desean - Grupo Médico Las Lomas

hora pueden ser el marco para estos momentos, en los
que además podemos vivir la exigencia y la obligación
de transmitir aquellas enseñanzas que sentimos no fuimos
capaces de hacer a lo largo del año: que coman mejor
en la mesa, que tiendan sus camas o que puedan
dialogar sin agredirse, pueden ser uno de los tantos objetivos
que nos proponemos lograr en estos cortos días
que nos mantienen cerca de ellos.
Como producto final de este panorama, este receso podría
alejarse mucho de un momento de feliz reencuentro
personal y familiar. Transformándose en el escenario
para la decepción, para el enojo, para la frustración.
En última instancia para el desencuentro, ya que casi
sin quererlo, se oscilará entre las equivocadas posturas
de ceder en los espacios personales a favor de los comunes
así como el de mantener las propias gratificaciones
a ultranza, aún a costa de lo familiar.
El desafío consistirá por lo tanto, en amar nuestras necesidades
y las de las personas a quienes amamos. Y
promover en nuestros hijos las mismas actitudes de respeto
y tolerancia, que en última instancia deseamos
aprendan de nosotros.
Que cierto flexible orden externo posibilite los intereses
de cada uno y en un ámbito de confiabilidad y cariño
cada uno pueda pensar en lo que es importante para
sí mismo y para el otro.
La verdadera felicidad no es hacer lo que se quiere
sino el amar lo que hacemos, con total naturalidad.
Que una mirada comprensiva nos permita como padres
conocer qué aspectos del aprendizaje de nuestros hijos
serán los objetivos para el año que se inicia, y que no
se transformen en compulsivos ordenadores del tiempo
de vacaciones.
Que nuestros hijos conozcan nuestras necesidades y
que aprendan a respetarlas los hará respetuosos para
los demás y serán capaces de hacerse respetar frente a
otros.
Que entre los padres cada uno perciba y aliente entre
sí sus ansias personales y reserven espacios de intimidad,
los fortalecerá en su crecimiento mutuo.
El cambio de ritmo en la convivencia es una oportunidad
invalorable para profundizar el conocimiento personal,
la cambiante realidad de cada uno de los integrantes
de la familia y el reencuentro.
Generar espacios para compartir entre todos experiencias
de goce nos permite sentirnos más unidos.
Si estos pasan a ser los objetivos del tiempo compartido,
probablemente las vacaciones serán algo más que
obtener el descanso físico merecido, se transformarán
en una experiencia de crecimiento personal y familiar.
Habremos crecido en nuestra capacidad de amar y les
habremos enseñado a nuestros hijos, que la verdadera
felicidad no es tanto en hacer lo que se quiere sino en
amar lo que hacemos.
Les habremos transmitido que vivir en familia es lograr
que cada uno, respetado en su individualidad, sienta la
enorme fuerza que da el amor y los ideales compartidos.
Lic. Pilar González Morón
Colegio Saint Mary of the Hills
"El deseo de Saint Mary of the Hills School
es que todos los niños vivan una Navidad en Paz
y conozcan el amor de Dios"
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