Terciários Chile - Heraldos del Evangelio
Terciários Chile - Heraldos del Evangelio
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<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong><br />
Cooperadores Cooperadores
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong><br />
Cooperadores<br />
Marzo de 2002
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong><br />
Asociación privada internacional de fieles de derecho pontificio<br />
Casa madre “San Benito”<br />
Rua Dom Domingos de Silos, 238<br />
0526-030 São Paulo (Brasil)<br />
Tel: (11) 6236-4343 / Fax: 6236-0442<br />
e-mail: secretaria@arautos.org.br<br />
www.arautos.org.br<br />
Presidente General<br />
João S. Clá Dias<br />
Tel (11) 6236-4343 / Fax/sec. elet: (11) 6971-3706<br />
e-mail: jscladias@arautos.org.br<br />
<strong>Chile</strong>:<br />
Av. Américo Vespucio Sur 250 Las Condes, Santiago<br />
Tel: (56) 2 2075453 / fax: (56) 2 207 55 78<br />
e-mail: heraldos@heraldos.cl<br />
www.heraldos.cl<br />
Portada: <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> en la Plaza de San Pedro, en el<br />
Vaticano, después de una misa solemne en la Basílica.<br />
Contraportada: El Santo Padre Juan Pablo II corona la imagen<br />
de la Virgen, llevada por los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, en la<br />
audiencia <strong>del</strong> 28 de febrero de 2001.
E<br />
n la audiencia <strong>del</strong> día 28 de febrero<br />
de 2001, los integrantes de la asociación<br />
internacional privada de fieles<br />
de derecho pontificio <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong> se sintieron animados a llevar<br />
a<strong>del</strong>ante su proyecto de evangelización,<br />
cuando directamente convocados<br />
por S.S. Juan Pablo II les exhortaba en<br />
estos términos:<br />
“Anuncien valientemente, por el mundo<br />
entero, a Cristo Nuestro Señor. Sed<br />
mensajeros <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> por la intercesión<br />
<strong>del</strong> Corazón Inmaculado de María.”<br />
Para entregarse por entero a una<br />
actividad evangelizadora y realizar al<br />
mismo tiempo su ideal de perfección<br />
basado en su carisma, muchos heraldos<br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> viven en comunidad, aunque<br />
conservan su estado de laicos, y se<br />
someten a un Ordo de Costumbres,<br />
practicando los consejos evangélicos de<br />
castidad, obediencia y pobreza, y guardan<br />
el celibato.<br />
No obstante, son numerosas las<br />
personas que también sienten el llama-<br />
5
En su vida cotidiana, los “<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>”, rezan<br />
parte de la Liturgia de las Horas - Canto <strong>del</strong> Oficio en la<br />
Catedral de Braga (Portugal)<br />
do de la gracia para santificarse y actuar<br />
según la espiritualidad, el carisma<br />
y la misión de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>,<br />
pero cuyos deberes de estado impiden<br />
una dedicación completa, lo cual<br />
requiere otra forma de integración en<br />
la Asociación. Poco a poco, dentro de<br />
este movimiento eclesial, se les fue<br />
conociendo como Cooperadores, Apóstoles<br />
o Terciarios, constituyendo una<br />
6
sección especial que está inspirada en<br />
la organización de algunas órdenes religiosas<br />
1<br />
Según los Estatutos de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, los Cooperadores son<br />
aquellos que “aunque sintiéndose identificados<br />
con el espíritu de la Asociación,<br />
no pueden asumir plenamente los<br />
fines de la entidad, por sus compromisos<br />
clericales, su pertenencia a algún<br />
instituto de vida consagrada o sociedad<br />
de vida apostólica, o sus deberes matrimoniales<br />
o profesionales” (Estatutos, 9).<br />
Al ser, por lo tanto, laicos casados o<br />
solteros que viven en el mundo, sacer-<br />
1 ) Desde hace siglos, muchas órdenes religiosas que<br />
enriquecen el firmamento de la Iglesia cuentan con<br />
una Orden Primera (constituida por varones, sacerdotes<br />
o no, que practican integralmente los conse-jos<br />
evangélicos), una Orden Segunda (compuesta por<br />
religiosas de vida activa o contemplativa) y una<br />
Orden Tercera, abierta a los laicos, casados o solteros,<br />
que permanecen en el mundo, pero que se<br />
esfuerzan por vivir y actuar según el espíritu de<br />
determinada Orden.<br />
7
dotes, diáconos, religiosos, religiosas,<br />
seglares de vida consagrada o miembros<br />
de otras asociaciones o movimientos<br />
eclesiales, los Apóstoles de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, además de observar<br />
los preceptos y deberes propios a<br />
su estado, se esfuerzan por vivir en<br />
conformidad con el carisma y la espiritualidad<br />
de la Asociación, dedicándole<br />
su tiempo libre y comprometiéndose a<br />
cumplir algunas Obligaciones.<br />
Desean aplicar a su vida en el mundo<br />
— en sus círculos familiares, en las<br />
actividades sociales y en sus tareas<br />
profesionales — el espíritu y las enseñanzas<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, y<br />
ser para su prójimo testigos de Cristo<br />
por la palabra y el ejemplo.<br />
8<br />
Misión<br />
El primer objetivo de la Asociación,<br />
según sus Estatutos, consiste en “ser<br />
instrumento de santidad en la Iglesia,<br />
ayudando a sus miembros para que res-
pondan generosamente al llamamiento a<br />
la plenitud de la vida cristiana y a la<br />
perfección de la caridad, favoreciendo y<br />
alentando la unidad más íntima entre la<br />
vida práctica y la fe” y unidos al esfuerzo<br />
de todos los católicos, participar “en la<br />
misión salvífica de la Iglesia mediante el<br />
apostolado, al que están destinados por<br />
el Señor en virtud <strong>del</strong> bautismo y de la<br />
confirmación”, especialmente “actuando<br />
en favor de la evangelización, de la santificación<br />
y de la animación cristiana de<br />
las realidades temporales” (Estatutos,<br />
Cap. 1).<br />
El ardiente deseo de cada heraldo<br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, seguro de la victoria de<br />
En las casas de los “<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>” el<br />
ceremonial impregna la vida diaria - Cortejo<br />
en una residencia en São Paulo (Brasil)
la Iglesia de Cristo, es pertenecer a una<br />
verdadera vanguardia eclesial para colaborar,<br />
en los albores <strong>del</strong> tercer milenio,<br />
en la recristianización de la sociedad y<br />
en la instauración <strong>del</strong> Reino de María.<br />
“No sabemos qué acontecimientos<br />
nos reservará el milenio que está comenzando”,<br />
decía Juan Pablo II, “pero<br />
tenemos la certeza de que éste permanecerá<br />
firmemente en las manos de<br />
Cristo, el Rey de Reyes y Señor de los<br />
Señores” (Novo Millenium Ineunte, 35)<br />
Quieren colaborar en la realización<br />
efectiva de la consecratio mundi, o sea,<br />
en la cristianización <strong>del</strong> orden temporal<br />
de la cual hablaba Juan XXIII (Cfr. Mater<br />
et Magistra, 233), tarea prioritaria de los<br />
laicos en la Nueva Evangelización.<br />
Para la realización de su misión no<br />
ahorran esfuerzos, ponen al servicio de<br />
la Iglesia todos los recursos a su alcance,<br />
aplican la inteligencia y la imaginación<br />
a las actividades más variadas,<br />
anuncian el <strong>Evangelio</strong> a todas las clases<br />
sociales, actúan en las parroquias, ho-<br />
10
gares y escuelas, en los ambientes profesionales,<br />
culturales y deportivos, en<br />
la televisión y en la radio, en las zonas<br />
populares, hospitales, asilos y cárceles,<br />
y en cualquier lugar donde les sea posible<br />
llevar una palabra de consuelo, de<br />
ánimo o de esperanza.<br />
En la medida en que sus deberes de<br />
estado y su modo de vida lo permitan, el<br />
Apóstol o Cooperador también se encaja<br />
en esas actividades, bajo la orientación<br />
de quienes los superiores designen.<br />
Sin embargo, como cualquier otro<br />
heraldo <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, saben que todos<br />
los esfuerzos serán estériles si sus corazones<br />
no están íntimamente unidos a<br />
Jesús y a María, pues la vida interior es<br />
el alma <strong>del</strong> apostolado.<br />
Espiritualidad<br />
Los pilares de la espiritualidad de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> están representados<br />
en su escudo: la Sagrada Eucaristía,<br />
la Santísima Virgen y el Romano<br />
Pontífice.<br />
11
En Jesús Sacramentado buscan las<br />
fuerzas necesarias para no desfallecer<br />
en el camino rumbo a la perfección de<br />
la caridad y para dar con valentía el<br />
testimonio <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
Cultivan una piedad filial para con la<br />
Santísima Virgen, sabiendo que Ella es el<br />
mejor camino para llegar hasta Cristo.<br />
Por eso se consagran como esclavos de<br />
amor a Jesús por las manos de María, siguiendo<br />
la escuela cristocéntrica y mariana<br />
de San Luis Grignion de Montfort.<br />
En la fi<strong>del</strong>idad al Papa, el dulce Cristo<br />
en la Tierra y maestro infalible de la<br />
Fe y de la Moral, es donde su corazón católico<br />
puede manifestar mejor el amor<br />
que tiene por la Iglesia.<br />
La vida de piedad y la participación<br />
en la liturgia de la Iglesia son partes integrantes<br />
de su vida espiritual, savia de<br />
la santidad y <strong>del</strong> apostolado.<br />
Cultivan con celo la contemplación,<br />
la guarda <strong>del</strong> corazón y la oración mental,<br />
y ofrecen como alabanza y súplica todos<br />
sus actos, incluso si éstos son insigni-<br />
12
ficantes o inadvertidos.<br />
En la práctica de las virtudes cristianas<br />
ponen especial empeño en la vigilancia<br />
para evitar las ocasiones de pecado.<br />
Con humildad, procuran obedecer<br />
de buen grado a sus superiores, y no<br />
buscan la promoción personal.<br />
Se esfuerzan en practicar la pureza de<br />
alma y de cuerpo, que se refleja en la<br />
mirada, en el comportamiento, en el modo<br />
de vestir e incluso en el aseo personal.<br />
El alma de todo apostolado es la vida interior. Las prácticas de<br />
piedad de los “<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>” incluyen media hora por<br />
día de meditación o adoración al Santísimo Sacramento - Misa<br />
en la Basílica de la Consolación en São Paulo (Brasil)
También practican el desapego de<br />
los bienes de este mundo, de los cuales<br />
sólo se sirven para la gloria de Dios.<br />
El Ordo de Costumbres de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> —compuesto de reglas<br />
compendiadas a lo largo de los años,<br />
surgidas con la práctica de la vida diaria—<br />
constituye un auxilio fundamental<br />
para caminar en las vías de la perfección,<br />
según su carisma, espiritualidad y<br />
misión. Les ayuda a vivir en un ambiente<br />
de caridad fraterna, disciplina y sacralidad,<br />
procurando armonizar sabiamente<br />
la contemplación con la acción, la oración<br />
con el estudio, el recogimiento con<br />
el compromiso que asumieron de dar público<br />
testimonio cristiano.<br />
El Cooperador desea adaptar su vida a<br />
la espiritualidad de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>,<br />
sin perjuicio de sus deberes de estado<br />
—familiares, laborales o sociales.<br />
También forma parte de esta espiritualidad<br />
el promover desinteresadamente<br />
el pulchrum. Y aquí entramos en<br />
el punto principal de su carisma.<br />
14
Carisma<br />
Muchos son los carismas que el Espíritu<br />
Santo suscita de acuerdo con las<br />
cirscunstancias históricas y las necesidades<br />
de los tiempos. “Él mismo dio a<br />
unos el ser apóstoles; a otros, profetas;<br />
a otros, evangelizadores; a otros, pastores<br />
y maestros, para el recto ordenamiento<br />
de los santos... hasta que lleguemos<br />
todos a la unidad de la fe y <strong>del</strong><br />
conocimiento pleno <strong>del</strong> Hijo de Dios, al<br />
estado de hombre perfecto, a la madurez<br />
de la plenitud de Cristo”(Ef4,11-13).<br />
“Hay diversidad de carismas, pero el<br />
Espíritu es el mismo; diversidad de ministerios,<br />
pero el Señor es el mismo; diversidad<br />
de operaciones, pero es el mismo<br />
Dios que obra en todos. A cada cual<br />
se le otorga la manifestación <strong>del</strong> Espíritu<br />
para provecho común” (1Co 12, 4-7).<br />
¿Cuál es el carisma de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>?<br />
Inspirados por el Espíritu Santo,<br />
admiran la verdad, la virtud y la belleza<br />
15
<strong>del</strong> universo creado (verum, bonum,<br />
pulchrum) como reflejos de Dios.<br />
“La verdad entraña el gozo y el esplendor<br />
de la belleza espiritual. La verdad<br />
es bella por sí misma”, enseña el<br />
Catecismo de la Iglesia Católica (2500).<br />
Lo mismo ocurre con la virtud, “la<br />
práctica <strong>del</strong> bien va acompañada de un<br />
placer espiritual gratuito y de belleza<br />
moral” (ídem).<br />
Sin embargo, “antes de revelarse al<br />
hombre en palabras de verdad,” a fin de<br />
pedirle la práctica de la virtud, “Dios<br />
se revela a él, mediante el lenguaje<br />
universal de la Creación, obra de su Sabiduría”<br />
(ídem).<br />
“La belleza de la creación refleja la<br />
infinita belleza <strong>del</strong> Creador”, pues “Dios<br />
creó el mundo para manifestar y comunicar<br />
su gloria” (ídem, 341-319).<br />
Nótese que no es sólo “manifestar”,<br />
sino que también es “comunicar”. “La gloria<br />
para la que Dios creó a sus criaturas<br />
consiste en que tengan parte en su verdad,<br />
su bondad y su belleza” (Catecismo, 319).<br />
16
Desde la basílica de Santa María la<br />
Mayor (Italia) o la <strong>del</strong> Pilar (España),<br />
hasta las más humildes parroquias de la<br />
periferia de São Paulo (Brasil), Asunción<br />
(Paraguay) o Maputo (Mozambique), los<br />
“<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>” están presentes<br />
colaborando en la animación litúrgica.<br />
En la foto, un cortejo en Santa María la<br />
Mayor, en Roma
Dar testimonio de la belleza, <strong>del</strong> esplendor<br />
de la verdad y de la virtud, ser<br />
símbolo de la bondad y grandezas infinitas<br />
de Dios, transmitiendo en todas<br />
sus manifestaciones una nota de solemnidad<br />
y pulcritud, ése es el ideal de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
Para desarrollar su carisma con<br />
plenitud los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> envuelven<br />
con esmerado ceremonial todos<br />
los actos de la vida diaria, desde los<br />
más simples —como el aseo personal,<br />
la manera de vestirse, comer y rezar, el<br />
comportamiento individual y en sociedad—,<br />
hasta los más solemnes, en comunidad<br />
o en público, como el canto <strong>del</strong> oficio,<br />
cortejos, funciones litúrgicas y ceremonias<br />
de carácter cultural y cívico.<br />
Visten un hábito que procura simbolizar<br />
su vocación con pulcritud. En sus emblemas,<br />
escudos, estandartes, ceremonias,<br />
en todo quieren resaltar la belleza, la<br />
sacralidad y la sublimidad <strong>del</strong> orden <strong>del</strong><br />
universo y exaltar, de este manera, la grandeza<br />
y la perfección <strong>del</strong> Divino Creador.<br />
18
Con su presencia, su porte, su comportamiento,<br />
su manera de vestir y de<br />
tratar al prójimo, e incluso con su timbre<br />
de voz, los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong><br />
quieren representar un tipo humano<br />
que proclama con ufanía la Fe Católica<br />
y un profundo amor a la Santa Iglesia.<br />
De esta manera interpretan aquello<br />
que el Catecismo expone en los siguiente<br />
términos: “Todas las criaturas poseen<br />
una cierta semejanza con Dios,<br />
muy especialmente el hombre creado a<br />
imagen y semejanza de Dios. Las múltiples<br />
perfecciones de las criaturas (su<br />
verdad, su bondad, su belleza) reflejan,<br />
por tanto, la perfección infinita de<br />
Dios” (41). “Es necesario contemplar<br />
continuamente la belleza <strong>del</strong> Padre e<br />
impregnar de ella nuestra alma” (2784).<br />
Una de las alegrías de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> consiste en despertar en<br />
los hombres ésa admiración ante las<br />
maravillas <strong>del</strong> universo, de las que habla<br />
el Papa Juan Pablo II. Sólo así les<br />
transmitirán el entusiasmo que el mun-<br />
19
do necesita “para afrontar y superar los<br />
desafíos cruciales que se avistan en el<br />
horizonte. Gracias a él la humanidad,<br />
después de cada momento de extravío,<br />
podrá ponerse en pie y reanudar su camino.<br />
Precisamente en este sentido se<br />
ha dicho, con profunda intuición, que la<br />
belleza salvará al mundo” (Carta a los<br />
Artistas, 4/4/99, 16).<br />
Según este carisma, los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, tanto los que tienen una<br />
vida de dedicación integral como los<br />
Cooperadores, buscan la perfección de<br />
la caridad en todas las cosas: “si no tengo<br />
caridad, nada soy... si no tengo caridad,<br />
nada me aprovecha... la mayor de<br />
todas ellas [de las tres virtudes teologales]<br />
es la caridad” (1Co 13, 2/3/13).<br />
Todos ellos desean alcanzar la propia<br />
santidad.<br />
Conforme alertaba el Papa Juan Pablo<br />
II, la santidad “es un compromiso<br />
que no afecta sólo a algunos cristianos:<br />
“Todos los cristianos, de cualquier clase<br />
o condición, están llamados a la ple-<br />
20
Misa Solemne en<br />
la iglesia de San<br />
Jerónimo el Real,<br />
en Madrid<br />
(España)<br />
21
nitud de la vida cristiana y a la perfección<br />
<strong>del</strong> amor” (NMI 30, LG 40).<br />
“La vida entera de la comunidad<br />
eclesial y de las familias cristianas debe<br />
ir en esta dirección... los caminos de<br />
la santidad son personales y exigen una<br />
pedagogía de la santidad verdadera y<br />
propia. Esta pedagogía debe enriquecer<br />
la propuesta dirigida a todos con las<br />
formas tradicionales de ayuda personal<br />
y de grupo, y con las formas más recientes<br />
ofrecidas en las asociaciones y<br />
en los movimientos reconocidos por la<br />
Iglesia” (Novo Millienium Ineunte, 31).<br />
“Como el Concilio mismo explicó,”<br />
continúa el Papa, “este ideal de perfección<br />
no ha de ser malentendido, como<br />
si implicase una especie de vida extraordinaria,<br />
practicable sólo por algunos<br />
«genios» de la santidad. Los caminos<br />
de la santidad son múltiples y adecuados<br />
a la vocación de cada uno”<br />
(Novo Millienium Ineunte, 31).<br />
22
Admisión, derechos y<br />
obligaciones <strong>del</strong><br />
Cooperador<br />
Los Cooperadores participan de las<br />
gracias especiales que Dios concede a<br />
la Asociación, igual que cualquier otro heraldo<br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>. El Santo Padre les otorgó<br />
una indulgencia plenaria in articulo<br />
mortis.<br />
Están agrupados en Sodalicios, organizados<br />
en función de la parroquia a<br />
la que pertenezcan o de la cercanía de<br />
alguna casa de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
La devoción a la Virgen María es uno de los<br />
pilares de la espiritualidad de los “<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>” - Peregrinación a Lourdes
Reunión de “Cooperadores” de los “<strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>” en São Paulo (Brasil)<br />
El candidato a Cooperador deberá empezar<br />
con una preparación para hacer su<br />
Consagración a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada,<br />
por las manos de María, según el<br />
mencionado método de San Luis María<br />
Grignion de Monfort. Será admitido más<br />
tarde, tras pronunciar la fórmula de dicha<br />
consagración, en una ceremonia hecha<br />
para tal fin, y en la cual recibirá la Capa de<br />
Cooperador, la Insignia o distintivo con el<br />
que se le identifica, un Devocionario y un ejemplar<br />
<strong>del</strong> Ordo de Costumbres.<br />
El Devocionario está compuesto por<br />
las oraciones que los cristianos deben rezar<br />
en diferentes etapas <strong>del</strong> día: al le-<br />
24
vantarse y al acostarse, antes y después<br />
de las comidas, a la hora de la Salutación<br />
Angélica (el Angelus); además de otras<br />
preces muy convenientes para incrementar<br />
la vida de piedad, alcanzar la intercesión<br />
de la Santísima Virgen y la de los<br />
santos y agradar a Dios.<br />
El Ordo de Costumbres sirve tan sólo,<br />
en su conjunto, como guía de comportamiento<br />
y como estímulo en el camino<br />
rumbo a la perfección. El Cooperador se<br />
verá obligado a cumplir solamente los<br />
puntos que se indican más a<strong>del</strong>ante.<br />
En el acto de admisión, el Cooperador<br />
también asume un Compromiso de<br />
honra que consiste en el cumplimiento<br />
de algunas Obligaciones, determinadas<br />
éstas por el Consejo General de la Asociación,<br />
sin que su violación, por sí misma,<br />
constituya pecado o imperfección.<br />
A continuación se enumeran las Obligaciones<br />
de los Cooperadores. Las genéricas,<br />
que son válidas para todos, se denominan<br />
Propósitos. Las concretas, unas<br />
apropiadas para los clérigos, otras para<br />
los laicos, se llaman Compromisos.<br />
25
Propósitos <strong>del</strong> Cooperador<br />
1.- Llevar una vida moralmente<br />
ejemplar.<br />
El Cooperador debe primar por una<br />
conducta moralmente ejemplar, recordando<br />
lo que dice Nuestro Señor en el<br />
<strong>Evangelio</strong>: “Quien escandalizare a uno<br />
de estos pequeños que creen en mí,<br />
mejor le sería que le colgasen <strong>del</strong> cuello<br />
una de esas piedras de molino que<br />
mueve un asno, y así fuese sumergido<br />
en lo profundo <strong>del</strong> mar” (Mt 18, 6 ).<br />
2.- Buscar la perfección en todas<br />
las acciones interiores y<br />
exteriores.<br />
Este propósito une la obligación<br />
que todo cristiano tiene de esforzarse<br />
en la vía de la perfección, en virtud <strong>del</strong><br />
consejo <strong>del</strong> Señor —“Sed perfectos<br />
como es perfecto vuestro Padre celestial”<br />
(Mt 5, 48) —, con el carisma de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, según el cual,<br />
para dar testimonio de la belleza, <strong>del</strong><br />
27
Llevar una palabra de<br />
devoción mariana,<br />
impregnada de<br />
consuelo y esperanza,<br />
a hogares, hospitales y<br />
cárceles forma parte de<br />
las actividades de los<br />
“<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>”<br />
Casa de família<br />
en Santo<br />
Domingo<br />
(Rep. Dominicana)<br />
Hospital en<br />
Buenos Aires<br />
(Argentina)<br />
Cárcel en<br />
Picos, Piaui<br />
Brasil
esplendor de la verdad y de la virtud y<br />
ser símbolo de la bondad y grandeza<br />
infinitas de Dios, es necesario dar una<br />
nota de solemnidad y pulcritud —que<br />
significa buscar la perfección— en todas<br />
las acciones interiores y exteriores.<br />
3.- Difundir la devoción a<br />
Jesús Sacramentado.<br />
4.- Difundir la devoción a la<br />
Virgen María.<br />
5.- Defender al Papado.<br />
Santo Tomás de Aquino dice que el<br />
celo por las almas es amor en acción.<br />
¿Qué es lo que mejor podría hacer un<br />
Cooperador de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong><br />
para poner en práctica el amor<br />
por sus semejantes, sino difundir la<br />
devoción a Jesús y a María y defender<br />
la Piedra sobre la cual Cristo edificó su<br />
Iglesia? Por añadidura, fortalece su adhesión<br />
al espíritu de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>, que se apoya sobre esas tres<br />
inalterables columnas.<br />
29
6.- Pautar su comportamiento por<br />
el <strong>del</strong> Ordo de Costumbres de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
El Cooperador debe tratar de cumplir<br />
deberes de piedad diarios, especificados<br />
más a<strong>del</strong>ante, según la manera<br />
indicada en el Capítulo I <strong>del</strong> Ordo.<br />
Entre los actos enumerados en el<br />
Capítulo X (De los actos practicados en<br />
la intimidad), escogerá por lo menos<br />
tres que procurará poner en práctica.<br />
La cultura necesita ser cristianizada - Concierto envuelto<br />
en intensa densidad espiritual, en el Teatro Municipal de<br />
São Paulo (Brasil)
Compromisos<br />
<strong>del</strong> Cooperador laico<br />
A. Compromisos de piedad<br />
diarios:<br />
1.- Renovar la Consagración a<br />
Jesús por las manos de María<br />
(al menos en su fórmula abreviada).<br />
2.- Rezar el Rosario completo<br />
o por lo menos un tercio.<br />
3.- Rezar la Salve y la Letanía<br />
de Nuestra Señora<br />
“Dios te salve, ¡llena de gracia!, el<br />
Señor está contigo” (Lc 1, 28), éste fue el<br />
saludo que el arcángel Gabriel le dirigió a<br />
María Santísima. Todos los santos consideran<br />
que el progreso en el camino de la<br />
perfección es posible con la intercesión y el<br />
auxilio de Nuestra Señora — dispensadora<br />
de las gracias divinas — y las oraciones que<br />
el Cooperador debe rezar diariamente<br />
31
Animación de la liturgia en la Clausura <strong>del</strong><br />
Primer Congreso Eucarístico Mariano de<br />
Ecuador
son las más recomendadas para dirigirse<br />
a nuestra Madre <strong>del</strong> Cielo.<br />
4.- Participar de la Eucaristía<br />
siempre que sea posible.<br />
Asistir a la Santa Misa diariamente<br />
es una excelente fuente de gracias. Tanto<br />
más si el Cooperador considera la sublimidad<br />
<strong>del</strong> misterio de la misa (la renovación<br />
incruenta <strong>del</strong> propio sacrificio de la<br />
Cruz) y pone atención en las lecturas<br />
(que nos traen nuevas lecciones de sabiduría<br />
o que nos permiten nuevos discernimientos<br />
en las ya conocidas) verá en<br />
esta celebración una oportunidad de estar<br />
próximo al propio Dios.<br />
5.- Rezar al menos un<br />
Padrenuestro, un Avemaría y<br />
un Gloria por las intenciones<br />
<strong>del</strong> Papa, precedidos por:<br />
“Oremos por nuestro Pontífice<br />
el Papa N... , que el Señor<br />
lo guarde y conserve con vida<br />
para que sea feliz en la tierra<br />
33
y no sea entregado a la maldad<br />
de sus enemigos”.<br />
Además de que el Apóstol se beneficia<br />
de la indulgencia concedida a este<br />
acto de piedad, es una manera de unirse<br />
aún más al Santo Padre, y por medio<br />
suyo a Cristo Nuestro Señor.<br />
B. Compromisos mensuales:<br />
1.- Participar en la reunión y en la<br />
celebración eucarística <strong>del</strong><br />
Sodalicio al cual pertenezca.<br />
“Donde dos o tres están reunidos en<br />
mi nombre, allí estoy yo en medio de<br />
ellos” (Mt 8, 20). Por lo tanto, es una ocasión<br />
más para que el Cooperador se<br />
aproxime a Nuestro Señor Jesucristo y<br />
reciba muchas gracias. Además de<br />
esto, en los actos en conjunto <strong>del</strong> Sodalicio,<br />
litúrgicos o no, el Cooperador encontrará<br />
una oportunidad óptima para<br />
practicar el amor al prójimo y colaborar<br />
en el progreso <strong>del</strong> grupo, ya que la<br />
unión multiplica la fuerza.<br />
34
2.- Hacer una hora de adoración al<br />
Santísimo Sacramento, en la medida<br />
de lo posible.<br />
En su insondable bondad, Cristo,<br />
que distribuyó tanta riqueza espiritual<br />
a los hombres, aún ha querido concedernos<br />
un tesoro infinito: estar presente<br />
en la Tierra Él mismo — en Cuerpo,<br />
Sangre, Alma y Divinidad — a disposición<br />
de cualquier persona que quiera<br />
buscarle para expresarle su amor, hacerle<br />
pedidos, desahogarse contándole<br />
sus aflicciones, implorar su auxilio o<br />
simplemente “conversar”. El Cooperador<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> está<br />
siempre sediento de estos encuentros<br />
con el propio Dios.<br />
3.- Recibir en su casa el Oratorio<br />
<strong>del</strong> Inmaculado Corazón de María.<br />
Ésta es una excelente manera de<br />
poner en práctica el deseo de hacer<br />
bien a las almas, acercándolas a María.<br />
De hecho, ¿puede haber algo mejor que<br />
empezar por el propio hogar de uno,<br />
35
Grupo de<br />
“Custodias<br />
de Maria”<br />
en Guatemala<br />
santificándolo, reforzando la paz y los<br />
lazos familiares, edificando a su cónyuge,<br />
a sus hijos, a los demás parientes,<br />
empleados, vecinos o amigos?<br />
4.- Hacer alguna obra de misericordia:<br />
visitar a los enfermos; ir a<br />
hospitales, cárceles, asilos,<br />
orfanatos u otra institución de ca-<br />
36<br />
La formación de los<br />
jóvenes y de las familias<br />
constituye prioridad<br />
para los “<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>”<br />
Catecismo para jovenes em São<br />
Paulo (Brasil)
idad; distribuir objetos de piedad;<br />
dar clases de catecismo; dar apoyo<br />
y orientación espiritual a los que<br />
están más necesitados espiritualmente;<br />
etc.<br />
El que va en auxilio <strong>del</strong> alma de su<br />
hermano, salvará su propia alma (Cfr.<br />
St 5,20). Esta acción y la promesa que<br />
lleva consigo están, hoy más que nunca,<br />
a disposición <strong>del</strong> cristiano. Si la pobreza<br />
material en el mundo de hoy alcanza<br />
amplias zonas de la población, cuánto<br />
más la pobreza espiritual no hace acepción<br />
de clases sociales. Afecta a millones<br />
de personas que están a la búsqueda<br />
de un buen consejo, de un buen<br />
ejemplo, de un apoyo moral, de una<br />
palabra de orientación, de alguien en<br />
quien se pueda confiar. A su vez, El<br />
Cooperador de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong><br />
tiene esa avidez y alegría de llevar<br />
el alimento espiritual a estos necesitados.<br />
Y, al final de esta vida terrena, recibirá<br />
su recompensa en el Cielo.<br />
37
C. Otros compromisos:<br />
1.- Colaborar, en la medida de sus<br />
posibilidades, en la distribución de<br />
material religioso o en algún tipo<br />
de Apostolado, como el <strong>del</strong> Oratorio.<br />
Los autores espirituales acostumbran<br />
a llamar “sed de almas” a aquella<br />
disposición interior que cualquier católico<br />
debe cultivar, la conquista de almas<br />
para Cristo. La experiencia demuestra<br />
cómo son eficaces algunos recursos muy<br />
simples, como la distribución a los transeúntes<br />
de folletos estampados con una<br />
imagen de Nuestra Señora. Son numerosas<br />
las personas que narran el haber<br />
recibido gracias de conversión, sea por la<br />
contemplación <strong>del</strong> bondadoso rostro de<br />
María, sea por las palabras de estímulo<br />
<strong>del</strong> evangelizador. El Cooperador también<br />
es invitado a comprometerse en<br />
acciones de este tipo.<br />
2.- Hacer uso notorio <strong>del</strong> distintivo<br />
en la vida cotidiana, si no fuera inconveniente.<br />
38
3.- Vestir la Capa de Cooperador,<br />
siempre que sea posible, cuando<br />
colabore en las actividades pastorales<br />
diocesanas o parroquiales, ya<br />
sea al participar de los ministerios<br />
laicos, ya sea al estar presente en<br />
ceremonias solemnes, procesiones<br />
u otros actos de culto.<br />
4.- Llevar la Capa de Cooperador<br />
siempre limpia y bien planchada.<br />
Cuentan los escritos biográficos de<br />
San Francisco de Asís que cierto día<br />
éste llamó a fray Rufino para decirle<br />
que iban a una ciudad próxima a predicar.<br />
Tras recorrer varias calles el<br />
Poverello cogió el camino de vuelta al<br />
convento, seguido <strong>del</strong> intrigado fraile.<br />
Éste le preguntó por fin qué es lo que<br />
había pasado, pues no habían predicado.<br />
San Francisco le respondió que el<br />
simple hecho de andar por la ciudad ya<br />
constituía un sermón. Ésa es la fuerza<br />
de los símbolos. El Cooperador de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> debe tener con-<br />
39
ciencia de esa fuerza cuando lleva consigo<br />
el distintivo y aún más cuando<br />
viste la Capa, sabiendo que está haciendo<br />
una proclamación de fe, al presentarse<br />
activamente en una obra de evangelización.<br />
5.- Estar presente en la conmemoración<br />
anual de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>, el día 22 de febrero,<br />
fiesta de la Cátedra de San Pedro.<br />
Trinidad y Tobago<br />
New<br />
Orleans<br />
(USA)<br />
Curitiba (Brasil)<br />
El apostolado no sería<br />
fructífero si no hubiera<br />
un contacto personal<br />
con cada alma
Misa comemorativa de la aprobación<br />
pontificia, en la Basílica de San Pedro
42<br />
El sacerdote Cooperador<br />
Mucho más que el laico, el sacerdote<br />
Cooperador debe hacer brillar<br />
ante los fieles el carisma de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>. Esta obligación<br />
proviene de la elevada situación de<br />
dignidad conferida por el sacramento<br />
<strong>del</strong> Orden, que establece “la unión<br />
ontológica específica que une al sacerdote<br />
con Cristo, Sumo Sacerdote y<br />
buen Pastor.”(Pastores dabo vobis, 11<br />
Juan Pablo II Exhortación Apostólica<br />
Postsinodal, 25/3/92).<br />
Teniendo en consideración que la identidad<br />
<strong>del</strong> sacerdote deriva, por lo tanto,<br />
“de la participación especifica en el<br />
Sacerdocio de Cristo, por lo que el ordenado<br />
se transforma — en la Iglesia y<br />
para la Iglesia — en imagen real, viva y<br />
transparente de Cristo Sacerdote:«una representación<br />
sacramental de Jesucristo<br />
Cabeza y Pastor»” (Directorio para el<br />
ministerio y la vida de los presbíteros, 2B<br />
Congregación para el Clero, 31/1/94), el<br />
presbítero Cooperador de los <strong>Heraldos</strong>
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> actúa siempre de manera<br />
que permite esa transparencia.<br />
Sólo viéndose a sí mismo en esa incomparable<br />
situación —que implica derechos,<br />
pero también deberes específicos<br />
más serios que los <strong>del</strong> laico— será<br />
capaz de un servicio real en la comunidad<br />
eclesial. De hecho, una “identificación<br />
sacramental con el Sumo y Eterno<br />
Sacerdote inserta específica mente<br />
al presbítero en el misterio trinitario<br />
y, a través <strong>del</strong> misterio de Cristo, en la<br />
comunión ministerial de la Iglesia para<br />
servir al Pueblo de Dios” (Directorio,2).<br />
En nuestra época llena de incertidumbres<br />
y aflicciones, el sacerdote Cooperador<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>,<br />
mucho más que el laico, debe ponerse a<br />
entera disposición de los fieles, esforzándose<br />
por ser un guía grave y prudente,<br />
bondadoso y humilde, una fuente<br />
de la cual mana el agua cristalina <strong>del</strong><br />
buen ejemplo, por la oración y por las<br />
palabras, por las obras y por el recogimiento,<br />
por el fervor y por la práctica<br />
de las virtudes sólidas.<br />
43
En fin, ser consciente de que comportarse<br />
así no constituye mera opción,<br />
sino que es su sublime obligación, que<br />
se puede resumir en los siguientes términos:<br />
inspirar la virtud a las almas y<br />
glorificar al Padre.<br />
El presbítero que sea Cooperador<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> debe<br />
guardar con cariño en el corazón todas<br />
estas verdades, esforzándose por vivir<br />
y actuar de acuerdo con ellas. Y debe<br />
tener en vista que “los primeros responsables<br />
de esta nueva evangelización <strong>del</strong><br />
tercer milenio son los presbíteros: ellos,<br />
sin embargo, para poder realizar su misión,<br />
necesitan alimentar en sí mismos<br />
una vida que sea muestra diáfana de la<br />
propia identidad” (Directorio, Introd.).<br />
A parte de los Propósitos comunes<br />
a todos los Cooperadores, los Compromisos<br />
asumidos por él, tienen en vista,<br />
ante todo, conjugar las sublimes realidades<br />
de la dignidad sacerdotal con el<br />
carisma, la espiritualidad y la misión<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
44
Compromisos <strong>del</strong><br />
sacerdote Cooperador<br />
A. Compromisos de piedad<br />
diarios:<br />
1.- Renovar la Consagración a Jesús<br />
por las manos de María (al menos<br />
en su fórmula abreviada).<br />
2.- Rezar el Rosario completo<br />
o por lo menos un tercio.<br />
3.- Rezar la Salve y la Letanía<br />
de Nuestra Señora.<br />
4.- Rezar al menos un<br />
Padrenuestro, un Avemaría y un<br />
Gloria por las intenciones <strong>del</strong><br />
Papa, precedidos por: “Oremos por<br />
nuestro Pontífice el Papa N... , que<br />
el Señor lo guarde y conserve con<br />
vida para que sea feliz en la tierra<br />
y no sea entregado a la maldad de<br />
sus enemigos”.<br />
45
5.- Prepararse para la Misa con un<br />
momento de recogimiento y hacer<br />
una acción de gracias a su término.<br />
El sacerdote Cooperador de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, consciente de<br />
la santidad de la Misa, procura colocarse<br />
en una actitud de recogimiento<br />
antes de la renovación <strong>del</strong> Santo Sacrificio.<br />
Concluida la Celebración, se<br />
esfuerzan por encontrar un momento<br />
conveniente para la acción de gracias<br />
y la extiende al menos unos diez minutos,<br />
de buen grado.<br />
6.- Rezar la Liturgia de las Horas.<br />
Se ha comentado mucho acerca <strong>del</strong><br />
rico papel que la Liturgia de las Horas<br />
tiene en la vida de la Iglesia y en la<br />
santificación <strong>del</strong> clero. El sacerdote<br />
Cooperador de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong><br />
tiene un gusto especial en considerarla<br />
bajo el prisma <strong>del</strong> pulchrum.<br />
Ve toda la belleza que encierra el<br />
hecho de que mediante “la Liturgia de<br />
las Horas la Iglesia, desempeñando la<br />
46
Celebración<br />
Eucaristica en<br />
la parroquia<br />
de San Julián,<br />
en Toledo<br />
(Espanha)<br />
Misa solemne en la<br />
Catedral de Porto<br />
(Portugal)<br />
función sacerdotal de Cristo su cabeza,<br />
ofrece a Dios, «sin interrupción» el sacrificio<br />
de alabanza, es decir, la primicia<br />
de los labios que cantan su nombre.<br />
Esta oración es «la voz de la misma Esposa<br />
que habla al Esposo; más aún: es<br />
la oración de Cristo, con su Cuerpo, al<br />
47
Padre». «Por tanto, todos aquellos que<br />
ejercen esta función, por una parte<br />
cumplen la obligación de la Iglesia y<br />
por otra participan <strong>del</strong> altísimo honor<br />
de la Esposa de Cristo, ya que, mientras<br />
alaban a Dios, están ante su trono en<br />
nombre de la madre Iglesia»”(Orden General<br />
de la Liturgia de las Horas, 15 ).<br />
7.- Hacer por lo menos 15 minutos<br />
de compañía al Corazón<br />
Eucarístico de Jesús.<br />
Como dice el famoso proverbio:<br />
“Las palabras mueven, los ejemplos<br />
arrastran”. El sacerdote Cooperador de<br />
los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> sabe que, si<br />
quiere llevar a los fieles a una profunda<br />
y durable piedad eucarística, él mismo<br />
debe dar ejemplo de una devoción fervorosa<br />
al divino Redentor presente en<br />
la Hostia Santa: “Como Cristo, el sacerdote<br />
debe presentarse al mundo como<br />
mo<strong>del</strong>o de vida sobrenatural: «os he<br />
dado ejemplo para que también vosotros<br />
hagáis como he hecho Yo»(Jn 13,<br />
15)” (Directorio, Conclusión).<br />
48
B. Compromiso mensual:<br />
Poner en las intenciones de la Misa,<br />
por lo menos una vez, la santificación<br />
y el desarrollo <strong>del</strong> apostolado<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
C. Otros compromisos:<br />
1.- Cuidar celosamente <strong>del</strong> esplendor<br />
<strong>del</strong> culto, prestando atención<br />
en las normas litúrgicas, los paramentos,<br />
el decoro de la iglesia, <strong>del</strong><br />
altar, de los vasos sagrados, etc.<br />
Siendo esencial al carisma de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> destacar el pulchrum<br />
de las criaturas de Dios, el sacerdote<br />
Cooperador tiene especial diligencia<br />
en actuar durante la liturgia, en<br />
armonía con el carisma. Pues sabe que<br />
esto es de una importancia crucial, hoy<br />
más que nunca. Como recuerda el Directorio<br />
de la Congregación para el Clero,<br />
vivimos “en una sociedad cada vez más<br />
sensible a la comunicación a través de<br />
signos e imágenes” (Directorio, 49).<br />
49
La formación permanente es un elemento indispensable en la<br />
vida de los “<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>” — Reunión en São Paulo<br />
Dócil a la sabia orientación de la<br />
Santa Sede, el sacerdote Cooperador<br />
“cuidará adecuadamente todo lo que<br />
puede aumentar el decoro y el aspecto<br />
sagrado de la celebración. Es importante<br />
que en la celebración eucarística haya<br />
un adecuado cuidado de la limpieza<br />
<strong>del</strong> lugar, <strong>del</strong> diseño <strong>del</strong> altar y <strong>del</strong> sagrario,<br />
de la nobleza de los vasos sagrados,<br />
de los ornamentos, <strong>del</strong> canto, de la<br />
música, <strong>del</strong> silencio sagrado, etc. Todos<br />
estos elementos pueden contribuir a<br />
una mejor participación en el Sacrificio<br />
50
eucarístico. De hecho, la falta de atención<br />
a estos aspectos simbólicos de la<br />
liturgia y, aún peor, el descuido, la prisa,<br />
la superficialidad y el desorden vacían<br />
de significado y debilitan la función<br />
de aumentar la fe. El que celebra<br />
mal manifiesta la debilidad de su fe y<br />
no educa a los demás en la fe. Al contrario,<br />
celebrar bien constituye una primera<br />
e importante catequesis sobre el<br />
Santo Sacrificio” (Directorio, 49).<br />
Acentuando la actualidad de estos<br />
temas, el cardenal Godfried Daneels,<br />
arzobispo de Malinas-Bruselas, se refirió<br />
a ellos, durante el Consistorio extraordinario<br />
de mayo de 2001. Es oportuno<br />
transcribir aquí las palabras <strong>del</strong><br />
purpurado, como punto de reflexión para<br />
el sacerdote Cooperador de los <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>.<br />
Afirmaba el Primado de Bélgica<br />
que hay “una especie de atrofia, una<br />
ceguera que impide ver la sacramentalidad<br />
y la naturaleza sacramental de<br />
la Iglesia. En la pastoral ordinaria, de-<br />
51
ido también a la escasez de sacerdotes,<br />
los sacramentos corren el peligro<br />
de dejar de ser el centro de gravedad de<br />
la pastoral católica. Inexorablemente son<br />
alejados hacia la periferia <strong>del</strong> aparato<br />
eclesial. Predomina la tentación de replegarse<br />
en el ministerio de la Palabra y<br />
en el de la diaconía. De este modo gran<br />
parte de la liturgia corre el riesgo de<br />
quedar absorbida en una verborrea, o<br />
sirve para recargar las pilas en vista de<br />
la actividad social. La Iglesia se presenta<br />
y es percibida como un lugar donde<br />
se habla, se lanzan mensajes, o donde<br />
uno se pone al servicio <strong>del</strong> mundo”. La<br />
liturgia, resaltó el purpurado, “es culmen<br />
et fons, es la fuente de donde todo mana y<br />
la meta a la cual tiende todo lo que ella<br />
hace para la salvación de los hombres”(Cfr.<br />
30Días, abril/mayo 2001).<br />
2.- Hacer las homilías centradas<br />
en el <strong>Evangelio</strong> y en las Lecturas,<br />
preparándose previamente con seriedad<br />
y amor, teniendo en vista la<br />
santificación de las almas.<br />
52
El sacerdote Cooperador, como<br />
cualquier miembro de la familia espiritual<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>,<br />
arde de celo por el éxito de la nueva<br />
evangelización y alimenta el deseo de<br />
hacer de cada alma un trono en el cual<br />
Cristo reine. Por eso pone empeño para<br />
que la palabra salida de sus labios sirva<br />
de vehículo para la actuación <strong>del</strong> Espíritu<br />
Santo. Se siente, por lo tanto, en<br />
total consonancia con el Directorio de<br />
la Congregación para el Clero, al enseñar<br />
que “la predicación no se puede reducir<br />
a la comunicación de pensamientos<br />
propios, experiencias personales,<br />
simples explicaciones de carácter psicológico,<br />
sociológico o filantrópico y<br />
tampoco puede usar excesivamente el<br />
encanto de la retórica empleada tanto<br />
en los medios de comunicación social.<br />
Se trata de anunciar una Palabra de la<br />
que no se puede disponer porque ha sido<br />
dada a la Iglesia a fin de que la custodie,<br />
examine y transmita fielmente”<br />
(Directorio, 45).<br />
53
De esta manera el sacerdote Cooperador,<br />
se empeña “personalmente en<br />
conocer la Sagrada Escritura por medio<br />
<strong>del</strong> estudio de una sana exégesis, sobre<br />
todo patrística; la Palabra de Dios será<br />
materia de su meditación —que practicará<br />
de acuerdo con los diversos métodos<br />
probados por la tradición espiritual<br />
de la Iglesia—; así logrará tener una<br />
comprensión animada por el amor” (Directorio,<br />
46).<br />
Como un auténtico Heraldo <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>, que se esfuerza por buscar<br />
en todas las cosas la perfección, el<br />
sacerdote Cooperador considera un deber<br />
“preparar, tanto remota como próximamente,<br />
la homilía litúrgica con gran<br />
atención a sus contenidos y al equilibrio<br />
entre parte expositiva y práctica,<br />
así como a la pedagogía y a la técnica<br />
<strong>del</strong> buen hablar, llegando incluso hasta<br />
la buena dicción por respeto a la dignidad<br />
<strong>del</strong> acto y de los destinatarios”<br />
(Directorio, 46).<br />
54
Presentación musical en la Basílica<br />
de la Merced, en Madrid (España)<br />
3.- Hablar de Nuestra Señora,<br />
siempre que sea oportuno.<br />
“De Maria nunquam satis”, dice<br />
San Bernardo: “por más que se hable<br />
de María, nunca será suficiente”. ¿Puede<br />
haber un tema más sustancioso y al<br />
alcance de todos los fieles que proclamar<br />
las glorias de María?<br />
El sacerdote Cooperador, como esclavo<br />
de amor de Nuestra Señora, pone<br />
55
especial empeño en no olvidarse nunca<br />
de la Madre al hablar <strong>del</strong> Hijo.<br />
4.- Evitar familiaridades con personas<br />
que puedan llegar a ser ocasión<br />
próxima de pecado para sí mismo;<br />
o para otros, motivo de escándalo.<br />
El cristiano tiene la percepción de la<br />
dignidad sacerdotal como algo tan elevado<br />
que sólo la considera comparada a la<br />
de los ángeles. Viéndole como Cooperador<br />
de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, querrá<br />
encontrar en él el soplo de ese nuevo<br />
carisma que surgió en la Iglesia, de ese<br />
espíritu que comporta una práctica de la<br />
pureza de alma y de cuerpo que se refleja<br />
en la mirada, en el comportamiento, en<br />
la manera de vestirse e incluso en el aseo<br />
personal. El fiel desea encontrar en tal<br />
pastor una pureza propiamente angélica<br />
y una santidad de vida proporcionada a la<br />
honra <strong>del</strong> sacerdocio y consonante con su<br />
espiritualidad.<br />
Espera también que ese sacerdote,<br />
como ministro de la Reconciliación, se<br />
56
conserve siempre en la amistad de Dios<br />
a fin de que sea eficaz en su augusto papel.<br />
Contempla en él un mo<strong>del</strong>o de virtudes<br />
a las que aspira; tiene necesidad<br />
de ser edificado por él, de poner en él<br />
toda su confianza.<br />
El mundo está hoy sumergido en un<br />
“clima de exasperado permisivismo<br />
sexual”, recuerda el ya citado Directorio<br />
de la Congregación para el Clero.<br />
Por eso el sacerdote Cooperador de los<br />
<strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, siempre dispuesto<br />
a oír con amor y humildad las<br />
orientaciones emanadas de la Santa<br />
Sede, pone especial atención en las<br />
amonestaciones para que, con sereno<br />
equilibrio, valentía y convicción, garantice<br />
y defienda el don de la castidad,<br />
poniendo en práctica “todas aquellas<br />
medidas que alejan al sacerdote de<br />
toda posible dificultad” (Directorio, 60).<br />
Y añade sabiamente el citado Directorio:<br />
“Es necesario, por lo tanto,<br />
que los presbíteros se comporten con la<br />
debida prudencia en las relaciones con<br />
57
58<br />
Catedral de<br />
Salvador,<br />
Sede<br />
Primacial de<br />
Brasil
las personas cuya proximidad puede<br />
poner en peligro la fi<strong>del</strong>idad a este don<br />
[el de la castidad], e incluso suscitar el<br />
escándalo de los fieles... evitarán frecuentar<br />
lugares y asistir a espectáculos,<br />
o realizar lecturas, que pueden poner<br />
en peligro la observancia de la castidad<br />
en el celibato. En el hacer uso de<br />
los medios de comunicación social, como<br />
agentes o como usufructuarios, observen<br />
la necesaria discreción y eviten todo<br />
lo que pueda dañar la vocación” (ídem, 60).<br />
Los sacerdotes conservarán este precioso<br />
don <strong>del</strong> celibato “que la Iglesia ha<br />
recibido y quiere custodiar, convencida<br />
de que éste es un bien para sí misma y<br />
para el mundo”(ídem, 57), procurando<br />
“en la comunión con Cristo y con la<br />
Iglesia, y en la devoción a Santa María<br />
Virgen, así como en la consideración<br />
<strong>del</strong> ejemplo de los sacerdotes santos de<br />
todos los tiempos, la fuerza necesaria<br />
para superar las dificultades que encuentran<br />
en su camino y para actuar<br />
con aquella madurez, que los hace creíbles<br />
ante el mundo” (Directorio, 60).<br />
59
Manteniéndose fieles a estas directrices,<br />
los sacerdotes Cooperadores no<br />
sólo progresarán en la vía de la perfección,<br />
pudiendo abrazar sin restricción<br />
el espíritu de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>,<br />
sino que además serán creíbles<br />
para predicar la Buena Nueva, creíbles<br />
para administrar los Sacramentos.<br />
5.- Vestirse de manera propia<br />
a la dignidad sacerdotal.<br />
La participación en el Sacerdocio de<br />
Cristo pide que el presbítero, según la<br />
costumbre local, guarde la compostura<br />
en la manera de vestirse. Si bien que con<br />
discreción, nunca desentonará <strong>del</strong> decoro<br />
que se debe al sacramento <strong>del</strong> Orden.<br />
6.- Participar, por lo menos, en un<br />
retiro anual, según la costumbre<br />
de la Diócesis o <strong>del</strong> Instituto religioso<br />
al que pertenezca.<br />
7.- Estar presente en la conmemoración<br />
anual de los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong><br />
<strong>Evangelio</strong>, el día 22 de febrero,<br />
fiesta de la Cátedra de San Pedro.<br />
60
Iglesia <strong>del</strong> Sagrado<br />
Corazón de Jesús, en<br />
São Paulo, Brasil<br />
Los <strong>Heraldos</strong> <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> están presentes<br />
en cerca de 30 países. Compaginan la vida de<br />
recogimiento, estudio y oración con actividades<br />
evangelizadoras en diócesis y parroquias, poniendo<br />
especial énfasis en la formación de la juventud. Al<br />
encontrar en la cultura y en el arte eficaces medios<br />
de evangelización, cuentan con diversos conjuntos<br />
musicales. El más conocido de ellos se llama Los<br />
Caballeros <strong>del</strong> Nuevo Milenio.
“Ubi Petrus, ibi Ecclesia” - En la fi<strong>del</strong>idad al Santo Padre,<br />
maestro infalible de la Fé y de la Moral, el corazón <strong>del</strong><br />
Heraldo <strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> puede manifestar su amor a la<br />
Iglesia - En la Plaza <strong>del</strong> Vaticano después de la<br />
celebración Eucarística en la Basílica de San Pedro
Fórmula de Compromiso<br />
de los Cooperadores<br />
Yo...................................., conscientemente<br />
y de libre y espontánea voluntad,<br />
me comprometo bajo palabra de honor,<br />
durante el periodo de un año, a cumplir<br />
las Obligaciones de los Cooperadores<br />
de la asociación privada internacional<br />
de fieles de derecho pontificio <strong>Heraldos</strong><br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong> y a orientar mi comportamiento,<br />
cuando sea posible, mediante<br />
su Ordo de Costumbres.<br />
Se entiende que este compromiso<br />
no me impone obligación de pecado, ni<br />
siquiera venial, y cesará automáticamente<br />
desde el momento en que, por<br />
cualquier motivo, sea desvinculado de<br />
mi condición de Cooperador.<br />
Me pongo bajo la especial protección<br />
de la Santísima Virgen, renovando<br />
mi consagración como esclavo de Jesús<br />
por las manos de María, según el método<br />
enseñado por San Luis María Grig-
nion de Montfort, en su “Tratado de la<br />
Verdadera Devoción a la Santísima Virgen”,<br />
con el fin de ser amparado en mis<br />
flaquezas, perdonado en mis faltas y<br />
estimulado en mi amor a la perfección.<br />
¡Que María me dé fuerzas!<br />
¡Santa María, socorre a los necesitados!<br />
¡Madre <strong>del</strong> Buen Consejo, ruega<br />
por mí!<br />
¡San Miguel Arcángel, defiéndeme<br />
en el combate!<br />
........ de........................... <strong>del</strong> 200...<br />
_________________<br />
Firma
Indice<br />
Misión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 8<br />
Espiritualidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11<br />
Carisma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15<br />
Admisión, derechos y obligaciones <strong>del</strong> Cooperador 23<br />
Propósitos <strong>del</strong> Cooperador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27<br />
Compromisos <strong>del</strong> Cooperador laico . . . . . . . . . . . . 31<br />
A) Compromisos diarios de piedad . . . . . . . . . . . 31<br />
B) Compromisos mensuales . . . . . . . . . . . . . . . . . 34<br />
C) Otros compromisos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38<br />
El sacerdote Cooperador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42<br />
Compromisos <strong>del</strong> sacerdote Cooperador . . . . . . . . 45<br />
A) Compromisos diarios de piedad . . . . . . . . . . . 45<br />
B) Compromisos mensuales . . . . . . . . . . . . . . . . . 49<br />
C) Otros compromisos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49<br />
Formula de compromiso de los Cooperadores . . . . 64
“Sed mensajeros<br />
<strong>del</strong> <strong>Evangelio</strong>, por<br />
la intercesión <strong>del</strong><br />
Inmaculado<br />
Corazón de Maria”