Escuela Sabática - Iglesia Adventista del Séptimo Día Movimiento ...

Martes 9 de octubre
3.
Año Bíblico: Mateo 21-22
COMPRENDIENDO LA CUESTIÓN EN JUEGO
a. ¿Por qué somos amonestados hoy contra las peligrosas filosofías y
prácticas de muchos sinceros adherentes de la Nueva Era y
movimientos similares? Hechos 4:10–12; 1 Timoteo 6:20, 21.
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“Afirman algunos que la humanidad no necesita redención, sino desarrollo,
y que ella puede refinarse, elevarse y regenerarse por sí misma. Como Caín
pensó lograr el favor divino mediante una ofrenda que carecía de la sangre del
sacrificio, así obran los que esperan elevar a la humanidad a la altura del ideal
divino sin valerse del sacrificio expiatorio. La historia de Caín demuestra cuál
será el resultado de esta teoría. Demuestra lo que será el hombre sin Cristo. La
humanidad no tiene poder para regenerarse a sí misma. No tiende a subir hacia
lo divino, sino a descender hacia lo satánico. Cristo es nuestra única esperanza.”
—Patriarcas y Profetas, págs. 60, 61.
b. Según es ilustrado por la historia de Caín y Abel, ¿qué abarca la
verdadera fe en la expiación de Cristo? Romanos 3:23–31; Santiago
2:22, 17.
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“La verdadera fe, que descansa plenamente en Cristo, se manifestará
mediante la obediencia a todos los requerimientos de Dios. Desde los días de
Adán hasta el presente, el motivo del gran conflicto ha sido la obediencia a la
ley de Dios. En todo tiempo hubo individuos que pretendían el favor de Dios,
aun cuando menospreciaban algunos de sus mandamientos. Pero las Escrituras
declaran 'que la fe fue perfecta por las obras,' y que sin las obras de la
obediencia, la fe 'es muerta' (Santiago 2:22, 17).” —Ídem.
“Caín y Abel eran representantes de dos grandes clases. Abel, como
sacerdote, con fe solemne ofreció su sacrificio. Caín estuvo dispuesto a ofrecer
los frutos de su tierra, pero rehusó relacionar con su ofrenda la sangre de
animales. Su corazón rehusó mostrar su arrepentimiento por el pecado, y su fe
en un Salvador, ofreciendo la sangre de animales. Rehusó reconocer su
necesidad de un Redentor. Esto, para su orgulloso corazón, era dependencia y
humillación.
Pero Abel, mediante la fe en un futuro Redentor, ofreció a Dios un sacrificio
más aceptable que Caín. Su ofrenda de sangre de animales significaba que él era
un pecador y tenía pecados que limpiar, y que era penitente y creía en la eficacia
de la sangre de la futura gran ofrenda.” —Confrontation, págs. 22, 23.
12 UPASDIAMOR
Lecciones Bíblicas Sabáticas, octubre - diciembre, 2012