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14 El Señor Todopoderoso ha jurado por sí mismo ... - Necho Vergara

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cometió. <strong>14</strong> En cambio, si le digo al malvado: ‘¡Morirás!, pero luego él se convierte de su pecado y<br />

actúa con justicia y rectitud, 15 y devuelve lo que tomó en prenda y restituye lo que robó, y obedece<br />

los preceptos de vida, sin cometer ninguna iniquidad, ciertamente vivirá y no morirá. 16 No se le tomará<br />

en cuenta ninguno de los pecados que antes cometió, sino que vivirá <strong>por</strong> <strong>ha</strong>ber actuado con justicia y<br />

rectitud.<br />

17 »Los hijos de tu pueblo dicen: <strong>El</strong> <strong>Señor</strong> no actúa con justicia. En realidad, los que no actúan con<br />

justicia son ellos. 18 Si el justo se aparta de su justicia y <strong>ha</strong>ce lo malo, morirá a causa de ello. 19 Y si el<br />

malvado deja de <strong>ha</strong>cer lo malo y actúa con justicia y rectitud, vivirá. 20 A pesar de esto, ustedes siguen<br />

repitiendo: <strong>El</strong> <strong>Señor</strong> no actúa con justicia. Pero yo, israelitas, los juzgaré a cada uno de ustedes según<br />

su conducta.»<br />

La caída de Jerusalén<br />

21 <strong>El</strong> día quinto del mes décimo del año duodécimo de nuestro exilio, un fugitivo que <strong>ha</strong>bía huido de<br />

Jerusalén vino y me dio esta noticia: «La ciudad <strong>ha</strong> sido conquistada.» 22 La noche antes de que llegara<br />

el fugitivo, la mano del <strong>Señor</strong> vino sobre mí y me dejó mudo. A la mañana siguiente, cuando vino el<br />

hombre, el <strong>Señor</strong> me devolvió el <strong>ha</strong>bla.<br />

23 Luego el <strong>Señor</strong> me dirigió la palabra: 24 «Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la<br />

tierra de Israel, anda diciendo: Si Abra<strong>ha</strong>m, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor<br />

razón nosotros, que somos muchos, <strong>ha</strong>bremos de recibir la tierra en posesión. 25 Por tanto, adviérteles<br />

que a<strong>sí</strong> dice el <strong>Señor</strong> omnipotente: Ustedes comen carne con sangre, adoran a sus ídolos, y derraman<br />

sangre, ¿y aun a<strong>sí</strong> pretenden poseer el país? 26 Además, confían en sus espadas, cometen<br />

abominaciones, viven en adulterio con la mujer de su prójimo, ¿y aun a<strong>sí</strong> pretenden poseer el país?<br />

27 »Por tanto, adviérteles que a<strong>sí</strong> dice el <strong>Señor</strong> omnipotente: Tan cierto como que yo vivo, que los que<br />

<strong>ha</strong>bitan en las ruinas morirán a filo de espada; a los que andan <strong>por</strong> el campo abierto se los daré como<br />

pasto a las fieras, y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. 28 Convertiré al<br />

país en un desierto desolado, y se acabará el orgullo de su poder. Los montes de Israel quedarán<br />

devastados, y nadie más pasará <strong>por</strong> ellos. 29 Y cuando yo deje a este país como un desierto desolado<br />

<strong>por</strong> culpa de los actos detestables que ellos cometieron, sabrán que yo soy el <strong>Señor</strong>.<br />

30 »En cuanto a ti, hijo de hombre, los de tu pueblo <strong>ha</strong>blan de ti junto a los muros y en las puertas de<br />

las casas, y se dicen unos a otros: Vamos a escuc<strong>ha</strong>r el mensaje que nos envía el <strong>Señor</strong>. 31 Y se te<br />

acercan en masa, y se sientan delante de ti y escuc<strong>ha</strong>n tus palabras, pero luego no las practican. Me<br />

<strong>ha</strong>lagan de labios para afuera, pero después sólo buscan las ganancias injustas. 32 En realidad, tú eres<br />

para ellos tan sólo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un<br />

instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica. 33 No obstante, cuando todo esto<br />

suceda y en verdad está a punto de cumplirse, sabrán que hubo un profeta entre ellos.»<br />

Pastores y ovejas<br />

Ezequiel 34<br />

1 <strong>El</strong> <strong>Señor</strong> me dirigió la palabra: 2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y<br />

adviérteles que a<strong>sí</strong> dice el <strong>Señor</strong> omnipotente: ¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que tan sólo se<br />

cuidan a <strong>sí</strong> <strong>mismo</strong>s! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño? 3 Ustedes se beben la leche, se<br />

visten con la lana, y matan las ovejas más gordas, pero no cuidan del rebaño. 4 No fortalecen a la<br />

oveja débil, no cuidan de la enferma, ni curan a la herida; no van <strong>por</strong> la descarriada ni buscan a la<br />

perdida. Al contrario, tratan al rebaño con crueldad y violencia. 5 Por eso las ovejas se <strong>ha</strong>n dispersado:<br />

¡<strong>por</strong> falta de pastor! Por eso están a la merced de las fieras salvajes. 6 Mis ovejas andan descarriadas<br />

<strong>por</strong> montes y colinas, dispersas <strong>por</strong> toda la tierra, sin que nadie se preocupe <strong>por</strong> buscarlas.<br />

7 » Por tanto, pastores, escuchen bien la palabra del <strong>Señor</strong>: 8 Tan cierto como que yo vivo afirma el<br />

<strong>Señor</strong> omnipotente, que <strong>por</strong> falta de pastor mis ovejas <strong>ha</strong>n sido objeto del pillaje y <strong>ha</strong>n estado a<br />

merced de las fieras salvajes. Mis pastores no se ocupan de mis ovejas; cuidan de <strong>sí</strong> <strong>mismo</strong>s pero no<br />

de mis ovejas. 9 Por tanto, pastores, escuchen la palabra del <strong>Señor</strong>. 10 A<strong>sí</strong> dice el <strong>Señor</strong> omnipotente:

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