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Macbeth
© RICKY dÁvILa
Giuseppe Verdi
El enigma
de las brujas
Tcherniakov,
la psicología de la transgresión
Deslumbró su exquisito y dramático eugen oneguin con el que
se presentó en el teatro Real en 2010. Regresa ahora, este
joven y transgresor director ruso con un montón de premios
en la maleta, al que le gusta desplegar su imaginación como
escenógrafo y figurinista de sus producciones. Su visión de
Macbeth, aclamada por público y crítica en la opéra bastille, se
sitúa en la plaza de una pequeña ciudad donde, a la manera de
Lars von trier en Dogville, la aparentemente tranquila vida de
un lugar de provincias destila veneno en cada esquina, porque
el mal es una balsa de aceite que se extiende a todos. así, las
brujas habitan en cada personaje y están por todas partes. Las
luces y sombras de los personajes los humanizan, pues si bien
la semilla del diablo habita en Macbeth y en Lady Macbeth, hay
destellos que les otorgan una dimensión humana.
Como comentaba la crítica del New York Times en el estreno
parisino de 2009, “en esta fascinante producción, el joven
director ruso Dmitri Tcherniakov ni siquiera intenta retratar
a las brujas o los asesinos, su coro es tan solo un grupo de
personas, hombres y mujeres que deambula con vestidos
ordinarios”.
Para enfatizar la dualidad, la acción transcurre en dos
localizaciones marcadas en un mapa de Google en el que se
acerca el zoom: una es un exterior de casas uniformes donde
se concentra la gente, y la otra es una acogedora habitación
con una chimenea encendida. Este es el paisaje en el que
Tcherniakov sitúa a los personajes de Verdi para desmenuzar
y profundizar en la dimensión psicológica de cada uno de
ellos. Una lectura sin duda singular de la inmortal obra de
Shakespeare.[RZ]
teoDoR cURRentZIS © CRIstÓBaL MaNUeL
Currentzis,
director (actor) con una
“misión”...
Vuelve al Real el director griego de treinta y nueve
años, al que algunos consideran un talento fuera de
serie y otros un artista con una “misión” en el marco
internacional de la música clásica. este audaz director
estudió en el conservatorio de San Petersburgo con
Ilya Musin –el gran precursor de la dirección musical
en Rusia–, quien fue amigo de Dmitri Shostakóvich
y maestro de Yuri temirkanov, Semyon bychkov
y Valeri Gergiev.
Hay que tener presente que entre 2004 y 2010 la carrera
profesional de Currentzis ha estado estrechamente
asociada a la Ópera de Novosibirsk en Siberia, uno
de los teatros de ópera más grande del mundo. Allí
trabajó de forma intensa en su programación realizando
pruebas para seleccionar a sus músicos, actividades
culturales para complementar sus conciertos y, claro
está, dirigiendo óperas y conciertos sinfónicos. Pero
Currentzis es, además, desde 2004, director artístico del
grupo instrumental Musica Aeterna y del coro de cámara
Nuevos Cantantes Siberianos. Por eso, se ha trasladado
con todos ellos –como nuevo director artístico– al Teatro
de Ópera y Ballet de Perm (Rusia).
«su personalidad está presente
en cada cosa que dice o hace...»
Su pasión por la música antigua y la música actual le ha
llevado a crear, en 2006 en Moscú, el Territorio Festival
de Arte Moderno. Está claro pues que Currentzis tiene
una forma muy particular de entender la música, y
esto se aprecia en su forma de dirigir, en su técnica,
en su acabado, en todo. Su personalidad está presente
en cada cosa que dice o hace, quizás por eso la carrera
profesional de este innovador artista se ha enlazado con
la del director de escena moscovita Dmitri Tcherniakov
(en el Real trabajarán juntos en la nueva producción de
Macbeth). Y por eso sus trabajos juntos reciben críticas
de todo tipo pero, al final, siempre prima la calidad de la
dirección de escena y de la dirección musical.
Él, como su generación, está abierto a todo tipo de
músicas y sonidos, así que sus gustos sorprenderán
a más de uno. En sus entrevistas deja claro sus
preferencias por bandas como la británica Nurse with
Wound o la estadounidense Pearls before Swine. Pero
también muestra un gran interés por el cine, por eso
ha participado como actor en la película Dau, de Ilya
Khrzhanovski, donde interpreta al legendario científico
soviético Lev Landáu; otro buen ejemplo de su particular
personalidad.
Currentzis quiere que la música clásica no se limite, para
él eso no es vida. Hacer de la música algo académico es
desnaturalizarla. Opina que su “misión” en el ámbito
cultural ruso actual consiste en actualizar esas antiguas
tradiciones musicales: es lo que sabe que esperan de él y
lo que quiere hacer ahí donde está.[VP]
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[XI•XII-2012] L a RevIsta deL ReaL