Tema Aparato Circulatorio
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TEMA: Descripción anatómica y bases fisiológicas del aparato<br />
circulatorio: anatomía del corazón y grandes vasos.<br />
Fisiología cardiovascular.<br />
Esquema:<br />
1. Introducción<br />
2. Anatomía del aparato circulatorio<br />
2.1 Corazón<br />
2.2 Vasos sanguíneos<br />
2.3 Sangre<br />
2.4 Circulación sanguínea<br />
A. Circulación sistémica o circulación mayor<br />
B. Circulación pulmonar o circulación menor<br />
C. Circulación fetal<br />
3. Fisiología del aparato circulatorio<br />
3.1 Ciclo cardíaco<br />
3.2 Sistema de conducción del corazón<br />
3.3 Presión arterial<br />
3.4 Pulso<br />
4. Sistema linfático<br />
5. <strong>Aparato</strong> circulatorio y envejecimiento<br />
6. Patología cardiovascular<br />
7. Conclusiones<br />
8. Bibliografía<br />
1. INTRODUCCIÓN<br />
Todas las células de cada uno de los tejidos que componen nuestro<br />
organismo necesitan un suministro contínuo de oxígeno y nutrientes<br />
para poder llevar a cabo sus funciones metabólicas. Así mismo, cada<br />
célula precisa eliminar los productos de desecho generados en dicho<br />
metabolismo. Dado que el lugar de obtención de oxígeno (el aparato<br />
respiratorio) y el lugar de obtención de nutrientes (aparato digestivo)<br />
están demasiado lejos para la mayoría de las células, es preciso el<br />
funcionamiento de un transporte interno dinámico y contínuo que pueda<br />
abastecer a todo el organismo rápida e ininterrumpidamente (la mayoría<br />
de las células mueren si no reciben oxígeno en menos de 4 minutos). Lo<br />
mismo sucede con los lugares de eliminación de desechos (el aparato
espiratorio y el aparato urinario principalmente): su ubicación está<br />
demasiado lejos para la mayoría de los tejidos.<br />
De esto precisamente se encarga el aparato o sistema circulatorio,<br />
también conocido como aparato o sistema cardiovascular: de transportar<br />
sustancias por todos los rincones del organismo, garantizando el<br />
abastecimiento celular y la eliminación de residuos metabólicos (cuya<br />
acumulación podría causar graves daños e incluso resultar letal para<br />
cualquier persona). Igualmente, el aparato circulatorio es el rápido medio<br />
de transporte para las células inmunitarias del organismo, así como para<br />
otras sustancias esenciales en la comunicación e integración de<br />
funciones del cuerpo humano (hormonas).<br />
El aparato circulatorio consta de un órgano de bombeo que actúa como<br />
un motor en contínuo funcionamiento (el corazón), de un tejido conectivo<br />
líquido que transporta sustancias (oxígeno, nutrientes, desechos<br />
metabólicos, etc.) hasta y desde las células (la sangre), y de un extenso<br />
sistema de "tuberías" por las cuales circula la sangre bombeada por el<br />
corazón hasta y desde cada una de las células del organismo (los vasos<br />
sanguíneos).<br />
2. ANATOMÍA DEL APARATO CIRCULATORIO<br />
2.1 Corazón<br />
A. Ubicación y tamaño<br />
El corazón es un órgano musculoso situado en el mediastino (zona<br />
media del tórax), y cuyas dos terceras partes se encuentran a la<br />
izquierda de la línea media. En su parte anterior está protegido por el<br />
cuerpo del esternón, entre la segunda y sexta costilla. En su parte<br />
posterior se encuentran las vértebras dorsales (de la D5 a la D8). Este<br />
encajamiento óseo es lo que permite comprimir el corazón de manera<br />
externa cuando una persona se encuentra en parada cardíaca: basta<br />
con presionar con el talón de la mano sobre la parte inferior del cuerpo<br />
del esternón para estimular su bombeo artificialmente.<br />
El latido apical (también denominado pulso apical) es el que se escucha<br />
poniendo el fonendoscopio en el vértice del corazón, concretamente en<br />
el quinto espacio intercostal, en línea con el punto medio de la clavícula<br />
izquierda.<br />
En la persona adulta, su forma y tamaño se asemeja a la de un puño<br />
cerrado, pesando en el varón unos 310 g y en la mujer unos 225 g.
B. Estructura<br />
a. Pared y envolturas<br />
De su parte más externa a su parte más interna nos encontramos:<br />
-Pericardio, que consta de dos membranas:<br />
El pericardio fibroso es un tejido blanco y fuerte, inextensible, es una<br />
bolsa que rodea y protege al corazón.<br />
El pericardio seroso está formado por dos delgadas capas lisas y<br />
húmedas; una reviste internamente al pericardio fibroso (hoja parietal) y<br />
la otra reviste externamente al miocardio (hoja visceral o epicardio). El<br />
espacio situado entre ambas hojas, conocido como espacio pericárdico,<br />
contiene unos 10-15 ml de líquido lubricante (líquido pericárdico)<br />
segregado por las células de la serosa.<br />
El pericardio protege al corazón y le permite dilatarse y relajarse con<br />
facilidad sin riesgo de irritarse por la fricción.<br />
-Miocardio<br />
Es la capa media del corazón. Se trata de un potente músculo, muy<br />
grueso, y de inervación autónoma (involuntaria). Se contrae y se relaja<br />
rítmicamente sin descanso desde la cuarta semana de gestación hasta<br />
la muerte. Sus células o fibras musculares se encuentran distribuídas de<br />
manera única y especial, formando complejas redes sincitiales. Un<br />
sincitio es una unidad funcional cardíaca, compuesta por muchas células<br />
ramificadas y acopladas unas a otras, de tal manera que la estimulación<br />
de algunas de ellas es rápidamente transmitida a toda la unidad sincitial,<br />
provocando la contracción coordinada de cada fibra muscular.<br />
Además de estas células sincitiales, el miocardio cuenta con otras<br />
células no contráctiles modificadas y especializadas en la conducción<br />
eléctrica.<br />
-Endocardio<br />
Es la fina capa endotelial que tapiza internamente a todo el miocardio.<br />
En determinadas zonas se repliega de manera especializada y<br />
característica, formando las válvulas auriculoventriculares que regulan el<br />
flujo de sangre intracardíaco.<br />
b. Cavidades<br />
Internamente, el corazón es una víscera hueca dividida en cuatro<br />
cavidades: dos cavidades superiores (aurículas) y dos cavidades<br />
inferiores (ventrículos). El miocardio de los ventrículos es más<br />
voluminoso que el de las aurículas. A su vez, el ventrículo izquierdo es<br />
mucho mayor que el derecho.
En las aurículas entran vasos sanguíneos denominados venas, que<br />
traen la sangre de los tejidos del organismo. De los ventrículos salen<br />
vasos sanguíneos denominados arterias, que llevan la sangre a los<br />
tejidos.<br />
La sangre nunca fluye de una aurícula a la otra ni de un ventrículo hacia<br />
el otro, puesto que el corazón está dividido en dos mitades (derecha e<br />
izquierda) por un fuerte tabique. La sangre de la derecha nunca se<br />
mezcla con la de la izquierda.<br />
La sangre entra en la aurícula derecha por las venas cavas, y de aquí<br />
pasa al ventrículo derecho, saliendo de éste por la arteria pulmonar.<br />
Simultáneamente, en la parte izquierda del corazón está entrando<br />
sangre en la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares, que a<br />
continuación fluye hacia el ventrículo izquierdo y finalmente sale de éste<br />
por la arteria aorta. Así pues, es como si tuviéramos dos motores de<br />
bombeo independientes en el corazón.<br />
c. Válvulas cardíacas<br />
Son compuertas que permiten el flujo de sangre en una sola dirección<br />
(en sentido anterógrado), impidiendo su retroceso.<br />
Las válvulas auriculoventriculares son las situadas entre aurícula y<br />
ventrículo. La válvula auriculoventricular derecha se denomina tricúspide<br />
(ya que cuenta con tres valvas) y la válvula auriculoventricular izquierda<br />
se denomina mitral o bicúspide (sólo cuenta con dos valvas).<br />
Las válvulas semilunares son las situadas entre ventrículo y arteria. Sus<br />
valvas tienen forma de media luna, de ahí su nombre. La válvula<br />
semilunar derecha (situada en la entrada de la arteria pulmonar) se<br />
denomina válvula pulmonar, y la válvula semilunar izquierda (situada a<br />
la entrada de la arteria aorta) se denomina válvula aórtica.<br />
Flujo de sangre en la mitad derecha del corazón: venas cavas<br />
aurícula derecha válvula tricúspide ventrículo derecho válvula<br />
semilunar pulmonar arteria pulmonar<br />
Flujo de sangre en la mitad izquierda del corazón: venas pulmonares<br />
aurícula izquierda válvula mitral o bicúspide ventrículo izquierdo<br />
válvula semilunar aórtica arteria aorta<br />
C. Irrigación<br />
Del inicio de la arteria aorta salen dos pequeñas ramificaciones que<br />
llevan la sangre oxigenada recién expulsada por el ventrículo izquierdo<br />
hacia el miocardio: son las arterias coronarias. Tanto la arteria coronaria<br />
derecha como la izquierda se dividen en dos, y continúan ramificándose.
Cada ventrículo recibe sangre de las dos arterias coronarias, tanto de la<br />
derecha como de la izquierda; por el contrario, la aurícula derecha sólo<br />
es abastecida por la arteria coronaria derecha, y la aurícula izquierda<br />
por la arteria coronaria izquierda.<br />
El ventrículo izquierdo se encuentra más irrigado que el derecho.<br />
Cuando una arteria coronaria se estenosa completamente (se cierra, por<br />
ejemplo, por la obstrucción de un coágulo de sangre), las células<br />
miocárdicas a las que tiene que abastecer se quedan sin oxígeno y<br />
nutrientes (sufren isquemia, es decir, falta de riego sanguíneo). Si esta<br />
situación se mantiene varios minutos, dichas células morirán (es lo que<br />
denominamos infarto).<br />
Los desechos metabólicos de las fibras miocárdicas son recogidos por la<br />
sangre de las venas coronarias, que terminan desembocando en la<br />
aurícula derecha.<br />
D. Sistema de conducción eléctrica<br />
El miocardio, además de contar con fibras musculares especializadas en<br />
la contracción coordinada, cuenta con otro tipo de fibras modificadas y<br />
también especializadas, pero no en la contracción, sino en la conducción<br />
de electricidad.<br />
Dentro de estas fibras que conforman el sistema de conducción eléctrica<br />
miocárdica, distinguimos distintas zonas:<br />
Nódulo sinoauricular o seno: formado por cientos de células situadas en<br />
la pared de la aurícula derecha, cerca de la unión con la vena cava.<br />
Nódulo auriculoventricular o nodo: formado por fibras situadas en la<br />
aurícula derecha, en una zona paralela a la parte inferior del tabique<br />
interauricular.<br />
Fascículo auriculoventricular o Haz de His: fibras que nacen en el nódulo<br />
auriculoventricular y se prolongan hacia abajo, ramificándose a ambos<br />
lados del tabique interventricular.<br />
Fibras de Purkinje: ramificaciones del Haz de His que se distribuyen por<br />
las paredes laterales de ambos ventrículos.<br />
E. Inervación<br />
El corazón está inervado por el Sistema Nervioso Autónomo.<br />
Concretamente, está inervado tanto por fibras simpáticas (encargadas<br />
de aumentar la actividad cardíaca) como parasimpáticas (el nervio vago<br />
es el encargado de disminuir la actividad cardíaca). La mayoría de las<br />
fibras nerviosas se encuentran conectadas al nódulo sinoauricular.
2.2 Vasos sanguíneos<br />
A. Arterias<br />
Son los vasos sanguíneos que salen del corazón (de los ventrículos), y<br />
que posteriormente se van ramificando. Excepto la arteria pulmonar y<br />
sus correspondientes ramas, las arterias llevan sangre rica en oxígeno a<br />
todas las células del organismo.<br />
Cuando una arteria se ha ramificado sucesivamente y adquiere un<br />
pequeño calibre se denomina arteriola.<br />
Tanto las arterias como las arteriolas están formadas por tres capas:<br />
túnica adventicia: es la capa más externa. Se trata de tejido conjuntivo<br />
fibroso fuerte, formado por fibras de colágeno y elásticas. Evita el<br />
colapso o lesión arterial y es muy flexible.<br />
túnica media: es la capa intermedia, y en este caso es la más gruesa<br />
de las tres. Está formada por músculo liso (involuntario) revestido<br />
internamente por tejido conjuntivo elástico. Permite la contracción y<br />
dilatación arterial.<br />
túnica íntima o endotelio: es la capa más interna. Es el revestimiento<br />
liso de la pared arterial que está en contacto con la sangre circulante.<br />
La función de las arterias es la de transportar la sangre desde el corazón<br />
hasta las arteriolas y de éstas hasta los capilares, desde los cuales se<br />
abastece a las células de los distintos tejidos. Si una arteria se obstruye<br />
totalmente, puede provocar la disminución de riego sanguíneo en un<br />
tejido (isquemia) que, si persiste varios minutos, provoca la muerte<br />
celular por falta de oxígeno (infarto).<br />
La arteria aorta es la arteria de mayor calibre, y la que recibe la sangre<br />
del ventrículo izquierdo del corazón. Asciende desde este ventrículo<br />
(aorta ascendente), curvándose 180º por encima del corazón (cayado de<br />
la aorta) y continuando longitudinalmente hacia abajo por detrás de él<br />
(aorta descendente, con su porción torácica y su porción abdominal).<br />
Sirve como tronco para el sistema arterial, ya que de ella salen<br />
numerosas ramificaciones.<br />
Las arterias se ubican profundamente, siendo imposible visualizarlas o<br />
palparlas directamente a través de la piel; sin embargo, la onda<br />
provocada por el flujo sanguíneo a través de algunas de ellas sí es<br />
perceptible en algunos puntos cutáneos (pulso).<br />
B. Venas<br />
Son los vasos sanguíneos que entran en el corazón (en las aurículas).<br />
Excepto la vena pulmonar y sus correspondientes ramas, las venas<br />
llevan sangre pobre en oxígeno y rica en dióxido de carbono, pues<br />
retornan al corazón tras haber pasado por todas las células del<br />
organismo y haber recogido sus desechos metabólicos.
Las venas más cercanas a las células son de pequeño calibre y se<br />
denominan vénulas. Las vénulas van convergiendo entre sí formando<br />
venas cada vez de mayor calibre. Algunas venas son bastante<br />
superficiales, por lo que se pueden ver y palpar a través de la piel.<br />
La función de las vénulas es recoger la sangre de los capilares y<br />
transportarla hasta las venas, que llevarán la sangre hasta el corazón.<br />
Tanto las venas como las vénulas están formadas por las mismas capas<br />
que las arterias y arteriolas, pero con algunas diferencias:<br />
túnica adventicia: es más delgada que en las arterias, y en este caso<br />
es la más gruesa de las tres túnicas o capas.<br />
túnica media: es más fina que en las arterias.<br />
túnica íntima o endotelio: a lo largo de todo su recorrido cuenta con<br />
válvulas semilunares que aseguran el flujo anterógrado de la sangre e<br />
impiden su retroceso (garantizan la circulación sanguínea en un solo<br />
sentido).<br />
Todas las venas provenientes de los tejidos de cabeza, cuello, tórax y<br />
brazos acaban desembocando en la vena cava superior, y todas las<br />
venas provenientes del resto de los tejidos del organismo desembocan<br />
en la vena cava inferior. Ambas cavas drenan su contenido en la<br />
aurícula derecha.<br />
C. Capilares<br />
Son los vasos sanguíneos de menor calibre (son microscópicos). Su<br />
longitud media es de 1mm. Son tan numerosos, que se estima que si<br />
uniésemos un capilar a continuación de otro formaríamos una fila de<br />
unos 100.000 km. Esta extensa red capilar tiene su explicación en que<br />
son los vasos sanguíneos que están en contacto con el líquido<br />
intersticial que rodea a todas y cada una de las células del organismo<br />
(el resto de los vasos sanguíneos son demasiado gruesos para llegar<br />
hasta las microscópicas células).<br />
Carecen de túnica adventicia y de túnica media, estando formados<br />
exclusivamente por fino endotelio. Esta delgada capa, en muchas<br />
ocasiones incluso fenestrada (porosa) es lo que permite el intercambio<br />
de sustancias entre el plasma sanguíneo y el líquido intersticial de cada<br />
célula. Así pues, el oxígeno y nutrientes difunden desde los capilares<br />
hasta el líquido intersticial y de éste al interior de la célula, y ésta elimina<br />
en el sentido inverso sus desechos metabólicos. Además, los capilares<br />
son tan numerosos y tan pequeños que el flujo sanguíneo que los<br />
atraviesa lo hace a una velocidad muy lenta, lo que permite el máximo<br />
tiempo de contacto entre la sangre y las células, facilitándose aún más<br />
el intercambio de sustancias.
La sangre que entra en los capilares proviene de las arteriolas, y la<br />
sangre que sale de ellos desemboca en vénulas. Son el eslabón entre el<br />
sistema arterial y el sistema venoso.<br />
Flujo de sangre: corazón arterias arteriolas capilares vénulas<br />
venas corazón<br />
2.3 Sangre<br />
La sangre es un tejido conjuntivo líquido, formado en un 55% por el<br />
plasma (agua en un 92% que contiene sales minerales, oxígeno y<br />
dióxido de carbono, nutrientes, proteínas, hormonas, desechos<br />
metabólicos) y en un 45% por células sanguíneas o elementos formes<br />
(glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas).<br />
Las proteínas plasmáticas, aparte de determinadas enzimas, son el<br />
fibrinógeno (imprescindible para la coagulación sanguínea), la albúmina,<br />
y las globulinas (alfa, beta y gamma). La albúmina y las globulinas son<br />
imprescindibles para mantener la presión osmótica de la sangre<br />
(retienen agua). Además, estas dos proteínas sirven de transporte para<br />
algunas sustancias (ej. la lipoproteína de alta densidad HDL, encargada<br />
de retirar el colesterol de la pared arterial, contiene globulina alfa). Así<br />
mismo, las globulinas gamma contienen anticuerpos contra<br />
determinadas enfermedades infecciosas (ej. sarampión, hepatitis vírica),<br />
por lo que forman parte de nuestra inmunidad. Cuando al plasma se le<br />
retiran todas sus proteínas pasa a denominarse suero sanguíneo.<br />
En los seres humanos, el volumen total de sangre es alrededor del 8%<br />
del peso corporal.<br />
A. Glóbulos rojos<br />
También llamados eritrocitos o hematíes. Los glóbulos rojos maduros<br />
son anucleados, tienen forma de disco bicóncavo y son muy flexibles.<br />
Miden 7-8 µm de diámetro y 1-2 µm de grosor. Tenemos unos cinco<br />
millones por mm³ de sangre.<br />
Se forman en la médula ósea roja de algunos huesos (vértebras,<br />
costillas, esternón, huesos del cráneo y epífisis de huesos largos). Su<br />
producción está regulada por la hormona renal eritropoyetina, que viaja<br />
hasta la médula ósea y estimula la eritropoyesis en respuesta a la<br />
disminución de oxígeno.<br />
Contienen un pigmento proteínico llamado hemoglobina, que les da un<br />
color rojizo. La hemoglobina, gracias al hierro que contiene, es capaz de<br />
transportar gran cantidad de oxígeno y, por tanto, es la clave del<br />
abastecimieno tisular de este gas. También transporta CO2.<br />
Los hematíes viven unos 120 días. Cuando son "viejos" son fagocitados<br />
por las células de los sinusoides hepáticos y esplénicos (bazo).
B. Glóbulos blancos<br />
También llamados leucocitos. Son células inmunitarias. Se producen en<br />
la médula ósea roja y en el tejido linfático. Tenemos unos 7000<br />
leucocitos por mm³ de sangre. Su forma y tamaño es variada:<br />
a. Leucocitos granulares (10-14 µm)<br />
Poseen grandes núcleos lobulados y tienen gránulos citoplasmáticos<br />
bien definidos.<br />
Son los neutrófilos (fagocitan microorganismos y sustancias extrañas),<br />
los eosinófilos (destoxifican sustancias, interviniendo especialmente en<br />
las reacciones alérgicas y en algunas infestaciones) y los basófilos<br />
(liberan histamina y heparina, interviniendo en zonas de lesión celular y<br />
reacciones alérgicas; ayudan a prevenir la coagulación sanguínea).<br />
b. Leucocitos agranulares<br />
Su núcleo es redondeado o arriñonado. Carecen de gránulos<br />
citoplasmáticos bien definidos.<br />
Son los linfocitos, que miden entre 8-10 µm, y los monocitos (que a las<br />
24 horas de su nacimiento abandonan la circulación sanguínea y pasan<br />
a circular por los tejidos en forma de macrófagos. Son importantes<br />
fagocitos de microorganismos, células muertas y restos celulares), que<br />
miden entre 15-20 µm.<br />
Hay distintos tipos y subtipos de linfocitos. En líneas generales,<br />
podemos decir que los linfocitos B se encargan de la fabricación de<br />
anticuerpos específicos, los linfocitos T ayudan a los linfocitos B en su<br />
misión y atacan directamente células infectadas, extrañas (ej. órganos<br />
trasplantados) y tumorales, y los linfocitos "natural killers" también<br />
atacan directamente células infectadas y tumorales. Muchos se forman<br />
en el tejido linfático.<br />
Los neutrófilos son los leucocitos más numerosos (un 60% del total),<br />
seguidos por los linfocitos (25-35%), los monocitos-macrófagos (6%), los<br />
eosinófilos (1-3%) y los basófilos (1%).<br />
C. Plaquetas<br />
También llamadas trombocitos. En realidad son fragmentos<br />
citoplasmáticos de células megacariocíticas de la médula ósea roja, por<br />
lo que carecen de núcleo. Tenemos entre 150.000-400.000 por mm³ de<br />
sangre. Viven unos 7 días. Su función es la formación de coágulos<br />
sanguíneos en vasos lesionados para detener las hemorragias. Para ello<br />
se adhieren a la zona afectada y liberan sustancias que activan los<br />
factores de coagulación (proteínas que actúan en cascada para activar a
la protombina, albúmina fabricada en el hígado a partir de la vitamina<br />
K), cuyo objetivo final es la conversión de la proteína plasmática<br />
fibrinógeno en fibrina, sustancia insoluble que fija y asegura el coágulo.<br />
2.4 Circulación sanguínea<br />
La sangre fluye desde el corazón hacia los vasos sanguíneos y, a través<br />
de éstos, retorna de nuevo al corazón siguiendo un circuito o patrón<br />
circular. Como ya hemos comentado anteriormente, la parte derecha del<br />
corazón trabaja simultánea e independientemente de la parte izquierda<br />
del corazón, por lo que nos encontramos dos circuitos de flujo.<br />
A. Circulación sistémica o circulación mayor<br />
Es la encargada de abastecer de oxígeno y nutrientes a todas las<br />
células del organismo.<br />
Comienza en el ventrículo izquierdo. Éste expulsa su sangre<br />
(oxigenada) hacia la arteria aorta. De la arteria aorta salen<br />
ramificaciones que irrigan la parte superior del cuerpo (brazos, cuello y<br />
cabeza) y el resto del organismo (suelen adoptar los nombres de los<br />
tejidos hacia los que se dirigen), y que continúan ramificándose hasta<br />
que finalmente dan lugar a pequeñas arteriolas. Las arteriolas conducen<br />
la sangre hasta los finísimos capilares, donde se produce el intercambio<br />
de sustancias entre el plasma y las células.<br />
Tras el intercambio esta sangre, ahora pobre en oxígeno y rica en<br />
dióxido de carbono, desemboca en vénulas, que van convergiendo<br />
hasta formar venas (que suelen adoptar los nombres de los tejidos<br />
desde los que salen) y que acaban desembocando en la gran vena cava<br />
(en la cava superior drena la sangre proveniente de los tejidos de la<br />
cabeza y cuello, y en la cava inferior drena la sangre proveniente de los<br />
tejidos del resto del organismo). Las dos venas cavas vierten su<br />
contenido en la aurícula derecha del corazón, donde finaliza la<br />
circulación sistémica. A continuación, la sangre debe recorrer el circuito<br />
de la circulación pulmonar antes de comenzar de nuevo la circulación<br />
mayor.<br />
Ventrículo izquierdo arteria aorta arterias de los tejidos<br />
arteriolas capilares vénulas venas de los tejidos venas cavas<br />
aurícula derecha.<br />
B. Circulación pulmonar o circulación menor<br />
Es la encargada de recoger el oxígeno en los alveolos pulmonares<br />
(recién introducido mediante la inspiración) y de depositar en ellos el<br />
dióxido de carbono recogido de las células (que se eliminará durante la<br />
espiración).
Comienza en el ventrículo derecho. Éste contiene sangre proveniente<br />
desde la aurícula derecha, donde ha drenado la sangre venosa rica en<br />
dióxido de carbono traída desde todas las células del organismo. El<br />
ventrículo derecho expulsa esta sangre hacia la arteria pulmonar, que se<br />
divide en dos ramas (una irá al pulmón derecho y la otra al pulmón<br />
izquierdo). Cada arteria pulmonar va ramificándose y disminuyendo de<br />
calibre, hasta llegar a las arteriolas. Éstas drenan su sangre en los<br />
capilares anexos a los alveólos pulmonares, donde se produce el<br />
intercambio gaseoso entre la sangre capilar y el aire alveolar. De este<br />
modo los capilares, que al principio tenían gran cantidad de dióxido de<br />
carbono y que eran pobres en oxígeno, ahora se vuelven ricos en<br />
oxígeno y pobres en dióxido de carbono. Esta sangre oxigenada<br />
abandona los capilares hacia las vénulas, que van agrupándose y<br />
convergiendo entre sí hasta formar venas.<br />
Finalmente, cuatro venas pulmonares (dos provenientes de cada<br />
pulmón) desembocan en la aurícula izquierda, donde termina la<br />
circulación menor. De este modo la aurícula izquierda ha sido recargada<br />
de sangre oxigenada, lista para pasar al ventrículo izquierdo y comenzar<br />
la circulación sistémica.<br />
Ventrículo derecho arteria pulmonar arteriolas pulmonares<br />
capilares alveolares vénulas pulmonares venas pulmonares<br />
aurícula izquierda.<br />
C. Circulación fetal<br />
El feto no obtiene oxígeno del aparato respiratorio ni obtiene nutrientes<br />
del aparato digestivo, sino que se abastece del oxígeno y nutrientes de<br />
la sangre materna. El aparato circulatorio del feto no pasa por sus<br />
pulmones ni por su hígado.<br />
La placenta es el lugar donde se va a producir el intercambio de<br />
sustancias (oxígeno y nutrientes maternos, desechos metabólicos<br />
fetales) entre los capilares del feto y los de la madre, sin que estos<br />
lleguen nunca a tocarse.<br />
El cordón umbilical cuenta con dos arterias y una vena. Las dos arterias<br />
umbilicales provienen de las arterias ilíacas internas del feto y se dirigen<br />
a la placenta con desechos metabólicos. La vena umbilical devuelve la<br />
sangre oxigenada y con nutrientes desde la placenta, penetra en el<br />
cuerpo del feto a través del ombligo y termina drenando en su vena cava<br />
inferior.
3. FISIOLOGÍA DEL APARATO CIRCULATORIO<br />
La hemodinámica es el mecanismo corporal mediante el cual se<br />
consigue que la sangre circule eficientemente. No sólo basta con que el<br />
flujo sea contínuo y llegue a todas las células, si no que ha de variarse el<br />
volumen y la distribución de la sangre circulante de forma que las zonas<br />
corporales más activas tengan asegurado mayor flujo de sangre que las<br />
menos activas. Incluso dependiendo del momento (ejercicio, reposo,...),<br />
las células más activas necesitarán más o menos oxígeno y nutrientes.<br />
A continuación describimos los mecanismos que mantienen la<br />
hemodinámica y, por tanto, la homeostasia del organismo<br />
constantemente.<br />
3.1 Ciclo cardíaco<br />
El ciclo cardíaco es el latido completo del corazón. Comprende el<br />
movimiento de sístole (contracción del miocardio auricular o ventricular)<br />
y el movimiento de diástole (relajación del miocardio auricular o<br />
ventricular). A continuación describimos los pasos del ciclo cardíaco:<br />
Sístole auricular: las aurículas se contraen simultáneamente, mientras<br />
impulsan su sangre a través de las válvulas auriculoventriculares hacia<br />
los ventrículos (que se encuentran en diástole). Las válvulas<br />
semilunares están cerradas.<br />
Contracción ventricular isovolumétrica: ambos ventrículos comienzan a<br />
contraerse, pero las válvulas semilunares aún permanecen cerradas. La<br />
sangre que intenta retornar hacia las aurículas provoca el cierre<br />
repentino de las válvulas auriculoventriculares, lo que produce el primer<br />
tono cardíaco.<br />
Eyección: la presión intraventricular es mayor que la de las arterias<br />
adyacentes, por lo que las válvulas semilunares se abren y la sangre es<br />
expulsada del corazón. En cada sístole el ventrículo no se vacía<br />
completamente, sino que conserva una cantidad de sangre denominada<br />
volumen residual (inferior al volumen expulsado hacia la arteria).<br />
Relajación ventricular isovolumétrica: comienza la diástole ventricular.<br />
Parte de la sangre expulsada a las arterias intenta retornar al ventrículo,<br />
provocando el cierre de las válvulas semilunares (segundo tono<br />
cardíaco). Las válvulas AV aún permanecen cerradas.<br />
Llenado ventricular pasivo: las aurículas están llenas de sangre<br />
proveniente del retorno venoso, por lo que se abren las válvulas AV y la<br />
sangre cae en los ventrículos relajados.
El flujo de sangre durante el ciclo cardíaco se desplaza desde donde<br />
hay mayor presión a donde hay menor presión. Lo mismo ocurre con la<br />
sangre expulsada del corazón: circula desde el ventrículo izquierdo y<br />
retorna a la aurícula derecha porque existe un gradiente de presión de la<br />
sangre entre ambas cavidades y a lo largo de todo el recorrido vascular.<br />
Ejemplo: la presión en la arteria aorta durante la sístole del ventrículo<br />
izquierdo (presión o tensión arterial sistólica) es de unos 120 mm Hg, y<br />
de unos 80 mm Hg durante la diástole del ventrículo izquierdo (presión o<br />
tensión arterial diastólica). Cuando la sangre llega a las venas cavas y<br />
drena a la aurícula derecha su presión es de 0 mm Hg.<br />
3.2 Sistema de conducción del corazón<br />
El impulso cardíaco normal que inicia la contracción mecánica del<br />
corazón nace en el nódulo sinoauricular o seno (también conocido como<br />
el marcapasos natural del corazón). Las células del seno poseen un<br />
ritmo intrínseco, es decir, inician por sí mismas los impulsos eléctricos a<br />
intervalos regulares, sin necesidad de estimulación por parte del sistema<br />
nervioso autónomo. Por lo general, en un adulto en reposo el seno<br />
produce unos 60-80 latidos por minuto de manera rítmica, lo que se<br />
conoce con el nombre de ritmo sinusal.<br />
Los impulsos nacidos en el seno se desplazan rápidamente por las<br />
fibras musculares de ambas aurículas, provocando el inicio de su<br />
contracción. Cuando el potencial de acción llega al nódulo<br />
auriculoventricular o nodo, la conducción se enlentence<br />
momentáneamente para permitir la contracción auricular completa.<br />
Tras atravesar lentamente el nodo, la velocidad de conducción aumenta<br />
a lo largo del Haz de His hasta los ventrículos. Aquí, las ramas derecha<br />
e izquierda del haz de His y las fibras de Purkinje en las que terminan<br />
conducen los impulsos por el miocardio de ambos ventrículos,<br />
provocando su contracción casi de manera simultánea.<br />
La conducción de impulsos produce débiles corrientes eléctricas en el<br />
corazón que se difunden a la superficie corporal, donde pueden ser<br />
captadas y dibujadas por un aparato llamado electrocardiógrafo. La<br />
interpretación del electrocardiograma, donde se registra la actividad<br />
eléctrica del corazón, nos da mucha información clínica: zonas de<br />
isquemia actual, zonas necrosadas, cambios de ritmo,...<br />
Cuando el marcapasos natural del corazón (el seno) o el sistema de<br />
conducción no funciona adecuadamente, puede que la persona necesite<br />
la implantación de un marcapasos artificial encargado de generar los
latidos cardíacos de manera rítmica y coordinada. Aunque es un método<br />
eficaz que salva muchas vidas, tiene el inconveniente de tener pautado<br />
un ritmo fijo, invariable, cosa que no ocurre con el marcapasos natural:<br />
el nódulo sinoauricular puede aumentar la frecuencia cardíaca si así se<br />
lo pide el sistema nervioso autónomo (ej. durante el ejercicio) o<br />
disminuirla (ej. reposo).<br />
3.3 Presión arterial (PA)<br />
La presión o tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre mientras<br />
circula sobre el endotelio arterial. Como ya hemos comentado, existe<br />
una presión arterial sistólica y una presión arterial diastólica, definidas<br />
en base a la arteria aorta. Cuando tomamos la tensión arterial con un<br />
esfigmomanómetro y un fonendoscopio en el brazo del paciente, lo<br />
hacemos sobre su arteria braquial o humeral, que refleja la presión<br />
transmitida a través de ondas pulsátiles desde la aorta.<br />
En un adulto sano, las cifras normales de tensión arterial oscilan entre<br />
100/60 mm Hg y menos de 140/90 mm Hg. Las cifras tensionales no son<br />
exactamente iguales a lo largo del día (si hemos dormido bien, lo normal<br />
es que por la mañana al levantarnos la tensión arterial sea más baja, e<br />
irá subiendo a lo largo del día hasta llegar a unos límites máximos por la<br />
tarde), ni siquiera tenemos la misma tensión en el brazo derecho que en<br />
el brazo izquierdo (en unas personas es más alta en el derecho y en<br />
otras en el izquierdo. Normalmente no hay una diferencia mayor de 5<br />
mm Hg entre ambos brazos). La presión arterial también es distinta<br />
dependiendo de la postura en que nos encontremos (en decúbito es<br />
más baja que en sedestación, y ésta más baja que en bipedestación).<br />
Cuando se dice familiarmente que la tensión arterial está<br />
“descompensada” nos referimos a que el valor sistólico y el diastólico<br />
están demasiado aproximados entre sí, es decir, que entre ambos hay<br />
una diferencia menor de 30 mm Hg (ej. 100/80 mm Hg es una tensión<br />
normal, pero está descompensada).<br />
Cuando hablamos de tensión arterial siempre decimos dos cifras: en una<br />
persona que tiene 120/80 mm Hg, el 120 corresponde a la tensión<br />
arterial sistólica y el 80 a la tensión arterial diastólica.<br />
Un mínimo de presión es imprescindible para mantener la circulación<br />
sanguínea y para conseguir su objetivo: el adecuado intercambio de<br />
sustancias entre la sangre y los tejidos. Si la tensión arterial fuese muy<br />
baja, no habría apenas rozamiento con las paredes arteriales y, por<br />
tanto, apenas llegaría flujo a los capilares (se disminuiría o incluso<br />
anularía el abastecimiento celular de nutrientes y oxígeno en los tejidos,<br />
así como la recogida de sus productos metabólicos de desecho). Sería
como un pequeño arroyo que apenas tiene fuerza para discurrir y regar<br />
todos los campos colindantes. Un exceso de tensión arterial tampoco es<br />
beneficioso, ya que daña el endotelio arterial y capilar, volviéndolo rígido<br />
y menos eficaz a la hora de permitir la circulación y el intercambio de<br />
sustancias entre sangre y tejidos. Así pues, tanto la tensión arterial alta<br />
como la baja pueden provocar isquemia (falta de riego sanguíneo) en<br />
algunas zonas, predisponiéndolas al infarto (muerte celular) si no se<br />
corrige a tiempo.<br />
La presión arterial ha de mantenerse más elevada que la presión venosa<br />
para garantizar la circulación sanguínea. A mayor volumen de flujo por la<br />
arteria, mayor es su presión. A continuación describimos los factores<br />
que influyen en el volumen sanguíneo y, por tanto en la presión arterial.<br />
A. Gasto cardíaco (GC)<br />
Es la cantidad de sangre que bombea el ventrículo izquierdo hacia la<br />
arteria aorta en un minuto.<br />
Gasto cardíaco = volumen sistólico x frecuencia cardíaca.<br />
El gasto cardíaco puede verse aumentado por una elevación del<br />
volumen sistólico (ej.aumento del volumen sanguíneo por retención<br />
hídrica debida a un exceso de sodio en la dieta) y/o por una elevación<br />
de la frecuencia cardíaca (ej. Taquicardia por algún esfuerzo físico o<br />
mental, como el estrés y la ansiedad). Así mismo el gasto cardíaco<br />
puede verse disminuído por un descenso del volumen sistólico (ej.<br />
Hipovolemia por hemorragia, vasodilatación por calor ambiental) o por<br />
un descenso de la frecuencia cardíaca (ej. Reposo absoluto, fármacos<br />
que inducen a la bradicardia).<br />
a. Volumen sistólico<br />
Es la cantidad de sangre expulsada en una sístole del ventrículo<br />
izquierdo (que en un adulto sano es de unos 70-100 ml). Está<br />
directamente relacionado con la cantidad de sangre que llena el<br />
ventrículo antes de su contracción (sangre que proviene del retorno<br />
venoso). El retorno venoso se ve favorecido, entre otros factores, por el<br />
movimiento de los músculos esqueléticos y por el aumento del volumen<br />
sanguíneo (relacionado con la presión osmótica de las proteínas<br />
plasmáticas, que atraen moléculas de agua, y por la regulación<br />
neuroendocrina de la ADH y el sistema renina-angiotensina-aldosterona,<br />
comentados a continuación)<br />
-La hormona antidiurética o ADH (sintetizada por el hipotálamo y<br />
liberada por la neurohipófisis, glándula encefálica) es secretada en caso
de hipotensión, y su misión es retener agua en el riñón. De esta manera<br />
se incrementa la volemia sanguínea y, por tanto, la tensión arterial. El<br />
volumen de orina queda disminuído.<br />
-Sistema renina- angiotensina- aldosterona: cuando aparece<br />
hipotensión, el aparato yuxtaglomerular del riñón libera a la sangre la<br />
enzima renina, encargada de estimular a la hormona sanguínea<br />
angiotensina. La angiotensina provoca vasoconstricción (disminución del<br />
diámetro de las arteriolas, venas y vénulas, lo que incrementa la presión<br />
sanguínea) y es la responsable de que la corteza suprarrenal libere<br />
aldosterona. La aldosterona es también una hormona, y se encarga de<br />
viajar hasta el riñón para producir allí la reabsorción de sodio y agua,<br />
con lo que se aumenta el volumen sanguíneo y, por tanto, la tensión<br />
arterial. El volumen de orina queda disminuído.<br />
b. Frecuencia cardíaca (Fc)<br />
Es el número de latidos por minuto (en un adulto en reposo oscila entre<br />
60-100 lpm). El sistema nervioso autónomo puede incrementar la<br />
frecuencia cardíaca establecida por el nódulo sinoauricular mediante la<br />
liberación simpática de noradrenalina , así como disminuirla mediante la<br />
liberación parasimpática (nervio vago) de acetilcolina.<br />
Tanto en las arterias carótidas como en el cayado de la aorta existen<br />
barorreceptores que detectan los cambios bruscos de presión arterial.<br />
Estos barorreceptores, cuando son estimulados, envían información a<br />
través de fibras nerviosas aferentes al centro de control cardíaco<br />
autónomo situado en el bulbo raquídeo (órgano encefálico). Éste, a su<br />
vez, está conectado mediante fibras nerviosas eferentes al nódulo<br />
sinoauricular. De este modo, si los barorreceptores detectan un<br />
incremento brusco de la PA, el centro de control cardíaco estimulará la<br />
inhibición vagal, reduciendo la Fc (y, consecuentemente, puede reducir<br />
el GC y así la presión arterial); si los barorreceptores detectan un<br />
descenso brusco de la tensión arterial, el centro de control cardíaco<br />
estimulará la actividad simpática, aumentando la Fc (y,<br />
consecuentemente, puede aumentar el GC y así la PA).<br />
Otros reflejos que modifican la frecuencia cardíaca son las emociones<br />
(la ansiedad, el temor y la ira la aumentan), el ejercicio (la aumenta), la<br />
temperatura sanguínea (su aumento incrementa la Fc, y su descenso la<br />
disminuye), el dolor intenso y brusco de vísceras abdominales (puede<br />
disminuir tanto la Fc que el sujeto alcance la inconsciencia).<br />
El gasto cardíaco de un adulto en reposo es de 5 a 6 litros/minuto.<br />
Gracias al aumento del volumen sistólico y de la frecuencia cardíaca<br />
mediados por el sistema nervioso autónomo, el gasto cardíaco durante<br />
el ejercicio puede verse incrementado hasta 30-40 litros/minuto.
B. Resistencia periférica<br />
La resistencia periférica es la oposición al flujo sanguíneo impuesta por<br />
la fuerza de fricción entre la sangre y las paredes de los vasos. Esta<br />
fricción puede ser provocada por la viscosidad o adhesividad de la<br />
sangre (ej. hematocrito alto) o por la disminución del calibre de las<br />
arteriolas y capilares (ej. la vasoconstricción arteriolar y capilar impide la<br />
salida de sangre desde las arterias hacia las arteriolas, por lo que<br />
aumenta su volumen sanguíneo y, por tanto, la PA). Además, la luz<br />
arterial, incluso la de arterias de gran calibre, se puede ver disminuída u<br />
obstruída parcial o totalmente por el tabaquismo (produce<br />
endurecimiento de la pared arterial), hipercolesterolemia (se depositan<br />
placas de ateroma en el endotelio), tumores externos que comprimen la<br />
arteria, obesidad, diabetes mellitus (el exceso de glucosa hipertrofia el<br />
endotelio).<br />
A mayor resistencia periférica, mayor presión arterial.<br />
Los barorreceptores carotídeos y aórticos anteriormente comentados<br />
también llevan información sobre los cambios bruscos de PA al centro<br />
vasomotor situado en el bulbo raquídeo. Este centro es el encargado de<br />
ordenar vía eferente al músculo liso de venas, vénulas y arteriolas la<br />
relajación (vasodilatación) o contracción (vasoconstricción) según sea<br />
preciso: la vasodilatación disminuye la resistencia periférica y dificulta el<br />
retorno venoso, lo que desciende la presión arterial, y la<br />
vasoconstricción aumenta la resistencia periférica y favorece el retorno<br />
venoso, lo que incrementa la PA.<br />
El centro de control vasomotor del bulbo ejerce un papel muy importante<br />
no sólo en la regulación de la presión arterial, sino también en casos de<br />
urgencia como hipercapnia (exceso de dióxido de carbono en sangre) o<br />
isquemia cerebral/miocárdica: en estas situaciones estimula la<br />
vasoconstricción, de manera que desvía el mayor flujo de sangre desde<br />
la periferia (donde no es tan imprescindible) hacia los órganos vitales<br />
como el corazón y el encéfalo.<br />
3.4 Pulso<br />
La frecuencia cardíaca es el número de latidos cardíacos que tienen<br />
lugar en un minuto. Podemos tomarla con ayuda de un fonendoscopio<br />
directamente sobre el vértice del corazón (pulso apical) o mediante la<br />
palpación del pulso arterial. El pulso es un reflejo de los latidos<br />
cardíacos, ya que cada vez que el ventrículo izquierdo expulsa sangre<br />
hacia la arteria aorta, la onda iniciada en la elástica pared de esta arteria<br />
se propaga por toda la red arterial. De esta manera, cuando palpamos el<br />
pulso lo que detectamos es la onda o vasodilatación que está teniendo
lugar en esa zona de la arteria elegida al pasar a través de ella el flujo<br />
de sangre impulsado desde el corazón. Es, por tanto, lógico deducir que<br />
el número de latidos cardíacos coincide con el número de pulsaciones.<br />
Los valores normales en una persona adulta en reposo oscilan entre 60<br />
y 100 pulsaciones por minuto (en los recién nacidos las cifras normales<br />
en reposo son de 120 a 160 latidos por minuto). En los deportistas es<br />
normal tener en torno a 50 pulsaciones por minuto en reposo, ya que su<br />
corazón está fuerte y entrenado y expulsa un volumen sistólico mayor<br />
que en una persona no deportista (su corazón necesita trabajar menos<br />
para impulsar la misma cantidad de sangre). Con lo que ya sabemos,<br />
entenderemos lo siguiente perfectamente: para mantener el gasto<br />
cardíaco, si el volumen sistólico está aumentado, la frecuencia cardíaca<br />
estará disminuída.<br />
Zonas corporales donde tomar el pulso:<br />
Son zonas donde las arterias están cerca de la superficie cutánea y<br />
pueden comprimirse con facilidad sobre huesos o músculos presionando<br />
sobre la piel con el segundo y tercer dedo de la mano.<br />
Arteria temporal: se palpa sobre el hueso temporal, entre la ceja y la<br />
oreja.<br />
Arteria carótida: se palpa en la cara anterior del cuello, entre éste y el<br />
lóbulo de la oreja. Es la arteria palpable más cercana al ventrículo<br />
izquierdo y, por tanto, la más significativa a la hora de valorar la<br />
situación cardíaca (en caso de parada cardiorrespiratoria y de<br />
reanimación cardiopulmonar es ésta la que hay que valorar).<br />
Arteria humeral: se palpa en la cara anterior del brazo, a la altura de<br />
la flexura del codo. Es la que palpamos en la medición de tensión<br />
arterial.<br />
Arteria radial: se palpa en la cara anterior de la muñeca, a la altura<br />
del primer dedo. Es la que se toma normalmente en consulta.<br />
Arteria femoral: se palpa en la parte media de la ingle.<br />
Arteria poplítea: se palpa en la parte posterior de la rodilla.<br />
Arteria pedia: se palpa en el dorso del pie, a la altura entre el primer y<br />
el segundo dedo.<br />
4. SISTEMA LINFÁTICO<br />
Es un sistema circulatorio no sanguíneo, pero anexo y coordinado con el<br />
sistema cardiovascular.
4.1 Estructuras que lo componen<br />
Vasos linfáticos: vasos parecidos a las venas (cuentan con más válvulas<br />
semilunares para impedir el flujo retrógado). Por ellos circula la linfa<br />
(líquido transparente acuoso, y que contiene el exceso del líquido<br />
intersticial, lípidos y numerosos linfocitos). El movimiento de los<br />
músculos esqueléticos ayuda al flujo linfático (al igual que hace con el<br />
retorno venoso), que termina drenando en la vena subclavia para<br />
incorporarse a la sangre. Todas las células del cuerpo cuentan con<br />
capilares linfáticos adyacentes. Después, estos capilares linfáticos se<br />
agrupan aumentando su calibre hasta formar los vasos linfáticos.<br />
Ganglios linfáticos: masas de tejido linfático (tejido conjuntivo rico en<br />
linfocitos) por las que pasan los vasos linfáticos. Limpian la linfa de<br />
microorganismos y sustancias nocivas (contienen numerosos<br />
macrófagos). Se sitúan a intervalos determinados a lo largo de todo el<br />
sistema linfático.<br />
Amígdalas: son tres pares de masas de tejido linfático situadas en la<br />
faringe (las de la rinofaringe se denominan adenoides cuando se<br />
inflaman; en la orofaringe tenemos las amígdalas palatinas y las<br />
amígdalas linguales). Filtran microorganismos y sustancias extrañas el<br />
aire inspirado por nariz o boca.<br />
Timo: órgano situado en la zona media- superior del tórax<br />
(mediastino). Por él pasa la linfa, y es el encargado de seleccionar y<br />
madurar a los linfocitos T, destruyendo a los no aptos. Se cree que<br />
esta función la lleva a cabo principalmente en el periodo neonatal y en<br />
la primera infancia.<br />
Bazo: órgano situado en el hipocondrio izquierdo, bajo el diafragma.<br />
Contiene numerosos macrófagos que filtran la sangre y es el lugar de<br />
maduración de los monocitos y de muchos linfocitos, entre otras<br />
funciones.<br />
4.2 Funciones<br />
Recoger el exceso de líquido intersticial: cuando el capilar sanguíneo<br />
llega a la célula, en su extremo arterial tiene una presión mayor que el<br />
líquido intersticial que la rodea, por lo que sale parte del plasma. El<br />
oxígeno difundido, junto con los nutrientes y otras sustancias necesarias<br />
es recogido por la célula, a la vez que elimina sus desechos<br />
metabólicos. En el extremo venoso del capilar, que posee menos<br />
presión, parte de este plasma difundido retorna a la circulación<br />
sanguínea. Pero un 10 % del plasma extravasado al principio no regresa
a los capilares y queda acumulado en el líquido intersticial. Si los<br />
capilares linfáticos no recogieran este exceso de líquido extracelular<br />
(rico en agua y proteínas) y lo devolvieran a la circulación sanguínea, el<br />
sistema cardiovascular perdería mucho plasma y la persona podría morir<br />
en 24 horas. Cuando los capilares linfáticos no realizan adecuadamente<br />
su cometido, se acumula líquido intersticial en los tejidos (edema).<br />
Absorber las grasas del quilo duodenal: especialmente triglicéridos, que<br />
no pueden atravesar las paredes de los capilares sanguíneos pero sí la<br />
de los capilares linfáticos.<br />
Síntesis y maduración de linfocitos.<br />
5. APARATO CIRCULATORIO Y ENVEJECIMIENTO<br />
A medida que transcurre la edad adulta, especialmente al final de la<br />
misma, pueden aparecer diversos cambios degenerativos en el corazón<br />
y en los vasos sanguíneos.<br />
Uno de ellos es el endurecimiento de la pared arterial y la consecuente<br />
pérdida de elasticidad: la arterioesclerosis. Esta patología es un factor<br />
de riesgo cardiovascular, ya que predispone al estrechamiento de la luz<br />
arterial y, por tanto, a la isquemia del tejido irrigado que, si no es<br />
revertida en pocos minutos, termina en infarto. Esto explica porqué la<br />
mayoría de los casos de infartos de miocardio y de ictus (infartos<br />
cerebrales) tienen lugar en personas de edad adulta y ancianos.<br />
La arteriosclerosis es mayor y, por tanto, más grave, si la persona tiene<br />
antecedentes de tabaquismo, es sedentaria y lleva una alimentación rica<br />
en grasas saturadas.<br />
Las válvulas cardíacas y el miocardio también degeneran con la edad,<br />
endureciéndose, lo que disminuye la eficacia de bombeo del corazón.<br />
Esto puede desembocar en una insuficiencia cardíaca, patología en la<br />
cual el corazón no es capaz de bombear suficiente sangre al organismo<br />
para mantenerlo abastecido adecuadamente.<br />
6. PATOLOGÍA CARDIOVASCULAR<br />
Arterioesclerosis: endurecimiento de la pared arterial, con lo que pierde<br />
elasticidad. Puede ser debida a degeneración relacionada con la vejez,<br />
a causas genéticas, a hipertensión arterial no controlada, a la diabetes<br />
mellitus no controlada, al tabaquismo, a la acumulación de lípidos y
otras sustancias en el endotelio arterial (este tipo de arteriosclerosis se<br />
conoce como aterosclerosis),... En cualquier caso, la luz arterial se<br />
estrecha y permite un menor flujo de sangre (o, en el peor de los casos,<br />
lo impide totalmente), lo que conduce a isquemia del tejido irrigado y, si<br />
no se soluciona a tiempo, a infarto del mismo.<br />
Pericarditis: inflamación del pericardio. Sus causas son diversas<br />
(traumatismo, infección, tumores,...). Se produce un edema local que<br />
provoca la fricción de las membranas pericárdicas entre sí, lo que<br />
produce dolor torácico intenso. Si aparece acumulación de líquido (o pus<br />
o sangre) en el espacio pericárdico (derrame pericárdico), el pericardio<br />
comprime al corazón, dificultando su bombeo, lo que puede resultar<br />
letal.<br />
Valvulopatía: las válvulas cardíacas (auriculoventriculares o<br />
semilunares) pueden tener defectos, en ocasiones congénitos, que las<br />
impidan abrirse parcial o totalmente (válvulas estenosadas) o que las<br />
impidan cerrarse parcial o totalmente (válvulas incompetentes o<br />
insuficiencia valvular). En el primer caso el flujo de sangre que pretende<br />
avanzar hacia delante no puede, o puede hacerlo en muy poca cantidad<br />
porque la válvula permanece cerrada o casi cerrada; en el segundo caso<br />
el flujo de sangre avanza a través de la válvula, pero parte de él retorna<br />
hacia atrás y, al encontrarse la válvula abierta, vuelve a la cavidad<br />
anterior de la que acaba de salir. Algunas valvulopatías son infecciosas<br />
(ej. fiebre reumática por estreptococo). Dependiendo de su gravedad,<br />
pueden resultar letales. En los casos más graves se recurre a la<br />
sustitución quirúrgica de la válvula fallida por una válvula artificial o una<br />
válvula de cerdo.<br />
Arteriopatía coronaria: es la isquemia del miocardio debida a una<br />
estenosis (obstrucción) parcial o total de alguna arteria coronaria.<br />
Dependiendo del grado de isquemia y del tiempo que ésta se mantenga,<br />
las células miocárdicas pueden sufrir necrosis (muerte) por falta de<br />
oxígeno, lo que conocemos como infarto de miocardio. Sus causas son<br />
diversas (trombosis o embolia coronaria, aterosclerosis coronaria,...).<br />
Angina de pecho: es el dolor miocárdico provocado por la isquemia. Es<br />
un aviso que, si no se soluciona a tiempo, antecede al infarto de<br />
miocardio. Puede aparecer en sujetos con arteriopatía coronaria,<br />
insuficiencia cardíaca, valvulopatías, hipertensión arterial,... cualquier<br />
causa que disminuya el aporte sanguíneo al músculo cardíaco.<br />
Insuficiencia cardíaca: es la incapacidad del ventrículo de bombear la<br />
sangre a la arteria. Puede ser derecha o izquierda. Sus causas pueden<br />
ser varias, como haber padecido un infarto de miocardio previo (lo que<br />
disminuye la cantidad de miocardio sano funcional), valvulopatías,...
Accidente cerebrovascular agudo o ictus: es la isquemia cerebral<br />
ocasionada por tromboembolismos o hemorragias cerebrales. Según la<br />
cantidad de tejido afectado y la zona cerebral lesionada, los efectos del<br />
ictus pueden ser apenas observables o resultar incapacitantes o incluso<br />
letales.<br />
Varices o venas varicosas: son venas cuya pared está anormalmente<br />
dilatada, por lo que tienden a retener sangre. Al dilatarse, la distancia<br />
entre las valvas de las válvulas semilunares aumenta, terminando por<br />
hacerlas incompetentes (con fugas), lo que agranda aún más la variz.<br />
En las venas varicosas tienden a formarse coágulos de sangre, que<br />
pueden producir una trombosis local (obstrucción en el sitio donde se<br />
han formado) o viajar hasta llegar al sistema arterial y obstruir algún<br />
pequeño vaso lejos del lugar de origen (embolia). Su causa puede ser<br />
hereditaria o adquirida (ej. pasar mucho tiempo en bipedestación sin<br />
moverse). Las hemorroides son varices del conducto anal.<br />
Arritmia: alteración del ritmo cardíaco normal. Hay muchos tipos de<br />
arritmias, algunas no tienen gran repercusión clínica (ej. taquicardias<br />
ocasionales), pero otras sí pueden resultar letales (ej. fibrilación<br />
ventricular).<br />
Bradicardia: arritmia caracterizada por una frecuencia cardíaca lenta,<br />
menor de 50 latidos por minuto en un adulto. La bradicardia leve es<br />
normal durante el sueño y en los deportistas entrenados.<br />
Taquicardia: arritmia caracterizada por una frecuencia cardíaca rápida,<br />
superior a 100 latidos por minuto en un adulto en reposo. Es normal<br />
durante y después del ejercicio, así como en situaciones de estrés.<br />
Hipertensión arterial: es la elevación persistente de la tensión arterial por<br />
encima de los límites considerados normales (> 140/90 mm Hg).<br />
La hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular importante,<br />
con una incidencia de enfermedad coronaria (y, por tanto, de infarto de<br />
miocardio), muerte súbita y enfermedad vascular periférica doble que el<br />
paciente normotenso; el riesgo de accidente cerebrovascular es<br />
cuádruple. La hipertensión no controlada acelera la acumulación de<br />
placas de ateroma en las arterias (favorece la aterosclerosis), y como ya<br />
se ha comentado, daña al endotelio vascular, especialmente al de las<br />
arterias coronarias, riñones, cerebro (riesgo de infarto cerebral) y retina<br />
(riesgo de pérdida de agudeza visual).<br />
Su origen en un 90% de los casos es desconocido o hereditario (lo que<br />
se conoce como hipertensión arterial primaria o esencial); en el 10%<br />
restante se debe a otra patología de base (hipertensión arterial<br />
secundaria), como pueden ser afecciones renales (ej. Glomerulonefritis),<br />
afecciones hormonales (ej. Síndrome de Cushing) o tratamientos
farmacológicos (corticoides, anticonceptivos orales). Cuando la<br />
hipertensión arterial es primaria, se trata de una enfermedad crónica que<br />
precisa de seguimiento clínico toda la vida; si es secundaria, en cuanto<br />
se trate la enfermedad que la cause puede que las cifras tensionales se<br />
normalicen por sí solas.<br />
Hipotensión arterial: es la disminución persistente de la tensión arterial<br />
por debajo de los límites normales (> 100/60 mm Hg). Si la hipotensión<br />
es muy baja, la perfusión sanguínea a los tejidos (riñón, hígado, cerebro,<br />
corazón,…) se ve comprometida, lo que puede provocar graves<br />
consecuencias e incluso la muerte.<br />
Muchas personas son hipotensas de manera fisiológica, y su organismo<br />
funciona perfectamente con tensiones de 90/50 mm Hg.<br />
Algunas personas, independientemente de si son normotensas,<br />
hipertensas o hipotensas, presentan hipotensión ortostática (postural).<br />
Podemos definirla como un descenso repentino de la tensión arterial<br />
cuando cambiamos de postura bruscamente (de sedestación a erguido,<br />
de decúbito a sedestación, agacharse a recoger algo,…), y que se<br />
manifiesta con mareos y obnubilación. Lo peligroso de la hipotensión<br />
ortostática es el riesgo de caída que supone. Las personas que la<br />
padecen deben hacer cambios suaves de postura para evitarla (ej.<br />
Levantarse despacio por la mañana, permaneciendo un rato en<br />
sedestación antes de incorporarse; agacharse lentamente para recoger<br />
algo, y doblando las rodillas, no el tronco y cabeza, etc)<br />
Anemia: déficit de hemoglobina (no siempre acompañada por una<br />
disminución del número de eritrocitos). Esto implica un menor<br />
abastecimiento de oxígeno tisular, lo que explica que la persona<br />
presente astenia. Sus causas principales son las hemorragias intensas<br />
(ej. menstruaciones masivas en algunas mujeres), escasa producción de<br />
hemoglobina (ej. por falta de hierro, por falta de vitamina B12), o aumento<br />
del ritmo de destrucción eritrocitaria (anemias hemolíticas como la<br />
anemia de células falciformes, hereditaria).<br />
Leucemia: cáncer de la médula ósea que afecta a la producción normal<br />
de los leucocitos. Éstos no maduran y son anormales, por lo que la<br />
persona queda inmunodeprimida. Además, la colonización invasiva de<br />
estas células cancerosas puede afectar al correcto desarrollo de los<br />
hematíes y las plaquetas, causando anemia y hemorragias en el sujeto.<br />
7. CONCLUSIONES<br />
El corazón actúa como una bomba, manteniendo la sangre en<br />
movimiento constante por el circuito vascular (arterias, arteriolas,<br />
capilares, vénulas y venas). El objetivo del aparato circulatorio es
:<br />
mantener a los capilares abastecidos con la cantidad adecuada de<br />
sangre, ya que son los encargados de llevar a las células sustancias<br />
esenciales para su funcionamiento y de recoger de las mismas sus<br />
desechos metabólicos.<br />
Además, el sistema cardiovascular cumple con otras importantes<br />
funciones: transporta hormonas desde las glándulas de origen hasta<br />
sus células diana (las hormonas son importantes mensajeros<br />
intracorporales, reguladas por el sistema neuroendocrino), defiende al<br />
organismo frente a infecciones (transporta, al igual que el sistema<br />
linfático, a las células inmunitarias) y ayuda al mantenimiento de la<br />
temperatura intracorporal (mediante los mecanismos de<br />
vasoconstricción y vasodilatación).<br />
Recorrido del flujo sanguíneo: ventrículo izquierdo (comienzo de la<br />
circulación sistémica) arteria aorta arterias de los tejidos<br />
arteriolas capilares vénulas venas de los tejidos venas<br />
cavas aurícula derecha (fin de la circulación sistémica)<br />
ventrículo derecho (comienzo de la circulación pulmonar) arteria<br />
pulmonar arteriolas pulmonares capilares alveolares vénulas<br />
pulmonares venas pulmonares aurícula izquierda (fin de la<br />
circulación pulmonar) ...<br />
El sistema linfático es imprescindible para la recuperación del plasma<br />
(rico en agua y proteínas) extravasado a los tejidos, ya que<br />
constantemente lo recoge y lo devuelve a la circulación sanguínea.<br />
La coordinación e interactuación entre el sistema neuroendocrino, el<br />
aparato respiratorio, el aparato digestivo, el sistema linfático y el<br />
sistema cardiovascular nos recuerda la importancia de considerar al<br />
organismo como un todo, en el que cada aparato cumple una función<br />
dentro de un trabajo en equipo que permite el mantenimiento del<br />
equilibrio interno.<br />
8. BIBLIOGRAFÍA<br />
• “Anatomía y fisiología” Gary A. Thibodeau, Kevin T. Patton. Ediciones<br />
Harcourt, S.A. Año 2000.<br />
• “Biología” Eldra Peral Solomon, Linda R. Berg, Diana W. Martin.<br />
McGraw-Hill Interamericana Editores S. A. Año 2001. Quinta edición.<br />
• “Auxiliar de enfermería. Técnicas básicas de enfermería. Higiene del<br />
medio hospitalario y limpieza de material”. Evangelina Pérez, Ana María<br />
Fernández. McGraw-Hill/Interamericana de España S.A.U. Año 2000<br />
• “Enfermería medico-quirúrgica” Brunner y Suddarth. Suzanne C.<br />
Smeltzer, Brenda G. Bare. McGraw-Hill Interamericana Editores S.A.<br />
Año 2002. Novena edición.<br />
• “Diccionario Mosby” Medicina, enfermería y ciencias de la salud.<br />
Quinta edición. Ediciones Harcourt, S.A. Año 2000