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desean - Grupo Médico Las Lomas

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Información Médica Pediatría: Dra. Ingrid Gerold<br />

Los “caprichos” cuando<br />

nace un hermano<br />

Entonces cualquier actitud, molestia, tristeza o conducta<br />

va a desembocar en la interpretación esperable<br />

sobre los celos. Sin embargo se aprende a estar<br />

celoso o se aprende a amar según los modelos de comunicación.<br />

La doctora Francoise Dolto (pediatra y psicoanalista<br />

francesa, solía decir que “el corazón de las<br />

mamás se multiplica con cada hijo que nace”. Muchas<br />

veces las mamás sentimos que no seremos capaces<br />

de amar a otro hijo con la misma intensidad con que<br />

amamos al primero. Y así muchas veces la sensación de<br />

placer está unida a la del miedo a no poder (nos sentimos<br />

culpables). Estos sentimientos contradictorios son<br />

legítimos y facilitan los celos del hermano mayor.<br />

La tendencia de los adultos es satisfacer al hermano<br />

mayor a cualquier precio, “para que no sufra”. Lamentablemente,<br />

nos encontramos con resultados contrarios<br />

a los esperados: nunca está contento, llora, quiere más<br />

de lo mismo. Entonces nos apuramos a poner el rótulo<br />

de “está celoso”. En realidad aún no lo hemos ayudado<br />

a ocupar el lugar que le corresponde: el de hermano<br />

mayor con capacidades específicas para cuidar atender<br />

y amar al bebé.<br />

El nacimiento de un bebé permite a los adultos ejercer<br />

la tarea de fortalecer la hermandad, ubicando a los hermanos<br />

mayores en el lugar destacado que ocupan en la<br />

mirada de los más pequeños. Generalmente es un lugar<br />

de admiración. En lugar de buscar siempre lo que el niño<br />

quiere recibir, saturándolo de regalos y atendiendo<br />

cualquier pedido desmedido, pongámoslo en el lugar de<br />

ofrecer. Y somos los padres los que tenemos que priorizar<br />

el desenvolvimiento de esa virtud.<br />

Entonces, en lugar de echar a los niños para que no<br />

molesten, integrémoslos pidiéndoles pequeñas colaboraciones<br />

como alcanzarnos un pañal, alzar un momento<br />

al bebé, etc. Es con el nacimiento de un hermano que<br />

08<br />

Los adultos partimos del preconcepto de que un<br />

niño necesariamente va a estar celoso del<br />

hermano que nace.<br />

El corazón de las mamás se multiplica con cada hijo<br />

que nace.<br />

se nos activa nuestra generosidad. Es un momento propicio<br />

para desarrollar esta virtud tan escasa en esta<br />

época.<br />

También es importante liberar al hermano mayor. Con<br />

esto quiero decir que las madres muchas veces tenemos<br />

un sentimiento de culpa, por lo que “retenemos” al<br />

hermano en casa para que no se sienta desplazado, o no<br />

piense que ya no lo quiero como antes. En realidad el<br />

niño está horas esperando que la mamá termine de<br />

amamantar al bebé, de hacerlo dormir, de cambiarle el<br />

pañal... habría sido más provechoso para él ir a jugar a<br />

la plaza con la abuela, o ¡jugar en el jardín con otros<br />

niños!. También es un buen momento para que el padre<br />

se relacione más estrechamente con él, para el niño todo<br />

lo que hace con su padre es una aventura, es con él<br />

con quien hace las cosas más “osadas”.

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