Descargar - Apariciones de Jesús y María

No os importe que, por ser siervos del Señor, tengáis que sufrir,
padecer.
No os importe que, por ser mis humildes esclavos, seáis relegados,
vistos como seres extraños en un mundo cambiante, evolucionado.
Pobre humanidad, que considera el Evangelio: obsoleto.
Pobre humanidad, que justifica el pecado y crea leyes, que llevan a
la condenación a muchísimos de mis hijos.
Os pido centrar vuestra mirada: en las Sagradas Escrituras, en el
Magisterio, en la Tradición.
Acoged, con humildad de corazón, mis advertencias marianas para
este final de los tiempos.
¿Qué es lo que he hecho en el transcurso de estos últimos años?
Explicaros las profecías bíblicas, preparar al mundo entero para un
nacimiento definitivo. Pronto Jesús instaurará su Reino: de paz, de
amor y de misericordia en la tierra.
¿Qué debéis hacer? Orar, reparar; porque la justa cólera ha
rebozado el Corazón Misericordioso de mi Hijo Jesús.
Esperad pronto, el triunfo de mi Inmaculado Corazón.
Os amo y os bendigo: . Amén.
Mi gran preocupación
Enero 12 de 2012
Hijos amados: mi gran preocupación es: ver al mundo alejado de
las leyes de Dios, abstraído por el materialismo, el hedonismo.
Mi gran preocupación es: ver cómo los hombres caminan
obstinadamente en el pecado; pecado que hiere el agonizante
Corazón de mi Hijo Jesús; pecado que ha lanzado a infinidad de
almas, a las profundidades del infierno.
Mi gran preocupación es: no ser escuchada; mis mensajes chocan
con los corazones soberbios, caen al vacío, al escampado.
Mi gran preocupación es: ver a una humanidad aletargada,
somnolienta; no preparada para los grandes acontecimientos que
os llevarán a una renovación y transformación universal.
Mi gran preocupación es: ver que tantos hijos míos han abierto las
puertas: a la tentación, a la avaricia, a la búsqueda insaciable de
placer y de tener.