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9.- Tema 08: La fiesta costó mucho - Pastoral Juvenil

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<strong>Pastoral</strong> <strong>Juvenil</strong><br />

04<br />

año? ¿Aceptará el Señor miles de carneros, millares de torrentes de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito<br />

por mi rebeldía, al fruto de mis entrañas por mi propio pecado? Se te ha indicado, hombre, qué es lo<br />

bueno y qué exige de ti el Señor: nada más que practicar la justicia, amar la fidelidad y caminar<br />

humildemente con tu Dios” (Miq 6, 5-7). Dios dejaba claro que el precio del pecado del hombre era<br />

muy alto y que matar algunas reses no ayudaría <strong>mucho</strong>, fue así que los profetas iniciaron el anunció de la<br />

próxima llegada del Mesías y de lo que Él tendría que hacer para salvar al hombre. Precisamente el profeta<br />

Isaías fue quien escribió un himno que llamamos el “Cantico del Siervo doliente”, en el cual se anuncia<br />

que vendrá alguien que sería traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades (cfr.<br />

Is 53, 5) y que el sacrificio de este siervo sería tomado en cuenta por Dios: “A causa de tantas fatigas, Él<br />

verá la luz y, al saberlo, quedará saciado. Mi Servidor justo justificará a <strong>mucho</strong>s y cargará sobre sí las faltas<br />

de ellos” (Is 53, 11).<br />

Dios nos mostraba desde aquel momento, que el sacrificio redentor de la humanidad vendría de un<br />

hombre que superara la tragedia del pecado del mismo hombre, y este sería Jesús; la doctrina de la Iglesia<br />

afirma que “<strong>La</strong> muerte redentora de Jesús cumple, en particular, la profecía del Siervo doliente. Jesús<br />

mismo presentó el sentido de su vida y de su muerte a la luz del Siervo doliente” (CEC 601)<br />

Sintetizando esto podemos afirmar que fue voluntad del Padre enviar a su propio Hijo, para que con el<br />

sacrificio de su vida todo el género humano se salvara de la muerte y la esclavitud del pecado.<br />

Como ves, el pago era muy alto, ¡¡<strong>La</strong> <strong>fiesta</strong> <strong>costó</strong> <strong>mucho</strong>!! Porque, ¿qué padre es capaz de ofrecer la vida de<br />

su único hijo para salvar la vida de un asesino? Es necesario darnos cuenta de las dimensiones exageradas<br />

del amor que Dios siente y tiene por cada uno de nosotros, porque el costo de esa decisión incluía distintas<br />

dimensiones:<br />

1) Jesús al encarnarse vive su primer humillación “Él siendo de condición divina, no reivindicó en<br />

los hechos, la igualdad con Dios sino que se despojó tomando la condición de servidor y llegó a<br />

ser semejante a los hombres” (Filp 2, 6-7). Es decir, podemos imaginarnos a un Rey viviendo en<br />

un establo, acercándose a la gente que nadie quiere, y al final morir a manos de su pueblo de una<br />

forma humillante; solo pensando así podemos acercarnos un poco al misterio de la humillación<br />

de Jesús que no era un simple Rey, sino que era Dios mismo.<br />

2) Jesús el Hijo Único de Dios, asume su condición de siervo, de hijo de familia y él que es Dios,<br />

se hace obediente a sus padres, con ellos aprender a servir y se desarrolla como cualquier ser<br />

humano, menos en el pecado. Crece en “sabiduría, en edad y en gracia tanto para Dios como para<br />

los hombres” (Lc 2, 52). Su vida fue una vida ordinaria; las maravillas de Ángeles que anunciaron<br />

su llegada, de pastores que llegan para alabarlo, y de Reyes que lo visitan para adorarlo había<br />

terminado, la vida seguía su curso cotidiano sin más milagros que encontrarse con Dios en la<br />

vida ordinaria. No hubo palacios, sino un modesto hogar, no hubo sirvientes sino más bien la<br />

enseñanza para ser servidor. Jesús tenía que pagar, para el banquete al que esperaba invitar al<br />

hombre, y empezó desde su infancia a preparar el gran pago final.<br />

3) Inicia su vida pública y la ejecución de las últimas notas del plan de Salvación que él llevaría a<br />

acabo. Jesús asume la voluntad de su Padre que consistía en salvar a todos los hombres, la<br />

Iglesia afirma que “Jesús al aceptar en su corazón humano el amor del Padre hacia los hombres,<br />

«los amó hasta el extremo» (Jn 13, 1) porque «nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus<br />

amigos» (Jn 15, 13). Jesús el hijo único de Dios, se prepara para vivir un sacrificio de obediencia, un<br />

sacrificio que en el Antiguo Testamento representaron Abraham y su hijo Isaac, pero aquella vez<br />

Dios detuvo el sacrificio, con Jesús no pasó lo mismo. El amor del Padre se pone de manifiesto<br />

en el curso de la historia de Jesús.

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