11.05.2013 Views

RÉPLICA A LAS CARTAS DE PETILIANO - OpenDrive

RÉPLICA A LAS CARTAS DE PETILIANO - OpenDrive

RÉPLICA A LAS CARTAS DE PETILIANO - OpenDrive

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

San Agustín <strong>RÉPLICA</strong> A <strong>LAS</strong> <strong>CARTAS</strong> <strong>DE</strong> <strong>PETILIANO</strong><br />

Libro III<br />

La réplica de Petiliano y la de Agustín<br />

I. 1. Leí tu carta, Petiliano, cuando pude hacerlo; en ella dejaste<br />

ver claramente que no pudiste decir nada válido contra la Iglesia católica<br />

en favor de Donato y que, por otra parte, no podías callar. ¡Qué agobios<br />

has soportado, en qué tempestad se agitó tu corazón, cuando leíste la<br />

contestación, tan breve y clara como me fue posible, que di a tu carta, que<br />

había llegado entonces a mis manos! Tú viste la firmeza en que está<br />

apoyada y la claridad con que está aplicada la verdad que tenemos y<br />

defendemos, de suerte que no has podido encontrar algo que decir contra<br />

ella para refutarla. Has notado también cómo se tornó a ti la expectación<br />

de todos los que la habían leído, deseando saber qué dirías, qué harías,<br />

por dónde escaparías, adónde te abrirías paso para salir de las grandes<br />

dificultades en que te había bloqueado la palabra de Dios. Y entonces tú,<br />

que debías haber despreciado la opinión de los vanos y lanzarte a una<br />

doctrina verdadera y sana, no hiciste sino lo que anunció de los tales la<br />

Escritura: Prefieres el mal al bien, la mentira a la justicia 1 .<br />

Por tanto, si yo también quisiera devolverte a mi vez maldiciones<br />

por maldiciones, ¿qué seríamos sino dos maldicientes, que obligaríamos a<br />

quienes nos leyeran, unos con sana dignidad a rechazarnos como<br />

detestables y otros a regocijarse con maliciosa complacencia? Yo, cuando<br />

respondo a alguien de palabra o por escrito, aun provocado por injuriosas<br />

acusaciones, en cuanto me lo concede el Señor, procuro refrenar y<br />

dominar los aguijones de la vana indignación, y mirando por el oyente o<br />

el lector, no trato de quedar triunfante para insultar al hombre, sino de ser<br />

más útil para refutar el error.<br />

2. Si tienen aún talento quienes consideran lo que has escrito, ¿qué<br />

benefició la causa que se ventila entre nosotros sobre la comunión<br />

católica o el partido de Donato: el haber dado de mano en cierto modo<br />

una cuestión pública y haber atacado con mordaces insultos en privada<br />

enemistad la vida de un solo hombre, como si ese hombre fuera la<br />

cuestión a resolver? ¿Tan mal has juzgado, no digo de los cristianos, sino<br />

del mismo género humano, que no creíste pudieran venir tus escritos a<br />

149

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!