11.05.2013 Views

“Que os dispongáis para mucho” - jesuitas aragón

“Que os dispongáis para mucho” - jesuitas aragón

“Que os dispongáis para mucho” - jesuitas aragón

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>“Que</strong> <strong>os</strong> <strong>dispongáis</strong> <strong>para</strong> <strong>mucho”</strong><br />

Selección de cartas de Javier<br />

por Carl<strong>os</strong> Mª Sancho SJ


I n d i c e<br />

__________________________________________________________<br />

Introducción ....................................................... 3<br />

I. Desde Lisboa<br />

A l<strong>os</strong> PP. Ignacio de Loyola y Nicolás Bobadilla,<br />

Roma ..................................................... 4<br />

A l<strong>os</strong> PP. Ignacio de Loyola y Juan Coduri ... 6<br />

II. Desde Goa<br />

A sus compañer<strong>os</strong> residentes en Roma ....... 7<br />

Al P. Ignacio de Loyola, Roma ...................... 9<br />

III. Desde un continuo ir y venir<br />

A sus compañer<strong>os</strong> residentes en Roma ....... 11<br />

A sus compañer<strong>os</strong> de Europa ....................... 14<br />

Al P. Ignacio de Loyola, Roma ...................... 17<br />

IV. Desde Japón<br />

A sus compañer<strong>os</strong> residentes en Goa .......... 20<br />

V. Hacia China<br />

Al P. Ignacio de Loyola, Roma ...................... 24


PROVINCIA DE ARAGON La Cenia, 10<br />

de la Compañía de Jesús 46001 VALENCIA<br />

Provincial Tel: 96 391 61 05<br />

Fax: 96 392 07 54<br />

E-mail: proarag@<strong>jesuitas</strong>.es<br />

Querid<strong>os</strong> compañer<strong>os</strong>:<br />

Valencia, 1 enero 2006<br />

En este próximo año 2006, en que celebram<strong>os</strong> l<strong>os</strong> 500 añ<strong>os</strong> del<br />

nacimiento de Javier, <strong>os</strong> quiero felicitar el Año Nuevo con un<strong>os</strong> fragment<strong>os</strong><br />

de algunas cartas de Javier<br />

Durante este año las cartas de Javier han sido una de mis lecturas<br />

preferidas. El contacto con su experiencia, dese<strong>os</strong>, ilusiones, dificultades…<br />

me ha ayudado a sentirme más cercano al carisma original de<br />

la Compañía, tal como lo vivió Javier. La experiencia personal de Javier<br />

es irrepetible, pero la lectura de sus cartas, a pesar de la distancia en el<br />

tiempo y en el espacio, me ha ayudado a confrontarme con sus sentimient<strong>os</strong>,<br />

consolaciones, dese<strong>os</strong> e ilusiones, a partir de la realidad comunitaria<br />

y ap<strong>os</strong>tólica en que vivo hoy.<br />

Como esa lectura orante de sus cartas me ha hecho mucho bien,<br />

he pensado que quizá podría ser útil también a algun<strong>os</strong> de mis compañer<strong>os</strong>,<br />

y me he decidido a compartirla con v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>. He seleccionado fragment<strong>os</strong><br />

de aquellas cartas que han encontrado mayor eco en mí. Tras<br />

cada carta he añadido unas sugerencias o p<strong>os</strong>ibilidades de implicación<br />

personal que remiten a l<strong>os</strong> mism<strong>os</strong> text<strong>os</strong>, y al final he añadido un texto<br />

oracional.<br />

Os l<strong>os</strong> ofrezco con el deseo de que “<strong>os</strong> <strong>dispongáis</strong> <strong>para</strong> <strong>mucho”</strong>,<br />

como dice el mismo Javier. También cada carta, o grupo de ellas, pueden<br />

ser utilizadas en alguna reunión comunitaria. Así podríam<strong>os</strong> crecer un<br />

poco, en este año de Javier, en la mutua comunicación al compartir con<br />

l<strong>os</strong> compañer<strong>os</strong> nuestra realidad más personal, nuestr<strong>os</strong> problemas, dese<strong>os</strong>,<br />

ilusiones y debilidades, <strong>para</strong> sentirn<strong>os</strong> entre n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, y con Javier,<br />

miembr<strong>os</strong> de un mismo cuerpo.<br />

Con mi fraternal abrazo y mi deseo de un ¡Feliz año 2006 con<br />

Javier!<br />

Carl<strong>os</strong> Mª Sancho, SJ<br />

Provincial


I. DESDE LISBOA<br />

A LOS PADRES IGNACIO DE LOYOLA Y NICOLÁS<br />

BOBADILLA, ROMA<br />

Lisboa 23 de julio 1540<br />

Javier llega a Lisboa a<br />

finales de junio de 1540.<br />

Esta es la primera carta<br />

que le escribe a Ignacio,<br />

desde Lisboa, en la cual<br />

le cuenta el viaje desde<br />

Roma y cómo le han recibido<br />

l<strong>os</strong> reyes de Portugal.<br />

Javier le habla de sus<br />

tareas ap<strong>os</strong>tólicas en la<br />

ciudad y de sus dese<strong>os</strong>.<br />

La gracia y amor de Cristo nuestro Señor sea siempre<br />

en, nuestra ayuda y favor. Amén. […]<br />

3. El día que llegué en Lisboa, hallé a nuestro Simón,<br />

que aquel mismo día esperaba la cuartana; y con mi venida<br />

fue tanto el placer que recibió, y tanto el mío con el suyo, y<br />

juntad<strong>os</strong> entramb<strong>os</strong> placeres causaron tal efecto, que echaron<br />

fuera la cuartana, de manera que aquel día ni otro le tomó la<br />

fiebre, y esto ha ya un mes. El está muy bueno y hace mucho<br />

fruto. De acá <strong>os</strong> hago saber cómo hay muchas personas<br />

devotas nuestras, y tantas, que tenem<strong>os</strong> mucho trabajo en no<br />

poder cumplir con todas, por ser ellas personas de cualidad y<br />

por no tener tiempo.<br />

4. Acá hay muchas buenas personas que viven con<br />

dese<strong>os</strong> de servir a nuestro Señor, si hubiese quien les ayudase,<br />

dándoles algun<strong>os</strong> ejercici<strong>os</strong> espirituales, <strong>para</strong> poner en<br />

obra el bien que de día en día difieren de hacer; […]<br />

principalmente aquell<strong>os</strong> que, contra toda razón, procuran de<br />

traer a nuestro Señor adonde ell<strong>os</strong> desean, no queriendo ir a<br />

donde Di<strong>os</strong> nuestro Señor l<strong>os</strong> llama; dejánd<strong>os</strong>e guiar más por<br />

sus desordenadas afecciones, que por l<strong>os</strong> buen<strong>os</strong> dese<strong>os</strong> que<br />

en ell<strong>os</strong> habitan; de ést<strong>os</strong> es de tener más compasión que<br />

envidia, viéndol<strong>os</strong> caminar tanto cuesta arriba y por un camino<br />

tan difícil y peligr<strong>os</strong>o, y en pago de tant<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> venir a<br />

<strong>para</strong>r en un fin tan trabaj<strong>os</strong>o. […]<br />

7. Procuran acá muchas personas conocidas nuestras,<br />

impedir nuestra partida <strong>para</strong> las Indias pareciéndoles que acá<br />

harem<strong>os</strong> más fruto en confesiones, particulares conversaciones,<br />

ejercici<strong>os</strong> espirituales, en ministrar l<strong>os</strong> sacrament<strong>os</strong> y<br />

exhortando las personas a las frecuentes confesiones y comuniones,<br />

y en predicar, que si fuésem<strong>os</strong> a las Indias. Procura el<br />

confesor del rey y el predicador que no vayam<strong>os</strong>, sino que<br />

quedem<strong>os</strong> acá, diciendo que harem<strong>os</strong> más fruto. C<strong>os</strong>a es <strong>para</strong><br />

maravillar el fruto que dicen que habem<strong>os</strong> de hacer en las<br />

Indias: y esto dicen personas que han estado allá much<strong>os</strong><br />

añ<strong>os</strong>, por ver la gente muy aparejada <strong>para</strong> recibir la fe de<br />

Cristo nuestro Señor, diciendo que, si este modo de proceder,<br />

tan remoto de toda especie de avaricia, tenem<strong>os</strong> allá, como lo<br />

tenem<strong>os</strong> acá, que no dudan sino que en poc<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> convertirem<strong>os</strong><br />

d<strong>os</strong> o tres rein<strong>os</strong> de idólatras a la fe de Cristo, cuando<br />

en n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> vieran y conocieren que no buscam<strong>os</strong> otro sino la<br />

salud de las ánimas. Grande es la esperanza que acá n<strong>os</strong> dan<br />

l<strong>os</strong> que han estado much<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> en las Indias, del fruto, que<br />

allá habem<strong>os</strong> de hacer en servicio de Di<strong>os</strong> nuestro Señor.<br />

8. Acá mucho procuram<strong>os</strong> de buscar algun<strong>os</strong> clérig<strong>os</strong>,<br />

l<strong>os</strong> cuales, por solo servicio de Di<strong>os</strong> y salvación de las ánimas,<br />

quieran ir a las Indias con n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>. N<strong>os</strong> parece al presente<br />

que en ninguna c<strong>os</strong>a más podem<strong>os</strong> acá servir al Señor, que en<br />

buscar alguna compañía; porque siendo una docena de clérig<strong>os</strong>,<br />

tod<strong>os</strong> de una misma voluntad y querer, no es men<strong>os</strong> sino<br />

que habem<strong>os</strong> de hacer mucho fruto; y acá ya se van descu-


iendo algun<strong>os</strong>. Un clérigo, conocido nuestro de París, n<strong>os</strong> ha<br />

prometido de venir con n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, y morir y vivir con n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, y<br />

de ir con l<strong>os</strong> mism<strong>os</strong> dese<strong>os</strong> que vam<strong>os</strong>. Este creem<strong>os</strong> que<br />

será muy cierto, porque tiene dadas muchas prendas de sí.<br />

Hay otro de epístola, que en breve será clérigo, que se ofrece<br />

de mucha voluntad; y sin esto, está un doctor médico, muy<br />

conocido nuestro de París, que tiene prometido de venir con<br />

n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, y solamente de usar de medicina, según viere que le<br />

ayuda <strong>para</strong> salvar las ánimas y traerlas en conocimiento de su<br />

Creador y Señor, y no por interés temporal.<br />

9. […] Lo que a nuestro Señor muy mucho rogam<strong>os</strong> es<br />

que aumente la fe de aquell<strong>os</strong> que tienen de n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> alguna<br />

opinión o esperanza. Y por la opinión que de n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> tienen,<br />

confiam<strong>os</strong> mucho en Di<strong>os</strong> nuestro Señor que, no mirando a<br />

n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, sino a la fe de l<strong>os</strong> que n<strong>os</strong> desean oír, que n<strong>os</strong> ha de<br />

dar saber y gracia, <strong>para</strong> que podam<strong>os</strong> consolarn<strong>os</strong> y predicarles<br />

las c<strong>os</strong>as que son necesarias o útiles.<br />

De Lisboa a 23 de julio, año 1540.<br />

Por tod<strong>os</strong> est<strong>os</strong> vuestr<strong>os</strong> en el Señor carísim<strong>os</strong>,<br />

Francisco<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

¿Qué actualidad tiene, <strong>para</strong> ti, el modo de vivir y sentir de<br />

Javier?<br />

• Simón Rodrigues y Javier no viajaron junt<strong>os</strong> a Lisboa. El<br />

reencuentro de l<strong>os</strong> d<strong>os</strong> amig<strong>os</strong> produce efect<strong>os</strong><br />

inesperad<strong>os</strong> en Simón, como si la amistad fuese<br />

sanadora.<br />

• Javier, en Lisboa, quiere ayudar a muchas personas<br />

buenas con algun<strong>os</strong> Ejercici<strong>os</strong> <strong>para</strong> que vayan a donde el<br />

Señor les llama, en lugar de dejarse guiar por sus<br />

“desordenadas afecciones”. Resuena en el texto la<br />

experiencia de Javier en sus propi<strong>os</strong> Ejercici<strong>os</strong>.<br />

• El párrafo se centra en el fruto que Javier hace en Lisboa<br />

y en el que espera hacer en las Indias. Se ve claro cómo<br />

vive Javier la Fórmula del Instituto: conversaciones,<br />

ejercici<strong>os</strong>, sacrament<strong>os</strong>, pobreza, servicio de Di<strong>os</strong> nuestro<br />

Señor, salud de las ánimas, la misión,…<br />

• Javier anima a quienes se le quieran unir en su misión,<br />

tanto clérig<strong>os</strong> como laic<strong>os</strong>.<br />

Oración de Javier por la conversión de l<strong>os</strong> gentiles:<br />

(Goa, probablemente en 1548)<br />

Eterno Di<strong>os</strong>, Criador de todas las c<strong>os</strong>as, acuérdate que<br />

tú solo creaste las almas de l<strong>os</strong> infieles, haciéndolas a<br />

tu imagen y semejanza. Mira, Señor, cómo en oprobio<br />

tuyo se llenan de ellas l<strong>os</strong> infiern<strong>os</strong>. Acuérdate, Señor,<br />

que tu Hijo Jesucristo padeció por ellas, derramando<br />

tan liberalmente su sangre. No permitas, Señor, que el<br />

mismo Hijo tuyo y Señor nuestro sea por más tiempo<br />

despreciado de l<strong>os</strong> infieles; antes aplacado por l<strong>os</strong><br />

rueg<strong>os</strong> de l<strong>os</strong> sant<strong>os</strong>, elegid<strong>os</strong> tuy<strong>os</strong>, y de la Iglesia<br />

beatísima, esp<strong>os</strong>a de tu mismo Hijo, acuérdate de tu<br />

misericordia, y olvidado de su idolatría e infidelidad,<br />

haz que también ell<strong>os</strong> conozcan al que enviaste<br />

Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que es salud,<br />

vida y resurrección nuestra, por el cual som<strong>os</strong> libres y<br />

n<strong>os</strong> salvam<strong>os</strong>, a quien sea gloria por l<strong>os</strong> infinit<strong>os</strong> sigl<strong>os</strong><br />

de l<strong>os</strong> sigl<strong>os</strong>. Amén.


A LOS PADRES IGNACIO DE LOYOLA Y JUAN CODURI,<br />

ROMA<br />

Lisboa, 18 de marzo de 1541<br />

Es la cuarta y última<br />

carta que escribe<br />

Javier a Ignacio<br />

desde Lisboa, 20<br />

días antes de partir<br />

hacia Goa.<br />

La gracia y amor de Cristo nuestro Señor sea siempre<br />

en nuestra ayuda y favor.<br />

2. […] Micer Paulo [Camerte] y otro, portugués [Francisco<br />

Mansilhas], y yo partim<strong>os</strong> esta semana a las Indias; y según<br />

la mucha disp<strong>os</strong>ición que hay en aquellas tierras <strong>para</strong> convertir<br />

ánimas, a lo que n<strong>os</strong> dicen tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> que han estado allá<br />

much<strong>os</strong> añ<strong>os</strong>, esperam<strong>os</strong> en Di<strong>os</strong> nuestro Señor que habem<strong>os</strong><br />

de hacer mucho fruto. […]<br />

5. Creo que Di<strong>os</strong> nuestro Señor, por la mucha fe de<br />

algunas personas que de n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> tienen alguna opinión, y por<br />

la necesidad que tienen de nuestr<strong>os</strong> pequeñ<strong>os</strong> y flac<strong>os</strong> servici<strong>os</strong>,<br />

gentes que no conocen a Di<strong>os</strong> y dan culto a l<strong>os</strong> demoni<strong>os</strong>,<br />

no podem<strong>os</strong> dudar, puesta toda nuestra esperanza en<br />

Di<strong>os</strong>, sino que habem<strong>os</strong> de servir a Cristo nuestro Señor, y<br />

ayudar nuestr<strong>os</strong> prójim<strong>os</strong>, trayéndol<strong>os</strong> a verdadero conocimiento<br />

de la fe.<br />

6. […] Os rogam<strong>os</strong>, padres, y <strong>os</strong> suplicam<strong>os</strong> una y otra<br />

vez en el Señor por aquella nuestra estrechísima amistad en<br />

Cristo Jesús, que n<strong>os</strong> escribáis l<strong>os</strong> avis<strong>os</strong> y medi<strong>os</strong> <strong>para</strong> más<br />

servir a Di<strong>os</strong> nuestro Señor, que allá <strong>os</strong> pareciere que debem<strong>os</strong><br />

de hacer, pues tanto deseam<strong>os</strong> la voluntad de Cristo<br />

nuestro Señor por v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> sern<strong>os</strong> manifestada; y en vuestras<br />

oraciones ultra de la ac<strong>os</strong>tumbrada memoria, otra más<br />

particular <strong>os</strong> pedim<strong>os</strong> que tengáis, pues la larga navegación y<br />

nueva contratación de gentiles, con nuestro poco saber, pide<br />

más y más favor del ac<strong>os</strong>tumbrado. […]<br />

9. De acá no hay más que hacer<strong>os</strong> saber más de cuanto<br />

estam<strong>os</strong> <strong>para</strong> embarcar. Cesam<strong>os</strong> rogando a Cristo nuestro<br />

Señor n<strong>os</strong> dé gracia de vern<strong>os</strong> y juntarn<strong>os</strong> en la otra vida<br />

corporalmente, pues en ésta no sé si más n<strong>os</strong> verem<strong>os</strong>, así<br />

por la mucha distancia de Roma a la India, como por la mucha<br />

mies que allá hay sin irla a buscar a otra parte. Y quien primero<br />

fuere a la otra vida y allá no encontrara al Hermano que ama<br />

en el Señor, ruegue a Cristo nuestro Señor que a tod<strong>os</strong> allá en<br />

su gloria n<strong>os</strong> junte.<br />

De Lisboa a 18 de marzo de 1541.<br />

Por tod<strong>os</strong> est<strong>os</strong> vuestr<strong>os</strong> en el Señor dilect<strong>os</strong>,<br />

Francisco de Xavier.<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

Misión y amig<strong>os</strong> en el Señor. Experiencia doble, pero<br />

unificada en la propia vida de Javier.<br />

• La partida hacia Goa es inminente. El barco zarpó el 7 de<br />

abril, día de su cumpleañ<strong>os</strong>. Javier le comunica a Ignacio<br />

sus sentimient<strong>os</strong>. Ante la magnitud de la misión “servir a<br />

Cristo nuestro Señor y ayudar a nuestr<strong>os</strong> prójim<strong>os</strong>”, Javier<br />

se siente “pequeño y flaco”.


• La “estrechísima amistad” con l<strong>os</strong> compañer<strong>os</strong> de Roma<br />

se ha de manifestar en sus consej<strong>os</strong>, que serán <strong>para</strong><br />

Javier la voluntad de Cristo nuestro Señor. Dado que no<br />

se han de volver a ver, y que cada uno es un Hermano<br />

que se ama en el Señor, se encontrarán en la otra vida.<br />

Oración:<br />

Señor Jesús,<br />

que en tu providencia<br />

te has dignado llamarn<strong>os</strong> a cooperar<br />

en tu plan de salvación<br />

en esta tu Compañía,<br />

bendice nuestr<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> <strong>para</strong> que, unid<strong>os</strong> a Ti,<br />

a ejemplo de Ignacio y de tant<strong>os</strong> sant<strong>os</strong>, compañer<strong>os</strong><br />

nuestr<strong>os</strong>,<br />

comprendam<strong>os</strong> lo que place a tu divina majestad<br />

y fielmente lo cumplam<strong>os</strong>.<br />

Tú que vives y reinas por l<strong>os</strong> sigl<strong>os</strong> de l<strong>os</strong> sigl<strong>os</strong>.<br />

II. DESDE GOA<br />

A SUS COMPAÑEROS RESIDENTES EN ROMA.<br />

Goa 20 de septiembre 1542<br />

Esta carta es la primera<br />

que escribe Javier a<br />

sus compañer<strong>os</strong> de<br />

Roma. Está escrita algo<br />

más de cuatro meses<br />

después de su llegada<br />

a Goa. En ella<br />

les cuenta su viaje,<br />

que ha durado más de<br />

un año, desde Lisboa,<br />

y otras c<strong>os</strong>as más…<br />

La gracia y paz de Cristo Señor nuestro sea siempre<br />

con n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>. Amén.<br />

[…]<br />

12. Llegam<strong>os</strong> a la ciudad de Goa a seis de mayo del<br />

año de 1542. […] Aquí en Goa p<strong>os</strong>é en el h<strong>os</strong>pital. Confesaba<br />

y comulgaba l<strong>os</strong> enferm<strong>os</strong> que ahí estaban; eran tant<strong>os</strong> l<strong>os</strong><br />

que venían a confesarse, que, si estuviera en diez partes<br />

partido, en todas ellas tuviera que confesar. Después de<br />

cumplir con l<strong>os</strong> enferm<strong>os</strong>, confesaba por la mañana l<strong>os</strong> san<strong>os</strong><br />

que me venían a buscar: y después de mediodía iba a la cárcel<br />

a confesar l<strong>os</strong> pres<strong>os</strong>, dándoles alguna orden e inteligencia<br />

primero del modo y orden que habían de tener <strong>para</strong> confesarse<br />

generalmente. Después de haber confesado l<strong>os</strong> pres<strong>os</strong>, tomé<br />

una ermita de nuestra Señora, que estaba cerca del h<strong>os</strong>pital, y<br />

ahí comencé a enseñar l<strong>os</strong> muchach<strong>os</strong> las oraciones, el Credo<br />

y l<strong>os</strong> mandamient<strong>os</strong>; pasaban muchas veces de trescient<strong>os</strong> l<strong>os</strong><br />

que venían a la doctrina cristiana. […]


14. Ahora me manda el señor Gobernador <strong>para</strong> una<br />

tierra, donde tod<strong>os</strong> dicen que tengo de hacer much<strong>os</strong><br />

cristian<strong>os</strong>. Llevo conmigo tres de aquella tierra, l<strong>os</strong> d<strong>os</strong> son de<br />

epístola y evangelio; saben la lengua portuguesa muy bien, y<br />

más la suya natural; el otro no tiene sino órdenes menores.<br />

Creo que hem<strong>os</strong> de hacer mucho servicio a Di<strong>os</strong> nuestro<br />

Señor. […] Llámase la tierra donde voy el Cabo de Comorín.<br />

Placerá a Di<strong>os</strong> nuestro Señor que, con el favor y ayuda de<br />

vuestras devotas oraciones, no mirando Di<strong>os</strong> nuestro Señor a<br />

mis infinit<strong>os</strong> pecad<strong>os</strong>, que me ha de dar su santísima gracia<br />

<strong>para</strong> que acá en estas partes mucho le sirva.<br />

15. L<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> de tan larga navegación, cuidado de<br />

muchas enfermedades espirituales, no pudiendo hombre<br />

cumplir con las suyas, habitación de tierra tan sujeta a<br />

pecad<strong>os</strong> de idolatría, y tan trabaj<strong>os</strong>a de habitar, por las<br />

grandes calmas que hay en ella; tománd<strong>os</strong>e est<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> por<br />

quien se deberían tomar, son grandes refrigeri<strong>os</strong> y materia<br />

<strong>para</strong> muchas y grandes consolaciones. Creo que l<strong>os</strong> que<br />

gustan de la cruz de Cristo nuestro Señor, descansan viniendo<br />

en est<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong>, y mueren cuando de ell<strong>os</strong> huyen o se hallan<br />

fuera de ell<strong>os</strong>. ¡Qué muerte es tan grande vivir, dejando a<br />

Cristo, después de haberlo conocido, por seguir propias<br />

opiniones o aficiones! No hay trabajo igual a éste. Y por el<br />

contrario, ¡qué descanso vivir muriendo cada día, por ir contra<br />

nuestro propio querer, buscando no l<strong>os</strong> propi<strong>os</strong> intereses sino<br />

l<strong>os</strong> de Jesucristo! Por amor y servicio de Di<strong>os</strong> nuestro Señor <strong>os</strong><br />

ruego, herman<strong>os</strong> carísim<strong>os</strong>, que me escribáis muy largo de<br />

tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> de la Compañía: porque ya que en esta vida no<br />

espero más ver<strong>os</strong> cara a cara, sea a lo men<strong>os</strong> por enigmas,<br />

esto es, por cartas. No me neguéis esta gracia, dado que yo<br />

no sea merecedor de ella; acorda<strong>os</strong> que Di<strong>os</strong> nuestro Señor <strong>os</strong><br />

hizo merecedores, <strong>para</strong> que yo, por v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, mucho mérito y<br />

refrigerio esperase y alcanzase.[…] Confío en Cristo nuestro<br />

Señor que me ha de oír y conceder esta gracia, que use de<br />

este inútil instrumento mío, <strong>para</strong> plantar su fe entre gentiles;<br />

porque, sirviénd<strong>os</strong>e su Majestad de mí, gran confusión sería<br />

<strong>para</strong> l<strong>os</strong> que son <strong>para</strong> mucho, y acrecentamiento de fuerzas<br />

<strong>para</strong> l<strong>os</strong> que son pusilánimes; y viendo que, siendo yo polvo y<br />

ceniza, y aun esto de lo más ruin, que presto <strong>para</strong> ser testigo<br />

de vista de la necesidad que acá hay de operari<strong>os</strong>, cuyo siervo<br />

perpetuo sería de tod<strong>os</strong> aquell<strong>os</strong> que a estas partes quisiesen<br />

venir, <strong>para</strong> trabajar en la amplísima viña del Señor.<br />

Así ceso, rogando a Di<strong>os</strong> nuestro Señor que, por su<br />

infinita misericordia, n<strong>os</strong> junte en su santa gloria, pues <strong>para</strong><br />

ella fuim<strong>os</strong> criad<strong>os</strong>, y acá, en esta vida, n<strong>os</strong> acreciente las<br />

fuerzas, <strong>para</strong> que en todo y por todo lo sirvam<strong>os</strong> como él<br />

manda y su santa voluntad en esta vida cumplam<strong>os</strong>.<br />

De Goa a 20 de setiembre, año de 1542.<br />

Vuestro inútil hermano en Cristo,<br />

Francisco de Xabier<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

‘Trabaj<strong>os</strong>’, ‘servir’, son palabras recurrentes en esta<br />

carta. La misión es trabajo y servicio. Repasa tus trabaj<strong>os</strong><br />

y tu servicio<br />

• La actividad de Javier en Goa sigue l<strong>os</strong> ministeri<strong>os</strong> que se<br />

recogen en la Fórmula del Instituto: h<strong>os</strong>pitales, cárceles,<br />

administración de l<strong>os</strong> sacrament<strong>os</strong>, enseñar a l<strong>os</strong><br />

muchach<strong>os</strong> la doctrina cristiana.<br />

• Javier no va solo al cabo de Comorín. Va con otr<strong>os</strong> tres a<br />

quienes asocia a su misión. Javier no es un solitario<br />

aventurero. Trabaja en colaboración con otr<strong>os</strong>.


• El trabajo ap<strong>os</strong>tólico es causa de consolación, a pesar de<br />

las dificultades, <strong>para</strong> l<strong>os</strong> que gustan de la cruz de Cristo.<br />

Javier da rienda suelta a sus afect<strong>os</strong> y sentimient<strong>os</strong> y pide<br />

que le escriban sus amig<strong>os</strong>, pues las letras de sus cartas<br />

compensarán el ardiente deseo de verse cara a cara.<br />

Javier se siente “inútil instrumento” <strong>para</strong> trabajar en la<br />

viña del Señor.<br />

Oración:<br />

Señor Jesús,<br />

cuando, al entrar en el mundo dijiste:<br />

“Aquí estoy, mi Di<strong>os</strong>, <strong>para</strong> hacer tu voluntad”,<br />

tod<strong>os</strong> quedam<strong>os</strong> santificad<strong>os</strong><br />

por la oblación que hiciste.<br />

La Compañía que lleva tu nombre no es nada<br />

si no se une a aquella tu oblación.<br />

La hacem<strong>os</strong>, pues, nuestra<br />

en nombre de la Compañía que som<strong>os</strong>.<br />

No deseam<strong>os</strong> otra c<strong>os</strong>a sino cumplir<br />

siempre y en todo la voluntad del Padre.<br />

Ilumínan<strong>os</strong> con la luz de tu Espíritu<br />

<strong>para</strong> que descubram<strong>os</strong> lo que Tú y el Padre deseáis,<br />

que será la que más y mejor conduzca<br />

a vuestra gloria y al bien de la Iglesia<br />

y de la humanidad.<br />

AL PADRE IGNACIO DE LOYOLA, ROMA<br />

Goa 20 de setiembre de 1542<br />

El mismo día en que fecha<br />

la carta anterior, Javier le<br />

escribe a Ignacio una carta<br />

más personal.<br />

La gracia y paz de Jesucristo Señor nuestro sea<br />

siempre con n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>. Amén.<br />

1. En esa ciudad de Goa movió Di<strong>os</strong> nuestro Señor<br />

algunas personas <strong>para</strong> que le sirviesen en hacer un colegio, el<br />

cual era más necesario en estas partes que otra c<strong>os</strong>a, y cada<br />

día se va haciendo más. Es c<strong>os</strong>a <strong>para</strong> dar muchas gracias al<br />

Señor, que tales edifici<strong>os</strong> materiales <strong>para</strong> edificación de<br />

much<strong>os</strong> templ<strong>os</strong> espirituales, doctrina y conversión de much<strong>os</strong><br />

infieles manda a sus sierv<strong>os</strong> hacer. […] El señor Gobernador<br />

da todo el favor <strong>para</strong> que este colegio se haga; parece a su<br />

Señoría ser tanto servicio de Di<strong>os</strong> nuestro Señor edificar esta<br />

casa, en estas partes tan necesaria, que por su causa se ha<br />

de acrecentar y en breve tiempo acabar. La iglesia que hacen<br />

dentro del colegio es muy herm<strong>os</strong>a. L<strong>os</strong> fundament<strong>os</strong> son ya<br />

acabad<strong>os</strong> y las paredes ya alzadas; ahora la cubren. Este<br />

verano dirán misa en ella. Es mayor la iglesia, casi d<strong>os</strong> veces,<br />

que la iglesia del colegio de Sorbona. Tiene ya renta, con la<br />

cual puede ya mantener más de ciento estudiantes. De cada<br />

día ha de ser muy dotada, según parece a tod<strong>os</strong> muy bien. […]<br />

2. Creo que antes de seis añ<strong>os</strong> ha de haber pasad<strong>os</strong> de<br />

trescient<strong>os</strong> estudiantes, entre l<strong>os</strong> cuales ha de haber de varias<br />

lenguas, naciones y gentes. Espero en Di<strong>os</strong> nuestro Señor que<br />

de esta casa han de salir hombres, antes de much<strong>os</strong> añ<strong>os</strong>, l<strong>os</strong><br />

cuales han de multiplicar el número de l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>. […]


4. Díjome el señor Gobernador que <strong>os</strong> escribiese muy<br />

largo de este colegio y de su fundación. Fue fundado <strong>para</strong> que<br />

ahí fuesen enseñad<strong>os</strong> en la fe l<strong>os</strong> naturales de estas tierras, y<br />

de ést<strong>os</strong> que fuesen de distintas naciones de gentes; y<br />

después que fuesen bien instruid<strong>os</strong> en la fe, mandarl<strong>os</strong> a sus<br />

naturalezas <strong>para</strong> que fructificasen en lo que eran instruid<strong>os</strong>.<br />

Está el señor Gobernador tan bien con nuestra Compañía y<br />

modo de proceder, que no lo podría acabar de escribir;<br />

parécele, pues Di<strong>os</strong> nuestro Señor por v<strong>os</strong> n<strong>os</strong> llamó a tod<strong>os</strong><br />

l<strong>os</strong> que som<strong>os</strong> de una Compañía, que cumple con Di<strong>os</strong> y con<br />

su conciencia en presentar<strong>os</strong> la necesidad que hay, <strong>para</strong><br />

enseñar l<strong>os</strong> de este colegio, que vengan algun<strong>os</strong> de nuestra<br />

Compañía, y que a v<strong>os</strong> toca esta empresa de proveer de<br />

fundament<strong>os</strong> espirituales <strong>para</strong> este colegio, y a su Señoría de<br />

acabar y acrecentar l<strong>os</strong> edifici<strong>os</strong> materiales de él. […]<br />

Así acabo rogando a Cristo nuestro Señor, pues por su<br />

infinita misericordia n<strong>os</strong> juntó en esta vida, que después de la<br />

muerte n<strong>os</strong> lleve a su santísima gloria.<br />

De Goa a 20 de setiembre, año de 1542.<br />

Vuestro hijo en Cristo,<br />

Francisco de Xabier<br />

y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

¿Qué frases te llaman más la atención de estas d<strong>os</strong> cartas<br />

de Javier desde Goa? ¿Qué actualidad tienen <strong>para</strong> ti, <strong>para</strong><br />

tu comunidad, <strong>para</strong> tu trabajo ap<strong>os</strong>tólico…?<br />

• El futuro colegio de Goa entra en l<strong>os</strong> planes ap<strong>os</strong>tólic<strong>os</strong> de<br />

Javier y le pide a Ignacio colaboradores.<br />

• Javier afirma la mediación personal de Ignacio en el origen<br />

de la Compañía: “pues Di<strong>os</strong> nuestro Señor por v<strong>os</strong> n<strong>os</strong><br />

llamó…”<br />

Oración:<br />

Señor Jesús,<br />

hazn<strong>os</strong> fieles al sentir de Ignacio<br />

y gener<strong>os</strong><strong>os</strong> <strong>para</strong> mirar el mundo<br />

con oj<strong>os</strong> de fe.<br />

Que seam<strong>os</strong> prest<strong>os</strong> y diligentes<br />

<strong>para</strong> cumplir la misión<br />

a la que también hoy n<strong>os</strong> envías:<br />

anunciarte a Ti, el crucificado y resucitado,<br />

<strong>para</strong> la gloria del Padre<br />

y el bien de la Iglesia universal.<br />

Ven, Espíritu Santo,<br />

y haz de hoy un tiempo de gracia.<br />

Que nuestra reflexión, nuestra oración y<br />

nuestro discernimiento<br />

n<strong>os</strong> lleve a las decisiones que reclama la fe.<br />

Creador y Señor nuestro,<br />

dan<strong>os</strong> tu gracia <strong>para</strong> confiar siempre<br />

en tu bondad,<br />

no en nuestras propias ideas e iniciativas.<br />

Porque eres Tú quien ha de conservar y llevar<br />

adelante<br />

esta mínima Compañía,<br />

como fuiste Tú quien te dignaste comenzarla<br />

<strong>para</strong> tu servicio y alabanza<br />

y ayuda de las ánimas.


III. DESDE UN CONTINUO IR Y VENIR<br />

A SUS COMPAÑEROS RESIDENTES EN ROMA<br />

Cochín 15 de enero 1544<br />

Esta larga carta es una de<br />

las más preci<strong>os</strong>as de Javier.<br />

La escribe cuando lleva<br />

un año y tres meses en<br />

la c<strong>os</strong>ta de Pesquería, entre<br />

l<strong>os</strong> <strong>para</strong>vas. Es una carta<br />

llena de matices y de espontaneidad.<br />

En ella Javier<br />

abre su alma, al comunicar<br />

a sus herman<strong>os</strong> de Roma<br />

sus trabaj<strong>os</strong>, tareas, ilusiones,<br />

sentimient<strong>os</strong>, y consolaciones.<br />

Su método de misionar,<br />

sus dificultades con<br />

la lengua, su continuo moverse<br />

de un lugar a otro, su<br />

trabajar en colaboración con otr<strong>os</strong>, aparecen con toda claridad.<br />

La gracia y amor de Cristo nuestro Señor nuestra ayuda<br />

y favor. Amén.<br />

1. Ha d<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> y nueve meses que partí de Portugal y<br />

después acá <strong>os</strong> tengo escrito tres veces con ésta. Solas unas<br />

cartas vuestras tengo recibidas después que acá estoy en la<br />

India, las cuales fueron escritas a 13 de enero del año de<br />

1542, y con ellas la consolación que recibí Di<strong>os</strong> nuestro Señor<br />

sabe. Estas cartas me dieron habrá d<strong>os</strong> meses; y llegaron tan<br />

tarde a la India, porque la nave en que venían invernó en<br />

Mozambique.<br />

2. Micer Paulo, Francisco de Mansillas y yo estam<strong>os</strong> en<br />

mucha salud. Micer Paulo está en Goa en el colegio de Santa<br />

Fe: tiene cargo de l<strong>os</strong> estudiantes de aquella casa. Francisco<br />

de Mansillas y yo estam<strong>os</strong> con l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> del Cabo de<br />

Comorín. Ha más de un año que estoy con est<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>, de<br />

l<strong>os</strong> cuales <strong>os</strong> hago saber que son much<strong>os</strong> y se hacen much<strong>os</strong><br />

cristian<strong>os</strong> cada día. Luego que llegué a esta c<strong>os</strong>ta, donde ell<strong>os</strong><br />

están, procuré de saber de ell<strong>os</strong> el conocimiento que de Cristo<br />

nuestro Señor tenían; y demandándoles acerca de l<strong>os</strong> artícul<strong>os</strong><br />

de la fe, lo que creían, o tenían más ahora que eran cristian<strong>os</strong><br />

que cuando eran gentiles, no hallaba en ell<strong>os</strong> otra respuesta,<br />

sino que eran cristian<strong>os</strong>, y que por no entender ell<strong>os</strong> nuestra<br />

lengua, no sabían nuestra ley, ni lo que habían de creer; y<br />

como ell<strong>os</strong> no me entendiesen, ni yo a ell<strong>os</strong>, por ser su lengua<br />

natural malavar y la mía vizcaína, junté l<strong>os</strong> que entre ell<strong>os</strong> eran<br />

más sabedores, y busqué personas que entendiesen nuestra<br />

lengua y suya de ell<strong>os</strong>. Y después de habern<strong>os</strong> juntado<br />

much<strong>os</strong> días con gran trabajo, sacam<strong>os</strong> las oraciones,<br />

comenzando por el modo de santiguar, confesando las tres<br />

personas ser un solo Di<strong>os</strong>: después el Credo, mandamient<strong>os</strong>,<br />

Pater n<strong>os</strong>ter, Ave María, Salve Regina y la confesión general<br />

de latín en malavar. Después de haber sacado en su lengua y<br />

saberlas de coro, iba por todo el lugar con una campana en la<br />

mano, juntando tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> muchach<strong>os</strong> y hombres que podía, y<br />

después de haberl<strong>os</strong> juntado, l<strong>os</strong> enseñaba cada día d<strong>os</strong><br />

veces; y en espacio de un mes enseñaba las oraciones, dando<br />

tal orden, que l<strong>os</strong> muchach<strong>os</strong> a sus padres y madres, y a tod<strong>os</strong><br />

l<strong>os</strong> de casa y vecin<strong>os</strong>, enseñasen lo que en la escuela<br />

aprendían. […]<br />

7. Dejando en este lugar quien lleve lo comenzado<br />

adelante, voy visitando l<strong>os</strong> otr<strong>os</strong> lugares haciendo lo mismo; de<br />

manera que en estas partes nunca faltan pías y santas<br />

ocupaciones. El fruto que se hace en bautizar l<strong>os</strong> niñ<strong>os</strong> que<br />

nacen, y en enseñar l<strong>os</strong> que tienen edad <strong>para</strong> ello, nunca <strong>os</strong> lo<br />

podría acabar de escribir. Por l<strong>os</strong> lugares donde voy, dejo las<br />

oraciones por escrito, y a l<strong>os</strong> que saben escribir mando que las


escriban y sepan de coro, y las digan cada día, dando orden<br />

cómo l<strong>os</strong> doming<strong>os</strong> se junten tod<strong>os</strong> a decirlas. Para esto dejo<br />

en l<strong>os</strong> lugares quien tenga cargo de lo hacer.<br />

8. Much<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> se dejan de hacer en estas partes,<br />

por no haber personas que en tan pías y santas c<strong>os</strong>as se<br />

ocupen. Muchas veces me mueve pensamient<strong>os</strong> de ir a l<strong>os</strong><br />

estudi<strong>os</strong> de esas partes, dando voces, como hombre que tiene<br />

perdido el juicio, y principalmente a la universidad de París,<br />

diciendo en Sorbona a l<strong>os</strong> que tienen más letras que voluntad,<br />

<strong>para</strong> disponerse a fructificar con ellas: ¡cuántas ánimas dejan<br />

de ir a la gloria y van al infierno por la negligencia de ell<strong>os</strong>! Y<br />

así como van estudiando en letras, si estudiasen en la cuenta<br />

que Di<strong>os</strong> nuestro Señor les demandará de ellas, y del talento<br />

que les tiene dado, much<strong>os</strong> de ell<strong>os</strong> se moverían, tomando<br />

medi<strong>os</strong> y ejercici<strong>os</strong> espirituales <strong>para</strong> conocer y sentir dentro en<br />

sus ánimas la voluntad divina, conformánd<strong>os</strong>e más con ella<br />

que con sus propias afecciones, diciendo: "Señor, aquí estoy,<br />

¿qué quieres que yo haga? Envíame adonde quieras; y si<br />

conviene, aun a l<strong>os</strong> indi<strong>os</strong>". ¡Cuánto más consolad<strong>os</strong> vivirían, y<br />

con gran esperanza de la misericordia divina a la hora de la<br />

muerte, cuando entrarían en el particular juicio, del cual<br />

ninguno puede escapar, alegando por sí: "Señor, cinco<br />

talent<strong>os</strong> me entregaste, he aquí cinco más que he ganado con<br />

ell<strong>os</strong>"! Témome que much<strong>os</strong> de l<strong>os</strong> que estudian en<br />

universidades, estudian más <strong>para</strong> con las letras alcanzar<br />

dignidades, benefici<strong>os</strong>, obispad<strong>os</strong>, que con deseo de<br />

conformarse con la necesidad que las dignidades y estad<strong>os</strong><br />

eclesiástic<strong>os</strong> requieren. Está en c<strong>os</strong>tumbre decir l<strong>os</strong> que<br />

estudian: deseo saber letras <strong>para</strong> alcanzar algún beneficio, o<br />

dignidad eclesiástica con ellas, y después con la tal dignidad<br />

servir a Di<strong>os</strong>. De manera que según sus desordenadas<br />

afecciones hacen sus elecciones, temiénd<strong>os</strong>e que Di<strong>os</strong> no<br />

quiera lo que ell<strong>os</strong> quieren, no consintiendo las desordenadas<br />

afecciones dejar en la voluntad de Di<strong>os</strong> nuestro Señor esta<br />

elección. Estuve casi movido de escribir a la universidad de<br />

París, a lo men<strong>os</strong> a nuestro Maestre de Cornibus y al doctor<br />

Picardo, cuánt<strong>os</strong> mil millares de gentiles se harían cristian<strong>os</strong>, si<br />

hubiese operari<strong>os</strong>, <strong>para</strong> que fuesen solícit<strong>os</strong> de buscar y<br />

favorecer las personas que no buscan sus propi<strong>os</strong> intereses,<br />

sino l<strong>os</strong> de Jesucristo. Es tanta la multitud de l<strong>os</strong> que se<br />

convierten a la fe de Cristo en esta tierra donde ando, que<br />

muchas veces me acaece tener cansad<strong>os</strong> l<strong>os</strong> braz<strong>os</strong> de<br />

bautizar, y no poder hablar de tantas veces decir el Credo y<br />

mandamient<strong>os</strong> en su lengua de ell<strong>os</strong> y las otras oraciones, con<br />

una amonestación que sé en su lengua, en la cual les declaro<br />

qué quiere decir cristiano, y qué c<strong>os</strong>a es <strong>para</strong>íso, y qué c<strong>os</strong>a<br />

infierno, diciéndoles cuáles son l<strong>os</strong> que van a una parte y<br />

cuáles a otra. Sobre todas las oraciones les digo muchas veces<br />

el Credo y mandamient<strong>os</strong>; hay día que bautizo todo un lugar,<br />

y en esta C<strong>os</strong>ta donde ando, hay 30 lugares de cristian<strong>os</strong>.<br />

[…]<br />

13. De estas partes no sé más que escribir<strong>os</strong>, sino que<br />

son tantas las consolaciones que Di<strong>os</strong> nuestro Señor comunica<br />

a l<strong>os</strong> que andan entre est<strong>os</strong> gentiles, convirtiéndol<strong>os</strong> a la fe<br />

de Cristo, que, si contentamiento hay en esta vida, éste se<br />

puede decir. Muchas veces me acaece oír decir a una persona<br />

que anda entre est<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>: ¡Oh Señor!, no me deis<br />

muchas consolaciones en esta vida; o ya que las dais por<br />

vuestra bondad infinita y misericordia, llevadme a vuestra<br />

santa gloria, pues es tanta pena vivir sin ver<strong>os</strong>, después que<br />

tanto <strong>os</strong> comunicáis interiormente a las criaturas. ¡Oh, si l<strong>os</strong><br />

que estudian letras, tant<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> pusiesen en ayudarse <strong>para</strong><br />

gustar de ellas, cuant<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong><strong>os</strong> días y noches llevan <strong>para</strong><br />

saberlas! ¡Oh, si aquell<strong>os</strong> contentamient<strong>os</strong> que un estudiante<br />

busca en entender lo que estudia, lo buscase en dar a sentir a<br />

l<strong>os</strong> prójim<strong>os</strong> lo que les es necesario <strong>para</strong> conocer y servir a<br />

Di<strong>os</strong>, cuánto más consolad<strong>os</strong> y aparejad<strong>os</strong> se hallarían <strong>para</strong><br />

dar cuenta, cuando Cristo les demandase : "Dame cuenta de<br />

tu administración "!<br />

14. Las recreaciones que en estas partes tengo, son en<br />

recordarme muchas veces de v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, carísim<strong>os</strong> herman<strong>os</strong>


mí<strong>os</strong>, y del tiempo que por la mucha misericordia de Di<strong>os</strong><br />

nuestro Señor <strong>os</strong> conocí y conversé, conociendo en mí, y<br />

sintiendo dentro en mi ánima cuánto por mi culpa perdí del<br />

tiempo que <strong>os</strong> conversé, en no haberme aprovechado de l<strong>os</strong><br />

much<strong>os</strong> conocimient<strong>os</strong> que Di<strong>os</strong> nuestro Señor de sí <strong>os</strong> tiene<br />

comunicado. Háceme Di<strong>os</strong> tanta merced por vuestras oraciones<br />

y memoria continua que de mí tenéis en encomendarme a<br />

él, que en vuestra ausencia corporal conozco Di<strong>os</strong> nuestro<br />

Señor, por vuestro favor y ayuda, darme a sentir mi infinita<br />

multitud de pecad<strong>os</strong>, y darme fuerzas <strong>para</strong> andar entre infieles,<br />

de que doy gracias a Di<strong>os</strong> nuestro Señor muchas, y a v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>,<br />

carísim<strong>os</strong> herman<strong>os</strong> mí<strong>os</strong>. Entre muchas mercedes que<br />

Di<strong>os</strong> nuestro Señor en esta vida me tiene hechas y hace tod<strong>os</strong><br />

l<strong>os</strong> días, es ésta una, que en mis días vi lo que tanto deseé,<br />

que es la confirmación de nuestra regla y modo de vivir.<br />

Gracias sean dadas a Di<strong>os</strong> nuestro Señor <strong>para</strong> siempre, pues<br />

tuvo por bien de manifestar públicamente lo que en oculto a su<br />

siervo Ignacio y padre nuestro dio a sentir.<br />

El año pasado <strong>os</strong> escribí el número de las misas que en<br />

estas partes de las Indias por el Rmo. cardenal Guidación<br />

dijim<strong>os</strong> micer Paulo y yo: y las que de un año acá dijim<strong>os</strong>, no<br />

sé el número de ellas: creed que todas nuestras misas son por<br />

él. Por consolación nuestra hacedn<strong>os</strong> saber cuánto se señala<br />

en servicio a Di<strong>os</strong> S. S. Rma., y también <strong>para</strong> acrecentarn<strong>os</strong> la<br />

devoción a micer Paulo y a mí, <strong>para</strong> que seam<strong>os</strong> perpetu<strong>os</strong><br />

capellanes suy<strong>os</strong>. No deje de escribirn<strong>os</strong> del fruto que en la<br />

Iglesia hace.<br />

Acabo rogando a Di<strong>os</strong> nuestro Señor que, pues por su<br />

misericordia n<strong>os</strong> juntó y por su servicio n<strong>os</strong> separó tan lej<strong>os</strong><br />

un<strong>os</strong> de otr<strong>os</strong>, n<strong>os</strong> torne a juntar en su santa gloria. […]<br />

De Cochín a 15 de enero, año de 1544.<br />

Vuestro carísimo en Cristo hermano,<br />

Francisco<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

Ante esta carta, ¿qué sentimient<strong>os</strong> te surgen?<br />

¿Con qué consolación vives tu experiencia de misión?<br />

La cercanía y presencia de tus compañer<strong>os</strong> <strong>jesuitas</strong> ¿te<br />

lleva a dar gracias a Di<strong>os</strong> al sentirte miembro de un<br />

mismo cuerpo?<br />

• Javier les cuenta a sus amig<strong>os</strong> sus “santas ocupaciones”<br />

itinerantes y sus dificultades con la lengua. Necesita la<br />

ayuda de otr<strong>os</strong>.<br />

• Aquí está el fam<strong>os</strong>o párrafo en el que resuena su tiempo<br />

de estudi<strong>os</strong> en la Sorbona, un texto que suscitó, en su<br />

tiempo, muchas vocaciones. Javier deja traslucir su<br />

elección en l<strong>os</strong> Ejercici<strong>os</strong>, la realidad actual que está<br />

viviendo, con l<strong>os</strong> braz<strong>os</strong> cansad<strong>os</strong> de bautizar. Un texto<br />

lleno de pasión y cercanía. Un texto que invita al “más”.<br />

• Intentando quedarse en el anonimato: “Me acaece oir<br />

decir a una persona…”. Javier comunica sus afect<strong>os</strong>: el<br />

Señor le envía a la misión y en ella le llena de<br />

consolación.<br />

• La carta concluye con la referencia a sus “carísim<strong>os</strong><br />

herman<strong>os</strong>”, en ausencia corporal pero siempre presentes,<br />

pues son sus “amig<strong>os</strong> en el Señor”. Y da gracias a Di<strong>os</strong><br />

por la aprobación de la Fórmula del Instituto por Pablo III,<br />

al incluirla en la bula de fundación de la Compañía, y<br />

reconoce en Ignacio la paternidad del grupo de l<strong>os</strong><br />

primer<strong>os</strong> compañer<strong>os</strong>.


Oración:<br />

Jesucristo,<br />

Rey eterno y Señor universal,<br />

mira a tus sierv<strong>os</strong>,<br />

l<strong>os</strong> miembr<strong>os</strong> de tu mínima Compañía,<br />

esparcid<strong>os</strong> por todo el mundo<br />

<strong>para</strong> trabajar contigo,<br />

Envían<strong>os</strong> tu Espíritu,<br />

el Espíritu que inflamó<br />

a nuestro padre Ignacio,<br />

ardió en el corazón de Francisco Javier,<br />

e inspiró a tant<strong>os</strong> sant<strong>os</strong>, herman<strong>os</strong> nuestr<strong>os</strong>,<br />

<strong>para</strong> que, rodead<strong>os</strong> de tal nube de testig<strong>os</strong>,<br />

n<strong>os</strong> quitem<strong>os</strong> toda afección desordenada,<br />

y corram<strong>os</strong> con fortaleza<br />

por el camino de la vida,<br />

fij<strong>os</strong> l<strong>os</strong> oj<strong>os</strong> en Ti,<br />

que sufriste la cruz,<br />

que te humillaste<br />

e hiciste obediente hasta la muerte,<br />

y Di<strong>os</strong> te exaltó<br />

y otorgó el Nombre sobre todo nombre,<br />

<strong>para</strong> que al nombre de Jesús<br />

se doble toda rodilla<br />

y toda lengua proclame<br />

que Jesucristo es el Señor,<br />

<strong>para</strong> gloria de Di<strong>os</strong> Padre.<br />

A SUS COMPAÑEROS DE EUROPA<br />

Amboina 10 de mayo 1546<br />

Han pasado más de<br />

d<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> desde la<br />

carta anterior. Atrás<br />

queda la larga estancia<br />

misionera en<br />

la c<strong>os</strong>ta de Pesquería,<br />

l<strong>os</strong> meses en<br />

Malaca. Ahora, desde<br />

las Molucas, se<br />

siente llamado a ir<br />

“más allá”: a las islas<br />

del Moro, l<strong>os</strong> Macasares<br />

(islas Célebes).<br />

Carísim<strong>os</strong> en Cristo herman<strong>os</strong>:<br />

La gracia y amor de Cristo N. S. sea siempre en nuestra<br />

ayuda y favor. Amén.<br />

1. En el año de 1545 <strong>os</strong> escribí largo haciéndo<strong>os</strong> saber<br />

cómo en una tierra llamada Macasar se hicieron d<strong>os</strong> reyes<br />

cristian<strong>os</strong> con mucha otra gente: y por la mucha disp<strong>os</strong>ición<br />

que en aquella tierra había <strong>para</strong> se acrecentar nuestra santa<br />

fe, según la información que me dieron, partí del Cabo de<br />

Comorín <strong>para</strong> Macasar por mar, por cuanto no se puede ir por<br />

tierra. Hay del Cabo de Comorín hasta las islas de Macasar<br />

más de 900 leguas. Di orden primero que del Cabo de<br />

Comorín partiese, cómo l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> de aquella tierra fuesen<br />

proveíd<strong>os</strong> de c<strong>os</strong>as espirituales, dejando con ell<strong>os</strong> cinco


padres, l<strong>os</strong> tres naturales de la tierra, y a Francisco de<br />

Mansillas con otro padre español. Con l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> de la isla<br />

de Ceylán, que está cerca del Cabo de Comorín, quedaron<br />

cinco frailes de la orden de S. Francisco, con d<strong>os</strong> otr<strong>os</strong><br />

clérig<strong>os</strong>. Viendo que no era necesario, ni men<strong>os</strong> hacía falta<br />

con l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> del Cabo de Comorín ni con l<strong>os</strong> de Ceylán<br />

[…] determiné de partir <strong>para</strong> Macasar. […]<br />

2. […] En este tiempo no me faltaron ocupaciones<br />

espirituales, así en predicar l<strong>os</strong> doming<strong>os</strong> y fiestas, como en<br />

confesar muchas personas, así l<strong>os</strong> enferm<strong>os</strong> del h<strong>os</strong>pital<br />

donde p<strong>os</strong>aba, como otr<strong>os</strong> san<strong>os</strong>. En todo este tiempo enseñé<br />

a l<strong>os</strong> muchach<strong>os</strong> y cristian<strong>os</strong> nuevamente convertid<strong>os</strong> a la fe la<br />

doctrina cristiana. Con la ayuda de Di<strong>os</strong> N. S. hice muchas<br />

paces entre l<strong>os</strong> soldad<strong>os</strong> y moradores de la ciudad, y las<br />

noches iba por la ciudad con una campana pequeña encomendando<br />

las ánimas del purgatorio, llevando conmigo<br />

much<strong>os</strong> niñ<strong>os</strong> de l<strong>os</strong> que enseñaba la doctrina cristiana. […]<br />

4. De la otra c<strong>os</strong>ta de Maluco está una tierra, la cual se<br />

llama El Moro, a sesenta leguas de Maluco. En esta isla del<br />

Moro habrá much<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> que se hicieron grande numero de<br />

cristian<strong>os</strong>, l<strong>os</strong> cuales, por muerte de l<strong>os</strong> clérig<strong>os</strong> que l<strong>os</strong><br />

bautizaron, quedaron desam<strong>para</strong>d<strong>os</strong> y sin doctrina y por ser la<br />

tierra del Moro muy peligr<strong>os</strong>a, por cuanto la gente de ella es<br />

muy llena de traición, por la mucha ponzoña que dan en el<br />

comer y beber; por esta causa dejaron de ir a aquella tierra del<br />

Moro personas que mirasen por l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>. Yo, por la<br />

necesidad que est<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> de la isla del Moro tienen de<br />

doctrina espiritual y de quien l<strong>os</strong> bautice <strong>para</strong> salvación de sus<br />

ánimas, y también por la necesidad que tengo de perder mi<br />

vida temporal, por socorrer a la vida espiritual del prójimo,<br />

determino de me ir al Moro, por socorrer en las c<strong>os</strong>as<br />

espirituales a l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>, ofrecido a todo peligro de muerte,<br />

puesta toda mi esperanza y confianza en Di<strong>os</strong> nuestro Señor,<br />

deseando de me conformar, según mis pequeñas y flacas<br />

fuerzas, con el dicho de Cristo nuestro Redentor y Señor, que<br />

dice: "Pues quien quisiere salvar su vida, la perderá; mas<br />

quien perdiere su vida por amor de mí, la encontrará”. Y<br />

aunque sea fácil de entender el latín y la sentencia en<br />

universal de este dicho del Señor, cuando el hombre viene a lo<br />

particularizar, <strong>para</strong> disponerse a determinar de perder la vida<br />

por Di<strong>os</strong>, <strong>para</strong> hallarla en él, ofreciénd<strong>os</strong>e cas<strong>os</strong> peligr<strong>os</strong><strong>os</strong>, en<br />

l<strong>os</strong> cuales probablemente se presume perder la vida sobre lo<br />

que se quisiere determinar, hácese tan <strong>os</strong>curo, que el latín,<br />

siendo tan claro, viene a <strong>os</strong>curecerse; y en tal caso me parece<br />

que sólo aquel lo viene a entender, por más docto que sea, a<br />

quien Di<strong>os</strong> nuestro Señor, por su infinita misericordia, lo quiere<br />

en cas<strong>os</strong> particulares declarar. En semejantes cas<strong>os</strong> se<br />

conoce la condición de nuestra carne, cuán flaca y enferma es.<br />

Much<strong>os</strong> de mis amig<strong>os</strong> y devot<strong>os</strong> procuraron conmigo que no<br />

fuese a tierra tan peligr<strong>os</strong>a; y viendo que no podían acabar<br />

conmigo que no fuese, me daban muchas c<strong>os</strong>as contra ponzoña.<br />

Yo, agradeciéndoles mucho su amor y buena voluntad<br />

por no cargarme de miedo sin tenerlo, y más por haber puesto<br />

toda mi esperanza en Di<strong>os</strong>, por no perder nada de ella, dejé de<br />

tomar l<strong>os</strong> defensiv<strong>os</strong> que con tanto amor y lágrimas me daban,<br />

rogándoles que en sus oraciones tuviesen continua memoria<br />

de mí, que son l<strong>os</strong> más ciert<strong>os</strong> remedi<strong>os</strong> <strong>para</strong> contra ponzoña<br />

que se pueden hallar. […]<br />

9. Esta cuenta <strong>os</strong> doy tan particular, <strong>para</strong> que tengáis<br />

especial sentimiento y memoria de tanta perdición de ánimas,<br />

cuantas se pierden por falta de espiritual socorro. L<strong>os</strong> que no<br />

tuvieren letras y talento <strong>para</strong> ser de la Compañía, sobrarles ha<br />

el saber y talento <strong>para</strong> estas partes, si tuvieran voluntad de<br />

venir <strong>para</strong> vivir y morir con esta gente; y si de ést<strong>os</strong> viniesen<br />

tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> una docena, en poco tiempo se destruiría esta<br />

mala secta de Mahoma, y se harían tod<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>, y así Di<strong>os</strong><br />

nuestro Señor no se ofendería tanto como se ofende, por no<br />

haber quien reprenda l<strong>os</strong> vici<strong>os</strong> y pecad<strong>os</strong> de infidelidad.<br />

10. Por amor de Cristo nuestro Señor y de su Madre<br />

santísima y de tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> sant<strong>os</strong> que están en la gloria del


<strong>para</strong>íso, <strong>os</strong> ruego, carísim<strong>os</strong> herman<strong>os</strong> y padres mí<strong>os</strong>, que<br />

tengáis especial memoria mía <strong>para</strong> encomendarme a Di<strong>os</strong><br />

continuamente, pues vivo con tanta necesidad de su favor y<br />

ayuda. Yo, por la mucha necesidad que tengo de vuestro favor<br />

espiritual continuo, por muchas experiencias tengo conocido<br />

cómo, por vuestra invocación, Di<strong>os</strong> N.S. me tiene ayudado y<br />

favorecido en much<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> del cuerpo y del espíritu. Y <strong>para</strong><br />

que jamás me olvide de v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, por continua y especial<br />

memoria, <strong>para</strong> mucha consolación mía, <strong>os</strong> hago saber, carísim<strong>os</strong><br />

herman<strong>os</strong>, que tomé de las cartas que me escribisteis,<br />

vuestr<strong>os</strong> nombres, escrit<strong>os</strong> por vuestras man<strong>os</strong> propias,<br />

juntamente con el voto de la profesión que hice, y l<strong>os</strong> llevo<br />

continuamente conmigo por las consolaciones que de ell<strong>os</strong><br />

recibo. A Di<strong>os</strong> nuestro Señor doy las gracias primeramente, y<br />

después a v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, herman<strong>os</strong> y padres suavísim<strong>os</strong>, pues <strong>os</strong><br />

hizo Di<strong>os</strong> tales, que tanto me consoláis llevando vuestr<strong>os</strong><br />

nombres. Y pues presto n<strong>os</strong> verem<strong>os</strong> en la otra vida con más<br />

descanso que en ésta, no digo más.<br />

De Ambueno, a 10 de mayo, año de 1546.<br />

Vuestro mínimo hermano e hijo,<br />

Francisco.<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

Orando esta carta ¿qué le pides al Señor? ¿Qué le<br />

ofreces?<br />

• Javier llega a las Molucas desde Santo Tomé y ya lleva<br />

tres meses en Amboino. Javier piensa que no es ya<br />

necesario en la India, deja arregladas las c<strong>os</strong>as y va a<br />

Macasar <strong>para</strong> “acrecentar nuestra santa fe”. El deseo de<br />

evangelizar le impulsa a abrir nuev<strong>os</strong> camin<strong>os</strong>.<br />

• Vuelven a aparecer l<strong>os</strong> ministeri<strong>os</strong> propi<strong>os</strong> de la Fórmula<br />

del Instituto: predicar, confesar, h<strong>os</strong>pitales, enseñar a l<strong>os</strong><br />

muchach<strong>os</strong>, hacer paces…<br />

• Javier oye hablar de l<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> abandonad<strong>os</strong> en las<br />

islas del Moro. La necesidad de es<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> se<br />

convierte <strong>para</strong> Javier en “necesidad…de perder mi vida<br />

temporal por socorrer a la vida espiritual del prójimo”.<br />

Salvar la vida, perder la vida. El latín de la Vulgata se le<br />

hace <strong>os</strong>curo. Tiene miedo. L<strong>os</strong> amig<strong>os</strong> y devot<strong>os</strong> procuran<br />

disuadirle de su loca aventura, pero él ha puesto “toda mi<br />

esperanza en Di<strong>os</strong>”. Irá siempre más allá!<br />

• Y Javier lanza una invitación a l<strong>os</strong> que quieran “venir <strong>para</strong><br />

vivir y morir con esta gente”.<br />

• La despedida n<strong>os</strong> remite a la amist<strong>os</strong>a ternura que siente<br />

<strong>para</strong> con sus compañer<strong>os</strong>, tan lejan<strong>os</strong>. Sustituye su<br />

imp<strong>os</strong>ible presencia y cercanía con las firmas recortadas<br />

de las cartas, que siempre lleva consigo, con gran<br />

consolación.<br />

Oración:<br />

Padre<br />

de nuestro Señor y salvador Jesucristo,<br />

aunque pecadores, n<strong>os</strong> has llamado<br />

a ser sus compañer<strong>os</strong>,<br />

y tomar parte en la lucha crucial<br />

de nuestro tiempo<br />

la lucha por la fe, la justicia y el amor.<br />

Lleva a cumplimiento en n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong><br />

la obra que comenzaste en Ignacio<br />

y en tant<strong>os</strong> seguidores suy<strong>os</strong>,<br />

que hoy veneram<strong>os</strong> como sant<strong>os</strong> y beat<strong>os</strong>.<br />

Ponn<strong>os</strong> con tu Hijo, como les pusiste a ell<strong>os</strong>,<br />

y acéptan<strong>os</strong> bajo el estandarte de la cruz,<br />

<strong>para</strong> servir al solo Señor,<br />

y a su esp<strong>os</strong>a la Iglesia.<br />

Te lo pedim<strong>os</strong> por Jesucristo nuestro Señor.


AL PADRE IGNACIO DE LOYOLA, ROMA<br />

Cochín 12 de enero 1549<br />

De nuevo en la c<strong>os</strong>ta de Pesquería, desde enero de 1548,<br />

Javier le escribe una larga carta a Ignacio, dándole cuenta de<br />

sus trabaj<strong>os</strong> ap<strong>os</strong>tólic<strong>os</strong>, problemas, dese<strong>os</strong>, sentimient<strong>os</strong>,…<br />

entre l<strong>os</strong> cuales se afirma la llamada del Japón.<br />

La gracia y amor de Cristo nuestro Señor sea siempre<br />

en nuestra ayuda y favor.<br />

Padre mío en las entrañas de Cristo único: […]<br />

2. Las tierras de estas partes son muy trabaj<strong>os</strong>as por<br />

causa de las grandes calmas en el verano, y de vient<strong>os</strong> y<br />

aguas en el invierno, sin haber frío: l<strong>os</strong> mantenimient<strong>os</strong><br />

corporales en Maluco, Socotora y Cabo de Comorín son<br />

poc<strong>os</strong>, y l<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> del espíritu y del cuerpo son grandes a<br />

maravilla, en tratar con gente de tal cualidad, y las lenguas de<br />

estas partes son malas de tomar; y más, l<strong>os</strong> peligr<strong>os</strong> de ambas<br />

vidas much<strong>os</strong> y trabaj<strong>os</strong><strong>os</strong> de evitar. Y <strong>para</strong> que tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> de la<br />

Compañía bendita de Jesús den gracias a Di<strong>os</strong> nuestro Señor<br />

incesables, <strong>os</strong> hago saber que Di<strong>os</strong> nuestro Señor, por su<br />

infinita misericordia, tiene especial cuidado de tod<strong>os</strong> est<strong>os</strong><br />

vuestr<strong>os</strong> mínim<strong>os</strong> hij<strong>os</strong> de la India en guardarl<strong>os</strong> de caer en<br />

pecad<strong>os</strong>. Som<strong>os</strong> tan bien quist<strong>os</strong> y acept<strong>os</strong> a tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> Portugueses,<br />

así eclesiástic<strong>os</strong> como seglares, y también a l<strong>os</strong> infieles,<br />

que es c<strong>os</strong>a de la cual tod<strong>os</strong> viven espantad<strong>os</strong>. Som<strong>os</strong><br />

much<strong>os</strong>, pasam<strong>os</strong> de treinta. […]<br />

4. El que hubiereis de mandar, padre mío, <strong>para</strong> que<br />

tenga cargo del colegio de Santa Fe de Goa, y de l<strong>os</strong> naturales<br />

de la tierra estudiantes, y de l<strong>os</strong> de la Compañía, es necesario<br />

que tenga estas d<strong>os</strong> calidades, dejando aparte todas las otras,<br />

que ha de tener el que ha de regir y mandar a otr<strong>os</strong>. La<br />

primera mucha obediencia <strong>para</strong> se hacer amar, primeramente<br />

de tod<strong>os</strong> nuestr<strong>os</strong> mayores eclesiástic<strong>os</strong>, y después de l<strong>os</strong><br />

seculares que mandan la tierra, de manera que no sientan en<br />

él soberbia, mas antes mucha humildad. Esto digo, padre mío,<br />

porque la gente de esta tierra, así eclesiástica superior nuestra,<br />

como secular que manda la tierra, quiere ser muy obedecida;<br />

l<strong>os</strong> cuales, cuando sienten en n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> esta obediencia,<br />

hacen todo lo que les requerim<strong>os</strong> y n<strong>os</strong> aman; y cuando ven, o<br />

sienten lo contrario, se desedifican mucho. La segunda, que<br />

sea afable y apacible con l<strong>os</strong> que conversa, y no rigur<strong>os</strong>o,<br />

usando de tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> mod<strong>os</strong> que puede, <strong>para</strong> se hacer amar,<br />

principalmente de l<strong>os</strong> que ha de mandar, así naturales indi<strong>os</strong>,<br />

como de l<strong>os</strong> de la Compañía que acá están y han de venir; de<br />

manera que no sientan en él que por rigor o temor servil se<br />

quiere hacer obedecer; porque sintiendo en él rigor o temor<br />

servil, saldrán de la Compañía much<strong>os</strong>, y entrarán en ella poc<strong>os</strong>,<br />

así indi<strong>os</strong> como otr<strong>os</strong> que no lo son. […]


5. Hasta ahora a ninguno me pareció por fuerza, contra<br />

su voluntad, si no fuese fuerza de amor y caridad, de tener en<br />

la Compañía; mas antes a l<strong>os</strong> que no eran <strong>para</strong> nuestra<br />

Compañía, l<strong>os</strong> despedía, deseando ell<strong>os</strong> de no salir de ella; y<br />

a l<strong>os</strong> que me parecía que eran <strong>para</strong> la Compañía, con amor y<br />

caridad tratarl<strong>os</strong>, <strong>para</strong> más l<strong>os</strong> confirmar en ella, pues tant<strong>os</strong><br />

trabaj<strong>os</strong> llevan en estas partes por servir a Di<strong>os</strong> nuestro Señor;<br />

y también por me parecer que Compañía de Jesús quiere decir<br />

Compañía de amor y conformidad de ánim<strong>os</strong>, y no de rigor ni<br />

temor servil. […]<br />

8. Por estas causas y otras muchas, que serían largas<br />

de contar, y por la mucha información que tengo de Japón, que<br />

es una isla que está cerca de la China, y porque son tod<strong>os</strong> en<br />

Japón gentiles y no hay mor<strong>os</strong> ni judí<strong>os</strong> y gente muy curi<strong>os</strong>a y<br />

dese<strong>os</strong>a de saber c<strong>os</strong>as nuevas, así de Di<strong>os</strong> como de otras<br />

c<strong>os</strong>as naturales, determiné de ir a esta tierra con mucha<br />

satisfacción interior, pareciéndome que entre tal gente se<br />

puede perpetuar por ell<strong>os</strong> mism<strong>os</strong> el fruto que en vida l<strong>os</strong> de la<br />

Compañía hiciérem<strong>os</strong>. Están tres manceb<strong>os</strong> en el colegio de<br />

Santa Fe de Goa de esta tierra de Japón, que vinieron el año<br />

1548 de Malaca, cuando yo vine, l<strong>os</strong> cuales dan grande<br />

información de aquellas partes de Japón, y son personas de<br />

buenas c<strong>os</strong>tumbres y de grandes ingeni<strong>os</strong>, principalmente<br />

Paulo, el cual escribe a vuestra caridad por vía de maestro<br />

Simón muy largamente. Paulo en ocho meses aprendió a leer<br />

y escribir y hablar portugués; ahora hace l<strong>os</strong> ejercici<strong>os</strong>, y se ha<br />

de aprovechar mucho; está muy introducido en las c<strong>os</strong>as de la<br />

fe. Tengo grande esperanza, y ésta toda en Di<strong>os</strong> nuestro<br />

Señor, que se han de hacer much<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> en Japón. Yo<br />

voy determinado de ir primeramente adonde está el rey, y<br />

después a las universidades donde tienen sus estudi<strong>os</strong>, con<br />

grande esperanza en Jesucristo nuestro Señor que me ha de<br />

ayudar. […]<br />

9. […] Como viere las escrituras de Japón y tratare con<br />

l<strong>os</strong> de aquellas universidades, escribiré muy largamente de<br />

todo, y no dejaré de escribir a la universidad de París, y por<br />

ella serán avisadas todas las otras universidades de Europa.<br />

Llevo conmigo un padre de misa, valenciano, llamado por<br />

nombre C<strong>os</strong>me de Torres, que acá entró en la Compañía, el<br />

cual <strong>os</strong> escribe muy largo, y también l<strong>os</strong> tres manceb<strong>os</strong> de<br />

Japón. Partirem<strong>os</strong>, con la ayuda de Di<strong>os</strong>, este mes de abril del<br />

año 1549.<br />

10. Habern<strong>os</strong> de pasar por Malaca y por la China<br />

primero y después a Japón, que habrá de Goa a Japón mil y<br />

trescientas leguas o más. Nunca podría acabar de escribir<br />

cuánta consolación interior siento en hacer este viaje, por ser<br />

de much<strong>os</strong> y grandes peligr<strong>os</strong> de muerte, de grandes<br />

tempestades, de vient<strong>os</strong>, de baj<strong>os</strong> y de much<strong>os</strong> ladrones:<br />

cuando de cuatro naví<strong>os</strong> l<strong>os</strong> d<strong>os</strong> se salvan, es grande acierto.<br />

Yo no dejaría de ir a Japón, por lo mucho que tengo sentido<br />

dentro en mi ánima, aunque tuviese por cierto que me había<br />

de ver en l<strong>os</strong> mayores peligr<strong>os</strong> que nunca me vi, por cuanto<br />

tengo muy grande esperanza en Di<strong>os</strong> nuestro Señor que en<br />

aquellas partes se ha de acrecentar mucho nuestra santa fe.<br />

[…]<br />

15. […] Por amor de nuestro Señor pido a vuestra<br />

caridad que dé cargo a alguna persona de casa que me<br />

escriba nuevas de tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> profes<strong>os</strong> de la Compañía, así del<br />

número como dónde están, y de cuánt<strong>os</strong> colegi<strong>os</strong> hay, y las<br />

obligaciones a que son obligad<strong>os</strong> l<strong>os</strong> profes<strong>os</strong>, y así muchas<br />

otras c<strong>os</strong>as del fruto que hacen l<strong>os</strong> de la Compañía. Yo dejo<br />

ordenado en Goa cómo me manden las cartas a Malaca, y en<br />

Malaca me las trasladen por muchas vías, <strong>para</strong> me las mandar<br />

a Japón.<br />

16. Así ceso rogando a vuestra santa caridad, padre<br />

mío de mi ánima observantísimo, las rodillas puestas en el


suelo el tiempo que ésta escribo, como si presente <strong>os</strong> tuviese,<br />

que me encomendéis mucho a Di<strong>os</strong> nuestro Señor en vuestr<strong>os</strong><br />

sant<strong>os</strong> y devot<strong>os</strong> sacrifici<strong>os</strong> y oraciones, que me dé a sentir su<br />

santísima voluntad en esta vida presente, y gracia <strong>para</strong> la<br />

cumplir perfectamente. Amén. Y lo mismo encomiendo a tod<strong>os</strong><br />

l<strong>os</strong> de la Compañía.<br />

De Cochín, a 12 de enero año 1549.<br />

Vuestro mínimo y más inútil hijo,<br />

Francisco<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

¿En qué expresiones de la carta te ves reflejado?<br />

¿Con cuáles te identificas?<br />

• De vuelta a la c<strong>os</strong>ta de Pesquería le cuenta a Ignacio l<strong>os</strong><br />

“trabaj<strong>os</strong> del espíritu y del cuerpo”, pero “Di<strong>os</strong> tiene<br />

especial cuidado de est<strong>os</strong> vuestr<strong>os</strong> mínim<strong>os</strong> hij<strong>os</strong> de la<br />

India”, que son estimad<strong>os</strong> por el pueblo.<br />

• Javier le pide a Ignacio que le mande un rector <strong>para</strong> el<br />

colegio de Goa. Llama la atención que las d<strong>os</strong> cualidades<br />

requeridas sean “<strong>para</strong> se hacer amar”.<br />

• Javier, de pasada, da una profunda definición de lo que<br />

significa Compañía de Jesús.<br />

• La llamada de Japón. Javier siempre quiere “más”. Siente<br />

gran consolación interior y piensa en el ap<strong>os</strong>tolado que ha<br />

de hacer en las universidades de Japón y cómo ponerlas<br />

en contacto con las de Europa. Javier es hombre de<br />

grandes dese<strong>os</strong>. Cuanto mayores son las dificultades de<br />

la misión mayor consolación interior siente. No puede<br />

dejar de ir al Japón, pues se siente llevado y consolado<br />

interiormente.<br />

• Necesidad de comunicación, de saber noticias de l<strong>os</strong><br />

amig<strong>os</strong>, de recibir cartas. Cariñ<strong>os</strong>a despedida de Javier,<br />

escribiendo de rodillas a Ignacio “como si presente <strong>os</strong><br />

tuviese”. La despedida de la carta es: “Vuestro mínimo y<br />

más inútil hijo”; el encabezamiento fue: “Padre mío en las<br />

entrañas de Cristo único”. Toda la carta está abrazada<br />

entre esas d<strong>os</strong> frases.<br />

Oración:<br />

Señor y Padre nuestro,<br />

infunde en n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong><br />

el espíritu de amor y de fortaleza<br />

<strong>para</strong> que, siguiendo el ejemplo de Ignacio<br />

y de l<strong>os</strong> sant<strong>os</strong> tod<strong>os</strong> de la Compañía,<br />

elijam<strong>os</strong> más pobreza con Cristo pobre<br />

que riqueza,<br />

oprobi<strong>os</strong> con Cristo lleno de ell<strong>os</strong> que honores,<br />

y deseem<strong>os</strong> más ser estimad<strong>os</strong><br />

por van<strong>os</strong> y loc<strong>os</strong> por Cristo,<br />

que primero fue tenido por tal,<br />

que por sabi<strong>os</strong> ni prudentes en este mundo.<br />

Por Jesucristo nuestro Señor


IV. DESDE JAPON<br />

A SUS COMPAÑEROS RESIDENTES EN GOA,<br />

Kag<strong>os</strong>hima 5 de noviembre 1549<br />

Un<strong>os</strong> meses después de llegar a Japón, Javier escribe a sus<br />

compañer<strong>os</strong> de Goa una larguísima carta en las que les comunica<br />

las novedades, exteriores e interiores, que va experimentando.<br />

El tono de esta carta es profundamente espiritual<br />

y fraterno. Javier permanecerá en Japón hasta noviembre de<br />

1551.<br />

Jesús. La gracia y amor de Cristo nuestro Señor sea<br />

siempre en nuestra ayuda y favor. Amén. […]<br />

11. […] N<strong>os</strong> trujo Di<strong>os</strong> a estas tierras, que tanto<br />

deseábam<strong>os</strong> llegar, día de nuestra Señora de ag<strong>os</strong>to año de<br />

1549. Y sin poder tomar otro puerto de Japón, venim<strong>os</strong> a<br />

Cangoxima, que es la tierra de Paulo de Santa Fe, donde<br />

tod<strong>os</strong> n<strong>os</strong> recibieron con mucho amor, así sus parientes como<br />

l<strong>os</strong> que no lo eran.<br />

12. De Japón, por la experiencia que de la tierra<br />

tenem<strong>os</strong>, <strong>os</strong> hago saber lo que de ella tenem<strong>os</strong> alcanzado;<br />

primeramente, la gente que hasta ahora tenem<strong>os</strong> conversado,<br />

es la mejor que hasta ahora está descubierta, y me parece que<br />

entre gente infiel no se hallará otra que gane a l<strong>os</strong> japoneses.<br />

Es gente de muy buena conversación, y generalmente buena y<br />

no malici<strong>os</strong>a, gente de honra mucho a maravilla, estiman más<br />

la honra que ninguna otra c<strong>os</strong>a, es gente pobre en general, y<br />

la pobreza entre hidalg<strong>os</strong> y l<strong>os</strong> que no lo son, no la tienen por<br />

afrenta. […]<br />

20. Una c<strong>os</strong>a <strong>os</strong> hago saber <strong>para</strong> que deis muchas<br />

gracias a Di<strong>os</strong> nuestro Señor: que esta isla de Japón está muy<br />

dispuesta <strong>para</strong> en ella se acrecentar mucho nuestra santa fe, y<br />

si supiésem<strong>os</strong> hablar la lengua, no pongo duda ninguna en<br />

creer que se harían much<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>. Placerá a Di<strong>os</strong> nuestro<br />

Señor que la aprenderem<strong>os</strong> en breve, porque ya comenzam<strong>os</strong><br />

de gustar de ella, y declaram<strong>os</strong> l<strong>os</strong> diez mandamient<strong>os</strong> en<br />

cuarenta días que n<strong>os</strong> dim<strong>os</strong> a aprenderla. […]<br />

21. Estad aparejad<strong>os</strong>, porque no será mucho que antes<br />

de d<strong>os</strong> añ<strong>os</strong> <strong>os</strong> escriba <strong>para</strong> que much<strong>os</strong> de v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> vengan<br />

a Japón. Por tanto, dispone<strong>os</strong> a buscar mucha humildad,<br />

persiguiéndo<strong>os</strong> a v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> mism<strong>os</strong> en las c<strong>os</strong>as donde sentís o<br />

deberíais sentir repugnancia, trabajando con todas las fuerzas<br />

que Di<strong>os</strong> <strong>os</strong> da <strong>para</strong> conocer<strong>os</strong> interiormente, <strong>para</strong> lo que sois,<br />

y de aquí creceréis en mayor fe, esperanza y confianza y amor<br />

en Di<strong>os</strong> y caridad con el prójimo, pues de la desconfianza<br />

propia nace la confianza de Di<strong>os</strong>, que es verdadera, y por esta<br />

vía alcanzaréis humildad interior, de la cual en todas partes, y<br />

más en éstas, tendréis mayor necesidad de lo que pensáis.<br />

Cuidad que no echéis mano de la buena opinión en que el<br />

pueblo <strong>os</strong> tiene, si no fuere <strong>para</strong> vuestra confusión, porque de


este descuido vienen algunas personas a perder la humildad<br />

interior, creciendo en alguna soberbia; y andando el tiempo, no<br />

conociendo cuán dañ<strong>os</strong>o le es, vienen l<strong>os</strong> que l<strong>os</strong> loaban a<br />

perderles la devoción y ell<strong>os</strong> a desinquietarse, no hallando<br />

consolación dentro ni fuera. […]<br />

24. Yo sé de una persona, a la cual Di<strong>os</strong> hizo mucha<br />

merced, ocupánd<strong>os</strong>e muchas veces, así en l<strong>os</strong> peligr<strong>os</strong> como<br />

fuera de ell<strong>os</strong>, en poner toda su esperanza y confianza en él, y<br />

el provecho que de ello le vino, sería muy largo de escribir; y<br />

porque l<strong>os</strong> mayores trabaj<strong>os</strong> en que hasta ahora <strong>os</strong> habéis<br />

visto, son pequeñ<strong>os</strong> en com<strong>para</strong>ción de l<strong>os</strong> que <strong>os</strong> habéis de<br />

ver l<strong>os</strong> que a Japón viniereis, <strong>os</strong> ruego y pido cuanto puedo,<br />

por amor y servicio de Di<strong>os</strong> nuestro Señor, que <strong>os</strong> <strong>dispongáis</strong><br />

<strong>para</strong> mucho, deshaciendo mucho vuestras propias afecciones,<br />

pues son impedimento de tanto bien; y mirad mucho por<br />

v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, herman<strong>os</strong> mí<strong>os</strong> en Jesucristo, porque much<strong>os</strong> hay<br />

en el infierno que, cuando en esta vida presente estaban,<br />

fueron causa de instrumento <strong>para</strong> que otr<strong>os</strong> por sus palabras<br />

se salvasen y fuesen a la gloria del <strong>para</strong>íso, y ell<strong>os</strong>, por<br />

carecer de humildad interior, fueron a el infierno por hacer<br />

fundamento en una engañ<strong>os</strong>a y falsa opinión de sí mism<strong>os</strong>, y<br />

ninguno hay en el infierno de l<strong>os</strong> que, cuando en esta vida<br />

presente estaban, trabajaron tomando medi<strong>os</strong> con l<strong>os</strong> cuales<br />

alcanzaron esta interior humildad.<br />

25. Acorda<strong>os</strong> siempre aquel dicho del Señor, que dice:<br />

"Porque ¿de qué le sirve el ganar todo el mundo si pierde su<br />

alma?". No hagáis fundamento alguno de v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> en <strong>os</strong><br />

parecer que ha mucho tiempo que estáis en la Compañía, y<br />

que sois más antigu<strong>os</strong> l<strong>os</strong> un<strong>os</strong> que l<strong>os</strong> otr<strong>os</strong>, y que por esta<br />

causa sois <strong>para</strong> más que l<strong>os</strong> que no estuvieron tanto tiempo.<br />

Holgaría yo y sería muy consolado en saber que l<strong>os</strong> más<br />

antigu<strong>os</strong> ocupan muchas veces su entendimiento en pensar<br />

cuán mal se aprovecharon del tiempo que en la Compañía<br />

estuvieron, y cuánto perdieron de él en no ir adelante, mas<br />

antes, tornando atrás; pues l<strong>os</strong> que en la vía de la perfección<br />

no van creciendo, pierden lo que ganaron; y l<strong>os</strong> más antigu<strong>os</strong><br />

que en esto se ocupan, confúndense mucho y dispónense<br />

<strong>para</strong> buscar humildad interior más que exterior, y de nuevo<br />

toman fuerzas y ánimo <strong>para</strong> cobrar lo perdido, y de esta<br />

manera edifican mucho, dando ejemplo y buen olor de sí a l<strong>os</strong><br />

novici<strong>os</strong> y a l<strong>os</strong> otr<strong>os</strong> que conversan. Ejercita<strong>os</strong> tod<strong>os</strong> siempre<br />

en este continuo ejercicio, pues <strong>os</strong> deseáis señalar en servir a<br />

Cristo. […]<br />

27. Témome que el enemigo desinquiete algun<strong>os</strong> de<br />

v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, proponiéndo<strong>os</strong> c<strong>os</strong>as arduas y grandes de servicio<br />

de Di<strong>os</strong>, que haríais si en otras partes de las en que ahora<br />

estáis <strong>os</strong> hallaseis. Todo esto ordena el demonio a este fin de<br />

desconsolar<strong>os</strong>, desinquietándo<strong>os</strong> que no hagáis fruto en<br />

vuestras ánimas ni en las de l<strong>os</strong> prójim<strong>os</strong> en las partes donde<br />

al presente <strong>os</strong> halláis, dándo<strong>os</strong> a entender que perdéis el<br />

tiempo. Esta es una clara, manifiesta y común tentación a<br />

much<strong>os</strong> que desean servir a Di<strong>os</strong>; a esta tentación <strong>os</strong> ruego<br />

mucho que resistáis, pues es tan dañ<strong>os</strong>a a el espíritu y a la<br />

perfección, que impide no ir adelante, y hace tornar atrás con<br />

mucha sequedad y desconsolación de espíritu.<br />

28. Por tanto, cada uno de v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, en las partes<br />

donde está, trabaje mucho de aprovechar a sí primero, y<br />

después a l<strong>os</strong> otr<strong>os</strong>, teniendo cierto <strong>para</strong> sí que en ninguna<br />

otra parte puede tanto servir a Di<strong>os</strong> como donde por obediencia<br />

se halla, confiando en Di<strong>os</strong> nuestro Señor que él dará a<br />

sentir a vuestro superior, cuando fuere tiempo, que <strong>os</strong> mande<br />

por obediencia a las partes donde él más fuere servido; y de<br />

esta manera <strong>os</strong> aprovecharéis en vuestras almas viviendo consolad<strong>os</strong><br />

y ayudándo<strong>os</strong> mucho del tiempo, pues es c<strong>os</strong>a tan<br />

rica, sin ser de much<strong>os</strong> conocida; pues sabéis cuán estrecha<br />

cuenta habéis de dar a Di<strong>os</strong> nuestro Señor de él. Porque así<br />

como en las partes donde <strong>os</strong> deseáis hallar, no hacéis ningún<br />

fruto, no estando en ellas, así de la misma manera en las


partes donde estáis, ni a v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> ni a otr<strong>os</strong> aprovecháis, por<br />

tener l<strong>os</strong> pensamient<strong>os</strong> y dese<strong>os</strong> ocupad<strong>os</strong> en otras partes.<br />

[…]<br />

43. […] Pensábam<strong>os</strong> n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> hacerle algún servicio en<br />

venir a estas partes a acrecentar su santa fe, y ahora por su<br />

bondad n<strong>os</strong> dio claramente a conocer y sentir la merced que<br />

n<strong>os</strong> tiene hecha, tan inmensa, en traern<strong>os</strong> a Japón,<br />

librándon<strong>os</strong> del amor de muchas criaturas que n<strong>os</strong> impedían<br />

tener mayor fe, esperanza y confianza en él. Juzgad v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong><br />

ahora si n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> fuésem<strong>os</strong> l<strong>os</strong> que deberíam<strong>os</strong> de ser, cuán<br />

descansada, consolada y toda llena de placer sería nuestra<br />

vida, esperando solamente en aquel de quien todo bien<br />

procede, y no engaña a l<strong>os</strong> que en él confían, mas antes es<br />

más largo en dar, de la que son l<strong>os</strong> hombres en pedir y<br />

esperar. Por amor de nuestro Señor que n<strong>os</strong> ayudéis a dar<br />

gracias de tan grandes mercedes, <strong>para</strong> que no caigam<strong>os</strong> en<br />

pecado de ingratitud; pues en l<strong>os</strong> que desean servir a Di<strong>os</strong>,<br />

este pecado es causa por donde Di<strong>os</strong> nuestro Señor deja de<br />

hacer mayores mercedes de las que hace, por no ser en<br />

conocimiento de tanto bien, ayudánd<strong>os</strong>e de él. […]<br />

45. Hízon<strong>os</strong>, Di<strong>os</strong> tanta merced en traern<strong>os</strong> a estas<br />

partes, las cuales carecen de estas abundancias, que, aunque<br />

quisiésem<strong>os</strong> dar estas superfluidades a el cuerpo, no lo sufre<br />

la tierra. No matan ni comen c<strong>os</strong>a que crían, algunas veces<br />

comen pescado y arroz y trigo, aunque poco. Hay muchas<br />

yerbas de que se mantienen y algunas frutas, aunque pocas.<br />

Vive la gente de esta tierra muy sana a maravilla, y hay<br />

much<strong>os</strong> viej<strong>os</strong>. Bien se ve en l<strong>os</strong> japoneses cómo nuestra<br />

naturaleza con poco se s<strong>os</strong>tiene, aunque no hay c<strong>os</strong>a que la<br />

contente. Vivim<strong>os</strong> en esta tierra muy san<strong>os</strong> de l<strong>os</strong> cuerp<strong>os</strong>.<br />

¡Pluguiese a Di<strong>os</strong> que así n<strong>os</strong> fuese en las almas! […]<br />

48. N<strong>os</strong>, en estas partes, lo que pretendem<strong>os</strong>, es traer<br />

las gentes en conocimiento de su criador, redentor y salvador<br />

Jesucristo nuestro Señor. Vivim<strong>os</strong> con mucha confianza,<br />

esperando en él que n<strong>os</strong> ha de dar fuerzas, gracia, ayuda y<br />

favor <strong>para</strong> llevar esto adelante. La gente secular no me parece<br />

que n<strong>os</strong> ha de contradecir ni perseguir, cuanto es de su parte,<br />

salvo si no fuere por muchas importunaciones de l<strong>os</strong> bonz<strong>os</strong>.<br />

N<strong>os</strong> no pretendem<strong>os</strong> diferencias con ell<strong>os</strong>, ni por su temor<br />

habern<strong>os</strong> de dejar de hablar de la gloria de Di<strong>os</strong> y de la<br />

salvación de las ánimas; y ell<strong>os</strong> no n<strong>os</strong> pueden hacer más mal<br />

de lo que Di<strong>os</strong> nuestro Señor les permitiere; y el mal que por<br />

su parte n<strong>os</strong> viniere, es merced que nuestro Señor n<strong>os</strong> hará, si<br />

por su amor y servicio y celo de las almas n<strong>os</strong> acortaren l<strong>os</strong><br />

días de la vida, siendo ell<strong>os</strong> instrument<strong>os</strong> <strong>para</strong> que esta<br />

continua muerte en que vivim<strong>os</strong> se acabe, y nuestr<strong>os</strong> dese<strong>os</strong><br />

en breve se cumplan, yendo a reinar <strong>para</strong> siempre con Cristo.<br />

Nuestras intenciones son declarar y manifestar la verdad, por<br />

mucho que ell<strong>os</strong> n<strong>os</strong> contradigan, pues Di<strong>os</strong> n<strong>os</strong> obliga a que<br />

más amem<strong>os</strong> la salvación de nuestr<strong>os</strong> prójim<strong>os</strong> que nuestras<br />

vidas corporales. Pretendem<strong>os</strong>, con ayuda, favor y gracia de<br />

nuestro Señor, de cumplir este precepto, dándon<strong>os</strong> él fuerzas<br />

interiores <strong>para</strong> lo manifestar entre tantas idolatrías como hay<br />

en Japón. […]<br />

60. Así acabo sin poder acabar de escribir el grande<br />

amor que <strong>os</strong> tengo a tod<strong>os</strong> en general y en particular; y si l<strong>os</strong><br />

corazones de l<strong>os</strong> que en Cristo se aman, se pudiesen ver en<br />

esta presente vida, creed, herman<strong>os</strong> mí<strong>os</strong> carísim<strong>os</strong>, que en el<br />

mío <strong>os</strong> veríais claramente; y si no <strong>os</strong> conocieseis, mirándo<strong>os</strong><br />

en él, sería porque <strong>os</strong> tengo en tanta estima, y v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> por<br />

vuestras virtudes tener<strong>os</strong> en tanto desprecio, que por vuestra<br />

humildad dejaríais de <strong>os</strong> ver y conocer en él, y no porque<br />

vuestras imágenes no estén imprimidas en mi alma y corazón.<br />

Os ruego mucho que entre v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> haya un verdadero amor,<br />

no dejando nacer amarguras de ánimo. Convertid parte de<br />

vuestr<strong>os</strong> fervores en amar<strong>os</strong> l<strong>os</strong> un<strong>os</strong> a l<strong>os</strong> otr<strong>os</strong>, y parte de<br />

l<strong>os</strong> dese<strong>os</strong> de padecer por Cristo en padecer por su amor,<br />

venciendo en v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> todas las repugnancias que no dejan<br />

crecer este amor, pues sabéis que dijo Cristo que en esto<br />

conoce a l<strong>os</strong> suy<strong>os</strong>, si se amaren l<strong>os</strong> un<strong>os</strong> a l<strong>os</strong> otr<strong>os</strong>. Di<strong>os</strong>


nuestro Señor n<strong>os</strong> dé a sentir dentro en nuestras almas su<br />

santísima voluntad, y gracia <strong>para</strong> perfectamente cumplirla.<br />

De Cangoxima, a cinco de noviembre de 1549 añ<strong>os</strong>.<br />

Vuestro todo en Cristo hermano carísimo,<br />

Francisco.<br />

“y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

¿Qué actualidad tiene <strong>para</strong> ti esta carta de Javier?<br />

• L<strong>os</strong> que vayan a Japón se dispongan a buscar mucha<br />

humildad. Uno esperaría otras recomendaciones <strong>para</strong> la<br />

futura misión, pero Javier vierte su experiencia del<br />

seguimiento de Jesús pobre y humilde.<br />

• Otra vez se les confiesa veladamente: “Yo sé de una<br />

persona…”. Y les pide que “<strong>os</strong> <strong>dispongáis</strong> <strong>para</strong> <strong>mucho”</strong>. Es<br />

la oblación de mayor estima y momento del rey temporal.<br />

• Esa frase del Evangelio que le decía Ignacio, revolucionó<br />

toda la vida de Javier.<br />

• Discreción de espíritus. Las argucias del “enemigo” que<br />

hay que desenmascarar en la vida ordinaria. El sentido<br />

común y espiritual de Javier n<strong>os</strong> brinda una clara<br />

respuesta. Realismo contra las imaginaciones.<br />

• No hacem<strong>os</strong> n<strong>os</strong>otr<strong>os</strong> ningún servicio a Di<strong>os</strong>, es Él quien<br />

n<strong>os</strong> da sus dones y mercedes continuamente.<br />

• Lo que busca Javier es “traer a las gentes en<br />

conocimiento de su creador, redentor y salvador<br />

Jesucristo”, y <strong>para</strong> eso se le impone “amar más la<br />

salvación de nuestr<strong>os</strong> prójim<strong>os</strong> que nuestras vidas<br />

corporales”.<br />

• En su despedida fluye continuamente la palabra “amor”.<br />

Son sus compañer<strong>os</strong>, sus “amig<strong>os</strong> en el Señor”.<br />

Oración:<br />

Eterno Padre,<br />

mientras Ignacio oraba<br />

en la capilla de La Storta,<br />

quisiste aceptar su petición,<br />

por intercesión de nuestra Señora,<br />

de ser puesto con tu Hijo.<br />

Al decirle: “Yo estaré con v<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>”,<br />

llegaste a manifestarle tu deseo<br />

de que Jesús, portador de la cruz,<br />

lo admitiese como servidor diciéndole:<br />

“Quiero que tú n<strong>os</strong> sirvas”.<br />

N<strong>os</strong>otr<strong>os</strong>, sucesores de aquell<strong>os</strong> hombres,<br />

que fueron l<strong>os</strong> primer<strong>os</strong><br />

“compañer<strong>os</strong> de Jesús”,<br />

repetim<strong>os</strong> la misma súplica<br />

de ser puest<strong>os</strong> con tu Hijo<br />

y de servirle<br />

bajo el estandarte de la Cruz,<br />

en la que está clavado<br />

con el c<strong>os</strong>tado traspasado y el corazón abierto,<br />

en señal de su amor a Ti<br />

y a toda la humanidad.<br />

Pedim<strong>os</strong> tu gracia <strong>para</strong> continuar<br />

sirviéndote a Ti y a tu Hijo<br />

con el mismo espíritu y el mismo amor.


V. Hacia CHINA<br />

AL PADRE IGNACIO DE LOYOLA, ROMA.<br />

Cochín, 29 de Enero de 1552<br />

Esta es la última carta que Javier escribe a Ignacio, recién<br />

vuelto de Japón, con la mirada ya puesta en China. El 17 de<br />

abril de 1552 partirá de Goa rumbo a China; pasará por<br />

Malaca y en ag<strong>os</strong>to llegará a Sanchian, <strong>para</strong> esperar y esperar…<br />

La gracia y amor de Cristo nuestro Señor sea siempre<br />

en nuestra ayuda y favor.<br />

1. Verdadero Padre mío: Una carta de vuestra santa<br />

Caridad recibí en Malaca ahora cuando venía de Japón; y en<br />

saber nuevas de tan deseada salud y vida, Di<strong>os</strong> nuestro Señor<br />

sabe cuán consolada fué mi ánima; y entre otras muchas<br />

santas palabras y consolaciones de su carta, leí las últimas<br />

que decían: “Todo vuestro, sin poderme olvidar en tiempo<br />

alguno, Ignacio”; las cuales, así como con lágrimas leí, con<br />

lágrimas las escribo, acordándome del tiempo pasado, del<br />

mucho amor que siempre me tuvo y tiene, y también<br />

considerando cómo de l<strong>os</strong> much<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong> y peligr<strong>os</strong> de<br />

Japón me libró Di<strong>os</strong> nuestro Señor por la intercesión de las<br />

santas oraciones de vuestra Caridad. […]<br />

3. Escríbeme vuestra santa Caridad cuánt<strong>os</strong> dese<strong>os</strong><br />

tiene de me ver antes de acabar esta vida. Di<strong>os</strong> nuestro Señor<br />

sabe cuánta impresión hicieron estas palabras de tan grande<br />

amor en mi ánima, y cuántas lágrimas me cuestan las veces<br />

que de ellas me acuerdo; y en me parecer que puede serme<br />

consuelo, pues a la santa obediencia no hay c<strong>os</strong>a<br />

imp<strong>os</strong>ible.[…]<br />

8. [L<strong>os</strong> que mandéis a Japón] han de ser más<br />

perseguid<strong>os</strong> de lo que much<strong>os</strong> piensan; […]. No han de tener<br />

tiempo <strong>para</strong> orar, meditar y contemplar, ni <strong>para</strong> ningún<br />

recogimiento espiritual; no pueden decir misa, a lo men<strong>os</strong> a l<strong>os</strong><br />

principi<strong>os</strong>; continuadamente han de ser ocupad<strong>os</strong> en<br />

responder a preguntas; <strong>para</strong> rezar su oficio les ha de faltar<br />

tiempo, y aun <strong>para</strong> comer y dormir. Son muy importun<strong>os</strong>,<br />

principalmente con extranjer<strong>os</strong> que l<strong>os</strong> tienen en poca cuenta,<br />

que siempre hacen burla de ell<strong>os</strong>.[…]<br />

12. No es tierra <strong>para</strong> hombres viej<strong>os</strong>, por causa de l<strong>os</strong><br />

much<strong>os</strong> trabaj<strong>os</strong>, ni <strong>para</strong> muy moz<strong>os</strong>, si no fueren de grandes<br />

experiencias; porque de otra manera en lugar de aprovechar a<br />

otr<strong>os</strong>, se pierden. […]<br />

17. Paréceme que ha de ir en grande crecimiento lo de<br />

Amanguchi, porque hay much<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong>, y entre ell<strong>os</strong> mu-


chas buenas personas, y otras que cada día se hacen. Vivo<br />

con mucha esperanza que Di<strong>os</strong> nuestro Señor ha de guardar a<br />

el Padre C<strong>os</strong>me de Torres y Juan Fernández que no l<strong>os</strong><br />

maten, porque l<strong>os</strong> mayores peligr<strong>os</strong> ya son pasad<strong>os</strong>, y también<br />

porque hay much<strong>os</strong> cristian<strong>os</strong> y personas principales entre<br />

ell<strong>os</strong> que tienen grande cuidado de guardarl<strong>os</strong> de día y de<br />

noche. Juan Fernández es lego y sabe muy bien hablar<br />

japonés. Habla todo aquello que el Padre C<strong>os</strong>me de Torres le<br />

dice. Se ocupan ahora en declarar por continuas predicaciones<br />

tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> misteri<strong>os</strong> de la vida de Cristo.[…]<br />

19. La China es una tierra muy grandísima, pacífica, y<br />

gobernada con grandes leyes, hay un solo rey, y es en grande<br />

manera obedecido. Es riquísimo reino, y abundantísimo de<br />

tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> mantenimient<strong>os</strong>; no hay sino una pequeña travesía<br />

de China a Japón. Est<strong>os</strong> chin<strong>os</strong> son muy ingeni<strong>os</strong><strong>os</strong> y dad<strong>os</strong> a<br />

estudi<strong>os</strong>, principalmente a las leyes humanas sobre la<br />

gobernación de la república; son muy dese<strong>os</strong><strong>os</strong> de saber. Es<br />

gente blanca, sin barba, l<strong>os</strong> oj<strong>os</strong> muy pequeñ<strong>os</strong>; es gente<br />

liberal, sobre todo muy pacífica; no hay guerra entre ell<strong>os</strong>. Si<br />

acá en la India no hubiere algun<strong>os</strong> impediment<strong>os</strong> que me<br />

estorben la partida este año de 52, espero de ir a la China por<br />

el grande servicio de Di<strong>os</strong> nuestro que se puede seguir, así en<br />

la China como en Japón; porque sabiendo l<strong>os</strong> japoneses que<br />

la ley de Di<strong>os</strong> reciben l<strong>os</strong> chin<strong>os</strong>, han de perder más presto la<br />

fe que tienen a sus sectas. Grande esperanza tengo que así<br />

l<strong>os</strong> chin<strong>os</strong> como l<strong>os</strong> japoneses, por la Compañía del nombre<br />

de Jesús han de salir de sus idolatrías y adorar a Di<strong>os</strong> y a<br />

Jesucristo Salvador de todas las gentes.[…]<br />

22. Por amor y servicio de Di<strong>os</strong> nuestro Señor que<br />

vuestra santa Caridad, con toda la Compañía, me encomiende<br />

continuamente a Di<strong>os</strong>. Deseo mucho ser encomendado en<br />

tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> Padres, especialmente en l<strong>os</strong> profes<strong>os</strong>, y esto por<br />

intercesión de vuestra santa Caridad.<br />

23. Y así ceso rogando a Di<strong>os</strong> nuestro Señor, tomando<br />

en la tierra a vuestra Caridad por intercesor con toda a<br />

Compañía, juntamente con toda la Iglesia militante; y en el<br />

cielo consiguientemente, comenzando por tod<strong>os</strong> l<strong>os</strong> beat<strong>os</strong><br />

que en esta vida fueron de la Compañía, con toda la Iglesia<br />

triunfante, <strong>para</strong> que por sus rueg<strong>os</strong> y mérit<strong>os</strong> Di<strong>os</strong> nuestro<br />

Señor me dé a sentir en esta vida su santísima voluntad, y<br />

sentida, gracia <strong>para</strong> bien y perfectamente cumplirla.<br />

De Cochín, a 29 de enero año de 1552.<br />

Menor hijo y en destierro mayor,<br />

Francisco.<br />

y reflectir después <strong>para</strong> sacar provecho de<br />

sus palabras” [EE 107]<br />

Afloran en esta carta algunas de las experiencias básicas<br />

de todo jesuita: amig<strong>os</strong> en el Señor, disponibilidad,<br />

misión en dificultades, ir más allá, sentirse miembro de un<br />

mismo cuerpo, necesitar de l<strong>os</strong> compañer<strong>os</strong>,… ¿Qué te<br />

evoca todo esto en tu vida personal y ap<strong>os</strong>tólica, como<br />

jesuita, aquí y ahora?<br />

• Javier recibe gran consolación con la última carta de<br />

Ignacio, especialmente con sus palabras finales. Resuena,<br />

en las d<strong>os</strong> veces que aparece la palabra “amor”, la<br />

profunda amistad de l<strong>os</strong> “amig<strong>os</strong> en el Señor”. Ante el<br />

deseo de Ignacio de ver a Javier, éste le responde que “a<br />

la santa obediencia no hay c<strong>os</strong>a imp<strong>os</strong>ible”. Disponibilidad<br />

de Javier.<br />

• Javier le expone a Ignacio las cualidades que han de tener<br />

l<strong>os</strong> que sean enviad<strong>os</strong> a Japón: fuertes ante las persecuciones,<br />

de edad madura, llen<strong>os</strong> de vida espiritual pues les<br />

ha de faltar tiempo <strong>para</strong> orar… Javier no pierde nunca de<br />

vista que el fin de la Compañía es la misión: “aprovechar a<br />

otr<strong>os</strong>”.


• Javier ha dejado en Amanguchi quienes pr<strong>os</strong>igan su<br />

iniciada misión japonesa. No se olvida de ell<strong>os</strong> y vive “con<br />

mucha esperanza” la misión que tienen de anunciar a<br />

Cristo en medio de dificultades. La misión, cualquier<br />

misión de cualquier jesuita, aunque no sea fácil hay que<br />

vivirla “con mucha esperanza”, porque en el fondo es la<br />

misión de Cristo, de la cual cada jesuita es “servidor”.<br />

• La descripción que hace Javier de sus informaciones de<br />

China está polarizada por d<strong>os</strong> element<strong>os</strong>: las buenas<br />

disp<strong>os</strong>iciones naturales de l<strong>os</strong> chin<strong>os</strong>, y la idea de que si<br />

l<strong>os</strong> chin<strong>os</strong> se convierten lo harán también l<strong>os</strong> japoneses.<br />

Javier siempre quiere ir más allá “por el gran servicio de<br />

Di<strong>os</strong> nuestro Señor que se puede seguir”.<br />

• L<strong>os</strong> d<strong>os</strong> párraf<strong>os</strong> finales de esta última carta de Javier son<br />

insistentes: la necesidad que tiene de ser ayudado y<br />

mantenido por las oraciones de Ignacio y de toda la<br />

Compañía. Javier siente que la mayor ayuda <strong>para</strong> él serán<br />

las oraciones de sus compañer<strong>os</strong>, a quienes se siente<br />

unido, como miembro de un mismo cuerpo.<br />

Oración:<br />

Señor Jesús,<br />

te encomendam<strong>os</strong><br />

el cuerpo universal de la Compañía,<br />

<strong>para</strong> que sea gobernado en su cabeza<br />

y en sus miembr<strong>os</strong>,<br />

en l<strong>os</strong> san<strong>os</strong> y en l<strong>os</strong> enferm<strong>os</strong>,<br />

en l<strong>os</strong> que aprovechan<br />

y en l<strong>os</strong> que están tentad<strong>os</strong>,<br />

en lo espiritual y en lo temporal,<br />

<strong>para</strong> gloria de tu Nombre<br />

y el bien de toda la Iglesia.<br />

Haz que conozcam<strong>os</strong> a fondo<br />

nuestra vocación,<br />

y conociéndola la amem<strong>os</strong><br />

y cumplam<strong>os</strong> con perfección<br />

lo que exige.<br />

Haz, Señor, que caminem<strong>os</strong><br />

unid<strong>os</strong> por el vínculo del amor fraterno,<br />

experimentem<strong>os</strong> tu bendición<br />

en el desempeño de nuestr<strong>os</strong> deberes<br />

y ministeri<strong>os</strong>.<br />

Haz, Señor, que seam<strong>os</strong> sobri<strong>os</strong> y sencill<strong>os</strong>,<br />

prudentes y pacífic<strong>os</strong>,<br />

<strong>para</strong> que nuestra vida<br />

corresponda a nuestro nombre<br />

de compañer<strong>os</strong> de Jesús.<br />

Confirma, Señor Jesús, lo que comenzaste<br />

en tu Compañía<br />

<strong>para</strong> que, con tu ayuda y tu gracia,<br />

vivam<strong>os</strong> en ella hasta la muerte.<br />

(Oración de san Pedro Canisio)

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!