Escuela Sabática - Iglesia Adventista del Séptimo Día Movimiento ...

Literatura para los
Campos Misión
SÁBADO, 3 DE NOVIEMBRE DE 2012
En el siglo XXI, aunque internet, los libros
electrónicos y otros medios son formas
modernas de extender el evangelio, todavía
permanece un método único y versátil de
presentación que ningún otro tipo de medios puede
sustituir: la página impresa es una de las formas más
eficaces para que el evangelio pueda alcanzar aún los sitios
más remotos de la tierra—sin electricidad. A través de este medio las Buenas
Nuevas penetran antiguos países comunistas, ateos e islámicos y pueden ser
compartidas de forma personalizada. La sierva del Señor ha dicho: “Que las
publicaciones que contienen la verdad de la Biblia sean esparcidas como las hojas
de otoño” (En Lugares Celestiales, pág. 323). “Nuestros impresos debieran circular
en todas partes. Publíquense en muchos idiomas. El mensaje del tercer ángel debe
darse por este medio tanto como en la predicación de viva voz. Despertad, vosotros
que creéis en la verdad para este tiempo. Os incumbe el deber de proveer todos los
medios posibles para ayudar a que los que comprenden la verdad puedan
proclamarla” (Testimonios para la Iglesia, tomo 9, pág. 51).
“Haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová, salva a tu pueblo, el remanente de
Israel” (Jeremías 31:7). El pueblo de Dios, el remanente de Israel, debe publicar
las buenas nuevas de la salvación. Aunque tenemos un amplio suministro de
Biblias, libros y folletos para la evangelización en muchos países, todavía hay
enormes multitudes alrededor del mundo que no tienen el mismo privilegio. Es
nuestro deber y honor apoyar la distribución de literatura en varias regiones del
mundo. La Biblia ha sido traducida en muchas lenguas y dialectos, pero libros
esenciales tal como El Camino a Cristo, y La Gran Controversia no están
disponibles para millones. ¿Qué tal si compartimos las Lecciones Bíblicas
Sabáticas con aquellos que buscan hoy la verdad presente?
Considere las islas del Pacífico y los países africanos donde el mensaje de la
reforma todavía no ha entrado. Recordemos la promesa de Eclesiastés 11:1:
“Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días lo hallarás.”
Debemos extender la Palabra de Dios antes que sea demasiado tarde. Tal vez no
veamos los resultados inmediatamente, pero no pasará mucho antes que podamos
atestiguar la gran cosecha cuando la lluvia tardía venga en plenitud. Seamos
mayordomos sabios que almacenan el tesoro en el cielo—no en este mundo.
Estamos muy agradecidos por todo lo que nuestros hermanos, hermanas y
amigos en todas partes han hecho en el pasado—pero la necesidad ahora es mayor
que nunca antes. Por lo tanto, ¡seamos generosos con esta obra!
El Departamento de Publicaciones de la Conferencia General
Lecciones Bíblicas Sabáticas, Vol. 88, Nº 4
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