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Oficio de Tinieblas - Música Litúrgica

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TRIDUO PASCUAL<br />

<strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura y Lau<strong>de</strong>s<br />

WWW.MUSICALITURGICA.COM


OFICIO DE TINIEBLAS<br />

La Liturgia <strong>de</strong> las Horas (oficio <strong>de</strong> lectura, lau<strong>de</strong>s,<br />

vísperas y completas) es un rezo que se hace cada día por<br />

parte <strong>de</strong> Sacerdotes, religiosos y actualmente por muchos<br />

seglares. Para el Jueves, Viernes y Sábado Santo, estas<br />

oraciones se unificaban en un rezo que antes <strong>de</strong> la reforma<br />

conciliar se realizaba la víspera <strong>de</strong> estos días al caer la<br />

tar<strong>de</strong>, y a esa oración la llamábamos <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> <strong>Tinieblas</strong>.<br />

Para realizar este oficio, se <strong>de</strong>bían tener todas las luces<br />

<strong>de</strong>l templo apagadas, junto al altar <strong>de</strong>bía haber un tenebrario<br />

o can<strong>de</strong>lero con 13 velas o cirios; los cuales representaban a<br />

los 12 apóstoles y a Jesucristo, por este motivo resaltaba un<br />

cirio sobre los <strong>de</strong>más. Los cirios se iban apagando uno tras<br />

otro al término <strong>de</strong> cada salmo, para que al final quedara<br />

únicamente encendido el cirio que más resaltaba.<br />

Con esto rito se quería significar que al acercarse la<br />

muerte <strong>de</strong>l Re<strong>de</strong>ntor, los apóstoles lo fueron abandonando y<br />

el templo iba quedando en tinieblas, <strong>de</strong> ahí el nombre <strong>de</strong>l<br />

<strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> <strong>Tinieblas</strong>.<br />

Al llegar al último cirio, este se situaba en la parte<br />

posterior al altar ocultándolo, símbolo <strong>de</strong> la entrada <strong>de</strong> Jesús<br />

a la sepultura, y a la vez, la permanencia <strong>de</strong> la Iglesia en<br />

espera <strong>de</strong> la Luz que surgirá en la Vigilia Pascual.<br />

El conjunto literario y musical que formaba el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>Tinieblas</strong> era <strong>de</strong> una gran belleza. Era una celebración<br />

especialmente larga y los textos y melodías gregorianas<br />

provienen <strong>de</strong> la edad Media. Y en los siglos XVI y XVII se<br />

enriquecieron con extraordinarias melodías polifónicas y<br />

que en la actualidad forman parte <strong>de</strong> los repertorios <strong>de</strong><br />

numerosos conciertos.


Con la reforma que en el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura realizó<br />

Pablo VI, a juicio <strong>de</strong>l gran liturgista Pedro Farnés, se ha<br />

empobrecido en gran manera el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura <strong>de</strong> estos<br />

días sacros.<br />

Por este motivo, P. Farnés ofrece un esquema mas<br />

amplio <strong>de</strong>l oficio <strong>de</strong> <strong>Tinieblas</strong> y <strong>de</strong> él hemos seguido los<br />

distintos pasos que él propone y que incluye un cuadro <strong>de</strong><br />

lectura prolongado con los cánticos <strong>de</strong>l Antiguo Testamento<br />

y la lectura evangélica conclusiva; a esta estructura se<br />

recuperan el canto <strong>de</strong> las Lamentaciones, proclamadas si es<br />

posible por un solista, el canto <strong>de</strong> los salmos con sus<br />

antífonas y los responsorios a ser posible con su melodía<br />

gregoriana o con la maravillosa música <strong>de</strong> Victoria o <strong>de</strong> otros<br />

compositores y se pue<strong>de</strong>n alternar con otros responsorios<br />

más sencillos en lengua vernácula.<br />

Naturalmente que cada comunidad verá las<br />

posibilida<strong>de</strong>s que tiene para realizar este oficio bien cantado<br />

o recitado, en parte o en su totalidad.<br />

Este cua<strong>de</strong>rno quiere servir <strong>de</strong> ayuda para vivir y celebrar<br />

mejor el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura <strong>de</strong> estos días <strong>de</strong> la Semana Mayor.<br />

En Jaén, Cuaresma <strong>de</strong>l año 2006<br />

Alfonso Medina Crespo


Jueves Santo


Jueves Santo <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura<br />

ANTÍFONA<br />

INVITATORIO – INVOCACIÓN INICIAL<br />

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3


SALMODIA PARA EL OFICIO DE LECTURA<br />

1. Venid, aclamemos al Señor,<br />

<strong>de</strong>mos vítores a la Roca que nos salva;<br />

Entremos a su presencia dándole gracias,<br />

aclamándolo con cantos.<br />

(Se repite la antífona)<br />

2. Porque el Señor es un Dios gran<strong>de</strong>,<br />

soberano <strong>de</strong> todos los dioses;<br />

tiene en su mano las simas <strong>de</strong> la tierra,<br />

son suyas las cumbres <strong>de</strong> los montes<br />

suyo es el mar, porque él lo hizo,<br />

la tierra firme que mo<strong>de</strong>laron sus manos<br />

(Se repite la antífona)<br />

3. Entrad, postrémonos por tierra,<br />

bendiciendo al Señor, creador nuestro<br />

Porque él es nuestro Dios,<br />

y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.<br />

(Se repite la antífona)<br />

4. Ojalá escuchéis hoy su voz:<br />

"No endurezcáis el corazón como en Meribá,<br />

como el día <strong>de</strong> Masá en el <strong>de</strong>sierto;<br />

cuando vuestros padres me pusieron a prueba<br />

y me tentaron aunque había visto mis obras.<br />

(Se repite la antífona)<br />

5. Durante cuarenta años<br />

aquella generación me asqueó y dije<br />

"Es un pueblo <strong>de</strong> corazón extraviado,<br />

que no reconoce mi camino;<br />

por eso he jurado en mi cólera<br />

que no entrarán en mi <strong>de</strong>scanso".<br />

(Se repite la antífona)<br />

6. Gloría al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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4


ANTÍFONA<br />

HIMNO: VED LA CRUZ DE SALVACIÓN<br />

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5


Salmo 68, 2-22. 30-37<br />

Dios mío, sálvame, que me llega el agua al cuello:+<br />

me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie;*<br />

he entrado en la hondura <strong>de</strong>l agua, me arrastra la corriente.<br />

Estoy agotado <strong>de</strong> gritar, tengo ronca la garganta;*<br />

Se me nublan los ojos <strong>de</strong> tanto aguardar a mi Dios.<br />

Más que los pelos <strong>de</strong> mi cabeza son los que me odian sin razón;<br />

más duros que mis huesos, +<br />

los que me atacan injustamente.*<br />

¿Es que voy a <strong>de</strong>volver lo que no he robado?<br />

Dios mío, tú conoces mi ignorancia, no se te ocultan mis <strong>de</strong>litos.*<br />

Que por mi causa no que<strong>de</strong>n <strong>de</strong>fraudados los que esperan en ti,<br />

Señor <strong>de</strong> los ejércitos.<br />

Que por mi causa no se averguencen lo que te buscan, Dios <strong>de</strong> Israel.*<br />

Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro.<br />

Soy un extraño para mis hermanos, un extranjero<br />

para los hijos <strong>de</strong> mi madre;*<br />

porque me <strong>de</strong>vora el celo <strong>de</strong> tu templo, y las afrentas<br />

con que te afrentan caen sobre mí.<br />

Cuando me aflijo con ayunos, se burlan <strong>de</strong> mí; +<br />

cuando me visto <strong>de</strong> saco, se ríen <strong>de</strong> mí;*<br />

sentado a la puerta cuchichean mientras beben vino me sacan coplas.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo *<br />

Y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio ahora y siempre *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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6


ANTÍFONA<br />

I I<br />

Pero mi oración se dirige a ti, Dios mío, el día <strong>de</strong> tu favor;*<br />

que me escuche tu gran bondad, que tu fi<strong>de</strong>lidad me ayu<strong>de</strong>:<br />

Arráncame <strong>de</strong>l cieno, que no me hunda;*<br />

líbrame <strong>de</strong> los que aborrecen, y <strong>de</strong> las aguas sin fondo.<br />

Que no me arrastre la corriente,<br />

que no me trague el torbellino,*<br />

que no me cierre la poza sobre mí.<br />

Respón<strong>de</strong>me, Señor, con la bondad <strong>de</strong> tu gracia; +<br />

por tu gran compasión, vuélvete hacia mí;*<br />

No escondas tu rostro a tu siervo: estoy en peligro,<br />

respón<strong>de</strong>me en seguida.<br />

Acércate a mí, rescátame, líbrame <strong>de</strong> mis enemigos: +<br />

estás viendo mi afrenta, mi vergüenza y mi <strong>de</strong>shonra;*<br />

a tu vista están los que me acosan.<br />

La afrenta <strong>de</strong>stroza el corazón, y <strong>de</strong>sfallezco*<br />

Espero compasión, y no la hay;<br />

consoladores y nos los encuentro.<br />

En mi comida me echaron hiel,*<br />

Para mi sed me dieron vinagre.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo *<br />

Y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio ahora y siempre*<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén<br />

(Se repite la antífona)<br />

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7


ANTÍFONA<br />

I I I<br />

Yo soy un pobre malherido; *<br />

Dios mío, tu salvación me levante.<br />

Alabaré el nombre <strong>de</strong> Dios con cantos,*<br />

proclamaré su gran<strong>de</strong>za con acción <strong>de</strong> gracias;<br />

le agradará a Dios más que un toro,*<br />

más que un novillo con cuernos y pezuñas.<br />

Miradlo, los humil<strong>de</strong>s, y alegraos,*<br />

buscad al Señor, y revivirá vuestro corazón.<br />

Que el Señor escucha a sus pobres,*<br />

no <strong>de</strong>sprecia a sus cautivos.<br />

Alábenlo el cielo y la tierra,*<br />

las aguas y cuanto bulle en ellas.<br />

El Señor salvará a Sión, +<br />

reconstruirá las ciuda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Judá,*<br />

y las habitarán en posesión.<br />

La estirpe <strong>de</strong> sus siervos la heredará,*<br />

Los que aman su nombre vivirán en ella.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo *<br />

Y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio ahora y siempre<br />

Por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén<br />

(Se repite la antífona)<br />

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8


VERSÍCULO ANTES DE LA LECTURAS<br />

PRIMERA LECTURA<br />

De la Carta a los hebreos. 4, 14-5, 10<br />

Jesucristo, sumo Sacerdote<br />

Hermanos: Mantengamos la confesión <strong>de</strong> la fe, ya que tenemos un sumo<br />

sacerdote gran<strong>de</strong>, que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo <strong>de</strong> Dios.<br />

No tenemos un sumo sacerdote incapaz <strong>de</strong> compa<strong>de</strong>cerse <strong>de</strong> nuestras<br />

<strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el<br />

pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono <strong>de</strong> la gracia, para alcanzar<br />

misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.<br />

Porque todo sumo sacerdote, escogido entre los hombres, está puesto para<br />

representar a los hombres en el culto a Dios: para ofrecer dones y sacrificios por los<br />

pecados. El pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r a los ignorantes y extraviados, ya que él mismo está<br />

envuelto en <strong>de</strong>bilida<strong>de</strong>s. Nadie pue<strong>de</strong> arrogarse este honor: Dios es quien llama, como<br />

en el caso <strong>de</strong> Aarón.<br />

Tampoco Cristo se confirió a sí mismo la dignidad <strong>de</strong> sumo sacerdote, sino<br />

aquel que le dijo: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy", o, como dice otro pasaje<br />

<strong>de</strong> la Escritura: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c".<br />

Cristo, en los días <strong>de</strong> su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones<br />

y súplicas al que podía salvarlo <strong>de</strong> la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. El, a<br />

pesar <strong>de</strong> ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obe<strong>de</strong>cer. Y, llevado a la consumación, se ha<br />

convertido para todos los que le obe<strong>de</strong>cen en autor <strong>de</strong> salvación eterna, proclamado por<br />

Dios sumo sacerdote, según el rito <strong>de</strong> Melquise<strong>de</strong>c.<br />

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9


RESPONSORIO<br />

SEGUNDA LECTURA<br />

De la homilía <strong>de</strong> Melitón <strong>de</strong> Sar<strong>de</strong>s, obispo, sobre la Pascua<br />

(Núms. 65-71: SC 123,95- 101)<br />

El Cor<strong>de</strong>roIinmaculado nos sacó <strong>de</strong> la muerte a la vida<br />

Muchas predicciones nos <strong>de</strong>jaron los profetas en torno al misterio <strong>de</strong> pascua, que<br />

es Cristo; a él la gloria por siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

El vino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cielos a la tierra a causa <strong>de</strong> los sufrimientos humanos; se<br />

revistió <strong>de</strong> la naturaleza humana en el vientre virginal y apareció come hombre; hizo<br />

suyas las pasiones y sufrimientos humanos con su cuerpo, sujete al dolor, y <strong>de</strong>struyó las<br />

pasiones <strong>de</strong> la carne, <strong>de</strong> modo que quien por su espíritu no podía morir acabó con la<br />

muerte homicida.<br />

Se vio arrastrado como un cor<strong>de</strong>ro y <strong>de</strong>gollado como una oveja, y así nos<br />

redimió <strong>de</strong> idolatrar al mundo, como en otro tiempo libró a los israelitas <strong>de</strong> Egipto, y<br />

nos salvó <strong>de</strong> la esclavitud diabólica, como en otro tiempo a Israel <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong>l<br />

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10


Faraón; y marcó nuestras almas con su propio Espíritu, y los miembros <strong>de</strong> nuestro<br />

cuerpo con su sangre.<br />

Este es el que cubrió a la muerte <strong>de</strong> confusión y <strong>de</strong>jó sumido al <strong>de</strong>monio en el<br />

llanto, como Moisés al Faraón. Este es el que <strong>de</strong>rrotó a la iniquidad y a la injusticia,<br />

como Moisés castigó a Egipto con la esterilidad.<br />

Este es el que nos sacó <strong>de</strong> la servidumbre a la libertad, <strong>de</strong> las tinieblas a la luz,<br />

<strong>de</strong> la muerte a la vida, <strong>de</strong> la tiranía al recinto eterno, e hizo <strong>de</strong> nosotros un sacerdocio<br />

nuevo y un pueblo elegido y eterno. El es la pascua <strong>de</strong> nuestra salvación.<br />

Este es el que tuvo que sufrir mucho y en muchas ocasiones: el mismo quc fue<br />

asesinado en Abel y atado <strong>de</strong> pies y manos en Isaac, el mismo que peregrinó en Jacob y<br />

fue vendido en José, expuesto en Moisés y sacrificado en el cor<strong>de</strong>ro, perseguido en<br />

David y <strong>de</strong>shonrado en los profetas.<br />

Este es el que se encarnó en la Virgen, fue colgado <strong>de</strong>l ma<strong>de</strong>ro y fue sepultado<br />

en tierra, y el que, resucitado <strong>de</strong> entre los muertos, subió al cielo. Este es el cor<strong>de</strong>ro que<br />

enmu<strong>de</strong>cía y que fue inmolado; el mismo que nació <strong>de</strong> María, la hermosa cor<strong>de</strong>ra; el<br />

mismo que fue arrebatado <strong>de</strong>l rebaño, empujado a la muerte, inmolado al atar<strong>de</strong>cer y<br />

sepultado por la noche; aquel que no fue quebrantado en el leño, ni se <strong>de</strong>scompuso en la<br />

tierra; el mismo que resucitó entre los muertos e hizo que el hombre surgiera <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo<br />

más hondo <strong>de</strong>l sepulcro.<br />

RESPONSORIO<br />

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11


CANTICOS DE LA VIGILIA PROLONGADA<br />

Según una laudable tradición <strong>de</strong> la Iglesia, recomendable especialmente en los días <strong>de</strong>l Triduo<br />

Pascual, el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> lectura pue<strong>de</strong> prolongarse con algunos cánticos <strong>de</strong>l Antiguo Testamento.<br />

En los cánticos propios <strong>de</strong> este día se recuperan muchos <strong>de</strong> los textos usados en el <strong>Oficio</strong><br />

Divino <strong>de</strong> los días santos ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo IX.<br />

ANTÍFONA<br />

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12


LECTIO PRIMA Cap. 1, 1-14<br />

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13


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14


LECTIO SECUNDA<br />

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15


LECTIO TERTIA<br />

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16


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17


ANTÍFONA<br />

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18


Seguidamente se proclama el evangelio <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong>l señor según uno <strong>de</strong> los evangelistas<br />

que no sea el que se ha leído en el mismo año en el Domingo <strong>de</strong> Ramos.<br />

EVANGELIO<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Mateo Mt 26, 14-30<br />

Entonces uno <strong>de</strong> los Doce, llamado Judas Iscariote, fue don<strong>de</strong> los sumos sacerdotes, y<br />

les dijo: "¿Qué queréis darme, y yo os lo entregaré?" Ellos le asignaron treinta monedas<br />

<strong>de</strong> plata. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese momento andaba busc:ando una oportunidad para entregarle.<br />

El primer día <strong>de</strong> los Ázimos, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: "¿Dón<strong>de</strong><br />

quieres que te hagamos los preparativos para comer la Pascua?" Él les dijo: "Id a la<br />

ciudad, a un tal, y <strong>de</strong>cidle, `El Maestro dice: Mi tiempo está cerca;en tu casa voy a<br />

celebrar la Pascua con mis discípulos ."' Los discípulos hicieron lo que Jesús les había<br />

mandado, y prepararon la Pascua.<br />

A1 atar<strong>de</strong>cer , se puso a la mesa con los Doce. Y Mientras comían, dijo "Yo os aseguro<br />

que uno <strong>de</strong> vosotros me entregará." Muy entristecidos, se pusieron a <strong>de</strong>cirle uno por<br />

uno: "¿Acaso soy yo, Señor? Él respondió: E1 que ha metido conmigo la mano en el<br />

plato, ése me entregará. El Hijo <strong>de</strong>l hombre se va, como está escrito <strong>de</strong> él, pero ¡ay <strong>de</strong><br />

aquel por quien el Hijo <strong>de</strong>l hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese hombre no haber<br />

nacido!" Entonces preguntó Judas, el que iba a entregarle: "¿Soy yo acaso, Rabbí?"<br />

Dicele: "Tú lo has dicho".<br />

Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus<br />

discípulos, dijo: `Tomad, comed, éste es mi cuerpo." Tomó luego una copa y, dadas las<br />

gracias, se la dio diciendo: "Bebed <strong>de</strong> ella todos, porque ésta es mi sangre <strong>de</strong> la Alianza,<br />

que es <strong>de</strong>rramada por muchos para perdón <strong>de</strong> los pecados. Y os digo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahora no<br />

beberé <strong>de</strong> este producto <strong>de</strong> la vid hasta el día aquel en que lo beba con vosotros, nuevo,<br />

en el Reino <strong>de</strong> mi Padre."<br />

O bien<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Marcos Mc 14,12-25<br />

El primer día <strong>de</strong> los Ázimos, cuando se sacrificaba el cor<strong>de</strong>ro pascual, le dicen sus<br />

discípulos : "¿Dón<strong>de</strong> quieres que vayamos a hacer los preparativo: para que comas el<br />

cor<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Pascua?" Entonces, envía a dos <strong>de</strong> sus discípulos y les dice: "Id a la ciudad;<br />

os saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro <strong>de</strong> agua; seguidle y allí don<strong>de</strong><br />

entre, <strong>de</strong>cid al dueño <strong>de</strong> la casa: "El Maestro dice ¿Dón<strong>de</strong> está mi sala, don<strong>de</strong> pueda<br />

comer la Pascua con mis discípulos? Él os enseñara en el piso superior una sala gran<strong>de</strong>,<br />

ya dispuesta, y preparada; haced allí los preparativos para nosotros." Los discípulos<br />

salieron, llegaron a la ciudad, lo encontraron tal como les había dicho, y prepararon la<br />

Pascua.<br />

Y al atar<strong>de</strong>cer, llega él con los Doce. Y mientras comían recostados Jesús dijo: "Yo os<br />

aseguro que uno <strong>de</strong> vosotros me entregará, el que come conmigo." Ellos empezaron a<br />

entristecerse y a <strong>de</strong>cirle uno tras otro : "¿Acaso soy yo?" Él les dijo: "Uno <strong>de</strong> los Doce<br />

que moja conmigo en el mismo plato Porque el hijo <strong>de</strong>l hombre se va, como está escrito<br />

<strong>de</strong> él, pero ¡ay <strong>de</strong> aquel por quien el hijo <strong>de</strong>l hombre es entregado! ¡Más le valdría a ese<br />

hombre no habe nacido!<br />

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19


Y mientras estaban comiendo, tomó pan, lo bendijo, lo partió y se 1o dio y dijo:<br />

"Tomad, éste es mi cuerpo". Tomó luego una copa y, dadas ls gracias, se la dio, y<br />

bebieron todos <strong>de</strong> ella. Y les dijo: "ésta es mi sangre <strong>de</strong> la alianza que es <strong>de</strong>rramada por<br />

muchos. Yo os aseguro que ya no beberé d producto <strong>de</strong> la vid hasta el día en que lo<br />

beba nuevo en el Reino <strong>de</strong> Dios".<br />

O bien<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Lucas Lc 22, 7-23<br />

Llegó el día <strong>de</strong> los Ázimos, en el que se había <strong>de</strong> sacrificar el cor<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Pascua; y<br />

envió a Pedro y a Juan, diciendo: "Id y preparadnos la Pascua para que la comamos."<br />

Ellos le dijeron: "¿Dón<strong>de</strong> quieres que la preparemos” Les dijo: "Cuando entréis en la<br />

ciudad, os saldrá al paso un hombre que lleva un cántaro <strong>de</strong> agua; seguidle hasta la casa<br />

en que entre y diréis al dueño <strong>de</strong> casa : `El Maestro te dice: ¿Dón<strong>de</strong> está la sala don<strong>de</strong><br />

pueda comer la pascua con mis discípulos?' El os enseñara en el piso superior una sala<br />

gran<strong>de</strong>, dispuesta; haced allí los preparativos." Fueron y lo encontraron tal como dicho y<br />

prepararon la Pascua.<br />

Cuando llegó la hora, se puso a la mesa con los apóstoles y les dijo: Con ansia he<br />

<strong>de</strong>seado comer esta Pascua con vosotros antes <strong>de</strong> pa<strong>de</strong>cer; porque os digo que ya no la<br />

comeré más hasta que halle su cumplimiento en el Reino <strong>de</strong> Dios". Tomó luego una<br />

copa, dio gracias y dijo: "Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que, a<br />

partir <strong>de</strong> este momento, no beberé <strong>de</strong>l producto <strong>de</strong> la vid hasta que llegue el Reino <strong>de</strong><br />

Dios."<br />

Tomó luego el pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: "Éste es mi Cuerpo que se<br />

entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío." De igual modo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cenar,<br />

tomó la copa, diciendo: "Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se <strong>de</strong>rrama<br />

por vosotros".<br />

"Mirad, la mano <strong>de</strong>l que me entrega está aquí conmigo sobre la mesa. Porque el Hijo <strong>de</strong>l<br />

hombre se marcha según está <strong>de</strong>terminado. Pero ¡ay <strong>de</strong> aquel por quien es entregado!"<br />

Entonces se pusieron a discutir entre sí quien <strong>de</strong> ellos sería el que iba a hacer aquello.<br />

Terminada la lectura <strong>de</strong>l Evangelio <strong>de</strong> la Pasión <strong>de</strong>l Señor se prosigue con la salmodia <strong>de</strong><br />

lau<strong>de</strong>s. Cuando estos siguen al <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura inmediatamente, se suprime la invocación y<br />

el himno.<br />

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20


Jueves Santo Lau<strong>de</strong>s<br />

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ANTÍFONA<br />

HIMNO<br />

SALMODIA<br />

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22


Salmo 79<br />

Pastor <strong>de</strong> Israel, escucha,*<br />

tú que guías a José como a un rebaño;<br />

Tú que te sientas sobre querubines, resplan<strong>de</strong>ce +<br />

ante Efraín, Benjamín y Manasés;*<br />

<strong>de</strong>spierta tu po<strong>de</strong>r y ven a salvarnos<br />

Oh Dios, restáuranos,*<br />

que brille tu rostro y nos salve.<br />

Señor, Dios <strong>de</strong> los ejércitos, ¿hasta cuándo estarás airado*<br />

mientras tu pueblo te suplica?<br />

Le diste a comer llanto,*<br />

a beber lágrimas a tragos;<br />

Nos entregaste a las contiendas <strong>de</strong> nuestros vecinos, *<br />

nuestros enemigos se burlan <strong>de</strong> nosotros.<br />

Dios <strong>de</strong> los ejércitos, restáuranos,*<br />

que brille tu rostro y nos salve.<br />

Sacaste una vid <strong>de</strong> Egipto, expulsaste a los gentiles, y la traplantaste; *<br />

hasta llenar el país;<br />

su sombra cubría las montañas,*<br />

y sus pámpanos, los cedros altísimos;<br />

Extendió sus sarmientos hasta el mar, *<br />

y sus brotes hasta el Gran Río.<br />

¿Por qué has <strong>de</strong>rribado su cerca para que<br />

la saqueen los viandantes,*<br />

la pisoteen los jabalíes y<br />

se la coman las alimañas?<br />

Dios <strong>de</strong> los ejércitos, vuélvete: mira <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cielo, fíjate,+<br />

ven a visitar tu viña,*<br />

La cepa que tu diestra plantó, y que tú hiciste vigorosa.<br />

La han talado y le han prendido fuego; *<br />

con un bramido hazlos perecer.<br />

Que tu mano proteja a tu escogido,*<br />

al hombre que tú fortaleciste.<br />

No nos alejaremos <strong>de</strong> ti:*<br />

danos vida, para que invoquemos tu nombre.<br />

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23


ANTÍFONA<br />

Señor, Dios <strong>de</strong> los ejércitos, restáuranos,*<br />

que brille tu rostros y nos salve.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio<br />

ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

Cántico ( Is. 12, 1-6)<br />

Te doy gracias, Señor, porque estabas airado cronta mí,*<br />

pero ha cesado tu ira y me has consolado.<br />

El es mi Dios y Salvador: +<br />

confiaré y no temeré,*<br />

porque mi fuerza y mi po<strong>de</strong>r es el Señor, él fue mi salvación.<br />

Y sacaréis aguas con gozo *<br />

<strong>de</strong> las fuentes <strong>de</strong> la salvación.<br />

Aquel día diréis: "Dad gracias al Señor, +<br />

invocad su nombre, *<br />

contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso<br />

Tañed para el Señor, que hizo proezas, +<br />

anunciadlas a toda la tierra*<br />

gritad jubilosos, habitantes <strong>de</strong> Sión:<br />

"Qué gran<strong>de</strong> es en medio <strong>de</strong> ti,*<br />

el Santo <strong>de</strong> Israel.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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24


ANTÍFONA<br />

Salmo 80<br />

Aclamad a Dios nuestra fuerza, *<br />

dad vítores al Dios <strong>de</strong> Jacob:<br />

Acompañad, tocad los pan<strong>de</strong>ros, +<br />

las cítaras templadas y las arpas*<br />

tocad la trompeta por la luna nueva, por la luna llena,<br />

que es nuestra fiesta.<br />

Porque es una ley <strong>de</strong> Israel, un precepto <strong>de</strong>l Dios <strong>de</strong> Jacob, *<br />

una norma establecida para José al salir <strong>de</strong> Egipto.<br />

Oigo un lenguaje <strong>de</strong>sconocido: +<br />

"Retiré sus hombros <strong>de</strong> la carga, *<br />

sus manos <strong>de</strong>jaron la espuerta.<br />

Clamaste en la aflicción, y te libré,<br />

te respondí oculto entre los truenos,*<br />

te puse a prueba junto a la fuente <strong>de</strong> Meribá.<br />

Escucha, pueblo mío, doy testimonio contra ti;*<br />

¡ojalá me escuchases, Israel!<br />

No tendrás un dios extraño, *<br />

no adorarás un dios extranjero.<br />

Yo soy el Señor, Dios tuyo,que te saqué <strong>de</strong>l país <strong>de</strong> Egipto;*<br />

abre la boca que te la llene.<br />

Pero mi pueblo no escuchó mi voz, +<br />

Israel no quiso obe<strong>de</strong>cer:*<br />

los entregué a su corazón obstinado,<br />

para anduviesen según sus antojos.<br />

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25


¡Ojalá me escuchase mi pueblo*<br />

y caminase Israel por mi camino!<br />

En un momento humillaría a sus enemigos*<br />

y volvería mi mano contra sus adversarios;<br />

los que aborrecen al Señor te adularían,*<br />

y sus suerte quedaría fijada;<br />

te alimentaría con flor <strong>de</strong> harina, *<br />

te saciaría con miel silvestre.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre; *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

LECTURA BREVE<br />

Vemos a Jesús coronado <strong>de</strong> gloria y honor por su pasión y muerte. Así, por la gracia <strong>de</strong><br />

Dios, ha pa<strong>de</strong>cido la muerte para bien <strong>de</strong> todos. Dios, para quien y por quien existe<br />

todo, juzgó conveniente, para llevar a una multitud <strong>de</strong> hijos a la gloria, perfeccionar y<br />

consagrar con sufrimientos al guía <strong>de</strong> su salvación.<br />

RESPONSORIO BREVE<br />

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26


ANTÍFONA<br />

Cántico: Luc. 1, 67-79<br />

Bendito sea el Señor, Dios <strong>de</strong> Israel, *<br />

porque ha visitado y redimido a su pueblo,<br />

suscitándonos una fuerza <strong>de</strong> salvación *<br />

en la casa <strong>de</strong> David, su siervo,<br />

según lo había predicho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo *<br />

por boca <strong>de</strong> sus santos profetas.<br />

Es la salvación que nos libra <strong>de</strong> nuestros enemigos *<br />

y <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> todos los que nos odian;<br />

realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *<br />

recordando su santa alianza,<br />

y el juramento que juró * a nuestro padre Abrahán.<br />

Para conce<strong>de</strong>rnos, que libres <strong>de</strong> temor,+<br />

arrancados <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> los enemigos, *<br />

le sirvamos en santidad y justicia, en su presencia<br />

todos nuestros días.<br />

Y a ti, niño, te llamarán, profeta <strong>de</strong>l Altísimo, *<br />

porque irás <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Señor a preparar sus caminos,<br />

anunciando a su pueblo la salvación, *<br />

el perdón <strong>de</strong> sus pecados.<br />

Por la entrañable misericordia <strong>de</strong> nuestro Dios, *<br />

nos visitará el sol que nace <strong>de</strong> lo alto,<br />

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27


PRECES<br />

para iluminar a los que viven en tinieblas<br />

y en sombra <strong>de</strong> muerte, *<br />

para guiar nuestros pasos por el camino <strong>de</strong> la paz.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

Adoremos a Cristo, Sacerdote eterno, a quien el Padre ungió con el Espíritu Santo para<br />

que proclamara la re<strong>de</strong>nción a los cautivos, y digámosle:<br />

Señor, ten piedad.<br />

Tu que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, conduce a tu<br />

Iglesia a la pascua eterna.<br />

Tu que exaltado en la cruz quisiste ser atravesado por la lanza <strong>de</strong>l soldado, sana nuestras<br />

heridas.<br />

Tu que convertiste el ma<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la cruz en árbol <strong>de</strong> vida,<br />

haz que los renacidos en el bautismo gocen <strong>de</strong> la abundancia <strong>de</strong> los frutos ; <strong>de</strong> este<br />

árbol.<br />

Tu que clavado en la cruz perdonaste al ladrón arrepentido, perdónanos también a<br />

nosotros, pecadores.<br />

Padre nuestro<br />

Oración<br />

Nuestra salvación, Señor, es quererte y amarte; danos la abundancia <strong>de</strong> tus dones y, así<br />

como por la muerte <strong>de</strong> tu Hijo esperamos alcanzar lo que nuestra fe nos promete, por su<br />

gloriosa resurrección concé<strong>de</strong>nos obtener lo nuestro corazón <strong>de</strong>sea. Por nuestro Señor<br />

Jesucristo. Amén.<br />

V/ Podéis ir en paz.<br />

R/ Demos gracias a Dios.<br />

V/ El Señor esté con vosotros.<br />

R/ Y con tu espíritu.<br />

V/ La bendición <strong>de</strong> Dios todopo<strong>de</strong>roso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo <strong>de</strong>scienda sobre<br />

vosotros.<br />

R/ Amen<br />

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28


Viernes Santo


Viernes Santo <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura<br />

ANTÍFONA<br />

INVITATORIO – INVOCACIÓN INICIAL<br />

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31


SALMODIA PARA EL OFICIO DE LECTURA<br />

1. Venid, aclamemos al Señor,<br />

<strong>de</strong>mos vítores a la Roca que nos salva;<br />

Entremos a su presencia dándole gracias,<br />

aclamándolo con cantos.<br />

(Se repite la antífona)<br />

2. Porque el Señor es un Dios gran<strong>de</strong>,<br />

soberano <strong>de</strong> todos los dioses;<br />

tiene en su mano las simas <strong>de</strong> la tierra,<br />

son suyas las cumbres <strong>de</strong> los montes<br />

suyo es el mar, porque él lo hizo,<br />

la tierra firme que mo<strong>de</strong>laron sus manos<br />

(Se repite la antífona)<br />

3. Entrad, postrémonos por tierra,<br />

bendiciendo al Señor, creador nuestro<br />

Porque él es nuestro Dios,<br />

y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.<br />

(Se repite la antífona)<br />

4. Ojalá escuchéis hoy su voz:<br />

"No endurezcáis el corazón como en Meribá,<br />

como el día <strong>de</strong> Masá en el <strong>de</strong>sierto;<br />

cuando vuestros padres me pusieron a prueba<br />

y me tentaron aunque había visto mis obras.<br />

(Se repite la antífona)<br />

5. Durante cuarenta años<br />

aquella generación me asqueó y dije<br />

"Es un pueblo <strong>de</strong> corazón extraviado,<br />

que no reconoce mi camino;<br />

por eso he jurado en mi cólera<br />

que no entrarán en mi <strong>de</strong>scanso".<br />

(Se repite la antífona)<br />

6. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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32


HIMNO: OH CRUZ, TE ADORAMOS<br />

2) Ensalcemos la gloria <strong>de</strong>l triunfo en la lucha / y cantemos la victoria <strong>de</strong> Cristo, el Señor; / al<br />

mundo lo salva con muerte <strong>de</strong> cruz.<br />

3) De un árbol nos vino la muerte a los hombres, / y <strong>de</strong> un árbol viene al mundo su salvación; /<br />

la muerte es vencida por Cristo en la cruz.<br />

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33


ANTÍFONA<br />

Salmo 2<br />

¿Por qué se amotinan las naciones, *<br />

y los pueblos planean un fracaso?<br />

Se alían los reyes <strong>de</strong> la tierra, los príncipes conspiran*<br />

Contra el Señor su contra su Mesías.<br />

"Rompamos sus coyundas, *<br />

sacudamos su yugo."<br />

El que habita en el cielo sonríe, +<br />

el Señor se burla <strong>de</strong> ellos.<br />

Luego les habla con ira, los espanta con su cólera.<br />

"Yo mismo he establecido a mi rey*<br />

en Sión, mi monte santo."<br />

Voy a proclamar el <strong>de</strong>creto <strong>de</strong>l Señor; él me ha dicho: "<br />

Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy.<br />

Pí<strong>de</strong>melo: te daré en herencia las naciones, *<br />

en posesión los confines <strong>de</strong> la tierra;<br />

los gobernarás con cetro <strong>de</strong> hierro, *<br />

los quebrarás como jarro <strong>de</strong> loza."<br />

Y ahora, reyes, sed sensatos; +<br />

escarmentad los que regís la tierra: *<br />

servid al Señor con temor, rendidle homenaje temblando;<br />

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34


ANTÍFONA<br />

No sea que se irrite, y vayáis a la ruina, +<br />

porque se inflama <strong>de</strong> pronto su ira. *<br />

¡Dichosos los que se refugian en él!.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo *<br />

y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio ahora y siempre *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

Salmo 21, 2-23<br />

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?; *<br />

a pesar <strong>de</strong> mis gritos, mi oración no te alcanza.<br />

Dios mío, <strong>de</strong> día te grito, y no respon<strong>de</strong>s; +<br />

<strong>de</strong> noche, y no me haces caso; *<br />

aunque tú habitas en el santuario, esperanza <strong>de</strong> Israel.<br />

En ti confiaban nuestros padres; confiaban y los ponías a salvo; *<br />

a ti gritaban, y quedaban libres; en ti confiaban, y no los <strong>de</strong>fraudaste.<br />

Pero yo soy un gusano, no un hombre,+<br />

vergüenza <strong>de</strong> la gente, <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong>l pueblo; *<br />

al verme, se burlan <strong>de</strong> mí, hacen visajes, menean la cabeza;<br />

"Acudió al Señor, que lo ponga a salvo; *<br />

que lo libre, si tanto lo quiere."<br />

Tú eres quien me sacó <strong>de</strong>l vientre, +<br />

me tenías confinado en los pechos <strong>de</strong> mi madre; *<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el seno pase a tus manos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el vientre materno tú eres mi Dios.<br />

No te que<strong>de</strong>s lejos, que el peligro está cerca *<br />

y nadie me socorre.<br />

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35


ANTÍFONA<br />

Me acorrala un tropel <strong>de</strong> novillos, me cercan toros <strong>de</strong> Basán;*<br />

abren contra mí las fauces leones que <strong>de</strong>scuartizan y rugen.<br />

Estoy como agua <strong>de</strong>rramada, tengo los huesos <strong>de</strong>scoyuntados; *<br />

mi corazón, como cera, se <strong>de</strong>rrite en mis entrañas.<br />

Mi garganta está seca como una teja, la lengua se me pega al paladar;*<br />

me aprietas contra el polvo <strong>de</strong> la muerte.<br />

Me acorrala una jauría <strong>de</strong> mastines, +<br />

me cerca una banda <strong>de</strong> malhechores; *<br />

me taladran los manos y los pies, puedo contar mis huesos.<br />

Ellos me miran triunfantes, se reparten mi ropa *<br />

echan a suerte mi túnica.<br />

Pero tú, Señor, no te que<strong>de</strong>s lejos; *<br />

fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.<br />

Líbrame a mí <strong>de</strong> la espada, *<br />

y a mi única vida, <strong>de</strong> la garra <strong>de</strong>l mastín;<br />

sálvame <strong>de</strong> las fauces <strong>de</strong>l león; *<br />

a este pobre, <strong>de</strong> los cuernos <strong>de</strong>l búfalo.<br />

Contaré tu fama a mis hermanos, *<br />

en medio <strong>de</strong> la asamblea te alabaré.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo *<br />

y al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio ahora y siempre *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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36


Salmo 37<br />

Señor, no me corrijas con ira, no me castigues con cólera; *<br />

tus flechas se han clavado, tu mano pesa sobre mí;<br />

no hay parte ilesa en mi carne a causa <strong>de</strong> tu furor, *<br />

no tienen <strong>de</strong>scanso mis huesos a causa <strong>de</strong> mis pecados;<br />

mis culpas sobrepasan mi cabeza, +<br />

son un peso superior a mis fuerzas;*<br />

mis llagas están podridas y supuran por causa <strong>de</strong> mi insensatez;<br />

voy encorvado y encogido, *<br />

todo el día camino sombrío.<br />

Tengo las espaldas ardiendo, no hay parte ilesa en mi carne;*<br />

estoy agotado, <strong>de</strong>shecho <strong>de</strong>l todo; rujo con más fuerza que un león.<br />

Señor, mío, todas mis ansias están en tu presencia, *<br />

no se te ocultan mis gemidos;<br />

siento palpitar mi corazón, +<br />

me abandonan mis fuerzas, *<br />

y me falta hasta la luz <strong>de</strong> los ojos.<br />

Mis amigos y mis compañeros se alejan <strong>de</strong> mí,<br />

mis parientes se quedan a distancia;<br />

me tien<strong>de</strong>n lazos los que atentan contra mí, +<br />

los que <strong>de</strong>sean mi daño me amenazan <strong>de</strong> muerte,*<br />

todo el día murmuran traiciones.<br />

Pero yo, como un sordo, no oigo; +<br />

como un mudo, no abro la boca; *<br />

soy como uno que no oye y no pue<strong>de</strong> replicar.<br />

En ti, Señor, espero, y tú me escucharás, Señor, Dios mío; *<br />

esto pido: que no se alegren por mi causa, que, cuando resbale mi pie, no canten triunfo.<br />

Porque yo estoy a punto <strong>de</strong> caer y mi pena no se aparta <strong>de</strong> mí: *<br />

Yo confieso mi culpa, me aflige mi pecado.<br />

Mis enemigos mortales son po<strong>de</strong>rosos, +<br />

son muchos los que me aborrecen sin razón, *<br />

los que me pagan males por bienes, los que atacan cuando procuro el bien.<br />

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37


No me abandones, Señor; Dios mío, no te que<strong>de</strong>s lejos; *<br />

ven aprisa a socorrerme, Señor mío, mi salvación.<br />

Gloria al Padre, y al Hijo *<br />

al Espíritu Santo.<br />

Como era en el principio ahora y siempre *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

VERSÍCULO ANTES DE LA LECTURAS<br />

PRIMERA LECTURA<br />

De la Carta a los hebreos. 9,11-28<br />

Cristo, sumo sacerdote, con su propia sangre,<br />

ha entrado en el santuario una vez para siempre.<br />

Hermanos: Cristo ha venido como sumo sacerdote <strong>de</strong> los bienes <strong>de</strong>finitivos. Su<br />

tabernáculo es más gran<strong>de</strong> y más perfecto: no hecho por manos <strong>de</strong> hombre, es <strong>de</strong>cir, no<br />

<strong>de</strong> este mundo creado. No usa sangre <strong>de</strong> machos cabríos ni <strong>de</strong> becerros, sino la suya<br />

propia; y así ha entrado en el santuario una vez para siempre, consiguiendo la liberación<br />

eterna.<br />

Si la sangre <strong>de</strong> machos cabríos y <strong>de</strong> toros y el rociar con las cenizas <strong>de</strong> una becerra<br />

tienen el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> consagrar a los profanos, <strong>de</strong>volviéndoles la pureza externa, cuánto<br />

más la sangre <strong>de</strong> Cristo, que, en virtud <strong>de</strong>l Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como<br />

sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia <strong>de</strong> las obras muertas,<br />

llevándonos al culto <strong>de</strong>l Dios vivo.<br />

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38


Por esa razón, es mediador <strong>de</strong> una alianza nueva: en ella ha habido una muerte que ha<br />

redimido <strong>de</strong> los pecados cometido durante la primera alianza; y así los llamados pue<strong>de</strong>n<br />

recibir la promesa <strong>de</strong> la herencia terna.<br />

Mirad, para disponer <strong>de</strong> una herencia, es preciso que conste <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> testador;<br />

pues un testamento adquiere vali<strong>de</strong>z en caso <strong>de</strong> <strong>de</strong>función; mientras vive el testador,<br />

todavía no tiene vigencia. De ahí que tampoco faltase sangre en la inauguración <strong>de</strong> la<br />

primera alianza<br />

Cuando Moisés acabó <strong>de</strong> leer al pueblo todas las prescripciones contenidas en la ley,<br />

cogió la sangre <strong>de</strong> los becerros y las cabras, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> agua, lana escarlata e hisopo, y<br />

roció primero el libro mismo y <strong>de</strong>spués al pueblo entero, diciendo: " Esta es la sangre <strong>de</strong><br />

la alianza que hace Dios con vosotros." Con la sangre roció, a<strong>de</strong>más, el tabernáculo y<br />

todos los utensilios litúrgicos. Según la ley, prácticamente todo se purifica con sangre, y<br />

sin <strong>de</strong>rramamiento <strong>de</strong> sangre no hay perdón. Bueno, estos esbozos <strong>de</strong> las realida<strong>de</strong>s<br />

celestes tenían que purificarse por fuerza con tales ritos, pero las realida<strong>de</strong>s mismas<br />

celestes necesitan sacrificios <strong>de</strong> más valor que éstos.<br />

Pues Cristo ha entrado no en un santuario construido por hombres imagen <strong>de</strong>l auténtico,<br />

sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios, intercediendo por nosotros.<br />

Tampoco se ofrece a sí mismo muchas veces- como el sumo sacerdote, que entraba en<br />

el santuario todos los años y ofrecía sangre ajena; si hubiese sido así, tendría que haber<br />

pa<strong>de</strong>cido muchas veces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio <strong>de</strong>l mundo-. De hecho, él se ha manifestado<br />

una sola vez, al final <strong>de</strong> la historia, para <strong>de</strong>struir el pecado con el sacrificio <strong>de</strong> sí mismo.<br />

Por cuanto el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> los hombre es morir una sola vez. Y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la muerte, el<br />

juicio. De la misma manera, Cristo se ha ofrecido una sola vez para quitar los pecados<br />

<strong>de</strong> todos. La segunda vez aparecerá, sin ninguna relación al pecado, a los que lo<br />

esperan, para salvarlos.<br />

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39


RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 1ª Lectura. Años pares)<br />

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40


RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 1ª Lectura. Años impares)<br />

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41


SEGUNDA LECTURA (AÑOS PARES)<br />

De los sermones <strong>de</strong> San León Magno, Papa.<br />

(Sermón 59, 4-7: CCl 138ª, 354-359)<br />

¡Oh admirable po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la cruz!<br />

¡Oh inefable gloria <strong>de</strong> la pasión!<br />

Jesús, el Señor, es entregado al arbitrio <strong>de</strong> aquellos hombres enfurecidos, y en burla <strong>de</strong><br />

su regia dignidad lo obligan a cargar con el instrumento <strong>de</strong> suplicio, porque sería digno<br />

<strong>de</strong> este oprobio aquel cuya gloria se convertiría en ignominia.<br />

Esto, a los ojos <strong>de</strong> los impíos, era un gran escarnio, más para los fieles era la revelación<br />

<strong>de</strong> un gran misterio, ya que este gloriosísimo vencedor <strong>de</strong>l diablo y po<strong>de</strong>rosísimo<br />

subyugador <strong>de</strong> las fuerzas adversas llevaba bellamente el trofeo <strong>de</strong> su victoria, y en sus<br />

hombros, <strong>de</strong> una paciencia insuperable, ofrecía a la adoración <strong>de</strong> todos los reinos el<br />

signo <strong>de</strong> salvación, como queriendo, con su mismo ejemplo, confortar a todos sus<br />

imitadores, diciéndoles: El que no toma su cruz y me sigue nos es digno <strong>de</strong> mí.<br />

Como dice el Apóstol, nuestro cor<strong>de</strong>ro pascual Cristo, ha sido inmolado; él al ofrecerse<br />

a sí mismo al Padre como nuevo y verda<strong>de</strong>ro sacrificio <strong>de</strong> reconciliación, fue<br />

crucificado, no en el templo, que había perdido ya su dignidad, ni <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l recinto <strong>de</strong><br />

la ciudad, que iba a ser <strong>de</strong>molida en castigo <strong>de</strong> su crimen, sino fuera <strong>de</strong>l campamento;<br />

<strong>de</strong> este modo quedó abolido el misterio <strong>de</strong> los sacrificios antiguos, y una nueva víctima<br />

fue puesta sobre un nuevo altar, y la cruz <strong>de</strong> Cristo fue ara, no <strong>de</strong>l templo, sino <strong>de</strong>l<br />

mundo.<br />

Al contemplar, pues amadísimos, a Cristo levantado en la cruz, no lo miremos con la<br />

misma perspectiva con que le veían los ojos <strong>de</strong> los impíos, a los cuales dijo Moisés: Tu<br />

vida estará ante ti como pendiente <strong>de</strong> un hilo, tendrás miedo <strong>de</strong> noche y <strong>de</strong> día, y ni <strong>de</strong><br />

tu vida te sentirás seguro. Ellos, en efecto, no podían consi<strong>de</strong>rar en el Señor crucificado<br />

más que su propia acción perversa, y temían, no con aquel temor con que justifica la fe<br />

verda<strong>de</strong>ra sino con aquel que atormenta a la mala conciencia. Hagamos que nuestra<br />

inteligencia, iluminada por el Espíritu <strong>de</strong> la verdad, reconozca un corazón puro y libre<br />

<strong>de</strong> la gloria <strong>de</strong> la cruz, que resplan<strong>de</strong>ce en cielo y tierra, y que con la mirada interior<br />

comprenda el sentido <strong>de</strong> aquello que dijo el Señor, refiriéndose a su pasión inminente:<br />

Ha llegado la hora <strong>de</strong> que sea glorificado el Hijo <strong>de</strong>l hombre. Y más a<strong>de</strong>lante: Padre,<br />

glorifica a tu Hijo; vino entonces una voz <strong>de</strong>l cielo que <strong>de</strong>cía: Lo he glorificado y <strong>de</strong><br />

nuevo lo glorificaré, y Jesús dijo a los que estaban presentes: No ha venido esta voz por<br />

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42


mí, sino por vosotros. Ahora es el juicio <strong>de</strong> este mundo, ahora el Príncipe <strong>de</strong> este será<br />

echado fuera. Y yo, cuando sea levantado <strong>de</strong> la tierra, atraeré todas las cosas hacia mí.<br />

¡Oh admirable po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la cruz! ¡Oh inefable gloria <strong>de</strong> la pasión! En ella está el<br />

tribunal <strong>de</strong>l Señor, el juicio <strong>de</strong>l mundo y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l crucificado. Atrajiste hacia ti,<br />

Señor, todas las cosas y, al exten<strong>de</strong>r todo el día tus manos hacia un pueblo incrédulo y<br />

rebel<strong>de</strong>, todo el mundo aprendió a proclamar tu majestad.<br />

Atrajiste hacia ti, Señor, todas las cosas, porque, al rasgarse el velo <strong>de</strong>l templo, el santo<br />

<strong>de</strong> los santos se convirtió <strong>de</strong> figura en realidad, <strong>de</strong> profecía en manifestación, <strong>de</strong> ley en<br />

evangelio. Atrajiste hacia ti, Señor, todas las cosas, pues el culto bajo las sombras y<br />

figuras que se realizaba en el único templo judío le celebran ahora todas las naciones<br />

por doquier con un sacramento pleno y manifiesto.<br />

Ahora, efectivamente, habiendo cesado la variedad <strong>de</strong> sacrificios carnales, la única<br />

oblación <strong>de</strong> tu cuerpo y sangre incluye toda la diversidad <strong>de</strong> víctimas, porque tú eres el<br />

verda<strong>de</strong>ro Cor<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> Dios, que quitas el pecado <strong>de</strong>l mundo, y, <strong>de</strong> este modo, llevas en<br />

ti a su plenitud todos los misterios, para que, así como hay un solo sacrificio que<br />

substituye a todas las víctimas, así también haya un solo reino formado por todos los<br />

pueblos.<br />

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43


RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 2ª Lectura. Años Pares)<br />

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44


SEGUNDA LECTURA (AÑOS IMPARES)<br />

De la exposición <strong>de</strong> San Ambrosio, obispo, sobre el evangelio <strong>de</strong> San Lucas.<br />

(Libro 10, 56. 59-62; CCl 14, 330-331)<br />

Asumió mi tristeza para comunicarme su alegría<br />

Por mí sufrió la aflicción aquel que por sí mismo no tenía <strong>de</strong> que afligirse y, privándose<br />

<strong>de</strong> la felicidad propia <strong>de</strong> la divinidad eterna, experimenta el tedio propio <strong>de</strong> mi<br />

<strong>de</strong>bilidad. Asumió mi tristeza para comunicarme su alegría y, siguiendo nuestros pasos,<br />

bajó hasta la pesadumbre <strong>de</strong> la muerte, para volvernos a llamar la vida, siguiendo<br />

nosotros los suyos.<br />

Me atrevo a hablar <strong>de</strong> tristeza, porque me refiero a la cruz, ya que no tomó una mera<br />

apariencia humana, sino que se encarnó realmente. Por tanto, tuvo que asumir también<br />

el sufrimiento, con el fin <strong>de</strong> superar la tristeza, no <strong>de</strong> suprimirla. No merecen ser<br />

alabados por su fortaleza los que son insensibles al dolor, sino los que lo toleran. Como<br />

un hombre <strong>de</strong> dolores, dice la Escritura, acostumbrado a sufrimientos.<br />

Luego dice: Aparta <strong>de</strong> mí ese cáliz; en cuanto hombre rehuye la muerte, en cuanto Dios<br />

mantiene su <strong>de</strong>signio; nosotros, en efecto, hemos <strong>de</strong> morir al mundo a fin <strong>de</strong> resucitar<br />

para Dios; así queda abolida la ley <strong>de</strong> la maldición, infligida por la justicia divina, según<br />

la cual nuestra naturaleza estaba <strong>de</strong>stinada a volver al lodo <strong>de</strong> la tierra.<br />

Por lo que se refiere a aquellas palabras: No se haga mi voluntad, sino la tuya, hay que<br />

referirlas a la voluntad humana <strong>de</strong> Cristo y a la voluntad divina <strong>de</strong>l Padre, ya que la<br />

voluntad humana es temporal, la divina, en cambio es eterna. No es que el Padre tenga<br />

una voluntad y el Hijo otra, puesto que hay una sola voluntad don<strong>de</strong> hay una misma<br />

divinidad. Apren<strong>de</strong> aquí a someterte a Dios, escogiendo, no lo que tú quieres, sino lo<br />

que sabes que ha <strong>de</strong> agradar a Dios.<br />

Consi<strong>de</strong>remos, finalmente, el sentido propio <strong>de</strong> las palabras: Mi alma, dice, está triste.<br />

Y, en otro lugar: Ahora mi alma está agitada. Lo que se agita no es el que ha asumido<br />

una alma humana, sino el alma humana asumida, porque está sujeta a las pasiones,<br />

mientras que la divinidad está libre <strong>de</strong> ellas. Finalmente aña<strong>de</strong>: El espíritu está <strong>de</strong>cidido,<br />

pero la carne es débil.<br />

No está triste él, sino su alma. No está triste la sabiduría, la naturaleza divina, sino el<br />

alma. Tomó realmente mi cuerpo; no me engañó <strong>de</strong> manera que fuese algo distinto <strong>de</strong> lo<br />

que parecía. Parecía triste y lo estaba <strong>de</strong> verdad, no por su pasión, sino por nuestra<br />

dispersión. Dice: Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas <strong>de</strong>l rebaño. Estaba triste<br />

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porque nos <strong>de</strong>jaba in<strong>de</strong>fensos. Por lo <strong>de</strong>más, la Escritura muestra la fortaleza con que se<br />

ofreció a la muerte, puesto que salió al encuentro <strong>de</strong> quienes lo buscaban, confortó a los<br />

atemorizados, animó a los turbados, se dignó recibir al traidor con un beso.<br />

Y no es menos verdad que estaba triste por sus perseguidores, ya que sabía que sufrirían<br />

castigo por aquel monstruoso sacrilegio. Por eso dijo: Aparta <strong>de</strong> mí ese cáliz; no porque<br />

el Hijo <strong>de</strong> Dios temiera la muerte, sino porque no quería que se perdieran ni los malos.<br />

Finalmente dice: Señor, no les tengas en cuenta este pecado, para que su pasión fuera la<br />

causa <strong>de</strong> salvación para todos.<br />

RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 2ª Lectura. Años impares)<br />

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CANTICOS DE LA VIGILIA PROLONGADA<br />

Según una laudable tradición <strong>de</strong> la Iglesia, recomendable especialmente en los días <strong>de</strong>l Triduo<br />

Pascual, el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> lectura pue<strong>de</strong> prolongarse con algunos cánticos <strong>de</strong>l Antiguo Testamento.<br />

En los cánticos propios <strong>de</strong> este día se recuperan muchos <strong>de</strong> los textos usados en el <strong>Oficio</strong><br />

Divino <strong>de</strong> los días santos ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo IX.<br />

ANTÍFONA<br />

LECTIO PRIMA Cap. 1, 1-14<br />

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LECTIO SECUNDA<br />

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LECTIO TERTIA<br />

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ANTÍFONA<br />

Seguidamente se proclama el evangelio <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong>l señor según uno <strong>de</strong> los evangelistas<br />

que no sea el que se ha leído en el mismo año en el Domingo <strong>de</strong> Ramos.<br />

EVANGELIO<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Mateo Mt 27, 1-2, 11-56<br />

Al hacerse <strong>de</strong> día, todos los sumos sacerdotes y los ancianos <strong>de</strong>l pueblo, se reunieron<br />

para preparar la con<strong>de</strong>na a muerte <strong>de</strong> Jesús. Y, atándolo, lo llevaron y lo entregaron a<br />

Pilato, el gobernador. Jesús fue llevado ante el gobernador, y el gobernador le preguntó:<br />

“¿Eres tú el rey <strong>de</strong> los judíos?”<br />

Jesús respondió:<br />

“Tú lo dices.”<br />

Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada.<br />

Entonces Pilato le preguntó:<br />

“¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?”<br />

Como no contestaba a ninguna pregunta, el gobernador esta muy extrañado. Por la<br />

fiesta, el gobernador solía soltar un preso, el que la gente quisiera. Tenía entonces un<br />

preso famoso, llamado Barrabás. Cuando la gente acudió, les dijo Pilato:<br />

¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás o a Jesús, a quien llaman el Mesías?”<br />

Pues sabía que se lo habían entregado por envidia. Y mientras estaba sentado en el<br />

tribunal, su mujer le mandó a <strong>de</strong>cir:<br />

“No te metas con ese justo, porque esta noche he sufrido mucho soñando con él.”<br />

Pero los sumos sacerdotes y los ancianos convencieron a la gente que pidieran el<br />

indulto <strong>de</strong> Barrabás y la muerte <strong>de</strong> Jesús.<br />

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El gobernador preguntó:“¿A cuál <strong>de</strong> los dos queréis que os suelte?”<br />

Ellos dijeron: “A Barrabás.”<br />

Pilato les preguntó: “¿Y qué hago con Jesús, llamado el Mesías?”<br />

Contestaron todos: “Que lo crucifiquen.”<br />

Pilato insistió: “Pues, ¿qué mal ha hecho?”<br />

Pero ellos gritaban más fuerte: “¡Que lo crucifiquen!<br />

Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto,<br />

tomó agua y se lavó las manos en presencia <strong>de</strong> la multitud, diciendo: -“Soy inocente <strong>de</strong><br />

esta sangre, ¡Allá vosotros!”<br />

Y el pueblo entero contestó: “¡Su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”<br />

Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> azotarlo, lo entregó para que lo<br />

crucificaran.<br />

Los soldados <strong>de</strong>l gobernador se llevaron a Jesús al pretorio y reunieron alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> él a<br />

toda la compañía; lo <strong>de</strong>snudaron y le pusieron un manto <strong>de</strong> color púrpura y, trenzando<br />

una corona <strong>de</strong> espinas, se la ciñeron a la cabeza y le pusieron una caña en la mano<br />

<strong>de</strong>recha. Y, doblando ante él la rodilla, se burlaron <strong>de</strong> él, diciendo:<br />

-“¡Salve, rey <strong>de</strong> los judíos!”<br />

Luego le escupían, le quitaban la caña y le golpeaban con ella la cabeza. Y, terminada la<br />

burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.<br />

Al salir, encontraron a un hombre <strong>de</strong> Cirene, llamado simón, y lo forzaron a que llevara<br />

la cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere <strong>de</strong>cir: “La Calavera”), le<br />

dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después <strong>de</strong><br />

crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a<br />

custodiarlo. Encima <strong>de</strong> su cabeza colocaron un letrero con la acusación: “Éste es Jesús,<br />

el rey <strong>de</strong> los judíos.” Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la <strong>de</strong>recha y otro a la<br />

izquierda.<br />

Los que pasaban lo injuriaban y <strong>de</strong>cían, meneando la cabeza: -“Tú que <strong>de</strong>struías el<br />

templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo <strong>de</strong> Dios, baja <strong>de</strong> la<br />

cruz.”<br />

Los sumos sacerdotes con los escribas y los ancianos se burlaban también, diciendo:<br />

- “A otros ha salvado, y él no se pue<strong>de</strong> salvar. ¿No es el rey <strong>de</strong> Israel? Que baje ahora <strong>de</strong><br />

la cruz, y le creeremos. ¿No ha confiado en Dios? Si tanto lo quiere Dios, que lo libre<br />

ahora. ¿No <strong>de</strong>cía que era Hijo <strong>de</strong> Dios?<br />

Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.<br />

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Des<strong>de</strong> el mediodía hasta la media tar<strong>de</strong>, vinieron tinieblas sobre toda aquella región. A<br />

media tar<strong>de</strong>, Jesús gritó: -“Elí, Elí, lamá sabaktaní.” (Es <strong>de</strong>cir: “Dios mío, Dios mío,<br />

¿por qué me has abandonado?”)<br />

Al oírlo, algunos <strong>de</strong> los que estaban por allí dijeron: -“A Elías llama éste.”<br />

Uno <strong>de</strong> ellos fue corriendo; en seguida, cogió una esponja empapada en vinagre y,<br />

sujetándola en una caña, le dio a beber. Los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>cían: -“Déjalo, a ver si viene Elías<br />

a salvarlo.”<br />

Jesús dio otro grito y exhaló el espíritu.<br />

Todos se arrodillan, y se hace una pausa.<br />

Entonces el velo <strong>de</strong>l templo se rasgó en dos, <strong>de</strong> arriba abajo; la tierra tembló, las rocas<br />

se rajaron. Las tumbas se abrieron, y muchos cuerpos <strong>de</strong> santos que habían muerto<br />

resucitaron. Después que él resucitó, salieron <strong>de</strong> las tumbas, entraron en la Ciudad santa<br />

y se aparecieron a muchos. El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver<br />

el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados: -“Realmente éste era Hijo <strong>de</strong> Dios. “<br />

Había allí muchas mujeres que miraba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos, aquellas que habían seguido a Jesús<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Galilea para aten<strong>de</strong>rlo; entre ellas, María Magdalena y María, la madre <strong>de</strong><br />

Santiago y José, y la madre <strong>de</strong> los Zebe<strong>de</strong>os.<br />

O bien<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Marcos Mc 15,1-41<br />

Apenas se hizo <strong>de</strong> día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín<br />

en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato.<br />

Pilato le preguntó: -“¿Eres tú el rey <strong>de</strong> los judíos?”<br />

Él respondió: -“Tú lo dices.”<br />

Y los sumos sacerdotes lo acusaban <strong>de</strong> muchas cosas. Pilato le preguntó <strong>de</strong> nuevo: -<br />

“¿No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti.”<br />

Jesús no contestó más; <strong>de</strong> modo que Pilato estaba muy extrañado. Por la fiesta solía<br />

soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los<br />

revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a<br />

pedir el indulto <strong>de</strong> costumbre. Pilato les contestó: -“¿Queréis que os suelte el rey <strong>de</strong> los<br />

judíos?”<br />

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Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos<br />

sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad <strong>de</strong> Barrabás. Pilato tomó<br />

<strong>de</strong> nuevo la palabra y les preguntó: -“¿Qué hago con el que llamáis rey <strong>de</strong> los judíos?”<br />

Ellos gritaron <strong>de</strong> nuevo: -“Crucifícalo.”<br />

Pilato les dijo: -“Pues ¿qué mal ha hecho?”<br />

Ellos gritaron más fuete: -“Crucifícalo.”<br />

Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.<br />

Los soldados se lo llevaron al interior <strong>de</strong>l palacio- al pretorio- y reunieron a toda la<br />

compañía. Lo vistieron <strong>de</strong> púrpura, le pusieron una corona <strong>de</strong> espinas, que habían<br />

trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo: -“¡Salve, rey <strong>de</strong> los judíos!”<br />

Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se<br />

postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo<br />

sacaron para crucificarlo.<br />

Y a uno que pasaba, <strong>de</strong> vuelta <strong>de</strong>l campo, a Simón <strong>de</strong> Cirene, el padre <strong>de</strong> Alejandro y <strong>de</strong><br />

Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere <strong>de</strong>cir lugar<br />

<strong>de</strong> “la Calavera”), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y<br />

se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. En el<br />

letrero <strong>de</strong> la acusación estaba escrito. “El rey <strong>de</strong> los judíos.” Crucificaron con él a dos<br />

bandidos, uno a su <strong>de</strong>recha y otro a su izquierda. Los que pasaban lo injuriaban,<br />

meneando la cabeza y diciendo: -“¡Anda!, tú que <strong>de</strong>struías el templo y lo reconstruías<br />

en tres días, sálvate a ti mismo bajando <strong>de</strong> la cruz.”<br />

Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también <strong>de</strong> él, diciendo:<br />

--“A otros ha salvado, y a sí mismo no se pue<strong>de</strong> salvar. Que el Mesías, el rey <strong>de</strong> Israel,<br />

baje ahora <strong>de</strong> la cruz, para que lo veamos y creamos.”<br />

También los que estaban crucificados con él lo insultaban.<br />

Al llegar al mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tar<strong>de</strong>. Y, a la<br />

media tar<strong>de</strong>, Jesús clamó con voz potente:<br />

-“Eloí, Eloí, lamá sabaktaní.” (Que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has<br />

abandonado?”)<br />

Algunos <strong>de</strong> los presentes, al oírlo, <strong>de</strong>cían: -“Mira, está llamando a Elías.”<br />

Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le<br />

daba <strong>de</strong> beber, diciendo: -“Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo.”<br />

Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.<br />

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Todos se arrodillan, y se hace una pausa.<br />

El velo <strong>de</strong>l templo se rasgó en dos, <strong>de</strong> arriba abajo. El centurión, que esta enfrente, al<br />

ver cómo había expirado, dijo: -“Realmente este hombre era Hijo <strong>de</strong> Dios.”<br />

Había también unas mujeres que miraban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos; entre ellas, María Magdalena,<br />

María la madre <strong>de</strong> Santiago el Menor y <strong>de</strong> José, y Salomé, que, cuando él estaba en<br />

Galilea, lo seguían para aten<strong>de</strong>rlo; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.<br />

O bien<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Lucas Lc 23, 1-49<br />

En aquel tiempo, se levantó toda la asamblea, y llevaron a Jesús a presencia <strong>de</strong> Pilato. Y<br />

se pusieron a acusarlo, diciendo: -“Hemos comprobado que éste anda amotinando a<br />

nuestra nación, y oponiéndose a que se paguen tributos al César, y diciendo que él es el<br />

Mesías rey.”<br />

Pilato preguntó a Jesús: -“¿Eres tú el rey <strong>de</strong> los judíos?<br />

Él le contestó: -“Tú lo dices.”<br />

Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: -“No encuentro ninguna culpa en este<br />

hombre.”<br />

Ellos insistían con más fuerza, diciendo: -“Solivianta al pueblo enseñando por toda<br />

Ju<strong>de</strong>a, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Galilea hasta aquí.”<br />

Pilato, al oírlo, preguntó si era galileo; y al enterarse <strong>de</strong> que era <strong>de</strong> la jurisdicción <strong>de</strong><br />

Hero<strong>de</strong>s, se lo remitió. Hero<strong>de</strong>s estaba precisamente en Jerusalén por aquellos días.<br />

Hero<strong>de</strong>s, al ver a Jesús, se puso muy contento; pues hacía bastante tiempo que quería<br />

verlo, porque oía hablar <strong>de</strong> él y esperaba verle hacer algún milagro. Le hizo un<br />

interrogatorio bastante largo; pero él no le contestó ni palabra. Estaban allí los sumos<br />

sacerdotes y los escribas acusándolo con ahínco. Hero<strong>de</strong>s, con su escolta, lo trató con<br />

<strong>de</strong>sprecio y se burló <strong>de</strong> él; y poniéndole una vestidura blanca, se lo remitió a Pilato.<br />

Aquel mismo día se hicieron amigos Hero<strong>de</strong>s y Pilato, porque antes se llevaban muy<br />

mal.<br />

Pilato, convocando a los sumos sacerdotes, a las autorida<strong>de</strong>s y al pueblo, les dijo: -“Me<br />

habéis traído a este hombre, alegando que alborota al pueblo; y resulta que yo lo he<br />

interrogado <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> vosotros, y no he encontrado en este hombre ninguna <strong>de</strong> las<br />

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culpas que imputáis; ni Hero<strong>de</strong>s tampoco, porque nos lo ha remitido; ya veis que nada<br />

digno <strong>de</strong> muerte se le ha probado. Así que daré un escarmiento y lo soltaré.”<br />

Por la fiesta tenía que soltarles a uno. Ellos vociferaron en masa, diciendo: -“¡Fuera ése!<br />

Suéltanos a Barrabás.”<br />

A éste lo habían metido en la cárcel por una revuelta acaecida en la ciudad y un<br />

homicidio. Pilato volvió a dirigirles la palabra con intención <strong>de</strong> soltar a Jesús. Pero ellos<br />

seguían gritando: -“¡Crucifícalo, crucifícalo!”<br />

El les dijo por tercera vez: -“Pues ¿qué mal ha hecho éste? No he encontrado en él<br />

ningún <strong>de</strong>lito que merezca la muerte. Así que le daré un escarmiento y lo soltaré.”<br />

Ellos se le echaban encima, pidiendo a gritos que lo crucificara; e iba creciendo el<br />

griterío: Pilato <strong>de</strong>cidió que se cumpliera su petición: soltó al que le pedían (al que había<br />

metido en la cárcel por revuelta y homicidio), y a Jesús se lo entregó a su arbitrio.<br />

Mientras lo conducían, echaron mano <strong>de</strong> un cierto Simón <strong>de</strong> Cirene, que volvía <strong>de</strong>l<br />

campo, y le cargaron la cruz, para que la llevase <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> Jesús. Lo seguía un gran<br />

gentío <strong>de</strong>l pueblo, y <strong>de</strong> mujeres que se daban golpes y lanzaban lamentos por él, Jesús<br />

se volvió hacia ellas y les dijo: -“Hijas <strong>de</strong> Jerusalén, no lloréis por mí, llorad por<br />

vosotras y por vuestros hijos, porque mirad que llegará el día en que dirán:<br />

“Dichosas las estériles y los vientres que no han dado a luz y los pechos que no ha<br />

criado.”<br />

Entonces empezarán a <strong>de</strong>cirles a los montes: “Desplomaos sobre nosotros” y a las<br />

colinas: “Sepultadnos”; porque, si así tratan al leño ver<strong>de</strong>, ¿qué pasará con el seco?”<br />

Conducían también a otros dos malhechores para ajusticiarlos con él.<br />

Y, cuando llegaron al lugar llamado “La Calavera”, lo crucificaron allí, a él y a los<br />

malhechores, uno a la <strong>de</strong>recha y otro a la izquierda. Jesús <strong>de</strong>cía: -“Padre, perdónalos,<br />

porque no saben lo que hacen.”<br />

Y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte. El pueblo estaba mirando. Las<br />

autorida<strong>de</strong>s le hacían muecas, diciendo: -“A otros ha salvado; que se salve a sí mismo,<br />

si él es el Mesías <strong>de</strong> dios, el Elegido.”<br />

Se burlaban <strong>de</strong> él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo: -“Si eres tú el<br />

rey <strong>de</strong> los judíos, sálvate a ti mismo.”<br />

Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: “Éste es el rey <strong>de</strong> los<br />

judíos”. Uno <strong>de</strong> los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: -“¿No eres tú el<br />

Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros.”<br />

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Pero el otro le increpaba: -“¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio?<br />

Y Lo nuestro es justo, porque recibimos el pago <strong>de</strong> lo que hicimos; en cambio, éste no<br />

ha faltado en nada.”<br />

Y <strong>de</strong>cía: -“Jesús, acuérdate <strong>de</strong> mí cuando llegues a tu reino.”<br />

Jesús le respondió: -“Te lo aseguro; hoy estarás conmigo en el paraíso.”<br />

Era ya eso <strong>de</strong> mediodía, y vinieron las tinieblas sobre toda la región, hasta la media<br />

tar<strong>de</strong>; porque se oscureció el sol. El velo <strong>de</strong>l templo se rasgó por medio. Y Jesús,<br />

clamando con voz potente, dijo: -“Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.”<br />

Y, dicho esto, expiró.<br />

Todos se arrodillan, y se hace una pausa.<br />

El centurión, al ver lo que pasaba, daba gloria a Dios, diciendo: -“Realmente, este<br />

hombre era justo.”<br />

Toda la muchedumbre que había acudido a este espectáculo. Habiendo visto lo que<br />

ocurría, se volvía dándose golpes <strong>de</strong> pecho. Todos sus conocidos se mantenían a<br />

distancia, y lo mismo las mujeres que lo habían seguido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Galilea y que estaban<br />

mirando.<br />

Terminada la lectura <strong>de</strong>l Evangelio <strong>de</strong> la Pasión <strong>de</strong>l Señor se prosigue con la salmodia <strong>de</strong><br />

lau<strong>de</strong>s. Cuando estos siguen al <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura inmediatamente, se suprime la invocación y<br />

el himno.<br />

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Viernes Santo Lau<strong>de</strong>s<br />

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HIMNO<br />

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ANTÍFONA<br />

SALMODIA<br />

Salmo 50<br />

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,*<br />

por tu inmensa compasión borra mi culpa;<br />

Lava <strong>de</strong>l todo mi <strong>de</strong>lito, *<br />

limpia mi pecado.<br />

Pues yo reconozco mi culpa,<br />

tengo siempre presente mi pecado:<br />

Contra ti, contra ti solo pequé, *<br />

cometí la maldad que aborreces.<br />

En la sentencia tendrás razón, *<br />

en el juicio resultarás inocente.<br />

Mira, en la culpa nací, *<br />

pecador me concibió mi madre.<br />

Te gusta un corazón sincero, *<br />

y en mi interior me inculcas sabiduría.<br />

Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; *<br />

lávame: quedaré más blanco que la nieve.<br />

Hazme oír el gozo y la alegría, *<br />

que se alegren mis hueso quebrantados.<br />

Aparta <strong>de</strong> mi pecado tu vista, *borra en mí toda culpa.<br />

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ANTÍFONA<br />

Oh Dios, crea en mí un corazón puro, *<br />

renuévame por <strong>de</strong>ntro con espíritu firme;<br />

No me arrojes lejos <strong>de</strong> tu rostro, *<br />

no me quites tu santo espíritu.<br />

Devuélvemela alegría <strong>de</strong> tu salvación, *<br />

afiánzame con espíritu generoso:<br />

Enseñaré a los malvados tus caminos, *<br />

los pecadores volverán a ti.<br />

Líbrame <strong>de</strong> la sangre, oh Dios, + Dios, salvador mío,*<br />

y cantará mi lengua tu justicia.<br />

Señor, me abrirás los labios, *<br />

y mi boca proclamará tu alabanza.<br />

Los sacrificios no te satisfacen: *<br />

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.<br />

Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; *<br />

un corazón quebrantado y humillado, tú no lo <strong>de</strong>sprecias.<br />

Señor, por tu bondad, favorece a Sión,*<br />

reconstruye las murallas <strong>de</strong> Jerusalén:<br />

Entonces aceptarás los sacrificios rituales, +<br />

ofrendas y holocaustos, *<br />

sobre tu altar se inmolarán novillos.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, *<br />

y al Espíritu Santo<br />

Como era en el principio ahora y siempre,*<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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Cántico (Ha 3, 2-4. 13a. 15-19)<br />

Señor, he oído tu fama, *<br />

me ha impresionado tu obra.<br />

En medio <strong>de</strong> los años, realízala; +<br />

en medio <strong>de</strong> los años, manifiéstala; *<br />

en el terremoto, acuérdate <strong>de</strong> la misericordia.<br />

El Señor viene <strong>de</strong> Temán; *<br />

el Santo, <strong>de</strong>l monte Farán:<br />

Su resplandor eclipsa el cielo, *<br />

la tierra se llena <strong>de</strong> alabanza;<br />

Su brillo es como el día, *<br />

su mano velando el po<strong>de</strong>r<br />

.<br />

Sales a salvar a tu pueblo,*<br />

a salvar a tu ungido;<br />

Pisas el mar con tus caballos, *<br />

revolviendo las aguas <strong>de</strong>l océano.<br />

Lo escuché y temblaron mis entrañas,*<br />

al oírlo se estremecieron mis labios;<br />

Me entró un escalofrío por los huesos, *<br />

vacilaban mis piernas al andar,<br />

Gimo ante el día <strong>de</strong> angustia*<br />

que sobreviene al pueblo que nos oprime.<br />

Aunque la higuera no echa yemas*<br />

y las viñas no tienen fruto,<br />

Aunque el olivo olvida su aceituna*<br />

y los campos no dan cosechas,<br />

Aunque se acaban las ovejas <strong>de</strong>l redil *<br />

y no quedan vacas en el establo,<br />

Yo exultaré con el Señor, *<br />

me gloriaré en Dios, mi salvador.<br />

El Señor soberano es mi fuerza, +<br />

él me da piernas <strong>de</strong> gacela *<br />

y me hace caminar por las alturas.<br />

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ANTÍFONA<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.+<br />

Como era en el principio ahora y siempre *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén<br />

(Se repite la antífona)<br />

Salmo 147<br />

Glorifica al Señor, Jerusalén; *<br />

alaba a tu Dios, Sion:<br />

Que ha reforzado los cerrojos <strong>de</strong> tus puertas,*<br />

y ha ben<strong>de</strong>cido a tus hijos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ti ;<br />

Ha puesto paz en tus fronteras, *<br />

te sacia con flor <strong>de</strong> harina<br />

El envía su mensaje a la tierra, *<br />

y su palabra corre veloz<br />

Manda la nieve como lana, *<br />

esparce la escarcha como ceniza;<br />

Hace caer el hielo como migajas*<br />

y con el frío congela las aguas;<br />

Envía una or<strong>de</strong>n, y se <strong>de</strong>rriten; *<br />

sopla su aliento, y corren.<br />

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LECTURA BREVE<br />

Anuncia su palabra a Jacob, *<br />

sus <strong>de</strong>cretos y mandatos a Israel;<br />

Con ninguna nación obró así, *<br />

ni les dio a conocer sus mandatos.<br />

Gloria al padre y al Hijo y al Espíritu Santo.+<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron <strong>de</strong><br />

él, porque <strong>de</strong>sfigurado no parecía hombre, ni tenía aspecto humano, así asombrará a<br />

muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y<br />

contemplar algo inaudito.<br />

En lugar <strong>de</strong>l Responsorio se dice:<br />

CHRISTUS FACTUS EST<br />

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ANTÍFONA<br />

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Cántico: Luc. 1, 67-79<br />

Bendito sea el Señor, Dios <strong>de</strong> Israel, *<br />

porque ha visitado y redimido a su pueblo,<br />

suscitándonos una fuerza <strong>de</strong> salvación *<br />

en la casa <strong>de</strong> David, su siervo,<br />

según lo había predicho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo *<br />

por boca <strong>de</strong> sus santos profetas.<br />

Es la salvación que nos libra <strong>de</strong> nuestros enemigos *<br />

y <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> todos los que nos odian;<br />

realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *<br />

recordando su santa alianza,<br />

y el juramento que juró *<br />

a nuestro padre Abrahán.<br />

Para conce<strong>de</strong>rnos, que libres <strong>de</strong> temor,+<br />

arrancados <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> los enemigos, *<br />

le sirvamos en santidad y justicia, en su presencia todos nuestros días.<br />

Y a ti, niño, te llamarán, profeta <strong>de</strong>l Altísimo, *<br />

porque irás <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Señor a preparar sus caminos,<br />

anunciando a su pueblo la salvación, *<br />

el perdón <strong>de</strong> sus pecados.<br />

Por la entrañable misericordia <strong>de</strong> nuestro Dios, *<br />

nos visitará el sol que nace <strong>de</strong> lo alto,<br />

para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra <strong>de</strong> muerte, *<br />

para guiar nuestros pasos por el camino <strong>de</strong> la paz.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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67


PRECES<br />

Adoremos a nuestro Re<strong>de</strong>ntor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir<br />

ser sepultado para resucitar <strong>de</strong> entre los muertos, y supliquemos diciendo: Señor, ten<br />

piedad <strong>de</strong> nosotros.<br />

Señor y Maestro nuestro, que por nosotros te sometiste incluso a muerte,<br />

- enséñanos a someternos siempre a la voluntad <strong>de</strong>l Padre.<br />

Tú que, siendo nuestra vida, quisiste morir en la cruz para <strong>de</strong>struir la muerte y todo su<br />

po<strong>de</strong>r,<br />

- haz que contigo sepamos morir también al pecado y resucitemos contigo a una vida<br />

nueva.<br />

Rey nuestro, que como un gusano fuiste el <strong>de</strong>sprecio <strong>de</strong>l pueblo y vergüenza <strong>de</strong> la<br />

gente,<br />

- haz que tu Iglesia no se acobar<strong>de</strong> ante la humillación, sino que, como tú, proclame en<br />

toda circunstancia el honor <strong>de</strong>l Padre.<br />

Salvador <strong>de</strong> todos los hombres, que diste tu vida por los hermano;<br />

- enséñanos a amarnos mutuamente con amor semejante al tuyo<br />

Tú que al ser elevado en la cruz atrajiste hacia ti a todos los hombres,<br />

reúne en tu reino a todos los hijos <strong>de</strong> Dios dispersos por el mundo.<br />

Padre nuestro<br />

Oración<br />

Mira, Señor <strong>de</strong> bondad, a tu familia santa, por la cual Jesucristo, nuestro Señor, aceptó<br />

el tormento <strong>de</strong> la cruz, entregándose a sus propios enemigos. Por nuestro Señor<br />

Jesucristo.<br />

V/ Podéis ir en paz.<br />

R/ Demos gracias a Dios.<br />

V/ El Señor esté con vosotros.<br />

R/ Y con tu espíritu.<br />

V/ La bendición <strong>de</strong> Dios todopo<strong>de</strong>roso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo <strong>de</strong>scienda sobre<br />

vosotros.<br />

R/ Amen<br />

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68


Sábado Santo


Sábado Santo <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> Lectura<br />

ANTÍFONA<br />

INVITATORIO – INVOCACIÓN INICIAL<br />

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71


SALMODIA PARA EL OFICIO DE LECTURA<br />

1. Venid, aclamemos al Señor,<br />

<strong>de</strong>mos vítores a la Roca que nos salva;<br />

Entremos a su presencia dándole gracias,<br />

aclamándolo con cantos.<br />

(Se repite la antífona)<br />

2. Porque el Señor es un Dios gran<strong>de</strong>,<br />

soberano <strong>de</strong> todos los dioses;<br />

tiene en su mano las simas <strong>de</strong> la tierra,<br />

son suyas las cumbres <strong>de</strong> los montes<br />

suyo es el mar, porque él lo hizo,<br />

la tierra firme que mo<strong>de</strong>laron sus manos<br />

(Se repite la antífona)<br />

3. Entrad, postrémonos por tierra,<br />

bendiciendo al Señor, creador nuestro<br />

Porque él es nuestro Dios,<br />

y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.<br />

(Se repite la antífona)<br />

4. Ojalá escuchéis hoy su voz:<br />

"No endurezcáis el corazón como en Meribá,<br />

como el día <strong>de</strong> Masá en el <strong>de</strong>sierto;<br />

cuando vuestros padres me pusieron a prueba<br />

y me tentaron aunque había visto mis obras.<br />

(Se repite la antífona)<br />

5. Durante cuarenta años<br />

aquella generación me asqueó y dije<br />

"Es un pueblo <strong>de</strong> corazón extraviado,<br />

que no reconoce mi camino;<br />

por eso he jurado en mi cólera<br />

que no entrarán en mi <strong>de</strong>scanso".<br />

(Se repite la antífona)<br />

6. Gloría al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo<br />

Como era en el principio, ahora y siempre,<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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72


HIMNO<br />

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73


ANTÍFONA<br />

Salmo 4<br />

Escúchame cuando te invoco, Dios, <strong>de</strong>fensor mío; +<br />

tú que en el aprieto me diste anchura, *<br />

ten piedad <strong>de</strong> mí y escucha mi oración.<br />

Y vosotros, ¿ hasta cuándo ultrajaréis mi honor, *<br />

amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?<br />

Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi.f'avor, *<br />

y el Señor me escuchará cuando lo invoque<br />

Temblad y no pequéis, +<br />

reflexionad en el silencio <strong>de</strong> vuestro lecho*<br />

Ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor.<br />

Hay muchos que dicen: "¿Quién nos hará ver la dicha, *<br />

Si la luz <strong>de</strong> tu rostro ha huido <strong>de</strong> nosotros?"<br />

Pero tú Señor, has puesto en mi corazón más alegría*<br />

Que si abundara en trigo y vino.<br />

En paz me acuesto y en seguida me duermo, *<br />

Porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre,*<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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74


ANTÍFONA<br />

Salmo 15<br />

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti*<br />

Yo digo al Señor: “Tú eres mi bien”<br />

Multiplican las estatuas <strong>de</strong> dioses extraños; +<br />

no <strong>de</strong>rramaré sus libaciones con mis manos,*<br />

ni tomaré su nombre en mis labios.<br />

El Señor es el lote <strong>de</strong> mi heredad y mi copa; +<br />

mi suerte está en tu mano: *<br />

me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad.<br />

Ben<strong>de</strong>ciré al Señor, que aconseja,*<br />

hasta <strong>de</strong> noche me instruye internamente.<br />

Tengo siempre presente al Señor, *<br />

con él a mi <strong>de</strong>recha no vacilaré.<br />

Por eso se alegra el corazón, / se gozan mis entrañas, *<br />

y mi carne <strong>de</strong>scansa serena.<br />

Porque no me entregarás a la muerte, *<br />

ni <strong>de</strong>jarás a tu fiel conocer la corrupción.<br />

Me enseñarás el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la vida, +<br />

me saciarás <strong>de</strong> gozo en tu presencia, '<br />

<strong>de</strong> alegría perpetua a tu <strong>de</strong>recha.<br />

Gloria al Padre y al hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén<br />

(Se repite la antífona)<br />

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75


ANTÍFONA<br />

Salmo 23<br />

Del Señor es la tierra y cuanto la llena, *<br />

el orbe y todos sus habitantes:<br />

El la fundó sobre los mares, *<br />

él la afianzó sobre los ríos.<br />

-¿ Quién pue<strong>de</strong> subir al monte <strong>de</strong>l Señor? *<br />

¿Quién pue<strong>de</strong> estar el recinto sacro?<br />

-El hombre <strong>de</strong> manos inocentes y puro corazón, +<br />

que no confia en los ídolos *<br />

ni jura contra el prójimo en falso.<br />

Ése recibirá la bendición <strong>de</strong>l Señor, *<br />

le hará justicia el Dios <strong>de</strong> salvación.<br />

-Éste es el grupo que busca al Señor, *<br />

que viene a tu presencia, Dios <strong>de</strong> Jacob.<br />

¡Portones!, alzad los dinteles, +<br />

que se alcen las antiguas compuertas:*<br />

va a entrar el Rey <strong>de</strong> la gloria.<br />

-Quién es ese Rey <strong>de</strong> la gloria? + -<br />

El Señor, héroe valeroso;*<br />

va a entrar el Rey <strong>de</strong> la gloria.<br />

¡Portones!, alzad los dinteles, +<br />

que se alcen las antiguas compuertas: *<br />

va a entrar el Rey <strong>de</strong> la gloria.<br />

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76


-Quién es ese Rey <strong>de</strong> la gloria? +<br />

- El Señor, Dios <strong>de</strong> los ejércitos. *<br />

El es el Rey <strong>de</strong> la gloria.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

VERSÍCULO ANTES DE LA LECTURAS<br />

Hermanos:<br />

PRIMERA LECTURA<br />

De la Carta a los hebreos. 4, 1-13<br />

Empeñémonos en el <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>l Señor<br />

Temamos, no sea que, estando aún en vigor la promesa <strong>de</strong> entrar en su <strong>de</strong>scanso, alguno<br />

<strong>de</strong> vosotros crea que ha perdido la oportunidad. También nosotros hemos recibido la<br />

buena noticia, igual que los que salieron <strong>de</strong> Egipto por obra <strong>de</strong> Moisés; pero el mensaje<br />

que oyeron <strong>de</strong> nada les sirvió, porque no se adhirieron por la fe a los que lo habían<br />

escuchado.<br />

En efecto, entramos en el <strong>de</strong>scanso los creyentes, <strong>de</strong> acuerdo con lo dicho: " He jurado<br />

en mi cólera que no entrarán en mi <strong>de</strong>scanso", y eso que sus obras estaban terminadas<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo. Acerca <strong>de</strong>l día séptimo se dijo: "Y <strong>de</strong>scansó Dios el día<br />

séptimo <strong>de</strong> todo el trabajo que había hecho." En nuestro pasaje aña<strong>de</strong>: "No entrarán en<br />

mi <strong>de</strong>scanso."<br />

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Ya que, según esto, quedan alguno por entrar en él, y los primeros que recibieron la<br />

buena noticia no entraron por su rebeldía, Dios señala otro día, " hoy", al <strong>de</strong>cir, mucho<br />

tiempo <strong>de</strong>spués, por boca <strong>de</strong> David, lo antes citado: " si escucháis hoy su voz, no<br />

endurezcáis el corazón."<br />

Claro que, si Josué les hubiera dado el <strong>de</strong>scanso, no habría hablado Dios <strong>de</strong> otro día<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> aquello; por consiguiente, un tiempo <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso queda todavía para el<br />

pueblo <strong>de</strong> Dios, pues el que entra en su <strong>de</strong>scanso <strong>de</strong>scansa, él también <strong>de</strong> sus tareas,<br />

como Dios <strong>de</strong> las suyas. Empeñémonos, por tanto, en entrar en aquel <strong>de</strong>scanso, para que<br />

nadie caiga, siguiendo aquel ejemplo <strong>de</strong> rebeldía.<br />

A<strong>de</strong>más, la palabra <strong>de</strong> Dios es viva y eficaz, más tajante que espada <strong>de</strong> doble filo,<br />

penetrante hasta el punto don<strong>de</strong> se divi<strong>de</strong>n alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga<br />

los <strong>de</strong>seos e intenciones <strong>de</strong>l corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Todo está<br />

patente y <strong>de</strong>scubierto a los ojos <strong>de</strong> aquel a quien hemos <strong>de</strong> rendir cuentas.<br />

RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 1ª Lectura. Años pares)<br />

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RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 1ª Lectura. Años impares)<br />

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SEGUNDA LECTURA (AÑOS PARES)<br />

De una antigua homilía sobre el santo y grandioso Sábado.<br />

(PG. 43, 454-455. 458)<br />

El <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l Señor a la región <strong>de</strong> los muertos.<br />

Cristo Dios pensó que no era equitativo que se beneficiaran <strong>de</strong> su misericordia<br />

únicamente sus contemporáneos y los que vendrían <strong>de</strong>spués, sino que habían <strong>de</strong> hacerlo<br />

también aquellos que antes <strong>de</strong> su venida estaban retenidos en la región <strong>de</strong> los muertos y<br />

yacían sumergidos en las tinieblas y en las sombras <strong>de</strong> la muerte. En consecuencia, el<br />

Verbo divino, a los hombres que aún vivían en la carne, los visitó por medio <strong>de</strong> su carne<br />

animada, pero, a las almas liberadas <strong>de</strong>l cuerpo, se les apareció en la región <strong>de</strong> los<br />

muertos por medio <strong>de</strong> su alma divina y purísima, separada <strong>de</strong>l cuerpo pero no <strong>de</strong> la<br />

divinidad. Apresurémonos, pues, y vayamos allí con el pensamiento a la región <strong>de</strong> los<br />

muertos, para ver allí cómo finalmente vence, con su gran fuerza, al vigoroso y<br />

po<strong>de</strong>roso tirano, y cómo, junto con todo el pueblo puesto como un ejército en or<strong>de</strong>n <strong>de</strong><br />

batalla, fulmina y somete sin armas a aquellas inmortales tropas dispuestas en hileras:<br />

cuando sin necesidad <strong>de</strong> puertas hace <strong>de</strong>saparecer las puertas, y con el ma<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la cruz<br />

<strong>de</strong> Cristo, que es la puerta, rompe unas puertas que no son <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra, y con sus divinos<br />

clavos <strong>de</strong>stroza y quiebra las puertas eternas; cuando con las ataduras <strong>de</strong> sus manos<br />

divinas disuelve como cera las ca<strong>de</strong>nas indisolubles. También con la lanza <strong>de</strong> su divino<br />

costado, él, <strong>de</strong>sprovisto <strong>de</strong> la carne, perforó el corazón <strong>de</strong>l tirano. Allí quebró la fuerza<br />

<strong>de</strong> los arcos, cuando en la cruz, como en un arco, extendió las cuerdas <strong>de</strong> sus divinas<br />

manos. Por lo cual, si en silencio sigues a Cristo, pronto verás don<strong>de</strong> ha ligado al tirano<br />

y don<strong>de</strong> ha colgado su cabeza; cómo ha abierto la cárcel; cómo ha hecho salir a los que<br />

estaban encarcelados, <strong>de</strong> qué manera ha pisoteado a la serpiente y dón<strong>de</strong> ha colgado su<br />

cabeza; cómo ha <strong>de</strong>clarado libre a Adán; cómo ha hecho levantar a Eva; <strong>de</strong> qué modo ha<br />

<strong>de</strong>rribado el muro <strong>de</strong> separación; cómo ha con<strong>de</strong>nado al cruel dragón; cómo ha<br />

extendido sus trofeos invictos; dón<strong>de</strong> ha hecho morir a la muerte con su propia muerte,<br />

y <strong>de</strong> qué manera ha hecho que se corrompiera la corrupción y ha restituido al hombre a<br />

su dignidad original.<br />

Ayer <strong>de</strong> conformidad con el plan divino, rehusaba las legiones <strong>de</strong> ángeles y <strong>de</strong>cía a<br />

Pedro: ¿Piensas tú que no puedo disponer enseguida <strong>de</strong> más <strong>de</strong> doce legiones <strong>de</strong><br />

ángeles? Hoy, en cambio, baja a la región <strong>de</strong> los muertos <strong>de</strong> una manera propia <strong>de</strong> Dios,<br />

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80


y con una actitud batalladora y en calidad <strong>de</strong> Señor, y vence a la muerte y a aquel que<br />

tiraniza a través <strong>de</strong> la muerte. Lo acompañan, no doce legiones inmortales <strong>de</strong> unos<br />

ejércitos incorpóreos y <strong>de</strong> un séquito invisible, sino miles <strong>de</strong> millones y miríadas <strong>de</strong><br />

miríadas <strong>de</strong> los ejércitos celestiales <strong>de</strong> ángeles, arcángeles, Potesta<strong>de</strong>s, Tronos, sin<br />

trono, dotados <strong>de</strong> seis alas, carentes <strong>de</strong> alas, los que tienen muchos ojos y los que no<br />

tienen ninguno. Lo acompañan como a su propio rey y Señor, en solemne comitiva y<br />

multitudinario séquito, tributando a Cristo el honor que le es <strong>de</strong>bido; no como<br />

ayudantes, ni pensarlo. ¿Para qué necesita su ayuda Cristo omnipotente? Hacen lo que<br />

constituye por igual su <strong>de</strong>ber y su placer, asistir continuamente a Cristo, su Dios, como<br />

escu<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> su séquito, cubiertos con pesada armadura, y como ilustres mensajeros<br />

divinos <strong>de</strong> aquel que empuña el cetro, anticipándose mutuamente, con la máxima<br />

diligencia y con celeridad divina, a la menor seña <strong>de</strong>l cetro <strong>de</strong>l rey y Señor, cumpliendo<br />

al instante sus ór<strong>de</strong>nes, y coronados con la victoria sobre las formaciones <strong>de</strong> los<br />

enemigos malignos. Por esto <strong>de</strong>scendían ellos también, corriendo en tropel junto con su<br />

Dios y Señor hacia las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra, las profundida<strong>de</strong>s más hondas, don<strong>de</strong><br />

los muertos han tenido siempre su mansión tenebrosa, cuando Cristo, con su po<strong>de</strong>r,<br />

hacía salir a los que estaban enca<strong>de</strong>nados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siglos. Así pues, cuando la<br />

resplan<strong>de</strong>ciente llegada <strong>de</strong>l Señor, junto con el pueblo santo, llenó las cárceles,<br />

habitáculos, escondrijos y cavernas, cerrados por todas partes, privados <strong>de</strong> toda luz solar<br />

y sumergidos en las tinieblas sempiternas <strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s, se avanzó a todos<br />

Gabriel, capitán <strong>de</strong> todo el ejército, en cuanto que acostumbrado a llevar a los hombres<br />

los mensajes venturosos y alegres y, con voz potente y terrible, cual conviene al or<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> los arcángeles y al jefe <strong>de</strong>l ejército, hizo retumbar contra los po<strong>de</strong>res adversos una<br />

or<strong>de</strong>n perentoria: ¡Portones! Alzad los dinteles. Se le une la voz <strong>de</strong> Miguel, que grita:<br />

Que se abran las antiguas compuertas. Luego las Virtu<strong>de</strong>s angélicas dicen: “Apartaos,<br />

porteros <strong>de</strong>leznables”; a continuación las Potesta<strong>de</strong>s, con gran fuerza y po<strong>de</strong>r:<br />

“<strong>de</strong>smenuzaos, ca<strong>de</strong>nas indisolubles”; y otro: “Llenaos <strong>de</strong> vergüenza y <strong>de</strong> confusión,<br />

enemigos hostiles”; y otro: “Temed, malvados tiranos”.<br />

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RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 2ª Lectura. Años Pares)<br />

SEGUNDA LECTURA (AÑOS IMPARES)<br />

De una homilía antigua sobre el gran<strong>de</strong> y santo Sábado<br />

(PG 43, 439. 451, 462-463)<br />

El <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong>l Señor al abismo<br />

¿Qué es lo que hoy suce<strong>de</strong>? Un gran silencio envuelve la tierra; un gran silencio y una<br />

gran soledad. Un gran silencio, porque el Rey duerme. La tierra está temerosa y<br />

sobrecogida, porque Dios se ha dormido en la carne y ha <strong>de</strong>spertado a los que dormían<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo. Dios ha muerto en la carne y ha puesto en conmoción al abismo.<br />

Va a buscar a nuestro primer padre como si éste fuera la oveja perdida. Quiere visitar a<br />

los que viven en tinieblas y en sombras <strong>de</strong> muerte. Él, que es al mismo tiempo Dios e<br />

Hijo <strong>de</strong> Dios, va a librar <strong>de</strong> sus prisiones y <strong>de</strong> sus dolores a Adán y a Eva.<br />

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El Señor, teniendo en sus manos las armas vencedoras <strong>de</strong> la cruz, se acerca a ellos. Al<br />

verlo, nuestro primer padre Adán, asombrado por tan gran acontecimiento, exclama y<br />

dice a todos: "Mi Señor esté con todos." Y Cristo, respondiendo, dice a Adán: " Y con<br />

tu espíritu." Y, tomándolo por la mano, lo levanta, diciéndole: "Despierta, tú que<br />

duermes, levántate <strong>de</strong> entre los muertos, y Cristo será tu luz.<br />

Yo soy tu Dios, que por ti y por todos los que han <strong>de</strong> nacer <strong>de</strong> ti me hecho tu hijo; y<br />

ahora te digo que tengo el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> anunciar a los que están enca<strong>de</strong>nados: "Salid", y a<br />

los que se encuentran en tinieblas: "Iluminaos", y a los que duermen: "Levantaos."<br />

A ti te mando: Despierta, tu que duermes, pues no te creé para que permanezcas cautivo<br />

en el abismo; levántate <strong>de</strong> entre los muertos, pues yo soy la vida <strong>de</strong> los muertos.<br />

Levántate, obra <strong>de</strong> mis manos; levántate, imagen mía, creado a mi semejanza.<br />

Levántate, salgamos <strong>de</strong> aquí, porque tú en mí, y yo en ti, formamos una sola e<br />

indivisible persona.<br />

Por ti, yo, tu Dios, me he hecho tu hijo; por ti, yo, tu Señor, he revestido tu condición<br />

servil; por ti, yo, que estoy sobre los cielos, he venido a la tierra y he bajado al abismo;<br />

por ti, me hecho hombre, semejante a un inválido que tiene su cama entre los muertos;<br />

por ti, que fuiste expulsado <strong>de</strong>l huerto, he sido entregado a los judíos en el huerto, y en<br />

el huerto he sido crucificado.<br />

Contempla los salivazos <strong>de</strong> mi cara, que he soportado para <strong>de</strong>volverte tu primer aliento<br />

<strong>de</strong> vida; contempla los golpes <strong>de</strong> mis mejillas, que he soportado para reformar, <strong>de</strong><br />

acuerdo con mi imagen, tu imagen <strong>de</strong>formada; contempla los azotes en mis espaldas,<br />

que he aceptado para aliviarte <strong>de</strong>l peso <strong>de</strong> los pecados, que habían sido cargados sobre<br />

tu espalda; contempla los clavos que me han sujetado fuertemente al ma<strong>de</strong>ro, pues los<br />

he aceptado por ti, que maliciosamente extendiste una mano al árbol prohibido.<br />

Dormí en la cruz, y la lanza atravesó mi costado, por ti, que en el paraíso dormiste, y <strong>de</strong><br />

tu costado diste origen a Eva. Mi costado ha curado el dolor <strong>de</strong>l tuyo. Mi sueño te saca<br />

<strong>de</strong>l sueño <strong>de</strong>l abismo. Mi lanza eliminó aquella espada que te amenazaba en el paraíso.<br />

Levántate, salgamos <strong>de</strong> aquí. El enemigo te sacó <strong>de</strong>l paraíso; yo te coloco no ya en el<br />

paraíso, sino en el trono celeste. Te prohibí que comieras <strong>de</strong>l árbol <strong>de</strong> la vida, que no era<br />

sino imagen <strong>de</strong>l verda<strong>de</strong>ro árbol; yo soy el verda<strong>de</strong>ro árbol, yo, que soy la vida y que<br />

estoy unido a ti. Coloqué un querubín que fielmente te vigilara; ahora te concedo que el<br />

querubín, reconociendo tu dignidad te sirva.<br />

El trono <strong>de</strong> los querubines está a punto, los portadores atentos y preparados, el tálamo<br />

construido, los alimentos prestos; se han embellecido los eternos tabernáculos y<br />

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moradas, han sido abiertos los tesoros <strong>de</strong> todos los bienes, y el reino <strong>de</strong> los cielos está<br />

preparado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> toda la eternidad."<br />

RESPONSORIO (Después <strong>de</strong> la 2ª Lectura. Años impares)<br />

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CANTICOS DE LA VIGILIA PROLONGADA<br />

Según una laudable tradición <strong>de</strong> la Iglesia, recomendable especialmente en los días <strong>de</strong>l Triduo<br />

Pascual, el <strong>Oficio</strong> <strong>de</strong> lectura pue<strong>de</strong> prolongarse con algunos cánticos <strong>de</strong>l Antiguo Testamento.<br />

En los cánticos propios <strong>de</strong> este día se recuperan muchos <strong>de</strong> los textos usados en el <strong>Oficio</strong><br />

Divino <strong>de</strong> los días santos ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo IX.<br />

ANTÍFONA<br />

LECTIO PRIMA Cap. 3, 22-30<br />

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LECTIO SECUNDA Cap. 4, 1-6<br />

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LECTIO TERTIA Cap. 5, 1-11<br />

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ANTÍFONA<br />

Seguidamente se proclama el evangelio <strong>de</strong> la pasión <strong>de</strong>l señor según uno <strong>de</strong> los evangelistas<br />

que no sea el que se ha leído en el mismo año en el Domingo <strong>de</strong> Ramos.<br />

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EVANGELIO<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Mateo Mt 27/ 57-66<br />

Al anochecer, llegó un hombre rico <strong>de</strong> Arimatea, llamado José, que era también<br />

discípulo <strong>de</strong> Jesús. Este acudió a Pilato a pedirle el cuerpo <strong>de</strong> Jesús. Y Pilato mandó que<br />

se lo entregaran. José, tomando el cuerpo <strong>de</strong> Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, lo<br />

puso en el sepulcro nuevo que se había excavado en una roca, rodó una piedra gran<strong>de</strong> a<br />

la entrada <strong>de</strong>l sepulcro y se marchó. María Magdalena y la otra María se quedaron allí,<br />

sentadas enfrente <strong>de</strong>l sepulcro.<br />

A la mañana siguiente, pasado el día <strong>de</strong> la Preparación., acudieron en grupo los sumos<br />

sacerdotes y los fariseos a Pilato y le dijeron:<br />

-“Señor, nos hemos acordado que aquel impostor, estando en vida, anunció: “A los tres<br />

día resucitaré.” Por eso, da or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea<br />

que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo: “Ha resucitado <strong>de</strong> entre los<br />

muertos.” La última impostura será pero que la primera.”<br />

-“Ahí tenéis la guardia: id vosotros y asegurad la vigilancia como sabéis.”<br />

Ellos fueron, sellaron la piedra y con la guardia aseguraron la vigilancia <strong>de</strong>l sepulcro.<br />

O bien<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Marcos Mc 15,42-47<br />

Al anochecer, como era el día <strong>de</strong> la Preparación, víspera <strong>de</strong>l sábado, vino José <strong>de</strong><br />

Arimatea, noble senador, que también aguardaba el reino <strong>de</strong> Dios; armándose <strong>de</strong> valor,<br />

se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo <strong>de</strong> Jesús. Pilato se extrañó que hubiera<br />

muerto ya; y llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había<br />

muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José.<br />

Éste compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un<br />

sepulcro, escavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada <strong>de</strong>l sepulcro. María<br />

Magdalena y María la <strong>de</strong> José observaban dón<strong>de</strong> lo ponían.<br />

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O bien<br />

Lectura <strong>de</strong>l Santo Evangelio según San Lucas Lc 23, 50-56<br />

En aquel tiempo, un hombre llamado José, que era senador, hombre bueno y honrado<br />

(que no había votado a favor <strong>de</strong> la <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong>l crimen <strong>de</strong> ellos), que era natural <strong>de</strong><br />

Arimatea, pueblo <strong>de</strong> Ju<strong>de</strong>a, y que aguardaba el reino <strong>de</strong> Dios, acudió a Pilato a pedirle<br />

el cuerpo <strong>de</strong> Jesús. Y bajándolo, lo envolvió en una sábana y lo colocó en un sepulcro<br />

excavado en la roca, don<strong>de</strong> no habían puesto a nadie todavía.<br />

Era el día <strong>de</strong> la Preparación y rayaba el sábado. Las mujeres que lo habían acompañado<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Galilea fueron <strong>de</strong>trás a examinar el sepulcro y cómo colocaban su cuerpo. A la<br />

vuelta, prepararon aromas y ungüentos. Y el sábado guardaron reposo, conforme al<br />

mandamiento.<br />

Terminada la lectura <strong>de</strong>l Evangelio <strong>de</strong> la sepultura <strong>de</strong>l Señor, se prosigue directamente con la<br />

Salmodia <strong>de</strong> Lau<strong>de</strong>s, si estos se celebran a continuación omitiendo las preces <strong>de</strong>l comienzo y el<br />

himno.<br />

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Sábado Santo Lau<strong>de</strong>s<br />

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HIMNO<br />

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ANTÍFONA<br />

SALMODIA<br />

Salmo 63<br />

Escucha, oh Dios, la voz <strong>de</strong> mi lamento,*<br />

protege <strong>de</strong>l terrible enemigo.<br />

Escón<strong>de</strong>me <strong>de</strong> la conjura <strong>de</strong> los perversos *<br />

y <strong>de</strong>l motín <strong>de</strong> los malhechores:<br />

Afilan sus lenguas como espadas *<br />

y disparan como flechas palabras venenosas,<br />

Para herir a escondidas al inocente, *<br />

para herirlo por sorpresa y sin riesgo.<br />

Se animan al <strong>de</strong>lito, calculan como escon<strong>de</strong>r trampas,*<br />

y dicen. "¿Quién lo <strong>de</strong>scubrirá7<br />

Inventan malda<strong>de</strong>s y ocultan sus invenciones, *<br />

porque su mente y su corazón no tienen fondo.<br />

Pero Dios los acribilla a flechazos, *<br />

por sorpresa los cubre <strong>de</strong> heridas;<br />

Su misma lengua los lleva a la ruina, *<br />

y los que lo ven menean la cabeza.<br />

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95


ANTÍFONA<br />

Todo el mundo se atemoriza, +<br />

proclama la obra <strong>de</strong> Dios*<br />

y medita sus acciones.<br />

El justo se alegra con el Señor, se refugia en él. *<br />

y se felicitan los rectos <strong>de</strong> corazón.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

Cántico Is 38, 10- 14. 17-20<br />

Yo pensé: "En medio <strong>de</strong> mis días +<br />

tengo que marchar hacia las puertas <strong>de</strong>l abismo;*<br />

me privan <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> mis años.<br />

Yo pensé: "Ya no veré más al Señor *<br />

en la tierra <strong>de</strong> los vivos.<br />

Ya no miraré a los hombres *<br />

entre los habitantes <strong>de</strong>l mundo.<br />

Levantan y enrollan mi vida *<br />

como una tienda <strong>de</strong> pastores.<br />

Como un tejedor, <strong>de</strong>vanaba yo mi vida, *<br />

y me cortan la trama.<br />

Día y noche me estás acabando,*<br />

sollozo hasta el amanecer.<br />

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96


Me quiebras los huesos como un león, *<br />

día y noche me estás acabando.<br />

Estoy piando como una golondrina, *<br />

gimo como una paloma.<br />

Mis ojos mirando al cielo se consumen: *<br />

¡Señor, que me oprimen, sal fiador por mí!<br />

Me has curado, me has hecho revivir, *<br />

la amargura se me volvió paz<br />

Cuando <strong>de</strong>tuviste mi alma ante la tumba vacía*<br />

y volviste la espalda a todos mi pecados.<br />

El abismo no te da gracias, +<br />

ni la muerte te alaba,*<br />

ni esperan en tu fi<strong>de</strong>lidad los que bajan a la fosa.<br />

Los vivos, los vivos son quienes te alaban: como yo ahora.<br />

el padre enseña a sus hijos tu fi<strong>de</strong>lidad.<br />

Sálvame, Señor, y tocaremos nuestras arpas *<br />

todos nuestros días en la casa <strong>de</strong>l Señor.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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97


ANTÍFONA<br />

Salmo 150<br />

Alabad al Señor en su templo, *<br />

alabadlo en su fuerte firmamento<br />

Alabadlo por su obras magníficas, *<br />

alabadlo por su inmensa gran<strong>de</strong>za.<br />

Alabadlo tocando trompetas, *<br />

alabadlo con arpas y cítaras.<br />

Alabadlo con tambores y danzas, *<br />

alabadlo con trompas y flautas.<br />

Alabadlo con platillos sonoros, +<br />

alabadlo con platillos vibrantes. *<br />

Todo ser que alienta, alabe al Señor.<br />

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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98


LECTURA BREVE<br />

Así dice el Señor: " En su aflicción madrugarán para buscarme y dirán: “Vamos a<br />

volver al Señor: él, que nos <strong>de</strong>spedazó, nos sanará; él, que nos hirió, nos vendará. En<br />

dos días nos sanará; al tercero nos resucitará; y viviremos <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él.”<br />

En lugar <strong>de</strong>l Responsorio se dice:<br />

CHRISTUS FACTUS EST<br />

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99


ANTÍFONA BENEDICTUS<br />

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100


Cántico: Luc. 1, 67-79<br />

Bendito sea el Señor, Dios <strong>de</strong> Israel, *<br />

porque ha visitado y redimido a su pueblo,<br />

suscitándonos una fuerza <strong>de</strong> salvación *<br />

en la casa <strong>de</strong> David, su siervo,<br />

según lo había predicho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antiguo *<br />

por boca <strong>de</strong> sus santos profetas.<br />

Es la salvación que nos libra <strong>de</strong> nuestros enemigos *<br />

y <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> todos los que nos odian;<br />

realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, *<br />

recordando su santa alianza,<br />

y el juramento que juró *<br />

a nuestro padre Abrahán.<br />

Para conce<strong>de</strong>rnos, que libres <strong>de</strong> temor,+<br />

arrancados <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> los enemigos, *<br />

le sirvamos en santidad y justicia, en su presencia todos nuestros días.<br />

Y a ti, niño, te llamarán, profeta <strong>de</strong>l Altísimo, *<br />

porque irás <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l Señor a preparar sus caminos,<br />

anunciando a su pueblo la salvación, *<br />

el perdón <strong>de</strong> sus pecados.<br />

Por la entrañable misericordia <strong>de</strong> nuestro Dios, *<br />

nos visitará el sol que nace <strong>de</strong> lo alto,<br />

para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra <strong>de</strong> muerte, *<br />

para guiar nuestros pasos por el camino <strong>de</strong> la paz.<br />

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo. +<br />

Como era en el principio, ahora y siempre, *<br />

por los siglos <strong>de</strong> los siglos. Amén.<br />

(Se repite la antífona)<br />

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101


PRECES<br />

Adoremos a nuestro Re<strong>de</strong>ntor, que por nosotros y por todos los hombres quiso morir<br />

ser sepultado para resucitar <strong>de</strong> entre los muertos, y supliquémosle, diciendo:<br />

Señor, ten piedad <strong>de</strong> nosotros.<br />

Oh Señor, que junto a tu cruz y a tu sepulcro tuviste a tu Madre dolorosa que participó<br />

en tu aflicción,<br />

- haz que tu pueblo sepa también participar en tu pasión.<br />

Señor Jesús, que como grano <strong>de</strong> trigo caíste en la tierra para morir y dar con ello fruto<br />

abundante,<br />

-haz que también nosotros sepamos morir al pecado y vivir para Dios.<br />

Oh Pastor <strong>de</strong> la Iglesia, que quisiste ocultarte en el sepulcro para dar la vida a los<br />

hombres, haz que nosotros sepamos también vivir escondidos contigo en Dios.<br />

Nuevo Adán, que, quisiste bajar al reino <strong>de</strong> la muerte para librar a los justos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el origen <strong>de</strong>l mundo, estaban sepultados allí,<br />

-haz que todos los hombres, muertos al pecado, escuchen tu voz y vivan.<br />

Cristo, Hijo <strong>de</strong>l Dios vivo, que has querido que por el bautismo fuéramos sepultados<br />

contigo en la muerte,<br />

- haz que, siguiéndote a ti, caminemos también nosotros en una vida nueva.<br />

Padre nuestro.<br />

Oración<br />

Seññor todopo<strong>de</strong>roso, cuyo Unigénito <strong>de</strong>scendió al lugar <strong>de</strong> los muertos y salió<br />

victorioso <strong>de</strong>l sepulcro, te pedimos que concedas a todos tus fieles, sepultados con<br />

Cristo por el bautismo, resucitar también con él a la vida eterna. Por nuestro Señor<br />

Jesucristo.<br />

V/ Podéis ir en paz<br />

.R/ Demos gracias a Dios.<br />

V/ El Señor esté con vosotros.<br />

R/Y con tu espíritu.<br />

V/ La bendición <strong>de</strong> Dios todopo<strong>de</strong>roso, Padre, Hijo + y Espíritu Santo, <strong>de</strong>scienda sobre<br />

vosotros.<br />

R/ Amén.<br />

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