desean - Grupo Médico Las Lomas

No olvidemos que los caprichos son sólo una demanda
secundaria que hace el niño, siempre pensemos cuál fue
la demanda primaria: tal vez no nos sentamos sólo 10
minutos a jugar con él, siempre que nos lo pide, tenemos
algo que hacer (atender al bebé, atender el teléfono,
la puerta, etc.), el niño finalmente rompe en llanto
(de manera irracional) cuando pide un caramelo que no
le compramos en el kiosco, pero probablemente sea por
aquella demanda primera de dedicación exclusiva de minutos
que no supimos escuchar.
El nacimiento de un bebé permite la tarea de fortalecer la hermandad ubicando a los hermanos mayores
en un lugar destacado, la mirada de los más pequeños.
Llegan las vacaciones
Ahora llega el tiempo de unas merecidas vacaciones,
y aunque lo sepamos, quiero realizar un pequeño
comentario de reflexión sobre cuidados y precauciones
que los padres debemos tener en cuenta.
Muchas veces las mamás nos preocupamos ante la
llegada de las vacaciones de nuestros hijos, ¡qué programas
organizaremos para que no se aburran!
Pero también tenemos que tener en cuenta que los
chicos necesitan disfrutar de la casa, durante todo el
año escolar ellos se ven privados de conocer la rutina
diaria de su casa, pasan largas horas en el colegio y
ya a fin de año los notamos agotados. Ellos pueden
disfrutar ahora de remolonear en la cama, de desayunar
con todo el tiempo del mundo de almorzar a deshora
y de esperar descansados y no sobrexcitados de
la llegada de papá del trabajo. No siempre ir de un lado
al otro con programas que impresionan “geniales”
son lo mejor para ellos.
Las madres muchas veces nos vemos exigidas de ofrecerle
“lo mejor” y nos olvidamos de que lo mejor está
también en casa. Esta nueva adaptación hace que los
niños comiencen a jugar más en su cuarto, a descubrir
juguetes olvidados en el armario, ahora tienen
tiempo de disfrazarse, a dormir una siesta, a cocinar
una torta con mamá, etcétera.
Prevención
Como siempre los pediatras remarcamos que las piletas
tengan cerco, con la abertura en buenas condiciones,
no dejar la llave a mano de los chicos ni de los
que son ya más grandes porque tal vez no tengan la
responsabilidad de cerrarla cada vez que entran y salen.
No dejar sillas livianas que los niños puedan arrimarlas
al cerco para poder treparlo. Tener en cuenta
que los niños menores de 4 años aunque sepan nadar
pueden ahogarse si se caen en la pileta. Revisar los
costados donde se fija el cerco a las paredes, revisar
que ningún perro haya excavado debajo del cerco y
deje la posibilidad de que un niño pase reptando por
debajo. Siempre tener la pileta limpia y sin colchonetas
que impidan ver el fondo de la pileta.
Dra. Ingrid Gerold
09