Teatro De Títeres Rito Y Metáfora
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<strong>De</strong>sde este punto de vista, la acción social al ser comunicable -ya que plantea la relación<br />
con el otro y con otros- es una relación eminentemente simbólica; de aquí que la<br />
significación es compartida y, por tanto, pública; de esta forma, la cultura consta de<br />
estructuras de significación socialmente establecidas, donde la acción humana es vista<br />
como acción simbólica, es decir, una acción que posee un determinado significado y, por<br />
ende, conlleva un proceso de interpretación constante, “hay que atender a la conducta y<br />
hacerlo con cierto rigor porque es en el fluir de la conducta –o, más precisamente, de la<br />
acción social- donde las formas culturales encuentran articulación” (ibid:30). Al concebir la<br />
acción social como simbólica se nos abre una puerta que nos permite observar e interpretar<br />
la realidad más allá de los hechos sociales concretos, muchas veces “enigmáticos en la<br />
superficie”, preocuparnos no por “qué son”, sino por “qué se dice a través de ellos”,<br />
preguntarnos constantemente por el sentido de estas acciones, como nos cuenta Geertz en<br />
su experiencia…si son burla o desafío, ironía o cólera, etc., lo que se expresa a través de su<br />
existencia concreta y por su representación. En síntesis, entendemos la cultura como<br />
“sistemas en interacción de signos interpretables” (ibid:27) . Esta interacción social esta<br />
íntimamente ligada a la interpretación que hacen las personas de ellas, a su vez, esta<br />
interpretación se construye y se reelabora a cada instante, por lo que es necesario<br />
desarrollar una aproximación dinámica de la cultura. Rosaldo (1991) nos invita a<br />
centrarnos más en las intenciones de los actores que en los objetivos determinantes de la<br />
acción humana, con el fin de comprender la cultura como un proceso activo de cambios, de<br />
significaciones que se van reelaborando y modificando; como a su vez, observara Geertz,<br />
“...los sistemas de símbolos...no están dados en la naturaleza de las cosas, sino que están<br />
construidos históricamente, son socialmente mantenidos e individualmente aplicados”<br />
(2001: 301).<br />
Por otro lado, al contrario de las posturas clásicas que conciben la cultura como un todo<br />
autónomo constituido de patrones coherentes, Rosaldo propone que “la cultura también<br />
puede ser concebida como una formación más poderosa de intersecciones donde los<br />
procesos se entrelazan dentro de los limites o más allá de estos” (1991: 31), es decir,<br />
entenderla como un espacio de interacción de procesos donde coexisten procesos de<br />
cambio, de inconsistencias internas, conflictos y contradicciones dentro de la cultura y, a la<br />
vez, de procesos “individuales” como los de genero, edad, estatus y experiencias únicas que<br />
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