Marina Echevarría Bueno - Finis Terrae_ediciones
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<strong>Marina</strong> <strong>Echevarría</strong> <strong>Bueno</strong><br />
experiencias maravillosas con alegría y hacer realidad nuestros sueños, hemos<br />
de ir en busca de la infancia para poder recuperar y recordar aquello que<br />
más amamos: nuestra esencia.<br />
(A) EN BUSCA DE LA INFANCIA PERDIDA<br />
Todos queremos volver a nuestra infancia para encontrar el origen<br />
de nuestra propia esencia, aunque algunos hayamos disfrutado de ella y<br />
otros muchos, por desgracia, tengan peores recuerdos. La pregunta es:<br />
¿cómo recuperarla? Quedándote en el presente, viviendo cada momento,<br />
siendo espontáneo e ingenuo, o mejor aún, sabiendo frenar situaciones<br />
problemáticas.<br />
A veces necesitamos ese calor que nos robaron cuando volvimos<br />
a la vida. Aquella infancia serena, dulce, alegre, que va perdiendo forma<br />
a través de los años. De pequeños nos coaccionan la libertad, dándonos<br />
órdenes y obligándonos de tal forma que cuando ya somos mayores nos<br />
falta esa espontaneidad e ingenuidad. Nos enseñan a sufrir, obedeciendo,<br />
estudiando y callando. Cuando somos mayores nos queda algún recuerdo<br />
de ello. Nuestra educación será buena si valoramos las cosas que nos rodean<br />
en positivo. Si de pequeños nos obligan a realizar tareas que no nos apetecen<br />
en ese momento, grabaremos en el inconsciente que hacer aquello que<br />
menos nos gusta es correcto y tomar el sol, ir en bicicleta o jugar con los<br />
amigos está mal. La conclusión para ellos de mayores sería que la felicidad<br />
es mala y ser infeliz es algo normal. Ya lo comentaba Osho en sus charlas.<br />
La colaboración o ayuda es una cosa y las obligaciones son otra son otras<br />
muy diferentes para la mentalidad de un niño. Olvidamos con frecuencia<br />
lo que venimos a hacer a esta tierra y el compromiso que nos encomienda<br />
la luz superior o el Dios creador.<br />
Si no estás preparado/a para hacer un cambio drástico e incómodo en<br />
tu vida, no vale la pena seguir escribiendo líneas y líneas para ti. El cerebro es<br />
tan grande y el mensaje tan simple que ocupamos gran parte de él en cosas<br />
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