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Las beguinas: libertad en relación Elena Botinas ... - Affidamento

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Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

<strong>Las</strong> <strong>beguinas</strong>: <strong>libertad</strong> <strong>en</strong> <strong>relación</strong><br />

El<strong>en</strong>a <strong>Botinas</strong> Montero y Julia Cabaleiro Manzanedo 1<br />

Docum<strong>en</strong>to 1. Súplica de Brígida Terrera al Consejo de Ci<strong>en</strong>to de Barcelona<br />

1448, Barcelona<br />

Signatura<br />

Archivo Histórico Municipal de Barcelona. Deliberaciones del Consell de C<strong>en</strong>t, f.<br />

171r - 172r. 1448, 11,16. Barcelona.<br />

Regesto<br />

Brígida Terrera se dirige al Consejo de Ci<strong>en</strong>to para que tome bajo su guarda y protección la reclusión de Santa<br />

Margarita, <strong>en</strong> la que vive con otras mujeres dedicadas al servicio divino, sin estar sometidas a ninguna obedi<strong>en</strong>cia. La<br />

reclusión se inició ci<strong>en</strong> años antes, cuando se recluyó una doncella, después de cuya muerte vivieron allí sor Sança 2 ,<br />

compañera de santa Brígida y después otras mujeres.<br />

Versión<br />

Resolución sobre la casa de las reclusas para que de aquí <strong>en</strong> adelante estén bajo custodia de la ciudad.<br />

1 El<strong>en</strong>a <strong>Botinas</strong> Montero: Nacida <strong>en</strong> Barcelona el año 1950. Es Medievalista y Máster <strong>en</strong> Estudios sobre las Mujeres. Ha publicado diversos artículos<br />

<strong>en</strong> libros y revistas y es coautora de Les beguines. La Raó il·luminada per Amor (Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2002) y L’activitat<br />

fem<strong>en</strong>ina a Molins de Rei: les dones a la guerra civil (Ajuntam<strong>en</strong>t de Molins de Rei - Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2003).<br />

Julia Cabaleiro Manzanedo: Nacida <strong>en</strong> La Coruña el 1952, es lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> Filosofía y Letras (Historia), máster <strong>en</strong> Estudios sobre las Mujeres y<br />

doctora <strong>en</strong> Pedagogía (“Didàctica de la història de les dones”, Universidad de Barcelona, 1999). Desarrolla su investigación <strong>en</strong> dos verti<strong>en</strong>tes: una<br />

está relacionada con los movimi<strong>en</strong>tos de espiritualidad fem<strong>en</strong>ina; la otra está c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> la educación y la didáctica de la historia. Además de<br />

diversos artículos publicados <strong>en</strong> libros y revistas, es autora de Paraules de dones <strong>en</strong> la premsa comarcal (primer terç del segle XX) (Ajuntam<strong>en</strong>t<br />

de Sant Feliu de Llobregat, 2002) y coautora de Les beguines. La Raó il·luminada per Amor (Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2002) y<br />

L’activitat fem<strong>en</strong>ina a Molins de Rei: les dones a la guerra civil (Ajuntam<strong>en</strong>t de Molins de Rei - Publicacions de l’Abadia de Montserrat, 2003).<br />

2 Muy probablem<strong>en</strong>te esta sor Sança es la misma mujer que vivió <strong>en</strong> la reclusión de santa Margarita y que había sido compañera de santa Brígida,<br />

de la que conservaba sus objetos p<strong>en</strong>it<strong>en</strong>ciales, según sabemos por una carta de la reina María de Luna <strong>en</strong> la cual alude a “una beguina que estaba<br />

<strong>en</strong> Barcelona cerca de la Iglesia de Santa Margarita, t<strong>en</strong>ía consigo mi<strong>en</strong>tras vivía diversas cosas que habían servido a la persona de Santa Brígida y<br />

<strong>en</strong> especial el cilicio, las disciplinas y la correa y muerta aquella, que no hace mucho que murió, vos o sor Teresa beguina que servía a dicha<br />

reclusa, tomasteis las dichas cosas y aquellas t<strong>en</strong>éis todavía” (Traducción al castellano. Arxiu de la Corona d’Aragó, R. 2350, f. 6 v.).<br />

Poder situarla primero <strong>en</strong> Roma, al lado de santa Brígida, y después <strong>en</strong> una reclusión de Barcelona permite poner de relieve su <strong>libertad</strong> de<br />

movimi<strong>en</strong>to, una característica bastante usual <strong>en</strong>tre las mujeres medievales, sobre todo <strong>en</strong>tre las que se dedicaban de manera específica a la vida<br />

religiosa.<br />

[1]


Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

El m<strong>en</strong>cionado lunes del mes de noviembre, reunidos <strong>en</strong> la casa llamada del Consejo de XXX los honorables<br />

consejeros junto con el consejo de Ci<strong>en</strong> Jurados, celebrado a 16 días del mes de noviembre para proveer las súplicas<br />

hechas aquel día <strong>en</strong> dicho Consejo. Y <strong>en</strong> este Consejo fue expuesta una súplica de sor Brígida que vive <strong>en</strong> la<br />

reclusión de Santa Margarita, la cual fue del t<strong>en</strong>or sigui<strong>en</strong>te:<br />

A las grandes sabidurías y muy honorables señores nuestros, consejeros y Consejo de Ci<strong>en</strong> Jurados de esta ciudad de<br />

Barcelona. Con tanta humildad como puede, expone sor Brígida, indigna e inútil servidora de Jesucristo, la cual, por<br />

espacio de treinta años continuos ha estado, está, y estará tanto como viva, <strong>en</strong> el propósito de ser reclusa <strong>en</strong> la<br />

reclusión de Santa Margarita de dicha ciudad, lugar dado y propio al servicio de Dios, edificado desde más de ci<strong>en</strong><br />

años por cierto honorable ciudadano de la m<strong>en</strong>cionada ciudad <strong>en</strong> el cual una doncella hija suya, inspirada por el<br />

Espíritu Santo, se recluyó y allí acabó gloriosam<strong>en</strong>te sus días. Y después se recluyó <strong>en</strong> él una muy devota mujer<br />

llamada sor Sança, compañera de Santa Brígida, y después otras, las cuales, <strong>en</strong> santa conversación durante todo el<br />

tiempo de su vida, ha continuado loablem<strong>en</strong>te el servicio divino. Que tanto ella como las otras que vivieron <strong>en</strong> la<br />

reclusión no están bajo ninguna obedi<strong>en</strong>cia ni bajo ninguna sujeción sino que continúan voluntariam<strong>en</strong>te su bu<strong>en</strong><br />

propósito. Y como por malicia del tiempo se pudiera suponer que algunas, por sugestión diabólica y con el consejo<br />

de algunas que las visitan, podrían vacilar y escandalizar a las otras según la experi<strong>en</strong>cia ya ha demostrado y aun<br />

demuestra, este abuso cesaría si están sometidas a alguna sujeción. Por tanto, dicha sor Brígida suplica con tanta<br />

humildad como puede que recibáis y aceptéis la casa de la m<strong>en</strong>cionada reclusión, así como a ella y a sus<br />

compañeras, <strong>en</strong> especial guarda y protección de la Ciudad. Y nombrar sucesivam<strong>en</strong>te alguna persona devota que las<br />

visite y que, con el conocimi<strong>en</strong>to y as<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to de los muy honorables consejeros, saque de ella a aquellas que lo<br />

merezcan y admita a otras que son dignas por su devoción y que según sus posibilidades se puedan mant<strong>en</strong>er, ya<br />

que no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> nada propio sino las caritativas limosnas que voluntariam<strong>en</strong>te les hac<strong>en</strong> los devotos ciudadanos y<br />

habitantes de la ciudad. Y por las obras iniciadas por el honorable ciudadano y por loable continuación de muchos<br />

otros, el salvador de todo el mundo, por intercesión de la Purísima Virg<strong>en</strong> Madre suya y por devota súplica de la<br />

singular patrona y abogada de esta ciudad Santa Eulalia, prosperará aquella y a sus ciudadanos y habitantes los<br />

preservará de todos los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes e infortunios y les dará <strong>en</strong> la gozosa ciudad del paraíso la gloria deseada.<br />

Transcripción<br />

Provisió feta a la casa de les rescluses que d.aquí avant sia sots custodia de la ciutat.<br />

Lo dit dia de diluns que.s comptava del dit mes de noembre aiustats <strong>en</strong> la casa apellada del Concell de XXX los<br />

honorables consallers <strong>en</strong>semps ab lo concell de C<strong>en</strong>t Jurats celebrat a XVI dies del dit mes de noembre a provehir les<br />

supplicacions offertes aquell jorn <strong>en</strong> lo dit Concell. E per ço com <strong>en</strong> lo dit concell fou donada una supplicacio per<br />

part de sor Brigida qui esta <strong>en</strong> lo resclusatge de Santa Margarida la qual supplicacio es de la t<strong>en</strong>or segu<strong>en</strong>t.<br />

A les grans savieses e molt honorables circunspeccions vostres mos s<strong>en</strong>yors consellers e Consell de C<strong>en</strong>t Jurats de la<br />

pres<strong>en</strong>t ciutat de Barchinona. Ab tanta humilitat com pot exposa sor Brígida indigna e inutil servidora de Jhesu Xrist<br />

la qual per spay de XXX anys continuus es estada e es e tant com visque ha <strong>en</strong> proposit d.esser resclusa <strong>en</strong> los<br />

resclusatge de Santa Margarida de la dita ciutat loch donat e propii al servei de Deu hedificat per espay de mes de<br />

c<strong>en</strong>t anys per cert honorable ciutada de la dita ciutat <strong>en</strong> lo qual certa donzella filla sua inspirada per lo Sant Esperit se<br />

resclusi e aqui fini gloriosam<strong>en</strong>t sos dies. E apres si resclusi una molt devota dona apellada sor Sança, companyona<br />

de Santa Brígida e apres altres les quals <strong>en</strong> santa conversacio per tot lo temps de lur vida han loablem<strong>en</strong>t continuat<br />

lo servey divinal. Que com ella e les altres les quals apres se son meses <strong>en</strong> lo dit resclusatge no si<strong>en</strong> sots alguna<br />

obedi<strong>en</strong>cia ne stigu<strong>en</strong> supposades a alguna subieccio continuans voluntàriam<strong>en</strong>t lur bon propusit. E per malicia del<br />

temps se pogues seguir que algunes a suggestio diabolical e ab concell d.algunes qui les visit<strong>en</strong> pori<strong>en</strong> <strong>en</strong> lur bon<br />

proposit vacillar e escandalizar les altres segons experi<strong>en</strong>cia ha ja demostrat e <strong>en</strong>cara demostre lo abus de la qual<br />

cosa cessaria si er<strong>en</strong> subiectas a alguna subiugacio. Per tant la dita sor Brigida ja sia per ses propies culpes no<br />

merex<strong>en</strong>t esser admesa a gracia dexaudicio supplica ab tanta humilitat com pot sigui de vostra merce reebre e<br />

acceptar la casa del dit resclusatge e ella supplicant e ses companyones <strong>en</strong> special guarda e proteccio de la dita<br />

Ciutat. E deputar successivam<strong>en</strong>t alguna devota persona tem<strong>en</strong>t Deu la qual per sol esguard divinal las visitas e ab<br />

sabuda e ass<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>t dels molt honorables consellers ne tragues aquelles qui ho meresquess<strong>en</strong> e hi admetes<br />

aquelles merex<strong>en</strong>t.ho per lur devocio e segons lurs pobreses porein sust<strong>en</strong>ir com no hai<strong>en</strong> res propi ans<br />

voluntariam<strong>en</strong>t de caritatives almoynes dels devots ciutadans e habitadors de la dita ciutat. E per les dites obres<br />

principiades per honorable ciutada e per loable continuacio de molt d.altres lo Salvador de tot lo kon per intercessio<br />

[2]


Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

de la Purisima Verge Mara sua e per devota supplicacio de la singular patrona e advocada de la dita ciutat madona<br />

Santa Eulalia prosperara aquella e sos honorables ciutadans e habitadors els preservara de tots inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>ts e<br />

infortunis els dara <strong>en</strong> la joyosa ciutat de paradis la gloria desitjada.<br />

[3]


Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

Docum<strong>en</strong>to 2. Privilegio real dado a sor Sança por el rey Joan I<br />

1393, Val<strong>en</strong>cia<br />

Signatura<br />

Archivo de la Corona de Aragón. Reg. 1964, f. 60r. 1393, 3, 13. Val<strong>en</strong>cia.<br />

Regesto<br />

A súplica de sor Sança, de la Tercera Regla de San Francisco, el rey Joan I le otorga lic<strong>en</strong>cia para que pueda <strong>en</strong>terrar,<br />

o hacer <strong>en</strong>terrar, <strong>en</strong> lugar sagrado los despojos de los ajusticiados colgados de les horcas, d<strong>en</strong>tro del término de la<br />

ciudad de Barcelona.<br />

Versión<br />

Joan ... a los estimados nobles y fieles nuestros gobernador de Cataluña, corregidor y alcalde de Barcelona y otros<br />

oficiales y dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes nuestros de la ciudad de Barcelona y a cada uno de los que las pres<strong>en</strong>tes atañ<strong>en</strong> y las cosas<br />

escritas a continuación les correspondan de alguna manera. Salud y dilección.<br />

Nosotros por rever<strong>en</strong>cia de Nuestro Señor Dios y a súplica de la fiel de nuestra casa sor Sança de la Tercera Regla de<br />

San Francisco, por t<strong>en</strong>or de la pres<strong>en</strong>te hemos otorgado lic<strong>en</strong>cia a sor Sança para que ella pueda <strong>en</strong>terrar o hacer<br />

<strong>en</strong>terrar <strong>en</strong> lugar sagrado, sin que incurran <strong>en</strong> ninguna p<strong>en</strong>a, todos aquellos cuerpos o huesos que caerán de las<br />

horcas hechas d<strong>en</strong>tro del término de dicha ciudad, <strong>en</strong> las cuales, por sus faltas habrán sido colgados; pero las horcas<br />

no serán tapiadas ni cerradas. A todos y cada uno de vosotros decimos y mandamos, bajo p<strong>en</strong>a de incurrir <strong>en</strong> nuestra<br />

ira e indignación, que la m<strong>en</strong>cionada sor Sança, o qui<strong>en</strong> ella designará <strong>en</strong> su lugar, podrá <strong>en</strong>terrar los cuerpos o<br />

huesos de dichos colgados que hayan caído o que de aquí <strong>en</strong> adelante caerán de las horcas; no pongáis ningún<br />

impedim<strong>en</strong>to, sino que esta concesión t<strong>en</strong>gáis firmem<strong>en</strong>te pres<strong>en</strong>te y observéis, y no la contrav<strong>en</strong>gáis por ninguna<br />

razón si la p<strong>en</strong>a más arriba dicha pret<strong>en</strong>déis esquivar.<br />

Dada <strong>en</strong> Val<strong>en</strong>cia bajo nuestro sello secreto el día 13 de marzo de 1343. El Señor Rey me lo manda a mí Bernardo de<br />

Jonqueiro.<br />

Transcripción<br />

En Johan ... als nobles amats e feels nostres los governador de Cathalunya veguer et batlle de Barchinona altres<br />

officials et sotmeses nostres de la ciutat de Barchinona et a cascun d.elles als quals les pres<strong>en</strong>ts perv<strong>en</strong>dran et les<br />

coses davall escrits se pertany<strong>en</strong> <strong>en</strong> qualsevulla manera salut et dileccio.<br />

Com nos per rever<strong>en</strong>cia de Nostre S<strong>en</strong>yor Deu et a suplicacio de la feel de casa nostra sor Sança de la Terça Regla de<br />

S<strong>en</strong>t Francesch per t<strong>en</strong>or de la pres<strong>en</strong>t haian atorgada lic<strong>en</strong>cia a la dita sor Sança que ella puxa soterrar o fer soterrar<br />

<strong>en</strong> loch sagrat s<strong>en</strong>s incorrim<strong>en</strong>t de alguna p<strong>en</strong>a tots aquells cossors o ossors de aquells los quals frau cessant cauran<br />

de les forques fetes dins lo terme de la dita ciutat et <strong>en</strong> les quals per lurs demerits seran stats pemjats les quals<br />

forques empero no si<strong>en</strong> tapiades ni closes. A vodaltres et cascun de vos dehim et manam sots incorrim<strong>en</strong>t de la<br />

nostra ira et indignació que a la dita sor Sança o a qui ella volra <strong>en</strong> loch seu <strong>en</strong> soterrar los dits cosors o osors dels<br />

dits pemjats qui cauts son o d.aquí avant cauran de les dites forques empatxam<strong>en</strong>t algun no façats ans la pres<strong>en</strong>t<br />

nostra concessio tingats fermam<strong>en</strong>t et obserbets et no y contravingats per alcuna raho si la p<strong>en</strong>a dessus dita cobeiats<br />

esquivar.<br />

Dada <strong>en</strong> Val<strong>en</strong>cia sosts nostre segells secret a XIII dies de març de l.any de la nativitat de Nostre S<strong>en</strong>yor Mil<br />

CCCXCIII. Rex Johannis.<br />

Dominus Rex mandavit mihi Bernardo de Jonqueiro.<br />

[4]


Introducción<br />

Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

Entre los siglos XI y XIV el occid<strong>en</strong>te medieval vivió toda una serie de transformaciones de carácter sociocultural,<br />

económico y espiritual que nos permit<strong>en</strong> connotar este período de apasionante. D<strong>en</strong>tro del ámbito de la<br />

espiritualidad estas transformaciones tuvieron como protagonistas a laicos y laicas de todos los estratos sociales.<br />

Ellos y ellas protagonizaron una auténtica rebelión contra el poder establecido y, por tanto, contra la Iglesia a la cual<br />

acusaban de t<strong>en</strong>er un gran poder temporal, alejándose de los ideales evangélicos, y de excluirlos “a priori”,<br />

precisam<strong>en</strong>te por su condición laica, de la vida religiosa, reduciéndolos a un universo puram<strong>en</strong>te material. Una lucha<br />

que se <strong>en</strong>marca <strong>en</strong> un contexto religioso y cristiano porque religiosa y cristiana es la sociedad occid<strong>en</strong>tal medieval.<br />

Buscaron formas de vida que les permitieran conciliar una doble exig<strong>en</strong>cia: la de una vida consagrada al servicio de<br />

Dios y la de cristianas y cristianos que viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> el siglo al marg<strong>en</strong> de la estructura eclesiástica.<br />

Esta actitud, que dio lugar a una gran proliferación de movimi<strong>en</strong>tos de r<strong>en</strong>ovación espiritual, d<strong>en</strong>tro y fuera de la<br />

ortodoxia, comportó una ruptura con el ord<strong>en</strong> establecido por la Iglesia; una ruptura que para las mujeres fue doble:<br />

<strong>en</strong> tanto que laicas y <strong>en</strong> tanto que mujeres. En tanto que mujeres porque desde el punto de vista teológico –pero<br />

también desde el médico y ci<strong>en</strong>tífico- eran consideradas fisiológica y espiritualm<strong>en</strong>te débiles, defectivas <strong>en</strong> cuerpo y<br />

fortaleza moral e incapaces –salvo muy pocas excepciones- de elevarse a la consideración de la realidad espiritual. A<br />

pesar de estas opiniones la pres<strong>en</strong>cia de las mujeres prevaleció <strong>en</strong> todos estos movimi<strong>en</strong>tos e, incluso, crearon una<br />

corri<strong>en</strong>te de espiritualidad desde ellas y para ellas, con una total autonomía respecto a los hombres. Una corri<strong>en</strong>te<br />

de espiritualidad que ellas dotaron de tanta fuerza y pot<strong>en</strong>cia que influyeron, no solam<strong>en</strong>te la mística de su tiempo,<br />

sino la de siglos posteriores: nos estamos refiri<strong>en</strong>do a las <strong>beguinas</strong>.<br />

El de las <strong>beguinas</strong> es un movimi<strong>en</strong>to que nace a finales del siglo XII <strong>en</strong> un ámbito geográfico concreto, Flandes –<br />

Brabante– R<strong>en</strong>ania, que se exti<strong>en</strong>de con rapidez hacia el norte y el sur de Europa, y <strong>en</strong> cuyo s<strong>en</strong>o <strong>en</strong>contramos<br />

mujeres de todo el espectro social cuyo deseo es el de llevar una vida de espiritualidad int<strong>en</strong>sa, pero no de forma<br />

claustral, como estaba sancionado socialm<strong>en</strong>te, sino pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te incardinadas <strong>en</strong> las ciudades <strong>en</strong>tonces emerg<strong>en</strong>tes.<br />

Un espacio propio<br />

La necesidad de un espacio específicam<strong>en</strong>te fem<strong>en</strong>ino, creado y definido por las mismas mujeres, fue s<strong>en</strong>tida y<br />

expresada literariam<strong>en</strong>te por Cristina de Pizan a principios del siglo XV <strong>en</strong> “El libro de la Ciudad Damas”, <strong>en</strong> el cual<br />

ella imagina la construcción de una ciudad, sólida e inexpugnable, habitada sólo por mujeres. Pero pocos siglos antes<br />

las mujeres llamadas <strong>beguinas</strong> habían materializado ya la exist<strong>en</strong>cia de un espacio similar al imaginado por Cristina.<br />

Reclusión, beguinato o beaterio son algunos de los nombres que designan este espacio material <strong>en</strong> el que habitan las<br />

<strong>beguinas</strong> o reclusas (con ambos nombres son conocidas estas mujeres <strong>en</strong> Cataluña) y que puede adoptar formas y<br />

dim<strong>en</strong>siones diversas, ya que puede tratarse de una celda, una casa, un conjunto de casas o una auténtica ciudad<br />

d<strong>en</strong>tro de la ciudad, como los grandes beguinatos flam<strong>en</strong>cos, declarados Patrimonio de la Humanidad el año 1998.<br />

Todos ellos, sin embargo, repres<strong>en</strong>tan una misma realidad: un espacio que no es doméstico, ni claustral, ni<br />

heterosexual. Es una espacio que las mujeres compart<strong>en</strong> al marg<strong>en</strong> del sistema de par<strong>en</strong>tesco patriarcal, <strong>en</strong> el que se<br />

ha superado la fragm<strong>en</strong>tación espacial y comunicativa y que se manti<strong>en</strong>e abierto a la realidad social que las rodea, <strong>en</strong><br />

[5]


Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

la cual y sobre la cual actúan, diluy<strong>en</strong>do la división secular y jerarquizada <strong>en</strong>tre público y privado y que, por tanto, se<br />

convierte <strong>en</strong> abierto y cerrado a la vez. Un espacio de transgresión a los límites, tácitos o escritos, impuestos a las<br />

mujeres, no mediatizado por ningún tipo de dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia ni subordinación, <strong>en</strong> el que actúan como ag<strong>en</strong>tes<br />

g<strong>en</strong>eradores de unas formas nuevas y propias de <strong>relación</strong> y de una autoridad fem<strong>en</strong>ina. Un espacio que devi<strong>en</strong>e<br />

simbólico al erigirse como punto de refer<strong>en</strong>cia, como modelo, <strong>en</strong> definitiva, para otras mujeres.<br />

G<strong>en</strong>ealogía y ginecoher<strong>en</strong>cia<br />

Los oríg<strong>en</strong>es de la reclusión de santa Margarita, a la que se refiere el primer docum<strong>en</strong>to, se remontan a mediados del<br />

siglo XIV y, a lo largo de ci<strong>en</strong> años, estuvo siempre habitado por mujeres.<br />

Se inició cuando a él se retiró una jov<strong>en</strong> de la burguesía barcelonesa, cumpli<strong>en</strong>do así su voluntad de llevar una vida<br />

espiritual sin estar sujeta a ninguna obedi<strong>en</strong>cia. A su muerte vivió allí sor Sança, compañera de santa Brígida, junto<br />

con otra beguina llamada Teresa; y después otras mujeres, siempre <strong>en</strong> nombre reducido. Cuando Brígida <strong>en</strong>tra a<br />

formar parte de esta g<strong>en</strong>ealogía la reclusión se convertirá <strong>en</strong> una comunidad.<br />

Brígida era hija de Ángela y del caballero Francesc Terré. Pert<strong>en</strong>ecía, pues, a la burguesía barcelonesa. El año 1426 su<br />

madre, junto con sus dos hermanos, le dieron ante notario cuatro mil sueldos de propiedad con la p<strong>en</strong>sión anual de<br />

36 libras <strong>en</strong> concepto de la parte legítima y otros derechos que le correspondían. Esto garantizaba no sólo que<br />

pudiera vivir de su propio patrimonio sino también el futuro de su comunidad. Efectivam<strong>en</strong>te, pocos años después,<br />

concretam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> el 1431, Brígida otorgó testam<strong>en</strong>to y dejó la r<strong>en</strong>ta de que disponía a las mujeres que vivían con<br />

ella <strong>en</strong> la reclusión: su madre Ángela, que se había retirado allí al quedarse viuda, sor Ginabreda, sor Eulalia y la<br />

vecina Joana. Esta comunidad, que progresivam<strong>en</strong>te se irá ampliando, fue conocida con el nombre de las Terreras, es<br />

decir, con el apellido feminizado de Brígida.<br />

Acción y contemplación<br />

<strong>Las</strong> mujeres que formaban la comunidad de las Terreres vivían –y habían vivido- como dice Brígida <strong>en</strong> su súplica, <strong>en</strong><br />

santa conversación, una expresión que nos revela la importancia de la palabra <strong>en</strong> la comunidad. Una palabra que<br />

comporta un significado relacional y que podemos <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de la comunicación y la transmisión de<br />

conocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>tre ellas, así como <strong>en</strong> el de <strong>relación</strong> directa y no mediada con la divinidad.<br />

Efectivam<strong>en</strong>te, uno de los rasgos característicos de la espiritualidad beguina es el de la búsqueda de la unión con<br />

Dios <strong>en</strong> el ámbito de una <strong>relación</strong> exclusiva <strong>en</strong>tre ellas y la divinidad, fuera de toda ceremonia litúrgica y de la<br />

mediación socialm<strong>en</strong>te obligada de los clérigos.<br />

Fue precisam<strong>en</strong>te la acción libre de estas mujeres, muchas de las cuales interpretaban y predicaban las Sagradas<br />

Escrituras a su libre albedrío <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua materna, lo que, desde un principio, despertó los recelos de los jerarcas<br />

eclesiásticos. Muchas sufrieron sospechas y persecuciones de la Inquisición y algunas fueron incluso quemadas <strong>en</strong> la<br />

plaza pública: este fue el caso de la beguina francesa Margarita Porete.<br />

El hecho de vivir <strong>en</strong> una reclusión no significaba, pues, un aislami<strong>en</strong>to del mundo. Por el contrario: la inserción <strong>en</strong> el<br />

marco urbano, <strong>en</strong> el cual t<strong>en</strong>ían una pres<strong>en</strong>cia activa, constituye una parte fundam<strong>en</strong>tal e inseparable de su<br />

espiritualidad. Su dedicación a la vida espiritual comportaba una proyección <strong>en</strong> el ámbito público a través de la<br />

autoridad moral de que gozaban y del desarrollo de toda una serie de tareas asist<strong>en</strong>ciales 3 . Una bu<strong>en</strong>a prueba de<br />

esto, <strong>en</strong> Cataluña, son los quehaceres que las Terreras llevaban a cabo y que, seguram<strong>en</strong>te, se v<strong>en</strong>ían realizando<br />

desde los oríg<strong>en</strong>es de la reclusión: la at<strong>en</strong>ción a los <strong>en</strong>fermos, la <strong>en</strong>señanza a niñas pobres o la mediación <strong>en</strong> la<br />

muerte. Una mediación que adquiere una especial relevancia <strong>en</strong> el caso de sor Sança, tal y como se despr<strong>en</strong>de del<br />

privilegio real de que gozaba.<br />

3 <strong>Las</strong> tareas asist<strong>en</strong>ciales, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, son una ocupación frecu<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre las <strong>beguinas</strong> <strong>en</strong> toda Europa. Pero la at<strong>en</strong>ción a los leprosos, <strong>en</strong><br />

particular, ya aparece vinculada a la exist<strong>en</strong>cia de las primeras “mulieres sanctae” que fueron el orig<strong>en</strong> del movimi<strong>en</strong>to, como Marie d’Oignies y<br />

Jutta d’Huy. El hecho de que la casa de reclusas se hubiera constituido al lado del hospital de san Lázaro –conocido también con los nombres de<br />

Casa de los Leprosos u Hospital de santa Margarita-, construido para recoger a los leprosos, nos permite suponer que la at<strong>en</strong>ción a estos <strong>en</strong>fermos<br />

era una de las actividades a que se dedicaban estas mujeres.<br />

[6]


Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

Así, las <strong>beguinas</strong>, con su práctica de vida, conciliaron la acción y la contemplación, las dos verti<strong>en</strong>tes de la<br />

espiritualidad que los eclesiásticos han pres<strong>en</strong>tado siempre como contrapuestas y jerarquizadas. Para ellas, sin<br />

embargo, ambos conceptos se convirtieron <strong>en</strong> los rostros de una misma moneda.<br />

Mediadoras <strong>en</strong> la muerte<br />

El f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o de laicización de la religión, que se produjo a partir del siglo XII, hizo que los clérigos dejaran de<br />

det<strong>en</strong>tar el monopolio del papel de intermediarios con lo divino. Un papel que empiezan a compartir con aquellas<br />

personas seglares a las que la sociedad reconoce una especial autoridad.<br />

En toda Europa, las <strong>beguinas</strong> recibieron numerosos legados testam<strong>en</strong>tarios para que cumplieran una serie de tareas<br />

relacionadas con la muerte y con el tránsito del alma hacia el Más Allá. Así, ellas rezaban por la salvación del donante,<br />

participaban <strong>en</strong> los funerales y acompañaban el cuerpo del difunto al cem<strong>en</strong>terio. Pero también t<strong>en</strong>ían cuidado del<br />

cuerpo del moribundo, lo velaban y amortajaban. Esta mediación <strong>en</strong> la muerte se convirtió <strong>en</strong> una de sus principales<br />

actividades y les otorgó una función social que las convertía <strong>en</strong> imprescindibles.<br />

El cuidado del cuerpo de <strong>en</strong>fermos y moribundos que las <strong>beguinas</strong> realizan constituye una práctica espiritual que<br />

está íntimam<strong>en</strong>te vinculada a la compasión y a la solidaridad. Una práctica y unos s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos que <strong>en</strong>contramos<br />

expresados <strong>en</strong> la obra de Matilde de Magdeburgo y que <strong>en</strong>carna sor Sança al pedir al rey que le permita dar<br />

sepultura 4 a los cuerpos de los colgados <strong>en</strong> las horcas.<br />

La concesión del privilegio por parte del rey supone un reconocimi<strong>en</strong>to implícito de autoridad a sor Sança, una<br />

autoridad que muy probablem<strong>en</strong>te era reconocida por los habitantes de la ciudad de Barcelona y de la que el rey se<br />

hace eco.<br />

Un modelo de vida<br />

<strong>Las</strong> <strong>beguinas</strong> <strong>en</strong>carnan una de las experi<strong>en</strong>cias de vida fem<strong>en</strong>ina más libre de la historia. Laicas y religiosas a la vez,<br />

vivieron con una total indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia del control masculino –familiar i/o eclesiástico- y la <strong>libertad</strong> de que gozaban es<br />

inseparable de la red de relaciones que establec<strong>en</strong>: de forma primaria <strong>en</strong>tre ellas, con Dios “sine medio”, y con el<br />

resto de mujeres y hombres de las ciudades donde vivían.<br />

La forma de vivir y <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el mundo de estas mujeres se ext<strong>en</strong>dió con rapidez por toda Europa occid<strong>en</strong>tal hasta<br />

convertirse <strong>en</strong> un auténtico movimi<strong>en</strong>to, tanto por el número de mujeres que se adhirieron a él como por el amplio<br />

espectro social al que pert<strong>en</strong>ecían. Un movimi<strong>en</strong>to que se movió siempre <strong>en</strong> los t<strong>en</strong>ues límites que a m<strong>en</strong>udo<br />

separan la ortodoxia de la heterodoxia.<br />

El espacio de <strong>libertad</strong> que ellas repres<strong>en</strong>tan las sitúa <strong>en</strong> un “más allá” del ord<strong>en</strong> socio-simbólico patriarcal <strong>en</strong> su<br />

forma medieval, trasc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do su estructuración binaria y jerarquizada. G<strong>en</strong>eran algo nuevo y, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, no<br />

previsto <strong>en</strong> la cultura de la época. Original, porque ellas son el orig<strong>en</strong>. Un espacio que se radica materialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las<br />

casas que habitan, inmersas <strong>en</strong> el tejido de la ciudad, con el que interaccionan de forma constante, ofreci<strong>en</strong>do tanto<br />

<strong>en</strong> la vida como <strong>en</strong> la muerte, su mediación.<br />

Indicaciones didácticas<br />

Queremos destacar la importancia de analizar, relacionándolos, los dos docum<strong>en</strong>tos. A partir del primero oímos la<br />

voz directa de una beguina barcelonesa, una mujer de la burguesía que <strong>en</strong>tra a formar parte de un beguinato que ya<br />

existía <strong>en</strong> la ciudad de Barcelona, cuya historia va desgranando. A partir de esta historia podemos establecer la<br />

4 Tanto la demanda de sor Sança de dar sepultura a los cuerpos de los colgados como la concesión del privilegio por parte del rey adquier<strong>en</strong> una<br />

especial significación si las ponemos <strong>en</strong> <strong>relación</strong> con la costumbre habitual de la época, que consistía <strong>en</strong> dejar que los cuerpos de los ajusticiados<br />

se descompusieran <strong>en</strong> las horcas, insepultos.<br />

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Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

exist<strong>en</strong>cia de una g<strong>en</strong>ealogía espiritual fem<strong>en</strong>ina. El segundo docum<strong>en</strong>to nos permite acercarnos a una de les<br />

mujeres que formaron parte de él<br />

El análisis de ambos docum<strong>en</strong>tos, considerados conjuntam<strong>en</strong>te, nos ofrece la posibilidad de establecer las<br />

principales características de la forma de vida de las <strong>beguinas</strong>.<br />

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Duoda, c<strong>en</strong>tro de investigación de mujeres<br />

Universitat de Barcelona<br />

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Garí y Alicia Padrós-Wolff. Barcelona, Icaria, 1995.<br />

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