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Descargue la revista Estela Nº6 - Editorial Fajardo el Bravo

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EDITORIAL<br />

HONOR y GLORIA al que cumpliendo con su deber, dio su vida por<br />

<strong>la</strong> Patria en cualquier lugar o circunstancia.<br />

La <strong>revista</strong> Este<strong>la</strong> sale por sexta vez a <strong>la</strong> luz. Este<strong>la</strong> es de distribución<br />

gratuita y ha sido de periodicidad irregu<strong>la</strong>r en función varias<br />

vicisitudes y de los recursos disponibles, pero esta vez sale con <strong>la</strong><br />

voluntad de mantener una regu<strong>la</strong>ridad anual, y de ser un referente en <strong>la</strong><br />

investigación de <strong>la</strong> historia militar españo<strong>la</strong>, especialmente en su faceta bélica,<br />

para hacer honor a los caídos en combate, en consonancia con los objetivos de<br />

<strong>la</strong> Fundación Cultural Isto<strong>la</strong>cio, particu<strong>la</strong>rmente d<strong>el</strong> último, y que a título de<br />

recordatorio se citan a continuación:<br />

Fomentar <strong>la</strong> conservación, vigi<strong>la</strong>ncia y ornato de los cementerios o<br />

tumbas de combatientes españoles o bajo Bandera de España, caídos en lucha,<br />

sin distinción de época, lugar, credo o ideología.<br />

Confeccionar y actualizar <strong>el</strong> catálogo de estas tumbas y cementerios.<br />

Realizar y fomentar <strong>la</strong>s investigaciones históricas sobre los citados cementerios<br />

o tumbas, y sus protagonistas.<br />

Promocionar y realizar publicaciones o actividades científicas, educativas<br />

y culturales.<br />

Los fines fundacionales se rigen por un criterio ancestrales en nuestros<br />

ejércitos de distinguir dos tipos de bajas en campaña:<br />

En acción: que incluye los muertos por hierro y fuego enemigo, o a<br />

resultas de él. También se considera a los desaparecidos sobre <strong>el</strong> campo de batal<strong>la</strong>,<br />

que no se documentaron posteriormente fueran prisioneros, desertores etc.<br />

Por <strong>la</strong>s penalidades de <strong>la</strong> campaña: que incluye enfermedades,<br />

accidentes, sed, frío, agotamiento, etc. Muchas veces estas secue<strong>la</strong>s salen<br />

mucho tiempo después y otras es difícil diferenciar entre causas naturales o<br />

producidas por <strong>la</strong> campaña.<br />

Somos conscientes, no obstantes, de <strong>la</strong>s limitaciones de toda c<strong>la</strong>sificación,<br />

y de que los que causaron baja por penalidades de <strong>la</strong>s campañas, y no en<br />

acción, es de justicia <strong>el</strong> reconocimiento de su abnegación y sacrificio. Pero,<br />

entre otras razones, ya <strong>la</strong> documentación numérica y nominal de los caídos en<br />

acción es una <strong>la</strong>bor suficientemente ingente para limitarnos a estos parámetros.<br />

Desde estas líneas animamos, a cuantos lo deseen, que amplíen <strong>el</strong> abanico de<br />

nuestros caídos, para lo que contarán con nuestro aliento y apoyo.<br />

Como decíamos al principio, para conseguir editar una <strong>revista</strong> de<br />

investigación sobre <strong>la</strong> historia militar de España, se ha reforzado <strong>el</strong> consejo<br />

editorial con historiadores de solvencia reconocida, y <strong>la</strong>s calidades de <strong>la</strong><br />

edición, especialmente <strong>la</strong>s calidades de <strong>la</strong>s imágenes y d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong>. Los trabajos<br />

publicados serán inéditos y se s<strong>el</strong>eccionarán siguiendo un sistema científico,<br />

lo más objetivo posible, haciendo más hincapié en <strong>el</strong> dato, en <strong>el</strong> hecho,<br />

histórico que en <strong>la</strong> conducta política de los actores, siempre susceptible de<br />

especu<strong>la</strong>ciones tendenciosas.<br />

Es posible que algunos sectores de <strong>la</strong> sociedad, y de <strong>la</strong> administración,<br />

hayan pretendido etiquetarnos con algunas opciones políticas concretas. Nada<br />

más lejos de <strong>la</strong> realidad y de nuestras intenciones. So<strong>la</strong>mente pretendemos ser<br />

unos españoles agradecidos.<br />

Tampoco queremos sup<strong>la</strong>ntar <strong>la</strong>s funciones de <strong>la</strong> administración d<strong>el</strong> estado,<br />

sino sencil<strong>la</strong>mente co<strong>la</strong>borar, apoyar<strong>la</strong> o llegar hasta donde <strong>el</strong><strong>la</strong> no quiera o no<br />

pueda alcanzar. En principio y por razones funcionales, <strong>el</strong> período histórico de<br />

<strong>la</strong>s publicaciones sobre historia militar se van a partir temporalmente a partir<br />

d<strong>el</strong> año 711, que con <strong>la</strong> invasión árabe dio principio a <strong>la</strong> grandiosa epopeya de<br />

nuestra Reconquista, y en lo se tratará de centrar cada nuevo número en una<br />

guerra o campaña concreta, dándole un carácter monográfico.<br />

PUBLICACIÓN ANUAL<br />

2ª ÉPOCA - nº 6<br />

AÑO 2009<br />

Director<br />

MIGUEL BALLENILLA Y<br />

GARCÍA DE GAMARRA<br />

Consejo de Redacción<br />

SALVADOR FONTENLA<br />

BALLESTA<br />

JUAN ANTONIO GÓMEZ<br />

MARTÍNEZ<br />

JOSÉ MARÍA MANRIQUE<br />

GARCÍA<br />

GUILLERMO ROCAFORT<br />

PÉREZ<br />

Publica<br />

FUNDACIÓN CULTURAL<br />

ISTOLACIO<br />

Navas d<strong>el</strong> Rey, 51-B-dcha.<br />

28011 - MADRID<br />

T<strong>el</strong>. 91 5090696<br />

www.isto<strong>la</strong>cio.org<br />

Edita<br />

EDITORIAL<br />

FAJARDO EL BRAVO S.L.<br />

Tf. y Fax: +34 968 477 481<br />

Carretera de Granada, 2<br />

Edificio Algimia, 1C<br />

30800 - Lorca - Murcia<br />

www.editorialfajardo<strong>el</strong>bravo.es<br />

Cubierta<br />

JUAN CARLOS<br />

GÓMEZ PALLARÉS<br />

Maquetación<br />

MAR MÁLAGA GARCÍA<br />

ISSN 1139-1464<br />

Dep.Legal MA-1682/2002<br />

Imprime<br />

INDUSTRIAS GRÁFICAS<br />

NOVOARTE S.L.<br />

IMPRESO EN ESPAÑA<br />

Printed in Spain


LA PÉRDIDA DE LA GOLETA<br />

EN EL AÑO 1574<br />

Salvador Fonten<strong>la</strong> Ballesta<br />

Doctor por <strong>la</strong> Universidad Complutense de Madrid<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La victoria de <strong>la</strong> batal<strong>la</strong> de Lepanto en 1571 no supuso, en contra de lo que<br />

generalmente se cree, una batal<strong>la</strong> decisiva sobre <strong>el</strong> imperio turco, pues tres<br />

años después fue capaz de recuperar <strong>la</strong> importante p<strong>la</strong>za de Túnez en <strong>el</strong><br />

Mediterráneo occidental, en poder de los españoles desde que <strong>la</strong> conquistara<br />

Carlos I, en persona, en <strong>el</strong> año 1535.<br />

La obra L´At<strong>la</strong>s de Broun está escrita en <strong>la</strong>tín en <strong>el</strong> año 1575, tiene un<br />

grabado sobre <strong>la</strong> conquista de Túnez por los turcos en <strong>el</strong> año 1574. La<br />

proximidad de <strong>la</strong> edición con <strong>el</strong> hecho que dibuja proporciona a este<br />

grabado un valor histórico de primera mano que a continuación pasamos<br />

a analizar.<br />

El grabado va acompañado por una crónica titu<strong>la</strong>da Crónica de <strong>la</strong> conquista<br />

de Túnez y otras ciudades, que hace una somera descripción de <strong>la</strong> toma de<br />

Túnez por Carlos I, en 1536, y posterior recuperación por los turcos, en 1574,<br />

por Uchaly jefe d<strong>el</strong> ejército turco. Los detalles y <strong>la</strong> exactitud d<strong>el</strong> terreno y<br />

obras de fortificación representadas evidencia una información, gráfica o por<br />

referencias, de gran calidad. El grabado narra de forma diacrónica los aspectos<br />

más notables d<strong>el</strong> asedio.<br />

Uchaly, Uluch Alí, Ochali le denomina Cervantes (1969, 568) , al parecer<br />

con <strong>el</strong> significado en turco de Renegado Tiñoso. Nació en <strong>el</strong> sur de Ca<strong>la</strong>bria,<br />

y fue cautivado cuando tenía 20 años por los turcos. Pasó 14 años como<br />

esc<strong>la</strong>vo galeote hasta que se hizo musulmán. Medró como arraez corsario. Fue<br />

rey de Arg<strong>el</strong> en <strong>el</strong> año 1568. Participó en <strong>la</strong> batal<strong>la</strong> de Lepanto donde se retiró<br />

salvando parte de <strong>la</strong> armada otomana. Murió en Estambul en 1587.<br />

Los datos aportados por <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s de Broun los contrastaremos<br />

fundamentalmente con <strong>la</strong>s informaciones aportadas en <strong>la</strong>s siguientes obras:<br />

Historia de <strong>la</strong> vida y hechos d<strong>el</strong> emperador Carlos d<strong>el</strong> obispo Prudencio<br />

Sandoval, testigo de <strong>la</strong> toma de Túnez por <strong>el</strong> rey Carlos I, en 1535.<br />

La batal<strong>la</strong> naval d<strong>el</strong> señor D. Juan de Austria de autor anónimo y muy bien<br />

informado, que lo escribió poco después d<strong>el</strong> último hecho re<strong>la</strong>tado, que es<br />

3


4<br />

precisamente <strong>el</strong> que nos afecta (Anónimo 1971, XVII). Este cronista anónimo<br />

recabó información de primera mano pero no fue testigo de los hechos que<br />

narraba, pero <strong>el</strong> grabador por los detalles y exactitud de sus dibujos fue<br />

conocedor d<strong>el</strong> paisaje y de <strong>la</strong>s fortalezas, aunque no de <strong>la</strong> acción que narra.<br />

Libro de cassos impensados, pérdidas y levantamientos de reyes de Turkía,<br />

y de lo que mobió al Gran Turco S<strong>el</strong>im Segundo octomagno a mandar su<br />

Armada a <strong>la</strong> recuperación de <strong>la</strong> fuerça de La Goleta y reyno de Tunes, y de con<br />

que potencia y astucia lo recobró. Y de un notable discurso de <strong>la</strong> muerte d<strong>el</strong><br />

mismo Gran Turco S<strong>el</strong>im y subcession de su hijo Morato Primero octomagno,<br />

con lo de otras cossas de gustosa lectura. Compuesto en cinco cantos de octava<br />

rima por un soldado de los particu<strong>la</strong>res que se perdieron en La Goleta<br />

(Constantinop<strong>la</strong> 1576). Obra de Alonso de Sa<strong>la</strong>manca, soldado particu<strong>la</strong>r que<br />

sirvió 25 años en <strong>la</strong> Goleta, participante activo y testigo presencial de los sucesos<br />

que describe, donde fue cautivado y permaneció durante dos años como esc<strong>la</strong>vo<br />

en Constantinop<strong>la</strong>, donde pudo ampliar más su información con los otros<br />

soldados prisioneros y de renegados cristianos que combatieron en <strong>el</strong> bando<br />

turco. Se evadió <strong>el</strong> 3 de enero de 1576, según <strong>el</strong> mismo re<strong>la</strong>ta, en Alejandría.<br />

Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón: Re<strong>la</strong>ción de sucesos de <strong>la</strong> Goleta y Túnez. 1574. Este<br />

ilustre militar (1508 – 1580) fue <strong>el</strong> jefe responsable de <strong>la</strong> defensa de Túnez y<br />

de supervisar <strong>la</strong> realización d<strong>el</strong> nuevo fuerte en 1573. Fue capturado por los<br />

turcos en La Goleta 1 .<br />

Juan de Zanoguera. Re<strong>la</strong>ción de lo que don Juan de Zamoguerra ha visto<br />

y entendido en <strong>la</strong> Goleta , en <strong>el</strong> fuerte de Túnez y en <strong>la</strong> is<strong>la</strong> de Santiago. Se<br />

conserva en <strong>el</strong> Archivo General de Simancas. Zanoguera fue jefe de <strong>la</strong> is<strong>la</strong><br />

Santiago en <strong>el</strong> Estaño, capituló <strong>el</strong> 17 de septiembre después de haberse perdido<br />

<strong>el</strong> fuerte de Túnez, partiendo embarcado y libre <strong>el</strong> 20 de septiembre<br />

Cervantes que tuvo información de primera mano, por compartir galeote<br />

banco en <strong>la</strong> misma galera con <strong>el</strong> alférez Pedro de Agui<strong>la</strong>r, prisionero en <strong>el</strong><br />

fuerte nuevo de Túnez, información que reflejó en su obra d<strong>el</strong> Quijote. Pedro<br />

de Agui<strong>la</strong>r fue también poeta, escribió dos versos sobre <strong>el</strong> fuerte y La Goleta.<br />

Escapó, alcanzando <strong>la</strong> libertad estando de esc<strong>la</strong>vo en Constantinop<strong>la</strong> 2 .<br />

DESCRIPCIÓN DEL TERRENO Y DE LOS FUERTES<br />

La descripción d<strong>el</strong> territorio por Sandoval 3 en 1535, seña<strong>la</strong> que <strong>la</strong> lengua<br />

estrecha de tierra, entre <strong>el</strong> <strong>la</strong>go y <strong>el</strong> mar, tenía una anchura de un tiro de piedra,<br />

y era l<strong>la</strong>na y arenosa. La parte norte d<strong>el</strong> <strong>la</strong>go, hacia <strong>la</strong>s ruinas de Cartago, era


una tierra de olivos, higueras, naranjos y otros árboles, arbo<strong>la</strong>do que ya no<br />

constan en <strong>el</strong> At<strong>la</strong>s de 1575, porque seguramente ya estaban ta<strong>la</strong>dos después<br />

de 40 años de conflictos. La parte sur d<strong>el</strong> <strong>la</strong>go, sin embargo, era áspera y<br />

montuosa, si bien junto al <strong>la</strong>go había un camino ancho y l<strong>la</strong>no.<br />

Cita <strong>la</strong> crónica anónima dos núcleos de pob<strong>la</strong>ción diferenciados, <strong>la</strong> ciudad<br />

de Túnez y <strong>el</strong> Burgo, cuyos habitantes moros eran entre sí grandes enemigos 4 .<br />

El Burgo deben ser <strong>la</strong>s casas dispersas con palmeras representadas extramuros<br />

de Túnez, en <strong>la</strong> parte izquierda d<strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s.<br />

Dibuja también <strong>el</strong> At<strong>la</strong>s <strong>la</strong>s ruinas de un antiguo acueducto, descritas como<br />

<strong>la</strong>s ruinas de Cartagena <strong>la</strong> Vieja, que estaba a 4 mil<strong>la</strong>s por <strong>el</strong> sur 5 , que<br />

corresponden a <strong>la</strong>s de <strong>la</strong> antigua Cartago.<br />

Lago d<strong>el</strong> Estaño<br />

El <strong>la</strong>go d<strong>el</strong> Estaño tenía unas dimensiones de 12 mil<strong>la</strong>s de <strong>la</strong>rgo por 9 de<br />

ancho, de poco fondo y muchos bajíos, que se podía vadear por un hombre de<br />

buena estatura 6 , lo que facilitaba <strong>la</strong> comunicación entre los fuertes de Túnez y<br />

de <strong>la</strong> Goleta. Surcando <strong>el</strong> <strong>la</strong>go se tardaba menos de tres horas, mientras que <strong>el</strong><br />

viaje por tierra requería cuatro horas.<br />

El <strong>la</strong>go recibía <strong>la</strong> lluvia que caía sobre <strong>la</strong> ciudad de Túnez, así como sus<br />

aguas residuales 7 .<br />

Is<strong>la</strong> d<strong>el</strong> Estaño<br />

Pequeña is<strong>la</strong> situada a tres mil<strong>la</strong>s de Túnez y a seis de <strong>la</strong> Goleta, l<strong>la</strong>mada<br />

is<strong>la</strong> de Santiago o Chekli. Estuvo en esta acción bajo <strong>el</strong> mando de Juan de<br />

Zanoguera 8 .<br />

Antiguamente so<strong>la</strong>mente tenía una torrecil<strong>la</strong> cuadrada de piedra, a manera<br />

de ata<strong>la</strong>ya, pero posteriormente fue ampliada en forma de fuerte con sus<br />

cortinas y cuatro baluartes medianos, donde había en cada uno dos o tres piezas<br />

de artillería con que barrían todo <strong>el</strong> Estaño dos mil<strong>la</strong>s alrededor. La<br />

representación de este fuerte, en <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s, es muy esquemática,<br />

con una torre circu<strong>la</strong>r y a su alrededor una mural<strong>la</strong> también circu<strong>la</strong>r, cada una<br />

artil<strong>la</strong>da con un cañón haciendo fuego sobre tierra firme.<br />

Esta is<strong>la</strong> se entregó por capitu<strong>la</strong>ción, una vez perdidos los fuertes de Túnez<br />

y de <strong>la</strong> Goleta 9 .<br />

La ciudad de Túnez<br />

La ciudad de Túnez estaba amural<strong>la</strong>da, con un trazado irregu<strong>la</strong>r,<br />

seguramente adaptándose al terreno, torreada y con un baluarte poligonal en<br />

5


6<br />

<strong>la</strong> parte más oriental. Tenía sendas puertas, en <strong>la</strong> parte exterior y junto a los<br />

lienzos de mural<strong>la</strong> que unen <strong>la</strong> ciudad de Túnez con <strong>el</strong> Fuerte Nuevo.<br />

El lienzo de <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> de Túnez que miraba al fuerte nuevo estaba<br />

derribada 10 , como efectivamente se ve en <strong>el</strong> grabado, para evitar agresiones<br />

impunes desde <strong>la</strong> ciudad contra <strong>el</strong> fuerte ocupado por los españoles. El p<strong>la</strong>no<br />

de Simancas (MPD XI-12) se observan todavía levantadas <strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s de<br />

Túnez frente al Fuerte Nuevo, lo que indica que este p<strong>la</strong>no se hizo antes de que<br />

fuesen derruidas.<br />

El Fuerte Nuevo<br />

Se determinó para conservar <strong>la</strong> ciudad de Túnez hacer un fuerte nuevo, con<br />

capacidad para 8000 personas, fuera de los muros de <strong>la</strong> ciudad, junto al <strong>la</strong>go<br />

Estaño para que pudiera ser socorrido con barcas en tiempos de necesidad 11 .<br />

La fortificación corrió a cargo de Cerb<strong>el</strong>lón, que lo hizo a imitación de <strong>la</strong><br />

ciudade<strong>la</strong> de Anverpiana.<br />

La crónica anónima describe <strong>la</strong> construcción de nuevo fuerte, o fuerte de<br />

Túnez, entre <strong>la</strong> ciudad de Túnez y <strong>el</strong> Estaño, de doble tamaño que <strong>el</strong> fuerte<br />

nuevo de <strong>la</strong> Goleta 12 , y que <strong>el</strong> grabado denomina Nova Arx. Todas <strong>la</strong>s<br />

narraciones coinciden en su descripción:<br />

Seis baluartes, con dos cortinas hacia <strong>el</strong> Estaño.<br />

Los nombres de los baluartes según <strong>el</strong> grabado son: Serbillone (suroeste),<br />

Sa<strong>la</strong>zar (oeste), San Jacobo (norte), Austria (este), San Juan (sureste) y Doria (sur).<br />

El fuerte estaba artil<strong>la</strong>do con 60 piezas de artillería gruesa 13 .<br />

Los hombres trabajaron en su construcción tres horas diarias, cuando no<br />

estaban vigi<strong>la</strong>ndo, pero <strong>la</strong> obra no estuvo terminada cuando arribó <strong>la</strong> flota<br />

turca. La mural<strong>la</strong> que miraba a Túnez tenía una caña más bajo de lo que<br />

debería, <strong>la</strong>s dos cortinas contiguas una caña y media menos, y <strong>la</strong> que daba al<br />

Estaño dos cañas menos 14 . La caña fue una medida de longitud usada en<br />

Cataluña, con una medida de 0,775 m <strong>la</strong> media caña 15 . Una caña equivalía a 2<br />

varas 16 y una vara de Castil<strong>la</strong> valía 0,835 m 17 . La observación de Contreras era<br />

muy aproximada, con un error de 12 cm. Entonces <strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s d<strong>el</strong> fuerte de<br />

Túnez tenía entre 1,5 y 3 metros menos de lo que deberían tener. El grabado<br />

d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s no recoge estas menores alturas de <strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s.<br />

Tampoco estaba acabado ningún foso, y <strong>el</strong> que miraba al Estaño no estaba<br />

ni comenzado 18 . Anomalías que tampoco se observa en <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s,<br />

que si representa <strong>el</strong> terraplenado, dentro d<strong>el</strong> cual se levantan edificaciones y<br />

sobre <strong>el</strong> que se levanta <strong>el</strong> muro.


El p<strong>la</strong>no que se conserva en <strong>el</strong> Archivo General de Simancas de este fuerte,<br />

realizado en los años 1573 – 1574 (MPD XI-12). Coincide con <strong>la</strong> descripción<br />

anónima y <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s. Tres mural<strong>la</strong>s unen <strong>el</strong> fuerte, desde <strong>el</strong> foso, con<br />

<strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s de <strong>la</strong> ciudad de Túnez.. Una mural<strong>la</strong> formada por tres lienzos en<br />

zigzag, en<strong>la</strong>za con <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> de Túnez por <strong>el</strong> sur. Por <strong>el</strong> norte dos líneas de<br />

mural<strong>la</strong>s lo unen también con <strong>la</strong>s de Túnez; una interior, más corta y formando<br />

un ángulo; y otra exterior poligonal. El At<strong>la</strong>s muestra <strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s anteriores,<br />

pero con <strong>la</strong>s siguientes diferencias:<br />

Sur. Representa otra mural<strong>la</strong> exterior, que sale d<strong>el</strong> foso junto al <strong>la</strong>go, y llega<br />

hasta una <strong>el</strong>evación intermedia, antes de llegar a Túnez, y está guarnecida por<br />

tropas españo<strong>la</strong>s. La mural<strong>la</strong> interior coincide con <strong>el</strong> p<strong>la</strong>no de Simancas.<br />

Norte. La mural<strong>la</strong> interior corta, es recta sin presentar ningún ángulo. La<br />

exterior no sale d<strong>el</strong> foso entre los dos baluartes sino también d<strong>el</strong> foso junto al<br />

<strong>la</strong>go, y no está tampoco cerrado. Está, sin embargo artil<strong>la</strong>do, tiene guarnición<br />

de tropas junto al <strong>la</strong>go y a su amparo se mueven fuerzas españo<strong>la</strong>s.<br />

Las discrepancias entre ambos p<strong>la</strong>nos, hay que comprender<strong>la</strong>s en que <strong>el</strong> de<br />

Simancas es un p<strong>la</strong>no teórico, y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s era <strong>el</strong> real de lo construido cuando<br />

se desarrol<strong>la</strong>ba <strong>la</strong> acción, y más esquemático<br />

La guarnición d<strong>el</strong> fuerte de Túnez, según Sa<strong>la</strong>manca, fue inicialmente de<br />

6000, quedando después de los refuerzos a <strong>la</strong> Goleta con 3200, mitad españoles<br />

y <strong>la</strong> otra mitad italianos y de otras naciones. So<strong>la</strong>mente fueron hechos<br />

prisioneros 400 y <strong>el</strong> resto perecieron en los combates.<br />

La torre d<strong>el</strong> Agua<br />

La torre d<strong>el</strong> Agua ya existía en <strong>el</strong> año 1535 (otros autores <strong>la</strong> denominan torre de<br />

Bizerta), y estaba guarnecida por una Bandera de 200 hombres 19 . Había otra torre<br />

denominada de Sal 20 , ya desaparecida en 1575.<br />

A <strong>la</strong> derecha d<strong>el</strong> fuerte de La Goleta, más allá de <strong>la</strong> Torre d<strong>el</strong> Agua, hay,<br />

dibujada en <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s, una fosa que une <strong>el</strong> mar con <strong>el</strong> Estaño, con<br />

dos puentes que aparentemente impiden <strong>el</strong> paso de barcos. El foso tiene <strong>el</strong><br />

nombre de Fossa Tran.<br />

Junto al mar, y <strong>la</strong> fosa Tran, hay dibujados en <strong>el</strong> grabado cuatro brocales de<br />

pozo, con <strong>la</strong> leyenda <strong>la</strong>tina Putei Antiqae.<br />

EL FUERTE DE LA GOLETA<br />

La Goleta significa garganta o canal por <strong>el</strong> que entran los barcos en ciertos<br />

puertos o días. Sandoval 21 dice que en árabe se dice Alcav<strong>el</strong>, con <strong>el</strong> significado<br />

de goleta o cu<strong>el</strong>lo.<br />

7


8<br />

La Goleta se componía de dos fuertes, uno dentro de otro. La Goleta Vieja<br />

en su interior y <strong>la</strong> Goleta Nueva que <strong>la</strong> ceñía 22 . La Goleta Vieja fue construida<br />

tras <strong>la</strong> conquista de Túnez d<strong>el</strong> año 1535, y constaba de un cuerpo central<br />

cuadrado y cuatro bastiones. Este fuerte quedó incluido dentro de <strong>la</strong> nueva<br />

fortificación, que F<strong>el</strong>ipe II encargó al ingeniero italiano Fratino en 1565, y que<br />

estaba provisto de seis bastiones.<br />

La crónica anónima 23 describe que <strong>el</strong> fuerte de La Goleta estaba situado en <strong>la</strong><br />

parte más estrecha de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ya entre <strong>el</strong> mar y <strong>el</strong> Estaño, y que por dentro de La<br />

Goleta pasaba un canal que, unía <strong>el</strong> mar y <strong>el</strong> Estaño, por <strong>el</strong> que pasaban barcas.<br />

El Fuerte de Barbarroja en 1535<br />

Cuando <strong>la</strong>s fuerzas de desembarco hispanas llegaron ante Túnez, en <strong>el</strong><br />

año 1535, ya existía un fuerte en <strong>el</strong> citado lugar, en manos d<strong>el</strong> corsario<br />

Barbarroja. Después de <strong>la</strong> conquista fue reconstruido por los españoles.<br />

El fuerte lo formaba una torre cuadrada de gruesas paredes de <strong>la</strong>drillo, de<br />

60 pasos de ancho por 65 de <strong>la</strong>rgo. Su puerta miraba al <strong>la</strong>go d<strong>el</strong> Estaño y a<br />

Túnez 24 . Tenía cuatro torreones hechos en <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> en forma de cubos. Uno<br />

que estaba en una esquina, salía un rev<strong>el</strong>lín de argamasa, con almenas,<br />

andamio y mu<strong>el</strong>le, de 12 pasos de ancho por 150 de <strong>la</strong>rgo, y llegaba hasta unas<br />

peñas donde estaba <strong>el</strong> desembarcadero. El torreón que miraba al norte y se<br />

juntaba con <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> de levante, salía <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> nueva, con sus troneras<br />

contra <strong>el</strong> mar. Tenía una buena cisterna en <strong>el</strong> centro 25 .<br />

Barbarroja hizo un puente muy ancho sobre <strong>el</strong> canal, que pasaba por dentro<br />

de <strong>la</strong> Goleta, hacia <strong>la</strong> parte d<strong>el</strong> mar, para uso de los que <strong>la</strong> defendían y para<br />

pasar <strong>la</strong> artillería de una parte a otra (Sandoval 1955, 504 a 506). También<br />

excavó dos fosos:<br />

Un foso hondo, que cebaba agua d<strong>el</strong> mar y d<strong>el</strong> <strong>la</strong>go, al pie <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> de<br />

circunstancias que levantó desde <strong>la</strong> torre de <strong>la</strong> Goleta hasta <strong>la</strong> torre d<strong>el</strong> Agua 26 .<br />

Un canal de hasta 300 pasos y de 15 a 16 de anchura, con un puente de<br />

madera fácil de quitar y de poner. Con gruesas paredes de una y otra parte 27 .<br />

La Goleta Vieja<br />

La Goleta Vieja era una pequeña p<strong>la</strong>za cuadrada con un foso alrededor,<br />

hecha con mural<strong>la</strong> fortísima, con cuatro torreones a los <strong>la</strong>dos y un caballero<br />

dentro para descubrir y defender <strong>la</strong> campaña 28 . El grabado da nombre a los<br />

cuatro torreones: San Ambrosio, San Jacobo, San Jorge y Santa Bárbara.<br />

La cisterna de este fuerte fue hecha por un especialista veneciano,<br />

contratado en 1562, que cobró 100 escudos al mes, y 6 su ayudante, además<br />

de los gastos d<strong>el</strong> viaje de ida y vu<strong>el</strong>ta 29 .


La Goleta Nueva<br />

La Goleta nueva ceñía a <strong>la</strong> vieja por tres partes, <strong>la</strong> parte que no estaba<br />

rodeada era <strong>la</strong> que daba al mar, porque no se temía p<strong>el</strong>igro por aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> parte 30 .<br />

El grabado muestra como efectivamente <strong>la</strong> mural<strong>la</strong> de La Goleta Nueva se<br />

unen a <strong>la</strong> vieja en esa parte. La Goleta Nueva tenía dos puertas y seis baluartes:<br />

San Martín, San F<strong>el</strong>ipe, San Pedro, San Id<strong>el</strong>fonso, Sanjuán y San Ambrosio 31 .<br />

Siendo <strong>el</strong> baluarte de San Martín era <strong>el</strong> más próximo al mar abierto.<br />

Las obras fueron hechas por Fratin mote, con <strong>el</strong> significado de Frailecillo, de<br />

Jácome Palearo o Paleazzo. Estas obras no debieron ser muy consistentes, como<br />

comenta Cervantes en su Quijote 32 : Todo aqu<strong>el</strong>lo que había quedado en pie de <strong>la</strong><br />

fortificación nueva que había hecho Fratin con mucha facilidad se vino abajo.<br />

Según una re<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong> Berbería que hizo <strong>el</strong> soldado español Rem<strong>el</strong><strong>la</strong>do<br />

(conservado <strong>el</strong> Archivo General de Simancas, legajo 1144, documento 89) en<br />

julio de 1575, <strong>el</strong> fuerte tenía dos cisternas denominadas de Los Leones y d<strong>el</strong><br />

Castillo, con buena agua de <strong>la</strong> que se surtían los baj<strong>el</strong>es. Tuvo también una<br />

iglesia con una imagen de <strong>la</strong> Virgen (Sa<strong>la</strong>manca).<br />

La leyenda que acompaña a un grabado de <strong>la</strong> toma de La Goleta por los turcos,<br />

cita una mina hecha en <strong>el</strong> castillo por Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón 33 .<br />

El fuerte estaba artil<strong>la</strong>do con 200 piezas, entre grandes y pequeñas 34 .<br />

EL EJÉRCITO TURCO<br />

El grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s diferencia a los soldados cristianos de los turcos,<br />

porque estos están cubiertos por bonete y turbante. Los jenízaros no están<br />

representados específicamente en <strong>el</strong> grabado, a pesar de que eran <strong>la</strong>s tropas de<br />

<strong>el</strong>ite d<strong>el</strong> imperio otomano se caracterizaban por un gorro tubu<strong>la</strong>r a<strong>la</strong>rgado. Las<br />

compañías turcas de piqueros llevan banderas con medias lunas, y portaban<br />

escudos ovales, adornados también con una media luna en <strong>el</strong> centro.<br />

Las compañías cristianas armadas con picas, llevan banderas con <strong>la</strong> cruz de<br />

San Andrés, y se destacan los sargentos mayores dotados con una pica.<br />

La Flota Turca<br />

Según <strong>la</strong> crónica anónima 35 <strong>la</strong> armada turca estaba compuesta por 318<br />

navíos, 273 galeras, 14 mahonas, 13 naves, 18 galeotas. Según <strong>la</strong> autobiografía<br />

d<strong>el</strong> soldado Jerónimo de Pasomonte, que participó en <strong>la</strong> jornada <strong>la</strong> armada<br />

turca era de 300 galeras y 20 galeazas (320 navíos), seguramente <strong>la</strong><br />

información de <strong>la</strong> crónica anónima sea más precisa y Pasamonte escribe<br />

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galeaza, galera grande fuertemente artil<strong>la</strong>da, por galeota. Según Sa<strong>la</strong>manca,<br />

también testigo presencial fueron 330 navíos, y más de 120.000 combatientes<br />

turcos y moros, con <strong>la</strong> siguiente distribución 270 galeras, 16 mahonas, 13<br />

naves, 30 galeotas gruesas fieras. En realidad todas <strong>la</strong>s fuentes coinciden<br />

prácticamente en <strong>la</strong> entidad y calidad de <strong>la</strong> flota, y lo más seguro es que fuera<br />

variable a lo <strong>la</strong>rgo d<strong>el</strong> asedio.<br />

La galera era un buque de remos que se empleó en <strong>el</strong> Mediterráneo, desde<br />

<strong>el</strong> siglo IX al XVIII, con una eslora de ocho veces <strong>la</strong> manga 36 . Las galeras<br />

ordinarias tenían de 24 a 26 bancos de remos 37 . Galeota era una galera menor<br />

sin castillo de proa, con un solo remo en cada banco, manejado también por<br />

un único remero, aunque también pudieron tener 15 remos por banda, en los<br />

que bogaban dos hombres en cada uno 38 .<br />

Todas <strong>la</strong>s galeras turcas representadas en <strong>el</strong> At<strong>la</strong>s tienen un solo palo y ve<strong>la</strong><br />

<strong>la</strong>tina, como fue habitual hasta <strong>el</strong> siglo XVII 39 . El espolón lo tienen a <strong>la</strong> altura<br />

de <strong>la</strong> cubierta para servir de puente para <strong>el</strong> abordaje. Según Pérez de Hita 40 , que<br />

p<strong>el</strong>eó en <strong>la</strong> guerra contra los moriscos, entre 1569 y 1571, <strong>la</strong> galeras turquescas<br />

tenían <strong>la</strong>s entenas muy bajas, en sus puntas unas banderil<strong>la</strong>s b<strong>la</strong>ncas y azules,<br />

pintadas medias lunas, <strong>la</strong>s arrumbadas o castillos de proa y remos pintados<br />

totalmente de colorado.<br />

El montaje artillero en <strong>la</strong>s galeras consistía en montar cañones a proa, en<br />

condiciones de disparar so<strong>la</strong>mente en esa dirección apuntando con <strong>el</strong> barco,<br />

a<strong>la</strong>rgando <strong>la</strong> acción d<strong>el</strong> espolón 41 , como se observa perfectamente en <strong>el</strong><br />

grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s. Todas <strong>la</strong>s galeras representadas tienen entre 14 y 20 bancos<br />

por banda, en dos fi<strong>la</strong>s de remos separadas a <strong>la</strong> altura d<strong>el</strong> mástil, llevan un<br />

fanal rematado por una media luna, y algunas con media luna y estr<strong>el</strong><strong>la</strong> en <strong>el</strong><br />

centro. Parece ser que <strong>el</strong> grabado representa so<strong>la</strong>mente galeotas, que estaban<br />

más próximas a <strong>la</strong> costa. Se observa en una <strong>la</strong> decoración de <strong>la</strong> toldil<strong>la</strong> con<br />

media luna y estr<strong>el</strong><strong>la</strong>, y en <strong>la</strong> banda alternando media luna y estr<strong>el</strong><strong>la</strong>. Las<br />

galeotas que están desembarcando o haciendo fuego tienen <strong>la</strong>s ve<strong>la</strong>s arriadas,<br />

mientras tres que se están aproximando llevan izadas ve<strong>la</strong>s <strong>la</strong>tinas, una de <strong>el</strong><strong>la</strong>s<br />

decorada con media luna y estr<strong>el</strong><strong>la</strong>. Los galeotes llevan <strong>la</strong> cabeza descubierta,<br />

y en algunas se seña<strong>la</strong> al arraez, de<strong>la</strong>nte de <strong>la</strong> toldil<strong>la</strong>.<br />

Hay cinco barcazas descargando gente y carga en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>yas. La parte<br />

central una barca se dirige a <strong>la</strong> costa, portando una gran bandera con tres<br />

medias lunas en diagonal, posiblemente representa <strong>el</strong> desembarco de un gran<br />

jefe turco (¿Uchaly?) procedente desde una galera fuera d<strong>el</strong> dibujo,<br />

seguramente de tres fanales, distintivo de <strong>la</strong> autoridad embarcada. Así


conocemos que <strong>la</strong> galeota de Said Mami de Trípoli, a principios d<strong>el</strong> siglo XVII,<br />

tenía un estandarte verde con tres medias lunas, que llegaba al agua 42 .<br />

El Campo Atrincherado Turco<br />

El ejército de desembarco turco estaba mandado por <strong>el</strong> Pachá Sinán.<br />

Contaron con <strong>la</strong> co<strong>la</strong>boración de Zitolomini, ayudante de ingeniero, que había<br />

trabajado en La Goleta, que después renegó y se fue con los turcos, ayudándoles<br />

en <strong>la</strong> toma de <strong>la</strong> Goleta y construyó otras fortificaciones para <strong>el</strong>los 43 .<br />

Los turcos construyeron una trinchera, con arena y olivos, más alta que los<br />

muros de <strong>la</strong> Goleta, por <strong>la</strong> parte de Cartago, y tan cerca que pudieron batir<br />

cómodamente los muros d<strong>el</strong> fuerte. Montaron cuatro baterías, con un total de 55<br />

cañones, 3 basiliscos y dos trabucos. El At<strong>la</strong>s coincide con este datos, pues según<br />

él los turcos contaron con 60 máquinas de guerra, que colocadas en doble orden<br />

batió sin parar los muros de <strong>la</strong>s dos fortalezas, hasta que abatieron defensas y<br />

mural<strong>la</strong>. Este campo tiene <strong>el</strong> rótulo val<strong>la</strong> y fosa turca, en <strong>el</strong> grabado.<br />

Cervantes 44 narra que los turcos levantaron con facilidad sus trincheras,<br />

porque allí normalmente a dos palmos de profundidad se encontraba agua,<br />

pero los turcos no <strong>la</strong> hal<strong>la</strong>ron a dos varas; y así, con muchos sacos de arena<br />

levantaron <strong>la</strong>s trincheras tan altas, sobrepujaron <strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s de La Goleta, y<br />

pudieron tirar a caballero.<br />

La primera batería estuvo frente al baluarte de San Martín, al mando d<strong>el</strong><br />

propio bajá Sinán; <strong>la</strong> segunda frente al baluarte de San F<strong>el</strong>ipe, al mando de<br />

Uchaly; <strong>la</strong> tercera metida en <strong>el</strong> Estaño, al mando de Hasán (renegado veneciano);<br />

y <strong>la</strong> cuarta en <strong>la</strong> banda de Arraez, ocupando todo <strong>el</strong> espacio entre <strong>el</strong> mar y <strong>el</strong><br />

Estaño, al mando de Arrabhamat, también renegado veneciano y en aqu<strong>el</strong><br />

momento bey de Mestri 45 .<br />

Uchaly ocupaba <strong>la</strong> batería central, pero <strong>el</strong> más batido era <strong>el</strong> d<strong>el</strong> baluarte<br />

de San Martín que recibía fuego frontal desde tierra y de f<strong>la</strong>nco desde <strong>la</strong>s<br />

galeotas. La presencia de Uchaly puede estar representada por una gran<br />

bandera sobre <strong>la</strong> mural<strong>la</strong>.<br />

El 20 de julio montaron otro campo, por <strong>la</strong> parte de Arraez, con trincheras<br />

menos altas que <strong>la</strong>s de <strong>la</strong> parte de Cartago, con <strong>el</strong> solo objeto de dividir <strong>la</strong><br />

defensa 46 . El grabado describe como <strong>el</strong> campo atrincherado turco de <strong>la</strong> parte de<br />

Arraez ocupaba todo <strong>el</strong> espacio entre <strong>el</strong> mar y <strong>el</strong> Estaño, con un solo muro por<br />

de<strong>la</strong>nte. El campo atrincherado de <strong>la</strong> parte de Cartago deja un espacio abierto<br />

con <strong>el</strong> Estaño, por donde se retiraron los españoles de <strong>la</strong> Torre d<strong>el</strong> Agua sobre <strong>el</strong><br />

fuerte de <strong>la</strong> Goleta, pero está amural<strong>la</strong>do por todas partes, excepto por <strong>la</strong> parte que<br />

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dar al mar. Seguramente este espacio abierto se dejó para evitar que <strong>el</strong> campo<br />

atrincherado turco fuera batido por <strong>el</strong> fuego y atacado simultáneamente por<br />

detrás, por de<strong>la</strong>nte y desde <strong>el</strong> <strong>la</strong>go Estaño.<br />

Inicialmente <strong>el</strong> fuerte de Túnez fue asediado por dos partes, con 8 piezas<br />

de artillería por cada parte, pero como los asediados hicieron salidas asaltando<br />

y tomando <strong>la</strong>s trincheras, matando muchos enemigos, aunque sin conseguir<br />

alcanzar <strong>la</strong> artillería que <strong>la</strong> habían p<strong>la</strong>ntado no muy cerca en previsión de estas<br />

salidas, los turcos y moros acordaron unirse en un solo campo 47 . El grabado<br />

d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s muestra ya <strong>el</strong> campo atrincherado enemigo unificado por <strong>la</strong> parte de<br />

Cartago, retirado d<strong>el</strong> fuerte, de tal modo, que entre ambos está <strong>el</strong> muro artil<strong>la</strong>do<br />

y <strong>el</strong> foso cristiano (vallum et fossa christianorum). Por <strong>la</strong> parte contraria y ante<br />

<strong>la</strong> ausencia enemiga, <strong>el</strong> muro de los defensores y <strong>el</strong> foso están sin artil<strong>la</strong>r.<br />

Fuerzas de Desembarco Turcas<br />

Según Sa<strong>la</strong>manca <strong>la</strong>s fuerzas turcas eran más de 120.000 combatientes<br />

turcos y moros, en <strong>la</strong> armada y campo terrestre. Cervantes 48 en <strong>el</strong> Quijote<br />

afirma que fueron 75.000 turcos y más de 4000 de árabes y moros, pues los<br />

moros de Arg<strong>el</strong>, al mando de su rey Arab Hamed, de Trípoli y de Qayrawan<br />

acudieron en ayuda de los turcos, a requerimiento de Sinán Pachá.<br />

Ambas fuentes pueden coincidir, si consideramos unos 80.000 <strong>la</strong>s fuerzas<br />

de desembarco turcas y refuerzos de árabes y moros de <strong>la</strong> tierra y unos 45.000<br />

embarcados, cifra que no parece exagerada si tenemos en cuenta <strong>el</strong> número de<br />

galeotes por galera.<br />

El contingente desembarco es prácticamente de infantería, aunque se<br />

observa en <strong>el</strong> grabado algunos jinetes, organizadas en compañías de piqueros<br />

en orden cerrado y de entidad variable. Además también iban armados de<br />

ballesta, arcabuces y rode<strong>la</strong>s.<br />

Los defensores no alcanzaban los 10.000 hombres distribuidos entre todos<br />

los fuertes, por lo que <strong>la</strong> proporción era netamente favorable a los atacantes,<br />

que podían concentrar sus esfuerzos en los lugares y momentos más oportunos.<br />

Campamentos Turcos<br />

El grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s representa tres campamentos turcos, uno por cada<br />

campo atrincherado, formado por tiendas cónicas, y algunas rectangu<strong>la</strong>res,<br />

rematadas con una media luna. No parece que tengan orden algunos y no están<br />

fortificados, fiados en <strong>la</strong> distancia y en los campos atrincherados intermedios.<br />

Se ve <strong>la</strong> actividad ordinaria de abastecimiento de los campamentos desde <strong>la</strong>s<br />

naves, desembarcando cajas, fardos y ton<strong>el</strong>es.


EL ASEDIO DEL FUERTE DE LA GOLETA<br />

Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón, mi<strong>la</strong>nés nacido en 1509, de <strong>la</strong> orden de San Juan de<br />

Hungría, y capitán general de <strong>la</strong> artillería de <strong>la</strong> armada y ejército, de muchas<br />

canas y experiencia en cosas de fortificación 49 . Dio su nombre a un baluarte de<br />

<strong>la</strong> fortaleza de Túnez, <strong>el</strong> más próximo a esta ciudad en <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s.<br />

Este ilustre militar (1508 – 1580) fue <strong>el</strong> que se ocupó personalmente de <strong>la</strong><br />

defensa de Túnez y de supervisar <strong>la</strong> realización d<strong>el</strong> nuevo fuerte en 1573. Fue<br />

capturado por los turcos en La Goleta 50 .<br />

Avisados de <strong>la</strong> inminente arribada de <strong>la</strong> poderosa armada turca, Gabri<strong>el</strong><br />

Cerb<strong>el</strong>lón y Pedro Portocarrero, jefe d<strong>el</strong> fuerte de La Goleta, se ent<strong>revista</strong>ron<br />

en <strong>la</strong> misma, <strong>el</strong> 2 de julio. Cerb<strong>el</strong>lón decidió permanecer en <strong>el</strong> fuerte de Túnez<br />

hasta no recibir órdenes expresas d<strong>el</strong> monarca español en sentido contrario, y<br />

enviar nueve Banderas en ayuda de <strong>la</strong> Goleta. Los autores de <strong>la</strong> época<br />

denominaban indistintamente banderas o compañías a unidades de infantería,<br />

de unos 200 hombres y al mando de un capitán.<br />

El 13 de julio fondeó <strong>la</strong> armada turca frente al cabo Cartago, mientras<br />

sop<strong>la</strong>ba viento de levante 51 . El desembarco se realizó con toda rapidez<br />

(Sa<strong>la</strong>manca), por <strong>la</strong> parte de Cartago y a <strong>la</strong> vista de <strong>la</strong> Goleta.<br />

Nada más desembarcar comenzaron a construir trincheras a pleno día, a<br />

descubierto y sin interrumpir jamás <strong>el</strong> trabajo y ocuparon <strong>la</strong> Torre d<strong>el</strong> Agua<br />

porque los españoles se <strong>la</strong> dejaron por orden de su general 52 . El grabado<br />

presenta una Turris Aquae, de forma cuadrada, en <strong>el</strong> momento que hace fuego<br />

de arcabucería para defenderse de un ataque de una fuerza turca, con una<br />

bandera y armada con picas y ballestas, mientras que soldados cristianos<br />

armados con arcabuces se repliegan sobre <strong>el</strong> fuerte de <strong>la</strong> Goleta, entre <strong>el</strong> Estaño<br />

y <strong>el</strong> campo fortificado turco, todavía sin construir.<br />

El día 14 los turcos se apoderaron de <strong>la</strong>s cisternas altas. Portocarrero mandó<br />

a escaramucear a 4 Banderas, 800 hombres, que tienen so<strong>la</strong>mente dos muertos.<br />

Los turcos ocuparon los quemaderos, y desde allí sus ingenieros reconocieron<br />

<strong>la</strong>s trincheras y los puestos. Los trabajos de fortificación turcos son ayudados<br />

por los moros de Túnez, que le proporcionaron fajinas 53 , o haz de ramas muy<br />

apretados usados para revestimientos.<br />

El grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s representa <strong>la</strong> situación de cuando los turcos están<br />

desembarcando tropas e impedimenta, a ambos <strong>la</strong>dos d<strong>el</strong> fuerte de La Goleta,<br />

y ya han insta<strong>la</strong>do sus baterías, protegidas por merlones de tierra y están<br />

batiendo los fuertes, siendo respondidos por <strong>la</strong> artillería de <strong>la</strong> misma, pero<br />

antes de haberse iniciado los asaltos.<br />

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14<br />

El desembarco se hace, por medio de barcas, desde galeras adornadas con<br />

gal<strong>la</strong>rdetes con medias lunas. Hay 14 galeras dibujadas, 7 de <strong>la</strong>s cuales están<br />

aproadas al fuerte y haciendo fuego con sus dos cañones de proa.<br />

Mientras los turcos se atrincheraban, <strong>la</strong>s barcas les hostigaron desde <strong>el</strong> mar<br />

y <strong>el</strong> Estaño 54 . El At<strong>la</strong>s representa como cinco barcazas cristianas artil<strong>la</strong>das<br />

hacen fuego sobre tierra, desde <strong>el</strong> <strong>la</strong>go Estaño.<br />

A los 10 días d<strong>el</strong> desembarco (23 de julio) una batería turca, junto a los<br />

pozu<strong>el</strong>os de agua, protegidas por un gran bastión, y compuesta por seis<br />

culebrinas y 12 cañones, destrozaban los cestones d<strong>el</strong> fuerte 55 . A los 15 días d<strong>el</strong><br />

desembarco (28 de julio) <strong>el</strong> fuerte de <strong>la</strong> Goleta estaba por <strong>el</strong> completo bajo <strong>el</strong><br />

fuego artillero enemigo, que disparaba continuamente de día y de noche<br />

(Ruffino), para lo que habían construido una batería a 100 pasos por de<strong>la</strong>nte<br />

d<strong>el</strong> quemadero, batiendo los torreones con más de 100 cañones, que siguió<br />

haciendo gran daño en <strong>el</strong> caballero d<strong>el</strong> baluarte de San Cristóbal, y deshacía<br />

los baluartes de San Jorge y Santiago 56 .<br />

Portocarrero pidió entonces ayuda al fuerte de Túnez, a causa d<strong>el</strong> <strong>el</strong>evado<br />

número de bajas, que le mandó, <strong>el</strong> 29 de julio, otras cuatro Bandera al mando<br />

de los capitanes Juan de Figueroa, Pedro Manu<strong>el</strong>, L<strong>el</strong>io Tanna y Tiberio<br />

Boccafosca 57 .<br />

A los 30 días (12 de agosto) habían ganado <strong>la</strong> chapa d<strong>el</strong> foso. Visto lo cual,<br />

ocho capitanes solicitaron a Pedro Portocarrero les permitiese salir hacer una<br />

salida y levantar un bastión en aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> chapa para protección d<strong>el</strong> foso; y desde<br />

<strong>el</strong> que realizar golpes de manos nocturnos. Propuesta que no fue aceptada 58 .<br />

Portocarrero ordenó minar <strong>la</strong> contrachapa, para vo<strong>la</strong>r<strong>la</strong> cuando los turcos<br />

pasasen sobre <strong>el</strong><strong>la</strong>, pero un desertor rev<strong>el</strong>ó <strong>el</strong> p<strong>la</strong>n al enemigo 59 .<br />

La negativa de Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón de abandonar <strong>el</strong> fuerte nuevo de Túnez,<br />

porque <strong>el</strong> precepto legal de entonces obligaba a los alcaldes de los castillos y<br />

fortalezas a no abandonar <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za confiada sin orden expresa d<strong>el</strong> monarca,<br />

incumplimiento que se podía castigar hasta con <strong>la</strong> muerte.<br />

El grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s representa una corriente de agua que une <strong>el</strong> fuerte de<br />

Túnez con <strong>el</strong> de La Goleta transitado por cuatro barcazas con ve<strong>la</strong> <strong>la</strong>tina, y<br />

mientras que una galera defiende <strong>el</strong> embarcadero en <strong>el</strong> fuerte de Túnez y otra<br />

<strong>la</strong> entrada d<strong>el</strong> canal en <strong>el</strong> fuerte de La Goleta. Efectivamente, <strong>el</strong> gobernador d<strong>el</strong><br />

fuerte de La Goleta Pedro Puertocarrero había tomado <strong>la</strong> previsión de tener<br />

barcas en <strong>el</strong> Estaño para dar socorro en caso necesario, y guardar <strong>el</strong> Estaño<br />

para que <strong>el</strong> enemigo no establecieran máquinas de guerra contra cualquier de<br />

<strong>la</strong>s fortalezas 60 . La crónica anónima 61 especifica más ade<strong>la</strong>nte que <strong>la</strong>s


embarcaciones eran fragatas, barcas chatas y barcones, con los que llevaban<br />

vitual<strong>la</strong>s y municiones desde <strong>el</strong> fuerte de La Goleta al de Túnez, y con <strong>el</strong><strong>la</strong>s<br />

Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón reforzó con 700 hombres al fuerte de La Goleta. La fragata<br />

era una galera pequeña con 10 remos por banda, sin cubierta, en <strong>la</strong> que los<br />

marineros y remeros eran los mismos. Las dos fragatas dibujadas en <strong>el</strong> grabado<br />

tienen 5 y 8 remos por banda.<br />

Los turcos consiguieron, <strong>el</strong> 9 de agosto, acercar sus bastiones, aunque<br />

fracasaron en <strong>el</strong> intento de ganar <strong>el</strong> foso y <strong>el</strong> canal con dos torreones, para<br />

cortar <strong>la</strong> llegada de barcas desde <strong>el</strong> fuerte de Túnez 62 .<br />

Tres soldados desertores, con <strong>el</strong> pretexto d<strong>el</strong> hambre y de haber sido<br />

agraviados por un superior jerárquico, sugirieron a los sitiadores <strong>la</strong> solución de<br />

cegar <strong>el</strong> foso, con lo que impedirían los refuerzos desde <strong>el</strong> fuerte de Túnez con<br />

barcos 63 . También los asediados recibieron informaciones desde <strong>el</strong> campo<br />

turco, a través de algunos desertores y de cartas <strong>la</strong>nzadas con piedras y<br />

flechas 64 . El momento representado por <strong>el</strong> grabado d<strong>el</strong> At<strong>la</strong>s es anterior al<br />

cegamiento de <strong>la</strong> desembocadura d<strong>el</strong> canal de La Goleta al Estaño, cegado por<br />

medio de un bastión hecho con esquifes de galera (bote para saltar a tierra), y<br />

sobre <strong>el</strong>los una trinchera con árboles y arena, con <strong>el</strong> que cerraron <strong>el</strong> canal,<br />

aunque antes gran parte de <strong>la</strong>s fragatas, chatas y barcones habían ido al fuerte<br />

con municiones 65 . Hecho que no impidió un nuevo refuerzo de <strong>la</strong> Goleta <strong>el</strong> 19<br />

de agosto, aunque éste se tuvo que hacer de noche y que los soldados andasen<br />

una mil<strong>la</strong> por <strong>el</strong> Estaño con <strong>el</strong> agua hasta <strong>la</strong> cintura 66 .<br />

Aunque no se observa en <strong>el</strong> At<strong>la</strong>s, los turcos emplearon <strong>la</strong> guerra de minas<br />

para derribar los muros d<strong>el</strong> fuerte de <strong>la</strong> Goleta, según una re<strong>la</strong>ción de <strong>la</strong><br />

Berbería que hizo <strong>el</strong> soldado español Rem<strong>el</strong><strong>la</strong>do (conservado <strong>el</strong> Archivo<br />

General de Simancas, legajo 1144, documento 89) en julio de 1575, que<br />

también testimonia que estaba ya derribado un pedazo de <strong>la</strong> Goleta por parte<br />

d<strong>el</strong> Estaño. Ambos bandos emplearon <strong>la</strong> guerra de minas y de contraminas,<br />

pero los turcos con más acierto. Minaron un torreón nuevo y lo vo<strong>la</strong>ron,<br />

matando a muchos defensores 67 .<br />

El 19 de agosto los turcos tomaron <strong>el</strong> fuerte de San Martín. Ese mismo día<br />

Cerb<strong>el</strong>lón envió a La Goleta a otras seis compañías más al mando d<strong>el</strong> maestre<br />

de campo don García de Toledo, que fueron transportadas por <strong>la</strong> flotil<strong>la</strong> de<br />

Juan de Zanoguera 68 .<br />

El Asalto Final al Fuerte de <strong>la</strong> Goleta<br />

Cervantes 69 especifica que los turcos dieron 22 asaltos generales. El 23 de<br />

agosto dieron los turcos <strong>el</strong> asalto final al fuerte de <strong>la</strong> Goleta, comenzando por<br />

<strong>el</strong> fuerte de San Martín.<br />

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16<br />

Al iniciarse <strong>el</strong> ataque turco, <strong>el</strong> capitán Madariaga aconsejó, a Pedro<br />

Portocarrero, vo<strong>la</strong>r <strong>la</strong> pólvora almacenada, para causarle a los turcos gran daño<br />

y evitar que cayera en sus manos, que aunque accedió al consejo no tomó <strong>la</strong><br />

previsión de encargárs<strong>el</strong>o a un capitán 70 .<br />

El fuerte de Santiago fue defendido por <strong>el</strong> capitán Antón Sánchez, con ya<br />

poca gente, hasta que murió combatiendo 71 . Tomaron <strong>la</strong> iglesia dando muerte a<br />

los más de 200 hombres que se habían refugiado, saquearon <strong>el</strong> oro y <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ta, y<br />

echaron <strong>la</strong>s imágenes al lodo, mataron a los 600 heridos d<strong>el</strong> hospital 72 y siguieron<br />

matando a más de 100 hombres debajo d<strong>el</strong> castillo y en <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za. Cautivaron<br />

herido a Pedro Portocarrero y saquearon <strong>la</strong>s casas, matando a todo hombre que<br />

encontraron 73 . Los turcos se apoderaron además de 70 soldados prisioneros, 300<br />

paisanos entre mercaderes y mujeres, <strong>la</strong> pólvora, ba<strong>la</strong>s y otros artificios 74 .<br />

El resultado final, después de 40 días de asedio, fue que se perdieron 29<br />

compañías, 19 españo<strong>la</strong>s y 10 italianas; pereciendo 17 capitanes, 12<br />

españoles y 5 italianos 75 . Portocarrero murió a los pocos días sobre <strong>la</strong> armada<br />

turca, junto a Corfú 76 .<br />

Capitanes Muertos Documentados<br />

Maestre de Campo Luís Segura. Maestre de Campo de La Goleta 77 . Muerto<br />

<strong>el</strong> 23 de agosto en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de La Goleta 78 .<br />

Capitán Pedro de Artieda. Tercio de Nápoles 79 . Mandaba una Bandera que<br />

reforzó <strong>el</strong> fuerte de <strong>la</strong> Goleta. Muerto <strong>el</strong> 23 de agosto en <strong>el</strong> asalto final turco<br />

al fuerte de <strong>la</strong> Goleta 80 .<br />

Capitán Francisco de Aya<strong>la</strong> Sotomayor. Jefe de una Bandera de 200<br />

hombres de guarnición en <strong>el</strong> fuerte de Bizerta, que fue abandonado para<br />

reforzar <strong>el</strong> fuerte de La Goleta. Muerto en <strong>el</strong> asalto final de los turcos al fuerte<br />

de <strong>la</strong> Goleta, <strong>el</strong> 23 de agosto 81 .<br />

Capitán Gonzalo de Barahona. Tercio de Nápoles 82 (Anónimo 1971, 360).<br />

Mandaba una Bandera que reforzó <strong>el</strong> fuerte de La Goleta. Muerto <strong>el</strong> 23 de agosto<br />

en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de La Goleta 83 .<br />

Capitán Martín de Benavides. Tercio de don Lope de Figueroa 84 . Mandaba<br />

una Bandera que reforzó <strong>el</strong> fuerte de La Goleta. Muerto en <strong>el</strong> asalto final turco<br />

al fuerte de La Goleta, <strong>el</strong> 23 de agosto 85 .<br />

Capitán Briones de Gayangos. Capitán entretenido de artillería 86 , con 30<br />

años de servicio 87 . Muerto <strong>el</strong> 23 de agosto en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de<br />

La Goleta 88 .<br />

Capitán Pedro Gil Cartero. Capitán de caballos de La Goleta 89 . Muerto y<br />

despedazado <strong>el</strong> 23 de agosto en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de La Goleta 90 .


Capitán Madariaga. Natural de Vizcaya. Tesorero, con 36 años de servicio.<br />

Muerto <strong>el</strong> 23 de agosto en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de <strong>la</strong> Goleta 91 .<br />

Capitán Hernán Martín Canales. Mandaba una Bandera de guarnición en<br />

<strong>el</strong> fuerte de La Goleta, murió en <strong>el</strong> salto final turco, <strong>el</strong> 23 de agosto 92 .<br />

Capitán Diego Martín Lorenzo de Extremadura. Mandaba una Bandera de<br />

guarnición en <strong>el</strong> fuerte de La Goleta. Muerto <strong>el</strong> 23 de agosto, partido en dos,<br />

en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de La Goleta 93 .<br />

Capitán Juan Pérez Machuca 94 . Veedor. Muerto degol<strong>la</strong>do <strong>el</strong> 23 de agosto<br />

en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de La Goleta 95 .<br />

Capitán Francisco Pérez. Gentilhombre entretenido de <strong>la</strong> personal d<strong>el</strong><br />

general. Se le dio <strong>la</strong> compañía d<strong>el</strong> capitán Zenobio de Zobia, que había sido<br />

antes de Pagán de Oria 96 . Muerto <strong>el</strong> 23 de agosto en <strong>el</strong> asalto final turco al<br />

fuerte de La Goleta 97 .<br />

Capitán Antón Sánchez. Natural de Córdoba y sobreestante de obras 98 . Capitán<br />

entretenido de <strong>la</strong>s barcas 99 . Muerto en <strong>el</strong> fuerte Santiago, <strong>el</strong> 23 de agosto, en <strong>el</strong><br />

asalto final turco al fuerte de La Goleta 100 .<br />

Capitán Rodrigo de Ve<strong>la</strong>sco. Mandaba una Bandera que reforzó <strong>el</strong> fuerte de La<br />

Goleta. Muerto en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de La Goleta, <strong>el</strong> 23 de agosto 101 .<br />

EL ASEDIO Y CONQUISTA DEL FUERTE DE TÚNEZ<br />

El grabado representa un ataque d<strong>el</strong> muro exterior cristiano d<strong>el</strong> fuerte de<br />

Túnez, previo al ataque general, por un fuerte escuadrón de picas turcos, al<br />

que acude para hacerle frente uno cristiano más pequeño.<br />

Tomado <strong>el</strong> fuerte de <strong>la</strong> Goleta todo <strong>el</strong> esfuerzo turco se volcó sobre <strong>el</strong> fuerte<br />

de Túnez, de los que <strong>la</strong>s fuerzas capaces de realizar <strong>la</strong> defensa se reducían ya<br />

a poco más de 1000 hombres, de los que 601 murieron en <strong>la</strong> p<strong>el</strong>ea 102 .<br />

El 13 de septiembre los turcos asaltan <strong>el</strong> fuerte de Túnez, entrando por los<br />

bastiones de Doria y de San Juan. Entraron en <strong>el</strong> hospital y mataron a unos 600<br />

heridos que allí se encontraban, aunque se defendieron <strong>la</strong>nzando cantos.<br />

Murieron 20 capitanes en <strong>la</strong> defensa, 12 españoles y 8 italianos. Saquearon <strong>el</strong><br />

oro y <strong>la</strong> p<strong>la</strong>ta de <strong>la</strong> iglesia, y quemaron sus imágenes 103 .<br />

Capitanes Muertos Documentados<br />

Capitán Juan B<strong>la</strong>nco 104 . Capitán de compañía de italianos y sargento mayor 105 .<br />

Muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de Túnez 106 .<br />

Capitán Juan Pablo Cerb<strong>el</strong>lón, hijo d<strong>el</strong> gobernador Cerb<strong>el</strong>lón 107 . Capitán de<br />

compañía de italianos 108 . Muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto final turco al<br />

fuerte de Túnez 109 .<br />

17


18<br />

Capitán Mafín de Cortona. Masino de Cotorna 110 . Capitán de compañía de<br />

italianos 111 . Muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de Túnez 112 .<br />

Capitán Hipólito Díaz, muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto final turco<br />

al fuerte de Túnez 113 .<br />

Capitán don Diego Manrique 114 . Muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto<br />

final turco al fuerte de Túnez 115 .<br />

Capitán Juan Luís Porro. Capitán de compañía de italianos. Muerto <strong>el</strong> 13 de<br />

septiembre en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de Túnez 116 .Murió de un escopetazo 117 .<br />

Capitán Diego de Quiroga 118 . Muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto final<br />

turco al fuerte de Túnez 119 .<br />

Capitán don Fadrique de Urrias 120 , o Fadrique de Oria , muerto <strong>el</strong> 13 de<br />

septiembre en <strong>el</strong> asalto final turco al fuerte de Túnez 121 .<br />

Capitán Juan de Vallejo 122 . Muerto <strong>el</strong> 13 de septiembre en <strong>el</strong> asalto final<br />

turco al fuerte de Túnez 123 .<br />

RENDICIÓN DE LA ISLA DE SANTIAGO<br />

Conquistado <strong>el</strong> fuerte de Túnez, Sinán Pachá invitó a rendirse al jefe de<br />

<strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de Santiago, Juan de Zanoguera. Las condiciones de <strong>la</strong> rendición se<br />

establecieron <strong>el</strong> día 17 de septiembre, después de tres días de negociaciones.<br />

Zangonera prendió fuego a <strong>la</strong> is<strong>la</strong>, y <strong>el</strong> 20 de septiembre embarcó con su<br />

fuerza (que se puede estimar en una compañía), pero tuvo que dejar, según<br />

lo tratado, todo <strong>el</strong> dinero 124 .<br />

EPÍLOGO Y CONSECUENCIAS<br />

El 20 de septiembre quedó concluida <strong>la</strong> conquista de Túnez y sus fuertes<br />

por los turcos.<br />

Los fuertes de Túnez se perdieron porque <strong>la</strong> armada de socorro no llegó a<br />

tiempo, posiblemente confiados en que <strong>la</strong> resistencia se prolongaría más<br />

tiempo. Por otro <strong>la</strong>do, <strong>la</strong> defensa no se a<strong>la</strong>rgó más por deficiencias en <strong>la</strong><br />

fortificación, inacabadas a pesar d<strong>el</strong> tiempo que estuvieron bajo dominio<br />

español y por <strong>la</strong> débil construcción de <strong>la</strong> obra moderna, y también porque los<br />

esfuerzos de los defensores se dispersaron en los dos fuertes, que no tuvieron<br />

capacidad de apoyos mutuos, excepto refuerzos puntuales.<br />

Se perdieron en <strong>la</strong> Goleta 200 piezas de artillería, entre grandes y pequeñas,<br />

y 35 compañías de infantería. Se perdieron en <strong>el</strong> fuerte de Túnez 60 piezas de<br />

artillería gruesa y 20 ... ¿compañías? 125 (<strong>la</strong>guna en <strong>el</strong> manuscrito). El soneto d<strong>el</strong>


alférez Pedro de Agui<strong>la</strong>r sobre este suceso, indica que en <strong>el</strong> fuerte nuevo de<br />

Túnez perecieron 3000 soldados 126 . Si <strong>la</strong>s compañías eran de unos 200<br />

hombres, por lo que <strong>la</strong>s pérdidas totales fueron sobre 7000 hombres en La<br />

Goleta y 4000 en <strong>el</strong> fuerte de Túnez.<br />

Según Sa<strong>la</strong>manca <strong>la</strong> guarnición final d<strong>el</strong> fuerte de La Goleta era de 6000<br />

combatientes, de los que so<strong>la</strong>mente fueron hechos prisioneros 73; y 3200 en<br />

<strong>el</strong> fuerte de Túnez, de los fueron hechos prisioneros 400. En resumen, <strong>la</strong><br />

guarnición total era de 9200 combatientes, de los que 8727 perecieron durante<br />

<strong>el</strong> asedio y asaltos, y fueron cautivados 473. A todo lo anterior hay que añadir<br />

los defensores de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> de Estaño, estimada en una Bandera, que se pudo<br />

evacuar íntegramente, salvos <strong>la</strong>s bajas que sufriera durante <strong>el</strong> asedio.<br />

Las fuerzas de asedio tuvieron 33.000 muertos, entre turcos y moros<br />

(Anónimo 1971, 358). Cifra aparentemente exagerada, teniendo en cuenta <strong>el</strong><br />

número de bajas españo<strong>la</strong>s, pero que es confirmada por Sa<strong>la</strong>manca: es notorio<br />

que perdió más de treynta y tres mil soldados jenízaros. Murieron 20000 en <strong>el</strong><br />

asedio de <strong>la</strong> Goleta y 13.000 en <strong>el</strong> de Túnez 127 . Cervantes 128 especifica que los<br />

turcos tuvieron 25.000 muertos.<br />

Rendida <strong>la</strong> Goleta los turcos decidieron desmante<strong>la</strong>r<strong>la</strong>, y para hacerlo con<br />

<strong>la</strong> mayor brevedad <strong>la</strong> minaron por tres partes, resistiendo <strong>la</strong>s mural<strong>la</strong>s viejas y<br />

cayendo con facilidad <strong>la</strong> fortificación nueva 129 . Después de finalizada <strong>la</strong><br />

conquista, hicieron 17 minas bajo <strong>el</strong> fuerte de La Goleta, y <strong>el</strong> día 26 <strong>la</strong> vo<strong>la</strong>ron.<br />

El sultán turco S<strong>el</strong>im II recobró con esta victoria <strong>el</strong> prestigio perdido en <strong>la</strong><br />

batal<strong>la</strong> de Lepanto, y obtuvo <strong>el</strong> control sobre <strong>la</strong> Berbería Oriental. Y Uchaly,<br />

después de esta conquista, construyó una fuerte ciudade<strong>la</strong> y habilitó <strong>el</strong> puerto<br />

como base para atacar <strong>la</strong>s costas de España, Italia y <strong>la</strong>s is<strong>la</strong>s d<strong>el</strong> Mediterráneo.<br />

CRONOLOGÍA<br />

- Marzo. Comienza <strong>la</strong> concentración de <strong>la</strong>s fuerzas turcas.<br />

- Mayo. La fuerza turca está lista para partir.<br />

- 5 de junio. Salida de <strong>la</strong> flota turca de Ambarino.<br />

- 12 de junio. El coron<strong>el</strong> Tiberio Braccanza llega a Túnez con un refuerzo de<br />

500 infantes veteranos y dinero. Avisa de <strong>la</strong> inminente llegada de <strong>la</strong> armada turca.<br />

- 1 de julio. Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón recibe cartas de Granue<strong>la</strong> informándole d<strong>el</strong><br />

p<strong>el</strong>igro y entidad de <strong>la</strong> armada enemiga.<br />

- 2 de julio. Se ent<strong>revista</strong>n en La Goleta los dos jefes militares de los fuertes.<br />

- 12 de julio. La armada turca es descubierta 130 .<br />

- 13 de julio. Fondea <strong>la</strong> armada turca frente al cabo de Cartago. Se inicia<br />

<strong>el</strong> desembarco.<br />

19


20<br />

- 14 de julio. Se apoderan los turcos de <strong>la</strong>s cisternas altas. Se producen <strong>la</strong>s<br />

primeras escaramuzas.<br />

- 17 de julio. El bajá Idar comenzó a batir <strong>el</strong> fuerte de Túnez, desde los dos<br />

burgos 131 . Se comenzó a batir La Goleta por <strong>la</strong> parte de Cartago 132 .<br />

- 28 de julio. El fuerte de La Goleta estaba completamente bajo <strong>el</strong> fuego<br />

artillero turco.<br />

- 29 de julio. Refuerzo d<strong>el</strong> fuerte de La Goleta con cuatro Banderas, desde<br />

<strong>el</strong> fuerte de Túnez.<br />

- 7 de agosto. Cerb<strong>el</strong>lón refuerza nuevamente al fuerte de <strong>la</strong> Goleta con<br />

Pedro de Bobadil<strong>la</strong> y tres compañías, mandadas por los capitanes Martín de<br />

Acuña, Ercole de Pisa y Maldonado 133 .<br />

- 10 de agosto. Llegan refuerzos para los turcos, al mando d<strong>el</strong> virrey de<br />

Arg<strong>el</strong> Ramadán, frente al fuerte de Túnez 134 .<br />

- 12 de agosto. Los turcos se apoderan de <strong>la</strong> chapa d<strong>el</strong> fuerte de La Goleta.<br />

- 15 de agosto. Cuando <strong>el</strong> foso estaba cegado y los baluartes de San Pedro<br />

y San F<strong>el</strong>ipe bien batidos, Uchaly <strong>la</strong>nzó <strong>el</strong> primer asalto al fuerte de La<br />

Goleta 135 , circunstancias que no se recogen en <strong>el</strong> grabado.<br />

- 19 de agosto. Los turcos toman <strong>el</strong> fuerte de San Martín. Gabri<strong>el</strong> Cerb<strong>el</strong>lón<br />

refuerza <strong>el</strong> fuerte de La Goleta, con fuerzas d<strong>el</strong> fuerte de Túnez 136 .<br />

- 20 de agosto. Asalto al fuerte de La Goleta 137 .<br />

- 23 de agosto. Los turcos entraron por asalto en <strong>la</strong> Goleta nueva por <strong>el</strong><br />

baluarte de San Martín 138 .<br />

- 24 de agosto. El ejército turco que asediaba La Goleta comenzó a llegar<br />

frente al fuerte de Túnez 139 .<br />

- 6 de septiembre. Asalto al fuerte de Túnez por tres partes y vo<strong>la</strong>dura de<br />

<strong>la</strong> mina bajo <strong>el</strong> baluarte Cerb<strong>el</strong>lón 140 .<br />

- 13 de septiembre. Asalto y toma d<strong>el</strong> fuerte de Túnez 141 .<br />

- 17 de septiembre. Se rinde <strong>la</strong> is<strong>la</strong> de Santiago.<br />

- 20 de septiembre. Los turcos finalizan <strong>la</strong> conquista de Túnez y sus fuertes.<br />

- 26 de septiembre. Los turcos vue<strong>la</strong>n <strong>el</strong> fuerte de La Goleta.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

- La batal<strong>la</strong> naval d<strong>el</strong> Señor D. Juan de Austria. Anónimo. Prólogo de J.<br />

Guillén.Madrid.1971.<br />

- Fortificación y ciudad en los reinos de F<strong>el</strong>ipe II. Alicia Cámara.<br />

Madrid. 1998.<br />

- Don Quijote de <strong>la</strong> Mancha. Migu<strong>el</strong> de Cervantes Saavedra. Madrid. 1969.<br />

- Discurso de mi vida.Alonso de Contreras. Madrid. 2005


- La marina rémica de los Austrias. El buque en <strong>la</strong> Armada Españo<strong>la</strong>.pág.<br />

87 a 108. José María Martínez-Hidalgo y Terán.Bilbao. 1981<br />

- Repertorio paramétrico metrológico medieval de los reinos hispánicos. J.<br />

P<strong>el</strong>licer y Bru. Barc<strong>el</strong>ona 1999.<br />

- La guerra de los moriscos. Ginés Pérez de Hita. Granada. 1998.<br />

- Historia de <strong>la</strong> vida y hechos d<strong>el</strong> emperador Carlos.Prudencio Sandoval.<br />

Madrid. 1995.<br />

- Los tercios de España en <strong>la</strong> ocasión de Lepanto. Servicio Histórico<br />

Militar. Madrid. 1971..<br />

.<br />

1 Cámara 1969, 564<br />

2 Cervantes 1969, 564<br />

3 Sandoval 1955, 504 – 506.<br />

4 Anónimo 1971, 311<br />

5 Anónimo 1971, 320<br />

6 Sandoval 1955, 504 - 506<br />

7 Sandoval 1955, 504 - 506<br />

8 Sa<strong>la</strong>manca<br />

9 Anónimo 1971, 356<br />

10 Anónimo 1971, 317<br />

11 Anónimo 1971, 292<br />

12 Anónimo 1971, 301.<br />

13 Anónimo 1971, 367<br />

14 Anónimo 1971, 316<br />

15 P<strong>el</strong>licer 1999, 61<br />

16 Contreras 2005, 65<br />

17 P<strong>el</strong>licer 1999, 206<br />

18 Anónimo 1971, 316<br />

19 Sa<strong>la</strong>manca<br />

20 Sandoval 1955, 504 - 506<br />

21 Sandoval 1955, 504 - 506<br />

22 Anónimo 1971, 320<br />

23 Anónimo 1971, 320<br />

24 Sandoval 1955, 504 – 506.<br />

25 Sandoval 1955, 504 - 506<br />

26 Sandoval 1955, 504 - 506<br />

27 Sandoval 1955, 504 – 506.<br />

28 Anónimo 1971, 320.<br />

29 Cámara 1998, 33<br />

30 Anónimo 1971, 320.<br />

31 Anónimo 1971, 320.<br />

NOTAS<br />

32 Cervantes 1969, parte I, cap. IX, folio 285.<br />

33 Cámara 1998, 48.<br />

34 Anónimo 1971, 367.<br />

35 Anónimo 1971, 315<br />

36 Martínez-Hidalgo 1981, 396.<br />

37 Martínez-Hidalgo 1981, 89.<br />

38 Martínez-Hidalgo 1981, 89.<br />

39 Martínez-Hidalgo 1981, 91.<br />

40 Pérez de Hita 1998, 99 y 100.<br />

41 Martínez-Hidalgo 1981, 92.<br />

42 Contreras 2005, 29.<br />

43 Cámara 1998, 43.<br />

44 Cervantes 1969, 562.<br />

45 Anónima 1971, 321.<br />

46 Anónimo 1971, 322.<br />

47 Anónimo 1971, 324 y 325.<br />

48 Cervantes 1969, 562.<br />

49 Anónimo 1971, 293.<br />

50 Cámara 1998, 48.<br />

51 Sa<strong>la</strong>manca<br />

52 Anónimo 1971, 314 y 315.<br />

53 Sa<strong>la</strong>manca<br />

54 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

55 Sa<strong>la</strong>manca<br />

56 Sa<strong>la</strong>manca<br />

57 Sa<strong>la</strong>manca<br />

58 Sa<strong>la</strong>manca<br />

59 Sa<strong>la</strong>manca<br />

60 Anónimo 1971, 324<br />

61 Anónimo 1971, 327.<br />

62 Sa<strong>la</strong>manca<br />

21


22<br />

63 Sa<strong>la</strong>manca<br />

64 Sa<strong>la</strong>manca<br />

65 Anónimo 1971, 331.<br />

66 Anónimo 1971, 335.<br />

67 Sa<strong>la</strong>manca<br />

68 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

69 Cervantes 1969, 563.<br />

70 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

71 Sa<strong>la</strong>manca<br />

72 Sa<strong>la</strong>manca<br />

73 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

74 Sa<strong>la</strong>manca<br />

75 Sa<strong>la</strong>manca<br />

76 Anónimo 1971, 341.<br />

77 Anónimo 1971, 778.<br />

78 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

79 Anónimo 1971, 361.<br />

80 Sa<strong>la</strong>manca<br />

81 Sa<strong>la</strong>manca<br />

82 Anónimo 1971, 360.<br />

83 Sa<strong>la</strong>manca<br />

84 Anónimo 1971, 361.<br />

85 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

86 Anónimo 1971, 361<br />

87 Sa<strong>la</strong>manca<br />

88 Sa<strong>la</strong>manca<br />

89 Anónimo 1971, 360<br />

90 Sa<strong>la</strong>manca<br />

91 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

92 Sa<strong>la</strong>manca<br />

93 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

94 Anónimo 971, 364.<br />

95 Sa<strong>la</strong>manca<br />

96 Anónimo 1971, 366.<br />

97 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

98 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

99 Anónimo 1971, 361.<br />

100 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

101 Sa<strong>la</strong>manca<br />

102 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

103 Sa<strong>la</strong>manca<br />

104 Sa<strong>la</strong>manca<br />

105 Anónimo 1971, 365.<br />

106 Sa<strong>la</strong>manca<br />

107 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

108 Anónimo 1971, 365.<br />

109 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

110 Sa<strong>la</strong>manca<br />

111 Anónimo 1971, 365.<br />

112 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

113 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

114 Anónimo 1971, 363.<br />

115 Sa<strong>la</strong>manca<br />

116 Sa<strong>la</strong>manca<br />

117 Anónimo 1971, 325 y 365.<br />

118 Anónimo 1971, 363.<br />

119 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

120 Anónimo 1971, 363.<br />

121 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

122 Anónimo 1971, 363.<br />

123 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

124 Sa<strong>la</strong>manca<br />

125 Anónimo 1971, 367<br />

126 Cervantes 1969, 568.<br />

127 Sa<strong>la</strong>manca.<br />

128 Cervantes 1969, 563.<br />

129 Cervantes 1969, 568.<br />

130 Anónimo 1971, 314.<br />

131 Anónimo 1971, 318<br />

132 Anónimo 1971, 321.<br />

133 Sa<strong>la</strong>manca<br />

134 Anónimo.<br />

135 Anónimo 1971, 321 y 322.<br />

136 Anónimo 1971<br />

137 Anónimo 1971, 336.<br />

138 Anónimo 1971, 340.<br />

139 Anónimo 1971.<br />

140 Anónimo 1971, 344.<br />

141 Anónimo 1971, 348.


Asedio de <strong>la</strong> Goleta según <strong>el</strong> At<strong>la</strong>s de Braun (1575)<br />

23


Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores<br />

Migu<strong>el</strong> Ballenil<strong>la</strong> y García de Gamarra<br />

Teniente Coron<strong>el</strong> de Infantería DEM<br />

Doctor en Historia<br />

El general Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores es uno de los<br />

últimos representantes de <strong>la</strong> eclosión científica y cultural que se<br />

produjo en <strong>el</strong> Ejército en <strong>el</strong> siglo XIX, con bril<strong>la</strong>ntísimos<br />

representantes en un amplio abanico de áreas d<strong>el</strong> conocimiento humanístico y<br />

científico 1 . La importancia d<strong>el</strong> importante espacio que ocupaba <strong>la</strong> milicia en<br />

<strong>el</strong> ámbito cultural contrasta con <strong>la</strong> decadencia posterior –pendiente de análisisy<br />

cuya persistencia debería ser motivo de preocupación.<br />

Las biografías de estos ilustres militares, muy desconocidos entre los<br />

profesionales de hoy en día -tal vez botón de muestra de lo afirmado en líneas<br />

precedentes- ponen de r<strong>el</strong>ieve como <strong>la</strong> frase d<strong>el</strong> genial Cervantes -más repetida<br />

que practicada- “<strong>la</strong> pluma no embota <strong>la</strong> espada” es una realidad, como nos<br />

reve<strong>la</strong>n sus vidas de dedicación plena a <strong>la</strong> milicia y cuya actividad cultural y<br />

científica eran consustánciales a su <strong>el</strong>evada preparación profesional.<br />

Nace Fernando Álvarez de Sotomayor y Flores en Cuevas de Vera,<br />

localidad hoy conocida como Cuevas d<strong>el</strong> Almanzora, <strong>el</strong> diez y seis de<br />

noviembre de 1844. Es hijo de Jose Álvarez de Sotomayor Domenech,<br />

acauda<strong>la</strong>do paisano de Cuevas gracias a <strong>la</strong>s florecientes minas de <strong>la</strong> comarca<br />

y nieto d<strong>el</strong> héroe popu<strong>la</strong>r Fernando Álvarez de Sotomayor Ramírez, militar<br />

cordobés, liberal, que se sublevo en León contra Fernando VII, lo que le costó<br />

una condena a muerte de <strong>la</strong> que se salvó al fugarse de <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong> auxiliado por<br />

su prima, otra heroína: Mariana Pineda.<br />

Su hermano menor, Pedro (1848), marino de guerra, sería <strong>el</strong> tripu<strong>la</strong>nte más<br />

joven d<strong>el</strong> “Numancia”, <strong>el</strong> buque insignia d<strong>el</strong> Almirante Méndez Núñez en <strong>la</strong><br />

guerra d<strong>el</strong> Pacífico (1866) y también <strong>el</strong> primer barco de vapor que dio <strong>la</strong> vu<strong>el</strong>ta<br />

al mundo. Llegaría a ser director de <strong>la</strong> Academia Naval Militar de Marín y<br />

padre d<strong>el</strong> afamado pintor Fernando Álvarez de Sotomayor que llegaría a<br />

ostentar <strong>el</strong> cargo de director de <strong>la</strong> primera pinacoteca nacional: <strong>el</strong> Museo d<strong>el</strong><br />

Prado. Su hermana Teresa (1855), sería <strong>la</strong> madre d<strong>el</strong> c<strong>el</strong>ebrado poeta<br />

almeriense Jose María Martinez Álvarez de Sotomayor al que nos referiremos<br />

más ade<strong>la</strong>nte. Otra hermana de nuestro general, Maria (18??) también<br />

destacaría en <strong>la</strong>s artes literarias.<br />

25


26<br />

Ingresa <strong>el</strong> uno de septiembre de 1857, a los trece años de edad, como cadete<br />

en <strong>el</strong> prestigioso Real Colegio de Artillería de Segovia, donde unas décadas<br />

antes había impartido c<strong>la</strong>ses de química y metalurgia Louis Proust. Siendo <strong>el</strong><br />

arma de Artillería responsable de <strong>la</strong> dotación y fabricación d<strong>el</strong> armamento y<br />

municiones de <strong>la</strong> totalidad d<strong>el</strong> Ejército, <strong>el</strong> rigor era <strong>la</strong> seña de identidad de <strong>la</strong><br />

preparación científica y técnica de los oficiales de artillería, que en buena<br />

medida lideraron <strong>el</strong> desarrollo industrial y tecnológico de España a lo <strong>la</strong>rgo<br />

d<strong>el</strong> siglo XIX.<br />

Las exigencias d<strong>el</strong> amplísimo p<strong>la</strong>n de estudios, prolongaba <strong>la</strong> estancia de<br />

los alumnos en <strong>la</strong>s au<strong>la</strong>s seis años. Álvarez de Sotomayor obtiene su real<br />

despacho de teniente en abril de 1863 y es destinado al 5º Regimiento a pie en<br />

Madrid. En este Regimiento fue destinado a <strong>la</strong> compañía de montaña. Tras una<br />

reorganización artillera, con su compañía pasa a estar encuadrado en <strong>el</strong> 2º<br />

Regimiento de montaña en Segovia y posteriormente en Granada.<br />

En 1866 pasa destinado al primer Regimiento montado en Madrid y en <strong>el</strong><br />

69 a 2º Regimiento de montaña, con <strong>el</strong> que tuvo su bautismo de fuego, <strong>el</strong> 8 de<br />

octubre, contra los republicanos de <strong>la</strong> Carolina y <strong>el</strong> 11 y 16 en Alcira y<br />

Valencia. Por estos hechos de armas se le otorgó su primera Cruz Roja.<br />

En 1870 asciende a capitán de artillería por antigüedad, grado que ya tenía<br />

d<strong>el</strong> Ejército desde 1868, dualidad de empleos militares que regía en <strong>la</strong> época<br />

como mecanismo de defensa de los cuerpos facultativos (Artillería e Ingenieros)<br />

para no situarse en desventaja respecto a <strong>la</strong>s Armas de Infantería y Caballería,<br />

que ascendían con mayor rapidez consecuencia de su esca<strong>la</strong> “abierta”.<br />

En 1871 pasa al 2º Regimiento a pie y con su compañía se desp<strong>la</strong>za a<br />

Má<strong>la</strong>ga y Cádiz. En 1872 solicitó <strong>el</strong> pase a supernumerario, pero antes de<br />

finalizar <strong>el</strong> año solicita <strong>el</strong> reingreso en <strong>el</strong> servicio activo pasando a <strong>la</strong>s<br />

inmediatas órdenes d<strong>el</strong> Brigadier Fernando Camús, que ostentaba <strong>el</strong> mando<br />

de una columna de operaciones en Despeñaperros en lucha contra los<br />

insurrectos republicanos.<br />

Finalizadas <strong>la</strong>s operaciones en los primeros días de 1873, paso destinado a<br />

<strong>la</strong> Fábrica de Armas de Oviedo. Se iniciaba con este destino un periodo en <strong>el</strong><br />

que Álvarez de Sotomayor destacaría por su iniciativa, conocimientos y visión<br />

de futuro, periodo que, sin embargo, se vería interrumpido a <strong>la</strong>s pocas semanas<br />

por uno de los acontecimientos que hacen a nuestro siglo XIX extraordinario<br />

en <strong>el</strong> orden político, económico, social y militar: La segunda disolución d<strong>el</strong><br />

Cuerpo de Artillería.


De los gravísimos sucesos revolucionarios que culminaron con <strong>la</strong><br />

sublevación de los sargentos de Artillería d<strong>el</strong> madrileño Cuart<strong>el</strong> de San Gil, <strong>el</strong><br />

22 de Junio de 1.866, de los que <strong>el</strong> Cuerpo de Artillería considero siempre<br />

responsable al capitán Baltasar Hidalgo de <strong>la</strong> Quintana se derivaría, en 1873,<br />

un enfrentamiento de los oficiales artilleros con este oficial ya promovido a<br />

Mariscal de Campo y nombrado Capitán General de Navarra y Vascongadas.<br />

El día de su toma de posesión no se le presentó ningún oficial d<strong>el</strong> Cuerpo de<br />

Artillería. A esta falta de disciplina le seguiría, <strong>el</strong> 3 de febrero de 1.873, otra,<br />

cuando al Mariscal de Campo se le destina a Cataluña a <strong>la</strong>s órdenes d<strong>el</strong> teniente<br />

general Gaminde para <strong>la</strong> campaña contra los carlistas. Ante este nuevo mando<br />

otorgado al que consideran responsable de lo ocurrido en <strong>el</strong> cuart<strong>el</strong> de San Gil,<br />

los oficiales de Artillería solicitan en masa <strong>la</strong> baja en <strong>el</strong> Ejército, <strong>la</strong>s<br />

consecuencias no se harían esperar, <strong>el</strong> día 8 <strong>el</strong> Presidente Ruiz Zorril<strong>la</strong> presenta<br />

a <strong>la</strong> firma d<strong>el</strong> Rey Don Amadeo de Saboya <strong>el</strong> Real Decreto de reorganización<br />

d<strong>el</strong> Cuerpo de Artillería que dejaba sin cometidos a los oficiales d<strong>el</strong> <strong>la</strong> Esca<strong>la</strong><br />

Activa, lo que representaba, en <strong>la</strong> práctica, <strong>la</strong> disolución. Este hecho colmaría<br />

lo aguantado por <strong>el</strong> Rey que, <strong>el</strong> 11 renunciaba a <strong>la</strong> corona de España<br />

proc<strong>la</strong>mándose <strong>la</strong> Primera República.<br />

Fernando Álvarez de Sotomayor que, como <strong>el</strong> resto de compañeros, había<br />

solicitado <strong>el</strong> retiro, regresaría al servicio activo <strong>el</strong> 21 de octubre con ocasión<br />

de <strong>la</strong> nueva reorganización d<strong>el</strong> Cuerpo decretada por <strong>el</strong> Presidente de <strong>la</strong><br />

República don Emilio Caste<strong>la</strong>r <strong>el</strong> 21 de septiembre de 1873 que restablecía <strong>la</strong><br />

organización previa al decreto d<strong>el</strong> 8 de febrero. Álvarez de Sotomayor<br />

retornaba a <strong>la</strong> Fábrica de Armas de Oviedo y en 1875 pasaría a <strong>la</strong> de Trubia.<br />

LA FABRICACIÓN DE ACERO EN TRUBIA<br />

Es en estos años cuando <strong>la</strong> artillería, que había evolucionado muy poco<br />

desde <strong>el</strong> siglo XV, estaba dando los primeros pasos mediante <strong>el</strong> desarrollo de<br />

los sistemas de carga por cu<strong>la</strong>ta y <strong>el</strong> desarrollo de sistemas de cierre más<br />

complejos que le permitirían dar <strong>el</strong> gran salto ade<strong>la</strong>nte que representó los<br />

sistemas hidráulicos de frenado d<strong>el</strong> retroceso y recuperadores.<br />

En 1858 se comenzó a rayar <strong>la</strong> artillería, en 1864 <strong>el</strong> Ejército español<br />

adquiriría los primeras piezas de campaña de retrocarga, que tomarían parte<br />

activa en <strong>la</strong> Tercera Guerra Carlista, y a finales de 1867 se adquirieron los<br />

primeros cañones de acero que disparaban proyectiles de envu<strong>el</strong>ta de plomo,<br />

27


28<br />

concretamente se compró <strong>el</strong> afamado Krupp de 8 centímetros, y en 1875 los<br />

de 9 centímetros. La adopción por <strong>el</strong> Cuerpo de Artillería de estos cañones<br />

permitió a <strong>la</strong> industria españo<strong>la</strong> copiarlos en bronce comprimido, más<br />

asequible a <strong>la</strong> tecnología españo<strong>la</strong>, de <strong>la</strong> mano d<strong>el</strong> coron<strong>el</strong> P<strong>la</strong>sencia.<br />

Fábrica de Armas de Trubia<br />

Las primeras investigaciones con <strong>el</strong> acero en Trubia se remontaban a 1867,<br />

pero los resultados no eran alentadores, <strong>la</strong> falta de homogeneidad d<strong>el</strong> metal<br />

obtenido ocasionaba que los cañones de fusil construidos d<strong>el</strong> mismo lingote<br />

tuvieran distintos comportamientos, unos aguantaban perfectamente <strong>la</strong>s pruebas<br />

de fuego, sin embargo otros reventaban incluso al primer disparo. Finalmente,<br />

en 1877, <strong>el</strong> capitán Salvador Peña, encargado d<strong>el</strong> taller de aceros, tras años de<br />

estudio de los procedimientos metalúrgicos utilizados en otros países obtuvo<br />

con hierro procedente de <strong>la</strong>s minas de Beasain, Baracaldo, Vera y Guriezo un<br />

acero de condiciones simi<strong>la</strong>res a los mejores producidos en Firth, Turton, Krupp<br />

o Terre-Noire, que eran los fabricantes más prestigiosos de <strong>la</strong> época, hasta <strong>el</strong><br />

punto que <strong>la</strong>s pruebas de fuego realizadas con cañones de fusil en paral<strong>el</strong>o a <strong>la</strong>s<br />

realizadas con cañones alemanes, incluso forzando <strong>la</strong>s cargas, demostraron <strong>la</strong><br />

superioridad de los españoles. Pero los cañones de fusil son una cosa y otra muy<br />

distinta los cañones para artillería, y realizar modificaciones en <strong>la</strong> fabrica de<br />

Trubia para <strong>la</strong> construcción en serie de cañones de acero sin tener <strong>la</strong> seguridad<br />

de los resultados era un riesgo muy difícil de asumir.


Y es en este punto donde surge <strong>la</strong> figura d<strong>el</strong> capitán Fernando Álvarez de<br />

Sotomayor. Es un firme convencido de <strong>la</strong> capacidad españo<strong>la</strong> de fabricar<br />

cañones de acero empleando únicamente materiales d<strong>el</strong> país, y para<br />

demostrarlo sin que supusiera una carga para <strong>el</strong> presupuesto, propone <strong>la</strong><br />

fundición de un cañón de 15 centímetros, <strong>el</strong> máximo calibre posible con los<br />

<strong>el</strong>ementos disponibles en <strong>la</strong> fabrica. Aprobada su iniciativa, en 1878 se pone<br />

en marcha tomando como mod<strong>el</strong>o <strong>el</strong> cañón Krupp d<strong>el</strong> mismo calibre, si bien<br />

<strong>la</strong> pieza construida con acero español sería 300 kilos más ligera.<br />

La preparación técnica, capacidad organizativa y condiciones de mando<br />

d<strong>el</strong> capitán Álvarez de Sotomayor se pusieron de manifiesto en este titánico<br />

esfuerzo. Para conseguir un único bloque de acero fundido de 2600 kilos<br />

necesario para <strong>el</strong> cañón era preciso poner en marcha simultáneamente los 20<br />

hornos d<strong>el</strong> taller de aceros llenando los crisoles al máximo de su capacidad<br />

sin que se perdiera uno solo ni se interrumpiera en ningún momento <strong>el</strong> caudal<br />

de metal liquido obtenido de <strong>el</strong>los.<br />

Para <strong>el</strong>lo fue preciso adiestrar específicamente a los operarios para que<br />

pudieran atender a dos o tres hornos simultáneamente y realizar en <strong>la</strong> fábrica<br />

<strong>la</strong>s obras mínimas imprescindibles para hacer llegar <strong>la</strong> co<strong>la</strong>da de los hornos<br />

situados en distintos talleres al mismo lugar. El 23 de octubre de 1878 se<br />

produjo <strong>la</strong> primera co<strong>la</strong>da de acero, pero problemas en <strong>la</strong> coordinación d<strong>el</strong><br />

trabajo de todos los hornos impidió obtener <strong>el</strong> producto deseado, pero si se<br />

obtuvo <strong>la</strong> imprescindible experiencia práctica para corregir los fallos<br />

observados. Diez días después se realizo <strong>el</strong> segundo intento, <strong>la</strong> co<strong>la</strong>da duró<br />

quince minutos y no se perdió una so<strong>la</strong> gota d<strong>el</strong> contenido de los hornos. No<br />

es difícil imaginar <strong>el</strong> ambiente de tensión y actividad de aqu<strong>el</strong>los momentos,<br />

todo bajo <strong>la</strong> dirección d<strong>el</strong> capitán Álvarez de Sotomayor y con los operarios<br />

trabajando a temperaturas próximas a los cien grados centígrados.<br />

Obtenido <strong>el</strong> enorme bloc de acero, <strong>la</strong> forja d<strong>el</strong> cañón dio comienzo <strong>el</strong> 17 de<br />

noviembre. Su manipu<strong>la</strong>ción y movimiento entre <strong>el</strong> yunque y <strong>el</strong> horno para<br />

poder redondearlo, estirarlo y temp<strong>la</strong>rlo finalmente en aceite, exigía resolver<br />

muchos problemas de adaptación de los talleres y util<strong>la</strong>je, en todo <strong>el</strong>lo aportó<br />

<strong>el</strong> capitán Sotomayor su capacidad e ingenio. Finalmente se obtuvo <strong>el</strong> cañón<br />

de ánima y recámara, forma, número y paso de <strong>la</strong>s estrías idénticas al Krupp<br />

utilizado como referencia. El menor peso ya mencionado tenía su reflejo en un<br />

espesor inferior d<strong>el</strong> cañón en <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o español, quedaba ahora lo más<br />

importante, <strong>la</strong>s pruebas de fuego.<br />

29


30<br />

Se consideró que 1.000 disparos serían suficientes para comprobar <strong>la</strong><br />

calidad y resistencia d<strong>el</strong> producto obtenido y <strong>el</strong> resultado no pudo ser más<br />

satisfactorio, ya que <strong>el</strong> cañón español resistió <strong>la</strong> dura prueba sin problemas,<br />

aventajando en algunos extremos al cañón alemán. Incluso una pequeña fisura<br />

detectada en <strong>el</strong> ánima al finalizar <strong>la</strong> forja, atribuida a un resto de escoria de <strong>la</strong><br />

fundición que preocupó muchísimo inicialmente sin que diera problemas<br />

durante <strong>la</strong>s pruebas, incluso se comprobó que no había aumentado su tamaño<br />

ni en longitud ni en profundidad tras los disparos. El éxito fue tal que<br />

inmediatamente se emprendieron <strong>la</strong>s reformas necesarias en Trubia para <strong>la</strong><br />

fabricación de cañones de acero. La fe en <strong>el</strong> acero español d<strong>el</strong> capitán<br />

Sotomayor se había demostrado en <strong>la</strong> práctica y con <strong>el</strong>lo emprendería <strong>el</strong><br />

estudio de un completo sistema de artillería con <strong>el</strong> que proporcionar a España<br />

de potentes y modernas piezas de artillería sin dependencia d<strong>el</strong> extranjero. Este<br />

nuevo proyecto se convertiría en <strong>el</strong> cañón de campaña de 78,5 mm. que<br />

recibiría <strong>la</strong> denominación de Sotomayor.<br />

EL CAÑÓN SOTOMAYOR<br />

Cañón fabricado por Sotomayor<br />

En 1881 <strong>el</strong> Memorial de Artillería publicó un extenso trabajo d<strong>el</strong> capitán<br />

Sotomayor, setenta páginas en 8º francés, titu<strong>la</strong>do “Consideraciones en que<br />

puede basarse <strong>la</strong> organización de <strong>la</strong> artillería de campaña” en <strong>la</strong> que realiza un


exhaustivo análisis de <strong>la</strong> organización de <strong>la</strong> artillería y expone novedosas<br />

propuestas orgánicas que por su extensión no podemos abordar en este trabajo,<br />

pero si atenderemos a <strong>la</strong> parte central de su estudio, en <strong>la</strong> que propone una<br />

novedosa forma de calcu<strong>la</strong>r <strong>el</strong> valor de <strong>la</strong> artillería de un Ejército. La forma<br />

tradicional contabilizaba únicamente <strong>el</strong> número de piezas disponible por cada<br />

1000 hombres, mientras que Sotomayor argumentaba que <strong>la</strong> evolución técnica<br />

sufrida por <strong>el</strong> material exigía que “<strong>el</strong> valor de <strong>la</strong>s piezas debe medirse por <strong>el</strong><br />

que produzcan sus proyectiles, ó sea por su fuerza viva á <strong>la</strong> distancia media de<br />

combate y, que por lo tanto, <strong>el</strong> valor de una artillería se puede expresar por<br />

dicha fuerza viva á <strong>la</strong> expresada distancia por kilogramo de cañón”.<br />

En base a este novedoso patrón, realiza una exhaustiva comparación de <strong>la</strong><br />

artillería en servicio en <strong>la</strong>s naciones más ade<strong>la</strong>ntadas de Europa y concluía<br />

proponiendo una organización de <strong>la</strong> artillería de campaña en base a tres distintos<br />

calibres -7,85 centímetros para <strong>la</strong>s baterías ligeras, 9,5 para <strong>la</strong>s de línea y 11<br />

para <strong>la</strong>s de posición- con <strong>la</strong> que se conseguía alcanzar <strong>la</strong> máxima potencia con<br />

<strong>el</strong> mínimo número de cañones, concretamente arrojar por descarga 34,7<br />

kilogramos de hierro por cada mil hombres, lo que situaba su sistema o mod<strong>el</strong>o<br />

orgánico a <strong>la</strong> cabeza de <strong>la</strong>s naciones según su patrón de medida. Finalizaba su<br />

estudio proponiendo <strong>la</strong> conveniencia de que España fabricara <strong>la</strong>s piezas que<br />

exigía su sistema, por considerar que entraba dentro de sus posibilidades<br />

técnicas y económicas, rompiendo <strong>la</strong> endémica dependencia d<strong>el</strong> exterior.<br />

La muestra de inquietud y tal<strong>la</strong> int<strong>el</strong>ectual d<strong>el</strong> capitán Sotomayor expuesta<br />

en este riguroso trabajo no paso desapercibida dando lugar a un rico debate en<br />

<strong>la</strong>s <strong>revista</strong>s profesionales. Su publicación en <strong>el</strong> ya mencionado Memorial de<br />

Artillería (3ª serie, tomo IV, 1881) tuvo eco en El Correo Militar (núm. 1857),<br />

<strong>la</strong> Revista General de Marina (tomo XI, Pág. 409) y especialmente en <strong>la</strong><br />

Revista científico-militar (tomo I, 2ª época, 1881), prestigiosísima publicación<br />

que presentaba <strong>el</strong> trabajo de Sotomayor seña<strong>la</strong>ndo: “No es <strong>la</strong> primera vez que<br />

<strong>el</strong> comandante Sotomayor da pruebas de ser un escritor incorrecto, pero un<br />

razonador de primera fuerza, exc<strong>el</strong>ente artillero y entusiasta militar […]”<br />

donde <strong>la</strong> calificación de incorrecto debemos considerar<strong>la</strong> en su dimensión de<br />

crítico con <strong>la</strong>s ideas establecidas.<br />

El trabajo descrito fue acompañado en <strong>el</strong> tiempo por una Memoria técnica<br />

dirigida a <strong>la</strong> Junta Superior Facultativa de Artillería para <strong>la</strong> fabricación en acero<br />

de <strong>la</strong>s piezas y calibres propuestos en su estudio. La propuesta colisionaba con<br />

<strong>el</strong> impulso que se había dado a <strong>la</strong> utilización d<strong>el</strong> bronce comprimido o bronceacero<br />

en <strong>la</strong> fabricación de cañones, por ser más económico y pensarse que estaba<br />

más al alcance de <strong>la</strong> tecnología españo<strong>la</strong>, su principal investigador era <strong>el</strong> también<br />

31


32<br />

distinguido artillero, teniente coron<strong>el</strong> Augusto P<strong>la</strong>sencia, padre de muchas de<br />

<strong>la</strong>s piezas que estuvieron en servicio en nuestra Artillería. No obstante, <strong>el</strong> aval<br />

que representaba <strong>la</strong> tal<strong>la</strong> int<strong>el</strong>ectual y capacidad de trabajo demostrada por <strong>el</strong><br />

capitán Sotomayor dio pie a que <strong>la</strong> Junta autorizara <strong>la</strong> fabricación, con carácter<br />

experimental, de <strong>la</strong> pieza más ligera de todas <strong>la</strong>s propuestas, <strong>la</strong> de 7,85<br />

centímetros, que realmente sería reconocida como de 8 cm. El Acta de <strong>la</strong> Junta<br />

recogía que, a <strong>la</strong> vista de los cálculos teóricos, se consideraba <strong>la</strong> pieza propuesta<br />

muy superior a todas <strong>la</strong>s análogas de <strong>la</strong>s demás naciones y destacaba <strong>el</strong> acierto<br />

con <strong>el</strong> que <strong>el</strong> capitán Sotomayor había sabido <strong>el</strong>egir para sus cálculos <strong>la</strong>s teorías<br />

de balística interior y exterior más acreditadas.<br />

No obstante <strong>la</strong> Junta apreciaba que <strong>la</strong>s magníficas características de <strong>la</strong> pieza<br />

propuesta, de solo 280 kilos de peso y capaz de disparar un proyectil de 6,3 kilos<br />

con una v<strong>el</strong>ocidad inicial de 450 m/s y efectos balísticos superiores al cañón en<br />

servicio de 9 centímetros, que pesaba 516 kilos, presentaba un punto débil: <strong>la</strong><br />

necesidad de que <strong>el</strong> cañón contara con una cureña lo suficientemente ligera para<br />

no anu<strong>la</strong>r <strong>el</strong> peso que se había ahorrado en <strong>el</strong> cañón y que, sin embargo, fuera<br />

capaz de soportar <strong>el</strong> enorme retroceso que <strong>la</strong> potencia de <strong>la</strong> pieza generaría. Este<br />

rec<strong>el</strong>o retrasó <strong>la</strong> fabricación d<strong>el</strong> cañón hasta que se autorizó, por <strong>la</strong> misma Junta,<br />

<strong>el</strong> diseño y fabricación de una cureña adecuada a <strong>la</strong> pieza proyectada, <strong>la</strong>bor que<br />

recaería igualmente en <strong>el</strong> capitán Sotomayor acompañado para esta <strong>la</strong>bor por <strong>el</strong><br />

también capitán de Artillería Francisco Ferrer y Flores.<br />

Cañón ligero de 7,85 cm


Fabricada <strong>la</strong> pieza y cureña en Trubia y<br />

<strong>la</strong>s ruedas en <strong>la</strong> Maestranza de Sevil<strong>la</strong>,<br />

dieron un peso total 689 kilos, (282 d<strong>el</strong><br />

cañón, 287 de <strong>la</strong> cureña y 120 de <strong>la</strong>s<br />

ruedas) que seguían aportando al conjunto<br />

de <strong>la</strong> pieza una gran ligereza. Realizadas<br />

<strong>la</strong>s pruebas en <strong>el</strong> Polígono de Tiro de<br />

Carabanch<strong>el</strong> a lo <strong>la</strong>rgo de 1982, <strong>el</strong> 13 de<br />

septiembre <strong>la</strong> Junta Superior se reunió para<br />

valorar <strong>el</strong> cañón y su cureña. Se habían<br />

ejecutado 416 disparos cuyos resultados<br />

ratificaron lo que <strong>el</strong> estudio teórico de<br />

Sotomayor había ade<strong>la</strong>ntado, <strong>el</strong> cañón de<br />

acero de 8 centímetros (7,85) era más<br />

potente que todas <strong>la</strong>s piezas simi<strong>la</strong>res<br />

Detalle rueda y cureña<br />

extranjeras en servicio, sirviendo como<br />

dato comparativo para este artículo que <strong>la</strong><br />

que más se le aproximaba en características era <strong>la</strong> francesa cuyo peso era de<br />

425 kilos en comparación con los 282 kilos finales que tenía <strong>la</strong> pieza<br />

experimental. En su comparación con <strong>la</strong>s españo<strong>la</strong>s y más concretamente en<br />

<strong>el</strong> du<strong>el</strong>o sostenido con <strong>la</strong> de bronce comprimido d<strong>el</strong> mismo calibre <strong>la</strong><br />

conclusión de <strong>la</strong> Junta era que: “no puede dudarse que <strong>la</strong> nueva pieza de acero<br />

es notablemente superior, a pesar de su menor peso.”<br />

Respecto a <strong>la</strong> resistencia de <strong>la</strong> cureña diseñada para <strong>el</strong> cañón, se hicieron<br />

varias pruebas, siendo <strong>la</strong> más decisiva y exigente aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> en que se realizaron<br />

100 disparos continuados asentada <strong>la</strong> pieza sobre una exp<strong>la</strong>nada de piedra que<br />

obligaba a <strong>la</strong> cureña a absorber todo <strong>el</strong> retroceso, resistiendo satisfactoriamente<br />

y llegando <strong>la</strong> Junta a seña<strong>la</strong>r que “Estos resultados son tanto más notables,<br />

cuanto que, tratándose de un cañón que a su ligereza une gran fuerza viva de<br />

retroceso, <strong>el</strong> cálculo d<strong>el</strong> montaje presentaba grandes dificultades, y al dar cima<br />

a tan complejo y difícil problema los Sres. Sotomayor y Ferrer, han acreditado<br />

una vez más sus profundos conocimientos.”<br />

Creemos importante dar reproducción integra a <strong>la</strong>s conclusiones de <strong>la</strong> Junta<br />

porque tras<strong>la</strong>dan perfectamente <strong>el</strong> alcance d<strong>el</strong> éxito obtenido por <strong>el</strong> capitán<br />

Sotomayor en <strong>el</strong> diseño de su cañón de acero.<br />

1º. Que <strong>el</strong> cañón Sotomayor es muy superior a todos los demás<br />

ligeros de campaña reg<strong>la</strong>mentarios en <strong>la</strong>s distintas naciones, tanto en<br />

33


34<br />

efectos balísticos y trayectorias tendidas, como por su extraordinaria<br />

ligereza, y <strong>el</strong> mayor efecto que se puede obtener de sus proyectiles sea<br />

de segmentos, sea de granada de metral<strong>la</strong>.<br />

2.º Que dicho cañón es también más potente que los cañones de<br />

campaña de nuestro país de 7,85 y de 8,7 de bronce comprimido, en<br />

los mismos conceptos anteriormente expresados.<br />

3.º Que ya se considere ais<strong>la</strong>damente <strong>el</strong> cañón o <strong>el</strong> conjunto de pieza<br />

y cureña, presenta grandes ventajas para su movilidad, por <strong>el</strong> menor peso.<br />

4.º Que <strong>la</strong>s dos cureñas ensayadas ofrecen <strong>la</strong>s mayores garantías<br />

de resistencia y <strong>la</strong>s mejores condiciones para <strong>el</strong> servicio; prefiriéndose<br />

por su sencillez <strong>la</strong> que no lleva <strong>el</strong> moderador Eng<strong>el</strong>hart.<br />

En atención a los bril<strong>la</strong>ntes resultados que se han obtenido con <strong>el</strong><br />

cañón y cureña, resultados que constituyen un título legítimo de gloria<br />

para los autores, y para <strong>el</strong> Cuerpo de Artillería español, esta Comisión<br />

entiende convendría proponer a <strong>la</strong> Superioridad:<br />

1.º Que <strong>el</strong> cañón ligero de campaña d<strong>el</strong> Sr. Sotomayor y su cureña,<br />

se dec<strong>la</strong>ren reg<strong>la</strong>mentarios y lleven <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> autor.<br />

2.º Que se construyan en <strong>la</strong> Fabrica de Trubia <strong>la</strong>s piezas y cureñas<br />

correspondientes a <strong>la</strong> dotación de un regimiento.<br />

3.º Que para <strong>la</strong> construcción de estas piezas y cureñas se comisione al<br />

Sr. Sotomayor, para que de acuerdo con <strong>la</strong> Junta Facultativa de <strong>la</strong> Fabrica<br />

de Trubia, se hagan los p<strong>la</strong>nos de construcción y tab<strong>la</strong>s de tolerancias.<br />

4.º que se invite al ilustrado Jefe Sr. Sotomayor para que proyecte<br />

dos piezas, una de línea y otra de posición, semejantes a <strong>la</strong> ligera de<br />

campaña, así como sus cureñas.<br />

No terminará su informe esta Comisión, sin hacer notar <strong>el</strong> r<strong>el</strong>evante<br />

servicio prestado por <strong>el</strong> Sr. Sotomayor, por cuyos constantes esfuerzo y<br />

asiduos trabajos se coloca nuestra artillería ligera de campaña, no solo<br />

en primer lugar entre <strong>la</strong>s demás naciones, sino tomando gran ventaja<br />

y de<strong>la</strong>ntera en <strong>el</strong> progreso balístico; considerándose también de <strong>la</strong><br />

mayor importancia <strong>el</strong> servicio prestado por <strong>el</strong> mismo Sr. Sotomayor en<br />

unión con <strong>el</strong> Sr. Ferrer al proyectar <strong>la</strong> cureña, que tan satisfactorios<br />

resultados ha dado en <strong>la</strong>s pruebas.


La comisión recomendó <strong>el</strong> ascenso de<br />

ambos oficiales por los méritos especiales<br />

contraídos en <strong>el</strong> diseño y fabricación de<br />

pieza y cureña. Álvarez de Sotomayor ya<br />

era comandante de Artillería por<br />

Antigüedad desde <strong>el</strong> 17 de junio de ese año<br />

-1882- grado que ya ostentaba “de<br />

Ejército” desde 1973, por lo que <strong>el</strong> ascenso<br />

lo fue a Teniente Coron<strong>el</strong> “de Ejército”. Se<br />

armaron con este magnífico cañón <strong>la</strong>s<br />

Detalle d<strong>el</strong> cierre<br />

baterías a caballo de los regimientos<br />

divisionarios, dándose <strong>la</strong> curiosa circunstancia que <strong>la</strong> pieza más ligera era <strong>la</strong><br />

más potente d<strong>el</strong> regimiento. Sin embargo, los cañones de 9½ y 11 centímetros<br />

nunca se llegaron a construir, aunque en <strong>el</strong> extranjero se estaba atento a <strong>la</strong>s<br />

capacidades de este oficial y sus conocimientos, puesto que <strong>el</strong> Gobierno de<br />

Méjico le ofreció <strong>la</strong> dirección de <strong>la</strong> artillería de aqu<strong>el</strong> país americano con unas<br />

retribuciones de 150.000 pesetas anuales, generoso ofrecimiento que<br />

Sotomayor rechazó inspirado en su patriotismo y lealtad a su ejército.<br />

No es difícil imaginar <strong>la</strong> b<strong>el</strong>leza de una de aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s baterías a caballo armadas<br />

con este esb<strong>el</strong>to, ligero y hermoso cañón maniobrando con agilidad y rapidez<br />

para entrar en posición. No hemos obtenido datos concretos sobre <strong>la</strong> vida de este<br />

material, pero por algunas fotografías parece ser que todavía estaba en servicio en<br />

<strong>el</strong> año 21 cuando se reforzó <strong>el</strong> Ejército de África a raíz d<strong>el</strong> Desastre de Annual.<br />

AL MANDO DE UN REGIMIENTO EN CUBA<br />

Durante los estudios y desarrollo d<strong>el</strong> cañón, simultaneo sus destinos en<br />

unidades d<strong>el</strong> Cuerpo con comisiones de servicio en <strong>la</strong> Fábrica de Trubia, donde<br />

es destinado en 1885 como jefe de <strong>la</strong> 2ª Sección de talleres, donde se le encargó<br />

que realizara <strong>la</strong>s reformas técnicas necesarias para que se pudiera fundir <strong>la</strong><br />

artillería pesada d<strong>el</strong> acorazado Pe<strong>la</strong>yo.<br />

Ascendido a teniente coron<strong>el</strong> de Artillería en 1887, solicita destino al batallón<br />

de p<strong>la</strong>za de Santoña, aunque su vincu<strong>la</strong>ción con <strong>la</strong> investigación y técnica artillera<br />

no se interrumpiría, pues en 1890 fue comisionado al extranjero para <strong>el</strong> estudio<br />

de <strong>la</strong> fabricación de pólvora sin humo y en 1893 para visitar <strong>la</strong> fabrica de cañones<br />

Wolrride en Ing<strong>la</strong>terra además de varias comisiones re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong><br />

construcción o nuevas pruebas de su cañón en Trubia o Madrid.<br />

35


36<br />

El 27 de octubre de 1893 y a raíz de <strong>la</strong> “Guerra chica” o “Guerra de<br />

Margallo”, en <strong>la</strong>s proximidades de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong>, marcha a <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za norteafricana a<br />

<strong>la</strong>s inmediatas órdenes d<strong>el</strong> general de división Manu<strong>el</strong> Macias y Casado<br />

participando en <strong>la</strong>s acciones de aprovisionamiento de los fuertes de Cabrerizas<br />

y Rostrogordo d<strong>el</strong> 3 de noviembre en los que, los entonces capitanes Migu<strong>el</strong><br />

Primo de Rivera y Juan Picasso Gonzalez, obtendrían sendas Cruces Laureadas<br />

de San Fernando. También participaría en <strong>la</strong>s acciones de Horcas Coloradas,<br />

Santiago y Batería J.<br />

De regreso a <strong>la</strong> Penínsu<strong>la</strong> en 1894, es ascendido por antigüedad a coron<strong>el</strong><br />

de Artillería, grado que ya disfrutaba “de Ejército” desde 1887 y se le asigna<br />

<strong>el</strong> mando d<strong>el</strong> Tercer Regimiento montado en Burgos.<br />

En 1896 es destinado al Ejército de <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de Cuba, llegando a <strong>la</strong> Habana<br />

<strong>el</strong> 14 de abril y entrando inmediatamente en combate al mando de media<br />

brigada en La Fé. Como tantos españoles llegados a <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> caribeña, contrae<br />

<strong>la</strong> Fiebre Amaril<strong>la</strong>, de <strong>la</strong> qu consigue recuperarse, haciéndose cargo de <strong>la</strong><br />

Comandancia Militar de Holguin y d<strong>el</strong> mando d<strong>el</strong> Regimiento de Infantería de<br />

<strong>la</strong> Habana nº 76 por estar herido su coron<strong>el</strong>. Regimiento con <strong>el</strong> que participó<br />

en varios combates en <strong>la</strong> provincia de Santiago de Cuba y contando,<br />

curiosamente, con <strong>el</strong> apoyo de una única pieza de artillería.<br />

Ascendido a General de Brigada por méritos de guerra en octubre de 1897,<br />

se le dio <strong>el</strong> mando de <strong>la</strong> 1ª Brigada de <strong>la</strong> División de Holguin hasta que a<br />

principios de 1898 solicitó <strong>el</strong> regreso a <strong>la</strong> Penínsu<strong>la</strong> resentida su salud por <strong>la</strong><br />

Fiebre Amaril<strong>la</strong> que había padecido.<br />

JEFE DE DIVISIÓN EN LA GUERRA DE 1909 EN MELILLA<br />

Ya en territorio metropolitano ocupa sucesivamente <strong>la</strong> jefatura d<strong>el</strong> Estado<br />

Mayor d<strong>el</strong> 6º Cuerpo de Ejército, de <strong>la</strong> Capitanía General d<strong>el</strong> Norte, <strong>el</strong> mando<br />

de <strong>la</strong> 1ª Brigada de <strong>la</strong> 12 División y Gobernador Militar de Guipúzcoa,<br />

Gobernador Militar de Jerez de <strong>la</strong> Frontera, Comandante General de Artillería<br />

de <strong>la</strong> 2ª Región Militar y Comandante General de Artillería d<strong>el</strong> 2º Cuerpo de<br />

Ejercito con sede en Sevil<strong>la</strong>.<br />

Ascendido a General de División en 1905, se le destina al año siguiente como<br />

Gobernador Militar de Ceuta, Comandante General de Artillería de <strong>la</strong> 4ª Región<br />

Militar (Barc<strong>el</strong>ona) y finalmente Jefe de <strong>la</strong> 12 División en Vitoria en 1908.<br />

En julio de 1909 estal<strong>la</strong> en M<strong>el</strong>il<strong>la</strong> un nuevo conflicto fronterizo a raíz d<strong>el</strong><br />

asesinato de unos trabajadores d<strong>el</strong> ferrocarril en <strong>la</strong>s proximidades d<strong>el</strong> monte<br />

Gurugú. Desbordada <strong>la</strong> capacidad de <strong>la</strong>s fuerzas de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong>, <strong>el</strong> Comandante


General de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong>, general Marina, solicita refuerzos y le es enviada una<br />

División al mando d<strong>el</strong> general Orozco, cuya movilización daría lugar a los<br />

tristes acontecimientos de Barc<strong>el</strong>ona conocidos como <strong>la</strong> “Semana Trágica”.<br />

El general Marina considera insuficiente <strong>la</strong>s fuerzas disponibles, 30.000<br />

hombres, para pasar a <strong>la</strong> ofensiva y solicita otra división para alcanzar los<br />

44.000 hombres. El Gobierno moviliza una segunda división expedicionaria y<br />

<strong>la</strong> pone al mando d<strong>el</strong> general Sotomayor, desembarcando en M<strong>el</strong>il<strong>la</strong> entre <strong>el</strong> 5<br />

y <strong>el</strong> 14 de septiembre y entrando en combate <strong>el</strong> 22 de septiembre en <strong>la</strong> toma<br />

de Zoco <strong>el</strong> Had de Benisicar y <strong>el</strong> 28 en <strong>la</strong> defensa de <strong>la</strong>s posiciones alcanzadas,<br />

siendo en esta defensa donde tuvo lugar <strong>el</strong> acto heroico d<strong>el</strong> Cabo Noval,<br />

encuadrado en <strong>el</strong> regimiento d<strong>el</strong> Príncipe número 3 al que precisamente había<br />

arengado <strong>el</strong> general Sotomayor <strong>la</strong> mañana d<strong>el</strong> día 22 diciéndoles:<br />

“Vosotros, los d<strong>el</strong> Príncipe, tendréis <strong>la</strong> ocasión de demostrar que, con<br />

razón ostentáis orgullosos <strong>el</strong> título de asturianos y que, en vuestra provincia,<br />

dio comienzo <strong>la</strong> gloriosa conquista d<strong>el</strong> so<strong>la</strong>r patrio, allá, en aqu<strong>el</strong> rincón de<br />

Covadonga, que tanto se destacó en <strong>la</strong> historia de nuestra patria. Cumplid<br />

españoles, esto bastará para que <strong>el</strong> enemigo huya aterrado. Soldados de mi<br />

mando, ¡Viva España!¡Viva <strong>el</strong> Rey!¡Viva <strong>el</strong> Ejército!¡Viva <strong>la</strong> Cuna de <strong>la</strong><br />

Reconquista!.”<br />

El 7 de noviembre participó en <strong>la</strong> histórica toma d<strong>el</strong> monte Gurugú, que<br />

constituía todo un símbolo de <strong>la</strong> Campaña, continuando en <strong>la</strong>s siguientes<br />

semanas en los reconocimientos y ocupación de <strong>la</strong> costa occidental d<strong>el</strong> cabo<br />

Tres Forcas, desempeñando <strong>la</strong> jefatura de <strong>la</strong> Comandancia General de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong><br />

con carácter interino a <strong>la</strong> marcha d<strong>el</strong> general Marina.<br />

EL CAMPO DE INSTRUCCIÓN Y MANIOBRAS DE VIATOR<br />

En mayo de 1910 regresa a Vitoria haciéndose cargo nuevamente de su 12<br />

División, pero en noviembre solicita <strong>el</strong> pase a <strong>la</strong> reserva, que le es concedida,<br />

regresando a Almería tras 57 años de servicio.<br />

Sin embargo, su participación en <strong>la</strong>s operaciones de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong> y, sobre todo,<br />

<strong>la</strong>s dificultades habidas en movilizar unidades adecuadamente instruidas para<br />

<strong>el</strong> refuerzo de <strong>la</strong> guarnición norteafricana debieron gravitar en sus<br />

pensamientos ya afincado en su tierra natal, a <strong>la</strong> que empezó a considerar como<br />

asentamiento privilegiado para situar estas reservas, y con este objetivo<br />

comenzó a visitar parajes próximos a <strong>la</strong> Ciudad buscando un terreno que<br />

reunieran <strong>la</strong>s condiciones adecuadas para albergar e instruir estas unidades.<br />

37


38<br />

Visitados los campos de Viator al pie de Sierra Alhamil<strong>la</strong>, vio en <strong>el</strong>los <strong>el</strong><br />

terreno ideal para su proyecto y, auxiliado de los oficiales de ingenieros Paniagua<br />

y Acosta e<strong>la</strong>boró en 1911 un completo proyecto de cuart<strong>el</strong>es para albergar una<br />

brigada de Cazadores a seis batallones de mil hombres, un regimiento de<br />

Caballería de quinientos caballos, un regimiento mixto de Artillería con un grupo<br />

montado y otro de montaña y otras fuerzas auxiliares, así mismo comprobó que<br />

<strong>la</strong>s condiciones d<strong>el</strong> campo de Viator reunía todas <strong>la</strong>s característica necesarias<br />

para <strong>la</strong> correcta instrucción y adiestramiento de <strong>la</strong>s unidades.<br />

El proyecto, acogido con entusiasmo por <strong>el</strong> Ayuntamiento de Almería, que<br />

veía en <strong>el</strong>lo una oportunidad de progreso económico, fue remitido por<br />

Sotomayor al general Luque, Ministro de <strong>la</strong> Guerra, pero <strong>la</strong> muerte <strong>el</strong> 25 de<br />

julio de 1912 d<strong>el</strong> general privo al proyecto de su principal valedor, lo que unido<br />

a <strong>la</strong> dejadez d<strong>el</strong> Gobierno en <strong>la</strong> organización de <strong>la</strong>s citadas reservas dejo <strong>el</strong><br />

proyecto en <strong>el</strong> olvido d<strong>el</strong> Ministerio.<br />

No es hasta <strong>la</strong> dictadura d<strong>el</strong> general Primo de Rivera cuando <strong>el</strong> proyecto de<br />

unidades de reserva para <strong>el</strong> Ejército de África recobra vida y, a finales de 1923,<br />

<strong>el</strong> Ayuntamiento, que no había olvidado <strong>el</strong> proyecto de Sotomayor, inicia<br />

acciones para conseguir ser sede de estas unidades en pugna con otras capitales<br />

como Alicante o Má<strong>la</strong>ga, confirmándose Viator en febrero de 1924 como uno<br />

de los asentamientos e iniciándose <strong>la</strong>s obras por zapadores militares en abril.<br />

El 21 de julio, Primo de Rivera visita brevemente Almería procedente de<br />

M<strong>el</strong>il<strong>la</strong> tras su histórica visita al Ejército de África para comunicar su p<strong>la</strong>n de<br />

acción para <strong>el</strong> Protectorado y, entre los actos programados, inspecciona <strong>la</strong>s<br />

obras d<strong>el</strong> campamento de Viator, donde descubre una lápida conmemorativa<br />

que recuerda al que fue visionario y promotor de aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s insta<strong>la</strong>ciones, <strong>el</strong><br />

general Álvarez de Sotomayor. Su nombre pasó a identificar desde entonces<br />

<strong>el</strong> campamento, hoy base, y Campo de Tiro y Maniobras, que hoy en día<br />

conserva <strong>la</strong> importancia estratégica y condiciones para <strong>el</strong> adiestramiento que<br />

entonces supo vislumbrar <strong>el</strong> general almeriense.<br />

EL ENTERRAMIENTO<br />

Fallecido por enfermedad, fue sepultado en Cuevas de Vera, su lugar de<br />

nacimiento, <strong>el</strong> 27 de julio de 1912. En <strong>el</strong> libro de registro d<strong>el</strong> cementerio figura<br />

<strong>el</strong> destalle d<strong>el</strong> panteón en que fueron depositados sus restos, <strong>el</strong> 743, en una<br />

sepultura de 1ª C<strong>la</strong>se con féretro de madera, siendo su viuda <strong>la</strong> señora doña<br />

Josefina Ramírez Cortes. Sin embargo, ninguna <strong>la</strong>pida ni identificación figura<br />

en <strong>el</strong> mencionado nicho y su recuerdo se ha desvanecido en <strong>el</strong> campo santo,


donde si perdura <strong>el</strong> magnífico monumento funerario de su sobrino, <strong>el</strong> c<strong>el</strong>ebrado<br />

poeta almeriense Jose María Martínez Álvarez de Sotomayor, que inmortalizo<br />

en su poemario Campanario <strong>la</strong> figura de su tío con los versos que recitó ante<br />

Primo de Rivera <strong>el</strong> día de su visita a Viator.<br />

1 Antonio Vallecillo (1807-1880),<br />

Jose Almirante (1823-1894), Francisco<br />

Vil<strong>la</strong>martin (1833-1872), o Carlos<br />

Banus y Comas (1852-1934) en <strong>el</strong><br />

ámbito d<strong>el</strong> pensamiento militar; José<br />

Aparici (1791-1857), <strong>el</strong> conde de<br />

Clonard (1793-1862), Serafín<br />

Estébanez (1799-1867), Adolfo<br />

Carrasco (1830-1906), Francisco<br />

Barado (1853-1922), los hermanos<br />

Luis y Fernando Fernández de<br />

Córdoba (1798/1840 y 1809/1883),<br />

Eduardo Fernandez San Román (1818-<br />

NOTAS<br />

1887), José Gómez de Arteche (1821-<br />

1906), Valeriano Weyler (1838-1930)<br />

o Francisco Martín Arrúe (1850-1915)<br />

en <strong>el</strong> terreno de <strong>la</strong> historia; tratadistas<br />

militares como Evaristo San Migu<strong>el</strong><br />

(1785-1862), Manu<strong>el</strong> Gutiérrez de <strong>la</strong><br />

Concha (1800-1874), Luis Fernández<br />

de Córdoba y Remón Zarco d<strong>el</strong> Valle<br />

(1853-1906), Arturo Cotar<strong>el</strong>o y<br />

Valenzue<strong>la</strong> (1840-1898) y Jose Vil<strong>la</strong>lba<br />

Riqu<strong>el</strong>me (1856-1936) entre otros<br />

39


40<br />

A LA MEMORIA DEL GENERAL SOTOMAYOR<br />

Ufano porque llevo su ap<strong>el</strong>lido<br />

y más ufano por haber nacido<br />

en <strong>la</strong>s tierras ardientes de Almería,<br />

alzo <strong>la</strong> voz poniendo en mis acentos<br />

un inmenso raudal de sentimientos<br />

en <strong>la</strong> pobre expresión de mi poesía.<br />

Hubiera sido a <strong>la</strong>s justicia ultraje<br />

no rendir <strong>la</strong> provincia un homenaje<br />

al hijo que no tuvo otros quehaceres<br />

que vivir a <strong>la</strong> Patria consagrado<br />

en sus altos deberes de soldado<br />

y haciendo r<strong>el</strong>igión de esos deberes.<br />

Laborioso en <strong>la</strong> paz, su int<strong>el</strong>igencia<br />

supo arrancar inventos a <strong>la</strong> ciencia;<br />

entre los suyos prodigó cariño,<br />

y en los recios p<strong>el</strong>igros de campaña<br />

ponía al descubierto por España<br />

aqu<strong>el</strong> gigante corazón de niño.<br />

De los campos de Cuba y de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong><br />

prestigioso su nombre y sin mancil<strong>la</strong><br />

tornó a su Patria. Y en decir sencillo<br />

re<strong>la</strong>taba proezas de su gente<br />

mientras iban marcándose en su frente<br />

los sublimes dest<strong>el</strong>los d<strong>el</strong> caudillo.<br />

Y al narrar de <strong>la</strong>s épicas jornadas<br />

parece que sus venas incendiadas<br />

hacían romper su corazón de atleta<br />

derramándose en l<strong>la</strong>nto gota a gota<br />

cual fluyen de mi lira nota a nota<br />

mis sentidas nostalgias de poeta.<br />

En servicio de España y de su Rey<br />

entorchados ganó de oro de ley:<br />

no al acaso debidos ni a <strong>la</strong> suerte.<br />

¡Valió Sotomayor porque valía;<br />

porque <strong>la</strong> luz que en su cerebro ardía<br />

no <strong>la</strong> pudo apagar más que <strong>la</strong> muerte!<br />

Anciano ya y enfermo de <strong>la</strong> guerra<br />

buscó <strong>la</strong>s calideces de esta tierra;<br />

puso en <strong>el</strong><strong>la</strong> su afán y sus desv<strong>el</strong>os,<br />

y una tarde… a sus pies, puesto de hinojos,<br />

mi propia mano le cerró los ojos<br />

en <strong>el</strong> viejo so<strong>la</strong>r de mis abu<strong>el</strong>os.<br />

Aquí en <strong>la</strong> tierra de mi rudo canto,<br />

en <strong>el</strong> recinto de su camposanto<br />

donde <strong>la</strong>bra <strong>el</strong> dolor sus escondrijos,<br />

Cuevas hará de su sepulcro un templo<br />

que a nuestros hijos servirá de ejemplo<br />

y a los hijos también de nuestros hijos.


CAÑÓN DE ACERO DE 8 CM - SISTEMA SOTOMAYOR<br />

Calibre 8 cms (78,5 mm)<br />

Longitud de <strong>la</strong> boca de fuego 2.215 m<br />

Número de rayas 16<br />

Peso de <strong>la</strong> pieza 608 Kg - 285 Kg boca fuego 332 Kg cureña<br />

Peso d<strong>el</strong> Proyectil 6.3 Kg<br />

Peso de <strong>la</strong> carga de pryn. 1,55 Kg<br />

Número de cargas Única<br />

Tipo de proyectiles Granada ordra con bandas de Cu en <strong>el</strong> culote<br />

Tipo de espoletas Percusión mod. 1882 Atiempos mod. 1880<br />

Tipo de estopín De fricción<br />

V<strong>el</strong>ocidad inicial 450 m/seg<br />

Alcance máximo 5.100 m<br />

Sistema de cierre De tornillo tres sectores lisos y tres rascados<br />

Sistema de puntería Alza y punto de mira mod. Armstrong<br />

Sistema <strong>el</strong>ástico No<br />

Número de caballos o mulos 6 en guerra, 4 en paz<br />

ARMÓN Y CARRO DE MUNICIONES<br />

La cureña estaba formada por gualderas de acero, t<strong>el</strong>eras de chapa y argollón de<br />

contera, entre <strong>la</strong>s gualderas había una caja para accesorios.<br />

El mecanismo de puntería era mediante un tornillo de puntería que se hacía girar<br />

mediante un vo<strong>la</strong>nte.<br />

El armón era metálico con cajas de madera; <strong>la</strong> diferencia fundamental con <strong>la</strong>s de<br />

otras piezas era que estaban completamente separados los cartuchos de los proyectiles<br />

de los cebos, disminuyendo así <strong>la</strong> probabilidad de explosión. Tenía <strong>el</strong> centro de gravedad<br />

muy bajo para evitar que volcara con facilidad.<br />

Las dos cajas de proyectiles llevaban en total 18 proyectiles. Los 18 cartuchos iban<br />

situados en <strong>la</strong>s cajas cartucheras.<br />

Sobre <strong>la</strong>s cajas cartucheras y <strong>la</strong>s de accesorios se colocaban tres almohadones que<br />

servían de asiento a tres artilleros, cuando <strong>el</strong> material no se destinaba a <strong>la</strong>s baterías a<br />

caballo, en este caso no era posible que los sirvientes fueran sentados por los<br />

movimientos bruscos de <strong>la</strong> pieza a galope, por lo que iban todos a caballo.<br />

El carro de municiones llevaba <strong>la</strong>s cajas de municiones y cartucheras idénticas a <strong>la</strong>s<br />

d<strong>el</strong> armón, más respetos diversos incluidos tres calderos de 15,20 y 25 litros<br />

respectivamente.<br />

En total <strong>el</strong> número de disparos transportados por <strong>la</strong> pieza entre <strong>el</strong> armón de arrastre<br />

de <strong>la</strong> pieza, <strong>el</strong> armón y carro de municiones era de 54.<br />

En <strong>la</strong>s baterías a caballo armadas con este material contaban además con una cureña<br />

de respeto, enganchada a uno de los armones, con dos ruedas adicionales de respeto, para<br />

atender <strong>la</strong>s frecuentes roturas de éstas en los cambios de posición al galope.<br />

41


SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL,<br />

MÉDICO MILITAR<br />

Antonio García Moya<br />

El estudioso científico que en <strong>el</strong> año 1906 recibiera de <strong>la</strong> Academia Sueca<br />

<strong>el</strong> Premio Nób<strong>el</strong> de Fisiología y Medicina no dedicó su vida por completo al<br />

estudio. Tras finalizar <strong>la</strong> carrera de medicina, vivió una intensa etapa militar<br />

en los turbulentos años de <strong>la</strong> I República, tomando parte en dos de <strong>la</strong>s<br />

guerras que entonces libraba <strong>el</strong> Ejército Español.<br />

La situación de España era verdaderamente comprometida, <strong>la</strong>s continuas<br />

reformas que sufrió <strong>el</strong> reclutamiento militar dieron origen al caos.<br />

Finalmente, <strong>el</strong> gobierno se vio necesitada d<strong>el</strong> Ejercito para salvar <strong>la</strong><br />

situación y aprobó <strong>el</strong> l<strong>la</strong>mamiento a fi<strong>la</strong>s de 80.000 hombres, medida que<br />

habría de cambiar <strong>la</strong> vida de muchos jóvenes españoles, entre <strong>el</strong>los, <strong>la</strong> de<br />

Santiago Ramón y Cajal.<br />

SITUACIÓN POLÍTICA Y MILITAR<br />

El 11 de febrero de 1873 Amadeo de Saboya abdicaba de <strong>la</strong> corona<br />

españo<strong>la</strong> tras <strong>el</strong> conflicto denominado “<strong>la</strong> cuestión de los artilleros”,<br />

surgido en <strong>el</strong> cuerpo de artillería a causa d<strong>el</strong> nombramiento d<strong>el</strong><br />

general Hidalgo como capitán general de Vascongadas. Se proc<strong>la</strong>maba en<br />

Madrid <strong>la</strong> República y <strong>el</strong> Ejército tendría que soportar uno de los episodios<br />

más ingratos de su historia.<br />

Las Cortes <strong>el</strong>igieron como presidente d<strong>el</strong> poder ejecutivo a Estanis<strong>la</strong>o<br />

Figueras. Días más tarde, <strong>el</strong> 17 de febrero, se aprobaba una ley que suprimía<br />

<strong>la</strong>s quintas, estableciendo que <strong>la</strong> defensa nacional se compusiera de Ejercito<br />

activo y reserva, siendo soldados voluntarios, retribuidos con 1 peseta al día,<br />

los que constituirían <strong>el</strong> Ejército. Dando así origen, en nuestro país al primer<br />

ejercito profesional en <strong>la</strong> Edad Contemporánea. La reserva, <strong>la</strong> constituirían los<br />

mozos con 20 años cumplidos <strong>el</strong> 1 de enero de cada año. Pero <strong>el</strong> 17 de marzo<br />

se publicaba un decreto por <strong>el</strong> cual se creaban 80 unidades denominadas<br />

“Batallones de Voluntarios Francos de <strong>la</strong> República”, cuyos soldados<br />

cobrarían 2 pesetas diarias, a <strong>la</strong> vez que obligaba a permanecer en sus unidades<br />

43


44<br />

a los soldados de reemp<strong>la</strong>zo de 1868 y siguientes. Como es lógico estas<br />

reorganizaciones dieron origen a multitud de problemas en <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s d<strong>el</strong> Ejército.<br />

De <strong>la</strong>s 48.000 vacantes, apenas se habían cubierto 10.000 llegado <strong>el</strong> verano. La<br />

gestión de Figueras fue débil e ineficaz, siendo sus principales problemas <strong>la</strong><br />

sublevación en Cataluña, <strong>la</strong> conspiración monárquica y <strong>la</strong> Guerra Carlista.<br />

La huida a Francia d<strong>el</strong> Presidente Figueras provocó <strong>la</strong> convocatoria de<br />

Cortes Constituyentes y <strong>el</strong> 1 de junio era <strong>el</strong>egido presidente Pi y Margall. El<br />

12 de julio estalló <strong>la</strong> revu<strong>el</strong>ta cantonal en Andalucía y Levante y, <strong>el</strong> 13, se<br />

constituyó <strong>el</strong> gobierno cantonal de Cartagena – que subsistiría hasta <strong>el</strong> 12 de<br />

enero de 1874-. El ministro de <strong>la</strong> Guerra, Nicolás Estébanez, decretó <strong>la</strong><br />

disolución de los “Batallones de Voluntarios Francos” y ordenó <strong>la</strong> movilización<br />

de batallones de reserva preparando un proyecto de ley para instaurar <strong>el</strong><br />

servicio militar obligatorio, sin sustitución ni redención, por un periodo de tres<br />

años 1 . El 18 de julio caía <strong>el</strong> Presidente Pi y Margall. Fue sustituido por Nicolás<br />

Salmerón que llegó al Gobierno con <strong>el</strong> compromiso de reorganizar <strong>la</strong>s<br />

unidades militares, restablecer <strong>la</strong> disciplina y acabar con <strong>la</strong>s sublevaciones<br />

cantonales. La aprobación d<strong>el</strong> proyecto implicaba <strong>el</strong> reconocimiento de <strong>la</strong><br />

República de su error al suprimir <strong>la</strong>s quintas y así fue como, <strong>el</strong> 16 de agosto<br />

fueron l<strong>la</strong>maron a fi<strong>la</strong>s 80.000 reservistas. La puesta en marcha d<strong>el</strong> Ejercito,<br />

rehabilitando sus cuadros y devolviéndole funciones y disciplina, produjo los<br />

efectos esperados. Al final d<strong>el</strong> verano, <strong>la</strong>s insurrecciones andaluza, valenciana<br />

y murciana estaban bajo control. Solo <strong>el</strong> Cantón de Cartagena se mantenía. La<br />

exigencia de <strong>la</strong> jerarquía militar para <strong>el</strong> restablecimiento de <strong>la</strong> pena capital<br />

para mantener con éxito <strong>la</strong> lucha contra los cantonales y carlistas, medida que<br />

<strong>el</strong> presidente entendía necesaria, pero contraria a sus principios, motivó su<br />

dimisión <strong>el</strong> 7 de septiembre de 1873.<br />

El 8 de septiembre fue proc<strong>la</strong>mado presidente Emilio Caste<strong>la</strong>r. Los<br />

problemas se mostraban firmes ante <strong>la</strong> República: <strong>el</strong> Ejercito de Cataluña<br />

mantenía una preocupante situación de indisciplina; los carlistas se<br />

encontraban a <strong>la</strong>s puertas de importantes ciudades; <strong>el</strong> Cantón de Cartagena; <strong>la</strong><br />

pujante insurrección de Cuba – <strong>la</strong> guerra ya iba para cinco años- y <strong>la</strong> apurada<br />

situación financiera d<strong>el</strong> país. Apenas cuatro meses más tarde, <strong>el</strong> 2 de enero de<br />

1874, dimitía Caste<strong>la</strong>r propiciando que <strong>el</strong> general Pavía diera un golpe de<br />

estado. El 3 de enero se formó un gobierno de alianza entre conservadores,<br />

republicanos unitarios y radicales que presidía <strong>el</strong> general Serrano. En febrero,<br />

Serrano, presidente de <strong>la</strong> República, nombró presidente de gobierno a Zava<strong>la</strong>.


Un año más tarde, a principios de enero de 1875, <strong>el</strong> general Martínez Campos<br />

precipitaba los acontecimientos políticos y con <strong>el</strong>los <strong>la</strong> llegada a España de<br />

Alfonso XII que entraba en Madrid vistiendo <strong>el</strong> uniforme de capitán general.<br />

RAMÓN Y CAJAL ENTRA EN LA MILICIA<br />

En junio de 1873, con veintiún años - había nacido en Petil<strong>la</strong> de Aragón<br />

<strong>el</strong> 1 de mayo de 1852-, Santiago Ramón y Cajal obtenía <strong>el</strong> título de<br />

licenciado en medicina.<br />

La Orden d<strong>el</strong> Gobierno de <strong>la</strong> República le nombraba, <strong>el</strong> 31 de agosto de<br />

1873, Segundo Ayudante Médico. Según sus memorias “vime obligado a<br />

dormir en <strong>el</strong> cuart<strong>el</strong>, a comer rancho y a hacer <strong>el</strong> ejercicio”. Mas no debía<br />

temer <strong>el</strong> joven doctor, en absoluto, <strong>el</strong><br />

esfuerzo físico, ya que estaba dotado de una<br />

constitución física envidiable - en <strong>la</strong>s fiestas<br />

patronales de Valpalmas en 1872, tras<br />

vencer en un concurso de barra aragonesa 2 ,<br />

fue capaz de cargarse a <strong>la</strong> espalda un cahiz<br />

de más de 180 Kg. de peso-. Era f<strong>el</strong>iz<br />

siendo soldado. El patriotismo y afán de<br />

aventura de aqu<strong>el</strong> joven, que años más tarde<br />

se definiría como un “idealista<br />

impenitente”, encontraron un buen destino<br />

en <strong>el</strong> Ejército.<br />

Tan pronto como se convocaron oposiciones<br />

a médicos de Sanidad Militar pidió permiso<br />

para estudiar y se presentó al examen. Había<br />

estudiado poco más de dos meses y, ante un<br />

centenar de opositores, pese a llegar tarde a<br />

<strong>la</strong> prueba, obtuvo <strong>el</strong> número seis de treinta<br />

y dos p<strong>la</strong>zas.<br />

El 1 de septiembre de 1873 obtuvo <strong>el</strong><br />

ascenso a Medico Segundo de Sanidad y fue destinado al 1er. Batallón d<strong>el</strong><br />

Regimiento de Infantería de Burgos nº 36.<br />

OCHO MESES EN LA GUERRA CARLISTA<br />

Ramón y Cajal de joven<br />

Él recién ascendido Medico Segundo, se incorporó a su unidad en Lérida. El<br />

Regimiento de Burgos había mantenido un serio enfrentamiento con los carlistas<br />

en <strong>el</strong> mes de junio de este año en Igua<strong>la</strong>da. Cajal pasaría ocho meses en esta<br />

45


46<br />

unidad y se puede decir que le acompañó <strong>la</strong> fortuna de una etapa tranqui<strong>la</strong> de <strong>la</strong><br />

guerra -a pesar de los suspiros d<strong>el</strong> joven doctor por un poco de acción-.<br />

La guerra carlista se caracterizó por <strong>la</strong> misteriosa aparición de poderosos<br />

ejércitos de un día a otro; otros, perfectamente organizados, pasaban a ser<br />

simples partidas en <strong>el</strong> transcurso de una noche. El fervor incontro<strong>la</strong>do hacia<br />

<strong>la</strong> causa llegó, en ocasiones, al fanatismo y al desprecio de <strong>la</strong> muerte,<br />

dándose combates inhumanos y atrocidades en <strong>el</strong> teatro de operaciones a <strong>la</strong><br />

vez que <strong>el</strong> espionaje y <strong>la</strong> observación sin entrar en combate entre los<br />

contendientes fue una constante.<br />

El Regimiento de Burgos, junto a un<br />

batallón de cazadores, un escuadrón de<br />

coraceros y algunas baterías de campaña,<br />

sumaban entre 1.400 y 1.600 hombres 3 , a<br />

<strong>la</strong>s órdenes d<strong>el</strong> coron<strong>el</strong> D. Salvador<br />

Tomasetti y Abances, a quien Cajal se<br />

refiere en sus memorias como “simpático y<br />

caballeroso coron<strong>el</strong>”.<br />

La República combatía a <strong>la</strong>s partidas<br />

reb<strong>el</strong>des en Cataluña, en <strong>la</strong> denominada<br />

Tercera Guerra Carlista. La situación en<br />

Cataluña había mejorado con <strong>la</strong> co<strong>la</strong>boración<br />

de los liberales civiles, una vez que Caste<strong>la</strong>r<br />

activó, por Decreto, <strong>la</strong> Milicia Nacional<br />

Local p<strong>revista</strong> ya en <strong>la</strong> Ordenanza de 1922 4 .<br />

Poco tardó en salir <strong>el</strong> nuevo oficial de<br />

Escudo d<strong>el</strong> Regimiento<br />

de Burgos<br />

operaciones con su unidad. En aqu<strong>el</strong>los<br />

f<strong>el</strong>ices meses, persiguieron a los carlistas de<br />

Tristany, Savalls y otras partidas por <strong>la</strong> región<br />

de Urg<strong>el</strong>, marchando por los caminos y veredas de Ba<strong>la</strong>guer, Tremp, Tárrega,<br />

Cervera, Verdú, Igua<strong>la</strong>da, Borjas,... El Médico Segundo Cajal, a pesar de<br />

disponer de un caballo - como oficial era p<strong>la</strong>za montada- realizaba <strong>la</strong>s<br />

marchas a pie acompañando a su practicante. En los casi ocho meses que<br />

estuvo destinado en <strong>el</strong> Regimiento de Burgos, nunca coincidieron con los<br />

carlistas,“En ocho meses no tuve ocasión de oír <strong>el</strong> silbido de <strong>la</strong>s ba<strong>la</strong>s ni de<br />

curar un herido”. Lo más próximo a <strong>la</strong> acción, aconteció encontrándose <strong>la</strong><br />

unidad pernoctando en Tárrega. Antes d<strong>el</strong> alba <strong>el</strong> corneta tocó Diana. Parece<br />

ser que durante <strong>la</strong> noche, <strong>el</strong> coron<strong>el</strong> había recibido orden d<strong>el</strong> Capitán General<br />

de ponerse en camino lo más diligentemente posible hacia <strong>el</strong> Bruch, donde


debía escoltar un convoy salido de Barc<strong>el</strong>ona con dirección a Berga. La<br />

columna recorrió catorce leguas para llegar a Manresa, con <strong>la</strong> amenaza<br />

constante de caer en una emboscada en los desfi<strong>la</strong>deros d<strong>el</strong> río Llobregat, al<br />

siguiente día de marcha alcanzaron Berga. Pero <strong>el</strong> enemigo no parecía tener<br />

intenciones de combatir y, como siempre, ni apareció. Días mas tarde<br />

recorrerían <strong>el</strong> camino a <strong>la</strong> inversa regresando a Tárrega. Cajal recordaría en<br />

sus memorias los alojamientos en <strong>la</strong>s casas de comerciantes y <strong>la</strong>bradores que<br />

brindaban su hospitalidad a <strong>la</strong>s fuerzas d<strong>el</strong> Gobierno y aun <strong>el</strong> recuerdo de<br />

una de <strong>la</strong>s hijas d<strong>el</strong> médico de Sallent, esb<strong>el</strong>ta y rubia que le causó viva<br />

impresión “Si en vez de pasar una noche en aqu<strong>el</strong> hogar apacible, prolongo<br />

<strong>la</strong> estancia una semana, me enamoro perdidamente. ¡Entonces los <strong>la</strong>boriosos<br />

cata<strong>la</strong>nes amaban a España y a sus soldados!<br />

La fortuna había de cambiar su vida. Por sorteo fue destinado al Ejercito<br />

Expedicionario de <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de Cuba 5 . El carácter de Cajal, sus sueños de juventud<br />

le llevaron a escribir más tarde “En vez de <strong>la</strong>mentar <strong>el</strong> resultado d<strong>el</strong> sorteo<br />

sentí íntima satisfacción; iba a cruzar <strong>el</strong> Atlántico como los famosos y heroicos<br />

descubridores d<strong>el</strong> nuevo mundo”. El 30 de abril de 1874 causaría baja en <strong>el</strong><br />

Regimiento de Burgos, donde había permanecido ocho meses, siendo<br />

ascendido a Médico Primero de Ultramar con destino al Ejército<br />

Expedicionario de <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de Cuba 6 .<br />

Oficiales d<strong>el</strong> Ejército de Cuba<br />

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48<br />

Para <strong>la</strong> familia Ramón-Cajal no eran buenas fechas aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s. Pedro,<br />

hermano menor de Santiago, había abandonado <strong>la</strong> universidad y embarcado<br />

para Uruguay. Allí luchando como soldado en <strong>la</strong> Pampa, fue herido en varias<br />

ocasiones para, finalmente llegar a ser secretario de un jefe militar indio. Tras<br />

ocho años de ausencia regresó y retomó sus estudios de medicina.<br />

Al visitar Santiago a su familia en Zaragoza, chocó con <strong>el</strong> criterio de D. Justo,<br />

su padre, que intentó disuadirle de acudir al incierto destino en <strong>la</strong> is<strong>la</strong>,<br />

recordándole que su porvenir estaba en <strong>el</strong> profesorado y no en <strong>la</strong> milicia, pero <strong>el</strong><br />

impetuoso capitán consideraba un deber <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra empeñada en su compromiso:<br />

“Cuando termine <strong>la</strong> campaña será ocasión de seguir sus consejos; por<br />

ahora, mi dignidad me ordena compartir <strong>la</strong> suerte de mis compañeros de carrera<br />

y satisfacer mi deuda de sangre con <strong>la</strong> patria”.<br />

ALGUNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE SUS PRIMEROS<br />

CONTACTOS CON EL EJERCITO<br />

Hay cierta controversia entre los datos aportados por Ramón y Cajal en su<br />

obra “Mi Infancia y Juventud”: “...<strong>la</strong> l<strong>la</strong>mada “quinta de Caste<strong>la</strong>r”, es decir,<br />

<strong>el</strong> servicio militar obligatorio ordenado por <strong>el</strong> célebre tribuno para hacer<br />

frente a <strong>la</strong> gravedad de <strong>la</strong>s circunstancias políticas, malogró <strong>el</strong> programa<br />

paterno. Como todos los mozos útiles de aqu<strong>el</strong> reemp<strong>la</strong>zo, fui, pues, dec<strong>la</strong>rado<br />

soldado”, y su Hoja de Servicios. En esta comprobamos que <strong>el</strong> 31 de agosto<br />

de 1873, nuestro protagonista ya figuraba como Segundo Ayudante Médico. Es<br />

decir, había entrado en fi<strong>la</strong>s cuando aun Nicolás Salmerón era presidente. Mas,<br />

<strong>la</strong> fecha 31 de agosto de 1873, que es <strong>la</strong> primera que aparece en <strong>la</strong> citada Hoja,<br />

siembra dudas acerca de <strong>la</strong> fecha real de su alta en <strong>el</strong> Ejército cuando en “Mi<br />

infancia y Juventud” leemos: “No duró mucho mi vida de recluta.<br />

Anunciáronse por entonces oposiciones a médicos segundos de Sanidad<br />

Militar, y decidí acudir a <strong>el</strong><strong>la</strong>s. Si me sonreía <strong>la</strong> suerte y conseguía p<strong>la</strong>za, en<br />

vez de servir a <strong>la</strong> República de soldado raso, <strong>la</strong> serviría de oficial, con<br />

graduación de teniente. Con estas esperanzas solicité y obtuve de mis jefes<br />

permiso para tras<strong>la</strong>darme a Madrid y tomar parte en <strong>el</strong> certamen. Estudié de<br />

firme un par de meses, y tuve <strong>la</strong> satisfacción de ganar p<strong>la</strong>za...” ya llevaba<br />

algún tiempo en fi<strong>la</strong>s, al menos dos meses <strong>la</strong>rgos, pues ascendió a Medico<br />

Segundo con fecha 1 de septiembre.


LA GUERRA DE LOS 10 AÑOS<br />

En 1854, embajadores americanos en Europa redactaban <strong>el</strong> informe de<br />

Ostende en <strong>el</strong> que manifestaban: “Ciertamente, <strong>la</strong> Unión jamás podrá<br />

disfrutar de reposo, con una seguridad verdadera, mientras Cuba no esté<br />

dentro de sus límites. Su inmediata adquisición por parte de nuestro Gobierno<br />

es de capital importancia”.<br />

El informe exigía <strong>la</strong> venta de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> y si España no accedía, pedía una<br />

guerra para “liberar<strong>la</strong>” de los españoles.<br />

La guerra comenzó <strong>el</strong> 10 de octubre de 1868, con <strong>el</strong> “grito de Yara”. El<br />

hacendado cubano Carlos Manu<strong>el</strong> de Céspedes dirigió inicialmente <strong>la</strong>s<br />

operaciones. En 1869, durante <strong>el</strong> reinado de Amadeo de Saboya, 35.000<br />

voluntarios cubanos luchaban contra los insurrectos. El gobierno al intentar<br />

abolir <strong>la</strong> esc<strong>la</strong>vitud en <strong>la</strong> is<strong>la</strong>, se encontró con <strong>la</strong> oposición d<strong>el</strong> partido<br />

españolista de Cuba que formó, en España, <strong>la</strong> Liga Nacional contra <strong>la</strong>s<br />

reformas en Cuba.<br />

El 10 de abril de 1874, <strong>el</strong> general Concha tomaba posesión de <strong>la</strong> Capitanía<br />

General de Cuba. La situación era comprometida, <strong>la</strong> co<strong>la</strong>boración de los<br />

Estados Unidos con los insurrectos a<strong>la</strong>rgaban <strong>la</strong> guerra, <strong>la</strong> situación económica<br />

era preocupante y los refuerzos necesarios para llevar a buen fin <strong>la</strong> campaña<br />

militar, no llegaban. Tras <strong>la</strong> dimisión de Concha y más tarde d<strong>el</strong> general<br />

Portillo, estando Figueroa como Gobernador interino de <strong>la</strong> Is<strong>la</strong>, se iniciaron <strong>la</strong>s<br />

operaciones contra <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Máximo Gómez. El presidente Canovas nombró<br />

Capitán General al conde de Valmaseda, <strong>el</strong> cual mantuvo <strong>la</strong> actividad militar<br />

y se enfrentó a <strong>la</strong> invasión de Las Vil<strong>la</strong>s por Máximo Gómez. Canovas envió<br />

18.000 hombres de <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong>.<br />

En enero de 1876, <strong>el</strong> general Jov<strong>el</strong><strong>la</strong>r era nombrado nuevo capitán general<br />

de Cuba, en octubre d<strong>el</strong> mismo año <strong>el</strong> teniente general Martínez Campos<br />

llegaba a <strong>la</strong> is<strong>la</strong>, manteniendo en su puesto a Jov<strong>el</strong><strong>la</strong>r y, en equipo, supervisaron<br />

<strong>la</strong>s operaciones militares. El desgaste de los insurrectos y <strong>la</strong>s medidas políticas<br />

propiciaron <strong>la</strong> firma, <strong>el</strong> 10 de febrero de 1878, de <strong>la</strong> paz de Zanjón entre <strong>el</strong><br />

general Martínez Campos y <strong>el</strong> insurgente Vicente García. La Is<strong>la</strong> de Cuba<br />

obtenía concesiones autonómicas simi<strong>la</strong>res a <strong>la</strong>s de Puerto Rico y se<br />

confirmaba <strong>la</strong> libertad de los esc<strong>la</strong>vos en <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s insurrectas.<br />

La contienda había tenido un alto precio en muertos: 140.000 españoles y<br />

60.000 insurrectos.<br />

49


50<br />

EL CAPITÁN RAMÓN Y CAJAL EN SU PRIMER DESTINO EN<br />

ULTRAMAR<br />

Nuestro protagonista embarcó en Cádiz, en <strong>el</strong> vapor “España”, <strong>el</strong> 17 de<br />

junio, luciendo sus tres estr<strong>el</strong><strong>la</strong>s en <strong>la</strong> manga, rumbo a América. Su genio<br />

aventurero, sin duda, le convertía en protagonista de gestas heroicas. Sin<br />

embargo, <strong>el</strong> destino iba a aproximarle a algo más parecido a una pesadil<strong>la</strong>.<br />

Dieciséis días de navegación fueron necesarios para arribar en San Juan de<br />

Puerto Rico. Dos días más tarde llegaba a La Habana, allí interrogado acerca<br />

de <strong>la</strong> conspiración para <strong>la</strong> proc<strong>la</strong>mación de Alfonso XII, <strong>el</strong> joven Cajal afirmó<br />

que <strong>la</strong> República contaba con <strong>la</strong> confianza d<strong>el</strong> Ejército 7 . Recibió como<br />

respuesta “Veo paisano que vive usted en <strong>el</strong> limbo”. Mocetón sin experiencia<br />

en <strong>la</strong> vida, no llegó a integrarse con <strong>el</strong> resto de <strong>la</strong> oficialidad -dada entonces a<br />

los cuatro vicios de <strong>la</strong> is<strong>la</strong>: <strong>el</strong> tabaco, <strong>la</strong> ginebra, los naipes y <strong>la</strong>s mujeres-, así<br />

que los ocho días que permaneció en La Habana los empleó en recorrer <strong>la</strong>s<br />

calles de <strong>la</strong> ciudad, distrayéndose con <strong>la</strong> fotografía y <strong>el</strong> dibujo, sus aficiones<br />

favoritas, manteniendo una actitud reservada y discreta hacia <strong>el</strong> resto de sus<br />

compañeros que propiciaba desconfianzas. Terminado <strong>el</strong> periodo de<br />

aclimatación llegó <strong>el</strong> momento de recibir un destino.<br />

La sanidad militar se encontraba en <strong>la</strong> is<strong>la</strong> escasa de personal y limitada de<br />

medios, según pa<strong>la</strong>bras d<strong>el</strong> Capitán General Jefe d<strong>el</strong> Ejército de <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de<br />

Cuba, en 1873, Candido Pi<strong>el</strong>tain: “a causa de nuestra ya proverbial<br />

mezquindad para todo lo verdaderamente útil”. Este año se aumentó <strong>la</strong> brigada<br />

sanitaria quedando con 9 oficiales, 9 subayudantes, 30 sargentos, 40 cabos,<br />

450 sanitarios y 520 de tropa.<br />

En Cuba, para un médico militar, había tres c<strong>la</strong>ses de destinos, muy<br />

diferentes entre si: los hospitales, donde <strong>el</strong> doctor se mantenía en <strong>la</strong> civilización<br />

y <strong>la</strong>s penalidades físicas eran absolutamente inexistentes; los batallones de<br />

campaña, donde <strong>el</strong> médico se desp<strong>la</strong>zaba con <strong>el</strong> resto de <strong>la</strong>s fuerzas en<br />

campaña corriendo riesgos, pero tras unas jornadas en <strong>el</strong> campo, regresaba a<br />

<strong>la</strong> ciudad donde podía recuperarse y además cobrar con cierta puntualidad; <strong>el</strong><br />

tercero eran <strong>la</strong>s trochas, que <strong>el</strong> catedrático José Gómez Sánchez 8 describe así:<br />

“estaban destinadas a convertirse en pudridero donde los soldados<br />

peninsu<strong>la</strong>res, especialmente sensibles a un ambiente d<strong>el</strong>etéreo al que, en estas<br />

condiciones, no era posible aclimatarse, morían sin gloria o era necesario<br />

repatriar convertidos en un despojo que, con frecuencia, no llegaba con vida<br />

a <strong>la</strong>s costas de su Patria”. Y empleando <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras d<strong>el</strong> mismo autor “ de <strong>la</strong>s<br />

que, con frecuencia, <strong>el</strong> médico no volvía jamás” .


El recién llegado portaba cartas de recomendación que su padre, D. Justo,<br />

le había proporcionado para <strong>el</strong> Capitán General, pero su sentido ético, que años<br />

más tarde él mismo definiría como “sandiamente quijotesco”, le impulsaron a<br />

no utilizar<strong>la</strong>s. En <strong>la</strong> asignación de destinos, le correspondió <strong>la</strong> enfermería de<br />

<strong>la</strong> trocha de Vista Hermosa, en <strong>el</strong> distrito<br />

de Puerto Príncipe (provincia de<br />

Camagüey), en <strong>la</strong> 1ª Brigada de <strong>la</strong> 2ª<br />

División, donde permanecería algo más<br />

de dos meses y medio. Era esta posición<br />

una de <strong>la</strong>s más ais<strong>la</strong>das y p<strong>el</strong>igrosas de <strong>la</strong><br />

is<strong>la</strong>– a diario había tiroteos entre los<br />

insurrectos y los centine<strong>la</strong>s españoles-.<br />

Cajal describe <strong>el</strong> puesto como “un<br />

pequeño pob<strong>la</strong>do extendido por <strong>la</strong>s<br />

faldas de un suave altozano, rodeado de<br />

extensos maniguales. En <strong>la</strong> eminencia<br />

más prominente alzábase un sólido fortín<br />

cuadrado, construido con gruesos troncos<br />

de árbol y surcado de aspilleras. En él se<br />

alojaba una mermada compañía...” El<br />

barracón de <strong>la</strong> enfermería se encontraba<br />

a escasa distancia protegido por dos<br />

El capitán Ramón y Cajal<br />

torreones. Una vez al mes se recibían de Puerto Príncipe <strong>la</strong>s raciones necesarias<br />

para <strong>la</strong> guarnición y enfermería. Las doscientas p<strong>la</strong>zas de esta, se encontraban<br />

completas por enfermos de paludismo, disentería y otros males.<br />

Cuenta Cajal en sus “Recuerdos de Infancia y Juventud” que no disponía<br />

de otros medicamentos más que de quinina y láudano para aliviar los males de<br />

sus enfermos. El nuevo oficial médico disponía de un cuartito, separado por un<br />

tabique de tab<strong>la</strong>s, en <strong>el</strong> que se acumu<strong>la</strong>ban <strong>la</strong>s armas de los soldados muertos,<br />

correajes, cajas de alimentos y botes de medicamentos. Los pocos ratos libres<br />

los empleó en aprender inglés y practicar <strong>la</strong> fotografía en un improvisado<br />

<strong>la</strong>boratorio que montó en aqu<strong>el</strong> apartado. En tales condiciones no pasó mucho<br />

tiempo antes de que contrajese <strong>el</strong> paludismo, a pesar de lo cual continuó<br />

manteniendo <strong>la</strong> enfermería y aún sostuvo <strong>el</strong>evado <strong>el</strong> animo y <strong>el</strong> espíritu: “...<br />

había perdido <strong>el</strong> apetito y <strong>la</strong>s fuerzas; <strong>el</strong> bazo se hipertrofiaba; <strong>la</strong> color tornose<br />

amarillenta; andaba premiosamente y <strong>la</strong> anemia, ¡<strong>la</strong> terrible anemia<br />

palúdica!, se iniciaba con todo su cortejo de síntomas a<strong>la</strong>rmantes. Al fin quedé<br />

postrado, siéndome imposible atender a los enfermos. La situación sanitaria en<br />

51


52<br />

<strong>la</strong> is<strong>la</strong> era tan deficiente que por cada soldado muerto en combate, diez, caían<br />

víctimas de <strong>la</strong>s enfermedades tropicales.<br />

Ante una a<strong>la</strong>rma producida por <strong>el</strong> ataque enemigo, <strong>el</strong> jefe de <strong>la</strong> posición le<br />

sugirió ponerse a salvo en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> fuerte, <strong>la</strong> respuesta de Cajal no pudo<br />

ser otra: “No tenga usted cuidado, si los mambises atacan <strong>el</strong> hospital,<br />

sabremos defendernos; en todo caso es mi deber permanecer al <strong>la</strong>do de los<br />

enfermos”. Y tomando los Remington, doctor y enfermos hicieron frente a un<br />

enemigo que ni tan siquiera se dejó ver ante <strong>la</strong> disposición de <strong>la</strong>s fuerzas<br />

españo<strong>la</strong>s. “Una vez más se frustraba, por fortuna, mi loco anh<strong>el</strong>o de bélicas<br />

contiendas. En mi entusiasmo olvidaba a menudo que mi cometido no era<br />

batirme, sino curar dolientes. Bien se advierte que <strong>el</strong> ansia necia de<br />

notoriedad, de vanagloria, me perseguía hasta <strong>el</strong> lecho d<strong>el</strong> dolor”.<br />

El avance de <strong>la</strong> enfermedad forzó su evacuación a Puerto Príncipe, en cuyo<br />

hospital se recuperó y, durante un periodo de tiempo, se incorporó al turno de<br />

médicos guardia d<strong>el</strong> mismo. Allí contactó con viejas amistades y conoció al<br />

doctor Ledesma, diestro cirujano, recordando más tarde este periodo de tiempo<br />

– dos meses y doce días- como <strong>el</strong> más agradable de todo <strong>el</strong> que pasó en <strong>la</strong> is<strong>la</strong>,<br />

a pesar de haber cobrado tan solo los 125 pesos de <strong>la</strong> primera paga de capitán<br />

y ninguna mensualidad de <strong>la</strong>s que devengaba desde su llegada a Cuba, cuatro<br />

meses antes. El Habilitado General d<strong>el</strong> Cuerpo de Sanidad había huido a<br />

Estados Unidos en compañía de una “pe<strong>la</strong>ndusca” y 90.000 pesos oro,<br />

condenando al personal a mantenerse prácticamente de préstamos. Recurrió al<br />

Director d<strong>el</strong> Hospital, <strong>el</strong> cual reunió mediante una derrama entre los<br />

compañeros, 124 pesos y una muy ma<strong>la</strong> reputación para Cajal.”¿Quién diablos<br />

será este hombre que llegado apenas hace unos meses anda ya pordioseando<br />

en lugar de recurrir al crédito como aquí hace todo <strong>el</strong> mundo?”<br />

LAS TROCHAS<br />

La Is<strong>la</strong> de Cuba, con una longitud de unos 1.275 Km. – desde <strong>el</strong> Cabo de<br />

San Antonio a Punta Maisí- y una anchura media de 84 –desde 45 a 180 Km-<br />

, está dividida en cuatro regiones, Occidente, Las Vil<strong>la</strong>s, Camagüey y Oriente<br />

que, junto a los numerosos islotes que rodean <strong>la</strong> is<strong>la</strong>, tiene una superficie de<br />

114.504 kilómetros cuadrados. El su<strong>el</strong>o está cubierto principalmente, por<br />

vegetación tropical - bosques, cañaverales, prados- con frecuentes espacios<br />

pantanosos y ciénagas que dificultan <strong>el</strong> tránsito incluso en los caminos, que<br />

debían mantenerse continuamente atendidos a causa de <strong>la</strong> exuberante<br />

vegetación y <strong>la</strong>s lluvias.


En 1868 <strong>el</strong> origen de <strong>la</strong> sedición estuvo en Oriente y en <strong>el</strong> Camagüey.<br />

Las Vil<strong>la</strong>s y Occidente se mantuvieron dentro de <strong>la</strong> normalidad. La<br />

compartimentación de <strong>la</strong> is<strong>la</strong> mediante trochas transversales parecía,<br />

inicialmente, una buena idea pero, <strong>la</strong>mentablemente, no fue así.<br />

Las trochas eran unas líneas de bloqueo destinadas a interceptar <strong>el</strong> paso de<br />

recursos y de personal enemigo 9 . Estas líneas estaban construidas a lo <strong>la</strong>rgo de<br />

varios kilómetros bordeadas de empalizadas, donde se había desmontado <strong>la</strong><br />

vegetación en anchuras variables, entre 40 y 200 metros aproximadamente.<br />

Estaban defendidas por fortines de madera provistos de una trinchera y con<br />

una guarnición de soldados, situados a intervalos variables, desde uno a cinco<br />

kilómetros, además, a espacios intermedios más reducidos se construyeron<br />

fortines o blocaos - construidos en madera, con un parapeto de grava- ocupados<br />

por pequeños destacamentos. De vez en cuando, a lo <strong>la</strong>rgo de los caminos, se<br />

encontraba un centro militar, constituido por un fuerte, con lugares para<br />

alojamiento, enfermería, depósitos y otras insta<strong>la</strong>ciones, estaban ocupados por<br />

retenes de cierta importancia. Los campesinos se asentaban en <strong>la</strong>s<br />

inmediaciones de estos centros originando, en ocasiones, verdaderos pob<strong>la</strong>dos.<br />

Era importante que <strong>la</strong> guarnición allí destacada, conociese bien <strong>la</strong> zona<br />

asignada para, de una forma desahogada vigi<strong>la</strong>r, informar o combatir al<br />

enemigo. Para prestar un servicio eficaz hubiese sido necesario dotar <strong>la</strong>s trochas<br />

con medios complementarios como eficaces a<strong>la</strong>mbradas, minas, alumbrado<br />

nocturno y puestos con guarniciones en aceptables condiciones de adiestramiento<br />

y salud. Todo esto era totalmente impensable en <strong>la</strong> España d<strong>el</strong> siglo XIX.<br />

Al contrario de su objetivo inicial, <strong>la</strong>s trochas se convirtieron en espacios<br />

fácilmente transitables, incluso a <strong>la</strong> luz d<strong>el</strong> día, para grupos reducidos. Sólo se<br />

convertían en zonas de difícil transito en época de lluvias, de abril a octubre.<br />

En esta época d<strong>el</strong> año, los soldados se veían obligados a pasar <strong>la</strong> mayor parte<br />

d<strong>el</strong> tiempo tumbados en sus hamacas, protegiéndose d<strong>el</strong> agua. Entonces los<br />

suministros se suspendían con frecuencia y <strong>la</strong>s evacuaciones de heridos y<br />

enfermos se hacían imposibles.<br />

Ante <strong>la</strong> cantidad de víctimas que supuso <strong>el</strong> establecimiento de esta<br />

organización defensiva, años más tarde Cajal escribiría: “¡Asombra e indigna<br />

reconocer <strong>la</strong> ofuscación y terquedad de nuestros generales y gobernantes, y <strong>la</strong><br />

increíble insensibilidad con que en todas épocas se ha derrochado <strong>la</strong> sangre<br />

d<strong>el</strong> pueblo! ¡Qué pena da pensar en <strong>la</strong> absoluta irresponsabilidad de que<br />

gozaron nuestros ineptos generales y nuestros egoístas ministros!”<br />

53


54<br />

DESTINO: LA ENFERMERÍA DE SAN ISIDRO, TROCHA DEL ESTE<br />

El fallecimiento por fiebres d<strong>el</strong> doctor de <strong>la</strong> enfermería de San Isidro, cuyo<br />

predecesor había tenido igual final, creó una vacante que nuestro capitán ocupó<br />

sin rechistar al ser destinado a <strong>el</strong><strong>la</strong>: “No me quejé y no me quejo hoy. Al fin y<br />

al cabo alguno había de cargar con <strong>el</strong> mochu<strong>el</strong>o”.<br />

San Isidro estaba ubicado en <strong>la</strong> Trocha d<strong>el</strong> Este o d<strong>el</strong> Bagá, en plena zona<br />

de guerra. Esta Trocha transcurría entre <strong>el</strong> puerto de Bagá, en <strong>la</strong> costa norte,<br />

hasta <strong>el</strong> estero de Zanja, al sur. Fue <strong>la</strong> segunda trocha construida en <strong>la</strong> is<strong>la</strong> y<br />

según opiniones, <strong>la</strong> más acertada. Tenía una anchura de 40 ó 50 metros,<br />

disponía de fuertes -con torres de madera de dos pisos- cada mil metros y<br />

fortines intermedios.<br />

San Isidro era un reducto donde se concentraba a los <strong>el</strong>ementos menos<br />

disciplinados de nuestro Ejército, con <strong>la</strong> finalidad de que su redención fuera<br />

absoluta, “uno o dos meses de destierro en San Isidro, considerábase recurso<br />

heroico capaz de domar <strong>la</strong>s más inveteradas reb<strong>el</strong>días. Acabada <strong>la</strong> suave<br />

condena, los oficiales levantiscos gozaban <strong>la</strong> más dulce de <strong>la</strong>s tranquilidades:<br />

los unos por haber muerto; los otros, por yacer impotentes en <strong>el</strong> lecho d<strong>el</strong><br />

dolor”, escribiría más tarde.<br />

La enfermería se encontraba ocupada por 300 enfermos aquejados de los<br />

típicos males d<strong>el</strong> trópico, de virue<strong>la</strong> y ulceras. Hubo épocas en San Isidro en<br />

<strong>la</strong>s que <strong>la</strong>s tres cuartas partes de <strong>la</strong>s guarniciones de <strong>la</strong> línea eran baja. Las<br />

enfermerías se encontraban atestadas de enfermos y blocaos y fortines con<br />

guarniciones mermadas a merced d<strong>el</strong> enemigo.<br />

La inmoralidad administrativa sometía a los enfermos a condiciones<br />

extremas, <strong>la</strong> falta de soldada, perdida en <strong>el</strong> camino, y <strong>la</strong> circunstancia de que <strong>la</strong><br />

oficialidad consumiera y comerciara con los alimentos de los enfermos, llevaron<br />

a Cajal a ponerlo en conocimiento d<strong>el</strong> comandante d<strong>el</strong> puesto. Como <strong>la</strong> solución<br />

no llegaba, Cajal extremó <strong>el</strong> control de los pedidos para <strong>la</strong> enfermería. La medida<br />

le provocó <strong>el</strong> consiguiente ais<strong>la</strong>miento d<strong>el</strong> resto de <strong>la</strong> oficialidad. Poco después<br />

<strong>el</strong> paludismo se cebó de nuevo con él, agotando sus fuerzas.<br />

La situación llegó al límite cuando <strong>el</strong> comandante intentó guardar en <strong>la</strong><br />

enfermería sus dos caballos ante un ataque d<strong>el</strong> enemigo. El Medico Primero<br />

Cajal no lo permitió, enfrentándose tan enérgicamente con <strong>el</strong> superior que, de<br />

no mediar otros oficiales, hubieran llegado a <strong>la</strong>s manos. Esta acción le supuso<br />

<strong>la</strong> apertura de un expediente disciplinario, en <strong>el</strong> desarrollo d<strong>el</strong> mismo salieron<br />

a r<strong>el</strong>ucir <strong>la</strong>s inexactitudes administrativas d<strong>el</strong> puesto, pasando al archivo<br />

definitivo de <strong>la</strong> causa.


Pero <strong>la</strong> enfermedad hacía m<strong>el</strong><strong>la</strong> en Cajal, anemia extrema, crisis de<br />

hipertermias y al límite de <strong>la</strong> caquexia palúdica, le tenían totalmente debilitado,<br />

aun así, <strong>el</strong> comandante de puesto no daba curso a su baja definitiva.<br />

Cobertizo para oficiales<br />

LAS ENFERMEDADES EN LA ISLA<br />

Al finalizar <strong>la</strong> guerra, debido a <strong>la</strong>s enfermedades se habían producido <strong>el</strong><br />

90 por 100 de <strong>la</strong>s bajas. La fiebre amaril<strong>la</strong>, <strong>el</strong> cólera, <strong>el</strong> vómito, <strong>la</strong> disentería,<br />

<strong>la</strong> ma<strong>la</strong>ria, <strong>la</strong>s diversas calenturas y <strong>el</strong> tétanos en los heridos, eran los enemigos<br />

más temidos en <strong>la</strong> is<strong>la</strong>, llenando enfermerías y hospitales. Los mosquitos<br />

acosaban a los soldados, entre <strong>el</strong>los <strong>el</strong> anoph<strong>el</strong>es c<strong>la</strong>viger, portador d<strong>el</strong><br />

protozoario de <strong>la</strong> ma<strong>la</strong>ria –dato entonces desconocido-, más tarde Cajal se<br />

<strong>la</strong>mentaba en “Páginas de mi vida”: “¡Cuán terrible es <strong>la</strong> ignorancia! Si por<br />

aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> época hubiéramos sabido que <strong>el</strong> vehículo exclusivo de <strong>la</strong> ma<strong>la</strong>ria es<br />

<strong>el</strong> mosquito, España habría salvado miles de inf<strong>el</strong>ices soldados, arrebatados<br />

por <strong>la</strong> caquexia palúdica en Cuba o en <strong>la</strong> Penínsu<strong>la</strong>. ¿Quién podía<br />

sospecharlo?”.<br />

Los batallones –800 hombres- se veían reducidos a <strong>la</strong> mitad –entre 350 y<br />

400- por <strong>la</strong> enfermedad. Las columnas en campaña, se veían a su vez<br />

mermadas de personal al precisar, para <strong>el</strong> transporte de enfermos o heridos,<br />

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56<br />

de ocho hombres por camil<strong>la</strong>. En los campamentos, <strong>la</strong> vida al aire libre, con <strong>la</strong><br />

consiguiente exposición a <strong>la</strong> lluvia, al barro, a <strong>la</strong> humedad de <strong>la</strong>s noches y al sol<br />

abrasador, provocaba numerosas bajas y un desgaste superior en nuestros soldados.<br />

Las bajas eran 700 u 800 hombres al mes –unos 10.000 al año- en<br />

ocasiones, más de los que llegaban de España 10 . Datos de 1869, citaban que en<br />

<strong>el</strong> mes de septiembre se produjeron 560 defunciones por <strong>el</strong> vómito. El 21 de<br />

este mes, los diarios de La Habana daban <strong>la</strong> cifra de 123 muertos en <strong>la</strong> capital<br />

a causa d<strong>el</strong> cólera en un solo día.<br />

La falta de higiene de <strong>la</strong>s columnas d<strong>el</strong> Camagüey y <strong>la</strong> alimentación<br />

deficiente contribuían a engrosar los listados de <strong>la</strong>s enfermerías. La ración de<br />

etapa de <strong>la</strong>s columnas se limitaba a un puñado de arroz y un pedazo de tocino,<br />

rancio normalmente, además de dos o tres galletas. La carne era posible<br />

conseguir<strong>la</strong> a precios desorbitados en <strong>la</strong>s proximidades de <strong>la</strong>s ciudades.<br />

Ocasionalmente se suministraba café, vino y azúcar. La falta de variedad en los<br />

alimentos básicos y <strong>la</strong>s condiciones ambientales totalmente agresivas, en <strong>la</strong>s<br />

que se desenvolvía <strong>el</strong> soldado, movilidad constante bajo <strong>el</strong> sol y en terreno<br />

cenagoso, terminaban provocando <strong>la</strong> inevitable anemia.<br />

Santiago Ramón y Cajal al regreso de Cuba


REGRESO A LA ESPAÑA PENINSULAR<br />

Las más de veinte mil muertes en <strong>la</strong>s trochas hicieron que <strong>el</strong> mando<br />

destacase a un brigadier para inspeccionar <strong>el</strong> estado de <strong>la</strong>s mismas. En su<br />

visita a <strong>la</strong> enfermería de San Isidro, al ver <strong>el</strong> mal estado de los soldados y <strong>la</strong><br />

cantidad de enfermos inútiles para <strong>el</strong> combate, ordenó desmontar los fortines<br />

y retirar <strong>la</strong>s guarniciones.<br />

El capitán Ramón y Cajal ingresó como paciente en <strong>el</strong> Hospital de San<br />

Migu<strong>el</strong>, tras cinco <strong>la</strong>rgos meses en San Isidro, poniendo así a salvo al personaje<br />

más representativo de <strong>la</strong> ciencia en España.<br />

Gracias a los cuidados, <strong>la</strong> sobrealimentación, los efectos de <strong>la</strong> quinina, <strong>el</strong><br />

reposo, <strong>la</strong> higiene y su portentosa naturaleza mejoró de <strong>la</strong> enfermedad. En<br />

pocas semanas fue tras<strong>la</strong>dado a Puerto Príncipe donde, tras pasar <strong>el</strong><br />

reconocimiento reg<strong>la</strong>mentario, se le diagnosticó caquexia palúdica grave, con<br />

<strong>la</strong> consiguiente baja para <strong>el</strong> servicio y <strong>la</strong> licencia absoluta como inutilizado en<br />

campaña, que le fue anticipada <strong>el</strong> 10 de mayo de 1875.<br />

Con <strong>el</strong> pasaporte para <strong>el</strong> retorno a <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong> por cuenta de <strong>la</strong><br />

administración y tras recuperar <strong>la</strong>s pagas atrasadas – <strong>la</strong> mitad de aqu<strong>el</strong> dinero<br />

quedó “en <strong>la</strong>s garras d<strong>el</strong> aprovechado funcionario”, contaba-, embarcó un<br />

mes después de abandonar San Isidro, en <strong>el</strong> vapor “España” de <strong>la</strong> Compañía<br />

Transatlántica, <strong>el</strong> mismo que, un año antes, le había traído a <strong>la</strong> is<strong>la</strong>. Durante <strong>el</strong><br />

viaje de regreso atendió a algunos soldados enfermos que, con peor fortuna que<br />

los oficiales, viajaban en tercera, hacinados y con un régimen alimenticio<br />

insuficiente. Los que fallecían en <strong>la</strong> travesía eran arrojados al mar al despuntar<br />

<strong>el</strong> día, despidiéndose así de su servicio a <strong>la</strong> Patria.<br />

El 16 de junio de 1875 <strong>el</strong> “España” atracaba en Santander, poniendo punto<br />

final a <strong>la</strong>s vicisitudes militares d<strong>el</strong> eminente doctor. Abandonaba <strong>el</strong> barco,<br />

demacrado y amarillo tras una “etapa militar” que había durado un año, nueve<br />

meses y un día. Su estancia en ultramar había coincidido con <strong>el</strong> periodo en<br />

que <strong>la</strong>s fuerzas reb<strong>el</strong>des se habían mostrado más activas.<br />

El 17 de agosto de 1875, SM. <strong>el</strong> Rey Alfonso XII firmaba <strong>la</strong> licencia<br />

absoluta para <strong>el</strong> servicio al Médico Primero d<strong>el</strong> Cuerpo de Sanidad Militar D.<br />

Santiago Ramón y Cajal.<br />

Ya en <strong>la</strong> casa familiar, los cuidados maternos, los acertados criterios<br />

médicos de D. Justo y <strong>la</strong> voluntad inquebrantable de nuestro protagonista,<br />

co<strong>la</strong>boraron en su restablecimiento. Aun tuvo que enfrentarse a un fracaso<br />

sentimental –<strong>la</strong> señorita cuyas cartas le habían ayudado a sobr<strong>el</strong>levar <strong>la</strong>s<br />

campañas de Cataluña y Cuba, abandonó al enfermo espectral que regresó de<br />

Cuba- y a una grave hemoptisis, pero con <strong>el</strong> tiempo recobró su fortaleza y<br />

venció <strong>la</strong>s enfermedades.<br />

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58<br />

EL CARÁCTER PATRIÓTICO DE RAMÓN Y CAJAL<br />

El intenso amor a España que profesaba Santiago Ramón y Cajal, se refleja<br />

en <strong>el</strong> cumplimiento de su compromiso al servicio de <strong>la</strong>s armas y en su<br />

integridad frente al favoritismo y <strong>la</strong> corrupción con que hubo de convivir y<br />

sufrir durante su estancia en Cuba. Sus frases “<strong>la</strong> sagrada bandera Españo<strong>la</strong>”<br />

o los términos “unidad moral de <strong>la</strong> penínsu<strong>la</strong>” o “<strong>el</strong> sagrado principio de <strong>la</strong><br />

unidad nacional”, son una buena muestra de este carácter. Las citadas<br />

decepciones en su etapa militar no mermaron su patriotismo y amor a <strong>la</strong> milicia<br />

a lo <strong>la</strong>rgo de su vida. Lo podemos comprobar en sus manifestaciones ”si yo<br />

pudiera retroceder a mis veinticinco años, henchidos de patriotismo<br />

exasperado,...” o cuando recordaba a los<br />

soldados llegados de <strong>la</strong> Campaña de África<br />

en sus años infantiles: “¡Y qué soldados<br />

aqu<strong>el</strong>los! Fornidos veteranos, curtidos en<br />

<strong>la</strong>s pugnas enconadas de <strong>la</strong>s guerras civiles,<br />

luciendo en <strong>el</strong> pecho honrosas cruces, y en<br />

<strong>la</strong> tostada faz barbas y mostachos<br />

imponentes... ¡Qué contraste con los<br />

reclutas adolescentes y <strong>la</strong>mpiños de hoy,<br />

cuyo brevísimo servicio en fi<strong>la</strong>s no consiente<br />

<strong>la</strong> adquisición de instrucción militar<br />

suficiente ni en <strong>el</strong> contagio confortador d<strong>el</strong><br />

amor al regimiento y d<strong>el</strong> sentido patriótico!.<br />

En ciertas ocasiones gustaba de asistir al<br />

Café de Levante, donde mantenía algún<br />

contacto con antiguos compañeros de <strong>la</strong><br />

Campaña de Cuba que seguían <strong>la</strong> carrera<br />

Tumba de Ramón y Cajal<br />

como médicos militares. En <strong>la</strong> Peña d<strong>el</strong> Suizo,<br />

Cajal y sus amigos comentaban <strong>la</strong>s<br />

incidencias de los últimos años de <strong>la</strong> Guerra<br />

de Cuba, desde <strong>el</strong> “grito de Baire” en febrero de 1895, hasta <strong>la</strong> dec<strong>la</strong>ración de<br />

guerra de los norteamericanos <strong>el</strong> 21 de abril de 1898.<br />

El desastre colonial de 1998 puso fin a cuatrocientos años de presencia<br />

españo<strong>la</strong> en América. La pérdida de estas últimas posesiones españo<strong>la</strong>s en<br />

Ultramar, por <strong>la</strong>s que él había sacrificado parte de su vida, influyó<br />

notablemente en <strong>el</strong> ánimo de Ramón y Cajal. El desaliento le invadió,<br />

amargado con <strong>la</strong>s desdichas de España y sumido en una gran tristeza,<br />

suspendió los estudios que realizaba en esos momentos sobre <strong>la</strong> organización<br />

fundamental de <strong>la</strong>s vías ópticas y sobre los entrecruzamientos nerviosos.


Analizando los efectos deprimentes d<strong>el</strong> desastre colonial de 1898, escribiría<br />

más tarde en “El mundo a los 80 años”, exculpando al soldado y al pueblo<br />

pero condenando tajantemente al “Gobierno imprevisor”: “Marina y Ejército<br />

hallábanse organizados, no para luchar con <strong>la</strong> nación más pujante y rica<br />

d<strong>el</strong> mundo, sino para sofocar nuestras quer<strong>el</strong><strong>la</strong>s interiores e inveteradas<br />

reb<strong>el</strong>días ultramarinas”. Las consecuencias sobrevenidas tras <strong>la</strong> pérdida de<br />

<strong>la</strong>s colonias, según él, fueron dos: <strong>la</strong> perdida de consideración d<strong>el</strong> pueblo hacia<br />

<strong>la</strong>s instituciones y <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> separatismo disfrazado de regionalismo.<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

- Conferencia: Santiago Ramón y Cajal. José Gómez Sánchez. Catedrático de<br />

Historia Universidad de Cádiz.<br />

- Hoja de Servicios. Archivo General Militar de Segovia.<br />

- Santiago Ramón y Cajal: su actividad como médico militar (1873-1875) José<br />

Moreno Martínez, A. Martín-Araguz. Revista de Historia y Humanidades.<br />

- El capitán Médico D. Santiago Ramón y Cajal. V. Jabonero Sánchez. Revista<br />

Ejercito.<br />

- La aventura militar de Cajal. J. Antonio Gascón Sánchez. Revista Serralbo.<br />

- D. Santiago Ramón y Cajal y su idea de España. Chaime Marcu<strong>el</strong>lo. Revista<br />

Serralbo.<br />

- Ramón y Cajal o <strong>el</strong> arte como instrumento al servicio de <strong>la</strong> ciencia. Antonio<br />

Lucas. El Mundo.<br />

- Santiago Ramón y Cajal. Rafa<strong>el</strong> Ballester Esca<strong>la</strong>s. Ed. Toray. 1967<br />

- Santiago Ramón y Cajal. Pedro Laín Entralgo y Agustín Albarracín. <strong>Editorial</strong><br />

Labor. 1982<br />

- Cajal, historia de un hombre. Santiago Loren. Ed. Sa<strong>la</strong>. 1972<br />

Ramón y Cajal. Dorothy F. Cannon. Ed. Grijalbo. 1966<br />

- Obras Literarias Completas. Santiago Ramón y Cajal. Ed. Agui<strong>la</strong>r. 1947<br />

Páginas de mi vida. Santiago Ramón y Cajal. Agui<strong>la</strong>r S.A. Ediciones. Crisolin 1954.<br />

- Historia Militar de España. Ricardo de <strong>la</strong> Cierva. Ed. P<strong>la</strong>neta. 1984<br />

- Las campañas de <strong>la</strong> caballería españo<strong>la</strong> en <strong>el</strong> siglo XIX. J. Albi de <strong>la</strong> Cuesta y<br />

L. Stampa Piñeiro. Servicio Histórico Militar. 1986<br />

- Santiago Ramón y Cajal. El sabio d<strong>el</strong> 98. Joseph Lluis Barona. Revista Historia 16<br />

- Fuerzas Armadas Españo<strong>la</strong>s. Historia Institucional y Social. Ed. A<strong>la</strong>mbra. SAURI.<br />

- La I República. José Manu<strong>el</strong> Cuenca Toribio. Cuadernos de Historia 16<br />

Historia d<strong>el</strong> Ejército en España. Fernando Pu<strong>el</strong>l de <strong>la</strong> Vil<strong>la</strong>. Alianza <strong>Editorial</strong>. 2000.<br />

- La cuestión de <strong>la</strong>s quintas en <strong>el</strong> sexenio revolucionario. Fernando Fernández<br />

Bastarreche. Revista de Historia Militar. 1977.<br />

- Las trochas militares en <strong>la</strong>s campañas de Cuba. Luis de Sequera Marínez. Revista<br />

de Historia Militar nº 81.1996.<br />

59


60<br />

1 Diario de Sesiones de <strong>la</strong>s Cortes<br />

Constituyentes de <strong>la</strong> República. 24 de<br />

julio de 1873.<br />

2 Lanzar <strong>la</strong> barra era sinónimo de<br />

hombría, fortaleza, de estar en forma,<br />

de ser buen mozo. Se trataba de una<br />

barra de alrededor de 7 Kg. Una jota<br />

popu<strong>la</strong>r decía: El mozo para se mozo /<br />

ha de tirar a <strong>la</strong> barra / ha de beber <strong>el</strong><br />

buen vino / y ha de comer carne asada.<br />

3 Cajal al citar <strong>la</strong> cifra de 1.400 –<br />

1.600 hombres, Cajal debía referirse a<br />

<strong>la</strong> composición de <strong>la</strong> columna, que sin<br />

duda estaba constituida por trozos de<br />

<strong>la</strong>s unidades que re<strong>la</strong>ciona, ya que tan<br />

solo un batallón de infantería, que<br />

contaba con 8 compañías, sumaba<br />

1.107 hombres, a multiplicar por 2 ya<br />

que los regimientos tenían entonces<br />

dos batallones. Además, <strong>el</strong> batallón de<br />

cazadores, con 1.200 hombres entre <strong>la</strong><br />

p<strong>la</strong>na mayor y <strong>la</strong>s ocho compañías. Sin<br />

sumar <strong>el</strong> escuadrón ni los artilleros,<br />

también citados en <strong>la</strong>s memorias, ya<br />

tenemos más de 2.300. No podemos<br />

descartar <strong>la</strong> posibilidad de que <strong>la</strong>s<br />

unidades se encontrasen mermadas de<br />

personal, estando lejos de lo que<br />

seña<strong>la</strong>ban <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntil<strong>la</strong>s.<br />

4 Nos referimos al Decreto d<strong>el</strong> 18 de<br />

septiembre de 1873 que ponía en<br />

funcionamiento <strong>la</strong> Ordenanza d<strong>el</strong> 14 de<br />

julio de 1922. Esta Ordenanza, afectaba<br />

a los hombres entre los 18 y los 45 años<br />

de edad. Sus componentes tenían a su<br />

cargo un fusil y 25 cartuchos<br />

permanentemente. El ayuntamiento de<br />

cada localidad regía <strong>la</strong> Milicia cuyo<br />

objetivo primordial era “defensa de los<br />

hogares y términos de sus pueblos de<br />

los enemigos interiores y exteriores”. La<br />

Milicia estaba regida con unas duras<br />

NOTAS<br />

penas por faltar a sus obligaciones.<br />

Los milicianos realizaban servicios de<br />

guardia, patrul<strong>la</strong>s y escoltas.<br />

5 Circu<strong>la</strong>r 225. Memorial de<br />

Infantería nº 19 de 20 de abril.<br />

6 Documento firmado, <strong>el</strong> 21 de<br />

octubre de 1874, por <strong>el</strong> Presidente de<br />

Gobierno, Francisco Serrano y<br />

Domínguez.<br />

7 En sus memorias refiere como<br />

presidente a Caste<strong>la</strong>r, que como hemos<br />

leído anteriormente había dimitido a<br />

principios de enero. En <strong>la</strong> fecha que<br />

Cajal embarcó, era presidente <strong>el</strong><br />

general Serrano sin duda una<br />

imprecisión en <strong>el</strong> cálculo por otra parte<br />

comprensible en una época en <strong>la</strong> que<br />

los presidentes de gobierno se habían<br />

sucedido con demasiada frecuencia y<br />

que se refleja en unas memorias<br />

escritas al cabo de varios años.<br />

8 José Gómez Sánchez. II Congreso<br />

de Hª Militar. Ponencias. Zaragoza 29<br />

de mayo de 1988.<br />

9 También existían <strong>la</strong>s trochas como<br />

vías de comunicación, destinadas a<br />

facilitar <strong>el</strong> movimiento de los convoyes<br />

propios.<br />

10 En 1873 los efectivos en Cuba<br />

disminuyeron y en 1875 solo<br />

aumentaron en 700 hombres.


CURIOSIDADES DE LA HOJA DE SERVICIOS DE<br />

SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL<br />

En <strong>la</strong> Hoja de Servicios de Ramón y Cajal, en <strong>la</strong>s “Notas de Concepto” d<strong>el</strong><br />

Jefe d<strong>el</strong> Distrito, se encuentra una calificación sorprendente. El apartado de<br />

“Int<strong>el</strong>igencia en <strong>el</strong> Servicio” está valorado con <strong>la</strong> calificación: Poca.<br />

Sorprende. Crea dudas acerca de qué es lo que evalúa este concepto<br />

cuando de todos es sabido que recibió <strong>el</strong> Premio Nób<strong>el</strong> de Medicina en <strong>el</strong> año<br />

1906; que se trataba de un escritor de renombre -fue miembro de <strong>la</strong> Academia<br />

Españo<strong>la</strong> de <strong>la</strong> Lengua, ocupando <strong>el</strong> sillón de Juan Valera-; que fue un pintor<br />

y dibujante de prestigio – <strong>el</strong> Museo de B<strong>el</strong><strong>la</strong>s Artes de Córdoba, exhibe uno<br />

de sus bodegones y <strong>la</strong> Facultad de Zaragoza guarda un álbum con sus dibujos<br />

de láminas de cortes anatómicos- y quizá menos conocido sea que,<br />

posiblemente, fuese <strong>el</strong> primero que empleó <strong>la</strong> fotografía en color en España.<br />

Estos méritos nos hacen vaci<strong>la</strong>r acerca de esa “Poca int<strong>el</strong>igencia en <strong>el</strong><br />

Servicio” y a <strong>la</strong> vez nos da que pensar acerca de su calificador, <strong>el</strong> Inspector<br />

de Segunda C<strong>la</strong>se José Parallés y Raques, Director Subinspector d<strong>el</strong> Distrito<br />

de Sanidad Militar en <strong>la</strong> Is<strong>la</strong> de Cuba.<br />

RAMÓN Y CAJAL, PREMIO NOBEL<br />

DE MEDICINA Y FISIOLOGÍA<br />

Los esfuerzos dedicados por Cajal al estudio de <strong>la</strong> neurona, a su morfología<br />

, su fisiología y su patología, habían dado sus frutos. “Las célu<strong>la</strong>s nerviosas no<br />

están unidas entre si a través de sus prolongaciones, por continuidad, sus<br />

re<strong>la</strong>ciones se establecen por contigüidad”<br />

En 1899 había recibido <strong>el</strong> Premio Internacional de Moscú y <strong>la</strong> Academia<br />

de Ciencias de Berlín le concedió <strong>la</strong> Medal<strong>la</strong> de Oro de H<strong>el</strong>mholtz a final de<br />

1904. Una mañana d<strong>el</strong> mes de octubre d<strong>el</strong> año 1906, <strong>el</strong> entonces prestigioso<br />

investigador, D. Santiago Ramón y Cajal, recibía en su domicilio un t<strong>el</strong>egrama<br />

procedente de Estocolmo con un escueto texto: “Carolinische Institut verleith<br />

ihnen Nob<strong>el</strong> Preis”. Días después, con fecha d<strong>el</strong> 25 de octubre, recibió, ya en<br />

español, un documento d<strong>el</strong> Real Instituto Carolino de Estocolmo, en <strong>el</strong> cual se<br />

le informaba de <strong>la</strong> concesión, por sus trabajos sobre <strong>la</strong> estructura d<strong>el</strong> sistema<br />

nervioso, d<strong>el</strong> Premio Nob<strong>el</strong> de Medicina y Fisiología correspondiente al año<br />

1906. El ga<strong>la</strong>rdón lo hubo de compartir con otro ilustre de <strong>la</strong> ciencia médica,<br />

Camillo Golgi.<br />

Aqu<strong>el</strong> año fueron ga<strong>la</strong>rdonados por <strong>la</strong> academia sueca <strong>el</strong> poeta Carducci<br />

con <strong>el</strong> Premio de Literatura –que no pudo acudir a Suecia debido a su avanzada<br />

edad- ; Theodor Roosev<strong>el</strong>t, con <strong>el</strong> de <strong>la</strong> Paz; Thompson fue premiado con <strong>el</strong><br />

de Física por sus trabajos sobre <strong>la</strong> conductividad <strong>el</strong>éctrica de los gases y<br />

Moissan recibió <strong>el</strong> de Química por su <strong>la</strong>bor en <strong>el</strong> ais<strong>la</strong>miento d<strong>el</strong> fluor y <strong>el</strong><br />

horno que lleva su nombre.<br />

Los ga<strong>la</strong>rdonados recibieron <strong>el</strong> diploma y <strong>la</strong> medal<strong>la</strong> d<strong>el</strong> premio de manos<br />

de Oscar II, Rey de Suecia ante <strong>el</strong> resto de <strong>la</strong> familia real y de un sequito de<br />

políticos, altos funcionarios y otros distinguidos asistentes.<br />

La conferencia que Cajal impartió ante <strong>el</strong> auditorio sueco versó sobre <strong>la</strong><br />

estructura y <strong>la</strong>s conexiones de <strong>la</strong>s célu<strong>la</strong>s neuronales.<br />

No agradó a nuestro ga<strong>la</strong>rdonado <strong>el</strong> áspero carácter de Golgi cuando se<br />

conocieron en Suecia y debido a su desbordante amor a España, tampoco debió<br />

ser un p<strong>la</strong>to de buen gusto para él <strong>la</strong> presencia d<strong>el</strong> norteamericano Roosev<strong>el</strong>t,<br />

en su momento uno de los principales instigadores de <strong>la</strong> guerra contra España<br />

en Cuba años antes.<br />

61


CAUTIVERIO SOVIÉTICO DE UN<br />

REPUBLICANO ESPAÑOL<br />

Fernando Martínez de Barrio Carrillo<br />

Coron<strong>el</strong> de Artillería (R)<br />

Doctor en Historia<br />

INTRODUCCIÓN<br />

La historia que vamos a narrar a continuación es <strong>la</strong> de un<br />

superviviente español de los campos de trabajo soviéticos.<br />

Pertenecía a un grupo de doscientos cincuenta combatientes<br />

republicanos que llegaron a <strong>la</strong> localidad de Nori<strong>la</strong>yka, en Siberia, en 1940.<br />

Ciento diez de <strong>el</strong>los murieron y fueron enterrados en ese lugar y los demás<br />

fueron transferidos a Karaganda en 1941. Varios murieron en Odesa y<br />

pudieron regresar a España sólo veintisiete. Fueron diecisiete años de<br />

estancia en <strong>la</strong> antigua Unión Soviética, doce de los cuales los sufrieron en<br />

cárc<strong>el</strong>es y en campos de trabajo, y acusan en <strong>la</strong> actualidad a los dirigentes d<strong>el</strong><br />

Partido Comunista de España (PCE) de no haber hecho nada por <strong>el</strong>los. Es<br />

más, acusan al Partido de que fueron <strong>el</strong>los, sus dirigentes, los que les<br />

obligaron a continuar en esos campos cuando en 1949, <strong>el</strong> gobierno soviético<br />

los quiso repatriar a España, cosa a <strong>la</strong> que <strong>el</strong> PCE se negó.<br />

Muchos fueron los españoles que sufrieron cautiverio en los terribles campos<br />

de concentración soviéticos.Yaunque nuestro protagonista, que estaba luchando<br />

en <strong>el</strong> <strong>la</strong>do republicano en <strong>la</strong> guerra civil españo<strong>la</strong>, pensaba que <strong>el</strong> trato sería distinto<br />

al de los restantes prisioneros, se llevó una terrible decepción al comprobar que<br />

no fue así, y aunque los soviéticos tuvieron alguna consideración, su vida fue dura,<br />

muy dura. Pero más lo fue los que cumplieron condena y habían pertenecido a <strong>la</strong><br />

División Azul que lucharon con <strong>el</strong> ejército alemán en contra d<strong>el</strong> soviético en los<br />

frentes de Lenigrado, Voljov y Krasny Bor.<br />

SU VIDA INICIAL<br />

Nuestro personaje, Enrique Piñeiro Díaz, había nacido en Buenos Aires,<br />

Argentina, <strong>el</strong> 13 de agosto de 1912. Sus padres, Enrique y Victoria, quizás<br />

fueron emigrantes. Ingresó en <strong>la</strong> Armada Españo<strong>la</strong> como Aprendiz de<br />

Marinero en <strong>la</strong> Corbeta “Buque Escue<strong>la</strong> Nautilus”, <strong>el</strong> día 18 de septiembre d<strong>el</strong><br />

63


64<br />

año 1929, con tan solo 17 años de edad. Al año siguiente de alistarse pasó al<br />

“Buque Escue<strong>la</strong> Ga<strong>la</strong>tea” para realizar <strong>el</strong> viaje de prácticas y de estudios. Más<br />

tarde, al desembarcar, ingresó en <strong>la</strong> Escue<strong>la</strong> de Artillería de Tiro naval Janer<br />

Marín en Pontevedra. Allí fue promovido al empleo de especialista de artillería,<br />

Marinero Artillero, y embarcó en <strong>el</strong> Crucero “B<strong>la</strong>s de Lezo”, pero con <strong>la</strong> ma<strong>la</strong><br />

fortuna de que éste se hundió. Lo tras<strong>la</strong>daron al cuart<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Arsenal de El<br />

Ferrol, y embarcó en <strong>el</strong> Destructor “Alcalá Galiano”. Después de superar los<br />

correspondientes cursos ascendió a cabo de artillería y lo destinaron al<br />

Acorazado “Jaime I”, donde le sorprende <strong>el</strong> comienzo de <strong>la</strong> guerra civil<br />

mientras se encontraba fondeado en <strong>el</strong> Puerto de Santander.<br />

El día 28 de agosto de 1936, pasó a prestar servicios en tierra con <strong>la</strong>s piezas<br />

(cañones) de artillería de desembarco d<strong>el</strong> “Jaime I” a <strong>la</strong> sierra de Antequera y<br />

Ardales al haber sido tomada por los nacionales <strong>la</strong> ciudad de <strong>la</strong> primera.<br />

Asciende, por méritos de guerra, a teniente de artillería por orden d<strong>el</strong><br />

gobernador militar de <strong>la</strong> p<strong>la</strong>za de Má<strong>la</strong>ga, y embarca de nuevo en <strong>el</strong> “Jaime I”.<br />

Allí es destinado a <strong>la</strong> Torre número 2 como jefe y profesor de los alumnos que<br />

realizan cursos de ascenso a cabo de artillería.<br />

En <strong>el</strong> mes de julio de 1937, explotó <strong>la</strong> Torre número 3 d<strong>el</strong> “Jaime I” y<br />

Piñeiro, al igual que muchos de sus compañeros que no murieron, resultó<br />

herido y hospitalizado con numerosas quemaduras en <strong>el</strong> cuerpo. De este<br />

accidente mantuvo, ya durante toda su vida, una importante sordera. Una vez<br />

repuesto tiene que cumplir una misión muy p<strong>el</strong>igrosa: extraer de <strong>la</strong> Torre<br />

número 1, d<strong>el</strong> hundido “Jaime I”, dos proyectiles con sus espoletas que se<br />

encontraban en <strong>el</strong> montacargas alto. Finalizado con éxito <strong>el</strong> rescate es<br />

promovido para <strong>la</strong> cruz de mérito y ascenso.<br />

Su vida transcurría de una manera más o menos azarosa hasta <strong>el</strong> 17 de<br />

septiembre de 1937 que fue cuando comenzó <strong>el</strong> principio de <strong>la</strong> etapa quizás<br />

más dura de toda su existencia. Embarcó forzoso en <strong>el</strong> Transporte de Guerra<br />

“Cabo San Agustín”. Su destino era <strong>el</strong> Puerto de Odesa, en Rusia, con <strong>la</strong> misión<br />

de recoger y traer a España una carga de armas, municiones y pertrechos, que<br />

formaban parte de <strong>la</strong> ayuda soviética al gobierno republicano, para <strong>la</strong>s tropas<br />

que combatían a los nacionales. Para combatir a los que se habían sublevado<br />

<strong>el</strong> 18 de julio de 1936.<br />

Allí en ese puerto estuvieron varios días cargando material de guerra,<br />

después permanecieron en <strong>la</strong>s afueras d<strong>el</strong> puerto militar de Sebastopol, y de allí<br />

navegaron hasta al puerto de Feodosia donde permanecieron hasta <strong>la</strong><br />

terminación de <strong>la</strong> guerra civil <strong>el</strong> 1 de abril de 1939. Nueve días después, <strong>el</strong><br />

diez de abril, <strong>la</strong>s autoridades soviéticas realizaron <strong>la</strong> confiscación d<strong>el</strong> buque de


una forma nada correcta. Él, y toda <strong>la</strong> tripu<strong>la</strong>ción, pasaron a un carentín de<br />

dicho puerto bajo <strong>la</strong>s órdenes d<strong>el</strong> Jefe de <strong>la</strong> Flota d<strong>el</strong> Mar Negro.<br />

Les propusieron <strong>la</strong>s autoridades soviéticas que se podían quedar en <strong>el</strong> país<br />

o ir al extranjero. Y él decide irse a <strong>la</strong> República de Argentina. Pero <strong>la</strong> ma<strong>la</strong><br />

suerte, para él y muchos cientos como él, fue que en <strong>la</strong> espera de iniciar ese<br />

viaje les sorprendió <strong>la</strong> guerra ruso alemana enmarcada en <strong>la</strong> ya comenzada<br />

Segunda Guerra Mundial. A partir de ese momento todo se tornó gris y oscuro<br />

en <strong>la</strong> vida de los que en esa situación se encontraban. Todas <strong>la</strong>s personas se<br />

volvieron sospechosas para <strong>el</strong> duro régimen estalinista y todas fueron objeto<br />

de vigi<strong>la</strong>ncia y desconfianza.<br />

COMIENZA EL CAUTIVERIO<br />

El 29 de junio de 1939, se encontraba Piñeiro durmiendo con algunos de<br />

sus compañeros en <strong>el</strong> hot<strong>el</strong> Gorqui cuando fueron despertados de una forma<br />

brusca por <strong>la</strong> policía soviética. Les dicen que se preparen porque se tras<strong>la</strong>dan<br />

a otro lugar cercano. Sólo pueden llevar bultos pequeños aunque les aseguran<br />

que <strong>el</strong> resto de <strong>la</strong>s maletas y <strong>el</strong> equipaje que no pudiesen llevar lo tras<strong>la</strong>darían<br />

en camiones hasta <strong>el</strong> nuevo destino. Cosa totalmente falsa porque jamás<br />

volvieron a ver sus pertenencias.<br />

Una vez preparados forman una fi<strong>la</strong> de cinco en columna y son conducidos<br />

a <strong>la</strong> comisaría de <strong>la</strong> policía. Lo primero que les exigen es que devu<strong>el</strong>van <strong>el</strong><br />

documento de estancia en Odesa. Eso era grave porque sin tal pap<strong>el</strong>, que era<br />

un permiso de <strong>la</strong> policía, nadie podía salir de <strong>la</strong> localidad ni ir a un hot<strong>el</strong>. Más<br />

tarde salen para <strong>la</strong> estación de ferrocarril y los embarcan en vagones de<br />

prisioneros. Al poco parten para Khar’kov.<br />

En este lugar permaneció dos meses en <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong>, hasta <strong>el</strong> 13 de agosto, que<br />

lo tras<strong>la</strong>daron a Moscú, donde fue de nuevo ingresado en <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong>. A los cuatro<br />

días lo llevaron, junto a otros, en un tren hacia <strong>la</strong> ciudad de Gorki, de allí a<br />

Cheyabinsk, a Petropavlovsk, donde estuvieron en vía muerta unos días, a<br />

Novosibirsk, a Krasnoyarsk, donde embarcaron en <strong>el</strong> buque Stalin y navegaron<br />

veintidós días por <strong>el</strong> río Yenisei con rumbo a Dudinka. Y de allí a Novisk donde<br />

en un pab<strong>el</strong>lón les entregaron nueva ropa, les cortaron <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o al cero, les<br />

aplicaron <strong>el</strong> número de prisionero, les quitaron <strong>la</strong> documentación, <strong>el</strong> r<strong>el</strong>oj, <strong>la</strong><br />

ropa y otras cosas de valor personal, y a los dos días comenzaron a salir a<br />

trabajar al campo.<br />

Pero echando un poco <strong>la</strong> vista atrás explicaremos con más detalle los<br />

comienzos de esta terrible experiencia.<br />

65


66<br />

DESDE NOVOSIBIRSK<br />

Fue en <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong> de <strong>la</strong> localidad de Novosibirsk, donde se encontraba<br />

Piñeiro <strong>el</strong> 4 de octubre de 1940, cuando a <strong>la</strong>s tres de <strong>la</strong> madrugada reúnen a<br />

todos los presos en <strong>el</strong> patio de <strong>la</strong> misma. Una vez todos amontonados <strong>el</strong><br />

comandante Korotechkov, rodeado de agentes d<strong>el</strong> NKVD, les dijo:<br />

-“¡Atención. Van a abandonar <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong>. Durante <strong>la</strong> marcha al<br />

puerto y durante toda <strong>la</strong> travesía que van a realizar <strong>la</strong> disciplina será<br />

máxima. Deben obedecer cualquier orden que reciban de <strong>la</strong> guardia.<br />

Tomen sus pertenencias y formen en columna de a cinco. ¡De frente!<br />

¡Marchen!”-<br />

Cuatro mil ochocientos detenidos se pusieron en movimiento acompañados<br />

por <strong>la</strong> escolta de soldados armados con metralletas y perros lobos. Sólo se oía<br />

<strong>el</strong> ruido de los pasos y <strong>el</strong> <strong>la</strong>drido de los canes. Algunos volvieron <strong>la</strong> cabeza para<br />

dirigir una última mirada a aqu<strong>el</strong><strong>la</strong> cárc<strong>el</strong> d<strong>el</strong> infierno donde habían pasado<br />

cerca de dos meses. Los soldados gritaban de vez en cuando para recordarles<br />

que estaba prohibido hab<strong>la</strong>r y para aligerar su paso. Anduvieron cerca de dos<br />

kilómetros hasta llegar al puerto completamente ateridos de frío.<br />

Sin romper <strong>la</strong> formación les mandan sentarse en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. Se acercan dos<br />

oficiales. Uno de <strong>el</strong>los lleva una carpeta muy grande con <strong>la</strong>s documentaciones<br />

de cada prisionero. La d<strong>el</strong> otro es más pequeña ya que solo lleva <strong>la</strong> lista de<br />

todos los prisioneros. Uno de los oficiales grita <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido de cada uno de<br />

<strong>el</strong>los, y cada uno de <strong>el</strong>los responde con <strong>el</strong> nombre y <strong>la</strong> fecha de nacimiento a<br />

<strong>la</strong> vez que se colocan en <strong>el</strong> lugar que les indican. Cada vez que se juntan<br />

doscientos presos son conducidos a una barcaza que, remolcada por un vapor<br />

pequeño, son llevados a un carguero anc<strong>la</strong>do un poco más lejos. Pasaron varias<br />

horas hasta que todos estuvieron a bordo d<strong>el</strong> buque. Los dos últimos grupos<br />

eran de mujeres que también estaban en esa cárc<strong>el</strong>.<br />

El carguero había sido reformado para <strong>el</strong> transporte de presos. En esta<br />

ocasión eran más de cuatro mil los que Stalin se encargaba de tras<strong>la</strong>dar al norte<br />

de Rusia, a Siberia. Las bodegas de carga se habían dividido en seis pisos que<br />

se comunicaban entre sí por medio de escotil<strong>la</strong>s. En cada uno de <strong>el</strong>los se debían<br />

meter más de quinientas personas que quedaban prácticamente hacinadas.<br />

Había una especie de pasillo en cada piso y al final de cada uno de <strong>el</strong>los se<br />

encontraba una tina, o tinaja, donde los presos hacían sus necesidades.<br />

Los españoles republicanos fueron a un pequeño departamento dividido en<br />

cuatro partes. Allí cabían sentados unos cincuenta; en los dos pisos d<strong>el</strong> centro,


otros se podían acostar y en <strong>el</strong> último, <strong>el</strong> resto se podía colocar bien sentados<br />

o acostados. Los oficiales y los soldados se alojaban en camarotes, y en <strong>el</strong><br />

centro d<strong>el</strong> Puente alto se colocaron guardias armados con proyectores de luz.<br />

El buque no se puso en marcha hasta <strong>el</strong> día siguiente y nadie sabía a dónde se dirigía.<br />

En todo este tiempo de incertidumbre nadie había comido nada, por lo que<br />

<strong>el</strong> hambre ya se dejaba sentir. Cuando <strong>la</strong> situación se calmó un poco sacaron<br />

<strong>la</strong>s provisiones que les habían dado antes de partir, crédulos en <strong>la</strong> promesa que<br />

les habían confiado: una vez en marcha <strong>el</strong> buque les darían una comida<br />

caliente. Pero esto no ocurrió hasta dos días después. Para soportar esa <strong>la</strong>rga<br />

espera se alimentaron de un pan seco negro de 300 gramos, de tres arenques<br />

y de cuatro terrones de azúcar.<br />

El viaje fue <strong>la</strong>rgo y cada vez más p<strong>el</strong>igroso. Cada vez faltaban más <strong>la</strong>s<br />

cosas <strong>el</strong>ementales a <strong>la</strong>s que tiene derecho un ser humano. No podían<br />

tenderse bien para dormir. Tenían que estar muy juntos unos con otros y si<br />

querían dar media vu<strong>el</strong>ta tenía que ser toda <strong>la</strong> fi<strong>la</strong> a <strong>la</strong> vez. Carecían de agua<br />

y les alimentaban insuficientemente, de tal manera que muchos se bebían<br />

sus propios orines por <strong>la</strong> sed tan ardiente que les producía los arenques que<br />

les proporcionaban casi a diario.<br />

Para <strong>la</strong>s necesidades naturales no disponían más que de dos tinajas en<br />

cada uno de los pisos y de los retretes situados en <strong>el</strong> Puente. Para acceder a<br />

estos últimos debían esperar horas y horas, pero muchos no podían aguantar<br />

tanto y se descomponían encima. Algunos presos murieron y los arrojaban<br />

a <strong>la</strong>s aguas d<strong>el</strong> río Yenisei. El viaje duró varias semanas hasta que llegaron<br />

al puerto de Dudinka.<br />

EN EL CAMPO<br />

En <strong>el</strong> nuevo destino los vu<strong>el</strong>ven a formar, los cuentan y los vu<strong>el</strong>ven a<br />

embarcar. Esta vez en un ferrocarril hasta Noril’sk, a ciento veinte kilómetros<br />

de Dudinka. Al llegar, y siempre a gritos, les hacen bajar de los vagones y<br />

les hacen marchar hasta llegar de<strong>la</strong>nte de unos barracones de madera que<br />

servían de almacenaje para servicios de materiales, de talleres y de oficinas.<br />

Un poco más lejos se encontraban <strong>la</strong>s oficinas de <strong>la</strong> administración d<strong>el</strong><br />

campo de trabajo en <strong>el</strong> que iban a pasar una <strong>la</strong>rga estancia. Les vu<strong>el</strong>ven a<br />

cortar <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o al cero y les pasan <strong>la</strong> maquinil<strong>la</strong> por todo <strong>el</strong> cuerpo afeitándoles<br />

todo <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o existente. Les duchan. Les dan ropa y una manta, y fotografían<br />

a cada uno con su número de preso.<br />

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68<br />

Les forman y los conducen a una barraca de madera. Las literas eran<br />

también de madera y en <strong>el</strong> centro de <strong>la</strong> estancia había una estufa de hierro<br />

fundido, que cuando <strong>la</strong> encendieron, los chinches y piojos comenzaron a correr<br />

por <strong>la</strong>s literas como poseídos por <strong>el</strong> diablo. Por <strong>la</strong> noche, esos incómodos<br />

vecinos recorrían y se hacían dueños de los cuerpos de los prisioneros. Apenas<br />

había agua para <strong>el</strong> aseo personal y debían fundir nieve si querían <strong>la</strong>varse un<br />

poco de vez en cuando. Los víveres que disponían se encontraban al aire libre<br />

cubiertos con lonas y <strong>la</strong> alimentación al mediodía se componía de sopa de<br />

pescado, trigo o avena, con cuatrocientos gramos de pan negro; y por <strong>la</strong> noche,<br />

sopa de grano y trescientos gramos de mijo o una especie de maíz.<br />

El trabajo que realizaban consistía en limpiar <strong>la</strong> carretera de nieve. Ésta se<br />

encontraba muy he<strong>la</strong>da y tenían que utilizar barras de hierro y pesados<br />

martillos para picar<strong>la</strong>. El trabajo era muy duro y terminaban con <strong>la</strong>s manos<br />

muy maltrechas. Muchos, para endurecer <strong>la</strong>s palmas de sus manos, orinaban<br />

sobre <strong>el</strong><strong>la</strong>s. A lo <strong>la</strong>rgo de toda <strong>la</strong> jornada sólo les dejaban estar menos de veinte<br />

minutos en una caseta algo caliente. El frío era muy intenso pero lo terrible era<br />

cuando sop<strong>la</strong>ba <strong>el</strong> temido viento siberiano, al que denominaban “purga”.<br />

Cuando eso ocurría no se veía nada en absoluto y se debía caminar de cinco<br />

en cinco cogidos unos a otros para no ser barridos por <strong>el</strong> temporal, cosa que a<br />

más de uno le ocurrió.<br />

Las tormentas podían durar días o semanas. La nieve lo cubría todo y se<br />

debía realizar enormes esfuerzos para caminar y llegar a los sitios. Algunas<br />

veces se quedaban sin comer al no encontrar <strong>la</strong> cocina, o al volver no<br />

encontraban los barracones. Los perros guardianes también se perdían los<br />

días de “purga”.<br />

EN LA ENFERMERÍA<br />

Cuando algún preso enfermaba era ingresado en <strong>la</strong> enfermería d<strong>el</strong> campo<br />

donde era tratado, pero no con muy buenos modales. Piñeiro sufrió esta<br />

vicisitud y cuando llevaba cuatro días ingresado, ya casi totalmente<br />

restablecido de su cólico, entró en <strong>la</strong> enfermería un hombre casi muerto de<br />

frío. Le miró fijamente y creyó reconocerlo. Resultó ser un compañero suyo<br />

Maquinista de <strong>la</strong> Marina Mercante. Había estado arrestado en unos de los<br />

montes próximos más de veinte horas a <strong>la</strong> intemperie, por no haber querido ir<br />

a trabajar <strong>el</strong> día anterior. Normalmente a los dieciocho días de estar trabajando<br />

en <strong>el</strong> exterior, todos los españoles tenían que ser ingresados en <strong>la</strong> enfermería.


En otra ocasión y como sufría d<strong>el</strong> estomago fue ingresado en <strong>el</strong> Hospital<br />

Central de Drinka. Debía ser operado de urgencia pero los médicos decidieron<br />

que sería mejor al día siguiente. Sólo le dieron un calmante para <strong>el</strong> dolor y<br />

poder pasar <strong>la</strong> noche. Pero apenas pudo dormir a causa d<strong>el</strong> sufrimiento y de <strong>la</strong><br />

descomposición que sufría. A <strong>la</strong> mañana siguiente tuvieron que <strong>la</strong>varlo entero<br />

para poderlo operar. Cuando se despertó después de <strong>la</strong> operación estaba en<br />

una cama en una sa<strong>la</strong> con dos presos políticos rusos moribundos, uno a cada<br />

<strong>la</strong>do. Al cabo de unas horas uno de <strong>el</strong>los falleció y nadie acudía a sus gritos para<br />

que sacasen de <strong>la</strong> habitación al cadáver. Al día siguiente murió <strong>el</strong> segundo ruso.<br />

El español gritó cuanto pudo hasta que llegó un hombre que se limitó a escribir<br />

un número en <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ntas de los pies de los difuntos dejándolos allí un día más.<br />

Al fin se los llevaron y lo dejaron solo, pero él no podía aguantar más y pide<br />

que lo saquen como sea de allí. El médico le tras<strong>la</strong>dó al pasillo de <strong>la</strong> primera<br />

p<strong>la</strong>nta y en un sofá viejo estuvo algunos días. Más tarde lo llevaron a una<br />

habitación con españoles y ocupó <strong>la</strong> cama de uno de <strong>el</strong>los, un gallego, que<br />

acababa de fallecer. Eran los días de navidad y les dicen que pronto los iban a<br />

devolver a otro campo de trabajo, situado en una is<strong>la</strong> muy cerca de Durinka,<br />

l<strong>la</strong>mada Doriscaya. Era <strong>el</strong> lugar donde concentraban a todos los presos de <strong>la</strong><br />

región que se encontraban convalecientes.<br />

EXCUSAS Y TRASLADO<br />

Al cabo de dos meses recibieron <strong>la</strong> visita de un general de sanidad y de un<br />

coron<strong>el</strong> médico que reconocieron a todos los presos españoles. Y es aquí<br />

cuando reciben <strong>la</strong>s primeras disculpas por haberlos mezc<strong>la</strong>dos con los presos<br />

comunes. Había sido una equivocación al principio de <strong>la</strong> guerra y les dijeron<br />

que los tras<strong>la</strong>darían a otro lugar mejor.<br />

Nuestro personaje, con una mujer embarazada, fue tras<strong>la</strong>dado a Doriscaya<br />

<strong>el</strong> día 5 de enero en un trineo tirado por un caballo. El viaje duró unas cuantas<br />

horas y al llegar fueron alojados cada uno en un barracón donde <strong>la</strong>s<br />

condiciones de vida eran algo diferentes. Eran algo mejores. Piñeiro tendió su<br />

ropa a secar algo mojada d<strong>el</strong> viaje y se dirigió a <strong>la</strong> enfermería donde fue<br />

reconocido. Le c<strong>la</strong>sificaron como de tercera categoría para trabajar dentro d<strong>el</strong><br />

campo y le dijeron, cuando llegó a <strong>la</strong> barraca, que <strong>el</strong> jefe de trabajos le quería ver.<br />

Este oficial se había encaprichado de uno de los trajes que llevaba en <strong>la</strong><br />

maleta y que había tendido a secar. Se lo quería comprar por diez raciones de<br />

pan de 400 gramos, cinco raciones de azúcar, cuatro paquetes de tabaco de<br />

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70<br />

majorka, de hoja muy dura, dos librillos de pap<strong>el</strong> de fumar y <strong>la</strong> posibilidad de<br />

trabajar en <strong>la</strong> cocina.<br />

Ante esa oferta aceptó y al día siguiente fue admitido en <strong>la</strong> cocina aunque<br />

<strong>el</strong> médico se lo prohibió, en un principio, por padecer disentería, pero aceptó<br />

que lo hiciera en <strong>la</strong> panadería. Allí su trabajo consistía en partir leña para <strong>el</strong><br />

horno. Cada día debía subir cinco sacos de harina, de cien kilos cada uno, de<br />

<strong>la</strong> despensa hasta <strong>la</strong> panadería, por una pequeña cuesta de setecientos metros.<br />

Y por <strong>la</strong> noche en los hornos cociendo <strong>el</strong> pan hasta <strong>la</strong>s dos de <strong>la</strong> madrugada.<br />

Era demasiado para él solo.<br />

Muy cerca de su trabajo se encontraba <strong>el</strong> lugar donde se calentaba <strong>el</strong> agua<br />

que al finalizar <strong>la</strong> jornada de trabajo, unas doce horas diarias, se repartía por<br />

todo <strong>el</strong> campamento. Era agua hervida con unas hojas que se recogían en <strong>el</strong><br />

campo, y que todos los presos debían tomar. Servía para que <strong>la</strong>s dentaduras no<br />

se cayesen o no se moviesen. Cada día debían recoger al menos 50 kilos de<br />

esas hojas, además de ortigas que servían para hacer sopa. Allí trabajaban<br />

varios de sus compañeros a los que aceptó un trato. Él les pasaba cada día<br />

raciones de pan y <strong>el</strong>los le cortaban <strong>la</strong> leña y le subían los sacos de harina. De<br />

esta manera pudo suavizar su forma de trabajo que, a partir de ese momento,<br />

consistió en amasar <strong>la</strong> harina, alimentar <strong>el</strong> horno con <strong>la</strong> leña, introducir <strong>la</strong> masa<br />

y luego extraer <strong>el</strong> pan una vez cocido. Al día eran dos hornadas de pan negro<br />

y una de pan b<strong>la</strong>nco <strong>la</strong>s que tenía que realizar.<br />

En otros campos <strong>la</strong> temperatura exterior era de treinta y cinco grados bajo<br />

cero y debían realizar trabajos forzados durante doce horas al día. Estaban en<br />

<strong>el</strong> paral<strong>el</strong>o 60 grados norte, muy cerca d<strong>el</strong> círculo po<strong>la</strong>r, y allí murieron más<br />

de veinte españoles compatriotas suyos.<br />

NUEVO TRASLADO<br />

De allí los llevaron a Dudincaya donde estuvieron hasta mayo de 1942,<br />

que hicieron <strong>el</strong> camino inverso: Krasnoyarsk, donde estuvieron en <strong>la</strong> recogida<br />

de su cosecha hasta octubre; Novosibisk, en <strong>la</strong> cárc<strong>el</strong> tres meses; en<br />

Peripob<strong>la</strong>vsk; en Armolinsk y Karaganda. En este lugar se reunieron con los<br />

españoles que estaban realizando <strong>el</strong> curso de pilotos de aviación en Moscú, y<br />

estuvieron varios meses de 1943. Luego pasaron a Espaka, denominado<br />

“Moscú número 90”, que se encontraba a cuarenta kilómetros de Karaganda.<br />

Allí estuvieron realizando faenas d<strong>el</strong> campo hasta 1946 que salieron para<br />

Odesa. Les decían que desde esa ciudad los iban a repatriar.


La policía secreta de <strong>la</strong> URSS, <strong>el</strong> NKVD, sometía a los prisioneros y a los<br />

deportados a un continuo espionaje. Eran algunos de los propios compañeros<br />

de los detenidos los que hacían de “chivatos” de todo lo que oían y escuchaban,<br />

bajo <strong>la</strong>s promesas de un trabajo mejor pagado o de una pronta liberación.<br />

Algunos de <strong>el</strong>los pertenecieron a <strong>la</strong> División Azul y en recompensa los<br />

colocaron en <strong>el</strong> Instituto Social de Ordenanzas, aunque seguro que también de<br />

entre sus compañeros los había.<br />

En <strong>la</strong>s cárc<strong>el</strong>es se dormía en los su<strong>el</strong>os de cemento. La alimentación<br />

consistía en un cazo al desayuno, una sopa de pepinos y 300 gramos de<br />

pescado sa<strong>la</strong>do al mediodía, y por <strong>la</strong> noche algo de “agua caliente” y 300<br />

gramos de pan. A los retretes se podía ir una so<strong>la</strong> vez al día y en los campos<br />

de trabajo se dormía en literas de madera. Había mucha miseria y “nos comían<br />

los piojos y <strong>la</strong>s chinches”, que ante su agotamiento, y que ya hemos<br />

mencionado, recorrían todo su cuerpo. La alimentación variaba de un campo<br />

a otro dependiendo de su producción en <strong>la</strong> tierra, pero en <strong>la</strong> mayoría era <strong>la</strong><br />

siguiente: 400 gramos de pan negro y sopa de pepinos o de ortigas, o<br />

pescado, para <strong>el</strong> mediodía. Y por <strong>la</strong> noche una sopa de 300 gramos de trigo,<br />

avena o zanahoria con pescado sa<strong>la</strong>do. Una vez al día les daban 3 gramos de<br />

aceite por persona.<br />

Cuando iban a trabajar a <strong>la</strong>s granjas cooperativas con ganado no se podía<br />

hab<strong>la</strong>r nada, ni salirse de <strong>la</strong>s fi<strong>la</strong>s, ya que iban siempre andando. Los perros<br />

guardianes se aba<strong>la</strong>nzaban contra quién incumplía <strong>la</strong>s órdenes, en <strong>el</strong> mejor de<br />

los casos, o los policías disparaban contra <strong>el</strong>los. El camino que normalmente<br />

seguían para llegar a una de estas granjas cruzaba un pequeño río por encima<br />

de un puente que no era muy estable. En una ocasión coincidieron encima con<br />

un carro tirado por un caballo y conducido por una agricultora. El carro llevaba<br />

bidones de leche y tuvo <strong>la</strong> ma<strong>la</strong> fortuna que <strong>el</strong> peso desequilibró <strong>la</strong> carga<br />

cayendo todo al río semiconge<strong>la</strong>do.<br />

El sargento que mandaba <strong>la</strong> escolta ordenó a los presos que salvasen al<br />

caballo. Piñeiro se quitó <strong>el</strong> abrigo y los zapatos, y se <strong>la</strong>nzó a <strong>la</strong>s he<strong>la</strong>das aguas<br />

salvando en primer lugar a <strong>la</strong> mujer, y más tarde al caballo tirando de él con<br />

una cuerdas y ayudado por sus compañeros. Luego, y ya más organizados,<br />

rescataron todo <strong>el</strong> carro y toda su preciada carga.<br />

En recompensa recibió <strong>el</strong> salvador un castigo de pasar tres días en <strong>el</strong><br />

ca<strong>la</strong>bozo por haber desobedecido al sargento. Pasó tres noches con un intenso<br />

frío y poca comida. El ca<strong>la</strong>bozo era un triangulo de tres metros con una puerta.<br />

El tejado era de mimbres con tierra encima y por <strong>la</strong>s paredes corría <strong>el</strong> agua sin<br />

71


72<br />

cesar. No había ninguna cama. Solo un pequeño banco para poder sentarse.<br />

Por <strong>el</strong> día debía acudir al trabajo y por <strong>la</strong> noche regresaba a su castigo.<br />

Al cabo de un tiempo y cuando ya habían regresado a Odesa y se<br />

encontraban en <strong>el</strong> campo número 1, les fueron a ver una comisión con un<br />

miembro d<strong>el</strong> Partido Comunista Español. Le l<strong>la</strong>maron y le preguntaron si se<br />

quería quedar a trabajar en Rusia. Contestó que no, que se quiere ir a España.<br />

El d<strong>el</strong>egado, Abad, le dice que si vu<strong>el</strong>ve, Franco lo fusi<strong>la</strong>. Él contesta que le<br />

da igual, que si va a España y lo matan su madre lo verá, vivo o muerto, pero<br />

que si se queda en Rusia seguro que moriría como un perro.<br />

También y durante su estancia, en una ocasión <strong>la</strong>s autoridades soviéticas<br />

quisieron repatriar a muchos de <strong>el</strong>los a España, pero dirigentes d<strong>el</strong> Partido<br />

Comunista Español lo impidieron. Por esa razón y como protesta hicieron los<br />

prisioneros numerosas hu<strong>el</strong>gas y se enviaron muchos escritos a Moscú, al<br />

Ministerio de Asuntos Exteriores y a <strong>la</strong>s Embajadas. Algunas de <strong>la</strong>s enfermeras<br />

de los hospitales les ayudaron. Les daban pap<strong>el</strong> y tinta y depositaban <strong>la</strong><br />

correspondencia al correo. A cambio les rega<strong>la</strong>ban cinturones o cortes de<br />

zapato de hilo que se realizaban en <strong>el</strong> período invernal, ya que muchas veces<br />

no se podía salir al trabajo por <strong>la</strong>s terribles ventiscas de nieve y frío reinante.<br />

En alguna ocasión que salieron, algunas personas desaparecían “devorados”<br />

por <strong>la</strong> tormenta. El trabajar en <strong>el</strong> interior de los barracones les salvó quizás <strong>la</strong><br />

vida en más de una ocasión.<br />

Días más tarde <strong>la</strong>s autoridades d<strong>el</strong> campo ent<strong>revista</strong>ron al grupo en general<br />

de 190 españoles de los que fueron apartados ocho. Entre <strong>el</strong>los Piñeiro que<br />

fue conducido e ingresado en <strong>el</strong> campo de castigo l<strong>la</strong>mado <strong>el</strong> número 2. En él<br />

<strong>la</strong> policía tenía por costumbre l<strong>la</strong>mar a los presos a dec<strong>la</strong>rar a <strong>la</strong>s horas de <strong>la</strong><br />

comida, por lo que no <strong>la</strong> podían realizar. También lo hacían por <strong>la</strong> noche<br />

después de <strong>la</strong>s dos de <strong>la</strong> madrugada para acusar a otros compañeros de haber<br />

realizado escritos o de<strong>la</strong>tar sus conversaciones. Como no decían nada, les<br />

llevaban a unos sótanos que inundaban de agua. Allí permanecían con <strong>el</strong><strong>la</strong> al<br />

cu<strong>el</strong>lo durante dos o tres horas. Luego los sacaban en medio d<strong>el</strong> frío y los<br />

devolvían a los barracones. Cada uno secaba su ropa como podía. Así<br />

estuvieron dos meses pero nunca consiguieron que nadie de<strong>la</strong>tase a nadie. El<br />

compañerismo fue <strong>el</strong> arma que emplearon para sobrevivir.<br />

Después de unos meses fue enviado a trabajar a los astilleros de Odesa<br />

donde se estaban construyendo <strong>la</strong>nchas rápidas. En febrero de 1947, les<br />

incorporaron con los prisioneros de <strong>la</strong> División Azul, curiosa paradoja, y <strong>el</strong><br />

periplo de cárc<strong>el</strong>es, hospitales y campos de trabajo continuó hasta los primeros<br />

días d<strong>el</strong> mes de marzo de 1954.


CON DIVISIONARIOS Y EL REGRESO<br />

En este intervalo, Piñeiro y sus compañeros republicanos convivieron<br />

con más de cuatrocientos ex - miembros de <strong>la</strong> División Azul al menos<br />

durante cinco años. Conoció a los capitanes Teodoro Pa<strong>la</strong>cios, Gerardo<br />

Orequieta y Arsenio Álvarez, de aviación y enfermo d<strong>el</strong> pulmón. A los<br />

tenientes Rosendo, Tenreiro, Martínez y Navarro y a otros muchos más que<br />

no recuerda sus nombres.<br />

Y fue en ese mes de marzo de 1954, y después de ingentes negociaciones<br />

y gestiones de <strong>la</strong> Cruz Roja en <strong>la</strong>s que participó Guy Bueno, cuando <strong>la</strong>s<br />

autoridades soviéticas autorizaron a liberar a doscientos ochenta y seis<br />

prisioneros, <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong> División Azul, y otros excombatientes<br />

republicanos de <strong>la</strong> guerra civil españo<strong>la</strong>, entre los que se encontraba Enrique<br />

Piñeiro. Embarcaron en <strong>la</strong> Motonave “Semiramis-Monrovia”, de nacionalidad<br />

griega y contratada por <strong>la</strong> Cruz Roja, en <strong>el</strong> puerto de Odessa con destino a<br />

España. Llegaron todos juntos al puerto de Barc<strong>el</strong>ona <strong>el</strong> 26 d<strong>el</strong> mismo mes en<br />

una simbólica paradoja. Era muy posible que en <strong>el</strong> mismo barco que los<br />

devolvían a España d<strong>el</strong> cautiverio, se encontrasen personas que habían luchado<br />

unos contra otros, físicamente hab<strong>la</strong>ndo, en los mismos frentes de batal<strong>la</strong> en<br />

<strong>la</strong> guerra civil sin saberlo. Habían compartido <strong>la</strong> lucha y <strong>la</strong> muerte y ahora<br />

compartían <strong>la</strong> libertad.<br />

Fueron recibidos en <strong>el</strong> puerto por <strong>el</strong> general Muñoz Grandes, primer mando<br />

de <strong>la</strong> División Azul, y fueron tras<strong>la</strong>dados inmediatamente a un hospital<br />

barc<strong>el</strong>onés para ser reconocidos. Luego, cada uno de los que llegaron<br />

rehicieron su vida, aunque unos más que otros.<br />

EN LA ESPAÑA DE FRANCO Y EN LA DEMOCRACIA<br />

La existencia azarosa de nuestro protagonista no terminó allí. Tenía <strong>el</strong><br />

estigma de haber sido d<strong>el</strong> bando perdedor en <strong>la</strong> guerra civil, y con ese peso<br />

tuvo que malvivir durante muchísimo tiempo. En muchos ambientes fue<br />

despreciado, le dieron <strong>la</strong> espalda y le costó encontrar trabajo. En su hoja de<br />

servicios de <strong>la</strong> Marina se reflejaba que <strong>el</strong> 18 de julio de 1936 estuvo destinado<br />

en zona no liberada, y que <strong>el</strong> 29 de marzo de 1939, “producida <strong>la</strong> liberación,<br />

no aparece constancia de que haya tenido su presentación a <strong>la</strong>s Autoridades<br />

Nacionales, por lo que se consideró baja”. E incluso se le dio por muerto. Pero<br />

más tarde, y ya con <strong>el</strong> primer gobierno socialista, sus derechos le fueron<br />

reconocidos y pudo vivir sus últimos años de una manera bastante más digna.<br />

73


74<br />

FIN<br />

Este podría ser uno de tantos ejemplos de cómo fue <strong>la</strong> vida de muchos de<br />

aqu<strong>el</strong>los que lucharon con <strong>el</strong> gobierno republicano, en <strong>la</strong> trágica guerra civil<br />

españo<strong>la</strong>, y que sufrieron una incomprensible represión por parte d<strong>el</strong> gobierno<br />

más firme co<strong>la</strong>borador de <strong>la</strong> República, <strong>el</strong> soviético, mientras cumplían con su<br />

deber. Fueron más de doce años de cautiverio en cárc<strong>el</strong>es y campos de trabajo<br />

en condiciones penosas. Demasiados años si tenemos en cuenta que después<br />

dijeron que se había tratado de una confusión.<br />

Por <strong>el</strong> contrario muchos españoles dirigentes d<strong>el</strong> Partido Comunista de<br />

España, responsables de esa situación, llevaron una “f<strong>el</strong>iz vida en <strong>el</strong> exilio” y<br />

un reconocimiento, a su vu<strong>el</strong>ta a España, que más se merecían a los que como<br />

a Piñeiro arrebataron, sino <strong>la</strong> vida entera, buena parte de <strong>el</strong><strong>la</strong>.<br />

Algún día <strong>la</strong> historia, <strong>la</strong> verdadera y objetiva historia, se contará.


INFORMACIÓN SOBRE LA<br />

FUNDACIÓN CULTURAL ISTOLACIO<br />

Es una Institución cultural y científica sin finalidad de lucro, creada<br />

al amparo de los derechos reconocidos en <strong>la</strong> Constitución y bajo <strong>la</strong><br />

normativa de <strong>la</strong> Ley de Fundaciones. Toma <strong>el</strong> nombre de ISTOLACIO<br />

que murió en combate contra los cartagineses.<br />

ACTIVIDADES INSTITUCIONALES<br />

● Promover y mantener <strong>la</strong> paz, a cualquier niv<strong>el</strong>, desde <strong>el</strong> respeto<br />

a todas <strong>la</strong>s ideas y a todos aqu<strong>el</strong>los que dieron su vida por defender<strong>la</strong>s.<br />

● Fomentar <strong>la</strong> conservación, vigi<strong>la</strong>ncia y ornato de los cementerios<br />

o tumbas de combatientes españoles o bajo Bandera de España, caidos<br />

en lucha, sin distinción de época, lugar, credo o ideología. Confeccionar<br />

y actualizar <strong>el</strong> catálogo de estas tumbas y cementerios. Realizar y<br />

fomentar investigaciones históricas sobre los citados cementerios o<br />

tumbas, y sus protagonistas.<br />

● Promocionar y realizar publicaciones, actividades científicas,<br />

educativas y culturales, de cualquier niv<strong>el</strong>. Divulgación, promoción y<br />

defensa de los derechos humanos, así como de <strong>la</strong> Fundación y de sus<br />

fines institucionales.


100<br />

BENEFICIARIOS<br />

Todas <strong>la</strong>s personas, entes o realidades susceptibles de ser<br />

atendidos por <strong>la</strong> Fundación en <strong>el</strong> desarrollo de sus fines. Se dará<br />

prioridad a aqu<strong>el</strong><strong>la</strong>s actuaciones que considere urgentes <strong>el</strong> Patronato de<br />

<strong>la</strong> Fundación y en <strong>la</strong>s que sea posible intervenir eficazmente con los<br />

medios disponibles.<br />

GOBIERNO<br />

El órgano de gobierno y representación es <strong>el</strong> Patronato de <strong>la</strong><br />

Fundación. Su número de miembros y cargos serán, al menos, los<br />

previstos como mínimo por <strong>la</strong> Ley de Fundaciones. La pertenencia al<br />

Patronato de <strong>la</strong> Fundación y sus cargos son actividades fi<strong>la</strong>ntrópicas. No<br />

conllevan ninguna remuneración y son incompatibles con <strong>la</strong> percepción<br />

de honorarios procedentes de <strong>la</strong> Fundación. El Patronato de <strong>la</strong><br />

Fundación puede acordar <strong>la</strong> incorporación de nuevos Patronos. Es<br />

obligatoria <strong>la</strong> rendición anual de cuentas al Ministerio de Cultura.<br />

APORTACIONES<br />

Se puede ingresar cualquier cantidad. Y pueden hacerlo <strong>la</strong>s<br />

personas físicas y cualesquiera entidades u organismos públicos o<br />

privados: Comunidades, Hermandades, Instituciones, Sociedades,<br />

Empresas, etc. En <strong>el</strong> impuesto sobre <strong>la</strong> renta, los particu<strong>la</strong>es pueden<br />

desgravar <strong>el</strong> 25% de sus aportaciones y <strong>el</strong> 35% <strong>la</strong>s empresas o<br />

sociedades.<br />

CONSEJEROS<br />

Pueden ser personas físicas (particu<strong>la</strong>res) o <strong>la</strong>s personas jurídicas<br />

(sociedades y organismos públicos o privados) que sean aceptadas por<br />

<strong>la</strong> Fundación.<br />

Hay tres modalidades:<br />

● Honorífico. A propuesta d<strong>el</strong> Patronato. Es compatible con <strong>la</strong>s<br />

otras dos modalidades.<br />

● De número. Tiene una vigencia anual.<br />

● Permanente. Tiene una vigencia indefinida.


REVISTA ESTELA<br />

ÍNDICES<br />

Revista núm. 1. Año 1997.<br />

- <strong>Editorial</strong>.<br />

- La lucha por <strong>el</strong> cuerpo caído en <strong>la</strong> Iliada.<br />

- Cementerios y tumbas de campaña.<br />

- El cementerio musulmán de Ta<strong>la</strong>vera de <strong>la</strong> Reina.<br />

- Tumbas de soldados extranjeros en España.<br />

Revista núm. 2. Año 1998.<br />

- <strong>Editorial</strong>.<br />

- Caballeros Legionarios caidos en <strong>la</strong> Campaña de Marruecos y sepultados en<br />

<strong>el</strong> Cementerio de <strong>la</strong> Purísima Concepción de M<strong>el</strong>il<strong>la</strong>.<br />

Revista núm. 3. Año 1999.<br />

- <strong>Editorial</strong>.<br />

- Caballeros <strong>la</strong>ureados de San Fernando caídos en <strong>la</strong> Zona Oriental, durante<br />

<strong>la</strong>s Campañas de Marruecos.<br />

- Noticiario.<br />

- Reseña Bibliográfica.<br />

Revista núm. 4. Año 2002.<br />

- Muerte d<strong>el</strong> general Fernández Silvestre.<br />

- Las bajas españo<strong>la</strong>s en <strong>la</strong> batal<strong>la</strong> de Carabobo.<br />

- La Real y Militar Orden de San Fernando.<br />

- Panteón de los héroes de <strong>la</strong>s Campañas.<br />

Revista núm. 5. Año 2004.<br />

- <strong>Editorial</strong>.<br />

- Luis María Crespo de Guzmán, un colombiano en <strong>el</strong> Tercio de Extranjeros.<br />

- Xeruta, <strong>el</strong> barranco de <strong>la</strong> muerte.<br />

- Los legionarios de Limerick en <strong>el</strong> conflicto español.<br />

- Doce de diciembre de 1930. Una efeméride olvidada.<br />

Revista núm. 6. Año 2009.<br />

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100<br />

NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE TRABAJOS<br />

La Revista Este<strong>la</strong> es una publicación de <strong>la</strong> Fundación Cultural<br />

Isto<strong>la</strong>cio. Su periodicidad es anual y su volumen, un mínimo de 64<br />

páginas.<br />

Puede co<strong>la</strong>borar en <strong>el</strong><strong>la</strong> todo escritor, español o extranjero, que se<br />

interese por los temas históricos re<strong>la</strong>cionados con <strong>la</strong> institución militar<br />

y, de forma particu<strong>la</strong>r, con los fines de <strong>la</strong> Fundación.<br />

Los trabajos han de ser inéditos y deberán precisar <strong>la</strong>s fuentes<br />

documentales y bibliográficas utilizadas. Se presentarán en soporte<br />

pap<strong>el</strong> y digital y su extensión podrá osci<strong>la</strong>r entre <strong>la</strong>s dos mil y diez mil<br />

pa<strong>la</strong>bras. Los trabajos podrán ir acompañados de <strong>la</strong>s fotos, croquis y<br />

dibujos que <strong>el</strong> autor considere necesarios, estos deben estar libres de<br />

derechos y podrán remitirse digitalizados a una resolución de 300 ppp.<br />

Para su publicación, los artículos deberán ser s<strong>el</strong>eccionados por <strong>el</strong><br />

Consejo <strong>Editorial</strong>.<br />

Los trabajos se enviarán en <strong>el</strong> primer semestre d<strong>el</strong> año a:<br />

FUNDACIÓN CULTURAL ISTOLACIO<br />

Revista <br />

Navas d<strong>el</strong> Rey, nº 51 - 28011 - MADRID<br />

E-mail: este<strong>la</strong>@isto<strong>la</strong>cio.org

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