2.02 Pequeño saltimbanqui - Salesianos
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memorias notas históricas del oratorio<br />
indicadores y reflexión<br />
2.2<br />
Don Bosco narra cómo se prepara para ser sacerdote<br />
« Seguí con gusto el sabio consejo de Don Cafasso, y el 3 de noviembre de 1841 entré en el Colegio de San<br />
Francisco de Asís para jóvenes sacerdotes. ( ) Se puede afirmar que el Colegio Eclesiástico viene a ser un<br />
complemento de los estudios teológicos. Allí se aprendía a ser sacerdote.<br />
Las cárceles, los hospitales, los púlpitos, las instituciones benéficas, los enfermos en sus propias casas,<br />
las ciudades y los pueblos, los palacios de los grandes y los tugurios de los pobres experimentaron los<br />
saludables efectos del celo de estas tres lumbreras del clero turinés: Don Guala, Don Cafasso y<br />
Estos eran los tres modelos que la divina providencia me ponía delante. A mí sólo, me quedaba seguir sus<br />
huellas, su doctrina y su virtud.<br />
Don Cafasso, que desde seis años atrás era mi mentor, fue también mi director espiritual y, si he hecho<br />
algún bien, a este digno eclesiástico se lo debo, pues puse en sus manos todas mis aspiraciones, todas<br />
mis decisiones y todas mis actuaciones. Empezó primero por llevarme a las cárceles, en donde aprendí<br />
enseguida a conocer cuán grande es la malicia y la miseria de los hombres. Me horroricé al contemplar<br />
cantidad de muchachos, de doce a dieciocho años, sanos y robustos, de ingenio despierto, que estaban<br />
allí ociosos, roídos por los insectos y faltos en absoluto del alimento espiritual y material. En estos infelices<br />
estaban personificados el oprobio de la patria, el deshonor de la familia y su propia infamia. Pero ¡cuál no fue<br />
mi asombro y mi sorpresa cuando me di cuenta de que muchos de ellos salían con propósito firme de una<br />
vida mejor y que luego volvían a ser conducidos al lugar de castigo de donde habían salido pocos días antes!<br />
En esas ocasiones constaté que algunos volvían a la cárcel porque estaban abandonados a sí mismos.<br />
«¡Quién sabe -decía para mí- si estos muchachos tuvieran fuera un amigo que se preocupase de ellos y los<br />
atendiese e instruyese en la religión los días festivos, quién sabe si no se mantendrían alejados de su ruina,<br />
o por lo menos si no se reduciría el número de los que vuelven a la cárcel!»<br />
Comuniqué mi pensamiento a don Cafasso y, con su consejo y su luz, me puse a estudiar la manera de<br />
llevarlo a cabo, dejando el éxito en manos del Señor, sin el cual resultan vanos todos los esfuerzos de los<br />
hombre»<br />
Ámbito personal<br />
Reviso mis actitudes personales:<br />
¿Utilizo solamente el lenguaje verbal y conceptual para expresarme?<br />
¿Cómo reaccionarían los chicos/as si les contara una emoción o vivencia personal?<br />
¿Tengo miedo a perder mi prestigio si me vieran comunicando emociones, experiencias...?<br />
Sumergidos en la realidad<br />
Los educadores ¿utilizamos el lenguaje de la imagen, la música y el gesto con frecuencia?<br />
Tenemos cursillos especiales para aprender el uso y manejo de nuevos medios comunicación.<br />
... y si no los tenemos, ¿cómo los podríamos tener? ¿qué precisamos aprender en este campo?<br />
Destinatarios<br />
Memorias del Oratorio nº 39<br />
Les ayudamos a superar la comunicación superficial del móvil.<br />
Tenemos un proyecto de psicomotricidad, teatro y expresión corporal adaptados a sus edades.<br />
Preparamos las celebraciones con lenguajes juveniles... sin convertirlas en espectáculo.<br />
Podríamos hacer un cursillo de «expresión corporal» o «expresión no-verbal» ¿Cómo?<br />
Cuidamos el teatro y la música: festivales de Navidad, D. Bosco, Madre Mazzarello, Mª Auxiliadora,<br />
Fin de curso...