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Creciendo en Sabriduria-PDF - Bible-lessons.org

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<strong>Creci<strong>en</strong>do</strong> <strong>en</strong> sabiduría serie de estudio bíblico<br />

tan cortantes que, si se las hubiera pres<strong>en</strong>tado<br />

<strong>en</strong> forma de d<strong>en</strong>uncia directa,<br />

ellos no habrían escuchado sus palabras<br />

y bi<strong>en</strong> pronto hubieran puesto fin<br />

a su ministerio. Pero mi<strong>en</strong>tras eludía a<br />

los espías, hacía la verdad tan clara que<br />

el error era puesto de manifiesto, y los<br />

hombres de corazón sincero aprovechaban<br />

sus lecciones. La sabiduría divina,<br />

la gracia infinita, eran aclaradas por<br />

los objetos de la creación de Dios. Por<br />

medio de la naturaleza y los incid<strong>en</strong>tes<br />

de la vida, los hombres eran <strong>en</strong>señados<br />

acerca de Dios. “Las cosas invisibles<br />

de él, su eterna pot<strong>en</strong>cia y divinidad,<br />

se echan de ver desde la creación del<br />

mundo, si<strong>en</strong>do <strong>en</strong>t<strong>en</strong>didas por las cosas<br />

que son hechas”. Romanos 1:20.<br />

En la <strong>en</strong>señanza <strong>en</strong> parábolas usada<br />

por el Salvador se halla una indicación<br />

de lo que constituye la verdadera<br />

“educación superior”. Cristo<br />

podría haber abierto ante los hombres<br />

las más profundas verdades de<br />

la ci<strong>en</strong>cia. Podría haber descubierto<br />

misterios cuya p<strong>en</strong>etración habría<br />

requerido muchos siglos de fatiga y<br />

estudio. Podría haber hecho insinuaciones<br />

<strong>en</strong> los ramos ci<strong>en</strong>tíficos que<br />

habrían proporcionado alim<strong>en</strong>to para<br />

el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to y estímulo para la inv<strong>en</strong>tiva<br />

hasta el fin de los tiempos.<br />

Pero no lo hizo. No dijo nada para<br />

satisfacer la curiosidad o para gratificar<br />

las ambiciones de los hombres<br />

abriéndoles las puertas a las grandezas<br />

mundanas. En toda su <strong>en</strong>señanza,<br />

Cristo puso la m<strong>en</strong>te del hombre<br />

<strong>en</strong> contacto con la M<strong>en</strong>te infinita.<br />

No indujo a sus oy<strong>en</strong>tes a estudiar<br />

las teorías de los hombres acerca de<br />

Dios, su Palabra o sus obras. Les <strong>en</strong>señó<br />

a contemplarlo tal como se manifestaba<br />

<strong>en</strong> sus obras, <strong>en</strong> su Palabra<br />

y por sus provid<strong>en</strong>cias.<br />

Cristo no trató de teorías abstractas,<br />

sino de aquello que es es<strong>en</strong>cial para<br />

el desarrollo del carácter, aquello que<br />

11<br />

aum<strong>en</strong>ta la capacidad del hombre para<br />

conocer a Dios y amplía su efici<strong>en</strong>cia<br />

para lo bu<strong>en</strong>o. Habló a los hombres de<br />

aquellas verdades que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver<br />

con la conducta de la vida y que abarcan<br />

la eternidad.<br />

Fue Cristo el que dirigió la educación<br />

de Israel. Con respecto a los mandami<strong>en</strong>tos<br />

y ord<strong>en</strong>anzas del Señor él dijo:<br />

“Las repetirás a tus hijos, y hablarás<br />

de ellas estando <strong>en</strong> tu casa, y andando<br />

por el camino, y al acostarte, y cuando<br />

te levantes: y has de atarlas por señal<br />

<strong>en</strong> tu mano, y estarán por frontales<br />

<strong>en</strong>tre tus ojos: y las escribirás <strong>en</strong> los<br />

postes de tu casa, y <strong>en</strong> tus portadas”.<br />

Deuteronomio 6:7-9. En su propia <strong>en</strong>señanza,<br />

Jesús mostró cómo había de<br />

cumplirse este mandami<strong>en</strong>to, cómo<br />

pued<strong>en</strong> pres<strong>en</strong>tarse las leyes y principios<br />

del reino de Dios para revelar su<br />

belleza y preciosura. Cuando el Señor<br />

estaba preparando a los hijos de Israel<br />

para que fueran sus repres<strong>en</strong>tantes especiales,<br />

les dio hogares situados <strong>en</strong>tre<br />

las colinas y los valles. En su vida <strong>en</strong><br />

el hogar y <strong>en</strong> su servicio religioso se ponían<br />

constantem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> contacto con la<br />

naturaleza y con la Palabra de Dios. Así<br />

también Cristo <strong>en</strong>señaba a sus discípulos<br />

junto al lago, sobre la ladera de la montaña,<br />

<strong>en</strong> los campos y arboledas, donde<br />

pudieran mirar las cosas de la naturaleza<br />

con las cuales ilustraba sus <strong>en</strong>señanzas.<br />

Y mi<strong>en</strong>tras apr<strong>en</strong>dían de Cristo, usaban<br />

sus conocimi<strong>en</strong>tos cooperando con él <strong>en</strong><br />

su obra.<br />

De esta suerte, mediante la creación<br />

hemos de familiarizarnos con el Creador.<br />

El libro de la naturaleza es un gran<br />

libro de texto, que debemos usar conjuntam<strong>en</strong>te<br />

con las Escrituras para <strong>en</strong>señar<br />

a los demás acerca del carácter<br />

de Dios y para guiar a las ovejas perdidas<br />

de vuelta al aprisco del Señor.<br />

Mi<strong>en</strong>tras se estudian las obras de Dios,<br />

el Espíritu Santo imparte convicción<br />

a la m<strong>en</strong>te. No se trata de la convic-

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