EUSKAL HIRIA UN PROYECTO UTÓPICO - Basques 2.0 Fundazioa
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BERNARDO ATXAGA - 18 Nov. Bilbao. 2010<br />
en lo particular... tenemos los ejemplos de los edificios. Antes que el Guggenheim estuvo<br />
el Pompidou. Cuando se hizo el Pompidou hubo una gran polémica en París, ¿por qué<br />
un edificio tan extraño en este quartier, en este arrondisement tan clásico? Pues<br />
precisamente porque al ser diferente se convierte en centro, se percibe con gran facilidad.<br />
Bueno, digamos que yo más o menos participo de esa sensibilidad.<br />
Vuelvo ahora a la idea de ciudad, a lo que yo me planteaba partir de la lectura de la tragedia<br />
de Sófocles. Hay una urbe aquí, en este lugar; pero, ¿hay una polis? ¿hay una organización<br />
política? Claro, la hay, pero también he de decir que cuando se funda la polis ateniense,<br />
después de que Atenea ayude a crear la ciudad, se plantea la cuestión de cómo debe ser, de<br />
si debe ser un cosmos y no un caos. Nosotros ahora utilizamos cosmos y caos únicamente<br />
para referirnos a fenómenos físicos pero, en origen lo que cosmos quería decir, según la<br />
doctrina de Solón y demás, era sencillamente una ciudad justamente organizada, organizada<br />
con justicia. Eso es un cosmos. Una ciudad organizada injustamente, eso es un caos. Pues<br />
bien: yo pensé que, así como me resultaba muy fácil asimilar que los vascos vivíamos en una<br />
región metropolitana y en una civitas urbana, la organización politica parecía más bien un<br />
caos. ¿Por qué? Bueno, a lo largo de su vida he tenido, personalmente hablando, muchos<br />
seudónimos, pero realmente el país me gana. Basta pensar en los últimos nombres que ha<br />
tenido este país: para unos ha sido Euzkadi, para otros ha sido Euskadi con s, País Vasco,<br />
Pays Basque, País Vascofrancés, Vascongadas, etc. Eso es índice de que hay un problema<br />
para la organización política de los vascos. Ese problema, y esto es el resumen de un texto<br />
que escribí, yo lo veía como el choque entre dos, iba a decir mitos, pero es una palabra de<br />
la que no quiero abusar; mejor si digo que se trata de un choque entre dos “cuentos<br />
nacionales”; al igual que se decía poema nacional, pues, cuento nacional.<br />
Hay un cuento, y empiezo por el que más me ha afectado, hay un cuento nacional que es el<br />
que se nos ha dirigido a los vascos sobre todo de zonas como Asteasu o Segura. Se trata de<br />
un cuento clasista. Si ustedes hacen un balance, un inventario, de los calificativos que se han<br />
dedicado a la gente euskaldun, siempre observarán que por ejemplo entre carlista y liberal<br />
siempre se le anota en la casilla de los carlistas, a pesar de que hubiese muchos liberales<br />
en Asteasu y Segura, quizá tantos como carlistas. Se trata de una posición ideológica. Bien,<br />
ustedes lo conocen, no voy a insistir.Entre, por ejemplo, oralidad y escritura al euskaldun le<br />
corresponde la oralidad, que es la forma de expresión más primitiva; entre universalismo,<br />
cosmopolitismo y cultura parochiall o aldeana, lo que se asocia a lo euskaldun es lo aldeano.<br />
Este cuento se ha ido repitiendo desde antiguo, y se repite ahora, a principios del XXI y sobre<br />
todo a finales del XX , con una agresividad que no existía en los clásicos, que no existía en<br />
Cervantes cuando hablaba del vizcaino. Cuando he expuesto estas cosas, he encontrado<br />
resistencia: “eso ocurría antes”. Pero no. Siempre pongo el mismo ejemplo: durante<br />
muchísimos años, en un periódico de difusión nacional, o sea, en un periódico fuerte, ha<br />
salido una tira cómica en la que los políticos vascos hablaban con la sintaxis trabucada del<br />
vizcaino de Cervantes, es decir, “yo a ti Josu pedir autonomía”. No sé si a ustedes les suena,<br />
pero esto ha sido muy famoso, lo habrán leído ustedes muchísimas veces. Claro, esta marca<br />
de lengua trabucada, de castellano trabucado que hablan los vascos... Si a una persona le<br />
quitan la capacidad expresiva están poniéndola en una lugar muy subalterno, muy secundario.<br />
En el del aldeano tosco y poco instruido.<br />
Insisto, esto ha sido ideológico. Recuerdo que Lázaro Carreter sin ir más lejos, probablemente<br />
el mejor lingüista que ha habido en España en los últimos tiempos, ya decía que Garaikoetxea<br />
hablaba el mejor castellano entre todos los políticos que había en España y, sin embargo, en<br />
las tiras cómicas había esa marca ideológica, ese afán ideológico de seguir con el cuento<br />
nacional anti, que lo ponía hablando mal.