verdad, notario en esta mitad segunda<br />
<strong>de</strong>l siglo XX, y notario en una recoleta<br />
ciudad con placillas quietas,<br />
una fuente rumorosa frente a la catedral<br />
y amplias, hermosas, sustanciosas<br />
horas largas para llenar con la<br />
lectura <strong>de</strong>tenida <strong>de</strong>,don Juan Vaíera,<br />
tal o cual libro <strong>de</strong> versos y las páginas<br />
alarmantes <strong>de</strong> bombas H <strong>de</strong> algún<br />
diario madrileño.<br />
«Cuando vengo a <strong>Madrid</strong> voy al<br />
teatro por las noches, al casino a Jas<br />
horas <strong>de</strong> tomar café, almuerzo con los<br />
amigos y paseo en las mañanitas<br />
por Recoletos, el Prado o el Retiro;<br />
pero las tar<strong>de</strong>s las paso siempre en<br />
el <strong>Ateneo</strong>. Es el gran pulmón por don<strong>de</strong><br />
<strong>Madrid</strong> respira su cultura, y <strong>de</strong><br />
mis tar<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong> llevo «tela»<br />
bastante para cortar tajada <strong>de</strong> parloteo<br />
durante un par <strong>de</strong> meses en la<br />
tertulia <strong>de</strong> mi ciudad.<br />
»Vea usted, en este mes <strong>de</strong> abril,<br />
que he pasado aquí por cuenta <strong>de</strong>l<br />
médico <strong>de</strong> mi mujer y unas corrientes<br />
que le está dando, he tenido ocasión<br />
<strong>de</strong> escuchar a Dionisio Ridruejo,<br />
Walter Starkie y Marqueríe, que hablaron,<br />
sucesivamente, <strong>de</strong> «Interrogantes<br />
<strong>de</strong>l teatro», «Teatro británico<br />
e irlandés contemporáneos» y «Dentro<br />
y fuera <strong>de</strong>l teatro». Los tres me dieron<br />
ocasión para sustanciosos temas<br />
<strong>de</strong> comentario, que han <strong>de</strong> valerme<br />
mucha atención cuando vuelva a casa.<br />
No crea usted que sólo en <strong>Madrid</strong><br />
interesa el teatro; en provincias següimos<br />
estas cosas muy <strong>de</strong> cerca, y<br />
cuando llegan noticias directas, como<br />
las que llevaré yo, caen como beneficiosa<br />
lluvia <strong>de</strong> mayo sobre aquellos<br />
espíritus, secos y sedientos <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s.<br />
Pienso escuchar el ciclo entero<br />
que ha organizado el grupo <strong>de</strong> teatro<br />
<strong>de</strong> arte Proteo, y han <strong>de</strong> hablar todavía<br />
González Ruiz, José Hierro, Fernán<strong>de</strong>z<br />
<strong>de</strong> la Mora, Joaquín Calvo Sotelo,<br />
Fernando Fernán-Gómez, Eusebio<br />
García Luengo, Santiago Melero,<br />
Manuel Diez Crespo, Pablo Martí Zato<br />
y Guillermo Díaz Plaja.» ^<br />
»Ridruejo dijo una frase que me llevo<br />
apuntada: "La misión actual <strong>de</strong>l<br />
teatro consiste en incorporarse al<br />
hombre para que conozca sus límites<br />
propios y para que sea catequizado<br />
y ganado por lo que en escena se representa."<br />
El viejo ateneísta volvió a su gesto<br />
<strong>de</strong> primer actor <strong>de</strong> alta comedia, y<br />
como nadie se la quitó, siguió en el<br />
uso <strong>de</strong> la palabra:<br />
«Escuché a Michele Fe<strong>de</strong>rico Sciacca,<br />
catedrático <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />
Genova. Magnífica su conferencia sobre<br />
«Attualítá <strong>de</strong>lle dottrine sociali<br />
di S. Agostino», y muy oportuno el<br />
tema en estos momentos, en que parece<br />
como si en cada rincón <strong>de</strong>l globo<br />
terminase <strong>de</strong> nacer el inventor <strong>de</strong> las<br />
inquietu<strong>de</strong>s sociales. Como pue<strong>de</strong> verse,<br />
el problema social está <strong>de</strong> antiguo<br />
en el pensamiento <strong>de</strong> figuras tan representativas<br />
<strong>de</strong>l pensamiento cristiano<br />
como San Agustín. En el aula<br />
pequeña el catedrático <strong>de</strong> la Universidad<br />
<strong>de</strong> Oviedo, don Enrique Moreno<br />
Bay, ha dado un curso <strong>de</strong> conferencias<br />
magnífico sobre un tema tan apa-<br />
POCO ESCENIFICADA,<br />
VID A DES CULTURALES<br />
MADRILEÑO<br />
sionante como «El valor humano <strong>de</strong><br />
nuestros clásicos». ¡Gran ciclo, amigo<br />
mío! ¡Jugoso tema en verdad!»<br />
Nuestro notario tomó <strong>de</strong>l brazo a<br />
su interlocutor y lo llevó, caminan- caminando,<br />
hasta la sala <strong>de</strong> exposiciones<br />
<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>, don<strong>de</strong> dijo:<br />
«Esta visita que hago todas las tar<strong>de</strong>s<br />
a la exposición <strong>de</strong> Vázquez Díaz<br />
es para mí un placer inolvidable. Una<br />
y otra vez he estado <strong>de</strong>tenido ante<br />
cada línea segura y mágica, cada pincelada<br />
maestra, cada prodigioso juego<br />
<strong>de</strong> color. No puedo sustraerme a<br />
la tentación <strong>de</strong> leerle un párrafo <strong>de</strong><br />
esas cuartillas <strong>de</strong> Vicente Aleixandre,<br />
que presentan el catálogo. Son cuartillas<br />
que no precisan adjetivos; con el<br />
nombre que las firma les sobra mareo,<br />
dosel y pe<strong>de</strong>stal. Escuche: «Con<br />
un trazo grueso se pue<strong>de</strong> enérgicamente<br />
erigir una cabeza. Torcida la<br />
boca, sobrante el belfo, tachada con<br />
espátula cruda la luz <strong>de</strong> unos ojos<br />
<strong>de</strong>struíaos. El párpado, un tizne. Una<br />
mota <strong>de</strong> bermellón aplastado, la nariz,<br />
in<strong>de</strong>cente. Y casi hollín, la cabellera,<br />
sucia, don<strong>de</strong> una red congestiva<br />
<strong>de</strong> paleta ensañada semejaba haber<br />
impuesto allí sus asestadas imprecaciones."»<br />
Así <strong>de</strong> divinamente —y qué bien le<br />
viene el divinamente— inicia Vicente<br />
Aleixandre la loa <strong>de</strong> «El niño ciego»,<br />
<strong>de</strong> Vázquez Díaz.<br />
El catálogo, en las manos pulcras,<br />
blancas, largas y especialistas en li-<br />
bros <strong>de</strong>l señor notario, era como un<br />
recreo verle. No se sabía qué era más<br />
expresivo y bello: sí el catálogo —número<br />
uno <strong>de</strong> los «Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Arte<br />
<strong>de</strong>l <strong>Ateneo</strong>»— o las manos <strong>de</strong> en<strong>de</strong>rezar<br />
testamentos y dar fe <strong>de</strong> vidas. La<br />
tar<strong>de</strong> fue tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> concierto. Los dos<br />
viejos ateneístas, luego <strong>de</strong> leído hasta<br />
el final el puro primor <strong>de</strong> Aleixandre,<br />
llevaron la conversación a la música.<br />
«Me encanta el público <strong>de</strong> los conciertos:<br />
ver tanta mujer hermosa,<br />
tanta jovencita con cara picara <strong>de</strong><br />
adolescente sentimental, pero no tonta;<br />
tanto escritor <strong>de</strong> pro, y la crítica,<br />
y los músicos, los accionados <strong>de</strong> prestigio...<br />
Esta sala <strong>de</strong>i <strong>Ateneo</strong> í^a dado<br />
ya muchos espaldarazos <strong>de</strong> los que<br />
empajan a la inmortalidad, amigo<br />
mío. La música y los intérpretes jóvenes<br />
le <strong>de</strong>ben mucho al <strong>Ateneo</strong>.»<br />
Y el notario se perdía en la contemplación<br />
<strong>de</strong> las charoladas puntas<br />
<strong>de</strong> sus zapatos: impecables, elegantones<br />
zapatos <strong>de</strong> salón, que resaltaban<br />
elegantes sobre el rojo vivo <strong>de</strong> las alfombras<br />
<strong>de</strong> la casa.<br />
«Resultaron muy bien los conciertos<br />
cuaresmales, que se hicieron con<br />
la colaboración <strong>de</strong> Radio Nacional.<br />
Hubo interpretaciones inolvidables.<br />
Los conciertos <strong>de</strong> Tony Rosado fueron<br />
<strong>de</strong> los que hacen época, y hemos <strong>de</strong><br />
agra<strong>de</strong>cerle muy <strong>de</strong> verdad el estreno<br />
en España <strong>de</strong> Ja «suite» <strong>de</strong> Mahler<br />
•«Canciones sobre la muerte <strong>de</strong> los niños».<br />
También la tar<strong>de</strong> <strong>de</strong> Luis Gal-<br />
ve fue triunfal. Yo no había oído<br />
nunca. Este muchacho actúa tanto en<br />
el extranjero, que un pobre provinciano<br />
como yo tiene raras ocasiones <strong>de</strong><br />
escuchar a un intérprete tan completo.<br />
Es uno <strong>de</strong> los pianistas más convincentes<br />
que he escuchado. No me<br />
extraña la fama internacional que<br />
tiene. Viene, ¡no faltaba más!, la tar<strong>de</strong><br />
en que intervino la Agrupación Vocal<br />
<strong>de</strong> Cámara <strong>de</strong> Valencia. Un programa<br />
interesantísimo y un conjunto<br />
admirable. Felicite <strong>de</strong> todo corazón a<br />
su directora, María Teresa Oller. Las<br />
mujeres están ganando puestos en todas<br />
partes, ¿en? Y los ganan a pulso,<br />
la verdad sea dicha. Porque recuer<strong>de</strong><br />
usted, a<strong>de</strong>más, el concierto <strong>de</strong><br />
Vera Franceschi, la encantadora americanita<br />
que actuó el día 24. Por cierto,<br />
¡qué cantidad <strong>de</strong> compatriotas vinieron<br />
a escucharla! Vi al embajador,<br />
a todos los agregados, a los periodistas,<br />
i qué sé yo! Es muy simpática la<br />
nota <strong>de</strong> gran familia que dan en <strong>Madrid</strong><br />
los americanos.»<br />
El notario y su amigo llegaron a la<br />
cacharrería.<br />
«Nos sentaremos aquí; en el bar yo<br />
no me encuentro en mi elemento. Esas<br />
chiquitas que fuman un cigarrillo y<br />
meriendan bocadillos <strong>de</strong> queso batido<br />
con el remoje <strong>de</strong> una cerveza no son<br />
<strong>de</strong> mi época. Resultan encantadoras<br />
discutiendo a Kant o la <strong>de</strong>sintegración<br />
<strong>de</strong>l uranio o un partido <strong>de</strong> fútbol, pero<br />
uno está hecho a aquellas <strong>de</strong> nuestra<br />
época, con sus suspiritos y su ramito<br />
<strong>de</strong> violetas. ¡Qué quiere!»<br />
Tomaron asiento en los mullidos y<br />
profundos sillones, y el notario <strong>de</strong>cía:<br />
«Aquello que dijo Luis Felipe Vivanco<br />
en su conferencia al <strong>de</strong>stacar<br />
la importancia que el expresionismo<br />
pospicassiano tiene en el momento actual<br />
<strong>de</strong> la pintura...»<br />
Como vio quien leyó, el señor notario<br />
<strong>de</strong> la apacible y quieta ciudad<br />
hizo buen acopio <strong>de</strong> noticias culturales<br />
<strong>de</strong> las que presumir en su tertulia<br />
sin más rompe<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> cabeza que<br />
asistir durante el mes <strong>de</strong> abril a parte<br />
<strong>de</strong> las activida<strong>de</strong>s culturales <strong>de</strong><br />
Prado, 21.<br />
PILAR NARVION
oetas inéditos:<br />
MANRIQUE DE LAR A<br />
Mi vecino José Gerardo Manrique<br />
<strong>de</strong> Lara <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> por vía directa <strong>de</strong><br />
la Poesía, <strong>de</strong> la mejor poesía española.<br />
Este hombre, este poeta cuyo apellido<br />
fluye eterno, como un chorro <strong>de</strong><br />
agua fresca, <strong>de</strong> las Coplas inmortales,<br />
hace poesía <strong>de</strong> su tiempo, vibra con<br />
su época, y <strong>de</strong> una manera muy suya,<br />
muy personal.<br />
La primera noticia que tengo <strong>de</strong><br />
Manrique data <strong>de</strong> diea años. Quien<br />
me da la noticia <strong>de</strong>! poeta es la vieja<br />
muchacha <strong>de</strong> casa:<br />
—Sí, niño, ese vecino que se pareoe<br />
a ti.<br />
Yo rae quedo pensativo, queriendo<br />
localizarle en mi memoria, con ia naranja<br />
a medio mondar entre mis <strong>de</strong>dos<br />
y el cuchillo. Y la muchacha<br />
apremia.<br />
•—-Cómete wso, que tiene mucha dinamita.<br />
Manrique <strong>de</strong> Lara solamente se<br />
pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicar a la poesía —a la poesía<br />
escrita, entendamos—- »n sus ratos libres.<br />
El mismo nos lo dice a- través<br />
<strong>de</strong> ia voz <strong>de</strong> BU Pedro e! Ciego; «... Porque<br />
e! hambre me <strong>de</strong>dica a negocios..,»<br />
El poeta, inédito aún, empieza a<br />
publicar ahora, que ea cuando se está<br />
dando a conocer; lentamente, como<br />
suce<strong>de</strong> siempre con estas cosas. Por<br />
aquellos años <strong>de</strong> ia naranja aquélla,<br />
cuando Manrique era solamente para<br />
mí un raudo vecino que- se <strong>de</strong>slizaba<br />
«ilencíosamente por las escaleras <strong>de</strong><br />
casa, yo no podía conocer sus activida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> poeta. Lo curioso es que él,<br />
a pepar <strong>de</strong> mi asiduidad «giAreüa-siana»,<br />
bibliográfica y antioiógsca, tampoco<br />
conocía mis versos. 'De esto me<br />
entero ahora. Me entero y m* hace<br />
gracia. Pero en 1944, ¡cuánto hubiese<br />
Manrique ds íkta —exactamente<br />
igual que haco cites: años—• camina<br />
por la calle eon un profundo gesto<br />
abstraído, ensimismado en sus versos,<br />
ajeno a semáforos y pitidos, <strong>de</strong><br />
la mano <strong>de</strong>l ángel <strong>de</strong> au guarda, que<br />
va recogiendo por las aceríg los en<strong>de</strong>casílabos<br />
que se le caen, al poeta.<br />
—Va poetando—<strong>de</strong>cía la muchacha<br />
<strong>de</strong> caaa.<br />
Y he aquí que mi vecino, convertido<br />
ya en amigo, <strong>de</strong>ja un día entre<br />
mis manos un iíbro inédito. «Pedro el<br />
Ciego», uno <strong>de</strong> los libros más bellamente<br />
extraños y misteriosos que<br />
acaso haya abierto yo nunca. La obsesión<br />
casi continua, <strong>de</strong> la muerte,<br />
tema central <strong>de</strong> la mayoría"" <strong>de</strong> estos<br />
versos, da al libro un recóndito aire<br />
rilkiano que lo llena <strong>de</strong> belleza, sin<br />
que por eso <strong>de</strong>je <strong>de</strong> ser «Pedro fil<br />
Ciegos uno <strong>de</strong> los libros más personaíes<br />
— originales, diría yo—- <strong>de</strong> mi generación.<br />
Son éstas unas páginas llenas<br />
<strong>de</strong> melancolía, <strong>de</strong> profunda tristeza,<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>sesperanza. No importa<br />
que eí poeta nos diga;<br />
«Con esta ropa negra yo no quiero<br />
vestir al mundo <strong>de</strong> tristeza oscura.<br />
Que los ángeles vistan <strong>de</strong> hermosura<br />
98 el luto —a mi muerte-—• que jí<br />
Todo ei libro, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las bellas palabras<br />
<strong>de</strong>L prólogo —esa prosa dondo<br />
Manrique sigue siendo poeta— hasta<br />
el emocionado epitafio <strong>de</strong> Pedro, todo<br />
el libro, digo, está traspasado, transpuesto,<br />
por una brillante nube nostálgica<br />
hacia la que corre «Rubio», el<br />
perro lazarillo, tirando incesantemente<br />
también <strong>de</strong>l brazo <strong>de</strong>l poeta; porque<br />
resulta que ei Tiempo, ese «silencio<br />
en que se oye tan claro cómo<br />
Dios tose y suspira», comparte con ia<br />
Muerte la atención <strong>de</strong> Manrique. Y<br />
a veces cruza por el libro como una<br />
ligera nostalgia <strong>de</strong>l porvenir, como un<br />
llanto anticipado. No es esto influencia<br />
<strong>de</strong>l apelado, sino amargo conocimiento,<br />
experiencia dolorosa. <strong>de</strong>l que<br />
hft cumplido ya loa treinta; porque<br />
«...sí juzgamos sabiamente,<br />
daremos lo non venido<br />
por paseado.»<br />
Ya se compren<strong>de</strong>rá que, a través<br />
<strong>de</strong> la biografía apócrifa <strong>de</strong> Pedro ei<br />
Cigo, late y perdura la vida real <strong>de</strong>l<br />
propio poeta, aunque a éste, algunas<br />
veces, se le vaya <strong>de</strong> entr** las manos<br />
su personaje.<br />
«Cuántas cosas a tientas..,<br />
como los ciegos, como lo» hombres...»^<br />
dice Manrique <strong>de</strong> Lara. Y en estos<br />
dos versos está la explicación o clave<br />
<strong>de</strong>! libro. Todos ssmJa ciegos, todos<br />
buscamos al^o entre tinieblas.<br />
En este libro <strong>de</strong> Manrique <strong>de</strong> Lara<br />
hay cierta predilección por e! vino.<br />
Son abundantes los poemas don<strong>de</strong> el<br />
sufrido mi altivez cíe jove-s»'iae*.<br />
cuyo primer volumen será «La Janzarina<br />
inmóvil* <strong>de</strong> Isabel Calvo <strong>de</strong><br />
Aguilar. Esta colección publicará un<br />
libro <strong>de</strong> mujer y otro <strong>de</strong> hombre. Así,<br />
alternativamente.<br />
—-¿Y quién será el hombre que siga<br />
& la novela femenina inicial?<br />
—Alberto Insúa. Le han hablado<br />
y no llega a un acuerdo. Le ofrecen<br />
cinco mil pesetas y él dice que jamás<br />
•úi-'< ningún libro por menos <strong>de</strong> diez<br />
mi!.<br />
—¿iba a d»r novela inédi-.*?<br />
- -Eso se le pedía. Pero él ofreció<br />
tFA cepitán mala centella*. Una obra<br />
suya <strong>de</strong> hace veinte años que don Alborto<br />
estima como la mejor <strong>de</strong> las<br />
suv as.<br />
-—¿Y «Nieves en Buenos Aires*?<br />
---Esa novela, uífcimísima <strong>de</strong> Insúa,<br />
ia tiene concluida y contratada con<br />
otra editorial.<br />
—¿Hay algo más ds premios literarios<br />
1<br />
— •La Sociedad Cervantina, que <strong>de</strong>spliega<br />
una actividad <strong>de</strong>mostrativa <strong>de</strong><br />
que Patricio G. <strong>de</strong> Canales está en<br />
ella, va a convocar otro premio para<br />
novela, a<strong>de</strong>mán <strong>de</strong>l «Larragoiti» que,<br />
corno sabe, está dotado con. veinticinco<br />
raíl pesetas.<br />
— i Qué nuevo -premio es ese?<br />
—Se titulará «Aníta Segovia y María...»,<br />
pues está financiado por las<br />
dos damas <strong>de</strong> este nombre, 1 cada «na<br />
<strong>de</strong> las cuales puso cinco mil pesetas<br />
para hacer las diez mil <strong>de</strong> que constará<br />
el premio.<br />
—¿Quiere usted que hablemos <strong>de</strong>l<br />
pasado «Día <strong>de</strong> Cervantes»?<br />
—Nos coge un poco lejos. Y& se<br />
que rae va a <strong>de</strong>cir que en el acto <strong>de</strong><br />
Alcalá no intervino un solo académico.<br />
Pero .eso no tiene excesiva importancia.<br />
A mi me interesa más el «Congreso<br />
andante <strong>de</strong> los novelistas españoles».<br />
—Se celebrará, según mis noticias,<br />
<strong>de</strong>l 27 al 30 d© mayo y ya han sido<br />
cursadas las invitaciones a aquellos<br />
escritores que la comisión organizadora<br />
estimó oportuno.<br />
—Eso sí que es una viva evocación<br />
y glosa cervantina,<br />
—Hombre. Depen<strong>de</strong> <strong>de</strong> cómo escriban<br />
los escritores invitados.<br />
MI KÍUISCRETO
qué poquito da <strong>de</strong> sí nuestro ambiente<br />
literario. Eato se pone<br />
muy feo. Vamos a tener que<br />
acabar por inventar un concurso radiofónico.<br />
—Si se tratase <strong>de</strong> otra cosa, pero<br />
¡<strong>de</strong> literatura! ¿Cree que iba a encontrar<br />
una caaa comercial que se lo<br />
patrocínase?<br />
—íPor qué no? Algún editor. ¿No<br />
ha patrocinado Lara «Correo lite-<br />
—Bueno, pero es que Lara es hombre<br />
<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s empresas. No lo olvi<strong>de</strong>.<br />
Ya ha convocado el «Planeta». ¡Ahí<br />
es nada! Cien rail pesetas para un<br />
novelista.<br />
—Sin incluir lo que le cuente el<br />
banquete <strong>de</strong>l día <strong>de</strong> la concesión <strong>de</strong>l<br />
premio, ni el precio <strong>de</strong> la conferencia<br />
telefónica para hablar luego, <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> emitido el fallo, con el autor galardonado.<br />
—Así es. Que en buena contabilidad<br />
todo <strong>de</strong>be sumarse. Y, lógicamente,<br />
el editor generoso no <strong>de</strong>jará<br />
<strong>de</strong> sumar luego los beneficios proporcionados<br />
por la obra premiada cuya<br />
primera edición suele agotarse en un<br />
abrir y eerrar <strong>de</strong> ojos.<br />
—Cierto. Esto ocurrió con la <strong>de</strong><br />
don Santiago Loren.<br />
—Más <strong>de</strong> prisa que con otras, pues<br />
con aquello <strong>de</strong> si la retiraban o no la<br />
retiraban, la gente comenzó a comprarla.<br />
• —Hombre, como que se vendió tan<br />
<strong>de</strong> prisa como cualquier novela <strong>de</strong> Darío<br />
Fernán<strong>de</strong>z Flórez.<br />
—De quien acabo <strong>de</strong> leer «Alta<br />
costura».<br />
; Y qué le parece í<br />
Me gusta bastante. Darío es un<br />
gran observador <strong>de</strong> cierto mundo social<br />
vivo, próximo, que él se conoce<br />
muy bien. Después, gabe llegar hasta<br />
ese punto medio <strong>de</strong> la picardía y lo<br />
picante que no excluye la limpieza<br />
narrativa ni la finalidad moral en<br />
sus relatos.<br />
—Eso mismo opino yo y creo que<br />
en eilo, a más <strong>de</strong> en su cualidad <strong>de</strong><br />
castizo escritor español, radican las<br />
razones <strong>de</strong> su éxito.<br />
¿Qué le gust5 a usted más <strong>de</strong><br />
este autor: «Frontera» o «Alta costura»?<br />
—Sin duda alguna; creo que el último<br />
Hbro le dará bastante más dinero.<br />
No obstante, a mi «Frontera»<br />
me gustó extraordinariamente. ¿ Sabe<br />
usted que llevó esta novela al «Fastenraht»?<br />
•—Lo sabía. También sé que aún<br />
no se resolvió eso. Yo creía, y conmigo<br />
muchas personas, que la Aca<strong>de</strong>mia<br />
vba a hacer suyo el acuerdo <strong>de</strong><br />
la ponencia.<br />
—Debe <strong>de</strong> haber sos impon<strong>de</strong>rables.<br />
—¿En qué consisten?<br />
—Parece que aprietan mucho. Sobre<br />
todo las escritoras. Hay algún<br />
académico muy partidario <strong>de</strong> la novela<br />
<strong>de</strong> Carmen <strong>de</strong> Icaza...<br />
—¿Acaso el señor G. <strong>de</strong> Amezúa?<br />
—Pue<strong>de</strong> ser. Como Cossío lo era<br />
en un principio <strong>de</strong>l libro <strong>de</strong> Elena<br />
-No obstante, la unanimidad estaba<br />
en favor <strong>de</strong> «Marcelino Pan y<br />
Vino».<br />
—Y sigue estándolo. Esto son apreciaciones<br />
en torno que flotan más con<br />
la tardanza en resolver el concurso.<br />
-—Lo que sí terminó ya es el plazo<br />
<strong>de</strong> admisión <strong>de</strong> obras en el «Lope <strong>de</strong><br />
-Concurrido concurso. Se han presentado<br />
doscientas ochenta y tantas<br />
comedias.<br />
—¡Y quién será el premiado?<br />
—Aún no fue nombrado el jurado,<br />
pero los cafés literarios, tan amigos<br />
<strong>de</strong> hacer quinielas en esto <strong>de</strong> los concursos,<br />
están barajando el nombre <strong>de</strong><br />
un literato que recientemente obtuvo<br />
otro galardón.<br />
—Y bien, ¿se sabe si ese literato<br />
ha concurrido í<br />
—Con certeza, no. La asistencia al<br />
«Lope» es anónima, bajo plica. A<br />
pesar <strong>de</strong> ello, este nombre se baraja<br />
intensamente y, ¡quién sabe! ¡A lo<br />
mejor aciertan las conjeturas!<br />
—También habrá conjeturas respecto<br />
a los jurados.<br />
—Pues sí. Las hay. Se dice que,<br />
probablemente, por el Ayuntamiento<br />
vayan don Eugenio Lostau y don<br />
José María Gutiérrez <strong>de</strong>l Castillo, por<br />
la Asociación <strong>de</strong> la Prensa un crítico.<br />
er. este caso don Victoriano Fernán<strong>de</strong>z<br />
Asís, y por la Sociedad <strong>de</strong> Autores<br />
un comediógrafo, al parecer, Joaquín<br />
Calvo Sotelo.<br />
—Faltan los jurados que nombra<br />
el Ministerio <strong>de</strong> Información y el académico.<br />
—De ésos no sé nada. Se dijo que<br />
le habían ofrecido un puesto a Mostaza,<br />
que renunció al mismo.<br />
—Es cierto. Mostaza no ha vuelto<br />
a ser jurado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se otorgó el<br />
«Lope <strong>de</strong> Vega» a Suárez Carreño, y<br />
quedó bastante harto eit aquella<br />
ocasión.<br />
—Yo pienso que el jurado por la<br />
Aca<strong>de</strong>mia podría ^ser don Melchor<br />
Fernán<strong>de</strong>z Almagro.<br />
—O don Juan Ignacio Luca <strong>de</strong><br />
Tena, que ambos nombres fueron dados<br />
en.esas conjeturas <strong>de</strong> café.<br />
—¿ Ha oído usted algo sobre una<br />
posible disolución <strong>de</strong>l Consejo <strong>de</strong> J<br />
Teatro? . . I<br />
—Prácticamente, lo está. Puesto |<br />
que ese organismo asesor no se reúne ¡<br />
hace algún tiempo. En realidad, las<br />
direcciones <strong>de</strong> los teatros oficíale» no<br />
plantean problemas que lo hagan <strong>de</strong>masiado<br />
necesario.<br />
—Oiga usted: ¿Y qué hay <strong>de</strong>l<br />
estreno <strong>de</strong> aquella obra <strong>de</strong> Giménez<br />
Arnáu en el María Guerrero?<br />
—Pues no sé nada. Por lo pronto<br />
habrá que esperar a que Tamayo<br />
concluya la. temporada que le fue<br />
concedida.<br />
—Tan brillante, por cierto, como la<br />
<strong>de</strong>l Español.<br />
—Sí, señor. Tenga usted en cuenta<br />
que Tamayo quite <strong>de</strong>l cartel el «Edipos<br />
<strong>de</strong> Peinan, híicíendo una media<br />
<strong>de</strong> treinta y cinco mil pesetas diarias.<br />
—¡Qué contento estaría el señor<br />
Sastre!<br />
—Bastante más que Mo<strong>de</strong>sto Higueras,<br />
cuando se le regatean pesetas<br />
en los presupuestos <strong>de</strong> montaje.<br />
—No obstante, Mo<strong>de</strong>sto ha tenido<br />
un gran éxito con «La pru<strong>de</strong>ncia en<br />
la mujer».<br />
—Sí, pero la crítica acusó una pobreza<br />
<strong>de</strong> presentación que acaso tenga<br />
sus fundamentos en el criterio restric-<br />
(Pasa o la página 39}