Cristo: Señor y Salvador - Knights of Columbus, Supreme Council
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1 Corintios 2,8). Como ya hemos dicho, nuestro conocimiento depende<br />
de la obra invisible del Espíritu. A pesar de todo, en su sabiduría, Dios<br />
ha decidido emplear muchos medios visibles, materiales, con el<br />
propósito de enseñarnos y comunicarnos la vida de la gracia. Nuestra<br />
fidelidad al <strong>Señor</strong> implica una fidelidad a estos medios prácticos<br />
establecidos para nuestra salvación.<br />
De estos medios prácticos, hay que destacar la Iglesia visible, la liturgia<br />
y los sacramentos, las Escrituras, la caridad (especialmente el amor a los<br />
pobres y a aquellos que sufren), así como el ascetismo.<br />
La Iglesia visible<br />
Dios Todopoderoso, con el deseo de llevar a cada uno de nosotros a la<br />
comunión consigo mismo y con los demás en Él, no estaba dispuesto a<br />
abandonarnos a nuestra suerte en esta vida. Por el contrario, el <strong>Señor</strong> ha<br />
adoptado un grupo visible de gente - primero Israel, después la Iglesia<br />
- como señal e instrumento de su propia vida. Como afirmó el Concilio<br />
Vaticano II:<br />
En todo tiempo y en todo pueblo es grato a Dios quien le teme<br />
y practica la justicia. Sin embargo, fue voluntad de Dios el<br />
santificar y salvar a los hombres, no aisladamente, sin conexión<br />
alguna de unos con otros, sino constituyendo un pueblo, que le<br />
confesara en verdad y le sirviera santamente. Por ello eligió al<br />
pueblo de Israel como pueblo suyo, pactó con él una alianza y<br />
le instruyó gradualmente, revelándose a Sí mismo y los<br />
designios de su voluntad a través de la historia de este pueblo,<br />
y santificándolo para Sí. Pero todo esto sucedió como<br />
preparación y figura de la alianza nueva y perfecta que había de<br />
pactarse en <strong>Cristo</strong>…el Nuevo Testamento en su, lo estableció<br />
<strong>Cristo</strong> convocando un pueblo de judíos y gentiles, que se<br />
unificara no según la carne, sino en el Espíritu. 12<br />
Este nuevo pueblo está unido en un cuerpo y Él es también la Cabeza<br />
del Cuerpo (cf. Colosenses 1,18). Este cuerpo, es decir, la Iglesia,<br />
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