Guía del Deseo Sexual (demo 0.44)

LA GENÉTICA DEL DESEO
Según muchos autores pertenecientes a la corriente
sociobiológica y la psicología evolutiva, las conductas sexuales,
y, en particular, el deseo sexual, está determinado por la
genética. Eso defienden Robin Baker, Simón Andreade y otros
científicos cuyo trabajo comentamos junto a los de Paloma
Aznar.
Los millones de años de evolución darwinista y las
características de la vida de nuestros antepasados prehistóricos
habrían moldeado nuestros cerebros de tal manera que, incluso
en pleno siglo XXI, los hombres y las mujeres (machos y hembras
según ellos) no podríamos escapar de nuestros instintos, y
reaccionaríamos a señales físicas y emocionales firmemente
grabadas en nuestro ADN.
Eso echaría por tierra toda la imaginería sobre el amor
romántico y demás cuestiones que analizábamos en la sección de
“Mitos, creencias y falsas esperanzas”. La investigación médica
demuestra la importancia que las hormonas, y en general la
química, tiene en nuestros comportamientos: testosterona,
oxitocina y otros compuestos, intervienen en nuestra conducta
sexual. Pero cabe preguntarse si son causa o efecto.
Al fin y al cabo, el mayor órgano sexual del ser humano es
su cerebro, como demuestran los experimentos sobre la actividad
cerebral mientras la mujer experimenta un orgasmo.
Analizamos lo que tienen que decir zoólogos, psicólogos y
otros –logos sobre qué experimenta el cuerpo femenino al
excitarse, qué rasgos físicos atraen a varones y mujeres, el
papel del olor en la atracción sexual, las bases científicas de la
monogamia y la poligamia, y la influencia de la maternidad en la
relación sexual de la pareja.