D. Juan Manzorro Burguillos - Consejo Local de HH. y CC. de Cádiz

PREGÓN DE LA SEMANA SANTA CÁDIZ 2013
de sus hogares y empujadas al abismo por los poderosos de las finanzas que
saben muchísimo de macroeconomía pero no entienden nada de humanidad.
Madre y Patrona nuestra dale tu aliento a los enfermos de soledad. Y bendice
a las personas grandes de corazón que trabajan en Cáritas y en otras asociaciones
de la Iglesia que están al lado de los que sufren y hacen de su vida un camino
de entrega a los demás y un noble ejercicio de amor al prójimo.
Nazareno de Santa María, aleja a los jóvenes de la maldita droga que
malogra tantas vidas por culpa de traficantes miserables que solo conocen el
valor del dinero negro y sucio.
Señora de Santo Domingo, ante Ti entono mi canto de gracias a la
vida. Déjame pedirte por todas las madres del mundo que son el manantial
del que brota la ternura y por los niños inocentes que sufren abusos y violencia.
Mi recuerdo para Ruth y José, los niños de Córdoba, martirizados tal vez
por la maldad de un padre sin corazón. La Justicia de los hombres dictaminará
si es culpable o no y la ley de Dios dirá la última palabra.
Madre del Rosario, te pido que protejas a los gaditanos. Señor de Cádiz,
bendice a esta ciudad de nuestros amores que nos cobija y acoge.
GRACIAS, CADIZ, CIUDAD DE MIS SUEÑOS.
Suena Marcha Caridad del Guadalquivir
El pregón se acerca ya a la recogida. El pregonero abrió las ventanas
del alma para que se asomaran sus sentimientos en torno a la pasión según
Cádiz. Buscó las palabras en la hucha de barro donde guarda las alegrías y las
penas. Quiso que el viento de levante aireara por las esquinas de las calles
gaditanas un mensaje de fe, ilusión, esperanza y vida. Le puso voz a los dulces
recuerdos de ayer, a la suave nostalgia que siente hoy y a la melancólica
ausencia de siempre representada por la figura de una madre buena y generosa
que hace ya treinta y ocho años me planchó mi primera túnica de penitente
con la que acompañé a los Titulares de la Cofradía de mi vida: la Hermandad
del Santísimo Cristo del Descendimiento y Nuestra Señora de los Dolores.
Sé, mamá Gertrudis, que esta mañana te hubiera gustado estar aquí junto a
la mujer que me acompañara en el transito por la vida hasta que seamos viejos
y se llenen de arrugas su risa de muchacha. Tambien yo hubiera deseado
tenerte a mi lado para darte el beso mas dulce y tierno. Como te siento cerca
quiero volver a decirte que no pienses que el niño está triste. Hoy no. No
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